LA ESENCIA DEL MATRIMONIO La Esencia del Matrimonio Autor: Rabí David Israelevich Israelevich 1a edición: Noviembre 2011 © 2011 by Hebraica Digital Reservados todos los derechos de la presente edición E–mail:
[email protected] [email protected] www. hebraicadigital.com hebraicadigital.com Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida o utilizada por ningún medio sin el previo consentimiento consentimiento por escrito del editor.
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO La Esencia del Matrimonio Autor: Rabí David Israelevich Israelevich 1a edición: Noviembre 2011 © 2011 by Hebraica Digital Reservados todos los derechos de la presente edición E–mail:
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I LA CELEBRACIÓN DEL CASAMIENTO La celebración de un casamiento es un evento que despierta mucha alegría, pues el mismo estipulará la unión de dos personas, un varón con una mujer, los cuales dejarán de vivir como dos individuos separados para pasar a conformar un matrimonio, como está escrito: «El Eterno Dios causó un profundo estado de somnolencia en el hombre, y éste se durmió; y Él tomó uno de sus costados y cerró la carne en su lugar. El Eterno Dios, con el costado que había tomado del hombre, construyó una mujer y la llevó ante el hombre. Y el hombre dijo: Esta vez es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer -ishá-, -ishá-, pues del hombre –ish- fue –ish- fue tomada». Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne» (Génesis 2:21-24). VISIÓN MÍSTICA DEL ENLACE
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En el libro de cábala Zohar se enseña: Cuando un hombre contrae enlace con una mujer, y se unen, en ese momento ya no son más dos personas, sino que se transforman en una. Esto es así tanto en el aspecto físico o corporal, como en el espiritual, que es el alma. Respecto al alma, dejan de ser dos para transformarse en uno, por haber generado una unión total a través de una voluntad plena y absoluta. Y en lo que respecta al cuerpo, dejan de ser dos para transformarse en uno, porque un hombre que no contrajo enlace aún, se asemeja a un cuerpo que ha sido partido en dos. Ya que su mujer representa la mitad de su cuerpo. Cuando el hombre y la mujer se unen, se convierten en un solo cuerpo íntegro, resultando de esta unión un hombre, y no medio hombre. Entonces, a partir de ese momento, el Todopoderoso se manifiesta sobre este «hombre», y deposita su Espíritu de Santidad en esa unidad, es decir, en el hijo que les nacerá.
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A esto se refiere lo que está escrito: «Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne» (Génesis 2:4) (III Zohar 81:1, sección Kedoshim). LOS SÍMBOLOS DE LOS ESPONSALES Un casamiento judío está lleno de simbolismos tradicionales: El traslado del novio; el palio nupcial jupá-; la ruptura del vaso; la ruptura del plato; las siete bendiciones; las siete vueltas; el documento de casamiento -ketuvá-, y muchos más. EL TRASLADO DEL NOVIO Es una costumbre de muchas congregaciones, que el Shabat anterior a la boda, los fieles se dirigen a la casa del novio, y lo llevan a la sinagoga. El origen de este procedimiento se remonta a la época en que fue construido el Primer Templo Sagrado. Pues el rey
