El asesino desorganizado (Ensayo de Marco Aurelio Denegri) La pérdida de los controles instintivos
Niko Tinbergen, científico de renombre mundial, ha dicho que el hombre es un asesino desorganizado, queriendo significar con esto que el hombre carece de las barreras naturales instintivas que impiden al animal matar a sus congéneres. Carencia que lo obliga a la creación de disuasivos normas, le!es, preceptos ! mandamientos, que no tienen por cierto la eficacia de los frenos e inhibiciones que dio natura al resto de los animales.1 "n el comportamiento agonístico o agonal de los animales, esto es, cuando luchan o pelean #agón, en griego, significa lucha, combate, ! por eso se dice agonía de la lucha postrera de la vida contra la muerte$% repito que en el comportamiento agonístico de los animales, un gesto de sometimiento, de humillación, pone fin a la contienda. No bien reconoce uno de los contendores su derrota, muestra al adversario su punto m&s vulnerable. 'os cuervos ! otras aves ofrecen la parte posterior de la cabeza% los perros ! los lobos la garganta. "n el mismo instante del ofrecimiento, el vencedor debe interrumpir la lucha, ! la interrumpe. (na inhibición propia de su especie le impide dar el mordisco fatal. )e esta manera, el m&s fuerte se impone, pero el m&s débil sobrevive. "l hombre, en cambio, carente de tal inhibición autom&tica, da el mordisco ! mata al rival. La significación de las armas
'a pérdida de dicho control, seg*n 'orenz, se debió al uso de las primeras armas, que permitieron al ser humano actuar con una rapidez r apidez ma!or que la del instinto, de modo que la inhibición de matar !a no fue eficaz. Con el perfeccionamiento de las armas, el hombre pudo matar a distancia !, adem&s, sin ser visto por el enemigo. +ero no sólo eso pudo matar también ! esto es importantísimo con impunidad emocional. "l asesino que tira, por e-emplo, un misil de un continente a otro, no vive directamente las terribles consecuencias que ocasiona.2 +ara sentir plenamente, emocionalmente, lo que significa matar, ha! que hacerlo sin armas. i un fin de semana fuésemos a cazar cone-os ! tuviésemos que matarlos con los dientes ! con las u/as, ! sintiésemos s intiésemos cómo se defiende el cone-o, ! cómo le brota la sangre, ! todo el esfuerzo que ha! que hacer para finiquitarlo, entonces viviríamos realmente, sentiríamos profundamente, lo que es matar. +ero no, nosotros no hacemos eso% vamos con la escopeta ! le disparamos a cien metros. 0sí no sentimos
nada. "l camino de la maza a la bomba atómica es en realidad la tra!ectoria de una desinhibición. +erdido el control instintivo que impide matar al contrincante, surgió la posibilidad de matarlo innecesariamente. "l hombre mata por gusto ! se complace en ello. También es el *nico animal que se ensa/a, esto es, que se deleita en causar el ma!or da/o ! dolor posibles a quien !a no est& en condiciones de defenderse. "l hombre, ha dicho 1olf )enker, no puede comportarse como un animal sino con ma!or bestialidad que cualquier animal. ac!er y la agresión
obre la agresión ! la violencia de la especie humana se han publicado varias obras, pero acaso ninguna tan importante, quiero decir, como obra de con-unto, salvo posiblemente la de "rich 2romm #aludo a su 0natomía de la )estructividad 3umana$% ninguna, repito, tan importante como la de 2riedrich 3acker titulada 0gresión, con prefacio de 4onrad 'orenz. Tiene muchas p&ginas, quinientas cuarenta ! ocho p&ginas, pero así mismo muchas ideas ! opiniones interesantes. Transcribo inmediatamente algunos lugares significativos. 