La visión de Alce Negro Sucedió durante el verano en que tuve nueve años. Nuestra gente avanzaba poco a poco hacia las Montañas Rocosas. Acampamos una tarde en un valle, unto a un arro!uelo, cerca del sitio en que desembocaba en el "ierba #rasa. $n individuo llamado "ombre %adera, que me estimaba, me invitó a comer en su tipi. &ntonces, una voz me dio' ("a llegado el momento. Ahora te llaman. Sonó tan recia ! clara, que le prest) cr)dito, cr)dito, ! me dispuse dispuse a ir a donde ella quisiera. quisiera. Me levant) levant) ! ech) a andar. Los muslos muslos comenzaron comenzaron a dolerme, dolerme, ! de pronto *ue como si me despertara de un sueño, ! no se o+a la voz. olv+ al tipi, pero hab+a perdido el apetito. "ombre %adera me miró de modo e-traño ! me preguntó qu) me pasaba. Le respond+ que me dol+an las piernas. &l campamento se levantó al d+a siguiente. %abalgu) en compañ+a de varios muchachos. Nos detuvimos a beber en un arro!o. Se me doblaron las piernas al desmontar ! no pude dar un paso. Mis camaradas me a!udaron a levantarme ! me sentaron en el caballo estaba en*ermo aquella tarde cuando acampamos. acampamos. Al d+a siguiente siguiente nos encaminam encaminamos os al lugar en que las di*erentes partidas de nuestro pueblo se reunir+an. Me transportaban en una narr na rria ia,, tan tan malo malo esta estaba ba.. /en+ /en+aa hinc hincha hado doss las las pier pierna nass ! los los braz brazos os,, ! asimismo la cara. 0ormado 0ormado !a el campo, campo, permanec+ permanec+ acostad acostadoo en nuestro nuestro tipi, tipi, ! mi madre madre ! mi padre se sentaron a mi lado. 1od+a ver a trav)s de la abertura. 2, he aqu+, dos hombres descendieron de las nubes cabeza abao como *lechas que caen, ! supe que eran los mismos que hab+a visto con anterioridad. Llevaban entonces sendas lanzas largas, ! de las moharras part+a un ra!o mellado. Llegaron al suelo esta vez ! se quedaron algo apartados me observaron ! dieron' (3Apres4rate3 5en3 5/e llaman tus Antepasados3 olvieron sobre sus talones ! se separaron del suelo como *lechas que parten del arco hacia lo alto. Las piernas no me dol+an al levantarme para seguirlos ! era mucha mi agilidad. Abandon) el tipi. A lo leos, adonde los hombres de lanzas *lameantes iban, una nubecilla avanzaba mu! de prisa. Llegó ! se enarcó, me arrebató ! retrocedió al lugar de donde proced+a. 2
cuando mir) abao, vi a mi madre ! a mi padre a la distancia, ! sent+ la pena de dearlos. 6espu)s no hubo m7s que el aire ! la rapidez de la nubecilla que me transporta transportaba, ba, ! los dos hombres hombres que nos preced+an preced+an hasta las alturas, alturas, en las que nubes blancas se acumulaban como montes en un vasto llano azul, ! en ellas los seres del trueno viv+an ! bull+an ! destellaban. No hubo de pronto m7s que un mundo mundo nuboso, ! los tres nos hallamos hallamos en una amplia llanura alba, con colinas ! montañas que nos contemplaban ! reinaba una gran quietud pero se o+an susurros. 2 los dos hombres hablaron a la vez ! dieron' (3"e ah+ al ser de cuatro patas3 Mir) ! vi un corcel ba!o, que rompió a hablar. (Aqu+ me tienes3 (e-clamó(. er7s mi historia. #iró hacia donde el sol se pone ! dio' ("elos3 Sabr7s su historia. Mir). 2 hab+a doce caballos negros alineados de *rente con collares de pezuñas de bisonte, ! eran bellos be llos pero !o sent+a miedo, porque sus crines relampagueaban ! el trueno anidaba en sus collares. &l ba!o giró hacia donde vive el gran gigante blanco 8el norte9 ! dio'( "elos3 2 hab+a doce caballos blancos alineados de *rente. Sus crines se agitaban como la ventisca, ! sus collares desped+an un rugido, ! alrededor de ellos se cern+an ! volteaban gansos albos. &l ba!o giró hacia donde el sol luce siempre 8el este9, ! me impelió a mirar. 2 doce alazanes, con collares de dientes de alce, estaban alineados de *rente, ! sus oos destellaban como el lucero del alba ! sus crines brillaban como la aurora. &l ba!o giró hacia el lugar al que siempre se mira 8el sur9. 2 hab+a doce rucios alineados de *rente, con astas en la cabeza ! crines que viv+an ! crec+an como 7rboles ! hierbas. 2 cuando los hube visto, el ba!o dio' (/us Antepasados celebran conseo. /e acoger7n, as+ que te de 7nimo.
cuando mir) abao, vi a mi madre ! a mi padre a la distancia, ! sent+ la pena de dearlos. 6espu)s no hubo m7s que el aire ! la rapidez de la nubecilla que me transporta transportaba, ba, ! los dos hombres hombres que nos preced+an preced+an hasta las alturas, alturas, en las que nubes blancas se acumulaban como montes en un vasto llano azul, ! en ellas los seres del trueno viv+an ! bull+an ! destellaban. No hubo de pronto m7s que un mundo mundo nuboso, ! los tres nos hallamos hallamos en una amplia llanura alba, con colinas ! montañas que nos contemplaban ! reinaba una gran quietud pero se o+an susurros. 2 los dos hombres hablaron a la vez ! dieron' (3"e ah+ al ser de cuatro patas3 Mir) ! vi un corcel ba!o, que rompió a hablar. (Aqu+ me tienes3 (e-clamó(. er7s mi historia. #iró hacia donde el sol se pone ! dio' ("elos3 Sabr7s su historia. Mir). 2 hab+a doce caballos negros alineados de *rente con collares de pezuñas de bisonte, ! eran bellos be llos pero !o sent+a miedo, porque sus crines relampagueaban ! el trueno anidaba en sus collares. &l ba!o giró hacia donde vive el gran gigante blanco 8el norte9 ! dio'( "elos3 2 hab+a doce caballos blancos alineados de *rente. Sus crines se agitaban como la ventisca, ! sus collares desped+an un rugido, ! alrededor de ellos se cern+an ! volteaban gansos albos. &l ba!o giró hacia donde el sol luce siempre 8el este9, ! me impelió a mirar. 2 doce alazanes, con collares de dientes de alce, estaban alineados de *rente, ! sus oos destellaban como el lucero del alba ! sus crines brillaban como la aurora. &l ba!o giró hacia el lugar al que siempre se mira 8el sur9. 2 hab+a doce rucios alineados de *rente, con astas en la cabeza ! crines que viv+an ! crec+an como 7rboles ! hierbas. 2 cuando los hube visto, el ba!o dio' (/us Antepasados celebran conseo. /e acoger7n, as+ que te de 7nimo.
2 los caballos, de cuatro en *ondo (negros, blancos, alazanes ! rucios(, se colocaron detr7s del ba!o, que vir) hacia el oeste ! relinch). 2 all+, inesperadamente, el *irmamento se trocó en tempestad de precipitados corceles de todos los pelaes, tempestad que sacudió el mundo con su trueno ! que relinchó en respuesta. &l ba!o vir) entonces hacia el norte, mientras e-halaba un queido, ! all+ el *irmament *irmamentoo rugió rugió en viento poderoso de caballos caballos de todos los pelaes, pelaes, que relinchó en respuesta. 2 cuando el ba!o relinchó hacia el este, el *irmamento se llenó de +gneas nubes de crines ! colas de caballos de todos los pelaes pelaes que le respond+an. respond+an. Llamó luego al sur, ! se pobló de corceles multicolores, alegres, que relinchaban entrecortadamente. &l ba!o me habló una un a vez m7s. (Mira cómo danzan tus caballos3 Mir), ! hab+a corceles, corceles en todas partes, un *irmamento de corceles danzando a mi alrededor. (Apres4rate3 (me ordenó el ba!o. 2 anduvimos uno unto a otro, seguidos de los negros, blancos, alazanes ! rucios, de cuatro en *ondo. Mir) Mir) de nu nuev evo, o, ! de pron pronto to los los inn4 inn4me mero ross caba caball llos os da danz nzan ante tess se convirtieron en animales de toda especie ! en todas las aves que e-isten, ! )stas hu!eron a las cuatro regiones del mundo de las que hab+an salido los caballos, ! desaparecieron. 2 and7bamos cuando el c4mulo nuboso que nos preced+a se trans*ormó en un tipi, cu!a entrada abierta era un arco iris ! a trav)s de ella entrev+ a seis ancianos sentados en l+nea. Los dos hombres de las lanzas me escoltaron a uno ! otro lado, ! los caballos ocuparon puestos en sus regiones mirando al interior, de cuatro en *ondo. 2 el Antepasado m7s vieo me habló con dulzura. (&a, ven ! no temas. 2 mientras lo dec+a, todos los caballos relincharon en sus regiones para es*orzarm es*orzarme. e. &ntr), pues, ! me par) en presencia presencia de los seis. seis. 2 eran mucho m7s vieos que lo que am7s el hombre alcanzar7 a ser, vieos como montes, como estrellas.
&l m7s anciano habló nuevamente... 2 al Antepasado 8del oeste9 le dio que de los seres del trueno recibir+a el poder de llegar al alto ! solitario centro de la tierra. 2 un segundo Antepasado le entregó una hierba de poder. 2 se convirtió en ganso. 2 los corceles del oeste se convirtieron en truenos, ! los corceles del norte en gansos. 2 entonces un tercer Antepasado habló' (Animo, oven hermano (dio(, puesto que te llevar7n a trav)s de la tierra. Señaló al lugar en que el lucero del alba titilaba, ! debao de )l volaban dos hombres. (6e ellos recibir7s poder ( a*irmó(, de ellos que han despertado a todos los seres de la tierra dótalos de ra+ces ! patas ! alas. Mientras tales cosas dec+a, ten+a en la mano una pipa de la paz, en la boquilla de la cual se desplegaba un 7guila moteada ! el 7guila parec+a viva, porque estaba posada ! aleteaba, ! sus oos se *iaban en m+. (%on esta pipa recorrer7s la tierra (dio el Antepasado(, ! sanar7s todo lo que en*erme en ella. Señaló luego a un hombre por completo roo brillante, color de lo bueno ! de la abundancia, ! mientras lo señalaba, el hombre roo se tumbó ! se revolcó ! se cambió en un bisonte, que, levant7ndose, galopó hacia los alazanes del este, los cuales se volvieron asimismo en bisontes, rollizos ! numerosos. 2 el cuarto Antepasado 8el del sur9, habló' (:oven hermano, con los poderes de las cuatro regiones ir7s como pariente. "e aqu+ que te dar) el centro vivo de una nación, ! con )l salvar7s a muchos. 2 vi que ten+a en la mano una vara encarnada que viv+a, ! mientras la contemplaba echó pimpollos en lo alto ! produo ramas, ! de las ramas brotaron muchas hoas ! susurraron, ! en las hoas los p7aros empezaron a cantar. 2 por un instante se me antoó ver debao de )l, a su amparo, las aldeas circulares de gentes ! todas las cosas vivas con ra+ces o patas o alas, ! eran dichosas sin e-cepción. (&star7 en el centro del aro de la nación (dio el Antepasado(, ! ser7 bastón con que andar ! el corazón del pueblo ! con tus poderes lograr7s que *lorezca.
2 habiendo callado un rato oi a escuchar el canto de los p7aros, agregó'( Mira la tierra3 2 as+ lo hice. 2 vi a lo leos como un aro de pueblos, ! en el centro *loreció la vara sacra que era 7rbol, ! donde se ergu+a se cruzaban dos caminos, encarnado ! negro. (6esde el lugar en que el gigante vive 8el norte9 hasta el sitio al que siempre se mira 8el sur9, se e-tiende el camino encarnado, camino del bien (e-plicó el Antepasado(. &l negro va desde el sitio en que viven los seres del trueno 8el oeste9 hasta donde el sol brilla de continuo 8el este9, camino espantoso, camino de turbulencias ! guerra. 1or )l ir7s tambi)n, ! recibir7s de )l el poder de destruir a los enemigos del pueblo. Recorrer7s la tierra henchido de potencia durante cuatro ascensos. ;magino que se propon+a revelarme que !o ver+a cuatro generaciones, incluida la m+a, ! ahora esto! viendo la tercera. Se puso en pie, alt+simo, ! se precipit) en carrera hacia el sur, ! era un alce ! mientras se con*und+a con los rucios, )stos se convirtieron en alces. &ntonces habló el quinto Antepasado, el m7s anciano de ellos, el &sp+ritu del %ielo. (Muchacho, he enviado por ti ! has venido. 5er7s mi poder3(dio !, abriendo los brazos, se trocó en 7guila moteada que se cierne(. Mira, todas las alas del aire ir7n a ti, ! ellas ! los vientos ! las estrellas ser7n como parientes tu!os. %ruzar7s la tierra con mi poder. &l 7guila se remontó por encima de mi cabeza ! aleteó ! de s4bito el *irmamento se llenó de alas amistosas que acud+an hacia m+. Sab+a !o que el se-to Antepasado se dispon+a a hablar, )l que era el &sp+ritu de la /ierra, ! vi que era mu! vieo, mucho m7s vieo de lo que alcanzan a serlo los hombres. /en+a el pelo largo ! blanco, su rostro parec+a un amasio de arrugas ! sus oos estaban hundidos ! apagados. Le e-amin) con atención, porque cre+a conocerle, no s) por qu) ! mientras le e-aminaba, se mudó poco a poco, retrocediendo hacia la uventud, ! cuando *ue muchacho comprend+ que era !o mismo con todos los años que se acumular+an en m+. olvió a la ancianidad ! dio' (Muchacho, s) valiente, porque mi poder ser7 tu!o ! lo necesitar7s, puesto que tu pueblo terreno su*rir7 calamidades. en conmigo.
