INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES DE TAMAULIPAS A.C
ANTOLOGÍA PSICOLOGÍA SOCIAL Compilador: Héctor Arturo Degollado Whitaker
Tampico, Tam. Mayo de 2105
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INDICE Objetivo General de la Antología
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UNIDAD I- PSICOLOGÍA SOCIAL Objetivo de la Unidad
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1.1.
Aspectos fundamentales de la Psicología Social.
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1.2.
Principales sistemas psicosociales. psicosociales .
7
1.3.
Principio de equilibrio
8
1.4.
Cooperación y competencia
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1.5.
Teoría del Cambio
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad I
16
Síntesis de la Unidad I
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UNIDAD II- CONTEXTO SOCIAL Objetivo de la Unidad 2.1. El contexto social de la vida humana.
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2.1.1. Conceptos básicos (sociedad, clase, casta, etc.)
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2.1.2. Naturaleza de los grupos humanos
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2.1.3. Variables que afectan la conducta social
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2.1.4. Propiedades fundamentales de los grupos
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2.2. Tipos de grupos
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2.3. Cultura y personalidad
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2.3.1. Principales enfoques de personalidad 2.4. Normas de conducta
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2.4.1. Conceptos y clasificación clasifica ción
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2.4.2. Fuerzas que influyen en la aceptación de las normas
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2.5. Percepción
2
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2.5.1. Selectiva, individual, de grupo
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2.5.2. Comunicación, factores del lenguaje, comunicación en los grupos
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad II
32
Síntesis de la Unidad II
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UNIDAD III- EL GRUPO Objetivo de la Unidad 3.1. Dinámica de grupo
33 33
3.1.1.
Los enfoques cognitivos motivacionales. motivacionales .
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3.1.2.
La teoría de la identidad social de grupo.
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3.1.3.
Liderazgo, características caracterís ticas y estilo.
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3.1.4.
Teorías del liderazgo.
38
3.2 Motivación
38
3.2.1Teorías de la motivación
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3.2.2 Frustración, emoción
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3.2.3 Medición y cambio de actitudes (que es la actitud, como surgen, sus funciones, persuasión y cambio de actitudes) 3.3.
El estudio del prejuicio en la psicología social: como estereotipo, actitud negativa, relaciones interpersonales y aculturación.
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad III
49
Síntesis de la Unidad III
49
UNIDAD IV- APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL Objetivo de la Unidad
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4.1.
Aportación de la psicología social a otras áreas de la Psicología.
50
4.2.
Aportación de la psicología social a las organizaciones.
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4.3.
Aportación de la psicología social a programas de acción comunitaria con relación a la salud
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad IV
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Síntesis de la Unidad IV
57
BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
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OBJETIVO GENERAL DE LA ANTOLOGÍA
La presente antología se ha realizado como una guía de consulta, ya que en ella se han compilado de manera sintética los contenidos necesarios para conocer los conceptos básicos de la psicología social, sus implicaciones y las características necesarias para conocer su utilidad para el desarrollo de la sociedad actual.
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UNIDAD I PSICOLOGÍA SOCIAL Objetivo de la Unidad: Identificar los aspectos que conforman la naturaleza de la psicología social y conocer los principales sistemas y principios psicosociales.
1.1. Aspectos Fundamentales de la Psicología Social. A la psicología psicología social se se la puede definir como la ciencia que estudia aquellos aquellos aspectos aspectos de la conducta individual a los que afectan o sobre los que influyen estímulos sociales como son otras personas o los productos de la conducta. Es necesario aclarar varias partes de tal definición, para que con ello se comprenda la amplia naturaleza del campo tal como hoy existe. (Whittaker, 2001) Algunos consideran consideran imposible estudiar científicamente científicamente la conducta, pues se cree que eso exige la precisión o la exactitud característica de las ciencias físicas. Otros piensan que no es posible predecir la conducta humana y, por consiguiente, tan sólo se puede especular al modo que lo hicieron algunos filósofos del pasado. En general, se acepta que el término
ciencia significa un conjunto de
conocimientos conocimient os adquiridos gracias a la
utilización de una metodología particular, a la que se llama método científico. Una de las dos metas principales de este campo de estudio consiste en realizar predicciones exactas sobre la conducta que va a presentarse en situaciones sociales. La otra, poder controlar o regular la conducta. Aquí es necesario indicar que, como seres humanos, constantemente estamos haciendo predicciones respecto a la conducta humana y en muchas ocasiones tales predicciones resultan bastante exactas. Si no fuera así, no podríamos vivir juntos, pues el no poder predecir a las otras personas produciría el caos total; por ejemplo, piénsese en el problema de guiar un automóvil si no pudiera predecirse con razonable exactitud la conducta de los otros conductores. Desde luego, en ocasiones nos equivocamos en nuestras predicciones y sobrevienen accidentes; sin embargo, gran parte del tiempo nuestras predicciones resultan correctas, como lo son en otros aspectos de la vida social. 5
Antes de pasar a detallar otras partes de nuestra definición, un segundo punto merece mención: el tocante a la meta de poder controlar la conducta. Cuando se habla de control suele traerse a la mente del estudiante un estado policiaco o una sociedad tipo 1984. Desde luego, el control o la reglamentación pueden obviamente causar efectos negativos o perjudiciales; pero gran parte de nosotros estaremos de acuerdo en que convendría eliminar de la vida humana sucesos como las guerras, las enfermedades y el retardo mental, la pobreza, el prejuicio, el racismo. Cuando el psicólogo social habla del valor de poder controlar la conducta humana, está pensando en objetivos de este tipo. Primero, necesitamos comprender las causas; o, en otras palabras, poder predecir con exactitud la conducta humana. Cuando se logren realizar tales predicciones, estaremos en situación de regular o de controlar la conducta para lograr metas como las mencionadas con anterioridad.
En nuestra definición, por conducta nos referimos a aquellos actos de un organismo susceptibles de ser observados, registrados y estudiados. La conducta es siempre el punto de partida en cualquier estudio psicológico, pero con base en la conducta solemos deducir procesos imposibles de estudiar directamente, como son la motivación o la percepción. Es necesario mencionar aquí que el término conducta no se encuentra limitado a los actos verbales. En muchos casos, la verbalización realizada por los sujetos humanos proporciona datos para realizar investigaciones psicológicas. Al igual que sucede con otras conductas, las verbalizaciones suelen proporcionar un punto de partida para hacer deducciones respecto a procesos o atributos fundamentales. (Whittaker, 2001)
La parte final de nuestra definición que necesita una mayor explicación se relaciona con el enunciado de que nos interesa la conducta que está influida o afectada por estímulos sociales, como son otras personas o los productos de la cultura. Por otras personas nos referimos tanto a individuos como a grupos. Por ello, el psicólogo social estudia relaciones interpersonales como las existentes entre hermanos, entre jefe y empleado, entre doctor y paciente, entre madre e hijo, etc. Además, se estudia al individuo como partícipe en situaciones de grupo. Incluimos en esto situaciones intra e intergrupo, así como situaciones sociales donde participan personas que no constituyen grupos. Finalmente, al psicólogo social le interesan los efectos de los aspectos materiales y no materiales de la 6
cultura. Por aspectos materiales nos referimos a productos tangibles como aeroplanos, ciudades, televisores y la bomba atómica. Por aspectos no materiales nos referimos a cosas como el lenguaje, los valores, las normas sociales, etc. (Whittaker, 2001)
1.2. Principales Sistemas Psicosociales. Las relaciones sociales de los individuos constituyen el sistema psicosocial en las organizaciones.
La atmósfera general es afectada por muchas variables, algunas
integrales, otras periféricas. La cultura social establece un marco de referencia global; las costumbres y habilidades tienen un impacto; y muchas variables son peculiares de organizaciones específicas. La tecnología y la estructura afectan; el clima organizacional, así como lo hacen la moral y actitud de los empleados. Las ciencias del comportamiento (Antropología, Psicología y Sociología) han contribuido significativamente al conocimiento básico y entendimiento de los sistemas psicosociales organizacionales. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) La unidad básica para el análisis en las organizaciones es el individuo. Comprender qué motiva la conducta individual hacia la productividad es un requisito básico para el éxito administrativo. Los individuos se relacionan entre sí de maneras sistemáticas dentro de la organización.
Los sistemas de status social proporcionan el marco de referencia para
este análisis, que puede llevarse a nivel organizacional. Cada puesto o nivel tiene su papel relacionado, un patrón de comportamiento que se espera de cualquier miembro. El entendimiento de la conducta individual es muy compleja; sin embargo, la atmósfera organizacional se hace aún más compleja cuando se toma en cuenta la dinámica de las relaciones interpersonales en pequeños grupos. Los grupos pequeños median entre las organizaciones y los individuos. Mientras que los sistemas formales de status y papel proporcionan relaciones relativamente definidas para los miembros de la organización, muchas relaciones informales son evidentes, inevitables y necesarias. Dada la complejidad del sistema psicosocial en las organizaciones, la administración se encarga de cualquier manera, de la coordinación de actividades hacia el logro del objetivo.
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El sistema psicosocial en cualquier organización es una mezcla de muchos ingredientes. El individuo es la unidad básica de análisis, y aun en sí misma, una persona es una entidad extremadamente compleja. Las relaciones interpersonales, entre dos o entre mucha gente, incrementa esta complejidad. El sistema psicosocial – las relaciones sociales del individuo – puede entenderse en términos de la motivación y conducta que ocurren dentro de un medio que incluye:
Sistema de status y papel
Dinámica de grupo
Sistema de influencia
Liderazgo
Los sistemas de status sirven para estructurar las relaciones sociales y suministran el marco de referencia dentro del cual se puede coordinar el esfuerzo de grupo hacia objetivos. Los sistemas de papel se relacionan íntegramente con el sistema de status. El status tiene que ver con el prestigio relativo a un puesto en una relación estructural dentro de las organizaciones: el papel se relaciona con los patrones de comportamiento identificados o esperados en un puesto dado. Los sistemas de status y papel, junto con la dinámica de grupos, proporcionan el marco dentro del cual opera la motivación que afecta el comportamiento individual. Una vez reconocida la complejidad, los administradores se interesan en desarrollar medios efectivos para influir en el comportamiento, y así lograr el liderazgo para la organización (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006).
