EL RÉGIMEN LIBERAL EN GUATEMALA 1871 – 1920 La revolución liberal de 1871 (Guatemala) fue un proceso revolucionario ocurrido en Guatemala, de carácter liberal, que causó un cambio en la política de este país, y que derrocaría al presidente Vicente Cerna y Cerna. Liderada principalmente por Miguel García Granados, y con importante participación de Justo Rufino Barrios, se dio como resultado de la lucha entre conservadores y liberales, desarrollada en diferentes eventos desde la Independencia Centroamericana.
Antecedentes Federación Centroamericana Desde la independencia de Centroamérica, los conflictos fueron comunes y constantes, primeramente, las luchas entre quienes querían anexarse a México, y quienes querían establecer una nación aparte y segundament e, las luchas entre los conservadores, que querían mantener los parámetros de gobierno que hubo durante la dominación española, y los liberales, que querían un cambio radical en ciertas políticas tras la independencia. El político y militar salvadoreño Manuel José Arce llegó a la presidencia centroamericana en 1825, gobernando hasta 1829, gobernando primero con el apoyo de los liberales, pero tiempo después con el de los conservadores. Éste, tras ser depuesto por el general Francisco Morazán y huir a México, encabezaría rebeliones frustradas en 1831 y 1833. En 1829, el general hondureño Francisco Morazán logró una victoria, dirigiendo el autodenominado Ejército Aliado Protector de la Ley, a de tendencia liberal, sobre el gobierno conservador del presidente federal Manuel José Arce, y el jefe del Estado de Guatemala Mariano de Aycinena y Piñol. Morazán se instaló como presidente de las Provincias Unidas de Centro América. El gobierno liberal, inició reformas educativas, judiciales y económicas, y trató de limitar el poder económico y político de la Iglesia Católica. Durante su mandato, estuvieron al mando los presidentes José Francisco Barrundia, bajo cuyo gobierno se confiscaron las propiedades españolas y se adoptaron radicales medidas en contra de la Iglesia, como la expulsión del arzobispo de Guatemala, prohibición de las órdenes religiosas y confiscación de todos s us bienes y propiedades; y Mariano Gálvez, federalista y liberal, que reformó la enseñanza y que en 1836 fue reelegido para un segundo mandato, en el que destacaron las medidas reformistas del Código Penal, las leyes de divorcio, el matrimonio civil y la libertad de testar. Esta política provocó reacciones conservadoras, como el levantamiento de Santa Rosa en 1837 y la rebelión de Rafael Carrera que lo derrocó en 1838, obligándole a exiliarse.
La Revolución y el mandato de Miguel García Granados Con largos antecedentes de lucha entre Conservadores y Liberales, y con un gobierno conservador y declarado vitalicio con su antecesor Rafael Carrera, los Liberales exiliados en México y liderados por Miguel García Granados Barrios, hicieron una Revolución para deponer a Cerna. El 3 de junio de 1871, Miguel García Granados llegó con sus tropas a Patzicía, departamento de Chimaltenango, donde levantaron el "Acta de Patzicia" desconociendo descon ociendo al gobierno de Vicente Cerna. El 30 de junio de 1871, el ejército liberal entró en tró en la Ciudad de Guatemala y Miguel García Ga rcía
Granados se convirtió en presidente provisional, gobernando hasta el 4 de junio de 1873. Su gobierno puso en marcha la llamada "Reforma Liberal de 1871" y decretó la libertad de prensa y la libertad de cultos, la supresión de los diezmos y de las órdenes religiosas y expulsó a los jesuitas, además de impulsar la educación laica. También fundó la escuela politécnica, y durante su gobierno, se estableció la actual Bandera de Guatemala, decretando sus colores, y autor izando la creación del actual Escudo de Armas de Guatemala, donde aparece el Quetzal, como símbolo de libertad.
Mandato de Justo Rufino Barrios e intento de unificación de Centroamérica En 1873 fue elegido presidente de Guatemala Justo Rufino Barrios, quien seguiría la línea de Miguel García Granados, y a quien se le conocería en Guatemala por haber declarado la educación laica, gratuita y obligatoria, y quien llevaría a cabo reformas sociales, culturales, económicas y legislativas. Durante su gobierno, en Guatemala, Barrios establecería una política anticlerical, suprimiendo las hermandades y órdenes religiosas, y expropiando los bienes de la iglesia, establecería la Constitución de 1879. Dentro de sus obras públicas, se pueden contar: La introducción del ferrocarril a Guatemala, el tendido de líneas de telégrafo, así como el establecimiento de la educación pública gratuita, a través de escuelas en todo el país, también fundó el banco hipotecario, el hospital de oriente y mando a construir el cementerio general de la ciudad capital. En 1883, dejaría en la presidencia durante seis meses su cargo en una presidencia interina de José María Orantes, con motivo de su viaje a Nueva York a firmar el tratado para fijar los límites con México, regresando el 5 de enero de 1884 a la presidencia. Su más grande anhelo, sería la unificación de Centroamérica, inspirad o probablemente en el liberal Francisco Morazán. En 1885, con el apoyo de Honduras, emprendió una campaña militar para restablecer por la fuerza la unión centroamericana y declaró que asumía el mando militar de Centroamérica. Barrios obtuvo el respaldo del Presidente de Honduras Luis Bográn, pero Costa Rica, El Salvador y Nicaragua se aliaron para oponerse a sus pretensiones, y también las condenaron los Estados Unidos y México. Para poner en práctica sus planes, Barrios invadió El Salvador en marzo de 1885, mientras tropas de Costa Rica y Nicaragua se aprestaban a enfrentarse con las de Honduras. Sin embargo, los planes de la unificación centroamericana se vieron frustrados súbitamente, ya que el Presidente guatemalteco murió en la Batalla de Chalchuapa, poco después de que sus tropas invadieran El Salvador.
