Modelo de resolución de conflictos Un modelo de resolución de conflictos está constituido por una serie de pasos que se orientan a resolver el problema. En forma general estos pasos son:
Orientación al problema y definición del mismo.
Alternativas de solución.
Análisis de las alternativas de solución y toma de decisiones.
Puesta en práctica de la solución seleccionada
Evaluación.
Entr Entre e los los mode modelo los s tene tenemo mos s el R.A. R.A.C. C. (Res (Resol oluc ució ión n adec adecua uada da de Conf Confli lict ctos os), ), que que se fund fundam amen enta ta en la aser aserti tivi vida dad. d. Sus Sus acci accion ones es se orientan a distinguir entre persona y conducta, a expresar sentimientos y sugerir una solución al conflicto. “Rec “Recor orde demo mos s que que la aser aserti tivi vida dad d es la capa capaci cida dad d de un indi indivi vidu duo o para para tras trasmi miti tirr a otra otra pers person ona a sus sus post postur uras as,, opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo.” (Cf. Caballo; 1993). El mode modelo lo de Reso Resolu luci ción ón de Conf Confli lict ctos os R.A. R.A.C. C. ofre ofrece ce una una seri serie e de orientaciones para resolver los conflictos: Es indispensable distinguir la persona y el tema de discordia: La fuen fuente te más más recu recurr rren ente te de conf confli lict ctos os es la fuer fuerte te tend tenden enci cia a humana a confundir persona con conducta o tema de discordia. Por ejemplo: no estoy de acuerdo con un tipo de música que escucha mi hijo adolescente porque me parece que insta a la violencia y a otras cosas; por lo que tiendo a enojarme con él, en vez de concentrarme en el tema en desacuerdo. Esta corriente dificulta disociar la conducta (en discordia) con la persona (que representa la discordia) frecuentemente se convierte en la causa de conflictos y en el obstáculo para resolverlos. a.
Los mensajes “Yo”: Los mensajes “Yo” suelen ser una herramienta útil para la estrategia de distinguir entre persona y tema. Cuando se está está moles molesto to con otra otra person persona, a, es crucia cruciall poder poder expres expresar arse, se, para para poder empezar a resolver el problema. Es indispensable hacerlo sin ofender a la persona; es decir, atacar el problema y no a la persona.
La clave es hablar de la conducta que nos ofende o molesta, no de su persona. Para esto podemos seguir el siguiente esquema:
Hablar desde sí mismo/a, diciendo cómo le hace sentir la otra persona: “Yo me siento... (mal, triste, etc...)”
Decirle al otro/a qué de su conducta le molesta: (no insultar, ya que ello empujaría al otro a insultar de nuevo): “...cuando usted (me grita, me insulta . . .)”
Decir las razones que provocan el disgusto: “... porque... (me siento humillado, . . . con poco valor . . . etc.)”
Decir lo que se prefiere que se haga la próxima vez: ... y preferiría que... (no lo haga más, que me lo diga a mí primero, etc...)” Escuchar, comprender, no buscar culpables: No siempre los adultos tienen la razón, de pueden equivocar. Es necesario en la resolución de conflictos, escuchar lo que dice el otro. El diálogo es indispensable para resolver la situación. No se trata de buscar culpables, sino una solución razonable al conflicto. Ser modelos, no discursos: Los jóvenes aprenden más de nuestra conducta que de nuestros discursos. Los adultos tendemos a tener más herramientas para convertir la negativa conducta de otros en “anti-modelos”; los jóvenes no las tienen... hasta que se las enseñamos. Por eso, antes de cualquier clase o actividad sobre resolución no violenta de conflictos, no nos olvidemos de practicar nuestras enseñanzas. Otro modelo, es el Dr. Rodríguez (1997), que establece 16 orientaciones para solucionar los conflictos con los hijos adolescentes:
Describa el problema. Refiérase a la conducta que provoca el conflicto.
