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Ji". la traJición,.1 pryrJot enfrenta Di"blo erl .l J.r"lo {inrl. "l C-rlos M.,litta lo JesJe el Según
"ttfrrntó principio. D"sJe que abrazí su prirnera giuitarra, mrestro poeta rnatrero J"s"{ío lo. Jernonios eniaulrJor.s J. Ir lit.rtrJ. en eso estaba, segfrría estando, Jo rnrrrió,
"rrrt *LtrzuJo su últirna gfuitarra.
el mástil de mi
guitarra
Carlos Molina
Carlos Molina
Agradecemos la Asociación de Payadores "Bartolomé Hidalgo", Intendencia Municipal de Montevideo Asociación General de Autores del Uruguay, sin cuya colaboración desinteresada no hubiese sido posible Ia
edición de este libro.
Ins Edüores
Carlos Molina
Elmástilde miguitarra
Prólogo ¿,Usted nunca ha patado con el Diahkt Moliru? S1... .Sí... Con el Diabk¡ he pavatlo. No hay otro diabh tlue lu injusticia social, no hay otro Diahb que los que :ie entrometen obstruyen el destino de mi país de nli cotttinente- Cuttru ese Diabk¡ he vivido payando toda mi
vitla.
Fstc libro se lcrnrinri rlc i¡rr¡r rrr¡rr cn lrlpresora Arag(iil cil Ali)sl() (l( r)()') Discño diagranracirin: L¡ru¡ rr Ar r e Depósito Lcgul .i ¡i.l-l
[De una entrevista en el semanario Marcha]
Carlos Molina ¿Trovador repentista, payadortrashumante? ¿logró lo imposible, seguir payando después de irse? Fue tal la energía de su canto, de su ética, tal la persistencia de su pulgar en el m¡ menor de la milonga, la riqueza de su rasgueo en el mi mayorde la cifra, que sigue improvisándonos en la sangre, en nuestro interior. Con su sonrisa pagana de anarquista irredento, el ácrata Molina, con el p¡e en una silla la cabeza la golilla al viento, sigue armando décimas. Las desparrama entre tantas memorias, que cada una toma algo de esas semillas las aspas de Molina siguen girando. No como el girasolsino como giralibertad, giraigualdad, girajusticia. Pocos seres tan entrañables enteros como é1. Aunque ya nos estaría sugir¡endo la sobriedad, cuántas décimas harían falta para hacer su justo elogio. Porque tuvo el genio de un payador lleno de inventiva de sabia técnica junto al temple inclaudicable de sus ideas libertarias. Este hombre profundo rebelde marca para siempre la historia de la payada en el mundo. Caminante cuya brújula siempre señala hacia los más desposeídos, los más necesitados de su canto. Este hombre de Cerro Largo que muy largo tuvo el paso. Lo recuerdo contrapunteando con el poeta peruano Nicomedes Santa Cruz en Casa de las Américas, en la Habana, en 967. Alzando su voz en medio del recital montevideano "Uruguay Canta", cuando con Marcos Velázquez otros impulsábamos elCentro de la Canción Popular Uruguaya. Más tarde lo oigo evocando Raúl Sendic -entonces en la clandestinidad- desde décimas improvisadas en el teatro El Galpón, en aquellos años 70 en que eso era ya muytemerario. Releo su nombre escrito por el gran poeta argentino Juan Gelman en aquellos memorables versos ("Pensamientos") de octubre de 1967:
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!leg!!!
i9 migglqla
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soy de un país donde hace poco Carlos Molina uruguayo anarquista payador fue detenido (...) (...) Molina contaba como siempre bellezas dolores cuando de pronto elChe empezó vivir rnorir en su guitarra
así
Ia policía lo detuvo
su paso por Madrid, aún en plena dictadura uruguaya, compartimos escenario en un estadio de fútbol, con Joan Manuel Serrat, el cuarteto Cedrón varios artistas españoles latinoamericanos, en un festival de solidaridad con la resistencia de nuestros pueblos. Carlitos, en su bolsillo el pasaje de regreso aquel oscuro tiempo uruguayo, desafiando el peligro delcastigo. Nos cruzamos de nuevo en la ciudad de Colonia, en Alemania, nuestro payador conmoviendo los alemanes más allá de las ronteras idiomáticas. Luego soy testigo de un recital en París una entrevista que le hacen en Radio Libeftaire, todo durante esa su última gira por Europa, donde encontró incontables compañeros libertarios. Tras la dictadura, en la nueva etapa, nos vemos varias veces. En una ocasión me comenta que desea encontrarse con Mario Benedetti, charlar un rato con elpoeta. Elencuentro se da un mediodía en que nos juntamos también con olros hermanos: Juan Capagorry -otro ausente irrepetible- Coriún Aharonián que tanto lo quiso lo apoyó en su vida del payador. Mario, profundo sabedor de lo que es la versificación las particularidades de la improvisación, le trasmitió todo su respeto su cariño aquel día. Carlitos vibraba de alegría desataba su carcajada de cifra en aquel encuentro sin contrapunto. Entre la mucha gente que admiraba al "bardo del Tacuari", como también se le llamaba, había dos Atahualpas: uno, del Cioppo, en una de cuyas puestas teatrales intervino Carlos, elotro, Yupanqui, quien lo tenía en alta estima Ese Yupanqui que también publicó varios libros que me imagino que más de una vez habrá pensado en Molina al conrponer su "payador perseguido". Uno de los últimos encuentros que tuve con Carlos fue en su casa, en el barrio del Cerrito de la Victoria, jurrto a su familia.
Carlos Molina
Siempre con su sonrisa esperanzada, con su confianza en lo mejor del hombre pesar de todos los pesares. Exigiendo exigiéndose, en esa dif ícil dialéctica de revolucionar/se. Con su humildad sin estuche. Generoso con los desaciertos humanos, tolerante con los que -dentro de la "zurda"- no pensaban de la misma manera, pero intransigente duro con los desmemoriados, los sectarios, los vanidosos. Aquella mañana de agosto, Efraín, su nieto, oyó un silencio repentino en el cuafto de al lado donde el abuelo le entonaba su compañera "La Flecha" de Yupanqui. Molina había caído abrazando amorosamente su guitarra. Este libro de poemas, impulsado tenazmente por Alba, su mujer, ayuda mantener al GauchoMdina aún más vivo. Como en todos sus numerosos trabajos en papel en disco, la obra sigue obrando. Aunque esta vez no se repetirá el ciclo en el que el escritor extraía pafie de sus textos para volverlos canción. Y tendrá otra resonancia en mi memoria aquella frase suya: Yo no canto todo lo que he escrito. Lo extrañaré para siempre -en eso el para siempre existeeste querido ser humano inigualable payador. Con su lernura rojinegra que él sabía invocar con delicado coraje. Las hojas del nuevo libro, como las de un árbol múltiple, varían de color, de temática, de sensibilidad. El toque mágico del improvisador respira tras la escritura organizada, el pulgar obrero anda detrás de la letra poética. El pájaro sin pluma, el payador sin papel, abrazan al poeta que escribe. -Se canta con Ias achuras- me dijo una vez el Gaucho. Después de leer estos poemas, puedo afirmar que se escribe también con las entrañas. que improvisar me confiesa en una Cuando entrevista. Pero yo donde me siento más cómodo es en el contrapunto. Yo me definiría como payadorcontrapuntista- aluma riendo. Soy cantor polémico, me gusta la pelea -y otra vez le nace su risa sonora de poeta controversial. Creo que cuando Carlos Molina escribe versos sin guitarra, es con el papel la pelea, con la hoja elfragor del contrapunto. entonces, como sifrotara dos leñas, saltan chispas, nace el libro, la milonga pensante, como gallo en elalba.
Daniel Vigliettt
Carlos Molina
El mástil de mi ggitarra
lntroducción necesaria...