Se levantó ! pasó con cansino andar por debao de la puerta del arco iris !, al seguirle, !o cabalgaba el ba!o que me hab+a hablado en primer t)rmino ! conducido hasta all+. &l corcel se paró ! se encaró con los caballos negros del oeste, ! una voz anunció' (/e han concedido la copa de agua para que viva el d+a del reverdecer, ! asimismo el arco ! la *lecha para destruir. &l ba!o relinchó, ! los doce caballos negros se colocaron detr7s de m+ ! se alinearon de cuatro en *ondo. &l ba!o se volvió hacia los alazanes del este, ! vi que ten+an luceros del alba en las *rentes ! que brillaban mucho. 2 una voz dio' (/e han concedido la pipa sagrada ! el poder que es paz, ! el buen d+a roo. &l ba!o relinchó, ! los doce alazanes se pusieron detr7s de m+ de cuatro en *ondo. Mi montura se en*rentó entonces con los rucios del sur, ! una voz dio' (/e han concedido la vara sagrada ! el aro de tu nación, ! el d+a amarrillo ! en el centro del aro ver7s *ia la vara, ! la har7s crecer en 7rbol acogedor, ! *lorecer7. &l ba!o relinchó, ! los doce rucios se colocaron detr7s de m+ de cuatro en *ondo. Supe entonces que los corceles puestos detr7s de m+ llevaban inetes, ! una voz dio' (Recorrer7s ahora el camino negro con )stos ! mientras avances, te temer7n cuantas naciones poseen ra+ces o patas o alas. 1or tanto, me dirig+ hacia el este por el espantoso camino, ! detr7s de m+ iban los caballos de cuatro en *ondo (negros, blancos, alazanes ! rucios(, ! en lontananza, sobre el espantoso camino, la estrella del amanecer apenas brillaba. 6irig+ los oos a mis pies, donde la tierra callaba en una mortecina luz verde, ! me percat) de que las colinas miraban con miedo a lo alto, lo mismo que sus hierbas ! todos los animales ! me rodeaban por doquier chirr+dos de p7aros aterrados ! golpeteo de alas agitadas. &ra !o el e*e de todos los *irmamentos mientras cabalgaba, ! cuando volv+ la vista atr7s, los doce caballos negros se encabritaron ! patearon ! atronaron, ! sus crines ! colas eran torbellinos de granizo ! sus ollares resoplaban ra!os. 2 cuando mir) de nuevo hacia el suelo, advert+ la ca+da sesgada del granizo ! la lluvia
larga, azotadora, ! en los sitios por los que +bamos, los 7rboles se humillaban ! las colinas resultaban casi indiscernibles. La tierra recobró su esplendor mientras cabalg7bamos. 1od+a !o ver los montes ! valles ! arro!os ! r+os debao de nosotros. Llegamos a un punto en que tres corrientes de agua se suman en una enorme hontanar de aguas poderosas, ! all+ hab+a algo terrible. 6e la corriente se alzaban lamas, ! en las llamas viv+a un hombre azul. &l polvo *lotaba alrededor de )l en el aire, la corta hierba se agostaba, los 7rboles se marchitaban, los seres b+pedos ! cuadr4pedos estaban *lacos ! adeaban, ! las alas carec+an de *uerza para volar. Los inetes de los caballos negros gritaron <5"ola he!3= ! cargaron contra el hombre azul, pero *ueron rechazados. 2 el blanco tropel gritó, cargó ! quedó vencido ! tambi)n el tropel roo ! el amarillo. 2 cuando todos hubieron *racasado, gritaron al un+sono' (1ronto, Ala de >guila Se 6espliega3 2 el mundo se llenó de todo g)nero de voces que me vitoreaban, ! ataqu). Llevaba la copa de agua en una mano !, en la otra, el arco que se convirtió en lanza cuando el ba!o ! !o descend+amos, ! en la punta de la lanza destellaban con *uerza los a!os. Acert) al hombre azul en el corazón, ! al herirlo o+ el retumbo del trueno ! muchas voces que gritaban <5$n(hi3=, para indicar que !o le hab+a matado. Se apagaron las llamas. Los 7rboles ! hierbas perdieron su agostamiento ! murmuraron llenos de alegr+a, ! todos los seres chillaron alborozados con toda su *uerza. &ntonces los cuatro escuadrones de guerreros cargaron ! embistieron con vigor el cad7ver del hombre azul. 2 de pronto se convirtió en ino*ensiva tortuga. &ntiende. "ab+a cabalgado en compañ+a de las nubes tormentosas, ! hab+a baado a la tierra como lluvia, ! lo que hab+a matado, gracias al poder concedido por los Seis Antepasados, era la sequ+a. ?bamos ahora por la tierra, a lo largo del r+o crecido desde el manantial, ! no tard) en ver la aldea circular de una nación en el valle. 2 una voz dio' ("e aqu+ un pueblo tu!o es. 5Apres4rate, Ala de >guila Se 6espliega3 &ntr) en la aldea a caballo, con los cuatro escuadrones en pos de m+ (negros, blancos, alazanes ! rucios(, ! los gemidos ! el llanto por los muertos estremec+an el lugar. &l viento soplaba del sur como una *iebre, ! cuando mir) alrededor vi que en casi todos los tipis las mueres ! los niños ! los varones agonizaban unto a los cad7veres. 1or tanto, cabalgu) en torno del aro de la aldea, contemplando a en*ermos ! di*untos, ! sent+
ansias de llorar. 1ero al mirar atr7s, todas las mueres ! los niños ! los varones se levantaron ! salieron con risueña e-presión. 2 una voz dio' ("e aqu+ que te han dado el centro del aro de la nación para que lo hagas vivir.0ui al centro de la aldea, con los inetes, en sus regiones, alrededor de m+, ! la gente se congregó. (&ntr)gales ahora (dio la voz( la vara *loreciente a *in de que *lorezcan, ! la pipa sagrada a *in de que sepan el poder que es la paz, ! el ala del gigante blanco a *in de que sean resistentes ! arrostren los vientos con bravura. %og+ la brillante vara roa ! la clav) en el suelo en el centro del aro de la nación. %uando tocó la tierra, saltó con sumo vigor en m+ mano ! *ue un @aga chun, un 7rbol susurrante 8un 7lamo9, mu! alto ! pl)tórico de ramas *rondosas ! de todos los p7aros canoros. 2 debao de )l animales de toda especie se con*und+an con la gente como parientes ! chillaban alegremente. 2 todo el pueblo se puso en marcha por un camino roo. ;ntegraban la gran procesión los e*es de la tribu, niños, óvenes ! vieos. 2 detr7s avanzaba Ala de Aguila que se despliega 8Alce Negro9. 2 a4n m7s retrasada se desplazaba una niebla interminable donde palpitaban *antasmas de gente, que eran los abuelos de abuelos ! abuelas de abuelas sin cuento. 0rente al pueblo en marcha, se alzaban cuatro ascensos. Al llegar al *inal del primero, los viaeros acamparon en torno al c+rculo sagrado en cu!o centro se levantaba el 7rbol santo. La tierra comenzaba a perder su radiante tonalidad verduzca. Luego, vino un segundo ascenso !, al llegar a la cumbre de la tercera subida, el aro de la nación se quebró ! el 7rbol parec+a morir. &l 7rbol desapareció. Se hizo presente entonces un hombre celestial, pintado de roo. Se paró en el centro del pueblo, donde antes se levantaba el 7rbol. Se tumbó luego. Se trans*ormó en bisonte. 2 del animal brotó hierba divina. %uando esta hierba creció, el pueblo ! los caballos se reanimaron ! Ala de Aguila que se 6espliega 8Alce Negro9 era todav+a un 7guila que planeaba en el aire. 2 entonces llegó una gran nube tempestuosa, negra. 2 desde el oeste, emergieron nubes de polvo que vomitaron caballos veloces, lustrosos, orgullosos ! bellos. 2 entonces los corceles... ...se pararon de golpe, encabrit7ndose, en *orma de amplio anillo en torno a su e*e negro, su centro, ! permanecieron inmóviles. 2 estando ellos as+, cuatro v+rgenes, vestidas de escarlata, m7s hermosas que todas las mueres
terrenas, atravesaron el c+rculo partiendo desde cada una de las cuatro regiones, ! se colocaron en sus puestos alrededor del gran semental negro ! una ten+a la copa de madera, ! otra el ala blanca, ! otra la pipa, ! otra el aro de la nación. /odo el universo guardó silencio, escuchó ! el enorme garañón negro levantó la voz ! cantó. Su voz era *uerte, pero cruzaba el universo entero ! lo hench+a. Nada deaba de o+rla, ! era m7s bella que todo lo e-istente. &ra tan bella, que todo ! todos comenzaron a bailar de manera irresistible. 6anzaron las v+rgenes ! los corceles apiñados en c+rculo. Las hoas de los 7rboles, las hierbas de los montes ! valles, las aguas de arro!os ! r+os ! lagos, los b+pedos, ! los cuadr4pedos ! las alas del aire danzaron a la m4sica del canto del semental. 2 cuando mir) desde arriba a mi gente distante, la nube pasó sobre ella, la bendio con lluvia ! se detuvo en el este, enmarcada por el arco iris. 6espu)s los corceles regresaron cantando a su lugar, allende la cima del cuarto ascenso, ! todas las cosas acompañaron su canción en tanto que se retiraban. (&n el universo se ha cumplido un d+a de dicha (dio una voz. 2 desde lo alto observ) que el amplio c+rculo de d+a era per*ectamente hermoso ! verde, que todos los *rutos medraban ! que todas las cosas eran amables ! *elices. (%ontempla este d+a, t4 has de realizarlo (dio una voz(. Ahora te conducir7n al centro de la tierra para que mires desde )l. Segu+a !o a lomos del ba!o, ! una vez m7s sent+ que los inetes del oeste, el norte, el este ! el sur se hallaban en *ormación de s)quito detr7s de m+, como antes, ! que +bamos hacia levante. Mir) ante m+ ! percib+ que los montes ten+an peñas ! bosques, ! que de las alturas part+a todo g)nero de colores hacia el *irmamento. 6e s4bito estuve en la montaña m7s alta, ! alrededor de m+, a mis pies, se dilataba el cerco total del mundo. 2 estando as+, vi m7s de lo que puedo enumerar ! entend+ m7s de lo que vi pues ve+a de modo sagrado, con el esp+ritu, las *ormas de las cosas, ! la *orma de todas las *ormas que deben vivir untas como un solo ser. 2 advert+ que el aro sacro de mi pueblo era uno de los muchos aros que constitu+an un c+rculo, amplio como la luz del d+a ! el resplandor de las estrellas, ! en el centro hab+a un poderoso 7rbol *lorido que cobiaba a todos los hios de madre ! padre. 2 observ) que era santo.
2, estando as+, dos hombres acudieron del este, cabeza abao como *lechas disparadas, ! entre ellos se levantó el lucero del alba. Me dieron una hierba. (%on esto en la tierra puedes emprender lo que se te antoe ! llevarlo a cabo(me dieron. &ra la hierba del lucero del alba, la hierba del entendimiento, ! me encomendaron que la deara caer al suelo. La vi baar durante largo tiempo, ! cuando chocó con la gleba arraigó ! creció ! *loreció, cuatro corolas en un tallo, azul, blanca, encarnada ! amarilla ! sus ra!os saltaron al *irmamento para que todas las criaturas los viesen ! en parte alguna hubo oscuridad. (Ahora volver7s unto a tus Seis Antepasados (dio la voz. No hab+a notado hasta entonces cómo iba !o arreglado. i que estaba pintado por completo de roo, salvo el negro que cubr+a mis articulaciones ! las bandas blancas que hab+a entre ellas. Mi ba!o ten+a tiras relampagueantes en todo su ser, ! su crin era nube. 2 cuando !o respiraba, mi aliento brotaba como el ra!o. Los dos hombres me guiaban, con la cabeza en primer t)rmino como saetas que suben' los mismos que me hab+an tra+do de la tierra. 2 sigui)ndolos en el ba!o, se convirtieron en cuatro bandadas de gansos que volaban en c+rculo sobre cada región, emitiendo un sacro chillido en su vuelo' 5Brrrp, brrrp, brrrp, brrrp3 6istingu+ *rente a m+ el arco iris que *lameaba sobre el tipi de los Seis Antepasados, edi*icado ! techado con nubes, ! cosido con correhuelas de ra!o ! debao de )l hab+a las alas del aire, ! debao de ellas los animales ! hombres. /odos se alborozaban ! el trueno era como una risa dichosa. %uando cruc) el portal de arco iris, hubo v+tores en el universo, ! los Seis Antepasados sentidos en l+nea, con los brazos tendidos hac+a m+, mostraban la palma de las manos ! detr7s de ellos, en la nube, pululaban los rostros incontables de las gentes *uturas. ("a triun*ado3 (gritaron los Seis, despertando el trueno. 2 en el momento en que pas) por delante de ellos, cada uno me dio el regalo que me hab+a entregado precedentemente' la copa de agua ! el arco ! las *lechas, el poder de hacer vivir ! destruir el ala blanca puri*icadora ! la hierba de la curación la pipa sagrada ! la vara *loreciente. 2 cada uno habló por turno desde el oeste al sur, e-plic7ndome como antes lo que me
hab+a concedido, ! mientras lo hac+an cada uno se con*undió con la tierra ! reapareció ! en tanto hablaban, me sent+ m7s pró-imo a la tierra. (Nieto, has visto el universo entero (dio el m7s anciano(. Ahora volver7s dotado de poder al parae de que viniste, ! acontecer7 all+ que centenares ser7n sagrados, centenares ser7n llamas. 5Cbserva3 Mire ! vi a mi pueblo, ! estaba sano ! era *eliz *uera de uno que !ac+a como muerto. 2 ese uno era !o mismo. &ntonces el Antepasado m7s vieo cantó, ! su c7ntico *ue como sigue' "Alguien yace en la tierra de manera sacra. Hay alguien. En la tierra descansa. De manera sacra he hecho que ande".
&l tipi, edi*icado ! techado con nubes, comenzó a oscilar como si lo sacudiera el viento, ! el portal de arco iris llameante *ue apag7ndose. D+ voces de toda clase que gritaban en el e-terior' (Ala de Aguila Se 6espliega sale3 5%ontempladle3 %uando atraves) la entrada, la *az del d+a de la tierra se mostraba con el lucero del alba en la *rente ! el sol se alzó ! me miró, ! !o sal+ solo. 2 mientras andaba a solas, escuch) el canto del sol que se elevaba, ! su c7ntico *ue el que sigue' "Con rostro visible aparezco. De manera sacra aparezco. Para la tierra verdeante hago lo placentero. El centro del aro de la nación he hecho grato. Contemplad mi rostro visible! Hice que anduvieran los bpedos y los cuadr#pedos. $as alas del aire hice que volaran. Con rostro visible aparezco. He hecho santo mi da".
Me sent+ perdido ! mu! solitario cuando acabó el canto. &ntonces una voz me ordenó' (Mira atr7s3 &ra un 7guila moteada que me hab+a hablado al paso que volaba sobre m+. La obedec+. 6onde hab+a estado el tipi del arco iris llameante, edi*icado ! techado con nubes, no vi sino el alto monte peñascoso del centro del mundo. &staba !o solo en un vasto llano, con las plantas apo!adas en la tierra solo salvo el 7guila moteada que me custodiaba. Mi poblado resultaba visible a lo leos, ! camin) mu! aprisa, porque me dominaba la nostalgia. i mi tipi, ! en su interior, a mi madre ! mi padre inclinado sobre un muchacho
en*ermo que era !o mismo. 2 cuando entr), alguien dec+a' (&l chico se recobra. %onviene que le d)is agua. 2 me incorpor). Me apenaba que mi madre ! mi padre no parecieran saber que !o hab+a estado a tan gran distancia de ellos.
&l cham7n ! el sacerdote &ntre los indios de Norteam)rica aparecen dos mitolog+as contrapuestas, seg4n sean las tribus cazadoras o plantadoras. Los que son *undamentalmente cazadores, ponen el )n*asis de su vida religiosa en el a!uno individual para la obtención de visiones. &l niño de doce o trece años es abandonado por su padre en alg4n lugar solitario, con un pequeño *uego que mantenga aleadas a las bestias, ! all+ a!una ! reza cuatro d+as o m7s, hasta que alg4n visitante espiritual llega durante el sueño en *orma humana o animal para hablarle ! darle poder. Su vida posterior estar7 determinada por esta visión, porque su *amiliar puede con*erirle el poder de curar como cham7n, el poder de atraer ! matar animales o la habilidad de convertirse en guerrero. 2 si los bene*icios obtenidos no son su*icientes para la ambición del oven, puede a!unar otra vez, con tanta *recuencia como lo desee. $n indio cuervo vieo llamado Abalorio Azul, dio de este a!uno. <%uando niño, era pobre. e+a a los grupos guerreros volver en procesión con los e*es al *rente. Les envidiaba ! decid+ a!unar ! convertirme en uno de ellos. %uando obtuve la visión consegu+ lo que hab+a deseado... mat) ocho enemigos.= 8E9 Si un hombre tiene mala suerte, sabe que su don de poder sobrenatural es insu*iciente, mientras que, por otra parte, los grandes chamanes ! e*es guerreros han adquirido poder en abundancia en sus a!unos visionarios. Fuiz7 se han cortado las *alanges de los dedos ! las han o*recido. /ales o*rendas eran comunes entre los indios de las llanuras. &n las vieas manos de algunos sólo quedaban dedos ! *alanges su*icientes para apuntar la *lecha ! tirar del arco. &ntre las tribus plantadoras Glos hopi, zu*li ! otros indios puebloG la vida est7 organizada alrededor de las ricas ! compleas ceremonias de sus dioses enmascarados. &stos ritos son complicados ! toda la comunidad participa en ellos, est7n organizados seg4n un calendario religioso ! los dirigen sacerdotes diestros. %omo observa Ruth Benedict en su 1atterns o* %ulture'
ensambladas, trazadas por el calendario, que entrelazan compleamente todos los otros cultos ! la legislación en interminables procedimientos *ormales.= 8H9 &n una sociedad as+ ha! poco lugar para el uego individual. &-iste una relación r+gida no sólo del individuo con sus semeantes sino tambi)n de la vida de la aldea con el ciclo del calendario, porque los plantadores son per*ectamente conscientes de su dependencia de los dioses de los elementos. $n per+odo de demasiadas lluvias o de lluvias escasas en el momento cr+tico, ! todo el trabao de un año se convierte en escasez. Mientras que la suerte del cazador es algo mu! distinto. 2a hemos visto un relato t+pico de la b4squeda de un indio americano de esta visión en la le!enda del origen del ma+z. La tribu oib@a!, de la que se derivó esa versión de la le!enda tan e-tendida, ten+a cuando Schoolcra*t vivió entre ellos un nivel cultural equivalente apro-imadamente al de los natu*ienses del Criente 1ró-imo arcaico, alrededor del año IDDD a.%. &ran un pueblo cazador ! luchador de la estirpe de3 los algonquinos, ! el cuerpo principal de sus mitos ! cuentos era de tradición cazadora ! no plantadora. Sin embargo, recientemente hab+an adquirido de los pueblos agricultores del mucho m7s desarrollado sur las t)cnicas de la siembra, recogida ! preparación del ma+z, que ahora utilizaban para complementar lo que obten+an con la caza. 2 unto con el ma+z llegó el vieo mito de la maravillosa planta(6ema, que !a encontramos entre los can+bales de ;ndonesia ! vimos cómo cruzó el 1ac+*ico unto con el cocotero. &n Suram)rica lo han aplicado cientos de tribus a las distintas plantas alimenticias de ese continente de tantas *rutas, ! en Norteam)rica, lo hemos encontrado de nuevo acomodado no sólo a la verde, alta ! emplumada cresta del ma+z sino tambi)n a una *orma aena de pensamiento mitológico, el de la visión. No o+mos hablar en este cuento de un gran grupo de
sociedades de sacerdotes estrictamente organizados ! mu! disciplinados, son los patronos bien conocidos de toda la aldea ! se les ha rezado ! han sido representados en las danzas ceremoniales desde tiempo inmemorial. &n la le!enda de origen de los indios apache icarilla, de Nuevo M)-ico, ha! un eemplo e-celente del abandono por una tribu cazadora de la *orma de religiosidad representada por el chamanismo ante la *uerza ma!or de un compleo cultural plantador m7s estable, organizado socialmente ! mantenido por sacerdotes. Los apache, como sus primos los navao, eran una tribu cazadora que entró en la zona de los pueblo, cultivadores de ma+z, en el siglo K; d.%. ! asimilaron con adaptaciones peculiares, gran parte de la tradición ceremonial neol+tica local 89. &l mito en cuestión es esencial para su concepto actual de la naturaleza e historia del universo, ! claramente proviene del sur, asociado con los ritos ! orden social de una cultura plantadora, ! Gcomo veremosG m7s preocupado por integrar al individuo en un conte-to comunal *irmemente organizado ! bien establecido que por liberarle para los vuelos de su propio genio salvae, dondequiera que )stos puedan llevarle.
&l creador del mundo, "actcin Negro, e-tendió la mano, ! una gota de lluvia ca!ó en la palma. La mezcló con tierra ! se convirtió en barro. 6espu)s modeló un p7aro con el barro. <6)ame ver cómo vas a utilizar esas alas para volar.= &l barro se convirtió en un p7aro ! empezó a volar.
