L O S I N T E R N A D O S : a b u s o s y a g r e s i o n e s e n e l "p a r a í s o" o" Número 136 • 3,95 €
D
E
I
B
E
R
I
A
V
I
E
J
A
Revista de Historia de España
De la guerra de la Independencia a la Transición
El poder de la PRENSA
Roma contra el País Vasco
Yo fui a la EGB
Los últimos que resistieron a los invasores
Recuerdos de una época dorada
El soborno de Churchill a Franco
¿El mayor mayor genio de la historia?
14 millones de dólares para no ir a la guerra
Leonardo Torres Quevedo: el hombre que lo inventó todo
s s o o r r u u E E 0 0 1 1 , , 4 4 : : s s a a i i r r a a n n a a C C y y t a a t u u e e C C , , a a l l i l l l i l e e M M
Tema del mes
14
DE IBERIA V I E J A
Editorial
D
E
I
B
E
R
I
A
V
I E
J A
136
ISSN 1699-7913 www.historiadeiberiavieja.com
[email protected] Director: Bruno Cardeñosa Redactor jefe: Alberto de Frutos Redacción: Javier Martín García Maquetación: Eugenio Sánchez Silvela Asesor del director de arte:Ignacio Docampo Asesor editorial: Lorenzo Fernández Fotografía: Shutterstock, Thinkstock, Javier Gª Blanco Redacción y publicidad Josefa Valcárcel, 42 3ª pl 28027 Madrid Tel.: 91 423 03 90 Directora comercial: Verónica Lourido •
[email protected] Jefa de publicidad: Pilar Pérez •
[email protected] Coordinadora: Pilar Barceló •
[email protected] Suscripciones y números atrasados Ad-lante Servicios de Marketing, S.L Apartado de correos nº10100 nº10100 08080 – Barcelona Tlf: 902 122 565
[email protected] Tres Cantos ( Madrid) Imprenta: Rotocobrhi - Tres Distribución LOGISTA PUBLICACIONES C./ Electricistas, 3 - Polig. Ind. Pinares Llanos 28670 Villaviciosa de Odón (Madrid) Telf. 91 665 71 58
Depósito legal: B10895-16 Printed in Spain HISTORIA DE IBERIA VIEJA es una marca registrada de Aura Capital Property Management, S.A, empresa domiciliada en Madrid, c/ Lagasca, 105, bajo derecha. Copyright ©2008
HISTORIA DE IBERIA VIEJA está editada y publicada por: Prisma Publicaciones 2002 S.L. Presidenta: Laura Falcó Lara Director General: Albert Terradas Cumalat Director Factoría Prisma: JM Sanchón Laura Pérez Llorca Responsable de Digital: Laura María Acedo Directora Eventos y Patrocinios: María Márketing:: Carmen Torres Director de Arte: Xavier Menéndez Controller: Gonzalo María Suárez Distribución: Pilar Barceló Producción: Planeta Innovación
Control OJD
Esta revista ha recibido una subvención de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números editados en el año. HISTORIA DE IBERIA VIEJA no es responsable de HISTORIA las opiniones y artículos realizados por los colaboradores y publicadas en la presente edición de la revista. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información información gráfica o escrita sin autorización escrita por Historia de Iberia Vieja.
Tras el perdido poder de la prensa EL PERIODISM PER IODISMO O DE ANTES NO ES TAN “DE ANTES”. HA SIDO SID O LLEV LLE VADO A LAS GALERAS DE LA HISTORIA DEMASIADO PRONTO. El problema está en casi todos los ele-
mentos en juego. Como podemos ver en uno de nuestros reportajes, desde los tiempos de la Guerra de la Independencia, la prensa dio un enorme salto de ca lidad. Quedaban atrás los tiempos en los que los periódicos –y –y algunas cosas similares- se dedicaban a ofrecer crónicas mundanas cuyo principal objetivo era formentar las supersticiones supersticiones y las creencias mágicas. A par tir de entonces, la búsqueda de poder a través de los periódicos ha sido una constante. En la actualidad, la prensa está muy vinculada al poder, pero ese no era el objetivo inicial de este medio de comunicación, sino que ese poder se centrara en el hecho de tener influencia sobre la opinión pública. En el camino se perdieron los carros y la misión de ser el cuar to poder, porque en realidad parece que ahora a hora son los hermanos del primer poder. La prensa se ha pasado de frenada y ahora hace silencio con letras. Esa es la mayor causa c ausa de la crisis del papel. Quienes escriben ya no saben qué es el cuarto poder. En las últimas semanas he tenido la suerte de conocer auténticas historias de las que h acen grande el periodismo. Estuve con Juan Rada, uno de los directores de EL CASO, periódico semanal sobre el que no hay nada que decir. Lo conocemos todos. En la época en la que empezaron se vivían tiem tiempos pos de falta de liberta libertad d y sobr sobre e muchas muchas cosas no podían informar informar,, pero pero sus sus cróni crónicas cas de sucesos son un testimonio vivo del periodismo de verdad, en el cual los reporteros pisaban cac alle, escuchaban a la gente y querían averiguar lo que había detrás de las apariencias. Vivían en la redacción, aunque sólo sólo para escribir escr ibir y cerrar cada edición. El resto del tiempo gastaban la suela de sus zapatos en la calle y al mostrar una España negra estaban “jugando” a enseñar la realidad con su poder. También tuve la ocasión de conocer de cerca el reporterismo que se vivió antes, durante y después de la muerte de Franco. Por entonces, los periodistas llegaban a la redacción y – siempre siemp re en pareja, reportero y fotógrafo juntos- salían a la ca lle, tuvieran algo o no. Se armaban de café y cigarros. Pasaban sueño, frío y hambre, pero se divertía n haciendo lo que más les gustaba. Llevaban el maletero lleno de disfraces disf races porque a los sitios había que entrar sí o sí. Ahora, los periodistas asisten, como mucho, a ruedas de prensa en donde copian lo que les dice el poder, sin añadir y anulando a nulando el pensamiento crítico que tanto pregonan pero del que carecen. Por desgracia, el poder de la prensa se está convirtiendo en la prensa del poder. Los periódicos se parecen cada vez más má s a esos pasquines del Siglo de Oro a los que dedicamos uno de nuestros reportajes de portada. Y es que entonces no se conocía la explicación de muchos de los casos que narraban. Ahora no interesa la explicación… ni siquiera al periodista, que ha vaciado de contenido su profesión y está más contento con cumplir su cometido como escriba que cumplir su deber como buscador de la verdad e investigador de la actualidad. Quieren pasar su Siglo de Oro frente al ordenador… porque así lo desean. No sueñan, no quieren cambiar las cosas, no quieren descubrir nada. Lo único que quieren en ser unos buenos hombres de teclas, pero no quieren que esas teclas sean el camino cami no hacia la verdad. r e v r a G o t r e b o R ©
Bruno Cardeñosa
Director @HistoriaIberia
3 DE IBERIA V I E J A
Sumario
SECCIONES 6 Cronos 44 Los diez mandamientos… 70 82 102 114
José Luis López Aranguren Aquí hay historia… Malta y España Made in Spain… Los cañones de La Cavada Ágora ¿Sabías que…?
Y ADEMÁS
64 Vascones vs. romanos
28 La prensa, el cuarto poder Hubo un tiempo en que la prensa se pretendía libre y tumbaba gobiernos y ponía en la picota a los reyes como si fuera un simple juego. Quizá ya entonces obedeciera a oscuros intereses…, ¿y cuándo no? En nuestro tema de portada te resumimos la historia de la prensa desde la Guerra de la Independencia hasta la Transición. Y, además, las crónicas sobrenaturales de los siglos XVI y XVII.
76 Loberos 88 El terremoto de Lisboa 96 Sobornos José Manuel Escribano es crítico cinematográfico y secretario general del Círculo de Escritores Cinematográficos. José Luis Hernández Garvi es escritor e investigador, autor de Héroes, villanos y genios , premio Algaba 2014. Antoni Janer Torrens es licenciado en Filología Clásica y colabora con diversas publicaciones de historia. Mado Martínez es doctora en lengua y literatura, periodista, escritora –premio Ateneo Joven de Sevilla– y colabora con el programa La rosa de los vientos . Óscar Herradón es redactor jefe de la revista Enigmas y autor de Espías de Hitler (Luciérnaga, 2016). Alejandro Polanco Masa es investigador y mantiene el blog tecnológico Tecnología obsoleta. Fernando Rueda es el mayor especialista en España de espionaje y colaborador de La rosa de los vientos en Onda Cero Radio . Adolfo Torrecilla es licenciado en filología hispánica, profesor y crítico literario en la agencia Aceprensa.
4 DE
I B E R I A V I E J A
46 De la EGB al COU Nuestro redactor jefe, Alberto de Frutos, revive la memoria sentimental de España desde 1931 hasta nuestros días en Historia a pie de calle (Larousse, 2016). La nostalgia se apodera de sus páginas cuando recuerda los años de la E.G.B. ¿Acaso cualquier tiempo pasado fue mejor?
52
El hombre que creó el futuro Su nombre, Leonardo Torres Quevedo. Su legado, el futuro. En este número, descubrimos que muchos de los inventos que nos facilitan la vida en el siglo XXI nacieron del caletre de este cántabro universal, cuya biografía no tiene tanto que envidiar a la del “primer” Leonardo.
Internados
18
La denuncia era necesaria. Una reciente investigación ha revelado los abusos que sufrieron miles de niños en los internados franquistas. Un drama silenciado durante décadas al que ponemos voz en un exhaustivo reportaje que recupera algunos de los testimonios de estas víctimas del poder.
5 DE
IBERIA
V I E J A
Cronos
6 DE
I B E R I A V I E J A
El primer semáforo
Sobre estas líneas, un icono de la modernidad y a perdido: el primer semáforo de Madrid, cuya instalación celebra este año su noventa aniver sario.
1 HACE NOVENTA AÑOS los madrileños se quedaron a cuadros con un artefacto que se instaló en el cruce de las calles Gran Vía y Alcalá. Todavía no se llamaba semáforo, pero servía para lo que sirven los semáforos: para regular el tráfico, aunque sus destinatarios no eran los peatones, sino solo los vehículos.
2 DURANTE DÍAS, la prensa explicó a sus lectores el lenguaje de los colores –verde, ámbar y rojo– y aplaudió una iniciativa que, a la postre, salvó muchas vidas. Fue una inversión considerable –nada menos que 23.850 pesetas de la época–, y había que programarlo a mano mediante clavijas.
3 LÁSTIMA que no quede rastro de él, ni siquiera una réplica como la que hay en la Potsdamer Platz de Berlín del que se considera primer semáforo de la Europa continental. De acuerdo con algunas fuentes, el primero del mundo se instaló frente al parlamento de Westminster (Londres) en 1868, e imitaba las señales de la baliza de un ferrocarril.
7 DE
IBERIA
V I E J A
Cronos
La aviación alemana bombardeó varios pueblos del Levante para probar sus Stukas
Castellón, el diabólico laboratorio nazi de la Guerra Civil
Los pilotos posan junto a las bombas que devastaron varias poblaciones castellonenses en 1938.
8 DE
I B E R I A V I E J A
SI TODO VA BIEN, muy pronto podremos ver en las pantallas españolas un documental sobre el bombardeo de varias poblaciones castellonenses por la Luftwaffe alemana, en la primavera de 1938. Ni siquiera Franco fue informado de ese horror, que mató a unos cuarenta vecinos y cuyas “razones” se han empezado a conocer solo unos años atrás… A lo largo del mes de mayo de 1938, durante diez días, varios pueblos de Castellón fueron bombardeados por la Luftwaffe alemana. La operación fue un letal experimento para probar la eficacia de los Stuka –los bombarderos en picado biplaza– de cara a la venidera Segunda Guerra Mundial. La “innovación” consistía en que los aviones surcarían los cielos sin artillero –no eran necesarios: los pueblos estaban completamente indefensos–, solo con un piloto que, frente a sí, sostendría el mapa con los objetivos de la jornada. El descubrimiento de estos hechos avala, una vez más, la tesis de que para las potencias extranjeras la Guerra Civil española fue un cruel laboratorio para el Apocalipsis que no tardaría en asolar el mundo.
La población civil fue víctima de bombardeos indiscriminados en Gernika, Barcelona o Castellón.
Una formación de Stukas –los temibles Junkers Ju 87 – sobre Polonia en 1939. Llevaban la lección aprendida de España.
BOMBAS DE 500 KILOS Durante años, nadie conoció el fondo de esta tragedia. Las referencias bibliográficas eran escasas y los archivos militares no daban cuenta de los ataques. Sin embargo, la memoria de los más viejos recordaba vívidamente el pavor de aquella primavera en que el cielo escupió hasta 36 bombas en apenas
Los historiadores no han podido verificar si Franco conocía el experimento, pero dudan de que Hitler le pidiera siquiera permiso diez días. Albocàsser, Ares del Maestrat, Benassal y Vilar de Canes, todos en Castellón, fueron los pueblos elegidos por la Legión Cóndor para la prueba, tal como apuntaba Anthony Beevor en su imprescindible La Guerra Civil española: “En la primavera del año 1938, durante el avance a través del frente de Aragón, la Legión Cóndor bombardeó pueblos y ciudades para verificar la precisión de los bombardeos de los Stuka con bombas de 500 kilos”. Los historiadores no han podido verificar si Franco conocía este experimento, pero dudan de que Hitler le pidiera siquiera permiso. De hecho, el periodista Rafa Molés, que actualmente trabaja en un documental sobre el llamado Experimento Stuka, ha señalado que un mes antes el general
había prohibido los bombardeos sobre la población civil, estimando que la presencia de la Legión Cóndor era ya superflua… además de muy costosa.
ASFIXIA POR ACCIDENTE A los supervivientes solo les quedó, pues, la resignación de ver cómo sus seres queridos eran sepultados por toneladas de olvido, en tanto que la causa oficial de su muerte se traducía en “asfixia por accidente de aviación”. ¿Accidente? Varios pueblos de Castellón fueron condenados a la muerte en un frío ensayo de la aniquilación. En los despachos de los jerarcas nazis se resolvió su suerte. Los soldados posaron días antes junto a los proyectiles que descargarían sus Stuka. El pueblo miró al cielo. Y se hizo el silencio.
9 DE
IBERIA
V I E J A
Cronos
El códice maya era verdadero FUE HALLADO en una cueva de Chiapas, México, allá por los
Expedición a La Mercedes , parte II DURANTE EL MES de septiembre se ha desarrollado la segunda expedición al pecio de La Mercedes, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía y la Armada española. El objetivo de los trabajos ha sido investigar el estado en que se encuentran los restos de la fragata, célebre por el expolio que sufrió a manos de la empresa estadounidense Odyssey. Un equipo de trece profesionales, integrado por científicos y técnicos, embarcó en el puerto de Cartagena, concretamente en el buque Ángeles Alvariño, arriba, rumbo al sitio arqueológico. En el curso de sus trabajos, posicionaron los restos encontrados, limpiaron las partes del pecio de interés científico y grabaron imágenes para un documental que difundirá toda su investigación.
años sesenta del pasado siglo. Durante décadas, nadie aceptó su autenticidad, pero ahora un equipo de la universidad de Brown (Estados Unidos) ha determinado que el códice Grolier, un documento maya del siglo XIII, es auténtico.Y no solo eso: podría tratarse del manuscrito más antiguo de América, tal como revela un trabajo publicado en el último número de la revista Arqueología Maya. El códice llegó a tener veinte páginas, ilustradas con otras tantas figuras relacionadas con la iconografía maya, pero ya solo quedan diez. Si hasta la fecha los expertos habían negado su autenticidad, era, en parte, porque el descubrimiento se debió a unos saqueadores. Su falta de reconocimiento por la comunidad científica hizo que, desde 1977, sesteara en los sótanos del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. La cosa ha cambiado. Para bien.
¡Al museo, bomberos! BARCELONA contará con un nuevo espacio
museístico este otoño, la antigua estación de bomberos de la calle Lleida, en el Poble Sec, que, además, complementará su función cultural con la de un moderno centro de prevención de incendios. El visitante ha de saber que esta es una de las estaciones de bomberos más antiguas de España, con más de 180 años a sus espaldas. Acorde con su valor histórico, el museo, dividido en cinco departamentos, exhibirá hasta una treintena de piezas del cuerpo, como equipos de protección, botellas de aire o racores antiguos de mangueras. Y vehículos, también vehículos, como la Genoveva, a la izquierda, que circuló por las calles de la ciudad condal en los años 20.
10 DE
I B E R I A V I E J A
Cronos
Las pirámides de Egipto, en manos privadas TRES EMPRESAS privadas vela-
Guipúzcoa, hace 100.000 años DESCUBIERTO EN 2012 por los operarios de una cantera tras una voladura, el yacimiento de Arrasate (Guipúzcoa) no ha dejado de deparar alegrías a los investigadores. Ahora, un equipo de la Universidad del País Vasco ha presentado sus conclusiones sobre Artazu VII –así se llama esta sima del Pleistoceno Superior–, que hace la friolera de cien mil años funcionó como una trampa natural en la que sucumbieron diversos animales. Los expertos, que han publicado su trabajo en la revista Comptes Rendus Palevol , no han detectado actividad humana en el yacimiento, por lo que los restos de fauna se han conservado a la perfección. En este sentido, el estudio preliminar señala una lista de al menos 40 especies entre micro –mamíferos, anfibios y reptiles– y macrovertebrados –el león de las cavernas, el leopardo o el bisonte estepario–, algunas extintas entre ellas o ausentes del entorno por su desplazamiento geográfico.
El día que Lucy se cayó de un árbol La revista Nature ha dado a conocer el resultado de la autopsia a Lucy, la Austra- lopithecus afarensis de 3,2 millones de años de antigüedad descubierta en 1974 en Etiopía. Y, a lo que parece, la tatarabuela de la humanidad falleció probablemente tras caerse de un árbol, según el paleoantropólogo John Kappelman, de la Universidad deTexas. Las fracturas que presentaba su esqueleto conducen a la hipótesis de que Lucy se precipitó desde una altura muy considerable, que el investigador calcula en torno a los 14 metros (los chimpancés colocaban así sus nidos). No obstante, el investigador español José María Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, cree que es imposible saber si esta hembra se cayó de un árbol o de un acantilado.
12 DE
I B E R I A V I E J A
rán a partir de ahora por la gestión, limpieza y seguridad de las pirámides de Giza, hasta ahora administradas por el Estado. El objetivo es atajar la corrupción que lastra el negocio del arte en Egipto, donde recientemente tres individuos fueron arrestados por vender fragmentos de pirámides por algo menos de treinta euros. Junto con esta decisión, el Gobierno reforzará la policía turística en la zona y reformará un hospital en la misma área. Todo para aliviar la sangría de turistas que han dejado de visitar el país desde la revolución de 2011, con el clima de inestabilidad y violencia que le siguió.
Napoleón novelista ERA TODAVÍA un oficial de 26 años y a sus dotes
militares añadía su gusto por la literatura. Empezó a escribir una novela de carácter autobiográfico, Clisson et Eugenie , pero no fue capaz de concluirla. Al final, le salieron 22 páginas sobre un soldado francés que se enamora de una joven en un balneario del corazón de Francia. Su autor, el mismísimo Napoleón, conservó el texto hasta su muerte en 1821. Desde entonces, varios coleccionistas privados han atesorado este material, uno de cuyos fragmentos, el más relevante de la trama, salió a la venta el pasado 21 de septiembre en la casa de subastas Bonhams (Nueva York). Desde 2007 todos los lectores pueden acceder al texto completo, publicado por la editorial gala Fayard .
El agente provocador Por Fernando Rueda
Entrevista en Hendaya: un Franco muy tonto o muy listo HACE 76 AÑOS, el 23 de octubre de 1940, se celebró en la estación de Hen-
Niños sin pies en el Perú prehispánico EL HALLAZGO de las tumbas de dos
niños con los pies amputados en torno a un templo prehispánico del norte de Perú ha llamado la atención de los arqueólogos, que lo vinculan con una suerte de sacrificio ritual. Los especialistas, coordinados por el arqueólogo Carlos Wester La Torre, localizaron en total trece enterramientos en la región de Lambayeque, datados entre los siglos XV y XVI, de la época de las culturas Chimú-Inca. Para los investigadores, los dos niños sin pies, enterrados en la parte occidental, pudieron “ejercer” como ofrendas para guardar el resto de sepulturas. No obstante, el personaje más importante, en el centro del conjunto funerario, corresponde a un hombre rodeado por ricas ofrendas como ollas de arcilla y una botella escultórica.
daya una de las entrevistas más importantes de la historia de España, capaz de marcar, como así hizo, el futuro del país. Franco y Hitler, el Caudillo y el Führer de la época, se reunieron con un objetivo claro por parte del alemán: la entrada de España en la guerra. Sobre lo que la historia no ha arrojado luz, al margen de opiniones, es la razón del papel representado por Franco. Serrano Suñer, el cuñadísimo y ministro de Exteriores, junto a un buen número de generales, le recomendaron apoyar al bando nazi. Hitler acababa de conquistar Francia y no les quedaba duda de que Inglaterra caería pronto. Otros generales no lo tenían tan claro. Por la visión estratégica personal o inducidos por el dinero del MI6 ingresado por el embajador británico en Madrid, Samuel Hoare, en cuentas secretas en el extranjero, defendieron que si bien no eran neutrales, debían ser auténticos no beligerantes. Franco se sentó frente a Hitler y le pidió a cambio de su ayuda lo admisible –Gibraltar–, lo complicado –pan para los españoles y armas para combatir– y lo impensable –Marruecos–. ¿Es que no sabía que hasta para Hitler era imposible exigirle eso a Pétain? ¿Es que no sabía que Hitler lo único que ansiaba era vía libre para echar a los ingleses de Gibraltar y los problemas de España le daban igual? El franquismo vendió la entrevista como muestra de las buenas relaciones entre países fascistas, aunque tras la derrota alemana cambió el chip para entronizar en los altares a un Franco que evitó que España entrara en el conflicto. Posiblemente, Franco estaba dispuesto a entrar en la guerra pero necesitaba justificar la decisión en contraprestaciones alemanas. No esperaba recibir todo lo que le pidió, pero sí bastante. Su equivocación: Hitler quería súbditos, no negociar con un tipo inferior a él llamado Franco. FERNANDO RUEDA, uno de los periodistas de investigación más respetados del país, es una de las voces más importantes del programa La rosa de los vientos de Onda Cero. Autor de más de una decena de libros, el último de sus trabajos es El Dosier del Rey (Roca).
13 DE
IBERIA
V I E J A
Cronos
Arte y parte Los últimos de Filipinas Será una de las citas culturales del último trimestre de 2016. El próximo 2 de diciembre se estrena 1898, los últimos de Filipinas , una película
Buscaban el teatro y lo encontraron EL TEATRO GRECO-ROMANO de Agrigento (Sicilia) ha quitado el sueño a varias generaciones de arqueólogos, que por fin parecen haber dado con él. Este 10 de octubre se inician las excavaciones en el Valle de los Templos, Patrimonio de la Humanidad desde 1997 y donde los investigadores han localizado ya la cávea del recinto. Cuando se completen los trabajos, los visitantes podrán disfrutar de otra joya en este parque arqueológico, uno de los más ricos del Mediterráneo, que sacará a la luz un secreto guardado durante 2.800 años…
Síguenos en www.historiadeiberiavieja.com
dirigida por Salvador Calvo que cuenta con un reparto estelar encabezado por Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Álvaro Cervantes, Karra Elejalde y Carlos Hipólito. Cuando a finales del siglo XIX España entró en guerra con Estados Unidos, muchos presentían, aunque pocos lo dijeran en voz alta, que la derrota supondría la pérdida de las últimas colonias. Que no podría volver a repetirse la frase aquella de que “en España nunca se pone el sol”.
Normandía/Alhucemas En el libro Grandes batallas de la historia de España, el doctor Juan José Primo Jurado recuerda que el general Eisenhower estudió a fondo el Desembarco de Alhucemas (1925), la primera operación anfibia con éxito de la historia, para diseñar el golpe maestro de Normandía en 1944. Entre los hechos de armas que estudia este experto en su ensayo, destacan Guadalete, Las Navas de Tolosa o Pavía, en la que los soldados españoles donaron su salario a sus aliados alemanes.
Arte contemporáneo COMO TODOS LOS MESES, en twitter puedes comentar cualquier cosa sobre los contenidos de cada número del siguiente modo: #historia136 En las redes seréis los primeros en ver las portadas de nuestra revista. E incluiremos noticias y fotos de opinión. Queremos que estéis ahí, que nos visitéis, y si os parece adecuado, que cliquéis en “me gusta”. Queremos crecer en las redes sociales. Están haciendo historia… ¡Y DISFRUTA DE LOS CONTENIDOS DE NUESTRA PÁGINA WEB! En nuestra página web historiadeiberiavieja.com podrá conocer muchos de nuestros contenidos, disfrutar de las mejores galerías de imágenes y los reportajes y noticias que te contamos en la revista, así como la información sobre nuestras versiones digitales y suscripciones.
www.facebook.com/historiadeiberiavieja
14 DE
I B E R I A V I E J A
@historiaIberia
El Museo Centro Nacional Centro de Arte Reina Sofía ha gastado unos 700.000 euros en compra de obras de arte. Cerca de la mitad corresponde a la obra Sin título (1962), del célebre artista argentino León Ferrari (1920-2013), mientras que un cuaderno de apuntes y cinco obras de pequeño formato del dramaturgo Francisco Nieva han sido adquiridos por 30.000 euros. Por otra parte, en septiembre se han cumplido 35 años de la llegada del Guernica de Pablo Picasso a nuestro país, procedente del MOMA de Nueva York.
¿Sabías que...
la princesa de Éboli y santa Teresa de Jesús fueron rivales? EMPECEMOS con dos de los personajes femeninos del siglo XVI que más dieron que hablar, por motivos muy diferentes. Felipe II creó el ducado de Pastrana para Ruy Gómez de Silva, marido de la de Éboli y estrecho colaborador suyo. El matrimonio quiso hacer una fundación carmelita en las tierras recién adquiridas y la princesa se puso en contacto con Teresa de Jesús. Las diferencias saltaron al punto. Ana de Mendoza de la Cerda pretendía imponer su voluntad sobre la construcción del monasterio, y Teresa de Jesús apelaba a su mayor experiencia para conducir las obras. Gracias a la mediación de Gómez de Silva, estas finalizaron y el centro se inauguró en 1569. Cuatro años después, la princesa quedó viuda y decidió encerrarse en el monasterio –según algunas fuentes, Teresa dijo entonces: “¿La princesa monja? Yo doy la casa por deshecha”. Cansada de la vida austera que llevaba en el mismo, Ana abandonó la celda y se fue a otra casa más lujosa en la huerta del convento. Uno de los curas del monasterio, fray Antonio de Jesús, escribió una carta a la duquesa de Alba en la que le decía: “Las nuevas que hay por acá de nuestra novicia la princesa son que está preñada de cinco meses y que está dentro del monasterio mandando como priora y que quiere que las monjas le hablen de rodillas y con gran señorío. Vuestra Excelencia lo diga a nuestra madre si no lo sabe”. La paciencia de Teresa de Jesús se fue agotando y, previa autorización del Provincial de la Orden, ordenó que las monjas de Pastrana se trasladaran definitivamente a la nueva fundación de Segovia en abril de 1574, devolviendo a la princesa las donaciones que había hecho. Dicen que, en venganza, la princesa denunció ante la Inquisición el Libro de la Vida de Teresa de Jesús.
el 18 de julio fue festivo hasta dos años después de la muerte de Franco? EL 17 DE JULIO DE 1936 en Marruecos y un día después en la Península se produjo el levantamiento de algunos generales contra el orden establecido. Este pronunciamiento se conoció en la época franquista como el Alzamiento –o Glorioso Alzamiento– Nacional y
16 DE
I B E R I A V I E J A
las autoridades proclamaron esa fecha Fiesta Nacional, mediante el Fuero del Trabajo de marzo de 1938. La llamada Fiesta de Exaltación del Trabajo sustituyó la del 1 de mayo, por ser considerada de inspiración marxista, aunque, cuando la iglesia declaró el 1 de mayo día de San José Obrero, volvió a ser un día señalado en el calendario. El 18 de julio era una fiesta de carácter protocolario. Franco solía recibir al cuerpo diplomático al completo en el palacio de la Granja de San Ildefonso, y no faltaba la consabida misa para agradecer la victoria; además, los trabajadores tenían un aliciente añadido: la paga extra, que ahora se recibe a finales de junio, antes se entregaba el 18 de julio. Durante el franquismo, era habitual que las localidades españolas dedicaran calles, plazas o avenidas a esa jornada. A partir de 1943, la fiesta también se conoció como “fiesta del valor”, según la orden del Frente Nacional de Juventudes. Una vez muerto Franco, la reunión del Consejo de Ministros del 21 de diciembre de 1977 suspendió la festividad del 18 de julio, es decir, que el primer año que no se celebró fue 1978.
hubo dos golpes de estado fallidos contra Primo de Rivera? PRIMO DE RIVERA se hizo con el poder gracias a un golpe de estado que contó con la aquiescencia de Alfonso XIII. No era el primero en la historia de España ni sería el último. Tres años después de su ascenso al poder, Primo probó de su propia medicina cuando urdieron un golpe de estado contra él, esta vez fallido. Fue la Sanjuanada del 24 de junio de 1926 –solo un año después de que el militar instaurara la segunda fase de su dictadura, el Directorio Civil– y en ella participaron los generales liberales Valeriano Weyler y Francisco Aguilera y Egea. En enero de 1929, se produjo otra intentona promovida por el político conservador José Sánchez Guerra, que había sido presidente del Consejo de Ministros, ministro de la Gobernación, ministro de Guerra y ministro de Fomento, con la colaboración del militar Eduardo López-Ochoa. La represión que siguió a su fracaso fue manejada por el entonces jefe de la Guardia Civil, general Sanjurjo, quien protagonizaría otro golpe de estado fallido en 1932 contra la República y sería uno de los protagonistas de la conspiración de 1936.
y además que...
... el abuelo de Velázquez era portugués? ... el padre de Pío Baroja hizo la letra de la Marcha de San Sebastián? ... Narciso Ibáñez Serrador dobló uno de los personajes de Bambi para los países de habla hispana?
Luisa Fernanda pudo haber sido reina de España? LA ÚNICA VEZ en la historia de España en que un rey ha sido elegido por el Parlamento en lugar de acceder al trono mediante descendencia natural, ha sido en 1870, cuando las Cortes eligieron a Amadeo I de Saboya. La Revolución Gloriosa de 1868 puso fin al reinado de Isabel II y al año siguiente se promulgó una nueva constitución en la que se decía que España era un reino. Por tanto, las Cortes afrontaron la urgencia de encontrar a un posible candidato que concitara los apoyos necesarios, en un ambiente especialmente convulso. Entre estos, no se podía desdeñar a la hermana de Isabel II, aunque los Borbones no gozaran de muchas simpatías. Luisa Fernanda era la pariente mayor de edad –el príncipe Alfonso tenía 12 años– más cercana entre los candidatos. Su marido, Antonio de Orleans, duque de Montpensier, que también se postuló para el cargo, llegó a financiar la Revolución que destronó a Isabel II; pero sus aspiraciones se vieron frustradas por un inoportuno duelo. En efecto, el 12 de marzo de 1870 se enfrentó con Enrique de Borbón en el llamado Duelo de Carabanchel –hoy el barrio de la Fortuna– y acabó con la vida de este. Ganó, pues, el duelo, pero perdió toda esperanza de reinar en España, pues Enrique de Borbón pertenecía a la familia real, era primo de Isabel II y además hermano de Francisco de Asís. Finalmente, el 16 de noviembre de 1870 tuvo lugar la votación con los siguientes resultados: Amadeo de Saboya (191 votos), República Federal (60), Duque de Montpensier (27), general Espartero (8), príncipe Alfonso (2), República Unitaria (2), Luisa Fernanda (1). Se contabilizaron 19 votos en blanco.
17 DE IBERIA V I E J A
¿Historia heterodoxa? ¿Fenómenos paranormales? ¿Límites de la ciencia? ¿Ufología? Descubre los grandes enigmas de nuestro tiempo. Reportajes de lo más inte resa nte te espe ran cada mes en tu quiosco. Revista Enigmas, ¿Te preguntas algo más?
Historia contemporánea
La verdad de los internados
El paraíso salvaje Los centros de internamiento para menores que se abrieron a partir de los año 40 estaban extendidos por todo el país. Las autoridades intentaron dar una imagen idílica de estos lugares, pero en realidad se trataba de auténticos campos de concentración inspirados en los salvajes internados nazis en donde los castigos, los abusos y las violaciones eran el pan de cada día. La verdad sobre las bestialidades que sufrieron decenas de miles de niños en estos lugares apenas es conocida por la opinión pública. Nosotros no contribuiremos al olvido de la verdad. BRUNO CARDEÑOSA
18 DE
I B E R I A V I E J A
19 DE
IBERIA
VIEJA
Historia contemporánea
La propaganda franquista camufló el infierno con las trazas del paraíso, pero quienes sufrieron este horror en sus carnes conocen perfectamente la diferencia.
ue ayer… y ayer es demasiado lejos en el tiempo. Seguramente, todos los que leen estas líneas han oído cómo sus padres les amenazaban –y en la mayor parte de los casos se quedaba en eso, afortunadamente– con buscar un internado para corregir comportamientos rebeldes y malas notas. Nadie es culpable, porque el proceso de limpieza mental que ellos sufrieron incluía la lobotomía de la información y el silencio sobre un pasado que, para mirar adelante, se quiso borrar haciendo cómplices del olvido a todos, pero ese olvido esconde cosas terribles: “Era como estar en un campo de concentración”, recuerda una de las víctimas… Todo se vistió de excelencia. Tras la guerra civil se crearon en el Ministerio de Justicia dos organismos: el Consejo Superior de Protección de Menores y el Patronato de Protección de la Mujer. Fueron lo que por entonces se conocieron como la beneficencia. Dicen que por la caridad entra la peste… ¡Y dicen bien! Las imágenes idílicas del NO-DO mostraban a niños felices y sonrientes cuando entraban en las clases y en los patios de estos centros.