El Payador podría decirse que es un alquimia de los siglos. Por ignotos remotísimos cauces fluyen transitan sus diver-
sos antecedentes culturales. Leopoldo Lugones vincula la payada las fuentes Greco-Latinas remitiéndose las Églogas deTeócrito yVirgilio. Menciona también los trovadores provenzales sus torneos versificados denominados tensiones. Dichos trovadores se denominaban a sí mismos "pregadores" aludiendo al verbo "pregar" que sería equivalente a Payar. Ricardo Rojas cita payo, payuco, payucano, campesino en diversas regiones de América.También habla de payes, que es campesino en Cataluña. Asimismo menciona la voz Latina pagus de donde viene pago de ahí este cantor, poeta-errante, paguecador paguiador es decir que iba de pago en pago "creando recreando la Patria'según Marcelino M. Román en ltinerario del Payador (Editorial Lautaro) que en la misma publicación se refiere Ia tribu de los Yakalamarures, en Colombia sobre el río Guaviare cuenca del Orinoco. Dicha tribu tenía un vocero denominado "saiawa". Este símil del Payador tenía asignada Ia misión de captar las resonancias inquietudes que afectaban la tribu, tarea que realizaba improvisando acompañado con un pequeño tambor. Tenemos pues que a través de los siglos en las más remotas latitudes de la tierra se encuentra -repet¡mos- un símil del Payador. Con la variantes del caso naturalmente con las diferentes idiosincracias determinadas por múltiples factores. Lo cierto que la impronta que marca la huella de dicho personaje donde encontramos su rastro es la de ser un heraldo, un porta-voz de su pueblo jugándose franca decididamente por su destino que quiere decir su dignidad. La misma voz el sustan-
tivo Payador no ha sido definido precisamente. Las
disquisiciones acerca de su origen han quedado reducidas al plano de lo hipotético. Nos preguntamos si no es acaso una predestinación tratándose de este cantor matrero, indomable. Sabemos sí, que obviamente la idea pura no existe, todo tiene un nexo, una interrelación en la lejanía deltiempo de la historia. Asícomo anotan diversos autores, múltiples distintas corrientes culturales
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II
El mástilde 4l,gglQ¡ra
Carlos Molina
confluyen para plasmar este t¡po de poela popular denominado Payador. Entre dichas corrietttas es irrt¡trtsible descartar la indígena, Ia ibérica, la af ricana; Ert tni lritiirnr ¡¡or el mundo he
tenido cportunidad de enctttttr¿trt¡tL' con hombres improvisadores, verdaderos payactort:.s. A.si c¡ue conoci en cuba al "indio Naborí", Jesús Horl¿t tttt t:xr;t:lttttte repentista. También guardo recuerdo de habar cottrt<"idt.¡ t:rt España los Itamados Troveros Murcianos, éstos tit:trclt urta antiquísima tradición, se diferencian de nuestros ptryittlctrcs en que cada trovero tiene un cantor que le va dict¿tttrlo .str.s lrovas éste su vez va cantando las mismas. Ier)t.'/rro.s ttr'¡ticias de los "versolaris" en los país.es vascos. En el lagoTanganica Africa en grupo rltl tlio¿ t'¡ más remeros improvisan coplas colectivamente. Sitt rltttl¿t t:l irrstittto poético acompaña la criatura humana cottt() tttt ltilo de luz inapagable lo largo'y lo ancho de I¿t rtt¡lttt irl,t ticrra. Tenemos pues,.que en todas las ro5¡icttrt:s tlt'l trtttndo se alrsraza), Ltn rasq(), Ittt;ts(rttt() del canto distincicnes ba repentista, improvisado. Dicen quc cl r¡t it't¡tt Arislóteles aseveraba que en principio la improvisitcirjtt ltttt t:l ¡trirrcipio de la nd po es a. Tei mi am os esta ha a,.s()/ll.r/; t' fu r r ¡'to el acento que aquíen las tierras dc'l Pl,tt¡t l;r ¡tttt:sr;t qattchesca el Payador propiamente dicho ttttcctl t:tttt Ll¡trlt¡lorne Hidalgo poeta-payador que encendier¿t.sl/s r:/¿'flr ¡.'; t¡ ¡r¡ttlotteros en el turbión de los gauchos que ottt:;tltt:¡,tt,t ¡l Gritl. Artigas. Hombre de terca lúcida esperatt/;t (:(rtt Ittl,t ¡r,'tstótt sin tachas que se llama l¡bertad. Sin durl.t eslt'rtrrtr¡rt,rytt,rrtlccitarlo B. Hidalgo es el hilo conciuctory pr(;cttrsot (ltto tttl(: on el tiempo al arquetipo cumbreño de poorrr,t ¡t,ry,ttilttttst:r¡ El tlaucho Martín Fierro de José Hernández. Fl ltrtt¡¡l¡ttt :;it¡tttt prtsionero en los engranajes de un progrcso (lttc litttttt ttttt't¡t¡ tttottopolizadores. La historia dabc: lttttr:t lt¡ti,tt tttt cleslino redescubridor del hombre para l;t lilttttl,ttt l,t lr,rlt:rrtitlarl humanas. En ese quehacer se lrattsltttttlir; tt tttt ltvt:;tl¡ltt llara sienpre, elTrabajo, la Ciencia t'lArli' Carlos Molina
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Testamento para mi guitarra Calla por un instante tus arranques soberbios guitarra que supiste mi vida compartir, ya emblanqueció mi testa, cansáronse mis nervios, no tardará el momento que tenga que partir. No quielo hcrirtc amiga con femcnil quejumbre, ni cnturbiaré tu l'uente de diáfana bondad; conlo crucé un pantano, como escaló una cunrbre, descenderé al abismo dc olvido
soledad.
Se quedará en tu caja la voz de nri conciencia con la primavera del rnás bello ideal. te clavaré en la nochc total que haya cn nti ausencia
con cstrcrnecimiento dc lanza vcrtical.
cuando ya rnc intcrnc cn la prol'uncla srlrnbra tu diapas
No has de entregarte nunca manos alquilonas si pulsarte quiere el falsario, el procaz entonces ¡oh guitarra! revienta tus bordonas despiadadamente azótale la faz.
Por último te digo que en esta lidia homérica donde emergen los pueblos de tanta oscuridad sólo queda un camino un destino: tu América un sueño irrenunciable llamado libertad.
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másti! de mi guitarra
Carlos Molina
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Un pedazo de madera el nrango de una guitarra; conlo un pañuelo sonoro que de alguien seca sus lágrimas "Campamento" Cerro Largo pedregales cle distancias los tlillos estirados donde los lletcs se envainan.
Ytl iba cntonccs pa' rnocito no había tiempo ni distancra vcía en la arena del lio oro purito, sin manchas. Iba sicmpre media lienda con el alma alboroz-ada; era la scnda una novia linda que me enamor¿rba.
Qué brillo tuvo aquel día paisanos de ruda estampa las chinas enrergiendo entre nubrzrlncs blancas, se olía fiescor de arlayanes fi-aganciosas pitangas los pájalos hacían contrapunto de guitarras. ¿Dónde andarán esas voces que oyeron aquella carpas? ¡Serán solamente sombras como invisibles l-antasmas
Lindo rumor de acordionas cstlenrecidas guitarras;
se doraban las achuras
giraba ardiendo la caña. Yo sentía en el corazón un sol caliente de fiagua;
cl misterio era un martillo
que en mis sienes resonaba.
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El mástil de mi guitarra
Carlos Molina
Allí conocía la moza
que me fue sobando el alma con pedazos de milongas más pobres que mis cacharpas. La agencié por unos rialcs poquitos que daba lástinra fue entonces que me hice rictr con un puñadito e' plata.
Tal vez esa misma tarde
me hundí en la ruda maratl¿t y yo trepé resoplando por la cuchilla más áspcra.
el viento de aquel crcpúscultt me envolvió con su ragatrcrir rne empujó tiempo arribit como pa' probar nris alits entonces iba enterita fresca honda nri guitrtr m corno un árbol co¡rvocatttc de zorzales citlrrntlri:rs. Quería scr payador
beber buchcs cl rtgttrt dc las "cacllilrrhlts" r¡ttt' ltt'trt
fiagancia
l't-csctrrrt tlc ltllr;ts.
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como añadiendo una "cuarta". se filtraron sus voces las más hondas, las más claras en donde habita una historia de mudez desharrapada.
Allí cntre la gente simple
como el viento, como el agua; se tiñeron ñas bordonas con el color de mi raza. Entonces desde el silcncio se oyeron hondas campanas... corazón de los abuelos en la selva milenaria. así saltaron sus voces como venas subterráneas de los antiguos pantanos hasta cruzar la Vía Láctea. Se habrá quedado en mi carne el cuerpo de esa guitarra para que en su viejo mástil flameando esté mi esperanza.
Me dolía cl honrhrc, cl ¡r:ttsit¡e
cle svcntul iulir, salí catttpcar lit Ittz como una cstrclllt ctl lits cllltlt'lts
su sombra
Ah cuánto rttl(luv() t't ttttlt i¡'o
mi sueño rccostatltt,
diciéndtlmc crl scclclo no te entregucs, no to t'lri¡'.;rs! Presentí quc clla tcrríl como un tnistct'io, tttut ttutf ilt así lncz.clilrltos llt sitttgtt'
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El mástil de mi guitarra
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Carlos Molina
Fui prescl allá en Bahía Blanca nre llcvaron de Dorrego no gcrní ni xclanré un r{lcgo nri alrna cs ruda. pcro flanca. Fui prcso allír cn Bahía Blanca no por laclrón ni dañino clué ironía del destino pues f'ui preso Io rgpito pof colnctcl' cl "delito" dc cantarlc un argentino. Quizírs sc haya estrenreciclo en su misrna tu¡nba fiía don Luis Acosta García el payador aguerrido. Quizás se haya estrernccido fl'cntc esc gesto mczqttittt' pues igual que un ascslrlo fui blaslemado Inaldito por cometer el "delito" dc cantarle un argcn(ino.
No podrán ni con catlcrlts ni con rnil tumbas uhicrtrs
ccrr¿rrle al pucbl
estrangular lit vcrtl:ul el pueblo cs la clignitliul sin traicionarsc ¿t si tttisttto desde el nriis ncglo ithtsrrltr resurge la libcrt:ul. En el negro cal¿tbozo
bullía mi pcnsattticltlo serenamentc contr:nl() francamcntc.jubi oso. E,n
el nc-r¡r'o citlithozo
sentía mi alrtr:t lircllc
aunquc t'otlti ¡rot ttlt ilt.. una lágli rntcuntlcttlc por el cnotntc vltlicnle
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quc l'uc Ilrttcs{o ('lrt iuL'r':rr:r
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Soy cantor de Patria Vieja, preñez de la Patlia Nueva ya v¿r madurar la breva vavan parando la oreja esta relación sencilla, soy de abajo o de la orilla pero no pa'dirme al mazo porque tengo el espinazo corno cerno e' "coronilla". una tajada de luna I'echo la sal del pampero ya se me pone el cuero más dulce que un higo e'tuna; yo no busco más fortuna que la libertad sin trampa, cuando mi sueño acampa en un pequeño albardón es pájaro el corazón que se me vuela en la pampa.
Nací pa'ndar orejano conlo chúcaro del montc mismo que si el horizontc lo tocara con la ntano; desde el pajonal dcl llano al pedregal de la sierra; lc voy juyendo la yerra.
De los verdugos del hornbre que han crucificao dc alarnbre el corazón de la tierra.
Dicen que cl carnpo cs ajcno quc ya ni es libre cl paisajc. mi caballo mi corajc no se aquerencian al lleno; amo con amor sereno el sol que incendia el ocaso
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El mástil de m¡ gu¡tarra
Carlos Molina
duele ver mi paso cual fantasmas irreales los gurises orientales durmiendo sin techo, al raso. Comparo tiempo distancia pido cancha doy más lazo. me digo soy brutazo tanta tanta es mi ignorancia; al viejo aquel que fue el ansia de la insurgente jornada, digo luz llamarada, alumbrando sus paisanos se le cae entre las manos la cabeza derrumbada. Derrepente se incorpora es un magistral compendio la proyección de un incendio parva de luz en la aurora; es la Patria que atesora un ejército de arados son los pobres humillados que emergen de sus raíces así los más infelices serán los privilegiados. Soy cantor de Patria vieja ando aparte del rebaño de ninguno soy peldaño ni me cuelgo de la oreja; mi voz no es dolida queja tienta por los desprecio los acomodos en donde Vizcacha oficia la dignidad
la justicia
es techo y pan para todos.