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Salomón sabía que la generosidad es sumamente preciada por el Omnipresente; por eso, cuando construyó el Templo Sagrado, dispuso dos entradas, una para los novios, y la otra para los enlutados y los excomulgados. Los Hijos de Israel iban al Templo Sagrado en los días de reposo –Shabat-, y se sentaban entre esas dos entradas. Al ver que un individuo entraba por el portal de los novios, sabían que se trataba de un novio, y le decían: «El que mora en esta Casa te conceda alegría, otorgándote hijos e hijas». En tanto quien entraba por el portal de los enlutados, lo hacía con un manto negro sobre su cabeza que le cubría hasta los labios superiores, y sabían que se trataba de un enlutado; entonces le decían: «El que mora en esta Casa te otorgue consuelo». A su vez, quien entraba por el portal de los enlutados, y lo hacía con un manto negro sobre su cabeza que no le cubría hasta los labios superiores, a través de esta señal sabían que se trataba de un hombre que había sido excomulgado; entonces le decían: «El que mora en esta Casa te otorgue consuelo, y que ponga en tu corazón –la reflexión apropiada- para que seas escuchado por tus compañeros
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y te acerquen» (véase Mishná, tratado de Midot 2:2). Y esto era así para que todos los Hijos de Israel cumplieran con el precepto de brindar generosidad a su prójimo. Cuando el Templo Sagrado fue destruido, los sabios decretaron que los novios y los enlutados fuesen a las sinagogas y las casas de estudio. Entonces, los de la congregación veían al novio y se alegraban con él; y veían al enlutado y se sentaban junto con él sobre el suelo. Esto era así para que todos los Hijos de Israel cumplieran con el precepto de brindar generosidad a su prójimo. Y respecto a ellos fue dicho: «Bendito eres, El Eterno, que otorga buen pago a los que hacen generosidad» (Pirkei de Rabí Eliezer Cáp. XVII; véase Tur Ioré Deá 393). EL PALIO NUPCIAL -JUPÁEl casamiento se realiza debajo de un manto tendido sobre varas, siendo este el palio nupcial denominado jupá. Debajo del mismo se hace ingresar al novio y la novia ante la presencia de numerosas personas. El
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hombre consagra allí a la mujer, y se recitan las bendiciones
correspondientes
para
consumar
el
matrimonio. Esta costumbre, al igual que todas las demás que se llevan a cabo en una boda, está basada en el suceso de la entrega de la Torá. Ya que en aquella oportunidad El Eterno tenía aspecto de Novio e Israel era la novia (Mejilta Shemot 19:17). Por esta razón se lleva a la novia debajo de un palio nupcial -jupá-, como aconteció con el Novio –El Eterno-, y la novia -Israel-, durante el acto de la entrega de la Torá, como está escrito: «Moisés llevó al pueblo del campamento hacia Dios, y se pusieron de pie debajo de la montaña» (Éxodo 19:17). Se aprende de esta cita que la montaña se elevó, y los Hijos de Israel se situaron debajo (Mejilta). ¿Y de dónde se aprende que el palio nupcial ha de estar conformado por un manto que cubra a los novios? Este asunto está indicado en el libro de Deuteronomio. En el
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Cáp. XXII se enuncian las leyes para una prenda de cuatro puntas –tales como un manto-, al que deben añadírsele flecos, como está escrito: «Harás flecos en las cuatro esquinas de tu vestimenta con que te cubres» (Éxodo 22:12). Y a continuación está escrito: «Si un hombre se casa con una mujer (...)». Se aprende por la sucesión de temas que el casamiento debe ser realizado debajo de un manto de cuatro puntas. Asimismo, se acostumbra disponer el palio nupcial al aire libre, directamente debajo del Cielo, a modo de buena señal, para que los que se casan tengan muchos hijos, y se multipliquen como las estrellas (Maté Moshé III a). LA LLEGADA DEL NOVIO AL PALIO NUPCIAL Se acostumbra que dos acompañantes llevan al novio al palio nupcial. Uno de ellos se sitúa a la derecha del novio, y el otro a su izquierda. Tal como se enseña en el Midrash: Dijo Rabí Iehuda el hijo de Rabí Simón: Los ángeles Mijael y Gabriel eran los padrinos de Adán, el primer hombre (Midrash Rabá Bereshit 8:15).
