A L .´. G .´. D .´. G .´. A .´. D .´. U .´. A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo
Resp.´. Log .´. Simb .´. Renacimiento No. 17 Bajo la dispensa del Supremo Consejo de México del 33 y Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Oriente de Ecatepec de Morelos, a 26 de Junio del 2010
E.´. V.´.
S.´. F.´. U.´. Ven .´. Maes .´. QQ .´. HH.´. Prim .´. y Seg .`. Vig.´. QQ .´. HH .´. TT.`. Titulo del Trabajo Solsticio de Verano ( 15)
Para nosotros los masones, las fiestas solsticiales tienen una profunda significación filosófica. Los solsticios representan el eterno contraste de la luz y la oscuridad, de la vida y la muerte y el eterno renacer de la creación, donde nada puede ser destruido, solo transformado en los tres estados naturales, sólido, líquido y gaseoso. Los solsticios representan la armonía cósmica, que permite observar, año tras año, como se cumplen con asombrosa regularidad, de acuerdo a las leyes físicas de su relación con la tierra, prolonga los días o las noches, haciendo que la naturaleza cumpla inexorablemente sus ciclos biológicos. Astronómicamente, los solsticios se realizan cuando el sol se encuentra cruzando el Trópico de Cáncer (verano), haciendo que los días sean mas largos, en el hemisferio boreal (Norte), ocurriendo todo lo contrario en el Trópico de Capricornio (invierno), en el hemisferio austral (Sur). Para él hombre la primavera, en cambio, trae la serenidad, porque la naturaleza renace con todo su esplendor, el sol retoza amablemente entre los valles y montañas, permitiendo a toda forma de vida vegetal reverdecer y florecer, llenando el mundo con pinceladas de múltiples colores y agradables aromas. El invierno es como la incomprensión, la deslealtad, el halago de los mediocres, el acomodo, la crueldad de los ambiciosos y el descaro del
intolerante para defender su obsesión. Sabe que su convivencia con la naturaleza no es fácil, pero es bastante más difícil su relación con la destrucción, la opresión, la injusticia y la desigualdad humana. Nos permitimos observar desde nuestra pequeña concepción cósmica como el supremo regulador de la vida, luego de hacernos padecer sus inclemencias, nos permite convivir con la brillante renovación de la vida. Las aves construyen sus nidos, las abejas producen su mejor miel, las bestias se aparean, haciendo posible la perduración de su especie; es así como comprendemos que lo vivido es una dura pero necesaria experiencia, su razón hace que pueda superar con coraje sus miles de limitaciones y defectos y los desafíos de lo sobrenatural. Comienza a sentir el ser humano los signos de dignidad que le son consustanciales (de la misma esencia), encuentra los valores éticos del ser racional que le son ineludibles e irrenunciables, le reconforta saber que puede compartir su espíritu individualista con su hermano hombre y lograr juntos una sociedad solidaria en sus necesidades e ideales. La primavera hace florecer en su interior la fraternidad que nos permite entregar a nuestro hermano hombre, respeto, justicia, lealtad, tolerancia, desarrollo cultural, crítica y halago con sentimientos de perfección y para que el hombre puede disfrutar de todas estas cosas maravillosas, el último día de la primavera es el más largo del año, excelente lección del G.´. A.´. D.´. U.´., ofreciéndonos con grandeza las cosas buenas para que las disfrutemos en extenso. Al celebrar este solsticio de verano nos recuerda que es momento de cambios, hagamos, pues, que el solsticio que recién celebramos nos haga sentir la perfección con que el G.´. A.´. D.´. U.´. hace sus cosas, alimento de nuestro espíritu, a fin de que se convierta en semilla de la fraternidad, la misma que caída en terreno fértil genera un frondoso árbol, cuyas ramas se extiendan como amparo para nuestro hermano hombre, ávido de alimento corporal y espiritual, sediento de justicia y de libertad, inquieto para lograr el respeto a sus ideas, buscador incansable de un centro de unión en el que reine la tolerancia para los conceptos religiosos, políticos, de cultura o nacionalidad. Es pues en verano que, con la plenitud de la luz, que se maduran los frutos, como a nosotros nos hacen madurar en ilustraciones y conocimientos las enseñanzas de nuestra madre logia. El masón debe evaluar los factores de la naturaleza que influyen en su vida para que en el esfuerzo de conquistar nuestra naturaleza humana hallemos en aquello que nos brindan los medios, la fortaleza suficiente con la que superemos las dificultades de nuestra existencia.
