“año de LA DIVERSIFICACION PRODUCTIVA Y DEL FORTALECIMIENTO DE LA edUCaCIoN”
DEONTOLOGÍA POLICIAL CÁTEDRA
:
ÉTICA POLICIAL.
CATEDRÁTICO
:
S0 - PNP BRIYIT PEREZ GABRIEL.
INTEGRANTES
:
SECCIÓN
:
HUANCAYO – PERÚ Deontología Deontología Policial
2015
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ÍNDICE Portada
01
Índice
02
Dedicatoria
03
Introducción
04
CAPITULO I: DEONTOLOGÍA Origen
05
Objetivos
06
Ética y moral
07
Deontología y ética profesional
08
Relevancia de la ética en el periodismo
12
La conciencia profesional
13
CAPITULO II: DEONTOLOGÍA APLICADA A LA PNP Carácter intelectual y humanista
15
Constancia y permanencia
16
Las tradiciones
17
La colegiación
18
Nivel social
19
Verdad
20
Secreto profesional
21
¿Qué propósitos busca la PNP?
22
CONCLUSIONES
24
ANEXOS
25
BIBLIOGRAFIA
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Deontología Deontología Policial
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DEDICATORIA: A nuestra Docente por su invalorable apoyo incondicional en esta increíble experiencia profesional.
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INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas morales orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una parte de la Filosofía Práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta humana. La ética se dedica al estudio de los actos humanos, pero aquellos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no forma parte del campo de estudio de la ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral, sino que reflexiona sobre ella. Desde la perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto modo libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres humanos. En el ejercicio de esa libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida moral y sobre los que la ética, como reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar adecuadamente la praxis, la acción humana. La propia discusión de una ética profesional ya implica la idea de la existencia de un código moral colectivo con un cierto grado de intersubjetividad y con un carácter vinculante entre sus miembros, y no sólo un mero conjunto de normas apelativas a la intuición, a la emoción o al extremo del relativismo de la moral individual.
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CAPÍTULO I DEONTOLOGÍA
1.1.
Origen del concepto. La primera alusón al término deontología la hizo Bentham en su obra Science de la Morale (París, 1832). Con ella quería dotar de un enfoque algo más liberal al concepto ética y convertir en un concepto laico el término, hasta entonces religioso, moral. En otras palabras, pretendía lograr la fórmula kantiana, esquivando la carga de subjetividad de la moral y la ética. En "Deontología o ciencia de la moral" busca el racionalismo, con un mecanicismo casi matemático con el que valorar los comportamientos por su utilidad. Sin embargo, el intento de Bentham por cambiar el contenido de la moralidad por un concepto
más
“aséptico”
y
menos
valorativo,
no
logró
esa
transformación por el mero hecho de acuñar un nuevo término. Es decir, aun hoy, cuando nos referimos al término deontología, seguimos relacionando está con la ética y/o la moral.
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Bentham considera que la base de la deontología es el utilitarismo, lo que significa que los actos de las personas se consideran buenos o malos en función de la felicidad global que puedan generar. Según este marco teórico, el fin de una acción debe ser conseguir la máxima felicidad para el mayor número de personas. De este modo, toda acción que conduzca a ese fin, será aceptada como moralmente correcta. ¿Qué es aquello a lo que podemos denominar bien en sí o bien incondicional? En nuestro contexto sociocultural actual, es la dignidad de cada persona, que debe ser admitida y garantizada jurídicamente y defendida políticamente. La dignidad es aquello que debe constituir el núcleo principal de toda ética filosófica y de toda deontología profesional que se precie.
1.2.
Objetivos. Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales
más
o
menos
rigurosos
que
permitan
exigirle
responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus actos, de ahí la necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la propia conciencia, que debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos morales, existe la figura de los colegios profesionales para mantener, promover y defender la deontología. Éstos vigilan el cumplimiento de determinados niveles de
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exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño del trabajo de sus colegiados. El Estado, al convertir a los colegios profesionales en corporaciones a través de mecanismos legales, propicia el modo de mantener la deontología profesional. Les encarga funciones públicas y les dota de la potestad de imponer una determinada disciplina a todos los profesionales pertenecientes a este colectivo. Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el momento de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas. La deontología es de sumo interés para el mundo profesional, y en concreto, para profesiones que comportan una elevada responsabilidad social (médicos, abogados, docentes, psicólogos, periodistas…).