No vo! a sugerir que la mitolog+a apache tiene in*luencias budistas. No las tiene. Sin embargo, el pro*undo pensamiento que %alderón, el gran dramaturgo español, e-presó en su obra La vida es sueño, ! que su contempor7neo, ShaJespeare, volvió a e-poner cuando escribió' Somos de esa sustancia de la que est7n hechos los sueños, ! nuestra corta vida termina con un sueño, 8I9 *ue un tema *undamental de los *ilóso*os hind4es en la primera )poca de su tradición. 2 a uzgar por las *igurillas en postura de !oga del HDDD a. %. que se han encontrado en los antiguas ruinas del valle del ;ndo, este eercicio inductor de trance !a deb+a estar desarrollado en las primeras ciudades estado hier7ticas hind4es. $na de las *ormas m7s conocidas de la deidad hind4 ishnu lo muestra durmiendo sobre los anillos de la serpiente cósmica, *lotando en el mar cósmico ! soñando con el loto del universo, del cual todos somos parte. 1or tanto, lo que sugiero es que esta le!enda apache de la creación del p7aro es remotamente a*+n a las *ormas hind4es, que deben proceder del mismo tronco neol+tico. 2 que en ambos casos el s+mbolo de la esv7stica representa un proceso de trans*ormación' la aparición 8en el caso del "actcin9 o conuración 8en el caso del Buda9 de un universo que por la naturaleza *ugaz de sus *ormas puede ciertamente compararse a un espeismo, o a un sueño. Los p7aros *ueron a su creador, "actcin Negro, ! preguntaron'
4ltimo al norte. %ogió polen ! trazó en el suelo el esbozo de una *igura un esbozo igual que un cuerpo. 6espu)s colocó las piedras preciosas ! los otros obetos dentro de este esbozo, ! se convirtieron en carne ! huesos. Las venas eran de turquesa, la sangre de ocre roo, la piel de coral los huesos de piedra blanca, las uñas de los dedos de ópalo meicano, la pupila del oo de azabache, el blanco de los oos de abullón, la m)dula de los huesos de barro blanco ! los dientes tambi)n eran de ópalo. %ogió una nube oscura ! con ella hizo el pelo. Se convierte en una nube blanca cuando eres vieo. &l "actcin sopló sobre sobre la *orma *orma que hab+a hecho ! la animó. Las espirales espirales de las !emas de los dedos indican la dirección del viento en el momento de la creación. 2 con la muerte, el viento abandona el cuerpo por las plantas de los pies, ! las espirales de la planta del pie representan la dirección del viento al salir. &l hombre estaba tumbado boca abao, con los brazos e-tendidos, ! los p7aros quer+an verle, pero "actcin Negro les prohibió hacerlo. 1orque el hombre estaba naciendo a la vida. &l hombre se apo!ó en los brazos. <5No m+r)is3= dio "actein a los p7aros que estaban mu! e-citados. 2 la gente es tan curiosa ho! d+a debido a la e-citación de los p7aros ! los animales, ! t4 est7s ansioso por o+r el resto de esta historia. <5Si)ntate3= dio "actcin al hombre. 2 entonces le enseñó a hablar, a re+r, a gritar, a andar, a correr, 2 cuando los p7aros vieron lo que hab+a hecho empezaron a cantar, como hacen por la mañana temprano. 1ero los animales pensaron que este hombre deb+a tener un compañero, ! "actcin Negro le hizo dormir, ! cuando cerró los oos empezó a soñar. Soñaba que alguien, una muchacha, estaba sentada a su lado. 2 al despertar encontró a una muer. Le habló ! ella respondió. &l rió ! ella rió.
$no dio, <2o hice el sol.= Ctro,
iris para hacerla hermosa mientras se sembraban las semillas que la gente hab+a producido los "actcin hicieron un cuadro de arena con cuatro t4mulos pequeños coloreados colocados en hilera en los que pusieron las semillas. Los p7aros ! los animales cantaron, ! los pequeños t4mulos empezaron a crecer, las semillas empezaron a *lorecer ! los cuatro t4mulos de tierra coloreada se unieron ! se convirtieron en una montaña que continuó creciendo. &ntonces los "actcin seleccionaron a doce chamanes que hab+an sido especialmente espectaculares en sus representaciones m7gicas, pintaron a seis de ellos de azul para representar la estación del verano ! a seis de blanco para representar el invierno, ! los llamaron /sanati, ! )ste *ue el origen de la sociedad de danza de los /sanati de los apache icarilla. 6espu)s los "actcin hicieron seis pa!asos, los pintaron de blanco con cuatro ra!as horizontales negras, una en la cara, otra en el pecho, una sobre el muslo ! otra en la pierna. Los /sanati ! los pa!asos se unieron a la gente en su baile, para hacer que q ue la montaña creciera. 8Q9 Ser+a di*+cil encontrar un eemplo m7s claro del proceso por el que los indi indivi vidu dual alis ista tass ch cham aman anes es ! su pr7c pr7cti tica ca m7g 7gic icaa pa pale leol ol+t +tic icaa *ue uero ronn desacreditados por los guardianes de las comunidades sembradoras de semillas ! cultivadoras de alimentos, comparativamente m7s compleas ! orientadas hacia el grupo. 1uestos en l+nea, de uni*orme, se les conced+a un lugar en una estructura lit4rgica de un todo m7s amplio. &l episodio representa la victoria de un sacerdocio bendecido por la sociedad sobre las *uerzas impredecibles ! mu! peligrosas de los dones individuales. 2 el mismo narrador de la historia apache icarilla e-plicó la necesidad de inco incorp rpor orar ar a los los ch cham aman anes es al sist sistem emaa cere ceremo moni nial al.. <&st <&staa ge gent nte= e=,, dio dio,,
batieron durante mil años ! al *inal produeron la mantequilla de la inmortalidad 8V9. &s casi imposible no pensar en este mito cuando leemos los es*uerzos de los pendencieros chamanes ! la gente de orden bao la supervisión de los apaches "actcin para conseguir que creciera la Montaña del Mundo ! los conduera a la luz. Los /sanati ! los pa!asos, se nos dice, se unieron a la gente en su baile ! la montaña creció hasta que su cima casi alcanzó el aguero a trav)s del cual hab+an desaparecido el sol ! la luna. 2a sólo quedaba construir cuatro escaleras de luz de los cuatro colores, por las que la gente pudo ascender a la super*icie de la tierra actual. Los seis pa!asos iban a la cabeza con l7tigos m7gicos para ahu!entar la en*ermedad, ! los segu+an los "actcin, despu)s los /sanati, a continuación la gente ! los animales. <2 cuando llegaron a la super*icie de la tierra=, dio el narrador de la historia, <*ue igual que un niño que nace de su madre. &l lugar de salida es el 4tero de la tierra= 8ED9 La principal preocupación de todas las mitolog+as, ceremoniales, sistemas )ticos ! organizaciones sociales de las sociedades agr+colas ha sido suprimir las mani*estaciones de individualismo, ! generalmente se ha conseguido obligando o persuadiendo a la gente a identi*icarse, no con sus propios intereses, intuiciones o *ormas de e-periencia sino con los arquetipos de comportamiento ! sistemas de sentimiento desarrollados ! mantenidos en el dominio p4blico. $na visión del mundo derivada de la lección de las plantas, representando al individuo como una simple c)lula o momento en un proceso m7s amplio Gel de la sangre, la raza, o en t)rminos m7s amplios, la especieG deval4a tanto, incluso las primeras señales de espontaneidad personal, que todo impulso de autodescubrimiento es liquidado. <&n verdad, en verdad, os digo, que si el grano de trigo no cae a la tierra ! muere, permanece in*ecundo, pero si muere, produce mucho *ruto.= 8EE9 &sta noble m7-ima representa el sentimiento uni*icador de la sociedad santa, es decir, la iglesia militante, su*riente ! triun*ante, de aquellos que no desean permanecer solos. 1ero por otra parte, siempre han e-istido aquellos que han sentido grandes deseos de permanecer solos ! que lo han hecho, alcanzando algunas veces incluso aquella soledad en la que el #ran &sp+ritu, el 1oder, el #ran Misterio que est7 oculto para el grupo con sus preocupaciones, se intu!e con el impacto interno de una *uerza inmediata. 2 el in*inito camino de la serpiente mordi)ndose la cola, mudando su viea piel para volver renovada ! mudar de nuevo, se desecha G*recuentemente con desprecioG por la e-periencia supernormal de una eternidad m7s all7 del latido del tiempo.
%omo un 7guila, el esp+ritu se remonta con sus propias alas. &l dragón 4 debes=, como llama Nietzsche a la *icción social de la le! moral, ha sido derrotado por el león del autodescubrimiento. 2 el señor ruge Gcomo dicen los budistasG el rugido del león' el rugido del gran cham7n de la cima de la montaña, del vac+o m7s all7 de todos los horizontes ! del abismo sin *ondo.
Notas
8E9 6e Robert ". Lo@+e, 1rimitive Religion 8BlacJ and #old Librar! Nueva 2orJ' Boni ! Liveright, EVH9, p. Q. %op!right 8R9 EVE por Robert ". Lo@ie. 8H9 Ruth Benedict, 1atterns o* %ulture 8Boston' "oughton Mi**lin %ompan!, EV9, pp. V(ID. 89 Ale- 6. Wrieger, op. cit., Anthropolog! /oda!, p. HE. 89 Cpler, op. cit., p, E. 89 airacchediJa H. 8I9 /he /empest ;.EI(. 8Q9 Cpler, op. cit., pp. E(E, mu! abreviado. 89 ;bid., tJ EQ. 8V9 Rama!ana E., Q.E. 8ED9 Cpler, op. cit., p. HI. 8EE9 :uan EH' H.
Mito, temporalidad ! estados alterados de conciencia Introducción
"abitualmente cuando se plantea el surgimiento de nuevos relatos se piensa en las narrativas emergentes ante la situación de contacto 8Bartolom) EVQI, #uss EVE, Sahlins EV, "ill EV, /urner EV9. Si bien es cierto que el con*licto inter)tnico genera abundante mitolog+a, no es menos cierto que no agota la capacidad creativa del mito. 6e este *enómeno da cuenta el surgimiento de mitos que tienen que ver con el orden tradicional. &n otras palabras, la aparición de nuevos episodios responde a la din7mica ! *luidez de su discurso, que es modelo re*erencial, e-plicación ! trama de la propia e-istencia, suceso acaecido en el tiempo primigenio, pero a la vez presente, vale decir, tras ! metatemporal 8&liade EVQH, Bórmida EVIVXQD, #usdor* EVID, Leenhardt EVIE9. &n la oportunidad nos proponemos abordar el surgimiento de nuevos relatos como resultado de la e-periencia sham7nica, mostrando la din7mica del mito ! su cone-ión con la representación del tiempo ! los estados alterados de conciencia. Los a!oreo pertenecen al grupo lingY+stico zamuco, se ha!an asentados en el %haco Boreal, en territorio de las Rep4blicas de Bolivia ! 1aragua!. Las actividades económicas m7s importantes son la caza ! la recolección de *rutos ! mieles silvestres, seguidas por la horticultura ! la pesca. &st7n organizados en bandas con*ormadas por *amilias e-tensas u-orilocales, en las que conviven individuos pertenecientes a las siete sibs patrilineales en que se agrupan. Su relación con los neoamericanos data de las 4ltimas cinco d)cadas, sin que pueda descartarse un contacto m7s antiguo de la )poca esu+ticaE. "o! en d+a, la ma!or+a de las bandas se han establecido en grupos locales a instancias de misioneros católicos ! protestantes. No obstante, algunas *amilias contin4an viviendo en la selva sin contactos e*ectivos, como 4ltima estrategia de resistencia. &n ambos pa+ses se veri*ica el acrecentamiento del contacto, con el consecuente abandono de la vida tradicional ! la integración de los ind+genas en el peldaño m7s bao del sistema socioeconómico regional, trabaando para los blancos en tareas no cali*icadas ! mal remuneradas. Los materiales sobre los que nos basamos provienen de numerosas campañas realizadas personalmente ! por otros investigadores del %A&A, tanto en el 1aragua! como en BoliviaH. 1ara dar cuenta del surgimiento de nuevos mitos es conveniente que nos re*iramos a la estructura de la narración, as+ como a las posibilidades de su implementación tanto en sentido positivo como negativo. La estructura de la narración mítica
Los relatos m+ticos o %uchade %i%ie uhaide G e-presión que puede traducirse como el rastro de vuelta de todas las cosas 8Bórmida EVQ9 G est7n *ormados por un eró o tronco, que narra un conunto de hechos concernientes a la vida ! e-istencia de un antepasado, al que se ligan cantos, *órmulas, palabras, recitados r+tmicos, narraciones propiciatorias, etc. M7s espec+*icamente, el eró es seguido por varios discursos que se clasi*ican del siguiente modo. Los s&ude, *órmulas que se recitan r+tmicamente con *ines terap)uticos o mal)*icos. Su uso curativo se concreta mediante su entonación sobre la parte a*ectada del en*ermo. Su uso negativo se e*ect4a mediante su recitado sobre las pertenencias del individuo que se desea dañar o eliminar. Los uh'aune son *órmulas *ias que pueden usarse del mismo modo que los s&ude pero que se ligan a la *igura de Asohn&. Los paragapid son *órmulas que se recitan r+tmicamente para prevenir en*ermedades, inclemencias clim7ticas, ! neutralizar el poder de las armas contaminadas por la sangre . Loser&i son cantos propiciatorios para la caza, la recolección ! el parto. Los aguyade narraciones que se utilizan para prevenir males ! propiciar el desarrollo de los cultivos. Los aragapi *órmulas que se dicen sobre l+quidos que, tras haber recibido el poder de las palabras, se usan con *ines terap)uticos o preventivos. 0inalmente, el chuvuchu 8lit. el sopla9 designa a la acción de narrar soplando las *órmulas ! cantos pertinentes sobre la parte a*ectada del en*ermo o del agua que luego se utilizar7 con *ines curativos . Lo habitual es que a un relato se conecten uno o m7s s&ude, argapi, etc. No obstante e-isten narraciones que conclu!en con el eró o tronco, ! tambi)n *órmulas o cantos que no se asocian estructuralmente a narración alguna. La etiolog+a de los m7s variados seres ! entidades 8animales, vegetales, obetos, minerales, topogra*+as, estados de 7nimo como la alegr+a, potencias espec+*icas como el poder sham7nico9 se e-plica como la trans*ormación de un humano primigenio 8nanibah&i9 en el ente actual. Los mitos que re*ieren dicho proceso repiten una misma estructura. La narración involucra una serie de hechos ! acontecimientos relativos a la vida de un personae particular, esos sucesos por lo general dram7ticos, desencadenan la trans*ormación de la *igura, la que no se realiza sin que antes la deidad estableciera un conunto de indicaciones respecto del ente que originara ! cediera algunos cantos !Xo *órmulas dañinos, terap)uticos, preventivos !Xo propiciatorios, cu!o poder el ind+gena utiliza en la actualidad. "Cuando la Ara'a era persona( era una h&bil te)edora. Ella te)a sus mantas que la protegan contra el *ro( por eso ella no tena en*ermedades. Pero la gente le tena mucha envidia porque la Ara'a tena muy buena vista y te)a muy bien. Entonces la gente decidió arruinarle los o)os. Ella
quiso vengarse de la gente( entonces les di)o que a los que entraran en su cerco les rompera la cadera. Como la gente siguió entrando en su cerco ella quebró la cadera a muchos hombres y mu)eres. Para vengarse los hombres decidieron matarla( y adem&s como le tenan mucha envidia decidieron arruinarle el cerco. Antes de que la mataran( porque ella era daihn&ne +sham&n, y saba que la iban a matar( ella de)ó sus ense'anzas. Ella di)o que se ira a vivir en el hueco de los &rboles y que cubrira los panales de los &rboles y prohibió a la gente que comiera de esa miel. -i alguien come de esa miel se quiebra el hueso de la cadera. ambi/n ense'ó un canto que sirve pare producir la quebradura en la cadera y tambi/n para curarla" 8 0s/, 1odi9.
&l relato plantea un conunto de hechos espec+*icos, vinculados entre s+, que nos interesan m7s all7 de la casu+stica particular en virtud de que ilustran los modelos de ne-os entre los seres, las propiedades del mito, las pr7cticas terap)uticas no sham7nicas ! los mecanismos del daño. &n lo relativo al episodio se destaca el tab4 impuesto a la e-tracción mel+*era cuando el panal se ha convertido en habit7culo de la araña. 1rohibición an7loga a la del mito en tanto veda la intromisión en sus propiedades, los plant+os G en el tiempo m+tico G ! los panales G en el presente G ! establece el mismo castigo en ambos casos, concretado en la ruptura del hueso de la cadera del in*ractor. 6a cuenta, adem7s, del origen de la araña ! nos aclara contenidos que tienen que ver con la representación de este insecto en la sociedad ind+gena tales como su condición de antepasado humano, su laboriosidad, la que *unda ! se contin4a en el trabao de la araña, ! la asociación de esta 4ltima, en su doble dimensión de antepasado ! ente actual, a la terapia ! el daño. "echo que pone en evidencia la actualización del poder de los seres primordiales ! la posibilidad de su utilización ho! en d+a por los hombres. Ctros aspectos de veladores hacen a los tonos emocionales que m7s all7 de este caso priman en buena parte de la narrativa a!oreo. Nos re*erimos a las motivaciones, los sentimientos ! las conductas que movilizan a los personaes, entre las que se destacan los celos, la envidia, las agresiones, las sucesivas venganzas, el daño, la destrucción ! la muerte, la implantación de tab4es ! el legado de ambivalentes cantos ! *órmulas, mal)*icas o ben)*icas seg4n el conte-to en que se usen. &n este sentido, las agresiones *undadas en la envidia su*ridas por la Araña, su respuesta con nuevas agresiones, la decisión de metamor*osearse, que lleva apareada un conunto de predicados limitativos ! distintivos de la relación que en el *uturo los hombres tendr7n con un determinado ente !Xo actividad G en este caso la e-tracción mel+*era ! las arañas G ! la cesión de un s&ude son un eemplo arquet+pico del modo en
que los nativos se relacionan ! representan los seres que pueblan su mundo, lo que da sentido a su actuar ! al desarrollo de las labores cotidianas. &l uso de s&ude( paragapid( aragapi etc., que *ueron donados por un ser m+tico, como se desprende del relato, puede depender de la voluntad de los hombres, que tanto dañan como curan mediante su sola enunciación. Son terap)uticos cuando el mal est7 presente, por el contrario, perudiciales en situación normal. Sin embargo, la capacidad de actualización de los sucesos primordiales es independiente, a la vez, de la intención humana. La mera narración de los episodios los torna presentes aqu+ ! ahora, a trav)s de las palabras, entidades portadoras de un poder contaminante que rara vez es *asto pues rara vez son *astos los sucesos re*eridos. 6e ello se desprende que muchos episodios del corpus mitogr7*ico sean obeto de tab4 o puy&% , sino totales al menos parciales. La prohibición alude por lo general a la totalidad o a partes de los troncos o eró de los relatos, mientras que los cantos ! *órmulas son mucho m7s maneables de acuerdo con los deseos de los hombres. &sta posibilidad de operar con el poder de las palabras de cantos ! *órmulas nos abre dos grandes 7mbitos a los que el mito se asocia' el de la magia dañina ! el de la terapia. La primera involucra un conunto de t)cnicas que impiden que el narrador sea dañado ! que dirigen el mal hacia los individuos deseados. Los s&ude pueden entonarse sobre las pertenencias, las sendas, los manantiales etc. La segunda revela la importancia de la terap)utica no sham7nica que en principio habilita a cualquier persona ! especialmente a los conocedores de la mitolog+a a eercer un modo de cura que es la primera opción terap)utica en la ma!or+a de los casos. &n algunas ocasiones la elección del s&ude correcto es m7s que obvia como sucede G por eemplo G con el canto cedido por la Araña. &n otras circunstancias en que la identi*icación del mal se vuelve m7s complicada, por eemplo cuando se trata de un dolor m7s o menos di*uso en una zona, dar con el canto o la *órmula adecuada puede llevar, en la pr7ctica, a la implementación de un mecanismo de ensa!o ! error, esto es a entonar haciendo chuvuchu todo el repertorio que sepa un individuo hasta que se de con la *órmula correcta, hecho que se hace evidente en la meor+a del en*ermo. &sta 4ltima posibilidad nos muestra que en buena medida la intención terap)utica canaliza el poder de las palabras al neutralizar los posibles e*ectos negativos que deber+an tener las *órmulas ! cantos que no eran convenientes para el mal que se intentaba reparar.