F
20 DE
I B E R I A V I E J A
Un periodista de TV3 llamado Ricard Belis nos contaba cómo se creó la imagen idílica de que los menores iban allí henchidos de gozo: “Algunos me contaron cómo incluso llegaron a creer que de las fuentes que tenían en el patio salía leche”. Pero él, junto a la también periodista Montse Armengou, empezó a recoger testimonios asombrosos que estaban en silencio y que no esperaban nada, salvo una disculpa oficial que todavía no ha llegado. Han escrito un libro titulado Los internados del miedo (Now Books, 2016) en el que desglosan su investigación. Han hecho periodismo puro, del que interesa tan poco al que manda. UNA RED GIGANTESCA Es difícil explicar el enorme organigrama que estaba detrás de todos estos centros. Quizá salió sólo o quizá estaba todo medido, atado y bien atado, ya que se tomó como modelo para esta historia a la Alemania de los años de Hitler, porque se creía que su sistema de beneficencia era el adecuado. Por un lado estaban las sedes de verano de los colegios, a donde iban a parar aquellos niños que, o bien sacaban malas notas o bien no tenían dónde quedarse en las fechas
estivales. Por otro lado, estaban los colegios en donde casi vivían toda su vida aquellos pequeños. También eran huérfanos o hijos de madres solteras o separadas, a quienes por ese hecho –eran los tiempos en los que la moral se convirtió en Ley– ya se las consideraba inapropiadas para hacerse cargo de los menores. También estaban los hospitales para tuberculosos, aunque no eran ni hospitales ni para tuberculosos. Fueron los llamados preventorios, que hoy se encuentran en ruinas como auténticos fantasmas de un pasado que jamás debió existir. Y por último, estaban los psiquiátricos, transformados en aquellas fechas en campos de concentración a donde iban a parar pocos enfermos y sí muchas personas que sólo habían cometido el “error” de estar en el sitio inadecuado y en contra del sistema imperante. “Se creía que los comunistas tenían una enfermedad contagiosa y que, por tanto, había que separar a los hijos de los rojos de sus padres para evitar que se contagiaran”, recuerdan Armengou y Belis. Rescataron el discurso de Eulalia Arqué, superiora de la Casa de Caridad de Barcelona, que dijo a sus internos:
Las fotos mostraban una realidad pero la realidad era otra. Tras los muros de los internados, los personajes más siniestros dictaban su ley contra unas criaturas del todo indefensas.
“¡Estáis en desgracia permanente y por esta razón habrá que coger el látigo para sacar vuestro demonio, que vive en vuestras oscuras almas con morbosa satisfacción! ¡Recordad que habéis llegado abandonados de todo y algunos en condición de maleantes, mendicantes y viciosos!”. La brutalidad atribuida a Carlos Crooke, responsable de información de la Falange, no es una boutade, sino que parecía que querían llevar a cabo este exterminio por una razón concreta: “Estos niños representan la España futura. Queremos que lleguen a decir un día: Sin duda, la España falangista fusiló a nuestros padres, pero lo hizo porque lo merecían”. DE LA GUERRA A LA TRANSICIÓN Aquellos niños, incluso ya cuando llegaron los tiempos de la democracia, vivieron vejaciones, malos tratos, abusos… Lo que ocurrió es una barbaridad olvidada. E ignorada. Todos miramos para otro lado, pero la verdad está ahí. Por ejemplo, está en el recuerdo de quienes fueron a los hogares Mondet en Barcelona. Las buenas sensaciones que de su paso tienen algunos no es justificación para lo que sufrieron otros durante los más de 30 años que estuvieron abiertos estos siete centros, en donde estaban bien separados niños y niñas. La educación de ellos corrió a cargo de los Padres Salesianos, mientras que la de ellas estaba a cargo de las Hijas de la Caridad. “Muchos de los que pasaron por ahí guardan buen recuerdo y están agradecidos porque recibieron una alimentación y
“Era como estar en un campo de concentración”, recuerda una de las víctimas de los internados disciplina que sus padres no les podían dar, y aunque aceptan que hubo castigos, los disculpan por la necesidad de mantener la disciplina”, escriben Belis y Armengou. Sin embargo, la verdad es la verdad: “Llama la atención la gran cantidad de testigos que relatan castigos y crueldades escalofriantes”, señalan. Y citan, por ejemplo, el caso de Joan Sisa, cuya madre fue abandonada por su esposo y se tomó la decisión de que, como soltera que era, no estaba capacitada para cuidar de él y sus tres hermanos. ¡Estaban locos!
Joan recuerda cómo incluso, si se le escapaba alguna palabra en catalán, le lavaban la boca con jabón. La violencia que relata es arbitraria. Los “jefes” golpeaban por casi todo. Con la regla zurraban en el culo, daban bofetadas, soltaban collejas… Para ellos todo estaba permitido. “Pegaban a troche y moche, por todo”, dice. Uno de los castigos más crueles era impedirle ver a su madre. Tenía que portarse bien para poder estar con ella en su siguiente visita, pero los que mandaban se curaban en salud y justificaban su decisión haciendo ver al 21 DE
IBERIA
V I E J A
Historia contemporánea
Estuvo operativo entre 1946 y 1975, pero el trauma del preventorio de Guadarrama sigue vivo en la memoria de sus víctimas.
niño que su madre era mala. Es que era separada… Un día Joan escuchó unos gritos que procedían de las duchas. Cuando se acercó vio a un sacerdote violando a un niño. Se mantuvo aterrorizado pero escondido para que ese tipo no le viera. “No entendía qué estaba pasando pero me di cuenta de que aquel hombre disfrutaba haciendo sufrir al niño”. Días después, le tocó a él convertirse en víctima: “Mientras estaba de pie en el pasillo, ya que me encontraba castigado a no dormir, el cura vino y empezó a decirme con una voz sospechosamente dulce que no lo tenía que hacer más, y al mismo tiempo me iba acariciando. Se metía la mano en la sotana, acariciándose las partes, y con la otra me tocaba… Recuerdo al cura teniendo un orgasmo mientras hacía esos tocamientos. Al día siguiente, me acordaré toda la vida, a las ocho de la mañana ese mismo señor estaba dando misa”. EL PREVENTORIO TERRIBLE El suyo no fue un caso aislado. Se han recogido miles de casos similares. Uno de los lugares en los que la violencia estaba a la orden del día fue en el preventorio de Guadarrama. Hoy sigue ahí, abandonado y en ruinas; van por allí algunos grupos de personas dispuestos a vivir experiencias 22 DE
IBERIA
VIEJA
extrañas y las divulgan sin hacer mención a lo verdaderamente importante: allí se abusaba de los niños. Esos cazadores de emociones se convierten en cómplices del silencio. Nunca estuvieron ahí para sanar de las dolencias a los niños. Los que murieron no fue por culpa de la tuberculosis, sino por culpa de los salvajes castigos a los que eran sometidos. “Los preventorios terminaron siendo un contenedor de situaciones muy diversas, especialmente para familias con pocos
Un día Joan escuchó unos gritos que procedían de las duchas. Cuando se acercó vio a un sacerdote violando a un niño
El preventorio de aguas de Busot (Alicante) fue adquirido por el Estado en 1936, en teoría para albergar a niños enfermos de tuberculosis.
A la izqda., interior del desaparecido Real Sanatorio de Guadarrama ; a la dcha., la casa de maternidad de la beneficiencia provincial de Barcelona.
recursos que, a pesar de no tener ningún enfermo, veían en aquellos centros la única manera de garantizar un plato en la mesa”, dicen Armengou y Belis. Hoy siguen de testigos mudos el preventorio de Aguas de Busot (Alicante), el del Niño Jesús (Almería), el de San Rafael (Segovia) o el del Doctor Murillo de Guadarrama (Madrid). En este último se convirtió en norma hacer comer el vómito si algún niño se ponía mal y devolvía. Creían que era un buen castigo… Parte de esos testimonios están en la causa abierta en la justicia argentina por los crímenes del franquismo. Los relatos que se leen ahí son estremecedores. Abarcan desde 1946 a… ¡1975! No son tan lejanos. E incluso esa locura se extendió a tiempos de la Transición. ABUSOS SEXUALES Las niñas que acababan allí eran extirpadas a sus familias para darles unas vacaciones con buen clima y aire fresco. La propaganda hacía que se creyera que lo que pasaba allí era bueno… Pero quienes estuvieron allí explican cómo tras el corte de pelo y la “desinfección” a la que eran sometidas atravesaban las puertas del infierno: correspondencia censurada, límite de agua al día, comida caducada, pinchazos y supuestas vacunas y abusos sexuales por parte del capellán y algún que otro trabajador del centro que estaba en connivencia con quienes mandaban en aquel espacio de locura que era el preventorio: tenían que hacer sus necesidades en menos de diez segundos y después, completamente desnudas, eran duchadas tras los empujones a los que se sometía a las niñas, que se tenían que secar con la misma toalla putrefacta. Como alguna entraba en la adolescencia y estaba más desarrollada, entonces se la
Depósito de niños EN EL AÑO 1941 se crea el Patronato de Protección de la Mujer, una organización liderada por Carmen Polo que procuraba velar, en el ámbito de la beneficencia, por los derechos de las mujeres sin recursos. El problema es que existía la creencia de que las dificultades de las mujeres estaban unidas a una especie de justicia divina. La organización estuvo en funcionamiento hasta 1983. Montse Armengou y Ricard Belis insisten en su libro Los internados del miedo que si bien estos terribles sucesos están en la historia, los últimos estertores se sitúan en tiempos relativamente recientes. Recogen por ejemplo el caso de una chica que en 1977 se encontraba interna en el centro Pelletier de Barcelona, en donde pasó largo tiempo aislada en la llamada “nevera”. “Muchos de estos centros acabarán siendo suministradores de criaturas destinadas a la adopción”, escriben.
Aquellos niños, incluso ya en tiempos de la democracia, vivieron vejaciones, malos tratos, abusos… pasaba a un fotógrafo que inmortalizaba sus partes y luego el malnacido se pajeaba con ellas. Si protestaban, entonces se les sometía a otra “cura”: se les vertía cera caliente sobre la palma de las manos o se les quemaba su espalda y nalgas con cerillas. Y le advertían que, si contaban algo, el castigo sería mayor. Y ellas que creían que iban de vacaciones… incluso se sospecha que pudieron haber sido víctimas de algún tipo de experimento porque las niñas eran medicadas de continuo como si se estuviera probando la reacción de las pequeñas. No se puede saber qué ocurrió, y es que los expedientes médicos han desaparecido. Ya no puede leerse en qué se fundamenta o
por qué usaban la terapia que, por ejemplo, diseñaron para un niño llamado Mikel Ortiz, a quien le aplicaron quemaduras y le colocaron ortigas en las partes íntimas. Y es que su enfermedad era únicamente que se había orinado en la cama… Cuando a través de diversos foros se dan a conocer las cosas que ocurrieron ahí, surgen una legión de testimonios necesitados de poder expresarse. Quienes sufrieron esta barbaridad quieren poder hablar y ser escuchados. No piden más que eso. No se debe mirar a otro lado y taparse los oídos. Tienen que luchar contra sus recuerdos y traumas, y también contra algunas ex “pacientes” que dicen que no 23 DE
IBERIA
VIEJA
Historia contemporánea
Si protestaban, entonces se les sometía a otra “cura”: se les vertía cera caliente sobre la palma de las manos
Auxilio Social nació siguiendo el modelo de una organización caritativa de la Alemania nazi.
Los niños más desfavorecidos eran “atendidos” en los comedores de Auxilio Social.
era para tanto y asumen como válidos aquellos métodos de disciplina y la dureza del comportamiento de sus carceleros. Tras la guerra y en mitad de la dictadura, gran parte del país estaba enfermo y con la cabeza comida por una propaganda feroz que convirtió en excusable lo inexcusable. En ese proceso judicial que se sigue en Argentina –aquí no les dejan– puede leerse que aquellos centros eran campos de concentración para niños inocentes. “Como los nazis, pero con lavado de cara: había árboles en torno al centro”. 24 DE
I B E R I A V I E J A
Dolores Zamorano fue una de las miles que pasaron por ahí. Su familia había ahorrado lo que no podía para que pudiese tener tres meses de vacaciones y disfrutar del buen aire de la montaña. Y con ese sueño fue allí con su hermana; sólo se contaban maravillas de lo que ocurría ahí, pero, en cuanto llegó, las cosas empezaron a ser más raras. Les raparon el pelo porque dijeron que eran una piojosas: “Asquerosas, marranas, muertas de hambre”, les dijeron mientras les pasaban la maquinilla. Lo que vino después le ha traumatizado de por vida.
Entre lo que vio y el silencio al que el mundo la ha sometido… Lo peor fue cuando tuvo que hacer comunión. Lo que debería ser una fiesta se convirtió en una pesadilla. En las clases previas, el sacerdote empezó a tocarla. Y a la vez la advirtió: “Hoy haremos cosas que no puedes contar a nadie. Lo que estás haciendo está bien: Dios lo quiere. Y como lo quiere, tú debes hacerlo. Tú tranquila, pero no lo puedes contar a nadie, ni a las cuidadoras, ni a amiguitas, ni a nadie. Piensa que yo tengo línea directa con Dios. Si no haces lo que te digo, no volverás a ver a tus padres”. Acto seguido, el capellán se levantó el hábito y les introdujo su miembro en la boca: “Sentí una cosa asquerosa por la boca. Yo me sentía morir, temblaba toda, aunque me hubiera querido escapar el capellán había cerrado con llave la puerta y la habitación estaba muy oscura”. El resto no hace faltar contarlo. “Las secuelas de los abusos acompañarán a Dolores hasta el día de hoy”, escriben Armengou y Belis. Ella sigue teniendo miedo de aquel verano en el cual se iba a ir de vacaciones pero entró en el patio del horror: “Lo que te diré ahora es una burrada, pero aún sigo pensando que soy culpable, que quizás podría haberlo evitado… Tú creías que si este hombre predicaba la palabra de Dios no te podía hacer nada malo. El asco que siento solo se puede entender por quien lo ha pasado. Y lo que más me duele es que todavía hay gente que lo niegue, cuidadoras que han ido a un programa de televisión y lo han negado, diciendo que era una exageración”. CÁRCEL PARA NIÑOS “Hubo niños que recibieron palizas tremendas. Estábamos tan delgados que de una simple colleja nos caíamos al suelo, pero muchos compañeros recibieron mucho más que eso. A la mínima te pegaban con una raqueta de madera hasta que se cansaban o se rompía la raqueta en la espalda o cabeza de la pobre criatura. Cuando acababan
dejaban allí al niño, tirado en el patio”. Así habla Miguel Ángel Pardo de su infierno: un internado en Madrid que responde al nombre de San Francisco. Es de los pocos que ha asumido lo que ocurrió y aunque sus mandatarios no pueden borrar el horror de lo que Miguel Ángel califica de “cárcel para niños”, sus actuales gestores sí han ayudado a que se conozca la verdad y han facilitados el acceso a testigos. Para ellos, su amnistía consiste en reconocer el horror que se vivió en sus aulas y no mirar para otro lado e ignorar la realidad. Y es que este centro estuvo implicado en la venta de niños gracias a la proximidad que tenía con la Base Aérea de Torrejón. Los militares norteamericanos acudían a veces allí para elegir muchachos. También había niños que eran vendidos a guardias civiles que sólo tirando de chequera podían adoptar a un pequeño. Miguel Ángel también revela otra de las cosas que ocurrían en los internados: eran fábricas de esclavos. Muchos de los que estaban ahí, especialmente los huérfanos o los niños arrancados de sus familias por la razón que fuera, eran redirigidos a la mina para convertirse en mano de obra gratuita: “Algunos de los que les tocó trabajar bajo tierra quedaron tocados para siempre, con afecciones en la piel, en los ojos, en el hígado”. Era un camino en el que los niños no sabían qué les iba a esperar: “Los enviaban allí engañados. Los trataban muy mal, peor que en el colegio: pasaban hambre y frío y tenían que currar de sol a sol, siete días a la semana”. ¿AUXILIO SOCIAL? Se organizara así o no, la estructura que abrigaba a este tipo de centros era inmensa. También estaba implicada una organización tan “pura” como Auxilio Social, que había sido creada en 1936 por Mercedes Sanz y su marido Javier Martínez de Bedoya, que estudiaron la Winterhilfe de Alemania para inspirarse. Aquella organización era la que utilizaban los hombres de Hitler para financiar obras de caridad; se trataba de una institución muy utilizada por la propaganda nazi para lavar la imagen del régimen. En España, Auxilio Social creó numerosas casas de acogida en las grandes ciudades. En ellas los chicos estaban separados de las chicas; los hijos de Satán que estaban detrás de estos internados tenían una obsesión con ello. Quizá en sus cabezas residía un enorme complejo que sólo curaban con la dispersión y teniendo
“Los castigos eran muy habituales” ”ESTUVE EN 1969. Alguien le vendió a mi madre que aquello era como una colonia. Los castigos eran muy habituales, sobre todo si te hacías pis en la cama. Una vez me dieron con una percha en la cara. Me dejaron marcada. Estaba aterrorizada, pero a mis padres les dijeron que me había caído. Una vez nos trajeron a una niña desnuda, morena y muy delgada. Nos obligaron a insultarla. Ella corría con una vela quemándole el culete. La primera vez que vi un documental sobre Auschwitz me vi transportada allí”, dice Blanca Romero, una de las víctimas del preventorio de Guadarrama. Aún es muy joven; tiene 51 años. Todavía siente vergüenza cuando lo cuenta.Y es que esa es la diferencia con los campos de trabajo de los nazis: los que estaban allí se sabían presos, pero aquí, quienes iban a los preventorios lo hacían convencidos de que se trasladaban a un paraíso. “Hace cuatro años me perdí en el coche y topé con el preventorio. Volví a recordar... No lo superé”, relata Marián Alejandre. Nadie sabía lo que pasaba allí: “Me costó perdonar a mi madre, porque siempre sentí que se despreocupó por dejarme en un sitio tan terrible”, lamenta. Y es que no nos tenemos que olvidar de que cuando se pasea por la calle el rostro que tenemos delante igual es el de una persona que estuvo en ese infierno.Y quiere gritarlo.
“Recuerdo al cura teniendo un orgasmo mientras hacía esos tocamientos. Al día siguiente, ese mismo señor estaba dando misa”
Tras la promesa de unas vacaciones, la tortura. Teatro de los Hogares Mundet.
25 DE
IBERIA
VIEJA
Historia contemporánea
Entre agresiones y experimentos “SI DEVOLVÍAS TE HACÍAN TRAGAR EL VÓMITO. La comida estaba asquerosa. Tenía ocho años. Cuando volví tenía la vesícula como un balón y estuve meses a dieta. Una vez me hice pis porque no me dejaban ir al baño. Me obligaron a dormir con la ropa mojada y la ventana abierta. Al patio a veces salía descalza y en ropa interior. El cura nos dijo: todos los que tenéis muertos dudosos sois, en realidad, basura”, rememora Ángela Fernández, que estuvo en el preventorio de Guadarrama, que a la vista de lo que sabemos fue un campo de concentración para niños durante más de 30 años. Ella fue allí como tantos y tantos otros: algo así como “comerciales” acudían durante el año al colegio y daban a los pequeños imágenes idílicas de los internados. De esta forma provocaban el interés de los pequeños que, a su vez, insistían a sus padres en que era un sitio lleno de bondades. Era la forma en la que se llenaban verano tras verano estos centros, en los que también se realizaban experimentos médicos que parecían sacados de los manuales más brutales del nazismo. José Antonio Trujillo estuvo en varios internados de Auxilio Social. Cuando entró en uno de ellos le dijeron que estaba enfermo. Aquel incomprensible dictamen cobró sentido cuando una noche fue trasladado a un quirófano, escondido de todos, para ser operado. ¡Le pusieron un balón en los pulmones! Años después, las molestias le llevaron a iniciar un periplo por hospitales. En el Valdelatas de Madrid le dijeron que le habían hecho una bestialidad, porque ese tipo de operaciones están encaminadas a personas mayores que tienen algún grave problema de salud.
26 DE
IBERIA
VIEJA
Los abusos en el preventorio de Guadarrama empezaron a salir a la luz hace unos pocos años.
“Asquerosas, marranas, muertas de hambre”, les dijeron mientras les pasaban la maquinilla por la cabeza lejos lo que ellos consideraban un peligro. “Un niño podía entrar en un centro de Auxilio Social con meses y salir con mayoría de edad: durante ese amplio período de tiempo se modelaba y adoctrinaba a aquellos niños en modelos patrióticos y religiosos”. En estos centros también pasaba de todo: agresiones, castigos, miedo, hambre, enfermedad… Y todo estaba alimentado por los trabajadores que, tanto aquí como en otro tipo de internados, eran civiles que vivían en las localidades donde se encontraban los centros. Sólo un psicólogo social puede explicar por qué, en esa época, existían tantos personajes sádicos y siniestros en la sociedad. Quizá la guerra y la falta de libertad habían provocado que las taras se multiplicaran al tiempo que el delincuente tenía la sensación de impunidad que le permitía llevar a cabo sus maldades, y su sensación de estar por encima del bien y del mal que era mayor en los miembros del clero. En uno de estos centros dependientes de Auxilio Social se encontraba Anna Huelves, nacida con el nombre de Antonio, que en 1954 fue conducida al Hogar Juvenil de Barcelona, en donde sufrió las agresiones y abusos de uno de los sacerdotes que
controlaba aquello: “Nosotros llevábamos pantaloncitos cortos, y mientras nos metía mano por debajo de la pernera se levantaba la sotana, se bajaba los pantalones y me cogía la cabeza. Un día decidió ir a más. Me puso de espaldas a él, me puso saliva e intentó penetrarme. Yo empecé a sentir algo caliente que me caía entre las piernas: era sangre”. Si has llegado aquí es que tu piel ha sentido escalofríos. Es posible que hayas llorado… ¡Imagínate entonces las lágrimas que han caído por las mejillas de Anna! Toda su vida ha estado controlada por el recuerdo de las atrocidades que vivió en aquel internado. Años después se casó y se divorció, aunque ha seguido viviendo con su pareja, a quien le une un fuerte sentimiento. Ya no es pasión: es dignidad y normalidad. Ella lo pide. Solicita algo tan sencillo y necesario como que no se entierre en el olvido una página tan negra de nuestro pasado, porque si se hace se corre el riesgo de justificar algunas de las cosas que ocurrieron por entonces. Si se hace lo que ella pide no sólo le honramos, sino que ayudamos a que la realidad sea luminosa. Podemos empeñarnos en vivir en la oscuridad. La diferencia entre una cosa y otra es que con luz no hubiera existido este reportaje. ■
Tema del mes
D E
L
a reacción a la invasión napoleónica implicó a un sinfín de actores, también a la prensa. Las ataduras de la censura previa se disolvieron en el caos, y el celo de Carlos IV, quien en 1791 había prohibido todos los periódicos –excepto el Diario de Madrid –, se burló mediante la libertad de imprenta, que en un contexto de guerra como aquel sirvió para apadrinar las tesis de los patriotas y los afrancesados. La propaganda se hizo con las riendas de la información, y los periódicos sirvieron a los intereses de unos y de otros. El cuarto poder se anticipó, incluso, a los tres primeros: en noviembre de 1810, un año y cuatro meses antes de que se promulgara la Constitución de 1812, la Pepa, las Cortes reconocieron ya la libertad de imprenta 28 DE
I B E R I A V I E J A
I B
E R I A
V I
en el preámbulo del Decreto IX. En 1812, la Constitución la confirmaría en su artículo 371, que rezaba lo siguiente: “Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas, sin necesidad de licencia, revisión o aprobación alguna anterior a la publicación, bajo las restricciones y responsabilidad que establezcan las leyes”. La lucha se desarrollaba, pues, en dos frentes: el campo de batalla y el campo de las ideas, y ambos fueron decisivos en la victoria final. En total, más de 650 publicaciones se disputaron su ascendiente sobre la opinión pública, y, aunque la mayoría fueran coyunturales y de ámbito local, queda el legado de otras, como el impetuoso Robespierre español o El Semanario Patriótico, pionero de la prensa política que acogió las firmas
E J
A
de Blanco White o Alcalá Galiano y que, bajo la dirección de Manuel José Quintana, forjó la necesidad de unas Cortes, acomodando de este modo las coordenadas del debate constitucional.
LA PRENSA AFRANCESADA En el otro plato de la balanza, Napoleón custodiaba las publicaciones de su cuerda. Cuando se dice que el emperador luchaba por la libertad de los pueblos y que no hizo sino cumplir con los ideales de la Revolución, hay que recordar que en 1806 mandó ejecutar a un librero de Wurtemberg, Johann Philipp Palm, por publicar un panfleto titulado Alemania en su profunda humillación . Consciente de la fuerza de la letra impresa, Bonaparte promovía la creación de nuevos medios en los países ocupados y, en el caso
29 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
La proclamación de la primera Constitución española, en 1812, pareció abrir un nuevo periodo en la prensa.
español, procedió a la incautación y “conversión” de algunos ya existentes –el Diario de Madrid o la Gazeta de Madrid – y abrió unos pocos nuevos. Si estudiar la prensa patriótica es sencillo, no lo es tanto valorar la incidencia de la afrancesada: ya se sabe que la victoria consiste, sobre todo, en extirpar de la memoria al enemigo. El estudioso Manuel Gómez Imaz rescató 16 publicaciones profrancesas, a las que habría que sumar alguna decena más. Entre las más populares, cabría citar La abeja político-literaria, que salía en Barcelona, y El Imparcial , publicado en Madrid. Tampoco faltaron en este empeño intelectuales como el denostado abate Marchena, quien en 1810 llegó a dirigir el Correo político y militar de Córdoba, en el que puso su inteligencia al servicio de José I. El nivel especulativo de la prensa hacía que el común de los mortales no pudiera acceder a sus contenidos. Durante el primer cuarto del siglo XIX, el 80 % de la población residía en el medio rural y la educación era un privilegio reservado a las clases privilegiadas. En 1808 vivían en España poco más de 10 millones de habitantes, y solo tres ciudades rebasaban los 100.000. Los artículos se dirigían, pues, a quienes podían tomar 30 DE
I B E R I A V I E J A
Ante el pobre nivel cultural de la población, los artículos se dirigían a quienes podían tomar decisiones y los firmaban escritores y políticos decisiones, y los “abajo-firmantes” eran fundamentalmente escritores y políticos. ¿Y qué decir de la Iglesia? España era “un país de cerrado y sacristía”, que sumaba en 1808 nada menos que 70.000 eclesiásticos seculares, 50.000 monjes y frailes y 25.000 monjas. Frente al invasor, su actitud fue vacilante al principio y luego de franca oposición, ante la certeza de que la monarquía de José I no cejaría en el acoso y derribo de sus privilegios. Figuras como el Inquisidor General Ramón José de Arce juraron, sin embargo, fidelidad a José Bonaparte, mientras que otras como Joaquín Lorenzo Villanueva o Miguel Cortés hicieron de sus respectivas tribunas una bocina de sus ideas liberales.
LA REACCIÓN ABSOLUTISTA Sea como fuere, la reacción ultramontana a la Constitución de Cádiz diluyó todos sus logros en un espejismo. La nación perdió
su soberanía y la prensa su libertad. Entre 1808 y 1814 el cuarto poder llegó a ser tan vigoroso, que Fernando VII se propuso cortarle la respiración en cuanto recuperó el trono. La restauración absolutista aplicó su bisturí sobre la herencia de las Cortes de Cádiz, y la confianza depositada por los liberales en el Deseado se desvaneció a las primeras de cambio. La incertidumbre sobre el absolutismo o no de Fernando VII duró bien poco: nada más pisar territorio español, en marzo de 1814, Su Majestad rehusó jurar la Constitución, que declaró “nula y sin ningún efecto” en el decreto de Valencia del 4 de mayo de aquel año. Tras imponer sus tesis, el absolutismo mostró el camino del exilio a una generación de liberales que habían hecho probar a España el néctar de la libertad. Volvieron la censura y la licencia previa y la sombra de la tiranía se extendió a los dominios de América y las Filipinas. Cuando el bozal rozaba
la boca de los periodistas, La Abeja madrileña se despidió de sus lectores ante la imposibilidad de seguir trabajando por “cierto ayre seco, que sopla de Levante”. Leer o poseer un periódico liberal se convirtió en una osada aventura, castigada con 200 ducados de multa y pena de excomunión mayor; y muy pronto todos los periódicos, incluidos los absolutistas, fueron prohibidos, hasta el punto de que, en 1815, solo mantenían encendida su llama la Gaceta y el Diario de Madrid , a los que se irían incorporando unos pocos de naturaleza científica o literaria, sin ningún contenido político. Consumada la traición del Sexenio Absolutista, y como la historia tiene espíritu de bumerán, el Trienio Liberal (1820-1823), regalo de un pronunciamiento militar encabezado por Rafael de Riego, reconquistó la libertad de prensa. A Fernando VII lo de Cádiz le pareció de repente maravilloso. La prensa culta se reinventó como política y surgieron infinidad de cabeceras de vida precaria. Hubo una muy graciosa, La Periodicomanía, que nació solo para troncharse de ese exagerado desahogo de las imprentas. El júbilo duró muy poco: los Cien Mil Hijos de San Luis, bajo el mando del duque de Angulema, instauraron en 1823 el viejo orden feudal y el triunfo reaccionario calló otra vez las imprentas. Fernando VII afrontó los últimos años de su reinado –la Década Ominosa– con las espaldas bien cubiertas por el Cuerpo de Voluntarios Realistas, azote de los liberales. La lista de mártires fue espeluznante y tristemente extensa: desde el propio Riego a Mariana Pineda, pasando por el librero asturiano Antonio Miyar, quien había ejercido un periodismo valiente y comprometido desde la Villa y Corte, lo que pagó en la horca levantada en la Plaza de la Cebada en 1831.
EL REGRESO DE LOS LIBERALES Tras la muerte del rey, cesó la represión. El pleito sucesorio entre los partidarios de Carlos María Isidro –hermano de Fernando VII– e Isabel II –su hija, menor de edad– se despachó en varias guerras civiles. Asediada por los carlistas, María Cristina de Borbón, esposa del indeseable, no tuvo más remedio que apoyarse durante sus años de regencia (18331840) en los liberales, que, amnistiados, pudieron volver a casa. De este modo, la bandera de la libertad no tardaría en guiar
El gobierno napoleónico no respetó la libertad de expresión, llegando a ejecutar a quienes lo criticaban.
En 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis instauraron de nuevo el viejo orden feudal y el triunfo reaccionario calló otra vez las imprentas
Napoleón acepta la capitulación de Madrid , de Antoine-Jean Gros, referente
de la pintura histórica de la época.
otra vez al pueblo. En enero de 1834, un decreto sobre prensa e imprenta quiso instalarse en una suerte de tierra de nadie, entre la “ilimitada libertad” y “las trabas y restricciones” que había sufrido hasta ese momento; pero la censura previa no pudo frenar la aparición de relevantes publicaciones – El Vapor de Barcelona y El Eco del Comercio de Madrid fueron dos
de ellas– ni silenciar a jóvenes literatos que reconocemos hoy como maestros del periodismo. Nos referimos, mayormente, a Mariano José de Larra, uno de los escritores más leídos y, sin embargo, peor conocidos de nuestros días: no todo el mundo sabe, por ejemplo, que este inconsciente adalid del Romanticismo se adhirió al mencionado Cuerpo de 31 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
Mariano José de Larra, uno de los
El reinado de Fernando VII y su retorno a
periodistas con más talento que han escrito en la prensa española.
las prácticas absolutistas supusieron un claro retroceso a la libertad de prensa.
El interés por la deriva de la prensa hizo que prohombres de la política como Prim u Olózaga participaran como inversores en periódicos Voluntarios Realistas en 1827 o que nunca se la jugó criticando el absolutismo (quizá no hubiera podido). Sus artículos, firmados con pseudónimos tan célebres como su nombre – Duende, Juan Pérez de Munguía en El Pobrecito Hablador , revista fundada por él, Fígaro o Bachiller – perpetuaron aquella tradición ilustrada que pretendía corregir los vicios de su tiempo. El reinado de Isabel II, efectivo tras la declaración de su mayoría de edad en 1843, se caracterizó por la sucesión en el poder de gobiernos moderados y progresistas, cada uno con sus medios afines. Los primeros fueron mucho más estrictos en materia de libertad de prensa. Durante la Década Moderada (1844-1854), se aprobaron medidas como la prohibición de tratar las discordias en la familia real, el incremento de la solvencia económica para ser editor o la posibilidad de suspensión temporal, o definitiva, de medios críticos con el régimen. El interés por la deriva de la prensa hizo que prohombres de la política participaran como inversores en medios de comunicación, como Prim o Salustiano Olózaga en Las Novedades (1850-1872). El bienio progresista que advino tras la Vicalvarada de 1854 corrigió esos excesos –ya en línea con la Constitución 32 DE
I B E R I A V I E J A
progresista de 1837–, y a ese período le siguió un cierto equilibrio hasta 1863 y la traca final de una represión que se prolongó hasta 1868, cuando la Revolución Gloriosa destronó a la reina.