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Día del Payador Día del Pavador, ¡oh padre, Hidalgo! \(u
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clebías lucir una belleza plástica
coronando la frente con tus "cielos" de pájalos nlatreros dc albas. Pero no es lo que importa en este caso carne de sufrirnicnto inmolada; ¿,quién puede desmcntir tu gran tributo'l lo auténtico es el hombre no la estatua. Te han puesto en un rincón medio escondido como carta demás en la baraja;
con esa guitarrita dejuguete, como quiriendo disminuir tu talla.
Los Nicolas Herrera, los Zúñiga Venancio Flores, Feliciano Cavia debían ser gente de mejor linaje como se dice ilustre de prosapia. Fuiste dos veces revolucionario; contra los moldes de la poesía clásica acompañastc al visionario enorme porque tú fuiste el númen de la Patria.
No f'altó un engolado "cajetilla" que te llamo oon sorna rapabarba pero vos le cerdiaste la soberbia con el temple acerado de tu alma. terminaste tísico en las calles con tus hojitas revolucionarias suclcn decir que el hombre es como el árbol después que cae se ve cuanto se agranda.
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Hidalgo Payador vida tan joven ¿rrisco cielo clondc aún cabal-gan invencibles lcgiones artiguistas
temblores dc heroismo cn las t¿rcuat'as. así llegastc la raíz profunda hasta sangrar la palpitante entraña
si Hernández alumbró su M¿rrtín lricrro fuiste el baquiano en la prirner "picacla" Para reivindiccrtc en la mernoria hay que llevar la frentc lirnpia alta no lustrarle la bota con la lengua los que mancillaron nuestra Patlia.
Hidalgo aún tiene nruchos detractorcs los carcome l¿r envidia de su ama fue nada menos que el cantor de Artigas el que alentó las lnontoneras gauchas.
Bueno ser Payador no es pa' cuarlquicla no cs la bota llrillante lindir rastra elogiar la tropilla más lujosa adulando cl patrtin dueño de la estancia.
El Payadol cs singular esccncia de nuestra identidad idiosincracia donde su planta cs un cantor en serlo porque es el arquetipo de una raza.
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El campo es todo un bostezo,
húmedo de azul nieve; en la quietud del follaje oscuro presagio duerme. Se oye el balar lastimero que en la hondonada se pierde; la madre llamando al hijo Fue allá en el "caraguatá" erizado de arisqueces; cuando se "bolió" aquel potro taba de borrosa suerte. Aquel potro renegrido de pelaje relucicnte; se hundió contigo en la nochc misteriosa cle la muerte.
Abuelo José María
Payador de campo agreste yo que no te conocí en mi memoria estás sienrpre. Payador de larga ausencia hondo grito de intcrnpcrie. cuya sonrbra lu¡ninosa fue un signo para mi suerte. Te encuentro cn las pulperías porque allí cl macho aguardiente le saca punta la copla como un agudo estilete.
Tu guitarra anda en mi sangre como un pampero caliente;
es corazón-trasfoguero que me alumbra, que me enciende. Andabas lleno de coplas lo que por dentro amanece secreto de árbol, de río, don que pocos se concede. Amabas Martín Fierro; un gaucho, como se entiende; gaucho como eras vos mismo
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El mástil de mi guitarra
melena barba dc nicve. ¡Ayl el potro renegrido empinándose la muerte; con barro de ese Pantano asardó el cardal ardiente. En la rueda de Paisanos se menta tu nombre veces abre un hueco la memoria en el alma de tu gente.
Abuelo José María sobre tú límpida frente
es la ternura de un beso,
un velloncito celeste.
Abuelo José María ay! no pudc conocarte; progenitor de la lnadre que me llevara en su vientre'
Tus "compuestos" Inás sentidos se quedarán para siemPre como bichitos de luz. en el trebolar más vercle'
Carlos Molina
Ese día era como un quemante horno, los niños las bestias siempre ansían el arroyo c)
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salió la pandilla asolada, agobiada humedecer la boca
infernal del "bochorno" entre los chapuzones de alegría, de alboroto
no vieron que el destino tenía ceñudo el rostro. Curzaron por sus mentes los fragantes racimos que guardan en sus néctares el rocío amoroso. ¿,Qué sabe la inocencia de "propiedad privada" cuyos antiguos témpanos hielan hasta el instinto códigos que los hombres los tornan asesinos. Digo mal, drje hombre el hombre es la medida trascendental de todo éstos salieron ciegos alacazade niños como fieros mastines como ahullantes lobos, ahora ya Ritto es tierra seco, mustio racimo, roja flor de la vida tronchada por el odio.
¿De que cueva sombría salieron estos monstruos? ¿Cómo nacen si son
cual fétidos abortos?
Quién nos traerá ese niño de luminoso rostro nos roban la esperanza
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
el más cruel de los robos.
haciendas
Dueños dc vidas con testaferros ProPios. Que tienen leguleYos quc tapan sus embrollos. Devuélvannos al niño Miguel de claros ojos racimos de su sangre que como viñedos de olo
llueven maldiciones
en sus vidas de oprobios; con montañas de sombras
infinitos cerrojos. Rábulas leguleyos cual solemnes filósofos explicarán el crimen través de sus códigos¡ Qué "propiedad Privada" qué violación, qué robo Lo que ellos canonizan en todo sobre todo' Los señores inmunes ventripotentes, sórdidos que rezan compungidos ante íconos de oro. Con policía privada que son fieles custodios que matan -si los lnandansin saber por qué cómo. La "Bodega Bruzzone" allí fue el episodio cuyo imborrable estigma nos cala en lo más hondo. ¡Maldita seas mil veces
por los tiempos remotosl hoy la "viña del crimen" serás para nosotros.
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todos sintieron el derrumbe del ombú legendario de la Patria
el estremecimiento en sus arterias resonó en la hondura de la pampa los hirsutos, desiertos pajonales sintieron la invasión de la patriada dolientes horadentes los relinchos partían en la yugular del es que había muerto un gaucho un poeta el vientre de los siglos se desgasta de parir uno allá de tanto en tanto p¿r'remozar el temple de la raza. Quc cso fue Wenceslao nuestro gran viejo vigilante "chajá" de la comarca aura sin él sea borroneao el rastro nos ha quebrao los brazos la desgracia. Dcjuro los paisanos de mi ticlra deben sentir entumecida el alma al ensillar pa'dirse noche adentro Ie habrán hecho una cruz con la guitarra. Te veremos volver en los crepúsculos narrarnos las épicas patliadas te anunciarán los cascos de tu moro ahuecando en el tiempo la distancia. De poncho, de charnbergo dc golilla erguida natural la criolla estarnpa zarciendo con el humo del cigarro las puntas que alza un mibreral de guampas si habrás paso interminables "rondas" con tropas que lucían otra marca naciste pobre, te fuistes pobre sabio un don que sólo un puñadito alcanza. Así anduviste Wenceslao Varela (fopero "aguitador" de madrugadas sicmpre empinando el "chifle" del lucero pa'que haya gorgoritos en el alma nos quedó pendiente una noche tlc prosa, de churrasco de guitarra
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
vos me habías invitao pa' esa partida pero el destino nos cavó una zanja. En la amistad no hay mucrte ni hay olvido la carrera va seguir atada si los dos vamos por el mesmo rumbo acamparemos en la mesma cstancia. Al tata Wenceslao sereno el sueño como aquel que se duerme entre sus garras deja que empuñemos tu memoria que va servirnos de invencible lanza.
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Iruc el gran Fiat Lux para alurnbrar el mundo dcsemparedar- el horizontc
que puso vertical sobrc la lierra un sueño inaugulal que cso cs el hombre. lue cntonces el vcrbo, la palabra la llerrarnienta brillante cn moldes la humanidad tr¿rzó sus dcrroteros clc- jando atrás la bcstia de los bosqucs. La palabra inmort¿ll, conl() un¿t br'újula inlcntri run.rbos scñalando cl nortc dcscncaden
clcjan asesinar el idealismo
corno una inmolación del gran Quijote. l)csoladora edad la que vivimos ¡rucs caminamos sin saber adónde
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El mást¡l de mi guitarra
Carlos Molina
espesa niebla ha cegado el alma la noche ha clausurado el horizonte.
Cuando el humano proyectado bípedo al cesar de gruñir emergió el hombre una voz: Libertad brilló en sus labios cual campanada nítida de bronce. Redimamos al hombre su palabra que así la dignidad brillará entonces y.junto al alba de la humana cspecie abrirá la justicia un sol enorme sin ensayar arrestos de Cervantes de los Dernóstenes, de los Cicerones digo con humildad que es la palabra luego liberación que salva al Hombre
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Eres un girón de pampa un incendio de alborada; mezclaste la payada con el misterio del tango. No te deslumbraba el rango pues tu pecho era un crisol donde iluminaba el sol que heredaste de estos playos hasta que apagó sus rayos el huracán del alcohol. Siempre andaba la madre rondando en tus canciones, se siente cuánto cómo de veras la quisiste; fuiste de los hombres más hondamente triste por eso asesinaste tus propias ilusiones. Heredaste la magia del verso repentino, te asistían las musas te guiaban los dioses;
taciturno silencio
apagaron las voces de tu lira yacente que quedó en el camino. Te empujaron los vientos de furiosos turbiones rodaste en las rojas
torrenteras del vino; acaso fue un designio dc tu propio destino ¿,o cstá signado el norte clc nuestros corazones?
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Intuías esplendentes bellas utopías estrella que rielaban en tu mansa laguna casi siempre esas noches tu cena era la luna tu lecho era el césped húmedo de poesías.
La taberna sombría fue la trampa mortal
Entre el humo del puerto el hirsuto machismo los grotescos vestidos de las flacas rameras; tu guitarra flameaba todo un mar de banderas
Hoy tal vez un sollozo
¡Oh! Quijote bohemio
buceador del abismo.
te impuso un absurdo tremendo castigo pero tú no ignorabas que el sistema enemigo es la araña que rompe nuestra urdimbre moral. empurpura los vientos desfleca los ranchitos de anónimas regiones se escucha en las noches quejurnbrosas cancioncs del Pampa cuyo nombre lue Juan Carlos Barrientos
Entonces ¡ay!tu madre ha tiempo había partido tu diste en una paria doliente sollozante; en las interminables noches de trashumante
nunca llegó el consuelo jamás llegó el olvido. Te faltó acaso el beso de amorosa ternura de una mujer que fuera bondadosa, abnegada que volviera tus pasos la senda soleada endulzando tu cáliz de sin par amargura.
