A Jesús el Cristo por los Evangelios Rene Latourelle. El primer momento de la credibilidad credibilidad cristiana cristiana afecta a la historia y a la hermenéutica. hermenéutica. El problema del acceso a la realidad de Jesús a través de los evangelios es el problema y el más grave grave que la hermen hermenéut éutica ica plante planteaa al cristian cristianism ismo. o. No conoce conocemos mos a Jesús Jesús directamente directamente por sus escritos, sino a través del movimient movimiento o que suscito suscito en el siglo I de nues nuestr traa era. era. El punt punto o de part partid idaa de nues nuestro tro cono conoci cimi mien ento to de Jesú Jesúss es la prim primer eraa comunidad cristiana, testigo de lo que dijo e hizo Jesús. El discurso de la comunidad es un discurso de creyentes y los evangelistas, que son miembros suyos, escriben con una finalidad religiosa atestiguar el acontecimiento de la salvación en Jesucristo. El único punto de partida para conocer al Jesús terreno es un examen histórico-critico, en el interior de la intención de fe de los evangelios. Los evangelios son el resultado de un largo proceso de reflexión inaugurado por la iglesia a partir de Pentecostés. La fe cristiana implica un vinculo de continuidad entre el fenómeno Jesús y la interpretación que de el dio la iglesia primitiva. La teología tiene que que pode poderr estab estable lecer cer,, por por los los evan evange geli lios os y en los los evan evange geli lios os,, lo que que just justif ifica ica la interpretación cristiana del fenómeno Jesús en su condición terrena. Según algunos autores se reconoce una sucesión material o cronológica entre Jesús y la predicación apostólica, pero se declara que hay una ruptura esencial entre Jesús de Nazaret, del que no se sabe prácticamente nada y el kerigma de los evangelios. Separar a Jesús del kerigma seria caer en el gnosticismo, hablar solamente del Jesús de la historia será renunciar a comprenderlo, incluso en su condición terrena. La historicidad es el primer rasgo de la originalidad y del carácter específico de la revelac revelación ión cristiana cristiana.. El cristia cristianis nismo mo no es una gnosis gnosis caída caída del cielo, ni solo solo el encuentro encuentro vertical de Dios con el hombre hombre en la interioridad interioridad de la fe, ya que procede procede de una intervención gratuita de Dios en la historia. El kerigma apostólico esta basado en la vida, los gestos, el mensaje del mismo Jesús y que la formula Jesús-Cristo expresa una unidad y una continuidad real. Para Bultmann, la exegesis consistirá en buscar en el relato actual la pureza del kerigma primitivo, sin preocuparse de la realidad histórica que subyace al relato y en descubrir el sentido que reviste el mensaje para la inteligencia de nuestra condición humana de pecadores agraciados. El acceso a Jesús a través de los evangelios, que en otros tiempos creyeron imposible el positivismo histórico y los defensores de la teología del kerigma, se reconoce ahora como una empresa necesaria y posible. Los protestantes y los católicos opinaban que nuestros evangelios merecían plena confianza y que nos presentaban una imagen fiel y autentica de Jesús. La idea de una oposición entre el Jesús de la historia y el Cristo de los evangelios era totalmente extraña a la mentalidad patriótica y medieval. El problema del Jesús de la historia ha sido realmente objeto de discusiones que se remontan a más de ciento cincuenta años antes de Bultmann. Para Reimar Reimarus us los discíp discípulo ulos, s, decepc decepcion ionado ados, s, crearo crearon n la figura figura de Jesús Jesús que nos transmiten los evangelios, inventaron el mensaje de la resurrección y presentaron a Jesús como el Mesías apocalíptico de Daniel. David Friederich dice que el elemento clave para comprender los evangelios, es la categoría del mito un término que conviene definir cuanto antes. La escuela liberal se dejo distraer de su proyecto inicial, rechazo
las interpretaciones dogmáticas de Jesús, pero las sustituyo por sus propios presupuestos filosóficos y sociológicos. Las posiciones asumidas por Bultmann existían ya en sus predecesores o habían sido preparadas por ellos, a saber: a) la imposibilidad de alcanzar al Jesús de la historia y de conocer su vida y su personalidad (Strauss, Kanhler), b) la categorías del mito para explicar gran parte del material evangélico (Strauss), c) la distinción entre el Jesús de la historia y el Cristo del Kerigma (Kanhler), d) la importancia del papel creador de la comunidad primitiva (Reimarus, Wrede), e) la devaluación del elemento histórico como fundamento de la fe cristiana (Kahler). Para Bultmann el cristianismo comenzó con el Cristo-predicado, es decir, con el kerigma de la primitiva Iglesia. El no niega una continuidad material entre Jesús de Nazaret y el Cristo del kerigma, pero denuncia la verdadera ruptura, una discontinuidad teológica esencial entre Jesús y el Cristo de la fe. Para el es utópico querer escribir una vida de Jesús no solo porque