Sea breve; no se ponga de ejemplo, contando su vida. “Vaya al grano”.
Refiérase a los sentimientos: a lo que usted siente, sin hacer que él se sienta culpable.
Describa claramente lo que se espera de él, como conducta apropiada.
Durante la conversación, mantenga una actitud firme y afectuosa.
Vea el conflicto con un proceso normal de la vida en familia: ellos son diferentes y tienen opiniones diferentes. Vea el conflicto como una oportunidad para enseñar y aprender.
Los conflictos repetidos, pueden ser un síntoma de que la familia está enferma; no espere que solucionando el conflicto, se solucione el problema de la familia.
Prepárese a negociar.
Quite toda obsesión por “ganar”. Si se concentra en ganar, dejará de escuchar a su hijo y de escucharse usted mismo.
No ataque a su hijo, como persona.
Escoja el lugar y el momento.
No diga: “... es que usted siempre...”, o “... usted nunca...” o “... qué raro, tenía que ser usted...”, “... todos sus compañeros...”, “... todo el mundo...”, “me vas a matar...”, “... me tiene enferma...”, “... la puerta está abierta sino le gusta...”, “... me da risa lo que está diciendo...”.
No rehuya el conflicto. No se haga el enojado o el resentido. Enfrente la situación.
Diga todo lo que tiene que decir; no esté “sacando enojos” cada rato.
No se apresure a sacar conclusiones. Pregunte, pida que le aclare las cosas. No crea que la única que existe es la que usted ve o la que vivió en su tiempo.
Admita que está equivocado, cuando lo esté; sepa callar a tiempo, cuando tiene razón. No hable mucho. Se requiere más acción; menos palabras, que puedan ser ofensivas.
ACTIVIDADES
Hojas blancas Lapiceros o lápices Pizarra o carteles Documento: Modelo de resolución adecuada de conflictos Documento para los padres: Modelo de resolución adecuada de conflictos Documento: Sugerencias para prevenir conflictos con los adolescentes.
Actividad: ¿Conflicto? Objetivo: Explorar la concepción de conflicto que tienen los padres de familia. Se le reparte a cada miembro del grupo un papel en el cual ha de definir el concepto de conflicto. Luego cada padre de familia pegara esa definición en una pizarra y dará una breve explicación del mismo.
Actividad: un modelo de resolución de conflictos Objetivo: Exponer de forma didáctica un modelo de resolución de conflictos A continuación se presenta un modelo para la resolución adecuada de los conflictos. El modelo consta de los siguientes pasos:
Escoja el lugar y el momento para conversar con su hijo: Es necesario procurar un ambiente seguro, acogedor y apto, para iniciar el dialogo.
Identificar el problema: Es muy importante que se ataque la conducta y no a la persona. No generalizar una conducta a toda la persona. Por ejemplo: “eres un desordenado”, sino “eso té quedo en desorden”, puede ser contraproducente.
Refiérase a los sentimientos (a lo que usted siente): A continuación se presentan unos pasos prácticos para expresar sentimientos:
Hablar desde sí mismo, diciendo cómo le hace sentir su hijo:
“Yo me siento... (mal, triste, etc...)”
Decirle a su hijo, qué es lo que le molesta de su conducta: “...cuando usted (me grita, me insulta...)”
Decir las razones que provocan el disgusto: “... porque... (me siento humillado, ...con poco valor ..., etc.)”
Describa claramente lo que espera de él, como conducta apropiada: Esta orientación ha de ser constructiva, de tal manera que el adolescente se sienta bien en lo que le están solicitando. ... y preferiría que... (no lo haga más, que me lo diga a mí primero, etc...)”
Conocer lo que piensa el otro: “¿Qué te parece...?”