Esa
deontología busca
un
equilibrio entre
un
determinado estilo de vida moral (lo que antes denominábamos êthos o carácter moral) y un alto nivel de profesionalidad técnico-científica. Esta doble dimensión ha de tratarse con armonía y equilibrio para una mayor dignificación de cualquier actividad laboral.
1.3.
Ética y moral. Estos dos términos proceden uno del griego, <êthos> (=carácter), y otro del latín, (=costumbre). Ambos tienen
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la misma raíz semántica y por tanto la misma significación original. Por ello Ética y Moral, etimológicamente, se identifican y se definen como la "ciencia de las costumbres". Sin embargo, con el tiempo ambos vocablos han evolucionado hacia significaciones distintas. El concepto de ética y el de moral están sujetos a diferentes usos dependiendo de cada autor, época o corriente filosófica. Por este motivo es necesario identificar las características de ambos términos para poder establecer las distinciones y semejanzas pertinentes. La moral hace referencia a todas aquellas normas de conducta que son impuestas por la sociedad, se transmiten de generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica. El fin último que persiguen estas reglas morales es orientar la conducta de los integrantes de esa sociedad. Por su parte, la ética es el hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas, es un conjunto de normas, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta.
1.4.
Deontología y ética profesional. Estos dos términos suelen usarse como sinónimos, pero no lo son. Es importante destacar las principales diferencias entre ellos:
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Deontología Profesional
Ética profesional
Orientada al deber
Orientada al bien, a lo bueno No se encuentra recogida en normas ni en
códigos
deontológicos,
está
Recogida en normas y códigos relacionada con lo que piensa el propio "deontológicos"
individuo
(conciencia
individual/profesional)
Esas normas y códigos son mínimos y aprobados por los No es exigible a los profesionales de un profesionales de un determinado determinado
colectivo
(periodistas,
colectivo profesional (periodistas, médicos, abogados,...) médicos, abogados,...)
Se ubica entre la moral y el Parte de la ética aplicada derecho
Una de las diferencias cuando hablamos de "ética" y "deontología" es que la primera hace directamente referencia a la conciencia personal, mientras que la segunda adopta una función de modelo de actuación en el área de una colectividad. Por ello, con la Deontología Policial
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concreción
y
diseño
de códigos
deontológicos, además
de
autorregular esta profesión, se invita al seguimiento de un camino muy concreto y a la formación ética de los comunicadores. De forma teórica, podríamos diferenciar dos grandes grupos: la ética social y la ética individual. Dentro de la ética individual se diferencia, también, una ética interpersonal que es la que rige el comportamiento que tenemos en relación a otros individuos. Aquí se puede situar la ética profesional ya que rige el comportamiento del profesional en su actividad laboral. Los principios que rigen la profesión se obtienen a través de métodos similares a los de la ética general: dialógico, inductivo y deductivo. Para conocer el fundamento ético y moral de un código ético, se requiere el estudio de la actividad profesional en sí misma y no es suficiente la labor de un filósofo que desconozca la profesión. La ética de las profesiones se mueve en el nivel intermedio de las éticas específicas o “aplicadas”. El profesional se juega en el
ejercicio de su profesión no sólo ser un buen o mal profesional sino también su ser ético. No acaba de ser considerada una persona éticamente aceptable quien en todos los ámbitos actuase bien y cumpliese con sus deberes menos en el ejercicio de sus responsabilidades profesionales. La ética general de las profesiones se plantea en términos de principios: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el principio de justicia y el principio de no Deontología Policial
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maleficencia El de ontologismo plantea los temas éticos en términos de normas y deberes. Los principios se distinguen de las normas por ser más genéricos que éstas. Los principios ponen ante los ojos los grandes temas y valores del vivir y del actuar. Las normas aplican los principios a situaciones más o menos concretas, más o menos genéricas. Las normas suelen hacer referencia a algún tipo de circunstancia, aunque sea en términos genéricos. Pero también los principios se hacen inteligibles cuando adquieren concreción normativa y hacen referencia a las situaciones en las que se invocan y se aplican. En términos generales un principio enuncia un valor o meta valiosa. Las normas, en cambio, intentando realizar el principio bajo el que se subsumen, dicen cómo debe aplicarse un principio en determinadas situaciones. Tanto las normas como los principios son universales aun cuando el ámbito de aplicación de los principios sea más amplio y general que las normas específicas que caen bajo dicho principio. Desde la perspectiva de la ética profesional, el primer criterio para juzgar las actuaciones profesionales será si se logra y cómo se logra realizar esos bienes y proporcionar esos servicios (principio de beneficencia). Como toda actuación profesional tiene como destinatario a otras personas, tratar a las personas como tales personas, respetando su dignidad, autonomía y derechos sería el Deontología Policial
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segundo
criterio
(principio
de
autonomía).