6e lo e-puesto se deduce que en la narración m+tica pueden distinguirse dos estructuras, el eró por un lado, ! los cantos ! *órmulas por otro. &l primero actualiza el poder luctuoso ! penetrante por su mera enunciación con total independencia de la voluntad del sueto. 6e esta potencia inmaneable de las palabras dan cuenta las muertes de dos de los etnógra*os que recogieron ma!or cantidad de material mitogr7*ico. Nos re*erimos a las de Lucien Sebag ! Marcelo Bórmida que miti*icadas por los a!oreo se e-plican como el resultado de haber o+do demasiados relatos prohibidos, vale decir haber violado el puy&% i mpuesto por los antepasados e ingenuamente no haber tomado en cuenta el poder de la palabra que al esparcirse como sustancia inunda el ambiente ! penetra en quien lo habite. %omo resultado de estas transgresiones adem7s -amane, uno de los in*ormantes, quedó loco ! se suscitaron en /obit), la aldea a!oreo, varios hechos negativos, tales como en*rentamientos entre sus miembros ! algunas muertes. Situación que determinó que 2osad/, otro de los in*ormantes, deara el poblado ante la enorme presión social que recib+a por consider7rselo culpable de los malos momentos que se viv+an. 1or tratarse de un e*e *ue criticado en su actitud, por quienes entend+an que en virtud de su estatus deber+a haber deado de lado las cr+ticas ! comentarios. Sea que como *uere, muertes, en*ermedades, agresiones ! en*rentamientos sobrevinieron m7s all7 de la intención de in*ormantes ! etnógra*os, ilustrando el modo en que los ind+genas entienden el poder de la palabra ! el signi*icado pro*undo del puy&% , que pesa sobre los relatos. $na realidad distinta plantea el uso de los cantos ! *órmulas cu!a *inalidad reposa en la voluntad del sueto ! neutraliza cualquier daño eventual en el conte-to terap)utico. Hay s&ude que sirve para da'ar a las personas. $as historias que narran los orgenes de las cosas se utilizan para matar a la gente. $a historia de Dup&de +persona)e mtico,( la de Asohn& +persona)e mtico, y otras se usan para hacer morir a las personas" 8-am&ne( E%ar&i9.
6ice -am&ne que no quiere contar los cuentos prohibidos porque si los cuenta usted muere( o yo muero( o muere /l. Puede ser que el que cuenta muera y si el que cuenta no muere tiene que morir uno de los que escucha. El tiene miedo porque /l ya traba)ó con $uciano( y $uciano se murió porque oyó los cuentos puy&%( y -am&ne +el in*ormante, se quedó medio loco( por eso /l tiene miedo. $uciano no tena *e o con*ianza en lo que -am&ne deca. As que no le importaba or s&ude puy&%. $uciano oa cosas que no convena or. -am&ne le avisó pero $uciano no quiso hacerle caso por eso se terminó la vida de $uciano. -am&ne le contó cosas prohibidas que hacan morir( le contó la historia de Asohn&( no le importó a $uciano
que era er&mi puy&% +tiempo prohibido, por eso tuvo un accidente en su vida" 8-am&ne( E%ar&i9I.
&n primer lugar, el poder negativo se vuelve contra el violador del puy&% pero no sólo al narrador ! sus interlocutores alcanza el daño, puede incluir a toda la aldea, como de hecho sucedió en /obit) ! alcanzar proporciones cósmicas, si por eemplo, se transgrede la prohibición que impide dear la horqueta con las puntas en dirección al cielo, o se entonan los cantos ! *órmulas que deara el personae horqueta antes de su metamor*osis *uera del conte-to adecuado, en tal caso, lluvias devastadoras destruir+an el h7bitat. &stas posibilidades de acción se deben a ciertas caracter+sticas que detentan las palabras potentes de las%i%ie uh&ide 8los mitos9. &-isten tres principios que *undamentan la manipulación del poder de las palabras. &l primero, indica que la palabra, !a sea cantada o hablada, tiene naturaleza material, el segundo es que la palabra se di*unde a manera de una emanación desde el lugar en que ha sido emitida contaminando todo el campo donde se ha!a presente. &l tercero, que permanece en ese campo durante un tiempo determinado ! contin4a eerciendo su in*luencia dañina. Aparte de las propiedades enunciadas, que son las m7s claras ! generales, las palabras puy&% tambi)n poseen cierta direccionalidad, pues act4an prevalentemente en un rumbo, ! se desplazan untamente con la persona en la que han entrado como elemento dañino. Lo dicho muestra el daño intencional, dir+amos por omisión. 1ero adem7s el poder de las *órmulas ! cantos se usa concientemente para dañar. "a! s&ude que sirven para provocar peleas, otros para que el damni*icado pierda sus pertenencias ! otros para causar su muerte. Los A!oreo recuerdan algunos episodios en que ciertos ind+genas narraron el repertorio que conoc+an generando muertes masivas. 8;do!aga Molina EVQVXD'HQ(H9 As+, con el obeto de matar a los misioneros un ind+gena contó todos los relatos que sab+a. &n otra oportunidad, un A!oreo para vengar la muerte de sus hios envenenó las aguas de la laguna mediante cantos, produciendo una gran mortandad de los animales ! humanos que abrevaban en dicho lugar. M7s all7 de estas cat7stro*es, el poder negativo de *órmulas ! cantos es diariamente utilizado para dañar a tal o cual individuo, siguiendo ciertas t)cnicas que impiden el peruicio del narrador. Shamanes y mitos
Las pr7cticas sham7nicas en general ! el poder en particular se originan en la metamor*osis de un antepasado. Pohupie G el poder del sham7n Q G era un hombre a quienes los A!oreo no reconocieron como del propio grupo ! decidieron matar. Pohupie *ue perseguido ! herido sucesivamente hasta morir. Aquellos que participaron de la matanza, sobre los que se derramó la sangre de la v+ctima, se convirtieron en shamanes. &ntraban en trance, ten+an visiones, comenzaron a e-traer en*ermedades ! a realizar todas las actividades propias del estatus. 6e acuerdo con otra versión Puhopie era un gran sham7n, que al ser hostigado se trans*ormó en el gusano %achu , ocult7ndose en el tabaco, vegetal al que trasmitió su poder ! otorgó un papel preponderante en la iniciación de los *uturos shamanes. &n e*ecto, el individuo que desee adquirir esa condición ingiere alrededor de medio litro de ugo de tabaco verde molido. "abitualmente los e*ectos no tardan en aparecer, el aspirante pierde la conciencia entrando en una suerte de coma, si vomita o muere se entiende que el intento ha *racasado, pero, por el contrario, si se recupera !a es considerado un sham7n, en virtud de que mientras se halla en trance se le presentan los 3uchar&de 8au-iliares9, en su ma!or+a animales, que le o*recen su colaboración, le enseñan sus respectivos cantos ! aumentan su poder. La terapia, a di*erencia de la realizada mediante los s&ude, requiere alcanzar un estado alterado de conciencia que permite localizar la en*ermedad ! e-traerla a trav)s de la succión. 1ara realizar esta actividad como las otras que le competen es com4n que el sham7n *ume su pipa ! en trance se comunique con los au-iliares, quienes colaboran con )l en las m7s diversas labores. &ntre estas *iguran la obtención de lluvias, la ubicación de los lugares propicios para la caza ! la recolección de miel, la predicción de hechos *uturos, la decisión sobre la conveniencia o no de un ataque, el conseo sobre dónde ubicar la aldea, la anulación de los eclipses, la concreción de daños, la neutralización de entidades negativas ! el recorrido del cosmos. &sta 4ltima e-periencia G que puede estar en cone-ión con alg4n obetivo espec+*ico como recuperar un alma del pa+s de los muertos, conseguir que los vientos soplen o mengYen, etc. G es de singular importancia debido a que en ella se sustentan gran cantidad de nociones sobre el cosmos ! los seres que lo pueblan, lugares inaccesibles para el hombre com4n, nociones que al ser compartidas intersubetivamente trascienden la vivencia sham7nica para integrar el horizonte de la conciencia cultural. La *igura del sham7n es vital en la construcción de la cosmolog+a. La puhopi/ como potencia, !a no como el personae, es la que hizo posible el desempeño creador de los antepasados m+ticos, la que se mantiene vigente en los entes en que aquellos se metamor*osearon ! que otorga, as+,
sentido a los tab4es o puy&% , que rigen sobre ellos ! a los cantos ! *órmulas que se emplean con *ines terap)uticos, preventivos, propiciatorios ! dañinos en virtud de que guardan en sus palabras el poder de la deidad originaria. La puhopi/ se e-presa adem7s por supuesto en el sham7n es ella la que *unda toda la actividad que )ste desarrolla, es a la vez *undamento de una di*erencia m7s sutil ! relevante, en virtud de su puhopi/ el sham7n manea sus estados alterados de conciencia, en los cuales e-perimenta un nivel de realidad de calidad di*erente, heterog)nea, que es e-perimentable para el individuo com4n cuando las deidades ! sus mani*estaciones de poder lo invaden, pues a di*erencia del sham7n aquel no accede a estados alterados de conciencia seg4n su voluntad. 6esde su iniciación ! en el eercicio de la pro*esión los shamanes ven ! dialogan con Puhopi/ con su *igura humana. Lo mismo sucede con los 3ucharade G los a!udantes G quienes se presentan con la apariencia que pose+an previo a la metamor*osis, ! el resto de los seres m+ticos que el sham7n visita como los di*erentes ientos, las &strellas, el Sol, la Luna, -usmaning&i 8el %orae9 etc. Su puhopi/ le permite relacionarse con los entes del mundo de un modo di*erente puede hablar con animales, 7rboles ! obetos, burlar a los muertos, obtener colaboración de las piedras o las sales, manear la intención de otros seres G como de hecho lo hace, por eemplo, cuando se introduce en el interior de un aguar ! lo compele a cobrar determinada v+ctima, puede recorrer los cielos, llegar al abismo que señala el *in del cosmos. $n mundo nuevo se abre a sus vivencias ! e-periencias en sueños, en trances, en suma en otros estados de conciencia. &n tales condiciones el sham7n se sumerge en otra dimensión del ser, atemporal, como lo son los sucesos m+ticos. $os daihn&ne +shamanes, conocen a las personas que vivan en la antig4edad( que se cambiaron en animales. Cuando se deshicieron +metamor*osearon, di)eron que iban a tener poder y por eso tienen poder ahora. 5n p&)aro tiene poder. Por no tener ese poder nosotros no lo vemos como persona. -olamente los daihn&ne pueden verlos y conversar con ellos en la misma manera que nosotros conversamos con otra persona" 8 2osad/( Dih&ide9.
La atemporalidad del mito ! de los estados alterados de conciencia, la puhopi/ de los relatos ! del sham7n posibilitan que este 4ltimo sea protagonista de nuevos episodios.
5na vez me encontr/ con Dord( un p&)aro grande +uno de los ayudantes,( y me ense'ó un s&ude. 6e di)o7 "8d. va a usar mi s&ude( que sirve pare curar un accidente en la pierna o el pie." 5na vez( un paciente mo tuvo un accidente( entonces record/ el s&ude del Dord y di)e7 "8oy a cantarle el s&ude de Dord". Entonces cant/7 Ai hooo. 1o tecu%. Ese es el s&ude del Dord. $a gente que lo aprende ya lo puede usar".
Hay otros animales que me ense'aron s&ude. Pero me ense'aron uno solo igual que Dord. 5na vez no poda curar chupando porque no haba tabaco( entonces us/ s&ude. Despu/s pens/ mucho por qu/ siendo daihn&i use s&ude y no chup/( y por la noche so'/. 8ino un hombre y le pregunt/7 "9A qu/ ha venido:". 6e contestó7 "He venido a verlo porque le voy a ense'ar un s&ude para que pueda curar a ese hombre". El Cóndor despu/s di)o7 "Cuando amanezca 8d. va a ir a curar a ese hombre". El en*ermo tena una rodilla hinchada. Cuando amaneció le di)e a mi mu)er7 "8oy a curar a ese hombre porque anoche so'/ con el Cóndor". &l s&ude del %óndor habla de )l mismo, igual que los s&ude de los nanibah&de 8los antepasados m+ticos metamor*oseados9. &l s&ude dice as+' 1o soy Amunana%arate 1o tigiri%ii +la en*ermedad de la rodilla, 1o tengo mucho ogoró +las costras de lo o)os, 1o soy Chuguperesn& +Cóndor, 6is s&ude son muy *uertes 6is s&ude son de los nanibah&de 6is s&ude son tambi/n de nanibah&de 6is s&ude son *uertes tambi/n 1o tigiri%ii( h&galo as 1o tengo mucho ogoró por la cara 1o tengo muchos ogorodi/ +pl. de ogoró, 1o mu%( mu%( mu%( mu% +onomatopeya de sacudir, 1o tachu% tachu% tachu% +onomatopeya de pisar *uerte,
"a! s&ude del Sol. $na vez el Sol tuvo un eclipse ! !o aprovech) para ir a verlo. &l Sol estaba en eclipse ! era *resco. Llegu) adonde estaba el Sol. &l Sol agarró la cabeza ! )l mismo se la apretó. Agarró sus oos ! env+o su potente luz sobre m+. &ntonces empezó a conversar conmigo. 6io' /engo un s&ude, con )l puedo curarme a m+ mismo !o so! *uerte ! mi s&ude es *uerte. &se s&ude lo usan tambi)n los A!oreo de aqu+. &l Sol me dio' Si d. sabe que va a llegar una en*ermedad tiene que usar mi s&ude si d. usa mi s&ude con un en*ermo, la en*ermedad va a durar pocos d+as. ;etong&i 8tempestad9 tiene miedo al s&ude de ;ed/8Sol9. %uando cae tempestad usamos el s&ude de ;ed/ ! desaparece. 1orque el s&ude sirve
para curar en*ermedades, para la tempestad ! para &ste s&ude es para usar ante la tempestad. &s el s&ude del Sol.
todo.