1.3. Principio de Equilibrio Hay una tendencia a organizar las simpatías o antipatías hacia las personas en función de nuestras actitudes. El equilibrio en las relaciones interpersonales es un estado emocional placentero que se da cuando dos personas sienten simpatía mutua y tienen una actitud similar (+ ó -) hacia otra persona, objeto o asunto importante (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006). 8
Si hay desacuerdo se produce estado desagradable, que induce bien al cambio de la actitud personal, bien al intento de cambiar la actitud del otro, o bien a considerar que esa persona con es tan simpática como creíamos. Si una persona no nos cae bien, el estar en desacuerdo con ella no produce desequilibrio emocional. Heider postula su teoría del equilibrio cognitivo para explicar el campo de la percepción de las personas en conjunto con los ambientes físico y social. Para comprender de una manera clara lo que el autor propone, es necesario exponer cuales son los elementos que toman parte dentro de su estructura teórica. A continuación se presenta la descripción al detalle: 1. La existencia de una persona “p” con conductas que representan el objeto de atención 2. La presencia de una segunda persona, expresada mediante la letra “o” 3. Un último elemento “x” que puede tomar la forma de un acontecimiento, objeto físico, estimulo. En ocasiones la pres encia de una persona “q” puede tomar el lugar de “x” . (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
Por otra parte, el tipo de juicios que relacionan a “p” con cualquier otro elemento del ambiente “o”, “x” “q”, puede ser de dos f ormas:
1. De sentimiento: Denota una preferencia, positiva o negativa, por el objeto. 2. De unidad: Denota una relación de asociación o disociación con el objeto según los principios gestaltistas de semejanzas, proximidad o pertenencia (asociación) o de discrepancia, lejanía o no pertenencia (disociación). (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
Heider, a su vez, expone dos tipos de relación entre la persona y el entorno: 1. Relación diádica: Está conformada solo por dos personas 2. Relación triárquica: Esta con Esta conformada por personas y objetos externos (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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Para analizar el carácter positivo o negativo de cualquier relación, es necesario tener en cuenta los elementos relevantes de la configuración cognitiva y cuáles son los signos de la relación entre los elementos. Posteriormente, se debe multiplicar los signos para saber si el resultado es positivo (equilibrio) o negativo (desequilibrio). En relación con lo anterior, el autor considera que las relaciones equilibradas son psicológicamente estables y confortables para el sujeto, mientras que las relaciones desequilibradas producen tensión, lo cual las establece como inestables, desagradables y abiertas al cambio. Por último, Heider establece las 3 vías principales para restablecer el equilibrio en una relación, las cuales son: 1. La inversión del signo de una de las unidades de sentimiento o relación. 2. La diferenciación de dos aspectos, atributos o características de la persona o del objeto de actitud y la elección del que en relación con los demás no produzca desequilibrio. 3. La transformación de la unidad de sentimiento o de relación en una unidad nula (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006). 1.4. Cooperación y Competencia La negociación interpersonal es una de las tantas actividades de las que generalmente formamos parte sin siquiera darnos cuenta. El Experimento de Moran Deutsch y Robert Krauss investigó dos factores centrales en la negociación, a saber, cómo nos comunicamos unos con otros y el uso de las amenazas (Napier & Gershenfeld, 2005). Para resolver el conflicto, existen dos orientaciones básicas que las personas pueden seguir para participar en negociaciones: cooperativa o competitiva. Estos dos estilos de conflicto difieren de tal manera que en uno de ellos ambas partes parecen salir con ventaja mientras que en el otro el resultado es ganar/perder. En todo conflicto, para poder llegar a una resolución, tanto la cooperación como la competencia son necesarias. Morgan Deutsch y Robert Krauss investigaron el uso de las amenazas y cómo se comunican las personas en una negociación interpersonal. (Napier & Gershenfeld, 2005). 10
A continuación se muestran algunos descubrimientos del estudio de Deutsch y Krauss: 1) La competitividad de la gente tiende a superar la comunicación efectiva entre ambas
partes, ya que ambas partes no quieren estar en el lado perdedor. 2) El estilo de negociación cooperativa presenta las siguientes características:
Una comunicación efectiva, donde se verbalizan las ideas, los miembros del grupo se prestan atención entre sí, aceptan sus ideas y luego se ven influenciados por ellas. Estos grupos tienden a tener menos problemas para comunicarse con otros y para entenderlos.
La amabilidad, buena voluntad y menos obstruccionismo se expresan en las conversaciones. En general, los miembros tienden a estar más satisfechos con el grupo y sus soluciones, y también quedan impresionados con las contribuciones de los demás miembros del grupo.
La coordinación de esfuerzos, la división del trabajo, la orientación hacia el logro de tareas, la disciplina en la discusión y la alta productividad tienden a estar presentes en grupos cooperativos.
El sentimiento de acuerdo con las ideas de los demás y un sentido de similitud básica en las creencias y valores, así como la confianza en las ideas propias y en el valor que otros miembros ponen en esas ideas se obtiene en grupos cooperativos.
La voluntad de aumentar el poder del otro para lograr los objetivos y la expansión del otro. Cuando se fortalecen las capacidades de los otros en una relación de cooperación, tú también te fortaleces y viceversa.
La definición de los intereses en conflicto como un problema común a resolver por medio de un esfuerzo de colaboración facilita el reconocimiento de la legitimidad de los intereses del otro y la necesidad de buscar una solución que responda a las necesidades de todos. Esto tiende a limitar el alcance de los intereses en conflicto y a mantener los intentos por influir en los demás en formas aceptables de persuasión.
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3) Por otro lado, el estilo de negociación competitiva tiene las siguientes características:
La obstrucción de la comunicación, ya que las partes en conflicto intentan obtener una ventaja engañándose entre sí a través de falsas promesas y desinformación. En última instancia, la comunicación se reduce ya que las partes se dan cuenta de que no pueden confiar en el otro.
El obstruccionismo y la falta de buena voluntad conducen a actitudes negativas mutuas y a sospechas sobre la intención del otro. La percepción del otro tiende a enfocarse en las cualidades negativas de la persona y en ignorar sus aspectos positivos.
Las partes no pueden dividirse efectivamente su trabajo y terminan duplicando los esfuerzos. Cuando lo dividen, sienten continuamente la necesidad de controlar el trabajo del otro.
Los desacuerdos y el rechazo crítico de ideas es constante y reduce la confianza de los participantes hacía ellos mismos y hacia los demás.
Las partes en conflicto tratan de aumentar su propio poder y ven como una amenaza el aumento de poder de la otra parte.
El proceso competitivo fomenta la idea de que la solución del conflicto sólo puede ser impuesta por un lado sobre el otro. También promueve el uso de tácticas coercitivas, como las amenazas y la violencia psicológica o física. Este proceso tiende a ampliar la gama de cuestiones controvertidas y convierte el conflicto en una lucha de poder, en donde cada lado trata de ganar completamente. Este tipo de intensificación eleva la importancia motivacional del conflicto para los participantes y los hace más propensos a aceptar un desastre mutuo en lugar de una derrota parcial o un acuerdo. (Napier & Gershenfeld, 2005)
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1.5. Teoría del Cambio Se puede definir el cambio social como las transformaciones de las condiciones de vida de los grupos humanos, de su estructura y de su sistema de valores. Cuando se analiza un proceso de cambio social es preciso responder a ciertas preguntas: ¿Qué es lo que cambia? ¿Cómo cambia? ¿Cuál es el ritmo de cambio? ¿En qué dirección se produce? ¿Cuáles son los factores objetivos y subjetivos del cambio? (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Así, tomando como ejemplo el cambio ocurrido en la familia desde los tiempos primitivos hasta los actuales, desde la familia extensa a la familia nuclear, podemos observar el distinto ritmo en los tiempos antiguos, más lento, y en los modernos, más rápido, sobre todo desde la revolución industrial, que implicó el que se incorporasen las mujeres al mundo del trabajo y que decreciera, de manera correspondiente el número de hijos. A lo que también contribuyó el desplazamiento geográfico y la emigración, etc. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Dentro de los procesos de cambio social hay que distinguir varios conceptos: desarrollo, progreso, evolución social y revolución. Desarrollo: Significa un incremento en la dimensión y en la complejidad de un
fenómeno social o económico. Va muy unido a un proceso cuantitativo.
Progreso: Va muy unido a un proceso cualitativo. Es un incremento en la riqueza cualitativa de la vida social, en el mejoramiento de las condiciones de vida de una sociedad. Así, podría darse desarrollo y no progreso.
Evolución social: Conjunto de transformaciones que conoce una sociedad durante un largo período de tiempo. Se asocia a un cambio lento.
Revolución: Se asocia a un cambio rápido. Es la ruptura violenta y rápida con la situación establecida. Desde el punto de vista político, será la ruptura violenta con el orden político y social vigente (p.e., la Revolución Francesa). Pueden producirse revoluciones incruentas, otras pueden ser científicas, técnicas, religiosas, etc., cuando los conocimientos, innovaciones y creencias producen un cambio radical en los diferentes espacios donde se opera (ej: la ciencia y la revolución que supuso la teoría de la relatividad).
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Tanto el desarrollo, como el progreso, la evolución social y la revolución; como sus contrarios: el retroceso, la regresión, la involución social y la contrarrevolución son aspectos que se incluyen en el cambio social, ya sea en una dirección hacia delante o hacia atrás en el proceso. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) En los dos últimos siglos, período que se ha dad o en llamar de la “modernidad”, se ha producido una gran aceleración en la velocidad del cambio social. El análisis de este fenómeno es muy complejo, pero pueden indicarse tres factores implicados en este hecho: a) Las influencias Económicas: En el nivel económico, la influencia de más largo alcance es el efecto del capitalismo industrial, porque éste implica la expansión constante, de la producción y la siempre creciente acumulación de riqueza. El desarrollo capitalista promueve la revisión constante de la tecnología de la producción, en la cual, la ciencia se emplea de forma progresiva. El desarrollo de la industria moderna acabó con el carácter local de la producción tradicional, integrando a productores y consumidores en una división del trabajo que ha llegado a ser verdaderamente mundial por su alcance en la actualidad. El desarrollo del capitalismo industrial alteró los modos de vida de las gentes, incrementando la vida en las ciudades como consecuencia del éxodo rural. b) Las influencias Políticas: La lucha entre las naciones por la expansión de su poder, el incremento de su riqueza, y el triunfo militar de unas sobre otras, han sido causas importantes del cambio durante los dos o tres siglos anteriores. Las dos guerras mundiales producidas en el siglo XX son un buen ejemplo de la devastación de países, de su reconstrucción, de cambios institucionales, de ampliación de nuevas tecnologías de guerra y de cambios internos y externos en la economía y en la política. A esto hay que unir las series de revoluciones que se han producido en los dos últimos siglos: la Revolución Francesa, la de los EE.UU., la Revolución Rusa, la Revolución China, etc. c) Las influencias Culturales: También han sido importantes en los procesos de cambio de la sociedad moderna; el desarrollo de la ciencia y la secularización del pensamiento han constituido factores decisivos e innovadores en el cambio de la mentalidad moderna. Ya no se supone, como en el pasado, que la costumbre, la tradición, o la 14
autoridad, son fuentes seguras de conocimiento. Por el contrario, se recurre a un fundamento racional, a pruebas y experimentos que demuestran las afirmaciones. El contenido de las ideas y valores va cambiando también considerablemente. Los ideales de mejora personal, de libertad, igualdad y participación democrática son ideas vitales desarrolladas en los dos últimos siglos, y tales ideas y valores han movilizado procesos de cambio político y social de gran alcance, promoviendo incluso revoluciones trascendentales (ej.: las ideas de Rousseau y Montesquieu están en la base de la Revolución Francesa). (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Aunque estas ideas y valores se han desarrollado inicialmente en occidente, han llegado a tener un alcance universal en su aceptación y en su aplicación, promoviendo el cambio socio-político en la mayoría de las regiones del mundo. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad I 1. Elabora Material en Power Point sobre “Los Principales Sistemas Psicosociales.” 2. Mapa Semántico sobre “Los Aspectos Fundamentales de la Psicología Social”. 3. Participa en el Foro “La Cooperación y la Competencia como formas de Coexistencia Social”. 4. Responde el Cuestionario de la Unidad.
Síntesis de la Unidad I A través del estudio de la psicología social podemos comprender de una manera más completa el comportamiento humano no solo en lo individual, sino sobre todo en lo concerniente a su identidad colectiva, lo que constituye una gran parte de
su
comportamiento como sujeto en lo individual. Elementos como el prejuicio, la opinión, la identidad y la motivación constituyen el paradigma por el que construye una identidad, y dichos elementos deben comprenderse si se desea colaborar en la creación de una personalidad sana y completa, misma que constantemente será reconfigurada con las experiencias de vida a las que sea expuesto. En esta unidad se puede constatar que la psicología social como tal, es una disciplina muy compleja, por lo que un solo esbozo general de ella tiene limitaciones evidentes; sin embargo, es una buena introducción para aquellos que de alguna manera u otra pretendemos colaborar en el desarrollo de las potencialidades del ser humano en su esfera individual y comunitaria.