Cuando niños aprendemos por instinto a caminar, a hablar, a dormir y despertar, pero necesitamos de nuestra madre para alimentarnos y gozar confortablemente en su regazo. En la juventud, apasionada, agresiva, reformadora, irrespetuosa, rebelde, impulsiva, de vida en plena libertad, sin ataduras a los conceptos y a las formas, hacemos en ella la idealización de nuestros actos, procurando que el mundo sienta la necesidad de cambiar, si es a nuestro modo de pensar mucho mejor. Pero nunca imponiendo e influyendo en otras personas, siempre respetando las diferentes libertades. Cuando adultos, se van formando nuestros pensamientos, ideas y nuestro propio carácter, dejando de lado el idealismo fácil y placentero, buscando y encontrando que la renovación es vida, o que la vida es renovación, dándonos a entender que debemos devolver siempre el beneficio recibido. La dedicación y afecto de los que amamos serán siempre un norte de nuestras acciones, devolviendo ternura, instrucción, reconocimiento y respeto a cuantos nos rodean, logrando, de esta forma, el equilibrio emocional propio de la adultez. Que este nuevo solsticio, que éste cambio que hace la naturaleza, nos haga meditar en la necesidad de reactivar nuestra verdadera voluntad de renacer, que auténticamente nos haga reflexionar en la necesidad de compartir el alma, cual semilla de fraternidad, que nos repitamos cada día que cada ser humano requiere ser levantado de sus desgracias. Hermanos, la tiniebla mas breve y el día más largo han llegado a la cita habitual, el verano se abre esplendoroso pleno de sol y de esperanzas y tenemos la certeza que todo hombre tiene el derecho que lo saquemos de la infamante tumba donde lo han postrado el egoísmo, la ambición, la traición, la felonía y la hipocresía. El pasado 24 de Junio fue el solsticio y nos recuerda queridos hermanos que cada día debemos poner lo mejor de nosotros mismos en procura de ser mejores HOMBRES DE BIEN, libres y de buenas costumbres, para que nadie diga que hemos trabajado en vano.
Es cuanto un A.´. M.´ José Cabrera Martínez Solsticio.Época en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos, lo cual sucede del 21 al 22 de junio para el de Cáncer, y del 21 al 22 de diciembre para el de Capricornio. El de verano, que hace en el hemisferio boreal el día mayor y la noche menor del año, y en el hemisferio austral (Perteneciente o relativo al Sur) todo lo contrario.
El de invierno, que hace en el hemisferio boreal el día menor y la noche mayor del año, y en el hemisferio austral todo lo contrario Equinoccio.Época en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre.
EL SOLSTICIO DE VERANO, SAN JUAN BAUTISTA Y RENOVACIÓN DE VOTOS
A.´. L.´. G.´. D.´. G.´. A.´. D.´. U.´. V.´. M.´. Agradezco la oportunidad que me brinda en la noche de hoy de compartir con todos mis HH.´. algunas reflexiones en torno al motivo que el día de hoy nos congrega. Al igual que nosotros en muchas partes del mundo en Tenidas Fraternales HH.´. Masones se reúnen alrededor de los días 21 y 22 de junio de cada año. Desde mi personal punto de vista esto lo hacemos emulando a los primeros humanos pobladores del planeta, que elevaban su vista al firmamento, escrutando los misterios escondidos de la naturaleza. Ellos buscaban una respuesta a fenómenos como el de la duración del día y de la noche, como el de los cambios climatológicos experimentados con cada estación del año, como el de los ciclos lunares, como el del fuego producido por la descarga eléctrica del rayo sobre los árboles, luego de la luz del relámpago, y muchos otros más. Esos hombres intuían la extraordinaria influencia que el astro rey ejercía sobre sus propias vidas, sobre la de los demás seres y entes que existían en las entrañas del planeta, sobre su superficie, en el aire y en los mares, en fin, sobre la tierra y su satélite natural. Ya imaginaban la íntima relación del Sol con los elementos tierra, aire, agua y fuego. De esa forma surgen mitos, leyendas y cultos al Sol, como símbolo vivo por excelencia del creador, conservador y regulador, desde los Sumerios, los primitivos observadores de las constelaciones, así como en las figuras de Ra (dios de Heliópolis), Atón (divinidad solar del faraón Amenophis IV), Apolo (dios griego solar por excelencia, cuya flecha es el rayo), Surya-Savitri (el “todo vivificador”), Vishnú (Sol solsticial), Baladitya o “sol naciente” (hombre nuevo en la tradición japonesa), Jano (Sol de las puertas solsticiales), Huitzilopochtli (civilización azteca).
