El saber pedagógico, desde una mirada epistemológica hacia el reconocimiento de la historia de la enseñanza de la Lengua Castellana, como un insumo dentro del proceso de formación del estudiante de Maestría.
Libia Vergara padilla Correo:
[email protected] Maestría en educación de profundización Docente: Dra. Selen Arango Seminario estudios de pedagogía Universidad de Antioquia 2016 1. Introducción
En este ensayo se pretende hacer una aproximación conceptual sobre el saber pedagógico desde una mirada epistemológica, reconociendo como éste va consolidándose desde diferentes concepciones hacia el reconocimiento de la historia de la enseñanza de la lengua castellana a la luz de algunas teorías y postulados, partiendo del devenir histórico de la misma, como insumo dentro del proceso de formación del estudiante de Maestría. Se sustenta en el estudio de la constitución de las culturas pedagógicas modernas, los planteamientos del texto sobre educabilidad, formación y antropología pedagógica, entre otros conceptos que van abriendo un abanico conceptual que pueden favorecer el reconocimiento de esa riqueza epistemológica. Del mismo modo, desde la disciplina se tuvo en cuenta los planteamientos del texto: El devenir histórico de la enseñanza de la lectura y la escritura en Colombia y las pedagogías de la lectura en Colombia y demás textos que aportan a los intereses que se tienen como propuesta de intervención. Este ensayo, busca dar prelación a las relaciones de los conceptos del curso, pero, también dar respuesta a unos interrogantes a saber: ¿Está el saber pedagógico reconocido desde la óptica del maestro, para la reconfiguración de su práctica pedagógica? , ¿Se tiene Claridad sobre la noción de práctica pedagógica? ¿Se tiene claridad frente a la noción de saber pedagógico? teniendo en cuenta lo anterior, más allá de la mera solución a estos, es generar un espacio de reflexión donde el docente pueda reconocerse como sujeto vivo dentro de la pedagogía que desde una mirada epistemológica se reconozca como intelectual que contruye conocimiento y 1
que está inmerso en ese discurso que es la pedagogía y como puede darle aplicación dentro de la propuesta, buscando dar respuesta a este interrogante: ¿cuáles son las potencialidades que encuentro al conocer la historia de la enseñanza de mi área de especialización en Colombia para la estructuración de mi propuesta para el aula? O por lo menos generando un espacio de reflexión que permita la delimitación de un campo de estudio que posibilite dar respuesta a esta, pero que también le genere otros interrogantes al docente desde el marco de estos planteamientos, teorías y conceptos. A lo largo del devenir histórico del ejercicio docente en Colombia, puede decirse que el saber pedagógico, no ha tenido un origen epistemológico muy reconocido a diferencia de otras disciplinas, puesto que mediante estudios realizados frente a este respecto el estado del arte no se ha consolidado y los inicios han sido más desde la dignificación y de dar a conocer una voz que estaba silenciada, que hacia una verdadera configuración de una disciplina o de una teoría. Los estudios de Olga Lucía Zuluaga permiten dar un bosquejo sobre ese estado del arte, sin embargo no es reconocido en su totalidad por tanto existe una brecha entre el que estudia y hace pedagogía y el que ejerce a través de la pedagogía, es decir entre el pedagogo y el docente, lo cual no es ajeno a la escuela puesto que cuando se indaga con los docentes frente a qué entienden por saber pedagógico, pedagogía, y práctica pedagógica, muchos coinciden en decir que el primero es lo que el maestro sabe, la segunda es la reflexión del ejercicio docente, y la tercera es lo que se hace en el aula. Sin embargo estas concepciones en cierta medida son producto de la formación que ha recibido el maestro desde su formación académica que lo han preparado para desempeñar un oficio y no para hacer reflexión desde sus prácticas mismas o dicho de otra manera desde las normales y universidades más se han preocupado por la didáctica que por la pedagogía como discurso que trasciende la vida del maestro. A diferencia de lo que sucediera en Europa, especialmente en Alemania, (no así en el mundo Anglosajón), en América Latina la formación de maestros siguió siendo apenas la preparación para un oficio, por eso las Escuelas Normales (hoy llamadas en algunos países institutos de pedagogía), se diferenciaron del mundo universitario. En Colombia sucedió algo suigeneris, y fue la figura de las licenciaturas, insertadas en el nivel universitario, donde se formarían los profesores del nivel secundario, dejando las Normales para la formación de maestros (así llamados por no manejar una disciplina específica, pues trabajaría en el nivel primario con todas las áreas del conocimiento para lo cual se requería apenas generalidades de las disciplinas, y más bien una formación pedagógica, entendida como un ethos). En ninguno de los dos casos, ni en las licenciaturas, ni en las normales, la pedagogía siguió el camino de la epistemologización. En las licenciaturas se hablaría de didácticas de las disciplinas, de psicología y después de los años 1960 de currículo y toda suerte de