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En tanto Tashbetz aportó más detalles acerca de esta costumbre, dijo: El novio se asemeja a un rey. Y así como un rey está rodeado de tropas, del mismo modo los padrinos rodean al novio. También hay lugares en los que se acostumbra que todos los que están vinculados con los que se casan llevan velas encendidas ante el novio. Y hay sitios en los que se acostumbra arrojar velas encendidas en memoria de la entrega de la Torá, como está escrito: «hubo truenos y relámpagos» (Éxodo 19:16). Asimismo, hay lugares en los que se acostumbra que los dos padrinos que acompañan al novio al palio nupcial lleven una vela en su mano. La razón se debe a que el término hebreo que representa una vela es Ner. El valor numérico que corresponde con las letras de Ner es 250. Ya que Ner se escribe mediante las letras Nun y Reish; siendo el valor de Nun 50 y el de Reish 200. Veámoslo gráficamente: Ner en el original hebreo está escrito así:
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Este es el valor numérico de Ner:
Por lo tanto, si una vela -Ner- equivale a 250, dos velas contienen un valor numérico igual a 500 LA COMPLETITUD EXACTA Por otro lado, está escrito en la Mishná, que el hombre posee 248 sectores óseos (Tratado de Oalot 1:8). En tanto la mujer posee 252 sectores óseos. Sumando los sectores óseos del hombre más los de la mujer resulta: 248 + 252 = 500
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Es decir, se acompaña al novio con dos velas, en mérito de la unión que formalizó con su prometida, constituyendo entre ambos un conjunto de 500 sectores óseos. Asimismo, el valor 500 de las dos velas es igual al valor numérico de la expresión hebrea pru urbú, que significa: «Fructificad y multiplicaos». Se les desea a través de este medio que sean fructíferos teniendo hijos. Veámoslo gráficamente: «fructificad y multiplicaos - pru urbú», en el original hebreo está escrito así.
Este es el valor numérico de pru urbú:
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EL MANTO DE LA BODA También se acostumbra cubrir al novio con un manto blanco para cumplir con lo que está escrito: «En todo momento sean blancos tus vestidos» (Eclesiastés 9:8). Por esta misma razón, se suele vestir al novio con una túnica blanca, denominada kitel, antes de ingresar al palio nupcial.
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Asimismo, esta costumbre está fundamentada en una enseñanza que consta en el Midrash: A tres individuos se les perdonan sus pecados: al rey, al ministro -nasí-, y al novio. Al rey, como está escrito: «Un año –ben shaná- Saúl en su reinado (...)» (I Samuel 13:1). Significa que era como un niño de un año, sin pecado. Al ministro -nasí-, como está escrito: «En la presencia de un sabio os levantaréis, y honraréis la presencia de un anciano, y temeréis a vuestro Dios; Yo soy El Eterno» (Levítico 22:32). Y a continuación está escrito: «Cuando un prosélito habite con vosotros en vuestra tierra, no lo afligiréis» ( Ibíd. 22:33). El que se convierte al judaísmo es considerado como un recién nacido, limpio de todo pecado. Al novio, como está escrito: «Esaú fue junto a Ismael y tomó, además de sus mujeres, a Majalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, por mujer para sí mismo» (Génesis 28:9). La mujer que había tomado Esaú
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no se llamaba Majalat sino Bosmat, como está escrito: «Y éstas son las crónicas de Esaú, él es Edom. Esaú había tomado sus mujeres de las mujeres cananeas: Adá, hija de Elón el jeteo; y Oholibama, hija de Ana, hija de Tzibeon el jiveo; y Bosmat, hija de Ismael, hermana de Nebaiot. (Génesis 36:1-3). Majalat viene de la palabra mejilá, que significa perdonar. Indica que a ella le habían sido perdonados sus pecados -al casarse-. Ahora bien, por cuanto que se le perdonan sus pecados, el novio viste la túnica blanca -kitel-, para enseñar el perdón, como está dicho: «Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos» (Isaías 1:18). Además, por esta misma razón se acostumbra que el novio ayune el día previo a su boda, ya que es para él como el Día del Perdón –Iom Kipur- (Maté Moshé III). LA CONSAGRACIÓN Cuando los novios están debajo del palio nupcial, se recitan las bendiciones correspondientes sobre una copa