Las
actuaciones
profesionales se llevan a cabo en un ámbito social con demandas múltiples que hay que jerarquizar y recursos más o menos limitados que hay que administrar con criterios de justicia (principio de justicia). Y, en todo caso, habrá que evitar causar daño, no perjudicar a nadie que pueda quedar implicado o afectado por una actuación profesional (principio de no maleficencia).
1.5.
Relevancia de la ética en el periodismo. La espina dorsal de la que subyacen todas las críticas del periodismo es que este ha dejado de cumplir con su función principal y propia, es decir, acercar a los ciudadanos la información necesaria para que puedan tomar mejores decisiones, orientarse en la vida pública, conocer aquello que no pueden vivir de forma directa y controlar a quienes ejercen el poder. A lo que hay que sumar, que lejos de garantizar la salud del sistema democrático, la práctica periodística estaría incluso poniéndolo en la cuerda floja. No es de extrañar, por tanto, que denunciar la crisis del periodismo, e incluso, pronosticar su desaparición como lo conocemos, sea algo habitual. Se llega afirmar que la profesión periodística se transformaría en una rama del espectáculo y hasta su disolución en los beneficios de una tecnología que permitiría la "auto información".
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1.6.
La deontología como ética profesional. Según José María Barrio, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid: En un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas del buen hacer – perfectum officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental – constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos
1.7.
La conciencia profesional. La conciencia humana
es
individual,
pero
tiene
varias
dimensiones: la conciencia reflexiva (porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la conciencia individual la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es decir, que con la primera cada persona se relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos responsabiliza en la forma de trato hacia esas otras personas. Además de estas dos hay una clase de conciencia
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más, constituida como un concepto muy importante relacionado con la deontología profesional: la conciencia profesional.
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CAPITULO II LA DEONTOLOGIA APLICADA EN LA PNP 2.1. Carácter Intelectual Y Humanista. En la mayoría de las profesiones liberales se requiere del esfuerzo intelectual constante para su ejercicio, y de una adecuada preparación universitaria, por lo que me pregunto, si no sería más conveniente gastar en preparación policial más que en la inútil , costosa y burocrática creación de comisiones derechos humanos . Por otra parte el carácter intelectual de los profesionales, por razones de costumbre y origen abarca también el humanismo, pues no busca el conocimiento exclusivo de la especialización, sino el universal y además
pone
en
práctica
valores
como
la
paciencia,
la
conmiseración, la liberalidad, la justicia y la armonía social; Gracias al humanismo, al conocimiento universal y a las continuas muestras de sensibilidad y solidaridad del hombre, es claro por qué el primer objetivo fundamental en el ejercicio de una profesión lo integren la compasión y el servicio a la comunidad, y aquí es donde igual me Deontología Policial
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pregunto, ¿que acaso los fines de la actividad policial no son humanistas? Obviamente que sí y en mucho.
2.2. Constancia Y Permanencia. Históricamente de los oficios surgieron las profesiones, mismas que se han extendido y especializado, al grado que la permanencia y la continuidad nos hacen olvidar los tiempos de la improvisación, y en la actualidad ya no se puede ser “aprendiz de todo y oficial de nada” y menos aún en el área policial, pues los nefastos resultados de esta vieja práctica los hemos constatado todo el tiempo.
2.3. Vocación Profesional. Cuando un individuo se inclina por ciertas profesión, cuenta con toda una serie de motivaciones, aspiraciones y decisiones culturales, sociales, económicas y sobre todo psicológicas, que delinean sus aptitudes para el desempeño de la misma, pues su estudio y ejercicio se facilitan, y así como el médico tiene” ojo clínico”, el investigador policial tiene “vista larga” ; el abogado criterio jurídico, y el policía una “percepción intuitiva” , etc.
2.4. Independencia Y Libertad De Contratación. La distinción más características de las profesiones es la independencia de criterio que les aporta la experiencia y el dominio de su área, pues el conocimiento teórico-práctico les crea un estilo y forma muy personales de visualizar los problemas y sus soluciones Deontología Policial
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adecuadas, y no puede ser de otra forma pues el dominio de una disciplina revela una libertad de operación casi ilimitada. El verdadero profesional que disfruta de esta seguridad al aplicar sus conocimientos. Igualmente aprovecha su actividad para poner en práctica los principios éticos que lo distinguen. Así por ejemplo tanto el médico como el investigador policial tienen la capacidad de discernir que su trabajo y la libertad en la investigación respectiva no pueden nunca soslayar el respeto a la vida y a la dignidad humana.