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El mástil de mi guitarra
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pretendió homenajear Yupanqui el gran Profeta de rebeldia inquebrantable rudo cantor de protesta.
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Soledad pedía la gloria celestial con su voz fresca "encargo para el eterno" que rechazaba el poeta. Solía decir que Dios con el patrón siempre almuerza el que lea "las preguntitas" no duda de esta sentencla. Yo admiro en Soledad su candidcz, su inocencia pero me asusta que el drama social poco o nada le inquieta.
Triste es que la juventud diga cosas como cstas
¡Ay cuántos ntños se mueren con guerra aún sin guerra.
que no se indigna que el horror no la subleva es un pájaro aturdido que no sabe por qué vuela. es todo el fuego que en las entrañas fermenta es la sed de un agua clara de un mundo sin cadenas.
Lajuventud
¿Para qué sirve el aplauso el dinero, las prebendas si no nace un mundo nuevcr
Carlos Molina
que crea, limpia
renueva?
¡Ay! Soledad, Soledad tu dulce fe, tu pureza sería revolear el alma hasta tocar las estrellas. El éxito es siempre efímero lo que vale es la grandeza apostal'por los que sufren sumergidos
en tinieblas.
La juventud es juventud el bien que nos eleva
no dejemos que la vida al nacer pierda su esencia. Acuérdatc que Yupanqu. ordenaba su conciencia: "detrás del ruido van los maulas van los maulas como hacienda".
No pedimos reciedumbre ni masculinidad grotesca la juventud la mujer
es dulce, porque es tan tierna.
Renuncia ser mercancía que te pongan en oferta la voracidad parásita dcl árbol de la inocencia. Canta, canta Soledad dc tus hermanos las penas serás abanderada
dc alegrías venideras.
35
El mástil de mi guitarra
\(E
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Pcqucño pajarillo fuiste ensayar tus alas que aquí intentó troncharte el viento de tu Patria.
El viento más adverso
de absurdas salamancas
que destruyen los nidos de la alcilla más blanda.
Los grandes pajarracos los Caranchos, las Aguilas se adueñaron del cielo soterrando las albas.
Temen que los horneros
-genialidad artesana-
construyan sus viviendas
empollen su esperanza.
Porque la vida es eso una luz renovada; pcrenne alumbramlento que cambia siemprc calnbia. Nos aventan los hijos
en la ruda borrasca; los viejos se quedan yir rcsecos, sin lágrirnas.
Y el azul infinito
de muda lontananza, no cscucha de las madrcs las dolientes plegarias.
¿La Patria no es acaso nraternal, solidaria; la que ampara sus hijos que hortiga las desgracias'?
Quieren secar los bosques clausurar las cascadas; orinar con herrumbre el verdor de las almas.
hoy en el torbellino dc amarilla hojarasca van rodando los jóvcncs como sucias piltrafas.
Son muñecos vacíos de médula reumática
ellos son nuestros hijos lloración de una raza
igual que objetos póstumos fríos como una máquina. nuestros pajarillos
se van porque los llaman
la luz de un horizonte que ni la muerte apaga.
No podrán las tinieblas oscurecer sus ansias
como no puede el búho
derrotar la mañana. nuestros pajarillos vencerán la distancia enarbolando el nido con sangre, fuego savia.
t6
Carlos Molina
salvenros cuando mcnos nuestra íntima savla.
¡Cuidado! porque un día sin idea ya, sin causa rodemos en un foso in forme de antiguallas. []s cl momento entonces tlc recmprender la marcha; sin rchuirle los ojos lul cnorme patriarca. cuando ya los nidos la bandada; scrii rccién entonces r¡n comienzo de Patria. lulrligue
37
El mástil de mi guitarra
La bandada bulliciosa
de jóvenes, en la esquina
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quiebran la cristalería luminosa de sus risas. de pronto una montaña de hierro les cae encima, con la muerte sorprendente como racha genocida. Ahora las autoridades llamarán las familias de esas legiones de niños que por las calles mendigan. Qué peligro de incidentes estos niños que transitan demandando al transeúnte alguna moneda ínfima. Lo dijo el Sr. Bonazo con voz clara, serenísima se ve que es hombre sensible ante la Humana desdicha. Pero es que eljoven "piloto de la muerte" no mendiga, es de los privilegiados que "el ocio noble" cultivan. Toma las llaves del auto de su mamá inadvertida sale sembrar la muerte con vesánica alegría. Dice que el niño las roba un día tras otro día mientras ella ve novelas que la impactan suspira. Ahora vendrán los sicólogos los siquiatras que escudriñan lo atenderán los médicos en la libertad asistida. É1, no caerá en el "INAME" con la ralea promiscua
Carlos Molina
gente de elevado statu debe resguardar su vida. Y... no hacen cuarenta años estas dos jóvenes víctimas dos claveles triturados
segada en flor sus espigas.
Nuestra sociedad sin duda
es ego-propietarista; pues se escinde entre dos clases
que nada nadie concilia. El gurí pobre al INAME
el niño rico a casita. Dos sábanas: una arpillera otra, de seda muy fina.
después de esta tragedia que carne alma nos crispan queda una cruel enseñanza entre victimario y víctima. Hay una clase que erecta que engulle hasta que vomita, otra ayuna suda siempre hasta que su aliento extinga. siempre hay un juez solemne que un código canoniza es la brutal carcajada del monstruo de la injusticia. Dos sábanas: una arpillera la otra, de Holanda finísima trazan la cruel anti nomia de felicidad desdicha.
39
El mástil de mi guitarra
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Ya basta, de gemidos, lo que hiciste es una historia que no tiene güelta; no llorés ni te hinques de rodillas
con llanto no se lava la conciencia.
Carlos Molina
Unr interrocacirin incontestada
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lro-v estremecc cl rnunclo de zozobr.a: i.cn qLle ignoto lc-lugio Dios vegeta
so¡nbra nasilrle, indcscifrable sonlhra'/
Como yo no soy Dios no te perdono ni soy juez pa' dictar una sentencia andate a solas con tu propia culPa puede el olvido dartc alguna tregua.
cl rrrundo de horrr>r irredirniblc igual que una serpiente constlictora'l ¿.Dónde por fin se encuentra cl honrbr.c justo c¡uc sobre el bien cl rnal ama perdona'/
No mancharé con sangre mi cuchillo, me tienrbla cl pulso pa' cortar tus trenzas;
¿.Ha habido algún Estado
¿,Es
providcnte, cquilihraclo. ccuánime. en cuya obra
te daré puerta pa' que.iuyas lejos no tc haré daño, pero nunca vuelvas.
sabiduría bonclad fireran las pautas conro estrella de alas luminosas'l
El gurisito va quedar conmigo nunca sabrá tus mentas lo que es por le diré que una noche la locura envolvió tus sentidos con sus nieblas.
¿.Drindc cstá. quién es Dios
No debo apuñalarle cl scnti¡niento
[-a guelra ha ensanchado el huriz.onte; la cicncia la prornuevc, la custodia; r¡uc cl sabio que no pacta con los dioscs sc cnvuclve cn un silcncio sin rnenrtlriu.
No me rebajaré con maldecirte... ni te diré que he de olvidar la ofensa; que si sembraste abrojo en mi camino
La.juventud sin brújula, sin norte siguicndo el cspejisrno de ladroga; robotizada por los nrercaderes va hacia un abisrno cuyo fondo ignora.
Llevate china, tuitas tus cacharpas no dejes olvidada ni unajerga el olor de tu cuerpo me hace daño que no quede ni rastro de tu ausencia.
Hoy ya es un mito Ia piedad hurnana,
la inocensia cntre nubes borrascosas llcva en maculada túnica, conro un baldón de bacanales sórdidas.
gauchos de mi estirpe, de mi tenrple no los ven llorisquear por una hembra pero eso sí, no pronuncies mi nombre andate noclrc adentro nunca vuelvas.
Los que quisieron alumbrar el mundo con su saber, con su ternura pródiga no tuvieron la tierra de un sepulcro ni un ramo de espino, su memoria.
como hombre debo ahorrarlc esa vergüenza si no siempre se heredan las virtudes no se cargan ajenas indecencias.
hacete cargo vos, de la cosecha.
qué cs cl hornbre'/ límite la ciencia arrolladora'l Ya consiguió por in el hombre-máquina ¿.No hay
el lrornhre hunrano huelga porque estorba.
4I
El mástil de mi guitarra
Así los Sócrates, los Servet, los Brunos como hojarasca que ungulló una tromba, sufrieron el escarnio, el salivazo que ese es el prernio de la ignara horda... ¿Qué es el bien, qué cs el mal, qué es Ia justicia'/
¿Obediencia poder que solucionan? ¿,Quién dispone que el hombre mande al hombrc que una voluntad arrastre otra?
Los sibaritas, ahitos siernpre hartos
para los más destinan Ia carroña ¿,Es la desobediencia una blasfemia'l ¿,El hombre debc ser del hombre alfbmbra'l
el hombrc a ser un hornbrc dc carnc alrna plcnamcnte auttintrmit Sin sornetcr, ni someterse ir nadie, para instaurar por fin la gran concordia? ¿,No alcanzará
La naturaleza es un don, Patria del honrbre de lajungla, la fauna hasta lo que crea la mente nuestras manos se puede validar de cosa propia...
Rastreando el numen del ilustre manco gran sembrador hasta en la tierra inhospita la voluntad es la mejor palanca; "el hombre es hijo de propia obra".
Carlos Molina
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I,
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El bien que medias se hace ya deja de ser el bien;
la bondad tiene un sostén la moral es su base. El bien que medias se hace es balanza desigual, la bondad ha de ser total sabed que si un mal remedias la bondad que se hace medias casi es la esfigie del mal. Si eres mi benefactor pero hipotecas mi alma el bien es como una palma que ya ha perdido el verdor; si eres mi benefactor pones el bien rédito si no hay equilibrio inédito desde el alma la cabeza anula el bien su belleza cayendo en burdo descrédito.
Solidaridad es un don
tan tan humano pues lo que diera tu mano
enaltece el corazón. Solidaridad es un don de humanísima utopía porque dar es la alegría que glorifica al dador ya que el caudal del amor no cabe en una alcancía.