5)efinimos la agresión como la disposición ! energía humanas inmanentes que se e6presan en las m&s diversas formas individuales ! colectivas de autoafirmación, aprendidas ! transmitidas socialmente, ! que pueden llegar a la crueldad.7 5'a violencia no se identifica con la agresión la violencia es la manifestación abierta, manifiesta, 8desnuda8, casi siempre física de la agresión.7 52actores hereditarios específicos, innatos, genéticos, influencias psicológicas ! culturales, estructuras del sistema nervioso, ! también hormonas ! modelos sociales, en su interacción e interferencia, determinan el fenómeno de la agresión.7 5"l amplio espectro de la agresión va de la actividad a la destrucción de la agresividad sintom&tica, como pérdida de freno sobre procesos conscientes e inconscientes en todos sus matices, a la agresión como estrategia planeada% de la estructura organizada a la violencia.7 5'a falsa apreciación propagandística e ideológicamente errónea de que con la violencia no se puede cambiar nada realmente, es contradicha por la observación histórica, psicológico9social ! política. 'a violencia no sólo es eminentemente transformadora de la realidad ! realmente eficaz, sino que determina en un grado cada vez ma!or el fondo ! la superficie de la realidad moderna. Con la técnica de la llamada polarización sólo e6isten aliados ! enemigos, ! el que no est& conmigo est& contra mí se consigue la esquematización, que es una de las premisas de la violencia.7 5:e veo obligado a destacar que no sólo la agresión sino la misma violencia en
determinadas circunstancias #aunque m&s escasas de lo que ho! se cree$ pueden tener un valor 8positivo8 ! lo destaco porque precisamente se puede abusar de este valor positivo #que es raro ! raras veces inevitable$ como modelo de -ustificación para las muchas formas de violencia superfluas, evitables ! manipuladas.7 50 la larga, el uso de la violencia es una pobre estrategia, porque sus é6itos iniciales, al llamar la atención ! al obtener un car&cter p*blico, inducen a la repetición, la embotan ! provocan la antiviolencia, la escalada de la violencia ! el embrutecimiento general.7 5"s mu! dudoso que el principio de la no9violencia pueda tener eficacia sin la personalidad carism&tica de un guía !, sobre todo, sin la previa traslación de los antagonismos a un terreno de ;caballerosidad8% un "stado totalitario no habría tolerado las privaciones que se impuso
+ara los etólogos, la agresividad es pulsión autónoma ! no simplemente manifestación reactiva del organismo. +ero seg*n la hipótesis de la "scuela de =ale, ha! relación causal entre la frustración ! la agresión% ésta supone siempre la e6istencia de aquélla% la agresión sería, en consecuencia, de índole reactiva% cada vez que se impide una conducta cu!o fin es obtener placer o evitar dolor, se origina una frustración, que a su vez despierta agresión contra las personas o cosas que se tienen por causantes de la frustración. >as&ndose en nuevas investigaciones, los autores de esta hipótesis la reformularon, reconociendo, entre otras cosas, que es efectivamente cuestionable suponer, como habían supuesto, que de resultas de la frustración se origine siempre alguna forma de agresión. 'a frustración es estímulo para la agresión, pero no es el *nico estímulo. 1econocieron, adem&s, los científicos de =ale, no haber distinguido bien en su hipótesis entre la suscitación o e6citación de tendencias agresivas ! la manifestación real de la agresión. #tilidad de la agresividad
'a agresividad, cuando no es destructiva ni violenta, es biológicamente *til. i no fuésemos agresivos, tiempo ha que nos habríamos e6tinguido como especie. ?curre,
sin embargo, que el homo sapiens ha llegado a ser homo brutalis. 'a su!a es, por tanto, como diría 2romm, agresividad maligna ! necrofílica, despiadada ! brutal. 'a brutalidad, dice 3acker, parece ser el lema de nuestro tiempo. Tanto la aplicación crudelísima de la violencia brutal como la habituación indiferente a la brutalidad como suceso diario se hacen cada vez m&s frecuentes. :e-or dicho, ello !a es, ! uso el neologismo de :arías, una solencia. 'a violencia suele combatirse con la violencia #otra solencia, dicho sea de paso$. "rror de bulto, seg*n 3acker. 0 -uicio de este autor, la violencia no puede ser neutralizada con é6ito por la violencia, sino por la identificación ! el conocimiento de las circunstancias ! condiciones que engendran la violencia, ! por la eliminación de las mismas. $eparos