1 hoayeeee hoayeeee 1 hoayee( hoayee 1 hoayeeee 1 hoayee hoeyee 1o l
Ctra vez el camino me enseñó otro s&ude. &ra de noche ! se acercó una persona, era el %amino, me dio' 2o tengo un s&ude para que d. lo use. &se hombre era el camino, =ah/i. 1or la noche llegó como un bulto, era un bulto grande que no cab+a por el camino donde ven+a. 6entro del bulto hab+a como un hombre que vino ! conversó conmigo. 6io' 2o tengo un s&ude para que d. lo use con una en*erma que est7 mu! grave ! no puede caminar, no puede andar m7s, para que luego pueda caminar *uerte ! r7pido. -&ude
2o so! la historia del camino 2o so! la historia del camino 2o so! la historia del camino 2o so! la historia del camino 2o so! la historia del camino 2o so! la historia del dolorido 2o so! la historia del dolorido 2o so! la historia del dolorido 2o chaJ, chaJ, chaJ, chaJ, chaJ 8onomatope!a del pulso r7pido de los en*ermos ! de la gente que corre r7pido9. &se s&ude sirve para curar a una persona que est7 grave. Se canta sobre la pierna del en*ermo. 6espu)s que calmó el dolor, el dolorido, despu)s puede andar r7pido, ! cuando !a camina r7pido !a come r7pido tambi)n 8 Asde ;ipesn&i9. &n otras oportunidades un sham7n *ue por eemplo a num er#i, donde una entidad le obsequió un s&ude que debe aplicarse a en*ermos graves que no pueden levantarse o ingerir alimentos. Lo mismo sucedió con un daihn&i que visitó a Luna ! a las &strellas, en ambas oportunidades sus
viaes culminaron con el incremento de s&ude ! paragapid , )ste 4ltimo debe utilizarse en ocasión de tormentas ! el primero para dolores óseos. %omo se advierte la generación de mitos en la actividad sham7nica, sigue un mismo modelo, !a eerciendo la terapia o realizando otra labor, el dahn&i se conecta con sus propios au-iliares, los %uchar&de, o con diversas entidades que habitan las regiones del cosmos, la interacción positiva domina todos los encuentros ! es la que *unda la cesión de los s&ude ! paragapid , que si bien el sham7n puede utilizar circunstancialmente desvi7ndose de la terapia que le es propia, pasan a integrar el corpus de cantos ! *órmulas de los que los ind+genas utilizan para curar o prevenir calamidades, sin ser shamanes. Los mitos vividos por el sham7n van m7s all7 de aportar *órmulas ! cantos narran nuevos eró o troncos, que en lugar de e-presarse como relatos son e-perimentados por el sham7n, los hechos vividos por eldahn&i son la trama del relato, el eró, tronco, que da soporte a los s&ude. 1or otra parte, el estilo ! la estructura de los s&ude transcriptos son narraciones ! *órmulas absolutamente similares a los tradicionales. &st7n narrados en primera persona, las *rases aluden al poder de los personaes, ! a sus capacidades espec+*icas en cierto dominio G una en*ermedad, las tempestades, etc., G las onomatope!as e-presan a trav)s del sonido, la acción terap)utica o preventiva ! son s+mbolo de la e*icacia curativa ! regeneradora de la palabra ! de su uso ritualizado. A tal punto son verdaderos estos cantos ! *órmulas que en muchos casos los ind+genas no saben discriminar cu7les son los legados en el tiempo primordial ! cu7les provienen de la actividad sham7nica. &sta capacidad de protagonizar mitos e introducir nuevas *órmulas ! cantos que es propia del sham7n ! que nada tiene que ver con la actualización de los eventos primigenios a trav)s de su enunciación nos introduce en el problema de la representación del tiempo. Sin dear de lado la linealidad ! conciencia del tiempo histórico que permite a los A!oreo narrar su historia )tnica, los sucesos relativos al contacto, recordar los en*rentamientos b)licos, las hazañas de tal o cual e*e, las instalaciones en nuevos asentamientos ! en general todos aquellos hechos relevantes desde la perspectiva ind+gena ! sin negar la validez de esta concepción, e-isten un conunto de *enómenos *uera de esta representación. 6esde este punto de vista es ingenuo hablar de sucesos m+ticos primigenios para re*erirnos a los narrados en el corpus mitogr7*ico ! sucesos m+ticos contempor7neos pare aludir a la producción sham7nica.
/radicionalmente, en relación al mito se ha destacado que si bien es un hecho originario, es tambi)n transtemporal o metatemporal 8&liade EVQH, #usdor* EVID, Bórmida EVIVXQD9 puesto que puede actualizarse en palabras, rituales, gestos, etc. 6e igual modo, podr+amos pensar que el sham7n A!oreo act4a simult7neamente en dos dimensiones, as+ cuando viaa al sol o interact4a con los %uchar&de, est7 inserto en una cura u otra labor particular ! actuando en el presente pero a la vez entra en un 7mbito atemporal como protagonista de un mito ! dador de cantos ! *órmulas que trascienden el acontecer cotidiano. &l sham7n se vuelve contempor7neo de los nanibah&de no sólo porque los ve ! los o!e en su apariencia primordial sino porque as+ lo revelan los s&ude ! paragapid que obtiene, tal como puede observarse en el s&ude de %óndor, en el que la condición de antepasado m+tico del personae ! de sus *órmulas es enunciada en el discurso. &n este sentido, nos acercar+amos a los planteos de Leenhardt 8EVIE9 respecto de los %anaco, quien señala que la noción del tiempo no se separa de la de e-istencia, hecho que hace posible que el nativo, al desplazarse con su acción a distintos dominios espacio(temporales, pueda situarse simult7neamente en varios tiempos. 1ensando al tiempo como un 7mbito del que se puede entrar ! salir sin inconvenientes, se puede avanzar m7s en el intento de e-plicar representaciones que son en principio contradictorias de acuerdo con nuestra aceptada concepción lógico(cronológica. %oncepción que nos atrapa en la trama del tiempo aun a trav)s de nociones como transtemporal o metatemporal, por las cuales e-presamos en met7*oras temporales, acciones ! seres irreductibles a este dominio. 6esde esta perspectiva el mito, o lo que es lo mismo los seres ! las acciones que ese re*iere, es e-plicitación de cierto nivel de conciencia, de realidad ! de mundo, es mucho m7s que un suceso originario actualizable, es una dimensión del ser, un sistema simbólico de representación de la propia sociedad, de respuestas, de gu+as de acción, *luido ! din7mico capaz de incorporar, hechos, relaciones, contactos, es una *orma de conciencia que trasciende la conciencia histórica ! que es heterog)nea a la categor+a de tiempo. 6e manera an7loga el sham7n en estado alterado de conciencia accede a otro nivel de realidad, a un dominio solidario con el mito, alcanzar ese nivel implica interactuar con los nanibah&de 8antepasados9, hablar con seres humanos que en la e-periencia cotidiana son plantas, animales, obetos o entes naturales, viaar al *in del mundo, al plano subterr7neo, a los cielos, al lugar del %orae, de los ientos o las &strellas. ;mplica moverse en un mundo de poderes di*erente del ordinario, abandonar la envoltura del cuerpo ! ser entidad an+mica, conocer ! actuar en t)rminos de puhopi/ 8poder9, ser conciencia de una realidad distinta de la usual. Su
e-periencia es irreductible al tiempo. Sus acciones en trance, en sueños, generando mitos, no pertenecen al presente, tampoco al pasado sino que est7n *uera del tiempo, en otra dimensión del ser, suceden en la misma atemporalidad del mito. Mito ! estados alterados de conciencia aluden a *enómenos que se sit4an *uera de la realidad cronológica cotidiana, describen seres ! acciones imbuidas de poder, representan otro nivel de realidad, que si bien se conecta al mundo de todos los d+as en la terapia, en la utilización de *órmulas ! cantos, en los tab4es, en los posibles daños, etc. e-presan una modalidad ontológica que no es e-plicitable a trav)s de categor+as que provienen de otros niveles de e-periencias. Las acciones poderosas de los seres m+ticos tienen soporte en su puhopi/ del mismo que las del sham7n en estado alterado de conciencia. La puhopi/ es entonces el *undamento, de acuerdo con las estructuras de pensamiento a!oreo, que *aculta acceder a un mundo di*erente, a una instancia generativa, m7s all7 del horizonte del tiempo. Si el mito no es sólo representación sino tambi)n parte de la estructura sociocultural ! de la trama vivida de acciones que representa, la generación de mitos a partir de la actividad sham7nica ilustra una de las *ormas en que el mito se vuelve acción, terapia, relaciones del hombre con la sociedad ! el cosmos, te-tura de e-istencia. Notas
E. $na etnogra*+a de este grupo puede verse en Bórmida Z %ali*ano EVQ ! 0ischerman EV. Sobre organización social v)ase Braunstein, EV. Sobre gentilicios %ali*ano Z Braunstein, EVQXQV. Sobre la historia reciente ! una visión cr+tica de los grupos misionales v)ase &scobar, EVI. H. &l material proviene de las comunidades asentadas en el 6epto. de Santa %ruz de la Sierra 8Bolivia9 ! Boquerón 81aragua!9 La gra*+a de las voces est7 adaptada al castellano. Sólo son necesarias las siguientes aclaraciones' h9 *ricativa velar sorda % 9 oclusiva velar sorda ! [9 oclusión glotal. . Asohn& es uno de los personaes m7s temidos de la mitolog+a A!oreo por la cantidad de tab4es que impuso sobre diversos entes que a ella se asocian, ! los alcances punitivos que acarrea su violación G en*ermedades, desma!os, locura, incluso la muerte. &l ciclo m+tico que re*iere su actuar es obeto de severos puy&% , lo que lo convierte pr7cticamente en inenarrable. $n intento de reconstrucción del mismo puede verse en MashnshneJ,
EVIXQ. A esta deidad tambi)n se dedica un importante ritual, que da comienzo al nuevo ciclo anual. Sobre esta celebración, puede verse Welm, EVQE. . Sobre esta noción ! su aplicación ritual, v)ase ;do!aga Molina Z MashnshneJ, EV. . Sobre la narración m+tica, su estructura e implementación con *ines diversos, su cone-ión con rituales ! el poder de la palabra ! las *ormas de su actualización, v)ase Bórmida EVQ, EVQ, EVQ, EVQI, EVQXQVa, EVQXQVb ! EV ;do!aga Molina EVQVXD, EVQ, EVV, EVVD, EVV ! EVVI ;do!aga Molina Z MashnshneJ EV ! EVV MashnshneJ EVX, EVIXQ, EVXV, EVVE ! EVV. Sobre relatos de guerra Braunstein EVQIXQQ. Material mitogr7*ico puede verse en \ilbert Z Simoneau EVV. I. &l lector se preguntar7 como se aprenden ! se transmiten los relatos en este conte-to de peligrosidad ! temor. &n primer lugar, es el momento oportuno cuando se usan con *inalidades terap)uticas o preventivas, esto es cuando los males est7n presentes. &n segundo t)rmino e-iste variabilidad entre los di*erentes individuos respecto de la prohibición que pesa sobre cada relato, de modo tal que consultando di*erentes in*ormantes se pueden recoger numerosas narraciones, basta que cada in*ormante particular considere que la versiones que brinda son poco puy&% . 0inalmente, a estos aspectos ha! que sumar el hecho de que algunos relatos no tienen prohibición alguna. Q. La puhopi/ es tambi)n el poder que detentan el soñador ! el loco. Sobre shamanismo, v)ase Sebag EVI, sobre el soñador, %ali*ano EVVD sobre la locura 1ag)s, Larra!a EVQ una perspectiva m7s amplia sobre todos estos estatus, v)ase en Bórmida EV.
Alcaloides vegetales La ma!or+a de las culturas que nos precedieron ! de las cuales de una *orma u otra somos su moderno resultado, supieron aprovecharse de un pequeño grupo de sustancias de origen vegetal8 angiospermas, cact7ceas ! hongos9 que les permitió acceder a un determinado conocimiento, a una determinada gama de e-periencias que por sus caracter+sticas pueden ser denominadas como isionarias. La ma!or+a de estas sustancias han recibido di*erentes nombres para hacer re*erencia a sus e*ectos sobre la apreciación de lo que denominamos como realidad, todas ellas son denominadas bao el nombre gen)rico de drogas,
con toda la carga ! el peso que esta palabra a adquirido en nuestro 4ltimo siglo, es una palabra que lamentablemente enmarca un signi*icado social desagradable, sinónimo de adicción, degradación, negocio ! muerte, un verdadero estigma moderno, sin embargo esta palabra estigmatizada no hace usticia a este grupo de sustancias, las cuales *ueron tambi)n denominadas como drogas 1sicoactivas o Alucinógenos, que reaccionan o activan generando un comportamiento particular de nuestra psiquis, entre algunas de sus consecuencias m7s comunes se halla la producción de visiones o alucinaciones de di*erente +ndole. &n la actualidad son muchos los que han retomado con inter)s el trabao de investigación sobre estas sustancias, abandonado a mitad del presente siglo, a ellos les debemos la actual denominación de las mismas, quiz7 la que a nuestro entender se apro-ima m7s a la de*inición de sus e*ectos, drogas &nteog)nicas, que producen la e-periencia de lo 6ivino, lo Sagrado, la percepción de ese principio abstracto ! ontológico que denominamos 6;CS dentro de nosotros. La generación de los IDs *ue quiz7 la que dentro de lo que conocemos como mundo moderno se animo ma!ormente a la b4squeda ! e-perimentación con estas sustancias, motivada por la aparición de obras como las del antropólogo %arlos %astaneda e ideales tales como las del Ma!o 0ranc)s, La imaginación al poder.Las enseñanzas de 6on :uan marcó un verdadero hito, toda una generación de óvenes se sintieron atra+dos por las e-periencias relatadas en sus p7ginas, donde un anciano indio 2aqui introduc+a a un pragm7tico occidental al universo de un conocimiento ancestral pasado de generación tras generación en una larga l+nea cu!o origen se remonta a las primeras culturas Americanas, la cosmovisión ! *iloso*+a de los /oltecas. Muchos *ueron los que peregrinaron solos o en grupos tras ese conocimiento, deambulando a ciegas por un M)-ico en el cual las culturas abor+genes ancestrales *ueron sistem7ticamente destruidas ! olvidadas, panorama com4n a lo largo ! lo ancho de las Am)ricas, solo unos pocos pudieron acceder a una verdadera iniciación al mundo de las 1lantas de 1oder. 6on :uan Matus, Nahual 8Maestro, %haman9 de un antiguo linae de bruos, nos dice que lo que conocemos com4nmente como bruer+a, no es otra cosa que una intrincada gama de procedimientos que nos acerca al verdadero conocimiento, el que est7 m7s all7 de las apariencias, para )l los bruos no son m7s que impecables "ombres de %onocimiento adiestrados a lo largo de una vida para percibir lo que para la ma!or+a de los mortales puede entenderse como lo desconocido. 1ara ello dentro de
sus pr7cticas re*iere la utilización de di*erentes especies vegetales que encierran poderosos esp+ritus de la naturaleza capaces de acercarnos ! en*rentarnos con nuestro propio mundo interior, donde las visiones numinosas se entrelazan con horrores innombrables, donde la estructura b7sica de lo que conocemos como realidad cae hasta los niveles de lo ine*able, de lo irreconocible. &stos esp+ritus vegetales capaces de abrirnos las puertas a un conocimiento vedado, pueden ser reconocidos dentro de nuestro paradigma como substancias qu+micas, con estructuras moleculares de*inidas responsables de los principios alucinógenos de las denominadas 1lantas Sagradas. La ma!or+a de estas substancias pertenecen a compuestos qu+micos denominados Alcaloides, productos metabólicos nitrogenados de plantas que tienen propiedades alcalinas. Fuiz7 el punto m7s importante a tener en cuenta respecto a estas cuestiones es que la estructura qu+mica de los principales alucinógenos se encuentran +ntimamente relacionadas con substancias que se encuentran en nuestro cerebro, m7s espec+*icamente hablando con los denominados Neurotransmisores, substancias que permiten la intercone-ión entre neuronas ! a trav)s de ellas de todo el sistema nervioso central. &numerar todas las especies vegetales con propiedades psicotrópicas ser+a engorroso ! hasta posiblemente aburrido, pero perm+tasenos al menos hacer un breve recorrido por aquellas que creemos son ciertamente relevantes, tanto en el vieo como en el nuevo mundo. 1ara ello recurriremos al e-celente libro de #ordon \asson ! Albert "o*mann Las 1lantas de los 6ioses &n el vieo mundo, &urasia' A9 Nombre %ient+*ico' Amanita muscaria ( Nombre %om4n' 0alsa Cronga( Matamoscas, el t+pico hongo roo con pintitas blancas s+mbolo de la casa de los enanos o las hadas. ( 6istribución geogr7*ica' &ste ! Ceste de Siberia , ;ndia, &uuropa, AlasJa, Norte de &stados $nidos (&*ectos' &mbriagues %ham7nica, *uerte e-periencia religiosa, utilizado en ceremonias curativas ! religiosas de los pueblos ;ndoarios hace DD años apro-., eu*oria, visiones plagadas de color, alteración de las dimensiones, impresión de empequeñecimiento o que las cosas se agigantan, visión de puntos de luz que se mueven con aparente inteligencia ! conciencia, )-tasis religioso, sueño pro*undo( Agente Fu+mico Activo' Acido ibot)mico, Muscimol ! Muscazona.