El bien nunca se agradece dcvuelve en otro bien no rmporta cuándo, ni quien porquc es un río que crece. sc
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bien nunca se agradece
quicn da sin tasa medida 12
43
Et mástil
OgI! iq y si generosa olvida siente la gran convicción que siembra su corazón parl enriquecer la vida.
La bondad humana suprema es humilde silenciosa
como revienta una rosa secretamente su Yema. La bondad hulnana suPrema destila sobre la hiel gota por gota su miel como un generoso abrigo el pan que Parte un rncndigo con otro más Pobre que é1.
El hicn cs una cadcna
dc infinitos eslaboncs quc junta los corltzoncs cn la alegría, cn la Pcna cl bien es una cadena de la vida soberana une, consolida, hermana es fin es norte es guía cn busca dc la armonía de toda la esPecic
Carlos Molina
La ciencia avasalló todas las cumbres el mundo es un horror apocalíptico; el hombre inesencial camina tientas
.o
¿acaso se ha fugado de sí mismo?
La religión, todas las religiones por los andariveles de los siglos
han enfrentado al hombre contra el hombre
rompiendo la equidad del equilibrio.
La solidaridad, esa palabra se extingue en el desierto de un vacío; se hace escala en los hombros del hermano para alcanzar la gloria del Olimpo. Se escrut¿rn las vísccras del cos¡nos para sondar cnigmas laberínticos una raclra de hambruna cruza el muniJo se-eiando cn
flor la vida de los niños.
I-os paladigmas dc lir dcrnocracia la panacca del liberalismo buscan postl'ar Ia Anlérica trigueña como dócil sirvienta a sus caprichos. Porque aquí los gobicrnos lacayunos sunrisos co¡llo tiernos faldcrillos traicionan sus pueblos su historia como Judas vendiera Jesucristo. ¿,Volverán los Bolívar, los Artigas
los hombres con la talla de un Sandino? trágica sombría consigan conjurar el cataclismo? ¿,Los que en la
¿,Seguiremos tragando las afrentas dc Ios gringos, los rubios archigringos quc han humillado al ébano bronce voccs que llegan del profundo abismo?
45
El mástil de mi guitarra
Carlos Molina
Hugo Alfaro, el alfarero plasmando en la roja arcilla trozos de luz, maravilla símil del pájaro-obrero cual dios que bruñe un lucero con hilos de eternidad para que su claridad la sombra ríspida alfombra el gran destino del hombre la incesante libertad.
Yo no creo que América bravía opte por el estéril eunuquismo, no se castran los sueños de los pueblos que nacen para andar como los ríos. Las grandes asambleas de montañas los vientos horadantes de los riscos los montes proyectados hacia el cielo custodiarán por fin nuestro destino. no nos enroscaremos como lianas al tronco de los robles primitivos con la frente orlada de laureles cruzaremos espacios infin itos.
América de Artigas, el de los pobres hermano de los negros, de los indios con él reconstruiremos nuestra historia no se interrumpe una preñez de siglos. Brindemos por la Patria venidera desde el Vía Crucis de sus sacrificios los próceres nos trazan una ruta forjar el porvenir de nuestros bijos.
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Agua clara de utopía donde beberá el viajero en [u cántaro alfarero barro de inmortal poesía cuando ya innrinente el día cuale el más puro arrebol
de ese límpido crisol
sentlremos dulce hermano cómo nos guía tu nrano "Por la vereda del sol".
Para ser libre corno quería Artigas -cl más probo, el más claro c insumiso
tendremos que quebrar golpe tras golpe el espinazo del imperiahsmo.
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47
Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
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Se escucha que
el "mangangá"
va taladrando el paisaje, entre el verdor del follaje dicen su cuita el sabiá todo en la natura está del beso al fragor del raYo las blancas rosas de mayo en la exhuberante fronda gemir de una pena honda es arpa de Sampayo. Será el viejo pescador
del misterio coloquial el hijo fundamental del gran río viajador; que de babor estribor siente, canta, lucha sueña y que allí en la Patria isleña tiene toda su fortuna de río, horizonte luna junto su barca pequeña.
En el numen del poeta las aves enamoradas cual musicales cascadas son una fugaz saeta; pero la más clara veta
;in cesar de discurrir
es el hombre. su
sufrir
la certera confianza de inderrotable esperanza el anhelo de vivir. Cantor del tiempo la historia cultura -patria del hombrecasi un enigma su nombre remotísima mcmoria: desbrozador de la escoria
contra el depotismo en guerra cuelga su grito en la sierra hace trizas el olvido de un angustioso alarido por los hijos de la tierra. Que haya selva de guitarras en sonoras asambleas cantores con ideas que no desmientan su garra; el que siente, piensa narra lo que vive, lo que ve tiene la pasión, la fe
echa a la espalda sus penas lo llenarán de cadenas pero morirá de pie.
Sampayo es un creador de conceptos que reparte sus afectos donde hay hambre hay dolor yo diría un inspirador de bondad en el corazón no busca con su canción rendir pleitesía, ni honores para hacer los señores plácida la digestión. de belleza
Trasciende la dimensión de teorías, dogmas credos pues los viriles denuedos recorren su diapasón; por cumplir su alta misión de serjusto ser humano salud al cantor soberano que ni los mismos cerrojos pudieron postrar de hinojos como un vulgar cortesano.
49
El mástil de mi guitarra
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Con la noble cabeza derrumbada, con el cuerpo rígido, Yacente; te veo como un árbol Poderoso que sigue dcsafiando la intemperie.
Tal vez algún atajo del suburbio lleve tu nombre de clarividente; así cumplen los "dueños" de la patria ¿será ansina nomás, será por siempre?
Un matorral de lanzas son tus versos que tienen de ttr ahna el mismo tcmple pa' hacerle un cerco al gringeraje intruso
Pero vos no cantaste por la fama echaste raíz en I'alma de tu gente, te has quedao como el horcón del medio que ni las pamperadas lo conmucven.
Te llcvas un pedazo de la Patria mucho de la tierra se nos nluerc pero sos coronilla trasfoguero de ahí que tu brasa alumbrarír por slen)prc.
Despuós irán cayendo los ministros con sermones inflaos como sus vientrcs chumbales el "malevo" que se juyan asustaos, campo arriba como Iiebres.
Artesano profundcl dc la vid¿t
Los indios de alpargata dc golilla
su histeria dc gritos extridentes'
delicado sutil como un oll'cbrc: cl limo pegajoso de la cnvidia te arnortajó mucho antes que l¿r lnucrtc. Sí, el olvido es el silencio cómplice con los grandes hombres así sucede' no pueden perdonarle que su nombre ilumine los parias de la esPecie.
El gurisito de las piernas flacas que un grotesco barril lleva por vientre. con los ojos "paraos" llenos de asombro mira el lucero que se va no vuelve. El indio viejo, carne de la Patria
entrampao en el cePo de las leYes; mascando el Pucho de su desventura rumia una maldición entre los dientes.
Don Osiris Rodríguez gran hermano hermano del pionaje de la Plebe' ensillaste pa'dirte noche adentro acosao por desprecios reveses'
51,
Carlos Molina
los de pata cuartiada puño fuerte, te Ilcvarán en la ternura recia en la mentoria que caló por sicnrpre.
Et mástilde
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Carlos Molina
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Madre ¡ay! dulce madre de mi vida lo más profundo que en el mundo amél más que las propias, te hizo sangrar mi herida qué poco hice por tí, perdóname.
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Madre, ¡ay dulce madre de rni vida pronunciando tu nombre mot'iré yo succioné tu leche bendecida qué poco hice por tí, perdóname.
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Madre ¡ayldulce madre dolorida; me faltó ser heloico, ya lo sé, llegué hasta la liontera de la vida
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madrc, no pude rnás, perdónarne.
Yo cstuve rnuerto. muerto ntadre ntía pero tácitamcnte prometí mi conrpañera día día, otlos que vclan con atnor por rní.
¡Ah! rnadre de rni humana idolatr'ía junto al hermano que cn la vida arnó, yo encenderé una aurora cn tni agonía en nri sangre mis hucs<-ls os llevaró.
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Cuánto cruzarnos las estancias vicjas. terratenientes dc sacra compasión en el altar de sus cueros de ovejas ncls dieron "divina" protección.
¡Ay! madre dulce mujer dolorida contigo, con mi hermano, cuánto erré la vía férrea extendida la triste caravana, siempre
pie.
Estas son experiencias que he vivido las de tantos que aún ruedan su orfandad
mientras ellos no se hayan redimido no me hables de Justicia Libertad.
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-s .N.=
Hermanos de juglaría aventureros que son los dulces troveros cantando la luz del día; vamos por la misma vía -aunque el rumbo sea diversonos alormenta un verso que es memoria sin olvido como átomo desprendido cle un recóndito universo.
líricos
Mi guitarra almafuertana, quisiera ser el resumen, la recia pasión, el numen de nuestro Javier de Viana; cl sueño clue nos hermana cs invencible bandera estalla una primavcra alfareríacle la dócima bravía potro de ro.ja clincra.
La fratcrnísima olienda mis ya lalgas andanzas
dc arnargas desespelanzas alegrías en mi senda. cs como si la contie nda librada con cl destin
l.a fiontc¡a más lejana nlc vio cruzal trashunrante
como un caballero andante
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.i; Eü
tlc la ticrra ¿rnericana; oiso vibral' la campana tlc lurninosa utopía
.53
El mástilde ¡q! guitarra
-C¿rlos Molina
la sentiré todavía como una laica oración cuando ya mi corazón sea una sombra de agonía.
(E
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Así he sido llanamente sin trampas, nl recovecos atento el oído los ecos
G'
del corazón, de la mente; canté, sufrí con mi gente viví, vivo en plena guerra con aquel que su alma cierra frente los desventurados, es decir los explotados sin pan, ni abrigo en la tierra.
Cantaba las achuras iban sangrando en su voz; por eso fue que cantando se le partió el corazón. Cantaba, creía en el canto como el cristiano en su Dios; era una rosa de fuego en sus labios la canción. Don Aramis Arellano fue un insigne Payador; los pájaros en el monte entre sí, distintos son. Ha quedado su guitarra con el nudo dc un crespón; como una novta que aguarda la vuelta de su cantor.