Actividad: Aplicando el modelo a nuestras vidas Objetivo: Aplicar el modelo de resolución de conflictos a casos concretos. En la actividad anterior se expuso el modelo de resolución de conflictos ahora se le solicita a los padres que lo apliquen a su vida. Se le solicita a cada participante que piense en un conflicto reciente y significativo con su hijo. Establecido el conflicto ahora los padres lo desarrollan según los pasos del modelo. Se les ofrece a los padres el siguiente ejemplo para que les sirva de guía:
Conflicto: Su hijo solicitó permiso para ir a una fiesta con sus amigos. Usted le dio permiso y le solicitó que regresara al hogar antes de las 10 p.m. Su hijo llegó a la casa a las 11:50 p.m.
Escoja el lugar y el momento para conversar con su hijo: Aunque usted estuvo despierto(a) hasta que su hijo regresara a la casa. Usted decide hablar con él, el día siguiente. Es importante no sacar conclusiones. Pregunte, pida que le aclare las cosas.
Identificar el problema:
Después de dialogar con su hijo, usted puede definir el problema, y establece que este se centra en que su hijo regresó al hogar después de la hora establecida.
Refiérase a los sentimientos (a lo que usted siente):
Hablar desde sí mismo, diciendo cómo le hace sentir su hijo: “Yo me siento muy ansioso(a)...”
Decirle a su hijo, qué es lo que le molesta de su conducta: “...cuando tú llegas a la casa después de la hora establecida...”
Decir las razones que provocan el disgusto: “... porque me preocupa mucho lo que te pase...”
Describa claramente lo que espera de él, como conducta apropiada: ... por lo que deseo tú me llames a la casa si te vas a atrasar por alguna razón...”
Conocer lo que piensa el otro: “¿Qué te parece...?”
Cuando los padres han desarrollo sus conflictos según el modelo de resolución se realiza la retroalimentación de la actividad. Si el tiempo lo permite se pueden dramatizar algunos conflictos desarrollados por los padres.
Actividad: ¿Cómo prevenir conflictos con los adolescentes? Objetivo: Brindar unos lineamientos para prevenir conflictos con los hijos. Se le pregunta a los padres ¿cómo se puede prevenir conflictos con sus hijos? Las respuestas se van anotando en una pizarra o en un cartel. Luego se complementa con los consejos que brinda el Dr. Rodríguez (1997):
Dé a sus hijos un reloj despertador.
Establezca un centro de comunicación: la puerta de la refrigeradora cumple con este propósito, cuando les pegamos mensajes.
En la medida de lo posible, asígneles un espacio de fácil acceso, para su ropa.
Téngales un calendario, para que anoten sus compromisos sociales y fechas para exámenes y tareas.
Enséñeles a usar los “aparatos” eléctricos que haya en la casa.
Infórmeles de cuándo tendrán visitas.
Explíqueles cómo usar un teléfono público o llamar a cobrar.
Enséñeles cómo atender el teléfono y tomar mensajes.
Establezca horas de llegada a la casa.
Enséñeles a realizar tareas del hogar, con las que no podían ayudar antes, por ser más pequeños.
Pídales que cuando salgan, lleven menudo para una llamada, en caso de emergencia.
Instrúyalos a que no lleven todo el dinero en la misma bolsa o bolso.
Pídales que le hagan una lista de los amigos y sus números de teléfono, en caso de que necesiten localizarlos.
Cuando sale la familia, enséñeles a preparar su propia maleta.
Advierta a sus hijos de cuáles cosas que usted pone en la refrigeradora, no deben ser tocados, ya que la refrigeradora es uno de los sitios preferidos por los adolescentes.
Adviértales de no hacer planes o invitar amigos, sin consultar primero.
En la medida de lo posible, infórmeles con anterioridad, de cuándo va usted a salir, por si ellos deben quedarse cuidando la casa.
Toque la puerta de la habitación o dormitorio, donde acostumbran “encerrarse”.
Establezca una rutina o un sitio de la casa, para poner la ropa sucia.
Enséñelos a dejar las circulares de la escuela o del colegio, en un sitio especialmente designado para eso.
Tómeles la opinión cuando hace planes familiares, que los afectarán.