B9 Nonbre %ient+*ico' Mandr7gora C**icinarum L.(Nombre %om4n' Mandr7gora. (6istribución #eogr7*ica' &uropa ( %ercano Criente ( &*ectos' 6ebido a la *orma de su ra+z que semea una *igura humana a sido utilizada en di*erentes rituales relacionados con la magia, encantamientos ! la bruer+a medieval, posee un *uerte e*ecto narcótico as+ como alucinógeno con ma!or preponderancia de este 4ltimo en la transición entre la vigilia ! el sueño, era generalmente usado en combinación con otras substancias como el beleño ! la belladona ( Agente Fu+mico Activo' "!osc!amina( Atropina( &scopolamina. %9 Nombre %ient+*ico' "!osc!amus Niger L. (Nombre %om4n' Beleño 6istribución #eogr7*ica' &uropa ( &*ectos' &n la &dad Media *ue utilizado en brebaes ! ungYentos por los denominados bruos o hechiceros. &n la #recia ! la Roma antigua *ue posiblemente utilizado en ciertas bebidas m7gicas, se presume que las sacerdotisas de 6el*os hac+an pro*ec+as bao los e*ectos del Beleño, sus e*ectos psicoactivos son similares a los de la Mandr7gora. (Agente Fu+mico Activo' "!osciamina( &scopolamina( Alcaloides menores del /ropano 69 Nombre %ient+*ico' Atropa Belladona L. (Nombre %om4n' Belladona (6istribución #eogr7*ica' &uropa( %ercano oriente (&*ectos' Al igual que el beleño ! la Mandr7gora era uno de los elementos principales de los ungYentos ! brebaes de los hechiceros ! bruos de la &dad Media pero sobre todo tubo un importante papel en la mitolog+a de la ma!or+a de los pueblos europeos. Sus e*ectos alucinógenos son similares a los de las anteriores, generando por lo general la impresión de levitación ! vuelo tan com4n en las descripciones de las bruas sometidas a uicio por la inquisición. Los ungYentos preparados con estas plantas eran aplicados en di*erentes partes del cuerpo como por eemplo nalgas, vagina o a-ilas. $na de las maneras m7s comunes consist+a en *rotar un palo sobre el cu7l las mueres montaban desnudas, al *rotarse contra el mismo las sustancias psicoactivas penetraban r7pidamente en la mucosa vaginal pasando r7pidamente al torrente sangu+neo, esta pr7ctica *ue la que se asoció con la imagen de la brua montada sobre el palo de una escoba, las alucinaciones provocaban la impresión de desplazarse por los aires hasta el lugar de encuentro con otras bruas, estas reuniones eran conocidas como sabats. &9 Nonbre %ient+*ico' 6atura Metel L. ( 6atura *ero- L. ( 6atura ;no-ia L.( 6atura Stramonium L.( 6atura %eratocaula L. (Nombre %om4n' 2erba del 6iablo( /orna Loco( /oloache( %hamico.(6istribución #eogr7*ica' Criente Medio( ;ndia( %hina( A*rica( Am)rica. (&*ectos' Si bien s una especie
ampliamente di*undida por todo el mundo e-isten documentos s7nscritos ! chinos que hacen mención a ella como alucinógeno ! como planta medicinal. Su huso *ue amplio en zonas como la ;ndia ! 1aJist7n. 1osee *uertes e*ectos narcóticos ! alucinógenos aunque su utilización es motivo de e-periencias interpretadas como poco agradables. Muchos pueblos la reverenciaron como una planta de gran poder sobre todo medicinal, pero era temida debido a la creencia que la misma pod+a provocar la locura tanto de aquellos que la inger+an como de aquellos que le *altaban el respeto. Las especies del vieo mundo no tuvieron la importancia que adquirieron en Am)rica donde *ue ampliamente reverenciada por los pueblos de %entroam)rica, una especie emparentada con la datura, la Burgmacia Sangu+nea(Aurea( Arbórea( ulcan+cola, conocida vulgarmente como 0loripón, se encuentra ampliamente e-tendida a lo largo ! lo ancho de Am)rica del Sur, al igual que la 6atura es peligrosamente tó-ica. Su ingesta produce )-tasis visionario. (Agente Fu+mico Activo' Alcaloides /rop7nicos( "iosciamina( &scopolamina. 09 Nombre %ient+*ico' %laviceps 1urp4rea.8"ongo9 ( Nombre %om4n' %ornezuelo( %ornezuelo del centeno 8 1an de los locos9.( 6istribución #eogr7*ica' Si bien el 7rea de in*luencia del cornezuelo se e-tiende por toda &uropa, su huso como alucinógeno parece haber estado restringido a la antigua #recia, relacionado sobre todo con los antiguos ritos &leusinos 80estivales ! ritos de la 6iosa &leusis9. &l cornezuelo se presenta com4nmente como un par7sito de ciertos cereales especialmente del centeno, lo cual produo en la edad Media into-icaciones masivas con la ingesta de pan elaborado con este cereal, estas into-icaciones acompañadas de los consiguientes ataques alucinatorios llevaban en muchos casos a la muerte. Las descripciones que llegan de la antigua #recia hacen re*erencia a s+ntomas *+sicos como temblores, v)rtigo ! sudación helada, la e-periencia visionaria era descrita como inenarrable, dado que las palabras no estaban a la altura de la e-periencia.(Agente Fu+mico Activo' Alcaloides indólicos derivados del Acido Lis)rgico( &rgotamina( &rgoto-ina. &n el Nuevo Mundo, Am)rica #9(Nombre %ient+*ico' Lophophora \illiamsi.0lia.%act7ceas. Nombre %om4n' 1e!ote( Botón de Mezcal( Mezcalito. 6istribución #eogr7*ica' %entro de &stados $nidos, /e-as ! M)-ico. &*ectos' &ste cactus ha sido ampliamente utilizado por los abor+genes de
norte ! %entroam)rica, en la actualidad ha sido ampliamente di*undida su utilización por parte de la etnia "uichol. "abita en regiones 7ridas secas ! des)rticas, generalmente pedregosas, sobre suelos calc7reos. Los e*ectos alucinógenos son *uertes con visiones caleidoscópicas de colores *uertes ! brillantes, tambi)n a*ecta a los dem7s sentidos como el gusto , el o+do o el tacto, e-istiendo dos per+odos di*erenciados de la into-icación, el primero sumamente activo con prevalencia de los est+mulos e-ternos ! una segunda que lleva hacia la introspección ! la meditación. 6urante la e-periencia es com4n que aparezcan entidades cognicientes capaces de transmitir di*erentes tipos de in*ormación. Agentes Fu+micos Activos' Mezcalina( 0eniletinaminas( ;soquinolinas 8estructuras similares a los neurotransmisores noradrenalina ! norepine*rina.9 "9 Nombre %ient+*ico' (1siloc!be Me-icana( 1siloc!be Mazatecorum( Stropharia( 1aneolus. 8"ongos9 Nombre %om4n' "ongos sagrados( 0lorecillas de los 6ioses( /eonanacatl 8%arne de 6ios9( San ;sidro 6istribución #eogr7*ica' Am)rica del Norte, %entral ! del Sur( &uropa. &*ectos' &-isten pruebas *ehacientes que e-istió un e-tendido culto a los hongos sagrados en la culturas mesoamericanas precolombinas, Aztecas, Mazatecas ! %hichimecas. el culto a los mismos ! la ingesta de estos produce uno de los )-tasis visionarios m7s *uertes ! particulares de los hasta ahora conocidos, los mismos son generalmente ingeridos en ceremonias donde e-isten personas con una amplia e-periencia en su huso ! utilización de los mismos debido a la gran variedad de especies, utiliz7ndose di*erentes mezclas seg4n la ocasión, la e-periencia tiene un neto corte sagrado, m+stico donde el into-icado percibe que su alma se libera de su cuerpo, percibe *iguras geom)tricas angulares de colores brillantes ! mu! ricos que se desarrollan hasta *ormar verdaderas estructuras arquitectónicas, este tipo de sueño visionario es e-perimentado con un gran sentido de realidad , de acuerdo a quienes relatan sus e-periencias, los hongos muestran un mundo m7s all7 del nuestro, pero sin embargo cercano e invisible, donde habitan los esp+ritus ! los dioses, donde todo a sucedido ! todo se sabe, un mundo que habla en un lenguae propio, los hongos hablan en un lenguae que no todos pueden entender., Agente Fu+mico Activo' 1siloc!bina( 1silocina(8 estructura similar al neurotransmisor serotonina9.
;9(Nombre %ient+*ico' /urbina %or!mbosa( ;pomea iol7cea Nombre %om4n' Cloliuqui( %ampanita( %ampana de novia( 1uertas del cielo( 1latillo olante( &strella Azul( &nredadera de la serpiente. 6istribución #eogr7*ica' %osta sur atl7ntica de los &stados $nidos, %entroam)rica ! costa nor atl7ntica de Am)rica del Sur. &*ectos' %onocida desde antaño por las culturas mesoamericanas precolombinas como medicina para la adivinación, la into-icación comienza r7pidamente con alucinaciones visuales, pueden presentarse con estado de v)rtigo seguido de la-itud ! narcosis hipnótica, las visiones suelen ser generalmente de caracter+sticas grotescas. Lo interesante de la into-icación con estas plantas es el relato de la aparición repetida de dos entidades de conte-tura antropomor*a denominadas los niños de la planta, generalmente se presentan como dos niñas vestidas de blanco que transmiten di*erentes in*ormaciones a quien atraviesa la e-periencia. Agente Fu+mico Activo' Alcaloides del Acido Lis)rgico( A L "!dro-ietilamida( Radicales triptam+nicos( 8se relacionan con el neurotransmisor serotonina9. :9(Nombre %ient+*ico' Banist!eropsis %aapi Nombre %om4n' A!ahuasca( 2agu)( Soga del ahorcado( Liana o enredadera de las almas. 6istribución #eogr7*ica' %entro de Sudam)rica. 1er4, %olombia, Amazonas. &*ectos' $tilizada principalmente por la cultura Fuichua as+ como por los grupos )tnicos de la cuenca del Amazonas, /ucanos, #uaran+es, etc. Su ingesta produce *uertes alucinaciones e las cuales se e-perimenta el abandono del alma del cuerpo, permitiendo la comunicación con los antepasados, es utilizada para la adivinación , la pro*etización, bruer+a ! medicina. 1roduce tambi)n alucinaciones auditivas ! anuncia eventos *uturos. &-trañamente produce alucinaciones recurrentes de *elinos, aguares ! grandes o*idios ! serpientes en casi todos aquellos que la ingieren. Muchas crónicas de su huso resaltan su aparente e-altación de los poderes telep7ticos, motivo por el cual en principio se llamó /elepatina al alcaloide activo de la planta. Su ingesta produce por lo regular nauseas, vómitos, v)rtigo, as+ como tambi)n estados eu*óricos ! hasta agresivos. Se e-perimenta la sensación de ser arrastrados por vientos poderosos con im7genes de vuelo, que pueden llevar a cualquier lugar que se desee metamor*oseado en ave.
Agente Fu+mico Activo' Los alcaloides primeramente nombrados como /elepatina o Banisterina *ueron posteriormente identi*icados como "armalinan ! /etrahidroarmina. &n la mi-tura de plantas conocida como a!ahuasca se agregan otras especies ricas en 6imetil(triptamina 86M/9 W9(Nombre %ient+*ico' Anadenathera 1eregrina Nombre %om4n' 2opo( ilca( %ebil. 6istribución #eogr7*ica' Amazonas, cuenca del Crinoco, 1er4 ! norte ! centro de Argentina. &*ectos' 0ue utilizada por las etnias Amazónicas, por los Fuichuas ! sobre todo por las etnias abor+genes Argentinas, es poca la in*ormación que se posee acerca de los e*ectos alucinógenos en las culturas antedichas, era com4nmente utilizada tanto por el %haman como por la ma!or+a de los miembros de la tribu, a ingesta produc+a en apariencia una alucinación colectiva con contenidos compartidos por los participantes, al igual que otros alucinógenos evoca la aparición de esp+ritus animales ! entidades capaces de transmitir in*ormación espec+*ica sobre cuestiones que incumben al grupo tribal. Los actuales estudios de los e*ectos de esta planta demuestran que los principios activos de la misma pueden catalogarse como uno de los m7s poderosos conocidos, produciendo e-periencias mu! di*+ciles de relatar, de alguna manera parecen comunicar la conciencia del participante con un sustrato in*ormacional de caracter+sticas altamente singulares. Agente Fu+mico Activo' 6imetiltriptamina( "idro-i(dimetiltriptamina. La triptamina es un compuesto b7sico del /riptó*ano, un amino7cido que se encuentra distribuido en todo el reino animal. La "idro-i( dimetiltriptamina tambi)n es conocida como Bu*otenina, esta substancia *ue encontrada tambi)n en las secreciones de un sapo, Bu*o S1] /odas estas sustancias contenidas en di*erentes especies vegetales nos a!udan a re*le-ionar acerca de la e-periencia visionaria, en otras palabras a la naturaleza de la generación de lo que denominamos como visión o alucinación. Lo cierto es que nuestra historia como especie presenta a lo largo del tiempo una estrecha relación con estas sustancias, nuestros ancestrales antepasados las utilizaron ! a4n se siguen utilizando en di*erentes partes del planeta con di*erentes *ines que no son los acostumbrados por nuestra sociedad tradicional occidental, la visión era buscada con un *in espec+*ico
relacionado con lo sagrado, era la comunión, la puerta de acceso a una realidad m7s basta plagada de in*ormación. &stas regiones eran ! son por decirlo de alguna manera la topolog+a del terreno mitológico, el lugar de donde emergieron los sistemas religiosos, pero como una e-periencia concreta, la unión con lo sagrado era vivido a trav)s de la conciencia en carne propia, sin intermediarios. Nuestros sistemas actuales de religión abandonaron esta cualidad en pos de la sistematización de la *e, la estructuración de la creencia como un estrato de poder, como un sistema de dominación aleado de lo que interpretamos como realidad, esta es interpretada separadamente por los paradigmas cient+*icos. As+ ciencia ! religión, la e-periencia sagrada ! la e-periencia real se separaron en un momento de la historia para buscar el camino de reencuentro, camino que continua tratando de e-plicitarse en nuestro presente. Las e-periencias sagradas se hallan en nuestros d+as regladas, necesitadas de intermediarios, para e-perimentarlas necesitamos de los sistemas de creencia, de los di*erentes mercaderes de la *e.6e *orma sistem7tica todo aquello que tuviera que ver con la e-periencia sagrada personal *ue ! es considerado como pro*ano, oscuro, prohibido, demoniacamente establecido ! catalogado, ! aquellos que a4n contin4an con las practicas de )-tasis visionario son condenados a la categor+a de primitivos e incivilizados, ni hablar siquiera de el huso o investigación con estas substancias que han sido motivo de persecución ! estigma en aquellos que las consum+an, al d+a de la *echa la e-perimentación con estas substancias permanece prohibido. Sin embargo de alguna manera nuestro organismo a sabido mantener de alguna *orma el recuerdo de este pasado remoto, a guardado en lo pro*undo de nuestra 1sique atisbos de estas antiguas e-periencias, al menos esto es lo que parece demostrarnos los descubrimientos realizados a trav)s de psicolog+a transpersonal, elementos que no podemos seguir ignorando durante mucho tiempo m7s. 1ero no es solo en la 1sique humana donde aparecen rastros de esta antigua relación, tambi)n en la qu+mica de nuestro organismo guardamos recuerdos bioqu+micos. Anteriormente hac+amos mención al parecido de estas substancias psicoactivas con determinados elementos neuroqu+micos, ciertas hormonas ! sobre todo ciertos neurotransmisores. &stas sustancias pueden alterar el *uncionamiento de nuestro cerebro ! sus contenidos ps+quicos merced al enorme parecido con sustancias reconocidas en la *isiolog+a del sistema
nervioso central, de alguna manera podr+a decirse que se dis*razan de... para as+ poder pasar desapercibidas ! eercer su in*luencia. Nuestra *isiolog+a es en realidad una enorme catedral de s+ntesis de sustancias bioqu+micas, entre ellas las sustancias psicoactivas, de no ser as+ no podr+amos e-plicar cómo receptores altamente espec+*icos reciben sin el menor indicio de desconocimiento a estas substancias, sencillamente nuestro organismo las reconoce como propias. O%ómo es esto posibleP C bien durante nuestra historia evolutiva recibimos altas dosis que provocaron a lo largo de lo siglos un acostumbramiento que nos permite reconocerlas como propias, o bien nuestro organismo se a especializado lo su*iciente para sintetizarlas por si solo lo cual permitir+a el reconocimiento espec+*ico de las substancias e-ógenas. Si esta 4ltima posibilidad *uese concreta deber+amos preguntarnos entonces que *unciones cumplen dentro de nuestro organismo. &sta posibilidad despierta un gran n4mero de interrogantes ! posibilidades. O&s acaso la e-periencia visionaria una situación natural e inherente a la especie humanaP 6e ser as+ podemos especular acerca de su *unción espec+*ica' Mostrarnos que nuestra conciencia puede abarcar m7s de lo que actualmente concebimos, que los estados no ordinarios de conciencia no son algo antinatural sino un tipo de e-periencias ho! olvidadas. Fuiz7 estas substancias act4en en momentos determinados de nuestra historia evolutiva, permaneciendo en estado de latencia, sin e-presarse por si mismas durante largos per+odos de tiempo, disparadas a actuar ante situaciones concretas ! espec+*icas, codi*icadas las instrucciones de su s+ntesis en nuestra memoria de in*ormación gen)tica, presentes, e-pectantes, dispuestas a desplegarse en momentos determinados.
