CONSIDERACIONES FARMACOCINÉTICAS EN EL PACIENTE CRÍTICO Lina Marcela Merlano Romero; Jesús Francisco Turizo Hernández Universidad de Sucre. Facultad Ciencias de la Salud. Programa de Medicina. ___________________________________________________
La farmacocinética se ha convertido en una herramienta para aumentar los beneficios y disminuir los riesgos cuando se instaura una terapia farmacológica, sobre todo en grupos especiales de pacientes. En los pacientes en estado crítico, debido a las variaciones fisiopatológicas, los procesos ADME no se ajustan a los de personas sanas o menos comprometidas. En el paciente crítico los sitios de administración donde se realiza la absorción pueden llegar a alterarse y disminuir la biodisponibilidad del fármaco. La redistribución del riego sanguíneo hacia órganos blanco disminuye, también, la biodisponibilidad en distintas vías de administración. Algunas condiciones como procesos inflamatorios sépticos o no sépticos, permiten la salida de líquido del espacio intravascular hacia el intersticial, creando un tercer espacio donde va a ser mayor el volumen de distribución de fármacos hidrofílicos, lo que desproporciona el equilibrio de concentración plasma/tejidos y, por lo tanto, no se alcanza llega a la concentración plasmática necesaria para que el fármaco ejerza su efecto. En estados patológicos, las enzimas que participan en la fase II del metabolismo de los fármacos son afectadas por el estrés celular, volviéndose una característica limitante. El deterioro de la función renal aumenta el riesgo de sobredosificación, debido a que la mayoría de los fármacos se excretan por esta vía. Los antimicrobianos constituyen un grupo terapéutico de alta relevancia, debido a que son usados como tratamiento en sepsis grave y shock séptico, las principales causas de ingreso a UCI. El uso correcto disminuye la aparición de cepas resistentes y la morbimortalidad. La relación farmacocinética/farmacodinámica determinará la efectividad de la respuesta terapéutica. De acuerdo a estas dos variables los antibióticos pueden ser concentración-dependiente o tiempo-dependiente. Los antibióticos concentración-dependiente deben alcanzar una concentración 10 veces por
encima de la CMI de la bacteria. En los antibióticos tiempo-dependiente la eficacia está condicionada por el tiempo en que la concentración exceda la CMI, que en un paciente crítico se espera que sea del 100%. Para este tipo de casos se proponen altas dosis en intervalos cortos, formulaciones de liberación sostenida o infusiones continuas, para mantener las concentraciones plasmáticas. Las múltiples asociaciones de los β-lactámicos, permiten obtener concentraciones plasmáticas efectivas con el fin de alcanzar la CMI a pesar de las alteraciones fisiopatológicas. El monitoreo de fármacos en el paciente crítico debe ser frecuente y no basarse sólo en los algoritmos, para no recaer en dosis bajas inefectivas. Para optimizar la terapia antimicrobiana, además de la relación FK/FD, se debe realizar la monitorización debido a la individualidad de los pacientes críticos en UCI. La farmacocinética clínica permitirá determinar la dosificación que se ajusta a las necesidades del paciente asegurando la relación costo-efectividad. Se deben monitorear aquellos fármacos con alto riesgo toxicidad y variabilidad farmacocinética. La monitorización podría determinar el mejor esquema de dosificación para lograr eficacia y evitar la aparición de resistencias. La TCI permite ajustar dosis de un medicamento en tiempo real para optimizar la respuesta del paciente y alcanzar la concentración plasmática esperada. Así, es posible cambiar la forma de administración de algunos medicamentos en UCI hasta generar concentraciones estables en el tiempo o se puedan modificar con rapidez. Lo ideal es que la farmacocinética clínica se convierta en una herramienta de mayor utilización en las terapias farmacológicas en UCI. Esto permitirá una mejor utilización de los medicamentos, maximizar su eficacia y reducir la toxicidad.