¡QUÉ ESCÁNDALO! Algunos de los escándalos que la cercaron en sus últimos años partieron de las páginas de los periódicos. Sin ir más lejos, en 1865 Emilio Castelar publicó sendos artículos en La Democracia – ¿De quién es el Patrimonio Real? y El Rasgo– en los que censuraba que un porcentaje de la enajenación de los bienes de Patrimonio revirtiera en el bolsillo de la reina. El eco de su oratoria azuzó los ánimos de los estudiantes, que se manifestaron en defensa del rector de la Universidad Central de Madrid, destituido por mantener en su cargo al catedrático Castelar tras esas “bombas incendiarias”, con la consiguiente represión de la Noche de San Daniel (10 de abril de 1865). Podríamos reconstruir, igualmente, las corruptelas del marqués de Salamanca siguiendo el hilo de tinta de Ariadna. Pese a la gracia que le dispensaban los principales periódicos –favor con favor se paga–, no todos tenían el estómago de ocultar las miserias de aquel Grande
El periódico Las Novedades , editado de 1850 a 1869, participó del revuelo político y social presente en la prensa del XIX.
de España que, con sus manejos, se sacó de la chistera el ferrocarril en nuestro país. En 1854, La Ilustración lo tildaba de monstruo de inmoralidad: “Ha existido hasta el célebre 28 de junio una sociedad en comandita para la explotación de todos los agios, de todos los negocios que el país había de pagar con su sangre. Capitaneábala Cristina y su gerente Salamanca, monstruo de inmoralidad; era, como el vulgo suele decir, su testaferro. Presentarse al negocio de los ferrocarriles en la España comercial y abalanzarse a todos la comandita como manada de lobos hambrientos, fue cosa que a nadie admiró, porque no era de admirar verdaderamente”. Y, sí, en 1868 concluyó un largo período en el que, con los vaivenes consustanciales a la historia de España, la prensa se afianzó como un auténtico cuarto poder. Sometida o no a la censura previa, la opinión pública se reveló
Aliadófilos y germanófilos NEUTRALIDAD: un concepto tan
Rafael del Riego, quien en 1820 liderara el pronunciamiento contra Fernando VII que dio origen al Trienio Liberal.
como un organismo vivo, indómito, que, ante el elevado analfabetismo de la población, dio alas a la burguesía. Tras su exilio, Isabel fue sometida al escarnio de las coplillas en la prensa, como esta que publicó Gil Blas: “¿Quién no conoce al pinche de cocina [Marfori] / y al fraile salteador [M. Claret] / y al pobre ratoncillo de oficina [Meneses] / y al femenil señor ¿[Francisco de Asís]? / ¿Quién no conoce a la monja lacia [S. Patrocinio] / y el torpe frenesí? / ¿Y quien, Isabelita, por desgracia / no te conoce a ti?”.
DE AMADEO DE SABOYA A ALFONSO XII ¡Normal que todos quisieran a la prensa de su lado! Amadeo de Saboya, que se ciñó la corona entre 1871 y 1873, no dudó en utilizar La Gaceta de Madrid como órgano de propaganda. El candidato de Prim no cayó en gracia entre los directores de los periódicos, y la campaña orquestada contra su régimen se extendió a publicaciones como La Igualdad , La Discusión, El Eco del Progreso o La Correspondencia de España, que, a la sazón, tiraba unos 50.000 ejemplares. Los palos le llovieron de todos lados –federalistas, carlistas, monárquicos conservadores…–, y aplomaron su reinado hasta hacerlo insoportable. La publicación del Manifiesto de Sandhurst por la prensa de aquí el 27 de diciembre de 1874 fue saludada con simpatía por los monárquicos y marcó
manido durante la Primera Guerra Mundial en España como lleno de matices. Es obvio que cualquier conflicto, más aún si se trata de una guerra global, genera el posicionamiento a favor de uno u otro bando por parte de los ciudadanos, pese a que lo sean de un país neutral. Obvio es también que políticamente, al menos en lo que se refiere a la política “transparente”, la que se deja ver, España había de mantenerse neutral. Sin embargo, la propaganda de aliados y germanófilos, sus tácticas sibilinas de apoyo iban a adentrarse en las organizaciones estratégicas de un país con la importancia geográfica de España. No es de extrañar, pues, que los medios se inclinaran indisimuladamente hacia uno u otro lado, ya fuera por coincidencias ideológicas, cuestiones económicas o por una y otra a la vez. Tanto es así que durante la IGM se libró una auténtica guerra paralela en las rotativas de los periódicos. Una guerra apasionada que sirvió asimismo para que el periodismo viviera uno de sus momentos más intensos de todo el siglo XX. Ideológicamente, los diarios que propugnaban las ideas liberales, la democracia y la crítica al régimen monárquico tradicional, se inclinaron por el bando aliado, entre ellos El Sol, La Mañana, El Liberal, El Imparcial o La Correspondencia de
España. Por su parte, aquellos que, por un lado, mostraban evidente animadversión contra Gran Bretaña y Francia a causa de los conflictos territoriales que suponían Gibraltar y Tánger respectivamente, y, por otro, apostaban por gobiernos más apegados al conservadurismo, especialmente carlistas, mauristas y monárquicos liberales, se inclinaban por el lado germanófilo. Son los casos de la Tribuna, El Correo Español, La Nueva España, el Universo, La Acción o ABC –con matices–, entre otros. Sin embargo, no es menos cierto que la inclinación hacia uno u otro bando no solo fue asunto de ideología, también el dinero desempeñó un papel significativo. Si bien son las bombas y los disparos los que matan, las guerras no se ganan sin una propaganda acertada.Y España era un país esencial a la hora de ejercerla, al tiempo que los periódicos los mejores soportes para ella. Muy pocos diarios resistieron la tentación de recibir el dinero de unos u otros, ya fuera directamente, ya mediante subvenciones o publicidad, encubierta o no. Las dificultades económicas que sufrían muchos de ellos podían ser salvadas a cambio de defender con denuedo a quienes pagaban. Alemania, Inglaterra y Francia, mediante mediadores que bien podían ser periodistas o las embajadas y consulados, fueron quienes más aportaron para desarrollar este periodismo propagandístico.
33 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
El estadounidense Ernest Hemingway fue uno de los muchos ilustres escritores que vivieron sobre el terreno la Guerra Civil como corresponsales extranjeros.
La prensa en la Guerra Civil y la dictadura ANTOINE DE SAINT EXUPERY, Ernest Hemingway, John Dos Passos, George Orwell… El catálogo de escritores que ejercieron de corresponsales durante la Guerra Civil española llenaría enciclopedias sobre la literatura del siglo XX. Las grandes plumas de todo el mundo vieron caer las bombas sobre Madrid, conocieron en primera persona el drama que supuso este antecedente de la Segunda Guerra Mundial y quedaron marcados para siempre por la tragedia, como marcada quedó nuestra tragedia en las excelentes crónicas que escribieron cada uno de ellos en sus respectivos medios. Como es obvio, y aunque la calidad de los periodistas españoles no desmerecía a la de los renombrados escritores extranjeros que cubrieron el conflicto, la prensa española iba a estar gobernada por la dictadura de los extremismos y la propaganda, el mensaje iba a ser de resistencia, exaltación absoluta de los valores del bando que defendía y defenestración y odio de todo lo que significaba el contrario. La propaganda fue el alma que dirigía el contenido de la prensa y, como tal, el Ministerio de Propaganda, en la zona republicana, y la Delegación de Prensa y Propaganda, en la nacional, mantenían un control absoluto sobre lo publicado en las zonas que uno u otro bando controlaban. Como es obvio, la censura a la que eran sometidas todas las publicaciones convertían a los periódicos en medios de propagandas mucho más que informativos, si bien siempre podía asomarse el ingenio de periodistas e ilustradores. Sin duda el caso más curioso y en cierto modo, símbolo de lo que significó la
34 DE
I B E R I A V I E J A
ruptura entre las dos Españas a nivel propagandístico fue el del diario ABC. El 25 de julio de 1936, la cabecera llevaba a la portada dos titulares radicalmente distintos en sus ediciones de Madrid y Sevilla. En la primera, con grandes letras, se podía leer “¡Viva la República!”. Por su parte la edición sevillana titulaba, a cuatro columnas: “El sol del día de Santiago alumbra la victoria de los que luchan por una España nueva, que se apoya en la auténtica tradición de libertades”, a la que seguía una defensa apasionada de la sublevación de los nacionales. ¿El motivo de tan disparidad? El Gobierno de la República había incautado tras el golpe de Estado la edición de Madrid, imponiendo un criterio editorial y una redacción en apoyo a la República. Una vez acabada la guerra, sobre todo durante el primer franquismo, la prensa fue un erial en lo que a matices ideológicos se refiere, no desde luego a la calidad de la escritura, que en algunos casos fue extremadamente alta. Se mantiene la férrea ley de Prensa firmada en plena guerra, en 1938, con censura previa y cabeceras que tardarán décadas en mostrar tendencias más aperturistas. La Ley de Prensa de 1966, auspiciada por el ministro de Información Manuel Fraga Iribarne, relajó la censura y encaminó la prensa hacia unos contenidos más libres, dentro de la rigidez que aún mantenía el tardofranquismo.
Ilustración que recuerda la esperada
Dos artículos escritos por Emilio Castelar provocaron su despido como
inauguración del ferrocarril del Norte en San Sebastián, en 1861.
catedrático por sus críticas a Isabel II.
El rey Alfonso XII, cuya figura fue
La polémica Isabel II fue sin duda una de
presentada por diversos medios como la de un hombre sereno e inteligente.
las gobernantes más caricaturizadas por la prensa durante el siglo XIX.
el inicio de la Restauración borbónica. Apenas unos días después, Alfonso XII regresó de su exilio y, de la mano de Cánovas del Castillo, empezó a remozar la imagen de una monarquía deshonrada por sus antepasados. La prensa, en el marco de la Constitución de 1876, que auspiciaba la libertad de imprenta, le fue favorable y, tras poner punto y final a las guerras carlistas, la estabilidad fue la seña de su mandato. En el escaso tiempo de su reinado, el sistema ideado por Cánovas no tuvo siquiera ocasión de agrietarse (no deja de ser curioso que el término “caciquismo”, la mayor falla de esa obra de ingeniería política, se incorporara al Diccionario de la Real Academia en 1884, un año antes de la muerte del rey). Si revisamos las publicaciones más
Si revisamos las publicaciones, observamos que el cuarto poder defendió la causa de Alfonso XII antes de que este llegase a España sobresalientes de la época, observamos que el cuarto poder respaldó la causa alfonsina antes de que el rey pusiera el pie en Barcelona en enero de 1875. Una de las joyas de la época, La Ilustración Española y Americana, semanario que siguió la estela del extinto El Museo Universal , con unos medios que aun hoy nos suspenden de asombro, fijó en el imaginario colectivo la estampa de un rey sereno, inteligente y pacificador . La calidad de las ilustraciones y grabados asentó, en definitiva, su figura, en un trance en que la reproducción de
las primeras fotografías por la prensa se atisbaba en el horizonte.
LA CRISIS DE FIN DE SIGLO Su prematura muerte, a los veintisiete años de edad, abrió la etapa de la regencia de su madre, María Cristina, y, a partir de 1902, de su hijo póstumo Alfonso XIII. Sobre la primera, conviene recordar que los avances sociales, que los hubo, se vieron empañados por la crisis de fin de siglo, con el creciente terrorismo anarquista y la guerra hispano35 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
El presidente Adolfo Suárez se fotografía junto a su grupo parlamentario el día en que el Congreso de los Diputados aprobó la flamante Constitución.
La Transición: habla, pueblo, habla ES UN HECHO ACEPTADO que la Transición como se dio, con sus aciertos y posibles errores, no habría sido igual sin una prensa que, por un lado, mostraba el inmenso contraste sociopolítico que había en un país que acababa de salir de una dictadura y, por otro, fue capaz de encauzar un diálogo entre contrarios que, sin duda, ayudó a que las rencillas, los odios, las venganzas y las nostalgias acabaran generando una reacción violenta como solución ante la división existente en el país. Excepto algunos periódicos, como El Alcázar, unidos inexorablemente al franquismo, lo cierto es que durante los últimos años de la dictadura la prensa mostraba una actitud abierta a una nueva forma política, por lo que la Transición pasó por ellos casi como un proceso natural. La reforma política era un hecho deseado por la mayor parte de los españoles e incluso cabeceras que podían pasar como más apegadas a la tradición, como ABC o La Vanguardia, asumieron con calma y naturalidad la llegada de la democracia. Asimismo, la Transición vería nacer dos diarios que ejercerían una gran influencia social: El País y Diario 16. Durante este periodo, la prensa hubo de hacer frente y posicionarse ante decisiones y acontecimientos políticos que podrían haber hecho caer una democracia que aún andaba, como funambulista inexperta, por la cuerda floja. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la reacción fue
36 DE
I B E R I A V I E J A
acertada, con la vista puesta en seguir adelante con el sistema político que acababa de nacer. Así ocurrió en un momento crítico, tras el llamado Sábado Santo rojo, el 9 de abril de 1977, cuando el presidente Adolfo Suárez legalizaba el Partido Comunista en un país que había vivido episodios muy recientes de violencia terrorista, tanto por parte de la ultraizquierda como de la ultraderecha con el fin evidente de desestabilizar el proceso. La prensa de Madrid, con la excepción de ABC y El Alcázar, respaldó la legalización mediante un editorial que aparecía el 16 de ese mismo mes con el título: “No frustrar una esperanza”. El fantasma de la Guerra Civil se asomó temible la noche del 23 de febrero de 1981 cuando el célebre Golpe de Estado ponía en jaque la recién nacida democracia. Pese a que muchos años después aún no queda muy clara la reacción inmediata por parte de algunos medios al golpe, no es menos cierto que el fracaso de este sirvió como acicate para apoyar una democracia que podía haber salido herida de muerte de aquel “¡Se sienten, coño!”. No menos importante ha sido la unión de la prensa en la reacción contra un terrorismo que durante décadas ha golpeado en la mandíbula de un país que, también por los arrestos de muchos periodistas que en numerosas ocasiones han sido sujeto de atentados, resistió con braveza cada uno de los durísimos golpes que recibió.
En el sentido de las agujas del reloj, Azorín, guerra del 98, artículo sobre el “error Berenguer” y asesinato de Cánovas.
El monárquico ABC o el reformista El Sol grabaron algunas de las páginas más gloriosas del periodismo español del pasado siglo estadounidense. En esa coyuntura, la prensa hizo suyo el patrioterismo de los diputados, sin ver que la presunción jamás ha ganado una guerra. La publicación más leída era El Imparcial , que tiraba unos 80.000 ejemplares, y que, como otras, apoyó la guerra al considerarla la única salida digna ante la previsible claudicación en Cuba. Se trataba de una cuestión de estima más que de otra cosa, y la debacle suscitó uno de los debates más vehementes de la historia del periodismo español, abrazando a toda una generación de intelectuales, bautizada por Azorín
como “del 98”; si bien la depresión había empezado a abatir la conciencia española tiempo atrás. Seguíamos siendo uno de los países más atrasados del continente, con un 72 % de analfabetos, tres veces más que la media europea, y apenas un 1 % de individuos con formación universitaria. Ya lo advirtió Francisco Silvela en su premonitorio artículo de El Tiempo: “Dondequiera que se ponga el tacto, no se encuentra el pulso”. Aquella crisis abocó a España a un callejón sin salida, del que resultarían los años más trágicos de nuestra historia reciente.
El intervencionismo en política de Alfonso XIII, el acalorado debate entre aliadófilos y germanófilos ( ver recuadro ), la Guerra del Rif o la Dictadura de Primo de Rivera tuvieron su correspondiente eco en la prensa. El monárquico ABC , que inició su andadura en 1903, o el reformista El Sol , fundado en 1917 por Nicolás María de Urgoiti, grabaron algunas de las páginas más gloriosas del periodismo español del pasado siglo. En ese último diario, José Ortega y Gasset publicó, un 15 de noviembre de 1930, el que quizá sea el artículo más influyente de esto que hemos venido llamando “cuarto poder”. Se titulaba El error Berenguer , y concluía con un latinajo de reverberación catoniana: “Delenda est Monarchia”. La monarquía debe ser destruida. Las urnas le tomaron la palabra. ■ 37 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
La prensa insólita del Siglo de Oro Son en cierto modo un antecedente del periodismo de sucesos. Las crónicas españolas de los siglos XVI y XVII están llenas de extraños sucesos y situaciones que las gentes de entonces, profundamente supersticiosas, creían de índole sobrenatural. En una sociedad jerarquizada y de religiosidad desbordante, el contraste entre el bien y el mal era muy marcado, y el temor a las fuerzas de la oscuridad casi una obsesión; fue el tiempo de novicias que decían sufrir arrobos y éxtasis, y el de condenas por brujería y hechicería. Monjas posesas, apariciones fantasmales, nigromantes..., toda una amalgama de misterios que, entre la leyenda y la realidad, atormentaron a los españoles de aquella época. OSCAR HERRADÓN
a superstición y la magia estaban muy arraigadas en la mente del español de los siglos XVI y XVII. En la Península a las supersticiones de los pueblos primitivos, romanas y godas, se unieron las de los judíos y los moriscos, además de las milenarias del pueblo gitano. Toda una caterva de prácticas heterodoxas lograron fundirse con el dogma católico, generando una religión que podríamos considerar paralela entre el pueblo, que seguía manteniéndola viva a pesar de la condena de la Iglesia. Muchas de estas prácticas mágicas gozaron de gran éxito durante el Medievo, y sobrevivieron, con los mismos rasgos, en los siglos del Renacimiento, en los que gozaron de gran popularidad la magia natural y la astrología y tuvieron lugar las mayores persecuciones por brujería. Aunque pudiésemos creer lo contrario, en el siglo XVI se intensificaron las creencias de índole mágico-supersticiosa. A tal punto llegaba la pasión por lo heterodoxo que en marzo de 1582, el Inquisidor de Valladolid descubrió en la Universidad de la ciudad a profesores
L
38 DE
I B E R I A V I E J A
que enseñaban magia, doctrina que ordenaban los Estatutos del centro, donde se hallaban además libros autorizados sobre la materia. Un año después se prohibieron esos estudios pero se permitió el trazado de horóscopos, práctica tan en boga entonces que los grandes mandatarios y reyes de aquel siglo, como Felipe II, Catalina de Médicis o Isabel I de Inglaterra, se guiaron por los consejos de adivinos, magos y astrólogos y daban una gran credibilidad a los horóscopos trazados por ellos. Pero sería el siglo XVII, el del barroco por antonomasia, aquella España que veía el comienzo de su declive bajo el cetro del cuarto Felipe, cuando la superstición alcanzaría un grado tal de inserción en la sociedad que todos los estratos, desde el hombre más humilde al noble más laureado –salvo excepciones, que las hubo–, creía en la intervención de lo sobrenatural en sucesos de diversa índole e incluso en el devenir de la vida cotidiana. Para el historiador español José Deleito y Piñuela, autor del ensayo La vida religiosa española bajo el cuarto Felipe . Santos y pecadores (Espasa-Calpe, 1963),
este aumento de la superstición se erigió como caricatura “del ardiente misticismo y de la fiebre teológica que devoraron las almas en el siglo XVI”. La España de los Austrias sufrió grandes crisis de ideales y una relajación moral propicia para desarrollar creencias supersticiosas, prácticas y creencias que alcanzaron a todos los campos de la España de entonces: el pensamiento, las artes y las mismas costumbres. ASTROLOGÍA, SORTILEGIOS Y AGÜEROS Hechiceros, brujas, nigromantes y adivinos estaban a la orden del día y gentes de racio abolengo creían a pies juntillas en sortilegios y agüeros, acudiendo a que les adivinasen el porvenir o a pedir ayuda para mal de amores, envidias, obtener éxito y dinero… Juan José de Austria, el hijo bastardo que Felipe IV tuvo con María Calderón, era un apasionado de la astrología y un asiduo de los salones de adivinación. Esta ciencia alcanzó tanta notoriedad que incluso algunos nobles tenían astrólogo propio para que elaborase su horóscopo personal.
La película La brujería a través de los tiempos (1922) dibuja un panorama aterrador y fascinante del tema.
39 DE
IBERIA
VIEJA
Tema del mes
La relación de los religiosos con los hechos sobrenaturales fue especialmente significativa en una época en que la superstición y las creencias pías estaban muy unidas.
No eran pocas las historias tomadas como ciertas sobre sucesos sobrenaturales que tenían como escenario conventos y catedrales Se creía en el influjo de los astros sobre los hombres, los cuales nacían con buena o mala estrella, dependiendo del signo zodiacal que les influyese; existían días fastos, favorables para todo, y nefastos, que eran adversos para aventurarse a realizar cualquier cosa. Durante los siglos XV y XVI gozó de una gran popularidad la llamada astrología judiciaria, aplicada a los pronósticos y que trataba de predecir acontecimientos futuros por medio de la posición e influencia de los cuerpos celestes. La astrología llegó a ser recomendada por las Cortes como un necesario complemento de la Medicina y se crearon cátedras en ciudades como Valencia. Pedro Ciruelo, teólogo y autor de un libro de gran importancia en la época, Reprobación de las supersticiones y hechicerías (Alcalá de Henares, 1530), llegó a decir que “la astrología es ciencia verdadera, como la Filosofía Natural o la Medicina”, a pesar de condenar muchas prácticas supersticiosas y creencias sobrenaturales en su obra. No obstante, en 1585 el papa Sixto V prohibió su práctica a través de la bula Coeli et Terrae y desde el año 1612 los astrólogos fueron castigados con pena de destierro y 40 DE
I B E R I A V I E J A
galeras, además de abjurar de sus creencias. Si muchos, como el mismo Felipe II y sus sucesores, admiraban esta ciencia y creían en ella a pies juntillas, autores como Calderón de la Barca la condenaron abiertamente, en obras como El astrólogo fingido. HECHOS SOBRENATURALES Y ACONTECIMIENTOS INSÓLITOS Era habitual que en los escritos de la época reseñaran prodigios y sucesos de índole sobrenatural cuya veracidad nadie ponía en duda. En los Avisos de Pellicer y Barrionuevo o en los textos de la escritora francesa Madame d’Aulnoy –que señala no creer en las supercherías de los españoles– se recogen no pocas situaciones sin aparente explicación. La escritora gala apunta que cuando llegó a la ciudad de Toledo, enclave mágico por excelencia, los lugareños le aseguraron que de un nicho situado en el coro de la catedral brotó una fuente de agua que manó durante varios días seguidos; aquel prodigio ocurrió al parecer en tiempos medievales, cuando el moro sitiaba la ciudad y los cristianos andaban escasos del preciado líquido. En el mismo recinto sacro
la francesa vio un pilar protegido por una verja donde la tradición señalaba que la Virgen se había aparecido a San Ildefonso. Asimismo, le contaron que varios lagos que salpicaban la geografía española exhalaban ciertos vapores que desataban tempestades y albergaban en sus profundidades peces monstruosos; que existían conjuradores de la langosta –especie de hechiceros que conseguían extirpar las plagas mediante conjuros y ritos mágicos– y que los nacidos en Viernes Santo eran capaces, cuando pasaban ante un camposanto en el que había personas asesinadas o por el lugar de un crimen, de ver al malogrado difunto ensangrentado cual aparición espectral. No eran pocas las historias tomadas como ciertas acerca de sucesos sobrenaturales que tenían como escenario conventos y catedrales. En el convento de monjas de Santa Clara, sito en Valladolid, descansaba en una tumba un antiguo caballero castellano que, al decir de las religiosas, siempre sollozaba cuando se moría alguno de sus parientes. El barroco fue tiempo de arrobamientos, éxtasis y visiones demoníacas. En las Noticias de la época se hallan episodios de este tipo de forma abundante, como el que apuntaba que en la iglesia madrileña de San Ginés un fraile descalzo de la Orden de los franciscanos “se arrebató en éxtasis, en el cual, desde la mitad de la iglesia fue hasta el altar por el aire, y en él estuvo un cuarto de hora mirando el Santísimo Sacramento a vista de gran pueblo, que le hizo pedazos el hábito (…)”. Por la misma época, en un convento de agustinos en Burgos, se veneraba en una capillita a un Cristo que según declaraban los religiosos, que se turnaban para custodiarlo, sudaba todos los viernes. La talla era adorada por personaje de alto rango y por el pueblo llano y sus custodios se las vieron y se las desearon para protegerlo, pues al menos dos veces fue robado por los monjes de otro convento; aunque al parecer volvió por su propio pie a su ubicación original… José Pellicer, en sus Avisos, escribía el 8 de septiembre de 1643 que “en Madrid una imagen de pincel en tabla, de Nuestra Señora del Populo de Roma, estando en una casa particular una criada gallega, empezó a cantar en su alabanza y a bailar, y vio que Nuestra Señora movía los dedos de las manos. Dio voces, espantada, y llamó a gente que lo vio también. Concurrió mucho pueblo y el señor Nuncio, y se
Al maligno y a los que trataban con él se les atribuía poder provocar tempestades, causar enfermedades, mudar hombres en animales…
El poeta e historiador José Pellicer fue nombrado Cronista Mayor del Rey en el año 1640 por orden de Felipe IV.
trujo la imagen a las Descalzas Reales, donde la pusieron en su oratorio adentro”. Nadie dudaba, aunque fuera un escritor de renombre, de la intercesión de fuerzas sobrenaturales en el día a día. El mismo Pellicer señalaba que “en diciembre de 1641, una monja de las Descalzas Reales, cierta noche que subía a tender ropa al porche del monasterio, vio sobre el Convento de los Ángeles una estrella del tamaño de una hostia, de grande resplandor y extraordinario. Bajó admirada a decirlo a la Abadesa, y ella subió y se admiró no menos. Las demás religiosas y los criados que subieron después, no disfrutaron ya del prodigio. Al día siguiente murió la Abadesa repentinamente. Se trataba, pues, de un aviso del cielo”. DEMONIOS, POSESAS Y SERES IMPOSIBLES En tiempos de superstición, fe exaltada y carencias de todo tipo no es extraño que el maligno hiciese de las suyas. Eran habituales los procesos en los que se afirmaba la realidad de un pacto demoníaco o se acusaba al reo de conjurar los malos espíritus para provocar el daño ajeno, tener “demonios familiares” o pertenecer a una secta brujeril. Se escribieron múltiples tratados sobre la figura del demonio y la forma de combatirlo, adiestrando a los exorcistas cual soldados de Dios contra las fuerzas infernales. En 1631, diez años después de subir al trono Felipe IV, el doctor Gaspar Navarro, canónigo de Montearagón, publicó un pintoresco y extravagante compendio de supersticiones demoníacas
en un libro titulado Tribunal de superstición ladina. En él, dividido en 37 capítulos, sus tesis demoníacas, llamadas “Disputas”, donde pretendía ridiculizar muchas de aquellas creencias, tenían títulos como “Del saber que tiene el Demonio para revelar a los adivinos”; “Si puede el demonio conservar un cuerpo vivo sin comer, y de algunas cosas que hacen en los cuerpos muertos de sus amigos los magos, que parecen milagrosas y no lo son, como son hablar y conservarlos sin corrupción alguna”; “Apariciones así de demonios como de almas”; “De los raptos de los hechiceros que vulgarmente llaman arrobos. Y del maleficio que usa el Demonio con las brujas para sufrir los tormentos”. Al maligno y a los que trataban con él se les atribuía poder provocar tempestades, causar enfermedades, mudar a hombres en animales… El demonio estaba presente en todos los
actos de la vida del Siglo de Oro. Visible o invisible, juguetón o pendenciero, pero siempre malicioso, para los españoles del XVII su presencia servía para explicar misterios de cualquier índole, principalmente aquellos más morbosos y tétricos. El contagio de las creencias diabólicas alcanzaba a eruditos y teólogos, como el citado Gaspar Navarro. Más atrevido fue el doctor Juan Rodríguez, capellán del convento madrileño de la Encarnación Benita, quien llegó a declarar que era lícito tratar al Demonio; mientras, fray Antonio Pérez escribió diversos libros aprobando las consultas con el espíritu del mal, según recogió a finales del siglo XVIII Juan Antonio Llorente en la monumental obra Historia de la Inquisición Española . Fue célebre durante los siglos XVI y XVII el llamado “Diablo cojuelo”, que no sólo dio nombre a una obra de Vélez de Guevara, sino que era invocado por
Formas de adivinación NO SÓLO SE UTILIZÓ la astrología como forma de predecir acontecimientos futuros. Escritores y teólogos como el citado Ciruelo o el jesuita Martín del Río, autor del tratado Disquisiciones Mágicas , enumeraron distintas formas de adivinación al uso, las denominadas “mancias”, más tarde recopiladas por Menéndez Pelayo, entre las que se encontraban métodos bastante curiosos: ■ LA HIDROMANCIA: consistente en derretir plomo, cera o pez sobre un vaso lleno de agua, adivinando a partir de las figuras que allí se forman. ■ LA GEOMANCIA: que cuenta los puntos y líneas trazados en la tierra o en un papel. ■ LA LECANOMANCIA o adivinación por los espejos. ■ LA PYROMANCIA, que observa “atentamente el color, la disposición y el chasquido de la llama”. ■ LA SORTIARIA o adivinación mediante cartas, naipes o cédulas. ■ LA SPATULAMANCIA o adivinación por los huesos de la espalda. ■ LA QUIROMANCIA –entonces chiromancia–, a través de la trayectoria que siguen las líneas de la mano, todavía habitual en nuestro tiempo. ■ LA KEFALENOMANTEIA, a través de la cabeza asada de un asno o un carnero. ■ LA CHALEIDOMANTEIA, en la que se utilizan llaves. ■ LA DAPHNOMANTEIA, por combustión del laurel. ■ LA ONUXOMANTEIA, adivinación por las uñas manchadas de aceite. Y así un largo etcétera de técnicas a cuál más estrambótica.
41 DE
IBERIA
V I E J A
Tema del mes
El hechizo de Felipe IV EL CASO MÁS CÉLEBRE de hechizamiento regio en el siglo XVII sería el del malogrado Carlos II, que precisamente ha pasado a la historia como “el Hechizado”.Sin embargo, parece ser que su padre, Felipe IV, también fue hechizado. Así al menos intentaba explicar el vulgo los veintidós años de privanza que ejercía el conde duque de Olivares sobre el rey. Se acusó al valido de tener haber tenido durante su juventud relación con algunos hechiceros de Sevilla y que ya como primer ministro “leía el Corán”, por lo que le delató al Santo Oficio el cardenal Monti. Fue acusado también –al menos en panfletos y crónicas– de introducir como médico de cámara de la reina al mago don Andrés de León, que “maleficó diez camisas, perfumándolas con polvos muy finos, rojos o cenicientos –según la versión–“. Además, se le relacionaba con el nigromante Miguel Cervellón, acusado con pacto con el diablo y con una mujer de nombre Leonor que vivía en la calle Barquillo y a la que acusaron dos vecinas de haberles confesado poseer “hechizos sin peligro, probados en la persona del Rey por el Conde-Duque, y fabricados por una amiga suya, llamada María Álvarez”. Aunque algunos miembros de la Administración que tuvieron conocimiento del caso intentaron abrir diligencias, el conde-duque parece que tomó represalias, por lo que el caso quedó en agua de borrajas. No obstante, en los últimos años del reinado de
hechiceras y celestinas, que recurrían a sus “malas artes” para realizar conjuros y filtros amatorios. En 1633 el Tribunal de la Inquisición de Toledo procesó a una mujer llamada Antonia Mexía que declaró que otra acusada, de nombre Beatriz, “habrá seis años que dijo a ésta que tomase un pedernal y le pusiese la mano encima y dijese: Estos cinco dedos pongo en este muro;/cinco demonios conjuro:/a Barrabás, a Satanás/a Lucifer, a Belcebú/al Diablo Cojuelo, /que es buen mensajero,/que me traigan a Fulano luego/ a mi querer y a mi mandar”. Cojuelo, a pesar de tener una pierna algo dañada, era “diablo bullidor y zaragatero, aficionado a bailes y holgorios y a meter en danza a los mortales, haciéndoles ganar el infierno alegremente”, según recoge un manuscrito de la época. Eran comunes en el Siglo de Oro las apariciones demoníacas, o así se deduce de los testimonios recogidos en Avisos y Noticias contemporáneas. Pellicer cuenta un caso que tuvo lugar en 1641, según el cual un hortelano del monasterio de doña María de Aragón, “habiendo hecho voto de castidad, trató de casarse sin obtener dispensación. Y tres días antes de efectuarlo, una noche, 13 de abril, estando acostado con estos pensamientos, vio un demonio que le sacó de la cama y le arrastró grande rato por su aposento, dándole golpes como suyos”. 42 DE
I B E R I A V I E J A
Jerónimo de Barrionuevo refiere que “Un fraile descalzo franciscano, en Granada, que le tenían por santo, le hallaron, según se dice, ahorcado, y oyeron decir en el aire a voces: ‘¡Quítenle el hábito, que nos queremos llevar el cuerpo al infierno, ya que tenemos allí el alma!’, y que lo hicieron así”. ENERGÚMENAS FINGIDAS No fueron menos los episodios de falsos posesos que recogieron crónicas, avisos e incluso obras literarias –el mismo Quevedo hizo alusión directa en La endemoniada fingida–. Junto a casos como el de las posesas de San Plácido, que causaría graves problemas al Conde Duque de Olivares y al
El caso de las posesas de San Plácido originó grandes problemas políticos.
El Conde Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, retratado por el talento sin igual del Diego de Velázquez.
Según se deduce de los testimonios recogidos en los Avisos y Noticias , en el Siglo de Oro eran habituales las apariciones demoníacas
Felipe IV, ya muerto el conde duque, los rumores de un encantamiento volvieron a resurgir con mayor fuerza y hacia finales de 1661 corrió por los mentideros el rumor del hallazgo de extraños objetos que estaban destinados a hechizar al rey y al valido don Luis de Haro, recientemente fallecido. Pero sería en 1665 cuando el rumor corrió como la pólvora en las esferas cortesanas y el Inquisidor General, P. González, y el confesor del rey, P. Juan Martínez, después de examinar una bolsita de reliquias y amuletos que el soberano llevaba consigo, hallaron “un libro antiguo, negro, de magia, y ciertas estampas con el retrato del Rey, traspasadas por alfileres. Todo esto fue solemnemente quemado, después de una ceremonia de exorcismos, por el Inquisidor General en la capilla de Atocha”. En la imaginación popular se daban cita demonios, duendes, magos, brujas, nigromantes… personajes y bestias que convivían con las gentes y protagonizaban obras de teatro, novelas y coplillas. Quizá eran el reflejo del sentimiento del pueblo, un pueblo hambriento y desamparado, olvidado por sus gobernantes, que recurría al demonio para explicar los desastres de un imperio gigantesco que se venía abajo por su propio peso. El Siglo de Oro de las letras españolas, de bronce o más bien de hojalata para las miles de personas que intentaban ganarse la vida y pululaban por las calles de las grandes ciudades, debería llamarse, tal vez, el Siglo del Maligno.
Carlos II, al que se conoció como “ el hechizado”, fue el caso más célebre de hechizamiento entre nuestros monarcas.