"n la obra de 3acker, generalmente estimable ! de lectura provechosa, el autor no para mientes en la antropología cultural de la violencia. No se ha detenido a preguntarse debió por qué ha! culturas m&s violentas que otras. Compense el lector la falta le!endo 'a Naturaleza de la 0gresividad 3umana de 0shle! :ontagu. +or otra parte, que la privación de estímulos, como demostraron )e6ton, 3erron ! cott en @AB, sea desorganizante ! enloquecedora para el ser humano, es hallazgo de validez posiblemente general en ?ccidente% pero en otros sitios no es así% al menos en el Tíbet no lo es. Convénzase el lector de ello consultando el libro de 0le6andra )avid9 Neel, :ísticos ! :agos del Tíbet. 'os ermita/os del Tíbet, no obstante aislarse durante varios a/os, no se trastornan% ! eso que algunos cumplen el aislamiento a obscuras. D0 obscurasE D3a! que ser tibetano para seme-ante proezaE "l capítulo final, que 3acker titula 5"l ine6istente capítulo final7, amalgama convicciones personales, confesiones, ideales, recomendaciones ! buenos deseos% es un ponche servido con no poca declamación. in embargo, repito, la obra de que se trata es valiosa, ! también la de 2romm. 0mbas son, a mi ver, de lectura obligatoria. La compulsión de matar
"n los primeros ciento cincuenta a/os de los *ltimos doscientos, en el ?ccidente civilizado supuestamente civilizado, la principal ocupación del hombre ha sido matar. Cada minuto, un ser humano ha dado muerte a otro ser humano. "n los *ltimos cincuenta a/os, la pausa entre una ! otra muerte violenta se ha reducido a un tercio% es decir que actualmente cada veinte segundos un hombre mata a otro hombre.
'eFis 1ichardson, en su libro "stadística de las Guerellas :orales, calcula que entre @HIJ ! @AB, fueron muertos cincuenta ! nueve millones de seres humanos en guerras, ataques homicidas ! otras luchas fatales. Considerando, pues, la destructividad, la brutalidad ! la estupidez de la especie humana, !o comparto la opinión de 'orenz de que es in*til seguir buscando el eslabón perdido, porque el eslabón perdido somos nosotros. 5i !o cre!era dice 'orenz que el hombre es la imagen 8definitiva8 de )ios, entonces no tendría mucha confianza en )ios.7 3abr& que pensar, en consecuencia, como ciertos gnósticos, que a nosotros no nos creó )ios, sino el )iablo, en un momento en que )ios estaba descuidado. %uestra incompara&le dia&olicidad
omos, pues, diabólicos, ! manifestación palmaria de ello es nuestra perseverancia en el error. >ueno fuera, o me-or dicho, no tan malo, que sólo nos equivoc&semos% pero no, cometida la equivocación, perseveramos en ella, persistimos en el !erro, en el desatino o despropósito, en la estupidez monda ! lironda. "s que no tenemos servomecanismos verdaderamente eficaces% ! para enderezar ! componer nuestra conducta los necesitamos% porque con la sola razón ! las buenas intenciones seguiremos como estamos, desmedrados. 'ervomecanismo
0caso los m&s de los lectores ignoren lo que es el servomecanismo. Convendr&, pues, noticiarlos al respecto. )ícese servomecanismo del sistema electromec&nico que se regula por sí mismo al detectar el error o la diferencia entre su propia actuación real ! la deseada. #ervo9, del latín servus, siervo, esclavo, sirviente, es elemento compositivo que entra en la formación de palabras con las que se designan mecanismos o sistemas au6iliares.$ "n el ser humano, la detección del error o de la diferencia entre la propia actuación real ! la deseada, no motiva la corrección, salvo ocasionalmente, ! en consecuencia el !erro o el desfase prosigue ! la actuación empeora. +areciera haber en nosotros vocación de peoría ! no, como sería menester, &nimo de me-oría. uele decirse, repitiendo a éneca, que es propio del hombre equivocarse #5errare humanum est7$% ! es cierto% sólo que siempre conviene agregar, como hacían los escol&sticos, que es diabólico perseverar en el error #5perseverare autem diabolicum7$. 'a perseverancia en el error es una de las características m&s detestables del ser humano ! una de las m&s peligrosas.
