CÁTEDRA DE LAICIDAD Y LIBERTADES PÚBLICAS FERNANDO DE LOS RÍOS DEL INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS BARTOLOMÉ DE LAS CASAS
UNIVERSIDAD CARLOS III FUNDACIÓN EDUCATIVA Y ASISTENCIAL CIVES
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA
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ÍNDICE EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA I. Introducción. Reflexiones previas 1. Principios y conceptos básicos 2. Digni ignida dadd de de la la pe persona sona y Der Dereechos chos fund fundam ameental ntalees 3. Reglas de Convivencia 4. Educación para la defensa, ejercicio y desarrollo de la libertad personal
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DESARROLLO POR ETAPAS EDUCATIVAS 1ª Educación Infantil I. Los valores de la educación infantil II. ¿Cómo aproximarnos al máximo a estas metas? III. Ambiente vitalizante IV. Tratamiento de los valores en el aula V. Actitud dialógica VI. Fina inalidad y contenido idos en la educación en valores VII. Concluyendo: ¿Cómo educar para la ciudadanía?
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2ª Educación Primaria I. Consideraciones pedagógicas iniciales II. Cuaderno del tutor III. A modo de programa elemental
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3ª Ed Educación Se Secundaria Ob Obligatoria y Bachillerato
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I. Introducción
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II. Educación Secundaria Obligatoria
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1. Reflexiones en torno a la etapa 2. A modo de programa para 2º de la ESO 3. A modo de programa para 4º de la ESO III. Bachillerato
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1. Ética, política y religión 2. A modo de programa de Bachillerato
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PREÁMBULO
Todas las sociedades conscientes de las bases en las que se fundamenta su existencia han tratado, por medio de la educación, de transmitir un conjunto de valores a los ciudadanos que las integran. Se trata de una vieja aspiración que Montesquieu reflejó en El Espíritu de las leyes, cuando comparaba los Estados despóticos, en los que es preciso que la “educación sea servil”, se cultive la obediencia ciega y el aislamiento insolidario, con los Estados democráticos, que requieren todo el poder de la educación para cultivar la renuncia de los ciudadanos a sus intereses particulares y promover la virtud, es decir, la “preferencia continua del interés público sobre el interés de cada cual”. En los Estados democráticos el Gobierno está confiado a todos los ciudadanos. En consecuencia, la tarea central de la educación es la formación de ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes y capacitados para ejercerlos. Como partícipes activos de la voluntad general que rige el destino de la sociedad, deben ser educados como personas libres en una sociedad plural. El temor, la ignorancia, el fanatismo y la marginación, en todas sus facetas, deben ser contrarrestadas mediante el cultivo de valores como la libertad de conciencia y la autonomía moral de los individuos, el conocimiento, la racionalidad científica y la igualdad como antídoto frente a las discriminaciones de cualquier género. Educación en valores es en primer lugar educación ético-cívica para formar ciudadanos, de aquí y ahora y para el futuro. Ciudadanos no sólo capacitados formalmente para vivir en un modelo perfecto y deseable de derechos, instituciones democráticas y conocimientos, sino también conscientes de que este modelo sólo es válido si sirve para abordar, con posibilidades de éxito, los diversos problemas que surgen en la realidad, algunos de ellos muy graves, como la violencia, que destruye la convivencia y desconoce los derechos de las personas. En las sociedad abiertas existen ámbitos sociales, donde la violencia y la inseguridad adquieren características preocupantes: la violencia criminal contra la vida, la integridad física y los bienes de las personas, que en España origina cerca de dos mil homicidios y asesinatos al año; la violencia juvenil y de bandas organizadas y rivales; la violencia en el deporte; la violencia de género y doméstica, asociada a los sentimientos posesivos del macho ancestral; la violencia en el tráfico, que contabiliza más de cinco mil muertos cada año, sin olvidar la violencia que afecta también a los propios centros escolares. Por ello, en la enseñanza y también en los medios de comunicación, en las familias y en las entidades sociales es urgente abordar una educación en valores. El empeño democrático debe orientarse hoy en día en propiciar un tipo de ciudadano capacitado para convivir en sociedades abiertas y pluralistas, basadas en la tolerancia y la aceptación de la diversidad. Esta es la respuesta más acertada y racional respecto a los procesos de globalización y a la generalización de las corrientes migratorias. Para quienes piensan en positivo y con mayor profundidad y generosidad, estamos ante hechos que deben ser asumidos y encauzados, no a partir de priorizar su carácter amenazante, sino su diversidad enriquecedora. De ahí la necesidad de abordar una educación para la interculturalidad, como tarea urgente en muchas poblaciones y barrios en los que se están asentando numerosos inmigrantes y se están constituyendo comunidades escolares muy plurales por su origen. De ahí, lo adecuado de la propuesta del Ministerio de Educación y Ciencia de incluir en los currículos escolares la enseñanza no confesional de las religiones, para que todos los alumnos puedan conocer las claves culturales y las religiones como hechos de civilización, tanto para lo bueno como para lo malo. El Estado Social, Democrático y de Derecho, que proclama el artículo 1.1 de nuestra Constitución no está vacío de valores en torno a los cuales sustentar la convivencia y la ética cívica de los ciudadanos. El Estado es responsable de la convivencia social y del logro del interés general y no puede olvidar que esto se consigue en función de unas normas legales y también de las vivencias de los ciudadanos en los valores que “
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enriquecen el orden social y político. Entre estos valores, el artículo 1º de la Constitución Española establece la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. También el artículo 10 fundamenta el orden político y la paz social en la dignidad de la persona, el libre desarrollo de la personalidad y el respeto a la ley y a los derechos de los demás. Por su parte el artículo 14 establece la igualdad de todos ante la ley y rechaza cualquier discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión, etc… Por último, el artículo 27.2, recalca que “la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y los derechos y libertades fundamentales”. En todos estos valores comunes ha de sustentarse la convivencia de la pluralidad de credos y de elecciones morales que asuman los ciudadanos. Esta es la orientación democrática y laica que postula una formación integral, suficientemente efectiva para que en la convivencia se superen diferencias sociales, políticas, confesionales, partidarias, etc,… El Estado debe adoptar una actitud activa y positiva, incompatible con la entrega exclusivista a una confesión o a un partido determinado de la formación en tales valores a todos los alumnos, o a una parte de los mismos. Se trata de un asunto bien distinto que no debe ser mezclado ni enredado con la idea de una educación religiosa confesional que puedan demandar las familias, en legítimo uso de sus derechos constitucionales y que debe ser impartida por las diferentes confesiones, bajo su responsabilidad. Sin embargo, la entrega a una determinada confesión de la formación de los alumnos en valores éticos y cívicos específicos ha sido practicada y deseada por la derecha conservadora siempre que ha podido. Dejando al margen lo ocurrido antes de 1978, tal fue el caso de la introducción de la asignatura de Ética, como alternativa a la clase de Religión, cuando gobernó la UCD, y, más recientemente, las dos versiones –confesional y no confesional- de la asignatura Sociedad, Cultura y Religión, que introdujo la contrarreforma educativa del Partido Popular, a instancias de la jerarquía eclesiástica. También es incompatible este deber del Estado con la negligencia, las renuncias y las dejaciones que hasta la fecha han obstaculizado la introducción de una auténtica formación ético-cívica, que fortalezca la ciudadanía y la cohesión cívica, y que pueda contribuir a mejorar la convivencia solidaria en sociedades cada vez más plurales y amenazadas por riesgos de fragmentación social, cultural, religiosa, social, étnica e incluso territorial. Sin embargo, se ha producido un cambio muy importante hacia el compromiso activo con la formación de los ciudadanos en los valores cívicos, con la propuesta del Ministerio de Educación y Ciencia en octubre del 2004, en las que se aborda la educación en valores, y el establecimiento de una nueva Área de Educación para la Ciudadanía, en la última etapa de primaria, en dos cursos de educación secundaria y en un curso de bachillerato. Determinados sectores ultraconfesionales han manifestado su oposición a esta iniciativa. Quienes antaño monopolizaron la transmisión de “sus valores”, hoy critican la creación de esta Área formativa. Con la intención de mantener la inercia de una antigua hegemonía en la conformación de los valores que se sitúan en el seno de la escuela, y para excluir aquellos que no forman parte de su particular interpretación, algunos intentan desacreditar esta propuesta como si fuese la “formación del Espíritu Nacional”. Sería lamentable que sectores progresistas de la comunidad escolar cayesen en una trampa tan burda que pretende equiparar los valores del autoritarismo y el dogmatismo, negador de las libertades, con los valores de un sistema de convivencia democrática, del que nos hemos dotado libremente los españoles.
EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA I.- INTRODUCCIÓN. REFLEXIONES PREVIAS
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La creación de una asignatura, con esta u otra denominación, similar es una exigencia derivada del art. 27. 2 de nuestro texto constitucional que de manera escueta y precisa señala cuál es el esqueleto de su contenido: el desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales que “se interpretará de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los trabajos y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España” art. 10.2). Estos Derechos y liberades incluye, por tanto, las normas de comportamiento de lo que nuestro Tribunal Constitucional llama moral pública que define como “el mínimo RELIGIÓN común ético de una sociedad consagrado por el Derecho”, con el objetivo de formar, CIVIL no fieles de Iglesia o confesión alguna, sino ciudadanos de Estado. La experiencia ha venido a demostrar que no basta la transmisión transversal de estos valores, sino que es necesario que el alumno, todos los alumnos , tenga un conocimiento racional de esos valores y de las normas de comportamiento, como ciudadano, derivadas, que reflexione explícitamente sobre unos y otras, al tiempo que los/las practique en el marco de la escuela. A lo que se podrían añadir otras muchas razones. 1) En España se están produciendo simultáneamente dos procesos evolutivos ¿SE paralelos: la progresiva secularización de la sociedad y el incremento, también progresivo, del pluralismo religioso y cultural como consecuencia de la SUPRIME inmigración. Ambos apuntan en la misma dirección: la generación de un ANTROPO pluralismo cada vez menos desequilibrado entre las distintas creencias religiosas, LOGÍA de un lado, y entre creencias religiosas y no religiosas, de otro. Estos dos fenómenos van a tener, están teniendo ya, repercusiones importantes sobre la convivencia. Están en circulación una pluralidad de códigos morales diferentes ninguno de ellos universalizable ni de legítima imposición a todos. De ahí la perplejidad de los padres ante la desorientación moral y la actitud contestataria de las morales tradicionales por parte de sus hijos. De ahí la necesidad de extraer el mínimo común ético como obligatorio para todos y como parámetro de valoración de los demás valores diferenciales, legítimos y merecedores de todo respeto siempre que no entren en contradicción con ese mínimo común. Ese es uno de los elementos integrantes del pacto para la convivencia o pacto constitucional. 2) Otro dato que ha de tenerse en cuenta es la creciente y alarmante influencia de los medios de comunicación o de las técnicas publicitarias del sistema consumista en la conformación de las conciencias y en la necesidad consecuente ¿SE de crear en los niños y jóvenes defensas que les permitan mantenerse libres frente SUPRIME a esos poderosos condicionamientos externos TEORÍA 3) El pacto sólo será posible si se aceptan por todos como comunes unos DEL mismos valores (dignidad de la persona y derechos humanos) con el compromiso de respetar los valores diferenciales, no compartidos universalmente, en la medida CONOCIM DERECHO en que sean compatibles con los comunes y de que no entren en contradicción con IENTO, SUPRAPO CRÍTICA ellos. SITIVO DE DEFINIDO Es ese conjunto de valores y normas de comportamiento resultantes las que IDEOLGÍ integran la moral pública, tal como la entiende nuestro Tribunal Constitucional EN LA “mínimo común ético de la sociedad consagrado por el Derecho en un momento TRADICI histórico determinado”. ÓN, La contradicción sólo puede darse en el ámbito de las normas imperativas, no DESDE en el de las normas permisivas. Sólo se da contradicción cuando y si la moral BOECIO A pública impone como obligatorias conductas confesionalmente prohibidas o como KANT prohibidas conductas confesionalmente obligatorias. En ningún otro caso. Desde luego no es posible la contradicción con las meras creencias en tanto que no se manifiesten, ya que, según el art. 16.1 CE, la “
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libertad de conciencia, sólo en sus manifestaciones, tiene como límite el orden público entre cuyos elementos integrantes está la moral pública y el respeto de los derechos fundamentales. El pacto constitucional para la convivencia, por último, se renueva día a día al compás de las transformaciones sociales y necesita, por tanto, de una permanente actualización sobre la base de una laicidad abierta, dinámica y flexible . 4) A las personas singulares que aceptan esos valores comunes con el compromiso de respetar los valores diferenciales no contradictorios con ellos, se les considera, dentro de esa colectividad concreta, como titulares de los mismos derechos y deberes fundamentales y el grado de ejercicio de ellos es la muestra de su nivel de integración en el colectivo. Ellos son los ciudadanos y ciudadanía no es otra cosa que la integración con participación real y efectiva en las decisiones, creación y disfrute de bienes, del colectivo. 5) Entre las reglas de convivencia debe destacarse la laicidad como principio informador del ordenamiento y de la acción del Estado, de las instituciones públicas y de quienes actúen en su nombre (autoridades y funcionarios), así como garantía de la tolerancia en cuanto norma de convivencia horizontal que vincula a todos los ciudadanos: sólo la laicidad y la tolerancia así entendidas garantizan eficazmente el ejercicio pleno de la libertad de conciencia de los ciudadanos, raíz y fuente de todos los demás derechos fundamentales. 6) La formulación de esos valores comunes y de las correspondientes normas de conducta es el resultado del ejercicio continuado de la función dialógica de la conciencia y de sus precipitados, el diálogo y el consenso. En su virtud sólo se universaliza la norma de comportamiento individual susceptible de ser asumida por todos como consecuencia de sus propias convicciones o, si se prefiere, como consecuencia de la identidad de las conclusiones derivadas de las convicciones de unos y de otros. 7) En todo caso, como acertadamente afirma el Documento-Propuesta del Ministerio, “los niños y los jóvenes deben aprender que pertenecer a una sociedad democrática es formar parte de una colectividad que se ha dotado a sí misma de un conjunto de valores y de normas que expresan el consenso, la racionalidad, la libertad, el respeto a los demás y la solidaridad que constituyen los cimientos de la misma.” La escuela es el ámbito, probablemente más adecuado, en el que es posible la formación integral del ciudadano para la convivencia pacífica en un contexto plural. No es casualidad que La UE incluya como objetivo de los sistemas educativos para el año 2010 justamente este: “velar porque entre la comunidad escolar se promueva realmente el aprendizaje de los valores democráticos y de la participación democrática con el fin de preparar a los individuos para la ciudadanía activa”. 8) Esa formación es necesaria para conseguir su plena integración en el conjunto asumiendo íntegramente los valores comunes, las normas de comportamiento frente a sí mismo y respecto de los otros (tolerancia y solidaridad) y la regla básica del respeto de las diferencias con ellos compatibles, participando real y efectivamente en la consecución plena de lo uno y de lo otro. Eso es precisamente lo que se califica como objeto de la educación nuestra Carta Magna tanto en el art. 27.2 como en el 10,1 y 2: pleno desarrollo de la personalidad humana, respeto de los principio democráticos de convivencia y de los derechos y libertades fundamentales; porque, “el fundamento del orden político y de la paz social”, está justamente ahí, en “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás”.