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UNIDAD II CONTEXTO SOCIAL Objetivo de la Unidad: Identificar como se organizan y estructuran los grupos humanos y conocer los conceptos de los elementos que intervienen en el proceso social. 2.1. El Contexto Social de la Vida Humana Se llama sociedad al grupo mayor al que pertenece cualquier individuo. La sociedad está compuesta por una población de ambos sexos, y de todas las edades, organizada para cumplir distintos propósitos: a) Mantener el funcionamiento biológico de los miembros del grupo b) Reproducirse, para que el grupo tengas nuevos miembros c) Socializar a los nuevos miembros para que funcionen como adultos d) Producir y distribuir los bienes y servicios necesarios para la vida e) Mantener el orden dentro del grupo y entre el grupo y las personas ajenas a él; y f) Definir el significado de la vida y mantener la motivación de supervivencia, así como dedicarse a actividades necesarias para esta última. (Whittaker, 2001) Además, en una sociedad el individuo tiende a compartir con los demás varias creencias, actitudes y formas comunes de actuar. (Whittaker, 2001) Por otra parte, la cultura significa los conocimientos, creencias, artes, valores morales, leyes, costumbres y cualquier otra capacidad y hábito que le hombre haya ido adquiriendo como miembro de una sociedad. Como se ve, sociedad y cultura son conceptos íntimamente relacionados. Ninguna cultura puede existir sin una sociedad y al revés, al menos tal sucede con el hombre donde no hay sociedad sin cultura. Por lo mismo, sociedad significa la organización y la estructura de los grupos más grande donde viven los seres humanos, mientras que cultura se refiere al contenido o a los productos resultantes de tales organizaciones; o por decirlo de otro modo, la sociedad es un pueblo, mientras que la cultura no es un pueblo, sino maneras de actuar. (Whittaker, 2001)
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2.1.1. Conceptos Básicos (sociedad, clase, casta, etc.) Una clase social está compuesta por varios individuos pertenecientes a una sociedad, quienes comparten un estatus distintivo y quienes, mediante el funcionamiento de los papeles asociados con este estatus, adquieren conciencia de que tienen intereses comunes, opuestos a los rasgos e intereses de otros grupos. En tal definición, el término estatus significa la posición social de un individuo respecto a otros miembros de su sociedad o grupo, mientras que la palabra papel significa la conducta usualmente asociada con un estatus particular. Entre los científicos de la conducta no hay un acuerdo unánime respeto a si las clases sociales son clasificaciones válidas; sin embargo, se ha venido empleando el término ampliamente en muchas investigaciones. Para algunos, clase social es sinónimo de estatus socio-económico, el que está compuesto de ocupación, ingresos y educación (Whittaker, 2001). Cuando las clases sociales están determinadas por la herencia o por el requerimiento de que la persona se case únicamente dentro de su propio grupo, las llamamos castas. Al menos en teoría, a un individuo le es imposible escapar de su casta, mientras que, por otra parte, en algunas sociedades es relativamente fácil pasar de una clase a otra. Las castas se originaron en la India hace más de 3000 años como un medio para que los conquistadores de piel blanca venidos del centro de Asia, los Arios, controlarán a los Drávidas, de piel más oscura y que vivían en el subcontinente; de hecho, la palabra sánscrita para casta significa color. (Whittaker, 2001)
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2.1.2. Naturaleza de los Grupos Humanos La vida de prácticamente todos los seres humanos está caracteriza porque se encuentran afiliados con otros seres humanos en grupos. No solo ocurre que el hombre típico sea miembro de una sociedad y de una clase social particulares, pues en las sociedades complejas también es parte de muchos otros grupos y organizaciones. Además, casi todos están afiliados a varios grupos pequeños e informales de amigos íntimos. Las pruebas surgidas de investigaciones hechas por psicólogos sociales en los últimos sesenta años indican claramente que la pertenencia a grupos afecta de manera diferencial a la conducta: o por decirlo de otro modo, el ser humano como individuo no se comporta igual cuando está solo que cuando está en presencia de otros. Los primeros intentos sistemáticos por describir el modo en que la conducta individual se ve afectada por otros resultan bastante ingenuos. Allport de preocupaba de averiguar si la presencia de otros individuos facilitaba el desempeño de un sujeto o interfería con éste; descubrió que la cantidad y el vigor de las respuestas aumentaba cuando el individuo trabajaba en presencia de otros, pero al mismo tiempo afectaba la calidad del trabajo. Zajonc ha revisado varios estudios sobre la facilitación social que se concentraban en cómo afectaba a la conducta la presencia de espectadores pasivos y la presencia de otras personas activamente dedicadas a la misma tarea; concluyó que la presencia de espectadores facilita la ejecución, pero inhibe el aprendizaje. (Whittaker, 2001)
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2.1.3. Variables que Afectan la Conducta Social. De los resultados obtenidos en la infinidad de experimentos, sabemos que no es la simple presencia o ausencia física de otras personas lo que afecta la conducta del individuo. Tienen tremenda importancia factores como las relaciones entre los participantes. Se han resumido las variables que afectan la conducta en las situaciones sociales (Whittaker, 2001): 1.-Variables relacionadas con los individuos participantes: a) Relacionadas con las características de los individuos, como el número de personas, edades, nivel de educación, logro profesional, etc. b) Variables relacionadas con la composición de los participantes en la situación respecto a homogeneidad en la raza, la religión, la clase, etc. c) Variables asociadas a las relaciones interpersonales que existen entre los participantes: ¿Se conocen entre sí? ¿Son amigos o enemigos? ¿Son miembros de un grupo? 2.-Variables en lo que respecta a las características de la tarea, el problema, la ocasión que se trate. ¿Es clara o ambigua? ¿Fácil o compleja? ¿Existen modos o prácticas ya establecidas para manejar el problema? 3.-Variables que pertenecen a la situación o las circunstancias que lo rodean. Incluyen la atmósfera general de los elementos de interacción de que se disponga respecto al problema en cuestión y a la presencia o ausencia de otras personas relacionadas con la tarea. 4.-Variables que tocan a la relación de cada individuo participante en lo particular con los tres grupos anteriores de variables. Por citar algunos, el logro con el problema, el grado en que resista estar envuelto en el problema, su actitud hacia los otros participantes, entre otros. (Whittaker, 2001) 20
2.1.4. Propiedades fundamentales de los Grupos Tal como lo usan gran parte de los psicólogos sociales, el término grupo significa un conjunto de personas con ciertas características; primera, quienes componen un grupo tienen alguna motivación en común, causa de que se hayan unido y de que continúen juntos. Además, la motivación es de tal naturaleza que exige la interacción de quienes componen el grupo para que logren una meta en particular o satisfagan alguna necesidad. En segundo lugar cuando por un lapso la gente interactúa para satisfacer algún motivo común, surgen expectativas recíprocas acerca de la conducta. Los miembros del grupo adquieren sus diferentes estatus o posiciones sociales en referencia a otros miembros; juntas, las relaciones de estatus y papel que caracterizan a los grupos reciben el nombre de estructura u organización. (Whittaker, 2001) En los grupos las personas tienden a desarrollar normas de conducta que se conocen como normas sociales las cuales constituyen creencias o valores compartidos, que gobiernan la conducta de los miembros del grupo. Finalmente, los grupos afectan de modo distinto a la conducta de los miembros que lo componen, es decir, quienes pertenecen al grupo no se comportan igual cuando están solos que cuando se encuentran en presencia de otros miembros. En otras palabras, la posición o estatus que se tenga en el grupo, junto con el papel con esto relacionado, determinan la conducta. (Whittaker, 2001)
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2.2. Tipos de Grupos Ya habiendo diferenciado grupos de lo que se pueden conocer como situaciones sociales transitorias, categorizaremos los diferentes tipos de grupos: a) Grupos formales y grupos informales: Se suele diferenciar entre los grupos organizados informalmente y los organizados formalmente. Estos últimos presentan una
jerarquía de estatus explicita, para la que han elegido funcionarios o
representantes, y normas y reglamentos que gobiernan la conducta de los miembros; los primeros no tienen tales funcionarios, ni tampoco un código de conducta escrito. No obstante, sean formales o informales, todos los grupos tienen una estructura que consiste en relaciones de estatus y de papeles y en normas sociales que afectan a la conducta de los miembros. Además, todos los miembros de un grupo comparten cierta motivación común y tienden a comportarse de modo diferente en las situaciones de grupo y cuando están solos. Otro punto importante es que los grupos informales a menudo se formalizan con el paso del tiempo. Muchas organizaciones formales de hoy día tuvieron inicios informales. También es necesario recordar que los grupos formales suelen incluir en sí varios grupos pequeños e informales.
b) Grupos de referencia y grupos de pertenencia: Por lo examinado debe ser obvio que los grupos a los cuales pertenecemos suelen afectar a nuestra conducta de un modo considerable. El ser miembro respetado de un grupo particular conlleva cierto grado de nuestra disposición a aceptar y obedecer las normas sociales de dicho grupo, sean explícitas o implícitas. Existen sin embargo diferencias entre los grupos de referencia, que son con los que el individuo se identifica psicológicamente, en contraste con aquellos a los que pertenece pero con los que no necesariamente se identifica. No es necesario ser miembro de un grupo particular para identificarse con él, y por lo mismo, no necesariamente hay identificación con aquellos grupos de los que se es miembro. (Whittaker, 2001)
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2.3. Cultura y Personalidad
La cultura se concibe como un conjunto de componentes de conocimiento: denotativo (lo que es) y connotativo (lo que debería ser). Estos indicadores son compartidos por un grupo de personas que tienen una historia común y participan de una estructura social. Así, en todas las culturas podemos distinguir símbolos, normas, valores y creencias. Este apartado tratará de profundizar en estos aspectos, presentando investigaciones sobre estas cuestiones. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Definir el concepto de personalidad de forma exhaustiva es una tarea difícil, ya que incluye aspectos internos y externos del individuo y las relaciones existentes entre ellos. Una conceptuación completa debería hacer mención a cuatro ideas clave que son las siguientes (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012): 1.-Estabilidad. Los contenidos de la personalidad son relativamente constantes a lo largo del tiempo, puesto que, sin cierto grado de permanencia, no se podría predecir la clase de persona que uno será en el futuro, pero no anulan las posibilidades de cambio de la persona. 2.-Interioridad. La personalidad es como un almacén subjetivo de patrones de actuación que avalan la idea de su innegable influencia en la conducta humana. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) 3.-Coherencia. La actuación del individuo muestra cierta coherencia entre sus disposiciones internas y sus respuestas a las exigencias del ambiente. 4.-Diversidad. La personalidad es única en cada individuo, pues aunque consta de ciertas características universales, comunes a todos, también tiene rasgos particulares diferenciables; todos podemos experimentar estrés, pero sus manifestaciones son diferentes en cada uno de nosotros. Una vez definida la personalidad, es conveniente diferenciarla de dos conceptos que con frecuencia se utilizan como sinónimos de la misma: el temperamento y el carácter. El temperamento puede ser considerado como la parte biológica de la personalidad. El temperamento tiene que ver con la dimensión emocional del individuo, que incluye la 23
susceptibilidad a la estimulación, la espontaneidad, la fuerza, la celeridad de respuesta, el estado de humor preponderante y sus fluctuaciones. Estos fenómenos se asocian con la estructura constitucional del sujeto y son fundamentalmente heredados. Por su parte, el carácter se refiere al grado de adherencia de un sujeto a los valores y costumbres de la sociedad en la que vive. Se puede interpretar el carácter como los motivos y disposiciones que dan estabilidad a la conducta social del individuo partiendo de cinco dimensiones: a) El conocimiento de los principios que rigen la sociedad b) La empatía, o identificación mental y afectiva con otros c) La autonomía, regulación de la conducta con un sentido personal del deber d) El juicio moral, la manera de involucrarse en la sociedad conforme a los criterios personales o siguiendo las normas establecidas e) La socialización, como mandato personal de respeto a las normas, idearios y prohibiciones de la sociedad. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
2.3.1. Principales Enfoques de Personalidad Los enfoques teóricos que se han elaborado sobre la personalidad tratan de dar una imagen coherente de los seres humanos y de sus estructuras y procesos psicológicos así como un perfil de las diferencias existentes entre ellos. Unos se centran más en la comprensión que en la predicción y el control de la conducta, pero todos intentan explicar la forma de actuar de los individuos. Existen diversos planteamientos, algunos más específicos y clásicos y otros más integradores y actuales. Los primeros incluyen las perspectivas psicoanalítica, de los rasgos, del aprendizaje sociocognitivo y humanista. Los segundos tienen que ver de manera especial con el modelo biosocial de Millon y el neurobiológico de Cloninger, que han surgido en el entorno científico de las neurociencias. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
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Enfoques clásicos: Los enfoques que en este capítulo se han denominado clásicos por razones de organización de la información, contemplan el estudio de las variables intrapsíquicas del individuo, las interindividuales y las contextuales. En ellos encontramos:
La teoría del psicoanálisis de Freud
Las teorías de los rasgos de Allport, Cattell y Eysenck
Las teorías del aprendizaje social de Bandura y Mischel
Las teoría humanista de Roger
Enfoques integradores: Con el epígrafe de enfoques integradores se quiere llamar la atención sobre dos desarrollos teóricos que pretenden sintetizar aportaciones de otros estudios previos. Estos son:
El modelo de aprendizaje social de Millon
El modelo neurobiológico de Cloninger (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
2.4. Normas de Conducta Una de las características más importantes de todos los grupos es la creación de normas sociales, líneas de conducta que regulen el comportamiento y la experiencia de los miembros de un grupo, al menos en cuestiones de importancia para éste. Las normas no solo son importantes para comprender las actitudes y el cambio de actividad, sino también para comprender la motivación, el funcionamiento cognoscitivo, la socialización y muchos otros temas de importancia para la psicología social. Las normas sociales se refieren a todos los productos de la interacción social compartidos por los participantes y que reglamentan sus conductas como individuos; muchas normas representan lo que, quienes las comparten, consideran lo ideal. (Whittaker, 2001)
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2.4.1. Conceptos y Clasificación Las normas sociales pueden ser formales y explícitas o informales e implícitas. Las normas suelen ser mecanismos conservadores que tienden como regla a mantener el status quo dentro del grupo. Su función es proporcionar el impulso para mantener al grupo en el curso que inicialmente ha adoptado. Por ello resultan de un valor funcional considerable en mantener la organización de un grupo, preservar la estabilidad de su estructura y guiarlo por la ruta que lo lleve a sus objetivos. Normas y valores se parecen mucho, sin embargo los valores no son normas, son más bien costumbres sociales. Otro punto de importancia es que no suelen prescribir una conducta específica, sino que expresan los límites permitidos a la variabilidad de la conducta. Además, aceptan variaciones para los diferentes individuos de un grupo, y para todos los miembros de un grupo en un periodo. Finalmente, toda norma social conlleva algún tipo de sanción o forma de recibir retribución utilizada por el grupo cuando hay violación o desviaciones, y dependen de la importancia que la norma tenga para el grupo, y ser concretas y explícitas, como las sentencias para el asesinato y la violación; o generales e implícitas, como el ridículo o la burla pública. (Whittaker, 2001)
2.4.2. Fuerzas que Influyen en la Aceptación de las Normas. El proceso por el medio del cual un grupo presiona a sus miembros para que se conformen a sus normas o por el cual un miembro manipula las conductas de los demás es el proceso de control social. Algunos grupos pueden ejercer presiones legítimamente para uniformar la conducta o las actividades de los miembros; otros ejercen influencia en los miembros sin que estos estén conscientes de lo que ocurre. En el caso de aquellos que interactúan frecuentemente aunque sin crear ninguna estructura formal, ejercen influencia en los estándares de sus grupos informales y pueden tener un efecto importante en la conducta de los miembros.