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instrucciones prácticas para hacer que el profesor administrara con eficacia la enseñanza de su disciplina; hasta nuestros días. (Álvarez, 2015 p.3) 1
Al pretender hacer un reconocimiento del saber pedagógico como un insumo dentro del proceso de formación del estudiante de maestría, se hace necesario afirmar que el docente de aula, cuyo desempeño en la escuela no tiene un reconocimiento y me atrevo a afirmar que ni él mismo se reconoce como intelectual de la educación, y se reclina a desempeñar un papel más de ejecución que de construcción del conocimiento a pesar de que dentro del espacio escolar confluyen todos los elementos hacia la construcción de un discurso pedagógico a la luz de la reflexión del quehacer docente, pero en la realidad no siempre esto sucede, por lo tanto se hace necesario partir de los siguientes interrogantes: ¿Está el saber pedagógico reconocido desde la óptica del maestro, para la reconfiguración de su práctica pedagógica? , ¿Se tiene Claridad sobre la noción de práctica pedagógica? ¿Se tiene claridad frente a la noción de saber pedagógico? Y quizás para ello no tengamos una respuesta concreta sin embargo, a la luz del seminario de estudios de pedagogía es necesario que el docente en formación reconozca los conceptos de pedagogía, educación, formación, educabilidad, enseñanza, saber pedagógico/maestro entre otros y la relación que existe entre estos puesto que son los que van a nutrir su fundamentación epistemológica a lo largo del desarrollo de la maestría y le conducirán a asumir una postura crítica frente a su proceso de formación. Ahora bien, la pedagogía como teoría práctica constituye el reconocimiento de reflexión dirigida a la acción. Durkhein (2002) establece que la pedagogía debía tener un carácter más social, niega el carácter de arte, pues según él un arte es el conjunto de costumbres, prácticas, habilidades organizadas. El arte de la educación es el saber hacer del educador, la experiencia del profesor, la pedagogía por el contrario es un conjunto de ideas relativas a esas prácticas, es un conjunto de teorías que no tienen como objeto expresar lo real sino orientar la conducta, por lo que la establecía como un punto intermedio entre la ciencia y el arte Por consiguiente, es necesario abordar el concepto de Educación, el cual es relativamente reciente en el lenguaje del saber pedagógico, tuvo su emergencia a fines del siglo XVII y su delimitación
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Tomado del texto leído por Alejandro Álvarez en la sesión de la cátedra Doctoral de la Universidad Pedagógica Nacional el 24 de marzo de 2015
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aconteció en el siglo XVIII y XIX. Varios autores corroboran esta aseveración. René Hubert, en su tratado de pedagogía general afirma lo siguiente: El termino [éducation] no lo encontramos en la lengua francesa antes de 1527. Está en todos los léxicos a partir de 1549 así como en el diccionario francés-latino de Robert Estienne, donde se le relaciona con la alimentación. Pero todavía no aparece más que raramente en los textos. Por lo demás etimológicamente no es más que una traducción del latín debido a los humanistas del renacimiento, el latín empleaba la palabra correspondiente indiferentemente para el cultivo de las plantas. El cuidado de los animales, la nutrición y la institución de los seres humanos. En 1649 la traducción francesa no conoce todavía más que la primera acepción de esta palabra, sólo entiende la educación como la formación del espíritu y del cuerpo y lo hace consistir con la instrucción.