Fueron muchos los episodios de falsos posesos que recogieron crónicas, avisos e incluso escritores de la talla del mismísimo Quevedo
Sor María de Jesús de Ágreda fue una muy influyente consejera espiritual del siempre “temeroso de Dios” Felipe IV.
secretario y consejero de Felipe IV, Jerónimo de Villanueva –le costó el cargo–, existieron otros de menor relevancia pero de los que se hicieron eco los gacetilleros. En la Relación de la endemoniada fingida –que forma parte de la correspondencia entre varios Padres de la Compañía de Jesús–, una carta fechada en Valladolid el 27 de enero de 1635 se habla acerca de una embaucadora que ideó que estaba endemoniada por falta de recursos, quizá porque una de las cosas que solían exigir los “demonios” era que les diesen limosnas para salir del cuerpo del poseso. Un sacerdote con diez años de experiencia en materia de “expulsar espíritus” la conjuró en una iglesia de
monjas armado de una cruz, un Evangelio y agua bendita, instando a que las “cuarenta y dos legiones” que decía tener en el cuerpo, se bajasen todos “a la uña del dedo pulgar del pie izquierdo, adonde por cuatro meses la dejasen comer, beber… sin que la hagan ningún daño, y que mientras él los ligaba la derribasen en el suelo con mucha honestidad”. Tras darle limosnas durante días, procedieron a exorcizarla en otra iglesia, donde se reuniron más de doscientas personas. Todos sudaban la gota gorda porque habían entrado en el cuerpo de la mujer “tres demonios para ayudar a Belcebú (que hablaba por su boca)”. Finalmente acabó por confesar su engaño. En Toledo se dio el caso de un cura que fue llamado para exorcizar a una joven que “decían estar endemoniada, y no había sanado por más exorcismos que le había dicho un religioso”. En la sacristía el párroco descubrió que era una farsante y ordenó que le diesen dos docenas de azotes. Aunque empezó negando su culpa, el tormento provocó que confesara, afirmando que había mentido “por miedo de que no la
castigasen por cierto mal recaudo que había hecho con un mancebo”. Entre pociones mágicas, letanías imposibles y misas negras, Felipe IV, un rey temeroso de Dios como todos los Austrias –lo que no le impidió mantener relaciones sexuales con damas de toda condición, olvidando los asuntos de Estado en manos de sus validos–, recurrió a los consejos de la que acabaría ser su consejera espiritual, Sor María de Jesús de Ágreda, quien atesoraba también un amplio catálogo de “milagros” en su vida en el claustro, y quien intentaría, en vano, llevar por la senda del recato al soberano español. En medio de extraños sucesos que recogían pasquines y avisos, fruto de la exacerbada superstición mezclada con la fe redentora que vivía el pueblo, el otrora todopoderoso imperio español comenzaba a desmoronarse, algo que sucedería finalmente en manos de los denominados Austrias menores, que con Carlos II “el Hechizado”, otro rey marcado por el estigma de lo “sobrenatural”, pondría fin de forma brusca a su dinastía, allanando el camino al poder de los Borbones. ■ 43 DE
IBERIA
V I E J A
Los 10 mandamientos
José Luis López Aranguren
Un pensador para un siglo
44 DE
I B E R I A V
I E J A
UNA CALLE EN LA CIUDAD UNIVERSITARIA de Madrid lleva su nom-
bre, pero, más allá de ese homenaje póstumo, son pocos los que se acercan al pensamiento de esta figura clave de la filosofía española del siglo XX. Ganó, poco antes de su muerte, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y unos años antes el Nacional de Ensayo; pero no siempre lo tuvo fácil para difundir su palabra. En 1965 fue apartado de la universidad por sus simpatías hacia el efervescente movimiento estudiantil, que reclamaba airear las aulas, lacradas por la falta de libertades del régimen franquista. La trayectoria de José Luis López Aranguren (1909-1996) corrió pareja a la de tantos intelectuales a los que les tocó vivir el peor momento de la historia de España. De familia conservadora, le atrajo la Falange, fue movilizado en el bando nacional –se vanaglorió, eso sí, de “no haber contribuido a derramar una sola gota de sangre” de sus compatriotas– y, tras la guerra, celebró la victoria de Franco. Con el paso de los años, sin embargo, evolucionó hacia unos postulados liberal-progresistas, en línea con la “mutación” de Dionisio Ridruejo, sobre quien publicaría su primer artículo en el diario El País en 1976. Estudió con los jesuitas y frecuentó a los grandes pensadores de la Edad de Plata, los Ortega, los Zubiri o los Eugenio d’Ors, a quien consagraría su primer libro. Catedrático de Ética y Sociología, ingresó en la Universidad de Madrid en 1955 y fue uno de los impulsores de su reforma, hasta que su presencia en la marcha del 24 de febrero de 1965 provocó su ostracismo, lo que lo llevó a impartir clases en distintos centros del extranjero. Recuperada la democracia, Aranguren volvió a su cátedra hasta su jubilación, y se consolidó después como un referente moral de esa nueva España, comprometido con la dignidad de la persona y sus valores más eternos. Para él, la ética y la religión no se excluían, sino que se complementaban, ya que la segunda llenaba de contenido la primera. Cristiano heterodoxo, abogaba por un catolicismo existencial, no político; y fue un pionero en el estudio de corrientes éticas como el positivismo o el marxismo, proscritas de nuestra universidad. La historia de José Luis López Aranguren, maestro de la ética, es un poco la historia de España, que aprendió a liberarse de sus prejuicios y cadenas –los prejuicios y cadenas impuestos desde fuera y los contraídos por uno mismo–, dialogando./ A.F.D. 45 DE
IBERIA
V I E J A
Historia contemporánea
Aquellos maravillosos años...
Corríamos hacia el futuro, inconscientes de que no estaba tan lejos. En el fondo, el colegio era un microcosmos de la vida y en la vida siempre hay prisa por llegar a alguna parte.
De la EGB 46
DE
I B E R I A V I E J A
Historia a pie de calle ALBERTO DE FRUTOS LAROUSSE. BARCELONA (2016). 224 PÁGS. 14,90 EUROS.
al COU
La melancolía es la estela que deja el tiempo que pasa. Si nos matriculáramos en una clase de nostalgia, todos sacaríamos sobresaliente. El libro de Alberto de Frutos Historia a pie de calle (Larousse, 2016) restaura los colores del pasado de España entre 1931 y nuestros días. Uno de los capítulos evoca aquellos maravillosos años en que nuestras manos se vestían con el blanco áspero de las tizas... y nosotros con pantalón corto. Por gentileza de la editorial Larousse, viajamos, en las siguientes páginas, a la época de la generación EGB... ALBERTO DE FRUTOS
47 DE IBERIA V I E J A
Historia contemporánea
Algunos vestían de uniforme, otros con ropa de calle, los de la primera fila levantaban la mano y los de las últimas se embebían en las rayas del pupitre. Parecíamos muy diferentes pero éramos bastante iguales.
C
uando pisamos por primera vez un aula, no somos conscientes de lo que nos espera: la carrera de fondo más larga de nuestras vidas. Después de sendos paraísos llamados jardín de infancia y parvulario, a los seis años el profesor garabateaba la fecha en una esquina de la pizarra y, once años después, otro profesor nos preguntaba si lo teníamos todo claro para el examen de Selectividad. Entre esos hitos, transcurría la vida académica de un alumno tipo, que, sujeto a la Ley General de Educación de 1970, impulsada por el ministro José Luis Villar Palasí, iba quemando las etapas de la EGB (Educación General Básica, entre los seis y los trece años); BUP (Bachillerato Unificado Polivalente, entre los catorce y los dieciséis); y COU (Curso de Orientación Universitaria, a los diecisiete). No era una “condena” inexorable. Había chavales que, tras sacarse el título de graduados, al final de la EGB, optaban por la Formación Profesional, que relegaba la teoría libresca y se aplicaba a la práctica para la inserción laboral. La EGB es como una consigna para quienes crecimos en los años setenta, ochenta y noventa del pasado siglo, una hermandad que une a generaciones diversas, nacidas unas en la dictadura, otras en la democracia, seguidoras de grupos 48 DE
I B E R I A V I E J A
musicales antitéticos y programas de ocio de lo más variopintos. Pero todos experimentamos un escalofrío similar cuando ojeamos las fotos de las fiestas de disfraces en su primera etapa o cuando nos vienen a las mientes los nombres y los rostros de los “profes” y las “seños” de Naturales, Sociales, Plástica o Lengua. La niñez es eterna hasta que pasa. Entre los muros del colegio, el ritual de las clases y los exámenes nos conservaban en formol. Lo peor era madrugar. En aquella época, hacía frío de verdad y la lluvia era tan implacable que el paraguas no era facultativo; además, ahí estaban nuestras madres para cosérnoslos a las manos. La mochila abultaba más que nosotros y a nadie se le ocurría ponerle ruedas. No había tablets y los profesores no tenían que prohibir el uso del móvil en el aula porque aún no existía. Tuvimos libros de Lectura en la más tierna infancia, y luego los de Sociales nos enseñaron que el colegio y el barrio eran puntos insignificantes de un planeta llamado Tierra, que soportaba el peso de cinco océanos y seis continentes, uno de ellos habitado por pingüinos y focas y ajeno al deshielo de que tanto se habla ahora. Hacía frío de verdad.
ANÁLISIS SINTÁCTICOS A medida que crecíamos, los problemas eran más complejos y la vida iba en
La niñez es eterna hasta que pasa. Entre los muros del colegio, el ritual de las clases y los exámenes nos conservaban en formol
Las leyes educativas ANTES DE QUE SE PROMULGARA la primera ley educativa, el panorama era
consonancia. Ya no bastaba con saber sumar, restar, multiplicar y dividir. A los trece años, los trenes partían de unas estaciones llamadas A y B, y, conociendo la distancia entre ambas y la velocidad a la que iban, teníamos que calcular en qué momento se cruzarían, quizá para advertirles del desastre. Los análisis sintácticos eran una tortura más lacerante que los pluscuamperfectos de las conjugaciones y, aunque nuestros padres nos repetían que eran necesarios, no entendimos su utilidad hasta mucho
desolador: el índice de analfabetismo superaba el 80%, la mitad de los niños en edad escolar estaban sin escolarizar y casi la mitad del profesorado no contaba con ningún tipo de titulación específica. En ese contexto se fraguó la Ley de Instrucción Pública de Claudio Moyano, de 1857, que fijaba el período de escolarización obligatorio entre los 6 y los 9 años. El texto preveía que la Iglesia pudiera abrir centros privados de enseñanza, en consonancia con el Concordato con la Santa Sede (1851), por lo que la implicación docente de esta institución fue cada vez mayor. Durante la Segunda República se disolvió la Compañía de Jesús (1932) con el fin de instaurar una educación de carácter laico, incrementando a la vez el número de escuelas (7.000 en el primer año) y organizando cursillos para captar nuevo profesorado. Tras la primera fase de “depuración” en la España franquista, llegó la Ley de Reforma de la Segunda Enseñanza (1938), por la que la Iglesia recuperaba el protagonismo de la educación en España. La Ley sobre Educación Primaria (1945), concerniente a escolares entre seis y doce años, ahondó en ese ascendiente y consagró la gratuidad, la separacion de sexos y el exclusivo uso del castellano en todo el territorio nacional. Uno de sus principios aspiraba a “conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria”.También se creó un curso de iniciación profesional de los doce a los quince años. Posteriormente, la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media (1953) implantó una prueba obligatoria para su acceso, así como un bachillerato elemental de cuatro años y otro superior de dos cursos (previa reválida). La Ley General de Educación (LGE, 1970) supuso la primera regulación integral de todo el sistema educativo desde la ley Moyano. Se resumía en la enseñanza obligatoria hasta los 14 años (EGB), tras la cual se accedía al BUP y COU o a FP. Estuvo vigente hasta la LOGSE (1990), que preveía que la enseñanza obligatoria no diera comienzo hasta los seis años. Al finalizar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), se obtenía un certificado que daba acceso al Bachillerato de dos años. La LOCE (Ley Orgánica de Calidad de Educación, 2002) no llegó a aplicarse. Fue derogada por la LOE (Ley Orgánica de Educación, 2006), cuyo aspecto más controvertido fue la creación de la asignatura Educación para la Ciudadanía. En 2013 la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) recuperó las pruebas para cambiar de ciclo educativo, con carácter orientativo en Educación Primaria y obligatorio en Secundaria y Bachillerato.
49 DE
IBERIA
V I E J A
Historia contemporánea
¡Qué mayores cuando cambiamos de ciclo y vimos nuestro nombre en los tablones de primero de BUP! más tarde, cuando vimos a nuestros hijos pelearse con los sintagmas, ya que, en el curso de esa batalla, no hacían caso de la tele. No había latín en la EGB, pero entendíamos el significado de mens sana in corpore sano: saltar el potro y el plinton, romperse los bíceps en las espalderas y echar el bofe dando vueltas al patio o al campo de fútbol de un equipo regional que nos prestaba sus instalaciones. Como todavía éramos pequeños, no nos importaba recurrir a los justificantes para seguir los juegos gladiatorios desde la grada y no en la arena del tatami. ¡Y qué mayores fuimos cuando cambiamos de ciclo y, tras aquel verano en la playa o el pueblo, vimos nuestro nombre en los tablones de primero de BUP! Titanes de instituto, miramos a nuestro alrededor y, en el pasillo y el patio, los de quince, dieciséis y diecisiete años nos destronaron otra vez. Cuando ya estábamos en la cima, otra vez al valle… ¿Cuándo seríamos por fin los amos del lugar?
Se nota que es una foto de pose... ¿Todos sonríen felices y contentos? ¿Acaso no era una pesadilla saltar el potro?
EL CICLO DEL CAMBIO El bachillerato era el ciclo del cambio. Desde la calle, ya no se oía el bullicio infantil del recreo. Las voces eran graves y la confusión mayor que nunca. Había otros intereses y el rendimiento escolar solía menguar, para pesadumbre de los padres y enojo del tutor. Entre clase y clase, ya no se hacían bolas de papel de plata, ni se pasaban notas con corazones (precedentes manuales de los “emojis” de ahora). Algunos fumaban. La vida era más emocionante y las asignaturas mucho más
Tras la Selectividad hicimos nuevos amigos pero los viejos siguieron ahí para que nunca nos olvidáramos de quiénes éramos.
50 DE
I B E R I A V I E J A
Sonrisas y lágrimas UN VIAJE SENTIMENTAL. Un reloj de arena. Una fotografía tomada en el
Quienes habíamos llegado hasta ahí, nos sometíamos finalmente a la última prueba: el COU aburridas. Del Dibujo Técnico, donde el profesor nos incordiaba con la planta, el alzado y el perfil de los objetos, pasábamos a las “marías”, como música o religión. En tercero de BUP, algunos centros organizaban un viaje de fin de curso y los chicos y chicas emprendían una colecta para recaudar fondos y aliviar la carga impositiva a sus padres. Cuando los veían partir con la maleta, rumbo a Tenerife, Mallorca o Roma, se daban cuenta de que sus niños seguían siendo niños y de que ellos, en cambio, habían envejecido. A medida que pasaba el tiempo, los “bachilleres” iban encontrando sentido a la misión que emprendieron en el jardín de infancia. Ya nadie soñaba con ser bombero o astronauta, y el futuro profesional se perfilaba frente al impreso de Ciencias o Letras y la libre elección de asignaturas. Si nuestra novia o nuestro novio tiraban por el Latín y el Griego y nosotros por la Física, la Química y las Matemáticas, ¿qué futuro le aguardaba a nuestra relación?
hipocampo que contiene los recuerdos. Todo eso es Historia a pie de calle (Larousse, 2016), el primer gran ensayo histórico de Alberto de Frutos, redactor jefe de esta revista. La obra se divide en seis apartados: “La República”, “La Guerra Civil”, “La posguerra y la autarquía”, “La sociedad de consumo”, “La Transición” y “De los años 80 a nuestros días”. A diferencia de tantos libros en los que solo toman voz los políticos que presiden la pirámide, aquí el protagonista es el pueblo, la gente que desde abajo levantó el país y le transmitió sus sueños. Por eso, sostiene el autor en el prólogo, “esta es de alguna manera tu vida, y la de tus padres y tus abuelos. Esta es nuestra vida”. Profusamente ilustrado, y con la “clase” que distingue a Larousse, Historia a pie de calle es un fiel espejo de la España reciente, un latido de esperanzas y frustraciones en el que a buen seguro se reconocerán todos los lectores: aquellos que jugaron con Mariquita Pérez y quienes cedieron a la tentación mercadotécnica de Naranjito, los que vibraron con el guante de Gilda y festejaron el cine de destape, los que se rieron con los Chiripitifláuticos o los payasos de la tele y lloraron la muerte de Félix Rodríguez de La Fuente. Hay libros que se leen con una sonrisa y otros entre lágrimas. Historia a pie de calle conjuga ambas emociones, quizá porque España es una tragicomedia (o un esperpento) y la dicha y la tristeza conviven en un mismo plano. No somos tan distintos a los países de nuestro entorno –es cierto–, pero leyendo este libro de Alberto de Frutos uno se da perfecta cuenta de que somos excepcionales.
Quienes habíamos llegado hasta ahí, nos sometíamos finalmente a la última prueba: el curso de preparación para la universidad. COU era el mejor y el peor de los años.
TEMOR YTEMBLOR: LA SELECTIVIDAD Cuando el profesor nos preguntara si lo teníamos todo claro para el examen de Selectividad, si sabíamos distinguir el empirismo de Hume del racionalismo de Descartes o si recordábamos las integrales y derivadas que vimos a principios de curso, sabríamos que nuestra adolescencia eterna se estaba acabando. Tocaban a su fin las semanas de estudio, recluidos en una habitación en la que no paraban de
sonar Mecano, U2 y Michael Jackson en los walkman. Una mañana quedamos con nuestros amigos para ir juntos a la universidad y hacer el primero de los cuatro exámenes de la jornada. Era junio. En el metro y los autobuses había miles de chicos como nosotros y sus voces sonaban a patio de recreo, otra vez agudas, inconscientes, enraizadas en un pasado que ya no volvería. Se cerraba un ciclo y se abría otro, pero aún quedaban las noches suaves de verano y las postales y las llamadas desde una cabina que a veces se tragaba las primeras cien pesetas. Teníamos diecisiete, y, para la mayoría, fue un muy buen año. ■ 51 DE
IBERIA
V I E J A
A primera vista
Leonardo Torres Quevedo
El genio que creó el futuro
Torres Quevedo y de nombre, nada menos que Leonardo. Si fuera cierto que las palabras tienen magia, quizá desde su mismo bautismo estuviera destinado a ser uno de los grandes inventores de la historia, como su tocayo renacentista. Su catálogo de inventos, antecedentes muchos de las grandes tecnologías que revolucionaron el siglo XX, es inabarcable. Os recordamos los más destacados de ellos aprovechando la celebración del primer centenario de la inauguración de uno de sus grandes proyectos, el del Transbordador del Niágara. ALBERTO DE FRUTOS Y JAVIER MARTÍN
52 DE
IBERIA
VIEJA
53 DE
IBERIA
VIEJA
A primera vista
EL AJEDRECISTA El ajedrez automático atrajo a los inventores europeos desde finales del siglo XVIII. Un experimento pionero en la corte de Viena suscitó el interés del célebre ajedrecista Wolfgang van Kempelen, quien, entre otras cosas, pasó a la historia por alumbrar El Turco : más que un autómata, una ilusión óptica que se exhibió por medio mundo. Luego llegaría el Mephisto de C. G. Gumpel, administrado por control remoto, o el Aheeb de Charles Arthur Hopper; hasta que, en 1912, nuestro hombre en el olimpo de los ingenios, Leonardo Torres Quevedo, puso su granito de arena con El Ajedrecista . ¿Qué supuso su aportación? Aquí no había trampa ni cartón. El Ajedrecista de Torres Quevedo era capaz de jugar al ajedrez por sí solo, sin intervención humana, merced a un brazo mecánico que arrastraba las piezas y a unos sensores eléctricos que detectaban los movimientos de su oponente. Su jugada maestra era un final de rey y torre contra el rey del rival. Tal vez simple a nuestros ojos del siglo XXI, de acuerdo, pero insuperable en aquella época en que las computadoras eran solo una quimera para soñadores. Dos años después de su construcción, en 1914, El Ajedrecista se presentó en sociedad en la Feria de París, donde recibió todos los aplausos, y la prestigiosa Scientific American se hizo eco de la novedad en un artículo también laudatorio. El futuro que forjó Torres Quevedo dio otro paso de gigante en 1996, cuando una computadora de IBM, Deep Blue , se enfrentó al campeón del mundo Garri Kaspárov en una partida que ganó el ruso. La versión mejorada, Deeper Blue , se llevó la revancha un año más tarde. A buen seguro, Leonardo Torres Quevedo ya lo sabía.
54 DE
IBERIA
VIEJA
55 DE
IBERIA
VIEJA
A primera vista
EL TELEKINO El 6 de septiembre de 1906, el rey Alfonso XIII, junto a un buen número de autoridades y ciudadanos de a pie, presenciaba en el Club Marítimo del Abra de Bilbao una demostración que iba a dejar a todos con los ojos abiertos, algo que, más que un prodigio técnico, en aquella época tenía trazos mágicos. Leonardo Torres Quevedo reafirmaba su prodigioso ingenio y talento técnico consiguiendo que, mandando órdenes con un aparato de su construcción desde la terraza del Club Marítimo, la barcaza Vizcaya hiciese las maniobras ordenadas a distancia por el ingeniero.
56 DE
IBERIA
VIEJA
El nombre de aquel extraño aparato era “tel “ teleki ekino” no”. Tres años antes, Torres Torres Quevedo había presentado su invento ante la Academia de las Ciencias de París. A grandes rasgos, el artilugio era un autómata que cumplía las disposiciones que le eran transmitidas por ondas hertzianas. Durante los dos años siguientes, Torres Torres Quevedo realizó varias vari as pruebas que confirmaron el éxito del que se puede considerar un antecedente del mando a distancia. El texto que registra la patente del invento señala que el telekino es “un sistema telegráfico con o sin cables cuyo c uyo receptor fija la posición de un interruptor que maneja un servomotor que acciona algún tipo t ipo de mecanis mecanismo” mo”. La base de su funcionamiento tenía mucha relación con el telégrafo y fue uno de los primeros sistemas que introdujo una codificación digital ( on / off ). off ). Tras el éxito de la demostración ante el monarca, parecía que el invento iba a poder desarrollarse industrialmente, y, en principio, el campo ideal para ello era el militar, centrándose en el control de proyectiles y torpedos. Nada más lejos de la realidad. La falta de financiación del proyecto relegó el proyecto a un cajón que Torres Quevedo llegó a tener demasiado lleno; el de los sueños rotos.
57 DE
IBERIA
VIEJA
A primera vista
58 DE
IBERIA
VIEJA
EL TRANSBORDADOR DEL NIÁGARA Recientemente (Historia de Iberia Vieja, nº 133), nuestro colaborador Alejandro Polanco Masa nos contó con todo lujo de detalles la historia del Spanish de Torres Quevedo, Quev edo, que este Aerocar de año celebra su centenario. A modo de síntesis, señalemos que este tranvía aéreo, que salva un abismo de 540 metros de longitud, ha transportado desde entonces a decenas de miles de pasajeros, sin sufrir nunca un percance. Seis cables de acero obran el milagro de sostener la barquilla desde la que los turistas fotografían las aguas rugientes de estas es tas cataratas. catarata s. Y todo este entramado, este portento, fue fruto de nuestro cántabro más universal, que lo diseñó, además, en el seno de una empresa de capital español, The Niagara Spanish Aerocar Co. Limited . La “parte contratante” se fijó en él por su experiencia –ya había asombrado a todos con el tranvía aéreo del monte Ulía, en San Sebastián–, y desde su patente han sido muchos los funiculares que han copiado su técnica para garantizar la seguridad de los viajeros.
59 DE
IBERIA
VIEJA
A primera vista
60 DE
IBERIA
VIEJA
LA CALCULADORA ¿También las calculadoras? También. En 1893, una primera memoria de Torres Quevedo sobre las “máquinas algébricas” cautivó a la Dirección General de Obras Públicas, que le concedió una ayuda para su desarrollo. Fue un trabajo de décadas, cuyo resultado puede admirarse hoy en el museo que lleva su nombre en la ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Nuestro Leonardo enriqueció la ciencia matemática con contribuciones como la calculadora algebraica o un aparato para la resolución de ecuaciones de segundo grado. Para ello, diseñó sus célebres “husillos sin fin”, que trasladaban el movimiento a todos los eslabones. A su primera calculadora digital, presentada en el Musée National des Techniques de París en 1920, la llamó “aritmómetro electromecánico” – en la otra página, arriba–, que hizo de él un pionero de la automática y la informática tal como hoy las conocemos. Una nueva era se imponía. Hoy, en pleno siglo XXI, ya no nos sorprenden las aplicaciones del GPS o el puntero láser. Pues bien: detrás de todo eso siempre sale un nombre. El suyo. El del hombre que creó el sistema para guiarse en las ciudades y el puntero de luz. Leonardo Torres Quevedo. 61 DE
IBERIA
VIEJA
A primera vista
EL DIRIGIBLE En el mes de febrero de 1910, miles de madrileños observaban admirados cómo un extraño artefacto sobrevolaba el Paseo de la Castellana. Un modelo innovador de dirigible diseñado porTorres Quevedo dominaba las alturas de la capital de España. Gracias a su ingenio, el aparato, de nombre España, solucionaba las deficiencias que se habían encontrado en los zeppelines desarrollados por Alemania y Francia. Cinco años antes, junto con Alfredo Kindelán, el inventor cántabro había construido el primer dirigible español. El éxito de su invento fue tal que la compañía francesa Astra adquirió su patente y comenzó a fabricar los Astra– Torres , cuyos modelos, en los años previos a la Primera Guerra Mundial, fueron comprados sobre todo por la Royal Navy inglesa y la Marina francesa. Tras la guerra, una empresa gala utilizó uno de los modelos para que los turistas pudiesen ver París desde el aire. Ya ven, aunque fuese indirectamente, también influyó nuestro inventor en los más innovadores productos turísticos.
62 DE
IBERIA
VIEJA
63 DE
IBERIA
VIEJA
Historia antigua
Cuando Rom Cuando Romaa invadió el País Vasco En contra de lo que se cree, los vascos no plantaron cara a Roma como hicieron los galos en la aldea ficticia de Asté As téri rix x y Ob Obél élix ix.. As Asíí lo co cons nsta tata tan n la ar arqu queo eolo logí gía a y la lass fuentes clásicas. Lejos de ser un pueblo irreductible, colaboraron en todo momento con sus invasores. Fue su estrategia. Lo hicieron de otra forma… Y, Y, gracias a ello, sobrevivieron. Eso explicaría en parte que, a diferencia de lo que pasó con otras tribus hispanas, su lengua pervivió. ANTONI JANER TORRENS
64
DE
IBERIA VIEJA
DE
IBERIA VIEJA
65
Historia antigua
entro del imaginario colectivo existe el mito de que los vascos fueron el único pueblo de Hispania que se resistió a la romanización. El mismo escudo de Guipúzcoa contiene el lema latino Fidelissima Bardulia nunquam superata (“La fidelísima Bardulia, nunca conquistada”). Según una tradición romántica, una de las montañas de esta región, el Ernio, acogió en el siglo I a.C una batalla en la que los vascos, liderados por Lartaun, se enfrentaron a las tropas del emperador Augusto en el transcurso de las guerras cántabras. Sin embargo, las fuentes clásicas no hablan de ninguna batalla durante los cerca de seis siglos de presencia romana en tierras vascas. La realidad es que más bien predominó una convivencia pacífica. La versión de David contra Goliat de Euskadi ya ha quedado desmentida gracias sobre todo a un descubrimiento realizado en 2013 por el equipo del documental Euskara jendea, una superproducción audiovisual vasca basada en el libro homónimo de Carlos Etxegoien. Durante su filmación, se redescubrió en un almacén del Museo del Louvre de París una lápida funeraria que se había encontrado en Roma muchos años atrás. Entonces se sabía de su existencia, pero no dónde se encontraba.
D
LA CONQUISTA DE HISPANIA El epitafio de la lápida describe el cursus honorum o carrera política del pretor Caius Mocconius Verus. Precisa que, entre los siglos I y II d.C, Mocconius elaboró el censo de 24 ciudades vasconas y várdulas. La cifra coincide con la que aporta el geógrafo griego Ptolomeo en su obra datada más o menos en la misma época. Se trata de un testimonio de un valor incalculable. Además de ser uno de los más antiguos, nos pone sobre la pista de los pueblos del área vasca. Hispania entró en la órbita de Roma en el 218 a.C. Entonces, el general Cneo Escipión desembarcó en la colonia griega de Ampurias con el objetivo de atacar la retaguardia de Aníbal, el líder cartaginés que se dirigía imparable hacia Italia. Al avanzar hacia el norte, hacia el actual País Vasco, los romanos se encontraron con diversos pueblos, cada uno de los cuales iba por libre. Los caristios ocupaban las zonas de Bizkaia y Álava; los autrigones, el oeste de Bizkaia; los várdulos se extendían a lo largo de una parte de Guipúzcoa y Álava; los vascones, de quienes más cosas sabemos, ocupaban 66
DE
I B E R I A V I E J A
Las relaciones entre los conquistadores y los vascos estuvieron caracterizadas por una convivencia pacífica.
Al avanzar hacia el norte, hacia el actual País Vasco, los romanos se encontraron con varios pueblos, cada uno de los cuales iba por libre fundamentalmente Navarra, además de algunas zonas de La Rioja (Errioxa en eusquera) y de Aragón. Finalmente, estaban los aquitanes que, divididos en diferentes etnias, habitaban el norte de los Pirineos, desde el río Garona (cerca de Burdeos) hasta el Valle de Aran (en la provincia de Lérida). Las fuentes clásicas no nos dicen nada sobre la lengua común de todas estas tribus vascas. Además, no siempre había una única lengua en cada territorio. En la zona de los vascones (“montañeros” en celta), por ejemplo, el eusquera convivía con el celta y el íbero. En cualquier caso, curiosamente, en los valles del Pirineo Central, lejos del País Vasco actual, es donde se han encontrado más testimonios de la lengua vasca en la epigrafía y en la toponimia. Una prueba es el Valle de Aran –haran en eusquera significa valle– o Andorra, que podría significar “tierra cubierta de arbustos”.
VASCOS ROMANOS La presencia romana en la antigua área vasca data del siglo II a.C. En La Rioja, en la frontera con la actual Navarra, en 179 a.C. Tiberio Sempronio Graco fundó Graccurris (“ciudad de los Gracos”, hoy Alfaro) sobre el antiguo asentamiento celtíbero Ilurcis. Un siglo más tarde esta ciudad apoyó a su vecina Calagurris (Calahorra), en manos del general Sertorius, quien se había rebelado contra la autoridad del dictador Sula en Roma. Las conocidas como guerras sertorianas (77-72 aC) fueron sofocadas por un enviado de Sula, Cneo Pompeyo Magno. Sertorius moriría víctima de una traición de sus oficiales. A pesar de haber perdido a su protector, los habitantes celtíberos de Calagurris se resistieron a claudicar. Protagonizaron los mismos casos de canibalismo que se habían producido sesenta años atrás en el asedio de Numancia,
El islote de Gaztelugatxe, ubicado en la localidad vizcaína de Bermeo, y donde según una leyenda San Juan Bautista llegó a poner sus pies.
¿Cómo sobrevivió el vasco a la romanización?
a siete kilómetros de Soria. Según las crónicas, hubo padres que se comieron a sus mujeres y criaturas; incluso conservaron sus restos salándolos para poderlos comer los días siguientes –de aquí viene la expresión “hambre calagurritana”–. En el 75 aC, durante su intervención en las guerras sertorianas, al cruzar el río Ebro, Pompeyo aprovechó para fundar sobre la antigua Iruñea vascona una ciudad en su honor, Pompaelo, la futura Pamplona. Se trataba de una ciudad de un gran valor estratégico, situada a los pies de la cordillera de los Pirineos. Fue la que destacó más sobre el resto de ciudades romanas de la zona: Cascantum (Cascante), Cara (Santacara), Curnonium (Los Arcos), Andelo (Mendigorría), Ilumberri (Lumbier), Aracaeli (Uharte Arakil) o Iturissa (Espinal/ Burguete). La última región vasca en incorporarse al mundo romano fue Aquitania, al noroeste de los Pirineos. Fue sometida entre los años 56 y 55 a.C . por Julio César en la guerra de las Galias. En su obra Geografía, el historiador romano Estrabón, de origen griego,
ACTUALMENTE EL EUSKERA –euskara para sus hablantes– es hablado por cerca de 800.000 euskalduns (eusqueraparlantes) que viven en la parte occidental de los Pirineos, tanto en la vertiente norte, Francia, como en su vertiente sur, España. El auténtico misterio del eusquera no es su origen ignoto, sino cómo consiguió sobrevivir a una romanización que sí que borró del mapa otras lenguas de la antigua Hispania. Hoy los descubrimientos arqueológicos y las fuentes clásicas desmontan la tesis de que los vascos vivieron al margen de la romanización por ser una tierra con una orografía muy abrupta y con un bajo interés económico. A pesar de ello, la presencia romana fue más notable en las zonas costeras, al sur de Eusk adi y en Aquitania –las colonias romanas de esta región darían lugar en el siglo III d.C. a la Novempopulania (nueve pueblos), hoy Gascunya, término derivado del topónimo latino Vasconia, igual que el dialecto occitano que allí se habla, el gascón–. El nivel de romanización, por tanto, dependió de la zona. En este sentido, los historiadores clásicos ya diferenciaban entre saltus vasconum (la zona montañosa), más inaccesible, y el ager vasconum (la zona de llanura), más permeable a la culturalización. La convivencia con el latín no pasó factura al vasco, que, sin embargo, se nutrió de muchas palabras suyas: lege (“ley”), errege (“rey”), populu (“pueblo”), jend e (“gente), seme (“hijo” < semen ), pareku (“igual” < par , paris ), damu (“arrepentimiento” < damnum , “perjuicio”), gertu ( “cierto” < certus ), eliza (“iglesia”, < ecclesia), mediku (“médico” < medicus ) o jokolari (“jugador” < iocare ). Seguramente también existió una importante influencia latina en la gramática y en la pronunciación del eusquera. Esto, sin embargo, es muy difícil de calibrar.
