la sociedad salarial Robert Castel Fuente: “Las metamorfosis de la cuestión social", Ed. Paidos, Bs As, 1997 Condic Condición ión prole proletar taria, ia, condi condició ción n obrer obrera, a, condic condición ión salari salarial. al. Tres formas formas domin dominant antes es de cristalización de las relaciones de trabajo en la sociedad industrial, también tres modalidades de las las rela elacion ciones es del mund undo del del trab trabaj ajo o con con la socie ciedad glob global al.. Si bien, en, hab habland lando o esquemáticamente, ellas se sucedieron en el tiempo, su encadenamiento no fue lineal. Con relación a la cuestión aqu planteada !el estatuto del salariado en tanto que soporte de la identidad social e integración comunitaria!, esas condiciones presentan más bien tres figuras recprocamente recprocamente irreductibles. "a condición proletaria era una situación de cuasi e#clusión del cuerpo social. $l proletario era un eslabón eslabón esencial esencial en el proceso proceso naciente de industrial industrializaci ización, ón, pero estaba destinado destinado a trabajar trabajar para reproducirse reproducirse %, seg&n las palabras %a citadas de 'uguste Comte, (acampaba en la sociedad sin ubicarse en ella(. ' ning&n (burgués( del principio de la indust rialización se le habra ocurrido comparar su propia situación con la de los obreros de las primeras concentraciones industriales, en cuanto a modo de )ida, )i)ienda, educación, ocios... Tampoco lo habra hecho ning&n proletario. *ás que de jerarqua, se trataba entonces de un mundo escindido por la doble oposición oposición entre capital capital % trabajo, trabajo, % entre seguridad!pr seguridad!propied opiedad ad % )ulnerab )ulnerabilida ilidad d de masas. masas. $scindido, pero también amenazado. "a (cuestión social( consista entonces precisamente en la toma de conciencia de que esa fractura central puesta en escena a tra)és de las descripciones del pauperismo poda lle)ar a la disociación del conjunto de la sociedad. 1 "a relación de la condición obrera con la sociedad encarada como un todo era más compleja. Se constitu%ó una nue)a relación salarial, a tra)és de la cual el salario dejó de ser la retribución puntua puntuall de una tarea. tarea. 'segu 'segura raba ba derech derechos, os, daba daba acceso acceso a prest prestaci acione oness fuera fuera del traba trabajo jo +enfermedades, accidentes, jubilación, % permita una participación ampliada en la )ida socialconsumo, )i)ienda, educación e incluso, a partir de /01, ocios. $sta )ez, imagen de una integración en la subordinación. 2ues hasta la década de /03, en la cual esta configuración cristalizó en 4rancia, el salario haba sido esencialmente el salario obrero. obrero. Retribua las tareas de ejecución, las ubicadas en la base de la pirámide social. 2ero al mismo tiempo se dibujaba una estratificación más compleja que la oposición entre dominantes % dominados, una estratificación que inclua zonas superpuestas en las cuales la clase obrera )i)a esa participación en la subordinación- el consumo +pero de masas, la educación +pero primaria, los ocios +pero populares, la )i)ienda +pero )i)ienda obrera, etc. ' ello se deba que esta estructura de integración fuera inestable. 5"os trabajadores en su conjunto poda quedar satisfechos mientras se los encerraba en las tareas de ejecución, se los mantena a distancia del poder % los honores, en tanto la sociedad industrial desarrollaba una concepción demi&rgico del trabajo6 57uién creaba la riqueza social, % quién se la apropiaba indebidamente6 $l momento en que se estructura la clase obrera, también se afirma la conciencia de clase- entre 8ellos9 % 8nosotros9, no todo está definiti)amente jugado.
1 (Central(
en la sociedad industrial. :o ha% que ol)idar que, a principios del siglo ;<;, 4rancia era a&n, % siguió siendo durante mucho tiempo, una sociedad de predominio campesino. =na respuesta indirecta, pero esencial, a la cuestión social planteada por la industrialización, poda haber sido frenarla. >enominándolas (liberalismo equilibrado(, Richard ?uisel ha descrito estas estrategias impulsadas por la desconfianza a los obreros de la industria, al crecimiento de las ciudades, a una educación demasiado general % abstracta, que podra (desarraigar( al pueblo, etcétera@ por otro lado, pretendan sosterner a las categoras estabilizadoras del equilibrio social- "os trabajadores independientes, los pequeAos empresarios, sobretodo los pequAos campesinos. 8=n crecimiento gradual % equilibrado en el que todos los sectores de la economa progresarán aA mismo paso, sin que los grandes eclipsaran a los pequeAos ni las cidades )aciaran al campo de su sustancia- Bsa era la imagen ideal de la prosperidad nacional8 +R. ?uisel, Le capitalisme de lEtat en France, France, op. Cit., pág D. !mall is eatiful . $ste conte#o socioeconómio debe ubicarse enm contraposición a los procesos que intento destruir. destruir. $#plica la llentitud con la cual la industrialización impuso su marca al conjunto de la sociedad francesa. >e hecho, 4rancia solo se con)irtió al 8industrialismo9 después de la Segunda Segunda Euerra *undial, algunos decenios antes antes de que el industrialismo se desmoronara desmoronara
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$l ad)enimiento de la sociedad salarial 2 no representará sin embargo el triunfo de la condición obrera. "os trabajadores manuales fueron menos )encidos en la lucha de clases que desbordados por la generalización del salario. 'salariados 8burgueses9, empleados, jefes, miembros de las profesiones intermedias, el sector terciario- la salarización de la sociedad rodea al asalariado obrero % )uel)e a subordinarlo esta )ez sin esperanza de que pueda llegar alguna )ez a imponer su liderazgo. Si todos o casi todos son asalariados +más del FDG de la población acti)a en /H, la identidad social deberá definirse a partir de la posición que se ocupa en el salario. Cada uno se compara con los otros, pero también se distingue de ellos@ la escala social tiene un n&mero creciente de ni)eles a los cuales los asalariados ligan sus identidades, subra%ando la diferencia con el escalón inferior % aspirando al estrato superior. "a condición obrera sigue ocupando la parte inferior de la escala, o poco menos +están también los inmigrantes, semiobreros, semibárbaros, los miserables del cuarto mundo. 2ero si se continuaba el crecimiento, si el $stado segua ampliando sus ser)icios % protecciones, todo el que lo mereciera poda también 8ele)arse9- mejoramiento para todos, progreso social % ma%or bienestar. "a sociedad salarial pareca arrastrada por un irresistible mo)imiento de promociónacumulación de bienes % riquezas, creación de nue)as posiciones % de oportunidades inéditas, ampliación de los derechos % garantas, multiplicación de las seguridades % protecciones. $ste captulo apunta menos a trazar esta historia que a describir las condiciones que la hicieron posible % determinaron que la sociedad salarial fuera una estructura inédita a la )ez refinada % frágil. Iemos tomado conciencia de esta fragilidad hace poco tiempo, en la década de /3. $se es ho% en da nuestro problema, pues seguimos )i)iendo en la sociedad salarial % de ella. 5Se puede aAadir, como lo hace *ichel 'glietta, % 'ntón Jender, que 8la sociedad salarial es nuestro futuro963 $ste es el tema que discutiremos en el captulo siguiente, pero aunque as fuera, se trata de un futuro mu% incierto. *ientras tanto, comprenderemos mejor de que está hecha esta incertidumbre si recobramos la lógica de la promoción del sector asalariado en su fuerza % su )italidad.