La Bartolomé promisoria agrupación;
mi corazón el pegaso en que cabalgo; quisiera deciros algo -sin brillantez, ni atavios-, pero en mis íntimos bríos que no lo empañan falacias sólo atino decir ¡gracias! ¡mil gracias! Hermanos míosl
es para
Se van raleando Ias huestes del canto antiguo varón; el de la Patria caballo el que Hidalgo nos legó,
Don Aramis Arellano
Monrevideo l9/7/98
era un sabiá sentidor; enamorado de un arte que el tiempo nunca extiguió.
No lo borrarán los tiempos en las ruedas de fogón
lo mentará la guitarra
de algún mozo trovador.
Dicen que murió cantando buena muerte de un cantor; los aplausos fueron flores c¡uc al misterio se llevó.
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Que si hay un canto ctrtt'¿lludo ése es cl clel Payaclor;
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le sacamos filo punta la criolla inspiración.
que cs nragia ¡' irlutnbratnicnto como I alba, corno cl sol. Haoc casi urcditl sigltr juntos ct'uzallttrs. ltls tlos: los paisajes entrerllanos de artiguista tradic itin. En los fieros conlrapuntos l'uc agucrlitlo üol)l.ctld()r; lc soblaban los riñoncs
no le tcmblaba cl gal'rtin
Cornpaltimos "Juan Morcira"
con el Teatro "El Galpcin" junto Atahualpa tlcl Cio¡rPo maestro de un aftc lll¿ryor.
Luego Don Pablo Ncruda en la cancha Peñarol
rnilitarnos por copla inmortal del Payador. Don Aramis Arellano se nos fue de un galoptin; pcfo está en nucstras guilarras en la memoria qucd<'r. Don Aramis Arellancr tenía torrencial la voz; acerado los puyones como un gallo peleador por eso fue que cantando se le partió el corazón.
Enla casa del poeta el negro Aníbal de Antón;
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Yo lo conocí en San Pedro madurando el payador, era un paisano güenazo de bueno, murió de amor. Cuando de su compañera el aliento se extinguió, pesado poncho de sombra el corazón Ie envolvió. Quedó su rancho vacío como si en cada terrón, el cuervo de la desgracia fuera colgando un crespón. él que fue cantor altivo que nunca se echó pa' atrás,
el revolcón de esa pena no dejó vivir más.
Él fue cantor de la patria que amaba su tradición,
del rancho de los nativos era un poderoso horcón.
Era este Roberto Ayrala claro, sencillo, varón, nunca empequeñecido por la envidia o la traición. Con José Silvio Curbelo
¡qué yunta la de estos días
sólo la quebró la ausencia
l,
conmovida dcl adiós. 56
J,/
Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Ellos fueron un ejernPlo de la tan rnentada unión,
trenz¿rron coPla camino en un srllo cot'azón.
la guitarra de AYrala
en postrer cstirnación, fue la ln¿rno de Curbelo quc htlnrará su dierPasón'
Ayrala t'tluriti lo gaucho ceñida cn un¿l maneador' la podelosa garganta de argcntino
PaYador'
Quiero brindarle al trovero una lágrima, una flor'
Él fue un chajá de los camPos ave que muere de amor'
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Qué vergüenza dormir tan abrigado comer todos los días andar limpio oír allí entre los basurales gemir el hambre el frío de los niños.
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¡Qué vergüenza!
Qué vergüenza empotrarse en el gobierno gozar de privilegios inauditos hacer el demócrata falsario con el garrote vil de los esbirros. ¡Qué vergüenza!
Qué vergüenza que un río desemboque en el puerto de los gringos que manipulen nuestros asuntos una cuestión que de nosotros mismos. ¡Qué vergüenza!
Qué vergüenza votar impunidades horror afrenta, desaparecidos no sentir terribles pesadillas los cómplices pasivos del martirio. ¡Qué vergüenza!
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El másti
Carlos Molina
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Cantores del País sus gallitos que le arriman su voz "Coca Cola" no dicen la palabra que hace falta veces la palabra es lo que sobra.
Con citas de Lao Tse de Bakunin Tcresa de Calcuta dc Mahoma surge un enigma indescifrable, abstruso trama sutil donde caerá la mosca.
Asumen la postura de un filósofo restallan como un látigo sus norlnas como un nuevo Moisés que dicta leyes arrojan sus sentencias como rocas.
Ingnora el mundo alucinado regio sin que adviertan sus almas filantrópicas las rojas amapolas de las llagas superan el candor de las palomas.
No tienen enemigos ¡qué altruismo! si las clases existen eso qué importa' serán producto de un laboratorio acaso un sol que en el esPacio flota.
Ahí yace nuestra infancia en las sentinas
¡Ah! yo tengo enemigos muy antiguos
Hay que acercarles medios que abran cauces que encuentren pautas, equilibrios, normas para que el rayo destructor se vuelva
ha siglos quc hasta el alma nos expropian le hurtan el Pan al niño cuando nace que llega edilicar su propia aurora'
de las noches promiscuas incestuosas si hay sustancia con olor rayo tiemblen en sus sarcófagos las momias.
energía fecunda
creadora.
Los hoscos enemigos de la vida la frente estrecha, la mirada torva; sobre la tierra seca de sus almas parece el ideal como una sombra'
Volver los ojos hacia el indio hermano
la luz la belleza les cierra el corazón como una ostra aún así se creen "los elegidos" por un mandato de misericordia.
Deja Tokio Miami, ve la selva Bolivia quizá la Amazonia repoblar el mundo que han matado ya no hay más que esperar ¡mano la obra!
El desprecio
nuestro continente que depojan aquí puede crearse un mundo nuevo que no sean ya Sodoma Gomorra.
se creen los Profetas infalibles Dios les ciñó la inmacualda toga
siempre van trasmano extranjeros donde la lepra asienta su carcoma. Besando Eva con Perón se abrazan
Monseñor les asiste reconforta
suelen unirse botas sotanas sables de guerra apacibles hostias'
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El mástil de mi guitarra
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No se ponga averiguar
quien es don Francisco Santos pregunte por la herramienta por el sudor del trabajo.
No ha de faltar quien le diga "ese no nació cansado;
engordó muchos patrones pero sigue trabajando".
Si habrán "reventao" las "burras con lo que sudó Don Santos las enllenó hasta los topes pero él se quedó avanando.
Carlos Molina
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Entuavía quedaba alguna fábrica cuando achicharraban lo solazos buscaban los obreros tu ramaje pa'echarse un resuellito en el descanso. ;Pobrc mi sauce viejo, hermano. amigo yo también como vos toy algo caido como vos te tumbaron los pamperos mí me ha desgajao el desengaño!
Vos diste bucna sombra. porc¡uc juistc
honrao bondadoso como el gaucho; cl c¡ue hizo la Patria pa' los ricos
astutos de uñas largas que alambraron.
Qué rabones los jornales como la cola hasta el marlo, ríos de sudor caliente como cuentas de un rosario.
Entre el verde liescor que había en tus ramas dcsmenuz¿rban el cristal del canto; los scres nlás sutiles y más libres
Por qué será que los piones gatas si alzan un rancho; pero el patrón junta tierra hasta que es dueño de un banco
Qucdaste horizontal sobrc la tierra conro un gigante quc sc ha dcrrumbado; cso mesmo lc pasa muchos hombrcs que ruedan dc la cuntbrc hasta el pantano.
Habrá que buscar el "yeito" los piones han de encontrarlo, que los que siembran cosechen ¿Qué le parece Don Santos?
Suclo a veces sent¿lrme en tu raigarnbre cuando mi corazón se ha fatigado; prosianros los dos, muy en silencio de recuerdos seres que pasaron...
tlcrnos poct¿ls colno son los pájaros.
Yo tc planté de moz
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El mástil de mi guitarra
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Carlos Mollna
Al fraterno Sebastián
paradigma del amigo, corazón, alma de trigo
arquitectura de Pan; nada amortaja el afán nada destruye el destino ya apuraremos el vino de hondura sacramental mi corazón de oriental junto al tuyo de argentino.
Dicen que ausencia olvido
se palecen la muerte pero el cóndor de tal suerte si en pleno vuelo va herido cruza altivo, deciclido se exige más todavía
así en la escarPa bravía
se
tiñe en rojo arrebol
como un átomo dc sol en la montaña sombt'ía.
Recibí un profundo abrazo
de esta lejana conrarca que en tu corazón se enmarca como la armada de un lazo' En estas líneas que trazo tornasol de golondrina, sentirás la diamantina
voz que cruza la región; la nave del corazón que fleta Carlos Molina.
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Pancho Yrigoyen, gran hermano nuestro hermano en la lumbre, el pan, el vino; porque no agarraste con los garfios al hondo corazón de tus amigos.
Un monte de puñales se incrustaron en un desgarramiento gris, de siglos ¡acaso quedes como reencarnado en la semilla joven de tu hijo! La ternura viril del hombre, bien hombre transita nuestros hondos laberintos: filtra tu sonrisa en las guitarras el canto asciende intréfrdo al destino.
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Tu corazón se eleva luminoso en la utopía instala en humanismo el sueño inmemorial de los que sufren dispuestos ocupar su propi,o
No te podés morir, ya no hay más muerte seguirás con nosotros redivivo, hasta alcanzar la inéditajusticia como un sol emergiendo de un abismo. Tú Carlos Baccino son los seres con.quienes todo, todo compartimos el vino, la alegría, la esperanza que la muerte es estéril es un mito. Brindemos como ayer y como siempre... con el fermento que le diste at vino, el noble vino que apuramos juntos que el júbilo inmortal marca un designio. En el canto insumiso de los hombres en la risa inocente de los niños; donde haya una asamblea de guitarras de acordes libertarios infinitos Te quedarás aquí, no te irás nunca
con tu risa cordial, con tu ancho grito... porque eres como un símbolo indeleble un paradigma que se llama: ¡Amigol 61
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El mástil de mi guitarra
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Le escribo amigo Ramón supe andaba anconado
porque me habían asignado una modesta Pensión; debo de aclararle don que nadie he mencligado ni un caudillo, ni al Estado nada nadie le Pedí porque sicrnPre he sido así criollo quc no l-ra claudicado.