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¿donde está LA Filosofía de la religión?
Conceptos filosóficos
Y la crítica?
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9) No se trata únicamente de transmitir unos conocimientos sobre los fundamentos y los modos de organización del sistema democrático, sino también de desarrollar el espíritu crítico que les garantice una mayor libertad en su desarrollo personal, así como actitudes de respeto, tolerancia, solidaridad, participación y libertad. El estudio, reflexión crítica y las prácticas correspondientes de democracia y de participación ciudadana, especialmente en el ámbito escolar, en que esta formación debe consistir, son perfectamente compatibles con el ejercicio del derecho, que los textos internacionales y nuestra Constitución reconocen a los padres, a que el tipo de formación religiosa o moral que se de a sus hijos sea la que esté más de acuerdo con sus propias convicciones, con tal, claro está, que no entre en contradicción con los valores comunes y las derivadas reglas de convivencia democrática, en especial la tolerancia y el escrupuloso respeto de las conciencias de los otros, en concreto de la conciencia de los niños de la que no son propietarios, sino tutores y guías. 10) Esa formación deberá hacerse, en todo caso, sobre la base del respeto más escrupuloso del derecho del niño a la libre formación de la conciencia y al libre desarrollo de su personalidad, que son el fin y objeto fundamentales y últimos de la educación. No se trata de indoctrinar o imponer, sino de mostrar y proponer esos valores y esas normas y su relación con la paz social y, en última instancia, con la creación del ámbito y de las condiciones más propicias para el libre desarrollo de la personalidad de todos en condiciones de igualdad. 11) A estas ideas básicas, como punto de partida y centro de la reflexión, pretenden responder los temas que se formulan a continuación y en los que se alude a lo que parecen ser las áreas más importantes en la formación de los alumnos en ciudadanía, como miembros activos, sujetos de derechos y obligaciones, de la comunidad, teniendo especialmente en cuenta aquellos a los que alude expresamente la Propuesta del Ministerio: “los relativos a los derechos y libertades que garantizan los regímenes democráticos, los relativos a la superación de conflictos, la igualdad entre hombres y mujeres y la prevención de la violencia contra estas últimas, la tolerancia y la aceptación de las minorías, así como la aceptación de culturas diversas y la inmigración como fuente de enriquecimiento social y cultural”. oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo 1. PRINCIPIOS Y CONCEPTOS BÁSICOS 1.1. 1.2. 1.3. 1.3.1. 1.3.2. 1.4.
1.5. 1.6.
Moral pública y morales privadas Teorías políticas y éticas de nuestro tiempo Posibilidad de una ética universal Origen y evolución del pluralismo ideológico Origen y evolución de los sistemas democráticos: los principios de representación y de participación. El patriotismo constitucional. Principios y valores constitucionales. Principios y valores superiores de la Constitución española: Estado de Derecho (el derecho como garantía de las libertades), democrático y social, y los valores de libertad, igualdad, justicia y pluralismo. Principios y valores de la de la Constitución europea: dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho, derechos humanos, pluralismo, tolerancia, justicia solidaridad y no discriminación. Constitución europea, Ordenamiento constitucional español y Estatutos de autonomía. Constitución, ciudadanía y ciudadano. Simultaneidad de varias ciudadanías: autonómica, española, europea y ciudadanía universal El orden mundial: tensiones regionales, especialmente la tensión norte-sur y la globalización o mundialización: concentración de poder político, económico y cultural; transferencias de soberanía; reforzamiento de las “
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instituciones internacionales y de las ONGs; las nuevas técnicas y medios de comunicación, etc.
2. DIGNIDAD DE LA PERSONA Y DERECHOS FUNDAMENTALES 2.1.
Dignidad de la persona, Derechos Humanos y Derechos fundamentales. Historia de los Derechos Humanos. Declaraciones y tratados internacionales. 2.2. Los principios, valores y normas derivados de los Derechos Humanos como código ético universalizable . Su positivación en la Constitución española: Derechos fundamentales y deberes fundamentales. Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea. Los derechos fundamentales del niño. 2.3. Dignidad de la persona e Igualdad en la libertad o lo que es lo mismo, Justicia. 2.4. Libertad de conciencia en la Constitución española. 2.5. Conciencia e identidad personal: autonomía moral de la persona, derechos a la intimidad, a la propia imagen, al honor y a los datos identificadores, especialmente a los llamados “datos sensibles” referidos a las creencias e ideas, salud u orientación sexual. 2.6. Libertad de conciencia y libertad de expresión: la segunda al servicio de la primera y su protección jurídica reforzada. 2.7. Libertad de conciencia y libertad de asociación o reunión: asociaciones de convicción (confesiones religiosas y cosmovisiones no religiosas) como asociaciones especiales. 2.8. Libertad de conciencia, objeción de conciencia y desobediencia civil 2.9. Libertad de conciencia y privacidad: intimidad personal (libre formación de la conciencia, libertad de convicciones o creencias, decisiones en conciencia sustraídas a la acción imperativa del Derecho) e intimidad familiar 2.10. Libertad de conciencia y deberes fundamentales: respeto de las leyes, de los derechos de los demás y de los bienes públicos, deberes electorales, fiscales y de participación en la defensa militar. 2.11. Libertad de conciencia, igualdad material y solidaridad: derechos económicos, sociales y culturales 2.11.1. Conciencia y marginación: sectores de la población especialmente vulnerables; el paro y la pobreza. 2.11.2. Conciencia y tercer mundo: cooperación para el desarrollo e inmigración. 2.11.3. Conciencia y voluntariado 2.11.4. Conciencia y ONGs.
