La ira infantil, cómo controlarla y por qué se origina
Estas explosiones airadas en el niño y la niña son una forma de llamar la atención de sus padres y madres cuando en algunos casos tienen dificultad para hacerse entender. Una preocupación en los padres y madres son aquellas reacciones súbitas de ira o enojo en los niños y niñas sin causa aparente, o como consecuencia de la disciplina impuesta en el hogar o en la escuela ante una falta cometida por el
menor. Si bien estos arrebatos suelen ser normales durante la etapa de desarrollo del niño y de la niña, hay que estar alertas cuando las explosiones de mal humor se prolongan por demasiado tiempo , siendo más difíciles de manejar
por
la
familia
al
no
comprender
esa
actitud
en
el
infante.
Estos estallidos airados de constante enojo pueden poner a sus padres en jaque, pues tienden a aparecer en el momento menos pensado y en el lugar menos adecuado . Estos niños o niñas siempre encontrarán algo malo o repulsivo
donde se encuentren, reaccionando con un comportamiento negativo. Diversas causas pueden desencadenar ese mal momento, como el estrés, dolores físicos o emocionales, la impotencia o frustración por algo que no pueden obtener, una
fuerte
depresión,
y
hasta
un
desorden
bipolar.
De hecho, este tipo de actitudes en el niño y la niña son también como una forma de llamar la atención de sus padres y madres ante una situación de menosprecio, burlas
o
dificultad
para
hacerse
entender.
Para ellos este comportamiento es, quizás, la única forma que tienen para comunicarse y decirle a sus padres cuán importante es para ellos un hecho en particular y que los mayores consideran insignificante. Bastará un gesto negativo
para
que
el
menor
estalle
en
llanto,
pataleta
o
rebeldía.
¿Qué hacer en estos casos? , ¿cómo controlar la reacción del niño o niña? Un
paso importante es no ponerse a su nivel, mantener la calma y la serenidad , y mirándole a los ojos decirle que solo estando tranquilo podrá entenderle. En otros casos, cuando el menor se encuentra en ese estado de rabieta, convendrá dejarlo solo
hasta
que
se
le
haya
pasado
y
entonces
conversar.
Dejar pasar estas reacciones de ira, no saberlas abordar en su debido momento, pensando que con el tiempo pasarán, puede arrastrar una serie de trastornos en la familia, en la escuela, y hasta en sus relaciones de pareja más adelante.
CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A NO PERDER EL CONTROL CUANDO ESTÁN FRUSTRADOS “Los niños pequeños quieren las cosas como las quieren cuando las quieren, y no tienen ninguna inhibición para expresar su ira”, señala Parenting .
También están profundamente frustrados por todas las habilidades que no han logrado dominar: buscan constantemente reafirmar su independencia y no consiguen ponerse los calcetines, ¿cómo te sentirías en su lugar?
Sé firme
La empatía es buena, pero nunca olvides marcar límites . Ante una conducta inaceptable, como morder o pegar, la respuesta debe ser firme y clara: “ No”. Si el
comportamiento sigue, debes retirar a tu hijo de la situación. La solución de Steinberg fue dar a su hijo una opción. “Voy a contar hasta tres, y si
no te levantas, no te voy a contar un cuento. Tuve que llegar hasta tres, pero entonces levantó sus brazos para que le pudiera poner la pijama”.
Si eres el receptor de sus golpes, no sería mala idea mostrar tu desagrado hablando de forma seria ; si descubre que ciertas cosas te molestan, dejará de
hacerlas. Sólo asegúrate de que respondes de inmediato al comportamiento específico y no al hecho de que tu hijo tenga un berrinche . Por ejemplo:
puedes decir que está bien enojarse pero no está bien morder. Además es muy importante siempre cumplir el castigo que le has impuesto a cada conducta.
Dale palabras
A los 2 años, un niño puede aprender a usar el lenguaje para expresar sentimientos, aunque quizás debas enseñarle a hacerlo. Puedes decirle: “ estás enojado porque no te compré una paleta”, y esto le ayudará a saber cómo se
siente. También puedes explicarle brevemente por qué no puede tener la paleta y puedes intentar calmarlo ya sea cargándolo o distrayéndolo con algo
más. Para que esto funcione, nunca lo engañes . Tranquilizarlo con mentiras puede repercutir en su entendimiento más tarde.
Que tus expectativas sean reales
Sin importar cuán verbal sea tu hijo, recuerda que es pequeño. Esperar que siempre mastique con la boca cerrada o quiera compartir sus juguetes cada vez que juega es injusto. Puede llegar al punto donde la única reacción que le quede sea el enojo, porque no puede hacer lo que le pides. Evita una serie de explosiones repetitivas y berrinches . Tu hijo no tiene la capacidad para
recordar lo que hizo, y mucho menos por qué lo hizo. Una vez que se le pase el enojo, déjalo ir.