2.5. Las Tradiciones. Al analizar las características de las profesiones nos damos cuenta que su ejercicio se ha facilitado a través de la enseñanza milenaria y sus practicantes se enorgullecen de esta reconocida trayectoria histórica; y la conjunción de los conocimientos empíricos y abstractos almacenados en la memoria colectiva, se ha convertido a lo largo de las innumerables generaciones, en nuestra herencia, reflejada en costumbres, ritos de iniciación, ceremonias, logotipos e insignias,
niveles
de
profesionalización,
actitudes,
hábitos,
reglamentos. Códigos, decálogos, vestimentas especiales (Togas, Birretes, batas, uniformes) así como toda una serie de festividades gremiales, etcétera.
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2.6. Colegiación. Las profesiones nacen bajo la tutela universitaria y son parte de ella por cuanto el personal académico con su experiencia y conocimientos aconseja a sus respectivas instituciones acerca del t ipo y contenido delas materias que en su seno deben impartirse. Y si la universidad ha formado desde el medievo claustros de profesores; en respuesta los profesionales actuales han constituido sus propios colegios, sociedades, asociaciones y otros centros de conocimientos cuyo origen proviene de la tradición. Algunos de los más antiguos colegios profesionales, como los de abogados, notarios y médicos, son prueba de cómo las instituciones deben adaptarse a las circunstancias para cumplir con sus propósitos y sobrevivir al tiempo; así mismo no sólo se han convertido en receptáculos y depositarios de las modificaciones que paulatinamente sufre el ejercicio profesional, sino también en testigos del devenir histórico de este, en muchas partes del mundo. La labor de dichos colegios es tan diversa como las variadas facetas de la rama del conocimiento que representan, el testimonio colegiado permite en gran medida comprender los antecedentes y las funciones de una profesión, etc.
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2.7. Nivel Social. Debido a que el profesional se ha esforzado durante mucho tiempo estudiando y especializándose, renunciando a descansos y comodidades, por lógica el costo de este proceso siempre está en aumento; y alguien con este nivel de preparación, es claro que no necesita un cincel y martillo, requiere de libros, capacitación y renovación continua, y esto lo entiende la sociedad y por ello ve con justeza que al profesional se le retribuya según sus aptitudes, responsabilidades y prestigio, pues vive de su trabajo intelectual y normalmente ubicado en un nivel socio-económico intermedio.- Y nuevamente vemos aquí que el trabajo policial verdaderamente profesional encaja perfectamente en este nivel. Y si bien estas particularidades aportan una idea de lo que hoy es un verdadero profesional, es conveniente reunirlas con otras e integrar un decálogo que lo distinguen como ser humano y complementan la actividad que desarrolla y que igual son imperantes en el área policial:
2.7.1. Dignidad. Con una conducta ejemplar, guiada por una conciencia recta y responsable, es portador de la dignidad de su profesión.
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2.7.2. Verdad. Su formación intelectual y moral no le permite bajo ninguna circunstancia faltar a la honradez y veracidad.
2.7.3. Servicio. Manifiesta un real y honesto espíritu de servicio como corresponde a su profesión.
2.7.4. Sociabilidad. La relevancia de su actuación, radica en función del beneficio a la sociedad.
2.7.5. Compañerismo. Es indispensable en cuanto que el intercambio de criterios y opiniones entre colegas enriquece siempre la actividad.
2.7.6. Lealtad. Cualidad difícil pero determinante, con ella se ofrece no únicamente amistad, sino cuanto sabe y puede hacer por quienes le rodean.
2.7.7. Respeto A Otras Profesiones. Interprofesionalmente respeta los principios de otras disciplinas,
pero
conservando
su
propia
libertad
de
interpretación. Deontología Policial
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2.7.8. Secreto Profesional. A excepción de la moral o de la ley, en contadas ocasiones, la norma y la tradición, lo obligan a mantener el secreto profesional.
2.7.9. Remuneración. Sus emolumentos se ciñen a las normas legales o colegiadas.
2.7.10.