Jesús no escribió nada, sino sobre todo porque los evangelios son ante todo unas confesiones de fe. Lo que importa es el sentido de la existencia de Jesús, notificado por el kerigma, a saber, que por su entrega total a Dios en la fe queda salvado el hombre. La teología de Bultmann puede perfectamente definirse como una teología del kerigma. Para Bultmann es evidente que el nuevo testamento es un universo mítico. El kerigma nos anuncia los misterios de Dios que, en la cruz, nos abre los ojos a nuestra condición pecadora, pero al mismo tiempo nos revela su gracia que perdona y nos ofrece en adelante la posibilidad de vivir de él y en él. Jeremías reconoce que Bultmann ha tenido el mérito de llamar la atención sobre la importancia del kerigma, pero lo acusa de haber sustituido a Jesús por Pablo. Jeremías opina que tenemos que volver al Jesús de la historia y de la predicación, precisamente por fidelidad a las fuentes y al propio kerigma. Mientras Bultmann reduce la revelación al kerigma, Jeremías la reduce solamente al Jesús de la Historia. Los evangelios no presentan a un Jesús histórico aislado del kerigma, sino que ofrecen más bien una imagen kerigmática de la historia de Jesús. Con relación al fin de la hermenéutica, según Dilthey, seria entonces descubrir un método objetivamente valido para interpretar la vida profunda del hombre en su totalidad de experiencia vivida. Desde la visión de Heidegger, hacer hermenéutica significa interrogar a un texto sobre lo que dice de la existencia y para la existencia. Para Gadamer el objetivo de la hermenéutica no es comprender al autor, sino comprender el texto. Los protestantes reconocen la dificultad de reconstruir la imagen del Jesús terreno. La cristología según Moltmann, tiene que verificar que la fe cristiana tiene su origen en Jesús y en su historia. Para apreciar la historicidad de los evangelios, el historiador de oficio, formado en los métodos de la crítica literaria clásica, tiene que superar sus límites y agilizar sus procedimientos de investigación. La crítica histórica tiene que ir acompañada de un sólido aprendizaje de los métodos de exegesis bíblica. La investigación sobre Jesús no puede prescindir de un estudio sobre los criterios que nos permitan establecer que es lo que pertenece auténticamente a Jesús. El interés por la persona de Jesús de Nazaret, a quien se confiesa ahora como Señor, es un hecho cierto y primitivo atestiguado por los escritos de la Formgeschichte sobre las unidades evangélicas. En cuanto a la historia, ella es el ser del hombre en cuanto que se construye según un ritmo de intención y la historicidad a su vez es ese mismo ritmo, considerado como ley fundamental del ser humano. En la investigación histórica intervienen ciertos elementos de subjetividad: la elección de una perspectiva y la opción afectiva.
La autoridad de los evangelios se manifiesta de diversas maneras: conservación fielísima del texto, permanencia del texto, utilización de los textos y su fidelidad a la persona de Jesús. La autenticidad de la tradición queda asegurada por la cadena cualificada de los transmisores, que va desde Cristo a los apóstoles, desde los apóstoles sus discípulos y desde estos a los fieles. Una comunidad, cuyas actitudes fundamentales son las de la misión, el testimonio, la tradición, el servicio, es algo muy distinto de una comunidad que se inclina a cualquier viento, sin eje y sin punto de referencia, inconsciente de su pasado y despreocupada de su porvenir. La escuela de las forma no excluía de su proyecto el estudio del papel que representaron los evangelistas en la formación de los evangelios, ya que su ambición era trazar toda la historia de la tradición en conformidad con el principio fundamental de la escuela, a saber, que nuestros evangelios son la conclusión de una larga tradición. De este modo la FG les negaba a los evangelistas toda iniciativa y la RG por el contrario solo atiende a su iniciativa y a su libertad. Mientras que la FG considera a los evangelistas como recopiladores, la RG los considera como verdaderos autores. Mientras que la FG se interesa en primer lugar por las unidades pequeñas y por el ambiente de vida en que nacieron, la RG se interesa más bien por los grandes conjuntos y procura discernir los motivos que los explican. La RG abre nuevas perspectivas sobre la historia del cristianismo primitivo. Ella se propone estudiar la fisonomía propia de cada uno de los evangelios, la perspectiva teológica del autor, la estructuración del material que ha escogido, su huella estilística. La RG, lo mismo que la FG, corre algunos riesgos de los que no siempre ha sabido escapar y es el de ignorar la relación de Jesús con los evangelios. Después de una aplicación rigurosa de los criterios de autenticidad histórica no se puede decir lo que dijo Bultmann: “De Jesús de Nazaret no se sabe nada o casi nada”. Una afirmación de este género no puede sostenerse en la actualidad.
Por: José Alcide Encarnación T., Schp. Materia: Jesús de Nazaret Prof.: Fr. Estuardo López