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Si las normas de grupo son compatibles con las normas y metas del individuo, esa persona se conformará a las normas del grupo. Sin embargo, si un individuo encuentra que su conducta se aparta de las normas del grupo, tiene cuatro opciones: conformarse, cambiar las normas, mantenerse apartado o abandonar al grupo. Básicamente hay dos clases de fuerzas que inducen al individuo a conformarse. A un conjunto de éstas se les puede concebir como fuerzas interpersonales; es decir, las basadas en conflictos intrapersonales. Al segundo conjunto puede considerársele como fuerzas externas, es decir, fuerzas inducidas por otras personas que pretenden influir directamente en la persona. (Napier & Gershenfeld, 2005)
2.5. Percepción Sobre la percepción se ofrecen diversas definiciones que han ido evolucionando hacia la implicación de las experiencias y los procesos internos del individuo. El planteamiento ecologista de Gibson defiende la teoría de que la percepción es un proceso simple; en el estímulo está la información, sin necesidad de procesamientos mentales internos posteriores. Dicho planteamiento parte del supuesto de que en las leyes naturales subyacentes en cada organismo están las claves intelectuales de la percepción como mecanismo de supervivencia, por tanto, el organismo sólo percibe aquello que puede aprender y le es necesario para sobrevivir. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Según la psicología clásica de Neisser, la percepción es un proceso activo-constructivo en el que el perceptor, antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio, que le permite contrastar el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecue o no a lo propuesto por el esquema. Se apoya en la existencia del aprendizaje. Para la psicología moderna, la interacción con el entorno no sería posible en ausencia de un flujo informativo constante, al que se denomina percepción. La percepción puede definirse como el conjunto de procesos y actividades relacionados con la estimulación que alcanza a los sentidos, mediante los cuales obtenemos información respecto a nuestro hábitat, las acciones que efectuamos en él y nuestros propios estados internos. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) 27
2.5.1. Selectiva, Individual, de Grupo. Cada percepción y su interpretación respecto a prácticamente cualquier evento, se basan en una combinación de experiencias previas, necesidades del momento y propiedades inherentes de la escena que se percibe. Partimos de la suposición de que distorsionamos y luego construimos una realidad con base a esas distorsiones. Cuando los individuos se unen a un grupo cambian; ya no son las mismas personas que eran antes de convertirse en miembros del mismo. Una vez que forman parte del grupo muestran y expresan comportamientos diferentes a sus comportamientos fuera del mismo. Un factor poderoso que altera la individualidad de la gente en los grupos es la ansiedad; basada en las incertidumbres internas y en las ambivalencias que surgen de la modificación repentina de papeles. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) La teoría del análisis transaccional sugiere que basándonos en experiencias tempranas, la gente decide asumir una posición ante la vida. De ese momento en delante, son influidos por sus posiciones ante la vida en cuanto a la manera que piensan, sienten, actúan, perciben y se relacionan con los demás. Al crecer cumplimos nuestras propias profecías mediante la ejecución de la posición psicológica de buscar el agrado de los demás. Si bien, es difícil elaborar un análisis de estos pensamientos inconscientes cuando nos encontramos solos, lo resulta mucho más difícil cuando estamos rodeados de otras personas. A diferencia de la teoría del análisis transaccional, la teoría del desarrollo asegura que nuestra percepción del mundo continuamente se está modificando. Piaget descubrió que las observaciones de los niños difieren considerablemente de la de los adultos, y que la cognición y la percepción se desarrollan en etapas secuenciadas en el transcurso de la infancia y la adolescencia. Por lo tanto, para esta teoría, el comportamiento dentro de un grupo está totalmente ligado al desarrollo, puesto que percibimos los grupos de manera diferente a distintas edades y al transcurrir el tiempo que pasamos dentro de ellos. El ambiente donde nos desarrollamos, también afectan nuestra percepción de la realidad y el contexto cultural en el que se lleva a cabo la experiencia, también tiene su efecto profundo en la misma. Con
frecuencia no estamos conscientes de las influencias
poderosas que actúan sobre nuestra percepción. Un grupo de personas representa 28
diversos grados de aceptación y de rechazo. A partir de esta compleja colección de estímulos producimos un cuadro de nuestra realidad, y construimos lo que parecen ser respuestas adecuadas; todo esto para mantener la posición e integridad dentro del grupo. Otro de los aspectos que afectan nuestra percepción es el llamado efecto de halo, el cual es el sentimiento global acerca de un individuo para influir en las evaluaciones de los atributos de dos personas distintas. Las personas tienden a confiar en sus primeras suposiciones acerca de las causas de la conducta en vez de hacerlo en su introspección directa. Por lo tanto, todos los auto reportes son cuestionables debido a que la gente no sabe por qué los hace, pues incluso cuando pensamos que estamos haciendo juicios objetivos, las investigaciones nos demuestran que no es así. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Dentro del grupo los estereotipos individuales se alimentan aparentemente de sí mismos y rápidamente nos inclinamos a quienes creemos que comparten nuestras opiniones. Hacemos nuestras predicciones y después gastamos gran parte de nuestra energía para comprobar que hemos acertado. Los grupos de personas también forman estereotipos sobre el grado de aceptación social. Se discrimina o acepta gente debido a que pertenecen a un grupo en particular. Entre más perciba alguien fuera del grupo a los integrantes como iguales o homogéneos, mayor será la probabilidad de que esta persona generalice el comportamiento de un miembro como típico de todo el grupo. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) La teoría Gestalt estableció varios conceptos sencillos en relación con los estímulos físicos, con la finalidad de entender lo que sucede cuando la gente se reúne. Cuando percibimos un ambiente, ciertos elementos de éste se van al fondo y otros quedan en primer plano, que es lo que compone una escena de nuestras distinta realidades. En forma similar, en un grupo ciertos individuos serán el fondo, mientras que por diversas situaciones, otros formarán la parte central o principal. Otro de los conceptos que fueron analizados por los gestaltistas es el relativo a la tendencia de organizar datos incompletos en todo un significado. Al mirar los participantes de un grupo tomaremos los datos que presentan tales como su voz, su manera de hablar y su atuendo; luego añadiremos nuestros propios estereotipos y de esta forma elaboraremos un cuadro completo de la persona. Tenemos la tendencia de 29
centrarse en un conjunto de estímulos que parezca ser buenos en términos de similitud, para luego ser atraídos hacia los miembros del equipo que tiendan a encajar en nuestra percepción de un “buen” miembro de grupo. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
2.5.2. Comunicación, Factores del Lenguaje, Comunicación en los Grupos Cotidianamente necesitamos predecir la conducta, sentimientos, pensamientos y reacciones de las demás personas, sobre todo cuando nos afectan. La percepción de los demás comprende dos procesos: • La selección, interpretación y resumen del enorme caudal de datos que recibimos; por
ejemplo, podemos resumir gran parte de la información recibida (modo de hablar de la persona que se nos acerca, su vestimenta, conversación, y otros aspectos por el estilo) en el atributo cordial, y olvidar muchos de los otros pequeños detalles. • Ir más allá de la información obtenida, con el fin de predecir acontecimientos futuros.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, percibir a los demás no es una simple tarea de grabación, en la que se registra la realidad tal y como es, sino que es un proceso activo por parte de quien percibe, complejo, en el que influyen las estructuras mentales del perceptor, así como sus motivaciones y valores. Cuando percibimos a otra persona, un aspecto importante que contribuye a la impresión que nos formamos es su conducta verbal: qué dice y cómo lo dice. Sin embargo, tan importante o más para esta impresión puede ser la conducta no verbal, que comprende todas las características de la interacción que no son palabras: señales vocales (tono e inflexión de la voz), expresión facial, mirada, distancia interpersonal, tocamientos, gestos y similares (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) Por formación de impresiones se entiende el proceso mediante el cual se infieren características psicológicas a partir de la conducta, así como de otros atributos de la persona observada, y se organizan estas inferencias en una impresión coherente. Se trata pues, de un paso más allá del simple diagnóstico del estado emocional de la otra persona, o de sus intenciones momentáneas. Tanto la formación de impresiones como la atribución 30
de causalidad, nos permiten ir mucho más allá de la información percibida, incrementan nuestra capacidad de predicción de la conducta de los demás y nuestro sentimiento de control sobre el medio social que nos rodea. Para ejemplificar, supongamos que hemos inferido de la conversación de la persona que se nos ha acercado en la fiesta que es una persona que se encuentra sola, atractiva físicamente, inteligente, de otra ciudad pero que está estudiando en la nuestra, amante de las ciencias ocultas y de escasos recursos económicos. ¿Cómo se combinan todos estos elementos y qué imagen global producen en nosotros? ¿Hay elementos que a nuestro juicio son contradictorios? ¿O son todos coherentes entre sí? ¿Cómo resolveremos las contradicciones en el caso de que las haya? ¿Qué información tiene un efecto más poderoso, la recibida primeramente, en posición intermedia o en último lugar? Estas son muchas de las preguntas a las que han intentado responder los investigadores sobre “formación de impresiones” (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012).