Permítanme HH.´. un momento para compartir la mitología azteca, que señala que en la sierra de Coatepec vivía una mujer que se llamaba Coatlicue, madre de los 400 surianos y de Coyolxauhqui, que hacía penitencia barriendo. Un día cayó a su lado una pelotita de plumas. La mujer (Coatlicue) la recogió y la colocó en su seno, al terminar de barrer la buscó y no la encontró. En ese momento quedó encinta. Al darse cuenta de ello, los 400 surianos se enojaron. Su hermana Coyolxauhqui les dijo: "Hermanos, matemos a nuestra madre porque nos infamó habiéndose a hurto empreñado". Cuando Coatlicue se enteró que sus hijos querían matarla se asustó, pero Huitzilopochtli, que estaba en su seno, le dijo que no temiera. Los 400 hijos se prepararon para la guerra incitados por Coyolxauhqui. Huitzilopochtli era ayudado por su tío Cuahuitlícac, que le informaba sobre los movimientos de sus enfurecidos hermanos. Cuando Cuahuitlícac informó que los 400 surianos estaban llegando a la cumbre, guiados por Coyolxauhqui, Huitzilopochtli nació, puso fuego a la serpiente hecha de teas llamada Xiuhcóatl e hirió con ella a Coyolxauhqui y le cortó la cabeza. El cuerpo de Coyolxauhqui fue rodando hacia abajo y se hizo pedazos. Huitzilopochtli persiguió y mató a los 400 surianos, "les quitó sus atavíos, se los apropió... nadie pareció jamás como su padre y su culto fue tomado de allí de Coatepec, la montaña de la serpiente, como se practicaba desde los tiempos más antiguos..." El mito representa la transición eterna del día a la noche y viceversa: "Ese ciclo constante, en el que entran en juego los elementos: la luna (Coyolxauhqui), las estrellas (400 surianos), el sol (Huitzilopochtli) y la tierra, representada por Coatlicue, que diariamente devora al sol, lo mete en su vientre para volver a parirlo al día siguiente". En fin, QQ.·. HH.·., el Sol aparece en casi todos los misterios de la antigüedad como principio iniciador. Sin embargo, la influencia del Sol, debido a los movimientos de traslación y rotación de la tierra, a pesar de su carácter cíclico, no es constante, sino permanentemente cambiante, determinando la diferente duración de los días y las noches, las estaciones del año y la división de la tierra en zonas climáticas. Sólo dos veces al año el plano del ecuador coincide con el plano de la eclíptica y por consiguiente, el círculo de iluminación coincide con cada meridiano, propiciando un día de doce horas y una noche de doce horas. Estas fechas se conocen con el nombre de equinoccio. En México en la pirámide denominada El Castillo en Chichen Itzá, en estas fechas alrededor de las cuatro de la tarde los rayos solares van descendiendo escalón por escalón dibujando el cuerpo de una serpiente que remata en la cabeza esculpida de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, exponiendo el extraordinario avance cultural y astronómico de los mayas. Tres meses después del equinoccio, los rayos solares forman un ángulo de 23 grados y 27 minutos con el plano del ecuador y los días y las noches alcanzan su máxima desigualdad, estas fechas se conocen con el nombre de solsticios, que etimológicamente quiere decir sol detenido, el cual durante estos días parece detener su aparente carrera.