3. REGLAS DE CONVIVENCIA 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.4.1. 3.4.2. 3.4.3. 3.4.4. 3.4.5. 3.4.6.
Laicidad en la Constitución española. Laicidad y ciudadanía. Laicidad, tolerancia y pluralismo. Laicidad y pacto para la convivencia. Mayorías, minorías y respeto del diferente. Laicidad y educación para la paz, contra la violencia y contra todo tipo de discriminación. Las nuevas expresiones de violencia y discriminación. Ciudadanía y familia. Igualdad y no discriminación entre hombre y mujer en la Constitución española y en la legislación vigente . La historia de la desigualdad y de la discriminación entre hombre y mujer. Componentes fundamentales de la relación entre hombre y mujer (escuela, trabajo, familia, religión, etc.). La presencia actual de la violencia doméstica. Instrumentos para la erradicación de esa violencia. Raíces y factores, desencadenantes o que alimentan la violencia en la relación entre hombre y mujer Educación para la vida en pareja como marco de realización personal y de mutuo enriquecimiento. El amor como norma fundamental de la vida en pareja y de su capacidad para el mutuo enriquecimiento personal. “
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3.4.7. La igualdad de los miembros de la pareja: situación laboral, tareas domésticas, educación de los hijos, etc. 3.5. Ciudadanía y pluralismo religioso: educación para convivencia y la tolerancia. La paradoja del hombre (finitud y afán de supervivencia). Pluralidad de respuestas posibles y legítimas: tolerancia-intolerancia, religión-política, religión-ética, religión-civilización. Tolerancia mutua entre las distintas religiones. 3.5.1. La respuesta del agnóstico 3.5.2. La respuesta del ateo 3.5.3. La respuesta de la religión: Mitos y leyendas religiosas, monoteísmos, politeísmos y panteísmos 3.5.4. El judaísmo 3.5.5. El cristianismo 3.5.6. Islamismo 3.5.7. Budismo 3.5.8. Hinduismo 3.5.9. Taoísmo 3.5.10. Otras religiones orientales 3.5.11. Chamanismo 3.5.12. Los nuevos movimientos religiosos
4. EDUCACIÓN PARA LA DEFENSA, EJERCICIO Y DESARROLLO DE LA LIBERTAD PERSONAL 4.1. 4.2. 4.3. 4.4. 4.5. 4.6. 4.7. 4.8. 4.9. 4.10. 4.11. 4.12. 4.13.
Educación y participación política Educación, movimientos asociativos y participación ciudadana Participación y sistema educativo como vivencia práctica de los principios de representación y de participación. Educación para la convivencia con el inmigrante y su integración como ciudadano. Educación e innovaciones científicas. Límites y posibilidad de su control democrático. Los peligros de la tecnocracia. Educación y bioética: la reproducción asistida, la ingeniería genética e investigación con células madre. Educación y medios de comunicación. Desarrollo de la madurez personal y de la capacidad crítica para la defensa de la formación libre de la propia conciencia. Educación para el ocio Educación para la salud Educación del consumidor Educación y medio ambiente Educación vial Educación, bienes públicos, cultura y Patrimonio Histórico
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DESARROLLO POR ETAPAS EDUCATIVAS
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INFANTIL
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I.- LOS VALORES EN LA EDUCACIÓN INFANTIL El objetivo último de la Educación consiste en ayudar a cada persona, una a una, a que entienda, desee, sienta y actúe como lo que es, como una persona humana inmersa en una sociedad con la que tiene que convivir. Si consideramos su esencia, aquello que hace al ser más valioso como ser humano (no como profesional), nos damos cuenta de que la preocupación educativa más valiosa o importante debe ser la educación en valores, parcela vital dentro de la Educación Moral. Mediante ella enseñamos a los niños (nos referimos a la Educación Infantil) a pensar, a reflexionar y sentir sobre qué proyectos de vida les harán felices, les serán realmente humanizadores. Esta humanización incluye, no sólo los contenidos disciplinares, sino sobre todo y fundamentalmente conseguir aumentar la libertad, acrecentar la solidaridad y el diálogo, el respeto a las personas y a la naturaleza, de manera que "todos" nos sintamos a gusto, y por ende, más felices. Por ello creemos de importancia capital ofrecer desde las instituciones educativas los conocimientos, procedimientos y actitudes que hagan posible la construcción de criterios morales basados en la razón, en el corazón y en el diálogo. Reivindicamos que todos estos contenidos se deben iniciar ya con los más pequeños, es decir, en la Educación Infantil.
II.- ¿CÓMO APROXIMARNOS AL MÁXIMO A ESTAS METAS? Creemos que los pilares que sustentan esta pregunta están en la educación en valores. El problema vital-inicial a resolver en cualquier país, es el de la Educación Moral. Una Educación Moral que oriente sin obligar ni adoctrinar, una moral abierta. Con ella transmitimos orientaciones y guías que generan libertad, ayudan a tomar responsablemente las riendas de nuestras vidas. Este es el gran reto al que nos enfrentamos en la actualidad todas las personas que nos sentimos responsablemente comprometidas en la puesta en marcha de este proceso dinámico de humanización personal y social. Los valores que conforman este proyecto educativo son los valores básicos que impregnan y sustentan la buena convivencia en el aula con el gran deseo de transferencia fuera de ella: tolerancia, cooperación, solidaridad, diversidad, justicia, igualdad, libertad y paz, resultan muy abstractos para llegar a su conceptualización sobre todo en este nivel educativo.
III.- AMBIENTE VITALIZANTE Considerar el ambiente como recurso esencial a la hora de planificar nuestra labor educativa es de vital importancia, ya que el medio influye en la conducta de diferentes formas: invita a determinadas acciones, facilita determinadas actitudes y condiciona determinado tipo de relación e intercambio. La estructura y los elementos que lo configuran comunican un mensaje, hablan a los niños, son un medio transmisor; por lo tanto se puede entender como una prolongación de la acción del educador, como un reflejo de su concepción educativa. La organización y disposición de los materiales tanto en el Centro como en el aula ha de ser coherente con los Valores que potenciamos, y tiene que permitir desarrollarlos plenamente. Lo primero que tiene que hacer la Escuela y concretamente la maestra, es constituirse ellas mismas en un mundo de justicia, de armonía, de igualdad, de respeto y tolerancia. “
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Difícilmente puede educarse a los alumnos en los valores en el marco de una institución que no los practica. Pensamos, por tanto, en un ambiente vitalizante tanto desde un punto de vista físico como psíquico. Un ambiente físico ideal es el que aparece a primera vista, logrado con una buena, útil y estética distribución, orden y limpieza. Un ambiente psíquico ideal es el que se percibe y se siente, el conseguido con una buena y sincera comunicación, impregnada de respeto, cariño, ilusión, amor y ternura.