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad II 1. Realiza un ensayo sobre La Influencia de la Cultura en la Creación de una Personalidad e Identidad Propia. 2. Elabora una presentación de PowerPoint que explique los Conceptos Básicos del Contexto Social de la Vida Humana. 3. Participa en el Foro “Las Normas de Conducta S ocial de los Jóvenes M odernos”. 4. Responde al cuestionario de la unidad.
Síntesis de la Unidad II Los grupos humanos tienen diversas particularidades que les identifican, les diferencian y perpetúan y les permiten colaborar con otros para mantener la subsistencia; a través de su estudio se puede corroborar que el gregarismo es una condición netamente humana, por lo que no se debe obviar su estudio si se pretende intervenir eficazmente en la prevención, promoción o manutención de la salud individual o comunitaria. Las diversas concepciones culturales y los contenidos que se van manifestando en los grupos les permiten la trascendencia: como seres humanos, muy pocos individuos pueden aspirar a ser influyentes en su entorno por sus cualidades o incluso por sus actividades. Sin embargo, el conglomerado humano permite, dentro del contexto del grupo, poder permanecer en la memoria colectiva a través de la herencia cultural grupal o bien, por las enseñanzas que de él continúen a través de su progenie o a quienes tuvo posibilidad de educar de forma directa o indirecta.
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UNIDAD III EL GRUPO Objetivo de la Unidad: Identificar algunos factores de la personalidad que influyen en la relación intergrupo. 3.1. Dinámica de Grupo La dinámica de grupo constituye el intento más difundido y de mayor influencia en estos momentos, en el estudio de los grupos, Klineberg sostiene que, no es fácil definir o limitar la importante zona de la dinámica de grupo, la cual en una primera definición de acuerdo a este último autor consistiría en la teoría de la naturaleza de los grupos y de la interacción dentro de los grupos e incluye un cierto número de técnicas. Por otra parte para Knowles, la dinámica de grupo se refiere a las fuerzas que actúan en cada grupo a lo largo de su existencia y que lo hacen comportarse en la forma como se comporta. Son precisamente estas fuerzas las que constituyen el aspecto dinámico del grupo; esto último no es otra cosa que el movimiento, la acción, el cambio, la interacción, la reacción, la transformación que se vive y se experimenta dentro del mismo. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) La interacción o acción recíproca de estas fuerzas y sus efectos resultantes sobre un grupo dado, constituyen su dinámica. En una definición más amplia y desde otra perspectiva; la dinámica de grupo es un campo de estudio, una rama de las ciencias sociales que se dedica a aplicar métodos científicos para determinar por qué los grupos se comportan en la manera como lo hacen. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) El término dinámica implica la noción de unas fuerzas complejas e interdependientes dentro de un campo o marco común. Como podrá concluirse, es importante señalar después de haber revisado algunas definiciones que la expresión dinámica de grupo no siempre se utiliza, por desgracia, en un sentido preciso. Como consecuencia, han surgido expresiones sustitutivas, tales como: procesos de grupo, psicología de grupo, relaciones humanas, que no expresan el término en un sentido exacto. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) 33
3.1.1. Los Enfoques Cognitivos Motivacionales Los psicólogos de la motivación de orientación cognitiva están muy interesados en la secuencia cognición-acción. Algunos de los constructos cognitivos implicados en la motivación y en la secuencia cognición-acción son los siguientes: los planes, las metas, la disonancia, los esquemas, las expectativas, las evaluaciones, las atribuciones. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Los acontecimientos del entorno inciden en los sentidos humanos aportando, vivencias sensoriales que son procesados por el sistema nervioso central. La información es atendida, transformada, organizada, elaborada y tenida en cuenta mientras se recupera de la memoria la información que facilita el flujo del procesamiento de información. Según el significado que le damos a este procesamiento de la información nos creamos expectativas, hacemos planes, etc. Nuestras expectativas, planes y metas son agentes activos que dan lugar a los fenómenos motivacionales porque dirigen nuestra atención y nuestro comportamiento hacia una secuencia de acción en particular. Luego se producen las consecuencias a las que se atiende, evalúa y explican. Esta actividad cognitiva provocada por las consecuencias de la acción se une al flujo del procesamiento de la información en lo que constituiría la regulación cognitiva de la conducta. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) El interés de la psicología cognitiva es doble. El primer interés es estudiar cómo las personas entienden el mundo en el que viven y también se abordan las cuestiones de cómo los seres humanos toman la información sensorial entrante y la transforman, sintetizan, elaboran, almacenan, recuperan y finalmente hacen uso de ellas. El resultado de todo este procesamiento activo de la información es el conocimiento funcional en el sentido de que la segunda vez que la persona se encuentra con un acontecimiento del entorno igual o similar está más segura de lo que puede ocurrir comparado con la primera vez. Cuando las personas hacen uso de su conocimiento construyen planes, metas para aumentar la probabilidad de que tendrán consecuencias positivas y minimizar la probabilidad de consecuencia negativa. Una vez que la persona tiene una expectativa de
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la consecuencia que tendrá un acontecimiento, su actuación conductual se ajustará a sus cogniciones. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) El segundo interés de la psicología cognitiva es cómo la cognición lleva a la conducta. Desde un enfoque motivacional, la cognición es un trampolín a la acción. Para los teóricos cognitivistas, la acción está principalmente en función de los pensamientos de la persona y no de algún instinto, necesidad o pulsión. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) En varias teorías cognitivas está la proposición de que las personas se esfuerzan por que haya una consistencia entre sus elementos cognitivos. Según estas teorías las personas tienen una tendencia a mantener la máxima consistencia entre sus cogniciones y que esto incida en su conducta. Cada vez que una cognición se contradice con otra provoca una inconsistencia que produce una sensación de malestar. Frente a ese malestar, la persona se esfuerza en eliminar o al menos reducir la base de esta inconsistencia. De acuerdo con estas teorías los seres humanos disponen de una serie de recursos para cambiar estos estados tan incómodos. Ante un estado de disonancia, la teoría de la disonancia cognitiva predice que el individuo tomará uno de esos cuatro caminos para resolver la disonancia: 1) cambiar su creencia original, 2) cambiar su conducta, 3) cambiar algún aspecto de su entorno o 4) añadir nuevos elementos cognitivos. La idea más importante es que la disonancia cognitiva produce un motivo por restablecer la consistencia cognitiva y que este motivo se manifiesta de cuatro maneras distintas. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) Los psicólogos cognitivos actuales definen la expectativa como la evaluación subjetiva de la probabilidad de alcanzar una meta concreta. Lo que permite al individuo predecir la probabilidad de que se dé un acontecimiento o una consecuencia es una estructura de conocimiento basada en la experiencia previa. Albert Bandura propuso una popular distinción entre tipos de expectativas al diferenciar entre expectativas de eficacia y expectativas de resultado. La expectativa de eficacia representa el juicio que una persona hace sobre la seguridad que tiene de poder realizar una conducta en particular. Y la expectativa de resultado es la estimación que hace la persona de que la conducta, una vez realizada tendrá un resultado concreto. Ambas son determinantes causales de la iniciación y persistencia de la conducta. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006) 35
Ante las exposiciones repetidas a un acontecimiento en concreto, las personas aprenden hasta qué punto sus conductas influyen o no en los resultados en estos acontecimientos. Cuando una persona tiene una experiencia de imposibilidad de control tendrá dificultades en aprender que esta experiencia no siempre se dará en el futuro. Según Brehm, las personas desean tener la libertad de decidir qué conducta van a realizar en qué momento por lo que cualquier sugerencia, instrucción o favor que sea, puede llegar a entorpecer la libertad de la persona de tomar decisiones propias. Por tanto, el término reactividad se refiere a los intentos psicológicos y conductuales por recuperar una libertad amenazada o eliminada. (Rodrígues, Leal Assmar, & Jablonski, 2006)
3.1.2. La Teoría de la Identidad Social de Grupo El núcleo de la la teoría de la identidad se origina en la idea de que por muy rica y compleja que sea la imagen que los individuos tienen de sí mismos en relación con el mundo físico y social que les rodea, algunos de los aspectos de esa idea son aportados por la pertenencia a ciertos grupos o categorías sociales. Por ello, se propuso que parte del autoconcepto de un individuo estaría conformado por su identidad social, esto es, el conocimiento que posee un individuo de que pertenece a determinados grupos sociales junto a la significación emocional y de valor que tiene para él/ella dicha pertenencia. En las formulaciones iniciales. (Napier & Gershenfeld, 2005) Tajfel postuló que el comportamiento social de un individuo variaba a lo largo de un continuo unidimensional demarcado por dos extremos: el intergrupal, en el cual la conducta estaría determinada por la pertenencia a diferentes grupos o categorías sociales; y el interpersonal, en el que la conducta estaría determinada por las relaciones personales con otros individuos y por las características personales idiosincráticas. Turner y sus colaboradores complementaron las ideas de Tajfel proponiendo el modelo de identificación social y, posteriormente, la Teoría de la Auto-Categorización del Yo (TAC) Según los teóricos de la TIS (Teoría de la Identidad Social), la identificación es elemento suficiente para determinar la percepción subjetiva de la existencia de un grupo y su grado 36
permite clasificar los contextos en los que se desarrollan las conductas a lo largo del continuo personal-social. A este propósito, Eiser pone de manifiesto cómo las definiciones de lo que es o no un grupo dependen, pues, de ese proceso de identificación más que de otro único factor. (Napier & Gershenfeld, 2005). 3.1.3. Liderazgo, Características y Estilo. Gran parte de los psicólogos sociales están de acuerdo en que líder y liderazgo no significan lo mismo, pues lo segundo indica una relación entre dos o más personas en la que una de ellas influye sobre las otras. Por otra parte, líder significa una posición particular, no presentándose necesariamente la relación de influencia que aparece en el término liderazgo; es decir, puede llamarse a un hombre líder sin que ejerza mucho influjo directo sobre otras personas. En los estudios de liderazgo se han investigado dos clases o categorías principales de variables. La primera tiene que ver con las diferencias físicas entre los líderes y sus seguidores la segunda con las diferencias psicológicas. (Whittaker, 2001) Algunos investigadores han informado que en general, los líderes son más saludables que los seguidores y que tienen un nivel de energía superior; pero al igual que con las características físicas de la estatura y el peso, las diferencias no son claras. Cosa muy parecida puede decirse de la apariencia. De la misma manera, se ha investigado mucho sobre la inteligencia, la extroversión, la dominancia y la sensibilidad de los líderes. De todas las características psicológicas estudiadas, se ha visto que la inteligencia es la que con mayor congruencia se asocia al liderazgo. En general, se concluye que los líderes son más inteligentes que sus seguidores, mas no debe existir un margen demasiado grande, lo que dificulta lograr un propósito unificado. Si añadimos la confianza en sí miso a los rasgos asociados al liderazgo, sigue siendo imposible predecir los rasgos psicológicos comunes en todos los líderes. (Whittaker, 2001)