Dicen que encolerizado
sc le cscuch
aportó para el Estado?" Dejuro me ha condenado por los siglos al inficrno al rigor del fuego etcrno sin el agua, sin el Pan como si yo fuera un can de las arcas del gobierno.
Yo envejecí en el camino, cantándole al exPlotado jamás he traicionao el rumbo de mi destino. Soy un tronco genuino que sin tregua, ni rePoso cruce altanero airoso sin lumbre, sin Pan, sin mantas sin humillarme las Plantas del señor más Poderoso.
Carlos Molina
para Juzgar, más sereno,
que un criollo cabal bueno con lnás camino más peso asujeta Ia "sin güeso" tiempo lc pone ficno. Pucle ser
lirrnar
pion del gobicrno dirrnc pa'l rancho
pcro cso era un.luego chancho nti corazón fraterno; conto en la vida disierno
clarito el itinerario
algún milico arbitrario quiso estorbarme en la huella pero yo tenía una estrella mi corazón libertario. Esta pensión honorable es un premio mi labor por una siembra de amor
no por arrastrar sable; Ud. indague, después hable
con fbndamento
razón
pues mi conducta, mi acción lo guarda en su pensamiento el obrero de Fray Bentos
el cañero en Bella Unión.
Ud. que me vio errabundo
cuestas con mi idcal casi que un genio del mal me convierte en un segundo creí que era más Profundo,
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Carlos Molina
El mástil de m¡SY{qqra
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É. c)
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... Sí; los dos fuin.ros locos borrachos bohcmios líricos soñldorcs actrsados dc aplcmitrs' El árbol clc la casa nos agenciíl l¿t cun¿l conar nuestl'a luna' luego lcche clc cstrcllas Tú enrhui
roio, it'rcvcrcntc. satdnictr' anurquist'r' vo -Po...li,Jn:; al Flaco quc le llatrlaron Cristo: trashttnlantcs falnól cos tle
.g o. (g
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ancia desllrovtstos
Ytl rllc sctrlí Qui.iott' y ttrc lltrtcú itl c;'tttlllr" tluisc ¡ltrl l)ilfll t()tl()s ¡rat'it trrdos vtno. [']stanros ntagullatlos tu cristo' v()' qtlll()tc quc sc roll)l)il lir hltrc¡'t pcr(' quc cl sucñrr lltttc Ya tornat'íttl nri lanza esgt'imirán tu crtl/-i poch'ii tumbarsc cl faro sin clue nluera la luz' Los clos ascstarnos mandables nluy ccrtcros obcdccicntJo illlccstros ilnpctuosos l'icrtrs' Salpicalnos coll sangl'c la copla las gttttarras
u"a"t los cachorros quicrrcn probar sus garr¿Is'
Luego hicimos un alto,.iuntalnos nuestr¿ls ln¿lnos pot'quc nos dijo el alma ha siglo srn ltcrmanos' La vida es como una perfecta arqultectur¿r cuando en ella sembrauros cl don de la tcrnura'
Laveiezes mentira, ah no tc pongas trlste Raúl no has sospechado que la muerte no existel"' inconcluso...
(, \o E'
Cuarenta cartas de un naipe es decir cuarenta años de barajar hábilmente con tal de no dirse al mazo.
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Cumple Gaudilio Lorenzo
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cuatro décadas de can..o
colgando un clavel del aire en los aleros de un rancho.
Puede que haya otros cantores más finos, más ilustrados él es arbolito criollo
gurarecedor del paisano.
El canta como el chingolo un trovador de los campo como canta en el arroyo el verde junco, temblando. La Tiena tiene una música de nuestros antepasados los ancestrales abuelos
en el rumor de los pastos.
Gaudilio Lorenzo canta honda milongas del pago poderosos trasfogueros de fogones milenarios. Cuando el coraje matrero fue la dignidad del gaucho se olía fragancia de patria en el corazón del canto.
El canto enaltece al hombre
porque es un pendón heroico dc nuestro injuriado Artigas
dcl sueño Bolivariano. 6tJ
Carlos Molhr¡
El mástil de mi guitarra
Este Gaudillo Lorenzo es criollo sirnple humano canta la ternura recla de los hombres de trabalo.
Rústico, sin frivolidades canta el pionaje olvidado crepúsculo del galPón
de sentimientos tan claros.
Sin rnilongas galaneras sin versos cdulcorados que halagan los Patrones al caudillo lutoritario Cuarenta años que cantó la realidad del Paisano con levadura del alma su copla sc fuc leudando' Siga amigaz-o Lot'enzo cl fogoncito atizando saber de dónde veni¡nos cómo somos ande vamos quicn comPrenda todo esto es porque emPczó scr sabio
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Compañera de los tiempos patriarcales de carreteras las que abricran los caminos de la civilización.
La guitarra fue la novia de los rústicos poetas
que afianzaron de la Patria la suprema afirmación.
Tú marchaste con las huestes del valiente José Artigas;
cuyo pueblo fue una tromba dc gloriosa dignidad. Porque ni la sed, ni el hambre con sus cargas de fatigas amenguaron los arrestos de tu honor: la libertad. las madres iban pariendo los futuros combatientes para sellar el destino de la América del Sud; porque el sueño irrenunciable de este hermoso continente. es la aurora inapagable que se llama juventud.
Allí andaba
Ia guitarra nuestro Fernando Quijano le arrancó las resonancias de gloriosa majestad el relincho de los potros en las sierras los llanos fue un preanuncio estremecido el de ¡¡tiranos temblad!!
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Carlos Molina
El mástil Oe q_9!
nacieron los "cielitos" los estilos, "las vidalas" fue un lonjazo la en el rostro del traidor. La guitarra fue la Patria que en las buenas en las malas retemplaba su coraje con la sangre del valor.
La guitarra fue la musa que al gran Roxlo lo insPirara instrumento de mi Pueblo con linaje universal eres fuente, eres cachimba de agua fresca, de agua clara el más bello, el más Profundo
instrumento nacional.
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Yo no he visto en el mundo que he vivido el prometido reino de la justicia, he visto las legioncs de infelices cargando en sus espaldas la ignominia. Las obesas frívolas matronas mandan pobres mujeres que las sirvan que de un mendrugo miserable deben dejar languidecer sus crías.
Los grandes proxenetas de la vida tejen una moral que pontifican inculcan religión mansedumbre
que los pobres tendrán póstuma dicha. ¿Seremos rebañegos borreguitos sin osar levantar la fiente altiva? Gritándole los amos que tenemos
el alma noble
la conciencia limpia.
Que empezamos hacer la nueva historia que no hay nada ni nadie que lo impida como somos más, somos más fuertes al fin sercmos los protagonistas. Nos falta hacer la sólida amalgama ya no habrá poder que nos resista los redentores de la humana especie remóntanse de abajo hasta la cima.
Llevamos la montaña de los siglos nuestros hombros sin sentir fatiga por eso es la avalancha del coraje que hace temblar las huestes genocidas.
Aquí nada
ha muerto, todo vive porque la muerte insuflaremos vida la derrota es harapo mercenario jamás podrá cegar nuestras pupilas.
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El mástil
de-tr!gt¡'!9lletendremos que ver un nuevo mundo aquí en la tierra maternal, proficua' el pueblo artífice que hará la gran vlctorla no se desesPeranza, ni anodilla' desPués que Partamos buenamente se quedará en los nuestros la semilla que hará flamear en sus gavillas de oro
la libertad como una flor invicta'
Carlos Molina
E,l cardenal cantaba
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era un sollozo como un hilo de sangre su melodía no hay mejor alimento más clarogozo
que andar libre bebiendo la luz del día. El cardenal cantaha cra un lamento estrerneciendo el alma de quien le oía quizás su memoria llegaba el viento de libertacl que esjúbilo de cada día la tibieza del nido la compañcra la ternura af'elpada de los hijuelos reventando pimpollos la primavera
encendiendo luciérnagas todos los ciclos. El cardenal cantaba era la tierra que irgonizando iba con su qucjumbre desconsoladamente gemía la sierra ya el canto no azulaba la airosa cumbre tenue lánguidamente oíase el trino que ernpapaba con sangre los durtls hierros dc rcpcntc un crepúsculo cuhriri cl ca¡nino irrrroltl jando cl alba
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Elmást¡l de mi guitarra
sobre los cerros con la muerte del alba ya cesó el canto se hizo el gran silencio frío cstepario el pájaro quc era misterio santo murió cntrc sus harr{)tcs de prcsidiario.
Csrlos Mollna
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Candombe de la piel bruna colgando en Ia roja luna como un farol clava cuchillos el hambre ardiendo sobre la sangre Africa sol. Candombe sombras penas
rompiendo va las cadenas
de la crueldad los negros también soñamos vivir Ia patria sin amos en libertad.
Así será el hombre su vida, su nombre
tormenta pasión; luz sobre las sombras que no teje alfombras para la opresión. Candombe voz que se aferra sonoro grito de tierra
libertad
eco de patria naciente recorriendo un continenre de dignidad.
Un incendio de caderas que ondulan como banderas de tempestad bandadas de migradoras aves que buscan auroras de Ia igualdad.
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Et másril de
Carlos Molinn
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Son nuestros comPatrlotasl andan ticntas, Por un mundo sombrío, laberíntico' sin un nombre siquiera' ni una tumba porque ellos son, los desaparectdos'
La Helada imPunidad la hipocresía, clebe ser traspasada por ún grito, ¿dónde están?
dónde están, queridas sombras que hoY sólo son: io, d.ropor"cidos, los desaparecidos'
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Entre la encrucijada callelera cuestas con su tisis galopante llevando sus "cielitos" por bandera va el revolucionario agonizante. Su escu¿.tlida figura es una sombra, iluminada sombra de epopeya
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el mismo olvido casi no lo nombra tal es el sinsabor de la querella.
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No postró su guitarra libertaria en los mármoles fríos de un palacio solo la turba ignora mercenaria rueda sin horizonte en el espacio.
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Hidalgo se llamaba el combatiente rico de una infinita rebeldía
recoger su herencia hidalgamente es no manchar su límpida poesía.
Ayer los genuflexos, los cobardes se posternaron a la dictadura
seamos valerosos sin alardes no hay más liqueza que una vida pura.