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de vino, y el novio consagra a la novia entregándole el anillo de casamiento frente a dos testigos. Al hacerlo él le dirá a ella: «He aquí tú estás consagrada a mi de acuerdo con la ley de Moisés e Israel». Este procedimiento se fundamenta en el versículo que se refiere a la purificación del pueblo de Israel previo a la entrega de la Torá, como está escrito: «El Eterno le dijo a Moisés: Ve al pueblo y que se santifiquen hoy y mañana» (Éxodo 19:10). La expresión «santifiquen», en el original hebreo está escrita mediante la locución vekidashtam, que proviene del verbo lekadesh, que significa santificar y consagrar. EL ANILLO DE CASAMIENTO El anillo del casamiento no debe tener adosada una piedra. La razón se debe a que es posible que la novia considere que el valor de la piedra es mayor al que realmente tiene, y eso provocará que el acto de la consagración llevado a cabo a través de ese anillo sea erróneo, tornándose así el casamiento inválido (véase
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Tosafot
en
tratado
talmúdico
de
Kidushin
9;
Abudraham). EL ANILLO EN EL DEDO ÍNDICE El novio ha de colocar el anillo de casamiento con su mano derecha en el dedo índice de la mano derecha de su novia. Se trata de una costumbre muy antigua, indicada además en un pasaje bíblico. Pues en el libro de los Salmos se menciona al Sol, el cual es comparado al novio, como está escrito: «El -Sol brilla- como el novio que sale de su boda» (Salmos 19:6). Y después de culminarse el asunto del Sol se declara: «La Torá del Eterno es íntegra, y vivifica el alma del hombre» (Salmos 19:8). La Torá es el medio a través del cual El Eterno contrajo enlace con el pueblo de Israel. Ahora bien, veamos como está indicado en este Salmo lo concerniente a la colocación del anillo en el dedo índice. Si uno comienza a contar con los dedos de la mano, las palabras a partir de «Torá», que se menciona en este versículo y representa a la novia, cuando se llegue al
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nombre de El Eterno, que representa al novio, éste será contado con el dedo índice. Este es el Salmo XIX completo: «Al músico principal, salmo de David: los Cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento narra la obra de sus manos. Un día transmite –Tu- palabra a otro día, y una noche a otra noche declara -Tu- sabiduría. No hay voces ni palabras, la voz de ellos no es oída. Por toda la Tierra salió la irradiación -de luminosidad- de ellos, y sus palabras hasta el extremo del mundo, en ellos –los Cielos- puso cubierta para el Sol. Y éste, como novio que sale de su palio nupcial, se alegra cual valiente para correr al camino. De un extremo de los Cielos es su salida, y su curso hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor. La Torá de El Eterno es íntegra, que reconforta el alma; el testimonio de El Eterno es fiel, que hace sabio al mentecato.
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Las ordenanzas de El Eterno son rectas, que alegran el corazón; el precepto de El Eterno es puro, que alumbra los ojos. El temor de El Eterno es puro, que permanece para siempre; los juicios de El Eterno son verdad, todos justos. Son más deseables que el oro, y más que mucho oro fino; y dulces más que miel, y que la que destila del panal. También tu siervo se cuida en ellos, hay gran recompensa en guardarlos. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Límpiame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las faltas intencionales, que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré limpio de mucha rebeldía. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, El Eterno, mi Roca, y mi Redentor». LA SECUENCIA DEDUCTIVA Veamos ahora gráficamente lo enunciado, es decir, que contando en el texto original hebreo las palabras a partir
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de «Torá», cuando se llegue al nombre de El Eterno, que representa al novio, éste será contado con el dedo índice. Comenzamos a contar desde la palabra Torat, que aparece en el versículo 8. Y contamos con el dedo pulgar, tal como es usual hacerlo cuando uno cuenta cualquier cosa, y veremos que el nombre de El Eterno es contabilizado por el dedo índice:
Para visualizar la progresión más claramente, cada vez añadiremos las palabras que siguen, al texto ya observado. Sigamos contando, y veremos que el siguiente nombre del Eterno también recae en el dedo índice:
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Sigamos contando, y veremos que el siguiente nombre del Eterno también recae en el dedo índice:
Sigamos contando, y veremos que el siguiente nombre del Eterno también recae en el dedo índice:
Sigamos contando, y veremos que el siguiente nombre del Eterno también recae en el dedo índice:
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Sigamos contando, y veremos que la palabra «oro – zahav-» recae en el dedo índice:
Se aprende de aquí que el Eterno consagró a Israel con la Torá a través de un anillo de oro. Y las cinco veces que se repite el nombre del Eterno corresponde con los cinco libros del Pentateuco (Jupat Jatanim).