La nue#a relación salarial 3. 84ue la industrialización la que dio origen al salario, % la gran empresa es el lugar por e#celencia de la relación salarial moderna9 4. $ste juicio queda a la )ez confirmado % matizado por los análisis precedentes. $l salario e#istió desde mucho antes en estado fragmentario en la sociedad preindustrial, sin llegar a imponerse hasta estructurar la unidad de una condición +C4. Cáp. 0. Con la re)olución industrial comenzó a desarrollarse un nue)o perfil de obreros de las manufacturas % las fábricas, que anticipaba la relación salarial moderna, pero sin desplegarla toda)a en toda su coherencia +C4. Cáp. H. 5 "os principales elementos de esta relación salarial de los inicios de la industrialización, correspondientes a lo que acabamos de llamar la condición proletaria, pueden caracterizarse como sigue- una retribución pró#ima a un ingreso mnimo que aseguraba sólo la reproducción del trabajador % su familia % no permita in)ertir en el consumo no imprescindible@ una ausencia de garantas legales en la situación de trabajo regida por el contrato de alquiler +artculo 3 del Código Ci)il@ el carácter débil o (lábil( 6 de la relación del trabajador con la empresacambiaba a menudo de lugar, se alquilaba al mejor postor +sobre todo si tena una competencia $mpleo aqu el concepto de sociedad salarial en el sentido que le dan *ichel 'gletta % 'ntón Jender, Le m$tamorp%oses de la soci$t$ salariale, 2ars, Calmann K "é)%, /FL, % en este captulo me propongo e#poner su s implicaciones sociológicas. 3 Mbid., pág . 2
3 4 R.
Salais, La formation du c%&ma'e comme cate'ori$: Le moment des ann$es 03, op. cit., pág 0LD
5 >esde luego, este perfil no corresponde al conjunto, ni siquiera a la ma%ora de los trabajadores de los inicios de la industrialización en la primera mitad del siglo ;; +durante mucho tiempo gra)itaron de modo determinante los artesanos, la (protoindustria(, los asalariados parciales que obtenan una parte de sus recursos de otra acti)idad o de la economa doméstica, etcétera. 2ero representa el n&cleo de lo que iba a con)ertirse en el salariado dominante en la sociedad industrial, encarnado por los trabajadores de la gran industria.
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profesional reconocida % (descansaba( algunos das de la semana, o durante perodos más o menos prolongados, si poda sobre)i)ir sin someterse a la disciplina del trabajo industrial. 4ormalizando estas caractersticas, se dirá que una relación salarial supone un modo de retribución de la fuerza del trabajo, el salario +el cual gobierna en gran medida el modo de consumo % de )ida de los obreros % sus familias, una forma de disciplina del trabajo que regula el ritmo de la producción, % el marco legal que estructura la relación de trabajo, es decir el contrato de trabajo % las disposiciones que lo rodean. Se habrá ad)ertido que acabo de precisar estas caractersticas a partir de los criterios propuestos por la escuela de la regulación para definir la relación salarial (fordista(. 7 $sto% presuponiendo que en el seno de una misma formación social +el capitalismo la relación salarial puede tomar configuraciones diferentes@ el problema, por lo menos el problema que planteamos aqu, consiste en identificar las transformaciones que rigen el pasaje de una forma a otra. 8 N sea,las cinco condiciones siguientes, que aseguraron el pasaje desde la relación salarial pre)aleciente en los inicios de la industrialización hasta la relación salarial 8fordista9. Primera condición: una separación r('ida entre )uienes traa*an efecti#a + re'ularmente, % los inacti#os o semiacti#os, )ue %a+ )ue ecluir del mercado de traa*o, o sea inte'rar a*o formas re'uladas. "a definición moderna del salariado supone la identificación precisa de lo que los estadgrafos denominan (población acti)a(- ha% que identificar % cuantificar a los ocupados %. no ocupados, las acti)idades intermitentes % las acti)idades de jornada completa, los empleos remunerados % no remunerados. $mpresa de largo aliento, % difcil. =n terrateniente, un rentista, 5son (acti)os(6 5O la mujer % los hijos del artesano o el agricultor6 57ué estatuto ha% que darles a esos innumerables trabajadores intermitentes, de temporada, que pueblan tanto la ciudad como el campo6 5Se puede hablar de empleo, % correlati)amente de no!empleo, de desempleo, si es imposible definir lo que significa )erdaderamente estar empleado6 Sólo a fines del siglo pasado % principios del actual +en F/1 en 4rancia, en /3 en écou )erte, /F. 8 Cuando se identifica la relación salarial con la relación salarial moderna, (fordista(, se confunden las condiciones metodológicas necesarias para llegar a una definición rigurosa de la relación salarial % de las condiciones socioantropológicas caractersticas de las situaciones salariales reales, que son di)ersas +)éase en en$se n" /, //, una )ariedad de puntos de )ista sobre esta cuestión. 2or mi parte, considero que es legtimo hablar de situaciones salariales no solamente en los inicios de la industrialización, antes de que se institu%era la relación (fordista(, sino también en la sociedad (preindustrial( +cf. el cap. 0, e)identemente con la condición de no confundirlas con la relación salarial (fordista(. :o obstante, la posición purista es imposible de sostener con rigor, incluso para la época moderna, pues la relación estrictamente (fordista(, con cadena de montaje, medida rigurosa de los tiempos, etcétera, siempre fue minoritaria, aun en el apogeo de la sociedad industrial +cf. *. erret, Le tra#ail ou#rier, 2ars, '. Co!lin, /FD, pág. 0L, que para fines de la década de /3 e)aluaba en un F por ciento la tasa de obreros que trabajaban en sentido propio en la cadena, % en un 0D por ciento la proporción de quienes trabajaban en máquinas automatizadas. 9 . C. Topalo), ne r$#olution dans les repr$sentations du tra#ail. L2emer'ence de la cat$'orie statisti)ue de "population acti#e" en France, en rande3Breta'ne et au 4tats3nis, te#to mimeografiado, //0, pág. DL, % 5aissance du c%ómeur , FF3!/3, op. cit.