En otras palabras, entre el 21 y 22 de junio el Sol está más cerca del trópico de Cáncer, es decir, alcanza su máxima altura en el horizonte, aparentando quedarse quieto antes de empezar a bajar y produciendo el día más largo y consecuentemente la noche más breve del año. En este día la luz alcanza su plenitud. Los antiguos romanos celebraban anualmente las fiestas solsticiales dedicadas al dios Jano, que presidía las fases ascendente y descendente del ciclo anual y era considerado como el portero (ianitor) que con sus dos llaves, una de plata y otra de oro, abría y cerraba las épocas, siendo por esto también considerado el señor del tiempo. Las dos llaves están relacionadas con los dos rostros que posee (Jano bifronte), uno hacia la izquierda relacionado al pasado y otro a la derecha relacionado con el porvenir. Los dos solsticios marcan así la división del ciclo anual en dos mitades, una ascendente y otra descendente, que reflejan de alguna forma la Ley Universal de todo lo que sube baja, y el principio hermético de como es arriba es abajo y que representan las dos fuerzas (ying-yang, inspiración-expiración, masculino-femenino, positivo-negativo) que realizan en ciclo completo, pero también los dos puntos en que se detiene el movimiento y por lo tanto el tiempo, que en el fenómeno solsticial se refrenda con lo que inversamente sucede en el hemisferio boreal y austral y que en este mismo Templo está representado en el piso ajedrezado (entre muchos otros símbolos). Jano en su papel de iniciador en el Conocimiento fue venerado por los Collegia Fabrorum de la Roma imperial, antecesores directos de los gremios de constructores y artesanos del medioevo, período en que Jano es reabsorbido por la tradición cristiana en la forma de los dos Juanes. La puerta de descenso a la caverna se encuentra en Cáncer (llamada por los hindúes y pitagóricos “puerta de los hombres o de los antepasados”) a través de la cual se accede a la oscuridad. Los solsticios son momentos con universalidad patente y de cuya celebración tenemos el testimonio de festividades exóterico-religiosas y en algunos casos, una aproximación esóterica, traducida en símbolos y ritos, que de forma general representan el drama de la muerte y resurrección del Sol. Nuestra Augusta Orden, como legítima heredera de la Tradición Primordial, hace suyas esas especulaciones en torno al cosmos, al logos, al universo entero, interpretándolas simbólicamente y modelándolas en la Logia Masónica. Así, el Sol es un símbolo masónico de gran importancia. De esa forma, la Astronomía en el Grado de Compañero Masón es objeto de estudio preferente, como una de las artes y ciencias liberales, analizando a los planetas junto con los doce signos del zodíaco (doce columnas que enmarcan el Templo Masónico) que marcan los ciclos y los ritmos del universo y del hombre. Nuestros rituales de apertura nos indican que así como el Sol se sitúa en el Oriente para iniciar e iluminar el día, el Venerable Maestro está situado allí para abrir su Logia e ilustrarnos con sus Luces y conocimientos en Francmasonería. Asimismo, con relación a las luces menores se indica que así como el Sol gobierna el día y la Luna la noche, el Venerable Maestro preside y gobierna su Logia.