Los historiadores clásicos ya diferenciaban entre la zona montañosa, más inaccesible, y la de llanura, más permeable a la culturalización DE
IBERIA VIEJA
67
Historia antigua
s e r u t s A
s o r b a t n á C
s e n s o o i s g t i o r i s l t r u u a d A r C
Turmodigos
á V
VASCONES
Berones
REPÚBLICA DE ROMA
Rhode Emporión mp Ciudades Griegas
La península Ibérica en el siglo II a.C. presentaba un nutrido conglomerado de tribus en el Norte.
Los romanos y los vascos terminaron entendiéndose a la perfección, principalmente porque unos y otros tenían enemigos comunes diferenciaba los aquitanes de los galos del norte: “Los aquitanes son completamente diferentes (de los otros galos) no solo lingüísticamente sino corporalmente, y más parecidos a los íberos que a los galos”. Romanos y vascos terminaron entendiéndose muy bien porque tenían enemigos comunes. Mientras los romanos les ayudaron a expulsar a los celtas (llegados a tierras pirenaicas en el siglo VIII a.C.), los vascos les ofrecieron apoyo en las guerras cántabras contra los pueblos del norte, entre
ellos, astures y cántabros –estos últimos eran considerados “los más temibles, feroces y pertinaces en la rebelión”, como relata el historiador Lucio Anneo Florus en su obra Gestas romanas. En el 19 a.C., tras diez años, Octavio Augusto consiguió sofocarles. Con esta victoria se completaba la conquista romana de la Península. ¿BÁRBAROS? Estrabón, contemporáneo de Augusto, nunca visitó Hispania, pero escribió de ella
Las fuerzas romanas siempre intentaban contactar con los pueblos que trataban de conquistar, porque lo que realmente les interesaba era el control de la economía local.
68
DE
I B E R I A V I E J A
a partir de fuentes indirectas. Esta es la descripción que hace de la región del norte, sin distinguir entre astures, cántabros o vascones: “Además de su rudeza, es fría y está al lado del Océano, y es inhóspita, y sus habitantes tienen aversión al contacto con otros países. Es un lugar horrible para vivir [...]”. El historiador romano insiste: “Su inestabilidad y rudeza no se debe a su dedicación a la guerra, sino a su lejanía. El viaje a su país, por mar o por tierra, es largo y, dado que son difíciles de comunicar, han perdido el instinto de la sociabilidad y de la humanidad”. Estrabón se erigió en un propagandista de la Pax Romana de Augusto. Es por eso que no tienen que sorprendernos afirmaciones como estas al referirse a los habitantes romanizados del norte de Hispania: “Ahora –es decir, en su tiempo (años 10 i 15 d.C.)– ya no son tan insociables e inhumanos, debido a la paz y a la presencia de romanos entre ellos”. El historiador romano llega a decir que “se lavan los dientes con orina, practican el matriarcado y duermen en el suelo”. Esta imagen salvaje de los vascos llegaría hasta el siglo IV. Ausonio, poeta de Burdeos, en una carta que escribe a su amigo Paulino, le reprocha haber marchado a Hispania y haber cambiado de costumbres durante su estancia por tierras vasconas. La respuesta es clara: “No, en absoluto. Uno que tiene el corazón puro, aunque viva entre los vascones, no se contaminará de su barbarie”. Fragmentos como estos serían utilizados por la historiografía posterior para tildar a los vascos de pueblo indomable e incluso de peligroso. Nada más lejos de la realidad. VASCOS ALIADOS A pesar de utilizar la fuerza, Roma casi siempre intentaba pactar con los pueblos que quería conquistar. Al fin y al cabo, lo que le interesaba era controlar las economías locales, que habían de redundar en la buena marcha del caput mundi . A pesar de ser un territorio económicamente tan productivo como otros puntos de Hispania o de las Galias, la antigua Euskadi poseía algunas riquezas que los romanos apreciaban mucho: en las llanuras meridionales de Álava y Navarra estaba la conocida trilogía de maíz, vino y aceite, y la zona montañosa proporcionaba minas de hierro –entre las más conocidas, las de Arditurri en Oiartzun y las de Somorrostro en Bizkaia–. Por mar, el principal puerto distribuidor de todos estos productos fue el de Oiasso (Irún), que se convirtió en el músculo del
Vasco, una lengua misteriosa EL EUSQUERA es una de las lenguas más antiguas del continente europeo. Además, junto con el finlandés y el húngaro, es considerada una lengua aislada, es decir, no guarda ninguna relación con el indoeuropeo, la lengua madre de las lenguas de Europa. La hipótesis más conocida sobre su origen es la vascoiberista, según la cual el vasco es un resto vivo del ibérico, una lengua hablada antiguamente en la costa mediterránea de la Península Ibérica y al sur de Francia. Esta hipótesis surgió a partir de una afirmación del historiador judío romanizado Flavio Josefo en su libro Antigüedades judaicas (siglo I dC): “Tubal (nieto de Noé) fundó los thobels , que ahora se llaman íberos”. De acuerdo con este mito, los hijos de Tubal se dirigieron a Occidente y llegaron a la Península Ibérica. Otra hipótesis sobre el origen del vasco la relaciona con las lenguas de la familia caucásica habladas en los dos lados del Cáucaso, entre el mar Caspio y el mar Negro. Así, el pueblo vasco tendría su origen en una migración que salió de esta zona. Tampoco faltan teorías que vinculan el eusquera con el bereber o con el dogón, otra lengua afroasiática hablada en Mali, en África Occidental. Mare Externum (hoy Océano Atlántico)
junto con los de Santander y Burdeos (suroeste de Francia). Y por tierra, el transporte de mercancías estaba garantizado por dos vías que confluían en Pamplona, a los pies de los Pirineos: la que unía Astorga (Castilla y León) y Burdeos, y la que iba de Oiasso (Irún), pegada al mar (junto a Hendaya), hasta Tarraco (Tarragona). EXPANSIÓN Como aliadas imperiales que eran, las diferentes tribus vascas se encargaron de repoblar las zonas conquistadas por los romanos a los celtas o íberos. Esto supuso una extensión de su lengua hacia el sur y su consolidación hacia el este –según el filólogo Joan Coromines (1975), el eusquera se habló incluso hasta las ribas del Mediterráneo–. Además, los vascos consiguieron que muchas de sus ciudades, que se terminarían
El trisquel es un símbolo sagrado que está muy presente en el País Vasco.
Fue en las crónicas francovisigodas cuando se pasó a hablar solo de vascones, como un todo que habitaba el ducado de Vasconia integrando a la provincia Tarraconense, disfrutaran de un estatus jurídico elevado. En total, los vascos llegaron a ocupar nueve veces más territorios que los que tienen hoy. La buena sintonía con los romanos hizo que muchos vascos terminaran enrolándose en su ejército como tropas auxiliares. El historiador Tácito destaca la actuación de la Cohors II Vasconum Civium Romanorum, destinada en Germania el año 69. También hay constancia de una unidad de várdulos, la Cohors I Vardulorum, que durante muchos años defendió el Muro de Adriano, al norte de Gran Bretaña. Como recompensa a su fidelidad, estos soldados recibieron el título de ciudadanos romanos en el momento de licenciarse. La epigrafía nos habla de su presencia por aquellas tierras lejanas –cerca de Londres, antigua Londinium romana, se han encontrado lápidas con nombres vascos–. Al abandonar las tropas, los legionarios acostumbraban a instalarse en unas propiedadesllamadas fundus (“finca” en latín) que, a veces, llevaban el sufijo –anus para indicar el nombre de su propietario–. Así, el fundus de Belasco era “Belascoanus” (hoy Belaskoain). Habitualmente, después de su contacto con el eusquera, el sufijo “-anus” se convertía en “-ain”, “-ano” o “-in”. Gendulain, por ejemplo, parece que proviene de Centulianus; y Andoain, de Andoanus.
A principios del siglo V, con el declive del Imperio Romano, las invasiones germánicas reafirmaron las tribus vascas como comunidad compacta y económicamente expansiva. Bajo el liderazgo de los vascones de Navarra todas ellas se unieron para defender las instituciones y la forma de vida romanas frente a lo que consideraban unos bárbaros. En las crónicas romanas siempre se hablaba de diversas tribus vascas. En cambio, en las crónicas francovisigodas, se pasó a hablar solo de vascones como un todo que habitaba el ducado de Vasconia. Este proceso de unificación dio lugar al surgimiento del vasco común y a la extensión definitiva del término Euskal Herria (“pueblo que habla euskera”) con el que los vascos denominaron su tierra, así como de la palabra euskaldun con la cual se autodenominaron –a los patriotas se les llama abertzale–. A finales del siglo XIX, Sabino Arana, considerado el padre del nacionalismo vasco, creó el neologismo Euzkadi para referirse exclusivamente al “pueblo vasco” que vive en los actuales territorios de la comunidad autónoma, es decir, Álava, Bizkaia y Guipúzcoa. Este topónimo, por tanto, excluye las otras tierras que incorpora Euskal Herria: Navarra (Nafarroa) y Baja Navarra (Nafarroa Beherea) en la Comunidad Foral de Navarra, y Lapurdi y Zuberoa en el País Vasco francés. ■
DE
IBERIA VIEJA
69
Panorámica
Malta y España Dos países que se dan la mano La geografía, hermana de la historia, concierne a la cultura de cualquier pueblo. No es de extrañar que dos países con vocación netamente mediterránea, como España y Malta, tengan tantos lazos en común. En este artículo exploramos los encuentros e inquietudes comunes de estos dos amigos separados entre sí poco más de 1.500 kilómetros. ALBERTO DE FRUTOS
La procatedral anglicana de San Pablo y la basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo trazan el perfil de La Valeta.
70
D E I B E R I A V I E J A
l maridaje cultural entre Malta y España comenzó en la Baja Edad Media, cuando navegantes de la Corona de Aragón se hicieron a la mar tras las tierras del este del Mediterráneo, el Mare Nostrum de los romanos. El reino pirenaico de Aragón fue ampliando su extensión con la conquista de diversos territorios peninsulares, como Valencia o Mallorca. Tras la infructuosa reconquista del reino de Murcia, en disputa con Castilla, la Corona de Aragón centraría sus esfuerzos en expandirse más allá de las fronteras peninsulares. Fue el hijo de Jaime I el Conquistador , Pedro III el Grande, quien entre 1276 y 1285 asumió esa tarea. Intentó conquistar Túnez, reino muy debilitado tras la muerte de su emir; pero el destino no quiso que triunfara en ese campo, puesto que, mientras ultimaba los preparativos de su expedición, estalló en Sicilia la revolución conocida como las Vísperas Sicilianas (1282) contra el rey francés Carlos de Anjou, quien se había hecho con el poder en la isla en 1266. La revuelta había sido promovida por el siciliano Juan de Procida, médico de Manfredo, último rey de Sicilia antes del desembarco angevino. Los sicilianos ofrecieron la corona al rey aragonés a cambio de su ayuda. Era una providencia lógica: Pedro III era el esposo de Constanza II, hija y heredera del último rey de Sicilia. Así, el Grande puso rumbo a esta isla, derrotó a las huestes angevinas y fue coronado en Palermo el 9 de noviembre de 1282. La ruptura del statu quo fue vista con muy malos ojos por el papa Martín IV, de origen francés, que excomulgó al aragonés y decretó una cruzada contra él. Es en este justo momento cuando aparece Malta en nuestra historia. Su situación estratégica, a escasos cien kilómetros al sur de Sicilia, hacía de ella un enclave de gran interés para todos los contendientes. Una vez expulsado de Sicilia, Carlos de Anjou trató de librar Malta del cerco de los aragoneses en el Castello del Mare, actualmente el fuerte de San Ángel. El enfrentamiento se resolvió en la batalla naval de Malta, en junio de 1283, una victoria que aseguró a Aragón el control de la isla, así como de las más pequeñas Gozo y Lipari.
E
DE IBERIA VIEJA
71
Panorámica
El pintor italiano Francesco Hayez recreó así las Vísperas Sicilianas.
BATALLA NAVAL
Al mando de la flota de galeras aragonesa, compuesta por 18 naves, se encontraba el almirante Roger de Lauria, que derrotó a los veinte barcos angevinos dirigidos por Guillaume Cornut y Bartholomé Bonvin. Fue la primera gran victoria en aguas del Mediterráneo para Roger de Lauria, marino nacido en el sur de Italia y que había sido nombrado almirante apenas dos meses antes de estos hechos, a la vez que la ocasión perfecta para vengarse de la muerte de su padre, caído a manos de los franceses en la batalla de Benavento (1266). Lauria –que en pago por su valor recibiría mil onzas en joyas y piedras preciosas– llegó a luchar cuerpo a cuerpo contra el propio Cornut, a quien dio muerte con una azcona, arma arrojadiza similar a un dardo. Las pérdidas por el lado francés fueron muy cuantiosas: 3.500 muertos, diez galeras capturadas y 860 prisioneros, en tanto que los aragoneses solo perdieron a 300 hombres. Por lo demás, unos 400 catalanes se quedaron 72
D E I B E R I A V I E J A
La batalla naval de Malta, en junio de 1283, aseguró a Aragón el control de esta isla , así como de las más pequeñas Gozo y Lipari
La victoria de Pedro III contra los franceses en el collado de las Panizas, tres años después de las Vísperas Sicilianas, fue inmortalizada por Mariano Barbasán.
La entrega de la isla a la Orden de San Juan se planteó como un dique de contención para frenar las aspiraciones musulmanas
Maestres españoles de la Orden de Malta
en el archipiélago: fueron los primeros moradores peninsulares en las islas, a partir de entonces una de las posesiones más mimadas por la Corona de Aragón. Alfonso V el Magnánimo, que reinó allá por el siglo XV, se refirió a ella como una “noble tierra y preciada joya de mi Corona”. La presencia de Aragón, cuya unión dinástica con Castilla se materializó en 1469 con la boda de Isabel y Fernando, se prolongó durante casi dos siglos y medio, hasta 1530, lo que avala la cantidad de huellas “españolas” que hoy podemos disfrutar en la isla. El edificio de estilo barroco que desde 1972 ocupa el primer ministro de Malta lleva por nombre Albergue de Castilla. Hay otro albergue de Aragón que es sede del ministerio del Interior, sin olvidarnos de la casa de Cataluña, un palacete junto a la iglesia de san Pablo, o de la calle de Tramontana. ¿Y qué decir de los templos? Entre otros, podemos visitar la iglesia de Nuestra Señora de Sarriá, en el barrio de la Balzunetta, topónimo que podría derivar del barrio de la Barceloneta, o la iglesia concatedral de San Juan en La Valeta, donde podremos admirar sendas capillas
Philippe de Villiers de l’Isle Adam, Gran Maestre de la Orden de Malta, toma posesión de la isla el 26 de octubre de 1530.
dedicadas a Aragón (San Jorge) y Castilla (Santiago el Mayor ), respectivamente. CARLOS I Y FELIPE II
Con la llegada al trono de Carlos I, la situación política de Malta cambió sustancialmente. La Corona de Aragón y todas sus posesiones se fusionaron con el reino de Castilla (y el de Navarra). En 1530, siendo papa Clemente VII, el citado monarca cedió la isla a la Orden Militar y Hospitalaria de san Juan de Jerusalén, conocida como Orden de Malta. La cesión –a la que se sumaría la plaza de Trípoli– constituyó un gesto de buena voluntad de Carlos hacia una orden huérfana de “hogar” desde que el sultán otomano Solimán el Magnífico sitiara Rodas en 1522, con la consiguiente capitulación y expulsión de los caballeros sanjuanistas. La opción de Malta como nueva residencia para los hijos de aquellos comerciantes amalfitanos que fundaron la Orden en Jerusalén en el siglo XI planteaba numerosas ventajas de carácter defensivo para Carlos, y es que el imperio otomano era ya una peligrosa
A LO LARGO de su dilatada historia, ha habido ocho españoles que han ostentado el cargo de Gran Maestre de la Orden de Malta, el último de los cuales fue el navarro Francisco Jiménez de Tejada entre 1773 y 1775. Otro, el valenciano Raimundo Rabasa de Perellós, en la imagen de abajo, está enterrado en la iglesia de San Juan de La Valeta. La relación de la monarquía española con la Orden de Malta ha sido siempre muy estrecha; sin ir más lejos, cuando Juan Carlos I fue bautizado en Roma, lo fue en la capilla de los caballeros de la Real Cruz de Malta por el entonces cardenal Pacelli, que no tardaría en ser proclamado papa con el nombre de Pío XII.
DE IBERIA VIEJA
73
Panorámica
Los Museos Vaticanos atesoran esta pintura de Egnazio Danti sobre el Sitio de Malta, en cuyo ángulo inferior izquierdo se distingue el plano de La Valeta.
Al frente de la guarnición maltesa se encontraba el veterano Jean Parisot de la Valette, que hizo gala de un arrojo casi sobrehumano
Jean Parisot de La Valette repelió a los otomanos durante el asedio de Malta y “bautizó” a su nueva capital.
74
D E I B E R I A V I E J A
amenaza en el norte de África, capaz de conquistar Túnez en 1534 (aunque el reyemperador la recuperó al año siguiente). La entrega se planteó, pues, como una suerte de dique de contención que frenara las aspiraciones musulmanas y, a cambio, el rey impuso una serie de condiciones a la Orden. En primer lugar, la isla se convertiría en un feudo dependiente del rey de las Dos Sicilias, si bien esta relación de vasallaje no era plena, en el sentido de que se la declaraba exenta “de todo servicio de guerra y de aquellas cosas que los vasallos deben a sus señores”. De esta forma, en el plano internacional
Malta gozaba de un excepcional grado de autonomía: podía “declarar la guerra y concluir la paz, mantener relaciones diplomáticas mutuas con otras potencias extranjeras y aplicar reglas particulares en materia de guerra marítima”. Además, la Orden se comprometía a presentar a sus embajadores al sucesor al trono español “para pedirle y recibir de él la investidura de dichas islas”. Eximidos también de la obligación de tributar, los caballeros entregarían anualmente un halcón adiestrado para la cetrería el día de Todos los Santos, tradición que se mantuvo hasta 1798, cuando Napoleón invadió Malta y la Orden fue expulsada de estos dominios. El sucesor de Carlos I, Felipe II, siguió muy de cerca los negocios de Malta y prestó su apoyo a la isla cuando fue más necesario. Su conquista seguía siendo un objetivo prioritario para el imperio otomano que, en mayo de 1565, inició el asedio a la isla, con el envío de una flota de unos 25.000 soldados. Tras no pocas vacilaciones, el Prudente acudió al fin en su auxilio, y Álvaro de Bazán, que todavía no era Marqués de Santa Cruz, aniquiló a los turcos al mando de sesenta galeras el 7 de septiembre de aquel año. El enemigo sufrió 20.000 bajas. Al frente de la guarnición maltesa se encontraba el veterano Gran Maestre de la Orden, Jean Parisot de la Valette, quien hizo gala de un arrojo sobrehumano al resistir el sitio de la flota otomana y sus constantes asaltos durante más de tres meses. El rey le regaló una daga de acero toledano engarzado en oro con la leyenda “Plus quam valor Valetta valet”, es decir, “Más que el valor vale Valeta”. LA NUEVA CAPITAL
Tras la liberación de la isla comenzó su pertinente reconstrucción. Diseñada por el ingeniero Francesco Laparelli, a quien sucedería Girolamo Cassar, La Valeta –su nueva capital tras Mdina y Birgu-Vittoriosa– se proyectó como una ciudad de nueva planta, cuyo nombre homenajeaba al artífice de la defensa de la isla, que hoy yace en la catedral de San Juan. La inyección económica de Felipe II y del Papa Pío V hizo posible que se inaugurara en muy poco tiempo. Cada 8 de septiembre se conmemora el fin del asedio con el Día de la Victoria, en el que tiene lugar una colorida regata de remo entre los principales puertos de
Con la toma de Malta por Napoleón en 1798 se cerraron los 268 años de control de la isla por la Orden de San Juan.
la isla. En la misma jornada se celebra también el nacimiento de la Virgen María y la fecha en que las tropas italianas se rindieron a las británicas en la Segunda Guerra Mundial. Sin duda, es un momento óptimo para viajar a La Valeta –siempre
lo es–, que en 2018, además, añadirá a sus muchos dones otro motivo de celebración como Capital Europea de la Cultura. La independencia de Malta fue afianzándose con el paso del tiempo. El tratado de Utrecht (1713) reconoció
Unas relaciones fraternales LAS RELACIONES entre España y Malta son inmejorables, máxime desde la integración de Malta en el seno de la Unión Europea en 2004 y, cuatro años más tarde, en la Unión Monetaria, lo que hace que compartamos la misma moneda. Todo ello ha propiciado unas excelentes relaciones comerciales. Según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), en 2015 las inversiones españolas en Malta ascendieron a 35,8 millones de euros, mientras que las inversiones maltesas en España en ese mismo período fueron de 80,3 millones de euros. En ambos casos, se produjo un notable incremento con respecto al año anterior. Reflejo de esta colaboración a todos los niveles fue la visita oficial a España en diciembre de 2015 del actual Gran Maestre de la Orden de Malta –que a día de hoy cuenta con unos 13.000 miembros y 80.000 voluntarios–, Matthew Festing, recibido por Felipe VI, a la izquierda.
La Valeta ha sido designada Capital Europea de la Cultura en 2018. Otro motivo más para viajar a esta isla mediterránea expresamente la neutralidad de la isla, por lo que la nueva dinastía borbónica se hizo a un lado en los movimientos de la política maltesa. Por el mismo tratado España renunció a Sicilia en favor del duque Victor Amadeo II de Saboya, por lo que Malta pasó a depender en mayor medida de Sicilia. Los embajadores de Malta mantuvieron, eso sí, su representación ante la corte española. La invasión de la isla por Napoleón en 1798 representó una flagrante violación de ese tratado. Dos años después, los británicos desalojaron a los ocupantes, inaugurando así un extenso período de influencia, hasta la independencia definitiva de Malta en 1964. ■
DE IBERIA VIEJA
75
Panorámica
Domadores de bestias
Loberos
A caballo entre la historia y la leyenda, los loberos representan la eterna lucha del hombre contra el lobo en nuestro territorio. Admirados y temidos, corrían aldeas y montes escoltados por una corte de lobos que parecían estar encantados, pues seguían al pastor de lobos como ratones al flautista de Hamelín. Su presencia sólo podía significar dos cosas: protección o destrucción. MADO MARTÍNEZ
D
ecían que eran hombres con poderes sobrenaturales por el dominio que ejercían sobre los lobos, y no era raro verlos siempre acompañados por estos animales. Tocaban a la puerta pidiendo cobijo y alimento a cambio de protección contra las manadas de lobos a las que tenían capacidad de doblegar. Aceptar su chantaje, disfrazado de ayuda, proporcionaba seguridad. Negarse al ofrecimiento desencadenaba la ira del encantador de lobos, quien podía llegar a comandar a sus caninos amigos contra rebaños y familias. No sólo las ovejas corrían peligro si se despreciaban sus servicios, sino también las personas. Y parece que era tan diestro en su oficio, que había personas que lo contrataban, incluso, para que azuzara a las bestias contra sus propios vecinos y enemigos, movidos por envidias y rencillas. A pesar del halo sobrenatural con el que frecuentemente se arropaba al lobero, identificándolo con un brujo, no tenían ninguna habilidad mágica, pero sí el don de embaucar a la gente e inspirar miedo. Es posible, en cualquier caso, que de hecho tuvieran dotes especializadas de adiestramiento lobuno, pero también pudieron sembrar el pánico con una 76 D E I B E R I A V I E J A
panda de secuaces muy humanos, e incluso con sus propias manos. Después de todo, no hacía falta se un lobo para matar, descuartizar y repartir desgracias.
LA CAPITANA DE LOS LOBOS La Inquisición llegó a perseguir con ahínco a los loberos. La joven asturiana Ana María García, también conocida como la Llobera o la Lobera de Llanes, fue una de las víctimas del Santo Oficio. Sabemos bastante de ella, a pesar de su origen humilde, pues el Santo Oficio de Toledo encargó densos informes sobre su vida. Ana María nació en 1623 en la aldea Posada, cerca de Llanes, y era hija de labradores. Al quedar huérfana a tierna edad fue pasando a distintas casas familiares, de mano en mano, en condiciones penosas, soportando trabajos forzados, abusos y servidumbres, de modo que siendo apenas una adolescente su propio pariente Francisco Soga la dejó embarazada. Fue entonces cuando decidió huir de casa. Pero, ¿por qué la llamaban la Llobera? Según afirmó en el proceso judicial que se abrió contra ella, todo empezó por una maldición, ya que sus hermanos habían abandonado a su anciano, ciego y desvalido padre en el monte, para que fuera devorado por los lobos. Sin embargo, este no era el único motivo, pues según ella, también se debía al hecho de que ella misma empezó a cultivar
aficiones lupinas a partir de los veinte años, a raíz de su encuentro con Catalina González, una mujer con fama de bruja de la aldea de Bricia, quien supuestamente la inició en la práctica de la brujería y la enseñó a pactar con el diablo. El mismo Satanás le habría regalado una manada de siete lobos demoníacos. Al morir su mentora, rechazó con vertirse en bruja al no querer vestir el sayo que esta le había legado, e inició su largo peregrinar con dos vaqueiros de Argüellos con los que por lo visto pudo vivir en concubinato. Ya por aquellos entonces se empezó a correr la voz por la zona de Pajares de que aquella muchacha tenía un inquietante don con los lobos, era capaz de relacionarse íntimamente con ellos, y podía proteger los rebaños o devastarlos a voluntad, por el poder de capitanía que tenía sobre los temidos canes salvajes. Las fieras lupinas le rendían total pleitesía y ejecutaban obedientemente sus caprichos.
EMPIEZAN LOS PROBLEMAS Poco después, concretamente en 1648, se unió a un vaqueiro que trabajaba en la finca de terratenientes heredad de don Gabriel Niño de Guzmán. Ahí empezaron los problemas, pues su fama cobró tales proporciones que no tardó en llegar a oídos de la Inquisición. Doña María del Cerro la denunció y el fiscal don Juan de
Esta ilustración de finales del siglo XIX muestra a una entrenadora de lobos, disciplina que antaño fue considerada casi un arte de brujería.
DE
IBERIA
77 VIEJA
Panorámica
Las leyendas relacionadas con la licantropía son habituales en todas las culturas del mundo. Los supuestos vínculos entre hombres y bestias fueron mirados con lupa por el Santo Oficio.
la Vega y Dávila la encausó el 21 de junio de 1648. Contaba con tan sólo 25 años de edad. Los cargos de los que se la acusaban eran: haber sido discípula de una bruja (no bruja en sí), haber hechos pactos con el diablo, haber vivido en concubinato con diversos pastores o vaqueiros (nadie encausó a los que abusaron sexualmente de ella siendo apenas una niña, pero vivir en concubinato, sí que fue considerado un crimen por el Santo Oficio), haber tratado con siete lobos de diferentes colores considerados demonios, y haber causado estragos en ganados y fincas a través de conjuros y artes diabólicas. El extracto relativo a los lobos del acta inquisitorial, que es el que más nos interesa, rezaba así:
Entre los cargos que se le imputaron, se encontraba el de haber tratado con siete lobos de diferentes colores considerados demonios “Que era tal la familiaridad que tenía con los demonios [...] en forma de lobos [...] que no podía hallar sin su compañía. Y sabiéndolo los pastores, la instaron, y ella se los prometió no hacer mal con los demonios a sus ganados ni a los de otros ni a personas algunas, si bien no siempre lo cumplía, antes echaba los lobos al ganado que le aprecia y a la parte que le hacía mal pasaje [...].Que
Mauro, el lobero del Mascún ARAGÓN TUVO, según cuentan, un lobero de especial renombre llamado Mauro, muy temido en toda la zona. Su área de actuación era el barranco de Mascún en la Sierra de Guara y solía visitar a los lugareños para pedirles una cabeza de ganado, generalmente una oveja. Lo que hacía a continuación era descuartizarla delante de los atónitos ojos de los granjeros, subir a una colina para recitar unas extrañas palabras en lengua desconocida y trazar unos símbolos en el aire, tras lo cual, aparecían como salidos de la nada y desde los cuatro puntos cardinales tantos lobos como trozos de carne había partido. Así lo contaba Joan Rosell en su libro Leyendas del Aragón Demonio .
78 DE
I B E R I A V I E J A
en las dehesas de Alcudia, habiendo la rea llegado a un cazador que llevaba una carga de conejos y perdices a vender, le pidió un conejo, y no se lo quiso dar y dentro de tres días comieron los lobos a una bestia de carga de dicho cazador. Y todos lo atribuyeron a que la Lobera lo quería así, teniéndola también por bruja hechicera [...].Que en dichas dehesas llegó otra vez la rea a una majada de un pastor
y, no habiéndola dado lo que ella le había pedido, le comieron a segunda noche los lobos tres cabras [...].Que para llamar a los demonios decía la rea ciertas palabras, que afirmó no podía decir porque la vendría mucho daño [...]. Lo cual no es de creer, sino que maliciosamente las calla. Y así pido la declare…”.
¿UNA DESEQUILIBRADA? La inocente Ana María se negó a recitar los conjuros, alegando que si lo hacía, todos acabarían pagando las consecuencias y cargando grandes males. Tan convencida estaba la joven de sus poderes. ¿O tal vez fue una estrategia? Curioso es que el tribunal, lejos de espantarse y encontrar en aquellas declaraciones motivos para condenarla, llegaron a la conclusión de que la pobre mujer no tenía muchas luces y se trataba más bien de una desequilibrada. Si se hubieran encontrado a alguien que de buenas a primeras negase las acusaciones y hubieran tenido que sacarle la confesión a base de torturas, tal vez, habría corrido peor suerte. Paradojas de la psicología inversa, tal vez. Ana María, además, en su defensa, pidió clemencia y misericordia, asegurando que había dicho la verdad y toda la verdad, y prometiendo “no volver a ofender a Dios y procurar ser muy buena cristiana y que si se acordarse de otra cosa lo dirá”. Funcionó. El 3 de agosto de 1648 le echaron un simple rapapolvos y la mandaron a recibir instrucción cristiana durante cuatro meses, una sentencia bastante benevolente para lo que podría haberle pasado, conociendo el estilo que a veces se gastaba el Santo Oficio. Tras aquellos cuatro meses de instrucción cristiana fue puesta en libertad y ahí es donde le perdemos el rastro, al no existir más documentación sobre su historia.
DIME CON QUÉ LOBOS TE JUNTAS, Y TE DIRÉ… Menos suerte corrió el lobero Pere Torrent, que fue a parar con su cuello en la horca. Corría el siglo XVI y un hombre conocido como Pere Cufí, Pere Torrent en realidad, quien tenía aterrorizados a los habitantes de Planas d’Hostoles de la provincia de Girona, en Cataluña, pasaría a la historia inquisitorial como brujo lobero. Era un tipo enigmático, huraño y solitario, que sólo se encontraba a gusto en compañía de la corte de lobos feroces
Un grupo escultórico recuerda en Miraflores de la Sierra a su ilustre vecino decimonónico (foto: Julio Vías).
El Tío Francachela, el lobero de Miraflores LA LLAMABAN EL LOBERO de Miraflores, pero no era un lobero al uso, porque ni encantaba a los lobos, ni se hacía acompañar por ellos, ni extorsionaba a los lugareños para proteger los rebaños a cambio de protección. Era un cazador de lobos, sediento de sangre, porque a punto estuvo de morir entre sus fauces cuando tenía nueve años. Desde entonces, sólo vivía para perseguirlos. Desaparecía varios días de casa y no volvía hasta que no traía sus codiciadas presas muertas. Los vecinos pensaban que era un auténtico héroe, pues llegó a matar 219 lobos. Tantos beneficios reportaba a las comunidades ganaderas con su labor desinteresada, que para evitar que este hombre tuviera que ir de casa en casa implorando limosna, los pueblos de Miraflores, Colmenar Viejo, Chozas y Bustarviejo pidieron a la Diputación Provincial de Madrid que le remunerasen por sus servicios. La demanda fue atendida y le concedieron una pensión vitalicia de ochenta céntimos diarios como pago por su trabajo de lobero, oficio que desempeñó hasta su muerte en 1893. El Tío Francachela encarnaba otro tipo de lobero, a pesar de ser designado con el mismo apelativo. Hubo otros muchos como él en el siglo XIX, como Juan Bravo Velaz, el lobero de las Hurdes.
Era un tipo enigmático, huraño y solitario, que sólo se encontraba a gusto en compañía de la corte de lobos feroces que formaban su séquito que formaban su séquito, o eso decían. La leyenda negra nos habla de un ser oscuro; a la gente le entraban ganas de echar a correr cuando oían su nombre; al verlo pasar, corrían a refugiarse en su casas, cerrando puertas y postigos; nadie podía pronunciar su nombre si temor. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? Conocemos su historia porque
en 1968 un fraile capuchino de Olot llamado Nolasc de Molar publicó un libro titulado Procés d’un buixot , en el que daba cuenta de casos de condenados a muerte por la Inquisición en las áreas obispales de Girona y Vic. Pere Torrent nació en 1583 en la aldea de les Encies, en la Garrotxa. Sus lobos procedían de una cueva de Cogolls, donde al parecer
DE
IBERIA
79 VIEJA
Panorámica
La Inquisición condenó a muerte a decenas de “adoradores del diablo”, un delito que, en ocasiones, se vinculó con los tratos de los loberos con estos depredadores.
Meneur de loups , el encantador de lobos NUESTROS VECINOS colindantes franceses compartían con nosotros la leyenda del encantador de lobos en las regiones de Auvergne, Languedoc, Guyenne, Beauce, Berry y Morvan. Eran personas que hablaban la lengua de los lobos, magos, licántropos, jefes de manadas de hombres lobo. Habían hecho un pacto con el diablo y eran capaces de embrujar a los lobos a través de la música o de conjuros mágicos con los que podían atraparlos fácilmente en las batidas. Era extremadamente peligroso meterse con ellos pues podían ordenar a la banda lobuna que les acompañaba matar rebaños enteros. El antiguo oficio de lobero no sólo dejó sus huellas en toda suerte de leyendas, sino que también quedó representado en la literatura y según Josep Maria Massip Gibert “la historia no es nueva porque desde autores clásicos como Platón, Heródoto y Ovidio, hasta San Jerónimo o Cervantes, Dumas, Sand, Seignolle, o por ejemplo, Pep Coll, los refieren”.