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II CONSUMACIÓN DEL MATRIMONIO Ya hemos visto las costumbres acerca de cómo colocar el anillo en el dedo de la novia, y el origen de esa costumbre, ¿pero por qué razón el novio le entrega el anillo a la novia? La razón es porque para que se consume el casamiento, el novio debe realizar el procedimiento indicado en la Torá. Y uno de los pasos indicados es que le entregue a la mujer un objeto de valor antes de yacer con ella, como está escrito: «Si un hombre se casa con una mujer y yace con ella, y aconteciere que ella no halla gracia a los ojos de él, pues él halló en ella algo abominable y le escribió una declaración de divorcio, y se la entregó en su mano, y la echó de su casa; y ella se fue de la casa de él y fue y se casó con otro hombre, y éste último la odió y le escribió una declaración de divorcio, y se la entregó en su mano, y la echó de su casa; o si este último hombre que se casó con ella muriere; su primer marido que se divorció de ella
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no la podrá volver a tomar para que sea su mujer después de que fuera mancillada, pues es abominación para con El Eterno. No traerás pecado sobre la Tierra que te da El Eterno, tu Dios, como heredad» (Deuteronomio 24:1-4). Se aprecia a partir de esta cita bíblica que el hombre adquiere a la mujer yaciendo con ella (Talmud, tratado de Kidushín 4b). Y además fue dicho: «y ella se fue de la casa de él y fue y se casó con otro hombre, y éste último la odió y le escribió una declaración de divorcio». Y si su salida es a través de un documento –de divorcio-, del mismo modo, su ingreso –al matrimonio-, debe ser a través de documento (Talmud, tratado de Kidushín 5a). Y además fue dicho: Asimismo fue estudiado que la mujer es adquirida por esposa a través de plata (Talmud, tratado de Kidushín 3b). ¿De dónde se lo aprende? De la sierva hebrea, como está dicho: «Si un hombre vendiere a su hija como esclava, no se irá como se van los esclavos. Si es desagradable a los ojos de su señor, que debiera haberla designado para sí mismo, él ayudará a su redención; no
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podrá venderla a un extraño, pues la traicionó. Si la había designado para su hijo, la tratará de acuerdo con los derechos de las jóvenes. Si tomare a otra además de ella, no disminuirá su comida, su vestimenta ni sus relaciones maritales. Si no cumple con estas tres cosas para ella, ella se irá libre de cargo, sin plata» (Éxodo 21:7-10). RESUMEN CONSAGRATORIO Está escrito: «Si un hombre se casa con una mujer y yace con ella (...), y le escribió una declaración de divorcio (...)» (Deuteronomio 24:2). A través de esta sentencia se ordena al hombre que se casara con una mujer, que antes de hacerlo, la adquiera por esposa. A esta adquisición se la denomina: «consagración – kidushin-». Y la mujer es consagrada por prescripción de la Torá a través de tres modos:
Con plata o el valor en plata Documento Yacimiento con ella
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Después que la mujer fue consagrada, se la considera mujer casada. ¿Cómo se cumple con estos requisitos? Este es el modo en que se consagra una mujer a través de plata: el hombre le debe entregar a la mujer, ante la presencia de dos testigos, el valor equivalente a una medida de volumen denominada perutá. Es decir, la cantidad de plata con la que se consagra a una mujer es de por lo menos el valor de una perutá, en plata o el valor de plata, por un valor de media cebada de plata pura tzaruf-. Y como dijimos previamente, es costumbre que ese valor con el que se consagra a una mujer sea un anillo. Después de entregarle el valor mencionado, el hombre le dice a la mujer: «He aquí tu estás consagrada a mí de acuerdo con la ley de Moshé e Israel».