IV.- TRATAMIENTO DE LOS VALORES EN EL AULA La Educación Moral es un hecho tan absorbente que no se libra de él ningún momento didáctico. La moral impregna la vida cotidiana en la que la diversidad de situaciones que se presentan son susceptibles de ser resueltas de formas distintas. Nosotros, desde el primer año de su vida en el aula, establecemos unas pautas comunicativas que favorezcan la discusión y el diálogo en el aula, tanto en situaciones "normales" de la vida cotidiana como en las referidas a contenidos morales. Entre las muchas formas de entender la secuencia de momentos que se dan en el aula de Educación Infantil, podemos distinguir aquellos que están establecidos como rutinas diarias (momento de entrada, asamblea, frase-noticia, rincones, momentos de compartir, etc.) y los que podemos llamar acontecimientos esporádicos (los cumpleaños, visitas de dos bebés, compras al supermercado, desayuno en clase, etc.). Además, cualquier situación conflictiva que surja en la clase o que en ella revierta, es momento propicio para la resolución de conflictos . Las estrategias que empleamos para cada uno de ellos varían según las circunstancias, aunque todas ellas tiene un horizonte común: fomentar y desarrollar hábitos, conductas y actitudes positivas hacia los distintos valores . Muy importante para nuestros fines es la estrecha interrelación con las familias . Unificamos criterios y ellas nos proporcionan información sobre las actitudes y comportamiento de sus hijos referido a los distintos valores. Simultaneando este tipo de estrategias con otro tipo de actividades (unas planificadas y otras espontáneas), intentamos conseguir un alto grado de expresión, comprensión , respeto a los demás , de cooperación , escucha , participación activa , autonomía, etc. Cuando hablamos de una autonomía, nos referimos a una autonomía abierta, en la que el niño por sí mismo pueda pensar, juzgar y decidir por sí mismo, sin dejarse llevar por la opinión o dictados de los demás. Progresivamente los niños van consiguiendo una capacidad argumentativa importante, a la vez que su pensamiento reflexivo, crítico y creativo se desarrolla, sin olvidar la empatía para percibir, comprender, respetar y ayudar en situaciones sentimentales-afectivas de ellos mismos y de los demás. Para que el desarrollo de la autonomía moral tenga sus frutos, es necesaria la consideración de los otros . El respeto a la dignidad de la otra persona posibilita descubrir y alcanzar en plenitud el ideal tan preciado de autonomía. En definitiva, como diría CORTINA A., "autonomía", no significa hacer lo que nos venga en gana, sino optar por aquellos valores que humanizan, que nos hacen personas y no por otra cosa.
V.- ACTITUD DIALÓGICA Partimos, por tanto, de que la comunicación y el diálogo conforman los cimientos de la educación en valores. Esta actitud dialógica preside e impregna toda nuestra intervención educativa. A través de ella, reflexionamos, establecemos “
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hipótesis, ofrecemos razones y alternativas, las valoramos, solicitamos aclaraciones, explicaciones con razones sólidas, criticamos y aceptamos críticas, mostramos incoherencias, esclarecemos, nos autorregularnos, etc. Estas y otras muchas actividades del pensamiento van implícitas en la comunicación y el diálogo y por lo tanto, en la base de nuestra intervención en el terreno de los valores, intervención que intenta apoyar el desarrollo del pensamiento reflexivo y crítico de los niños, uno de los objetivos claves de la Educación Moral. Entendiendo el diálogo como un medio y fin para el tratamiento de los valores, podemos considerarlo como la capacidad de construir intersubjetivamente, (tanto desde el sentimiento como desde la razón), acciones comunicativas orientadas por la búsqueda de los más altos niveles de comprensión y cooperación social. Porque si las personas somos los protagonistas de la vida moral y ni siquiera estamos dispuestas a asumir la actitud de tratar de indagar en serio qué es lo moralmente correcto, entonces es imposible que exista una vida moral en alza, por muchas leyes que se promulguen. Pero si las personas sí queremos adoptar esa actitud, entonces también es difícil que a la larga no estemos también dispuestos a actuar según las orientaciones que nosotros mismos hemos querido. En definitiva, una actitud dialógica es la única solución que debemos adoptar para construir un mundo verdaderamente humano.
VI.- FINALIDAD Y CONTENIDOS DE LA EDUCACIÓN EN VALORES. En todo currículo en el que la Educación Moral se proponga como objetivo una educación en valores y un desarrollo moral autónomo, nos parece obligado considerar como prioritario el desarrollo de estos tres tipos de contenidos: a) Construir una base conceptual sobre las ideas fundamentales de justicia, verdad, responsabilidad, sentimientos, autoestima, generosidad, valor, contravalor, conducta, virtud, deberes, derechos, normas, etc. El utilizar estos conceptos en la vida cotidiana, el asociarlos a conductas y actitudes reales del aula, así como el poner en práctica estrategias como las que veremos más adelante, posibilita que los niños y las niñas conceptualicen y asuman progresivamente los valores y actitudes conformando así progresivamente su escala de valores. b) Desarrollar las capacidades de un razonamiento moral autónomo y de una educación sentimental armónica, de modo que permitan al alumnado reflexionar y sentir sobre situaciones que presentan conflictos de valor, para dilucidar lo que se cree correcto o incorrecto en dicha situación. c) Establecer una conducta moral autónoma . Si la Educación Moral sólo se limitara al desarrollo del juicio moral y de las habilidades para comprender críticamente la realidad, olvidaría un aspecto esencial de la personalidad como es la conducta moral, cuya máxima aspiración consistirá en ser un reflejo de la manera de pensar y sentir. Partimos de la dificultad que encierra hacer coherente el juicio y la acción moral. Nuestra intención es educar para contribuir a que se aproximen al máximo. La conducta moral, como otras conductas, se aprende experimentando, y comprobando y viviendo las consecuencias. Es por tanto necesario promover un tipo de Educación Moral activa, que propicie situaciones en las que los niños/as tengan que experimentar directamente sobre sus propios hechos, sus realidades morales. Sus propias experiencias y vivencias, les proporcionarán el impulso necesario para construir progresivamente estructuras morales autónomas. Los niños y las niñas avanzan progresivamente en la autonomía moral cuando la sienten y perciben como un ideal, independientemente de toda presión externa. Es necesario para ello que formen parte activa en todas las decisiones que se tomen en el aula, que adquieran ciertas responsabilidades, que trabajen en grupo, que compartan materiales de trabajo, que participen en juegos de normas y de colaboración, que participen en la elaboración de las normas que rigen la actividad escolar así como de las sanciones para su incumplimiento. De este modo van tomando conciencia del sentido de la responsabilidad, de la tolerancia, de lo que supone la obediencia o no a unas normas y de las consecuencias positivas o negativas de la acción. Sólo así, los niños tendrán la oportunidad de mostrar conductas y actitudes ante los valores, lo que nos permitirá progresivamente “
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evaluarlos y mejorarlos. Es preciso por tanto, en principio, promover y potenciar actitudes y conductas, que tengan fácil contextualización dentro de la vivencia cotidiana de los niños en el aula, de forma que esta actividad cotidiana les permita manifestar comportamientos en esta dirección. En síntesis, intentamos fomentar una Educación Moral que va más allá de la comprensión y la conciencia moral. Pretendemos además la implicación directa en la resolución de problemas reales, lo que supone que los niños se impliquen en procesos racionales de investigación, en procesos de deliberación moral, de toma de decisiones y acciones responsables. Los tipos de contenidos en estrecha interacción y complementariedad para alcanzar esta finalidad, han de conciliar lo individual, como respuesta a los intereses y necesidades particulares y por otro, lo social, en tanto en cuanto contemplen los contenidos considerados valiosos por la comunidad universal, por toda la humanidad independientemente de razas, culturas, ideologías, etc.