Como decía el fisiólogo francés Charles 1ichet, estar dotado de razón ! ser insensato, es algo mucho m&s grave que no estar dotado de razón. "l hombre no es, pues, homo sapiens. K= entonces qué esL ué es el *om&re+
"l hombre es un miembro del reino animal, del filum de los cordados del subfilum de los vertebrados, de la clase de los mamíferos, de la subclase de los euterios, del grupo de los placentarios, del orden de los primates, del suborden de los pitecoides, del infraorden de los catarrinos, de la familia de los hominoides, de la subfamilia de los homínidos, del género homo ! de la especie stupidus. 5Todos los hombres decía :ussolini somos m&s o menos est*pidos. 'a cuestión es ser un est*pido ligero. D)ios nos libre de los est*pidos pesadosE7 %osotros y los antropoides
51ecientemente dice Mosé :aría Cabodevilla, en "l 'ibro de las :anos, tras un serio estudio comparativo entre el hombre ! los antropoides, se ha demostrado que, de un total de @JB rasgos anatómicos, sólo O@I son e6clusivos del hombre, de tal suerte que las seme-anzas entre nosotros ! los monos antropoides con ma!ores que las que e6isten entre éstos ! el resto de los monos.7 5Tanto ellos como nosotros somos primates, título mucho m&s insigne que el de simples vertebrados o simples mamíferos, pues 8primates8 significa los primeros, los m&s sobresalientes, los 0nimales +rincipales.7 i lo que Cabodevilla quiere decir es que tal primacía obedece al hecho de ser nosotros los que hacemos las ma!ores animaladas, entonces concuerdo plenamente con él. Nadie nos supera, en efecto, en la comisión de burradas. omos, pues, los 0nimales +rincipales. No solamente somos la *nica especie que no sabe convivir ! que mata cada veinte segundos a uno de sus congéneres, sino que estamos empe/ados peligrosísimo empe/o en una creciente destrucción ecológica. 'a incapacidad convivencial ! la homicidiofilia, o me-or dicho, la homicidioerastia, son ciertamente terribles, pero la destrucción de todos los ecosistemas es de una demencialidad estupefaciente. ,resunción firme -muy firme- de Lea!ey
1ichard 'eake!, el gran paleontólogo de 4enia, tal vez el paleontólogo m&s famoso del
mundo ! cu!os hallazgos han sido sensacionales, ha publicado, en coautoría con 1oger 'eFin, el libro titulado 'os ?rígenes del 3ombre. "ntresaco de esta obra la cita siguiente, que contiene una presunción lamentablemente mu! bien fundada ! que dice así 5Guiz& la especie humana no sea m&s que un espantoso error biológico que se ha desarrollado hasta traspasar un punto en que !a no puede prosperar en armonía consigo misma ni con el mundo que la rodea.7 0 una especie así lo *nico que le queda es e6tinguirse. "sto no es pesimismo ni tampoco siniestrosis, como diría +auFels. "sto es, sencillamente, la pura verdad. 0unque usted no lo crea. %otas 1. arah >laffer 3rd!, antropóloga de 3arvard, demuestra en su libro The 'angurs of
0bu, haber pitecocidio entre estos monos de la Pndia. "n efecto, cuando se produce el derrocamiento del -efe, el langur triunfante suprime a la prole del vencido. iendo precario el desempe/o de su -efatura, !a que ha! siempre otros machos acechantes dispuestos a derrocarlo, el nuevo -efe, deseoso de cubrir cuanto antes a las monas, se vale del infanticidio para acelerar la reiniciación del estro en las madres criantes. )emoraría m&s, naturalmente, la reiniciación, si no fuese interrumpida la crianza. 0cabo de decir infanticidio, pero tal vez debí decir cachorricidio, porque infantes sólo ha! en nuestra especie, que es la *nica que habla, ! el infante todavía no, por eso se le llamó infans, que no habla, del latín in9. no, ! fari, hablar. in embargo, +linio llamaba infantes a los polluelos ! cachorrillos, ! seguramente también a los monitos. )e suerte que decir ho!, como di-e, infanticidio por cachorricidio, tampoco es despropósito. Cachorro, dicho sea de paso, no sólo es el perro de poco tiempo% ésa es la primera acepción, pero la segunda dice 53i-o peque/o de otros mamíferos, como león, tigre, lobo, oso, etcétera.7 3e visto cachorrez en >enedetti, :ontevideanos, QJ, aunque todavía no hallo documentación de cachorricidad. )e la misma manera, no logro documentar machicidad, pero sí machez, e6presión constante en 0mérico Castro, Teresa la anta ! ?tros "nsa!os, I@. Rtem m&s ?rtega !