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Ahora bien, si en el momento de entregarle la plata no le dijo esta frase mencionada, sino otra, como: «He aquí tú estás comprometida -meureset- conmigo», o, «He aquí tú eres para mí por mujer», la mujer quedará consagrada. Y lo mismo sucederá con cualquier otra forma de dicción que indique consagración en forma clara, pues la mujer comprenderá que el lenguaje utilizado corresponde con la consagración matrimonial. DOCUMENTO DE CASAMIENTO Para consagrar a una mujer mediante un documento, se lo debe escribir en el nombre de la mujer que será consagrada. Y además, el documento debe ser escrito con el conocimiento de la mujer que será consagrada. Este documento se denomina ketuvá, y se acostumbra que después de que el novio le coloca el anillo a la novia, se lea el documento de matrimonio. Un dato interesante es que la ketuvá en realidad debería llamarse ktav, que significa «escrito». Pero la
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denominaron ketuvá porque un hombre y una mujer, cuando conformaren una pareja apropiada se ameritan que la Presencia Divina more entre ellos. Ahora bien, el nombre de El Eterno, el Tetragrama se escribe así:
- -
-
El hombre tiene la letra iud del Tetragrama. Pues la denominación que corresponde a hombre, en hebreo se manifiesta mediante la locución ish, que se escribe con una letra iud, la cual se encuentra en el centro de la palabra:
Iud es asimismo la primera letra del Tetragrama. En tanto «mujer», se expresa mediante la locución isháh, que en letras hebreas se escribe con una letra he al final de la palabra: 28
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La letra he también se encuentra en el Tetragrama. Resulta que entre el hombre y la mujer contienen las letras iud y he del Tetragrama. Aunque faltan dos letras para completarlo: vav y he. Por eso los sabios agregaron esas dos letras a la palabra ktav, y se formó la palabra ketuvá.
De este modo el Tetragrama se encuentra completo en medio de esta pareja (Taamei Haminaguim 995, Kontres Ajarón). UNIÓN POR YACIMIENTO El tercer modo de consagración de una mujer es a través de yacimiento con ella, y para hacerlo, el hombre le dice a la mujer en presencia de dos testigos: «he aquí tú estás 29
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consagrada a mí a través de este allegamiento». Y después él se quedará a solas con ella. De todos modos, los sabios prohibieron consagrar a una mujer por yacimiento con ella por decoro. Lo que se acostumbra hacer en la actualidad es que después de entregarle el anillo, y el documento de casamiento, y tras terminarse todo el procedimiento del enlace, el novio y la novia se dirigen a un cuarto apartado. Allí se quedarán solos, ante la presencia de dos testigos que observarán cuando entran. Después se cierra la puerta, y la pareja se queda a solas, y los testigos permanecen en la puerta por unos instantes. UNA BENDICIÓN IMPORTANTE Un detalle importante acerca del casamiento es que el hombre que consagra a una mujer debe recitar la bendición: «Bendito eres Tú, El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo que nos ha santificado con sus preceptos, y nos ha ordenado lo concerniente a las mujeres prohibidas -araiot-, y nos prohibió las
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comprometidas, y nos permitió las –mujeres que soncasadas a través de –la ceremonia llevada a cabo en elpalio nupcial y la consagración –denominada kidushín-. Bendito eres Tú, El Eterno, que santifica a Israel». Y después de culminarse la bendición, consagra a la mujer. Se acostumbra pronunciar esta bendición sobre una copa de vino, recitándose primeramente la bendición por el vino, y a continuación, la bendición de la consagración denominada kidushin. Además, a priori, debe haber diez hombres presentes en el momento del recitado de la bendición del compromiso. EL PALIO NUPCIAL Los casamientos judíos se realizan debajo de una jupá, que es un techado temporal sostenido por cuatro varas. Una vez que los novios están listos, se los cubre con un manto, denominado talit, y se da inicio a la ceremonia. Esta costumbre de cubrir a los novios, con la jupá, y también con un manto, se originó sobre la base de la palabra jupá, que significa «cubrir».
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El origen de la jupá lo hallamos en lo acontecido antes de la entrega de la Torá, previo al «casamiento» de Israel -la novia- con El Eterno -el novio-. En ese momento, El Eterno preguntó a los Hijos de Israel si aceptaban la Torá, y alzó el monte sobre ellos, como está escrito: «Moisés llevó al pueblo del campamento hacia Dios, y se pusieron de pie debajo de la montaña» (Éxodo 19:17). Se aprende que El Santo, Bendito Sea, alzó la montaña, poniéndola sobre los Hijos de Israel; y les dijo: ¡Si no aceptáis, la arrojo sobre vosotros! ¿Qué hicieron los Hijos de Israel? Todos ellos fueron, y se pusieron de pie debajo del monte, para mostrar ante El Santo, Bendito Sea, que estaban dispuestos a recibir la Torá de corazón íntegro (véase Talmud, tratado de Shabat 88a). En recuerdo de esta «cobertura» de los Hijos de Israel antes de su casamiento con El Eterno, se cubre la cabeza de los novios también en la actualidad.