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racionalización del mercado de trabajo era la e#istencia de esos trabajadores intermitentes que se negaban a someterse a una disciplina rigurosa. $n consecuencia, haba que dominarlos. "a oficina de colocaciones hará irrealizable el deseo de quien quiere trabajar una )ez a la semana % quedarse en la cama el resto del tiempo. "a oficina de colocaciones hará poco a poco imposible el tipo de )ida de quien quiere encontrar un empleo precario de tiempo en tiempo. "a jornada de trabajo que este <imo querra tener será asignada por la oficina a alg&n otro que %a trabaje cuatro horas por semana, % de tal modo le permitirá a este <imo ganarse decentemente la )ida.13 "a oficina de colocaciones deba realizar una distribución del trabajo, trazando una lnea di)isoria entre los )erdaderos empleados de jornada completa, % las personas que seran completamente e#cluidas del mundo laboral % dependeran de las formas coerciti)as de asistencia pre)istas para los indigentes )álidos. 2or otra parte, los Qebb apelaban a (una institución en la que los indi)iduos deben ser relegados penalmente % mantenidos bajo coacción U...V absolutamente esencial para todo programa eficaz de tratamiento del desempleo(. 1 Si bien era imposible realizar con todo rigor ese (ideal(, las instituciones establecidas en Eran JretaAa en la primera década del siglo ;; se acercaron a él. "as agencias municipales de colocación % los poderosos sindicatos de trabajadores que practicaban el closed s%op +monopolio del empleo para sindicalizados, si bien no llegaron a %ugular el desempleo, problema endémico en el pas, lograron dominar lo mejor posible la contratación en los empleos disponibles. $n 4rancia, sobre todo en razón del retardo en el desarrollo del salariado industrial con relación a Eran JretaAa1D este tipo de poltica de a#ant la lettre nunca tu)o semejante carácter sistemático. "a contratación quedó librada durante mucho tiempo a la iniciati)a de los trabajadores +en principio (libres( de alquilarse como quisieran, a la habilidad de los 8marchandeurs9 o "t6c%erons1", a la )enalidad de las agencias pri)adas de empleo +a las que ha% que aAadir unas pocas oficinas municipales % a los intentos sindicales de dominar, incluso monopolizar, los contratos. 4ernand 2elloutier se e#tenuó tratando de implantar las bolsas de trabajo que, entre otras cosas, deban reunir todas las demandas de empleo % organizar los contratos bajo el control sindical.1L 2ero el empeAo, soca)ado por las di)isiones sindicales, fracasó. $n el plano poltico, el ala reformista, representada por los (republicanos de progreso( % por los socialistas independientes, se interesó en la cuestión. "éon Jourgeois, en particular, ad)irtió el )nculo e#istente entre la regulación del mercado de trabajo % la cuestión del desempleo, que se hizo preocupante a principios de siglo, con una e)aluación de 033.333 a H33.333 desocupados. 1H 2ero 13 Q. Je)eridge, 8o+al ommission on Poor La and 8elief ;istress, 'ppendi# F. /ouse of ommons, /3, citado en C. Topalo), (ournal of !ocial Polic+, D,L Cambridge =ni)ersit% 2ress, //D. 1D $n / haba un L por ciento de asalariados en la población acti)a francesa, con tres patrones por cada siete asalariados, mientras que la proporción de asalariados en Eran JretaAa se acercaba al /3 por ciento +cf W J. Euibaud, ;e la mutualit$ ? la !$curit$ sociale, op. cit., pág. HL. 10 Cf. J. *otez, !+st$mes de salaire et politi)ues patronales, 2ars, Bditions du C:RS, /1. $l tac%eron, o el marc%andeur, le cobraban al patrón por la ejecución de una tarea, % a su )ez remuneraban a trabajadores contratados por ellos mismos. $sta práctica era mu% impopular entre los obreros, % fue abolida en FLF, pero reinstaurada poco después, % defendida incluso por liberales, como "ero%!Jeaulieu, quienes )ean en ella una doble )entaja- asegurar una )igilancia cercana de los obreros por parte del tac%e3ron, % permitir la promoción de una especie de élite de pequeAos empresarios a partir del sector asalariado +cf. 2. "ero%!Jeaulieu, -raite t%$ori)ue et prati)ue d2$conomie politi3)ue, t. <<, págs. L/L!L/H. 1L Cf. 4. 2elloutier, /istoire des ourses du tra#ail, 2ars, /3D, % Xacques Xulliard, Fernand Pelloutier et les ori'ines du s+ndicalisme d2action directe, 2ars, "e Seuil, /. 1H ". Jourgeois, (>iscours á la Conférence internationale sur le chómage(, 2ars, 3 de septiembre de /3, en Politi)ue de la pr$#o+ance sociale, op. cit., pág. D/.