%hamanes amazónicos /radición o supercher+a, el chamanismo amazónico es tema de actualidad, estudio ! curiosidad. &l inter)s por este tema motivó que la %asa de Am)rica de Madrid abriera unas ornadas a las que se invitó a un cham7n de la Amazonia ecuatoriana a venir al 1alacio de Linares, que parec+a el marco adecuado por su le!enda de actividad sobrenatural. La an)cdota acompaña constantemente a la *igura del cham7n, pero m7s all7 de la superstición e-iste una )tica ! una b4squeda seria de conocimiento. &l cham7n es un e-perimentador, un gu+a religioso de los pueblos amazónicos, que quiere superar los l+mites de la verdad aparente ! usa como principal instrumento para adquirir este conocimiento la toma de
alucinógenos tradicionales como la a!ahuasca ! el guanto. 1or eso los miembros de la tribu le dan el nombre de bebedor. &l cham7n es un especialista. &l desconocimiento de su *igura ha hecho que se le nombre con palabras como bruo, curandero o sanador, t)rminos ambiguos que no son sinónimos de cham7n a menudo son *unciones di*erentes, en*rentadas. &sta imprecisión con*unde. &l bebedor amazónico es un especialista que se inicia desde temprana edad, ! se necesita una gran vocación de aprendizae tanto como de resistencia *+sica para soportar la ingestión del alucinógeno. 1or lo general su aspecto es delgado, *ibroso, ! su rostro re*lea la m+stica del aprendizae ! las secuelas de la a!ahuasca. La instrucción es tutelada por un cham7n antiguo. La re*le-ión sobre el entorno, la capacidad de trascender la mera super*icie de las cosas, tiene como *inalidad el conocimiento de la verdad. &ste conocimiento es el que dota de poder al bebedor, ! le convierte en el punto m7s alto de re*erencia en los descubrimientos sanitarios, )ticos ! religiosos entre los pueblos amazónicos. $na )tica donde la vida ! la muerte tienen un valor distinto al que les damos en las ciudades. Los dos planos de la realidad
&l sacerdote navarro Miguel Angel %abodevilla, que ha vivido dos d)cadas con las tribus de la Amazonia ecuatoriana, en un resumen de sus e-periencias con un anciano cham7n de la tribu de los Seco!a, a quien *recuentó durante los 4ltimos diez años, nos aporta algunas percepciones sobre lo que eran los obetivos de la vida de este veterano bebedor' ^ Ante todo su ansia de conocimiento, que se concretaba en distinguir la realidad en dos planos que el cham7n llamaba, a su manera, super*icie ! verdad. Seg4n el cham7n, la vida de la ma!or+a se desenvuelve en el desconocimiento, esto es, en la mera super*icie de las cosas para ir m7s all7 es necesario ser un bebedor. ^ &n su percepción, por medio del adecuado aprendizae ! la bebida ritual, puede al *in apreciarse la verdad. La verdadera realidad espiritual inter*iere ! muchas veces domina a esta otra realidad en la que nos hallamos. ^ &l siguiente paso es entender ! domeñar 8o al menos in*luir9 a esos esp+ritus que danzan en torno a nosotros sin percibirlos, llegando a su
mismo origen o *uerza suprema a la que cabr+a, sólo en un peculiar sentido, darle el nombre de 6ios. ^ &l bebedor cuenta algunos detalles sobre sus viaes o visiones rituales como un a*7n de traspasar los l+mites erróneos de las apariencias ! descubrir la verdad pro*unda de todo. ^ Se puede recoger de su e-periencia como cham7n la e-igencia de una notable )tica en la utilización de sus poderes, as+ como en la recomendación de su peculiar sabidur+a para todo su grupo. Los chamanes amazónicos tienen que mantener su prestigio *rente a otros bebedores. &ste prestigio es poder, tanto de ellos como de la tribu a la que pertenecen. 1or eso la toma de los alucinógenos rituales es constante, por la necesidad de superar el desconocimiento ! de traspasar esos l+mites para encontrar la solución a los problemas de la realidad visible en que se desenvuelve la vida de la tribu. La ingestión va subiendo en cantidad seg4n la madurez del cham7n. Las reacciones corporales, al principio, consisten en *uertes vómitos ! dolor de cabeza. %on el paso del tiempo ! del aprendizae, estas reacciones son menos agresivas ! las alucinaciones son m7s controladas. El poder del entorno
Muchas personas, antes ! ahora, se han preguntado por la autenticidad de tales sensaciones ! e-periencias. No pocos han intentado reproducirlas. Aenos a su cultura, e-iste un turismo que se aventura hasta las selvas amazónicas para beber el alucinógeno, encontr7ndose con una bebida mu! rebaada, una a!ahuasca mu! diluida que cubre los requerimientos curiosos de los turistas. La *orma pseudo(ritual con la que se les brinda consuma la mascarada. &-perimentos m7s serios sobre la ingestión de a!ahuasca o guanto, son reseñados por Miguel >ngel %abodevilla. "a e-istido inter)s de algunos investigadores por acceder a estas vivencias, conocimientos ! visiones de los bebedores de la Amazonia, como es el caso del viaero *ranc)s "enr! Michaud, que el siglo pasado navegó por el r+o Napo ! conoció a los chamanes e ingirió los alucinógenos. /ambi)n ha habido e-periencias actuales de cient+*icos e incluso de alg4n sacerdote misionero. 6e la ingestión de la droga por parte de investigadores de la realidad cham7nica, se conclu!e que sólo serv+a para reactivar un espec+*ico
mecanismo cultural ! mental anterior a la droga. 6e modo que la consumición actual, bien sea por e-traños o por propios ind+genas, sin una preparación mental similar a la iniciación de los verdaderos chamanes, produce resultados di*erentes, a menudo reducidos a la super*icialidad, o incluso a la supercher+a, o a la venta de un producto tur+stico. &l avance de la cultura mestiza hace que cada vez ha!a menos chamanes. Algunos religiosos evang)licos ! católicos, en su labor misionera, han inculcado en los ind+genas la idea de que el chamanismo es una actividad demon+aca. %on algunas e-cepciones de verdaderos chamanes, que enveecen, cobra *uerza la pantomima para turistas. Los investigadores ponen de mani*iesto la importancia de los saberes integrados de los sabios amazónicos tradicionales, todos ellos puestos al servicio de un intento de b4squeda de sabidur+a, m7s all7 de los l+mites de su conocimiento ! de los condicionamientos de su vida en la selva. 1ero es necesaria la preparación adecuada, la pertenencia al grupo ! la integración a su entorno natural. $n cham7n *uera de su entorno, de su contacto directo con la naturaleza selv7tica, se vuelve una caricatura, estar+a desorientado, en una situación similar a la que se encuentra el turista o bebedor ocasional, que llega a la selva a e-perimentar. &l largo proceso espiritual ! tambi)n *+sico que ha seguido un cham7n a lo largo de su vida es el que garantiza su poder ! tambi)n su supervivencia. $n turista que bebiera la misma cantidad de alucinógeno que un cham7n corre riesgo de muerte. &n palabras de %abodevilla, el ritual cham7nico de beber a!ahuasca es una lucha de *ondo contra los l+mites del conocimiento, de la e-perimentación una pelea donde se pone en actividad todo el ser ! donde todo est7 en uego en su sentido m7s radical. La vida se e-perimenta como un territorio de *ronteras abiertas, a menudo envueltas en nieblas selv7ticas, capaces, por un lado, de ocultar el m7s all7 !, por otro, o*reciendo el acicate de su misterio al destino e-plorador de los sabios. $n verdadero cham7n siempre estar7 en*rent7ndose al reto de los l+mites.
La cosmovisión del chamanismo &l chamanismo es un sistema coherente de creencias ! pr7cticas religiosas, que tratan de organizar ! e-plicar las interrelaciones entre el cosmos, la naturaleza ! el hombre. &stas e-plicaciones sobre el lugar que el hombre ocupa en la naturaleza, en parte se *undamentan en e-periencias visionarias que, por tener una com4n base neuro*isiológica, son mu! convincentes. A continuación trataremos de una serie de rasgos culturales ! psicológicos que podemos considerar como caracter+sticos, tanto del sistema
chaman+stico universal, como del de muchas tribus colombianas actuales. 8E9 $na constante es la idea de que el cosmos est7 estrati*icado ! de que consiste en una secuencia de mundos superpuestos, lo que implica una gradación. &n una imagen simpli*icada el cosmos es tripartito ! est7 *ormado por nuestro mundo terrestre, por un mundo subterr7neo ! otro superior celeste. Los chamanes ! otras personas con conocimientos esot)ricos, subdividen estos tres grandes estratos en un n4mero ma!or de dimensiones ! hablan de una cadena, cada vez m7s remota, de otros mundos. 1or cierto, son precisamente dichas dimensiones las que los chamanes ! otros visionarios dicen poder visitar durante sus trances. &s adem7s *recuente la creencia de que, en )pocas m+ticas, ha!a e-istido la posibilidad para toda la gente, de comunicarse con estos mundos por medio de una escalera, un beuco, un puente o un camino secreto, pero que esta comunicación *ue interrumpida por varias causas. Aquellos mundos escalonados, seg4n la tribu en cuestión, son imaginados de distintas *ormas. 1ara algunas tribus amazónicas cada mundo es como una enorme casa, una maloca, con el interior preciosamente adornado con pinturas o con plumas multicolores. 1ara otras tribus de la misma región del pa+s, los di*erentes mundos son como grandes platos de barro, llamados budares, sobre los cuales se tuestan las tortas de cazabe, preparadas de harina de !uca amarga. Los indios de la Sierra Nevada de Santa Marta imaginan los mundos como grandes volantes de huso que se ensartan, el uno sobre el otro, en un inmenso huso que constitu!e un ee central, un a-is mundi. "a! pues in*inidad de im7genes pero la invariante es un modelo del cosmos claramente estrati*icado di*erenci7ndose cada estrato del otro por ciertas caracter+sticas 4nicas sean personi*icaciones sobrenaturales ben)volas o mal)volas, el 1a+s de los Muertos, los animales, plantas medicinales, m4sica celeste, soles ! lunas propias, m7s un gran n4mero de otros aspectos. Seg4n las creencias chaman+sticas de algunas tribus, aquellos mundos escalonados que !acen *uera de esta tierra, corresponden a un microcosmos que consiste en una secuencia de dimensiones del propio mundo interior del individuo, es decir, representan una escala interna de mundos de la conciencia humana. 6icen los chamanes que, en sus alucinaciones, penetran los di*erentes estratos del cosmos como si *uera por estrechas puertas ! que, a la inversa, pueden ! deben e-plorarlas dimensiones de su propio ser.
&ste modelo cósmico se repite luego en una escala cada vez menor' las montañas ! los cerros los imaginan como mundos estrati*icados detalles arquitectónicos de templos ! a4n de viviendas, simbolizan la estructura del cosmos el cuerpo humano se interpreta en t)rminos de segmentos horizontales, ! el mismo principio se puede aplicar a arte*actos tales como una olla o un instrumento musical. &ntre las sociedades ind+genas colombianas son comunes estas creencias acerca de la estructura b7sica del cosmos as+ como de la posibilidad de moverse una persona dentro de este modelo escalonado. ;deas mu! parecidas se encuentran en muchas otras partes del continente americano ! tambi)n en el ieo Mundo es posible suponer que se trate de una *orma de pensamiento arcaico que se remonte a leanas )pocas prehistóricas. 8H9 6ebo re*erirme ahora en m7s detalle a la persona del cham7n. 1or lo general este o*icio es de hombres pero en varias culturas las mueres tambi)n son chamanes. %ontrario al estereotipo popular, los llamados bruos o hechiceros de los indios son, por lo general, individuos mu! inteligentes que desempeñan m4ltiples *unciones importantes dentro de sus sociedades. Son curanderos, rezanderos ! dirigen los rituales del ciclo vital del ;ndividuo son especialistas en genealog+as, en recitaciones mitológicas, en bailes ! cantos !, por lo general, re4nen en sus personas a varias de estas *unciones aunque puede haber especialistas. &l cham7n es muchas veces astuto pol+tico !, como gran conocedor de la naturaleza, in*lu!e sobre la toma de decisiones en el campo de la conservación de los recursos. &s mu! importante su *unción mediadora en el caso de con*lictos sociales, as+ como su papel en el alivio de problemas psicológicos individuales. 1ero ante todo el cham7n es un mediador entre este mundo ! el mundo sobrenatural. 1or cierto, siempre ! en todas partes del mundo, ha e-istido una relación estrecha entre el chamanismo ! el arte, ! en algunas tribus el cham7n incluso sigue siendo un artista o un artesano consumado. 89 &n muchas sociedades, antiguas ! actuales, el cham7n tiene un car7cter *7lico o andrógino ! personi*ica las energ+as procreativas de la naturaleza. %omo dueño de los animales pretende in*luir con sus ensalmos ! ritos sobre la *ertilidad de la *auna selv7tica ! acu7tica as+ mismo se preocupa por la iniciación se-ual de los adolescentes de la tribu, que llegan a la pubertad. &l embarazo ! el parto siempre son ocasiones de pr7cticas chaman+sticas. La imagen *7lica del cham7n es tambi)n la razón por la cual se le asocia com4n mente con aquellos animales a los cuales se atribu!e gran potencia se-ual, e-presada por ciertos rasgos mor*ológicos, anatómicos o por caracter+sticas de comportamiento.
Seg4n las di*erentes culturas el o*icio del cham7n puede ser heredado o revelarse en una visión o un sueño tambi)n es posible que una persona se vuelva cham7n simplemente siguiendo su vocación. &l aprendizae, bao la dirección de un practicante ma!or, puede durar varios años ! termina con la iniciación. &s una regla pr7cticamente universal que el neó*ito tenga que morir simbólicamente, para renacer luego, dotado de ciertas *acultades sobrenaturales. 1ara lograr este *in, el aprendiz pasa una larga temporada en aislamiento social, a!una hasta encontrarse en una *ase de inanición severa ! desarrolla estados alucinatorios durante los cuales se imagina que, convertido en ave, vuela por los aires ! visita dimensiones ignotas del cosmos. 1or lo general, al menos en el continente americano, la iniciación cham7nica implica ingerir una serie de substancias alucinógenas. &n estas ocasiones es cuando el cham7n adquiere sus *amiliares, es decir, los esp+ritus de animales que posteriormente se convierten en sus au-iliares. 6ichas creencias ! pr7cticas contin4an a4n entre un crecido n4mero de tribus colombianas. 89 $na de las *unciones principales del cham7n consiste en establecer ! mantener contacto con el mundo sobrenatural, tal como se anotó anteriormente. &ste contacto a veces lo puede lograr por meditación pro*unda, por privaciones sensoriales o por s4bitas visiones de seres o situaciones sobrenaturales, pero en gran parte del continente americano, es m7s *recuente llegar al )-tasis apelando a materias alucinógenas. &n e*ecto, para la ma!or+a de los chamanes, el )-tasis tiene un origen m+stico el alucinógeno es un don de los dios)s. 89 %olombia es un pa+s particularmente rico en plantas psicotrópicas que crecen en todas sus zonas )stas producen e*ectos en los cuales la realidad ordinaria se distorsiona entrando la persona a un mundo visionario ! totalmente irreal. 6ebemos distinguir aqu+ entre dos categor+as de visiones. $na categor+a tiene una base neuro*isiológica ! consiste en sensaciones luminosas que aparecen como rel7mpagos en el campo visual, a4n en la obscuridad absoluta. #eneralmente se trata de l+neas ! puntos, estrellas ! c+rculos, es decir, de motivos geom)tricos ! no *igurativos que, t)cnicamente, se designan como *os*enos. 2a que todos poseemos la misma estructura cerebral, todos tenemos las mismas sensaciones luminosas, independientes de una luz e-terna. &stos *enómenos son comunes bao el est+mulo de una droga alucinógena. La otra categor+a de visión alucinatoria tiene una base cultural ! no biológica, pues consiste de im7genes *igurativas que la persona pro!ecta, a base del acervo acumulado
de sus e-periencias, sobre el *ondo de colores ! movimientos causados por la droga. Las principales plantas alucinógenas usadas en %olombia por los ind+genas son las di*erentes especies de una liana selv7tica del g)nero Banisteriopsis, comunmente llamada !a) la *ruta o *lor del 7rbol borrachero 8Brugmansia9, las diversas especies de chamico 86atura9 ! la batatilla 8lpomea violacea9. Rap)s narcóticos que se absorben por la nariz, se preparan de las semillas de !opo 8Anadenanthera peregrina, A. macrocarpa9, un 7rbol de los Llanos Crientales, o de la c7scara de varias especies arbóreas del g)nero irola, que es selv7tico. Los grandes cigarros que los indios *uman ritualmente, en la región del noroeste amazónico, pueden causar s+ntomas de into-icación e inducir alucinaciones. Los indios usan ciertos hongos 81siloc!be ! otros9 o las secreciones de las gl7ndulas parótidas de un sapo 8Bu*o marinus9 que contiene componentes alucinógenos mu! poderosos. &n resumen, es un hecho que los indios colombianos son e-pertos en la preparación de una amplia gama tanto de bebidas como de rap)s, dosi*icando sus diversos componentes con gran conocimiento etno*armacológico, generalmente con el *in de inducir determinada clase de visiones ! sensaciones. 8I9 Los cronistas españoles de la %onquista ! %olonia recogieron muchos datos *idedignos sobre el uso de )stas ! otras drogas por parte de los ind+genas colombianos ! tambi)n e-isten pruebas contundentes respecto a su empleo en )pocas prehistóricas, como veremos m7s adelante. 8Q9 &l uso de drogas alucinógenas es un elemento cultural arcaico, de di*usión pr7cticamente universal ! es de suponer que !a los cazadores de la )poca paleol+tica conocieron algunas plantas narcóticas. &l empleo de estas drogas est7 estrictamente relacionado con el llamado vuelo cham7nico, es decir, con la sensación de una disociación durante la cual el esp+ritu del cham7n se separa de su cuerpo ! penetra en otras dimensiones del cosmos, sea para encontrar en ellas la curación de en*ermedades, sea para consultar con los seres sobrenaturales o ancestrales, acerca de sucesos actuales ! venideros, sea para aprender nuevos ensalmos, cantos o bailes. &n muchos aspectos, el vuelo cham7nico simboliza la muerte, seguida por el renacimiento en un estado del saber. &l cham7n es el hombre que puede producir su propia muerte a voluntad, en cualquier momento, para luego volver a su condición corporal biológica, pero cada vez imbu+do de un saber adquirido en otra dimensión cognoscitiva donde cree estar en presencia de seres sobrenaturales as+ como de esp+ritus de muertos. La
muerte ! el renacimiento del cham7n son temas m+ticos mu! *recuentes en ellos el cham7n es devorado por un monstruo, un caim7n, una serpiente gigantesca o el remolino de un r+o, situaciones de las cuales sale ileso, trans*ormado ! elevado a un estado de sacralidad. La idea de otras dimensiones, de otros mundos que son las moradas de los esp+ritus de los muertos o de seres *ant7sticos, se *undamenta en la e-periencia del viae e-t7tico del cham7n por consiguiente, la imagen que )l se *orma de esas dimensiones ! las descripciones que hace de aquellas, dependen de los procesos pro!ectivos de la personalidad cultural ! psicológica del cham7n, as+ como de la tradición cultural de la tribu. &l vuelo e-t7tico proporciona el modelo para el concepto de la trans*ormación. A partir de )ste, el cham7n, bao la in*luencia de ciertos narcóticos, cree poder trans*ormarse en un p7aro, en un aguar o en otros animales ! as+ poder vagar, sin ser reconocido, en nuestro mundo terrenal. Bao esta apariencia acecha a sus enemigos, observa la conducta de las gentes, se comunica con otros chamanes. &l cham7n es siempre un gran trans*ormador ! as+ ha! una relación, un entendimiento entre )l ! ciertos animales que pasan por una metamor*osis los batracios ! las mariposas son animales cham7nicos por e-celencia, lo mismo como aquellos que cambian de piel, las culebras ! los cangreos. &l vuelo cham7nico da lugar a varios otros importantes compleos de asociaciones. Ante todo, el cham7n es el hombre(p7aro, es el dueño ! compañero de todas las aves, las cuales *orman el grupo m7s vers7til de la *auna. &n muchas sociedades el cham7n ostenta una m7scara de ave !, en lo general, los chamanes se adornan con gran corona de plumas. Algunos llevan cuerdas emplumadas sobre la espalda o alas de aves incluso otros se cubren todo el cuerpo de plumas a veces sus obetos rituales est7n adornados con plumitas. La maraca, el instrumento tan caracter+stico del cham7n, casi siempre est7 adornada con un penacho de plumas el rap) narcótico se absorbe a trav)s de un hueso tubular de ave. Seg4n piensan los indios, los animales tambi)n tienen sus chamanes !, al penetrar el cham7n ind+gena en otras dimensiones, se le presentan animales monstruosos, h+bridos de*ormes que en ocasiones le impiden el paso. "a! pues una relación mu! especial entre el cham7n ! los animales algunos de ellos son sus dobles, sus avatares ! el cham7n puede adoptar su *orma. &l aguar, el 7guila arp+a, o las grandes serpientes de agua son mani*iestamente animales cham7nicos que representan met7*oras,
simbolizan pasaes m+ticos o sirven de au-iliares, mensaeros o eecutores. La mitolog+a ! el ritual ind+gena abundan con estas im7genes. 89 &n el *olJlore colombiano actual encontramos varios de estos personaes chaman+sticos, tales como el Moh7n, el 1oira, la Madremonte, la 1atasola, ! otros m7s. A veces un animal, insigni*icante para nosotros, puede ser un animal cham7nico de gran poder' una lagartia, una ranita o un pequeño p7aro. 1ero siempre son animales que, si se estudia su anatom+a, aspecto o comportamiento, tienen alguna caracter+stica mu! signi*icativa que los asocia con el mundo chaman+stico. /al vez sea su color, su olor particular, la *orma de sus genitales, o alg4n rasgo que no escapó a la observación del ind+gena quien, como cazador ! pescador, es un e-celente conocedor de la *auna. 1or otro lado est7n los monstruos, los animales *ant7sticos. &l cham7n los ve en sus alucinaciones, lucha con ellos, los somete, ! en ocasiones hace de ellos sus au-iliares. &n los mitos de tantas tribus colombianas se re*ieren a aguares con pies humanos, dantas gigantescas que andan en las patas traseras, serpientes bic)*alas o venados que se trans*orman en mueres seductoras. &n este mundo m+tico ! alucinatorio se con*unden ! combinan a veces los rasgos de un *elino con los de un reptil ! un ave, resultando un ser que simboliza todos los poderes cham7nicos en una sola *igura *ant7stica, especie de dragón que vuela, devora ! envenena con sus colmillos ponzoñosos. Muchas veces algunos de estos animales subsidiarios adquieren el car7cter de un alter ego. &n muchas sociedades ind+genas se distinguen varias categor+as de chamanes ! con alguna *recuencia se habla de bruos, quienes, bao la presunta *orma de animales o disparando min4sculos pro!ectiles invisibles, dicen poder causar la en*ermedad ! a4n la muerte de otra persona. ;ndudablemente estas creencias !a e-ist+an en tiempos prehistóricos. &s un hecho que, por sus supuestos contactos con el mundo sobrenatural, el cham7n *7cilmente aparece como un personae de las tinieblas, asociado con la lechuza ! el murci)lago, temido ! acusado de hacer daño a sus enemigos. &n e*ecto, la agresividad es otra caracter+stica del cham7n quien *recuentemente aparece como un luchador, un guerrero que se en*renta tanto a supuestas *uerzas mal)*icas sobrenaturales, como a enemigos personales. &n ocasiones dos chamanes enemigos ponen en escena verdaderos duelos pero en la ma!or+a de los casos estos encuentros violentos no ocurren en realidad sino se representan mu! dram7ticamente en la es*era alucinatoria. Los contendores !acen en un pro*undo trance, ! su lucha se desarrolla en una dimensión irreal.