“El cuidado que se tiene de la instrucción de los niños, sea en lo que se refiere a los ejercicios del espíritu, sea lo que refiere a los ejercicios del cuerpo” (Hubert, 1952, pp. 13-14) Para Compayré (1897) la palabra éducation es relativamente nueva en la lengua francesa y tal vez haya sido Montaigne quien la utilizó por primera vez en sus Ensayos aunque habitualmente prefería la expresión institution des enfants de donde procede la palabra instituter ( Institutor). También señala Compayré que la educación es propia del hombre y por lo tanto, conviene reservar sólo l hombre esta “Bella Palabra” (Compayré 1897, p. 10) pues los animales se adiestran y las plantas se cultivan: “Sólo el hombre es susceptible de educación porque sólo él es apto para gobernarse a sí mismo, para devenir una persona moral” (p.10) Según Corominas (1954) en castellano la palabra educación data del siglo XVII, pues hasta entonces hacía referencia a la crianza. Sin embargo fue Rousseau setenta años después quien delimitó el término en su sentido propiamente moderno es mediante el Emilio que la palabra educación adquiere el significado moderno con lo cual se establece un paradigma transdiscursivo mediante la incorporación de la didáctica desarrollándose tres culturas pedagógicas modernas. En los finales del siglo XIX se incorpora dentro de la pedagogía o ciencia de la educación. Esta aproximación conceptual, permite entonces sustentar en el planteamiento de Compayré como fórmula: “la educación es el conjunto de los actos reflexivos por medio de los cuales se ayuda a la naturaleza en el desarrollo de las facultades físicas, intelectuales y morales del hombre, para b uscar su perfección , su felicidad y la realización de su destino social” (p. 18)
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Kant propone que la educación es producto de la libertad, pues el hombre no es un ser inerte y pasivo sino libre y activo. Ahora bien, Para comprender el concepto de formación es necesario el reconocimiento del papel de esta en la pedagogía de Herbart: formación (Bildung) está compuesta por la disciplina y la enseñanza, por tanto para este la formación es la educación a través de la enseñanza, de ahí que nace el concepto de formabilidad que se entiende como la capacidad humana de adquirir una determinada forma moral (formación del carácter) mediante la enseñanza, mediante el Bildung actualiza y justifica la enseñanza( y con ella el papel del maestro) Del mismo modo, al abordar el concepto de educabilidad, puede decirse que es una expresión que se ha utilizado en el campo del saber pedagógico pero para la cual no hay una traducción concreta al español, y por tanto se ha confundido con fomabilidad desde la tradición alemana sin embargo etimológicamente puede decirse que se deriva de la palabra “educable” y esta a su vez de educar Y finalmente, el concepto de enseñanza o instrucción, ocupa un lugar destacado en la pedagogía de Herbart, en la medida que sin ella el trabajo educativo no podría alcanzar su fin, sostiene que la enseñanza es la clave de la formación del carácter y esto porque la enseñanza determina en gran medida los contenidos mentales. “es fundamental para el educador saber cómo se determina su modo de pensar [del alumno] una vez que es a partir del modo de pensar que se forman los sentimientos y, en función de estos, principios, y formas de conducta” (2003, p, 16) No obstante, el reconocimiento de estos conceptos no va a garantizar que los docentes los hagan suyos y los materialicen dentro de su ejercicio, sin embargo, el acercamiento conceptual va dar luces que permite la comprensión del por qué se ha venido generando esta distancia entre el docente de aula y el pedagogo. Basado en los conceptos anteriores me permito retomar los interrogantes en los que enmarco este ensayo; ¿Está el saber pedagógico reconocido desde la óptica del maestro, para la reconfiguración de su práctica pedagógica? , ¿Se tiene Claridad sobre la noción de práctica pedagógica? ¿Se tiene claridad frente a la noción de saber pedagógico? ¿Qué entienden los docentes por pedagogía? Para dar dar respuesta a estos interrogantes se debe partir de la noción de práctica pedagógica y debe entenderse que va más allá de lo que se hace en el aula, “la noción de práctica es una noción metodológica que alude a una relación en la que el sujeto, la institución y el saber mismo es producido, más allá de la reflexión que el maestro hace sobre su práctica” (Álvarez, 2015. P.5) por lo cual me atrevo a asegurar que el docente, no tienen clara esta noción y 5
limita su práctica meramente a las actividades que realiza en su espacio escolar aunque esto no es sólo culpa del docente, sino que “la formación discursiva que nos produce y nos hace hablar es aún una formación moderna que supone que el conocimiento es una actividad intelectual que se pliega sobre el mundo como si este tuviera existencia propia” (Álvarez, 2015. P.5) Del mismo modo, se debe tener claridad frente a la noción de saber pedagógico, la riqueza del Saber pedagógico en los comienzos del siglo XIX encuentra su expresión más depurada en Herbart cuyo trabajo es reconocido por algunos historiadores clásicos de la educación como el padre de la pedagogía Moderna o como la primera tentativa de una “pedagogía científica” (Hubert, 1976, Eby, 1976, Buisson, 1911, Compayré, 1906) En su propuesta de una “Educación a través de la enseñanza” Herbart destaca dos aspectos: la importancia de un conocimiento especializado