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3.1.4. Teorías del Liderazgo Por lo dicho hasta el momento, se puede deducir que existen al menos tres teorías sobre el liderazgo. Una se centra en el papel del individuo, otra en la situación y una tercera en la interacción entre ambas variables. a) La teoría del gran hombre: En general, se afirma que algunos individuos se vuelven líderes porque desde el momento que nacen presentan ciertas características que los sitúan aparte de sus prójimos. La idea de que los caudillos nacen, no se hacen, encaja muy bien aquí. Se encuentra relacionada con la teoría psíquica del liderazgo, en la que se hace hincapié en rasgos distintivos de la personalidad, aunque en especial se subraye la influencia que sobre el curso de la historia tuvieron individuos mentalmente perturbados. b) La teoría de los tiempos: Esta teoría hace énfasis en la situación o en las circunstancias. Se supone en ella que el liderazgo está determinado en parte por el azar: ocurre que la persona se encuentra en el lugar crítico en el momento crítico. c) Teoría de la interacción: En esta propuesta, se pueden comprender que determinan al liderazgo ciertos rasgos o características del líder en relación a las características o rasgos de sus seguidores, más la situación. Dicho de otra manera, las cualidades personales de los líderes en abstracto no determinan el papel del liderazgo, sino la posición de aquéllos respecto a sus compañeros en las cualidades especiales exigidas por un grupo o cierta situación. (Whittaker, 2001) 3.2. Motivación La motivación ayuda a responder a cuestiones tales como ¿por qué actúan los hombres como lo hacen? ¿Por qué unos trabajan intensamente y otros descuidan sus responsabilidades? ¿Por qué unos se esfuerzan por alcanzar objetivos y otros se muestran indiferentes? ¿Por qué unos arriesgan su vida participando en competiciones difíciles y otros prefieren la comodidad? ¿Por qué algunos jóvenes ponen en peligro sus 38
vidas con el consumo de drogas? Es un hecho fácil de constatar que el ser humano se mueve por diferentes motivos, sean implícitos o explícitos, y que dichos motivos desencadenan y orientan su conducta o la inhiben. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) En la motivación intervienen variables neuronales, cognitivas y sociales que, lógicamente, han sido estudiadas como parte de las teorías que las sustentan. En efecto, los estados motivadores pueden ser el resultado de situaciones de privación o de necesidad; en consecuencia, las acciones puestas en marcha como resultado de tales carencias irán dirigidas a tratar de reducirlas. Otras teorías consideran que lo que realmente motiva a los sujetos es su deseo de apasionamiento, de crecimiento, de resolución de disonancias, de relacionarse con los demás o, por el contrario, de persuadirlos y de controlarlos. En definitiva, se entiende que los organismos son sistemas tendentes tanto a mantener un estado de equilibrio interno como a mejorar y progresar cognitiva y socialmente. La respuesta que puede darse a la cuestión de qué es la motivación gira en torno a tres proposiciones clave: dirección de la conducta hacia las metas que se persiguen, esfuerzo invertido en tal conducta y constancia en la acción hasta que la meta sea alcanzada. Estos tres ingredientes han de constituir el eje de cualquier definición de la motivación. Es difícil llegar a alcanzar una total comprensión de la motivación humana debido a dos razones principales. Una, el hecho de que los seres humanos pueden motivarse por una diversidad de metas y éstas varían a corto y a largo plazo, por ejemplo, salir a cenar el próximo fin de semana; llegar a ser un gran deportista. Otra, que la motivación supone un conjunto de procesos que operan a niveles diferentes; así, el impulso de comer depende de determinadas funciones fisiológicas, pero también de factores psicológicos, tales como respetar los buenos hábitos de alimentación, cuidar la salud y controlar la economía. La motivación afecta, pues, a las elecciones que hacen las personas y a sus consecuencias. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
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3.2.1. Teorías de la Motivación La motivación ha sido estudiada desde tres perspectivas principales: biológica, cognitiva y social. La biológica destaca las fuerzas físicas del sujeto como motor de la motivación; la cognitiva, su actuación propositiva y la social, la importancia de la comunicación entre los individuos para lograr las metas deseadas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012). a) Enfoques biológicos: Las teorías biológicas, desarrolladas en torno a los conceptos de instinto e impulso, asumen que el origen de la conducta motivada, tanto en animales como en humanos, está asociado con la supervivencia de la especie y con la satisfacción de las necesidades básicas. Según sostenían los representantes de las teorías de los instintos, los organismos nacen con ciertas tendencias programadas, instintos, que les motivan a pasar a la acción para garantizar su subsistencia y, por tanto, volverán a estar presentes en la siguiente generación; los instintos no solamente funcionan como fuerzas necesarias para originar y mantener la conducta, sino que además la dirigen, en cierto sentido, hacia el logro de determinados objetivos. En consecuencia, aquéllos son necesarios tanto para desarrollar los procesos biológicos como para vitalizar y organizar los mentales, pues sin ellos el ser humano sería en cierto grado amorfo y pasivo. La herencia genética trasmite una serie de conductas que no necesitan ser aprendidas, que se ejecutan ante ciertas señales del medio y que están restringidas a situaciones específicas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) Así mismo, el concepto de impulso está asociado a la presencia de una necesidad biológica que crea un estado de excitación que mueve al organismo a pasar a la acción para colmar dicha necesidad; una vez reducida la tensión y restablecido el equilibrio, el organismo deja de actuar, pues si todos los impulsos están ya sosegados no es preciso realizar ninguna actividad. Las dos teorías más interesantes que surgieron en torno al término impulso fueron la homeostática y la de reducción del impulso. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012)
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b) Enfoques cognitivos: Los enfoques cognitivos señalan que la motivación es producto de variables psicológicas internas del individuo, tales como las discrepancias, las expectativas, el descubrimiento de las causas de las conductas propias y ajenas y el deseo de actuar según la propia voluntad. El concepto de disonancia cognitiva fue estudiado, entre otros, por Festinger quien sostuvo que los desacuerdos o discrepancias que pueden darse en una persona entre sus creencias, actitudes y conductas le fuerzan a pasar a la acción para resolver el conflicto, restaurar la congruencia y, en consecuencia, sentirse mejor por haber desaparecido la incoherencia y el estado no placentero. Si se tiene una imagen positiva de un amigo y se observan ciertas conductas contradictorias en él, esas dos realidades entran en conflicto, pues una parece oponerse a la otra, lo cual produce disonancia cognitiva en el sujeto que las contempla. Las teorías de las expectativas, o posibilidad de conseguir algo, establecen que la motivación de las personas para hacer algo está determinada por el valor que confieren a la meta y por la certeza que tienen que mediante su propio esfuerzo la conseguirán. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) c) Enfoques sociales: Los motivos sociales tienen una fuerza relevante en el comportamiento humano. Somos seres sociables por naturaleza y todos pertenecemos a diferentes grupos y participamos en ellos. El querer comunicarse con los demás se considera una necesidad básica y a todos motiva el hecho de poder desempeñar un papel dentro de la sociedad. Los individuos no son felices sólo con la supervivencia, quieren algo más para la vida, mucho más. A esta activación de la conducta relacionada con la presencia de los demás, Green (1995) la denominó motivación social. McClelland propuso que el motivo de logro explica la tendencia a buscar el éxito, conseguir objetivos que supongan un reto, llevar a cabo tareas difíciles y emprenderlas con la mayor calidad posible. Este motivo se caracteriza, pues, por un deseo de hacer las cosas cada vez mejor y así desarrollar al máximo las capacidades humanas, que son las que garantizan el triunfo. El logro es un motivo 41
intrínseco, con una fuerte orientación hacia el futuro, pero que, a veces, produce miedo al fracaso y conflicto entre lo deseado y lo alcanzado. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) El motivo de poder se refiere a la tendencia a hacer que otras personas se comporten de una manera determinada. Responde a la necesidad que se experimenta de dominar, controlar e influir en personas, objetos o situaciones. Los métodos que se utilizan para conseguir poder pueden ser agresivos, manipuladores, carismáticos y persuasivos. El motivo de afiliación responde a la necesidad de convivir, establecer y mantener relaciones seguras, intensas y afectivas con otras personas en un ambiente de respeto y de aceptación mutua. Los individuos, según las diversas culturas, varían en su necesidad de afiliación diferenciándose entre sí en el valor que atribuyen a este motivo: unas refuerzan más la independencia, como puede ser la cultura norteamericana; otras, la dependencia y la solidaridad, como es el caso de las sociedades latinoamericanas. (Sanz de Acedo Lizarraga, 2012) 3.2.2. Frustración, Emoción. Muy a menudo queda sin satisfacer una necesidad o un individuo sumamente motivado choca contra un obstáculo cuando está intentando lograr una meta, lo que produce tensión, decepción e insatisfacción, recibiendo tal estado el nombre de frustración. En psicología social la frustración es un concepto más amplio que conflicto, pues en ella el individuo choca contra un obstáculo, lo que a su vez produce varias conductas. Algunas propuestas teóricas para explicar la frustración se centran en que no se logra la meta esperada; cada hombre tiene su capacidad como individuo para resistir la frustración a un modo conveniente de reaccionar frente a ella. Tal capacidad o resistencia depende del nivel de personalidad, del sistema motivacional de la conducta, experiencias vitales anteriores y factores de la situación. Hablaremos de frustración cuando aparece una reacción distinta a la normal o habitual; bajo ella se incluyen reacciones como la estereotipia, la supresión de respuesta, etc. (Whittaker, 2001) 42
También existen teóricos que creen que la frustración puede provocar agresión o regresión, escape, etc. Como regla, cuando una persona no puede reaccionar de algún modo ante cierta situación, intenta otra respuesta con base a sus hábitos o modelos de conducta; si las reacciones alternas resultan imposibles, sube la frustración, se presenta cuando el hombre lucha por obtener su meta y se presentan obstáculos subjetivos de naturaleza física, social o psicológica imposibles de superar. (Whittaker, 2001) No existe una definición única ni precisa del concepto emoción, pero sí puede expresarse su significado teniendo en cuenta las aportaciones de diferentes autores y perspectivas. Así, Paul Ekman define la emoción como un patrón adaptativo de reacción corporal, en gran medida innata, producto de la filogénesis, que tiene como componentes esenciales atributos fisiológicos y motor-expresivos, en particular facial. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Una definición clásica de las emociones es la que las califica como un constructo subyacente a reacciones subjetivas (vivencia o sentimiento y verbalización), fisiológicas y conductuales (motor-expresivas y de acción)
• El componente subjetivo suscita bastante controversia ya que, muchas veces, la
cuestión importante es determinar si se trata de un estado de sentimiento, de un proceso cognitivo, o de una combinación de sentimiento y cognición. • Por lo que respecta al componente fisiológico, es relevante la actividad del sistema
nervioso autónomo y del sistema nervioso somático. • El componente motor o conductual -expresivo se fundamenta en la observación de los
gestos y posturas corporales, los cambios faciales, o la entonación de la voz, así como en aspectos que denotan la preparación para la acción o afrontamiento. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)
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3.2.3. Medición y Cambio de Actitudes (que es la actitud, como surgen, sus funciones, persuasión y cambio de actitudes). Desde su aparición en la psicología social, a principios del siglo pasado, y hasta la actualidad, se han propuesto distintas definiciones de actitud, de mayor o menor complejidad. En la actualidad, la mayoría de los estudiosos del tema estaría de acuerdo en definir las actitudes de la siguiente forma: evaluaciones globales y relativamente estables que las personas hacen sobre otras personas, ideas o cosas que, técnicamente, reciben la denominación de objetos de actitud. De una manera más concreta, al hablar de actitudes se hace referencia al grado positivo o negativo con que las personas tienden a juzgar cualquier aspecto de la realidad, convencionalmente denominado objeto de actitud. Las evaluaciones o juicios generales que caracterizan la actitud pueden ser positivas, negativas, o neutras y pueden variar en su extremosidad o grado de polarización. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Otra de las características esenciales de las actitudes es que constituyen un fenómeno mental. Es decir, las actitudes reflejan una tendencia evaluativa que no es directamente observable desde fuera del propio sujeto. Por tanto, se hace necesario inferir las actitudes de las personas a partir de ciertos indicadores. De forma muy resumida, las actitudes se organizan mentalmente de acuerdo a lo que se ha dado en denominar concepción tripartita de las actitudes: Las actitudes constan de tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual • Componente cognitivo Incluye los pensamientos y creencias de la persona acerca del
objeto de actitud. • Componente afectivo Agrupa los sentimientos y emociones asociados al objeto de
actitud.