Los fenómenos astronómicos y naturales en una organización iniciática como la Masonería, siempre han sido considerados como los símbolos de las realidades invisibles y espirituales, que por su propia naturaleza no podrían ser aprehendidos por nuestra inteligencia sino fuera por aquello que las sugiere y expresa, es decir, las simboliza. De esa forma para la Masonería, los solsticios, son dos festividades especiales, las de los Juanes, uno en cada solsticio. En hebreo Juan es Yohohanan que significa “misericordia de Dios” y “alabanza de Dios”, misericordia por la vía descendente y alabanza por la ascendente. La figura de San Juan es tan relevante que figura en la respuesta a la primera pregunta del Retejo del Grado de Aprendiz que dice ¿de dónde venís? a lo que se responde: de una Logia de San Juan. Asimismo, en Sudamérica el V.·. L.·. S.·. se abre en el primer grado en el Evangelio de San Juan. Específicamente con relación al Solsticio de Verano, se le relaciona directamente con San Juan Bautista, a quién se le atribuye en la Masonería la ciencia de la escuadra y del nivel, útiles imprescindibles para que los cimientos de toda construcción se encuentre perfectamente allanada y encuadrada, simbolismo que se refiere claramente al trabajo de rectificación que cada uno debe ejercer consigo mismo, rememorando el momento de nuestra Iniciación Masónica en el que en la Cámara de Reflexiones confrontados con los símbolos de la muerte y del lema hermético VITRIOL (Visita el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta), procedemos a redactar nuestro testamento masónico. Este simbólico descenso no es más que una introspección y concentración en el objeto de nuestra incesante búsqueda de la verdad, la que nos conducirá indefectiblemente a ese recinto sagrado, iluminado internamente y a cubierto de lo profano. Así que V.·., M.·. y QQ.·. HH.·. aprovechemos los últimos vestigios del día con mayor luminosidad del año, para renovar nuestro compromiso de que la luz de un Maestro Masón continúe siendo la oscuridad visible, esa que si uno solo de nosotros portara una vela y que si en este mismo momento apagáramos todas las luces del Templo, lo dejaría pobremente iluminado, pero que al ir él compartiéndola con todos y cada uno de nosotros, lejos de perderla, serviría para iluminar la de todos haciendo resplandecer el Templo y a nuestra Fraternidad. Esa Luz que desde aquí enviamos al V.·. H.·. para iluminar su camino en estos difíciles momentos por los que atraviesa. Esa luz que expresa la penumbra que ocultan las perspectivas del porvenir, que es ese velo misterioso que el ojo de la razón humana no puede penetrar sin el auxilio de esa Luz que viene de arriba. En suma HH.·. míos para retomar con fuerza y vigor el compromiso adquirido por nuestra libre voluntad y consentimiento de obrar con nosotros mismos, con nuestros iguales y con el G.·. A.·. D.·. U.·. por medio de una conducta correcta, pasos nivelados y justas intenciones, para poder ascender a esas moradas inmortales de donde irradia toda virtud.
Equinoccio La eclíptica de la tierra nos proporciona las cuatro estaciones del año y podemos disfrutar de la primavera, del verano, otoño e invierno, especialmente en los países que están mas cerca de los polos y sabemos que los que estamos cerca del
ecuador sentimos muy poco sus efectos, porque la oblicuidad o inclinación de la tierra respecto al sol acerca o retira mas a los polos mientras nosotros conservamos un clima mas constante. El 21 de marzo inicia la tierra un viaje olímpico alrededor del sol, pasando frente a las doce constelaciones zodiacales; podríamos decir que hoy termina el viejo año y se inicia el año nuevo zodiacal, comenzando en Aries el 21 de Marzo y terminado el año próximo con piscis. En la antigüedad se celebraba el año nuevo zodiacal con una gran fiesta espiritual, los alquimistas decían que ese día quedaba preñada la madre naturaleza por el padre eterno y llevaba durante nueve meses el niño en su vientre y si la humanidad había sido justa y había amado al prójimo nacería un 24 de diciembre a la media noche un verdadero hombre, un guía de la humanidad; y realmente ese hecho se repitió varias veces y es por eso que se escogió ese día para dar como cierto el nacimiento de Jesús que nadie sabía exactamente cuando fue pero realmente coinciden muchos datos con los de la antigüedad, el niño Krisna nació en pleno solsticio novecientos años antes de Jesús y hubo un rey que mando a matar a todos los niños de menos de dos años y mostró los mismos pródigos de nuestro salvador. Este equinoccio representa el cambio de