Domótica Historia de la modernización de las viviendas Desde la era de la prehistoria los hombres siempre han buscado una constante mejora del medio en el que habitan, y más concretamente en su hogar. El descubrimiento del fuego para aquella época significo un gran avance en materia de seguridad y confort, ya que las llamas ofrecían por un lado protección frente los enemigos ajenos y a la vez luz y calor.
Uso del Fuego para confort y seguridad . seguridad .
Posteriores a las cuevas fueron las cabañas (situémonos en el periodo neolítico) y poco a poco la vivienda se fue transformando con la aplicación de nuevas técnicas y materiales, con diferencia según la zona geográfica. Más tarde en la Mesopotamia se inicia la construcción de lo que podríamos denominar “primeras casas” con piezas de barro, que más adelante también usarían los egipcios con edificaciones que iban de lo más modesto a verdaderas mansiones, con jardines, patios interiores, fuentes, dependencias, etc. En el siglo V a.C. algunas habitaciones de la casa griega ( oikós) oikós) empezaban a tener una función muy específica como es el thalamós, thalamós , lugar más íntimo en donde se guardaban los bienes más preciados. Estas casas servirían en un futuro de modelo para la civilización romana, que incorporaron una diferenciación aún más clara de las distintas salas; había el tablinum (recibidor), tablinum (recibidor), el triclinio (comedor) triclinio (comedor) y los cubiculum(dormitorios), cubiculum (dormitorios), todo alrededor de un patio central denominado atrium. atrium . Algunas de las aportaciones de los romanos a la arquitectura doméstica fueron la introducción del agua corriente, que llegaba a las fuentes de las casas mediante los acueductos y las cañerías de plomo, junto con la invención de un ingenioso sistema de calefacción consistente en un sistema de cañerías subterráneas mediante las cuales circulaba agua que previamente sé había hecho calentar mediante con fuego y leña.
Las casas europeas de la Edad Media no representaron un adelanto relevante en cuanto a confort y seguridad a causa de la pobreza de la época, si bien los nobles vivían rodeados de comodidades en los castillos. Ahora hagamos hagamos un salto cronológico hasta 1850, fecha de la 2ª Revolución Revolución Industrial. La evolución de las viviendas, que hasta entonces se había ido desarrollando de forma discreta, se dispara con la aparición de la electricidad, el agua corriente, el gas, el correo, el teléfono y los electrodomésticos. Todas estas apariciones de la ciencia y la tecnología se fueron asimilando paulatinamente. Con inventos como el teléfono, la radio y más tarde la televisión, que favorecerá que la opinión pública se genere en el ambiente doméstico y no en el exterior como sucedía hasta entonces (por ejemplo en el caso romano la opinión se intercambiaba en el forum); forum); en casa actúan los políticos, juegan los deportistas, cantan los artistas, debaten los intelectuales y combaten los militares. De esta forma el terreno doméstico ya estaba preparado para los inicios de la automatización, que será la tecnología antecesora de la edificación inteligente. La automatización, símbolo del progreso durante las ocho primeras décadas del siglo XX, iba extendiéndose a todo aquello susceptible de ser automatizado en un edificio. En los años setenta, un edificio moderno debía estar dotado como mínimo de escaleras, puertas, ascensores, climatización, sistema de detección de incendios y de intrusos; todo automático. El hecho que permitiría encaminar la tecnología hacia los edificios inteligentes fue, sin lugar a dudas, la aparición del microprocesador y en definitiva de los ordenadores personales. No obstante, el concepto de edificio inteligente todavía quedaba lejos y el paso más importante para alcanzarlo vino de la mano del control climático: el ahorro y el confort eran y son factores prioritarios para un arquitecto, de modo que ingenieros e informáticos acercaron sus relaciones como nunca y empezaron a diseñar para posteriormente instalar sistemas de climatización controlados por autómatas y finalmente por ordenadores personales.
Uso de dispositivos inteligentes para el control domótico. Entrando en los noventa, el desarrollo paralelo de tres grandes ramas de la tecnología (telecomunicaciones, electrónica e informática) hace que los edificios convencionales añadan múltiples mejoras y a su vez los hogares inteligentes empiecen a ser una realidad más palpable, aunque eso sí más cerca de un interés promocional que real (nos encontramos en un estado embrionario y aún no podemos hablar de casas inteligentes). inteligentes ). Cualquier edificio dotado de sistemas inteligentes de climatización de accesos, de
iluminación, etc. era considerado inteligente cuando en realidad las palabras más adecuadas habrían sido edificio domótico. domótico .
¿Qué es la Domótica? Entendemos como tal la incorporación al equipamiento de nuestras viviendas y edificios una práctica, intuitiva e innovadora tecnología que permita gestionar de forma energéticamente eficiente, segura y confortable para el usuario, los distintos aparatos e instalaciones domésticas tradicionales que conforman una vivienda (la calefacción, la lavadora, la iluminación...).
Integración de la tecnología en el hogar.
El usuario nota que tiene el control, y ese control lo ejerce mediante el sistema para ahorrar o derrochar ( yo controlo, yo decido). decido ). Podemos hacer que una luz se encienda al abrir la puerta, o que se cierren automáticamente el gas y el agua, se bajen las persianas y se apague la calefacción cuando activamos la alarma al salir de casa, pero todo ello porque yo yo quiero, no porque el sistema quiera (el usuario us uario establece establ ece de forma intuitiva, intu itiva, centralizada y eficiente como quiere que su hogar se automatice). Para que un sistema pueda ser considerado inteligente inteligente ha de incorporar elementos o sistemas basados en las Nuevas Tecnologías de la Información . Generalmente, un sistema domótico dispondrá de una red de comunicación y diálogo que permite la interconexión de una serie de equipos a fin de obtener información sobre el entorno doméstico y, basándose en dicha red, hará de la vivienda un entorno más funcional, inmediato y a medida de cada usuario. En la actualidad la propia evolución, la convergencia en prestaciones y campos de aplicación de las tecnologías disponibles, junto con este estado todavía muy inexplorado y otras razones de carácter semántico hacen que se prefiera la denominación Gestión Técnica de Edificios y Viviendas en detrimento del término domótica. domótica .