44
• Componente conductual Recoge las intenci ones o disposiciones a la acción así como los
comportamientos dirigidos hacia el objeto de actitud. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) A pesar de que en la literatura existente podemos encontrar distintas clasificaciones funcionales de las actitudes, aquí destacaremos tres: Organización del conocimiento: Las actitudes ayudan a satisfacer esta necesidad básica de conocimiento y control, estructurando la información en términos positivos y negativos. De esta forma, ante situaciones nuevas, nuestras actitudes permiten predecir qué cabe esperar de ellas, aumentando así nuestra sensación de control. Las actitudes guían la búsqueda y la exposición a información relevante, acercando a la persona a todos aquellos aspectos de la realidad congruentes con ellas y evitando aquellos elementos que les sean contrarios. Utilitaria: Esta función tiene su base en las teorías del aprendizaje, según las cuales las actitudes ayudan a la persona a alcanzar los objetivos deseados, y que les proporcionarán recompensas, así como a evitar los no deseados, y cuya consecuencia sea el castigo. Esta función de las actitudes a la hora de perseguir los intereses personales de una forma coherente y eficaz se puede observar, por ejemplo, en los abogados que adoptan actitudes positivas hacia sus clientes (para poder defenderlos mejor), o los empleados que desarrollan actitudes positivas hacia las organizaciones para las que trabajan (lo cual les puede colocar en una relativa posición de ventaja para ascender). De expresión de valores: La expresión de las actitudes personales, así como sus correspondientes comportamientos, sirven para informar a los demás (e incluso a ellos mismos) de quiénes son. Nos ayudan, por tanto, a conocernos y darnos a conocer a los demás. Así las actitudes juegan un importante papel en la definición y el fortalecimiento de la propia identidad. Además, la expresión de las actitudes permite a las personas mostrar sus principios y valores, así como identificarse con los grupos que comparten actitudes similares. Es decir, la expresión de actitudes sirve para acercarse a otras personas con actitudes similares, contribuyendo de esa forma a satisfacer la necesidad 45
básica de aceptación y pertenencia grupal. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Desde el punto de vista de la Psicología social, por persuasión se entiende cualquier cambio, intencionalmente buscado, que ocurre en las actitudes de las personas como consecuencia de su exposición a una propuesta persuasiva. Aunque la persuasión se utiliza a veces como sinónimo de influencia, se pueden establecer diferencias entre ambos términos, las cuales pasamos a describir. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) En primer lugar, el concepto de influencia o influencia social, como también se denomina, sería de mayor alcance conceptual que el de persuasión, reflejando diversos contextos de cambio y paradigmas experimentales, dentro de los cuales también se encontraría el de la persuasión tal y como se ha definido. Así, el concepto de influencia englobaría, además de los procesos persuasivos, los fenómenos que caen bajo la etiqueta de influencia interpersonal (por ejemplo, tácticas del compromiso, la reciprocidad, y similares), influencia grupal (normalización, conformidad, des individuación, pensamiento grupal) y un amplio conjunto de fenómenos relacionados. Otra diferencia entre influencia y persuasión radicaría en los objetivos de cambio que ambas proponen. En los estudios que caen bajo la denominación de persuasión, se estudia estrictamente el cambio de actitudes dentro de un paradigma muy concreto, en el cual una fuente dirige un mensaje a una audiencia con la intención de formar, reforzar o cambiar sus actitudes. Por el contrario, los objetivos de cambio buscados en los denominados fenómenos de influencia, abarcan variaciones en las percepciones, opiniones, actitudes y conductas de las personas, en una variedad de situaciones mucho más amplia que en persuasión. Desde dimensiones más cualitativas, algunos autores afirman que el concepto de persuasión debe reservarse para aquellas situaciones donde el cambio de actitudes se intente llevar a cabo intencionalmente y utilizar el de influencia para las situaciones de cambio tanto intencional como no intencional. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007)
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3.3. El Estudio del Prejuicio en la Psicología Social: como estereotipo, actitud negativa, relaciones interpersonales y aculturación. El estudio del prejuicio es complejo y se aborda desde numerosas perspectivas, entre las que cabe citar la sociológica, la histórica, la política y la económica, todas ellas válidas y necesarias. Sin embargo, este fenómeno ha sido, y continúa siendo, una de las cuestiones preferidas por la Psicología social desde hace más de cincuenta años, porque el prejuicio, es decir, el rechazo de una persona debido a su pertenencia grupal, no es algo que sólo suceda en la actualidad, sino que se viene produciendo, bajo distintos nombres, desde los orígenes del ser humano. En el prejuicio se dan la mano procesos individuales, grupales y sociales. Individuales porque en el prejuicio intervienen procesos cognitivos (por ejemplo, la categorización) y afectivos (las propias emociones negativas que implica el prejuicio). Se dan procesos grupales porque el prejuicio tiene un carácter compartido y su objeto son los miembros de otro grupo social. Finalmente, los prejuicios tienen también un importante componente social desde el momento en que se ven afectados por las leyes y normas predominantes en un determinado contexto social. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Además, estos procesos individuales, grupales y sociales están interactuando constantemente. Así, por ejemplo, las leyes existentes en un determinado país a favor de la igualdad (nivel social) determinan la forma de expresar el prejuicio (nivel individual) haciendo que el prejuicio no se exprese ya de forma tan directa como antaño, sino de otras maneras más solapadas o sutiles aunque igualmente perniciosas para el grupo discriminado. Al mismo tiempo, y como acabamos de señalar, en la definición de G. W. Allport se concibe el prejuicio como una actitud negativa hacia los miembros de otro grupo. Este enfoque permite incorporar al estudio del prejuicio la amplia experiencia teórica y empírica que la Psicología social tiene en el estudio de las actitudes. Además, permite relacionar el prejuicio con dos fenómenos que a menudo lo acompañan: los estereotipos y la discriminación. Así, el componente cognitivo de la actitud prejuiciosa estaría constituido por los estereotipos negativos o creencias negativas preconcebidas acerca de un determinado grupo. El prejuicio propiamente dicho sería la parte afectiva de la actitud y la discriminación su parte conductual. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) 47
El prejuicio es grupal en un triple sentido. Por un lado, su objeto son los miembros de otro grupo (exogrupo); por otro, las actitudes prejuiciosas son compartidas mayoritariamente por los miembros del propio grupo (endogrupo). Finalmente, el prejuicio refleja el estado de las relaciones intergrupales en un momento determinado y, por lo tanto, puede variar con el tiempo y con las circunstancias. Es un hecho debidamente comprobado que el prejuicio hacia los miembros de otro grupo aumenta en caso de guerra o conflicto con dicho grupo. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Como ejemplo del carácter social del prejuicio, consideramos la aculturación, es decir, en los cambios culturales que tienen lugar cuando personas o grupos que provienen de sociedades diferentes entran en contacto continuo y directo. Esto es precisamente lo que sucede en las sociedades occidentales con la llegada de inmigrantes de culturas y religiones diferentes a las nuestras. El concepto de aculturación proviene del campo de la Antropología social y fue introducido en la Psicología por Berry en los años 80. Este autor define la aculturación psicológica como el proceso mediante el cual las personas cambian, al recibir el influjo del contacto con otra cultura y al participar en los cambios generales de su propia cultura. Habitualmente, la cultura mayoritaria y dominante influye más sobre la cultura minoritaria que a la inversa, pero, sin embargo, y para comprobarlo basta pasearse por el centro de cualquier ciudad europea, la presencia de inmigrantes también influye de múltiples maneras en las sociedades de acogida. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) Cuando la importancia de mantener la identidad grupal es alta, pero también se desea mantener buenas relaciones con la sociedad de acogida, el inmigrante adopta una actitud de integración. Cuando lo que interesa es adaptarse a la sociedad de acogida, sin que importe renunciar a la propia identidad cultural, se está adoptando una estrategia de asimilación. La estrategia de separación se daría cuando se tratan de conservar las propias costumbres sin interesarse por los valores de la sociedad de acogida. Finalmente, cuando no se da importancia ni a la propia identidad ni a los valores de la sociedad de acogida se está adoptando una estrategia de marginación. Por su parte, los países de acogida también pueden optar, mediante sus políticas de inmigración, por diferentes estrategias. (Morales Domínguez, Moya Morales, & Gaviria Stewart, 2007) 48
Actividades de Aprendizaje de la Unidad III 1.
Elabora un cuadro comparativo donde se contrasten las diferentes Teorías de la Motivación.
2.
Realiza un mapa conceptual que incluya los Elementos Esenciales que explican el Liderazgo Social y sus Variantes.
3.
Participa en el foro “El Papel de P rejuicio en la adquisición de una Identidad
Cultural”. 4.
Contesta el cuestionario de la unidad.
Síntesis de la Unidad III Intentar conocer las motivaciones del comportamiento ha sido una de las metas inherentes a la psicología y a la sociología desde su nacimiento; a través de la historia se ha constatado que su importancia no solo está en descubrir el cómo mejorar los mecanismos para mantenerla, sino también para poder complementar y enriquecer los fundamentos de la vida social y poder generar en el individuo un mayor sentido de vida en las diversas evoluciones que ha tenido la sociedad humana. Poder comprender las diferencias que dividen a los seguidores de sus líderes también tiene una intención más profunda que solo acrecentar el acervo cultural: nos permite revalorar nuestras propias cualidades al darnos una base por la cual poder explotar nuestras cualidades, ejercer una mayor influencia en nuestros grupos de referencia e incluso generar cambios significativos en la sociedad a la que estamos enlazados. Esta unidad presenta únicamente una muestra pequeña de la riqueza que tienen las relaciones interpersonales entre los sujetos cuando las metas de ellos convergen en un ideal, por lo que se invita al estudiante a continuar indagando sobre las mismas no solo en la bibliografía disponible, sino también a través de sus observaciones e investigaciones futuras.