estación de invierno a primavera, el cambio de piscis a la constelación Aries y también representa según los alquimistas la divina concepción del niño de oro que algún día debe nacer en el corazón de cada ser humano. Veamos como funciona la mecánica celeste. La tierra gira alrededor del sol con una inclinación de los polos de veintitrés grados que todos conocemos; hagamos un práctica: sentados frente a una mesa coloquemos una taza al frente de nosotros, con la mano derecha tomemos un lápiz como para escribir y coloquemos el puño al lado derecho de la taza que representa a el sol, el lápiz inclinémoslos de forma que la punta quede más cerca de la taza que el borrado, osea que el polo sur está más cerca del sol que el polo norte(borrador) entonces por estar el sur mas cerca del calor esta en verano y la gente que está en el polo norte está en invierno. Ahora levantemos el brazo pasándolo por encima de la taza y coloquémoslo al lado izquierdo, ahora seis meses después el polo norte (borrador) está en verano y la gente del polo sur tiene frío porque está más lejos del sol, antes era el solsticio de invierno y ahora es el solsticio de verano. Si con los dedos hacemos girar el lápiz representaremos un día completo, es decir medio día frente al sol y medio día de espalda al sol, noche y día pero el reflejo del sol se muestra más al norte que está más cerca y menos en el sur es por eso que los días son más largos que las noches en el norte mientras que en el sur las noches son más largas. Ahora levantemos el brazo y coloquémoslo entre nosotros y la taza (el sol) estaremos en el equinoccio de primavera, pero fíjense que el lápiz ahora tiene la punta y el borrador a la misma distancia del sol o sea que los día y las noches tienen la misma duración; y también sucedería si lleváramos el puño al otro lado de la taza en el equinoccio de otoño. Hoy se inicia la primavera, tres meses después el invierno y luego el otoño, al final de ese otoño, si hemos amado
a la naturaleza y nos hemos sacrificado por la humanidad podríamos ver nacer en pleno solsticio de verano en la intimidad de nuestro corazón al niño dios que concebimos en primavera. Alquimia significa alta química, es el amor llevado a su máxima expresión, hasta alcanzar la divinidad, pero se necesita de un hombre y una mujer que se amen realmente en todos los planos de conciencia. La alquimia no la entendieron en Roma y mandaban a la hoguera a todo el que pensara diferente a la forma dogmática que habían ellos modelado el cristianismo y que contrastaba con el más puro cristianismo gnóstico primitivo que enseño Valentín que le decía a las parejas que amándose, adorándose y casándose en los siete plano de conciencia cósmica era que podían ver nacer al hijo del hombre. Los alquimistas para salvarse debieron inventar un lenguaje técnico-filosófico, donde explicaban en términos poco entendibles como transformar el plomo de la personalidad en el oro puro del espíritu; en sus escrituras decían que colocando en un matraz partes iguales de mercurio, azufre y sal y calentándola en una hornilla estos elementos se sublimarían y con una torre de destilación podrían obtener oro puro. Pero solo ellos conocían el verdadero significado y muy bien sabían que el mercurio era la materia prima de la gran obra del padre, las aguas de vida del varón y de la hembra, el azufre representaba el calor del espíritu santo, el fuego sagrado necesario entre el hombre y la mujer para que se geste una creación, y la sal era la inteligencia necesaria para no dejarse atrapar por los egos, y eso lo sabía muy bien el divino maestro que no se dejó atrapar por las tentaciones. Ese lenguaje no lo entendieron en Roma ni tampoco los falsos alquimistas que hicieron grandes laboratorios para lograr la obtención del oro, y no lo lograron porque le falta la clave, el amor, el sexo puro. Pero la búsqueda incesante en los laboratorios dio origen a la química moderna que nos ha hecho más fácil la vida. Hoy en Maracay cumple años una niña de nombre Gabriela Valentina que será guiada por Gabriel el anunciador de una nueva vida y por Valentín que le estará indicando los tantos caminos del amor. Aprovechemos este equinoccio de primavera, de esplendor para dar inicio a una nueva etapa como casados o como solteros para convertirnos en verdaderos alquimistas y a través del amor por la naturaleza, por la humanidad y especialmente por nuestra pareja quede preñada nuestra madre divina particular, para que dentro de nueve meses en pleno equinoccio de invierno y en la intimidad de nuestro corazón veamos nacer al niño de oro de la alquimia.