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los remedios que preconizó para combatirla eran mu% tmidos- ($s e)idente que la organización de las colocaciones figura en primer lugar( 11.>eploraba la insuficiencia de las agencias municipales % sindicales, seAalaba la necesidad de un seguro contra el desempleo, pero deri)aba la responsabilidad a los agrupamientos profesionales. >e modo que los poderes p&blicos, % durante mucho tiempo, sólo tu)ieron un papel mu% modesto en la organización del mercado de trabajo % en la lucha contra el desempleo. "a Nficina de Trabajo, creada en F/, se limitó a reunir una importante documentación % a elaborar estadsticas fiables. $sta obra se prolongó en el *inisterio de Trabajo, creado en /31 1, pero sin nada que pudiera considerarse una )erdadera poltica del empleo. "o que s hubo, también durante mucho tiempo, fue el conjunto de las polticas patronales %a desplegadas anteriormente +cf. el Cáp. H, mezcla de seducción % coacción para fijar a los obreros mediante ()entajas sociales( % aniquilar su resistencia con reglamentaciones rgidas. *ás en general, e#istió asimismo ese tipo de chantaje moral ejercido sobre los trabajadores por los filántropos, los reformadores sociales % los )oceros del liberalismo- (conformaos al modelo del buen obrero, regular en el trabajo % disciplinado en sus costumbres, o bien os con)ertiréis en esos miserables e#cluidos de la sociedad industrial(. 1F Sera preciso )ol)er a citar ahora toda la literatura reiterati)a sobre la necesaria moralización del pueblo. Se puede )er un signo de la )italidad de esta actitud hasta fines del siglo ;<; % principios del ;;, en el e#traordinario estallido de represión del )agabundeo que se produjo entonces- H3.333 arrestos cada aAo por )agabundeo en la década de F/3, que generaban hasta D3.333 acusaciones anuales ante la justicia,1/ con la amenaza de confinamiento en caso de reincidencia. $sas medidas podan e#plicarse co%unturalmente por la gra)e crisis económica entonces reinante, % por la miseria del campo. 2ero ésta era también una manera de recordar, en el momento en que, con la segunda re)olución industrial, se perfilaba un nue)o orden del trabajo, cuál era el costo de sustraerse a él. >urante una o dos décadas, el )agabundo )ol)ió a con)ertirse en el mismo contramodelo abominable que haba sido en la sociedad preindustrial +Cf. el Cáp. D- la figura de la asociabilidad, que haba que erradicar porque maculaba a una sociedad que estaba estrechando las regulaciones del trabajo.23 2ero mu% pronto iba a imponerse de manera más eficaz otro modo de regulación. Todas esas dosificaciones de represión % bondad filantrópica seguan teniendo efectos limitados porque no dejaban de ser e#teriores a la organización del trabajo propiamente dicha. $n tanto que se trataba de con)ertir al obrero a una conducta más regular, intentando con)encerlo de que estaba en su )erdadero interés ser más disciplinado, él poda rebelarse, o bien sustraerse, hu%endo de estas obligaciones cu%o resorte segua siendo moral. "a máquina impuso otro tipo de coacciones, esta )ez objeti)as. Con la máquina no se discute, se sigue o no se sigue el ritmo impuesto por la organización técnica del trabajo. "a relación de trabajo podra dejar de ser ()olátil( si esa organización técnica era en s misma lo bastante fuerte como para imponer su orden. !e'unda condición: la fi*ación del traa*ador a su puesto de traa*o + la racionali@ación del proceso del traa*o en el marco de una "'estión del tiempo precisa, di#idida, re'lamentada". 21 "os intentos de regular la conducta obrera a partir de las coacciones técnicas del propio trabajo, 11 ". Jourgeois, ("e ministére du Tra)ail(, discurso pronunciado en el congreso mutualista de :ormanda en Caen, el de julio de /D, en Politi)ue de la pr$#o+ance sociale, op. cit., t. <<, págs. D31 % sigs. Jourgeois preconizaba también un control del aprendizaje para mejorar la calificación, % (la acción del $stado actuando como regulador en la ejecución de las grandes obras p&blicas( +pág. D3. 1 Cf. X.!'. Tournerie, Le 0inist$re du -ra#ail, ori'ines et premiers d$#eloppements, op. cit. 1F Cf. X. >onzelot, 2. $stébe, L24tat animateur, 2ars, Bditions $sprit, //L, introducción. 1/ Cf. *. 2errot, ("a fin des )agabonds(, L2/istoire, n 0, julio!agosto de /F. 2D3 éase una muestra de esta literatura que predicaba una )erdadera cruzada contra el )agabundeo en doctor '. 2agnier, n d$c%et social, le #a'aond, 2ars, /3. 2D R. Saláis, ("a formation du chYmage comme catégorie(, loe. cit., pág. 0DH.