80 DE
I B E R I A V I E J A
los crió. El trabajo de un lobero consistía en asegurarse de que los lobos dejaban tranquilo al ganado, labor por la que la gente de los pueblos, en ocasiones, hasta podía llegar hacer derramas para pagar por este servicio, pero no dejaban de arrastrar esa estela de brujos con la que algunos imaginaban toda suerte de magias, y que en ocasiones podía ser alimentada por el propio pastor de lobos, para arrogarse poder, respeto y prestigio. Pero parece que Torrent no fue lobero en realidad, y que incluso hacía años que no veía a su jauría, o eso declaró ante el Tribunal. De hecho, crió a sus lobatos por capricho. Pero en tiempos convulsos como los de la persecución inquisitorial, la fanfarronería lupina podía jugar en contra y convertirse en una sentencia de muerte segura. Fue lo que le pasó a este hombre, quien acabó siendo denunciado al Santo Oficio por su propia tía, Joana Trías, también considerada bruja. Durante las torturas, y como solía suceder en este tipo de caza de brujas,
El clima de histeria inquisitorial dio sus frutos, y Torrent no pudo librarse de la acusación de brujo lobero y volar a lomos de los demonios la pobre mujer fue obligada a dar los nombres de otros adoradores del diablo, y acabó implicando a su sobrino. Fue ejecutada unos días antes que él.
¿Lo sabías? LA CULTURA POPULAR catalana
LA PROFECÍA SE CUMPLE El meollo de la principal acusación contra el lobero Pere Torrent recaía en el hecho de que un zapatero llamado Lleonard Hilari, vecino de Les Planes d’Hostoles, se negó a ponerle suelas. Torrent se fue con los zapatos sin arreglar, no sin antes maldecirle de muy mal humor, amenazándole con hacerlo matar por un lobo. La cuestión es que por uno de esos azares fatídicos del destino, parece que la “profecía” se cumplió, con el consiguiente revuelo. Para añadir más ingredientes a su caso, un labrador llamado Nicolau Llapart, que por lo visto cometió la imprudencia y osadía de matar a uno de los fieles lobos de Pere Torrent, también fue víctima de las amenazas y represalias del presunto lobero. Nicolau Llapart le había matado a uno de sus lobos, pues habían sido sus lobos, precisamente, según aseguraba, los que habían atacado su granja a matarle una yegua, un macho, un rocín y diecisiete lechones y cochinillos. Algunos, probablemente, se la tenían jurada al tal Torrent; otros, sencillamente, vieron en estos hechos una prueba incontestable de su brujería lobuna. En las actas del proceso decían de él: “Persona que con malas artes se afana y hace salir lobos y zorros, así como guste y de la manera que quiere, de forma tal que dan y causan muchos daños matando al ganado”. Josep María Massip Gibert, gran conocedor de la figura de Torrent, decía que éste “tenía a sus lobos únicamente porque le gustaban y para presumir. Esto, junto con los hechos acaecidos, le costaría el tormento y la vida”. Así parece que era
en realidad, según las declaraciones que el hombre dio en su día ante el tribunal: “A mí me gustaba pensar que después de alimentarlos [cuatro lobatos que robó de una camada], me seguirían como perrillos a donde yo quisiera. Y así los encontré; y les puse en un barranco en el bosque mismo, con una pared pequeña que hice. Y les llevaba leche y carne de mal ganado, que moríase ya. Y cuando los hube nutrido, dichos lobos me seguían donde iba, porque estaban enamoriscados de mí; y de llamarlos, me venían; y de normal, se quedaban cerca de las casas donde yo estaba”. Ni era lobero, ni cobró nunca por semejante servicio, ni daba el perfil. De hecho era músico, tocaba la flauta (aunque nuestros vecinos franceses habrían hallado en ello otro motivo para acusarlo de lobero, pues según sus leyendas los encantadores de lobos utilizaban la música para embrujar a las manadas). Su único pecado fue… Ser amante de los lobos. Y en aquella época y en los contextos rurales de los que estamos hablando, un lobo era el enemigo público número uno. Si andabas con ellos, no eras de fiar. El clima de histeria inquisitorial dio sus frutos, y Torrent no pudo librarse de la acusación de brujo lobero, de atraer desgracias, de provocar granizadas, nieblas, aguaceros, plagas, celebrar aquelarres, volar a lomos de los demonios, y hasta de hacer que a la gente
narra la leyenda del Pare Llop, un lobero, un hombre que tiene poderes sobre los lobos y puede gobernarlos a su capricho. En los días de frío y tempestad bajaba a los pueblos y aldeas a pedir comida y nadie se atrevía negársela, por temor a las represalias: podía hacer que los lobos atacasen el ganado. Lo sabían bien, porque un “pagès” ricachón de la Terra Ferma que se había envalentonado con él, no pudo volver a prosperar hasta que no hizo las paces con Pare Llop.
le saliera bocio en el cuello. Acabó con la soga al cuello.
EL FIN DE LA INQUISICIÓN El fin de la Inquisición no significó el fin de la persecución de los loberos. Carlos III promulgó en 1783 una Real Cédula en la que podemos leer: “En lo respectivo a los que se llaman Saludadores y los Loberos, mando asimismo sean comprehendidos en la clase de los vagos tratados como tales…”. El odio al lobo siguió traspasando los siglos hasta llegar a épocas recientes. Félix Rodríguez de la Fuente fue, ya casi a finales del siglo XX, una de las primeras voces en alzarse a favor de la protección de este hermoso animal. Casi a modo de moderno lobero, adoptó un par de cachorros a los que pronto se unirían otros ejemplares. Su defensa del lobo ibérico le acarreó no pocas amenazas de muerte, lo que da constancia del rechazo que todavía inspiraban y siguen inspirando en muchos ambientes rurales estos animales. n 81 DE IBERIA V I E J A
Made in Spain
Los cañones de La Cavada En el pueblo cántabro de La Cavada, cabecera del municipio de Riotuerto a orillas del río Miera, podemos disfrutar de un auténtico pedazo de Historia con mayúsculas gracias a su Museo de Artillería. Aquí podemos encontrar cañones de diversos calibres y épocas, municiones, maquetas de añejos navíos de la Armada Española... Vamos, lo que se podría esperar de un museo dedicado a la artillería, solo que aquí, en La Cavada, sucedió algo excepcional que merece ser recordado… Te lo contamos. ALEJANDRO POLANCO MASA
82 DE
IBERIA
VIEJA
l comienzo del recorrido por sus instalaciones uno se encuentra ante un panel fascinante. Sobre un mapa del mundo, en el que se han coloreado las áreas que una vez conformaron el Imperio español, aparecen como distribuidas al azar pequeñas miniaturas de cañones. Desde el Caribe hasta el Pacífico, de Asia hasta América y Europa, se muestran esos pequeños cañoncitos. No se trata de un mapa cualquiera, porque lo que nos quiere presentar es la historia de un lugar que conquistó, literalmente, el planeta. En la Real Fábrica de La Cavada, y también en la cercana localidad de Liérganes, fueron fabricados durante más de dos siglos esos cañones que hoy adornan viejas plazas fuertes de todo el mundo o aparecen en naufragios de barcos españoles en todos los mares. De hecho, el destino de la artillería de La Cavada solía ser la defensa de fortificaciones y armar a los buques que protegían las rutas comerciales de España por todo el mundo. De ahí que no extrañe el encontrar estos cañones por todas partes. Podría decirse que allá donde haya habido presencia española no será difícil encontrar alguno. Los cañones de La Cavada sirvieron para armar a la flota española que surcaba el Atlántico partiendo de Cádiz en su “Carrera de Indias”; protegieron los emplazamientos que servían de puerto o nudo de comunicaciones para el comercio en el Nuevo Mundo, así como a la Flota de Nueva España y a la Flota de los Mares del Sur. Al otro lado del mundo, con centro en Filipinas y a través de la famosa ruta del Galeón de Manila, sucedía otro tanto. Por ello, los Cañones de la Cavada acabaron extendidos por todas partes, pues iban allá donde las redes comerciales y coloniales españoles lograron llegar.
A
EL LUGAR QUE PROTEGIÓ A UN IMPERIO Aunque los restos que nos han llegado palidecen comparados con lo que llegó a ser un impresionante complejo industrial, que debió cde onstituir una estampa asombrosa en los valles cántabros de los siglos XVII a XIX, con humeantes altos hornos, todavía nos queda el eco de su apasionante historia. Los altos hornos de Liérganes y de La Ca vada constituyen un temprano ejemplo de establecimiento industrial a gran escala, además de lugares en los que el ingenio aplicado a la artillería alumbró asombrosas máquinas. Aquí, en la que fuera la primera industria siderúrgica española, se fundió hierro
destinado a la defensa del Imperio español entre 1622 y 1835. A principios del siglo XVII había quedado demostrada la importancia y la capacidad que la artillería podía ofrecer a los ejércitos. Un siglo antes se había vivido una auténtica transformación en las técnicas de combate. Ahora ya nadie pensaba en ejércitos que no tuvieran artillería propia y, claro está, para mantener la seguridad de las rutas comerciales era necesario armar con cañones a una inmensa flota de navíos de guerra. La única manera de mantener el control de esas rutas consistía en armar adecuadamente a dicha flota pero, ¿de dónde se iban a obtener los miles de cañones necesarios? Controlar un gigantesco imperio colonial adquiriendo cañones y otros artilugios relacionados con la artillería a diversos fabricantes del mundo fue una posibilidad explorada por doquier, pero si realmente se deseaba poder controlar y mantener la flota que constituía la Armada, era necesario ir más allá de las clásicas ferrerías, más cercanas a lo artesanal que a lo industrial, pasando de los onerosos cañones de bronce forjado a una producción a escala industrial de cañones modernos realizados con hierro colado. La tarea era necesaria y debía llevarse a cabo con rapidez, o pronto otra potencia continental acabaría por superar las defensas españolas. Así, fruto de la necesidad, surgieron toda una serie de tecnologías industriales que encontraron su
Fernando Casado de Torres e Irala.
La tarea era necesaria y debía llevarse a cabo con rapidez, u otra potencia continental acabaría por superar las defensas españolas
La Portalada de Carlos III en La Cavada daba entrada al recinto de la Real Fábrica.
83 DE
IBERIA
V I E J A
Made in Spain / La Cavada
culminación en la sorprendente e inmensa fábrica de La Cavada, capaz de surtir hasta un millar de cañones anuales para ejércitos terrestres y navíos. La construcción de este complejo industrial, en una época en la que el concepto de industria estaba naciendo, supuso todo un reto, sobre todo porque lle var a cabo una tarea como aquella requería de destreza técnica, músculo financiero y control de la información secreta acerca de la fabricación de las armas y su destino. UN COMERCIANTE DE LIEJA En definitiva, se trató de un esfuerzo estratégico por medio del cual España pretendió mantener su hegemonía política y económica a lo largo del mundo. La necesidad era clara, pero no lo era tanto el lugar sobre el que erigir tan osada infraestructura. Por la proximidad a puerto, así como por la presencia cercana de las materias primas necesarias, fue elegida en primer lugar la localidad cántabra de Liérganes como el punto de partida para esta gran industria. El encargado de tan magna obra fue un comerciante de Lieja llamado Jean Curtios, o Juan Curcio, con gran experiencia en tratos con los españoles en Flandes para proveer a sus ejércitos. En un primer momento pensó en algún lugar vasco como el ideal, pero tras encontrar numerosos problemas de pleitos con los potentados locales, optó por cambiar la localización hacia un valle cántabro. Curcio había conseguido una considerable fortuna con sus actividades industriales y comerciales al vender armamento a los Tercios de Flandes en los reinados de Felipe II y Felipe III. El negocio parecía redondo, pero
El curso de las batallas navales habría resultado muy distinto sin estas poderosas armas.
Curcio había conseguido una considerable fortuna con sus actividades al vender armamento a los Tercios de Flandes
El resbaladero de Lunada ORIGINALMENTE ideado por Casado de Torres, el resbaladero fue una increíble obra de ingeniería con más de un kilómetro y medio de longitud. Pero, ¿qué es un resbaladero? Vendría a ser algo así como un gigantesco tobogán acanalado de madera soportado por estructuras a modo de armadura en X a varios metros de altura, sobre los que se desplazaban los troncos de los árboles serrados en los bosques cercanos y destinados a alimentar la siderurgia de la Fábrica de Artillería. Los troncos, cayendo por gravedad a lo largo de este gran tobogán, debían constituir un espectáculo sin igual. Wolfrang de Mücha fue quien se encargó de las grandes obras de ingeniería que sirvieron para canalizar el río Miera, con cuatro presas, facilitando así el transporte final de los troncos. El conjunto del resbaladero de Lunada y la canalización del río constituyeron unas obras de ingeniería impresionantes para su tiempo.
84 DE
I B E R I A V I E J A
Antes de 1640 ya se podían contemplar los novísimos hornos de Santa Teresa y San José como alma de la nueva fábrica
Uno de los cañones expuestos en el exterior del museo cántabro.
la situación política en Europa estaba cambiando, dando lugar a tratados de paz que hacían peligrar su mercado. Pero la monarquía española estaba necesitada de artillería en cantidades industriales para fortificar sus puertos coloniales y para armar a su flota por lo que, como vía de expansión natural a su negocio, Curcio decidió dar el salto a la costa cantábrica española. La necesidad de diversificar un negocio que estaba cayendo en el marasmo, junto a la búsqueda de la Corona de un proveedor de artillería capaz de surtir a sus ejércitos con cañones baratos y producidos en serie, hicieron que, para ambas partes, se viera la alianza como un negocio sin par. A la muerte de Felipe III ya estaba todo decidido y, poco después, el 9 de julio de 1622, ve la luz la Real Cédula por la que se elige Liérganes como el lugar ideal para levantar la nueva industria. Allá encontraron un río adecuado, bosques capaces de surtir madera “indefinidamente”, canteras de materiales refractarios para los hornos, yacimientos de mineral de hierro y puertos cercanos para dar salida a las piezas de artillería. Se trató de una jugada maestra del arte de la negociación política, comercial e industrial.
NUEVOS NOMBRES Por desgracia para Curcio, las cosas no marcharon como había soñado. Años antes se venían aprovechando las instalaciones de la ferrería de La Vega, en torno al río Miera, para conformar un primer núcleo de esta industria. La concesión del privilegio a Curcio en 1622, a modo de contrato de monopolio con la Corona, hacía que colocar los productos fabricados estuviera garantizado. Además, también le fue permitido vender piezas de artillería a la marina mercante y a los aliados de España. Ahora bien, la industria requería de mano de obra especializada y, para encontrarla, Curcio decidió traer de Flandes a gran número de expertos en la fundición. Los que fueran primeros altos hornos levantados en España, conocidos como de San Francisco y de Santo Domingo, entran en actividad en torno a 1618, mientras Curcio seguía negociando su trato, con lo que cabe imaginarse lo que sucedió. Toda aquella aventura estaba financiada y se mantenía gracias a la fortuna personal del industrial de Flandes. El retraso en la firma y ejecución del privilegio de monopolio y un penoso pleito con el Señorío de Vizcaya hizo que, al poco, se viera arruinado. No le quedó otra opción que ceder sus derechos de explotación en 1628 a un consorcio de comerciantes flamencos. Entre ellos destacaba un hombre singular, el industrial de Luxemburgo Georges, o Jorge, de Bande. Curcio muere al poco tiempo y de Bande, todo un lince de los negocios, logra hacerse con la industria y sus privilegios, decidiendo entonces la
construcción de un inmenso centro de producción de piezas de artillería en el que sería el emplazamiento definitivo de la que llamó Fábrica Santa Bárbara, en el cercano paraje de La Cavada, que con el tiempo se convirtió en el pueblo que hoy conocemos. Al contrario que a su predecesor, encontramos que la fortuna sonríe a Jorge de Bande. La demanda estaba asegurada y el negocio era ideal para los intereses del industrial. Antes de 1640 ya se podían contemplar los novísimos altos hornos de Santa Teresa y San José como alma de la nueva fábrica. En torno a La Cavada se organizaron toda clase de industrias auxiliares, todas ellas asociadas a la Fábrica de Artillería, desde minas hasta instalaciones para tratamiento de la madera. En tiempos de Felipe IV el lugar se encontraba en plena y bulliciosa actividad, la necesidad de la Corona de abastecer a su flota, plazas fuertes y rutas hacia América o a Flandes, garantizaba la carga de trabajo. Cañones y municiones, surgidos en las entrañas de los hornos de La Cavada, comenzaron a llegar a todos los rincones del mundo en número nunca antes visto. Aunque el cambiante escenario político hacía que la demanda de cañones y municiones fuera oscilando, debiendo también entrar en competencia con otras nuevas industrias, cabe decir que la apuesta de Juan Curcio fue todo un éxito, solo que la fortuna o, mejor dicho, la inmensa fortuna que resultó de todo aquello, fue cosechada por de Bande. Éste no sólo materializó el sueño de Curcio, sino que junto a su sobrino Gil 85 DE
IBERIA
V I E J A
Made in Spain / La Cavada
Engleberto de Neuveforge y el experto en metalurgia Julio César Firrufino, desarrollaron nuevas tecnologías aplicadas a la fundición del hierro. No sólo mejoraron las mezclas de minerales con lo que llamaron “vena negra de Somorrostro”, por el nombre de la cercana mina de hierro que les abastecía, con lo que consiguieron piezas de un peso inferior al tradicional, sino que llegaron a controlar con tanta calidad el proceso de fabricación que, pronto, los cañones de La Cavada pasaron a ser considerados los de mejor calidad del mundo en su época. Ha quedado claro que Jorge de Bande se enriqueció, tanto que daba miedo a muchos poderosos. Llegó a tener tanto poder que comenzó a ser visto con recelo. Fallecido en 1643, hereda el gran imperio siderúrgico de su mujer, la flamenca de origen portugués Doña Mariana de Brito. No tardó en verse acosada por la Corona y la naciente burguesía local, siendo objeto de una expropiación de la que, finalmente, pudo salir bien parada, manteniendo la propiedad de la fábrica pero tras una merma considerable de su fortuna. CARLOS III La renegociación del privilegio, con una reducción de los márgenes de beneficio, y la caída de la demanda ante un panorama internacional algo más tranquilo, hizo que la expansión de La Cavada se viera trastocada. Juan y José de Olivares, hijos de un matrimonio anterior de Mariana, y el
industrial Diego de Noja, se hicieron cargo más tarde de las factorías de La Cavada y de Liérganes. Ambas familias controlaron
Aquellos cañones eran capaces de aguantar todo tipo de problemas en batalla sin explotar ni inutilizarse el negocio durante largo tiempo. Llegado el siglo XVIII, con la nueva necesidad de armar a las flotas comerciales españolas, la demanda de artillería creció nuevamente. Los miles de cañones solicitados fueron fabricados en La Cavada y Liérganes, con innovaciones en la tecnología de hierro colado que hicieron legendarios en todo el mundo a estas piezas de combate. Todo el que podía hacerse con uno de estos cañones, intentaba mantenerlo en uso, pues contaban con una ventaja poco común: eran capaces de aguantar todo tipo de problemas en batalla sin explotar ni inutilizarse. Había nacido la leyenda de los cañones españoles, únicos en su tiempo. El complejo industrial crece y su futuro parece asegurado. Con la llegada de Carlos
III el lugar se convierte en Real Fábrica y es nacionalizado. La nueva dirección pública no fue muy certera a la hora de introducir nuevas técnicas, dando como resultado algo anteriormente impensable: comenzaron a salir de producción piezas de artillería con fallos graves. Varias de esas piezas reventaron y la Armada se encontró desabastecida. Fue todo un desastre que se intentó solucionar con un nuevo horno y una mejora en las técnicas de producción, todo ello ya a finales del siglo XVIII. Finalmente, hacia 1781, se retorna a las técnicas de fundición originales de la fábrica y se logra enderezar el camino. Pocos años más tarde comenzaron a fabricarse en La Cavada todo tipo de objetos de fundición, no sólo armamento. Desde tuberías hasta herramientas y máquinas salieron de sus hornos, en una época en la que dos nuevos protagonistas dieron forma a una nueva tecnología en La Cavada. Fernando Casado de Torres era un ingeniero, militar y diplomático que había recorrido numerosos países “observando” las tecnología que en ellos se aplicaban. En definitiva, su labor diplomática se vio aderezada con lo que hoy día se podría considerar como espionaje industrial. Con su privilegiado conocimiento inventó y construyó máquinas a vapor capaces de ser utilizadas en aserraderos para la Armada, así como las nuevas plantas de vapor que aplicó en La Cavada y Liérganes. Aquellas grandes máquinas a vapor fueron las mayores de su tiempo en España y uno de
Esta recreación en el castillo de San Marcos (Florida) muestra a un grupo de soldados españoles disparando los cañones de su fuerte... Fueron fabricados –ni que decir tiene– en La Cavada.
86 DE
I B E R I A V I E J A
Entrada del museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada.
los proyectos industriales de mayor calado de finales del XVIII en todo el mundo. Casado pudo observar que, más allá de la madera, era conveniente utilizar carbón de coque, obtenido a partir de carbones asturianos, en los hornos siderúrgicos. Experiencias anteriores habían sido fallidas, descubriendo acertadamente el ingeniero y diplomático que era necesario mejorar la aportación de aire con una máquina de vapor capaz de inyectar el volumen necesario a cada momento. Aquellas ideas llevaron a la construcción de la primera fundición de coque de España, solo que por los típicos problemas administrativos, políticos y burocráticos, tardó más de medio siglo en ver la luz.
La crecida del río Miera destruyó una parte importante de la factoría, que acabaría cerrando un año después Al igual que Casado, fue director de la fábrica Wolfrang de Mücha. Ambos se encontraron en Austria, en medio de una peligrosa intriga de espionaje militar y desde entonces fueron inseparables. Mücha se establece en
Aquellos que vinieron de Flandes UNO DE LOS ASPECTOS más singulares de lo que fueron las industrias que se establecieron en Liérganes y La Cavada no se encuentra en sus innovaciones tecnológicas, ni siquiera en la apasionante historia de sus cañones. Nada de eso, la savia que movía realmente todo ese entramado industrial eran los obreros especializados que trabajaron allí. Puede decirse lo mismo de cualquier fábrica, solo que aquí los obreros guardaban un “secreto” a voces: eran flamencos. En el siglo XVII, cuando se levantaron las fábricas cántabras, Flandes era dependiente de la Corona Española. Se dice que el primer alto horno moderno, aunque con sus inherentes limitaciones por tratarse de un modelo primitivo, nació allí, concretamente en Valonia, a principios del siglo XVI. Por ello no extraña que de allí se “importaran” gran cantidad de artesanos, obreros especializados y similares, todos ellos relacionados con la pujante industria metalúrgica de Flandes. De la Valonia llegaron los obreros a Liérganes y La Cavada en gran número, cosa que originó diversos conflictos con la población local, haciendo que esta población emigrada constituyera prácticamente un grupo cerrado durante mucho tiempo. Castellanizados sus apellidos, aquellos que acompañaron a Juan Curcio, Jorge de Bande y demás empresarios, terminaron por dar forma a una nutrida población peculiar cuyas raíces todavía pueden rastrearse hoy en día.
La Cavada hacia 1790, colaborando con su amigo Casado hasta que terminan por chocar por el asunto del carbón. Casado fue finalmente despedido, pues prevaleció la idea de Mücha acerca de seguir utilizando carbón vegetal en vez de coque pero, eso sí, a escala nunca vista. De ahí nace la canalización del río Miera y el increíble resbaladero de Lunada. Aquellas obras fueron tan costosas que solo pudieron completarse parcialmente y, finalmente, aunque tarde, quedó claro que la apuesta por el coque hubiera sido la correcta. MÁS DE 25.000 CAÑONES Tenemos ya el siglo XIX a la vista. El declive español es evidente en las rutas comerciales del mundo, la Armada ya no demanda tantos cañones y sus barcos disminuyen en número cada año al no ser renovados tras una serie de conflictos sin fin con otras potencias. El desastre se anuncia con la caída de producción de La Cavada año a año, unida a las nuevas limitaciones legales para el acceso a la madera de los bosques circundantes. El proyecto del resbaladero de Lunada se llevó unos recursos que hubieran sido necesarios para renovar la tecnología de la fábrica, mientras en otros lugares del mundo las piezas de artillería ya superaban a las cántabras. Primero cierra, en 1795, la fábrica de Liérganes. La ocupación francesa y la Guerra de la Independencia no hacen sino incidir en los problemas que, más tarde, se ocupa Fernando VII de completar, mientras busca desesperadamente un inversor privado para mantener el lugar en actividad. La crecida del río Miera de agosto de 1834 destruyó partes importantes de la factoría. Nunca volvió la actividad al lugar, que termina cerrando en 1835, entre el olvido y la desilusión. Fue el triste final a una aventura de dos siglos que alumbró más de 25.000 cañones para el Imperio español. ■ 87 DE
IBERIA
V I E J A
Historia moderna
Todo empezó con un tsunami que arrasó Andalucía
El terremoto
La mañana del sábado 1 de noviembre de 1755, festividad de Todos los Santos, las iglesias de Lisboa estaban repletas de feligreses que habían acudido a oír misa. A esa misma hora, en las costas de Huelva y Cádiz la población saludaba al nuevo día ocupada en sus quehaceres diarios. En la capital lusa y en el sur de España nada hacía presagiar la catástrofe que a punto estaba de desencadenarse. JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ GARVI
88
DE
I B E R I A V I E J A
de Lisboa
El Convento do Carmo, que quedó en ruinas tras el terremoto, fue el templo gótico más importante de Lisboa.
ran las diez y cuarto de aquella fatídica mañana cuando en la falla de las Azores-Gibraltar se produjo un violento seísmo en el fondo submarino, con el epicentro situado a unas doscientas millas de la costa del Cabo de San Vicente, en la barbilla del perfil de la Península Ibérica. Según el estudio de los documentos de la época se ha podido llegar a la conclusión de que debió de alcanzar entre los 8.5 y los 9.5 grados de magnitud, con una
E
duración que debió de oscilar entre los dos y los tres minutos, aunque algunas fuentes llegan a afirmar que hasta seis, cifras que nos dan una idea sobrecogedora de su poder de destrucción. Las ondas sísmicas se extendieron rápidamente, alcanzando Lisboa, ciudad que hasta entonces nunca había sido azotada por un terremoto de semejante magnitud. En un primer momento, la gente se sorprendió con un pequeño temblor bajo sus pies que les transmitió la sensación de
un ligero mareo. Sin embargo, en pocos segundos su sorpresa inicial se transformó en terror cuando el seísmo alcanzó su mayor intensidad. Las cornisas de las casas y los edificios comenzaron a desplomarse sobre los transeúntes mientras las grietas resquebrajaron las fachadas dando paso a los primeros derrumbes. Durante aquellos interminables minutos, el pánico se apoderó de una población desorientada que intentaba huir sin saber dónde ir, corriendo sobre unas calzadas sobre las que podían
DE
IBERIA VIEJA
89
Historia moderna
El cuadro Alegoría del terremoto de Lisboa refleja a la perfección el dramatismo que generó la catástrofe.
ver, asombrados, cómo se abrían enormes fracturas provocadas por el seísmo. En pocos minutos Lisboa se convirtió en un caos. Los escombros habían bloqueado las calles y apenas existían medios materiales y humanos para asistir a los miles de heridos. Al mismo tiempo, el terremoto provocó grandes incendios que se extendieron por toda la ciudad y muchas de las construcciones que habían sobrevivido al seísmo fueron pasto de las llamas, ofreciendo una visión apocalíptica. ELTSUNAMI
Una parte de la población lisboeta huyó a las afueras para ponerse a salvo, contemplando desde las colinas cercanas 90
DE
I B E R I A V I E J A
Los escombros habían bloqueado las calles y apenas existían medios para asistir a los numerosos heridos cómo su ciudad quedaba reducida a escombros y cenizas. Otros, en cambio, buscaron refugio en la aparente seguridad que podían ofrecer los grandes espacios abiertos, sobre todo en la zona del puerto, donde una multitud asustada se concentró en los muelles. Desde allí pudieron
contemplar un insólito fenómeno que llamó su atención. Súbitamente, la orilla del mar retrocedió casi dos kilómetros, en una brusca bajamar nunca vista. La población se acercó confiada para contemplar mejor aquel extraño portento. Apenas habían pasado cuarenta minutos desde el momento en que la tierra había dejado de temblar cuando muchos de ellos percibieron un rumor semejante al de un trueno lejano que parecía venir del mar. Dirigieron entonces la vista hacia la línea del horizonte para contemplar horrorizados cómo un muro de agua negra de más de veinte metros de altura avanzaba hacia ellos a casi trescientos kilómetros por hora. Nadie tuvo tiempo de huir.
El seísmo lisboeta acabó generando un tsunami que multiplicó los efectos devastadores de la catástrofe.
y los seis metros de altura que volvieron a golpear con toda la fuerza de la naturaleza lo poco que quedaba de la ciudad. Las olas gigantes llegaron a las costas del sur de la Península Ibérica y en el Norte de África. En el Algarve se llevaron todo a su paso, causando un número indeterminado de víctimas que, según las últimas estimaciones, debió de oscilar entre los tres y cuatro mil muertos. En Marruecos, algunas fuentes calculan que el maremoto segó la vida de cerca de 10.000 personas, afectando principalmente a las ciudades de Orán, Ceuta, Tánger, Tetuán, Marrakech y Fez. RECORRIDO DEVASTADOR Unos pocos minutos más tarde de las once de la mañana, en las costas de las provincias
La ola gigante remontó el río Tajo desbordando sus márgenes, penetrando hasta ocho kilómetros tierra adentro, inundando la parte baja de la ciudad y matando a muchos de los que habían sobrevivido al terremoto. La Real Casa de Misericordia y el Palacio Real, situados a orillas del río, fueron algunos de los edificios públicos que fueron destruidos por la fuerza combinada del seísmo y el tsunami. El rey José I y la familia real se salvaron por haber acudido ese día a escuchar misa temprano en la iglesia de Santa María de Bélem, situada en una de las zonas menos afectadas, casi en las afueras de la ciudad. Al primer tsunami le siguieron varios de menor intensidad, con olas entre los tres
de Huelva y Cádiz se pudo observar el mismo fenómeno de retirada de las aguas del mar que tanto había sorprendido a los lisboetas. En la capital gaditana, el gobernador de la ciudad contempló el prodigio con cierta preocupación, alertado por el terremoto que también se había dejado sentir en la ciudad, causando derrumbes y algunos heridos. Obedeciendo a su instinto, ordenó el cierre inmediato de las grandes puertas de las murallas de la ciudad, sin saber que su decisión iba a salvar la vida a miles de gaditanos. Pocos minutos después, una gigantesca ola rompió contra los altos muros de piedra que rodeaban la ciudad, llegando a arrancar bloques de varias toneladas de peso y arrastrándolos durante un centenar de metros. Aún así, los recios sillares consiguieron soportar la embestida del mar desbordado protegiendo a gran parte de la población. Sin embargo, fuera del perímetro de las murallas y por toda la Bahía de Cádiz se
Ordenó el cierre de las puertas de la muralla, en una decisión que salvaría la vida a miles de gaditanos extendió el desastre. El tsunami penetró varios kilómetros tierra adentro, llevándose por delante vidas y haciendas, destruyendo los barcos amarrados, provocando graves daños en el muelle y haciendo desaparecer modestas casas de adobe y sólidos edificios públicos. Como ocurrió en Lisboa, a la primera ola le siguieron otras con intervalos de varios minutos que terminaron por completar el paisaje de destrucción de la hasta entonces plácida costa gaditana. Algunos investigadores han afirmado que éstas tuvieron una altura de más de quince metros, aunque otros se han atrevido a conjeturar que la última que golpeó el litoral llegó a alcanzar la increíble cifra de treinta y cinco metros. Poblaciones como Chiclana, Puerto de Santa María, y Jerez de la Frontera también sufrieron los efectos de la fuerza destructora del terremoto y el tsunami. Conil fue borrada prácticamente del mapa y la Torre de Castilnovo, monumento representativo de la localidad que se elevaba orgulloso desafiando al tiempo, fue parcialmentedestruido. Las costas de Huelva también sufrieron los efectos devastadores del seísmo. Se calcula que en Ayamonte murieron cerca de mil personas, mientras que en Lepe se contabilizaron cuatrocientos fallecidos. En Huelva capital numerosos edificios se vieron gravemente dañados y hubo varios heridos.
DE
IBERIA VIEJA
91
Historia moderna
El castillo de Alcaudete, en Jaén, aún habitado en la época, tuvo que ser desalojado por los importantes daños causados en su estructura a causa del terremoto.
El rey Fernando VI ordenó un informe sobre los efectos del seísmo en España.
La población de Isla Cristina quedó arrasada por completo, siendo refundada al año siguiente La por aquel entonces pequeña población de Isla Cristina fue completamente arrasada por el maremoto, siendo refundada al año siguiente por una colonia de pescadores valencianos y catalanes que habían llegado para repoblarla. EFECTOS EN EL RESTO DE ESPAÑA Los efectos del espantoso terremoto también se dejaron sentir en España causando graves daños. El rey Fernando VI, impresionado por la magnitud de la catástrofe, ordenó al Consejo Superior de Castilla la elaboración de un exhaustivo informe sobre el alcance de la tragedia, convirtiéndose en uno de los primeros documentos oficiales de la historia que contenía un estudio riguroso sobre 92
DE
I B E R I A V I E J A
las consecuencias provocadas por un terremoto. Para realizarlo redactó una encuesta compuesta por ocho preguntas que debían ser contestadas por escrito por las autoridades de las grandes capitales y poblaciones importantes de todo el país. El cuestionario, inspirado por el que había realizado el Marqués de Pombal en Portugal, era sencillo y conciso, haciendo preguntas sobre aspectos como la hora y duración del seísmo, gravedad de los daños y número de víctimas. Como dato curioso, también preguntaba por la existencia de algún tipo de señal que lo hubiera podido anunciar. En total se recibieron un total de 1.273 respuestas procedentes de todos los rincones de la península. Aunque es difícil dar cifras exactas, de su estudio se permite calcular que hubo en torno a los 5.300 muertos y unas pérdidas materiales estimadas en más de cincuenta y tres millones de reales de vellón, una cantidad desorbitada para la época. Andalucía fue sin duda la región más afectada por el terremoto. Además de la devastación de las costas de Cádiz y Huelva, numerosas poblaciones del interior también sufrieron graves daños. En Jaén, aparecieron grandes grietas en las torres de la Catedral y sus cimientos se resintieron. El castillo de Alcaudete, habitado hasta entonces, tuvo que ser desalojado ante la amenaza de ruina inminente, mientras que en Baeza se derrumbó parte de la catedral y la cúpula de la capilla de San Andrés. En Sevilla los destrozos fueron mayores, con daños estructurales en el 89% de las viviendas y edificios públicos, incluidas la Giralda y la
Torre del Oro, y registrándose la muerte de nueve personas por la caída de cascotes. Aunque los efectos en Córdoba capital fueron de menor importancia, sí se dejaron sentir en el resto de la provincia. En Cabra se desplomó parte de su muralla y la torre del campanario de la Iglesia de la Asunción, y en Palma del Río, aparecieron grietas en varios de los arcos que sustentaban la nave central de la Iglesia de la localidad. Desde Castilla y León también fueron remitidos un gran número de informes que daban cuenta de los daños ocasionados por el terremoto en la región. En Salamanca, la Catedral Nueva se vio seriamente afectada. En sus muros aparecieron grandes grietas y se rompieron varias vidrieras. El claustro de la Catedral Vieja tuvo que ser demolido y fue
La torre de la Iglesia de San Miguel estuvo a punto de desmoronarse.