Incorporación de un sistema domótica en la cocina. Podemos considerar la domótica como la utilización simultanea de electricidad, electrónica e informática en la gestión técnica de las viviendas o bien decir sencillamente que es el lenguaje mediante el cual el usuario y la vivienda se comunican. Entendemos por gestión técnica la modificación, ya sea local o remota, de los parámetros de los servicios y funciones implementados en la instalación.
¿Que nos aporta la domótica? Los beneficios que aporta la domótica son múltiples, y se podría afirmar que cada día surgen nuevos. Por ello los agruparemos en los siguientes apartados: 1- El ahorro energético gracias a una gestión tarifaria e "inteligente" de los sistemas y consumos. 2- La potenciación y enriquecimiento de la propia red de comunicaciones. 3- La más contundente seguridad personal y patrimonial. 4- La tele-asistencia. 5- La gestión remota rem ota (vía teléfono, teléf ono, radio, Internet, I nternet, etc.) de instalaciones instalacione s y equipos domésticos. 6- Aumento del bienestar bienestar y en definitiva definitiva,, del confort. confort.
Criterios para el desarrollo de un sistema s istema demótico Para valorar el grado de inteligencia de un edificio se han de tener en cuenta diversas variables observables tanto en sus sistemas automatizados como en su estructura. La medida en que se contemplan estas variables nos permitirá decidir si un edificio es inteligente o sencillamente sencillament e dispone de funciones automatizadas y los podemos clasificar en tres grandes niveles:
Sistema Técnico
Este grupo lo componen cuatro variables destacables:
La integración de integración de servicios y sistemas es la convergencia de todas las estructuras en un solo equipo controlador . De esta variable depende la rapidez y eficacia del control del edificio. La flexibilidad es flexibilidad es la capacidad capac idad de añadir nuevos servicios servi cios y elementos el ementos a los lo s sistemas existentes y en funcionamiento. Un edificio inteligente ha de prever que sus usuarios tendrán nuevas necesidades en el futuro y debe tener un margen de aceptación de nuevos elementos que ayuden a cubrir dichas necesidades sin tener que rediseñar completamente la instalación (con la consiguiente dificultad a nivel técnico y económico que eso pueda suponer). La capacidad de re-programación del mismo. mism o. El sistema sis tema técnico técnic o debe permitir perm itir modificar los parámetros de cada dispositivo de acuerdo con las exigencias y necesidades del usuario. Por ejemplo, el sistema de iluminación debe permitir cambiar la intensidad de las lámparas o el sistema de control de temperatura regular la calefacción. La compatibilidad de formatos de información es imprescindible para tener una buena interacción entre los automatismos ya que cada uno de ellos emite un tipo de señal propio que no tiene porque ser necesariamente el mismo al resto de dispositivos conectados. Hay dos tipos de señales: digital y y analógica; analógica ; pero además podemos encontrar diferentes medios físicos para transmitirlos en una misma instalación: a través de un cable denominado bus (el bus (el más común entre los sistemas domóticos), mediante señales en información útil para el controlador se utilizan acondicionadores de señales que transforman la señal propia del dispositivo de forma que sea compatible con la señal del controlador central.
Usuarios del edificio
Estas características pertenecen al orden social y cultural en la relación casa/usuario. Serán todas aquellas que se orienten a mejorar una serie de condiciones:
Mejora de la calidad de vida.
Seguridad de los habitantes y los bienes del inmueble.
Facilidad de comunicación entre las personas.
Mejora en la realización de las tareas destinadas a los usuarios.
Optimización de los recursos energéticos.
Diseño arquitectónico
A la hora de abordar una instalación de un sistema domótico hace falta tener en cuenta diversas exigencias económicas, ambientales, normativas, etc. Ya que el diseño de un edificio o una vivienda abarca muchas cuestiones. En este punto simplemente tendremos en cuenta algunas de las características de las instalaciones automatizadas.
La normalización es un factor que hoy por hoy se encuentra en proceso de desarrollo, hay que tener en cuenta que a pesar de las innovaciones aparecidas, la domótica es una área relativamente nueva, los órganos que órganos que dictan la normativa a seguir han ido creando leyes a medida que se ha hecho necesario. También debemos tener en cuenta que la legislación es variable según la zona geográfica y cambia en función de los progresos de la tecnología. El diseño de espacios comunes, es decir, aquellos que comparten los usuarios del edificio (pasillos, recibidores, habitaciones, servicios, etc.) han de tener en cuenta su naturaleza en cuanto a iluminación, calefacción, control de acceso, etc. También hay que prestar atención a las canalizaciones a la hora de diseñar el edificio, tanto para los cables de alimentación eléctrica como para las señales de audio, video, teléfono, etc. Hay que realizar los aislamientos convenientes y prevenir los accesos a las instalaciones eléctricas para posibilitar su mantenimiento. Ya que el ahorro energético es uno de los objetivos primordiales de la domótica, es necesario una dedicación especial en el aislamiento, reduciendo los coeficientes de perdida de temperatura. Mediante puertas y ventanas podemos regular la ventilación pero no conviene olvidar aquellos accesos exteriores de apertura automática, como ahora la puerta principal o la del garaje.