Yo te prometo Hidalgo, padre nuestro no rendir ni alquilar tu hermosa herencia que tu luz tu numen de Maestro iluminen mi voz mi conciencia.
No esperemos medrar con las prebendas de los politicastros solapados nosotros mismos abriremos sendas sin que scamos fantoches alquilados.
Basta con scr vocelos de la gente los del alnra simple pero generosa lindo es vivir de pie siernpre de ll'entc pues no hay gloria mayor, ni más honrosu
Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Sí Hidalgo fue un patriota compañero la garganta comida Por la tisis el PaYador es un cantor matrcro
no lo derrota el oro ni la crisis'
siempre vibre Que cl pueblo nos alientc la única fuerza viva empu1ante libre nos basta el canto la guitarra adelantel a"rpue, avanzar ¡siempre
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Ya estoy fiente al enigma del misterio como el quc va pagarse para siempre;
no me tiembla el pulso, porque tengo el corazón el alma la intemperie.
Vi en mi largo rodar sobre la tierra
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sondando los paisajes la gente... la injusticia del hombre contra el hombre que es un baldón para la humana especie. Ser soberbio falaz con nuestro prójimo corroe la conciencia, nos pervierte pues somos solamente ínfima brizna que el huracán desconocido envuelve.
Yo quisiera dejar en mi partida una sentencia vibrante indeleble fariseos, los falsos, los hipócritas no tendrán paz aún en la misma muerte.
Los que mancharon toda la inocencia los que atormentaron los débiles, serán la nada aún menos que la Nada el polvo vano entre la sombra inerte. Los tránsfugas que fingieron ser amigos en cuya lengua hay un puñal aleve, no tendrán un rescoldo en la memoria sólo el olvido mata lo que muere. La libertad es la sangre de la vida loado sea aquel que Ia defiende; no te encorves jamás, no te arrodilles fiente al burgués soberbio que te hiere. No sicrnprc son los pohrcs los m¿is justos hay sigkrs dc tinicblas cn su nrcntc rrl rrro lllct'o inculcu lu obcclicnciit 1, cl ¡rro¡lio Itcrntarto rt su ltcrtttit¡trr vcrttlc. ,$,
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
Rompamos pues las tramas leguleyas que los que arrebañan mansamente tienen sólo un destino, el matadero un destino infeliz el de los bueYes.
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Joven de carne blanca sonrosada ¿te huele mal el viejo lo desprecias? Quién sabe si la vuelta de los tiempos tú también llegas a la edad provecta.
No te entregues jamás, nunca te humilles odia la sumisión, no te enagenes la verdacl es el tesoro más preciado afírmala el pulso no te tiemble.
Hoy el viejo se archiva en un hospicio, máquina sin repuesto, ya obsoleta desvencijado como un trasto inútil que en el rincón más tétrico molesta.
Yo partiré como he venido al mundo desnudo sin 1'alsos oroPeles mi sueño ha sido hermoso más brillante que la plata que labran los orfebres'
Parecen ser dos vidas escindidas que emprendieron jornadas bien opuestas; la elementalidad del hombre simple el fantasma inasible de la niebla.
He sido fiel con todos mis atnigos me honra más que famas laureles no me escondí Para decir vcrdades sincero, franco, ácrata rebelde.
¡Ojo! Porque en el mar del consumismo donde jadeando tu ambición bracea
Esa es la gran riqucza inalienable que dignifica el alma de los seres, digo que nací Pobre Pobre muero sereno el corazón, limpia mi frente.
Allá arrumbado queda el pobre abuelo en mudo soliloquio con su pena;
Sin cirios lagrimeantes, sin rituales ni invocación al Piélago celeste volveré la natura abrigadora igual que el ave que a su nido vuelve.
Lejos se fue su mocedad florida -yunque sudor pan para tu mesacubierta por un moho de prehistoria que el alma sin memoria no recuerda.
Ahí queda mi guitarra valcrosa mis versos mi amor protundamente' Mi gran pasión: la libertad del hombre mi abrazo fraternal un, hasta siempre'
¿Se habrá secado el corazón acaso se habrá momificado tu conciencia?
Las cinco letras conque escribo madre aluden los cinco continentes la mujer vela el mundo, crea la vida porque ella es el amor que permanece.
No hay primavera de verdor perenne mezclados van venturas tragedias; la vida va de mano con la muertc ni el sufrir, ni la dicha son eternas.
se quebrará la brújula que inmanta el sentido esencial de la existencia.
soterrado en los muros del silencio como esperando sin saber qué espera.
en la noche sin tiempo del olvido plegó sus alas la esperanza yerla.
Carlos Mol¡na
El mástil de !!Lg!!!qrr1
Es bueno pues que vivas largamente' que te nutras de nobles experiencias
que ofrende tus nietos un tesoro gustes la ternura que hoy tú niegas' Nuestra fuente nutricia es el pasado apenas somo Planta de otra tierral jugo de otras raíces más antiguas caudal que recibimos por herencia' Nuestro deber es ser siempre más buenos más nobles, más humanos, sin fronteras que obstruyan la bondad de los que buscan la floración de r
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la F.A.U. dc mis amores que fue forja dc mí mismo honda raíz de anarquismo de los viejos precursores, utopistas soñadores que plasman la realidad la verdadera verdad con el pueblo desde abaio, liberemos el trabajo que es toda Ia libertad.
El Huguito Casariego, el "gauchito" De León Bermúdez no son cirios, ni ataúdes
sino una aurora de fuego no es la beatería de un ruego es rojo negropetardo el corazón donde ardo para que su deuda salde quien asesinó Insaurralde quien fusiló Gerardo.
Los pueblos de alnra viril saltan sangrientas etapas,
se reincorporan en Chiapas
los mártires del Brasil. Las fieras su cubil los hombres hacia la aurora la legión Iibertadora no se rinde. ni se aplasta cuandrr se grita ¡basta!
inaplazahlc es la hora.
No h¿rbrá yugos, ni cadenas
quC llcoVunten nUestra gcntc,
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es rrriis .sl'anclc quc sus pcnas;
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cl lrorrrl'rr: nucvo prolirnckr cn ult nltnuto. Ltn sL:gun(l() ll¡rbl'ii
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cscu¡lit:rr,lolc llr Iirz ¿tl t'xlrlol;rrlrr¡' tlr.l llt¡ttr¡r ¡Sirltrrl l
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El mástil de mi guitarra
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Ya nuestro viejo Parque lo han cubierto las sombras; tiene un velo de escarcha como un frío Puñal en un banco desierto mi aterida memoria evoca los Paisajes de un sol primaveral'
La más pequeña hierba exhalaba fiagancia trituraban las aves sus píos de cristal el agua de la fuente columpiaba la luna' ¿Pero acaso mi vida no lo recuerda Ya? Se agostaron las rosas están mudas las aves se ha secado la fuente todo en silencio está.
¿Es que Ya se enturbiaron nuestras Pobres PuPilas aquel fuego de antaño no será nunca más?
Los sutiles cncantos
que goz.amos un día la suprcnrtr ventura coltlo ul1 don inn-rortal, ni la mucrtc, ni cl ticmPo ni un sudario dc nicvc bot'rarán los scudcros quc nos vicron Pzrsirr.
Carlos Molina
Yo seré un árbol tierno mi florido ramaje
le hará un hueco tu alma
de amorosa torcaz, en la sombra infinita más allá de los tiempos estará siempre vivo el destino de amar.
No creas compañera que se apagó en mi alma el fuego con que supe la ternura expresar, en un arcón antiguo que custodia mi sangre guardo mi amor el tuyo para la eternidad.
mástir de
Carlos Mollna
ql gultellg
!¡GI rú
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Por estas misnras ¡liedras por esta misma calle evoco enternecido que transitó mi madre' Dónde estarás ahora siempre salgo buscarte alurnbra mi irrfortunio tu estrella rutilante. Rosal de l¿r melnorta que me Perfuma el aire que dulcifica rni.alma
hace aPurar ml sangre'
Prólugo Por el mundo mordido Por cl hamhre"' sienrpre luiste nunca me abandonastc'
Si me sintiera un día
débil
cl¿rudicante
pronunciaré tu nombre seré invulnerable.
La luz de tus PuPilas
jamás ha de aPagarse tus ojos son mis ojos que siemPre han de llorarte' Estás en rni guitarra que sangra mis cantares herencia de tu vida que en mi vida
Desventurado Paria que anduvo siemPre errante"' la ternura fue el árbol con que tú n.re abrigaste'
así por estas piedras por esa misma calle... tu sombra luminosa me impulsa hacia adelante.
Ahora las campanas
se ahondan en la tarde
me llama el misterio con su voz insondable.
La luz de tus pupilas jamás ha de apagarse tus ojos son mis ojos que siempre han de llorarte.
El mástil de mi
guitarra
Carlos Mollna
hacia ignotas tierras sé bien que Para tí yo no habré muerto mírame en un retrato
profundo testamento, recuérdame en las horas de tus noches sentirás en tí que yo no he muerto.
que de su imagen te hablaré sonriendo'
No digan rezos fúnebres ninguno esté gimiendo
El día que Yo Parta (E
tt
amarillento
Yo levaré tu imagen para siemPre colgada en las Paredes de mi Pecho ¡Ohl no sufras Por mí;
no me llores.
Sé bien que Para
tí
nunca habré muerto'
Ante esa Planta de verdor Perenne
frente ese YuYo perfumado tierno míralos aPacible con ternura yo estaré allí que Para tí no he muerto' Si tu me lloras daño será el llanto te ordeno que no sufras te lo ruego yo seguiré contigo custodiante si piensas tenazmente que no he muerto' Éste es mi gran Pedido
Ah! amigos no turben mi infinito silencio. Si entre el gélido olvido
alguien aún me nombra que lo haga alegremente. Que me invoque sonriendo. Desombrecer la muerte no inventar ese rictus darle una paz serena como un plácido sueño el dolor silencioso tiene intensa hondura la dignidad es un halo sobre el recogimiento. Para mí no haya cruces ni cirios, ni plegarias ni frailes que mendiguen un rincón en el cielo yo andaré con los pájaros en las ondas del río
en prolundas guitarras quc acornpañan mi pucblo...
No llorcs compañera, yo ¡ror lí, siemprc vuelvt,.
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Carlos Molina
El mástil de mi guitarra
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