En Madrid, el temblor causó la muerte de dos niños al caer sobre ellos la pesada cruz del Colegio Imperial
En la catedral nueva de Salamanca se consideró la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de derrumbe por los efectos que provocó el seísmo.
El nacimiento de la sismología A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII la nueva corriente de pensamiento que supuso la Ilustración trajo consigo grandes avances científicos en todas las materias y un cambio en la mentalidad de la época. Los terremotos habían dejado de ser considerados castigos divinos, como aún continuaba defendiendo la Iglesia, para convertirse en fenómenos de la naturaleza que comenzaban a ser estudiados. En este sentido, el de Lisboa marcó un antes y un después en una rama del conocimiento científico que empezaba a dar sus primeros pasos. Los informes presentados ante el Consejo Superior de Castilla y los recogidos por el Marqués de Pombal sirvieron para documentar con exactitud lo que sucedió aquella dramática mañana de noviembre. Preguntas como la de si los animales habían manifestado un comportamiento anómalo antes de que se produjese el terremoto, o si el nivel de los pozos y aguas subterráneas había subido o bajado en fechas previas, se adelantaron en más de doscientos años a su época. El contacto con otros científicos en América también permitió hacer un estudio comparativo respecto a seísmos similares que se habían producido en ese continente. En este sentido, resulta llamativo el impacto que el terremoto provocó en Immanuel Kant. El joven filósofo fue quizá uno de los pensadores más impresionados por la magnitud de la catástrofe y como resultado de sus intentos para comprender el alcance de la misma, publicó tres textos sobre el tema. Kant había recopilado toda la información que pudo encontrar y la empleó para formular una hipótesis sobre las posibles causas que provocan los terremotos. El filósofo basaba su teoría en la posibilidad de que existieran grandes cavernas subterráneas llenas de gases calientes que al expandirse provocasen los movimientos telúricos. Immanuel Kant se impresionó por el terremoto.
necesario reconstruir la cúpula para evitar su desplome, apuntalando su campanario con ocho cadenas tensadas y un muro de piedras. Desde entonces, la torre muestra una leve inclinación que puede ser apreciada hoy a simple vista. A pesar de los destrozos, no hubo que lamentar víctimas mortales en la capital salmantina. En Valladolid, la torre de la catedral se vio seriamente afectada y en 1841 se produjo su derrumbe como efecto tardío del terremoto. Igualmente, la torre de la Iglesia de San Miguel en Palencia tuvo que ser apuntalada para evitar su inminente desplome. El terremoto también se dejó sentir en otras muchas poblaciones de la región, pero sin causar daños de consideración ni tampoco víctimas. Galicia tampoco se libró de padecer los efectos del seísmo. En la población lucense de Monforte de Lemos, los muros y la cúpula de la iglesia del edificio del Colegio de los Escolapios se resquebrajaron. En La Mancha, la torre mudéjar de la iglesia parroquial de Navalucillos, Toledo, sufrió importantes desperfectos que obligaron a demolerla. En Madrid, el temblor de tierra ocasionó la muerte de dos niños de corta edad al precipitarse sobre ellos la pesada cruz que coronaba el edificio del Colegio Imperial. En la localidad de Coria, ya en Extremadura, el terremoto provocó el derrumbe de la cubierta superior de la catedral, hiriendo a los feligreses que en ese momento asistían a misa. EL DÍA DESPUÉS Tras la tragedia, el aspecto de Lisboa era desolador. El 85 por ciento de los edificios de la capital habían sido destruidos o gravemente dañados. Los pocos que habían logrado resistir al terremoto y al tsunami fueron pasto de las llamas en un fuego que duró cinco días. Sus palacios y edificios públicos tampoco se salvaron del desastre. El recién inaugurado Teatro de la Ópera y el Palacio Real junto al Tajo quedaron reducidos a escombros. La biblioteca del palacio, compuesta por más de 70.000 volúmenes, y cientos de obras de arte,
DE
IBERIA VIEJA
93
Historia moderna
El marqués de Pombal DURANTE más de veintisiete años (1750-1777), Sebastiao José de Carvalho e Melo, Marqués de Pombal, llevó las riendas de Portugal con mano firme desde su posición de Primer Ministro del rey José I. Figura carismática, máximo representante del despotismo ilustrado, el valido se convirtió en un personaje poderoso que despertó la envidia y los recelos de la aristocracia portuguesa. Hijo de un hidalgo de provincias, estudió leyes en Coimbra y desempeñó diferentes cargos públicos hasta que José I le nombró Ministro de Asuntos Exteriores. Supo granjearse la confianza del monarca que poco a poco le cedió la responsabilidad del Estado. Influenciado por las ideas renovadoras de la Ilustración , durante su gestión como Primer Ministro impulsó un amplio paquete de reformas en su intento por mejorar la economía y la administración pública. El terremoto de Lisboa puso a prueba su capacidad de respuesta ante una catástrofe a la que ningún mandatario occidental se había enfrentado hasta entonces. De Melo desplegó su talento organizativo en un alarde incansable que sorprendió a todo el mundo y que lo elevó a la categoría de héroe. Gracias a sus acertadas medidas, Lisboa recobró la normalidad en un tiempo récord y de sus ruinas se levantó una ciudad moderna que sirvió de ejemplo para el urbanismo de la época. En agradecimiento a la eficacia mostrada, José I le nombró Conde de Oeiras y le otorgó mayores poderes, convirtiéndole en un auténtico dictador. Pronto se despertaron llos recelos de la aristocracia, que veían en él a un advenedizo que controlaba al monarca.Los enfrentamientos entre De Melo y la nobleza se hicieron cada vez más frecuentes. El 3 de septiembre de 1758, José I sufrió un atentado en el que resultó herido. Conocido el incidente, De Melo se hizo con el control de la situación e inició una investigación para atrapar a los culpables. En pocos días se detuvieron a dos de los autores que confesaron bajo tortura haber sido contratados por la familia Távora, que conspiraba a favor del Duque de Aveiro para que éste accediera al trono. El valido ordenó una implacable venganza contra los sospechosos de participar en la conspiración. La marquesa Leonor de Távora, su marido, sus hijos y nietos fueron encarcelados. El Duque de Aveiro y los yernos de los Távora, junto a sus familias sufrieron la misma suerte. La sentencia condenó a muerte a todos los miembros de la familia. El 13 de enero de 1759 los acusados fueron torturados y ejecutados públicamente ante los ojos espantados de toda la Corte en pleno, obligada a asistir por orden expresa del valido, que pretendió dar así un escarmiento ejemplar a todos aquellos nobles que quisieran rebelarse contra su poder. Neutralizado cualquier intento de oposición, Sebastiao de Melo gobernó despóticamente sin que nadie le hiciera sombra. Nombrado en 1770 Marqués de Pombal, su estrella se extinguió cuando en 1779 murió su protector, José I. Su sucesora, La Reina María I de Portugal nunca le perdonó la crueldad que ejerció sobre los Távora y le apartó de todos sus cargos.
94
DE
I B E R I A V I E J A
Se ha estimado que el terremoto acabó con la vida de entre 60.000 y 100.000 habitantes de Lisboa entre ellas cuadros de Tiziano y Rubens, se perdieron para siempre. Un gran número de documentos del Archivo Real, depositarios de la Historia de Portugal, corrieron la misma suerte. Se ha estimado que el terremoto acabó con la vida de entre 60.000 y 100.000 lisboetas de los cerca de 275.000 habitantes censados en aquella época. Tras el impacto inicial provocado por la catástrofe, las autoridades reaccionaron con presteza para intentar minimizar, en lo posible, sus devastadores efectos. Bajo la firme dirección del Primer Ministro del Reino, Sebastiao de Melo, Marqués de Pombal, se adoptaron una serie de medidas para auxiliar a las víctimas y reconstruir la capital. Como primera medida, se movilizó al ejército y fueron enviadas unidades de bomberos y zapadores para controlar los incendios. Al tiempo, se formó un perímetro de seguridad alrededor de la ciudad para impedir que los hombres útiles pudieran abandonarla y con intención de movilizarlos para ser usados en las tareas de rescate de víctimas y desescombro. Patrullas militares recorrieron las calles en previsión de saqueos y desórdenes, levantándose patíbulos por toda la ciudad para ejecutar a quien fuera sorprendido realizando actos de pillaje. También se organizaron grupos de soldados y civiles encargados de recoger los miles de cadáveres antes de que se produjeran epidemias. Transportados en grandes carretadas, los cuerpos de las víctimas fueron cargados en barcazas portuarias para arrojarlos mar adentro. Otros, fueron enterrados apresuradamente en fosas comunes excavadas en los patios y claustros de algunos de los conventos que habían resistido el terremoto. Aunque en España los efectos fueron menores, el número de víctimas y damnificados se puede cifrar en varios miles, sin contar los destrozos y las pérdidas materiales. Fueron las autoridades locales y los particulares los que se organizaron para iniciar las tareas de rescate, limpieza y reconstrucción. La consulta ordenada por
El rey estaba ansioso por tener una nueva ciudad y contrató a los mejores arquitectos e ingenieros de la época Fernando VI fue la única medida digna de destacar adoptada por el gobierno. LA RECONSTRUCCIÓN Finalizadas las tareas de rescate y desescombro, se iniciaron las obras de reconstrucción de Lisboa. El rey estaba ansioso por tener una nueva capital y se contrataron a los mejores arquitectos e ingenieros de la época para llevar a cabo el proyecto. El nuevo plano de la ciudad se diseñó con amplias y rectas calles que formaban una red de manzanas de casas perfectamente ordenadas. Lisboa se llenó de andamios y poleas y poco a poco fueron levantándose las estructuras de los nuevos edificios. La zona más afectada por la ciudad, la conocida como Cidade Baixa, pasó a llamarse Baixa Pombalina en honor del Marqués de Pombal, el enérgico Primer Ministro del rey encargado de la reconstrucción. Los denominados edificios pombalinos fueron los primeros del mundo en ser diseñados para soportar los terremotos. Antes de edificarlos, se construyeron a escala grandes maquetas en madera de los mismos y regimientos enteros de soldados desfilaron a paso ligero junto a ellas para simular el efecto de un terremoto y comprobar así la resistencia de sus estructuras. La financiación necesaria para llevar a cabo esta ingente labor de recuperación se consiguió de los fondos obtenidos con el comercio colonial, especialmente de Brasil. De esta forma, las explotadas colonias salvaron de la pobreza a la metrópoli.
Sobre estas líneas, planta de la ciudad de Lisboa, que quedó arrasada por la catástrofe. Debajo, el marqués de Pombal mostrando la reconstrucción de Louis-Michel van Loo.
EL IMPACTO DE LA CATÁSTROFE Hoy en día disponemos de televisión e Internet que prácticamente en tiempo real nos permiten hacernos una idea de la impresionante fuerza destructora desencadenada por los terremotos. La tecnología de la que disponemos también nos ha permitido comprender cómo se producen y nos ha ayudado, si no a prevenirlos, al menos a paliar en la medida de lo posible sus efectos, construyendo edificios que resistan los temblores o diseñando sistemas que permitan avisar a la población para ponerse a salvo ante la llegada de un tsunami. El 1 de noviembre de 1755 no existía nada de esto. La población de Lisboa y la que vivía a lo largo de las costas de Cádiz y Huelva se encontraban indefensas cuando se desencadenó la tragedia. En aquellos días tampoco se disponía de los medios humanos y materiales para rescatar a las víctimas y atender a los damnificados. Apenas podemos imaginar el sufrimiento padecido por
los miles de heridos y la desesperación de aquellos que deambulaban entre los escombros suplicando un poco de ayuda. Impresionados por los relatos sobre la tragedia, algunos de los filósofos más destacados de la Ilustración hicieron referencia al terremoto en sus escritos. Un impresionado Voltaire lo comentó en su obra Cándido y le dedicó su Poema sobre el desastre de Lisboa. Pensadores como Leibniz o Alexander Pope plantearon la cuestión desde el punto de vista del carácter arbitrario de la supervivencia ante una catástrofe de esas dimensiones. Los miles de turistas que cada año visitan la capital portuguesa pueden visitar las ruinas del famoso Convento do Carmo. Su techumbre se vino abajo por el terremoto de 1755 y las autoridades decidieron dejarlo así como único vestigio que recordase la tragedia vivida por la ciudad. Mientras pasean por debajo del armazón desnudo de sus arcos, muchos de esos visitantes foráneos desconocen el motivo que provocó su derrumbe. Acostumbrados a vivir junto a las ruinas, la memoria de la mayoría de los lisboetas apenas recuerda aquel lejano día de 1755. En las costas españolas de Andalucía occidental, quien recorra el perímetro exterior de la muralla medieval que rodeaba la ciudad de Cádiz puede encontrarse con grandes bloques de piedra de varias toneladas de peso que parecen haber sido abandonados en medio de la nada. Son la silenciosa evidencia del tsunami que los arrastró hasta allí como si no pesaran. ■
DE
IBERIA VIEJA
95
Historia contemporánea
Los sobornos a los generales de Franco
El precio
de la neutralidad
Sobornos ÁNGEL VIÑAS CRÍTICA. BARCELONA (2016). 592 PÁGS. 29,90 €.
Lo que era vox populi desde hace solo unos pocos años ha quedado fijado para siempre en un necesario ensayo, Sobornos (Crítica, 2016), que expone la investigación sobre el asunto que ha realizado uno de los historiadores más importantes de nuestro país, Ángel Viñas. La neutralidad de España en la Segunda Guerra Mundial tuvo un precio. Lo pagó Gran Bretaña y lo recibieron, con la intermediación del banquero mallorquín Juan March, hombres muy próximos al general Franco. Por cortesía de la editorial, os presentamos uno de los capítulos de este trabajo, que dará que hablar. ÁNGEL VIÑAS
96 DE
IBERIA
VIEJA
97 DE
IBERIA
VIEJA
Historia contemporánea
El general Varela recibió importantes sumas de dinero de los británicos.
Dentro del régimen franquista había claros partidarios de que España entrara en la guerra, como Ramón Serrano Suñer. Otros tenían sus buenas razones para lo contrario.
as victorias clandestinas más significativas de los británicos en España y nunca cantadas adecuadamente estuvieron relacionadas con aquella operación tan secreta que Churchill jamás osó identificar en su correspondencia con Hoare. En un período especialmente tenso en la percepción británica como fue la primavera de 1941, SOBORNOS llegó a contar incluso con dos beneficiados en el seno del Gobierno de Franco. Es esta una circunstancia que se ha ocultado cuidadosamente hasta el momento, pero cuya importancia no puede en modo alguno minusvalorarse. No es preciso especular demasiado para pensar que algún efecto tendría un bien tan poco preciado como el dinero o la promesa de su entrega. Sobre todo cuando se trataba de realizar una actividad tan específica y secreta como
L 98 DE
I B E R I A V I E J A
era influir sobre Franco y evitar que diera el paso al frente al que le empujaba Serrano, con su búsqueda ansiosa de la “cartita”. En aquella coyuntura los “hombres de March”, como convendría quizá denominar a tan ilustres patriotas, fueron el bilaureado general Varela, ministro del Ejército, y el coronel Galarza, que ascendió a ministro de la Gobernación. Dos nombres de peso. A decir verdad, superpesados. Pero aun así, los británicos nunca se fiaron del todo. Mientras los sobornos desarrollaban todo su potencial, el SOE fue incrementando su interés por España. Esta es una historia relativamente poco conocida, salvo por los trabajos de Messenger. IMPORTANCIA ESTRATÉGICA En aquel período, la guerra estaba poniendo en tensión todos los recursos económicos y militares de que disponía el Reino Unido. Las disponibilidades
La guerra estaba poniendo en tensión todos los recursos económicos y militares de que disponía el Reino Unido de divisas eran uno de sus puntos más débiles y su gestión se llevaba a cabo con extremado rigor. Que SOBORNOS jamás careciera de apoyo financiero no es solo un tema contable. Es un reflejo de su crucial importancia estratégica desde la perspectiva británica. La primera indicación relevante en la documentación desclasificada tan tardíamente en 2013 figura en una nota enviada desde el Foreign Office al Exchequer el 28 de abril de 1941. En ella se decía que el capitán Hillgarth se encontraba en Londres por unos días y que había informado a Eden de que se necesitaban otros tres millones de dólares. De esta suma, solo un millón era urgente. El resto se desembolsaría según resultados. También estaba en tramitación la idea de “comprar” [sic] a unos cuantos almirantes españoles y propietarios de barcos, con el fin de asegurarse de que los buques no caerían
en manos alemanas. Sobre los almirantes no he encontrado nada. Respecto a los barcos, tampoco podría tratarse de la operación NAVÍOS, ya que esta se financió con fondos del SOE. Queda, pues, materia por investigar. Eden ordenó que el desembolso se pusiera en práctica por los canales habituales. Era, pues, necesario que el canciller del Exchequer dijese si estaba de acuerdo con utilizar estos o si prefería algún otro procedimiento. En ese caso, tendría que discutir el tema con Eden mismo. Sin embargo, los misterios continúan. El 29 de abril, Churchill envió una pequeña nota a Eden. Le decía que era muy infrecuente que gente de fuera compareciera ante el Consejo de Ministros. Había tantos presentes que manejar las reuniones era complicado. Ello no obstante, sí había invitado a Hillgarth a que hablara ante el comité de Defensa [sic] en ausencia de Eden. Pero la base de la política que preconiza Hillgarth es del máximo secreto hasta
Otra guerra, no EL CAPITÁN HILLGARTH llevaba ya en España unos cuantos años cuando puso
Churchill envió una pequeña nota a Eden. Le decía que era muy infrecuente que gente de fuera compareciera ante el Consejo de Ministros
Anthony Eden fue la mano derecha de
unas afirmaciones en negro sobre blanco. En su opinión, y sobre tal trasfondo, actuaban adicionalmente tres factores: ■ El agotamiento causado por la guerra civil hacía que los españoles se pusieran muy nerviosos ante la idea de tener que pasar por otra. Cosa muy lógica, añadiré, tanto entre los vencidos como en el sector de los vencedores que no estuviera absolutamente nazificado. ■ Cuando los alemanes llegaron a los Pirineos, muchos empezaron a mosquearse. Ello se observó en varios círculos militares donde se conocía bien el estado de decrepitud de las FAS. Pero también entre todos aquellos a quienes no gustaban los nazis y que empezaron a albergar sospechas. Este sentimiento se potenciaría después de la guerra, en la literatura profranquista, bajo la especie de presunto peligro alemán allende la frontera. ■ Finalmente, si bien los nazis y sus inmensos aparatos de propaganda que apoyaban a Falange eran muy numerosos, otros tantos los odiaban por sus métodos y su incompetencia. Esto parece también correcto. Por muchos que fueran quienes se habían agolpado en torno al partido único, es difícil que entre los vencidos se olvidara lo que Falange había significado y significaba. Incluso en la masa no politizada o ideologizada el hecho de que las instituciones falangistas se entrometieran tanto en la vida diaria y en particular en la distribución de las escasas subsistencias hizo que muchos se retrajeran. Tales factores no eran, sin embargo, suficientes. Hoare había partido de la base de que era preciso establecer contacto con quienes se oponían a la guerra y organizarlos. Hacerlo deprisa y no perder el tiempo con personajes menores, lo cual era peligroso para una embajada. Era imprescindible llegar a personas realmente importantes, que tenían poder y que podrían usarlo si se las lograba convencer. Si se ganaba su confianza, y si no quedaba otro remedio, podrían asumirlo y apartar del mismo a Franco en caso de que no quisiera mantener la neutralidad. Este último, en unas líneas, había sido el objetivo fundamental de SOBORNOS.
Churchill durante el conflicto.
99 DE
IBERIA
V I E J A
Historia contemporánea
A la izquierda de la imagen, el diplomático Alexander Cadogan, subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores entre 1938 y 1946.
Samuel Hoare, embajador británico en España entre 1940 y 1944, fue uno de los ideólogos del plan SOBORNOS.
el punto que no debe mencionarse en absoluto. Sin embargo, de no conocerla, sus afirmaciones no serían convincentes [...] Si quieres podemos repetirlo. Mientras tanto, me lo llevo a almorzar.
ASÍ SE GESTÓ LA TRAMA En el lapso de cuatro meses y en las dos ocasiones de que tenemos noticias de que Hillgarth fue a Londres, compareció otras tantas veces ante lo que era uno de los dispositivos fundamentales para gestionar el esfuerzo de guerra al máximo nivel. Pensar, pues, que a la operación SOBORNOS no se le prestó la más alta atención es una entelequia. Evidentemente, el canciller del Exchequer no puso dificultades a la petición de Eden. Sí parece que hubo una pequeña dilación. El 10 de mayo de 1941, Hoare terció desde Madrid con un telegrama personal y supersecreto a su ministro. Le dijo que, sin duda, se había percatado de que lo que estaba pasando en España se debía directamente al plan que él y el primer ministro conocían. A Cadogan le llegó una transcripción muy mutilada de una conversación entre Berlín y la embajada nazi en 100 DE
I B E R I A V I E J A
La transferencia se hizo con toda urgencia y el 19 de mayo Hoare recibió la confirmación. Se había enviado solo un millón de dólares Madrid en la que un funcionario de esta declaró que la actitud del partido (probablemente Falange) les causaba mucha preocupación. Berlín preguntó si estaba por medio alguno de los hombres de Hoare. Ello nos permite suponer que se trataba del cambio gubernamental en dos fases que ya se precipitaba. Este tipo de información debió de favorecer la decisión, porque el 16 de mayo Hoare telegrafió que, según los arreglos efectuados con el agregado naval, era imprescindible transferir a la Société de Banque Suisse en Nueva York, por cuenta de la central en Ginebra, los tres millones de dólares. Quienes podían
disponer libremente de los mismos eran los ya conocidos Kern, Silva y Burguera. Como en ocasiones anteriores, también resultaba imprescindible disfrazar el origen de los fondos. Esto significa que el Exchequer no habría querido modificar los procedimientos. PRIMERAS TRANSFERENCIAS La transferencia se hizo con toda urgencia y el 19 de mayo Hoare recibió la confirmación. Se había enviado solo un millón de dólares, probablemente como consecuencia de la relativa escasez de divisas, pero alguien debió de tener dudas. Al día siguiente, desde el Foreign Office se preguntó a Hillgarth si quería también los dos millones restantes. Si tal fuera el caso, se transferirían de inmediato. La respuesta de Hoare, el 21, resultó afirmativa. Se necesitaban con toda urgencia. Por conducto que no aparece en la documentación desclasificada en 2013, el embajador se apañó para informar al Foreign Offi ce de que hasta aquel momento solo se habían hecho pagos pequeños, más que nada para mantener vivo el interés de los sobornados. Pero las cosas podían cambiar. De aquí que prefiriese tener a su disposición la suma completa como respaldo de las promesas hechas por el banquero. Se entregarían las dádivas en junio de 1942 en función del comportamiento que los beneficiarios hubiesen manifestado . Si alguno no
El banquero sospechoso CABRÍA SUSCITAR la pregunta: ¿no estaban siendo la embajada y con ella
Estatua de Churchill en la Plaza del Parlamento de Londres.
La suma gastada en el primer año había superado en un 40 % las previsiones. Las actividades del tándem Hoare/Hillgarth habían, pues, aumentado cumplía con sus compromisos perdería su parte, que se distribuiría entre los demás. De nuevo el Foreign Office se puso en contacto con el Exchequer. En este no quedó más remedio que movilizar los dos millones. Uno de sus funcionarios que intervenían en los contactos interministeriales aprovechó la ocasión para recordar a los diplomáticos que era absolutamente preciso que Hoare supiera que no convenía emplear los fondos hasta que los beneficiarios se los hubiesen ganado. El 26 de mayo se le cursaron
instrucciones para que hiciera llegar el mensaje a la persona adecuada, sin duda, Juan March. El 31 de julio, uno de los secretarios de Cadogan, Peter Loxley, encargado de
el Gobierno británico, empezando por el propio Churchill, víctimas de un embaucamiento organizado por el banquero mallorquín? Es una cuestión pertinente y no de fácil respuesta. Parecería sorprendente que una acción clandestina en la que intervenían personalidades de la máxima relevancia y en la cual se invirtieron sumas y esfuerzos cuantiosos que, como veremos, dieron lugar a batallas burocráticas no desdeñables, pudiera dejarse al libre arbitrio de un personaje brillante pero también de sospechoso renombre como Juan March. Por no argumentar que, a pesar de la audacia de este último en operaciones comerciales y financieras, otra cosa hubiera sido tratar de engañar al Gobierno de un país que luchaba con dureza por la victoria en una guerra al lado de la cual la española fue una minúscula arruga. El banquero organizó el acercamiento a los beneficiarios y él y sus agentes crearon los contactos para obtener las info rmaciones que había que hacer llegar a los británicos. Que tales agentes hubieron de rodearse de las mayores precauciones posibles es indudable. Que contaran con asesoramiento técnico británico es probable. Toda actividad de inteligencia revela la esencia de su ser en los detalles que iluminan su modo o forma de desarrollarse. Su modus operandi.
los contactos con los servicios secretos, le informó de los desembolsos efectuados hasta el momento. Eran los siguientes, expresados en libras esterlinas, chelines y peniques: 17 de junio de 1940: 496.894-8-2 5 de julio de 1940: 745.341-12-3 10 de agosto de 1940: 745.341-12-4 7 de enero de 1941: 745.341-12-4 29 de mayo de 1941: 745.341-12-4 Total en £: 3.478.260-17-5
LO QUE FALTA POR SABER En total, 14 millones de dólares. Loxley recordó al subsecretario de Estado
permanente que no se habían recibido informes del embajador. El último databa del 10 de mayo. Se observará, en cualquier caso, que la suma gastada en el primer año de la operación había superado en un 40 % las previsiones iniciales. Es evidente que, cualesquiera que fuesen las tensiones de divisas por las que atravesaba el Reino Unido, las supersecretas actividades que había impulsado el tándem Hoare/ Hillgarth no solo no habían carecido de medios, sino que incluso habían aumentado. La pregunta que se plantea es obvia: ¿Cómo se había empleado tan importantísima suma? Si, como es de suponer, se hicieron informes al respecto, no se han desclasificado todavía. ■ 101 DE
IBERIA
V I E J A
Ágora
Coleccionable
Carros de combate de la Segunda Guerra Mundial LOS AMANTES DE LA HISTORIA MILITAR y de
Carros de combate PLANETA DE AGOSTINI. BARCELONA. TEL.: 93 495 39 68 VARIOS PRECIOS
102 DE
I B E R I A V
I E J A
la Segunda Guerra Mundial están de enhorabuena. Porque Planeta DeAgostini pone a disposición de los lectores un fascinante coleccionable con los carros de combate más significativos que lucharon en la IIGM, a una escala de 1/43. Y decimos fascinante no solo por su significado histórico, sino porque las reproducciones destacan por el gran detallismo y fidelidad en elementos como sus inscripciones o sus esquemas de camuflaje.
La exactitud de las miniaturas está avalada por la supervisión de grandes expertos en la Segunda Guerra Mundial y en la calidad de los materiales en que están realizadas: metal y plástico inyectado. Gracias a esta colección inédita, podrás disfrutar en tu casa de reproducciones que te harán sentir la potencia y movilidad del Panther , la polivalencia del ValentineMk.III o el poder de destrucción del Tiger , entre otras referencias en las batallas de la guerra. Los carros de combate se convirtieron en unos de los grandes protagonistas en los terribles combates que asolaron el mundo en aquellos años, en unos escenarios bélicos que
se repartieron, con mayor o menor intensidad, por todos los continentes. Las cifras que acompañan al conflicto son terribles. Más de 70 países, 110 millones de efectivos participantes en los ejércitos y 60 millones de muertos. Al igual que los aviones de combate y los submarinos, los carros de combate fueron perfeccionados espectacularmente, multiplicando su capacidad destructiva. Gracias a esta colección que nos ofrece Planeta DeAgostini, descubriremos el decisivo papel de los blindados en cada una de las sesenta entregas, compuestas por un fascículo y una reproducción de gran tamaño.
Eddy Merckx en España EL BELGA Eddy Merckx
probablemente ha sido el mejor ciclista de la historia. Sólo corrió una vez la Vuelta a España, en el año 1973, un episodio más de su pelea con Ocaña. Simón Rufo (Madrid, 1943), periodista de AS, cubrió la carrera. Este libro recopila las crónicas que escribió día a día. Artículos, entrevistas y piezas bre ves configuran una amplia cobertura que transmite con fidelidad el día a día de la carrera y lo que se cuece en el pelotón. Con este libro sigue Gallo Nero recuperando trabajos periodísticos en torno al ciclismo profesional. Ya leímos el Giro del 43 (Bartali-Coppi) contado por Buzzati y el Tour del 52 (con idénticos protago-
nistas), relatado por Fossati. El que nos ocupa es algo inferior. Con todo, un buen aficionado leerá con agrado estas crónicas./ A.T.
La Vuelta a España SIMÓN RUFO
GALLO NERO. MADRID (2016). 208 PÁGS. 17,50 €.
Un trabajo de historia cultural AUTOR de libros dedica-
dos al regeneracionismo y también a la historia del anticlericalismo en España, este nuevo ensayo, también de historia cultural, se propone “historiar un abanico de opciones de conciencia, más que participar, predicar o adherirse a una corriente concreta de pensamiento”. No es, por tanto, “un libro con vocación polémica, sino un trabajo de investigación histórica”. Así aparecen en este ensayo los principales pensadores ateos que ha habido en nuestro país, con un interesante repaso histórico muy ceñido, como todo el libro, al contexto histórico. Se habla de las implicacio-
nes políticas de esta opción y se analiza el estado actual de la cuestión, explicando las iniciativas, asociaciones y objetivos del presente, explicando cuál es el alcance público de la militancia organizada en asociaciones ateas. / A.T.
El ateísmo
ANDREU NAVARRA ORDOÑO CÁTEDRA. MADRID (2016). 288 PÁGS. 14,20 €.
Testimonio de un mendigo AUTOR de éxito gracias a su novela El barde las grandes esperanzas y a su colaboración
con Andre Agassi para escribir Open, con este breve reportaje periodístico publicado en 1997 fue finalista del Premio Pulitzer. Cuando trabajaba en un periódico, alguien le habló de un mendigo que dice ser un antiguo boxeador, Bob Satterfield, muy conocido en las décadas de los cuarenta y cincuenta. El autor decide charlar con él para que le cuente su vida. Como otros muchos boxeadores, gastó en alcohol y fiestas sus ganancias y por eso
vive en la miseria. El reportaje gana en interés cuando el autor descubre que el mendigo le está mintiendo.../ A.T.
El campeón ha vuelto J. R. MOEHRINGER
DUOMO. BARCELONA (2016). 112 PÁGS. 12,90 €.
Periodismo agudo y literario JORGE BUSTOS (Madrid, 1982) escribe en el diario El Mundo y colabora asidua-
mente en diferentes medios de comunicación. Con esta colección de conferencias y artículos ha sido finalista en 2016 del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos. El hilo conductor del libro está marcado por el texto que abre el libro, “El hígado de Prometeo”, una conferencia que dictó en 2014 y que intenta ser una radiografía muy personal de “las raíces
culturales del futuro”. El resto de los textos, artículos largos y más cortos, contienen una apasionada defensa del humanismo como la me jor medicina para combatir las amenazas actuales. Y lo hace con un estilo periodístico que siempre conecta con anécdotas actuales. Su punto de partida es una realidad que conoce muy bien y que, además, sabe interpretar de manera crítica, irónica y con sentido del humor./ A.T.
El hígado de Prometeo JORGE BUSTOS
NOBEL. OVIEDO (2016). 292 PÁGS. 20 €.
103 DE IBERIA V I E J A
Ágora
Expediciones ilustradas
SantaTeresa... 501 años
PROFESOR de Historia en la
La verdadera santa Teresa TRABAJO efectuado a cuatro manos por
para tocar una serie de aspectos históricos de la Teófanes Egido, uno de los mejores, si no el vida de la Santa, menos conocidos por tratarse de asuntos alejados de las visiones hagiográficas e mejor, conocedor de Santa Teresa de Jesús y de interesadas de la reformadora del Carmelo, y que su obra, desde el lugar del historiador; así como por el más consumado escritor español en activo, el propio Egido ha investigado en profundidad: José Jiménez Lozano. Se trata de una propuesta sus orígenes populares y no aristocráticos como muy original ya que la obra consta de una parte se ha escrito, su linaje judeo-converso y su escasa literaria y de otra histórica más extensa. piedad hacia los pobres, entre otros. En la primera de ambas Jiménez Lozano Sin duda estamos ante uno de los cinco fabula con la vida de la santa y con una serie de grandes libros escritos sobre Santa Teresa en sucesos y personajes con base histórica, desde un el año de su centenario y que, junto con el de magnífico conocimiento de la época, de la biogra- García Cárcel, abajo, se hallan muy por encima del conjunto. fía de la “andariega” y del lenguaje de la misma, evitando poner en las mentes de sus protagoSobre Teresa de Jesús nistas un pensamiento propio de nuestros días, TEÓFANES EGIDO Y JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO error muy frecuente en determinadas novelas. JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN (2015). En la segunda toma la palabra Teófanes Egido, 312 PÁGS. 25 €.