Colegialismo. Atiende
constantemente
tres
aspectos
primordiales, relacionados con la institución colegiada: como ámbito de convivencia entre compañeros, como órgano de defensa de legítimos intereses gremiales, y como instrumento de protección, asesoría y confianza a favor de la sociedad en general.- todo ello por medio de la exigencia y el compromiso de una prestación profesional, competente, eficaz, honesta y responsable
2.8. Repercusiones Actuales Y Expectativas. La falta de estricta aplicación de los deberes y valores generales e inherentes al área deviene en actos de diversa índole por parte de los miembros efectivos de las diferentes corporaciones policiales en nuestro país, como la tan famosa corrupción en todas
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sus formas y en todos los niveles, la tortura, la prepotencia, la negligencia y otros más. Una policía ética y moralmente bien preparada cumple cabalmente con sus funciones y con su propósito histórico de velar por la seguridad de la sociedad y de cultivar su espíritu de lealtad, profesionalismo, entrega, honradez y sacrificio. La sociedad volverá a depositar su confianza en los cuerpos policiales cuando en la medida de su recta actuación derivada de una verdadera preparación profesional se note la gran diferencia y se realice el binomio seguridad pública —gobernados.
2.9. ¿Qué Propósitos Busca La PNP? Desde mi punto de vista, todos los integrantes de los diferentes cuerpos policiales, llámense Municipales, Estatales o Federales, deberían tener una formación académica acorde a nuestra realidad histórica y sobre todo a su nivel de actuación, en la cual quede incluida por supuesto la materia de Deontología Policial, pero no como un mero requisito dentro del contexto de asignatura, no, lo ideal es contar con profesionales del área que los hagan reflexionar sobre la verdadera filosofía de sus deberes en cuanto a la aplicación de una ética—moral,
bien
definida,
que
les
reafirme
los
valores
indispensables e inherentes a su área de desempeño.
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Y no es que en la actualidad no existan instituciones de formación policial, pues en realidad las hay en todos los Estados de la República Mexicana, lo que sucede es que la deontología Policial, por lo general no está incluida como una materia dentro del cuadro de asignaturas, pues como es lógico, se le da preferencia al conocimiento de la prevención e investigación en los diferentes delitos, así como al marco jurídico de actuación y otras más; esperando que los graduados acaten los códigos de ética existentes en los cuerpos policiales de los cuales pasan a formar parte, incluyendo los valores que marca la constitución Federal para los funcionarios de seguridad pública: profesionalismo, honradez y eficacia; y todo está bien, incluso todos los policías graduados juran cumplir con la ley y sus diferentes reglamentos, pero ¿esto es una realidad?, Los estados ideales son casi imposibles, pero en la medida que el gobierno siga aplicando nuevas políticas para profesionalizar y actualizar a sus cuerpos de seguridad pública, e incluya en estas la deontología Policial como una materia obligatoria y de estricta aplicación profesional, se acercará cada vez más a la solución del problema real.
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CONCLUSIONES
En conclusión, existe la necesidad de incorporar principios y valores como un elemento sustantivo para conseguir una práctica profesional de calidad y de respeto con las personas.
Actualmente, se pueden detectar algunas contradicciones en el
articulado de la mayoría entre ética y deontología, Por ejemplo, si un abogado, valiéndose de las técnicas procesales previstas en las leyes, consigue la absolución de un delincuente, diremos que ha obrado de una forma moral y deontológica, aunque ha provocado un efecto injusto, desde el punto de vista ético. Este ejemplo sirve para ilustrar la necesidad de que los profesionales reciban una formación suficiente que abarque no solo la capacitación técnica precisa, sino también una sólida formación en valores éticos y morales. Sólo de este modo se podrá ofrecer una práctica profesional adecuada.
Las normas éticas y morales se aprenden por modelado, instigando a la reflexión sobre las aplicaciones técnicas, confrontando principios, observando la realidad desde diferentes perspectivas etc., en definitiva, "estando en el mundo". Pero parece que los temas deontológicos interesan poco, quizá porque se consideren antiguos y porque tienen poca cabida en los "tiempos tecnológicos" que corren.
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ANEXOS Anexo 01
Anexo 02
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BIBLIOGRAFÍA
DINSTDOC PNP. "Doctrina y Ciencia Policial". Lima – Perú.2001.
DINSTDOC PNP. "Temas sobre Ciencia Policial". Lima – Perú.2001.
G. JIMENEZ BACCA Benedicto "Doctrina y Ciencia Policial" primera edición 2003.
H. MALPARTIDA MANSILLA, Alberto. "Derecho de Policía". Edit. Buenaventura. 3ª. Edic. Lima – Perú. 1998.
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