VII.- CONCLUYENDO: ¿CÓMO EDUCAR PARA LA CIUDADANÍA? Aunque ya hemos hecho referencia a lo largo de todo el trabajo, la educación en valores no se entiende referida exclusivamente al ser individual sino en estrecha e inseparable unión con la sociedad. Relaciona íntimamente la dimensión personal con la social. Ambas interaccionan y se complementan y sólo unidas alcanzan los propósitos deseables. Es preciso recordar que la educación empieza por sentirse miembro de comunidades diversas : familiar, religiosa y étnica entre otras, pero también miembro de una comunidad política, en la que el niño y la niña han de sentirse acogidos y protegidos desde el comienzo su vida.
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Desde las primeras etapas de su desarrollo, necesita forjarse una identidad desde los grupos a los que pertenece. Éstos le van proporcionando esos vínculos de pertenencia que conforman una necesidad psicológica intrínseca. Pero también la sociedad debe hacer sentir al niño que, además de pertenecer a una familia, a una cultura, etc. es miembro también de una nación, que espera de él que participe activamente como ciudadano. De estas premisas, anteriormente citadas, se desprende que una de las primeras tareas de la Educación Moral, será formar a los niños y las niñas como personas e interesarles progresivamente en los valores de la ciudadanía. Sin embargo, ambas cosas no pueden hacerse por separado, porque las personas, para convertirse en tales, necesitan unas señas de identidad, que surgen de las distintas formas de pertenencia a la sociedad. Para concluir, queremos finalizar con una cita de PAYÁ, M., que sintetiza muy bien nuestro sentir en el trabajo que les ofrecemos: Si buscamos algún punto en común entre los distintos paradigmas de educación moral, quizás podamos decir que todas la entienden como una tarea de enseñar a vivir en relación a personas que tiene necesidades, puntos de vista y ansias de felicidad distintas. Se trata de enseñar a vivir juntos, y de hacerlo en el seno de una comunidad que ha de ser viable en su conjunto y convivencial para todos los que la forman .
PRIMARIA “
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I.- CONSIDERACIONES INICIALES 1.- La importancia esencial de la Educación Primaria en todo el desarrollo educativo estriba en que es el paso imprescindible entre las bases establecidas en la Educación Infantil de forma casi exclusivamente vivencial y la Educación Secundaria en la que se estructurará conceptualmente incluso las plena personalidad de las alumnas y los alumnos; es como si dijéramos la puerta que cierra nuestro primer contacto con el mundo educativo y nos abre al último estadio antes de colocarnos ante el mundo Universitario. No obstante, y a pesar de que no existe un paso brusco ni en las capacidades cognitivas ni en el desarrollo emocional de los alumnos cuando se incorporan de Infantil a Primaria, sin embargo, sí hay un tratamiento pedagógico y didáctico, por lo general bastante diferenciado, entre las dos etapas que puede influir negativamente en la creación de la autoestima personal, en la adquisición de valores y en definitiva en el desarrollo de la personalidad del niño y de la niña. Por ello defendemos que la educación Primaria debe dar continuidad al proceso iniciado en la Etapa de Infantil, desarrollando las capacidades de razonamiento lógico, artísticas, crítica, moral, socioemocional, etc. 2.- Pedagógicamente es evidente que, en esta etapa educativa, interesa más el cómo enseñar que el qué, por lo que:
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.- Consideramos que, al no haber especialista de esta materia o área en la etapa, deberemos facilitar en todo lo posible el desarrollo de la misma del modo más adecuado tanto a los estudiantes, como al profesor- cuaderno del tutor-. .- Como sólo se contará con una hora semanal, o a caso, en algunas circunstancias dos, el programa debe ser corto y preciso pero, a la vez, abierto y flexible. Es decir, debe tener presente, como horizonte y referente constante, los valores esenciales de toda democracia y fijarse en ellos; pero, a la vez, estar atentos al acontecer diario y trasladar lo más significativo del día a la reflexión del aula. .- En cada tema, estudio, apartado - como quiera designarse, ya que no es un programa como tal-, se comenzará por un juego, una lectura de la noticia diaria, una ficha o una simulación acerca de alguno de los valores a destacar. Inicialmente el profesor es el que, con preguntas más que con respuestas, abrirá el debate o remarcará aspectos a considerar. .- Cuando se hayan desarrollado un par de unidades serán los propios alumnos los que sustituyan al profesor y éste debe propiciar dicho cambio. 3.- Consecuentemente estimamos que en esta etapa esencial en el desarrollo educativo, es imprescindible la coordinación entre todos los agentes que intervienen en el proceso educativo: •
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.- La familia, como institución esencial para la transmisión de valores y participación real y activa en la educación. . .- La escuela y el profesorado, en permanente esfuerzo y renovación pedagógica. .- El Ministerio de Educación y Ciencia, Comunidades Autónomas y los Municipios , como promotores y vigilantes de los principios democráticos y los valores de convivencia.