Visión inédita de una época MARCADO por el aluvión de
títulos que, con mayor intención comercial que criterio, se lanzaron al mercado en 2015 coincidiendo con el aniversario de santa Teresa, esta obra de García Cárcel y Alabrús se sitúa muy encima de la media. Destaca su exhaustivo conocimiento de la época, respaldado por el intenso trabajo de investigación que caracteriza a sus autores, el tratamiento de diversos aspectos de su siglo, que apenas se tocan en otros trabajos, y que van desde los debates efectuados para la elección de Santiago como
104 DE
I B E R I A V
I E J A
patrón de España hasta los numerosísimos diarios espiritua-
Teresa de Jesús: la construcción de la santidad femenina
RICARDO GARCÍA CÁRCEL Y ROSA MARÍA ALABRÚS CÁTEDRA. MADRID (2015). 272 PÁGS. 15 €.
les de religiosas a los que dio lugar la publicación del Libro de la Vida de Santa Teresa; y el planteamiento de la propia obra, que ahonda en la relativa facilidad con la que se aceptó oficialmente la santidad de nuestra religiosa, cuando sin embargo en aquellas centurias los procesos de canonización femenina habían sufrido una fuerte dilación. En definitiva un libro serio y completo que, tristemente, pasó casi desapercibido. FRANCISCO JOSÉ GÓMEZ
Universidad de Brown (EE. UU.), Neil Safier es un especialista en las expediciones científicas que tuvieron lugar en el siglo XVIII en el ámbito de Hispanoamérica. Este libro –su tesis doctoral– está dedicado a la expedición que la Academia de las Ciencias de París realizó a partir de 1735 en tierras americanas con el fin de calcular en directo la curvatura de la Tierra y resol ver el enigma de si la Tierra estaba achatada o alargada cerca de los polos. La expedición estaba formada por tres académicos franceses, a los que acompañaron dos guardamarinas españoles. Se instalaron en la aldea de Tarqui, en el reino de Quito, una zona inhóspita y alejada de la civilización. Durante diez años, recorrieron todas aquellas tierras para lle var a cabo sus experimentos. El libro relata esta expedición, recrea el ambiente científico que promovió la Ilustración europea, describe las dificultades que tuvieron estas expediciones –cargadas de utopismo– y muestra también las rencillas nada científicas entre los académicos que las realizaron./ A.T.
La medición del Nuevo Mundo NEIL SAFIER
MARCIAL PONS HISTORIA. MADRID (2016). 452 PÁGS. 32 €.
La pintura de Goya y la literatura LEONARDO ROMERO TOBAR, catedrático emérito de
Racionalizar un problema CATEDRÁTICO de Historia
del Pensamiento y los Movimientos Políticos y Sociales, José Álvarez Junco es autor de numerosos trabajos relacionados con la historia política. Este libro, subtitulado “Naciones y nacionalismos”, aborda cuestiones de máxima actualidad tanto en España como en otros países europeos. A caballo entre la Historia y la Ciencia Política, estudia Álvarez Junco las teorías actuales en torno a naciones y nacionalismos; pone como ejemplos casos de construcción relevantes, tanto de países europeos –Francia, Alemania, Italia, Rusia– como en excolonias, como sucede en Estados Unidos. Analiza también algunos territorios peninsulares, como Portugal (ejemplo de identidad redonda) y Cataluña, Galicia, País Vasco, Andalucía… Y estudia de manera singular la situación de España. Los temas, como decíamos, son de máxima actualidad, pues el libro tiene como objetivo principal entender mejor el caso español, sometido a muchas tensiones sociales y políticas. El autor
intenta ampliar la distancia para analizar los hechos y usar la comparación, que explica y relaciona determinadas situaciones, para huir del caso único y especial. Esta idea la remarca en numerosas ocasiones, y la destaca en unas palabras de la introducción: “Evitar la emoción es justamente lo que intento hacer aquí: racionalizar un problema que es presa habitual de la emocionalidad; someter los sentimientos a la razón, en lugar de, como tantas veces ocurre, poner la razón al servicio de los sentimientos”./ A.T.
Dioses útiles
JOSÉ ÁLVAREZ JUNCO GALAXIA GUTENBERG. BARCELONA (2016). 316 PÁGS. 20 €.
Literatura española por la Uni versidad de Zaragoza, rastrea en este documentado libro la presencia e influencia de Goya entre los creadores literarios. La encuentra, de manera constante e universal, en la poesía, el teatro y la narrativa, además de comprobar también su vinculación explícita con el cine. Este estudio, desde esta perspectiva literaria, sirve para engrandecer la figura de Goya. Su influencia no es sólo pictórica, técnica; la pintura de Goya va mucho más allá. Hay en sus pinturas mucho mensaje, mucho contenido, muchas ideas, mucha filosofía vital, mucho análisis histórico, social, existencial, político… Es imposible acotar a Goya, o reducir su pintura a
unos cuantos temas e influencias. El trabajo de Leonardo Romero es una explicación con datos de todo esto. Un milimétrico y exhaustivo trabajo que ayuda a palpar la omnipresencia de Goya a lo largo de los siglos en las obras de tantos y tantos escritores./ A.T.
Goya en las literaturas
LEONARDO ROMERO TOBAR MARCIAL PONS HISTORIA. MADRID (2016). 384 PÁGS. 28 €.
Hispanofobia y leyenda negra “LO QUE va a encontrarse
el lector en las páginas de este libro –leemos en el estudio preliminar– es un análisis de los orígenes y la persistencia de la leyenda negra y una reflexión sobre su impacto y las reacciones que provoca”. De manera muy rigurosa, quince relevantes especialistas abordan desde diferentes puntos de vista un constante tópico –¿o realidad?– que sale por todos los lados cuando se aborda la historia de España a partir del Siglo de Oro. Los trabajos que figuran en este libro describen dónde estuvo el origen de la “leyenda negra” y cómo se fue extendiendo en diferentes países, donde no hay que descartar la descarada utilización política. Se habla de la actividad española en los Países Bajos, en América y en los
diferentes lugares donde España dejó su huella. Muy interesantes resultan los capítulos donde se explica cómo “la sombra de la leyenda negra” sigue siendo una realidad en imágenes e iconos con los que se quiere explicar de manera crítica la historia de España./ A.T.
La sombra de la leyenda negra VARIOS AUTORES
TECNOS. MADRID (2016). 544 PÁGS. 25 €.
105 DE IBERIA V I E J A
Defensa en Asturias “ESTAMOS ante una investiga-
Leyenda y negocio en el Rif AUTOR de numerosos trabajos
sobre la historia económica de España, el autor se dedica en esta ocasión a estudiar la Compañía Española de Minas del Rif (CEMR), desde su creación en 1907 hasta su nacionalización por Marruecos en 1967. En todos estos años, la actividad industrial de esta compañía y de estas minas estuvo muy supeditada al contexto político y militar, de tal manera que el negocio que rodeaba esta explotación estaba en manos de los intereses militares, políticos y empresariales. No fueron momentos fáciles. En los años anteriores a su nacionalización, la Compañía vivió periodos de inestabilidad por la llamada “cuestión ma-
rroquí” tras la independencia de Marruecos. Especialmente bélica fue la década de 1920, sobre todo a partir del Desastre de Annual en 1921 y hasta la derrota de Abd-el-Krim en 1926. “En el Protectorado español –escribe el autor– se dieron unas intensas, comple jas y polifacéticas relaciones entre la actividad política, diplomática y militar y los intereses empresariales”. El libro analiza la creación y desarrollo de la Compañía, el volumen de negocio, la vida en aquellas minas y su importancia para la economía española. También los increíbles beneficios que consiguieron los empresarios que participaron en esta Compañía./ A.T.
Empresarios, militares y políticos PABLO DÍAZ MORLÁN
MARCIAL PONS HISTORIA. MADRID (2016). 234 PÁGS. 19 €.
Hay otra España FASCINADO por historias
La España oculta MARCO BESAS
MARTÍNEZ ROCA. BARCELONA (2016). 214 PÁGS. 17,90 €.
106 D E I B E R I A V I E J A
ocultas que se cuentan en muchos lugares españoles, Marco Besas escribe sobre ellas con un tono muy cercano y coloquial. El autor se convierte en narrador de las historias, lo que da a su relato mucha cercanía. “He dedicado –escribe– más de media vida, varios libros y un sinfín de viajes a la búsqueda de estas historias ocultas que, con solo querer mirar un poco más allá, aparecen y se revelan ante nosotros”.
El autor recorre muchos lugares de la geografía española: Finestrat (Valencia), Sierra Espuña (Murcia), las Islas Canarias, Avilés (Asturias9, Villa de Llivia (Girona), la Sierra de Aralar (Navarra)… en todos estos sitios rescata leyendas y casos insólitos y misteriosos, muchos desconocidos y ciertamente originales. El autor invita a los lectores a que visiten estos sitios y proporciona la información necesaria para localizarlos./ A.T.
ción que rescata sucesos, nombres, aspiraciones, inquietudes, miedos, decepciones y, cómo no, también el valor de nuestros paisanos de antaño ante una situación crítica”, escribe Evaristo C. Martínez-Radío en el “Proemio” de esta obra dedicada a estudiar “el origen y evolución de un cuerpo defensivo asturiano en la Guerra de la Independencia”. El autor ofrece más historias y datos para conocer mejor cómo se desarrolló la Guerra de la Independencia en Asturias y cómo, en concreto, reaccionó la gente de los pueblos ante la invasión francesa. En aquellos lugares donde el ejército no pudo llegar, aparecieron guerrillas y “alarmas” que canalizaron la revuelta popular. La “Alarma” canalizó el entusiasmo popular de una manera más instantánea y más caótica que, por ejemplo, la guerrilla, más organizada y constante. Aunque su eficacia fue reducida, sin embargo, la Alarma sirvió para que miembros se convirtiesen de manera inesperada en milicias locales que impidieron el avance de las tropas francesas y protegieron a la población civil con un mínimo de organización. A.T.
La Alarma
EVARISTO C. MARTÍNEZ-RADÍO GARRIDO FUNDACIÓN ALVARGONZÁLEZ. GIJÓN (2015). 304 PÁGS.
El libro de los Baltimore HABÍA curiosidad por
ver de lo que era capaz Joël Dicker (1985) tras el impetuoso éxito de La verdad sobre el caso Harry Quebert , que vendió
millones de ejemplares en una época en la que bastan unos cientos para consolar al más ambicioso. El Libro de los Baltimore confirma al suizo como
uno de los escritores mejor dotados de su generación. La pasión por contar no ha sufrido desmayo entre uno y otro, y hasta el protagonista de aquella, Marcus Goldman, repite en estas páginas, que no cabe considerar, sin embargo, como una continuación (de hecho, es posible leer esta antes que la anterior). El Libro de los Baltimore es la historia de
un drama –o de “varios dramas”, como corrige el Tío Saul–, una quest que indaga los secretos de una de esas familias de fachada perfecta y sótanos borrascosos. Saltos en el tiempo, suspense, un cuidadoso retrato de personajes y una mirada sentimental, como la de Orson Welles sobre Los magníficos Amberson , son las claves de esta novela sobre la envidia y las heridas que deja a su paso, obra de un tipo que seguirá dando que hablar./ A.F.D.
N
osotros estuvimos ahí… Por Alberto de Frutos
Los bolonios BOLONIA tiene el color de
la tierra y la voz de Lucio Dalla. En su Piazza Maggiore, alguien cantaba una noche 4/3/1943 y a la mañana siguiente, en la Cartuja, vi la tumba todavía fresca de este cantautor italiano. Dos torres –clavadas en su casco histórico como espadas vikingas– orientan al viajero más despistado, y un santuario, el de Nuestra Señora de San Luca, agota en su ascenso al más atlético. Pero, para lo que nos traemos entre manos, Bolonia presume de la universidad más antigua del mundo occidental, por la que pasaron Becket, Petrarca, nuestro Alejandro VI, Erasmo de Rotterdam o Copérnico, así como del Real Colegio de España, fundado por el cardenal Gil de Albornoz en 1364. Ojo: “Real” no fue hasta que Carlos I lo acogió bajo su protección allá por 1530, pero ya entonces era “de España”.
La sombra hispana por el mundo, ya se ve, es muy alargada. Desde el siglo XIV este recinto universitario ha sido un faro de la civilización que ha hospedado a “marineros” o “náufragos” de la talla de Juan Ginés de Sepúlveda, Elio Antonio de Nebrija, Leandro Fernández de Moratín, Benito Pérez Galdós y quién sabe si al Cervantes de La señora Cornelia. Tras su fachada, los “bolonios” disfrutan de sus becas de Doctorado Europeo en un entorno excepcional, que nos hace remedar a Napoleón al pie de las pirámides. Desde este palacio, siete siglos de historia nos contemplan… LA SUPERVIVENCIA
No ha sido fácil llegar hasta aquí. En Europa –¿y dónde no?– los cañones han sido siempre más elocuentes que las palabras, y el citado Napoleón hizo de las suyas en 1812, cuando usurpó su patrimonio y expulsó a los colegiales. Unos años después,
el consabido desdén de la “metrópoli” estuvo a un paso de darle la puntilla, pero el legado de Gil de Albornoz sobrevivió a unos y otros y ha alcanzado hasta nuestros días. Su fundador no era ningún ingenuo, y vivió, además, en tiempos sin utopías. Las guerras y calamidades habían menguado a la sazón el conocimiento de las letras y el Colegio nació como un refugio contra la ignorancia, que nunca acaba de irse con viento fresco. Hoy, que aparentemente vivimos en tiempo de paz – si vis pacem, para bellum–, lo mejor, quizá lo único, que podemos hacer es conservar lo que tenemos y enriquecerlo con nuestro aporte. Al pasar por la corpulenta fachada del Real Colegio de España en Bolonia, uno siente ese peso –¡son tantos siglos de aciertos y de errores!–, y comprende que amar la historia es conocer sus luces y sus sombras, sin encandilarnos con las primeras ni juzgar las últimas.
El libro de los Baltimore JOËL DICKER
ALFAGUARA. MADRID (2016). 488 PÁGS. 21,90 €.
107 DE
IBERIA
V I E J A
Ágora
La epidemia de La Roja (y no hablamos de fútbol) LA ACCIÓN transcurre en
2020, en una Sicilia asolada por una pandemia conocida como La Roja, una enfermedad que produce trastornos que van matando a las personas, sin que se haya encontrado la vacuna apropiada. La enfermedad solo afecta a las personas mayores, por lo que los niños son los únicos supervivientes. Este es el contexto apocalíptico en el que vive Anna, una joven a punto de cumplir trece años, y su hermano Astor, que le ha sido confiado por su madre en el lecho de muerte. A lo largo de la novela se les unirá un perro, Mimoso, y Pietro, un poco mayor que ella. El sentido del deber y el amor a los demás marca el camino de la vida. En medio de dificultades casi insuperables, Anna va descubriendo cómo la esperanza debe estar siempre presente en sus constantes luchas, sin rendirse nunca./ A.T.
Anna NICCOLÔ AMMANITI ANAGRAMA. BARCELONA (2016). 293 PÁGS. 19,90 €.
el nombre de Christian Jacq está indefectiblemente unido al de Egipto. Se doctoró en Egiptología en La Sorbona y ha dedicado numerosas obras de investigación y novelas a su gran pasión. Ha vendido más de 27 millones de ejemplares y sus obras se han traducido a 30 idiomas. Sin duda, es uno de los culpables de la moda cultural que se sigue viviendo con todo lo relacionado sobre esta civilización. En esta ocasión, plantea Jacq un argumento que
108 D E I B E R I A V I E J A
SHAHAB es un niño de cinco
años muy imaginativo que vive en Teherán. No es mudo, pero no habla por la incomprensión que recibe del exterior. Todos lo consideran problemático y tan solo su abuela Bibi es capaz de quererle como es. Como telón de fondo está un régimen represor que influye en la decisión de una prima de Shabab que, aterrorizada por las represalias, niega la vida al hijo que espera. Shahab empieza a hablar a los siete años gracias a la dedicación de su abuela. A partir de ese momento arranca una nue-
va etapa, comienza a despuntar en los estudios y se descubre que posee una inteligencia superior a la normal./ A.T.
Una voz escondida PARINOUSH SANNIE
SALAMANDRA. BARCELONA (2016). 272 PÁGS. 16,15 €.
Para todos los públicos TODO lo que Camus sabía
El futuro del Imperio NACIDO en París en 1947,
Una infancia dolorosa
tiene como protagonistas al joven Setna y a Sejet, quienes tienen que descubrir el paradero de uno de los mayores tesoros del Antiguo Egipto, el jarrón sellado de Osiris. Para ello, deberán hacerse con el peligroso Libro de Thot. Acción, pasión y, además, no faltan los ingredientes costumbristas e históricos marca de la casa./ A.T.
El libro prohibido CHRISTIAN JACQ
PLANETA. BARCELONA (2016) 254 PÁGS. 19 €.
de los hombres lo aprendió jugando al fútbol. Estoy seguro de que muchos grandes historiadores de hoy lo son porque ayer fueron capaces de recrear con la imaginación la gran epopeya de la humanidad en sus diversas edades. Planeta DeAgostini, especialista en la máxima horaciana de “enseñar deleitando”, nos presenta ahora la colección La aventura de la Historia, en la que las figuras de Playmobil, nuestros queridos clicks , vestidos para la ocasión de egipcios, romanos, indios o astronautas, nos guían a lo largo de sesenta entregas por los momentos estelares de la civilización humana. Junto con los muñecos, la colección se completa con libros de 32 páginas, perfectamente estructurados en las secciones de Aprende, Quiero ser, Conoce, Imagina, Lee, Juega, Crea y Soluciones, así como con unas fichas que ponen a prueba el aprendizaje
de los “alumnos” tras cada sesión. No es una colección para los más pequeños, que también, sino para todas las edades. Aquellos que crecieron jugando con estas piezas y los coleccionistas que las atesoran disfrutarán con el diseño exclusivo de estas criaturas de 7,5 cm que en 2014 celebraron su cuarenta aniversario. / A.F.D.
La aventura de la Historia PLANETA DE AGOSTINI. BARCELONA (2016). 32 PÁGS/ENTREGA.
Amor en el Siglo de Oro
Localizar una obsesión
“DESPUÉS de mi primera novela Tu rostro con la marea
ROBERT Kurson es autor también de Tras la sombra de un submarino, libro que relata el
–escribe el autor–, vuelvo a la ficción literaria para adentrarme en el corazón humano, pero también para transmitir, una vez más, a mis lectores la razón y el sentimiento literario”. Historiador de reconocido prestigio, como apunta en esta cita, desea recrear literariamente una época de la historia de España. Sorprende, de entrada, el gran trabajo literario que ha realizado sirviéndose de dos experimentados personajes, el marqués de Armillas y la condesa viuda de Montemayor. Los dos, en el declinar de sus vidas, en 1814, recuerdan muchos episodios que han vivido por separados y juntos. Su narración
es un viaje al apasionante siglo XVII, época de luces y sombras. Y junto con la literatura, la historia. Aunque los personajes y la trama son inventados, todo lo que rodea la novela transmite verosimilitud, pues el autor ha sabido dar vida a los hechos y personajes históricos que pululan por sus páginas./ A.T.
Alguien heló tus labios F. GARCÍA DE CORTÁZAR KAILAS. MADRID (2016). 568 PÁGS. 21,90 €.
Avaricia y comercio NUEVO LIBRO de dos
autores que tienen un excelente olfato histórico para abordar asuntos más o menos polémicos con bastante rigor. Escritos con un estilo divulgativo y muy ameno, sus libros son también un arsenal antitópicos históricos, como sucede en este nuevo libro. ¡Cuántas páginas se han escrito sobre
el oro de América derrochando argumentos manidos y sin demostrar! Comienzan los autores describiendo aquellos lugares donde más metales preciosos se encontraron, unos reales y otros imaginarios (como sucedió con la búsqueda de El Dorado y de Cíbola). A continuación, se analiza el proceso, absolutamente detallado y controlado,
descubrimiento de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial en las costas de Nueva Jersey. Ahora se ha decidido a contar la historia de John Chatterton y John Mattera, dos cazadores de tesoros que en 2009 emprendieron en el Mar Caribe la búsqueda del Golden Fleece, barco pirata del siglo XVII muy ligado a la historia de su capitán, JosephBannister. Kurson relata las gestiones que hacen estos dos emprendedores y cómo se desarrollaron los hechos hasta conseguir localizar el barco. Además, el libro es también una lección de historia sobre los hechos que que iba desde las minas hasta la llegada a España. No discuten los autores que la fiebre por el oro provocó una sobredosis de codicia entre los conquistadores que desató muchas injusticias, muy documentadas además, que dieron forma a lo que los autores definen como “toponimia de la avaricia”. Estos metales llegaron a ser imprescindibles para el desarrollo y la estabilidad del reino tanto en América como en España. Pero no todo el oro y la plata se trasladaba a la península. Estas riquezas facilitaron el desarrollo de ciudades americanas, además de alentar la conquista de sucesivos territorios de norte a sur, con sus historias épicas y sus sonoros fracasos. Desmitifican los autores el famoso expolio; y desmitifican también la importancia que tuvo la piratería en estos siglos. El peor peligro para el oro de
protagonizaron Bannister y su famoso barco y, también, sobre los piratas caribeños, que no fueron pocos, precisamente. Libro, pues, de acción, que se lee como un thriller y que combina la narración dinámica y aventurera de los hechos con las digresiones históricas./ A.T.
Cazadores de piratas ROBERT KURSON
ARIEL. BARCELONA (2016). 340 PÁGS. 20,90 €.
América no fueron los bucaneros ni los corsarios ni los piratas sino las fuerzas incontroladas de la naturaleza./ A.T.
El oro de América
CARLOS CANALES Y MIGUEL DEL REY EDAF. MADRID (2016). 288 PÁGS. 24 €.
109 DE IBERIA V I E J A
Ágora El cine histórico con Josemanuel Escribano
Un clásico del cine de romanos... revisitado
Este Ben-Hur debería contemplarse y juzgarse sin la comparación con la película de Wyler. Lo que pasa es que no se puede
Ben-Hur
DIRECTOR: TIMUR BEKMAMBETOV. PRODUCCIÓN: MARK BURNETT, SEAN DANIEL, DUNCAN HENDERSON. GUION: KEITH R. CLARKE, JOHN RIDLEY. INTÉRPRETES: JACK HUSTON, TOBY KEBBELL, MORGAN FREEMAN.
110 D E I B E R I A V I E J A
LA HISTORIA de este BenHur de Timur Bekmambetov corre paralela a las versiones anteriores e incluso, en su parte nal, parece más cercana aún al libro original. De cualquier forma, el relato se abre con la fraternal relación de los dos protagonistas: Judah Ben-Hur, un príncipe judío de Jerusalén, y su hermano adoptivo Messala Severus, un huérfano romano acogido desde niño en el seno de la familia. Messala salva la vida de su hermano tras un aparatoso accidente, lo que refuerza su vínculo todavía más; y parece tan irrompible que va a casarse con la hermana de Ben-Hur, estrechando los lazos de manera denitiva.
No va a suceder así. Messala parte para integrarse en la milicia romana y solo regresa, años después, convertido en un aguerrido y poderoso comandante de la legión, encargado de preparar el camino para la llegada a Jerusalén del gobernador Poncio Pilato.
PARALELISMOS Su mayor preocupación reside en que su amigo y hermano lo ayude a mantener la paz y la tranquilidad en las calles, alteradas por la resistencia de los zelotes. Ben-Hur se opone a la violencia, pero será al n víctima de ese enfrentamiento. Si en la película de Wyler –siempre el referente inmedia-
to– es protagonista involuntario de un supuesto ataque a Poncio Pilato, en esta versión sí que se produce un atentado, del que también es inocente, pero que provoca su detención y condena a la esclavitud en los navíos del imperio romano. Messala no hace nada por impedir la tragedia, y ahí termina la amistad y el amor entre los dos hombres. Hay también cierto paralelismo –aunque se trunca pronto– entre ambas versiones en cuanto a la elección del protagonista: William Wyler se “conformó” con Charlton Heston cuando Burt Lancaster y Paul Newman rechazaron el papel; Timur Bekmambetov dio el papel a Jack Huston –nieto
del gran John Huston– tras una primera opción de Tom Hiddleston. Sin embargo, Huston no alcanza, ni por carisma ni por experiencia –y quizá tampoco por la edad– el resultado obtenido por Heston: este ganó el Oscar con la película; y Huston no parece que vaya a lograrlo.
CARRERA DE CUADRIGAS En cualquier caso, Ben-Hur madura durante los cinco años que sufre pena de galeras. Cuando, tras el consabido naufragio, regresa a Jerusalén, la acción se encamina rápidamen te a la mítica carrera de cuadrigas. Nadie saldrá descontento: la secuencia es todo lo dinámica, emocionante y espectacular
que pueda desearse… gracias sobre todo a los esforzados especialistas y las imágenes –abundantes– creadas digitalmente. Ben-Hur gana la carrera y Messala queda derrotado y destrozado físicamente. Pero el verdadero nal de la película incluye aun los elementos más místicos de la historia: la redención –Cristo acaba de morir ante un conmovido Ben-Hur– y el perdón. Llegan tarde, pero impregnan de su aroma toda la obra. Este Ben-Hur debería contemplarse y juzgarse –y resaltarían más sus cualidades– exenta de la comparación con la de Wyler. Lo que pasa es que no se puede.
La Guardia Civil en Afganistán
Cuatro versiones LA PREDILECCIÓN del cine americano por el personaje
creado por Lewis Wallace se demuestra con un simple repaso a la filmografía: Ben Hur ha sido llevado a la pantalla grande en cuatro ocasiones –la primera, muda, de 1907–, a lo que se suman múltiples producciones en vídeo, varias series de televisión y hasta películas de animación. No es tan extraño, entonces, que casi sesenta años después del gran clásico firmado por William Wyler haya surgido la tentación de “resucitar” al inmortal héroe judío. El encargado de poner en imágenes la historia en esta ocasión ha sido el kazajo Timur Bekmambetov, el director de Guardianes de la noche, Wanted –con Angelina Jolie como heroína de acción– y Abraham Lincoln: Cazador de vampiros; credenciales que, si no parecen las más idóneas para este argumento, se revelan muy adecuadas si consideramos que este Ben-Hur (2016) es, sobre todo, un filme de aventuras, pleno de escenas espectaculares, ritmo vertiginoso y acumulación de efectos digitales. Todo esto Bekmambetov lo maneja muy bien.
NUEVA ENTREGA de la
serie protagonizada por el subteniente Belvilacqua y su compañera la sargento Chamorro, de la Guardia Civil. En esta ocasión, la acción se traslada a Afganistán, donde aparece muerto el sargento Pascual, persona con mala fama y muchos enemigos. No se sabe si los asesinos han sido algún grupo talibán o algún militar español mo vido por la venganza. Hasta allí se traslada esta pareja de la Guardia Civil para emprender una complicada investigación que se complica por la lejanía de España. La novela, exagerada en algunos ingredientes, explica de manera verosímil la vida de los soldados españoles desplazados a Herat, el clima de tensión que se vive y la facilidad con la que algunos problemas personales pueden magnificarse./ A.T.
Donde los escorpiones LORENZO SILVA
DESTINO. BARCELONA (2016). 348 PÁGS. 19 €.
111 DE IBERIA V I E J A
Ágora Agenda CAIXAFORUM
Philippe Halsman
Philippe Halsman, Dalí Atomicus . 1948. Musée de l’Elysée © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos. Exclusive rights for images of Salvador Dalí: Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres, 2016.
Av. de Francesc Ferrer i Guàrdia, 6-8 Barcelona Tel.: 934 768 600 http://agenda.obrasocial.lacaixa.es/
MÁS DE 300 FOTOGRAFÍAS de Philippe Halsman, autor de nada menos que 101 portadas para la revista LIFE , nos revelan en CaixaForum Barcelona a una de las personalidades más creativas del octavo arte. La muestra se nutre de las piezas más valoradas del fondo artístico familiar y presenta una retrospectiva completa de su obra, que incluye por primera vez su etapa inicial en París. La exposición se divide en cuatro secciones, donde se presenta una gran diversidad de temas tales como retratos, moda, puestas en escena y publicaciones, donde destaca especialmente su performance fotográfico llamado jumpology , que consiste en fotografiar a personas famosas saltando. Hasta el 6 de noviembre.
TOMÁS MORO AYUNTAMIENTO DE LOVAINA Grote Markt 9 / Naamsestraat 3 http://www.utopialeuven.be/en
Salimos de nuestras fronteras para recordaros que este año se celebra el 500 aniversario de la publicación en Lovaina (Bélgica) de la obra de Thomas Moro Utopía. Durante los próximos tres meses, la ciudad vibrará con un festival cultural que incluye danza, música, paseos temáticos y exposiciones. Las fiestas arrancan con conciertos el último fin de semana de septiembre, y los eventos se sucederán hasta el 17 de enero del próximo año.
murales… La retrospectiva del Museo Picasso Málaga brinda una cuidadosa selección de ciento setenta obras suyas, que resumen el empeño de un artista moderno en su búsqueda de la Arcadia. Hasta el 5 de febrero de 2017.
SILENO. TAMBORES EN LA BATALLA Imagen de la exposición a su paso por la Fundación Telefónica.
JOAQUÍN TORRES GARCÍA MUSEO PICASSO MÁLAGA Palacio de Buenavista Calle San Agustín, 8 - Málaga www.museopicassomalaga.org Tel.: 952 12 76 00
Organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York en colaboración con el Museo
112 DE
I B E R I A V
I E J A
Picasso Málaga y la Fundación Telefónica, la muestra repasa la trayectoria del uruguayo Joaquín Torres-García (1874-1949), quien, al igual que Picasso, no dejó de experimentar a lo largo de su vida y dejó una inmensa producción de pinturas, esculturas, dibujos, libros, juguetes, frescos,
MUSEO ABC DE DIBUJO E ILUSTRACIÓN C/ Amaniel, 29 - 31 - Madrid Tel.: 91 758 83 79 museo.abc.es
Hasta el 16 de octubre puede verse en Madrid la exposición sobre uno de los grandes maestros de la ilustración y el caricaturismo español. Pedro Antonio Villahermosa y Borao, Sileno , recreó en las páginas de la revista Blanco y Negro , el Diario ABC y el suplemento Gedeón los avatares de la Primera Guerra Mundial. Una selección de cien piezas sobre esta serie bélica, y veinte obras maestras del conjunto de su producción, conforman esta muestra.
. h 8 1 a 9 e d s e n r e i v a s e n u l e d 5 6 5 2 2 1 2 0 9 e t n e i l c l a n ó i c n e t a e d o n o f é l e t l e n e o a j e i v a i r e b i e d . a s i e r r o a t s e i l a h B / s e s a i r l s b I i s r a c l s y u s a / l u m s o n c í . n s e e P n o a i l c a r a c a i l p b s u o p d a i l m á s v i s r o p i c b e e r P w . a s i n e g n á o p i c a p t r i r s c e s u u n s s n a e v s e e u l n a g a e r l a s p e a s v a i s b u s l a c l x e e l t a u t r s e n f o O C
OFERTA DE SUSCRIPCIÓN
EXCLUSIVA 12
REVISTAS POR
37,50€ 20%
Suscríbete ahora llamando al 902 122 565 o enviando un e-mail a
[email protected]
o entrando en la web
prismapublicaciones.com/suscribirse/historia-de-iberia-vieja
DTO.
¿A que tampoco sabías...?
...la puerta de Alcalá sufrió el impacto de proyectiles con los Cien Mil Hijos de San Luis?
TRAS LA ELECCIÓN DE MADRID como capital de España, llegó la hora de ponerla guapa. En 1625 Felipe IV mandó construir la primera cerca que tuvo la ciudad, flanqueada por una serie de puertas que le daban acceso. Una de estas era la primitiva puerta de Alcalá –que ya no se conserva–. Carlos III mandó construir a su arquitecto Sabatini otra puerta monumental con el mismo nombre. De cinco arcos, y a la manera de un arco del triunfo, fue inaugurada en 1778 y, desde entonces, ha sido testigo de nuestra historia. Asistió al momento en que Fernando VII, para acabar con el trienio liberal, llamó en su auxilio a las tropas francesas conocidas como los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del duque de Angulema (1823). Los impactos de bala que actualmente se pueden observar datan de esa época. Aunque la cerca se terminó derribando en 1868, la puerta de Alcalá, junto con la de Toledo y la de San Vicente, se mantuvo en pie.
Otras puertas de Madrid PUERTA DE HIERRO
PUERTA DE GUADALAJARA
Se encuentra en las inmediaciones del monte del Pardo. Fue erigida en tiempos de Fernando VI.
Situada en la calle Mayor, a la altura de la actual plaza de la Villa, su origen se remonta a la época musulmana. Desapareció en el siglo XVI.
PUERTA DE SAN VICENTE
PUERTA DE SEGOVIA Construida en 1773, era de ladrillo y su mal estado de conservación propició su demolición en 1854.
PUERTA DE TOLEDO. Fue diseñada por Antonio Aguado y data del primer tercio del siglo XIX. 114 DE
I B E R I A V I E J A
PUERTA DE BILBAO
La primitiva puerta de san Vicente, hoy desaparecida, fue erigida por Pedro de Ribera. La actual es una réplica de la que construyó Sabatini en el mismo emplazamiento.
PUERTA DE ALCALÁ
Empezó llamándose Puerta de los Pozos de la Nieve, y durante la primera guerra carlista le cambiaron el nombre.
PUERTA DE ATOCHA De tres arcos, estaba situada en la actual plaza de Jacinto Benavente. Desapareció en 1868.
He descubierto el mejor
DE UN VIAJERO A OTRO
alojamiento
Revista Lonely Planet Traveller, la mejor forma de vivir experiencias únicas. Vuela a tu quiosco y descubre nuevos rincones del mundo cada mes. Porque, de un viajero a otro, todo está por descubrir.
del valle