del educador y la relación estrecha entre la educación y la enseñanza en la formación del carácter . Según el pedagogo alemán, existen dos fuentes iniciales de conocimiento: la experiencia y el trato social o convivencia. Dicho desde otras palabras: La noción de Saber pedagógico: se parte de que no es estrictamente lo que sabe el maestro, tampoco es una reflexión sobre su práctica. Es el modo como la pedagogía Adquiere su existencia en nuestro contexto histórico, es un saber, no una ciencia, va mucho más allá de la escuela pues tiene relación con la práctica en la que se constituye y esta pasa por múltiples escenarios discursivos y no discursivos. El saber pedagógico pasa por la escuela, claro, pero la trasciende en tanto siempre ha estado producido en relación con los modos de gubernamentalidad (al decir de Foucault) que ha producido los sujetos de la modernidad (Álvarez, 2015. P.7)
Cabe anotar, que el reconocimiento del saber pedagógico desde una mirada epistemológica permite comprender que la pedagogía como discurso, se vive en la escuela y fuera de esta, que esta trasciende la escuela, trasciende la sociedad, la cultura, la política y se convierte en un hilo conductor que atraviesa todo el ejercicio del docente de cara al conocimiento, se convierte en un constructo social donde el docente no es el sujeto de la educación pero si es un actor fundamental que construye el saber en interacción con sus congéneres construye conocimiento a partir de las relaciones entre los actores. Y sobre todo abre un panorama, frente a que el docente sin ser pedagogo, hace pedagogía, y está inmerso en la misma, de ahí que se convierte en un insumo para el proceso de formación docente, y es el estudiante de maestría a la luz de toda esta riqueza conceptual que abre su abanico de posibilidades donde puede asirse de herramientas que le van a aportar a su propuesta de intervención que en este caso, es centrada hacia el reconocimiento del
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nivel inferencial en la comprensión lectora de los estudiantes del grado tercero del C.E Kilómetro 25. Sin embargo, se debe volver hacia historia de la enseñanza de la Lengua Castellana, desde los planteamientos de algunos autores y cómo estos han determinado la manera como esta se aborda desde el aula ya que estos conceptos le van a permitir delimitar un campo de estudio que favorezca la implementación de una propuesta nutrida por teorías y conceptos. Por consiguiente, el devenir histórico de la enseñanza de la lectura y la escritura en Colombia, permite hacer recorrido histórico de la concepción de la lectura y la escritura en Colombia, a partir del uso de la tecnología en la formación del sujeto, en un periodo comprendido entre los años 90 hasta la sociedad de la comunicación y la información en el año 2008, en el que se plantea una política pública que da cuenta de proyectos e infraestructura que buscan erradicar para el 2016, el analfabetismo en zonas rurales y urbanas. A partir del reconocimiento del impacto que ha tenido el sistema educativo con la incursión de las tecnologías de la información y la comunicación en las prácticas pedagógicas en Colombia, principalmente aquellos cambios en la manera de concebir la lectura y la escritura, empleando como metodología el método arqueológico. Así mismo, muestra todos los esfuerzos que se han dado en función de esta disciplina, cómo desde distintas instancias se han buscado mejorar el comportamiento lector como es el caso de fundalectura y el Plan Nacional de Lectura y escritura PNLE, sin embargo estas no han tenido mayor impacto, por tanto desde mi propuesta quiero diseñar una estrategia didáctica que me permita llegar al aula y acercar a los niños hacia una comprensión de lectura más contextualizada, de ahí que me voy a sustentar en las siguientes afirmaciones: Para construir sujetos lectores sería preciso estudiar los factores socio – culturales que lo circundan y comprender que en una sociedad de la información y la comunicación se tienen necesidades diferentes a la de los antepasados, es por ello que la revolución educativa debe ser desde el interior del núcleo familiar, para así lograr la abolición de paradigmas lecto-escritores obsoletos que dejan de un lado al ser, sus necesidades y sus nuevos retos. Cabe anotar que no han sido pocos los intentos por potenciar la lectura y la escritura Durante el periodo comprendido entre 1990 y el 2008, la enseñanza de la lectura y la escritura, ha sufrido algunos intentos por transformarse, desde el uso de actividades de aprestamiento hasta la implementación de las tecnologías de la Información, las cuales vienen a hacer parte nominal en el desempeño escolar y en la manera como el docente aborda la enseñanza. ((Cáceres…& otros, 2014) 7