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UNIDAD IV APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL Objetivo de la Unidad: Conocer las aportaciones de la Psicología social a otras áreas 4.1. Aportación de la Psicología Social a otras Áreas de la Psicología. Como se dijo antes, suele enseñarse la psicología social en la carrera de sociología. Por ello, el psicólogo social se encuentra igualmente a gusto entre sociólogos que entre psicólogos. De hecho, la historia de esta ciencia, tal como ha sido descrita antes, indica que tanto los sociólogos como los psicólogos han contribuido
a su desarrollo; sin
embargo al sociólogo le interesan ante todo los grupos de individuos, a diferencia del psicólogo social, cuyo principal interés consiste en estudiar la conducta individual. (Whittaker, 2001) La antropología se ha interesado tradicionalmente por estudiar los pueblos primitivos, sus organizaciones sociales, sus sistemas de parentesco, sus valores, etc. Ahora bien, el moderno antropólogo cultural estudia frecuentemente esos y otros problemas en las sociedades industriales y, en tal sentido, suele manejar muchos problemas que también el sociólogo toca. Los datos que, en todo el mundo, los antropólogos culturales han reunido sobre los pueblos primitivos son de gran importancia para el psicólogo social, ante todo porque constituyen un método para evitar el etnocentrismo. El término etnocentrismo significa literalmente estar centrado en la cultura propia. En otras palabras, cuando se nos cría en cierta cultura, los valores, motivos, aspiraciones y demás características de tal cultura tienden a colorear nuestro punto de vista sobre la conducta de otras personas situadas en sus propias culturas; por ejemplo, competir es parte tan integral de la vida en nuestra cultura, que quizá la supongamos característica de los seres humanos en general; pero los antropólogos nos informan que existen sociedades en las cuales prácticamente se desconoce la competición; es decir, tal conducta debe estar culturalmente determinada. (Whittaker, 2001) Otro punto que vale la pena mencionar aquí es que el haber sido criados en una clase social o en determinada parte de una sociedad influye sobre el punto de vista que se 50
tenga acerca de personas criadas en una clase diferente; por ejemplo, los criados en la clase alta miden la conducta de quienes pertenecen a otras clases de acuerdo con los valores, motivos propios, etc. En consecuencia, los datos reunidos por sociólogos que estudian estos aspectos como diferencias de clase en la conducta nos ayudan a considerar de modo objetivo la conducta propia y la de otros. (Whittaker, 2001) Los legos (no experto en la materia) suelen confundir a la psicología con la psiquiatría y con el psicoanálisis. Desde luego, la psicología tiene fronteras más amplias que cualquiera de los otros dos campos, ya que incluyen el estudio de la conducta normal y de la anormal. Además, existen diferencias en el adiestramiento y en las actividades profesionales realizadas en esos campos; pero, aunque existen diferencias, tal como ocurre con otras disciplinas mencionadas anteriormente, también se da una sobreposición considerable; por ejemplo, algunos psicoanalistas modernos se portan prácticamente como psicólogos sociales en su modo de enfocar las enfermedades mentales, pues lo consideran producto de aberraciones en la interacción social. (Whittaker, 2001) Pero la psicología social también se relaciona con las ciencias médicas de otras maneras. Hoy día, prácticamente toda facultad de medicina incluye psicólogos en su cuerpo facultativo y, con frecuencia, tales facultades tienen también un departamento de ciencias conductuales, lo que se adapta al moderno punto de vista holístico aplicado a la medicina. Ya no se educa a los médicos para que consideren y traten las enfermedades como procesos ajenos a los seres humanos afectados por ellas, pues las investigaciones han demostrado que las características conductuales de los pacientes suelen influir sobre el curso de ciertas enfermedades y sobre la respuesta dada por el enfermo al tratamiento. (Whittaker, 2001) La historia, la economía y las ciencias políticas suelen ser de gran importancia para el psicólogo social que está intentando comprender la conducta humana; por ejemplo, se sabe que los factores históricos, económicos y políticos tienen con frecuencia tanta importancia como los socio-psicológicos en ayudar a comprender tales problemas. La biología es otra disciplina importante para el psicólogo social; por ejemplo, la fisiología nos ayuda a comprender el funcionamiento del sistema nervioso y de los órganos sensoriales, lo que a su vez es de importancia para comprender la conducta. 51
La genética nos ayuda a comprender el papel de los factores hereditarios en la conducta y la nueva ciencia de la ecología nos enseña algo sobre las interrelaciones de los organismos vivos con su ambiente. Finalmente, el psicólogo social ha tomado de las ciencias físicas cierto número de instrumentos de investigación, como son los galvanómetros, las computadoras y los dispositivos para medir el tiempo de reacción, aparatos que con frecuencia se utilizan en estudios de laboratorio sobre la conducta social. Además, los químicos han contribuido con conocimientos sobre el funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro, lo que nos ha ayudado a comprender la conducta. (Whittaker, 2001) 4.2. Aportación de la Psicología Social a las Organizaciones Hay que recurrir a la definición de Pichon Riviere, que dice que la psicología social es la ciencia de las interacciones orientada a un cambio social planificado. Siendo esto así, preciso es reconocer que dicho cambio no puede sino ocurrir en el marco de las organizaciones y las instituciones de la comunidad. Ello requiere investigar en su estructura y función las distintas unidades interaccionales que operan como mediaciones entre las relaciones sociales Esto significa que debe pensarse en las organizaciones y en sus efectos sobre los sujetos, en el marco de un criterio de salud específico para ellas constituido por el concepto de eficacia. (Jiménez-Domínguez, 2004). La psicología social de las organizaciones constituye entonces una metáfora a través de la cual se expresa la necesidad de caracterizar a las organizaciones como dominios de interacciones específicas. Supone un ECRO (esquema conceptual, referencial y operativo) que contenga explícitamente una representación del ámbito organizacional (Jiménez-Domínguez, 2004). Debe articular y caracterizar en sus interacciones a los conceptos de sujeto y de grupo con los de: 1.-Organización: definida, por ejemplo, como disposición de relaciones entre componentes o individuos que produce una unidad compleja o sistema, dotado de cualidades desconocidas en el nivel de los componentes o individuos que asegura solidaridad y solidez a estas uniones, una cierta posibilidad de duración a pesar de las perturbaciones aleatorias. 52
2.-Institución: cuerpos normativos jurídico – culturales compuestos de ideas, valores, creencias, leyes, que determinan las formas de intercambio social; nivel de la realidad social que define cuanto está establecido. Si la psicología social se caracteriza genéricamente por tratar de resolver la contradicción dialéctica que existe entre individuo y sociedad (desde la perspectiva del sujeto), la metáfora de la psicología social de las organizaciones (entendida desde la organización hacia el sujeto) constituye un aporte para abordar más específicamente la relación dialéctica organización – individuo. Así entendida, ayuda a resolver las tensiones que existen para propender simultáneamente a la eficacia de la organización y a la adaptación activa a la realidad de sus miembros. (Jiménez-Domínguez, 2004) Ya hemos visto que la psicología social de las organizaciones posee un carácter esencialmente interdisciplinario, lo cual significa que las operaciones estructuradas con este ECRO pondrán en relación a los psicólogos con sociólogos, ingenieros, administradores, abogados, trabajadores sociales, abogados, etc. No hay ninguna disciplina que pueda arrogarse una primacía sobre las otras en términos de intervención sobre organizaciones, y cada una de ellas, desde su especificidad, contribuye a la comprensión de las otras. El ingeniero comprende mejor a las organizaciones si entiende el punto de vista del sociólogo, el sociólogo si escucha al abogado, el abogado al psicólogo y así sucesivamente. Salvada esta cuestión interdisciplinaria desde lo epistemológico, preciso es reconocer que una operación desde la psicología social de las organizaciones se inserta en un campo configurado por un conjunto de relaciones objetivas entre posiciones históricamente definidas, estructuradas en torno a la distribución de un capital específico (económico, cultural, social, simbólico, religioso, científico, etc.) (Jiménez-Domínguez, 2004) Esto significa a su vez señalar, que en el marco de los modelos institucionales hegemónicos, la economía reina hoy día sobre las otras disciplinas y, por lo tanto, los administradores detentan una porción mayor del capital científico (o cultural según se entienda a las ciencias sociales) distribuible en el campo de las organizaciones. Cualquier 53
tipo de intervención, sobre todo en las organizaciones con fines de lucro – pero no sólo en ellas - está sometida a la tiranía de la racionalidad económica, y la consecuencia es la entronización de las maestrías en administración en los estratos jerárquicos que poseen mayor poder de decisión. Esta situación afecta a todo tipo de intervenciones, y en el caso del análisis organizacional tal como lo he presentado, significa resistir la presión que se ejerce desde el inicio mismo de la operación para que el concepto de eficacia quede reducido meramente al de eficiencia y vaciado de todo otro sentido. La semántica sirve para dar cuenta de esta situación y las palabras hablan por sí mismas: las personas se transforman en recursos (humanos) en el mejor de los casos, mano de obra en el peor, y su conocimiento (expropiado) pasa a ser parte del capital intelectual de la organización. (Jiménez-Domínguez, 2004) Las consecuencias de esta situación se traducen, para quienes tienen trabajo, en grados crecientes de alienación y en la existencia de patologías sociales tales como el stress o el burnout , que son una consecuencia directa de trabajar bajo presión y con miedo a quedar excluido del sistema. Allí aparecen generalmente los psicólogos, dentro o fuera de las organizaciones, con la misión social de reparar a estos enfermos para reinsertarlos en sus lugares de producción (aunque cada vez más, producto de la superabundancia de mano de obra, es menos problemático descartar simplemente a los caídos e incorporar otros nuevos). A este tipo de intervenciones de los psicólogos, se añaden otras más instrumentales relacionadas con la selección y el desarrollo de las personas, el favorecimiento de su compromiso y de su motivación, la aceptación y participación en procesos de cambio organizacional. (Jiménez-Domínguez, 2004) Aun desde una posición dominada, actuando para la reparación o para la incorporación y desarrollo, el psicólogo obtiene su legitimidad porque posee un capital cultural específico que le permite conocer el correlato interno de las vicisitudes externas por las que pasa el sujeto en la organización y operar en consecuencia. Si el psicólogo adicionara a sus conocimientos sobre los sujetos y su interacción una representación conceptual de la 54
organización, podría incrementar su capital cultural y mejorar su posición relativa en el campo. Por más dominantes que sean ciertas posiciones (en este caso las de los administradores), las posiciones dominadas pueden siempre luchar por incrementar su poder, y para ello es necesario que aumenten su capital. Si esto se lograra, o más modestamente, si no se dejara de intentar, el psicólogo estaría en mejores condiciones de ayudar a los sujetos a marchar en la dirección de su propia salud mental. (JiménezDomínguez, 2004) 4.3. Aportación de la Psicología Social a Programas de Acción Comunitaria con Relación a la Salud
Cuando se hace la historia de la psicología social comunitaria se suelen mezclar historias diversas e identificar la psicología comunitaria, que surgió en los E.U.A. en condiciones sociales, políticas y académicas bien definidas, con la psicología social comunitaria, que si bien puede estar relacionada de alguna forma, se debe considerar como algo específicamente derivado de la psicología social latinoamericana en sus varias vertientes. Se las equipara al usar los términos indistintamente y al decir en el mismo renglón, psicología comunitaria o psicología social comunitaria. En las compilaciones sobre el tema suelen igualmente aparecer trabajos que tienen orígenes muy diversos, pero presentados como si formaran parte de lo mismo y sumados dieran una psicología social comunitaria latinoamericana. Una autora que establece algunas diferencias, con base en el conocido esquema de la antropología en o de la ciudad, es Freitas, quien dice que la psicología en la comunidad recibe dicha identidad de la comunidad misma y se relaciona con el intento de des-elitizar la psicología y vincularla a la realidad. La psicología de la comunidad se ubica como el esfuerzo de llevar los servicios de salud a la comunidad con instrumentos derivados de las vertientes clínicas y educativas. Mientras que la psicología social comunitaria se encuadra en la psicología social, redefinida en función del trabajo con grupos para la formación de la conciencia crítica y la construcción de una identidad social basada en una ética humanista. (JiménezDomínguez, 2004) 55
En 1981, el ya difunto sociólogo mexicano Francisco Gomezjara, señalaba como un hecho curioso el que en cada ciclo de crisis económica aparezcan programas de desarrollo comunitario con un cariz académico, humanista y con pretensiones técnico – científicas: cuando el movimiento campesino se insurrecciona, cuando los países desarrollados tienen un superávit de capital y mercancías para negociarlas bajo la forma de ayuda a los países del tercer mundo, cuando la migración campesina aumenta por la industrialización agrícola y por el hambre, cuando las comunidades exigen servicios y se autoorganizan. La autoorganización solía ser la señal que anunciaba la llegada eventual de programas de desarrollo comunitario desde los años 60. Como bien lo explica Statman, los movimientos populares primero son reprimidos por la fuerza y luego sepultados en un diluvio de programas comunitarios, dichos programas no suelen resolver casi nada pero tranquilizan a la gente por un rato con las promesas del cambio. La sumisión se logra por medios no coercitivos y para ello resultan útiles los psiquiatras, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, estudiantes universitarios en prácticas obligatorias y otros agentes de cambio social planificado y por lo general bien intencionado desde diversas instituciones externas a la comunidad. En tiempos globalizados, muchos de estos esfuerzos se ahorran porque la dualización invisibiliza los problemas y las comunidades y dichos programas solo aparecen en tiempos preelectorales como una teatralización cuyo escenario se recoge poco después de la función porque lo prioritario sigue siendo la macroeconomía y las ilusiones vanas de la inversión extranjera. (Jiménez-Domínguez, 2004)
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Actividades de Aprendizaje de la Unidad IV 1. Realiza un Ensayo sobre la Importancia de la Psicología Social para el Desarrollo de otras Áreas de la Psicología 2. Elabora una presentación de PowerPoint donde se expliquen algunas de las Aportaciones de la Psicología Social en los Modelos Organizacionales Contemporáneos. 3. Participa en el foro “La Acción Comunitaria como una Intervención Social Preventiva” 4. Contesta el cuestionario de la unidad.
Síntesis de la Unidad Como se dijo al inicio de las primeras unidades, la psicología social tiene una injerencia en diversos campos, por lo que sus límites cada vez se vuelven menos rígidos y son más permeables a medida que las aplicaciones tecnológicas y humanas le permiten desarrollarse a través del trabajo interdisciplinario. Los campos de acción se van haciendo más y más amplios, lo que permite no solo una mayor influencia en los cambios organizacionales, sino también estructurales de las sociedades, sea en donde sea que tengan un ámbito de aplicación; evidentemente, la labor comunitaria preventiva será una de las que más no interese desarrollar con este trabajo. Es muy rica y variada la intervención que puede darse en la comunidad, sin embargo, y haciendo alusión a lo que se ha desarrollado en esta antología, se deben primero conocer las particularidades de las relaciones humanas si se desean realizar cambios que puedan ser aplícales: de lo contrario, nos arriesgamos a realizar revueltas y revoluciones que poco aporten al desarrollo de la sociedad humana, lo que está en evidente contradicción a los objetivos de la psicología social.
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