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que floreceran con el ta%lorismo, no datan del siglo ;;. Oa en FL el barón Charles >upin soAaba con hacer realidad el trabajo perpetuo gracias al impulso infatigable del (motor mecánico(. Ia% por lo tanto una e#trema )entaja en hacer operar infatigablemente a los mecanismos, reduciendo a la menor duración los inter)alos de reposo. "a perfección lucrati)a consistira en trabajar sin interrupciones... $n consecuencia, se ha introducido en el mismo taller a los dos se#os % las tres edades, e#plotados en ri)alidad, de frente, si podemos hablar en estos términos, arrastrados sin distinción por el motor mecánico hacia el trabajo prolongado, hacia el trabajo diurno % nocturno para acercarse cada )ez más al mo)imiento perpetuo 2D2ero esta mara)illosa utopa se basaba en la (e#plotación en ri)alidad9 de las diferentes categoras del personal, es decir en la mo)ilización del factor humano. $n cambio, con la (organización cientfica( del trabajo, el trabajador no es fijado por una coacción e#terna sino por el despliegue de las operaciones técnicas cu%a duración ha sido definida de modo riguroso mediante un cronometraje. >e tal modo se elimina (el paseo( del obrero, % con él, el margen de iniciati)a % libertad que el trabajador haba logrado preser)ar. *ás a&n- al hacerse simples % repetiti)as las tareas parcializadas, resultaba in&til la calificación refinada % poli)alente. Se le quitaba al obrero el poder de negociación que poda tener gracias al (oficio(.20 2ero los efectos de esta (organización cientfica del trabajo( se pueden interpretar de dos maneras- como una pérdida de la autonoma obrera, % como el alineamiento de las pericias profesionales en el ni)el más bajo de las tareas reproducti)as. "os análisis más frecuentes del ta%lorismo, al poner el acento en el aspecto de la desposesión, son sin embargo simplificadores. 2or una parte, tienden a idealizar la libertad del obrero preta%loriano, capaz de )ender su pericia al mejor postor. $sto sin duda era )álido en el caso de los herederos de oficios artesanales con competencias raras % mu% demandadas. :o obstante, si bien es cierto que el ta%lorismo se instaló sobre todo en la gran empresa, se aplicó con la ma%or frecuencia a poblaciones obreras recientes, de origen rural, subcalificadas % poco autónomas. 2or otro lado, la racionalización (cientfica( de la producción fue sin duda lo que contribu%ó más poderosamente a la homogeneización de la clase obrera. $sa racionalización atacó el tabicamiento de los (gremios( con los que sus miembros se identificaban estrechamente- el trabajador se pensaba (forjador( o (carpintero( antes de pensarse (obrero( +las ri)alidades entre compaAeros, que sobre)i)ieron durante mucho tiempo al 'ntiguo Régimen, ilustran hasta la caricatura esta crispación en la especificidad del oficio. 2L Tanto más cuanto que en el seno de una misma especialización profesional haba también mu% importantes disparidades de salario % estatuto entre el compaAero consumado, el peón, el aprendiz... >e modo que la homogeneización (cientfica( de las condiciones de trabajo pudo forjar una conciencia obrera que desembocó en una conciencia de clase agudizada por el carácter penoso de la organización del trabajo. 2DD C. >upin, informe a la Cámara de los 2ares, D de junio de FL@ citado en ". *urard, 2. Z%lberman, ("e pedir tra)ailleur infatigable(, 8ec%erc%e, na D0, no)iembre de /1, pág. . Se podran encontrar precedentes de una organización casi (perfecta( de la disciplina de fábrica, incluso antes de la introducción de máquinas refinadas %, a fortion antes de la cadena Le montaje. 2or ejemplo, la fábrica de cerámica fundada en iscipline(, en >. ]. "andes, -%e 8ise of apitalism, op. cit. También se pueden destacar formas de di)isión de las tareas que anticipaban el trabajo en la cadena de montaje, sin basarse en la máquina. $s el caso de 8la mesa9 +“la tal$e= - un objeto circulaba de mano en mano alrededor de una mesa, % cada obrero le aAada una pieza, hasta el montaje completo +Cf. J. >ore%, "e ta%lorismo, une folie rationnelle, 2ars, >unod, /F, págs. 0LD % sigs.. 2D0 Cf. J. Coriat, L2atelier et le c%ronom$tre, 2ars, Christian Jourgois, //. >e 4. Q. ta%lor e#isten )arias traducciones francesas precoces, como 4tudes sur l2or'anisation du 3a#ail dans les usines +pág. LD 'nger, /3. 2ara una actualización de las cuestiones lanteadas actualmente por el ta%lorismo, cf. la obra colecti)a dirigida por *aurice de ^lontmollin % Nli)ier 2astré, Le ta+lorisme, 2ars, "a >écou)erte, /FL. 2DL Cf. '. 2erdiguier, 0$moires d2un compa'non, 2ars, reedición *aspero, /.
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"as primeras ocupaciones de fábricas en /01 se produjeron en las empresas más modernas % más mecanizadas. $ra también en esas ciudades 8obreras( donde la CET % el 2artido Comunista reclutaban a sus militantes más resueltos.2H $n tercer término, la tendencia a la homogeneización de las condiciones de trabajo no poda lle)arse hasta el e#tremo- más bien, al agudizarse, produca efectos in)ersos de diferenciación. "a producción en masa e#ige por s misma que se distinga entre un personal de pura ejecución +el obrero especializado, % un personal de control o mantenimiento +el obrero técnico. $sta e)olución técnica del trabajo impone asimismo el refuerzo % la di)ersificación de un personal de concepción % encuadramiento, que finalmente generara a (los ejecuti)os(. Iomogeneización % diferenciación- este doble proceso operaba %a al principio de la segunda re)olución industrial. e modo que, más bien que de (ta%lorismo(, sera preferible hablar del establecimiento progresi)o de una dimensión nue)a de la relación salarial, caracterizada por la racionalización má#ima del proceso de trabajo, el encadenamiento sincronizado de las tareas, una separación estricta entre el tiempo de trabajo % el tiempo de no!trabajo@ el conjunto permita el desarrollo de la producción en masa. $n tal sentido, es e#acto que este modo de organización del trabajo, regido por la b&squeda de la producti)idad má#ima a partir del control riguroso de las operaciones, fue una componente esencial en la constitución de la relación salarial moderna. -ercera condición: el acceso a tra#$s del salario a "nue#as normas de consumo orero" 29 )ue con#ert(an al orero en el propio usuario de la producción en masa. Ta%lor preconizaba %a un aumento sustancial del salario, para inducir a los obreros a someterse a la coacciones de la nue)a disciplina de fábrica.33 2ero fue Ienr% 4ord quien sistematizó la relación entre la producción en masa +la generalización de la cadena de montaje semiautomática % el consumo de masas. $l "fi#e dollars da+s" no representaba sólo un aumento considerable del salario. Tenda a darle al obrero moderno la posibilidad de acceder al estatuto del consumidor del producto de la sociedad industrial. 