De ahí que comienza a emerger una nueva forma de leer “lectura tecnológica”, donde la lectura y la escritura tradicional van perdiendo valor, y el individuo se sumerge en todo este universo de la información que trae consigo algunas posturas, determinadas por las modas y por la inmediatez. Cabe anotar que la unión entre la lectura, la escritura, el contexto y las TICS, está determinado por el desenvolvimiento que el sujeto tiene en ellas, todo este devenir histórico de la lectura y la escritura en Colombia permite comprender que el bajo desempeño en el proceso de comprensión de los textos y la poca habilidad en el proceso escritor, no es un asunto reciente, ha estado presente a lo largo de la historia del país. Por eso el reto que los docentes tienen es investigar y apropiarse de las oportunidades que aportan las TIC, y propender por una trasformación desde el aula que se vea reflejada en el desempeño del estudiante, desde el reconocimiento del interés que tienen los niños hacia la lectura y la motivación de una escritura basada en el contexto donde no sea por imposición, sino que parta de un interés genuino A la luz de tres investigaciones en torno a la enseñanza de la lectura: Los trabajos del profesor Cardozo (2001, 2002), Alicia Rey (2000) y Cecilia Rincón Berdugo (2003), muestran una relación directa entre la enseñanza de la lectura, las pedagogías de la lectura y el saber pedagógico con los textos escolares, los cuales han ejercido el papel de dispositivos de orden ideológico y de orden pedagógico desde el fundamento específico de un método según la época y la ideología dominante en la primera mitad del siglo XX, En este se hace una ubicación sobre la base de tres investigaciones que se han hecho en torno a la enseñanza de la lectura que dan cuenta del libro de texto como materialidad simbólica que ha determinado las formas de enseñar a leer desde el fundamento específico de un método según la época y la ideología dominante. Todas estas concepciones, teorías y postulados frente al saber pedagógico desde
una mirada
epistemológica hacia el reconocimiento de la historia de la enseñanza de la lengua castellana, como insumo dentro del proceso de formación del estudiante de Maestría. Nos lleva al siguiente interrogante; ¿cuáles son las potencialidades que encuentro al conocer la historia de la enseñanza de mi área de especialización en Colombia para la estructuración de mi propuesta para el aula? Y puede decirse que son muchos los aportes y que estos le ofrecen al estudiante de maestría desde su interés de intervención ya que pueden ser abordados como referentes teóricos, le dan una luz sobre el estado del arte, además quien no conoce los conceptos desde su ontología, o desde sus inicios estará en desventaja a la hora de darle un soporte real a su proceso de formación, por otro lado 8
desde el reconocimiento de la pedagogía como discurso, y de la práctica pedagógica como espacio donde convergen la pedagogía, el saber y que va más allá de la escuela, el estudiante va a ir fundamentando su propuesta desde los aspectos teóricos y se va convirtiendo en protagonista de su propio proceso de formación, del mismo modo como estudiante de maestría el problema en el cual voy a centrar mi propuesta es en las dificultades que los estudiantes del grado tercero del C.E Kilómetro 25 presentan frente a la comprensión de lectura en el nivel inferencial, de manera personal considero que abordar todos estos conceptos a la luz de mi propuesta de intervención va a permitirme reflexionar sobre mi papel como docente tutora del programa Todos a Aprender y cómo estas teorías y conceptos me han fortalecido en el aspecto académico y hacia el rastreo del estado del arte y la fundamentación teórica, así mismo puedo comprender que aunque el saber pedagógico no ha tenido una naturaleza epistemológica, los docentes estamos inmersos en este discurso y todo el tiempo estamos generando conocimientos que han sido mediados por las orientaciones gubernamentales, por las consideraciones sociales, por las distintas aseveraciones del poder, por los métodos de enseñanza, por la formación académica que ha recibido el docente, por todo lo que influye en el ejercicio docente y aun así por es esa naturaleza única que tiene esta tarea, es lo que ha permitido que la escuela haya trascendido a través de todas las épocas y haya sido sujeta de múltiples discusiones, y que algo queda claro que más allá de la reflexión sobre la práctica pedagógica está el saber pedagógico quien se convierte en el espacio donde confluyen todos los actores que hacen viva la pedagogía y el docente sin ser pedagogo, debe ir asumiendo y reconociéndose a sí mismo como intelectual que aporta a la construcción de sociedad
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