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III EL COMPROMISO Y EL CASAMIENTO En tiempos de antaño el compromiso, denominado erusin, y el casamiento denominado kidushin o nisuim, eran dos procedimientos que se llevaban a cabo por separado, y en días diferentes. En la actualidad, se acostumbra realizar a ambos pasos el mismo día. EL ORIGEN DE LA PALABRA ERUSIN El novio, cuando se encuentra debajo del palio nupcial – jupá-, dice a la novia: «harei at mekudeshet li kedat moshé ve israel», que significa: «He aquí que tú estás consagrada a mí acorde a la ley de Moshé e Israel». El motivo de esta declaración es, porque encontramos en varios pasajes bíblicos, que el Eterno consagró a Israel con la Torá. Y la Torá es llamada erusin, tal como está escrito: «Esta es la Torá que nos ordenó Moshé; es la herencia -morashá- de la congregación de Jacob».
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La expresión morashá, que significa «herencia», puede leerse también meorasá, que significa «comprometida», en alusión a la novia. Y meorasá y erusin, son palabras que tienen una misma raíz vinculada con el compromiso matrimonial-. LA DECLARACIÓN DEL NOVIO ¿Por qué la declaración del novio comienza con la letra he? Se debe a que la Torá fue comparada en varias ocasiones a la novia, como dijimos, por eso el novio comienza su declaración con la letra he («harei at mekudeshet (...)», en correspondencia con los cinco libro de la Torá, el Pentateuco. Estos cinco libros son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. Veámoslo gráficamente:
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«Harei at mekudeshet li kedat Moshé ve Israel», comienza con la letra he
El valor numérico de letra he es 5, en correspondencia con los cinco libros del Pentateuco
EL COMIENZO DEL DOCUMENTO DE CASAMIENTO Asimismo hemos dicho que el novio entrega a la novia un documento de casamiento -ketuvá-, y el mismo comienza con la letra hebrea bet. ¿Cuál es la razón? Se debe a que la Torá comienza con la letra bet, como está escrito: «En el comienzo creó Dios a los Cielos y a la Tierra» (Génesis 1:1). Y en el original hebreo, este versículo comienza con la letra bet.
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Por esta razón, el contrato matrimonial, o sea, la ketuvá comienza con la letra bet . Veámoslo gráficamente El Pentateuco comienza con la palabra Bereshit que significa: «en el comienzo».
Apreciamos que la primera letra del Pentateuco es bet.
En tanto que la ketuvá comienza con la letra bet, porque lo primero que se escribe en ella es el día de la semana en el que la misma es confeccionada. Y el texto necesario para especificar este dato es este: «Esta ketuvá es escrita en el día tercero, contando a partir de Shabat». En el original hebreo sería así: 36
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Estas son las primeras palabras de la ketuvá:
LAS SIETE BENDICIONES En la boda se recitan además siete bendiciones consagratorias. ¿Cuál es la razón? Así como en la entrega de la Torá hubo siete voces, en correspondencia bendiciones
con ellas para
se
establecieron siete el casamiento.
Estas son las siete voces de la entrega de la Torá:
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«La voz de Dios está sobre las aguas» (Salmos 29:3). «La voz de Dios resuena con fuerza, la voz de Dios resuena majestuosamente» (Salmos 29:4). «La voz de Dios rompe cedros» (Salmos 29:5). «La voz de Dios hace estallar llamaradas de fuego» (Salmos 29:7). «La voz de Dios hace estremecer el desierto» (Salmos 29:8). «La voz de Dios estremece a las ciervas» (Salmos 29:9). RELACIÓN DE LOS 10 MANDAMIENTOS CON LAS BENDICIONES DEL CASAMIENTO Así como en los 10 Mandamientos Dios es mencionado catorce veces, también en las bendiciones del casamiento
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consta catorce veces el nombre de Dios (Es decir, «Dios», y «El Eterno»). Estos son los 10 Mandamientos: Yo soy El Eterno, tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de siervos. No habrá para ti otros dioses fuera de Mí. No harás para ti estatuas, ni imágenes de lo que hay arriba en el Cielo, y de lo que hay abajo en la Tierra, y lo que está en el agua abajo en la tierra. No te prosternes a ellos, y no los sirvas, pues Yo soy El Eterno, tu Dios, Dios celoso, que recuerdo el pecado de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y cuarta generación, a quienes Me aborrecen; y hago bondad a miles de generaciones, a quienes Me aman y guardan Mis preceptos. No tomes el nombre de El Eterno tu Dios para engañar, pues no tornará limpio El Eterno a quien tome Su nombre para engañar.