II.- CUADERNO DEL TUTOR DE “EDUCACIÓN CÍVICO-ÉTICA” De acuerdo con la propuesta anterior de facilitar en lo posible la docencia de la Educación para la Ciudadanía a los maestros y maestras no especialistas en la materia, entre otros puntos, por que no existen como tales en esta etapa, proponemos una especie de cuaderno, de entre otros muchas existes. Hay varios modos de estructurar el cuaderno de clase: bien un cuadernillo para cada unidad, tema o tarea; o bien, un único cuaderno para toda la materia. El planteamiento debe ser semejante aunque conlleva marcadas diferencias: De elaborarse un cuaderno para cada unidad, tarea o tema, la estructura del mismo debe ser idéntica en todos ellos y estar ya marcadas desde el inicio del curso para que los alumnos y alumnas aprendan con orden, precisión, desarrollo y para que puedan evaluarse con objetividad manifiesta. Esto complicaría la adaptabilidad y la flexibilidad que se intenta que sea uno de los Valores adquiridos al final de la etapa. Por lo que, en principio, no somos demasiado partidarios de este método. El contar con un único cuaderno para todo al año, a su vez, se puede plantear de modo cerrado, con lo que caeríamos en el déficit anterior, o más bien con una estructura abierta, sin concretar nada y a desarrollar en el tiempo, de acuerdo con planteamientos mensuales acordados entre el profesor y los alumnos, en simetría con los ya desarrollado y con los acontecimientos que se estén viviendo. Esto posibilitaría que el alumnado aprenda que tanto los temas ya estructurados, como los acontecimientos en los que ellos mismos participan, pueden estructurarse de modo semejante: analizarse, repensarse, sintetizarse y concluir razonadamente y por acuerdo si es posible. Para el inicio de las discusiones en torno a la materia, las sugerencias que en estos momentos se nos han ocurrido, son las siguientes:
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1º.- Objetivos Generales a tener en cuentas en Cada Unidad: El Individuo. LA Persona. La Convivencia. Las Normas. El Respeto. La Generosidad. La Solidaridad. 2º.- Técnicas comunes de inicio a elegir por el tutor, según su modo de entender lo más adecuado para sus alumnos en cada tema: •
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Encuesta Inicial. Podrá ser elaborada por dos o tres alumnos en coordinación con el tutor y aplicada el resto de la clase. Lecturas: Bien de algún texto significativo y perfectamente reconocido, o bien de algún acontecimiento local, etc. Existen comics y cuentos (entre ellos las narraciones de “Aprender a pensar” de M. Lipamn). Asterix y oblelix, etc. totalmente idóneas para algunas unidades. Fichas: Elaborar la ficha de la clase, de su familia, colegio, amigos, pueblo, Comunidad, Nación, etc. Simulaciones: Evaluar y evaluarse. Clase-parlamento. Reunión de profesores. Bocata total ¡Tu juegas! etc.
III.- A MODO DE PROGRAMA ELEMENTAL
Como posible currículo de Primaria, con el fin de que haya una continuidad de La Educación Infantil y nos ayude a entroncar con el Ciclo 1º de Secundaria de Educación para la Ciudadanía, podría estructurarse:
1. La dignidad de la persona y su inmersión social: • • •
El Tú, el Yo y el Nosotros. Familia – Conocidos – Amigos. Colegio: Autoridades – Profesores – Compañeros
2. La Participación en la Ciudad: La convivencia. Lo común y lo propio. La norma y las normas. El respeto a sí mismo y a los demás. La generosidad como afirmación y desprendimiento voluntario. La solidaridad y el compañerismo como fundamento de una sociedad sana • • • • • •
3. La construcción Ciudadana: La Clase: Mi clase y mis representantes: de aula, de grupo, delegados, etc. La Familia: Mi familia y la de mis compañero. La ciudad: Mi ciudad y otras ciudades. •
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4. Sociedad multicultural: Diversidad y tolerancia. Laicidad y ciudadanía • •
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SECUNDARIA Y BACHILLERATO
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LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA
La sociedad española que reúne los rasgos de complejidad y de pluralismo cultural, lingüístico, moral y religioso necesita urgentemente articular en el sistema educativo un curriculum realista y secuenciado que presente a los adolescentes los valores y los principios de la democracia y les haga comprender que la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo son una construcción histórica frágil que se debe permanentemente cuidar y proteger frente al fanatismo, la intolerancia y la violencia. Los alumnos deben tener instrumentos conceptuales y actitudinales que les permitan comprender el pluralismo y convivir con él. Esa tarea es específica sobre todo de la escuela pública, aunque estimamos, con Giner de los Ríos, que todas las escuelas, no solamente la pública, debían ser un lugar excelente de convivencia democrática y de tolerancia. El fundamento constitucional de la educación en los valores superiores mencionados en la Carta Magna se apoya, por un lado, en el Artículo 1º en el que se dice textualmente: España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Y se apoya explícitamente en el Artículo 27.2 , como ya expusimos al comienzo. Ese tipo de educación tolerante y respetuosa es de raíz laica sin duda alguna, ya que educa a todos los ciudadanos en lo común , en el respeto a los valores comunes y a las leyes de todos, del pueblo, del “láos” y del “démos”. Para ello proponemos una serie de medidas que deben ser implantadas en las etapas de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato de nuestro sistema educativo con cierta urgencia: Introducción de un Área de conocimientos de Educación para la Ciudadanía donde se reúnan elementos conceptuales del derecho, de la filosofía y de la historia de la cultura. Debido a las diferencias de alumnado y de programas entre la Educación Secundaria y Bachillerato es preciso establecer cuáles deben ser los objetivos, contenidos y criterios de evaluación en cada caso. En el caso de la ESO y del Bachillerato los elementos cognitivos deben jugar un papel importante, pero tampoco se puede olvidar que los adolescentes son muy sensibles a la coherencia entre la teoría y la práctica moral, al sentido de la justicia y que valoran también mucho las actitudes honestas y justas de los profesores, padres y personajes públicos. Los elementos que deben configurar los curricula de educación para la Ciudadanía para los cursos de la ESO deben articularse a lo largo de toda la etapa, centrándose, preferentemente, en los cursos terminales de cada ciclo y deben abarcar una serie de elementos modulados en conexión con las materias, de 2º y 4º de la ESO. En el curso de 1º de Bachillerato, al existir varias materias independientes como la Historia, la Filosofía y la Biología es conveniente que la materia de Educación para “
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la ciudadanía adquiera un nivel teórico de carácter interdisciplinar mucho más neto y que, como consecuencia, debería ser una materia propia. Evidentemente ello nos llevaría a una revisión de los procesos históricos que ha habido por lograr la democratización en los grandes personajes de la historia, tanto intelectuales como políticos. También deberíamos incluir en el Bachillerato elementos cognitivos de Bioética y de Ética ecológica, que son de suma actualidad, lo que nos lleva que los profesores de Ciencias Naturales y los de Filosofía, elaboren programas interdisciplinares sobre esa problemática. La improvisación de los curricula y de los materiales didácticos es una mala consejera y puede perjudicar gravemente la implantación de la Educación para la Ciudadanía. Es preciso un programa urgente de Formación Específica del Profesorado para esta nueva materia. No se pueden incluir elementos de suma novedad y complejidad en los curricula de esta nueva materia si antes no se forma adecuadamente al profesorado y si no se ofrecen materiales adecuados a los profesores implicados en los nuevos curricula. Un enfoque de carácter interdisciplinar sobre los principios y valores democráticos que están en la Constitución sería el de elementos jurídicos y filosóficos. Los profesores de Filosofía, de Historia y de Derecho, si los hubiere, deberán elaborar un dossier sobre los principios y valores democráticos contenidos en el texto constitucional, un texto con ejemplos históricos y con vinculaciones a la vida actual; abierto a posibles aplicaciones didácticas y con criterios de evaluación muy flexibles.