3 4ue una inno)ación considerable, si se la ubica en el largo término de a historia del salariado. Iasta ese )iraje crtico, el trabajador era esencialmente concebido !al menos en la ideologa 2DH Cf. E. :oiriel, "es ou)riers dans la société francaise, op. cit. 2D1 Cf. *. 2errot, ("a classe ou)riére au temps de laurés(, en >aur$s et la classe ou3#ri$re, 2ars, $ditions ou)riéres, /F. Sobre el papel desempeAado en la materia por la Eran Euerra, cf. 2atric[ 4ridenson +comp., L2autre Front, 2ars, a%iers du mou#ement social, ,/FD. 2D Sobre las modalidades de implantación del ta%lorismo en las fábricas Renault, % los problemas que se plantearon, cf. 2. 4ridenson, /istoire des usines 8enault, 2ars, "e Seuil, /FD. 2DF Cf. '. *outet, (2atrons de progrés ou patrons de c ombat6 "a politique de ra!tionalisation de _^industrie frangaise au lendemain de la 2remiére Euerre mondiale(, en Le soldat du tra#ail, n&mero especial 0D!00, Rec%erc%e, septiembre de /F. 2D/ . "a e#presión es de *ichel 'glietta en 8$'ulation et crises du capitalisme, l2epe3ience des 4tats3nis, 2ars, Calmann! "é)%, /1, pág. 13. 303 Bl pre)io incluso la posibilidad de (reducir el precio de costo en proporciones ales que nuestro mercado interior % e#terior se )erá considerablemente ampliado. También será posible pagar salarios más altos % reducir el n&mero de horas de trabajo, nientras se mejoran las condiciones de trabajo % las comodidades domésticas( CLa di3ection scientifi)ue des entrepr(ses, op. cit., pág. D0. 30 Cf. *. 'glietta, 8$'ulation et crises du capitalisme..., 2ars, *arabout, pág. D0. Traducción francesa de la obra de Ienr% 4ord, 0+ fe, m+ Dor: 0a #ie et mon ceu#re, ^ars. Sobre la organización concreta del trabajo en una fábrica % las reacciones de los rebajadores, cf. el testimonio de un e# obrero de 4ord, I. Je%non, Dorin' for Ford, nguin Joo[s, /0.
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patronal! como un productor má#imo % un consumidor mnimo- tena que producir todo lo posible, pero los márgenes de utilidad generados por su trabajo resultaban más importantes si su salario era bajo. $s significati)o que las )iolaciones patronales a la (le% de hierro( de los salarios no ha%an consistido en complementos salariales, sino en prestaciones sociales no monetarias en caso de enfermedad, accidente, en la )ejez, etcétera. $sas prestaciones podan e)itar la degradación total de las familias obreras, pero no ma#imizar su consumo. También es significati)o que estos mismos patrones % reformadores sociales no ha%an pensado en la posibilidad de que el trabajador tu)iera una ma%or holgura económica como acceso a un ma%or consumo, sino como deber de ahorro o de aportar para tener más seguridad. $l consumo legtimo del trabajador se reduca a lo necesario para que reprodujera decentemente su fuerza de trabajo % mantu)iera a su familia en el mismo plano de mediocridad. "a posibilidad de un ma%or consumo deba proscribirse, puesto que lle)aba al )icio, al alcoholismo, al ausentismo... >el lado de los trabajadores, fue también con los inicios de la producción en masa cuando apareció e#plcitamente la preocupación por el bienestar % por el desarrollo del consumo. 'lphonse *errheim, entonces secretario general de la CET, declaró en /0. :o ha% lmites para el deseo de bienestar@ el sindicalismo no lo contradice, al contrario. :uestra acción, nuestras rei)indicaciones de reducción de las horas de trabajo, de aumento del salario, 5no tienen acaso la finalidad mnima de aumentar los deseos en el presente, las facilidades de bienestar de la clase obrera, % en consecuencia, sus posibilidades de consumo6 3D $stas palabras corrigen un tanto la representación dominante de un sindicalismo de acción directa &nicamente mo)ilizado para preparar (la gran noche(. $sta preocupación obrera por el consumo, que aparece a principios de siglo, responde a una transformación de los modos de )ida populares, generada por el retroceso de la economa del hogar, % tiene que )er sobre todo con los trabajadores de las grandes concentraciones industriales.30 $l mundo del trabajo, %a en la sociedad preindustrial % después en los inicios de la industrialización, haba podido sobre)i)ir a salarios de miseria porque en gran medida una parte importante +aunque difcil de precisar en cifras de su consumo no dependa del mercado sino de los )nculos conser)ados con el medio rural de origen, del culti)o de una parcela, de la participación estacional en el trabajo del campo, incluso en el caso de oficios tan (industriales( como el de minero. 3L $sta situación se transformó con la e#pansión de las concentraciones industriales. "a homogeneización de las condiciones de trabajo fue acompaAada por una homogeneización de los ambientes % los modos de )ida. 2roceso complejo que se fue desplegando a lo largo de )arias décadas. Concerna al hábitat, los transportes %, más en general, a la relación del hombre con su ambiente, lo mismo que a la (canasta familiar(. 2ero una parte cada )ez más importante de la población obrera se encontraba en una situación objeti)amente pró#ima a la que haba nutrido las descripciones del pauperismo en la primera mitad del siglo ;<;- obreros separados de su familia % de su ambiente de origen, concentrados en espacios homogéneos % casi reducidos a los recursos que les procuraba su trabajo. 2ara que las mismas causas no produjeran los mismos efectos +es decir una pauperización masi)a, era necesario que la retribución de ese trabajo no siguiera siendo un salario de subsistencia. 30D '. *errheim, ("a méthode Ta%lor(, La #ie ou#ri$re, marzo de /0, pág. 03H, citado en X. Xulliard, Autonotnie ou#ri$re. 4tudes sur le s+ndicalisme d2action air$ete, op. cit., p?'. 1. $n ese artculo, *errheim no ataca el método de Ta%lor sino su (falsificación( por los patrones franceses. También es significati)a la declaración de otro gran lder sindicalista de la época, ctor Eriffuelhes- (2or nuestra parte, e#igimos que los patrones franceses imiten a los norteamericanos, % de tal modo crezca nuestra acti)idad industrial % comercial, con lo cual nosotros obtendremos una seguridad, una certidumbre que, ele)ándonos materialmente, nos prepare para la lucha, facilitada por la necesidad de mano de obra( +"^infériorité des capitalistes franjáis(, Le mou#ement social, diciembre de /3, citado ibd., pág. HH. 300 J. Coriat, "^atelier et le chronométre, op. cit., cap. L.^ 30L 0L. Cf. R. Trempé, "es mineurs de arnau, op. cit., que describe la encarnizada resistencia de los mineros para sal)aguardar una organización de los horarios de trabajo compatible con la realización de acti)idades agrcolas.
