Por otro lado, Emilie teme que el asunto acabe salpicando a su familia. Según escribe al conde de Argental, es posi ble bl e que qu e con co n E l m un d an o se estén haciendo circular otros escritos de Voltaire, posiblemente los versos a Urania, en los que éste habla de sus amores con la marquesa. Pretenden, dice, implicar al marqués Du Chátelet para que deje de proteger a Voltaire, para que le retire la hospitalidad de Cirey. A este respecto ella manifiesta confianza en su marido, pero no desea a ningún precio involucrar a la familia Chátelet en el escándalo que significaría que los versos de am or corrieran corrieran lili brem br em ente en te p o r Par P arís. ís. E sta st a posi po sibi bili lida dad d no llegó lle gó a m ater at eria iali liza zars rse. e. Mme du Chátelet se empleó a fondo y pudo detener la amenaza. No obstante, su temor prueba que las “faltas” de Voltaire taire se extendían desde su cáustica escritura hasta su relación relación con la marquesa. Lo que significaba aquella ostentosa pareja de Cirey era visto como inconveniencias a los ojos de la opinión de París. Lo que resultaba opinable y criticable era su estilo de vida mundano , tan fácil fácil de leer en las cartas de nuestros amigos y en la leyenda que ellos mismos esparcieron en París. Voltaire había hablado sin tapujos sobre la mundanidad de Cirey y sobre la imagen bien conocida de Emilie, mientras escribía E l m unda un dano no.. El episodio de E l m u nd a no y otros asuntos que siguieron nos permiten establecer la relación existente entre una cuestión privada y doméstica y un problema público y político. Las gentes de Cirey viven dicho episodio dramáticamente, su libertad de pensamiento y su forma de vida no convencional se aliaban para poner en cuestión la honorabilidad de Voltaire y de Mme du Chátelet. Ella, que tan ostentosa se muestra del valor de sus sentimientos de amor y amistad, es puesta en entredicho por ello. Pero la amenaza qu e pesa sobre Voltair Voltairee desencadenará aún otro problema para Mme du Chátelet y es que, si su amante es perseguido, la vida en Cirey, tal como ella la vive y la desea, se tambalea. Voltaire, amenazado, abandona Cirey y cuestiona la felicidad de Emilie, quien reacciona para imponer la censura a Voltaire y a su escritura. Escribe a Argental, el protector de paciencia infinita, infinita, para que 39