"ablar aqu+ de chamanes buenos o malos, de magia blanca o negra, me parece una polarización algo dudosa, basada en preuicios ! conceptos occidentales m7s bien habr+a que aceptar que los chamanes act4an de acuerdo con las de*iniciones del bien ! del mal de sus culturas respectivas ! que di*+cilmente se pueden medir con los valores ! normas de otros credos. 6e todos modos, la agresividad es parte esencial de la constitución psicológica del cham7n ! a veces se e-presa en *orma violenta, acrecentada, como es natural, por los e*ectos de las substancias psicotrópicas que consume. %abe añadir que sus atav+os, sus m7scaras ! sus gestos a veces violentos, pueden inspirar temor reverente a participantes en rituales nocturnos. Adem7s, muchos chamanes emplean en sus cantos ! ensalmos un idioma arcaico, secreto, lo que aumenta desde luego la sensación de lo misterioso de los ritos. 6eteng7monos un instante en este punto, con el *in de resumir la esencia *undamental del chamanismo. 1ara alcanzar la integración del universo estrati*icado, en un sistema comprensible ! maneable por el hombre, se necesitan varios poderosos *actores mediadores. &sta mediación se logra a trav)s de tres agentes' el cham7n, los animales !, en el caso del continente americano, las substancias alucinógenas. "asta aqu+ he hablado principalmente de las caracter+sticas del chamanismo universal, tal como ellas est7n documentadas para el ieo Mundo. 1ara ilustrar ahora la mentalidad chaman+stica en el ambiente abor+gen colombiano, se pueden mencionar varios eemplos etnogr7*icos de las tribus actuales. 2a que el material disponible es mu! voluminoso, debo limitarme a citar sólo una selección de datos. Acerca de la idea del cosmos estrati*icado, !a mencion) algunos conceptos de los indios de la Sierra Nevada ! de la región amazónica. Sobre la escalera cham7nica, que comunica varios estratos, ha! algunas in*ormaciones del %hocó. &n el r+o 6ocordó, a*luente del San :uan, observ) en la casa de un cham7n de los indios Noanam7, una larga escalera tallada de un sólo tronco de madera, que remataba en una cabeza antropomor*a. 8V9 &ntre los indios %ham+, otro grupo del %hocó, recog+ un mito que habla de un cham7n que constru!e una escalera de guadua, para subir al cielo. %uando el p7aro carpintero troza la escalera, el hombre cae pero al pronunciar la palabra m7gica pluma, *lota lentamente hacia abao ! llega a un mundo subterr7neo poblado por seres e-traños. 8ED9 NC/AS. E. Acerca de la cosmovisión ! pr7ctica chaman+stica, v)anse, ante todo, las obras de &liade 8EVIEVI EVQI9 ! la e-tensa bibliogra*+a que cita este
autor. $na breve introducción al tema se encuentra en "ali*a- 8EVH9, Le@is 8EVQ9 ! Rogers 8EVH9. Sobre chamanismo ind+gena americano en general, v)anse, "ultJrantz 8EVI9, WricJeberg etal. 8EVI9, La Barre 8EVQH9, M)trau- 8EVQ9, Schmitz 8EVI9. )ase tambi)n 0urst 8EVQ( EVQ9. H. La Baria 8EVQH9, passim. . Sobre el cham7n como artista, v)anse, 0urst 8EVQ9, Lommel 8EVIQ9 ! sus respectivas bibliogra*+as. &l n4mero especial de la revista Artscanad7 8Nos. E(EQ, EVQXEVQ9 est7 dedicado a este tema, bao el t+tulo de Stones, banes and sJin' Ritual and Shamanic Art. . Sobre la iniciación cham7nica, tal como la practican algunas tribus colombianas actuales, v)ase, Reichel(6olmato** 8EVQI EVQVc EVI, pp.E(EQD9. Sobre el discutido tema de la normalidad psicológica del cham7n, v)anse, entre Ctros, 6)vereu- 8EVI9, Le@is 8EVQ9, Silverman 8EVIQ9. . Sobre el chamanismo ! el uso de alucinógenos, v)anse, entre otros, %ord!(%o5ms 8EVQQ9, 0urst 8EVQH EVQ EVQI9 "arner 8EVQ9' Reichel( 6olmato** 8EVQIc9. I. Sobre las plantas alucinógenas de %olombia, v)anse, Reichel(6olmato** 8EVQc9 Schultes Z "o*mann 8EVQV9 ! las bibliogra*+as citadas por estos autores. $na obra enciclop)dica, de alcance transeultural, son los don vol4menes de _lger 8EVE9. Q. &n algunas culturas ind+genas de %olombia ! de otros pa+ses, no sólo el cham7n ingiere alucinógenos tambi)n grupos de hombres adultos los toman con ocasión de ceremonias colectivas dirigidas por el cham7n. #eneralmente las mueres participan en estas ceremonias pero sin consumir substancias narcóticas. "a! que aclarar aqu+ que nuestro concepto gen)rico de drogas no e-iste entre los ind+genas que distinguen entre materias psicotrópicas seg4n los e*ectos espec+*icos, Ser+a impensable para un cham7n, aplicar nuestro concepto de droga a su trans*ormación en aguar, en el mismo sentido que a su vuelo e-t7tico. Adem7s, entre las sociedades tribales la e-periencia alucinatoria es controlada ! moderada, de modo que este *enómeno no se puede comparar con el uso altamente nocivo de compuestos qu+micos comerciales o de plantas narcóticas, tal como ho! se practica en las sociedades modernas. . Sobre la trans*ormación cham7nica en aguar, v)ase Reichel(6olmato** 8EVQc9. V. Reichel(6olmato** 8EV9, pp. V(ED ED. Reichel(6olmato** 8EVID9, 0ig. H.
OFu) es un cham7nP
&l %hamanismo es un *enómeno compleo ! poco conocido realmente. 1resenta un conunto articulado de modos de actuar cu!a comprensión es inicialmente di*+cil. Su origen es detectable en los grupos humanos incluso antes de que se desarrollara la escritura ! se habitase en ciudades. Las pr7cticas cham7nicas son m7s que una aportación prehistórica o preliteraria a la curación de las en*ermedades. 1roporcionan una visión del mundo que ho! podemos cali*icar de no ordinaria. 6esde una perspectiva *ilosó*ica, permite una meor comprensión *ormal del llamado pensamiento analógico. &sta *orma del pensar es tan nuclear al chamanismo como el pensamiento lógico lo es al mundo cient+*ico. &l ser humano puede, probablemente, entenderse a s+ mismo desde una perspectiva m7s amplia al conocer sus primeras respuestas *rente al dolor, la en*ermedad ! la muerte. &ste conocimiento puede contribuir al bienestar ! la salud, en la medida en que proporciona un meor entendimiento pr7ctico ! natural de la cone-ión de la persona con la totalidad de s+ mismo, inclu!endo su entorno, su ecosistema de re*erencia. &l cham7n es un superviviente, ha pasado de una manera o de otra por el dolor, la en*ermedad ! la muerte. $na de las cuestiones que hacen del *enómeno cham7nico un hecho admirable es su presencia generalizada entre todos los grupos que *ormaron nuestros antepasados. Sus pr7cticas, aunque se desarrollen en el momento actual, *uncionan con elementos, re*erencias b7sicas, s+mbolos arcaicos ! emociones, !a presentes desde el origen de la humanidad. Al estudiar la distrbución geogr7*ica de las pr7cticas cham7nicas es de resaltar la presencia de actividades an7logas en los cinco continentes. &l mapa del mundo en que opera o trabaa el %ham7n puede ser entendido desde lo que psicológicamente se llaman estados modi*icados de conciencia. /ales estados, a los que se accede generalmente a trav)s de un per+odo de transición, a veces son identi*icados como trance o viae. &videntemente un estado modi*icado de conciencia es un per+odo de transición entre dos estados habituales de conciencia.1ero adem7s los estados modi*icados se desarrollan ordinariamente en tres per+odos ' E9/ransición al estado. H9&stado modi*icado propiamente dicho. 9/ransición al estado habitual
&n ellos entran no solo el sanador sino tambi)n la persona atendida ! *recuentemente los dem7s participantes. 1ara modi*icar el estado de conciencia e-isten mu! diversas estrategias, la ma!or parte de las cuales no inclu!en la utilización de sustancias psicoactivas. A medida que se adquiere e-periencia es m7s *7cil realizar la entrada en ellos. Lo mismo que ocurre al practicar t)cnicas de relaación. A lo largo de la propia ornada se producen cambios naturales en el estado de conciencia. 6urante el per+odo del sueño se dan modi*icaciones de distintas caracter+sticas en el nivel de conciencia ! en los contenidos de la misma.$na de las hipótesis para e-plicarlos es que suponen la posibilidad de pasar desde la conciencia habitual a la del mundo de los sueños sin pasar por las *ases relaantes del comienzo del dormir.
Origen de la palabra chamán &l t)rmino cham7n tiene un halo de misterioso ! puede evocar realidades diversas e incluso contradictorias. &llo no es e-traño porque nos re*iere a algo de origen ancestral ! la propia creación de la cultura nos ha distanciado de sus m)todos, muchas veces arcaicos ! e-tremos. La palabra usada internacionalmente cham7n es de origen manch4( tungu ! llegó al vocabulario etnológico a trav)s del ruso. La palabra tungu original de saman 8-aman9 se deriva del verbo scha(, saber, por lo que cham7n signi*ica por tanto alguien que sabe, sabedor, que es un sabio. Algunas investigaciones etimológicas e-plican que la palabra proviene del s7nscrito por mediación chino(budista al manch4(tungu. 8&n 1ali es schamana, en s7nscrito sramana es algo as+ como mone budista, asceta. &l termino chino intermedio es scha(men9. Los pueblos siberianos ! de Asia %entral tuvieron tambi)n denominaciones locales para el cham7n. &n el turco altaico era Jam, en el !acuto oon 8! chamana se dec+a uduan9, en los buriatos b_o, en Asia %entral baJshi, para los samo!edos tadibe, lapones moita, *inlandeses tiet__ ! h4ngaros t7ltos. 8La actividad cham7nica de estos pueblos se aborda en la parte tercera de este libro' %hamanismo siberiano ! euroasi7tico9 8"oppal9. &se conocimiento o sabiduria, en las lenguas /ungus,implica de una manera o de otra la maestr+a con los esp+ritus, que a voluntad puede introducir en s+ mismo, usando ese poder en su propio inter)s, particularmente para a!udar a otros que su*ren a causa de esp+ritus.
&n relación con el mundo actual se considera lo cham7nico como algo que pertenece a zonas geogr7*icas ! a grupos aleados, marginales o *ronterizos.%omo algo conceptualmente di*uso. 1ara numerosos investigadores el cham7n act4a en un area de la realidad que en muchas ocasiones es compartida por los m+sticos ! los m)dicos 8Sigerist8EVQ9, "arner8EV9, WaJar8EVH9, Wripner ! \elch 8EVVH9, de Cleza8EVVI99. ;nclu!e en su actividad lo que seria propio de un psiquiatra o psicoterapeuta prehistórico.&specialmente si se considera que la psicoterapia es un camino para la e-pansión de la conciencia.&s una actividad en el desarrollo de nuestra vida con la cual nos a!udamos a nosotros mismos ! a los otros, para despertar del estupor de la inconsciencia ! la ignorancia conociendo quien nosotros somos realmente8 Shainberg EVV9 &-isten numerosas de*iniciones' ( &ntre los siberianos ! otros grupos de todo el mundo con creencias an7logas, es la persona a quien se atribu!en poderes para curar a los en*ermos ! comunicarse con el mundo del m7s all7 8/he Ne@ &nc!clopedia Brit7nica EVV9 ( %urandero ind+gena que altera deliberadamente su conciencia a *in de obtener conocimiento ! poder proveniente del mundo de los esp+ritus para a!udar ! curar a los miembros de su tribu 8Wrippner EV9 ( &ntre los Cib@a! en %anad7 es la persona,hombre o muer que e-perimenta,absorbe ! comunica una especial *orma de apo!o, de poder sanador 8#rim EV9 ( &l que conoce las t)cnicas arcaicas del )-tasis 8&liade9 ( $na persona a la que se le atribu!en poderes especiales para comunicarse con los esp+ritus e in*luir sobre ellos disociando su alma de su cuerpo. Los esp+ritus le a!udan a realizar sus tareas que inclu!en descubrir la causa de las en*ermedades, del hambre ! de cualquier desgracia, ! de prescribir una cura apropiada. Se les encuentra entre los siberianos ! otros pueblos asi7ticos su actividad se desarrolla tambi)n entre otras muchas religiones ! con otros nombres 8/he %ambridge &nc!clopedia, EVVD9.
( $na persona dispuesta a con*rontar los m7s grandes miedos ! sombras de la vida *+sica. 2 en *uncion de los resultados ' $n curador que ha e-perimentado el mundo de las tinieblas ! que ha con*rontado sin miedo su propia sombra tanto como lo diabólico de los otros ! que puede con e-ito trabaar con las *uerzas de la oscuridad ! de la luz 8Sams EVVD9 ( $n gu+a, un sanador, una *uente de cone-ión social, un mantenedor de los mitos del grupo ! de su concepción del mundo 8\alsh EVVD9. Sirve tambi)n para re*erirse a alguien que est7 hiperactivo, e-citado o en movimiento, o que es capaz de calentarse a s+ mismo ! practicar austeridades 8\alsh EVVD9 ( /)cnico arquet+pico de lo sagrado. Su pro*esión se desarrolla en el espacio que une la imaginación m+tica ! la conciencia ordinaria 8Larsen9. ( 1ersona de cualquier se-o que tiene un especial contacto con los esp+ritus 8entendidos como *uerzas no *7cilmente evidenciables9 ! capaz de usar su habilidad para actuar sobre aquellos que est7n a*ectados por esos mismos esp+ritus 8"arner9. ( #ran mago ! sacerdote de ciertos pueblos primitivos, en especial del Norte de Asia. &ntre los m7s *amosos se cuentan los chamanes de Siberia 86iccionario de las %.C.9 &l Manual Moderno 8EV9. ( %hamanismo' &l arte eterno de vivir en armon+a con la creación 8Matthe@s en /he celtic shaman. EVVE9. "a! tres elementos clave para de*inir como chamanes a quienes' ( 1ueden voluntariamente entrar en estados alterados de conciencia. ( &n esos estados se e-perimentan a s+ mismos viaando. ( 2 utilizan esos viaes como un m)todo para adquirir conocimiento o poder ! para a!udar a la gente de su comunidad. 8\alsh, EVVD9. 1ara buscar grupos que actualmente presenten individuos que practican el chamanismo resulta preciso irse a los m7rgenes de lo que llamamos mundo civilizado. 1or el hecho de encontrarse vinculado a grupos que muestran una estrecha relación con la naturaleza,hasta el punto en que cualquier