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SECUNDARIA OBLIGATORIA
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La etapa de la adolescencia que transcurre entre los 12 y 16 años es una de las que suele representar mayores dificultades en el aprendizaje debido sobre todo a que esta etapa del desarrollo evolutivo está distorsionada por algunos factores biológicos y psicosociales que cambian de modo importante la conducta de los adolescentes. La diversidad de aptitudes ante el estudios y las diferencias actitudinales en el alumnado plantean con frecuencia en los centros de secundaria problemas específicos que es preciso abordar con rigor. Hemos de considerar, también, la creciente diversidad cultural en las aulas y la influencia importante de los estímulos audiovisuales en su forma de aprender y de emplear su tiempo libre. El desarrollo del curriculum en esta etapa de la Educación Secundaria Obligatoria tiene que articularse, como acertadamente señala el documento base del MECD, en torno a dos ejes complementarios : la vida moral individual, personal y la vida social , su dimensión cívica. Esto significa que el enfoque y la selección de los temas y asuntos de entre los expuestos al comienzo, debe modularse en torno al desarrollo de la vida personal y en torno a los aspectos cívicos, políticos y sociales que mejor puedan ser comprendidos y valorados por los adolescentes. De ahí que estimemos conveniente que en 2º de la ESO se traten temas más en relación con los contenidos del Área de Ciencias Sociales y que en 4º curso de la ESO se mantengan los actuales contenidos de la Ética, añadiéndose los que se consideren oportunos del elenco inicial de temas que no se hayan tratado, puesto que el curriculum actual ya contiene muchos de los elementos de la Educación para la Ciudadanía. El primer ámbito público de la democracia es, sin duda, el ámbito educativo y por ello tiene suma importancia que en el seno de la comunidad escolar se fomente la educación en los valores , las normas de la democracia escolar y se eduque en los mecanismos de participación democrática , como destacamos en el preámbulo de este documento. La democracia escolar se construye no solamente con el conocimiento de las normas y los valores democráticos, sino sobre todo con la práctica y el ejercicio de los derechos y de los deberes que cada persona y cada estamento tiene en el seno de la comunidad educativa. En resumen, que el centro escolar se convierta en una especie de laboratorio democrático donde se aprende el ejercicio de una ciudadanía responsable, respetuosa y solidaria y donde se ayude a ver la política como un noble servicio a los demás miembros de la sociedad.
II.- A MODO DE PROGRAMA: 2º DE LA ESO: LA CONVIVENCIA SOCIAL El currículo de la ESO podría configurarse en torno a los siguientes epígrafes: Aclaraciones conceptuales elementales : o Ética y Mora; Moral Pública y Morales Privadas. o Usos sociales y Normas Jurídicas o Laicidad y Confesionalidad La dignidad de la persona: derechos y deberes humanos; las libertades La construcción de la ciudadanía: la participación -
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BLOQUES TEMÁTICOS 1º: SOCIEDAD Y COMPROMISO CIUDADANO - La participación y el compromiso ciudadano desde: La comunidad escolar La comunidad municipal. El ámbito autonómico. El ámbito español. El ámbito europeo. El ámbito mundial. • • • • • •
2º: PROBLEMAS SOCIALES DE NUESTRO TIEMPO • • • • •
El consumo racional El ocio La vida afectiva y sexual El medio ambiente Educación vial
3º: LA SOCIEDAD MULTICULTURAL • • •
Identidad cultural: identidad individual e identidad colectiva. Diferencias culturales e inmigración. Laicidad y tolerancia: la interculturalidad.
4º: EDUCACIÓN Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN • • •
Libertad y pluralismo informativo Tratamiento de la información y manipulación ideológica El uso educativo de los medios de comunicación
III.- A MODO DE PROGRAMA: 4º CURSO DE LA ESO: ÉTICA CÍVICA En este curso se incorporan los contenidos actuales de la Ética de 4º que ya han demostrado su viabilidad y cuyo bloque temático está recogido del Real Decreto 3437/2000 (BOE 1670172001):
BLOQUES TEMÁTICOS 1.- LA RACIONALIDAD Y LA ESTRUCTURA DE LA VIDA MORAL • • • •
Libertad y responsabilidad. Normas y valores morales La construcción de la autonomía moral Moralidad y legalidad
2.- PROBLEMAS SOCIALES DE NUESTRO TIEMPO • • • •
La desigualdad Norte-Sur La igualdad de género Los conflictos sociales: origen y métodos de resolución Los problemas de la bioética: la manipulación genética.
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3.- LA DEMOCRACIA COMO ÁMBITO DE LOS PROYECTOS ÉTICOS CONTEMPORÁNEOS • • •
Ordenamiento constitucional. Estatutos de Autonomía. Derechos y deberes del estudiante: la participación escolar
4.- LA RACIONALIDAD Y LA ESTRUCTURA DE LA VIDA MORAL: • • •
Libertad y responsabilidad. Norma moral: Autonomía y Heteronimia. Moralidad y legalidad.
BACHILLERATO
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I.- ÉTICA, POLÍTICA Y RELIGIÓN El curso más apropiado para introducir un curriculum de “Educación para la ciudadanía” en el Bachillerato parece ser el de 1º de esta etapa educativa, pues con las PAU en 2º curso no parece aconsejable recargar más ese curso preuniversitario y de preparación para el ingreso en la Universidad. Los temas que se traten en el Bachillerato deberían profundizar conceptualmente en aspectos ya tratados superficialmente en otros cursos anteriores, insistiendo más en los aspectos cognitivos que en los actitudinales y en los procedimentales.
II.- A MODO DE PROGRAMA DE BACHILLERATO: 1º.- PRINCIPALES TEORÍAS ÉTICAS Y POLÍTICAS • • • • •
Éticas del deber Éticas de la felicidad Éticas de la autenticidad Los Derechos Humanos como código ético universalizable Teorías sobre la democracia
2º.- LA SOCIEDAD Y EL ESTADO: • •
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El poder político: su origen y legitimación. La organización del Estado: centralismo, federalismo, Estado autonómico, las nacionalidades y el Estado. El Estado: Liberal, Totalitario, Social y Democrático de Derecho.
3º.- BIOÉTICA Y ÉTICA ECOLÓGICA: Bioética. Ética ecológica. Medioambiente. 4º.- EL HECHO RELIGIOSO • •
Laicidad, tolerancia y pluralismo. Laicidad y libertad de conciencia. “
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Monoteísmos, politeísmos y panteísmos. Los nuevos movimientos religiosos. Agnosticismo, ateísmo.
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