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Se llama (fordismo( a la articulación de la producción en masa con el consumo masi)o, una articulación que sin duda Ienr% 4ord fue el primero en poner conscientemente en práctica. Ienr% 4ord dijo- ("a fijación del salario de la jornada de ocho horas en cinco dólares fue uno de los ma%ores ahorros que ha%a hecho jamás, pero, al lle)arla a seis dólares, logré un ahorro incluso más alto(.3H >e modo que ad)irtió una nue)a relación entre el aumento del salario, el aumento de la producción % el aumento del consumo. :o se trataba sólo de que un salario ele)ado aumentara la moti)ación para el trabajo % el rendimiento. Se estaba bosquejando una poltica salarial ligada al progreso de la producti)idad, a tra)és de la cual el obrero acceda a un nue)o registro de la e#istencia social- el del consumo, % no e#clusi)amente el de la producción. >ejaba de tal modo esa zona de )ulnerabilidad que lo condenaba prácticamente a )i)ir (al da(, satisfaciendo una a una las necesidades más imperiosas. 'cceda al deseo +retomo la palabra de *errheim, cu%a realización estaba socialmente condicionada por la posibilidad de despegarse de la urgencia de la necesidad. $l deseo es esa forma de libertad que pasa por el dominio de los tiempos % se satisface con el consumo de objetos duraderos no estrictamente necesarios. $l (deseo de bienestar( que aspira al automó)il, la )i)ienda, el electrodoméstico, etcétera, haca posible el acceso del mundo obrero a un nue)o registro de la e#istencia, aunque les disgustara a los moralistas. Sera sin duda e#cesi)o atribuirle a 4ord el mérito de esta cuasi mutación antropológica de la relación salarial. Se trataba de un proceso general que estaba lejos de basarse e#clusi)amente en la in)ención de la (cadena de montaje casi automática( % en la poltica salarial de un industrial norteamericano. :o obstante, es cierto que a partir de 4ord se afirmó una concepción de la relación salarial seg&n la cual (el modo de consumo está integrado en las condiciones de producción(31. $sto bastó para que grandes estratos de trabajadores +pero no todos los trabajadores pudieran dejar esa zona de e#trema miseria e inseguridad permanente que haba sido su situación durante siglos. uarta condición: el acceso a la propiedad social + a los ser#icios plicos. $l trabajador es también un sujeto social que está en condiciones de compartir los bienes comunes, no comerciales, disponibles en la sociedad. $n este punto me limitaré a remitirme a la elaboración sobre la (propiedad transferida( que intentamos en el captulo anterior@ esa propiedad se inscribe en la misma configuración salarial. Si el pauperismo fue el )eneno de la sociedad industrial en sus inicios, el seguro obligatorio era su mejor antdoto. $n las situaciones e#tralaborales se poda desplegar una red mnima de seguridades )inculadas al trabajo, para poner al obrero al abrigo del desamparo absoluto. Sin duda, en esta primera forma de los seguros sociales esas prestaciones eran demasiado mediocres como para tener una )erdadera función redistributi)a % gra)itar significati)amente sobre el (ni)el de consumo(. 2ero respondan a la misma co%untura histórica del sector asalariado, en la que éste poda ser clasificado % catalogado +no era posible otorgar derechos, aunque fueran modernos, más que a un estado claramente identificable, lo que supuso la elaboración del concepto de población acti)a % la puesta al margen de formas m<iples de trabajo intermitente, fijado % estabilizado +un derecho como la jubilación implica un trabajo continuo en el largo término, autonomizado como estado antes de bastarse a s mismo +para asegurar la protección, se deja de contar con los recursos de las economas domésticas % de la (protección cercana(. $)identemente, este modelo se aplicaba de manera pri)ilegiada a los obreros de la gran industria, aunque también rega mucho más allá de esa población. Reconoca la especificidad de una condición salarial obre ra, % al mismo tiempo la consolidaba, puesto que tenda a asegurarle recursos para su autosuficiencia en caso de accidente, enfermedad o después de la cesación de la acti)idad +jubilación. 3 30H