e6ceptis% es decir la e6cepción establece la regla de las cosas no e6ceptuadas7. 2. = a propósito de misiles, he aquí una prueba m&s de la locura armamentista seg*n
la revista Time, del @ de -ulio de @AAJ, p&gina A, doce mil misiles nucleares #Ddoce milE$ apuntan desde los "stados (nidos a 1usia. (no solo destruiría completamente el 4remlin ! todo lo que estuviese a seis kilómetros a la redonda. D= después se habla de la paz ! del desarmeE D+or favorE ?tra manifestación palmaria del af&n destructor ! aniquilante del hombre es la siembra que ha hecho, en todo el planeta, de minas antipersonales. Nuestro planeta est& minado ! lo est& e6traordinariamente. )esminarlo demoraría ... Ksabe el lector cu&ntos a/os demoraríaL Ksabe cu&ntosL +ues sépalo de una vez ! esp&ntese desminar la Tierra demoraría mil cien a/os. D:il cienE Dí, m&s de un milenioE "l hecho produce estupefacción ! sobresalto. "n una palabra, pasmo. 'a doctora 'inda 'ema Tucker, cu!a versación en minas antipersonales es innegable, ! a quien entrevisté en mi programa televisivo 50 solas con :arco 0urelio )enegri7, el I de noviembre de @AAH, me entregó dos traba-os mu! importantes de su autoría sobre el asunto de que se trata. "n uno de ellos, titulado 5'a humanidad ! su condena a las minas antipersonales #:0+$7, se e6presa como sigue 5e calcula que @@J millones de minas activas se hallan sembradas en QJ países, es decir, un artefacto e6plosivo por cada @ ni/os o por cada H seres humanos en todo el planeta. 5:&s de @,JJ personas mueren ! QHJ resultan mutiladas cada mes por acción de las minas esparcidas en todo el mundo. e calcula que la erradicación total de los artefactos tendr& un costo de unos OO mil millones de dólares, en un período de @,@JJ a/os. 5+or cada mina que se retira se colocan IJ nuevas. "l a/o pasado #@AAQ$ se retiraron @JJ mil ! se sembraron dos millones. 5:&s de IB países est&n actualmente en crisis a causa de las minas sembradas en sus territorios. 5"n 0ngola ! Cambo!a ha! m&s minas que habitantes, ! en 4uFait ha! IHJ minas por kilómetro cuadrado. 5i @@J millones de minas antipersonales #:0+$ est&n enterradas en QJ países, una cantidad equivalente est& depositada en los almacenes de los países fabricantes. emanalmente se fabrican BJ mil minas, es decir, cada minuto, B nuevas minas amenazan la paz del mundo. on OB países productores de minas antipersonales. 'os m&s importantes son los "stados (nidos, China ! 1usia.7 "l otro traba-o de 'inda 'ema Tucker, mu! informativo ! bien documentado, como todos los de ella, se titula 5'as minas antipersonales #:0+$ en el +er*7. 1ecomiendo
leerlo ! también la lectura del artículo de 'uis
2uente "nsa!o de :0) con el mismo título.