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO
Recuerda el día de Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu labor, y al día séptimo es Shabat para El Eterno tu Dios; no harás ningún trabajo, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, tu animal, y el peregrino que esté en tus portones. Porque en seis días hizo El Eterno los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el día séptimo, por eso bendijo El Eterno al día de Shabat y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que se te prolonguen tus días sobre la tierra que El Eterno tu Dios te da. No asesines. No prostituyas. No robes. No declares contra tu prójimo falso testimonio.
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO
No codicies la casa de tu prójimo. No codicies la mujer de tu prójimo, su siervo, su sierva, su toro, su burro y todo lo que sea de tu compañero (Éxodo 20:2) Estas son las siete bendiciones que se recitan durante el casamiento: Bendito eres Tú El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, que creó todo por Su gloria. Bendito eres Tú El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, hacedor del hombre. Bendito eres Tú El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, que hizo al hombre a Su imagen, a imagen concebida acorde a Su plan, y preparó para él una estructura que perdure por siempre. Bendito eres Tú, El Eterno, hacedor del hombre. Alégrese y regocíjese (la tierra) estéril, con la reunión sus hijos, cuando vuelvan a ella con alegría. Bendito eres Tú
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO
El Eterno, que alegra a Tzión (la tierra de Israel) y sus hijas. Alegra a estos fieles queridos, como alegraste a Tu obra (Adam y Java) en el jardín del Edén Bendito, en tiempos de antaño. Bendito eres Tú El Eterno, que alegra al novio y a la novia. Bendito eres Tú El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, que creó el regocijo y la alegría, al novio y a la novia, el júbilo, la alabanza, la dicha y el alborozo, el amor y la hermandad, la paz y el compañerismo. Que muy pronto, Dios, se oiga en las ciudades de Iehudá y en las calles de Jerusalén, la voz del regocijo y la voz de la alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de la dicha de los novios en sus bodas, y los jóvenes en sus banquetes con canciones. Bendito eres Tú El Eterno, que alegra al novio y a la novia. Bendito eres Tú El Eterno, Dios nuestro, Rey del universo, creador del fruto de la vid. (Taamei Haminaguim 964)
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO
DESPUÉS DEL CASAMIENTO El que se casa con una mujer virgen debe alegrarse con ella siete días, en los cuales no debe realizar labor, y tampoco debe comerciar, sino que debe comer y beber, y alegrarse con ella. Además, se recitan estas siete bendiciones mencionadas durante los días de la fiesta. PRIMER AÑO DE CASADOS El novio debe estar junto a su mujer durante un año entero desde el casamiento. Es decir, no deberá viajar fuera de la ciudad, ni tampoco salir para alistarse en el ejército, o hacer nada que se le asemeje. Por el contrario, deberá alegrarse con su esposa un año entero, como está escrito: «Cuando un hombre tome una nueva esposa, no saldrá al ejército, ni será obligado en ningún sentido; estará libre para su casa durante un año y alegrará a la mujer con la que se ha casado» (Deuteronomio 24:5).
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LA ESENCIA DEL MATRIMONIO Índice
CAPÍTULO I
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La celebración del casamiento Visión mística del enlace Los símbolos de los esponsales El traslado del novio El palio nupcial -jupáLa llegada del novio al palio nupcial La completitud exacta El manto de la boda La consagración El anillo de casamiento El anillo en el dedo índice La secuencia deductiva CAPÍTULO II
Pag. 23
Consumación del matrimonio Resumen consagratorio Documento de casamiento
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