I. 4ord, 0a #ie et mon o@u#re, op. cit., pág. 1F.
3 *. 'glietta, Régulation et crises du capitalisme, op. cit., pág. 03. 01
30 $l hecho de que la primera le% francesa de seguro!jubilación obligatoria ha%a sido la le% de /3 de jubilación obrera % campesina, parece contradecir esa cone#ión pri)ilegiada de la protección social con la condición de los obreros de la industria. 2ero, como lo seAala Ienri Iatzfeld C;u paup$risme a la !$curit$ sociale, op. cit.G, la igualdad de trato con campesinos % obreros responda a una e#igencia poltica en la 4rancia (radical(, que crea particularmente en el campesinado % quera e)itar mas que nada la desestabilización del campo % el é#odo rural. $sas buenas intenciones no llegaron a puerto. "a le% de jubilaciones de /3 re)eló ser casi inaplicable en el campo, en particular por la dificultad de identificar a los
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Recordemos asimismo que esta promoción de la propiedad transferida se inscriba en el desarrollo de la propiedad social, % especialmente de los ser)icios p&blicos. >e tal modo se enriqueca la participación de las diferentes categoras de la sociedad en (la cosa p&blica(, aunque esta participación siguiera siendo desigual. "a clase obrera !)ol)eremos sobre el punto! iba a tener un ma%or acceso a bienes colecti)os tales como la salud, la higiene, la )i)ienda, la educación. Huinta condición: la inscripción en un derec%o del traa*o )ue reconoc(a al traa*ador como miemro de un colecti#o dotado de un estatuto social, m?s all? de la dimensión puramente indi#idual del contrato de traa*o. También se asistió a una transformación profunda de la dimensión contractual de la relación salarial. $l artculo 3 del Código Ci)il lo defina como un (contrato por el cual una de las partes se compromete a hacer algo para la otra, a cambio de un pago(. Transacción entre dos indi)iduos en principio igualmente (libres(, pero cu%a asimetra profunda ha sido subra%ada muchas )eces. "éon >uguit )e all la e#presión del (derecho subjeti)o(, es decir (el poder de una persona para imponer a otra su propia personalidad(. 3F$se derecho subjeti)o será reemplazado por un derecho social (que une entre ellos, por la comunidad de las necesidades % la di)isión del trabajo, a los miembros de la humanidad % particularmente a los miembros de un mismo grupo social(. 3/ 'l tomarse en cuenta esta dimensión colecti)a, la relación contractual se desliza desde la relación de trabajo hasta un estatuto del asalariado. ("a idea de estatuto, caracterstica del derecho p&blico, supone la definición objeti)a de una situación que se sustrae al juego de las )oluntades indi)iduales.(43 Oa haba habido un reconocimiento jurdico del grupo de los trabajadores como interlocutor colecti)o con la le% que abolió el delito de huelga +F1L % la que autorizó las coaliciones obreras +FFL. 2ero esos progresos no tu)ieron incidencia directa sobre la estructura del trabajo en s. 'simismo, durante mucho tiempo, las negociaciones realizadas en el seno de las empresas entre el empleador % el colecti)o de los trabajadores +por lo general ante una huelga o una amenaza de huelga carecan de )alor jurdico. 4ue la le% del DH de marzo de //, ulterior al acercamiento generado por la (unión sagrada( % la participación obrera en el esfuerzo de guerra, la que dio un estatuto jurdico al concepto de con#ención colecti#a. "as disposiciones estipuladas por la con)ención pre)alecan sobre la del contrato indi)idual de trabajo. "éon >uguit dedujo de inmediato la filosofa del procedimiento. $l contrato colecti)o es una categora jurdica totalmente nue)a % e#traAa a las categoras tradicionales del derecho ci)il. $s una con)ención!le% que regula las relaciones de dos clases sociales. $s una le% que establece relaciones permanentes % duraderas entre dos grupos sociales, el régimen legal al que deberán atenerse los contratos indi)iduales entre los miembros de estos grupos.4 $n efecto, la con)ención colecti)a superaba el cara a cara entre empleador % empleado de la definición liberal del contrato de trabajo. =n obrero contratado a ttulo indi)idual se beneficiaba con las disposiciones pre)istas por la con)ención colecti)a. "a aplicación de esta le% fue en un primer momento mu% decepcionante, debido a la a)ersión, tanto de la clase obrera como de los patrones, a entrar en un proceso de negociación. $stas asalariados (puros( % la fuerte resistencia de los empleadores a plegarse a un mandato percibido como una intrusión inadmisible del $stado en las formas (paternales( de relación de trabajo. $l salariado campesino representaba entonces una condición demasiado diferente de la del salariado industrial como para prestarse al mismo tratamiento. 30F ". >uguit, "e droit social, le droit indi)iduel et la transformaron de l^Btat, op. cit., pág. L. 30/ ugut, "es transformations genérales du droit pri)é, 2ars, /D3, pág. 0H, citado en X. "e Eoff, >u silence á la parole, op. cit., pág. 31.
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reticencias +la palabra es un eufemismo de los (asociados sociales( 4D e#plican el papel desempeAado por el $stado para establecer procedimientos de concertación. >esde los esfuerzos de *illerand en /33 para crear consejos obreros, 40 el $stado pareció asumir una función motriz en la constitución del derecho del trabajo, por lo menos hasta que entró en escena para imponer su punto de )ista un sector de la clase obrera partidario de las reformas +como objeti)o pri)ilegiado o como etapa del proceso re)olucionario. $n este aspecto, en el aAo /01 se dio por primera )ez la conjunción de una )oluntad poltica +el gobierno de 4rente 2opular, con una ma%ora socialista!comunista por encima de sus di)ergencias, quera una poltica social fa)orable a los obreros % un mo)imiento social +cerca de dos millones de obreros que ocuparon las fábricas en junio. "os acuerdos de *atignon acti)aron las con)enciones colecti)as e impusieron delegados de fábrica elegidos por el personal.4L 2ero, más allá de esta (conquista social( % de algunas otras, el perodo del 4rente 2opular fue una etapa particularmente significati)a, decisi)a % frágil, de la odisea del salariado.
4LD 2ara un análisis del conte#to sociohistórico que e#plica esta m.il.i )olunl.ul p.ir.i concertar, tanto patronal como sindical, % sobre las diferencias con 'lemania % C ecreto del de septiembre de /33- ($#iste un interés de primer orden en instituir entre los patrones % la colecti)idad de los obreros relaciones continuas que permitan intercambiar a tiempo las e#plicaciones necesarias % regular algunas dificultades de cierta naturaleza... Tales prácticas no pueden sino a%udar a aclimatar las nue)as costumbres que se querra honrar. 'l entronizarlas, el gobierno de la Rep&blica sigue fiel a su papel de pacificación % de arbitro( +citado en X. "e Eoff, ;u silence a la parole, op. cit., pág. 3D. 2ero el decreto nunca se aplicó.
4LL $n /01 se firmaron D0 con)enciones colecti)as, % en /0 la cifra alcanzó a 031L@ cf. '. Touraine, La ci#ilisation industrielle, t. <, de ". I. 2arias, /istoire 'en$rale du tra#ail, 2ars, :ou)elle "ibrairie de 4rance, /1, págs. D!0.
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