Gobiernos Posteriores a Justo Rufino Barrios Tras la muerte de Justo Rufino Barrios, y tras un gobierno de presidencia provisional de Alejando M. Sinibaldi, fue elegido presidente Manuel Lisandro Barillas (18441907), quien fue político guatemalteco, y quien gobernaría como presidente de la República de 1886 a 1892. Nació en Quetzaltenango, estuvo al frente del Partido Democrático, participó en la Revolución de 1871, derrocando al presidente Vicente Cerna, e impulso a la presidencia al general Justo Rufino Barrios. Nombrado gobernador del departamento de Quetzaltenango, logró neutralizar un golpe de Estado promovido por el general Barrundia contra Justo Rufino Barrios. Elegido presidente en 1886, hubo de enfrentarse a la hostilidad de la Asamblea, la cual disolvió en 1887, y a varios intentos de golpe de Estado. Su política de firmeza se concretó en el saneamiento de la Hacienda, la expulsión del arzobispo Casanova y el fusilamiento, en 1890, del general Barrundia. Aunque no es frecuentemente mencionado, sería probablemente el último gobierno considerado revolucionario, tras su muerte en México, en asesinato por dos sicarios, ascendería a la presidencia
José María Reina Barrios, en periodo de quien se constituiría el actual himno de Guatemala, quien tras su muerte, también en asesinato, llegaría al poder el presidente Manuel Estrada Cabrera, cuyo gobierno sería considerado relativamente conservador, pero en un momento en que la lucha Liberal-Conservadora ya no estaba declarada.
Vigencia A inicios del siglo XX, y durante el mandato de Manuel Estrada Cabrera, se habría dejado ya la lucha directa de conservadores y liberales. En gobiernos posteriores a Manuel Estrada Cabrera, habrían diferentes gobiernos, llegando finalmente a establecerse en la década de 1930 el gobierno de Jorge Ubico Castañeda, que marcaría un cambio en la lucha de clases interna de Guatemala, que con el inicio de la Guerra Fría, sería influida por la lucha internacional entre socialistas y capitalistas, propiciando la revolución de 1944, que no sería ya liberal ni conservadora sino socialista y democrática, y luego una contrarrevolución capitalista en 1954, evidenciando la extinción de la lucha liberal-conservadora. Aunque parece ya no tener vigencia, la revolución del 71, sea considerada heroica o sea vituperada, fue un hecho trascendental y relevante en la historia de Guatemala, y muchos de sus logros e ideas aún persisten hoy en día. Constitucionalmente aún se encuentra que la educación es laica, gratuita y obligatoria, aunque aún existen altos índices de analfabetismo en Guatemala, y que esto se refiera únicamente a la educación que proporciona el Estado, pues con el establecimiento de un sistema capitalista en Guatemala, la educación privada es también permitida, en la cual se cobran precios mayores y en ocasiones, tienen enseñanzas religiosas católicas o protestantes, incluso siendo esto igual a nivel de Universidades. Por otro lado, en la Universidad de San Carlos de Guatemala, es prácticamente gratuita en comparación con las privadas, pues se cobra aproximadamente 20 Quetzales anuales, mientras en las privadas llega a ser de 600 o más Quetzales mensuales, por otro lado en la Universidad de San Carlos de Guatemala, no se permite la docencia o cargos administrativos ejercidos por parte de religiosos, pues sólo permiten que sean seglares(Ver Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos), éstas características heredadas por la Revolución de 1871. Otra de las cosas que ha heredado ésta Revolución, es que aún muchos guatemaltecos sueñan con la unificación centroamericana, co sa que se ve difícil de realizar, pero que ha impulsado instituciones como el PARLACEN, o Parlamento Centroamericano, y que ha propiciado por parte de Guatemala consideraciones especiales hacia los centroamericanos, como la accesibilidad a declararlos Guatemaltecos de origen a todos aquellos que expresen su deseo se ser Guatemaltecos, accediendo los no centroamericanos, los que no formaron parte de la Federación Centroamericana, únicamente a la naturalización(Artículos 144, 145 y 146 de la Constitución Política de la República de Guatemala), dando también a la oportunidad únicamente a los nacidos en los países que formaron la Federación Centroamericana, a dirigir la Universidad San Carlos de Guatemala, a postularse para cargos públicos, teniendo la oportunidad incluso de postularse para presidente. La Revolución de 1871 fue de gran relevancia en la historia guatemalteca, y es uno de los capítulos de mayor trascendencia, dejando ideas aún vigentes, y que no se puede obviar en la historia general de Guatemala.