El mundo asiático en el siglo XIX En el siglo XIX, el mundo asiático experimento algunas transformaciones como la decadencia del Imperio chino y la modernización y revitalización de Japón.
La decadencia del Imperio Chino China era, a inicios del siglo XIX, el mayor imperio del mundo: tenía 400 millones de habitantes, del 30% al 40% de la población mundial, y una economía enorme. Sin embargo hubo lo que provoco su decadencia. El aspecto administrativo, el imperio carecía de la cantidad necesaria de funcionarios para administrar todo el territorio lo que dejo desatendidas a las zonas más pobre. En el aspecto económico, económico, la falta de un presupuesto nacional y la autonomía de los gobiernos locales afecto los ingresos del Estado. Entonces, el gobierno gobierno central tuvo que reducir gastos y vender cargos cargos públicos. Esta situación produjo la proliferación de sociedades secretas que daban protección a los más pobres, pero que también se dedicaban a promover revueltas sociales. Entre 1851 y 1862, ocurrió la rebelión Taiping. Taiping. Su líder Hong Xiuquan, decreto medidas como la abolición de la propiedad privada, la igualdad de los sexos, la prohibición del opio y los juegos de azar.
La modernización de Japón Japón había vivido prácticamente aislado aislado del mundo. Esta situación comenzó a cambiar cambiar en 1853, cuando una flota de guerra estadounidense se llegó a sus costas con la misión de conseguir la firma de un acuerdo comercial entre EEUU y Japón. Se firmó el Tratado de Kanagawa y quedaron algunos puertos abiertos para el comercio marítimo con EEUU. Y así, Japón emprendió el camino a la occidentalización. occidentalización. Los extranjeros fueron invitados a modernizar el transporte y comunicaciones de la isla y establecer industria moderna. Gran número de japoneses fueron a EEUU y Europa para estudiar sus instituciones políticas, organizaciones militares y sistemas de enseñanza, que más tarde copiaron. Así, el país se transformó rápidamente rápidamente en una sociedad agraria y con características características feudales a otra industrializada y moderna
COMENTARIO Es interesante el desarrollo del continente Asiático y el giro total que puede cambiar ciertos tratados, combirtiendo a Japon en un país muy desarrollado. Como también es penoso que siempre existan los malos lideres, que estropean y malogran el desarrollo, pero a pesar de eso estos países no se detuvieron, no se quedaron en el suelo, se levantaron y siguieron adelante.
América Latina en el siglo XIX La situación política Finalizadas las guerras de la independencia, se inició en América Latina el arduo proceso de construcción de la nación y organización política de los nuevos Estados. Un primer conflicto se entablo para decidir la forma del gobierno: el modelo monárquico y el modelo republicano. Una segunda cuestión fue establecer si las repúblicas debían ser unitarias o federales. Los conflictos entre políticos conversadores y liberales marcaron los primeros años que siguiendo la independencia de los países.
Conservadores y Liberales Los conservadores proponían preservar las características fundamentales de la vieja sociedad colonial y apoyaban un gobierno centralizado con capacidad de tomar decisiones políticas de la capital del país. Los liberales eran más proclives a defender los derechos individuales, y eran propulsores de la propiedad privada y el comercio libre. En el plano organizativo, proponían un gobierno federal en el que cada provincia tuvieses cierta autonomía. Pero ni los conversadores ni liberales tenían gran apoyo entre los grupos populares urbanos y rurales, mayoritariamente indígenas. Los conservadores veían a los indos como niños a los que hay que guiar mientras que los liberales consideraban a los indígenas como ignorantes y responsables de su atraso de sus respectivos países. Ni los conversadores y liberales lograron entender que se trataba de culturas distintas que percibían la política y la economía de diferente modo.
Los caudillos Al fin de la colonia dejo una vacía de poder que dificultaba la creación de Estados que garantizaran el cumplimiento de las leyes. Así, surgieron los caudillos. Los caudillos eran líderes políticos y militares que contaban con un gran carisma y respeto entre sus seguidores, a quienes daban protección, pero exigían a cambio lealtad. Los principales caudillos latinoamericanos podemos mencionar a Antonio Lipes de Santa Anna en México, Juan Manuel de Rosas en Argentina, y Agustín Gamarra en el Perú.