El sujeto en la posmodernidad
La disc discus usió ión n en torn torno o al suje sujeto to no es un asun asunto to nuev nuevo o o que que corr corres espo pond nde e únicamente a la posmodernidad. Es un problema que inicia su desarrollo en la antig antigüe üeda dad d como como un confl conflict icto o de signif significa icado do y que se conv convier ierte te en un agudo agudo debate en torno a la existencia humana en la modernidad y hasta hoy. El problema sobre el hombre siempre ha estado presente. Preguntar por el sujeto es en definitiva preguntar por el ser humano, tan ataviado de deseos e inquietudes, de esperanzas y desasosiegos. Es plantear el asunto más importante porque sin construcción humana lo demás pierde sentido. Y esta pregunta es aún más relevante si tenemos en cuenta la situación de los seres humanos hoy tan ocupados en la ciencia y la técnica y tan olvidados del ser humano. Pero Pero no se trata trata aquí aquí de un discurso discurso humanista humanista,, se trata sencillame sencillamente nte de la expectativa expectativa que empieza a generarnos generarnos el sujeto de hoy: sus experiencias, experiencias, sus construcciones, sus ideas o su falta de ellas. Pareciera que estamos frente a otro sujeto distinto pero no distante de nosotros. En todo caso no estamos frente a un “sujeto-problema” como lo ha pretendido la modernid modernidad ad en su afán afán por objetiviza objetivizarr la realida realidad. d. Como Como diría diría Gabriel Gabriel Marcel estamos frente a un misterio, y misterio es apertura, es realidad inagotable, que no se deja encerrar en una definición definición técnica. “Reflexionar sobre el hombre no obliga a encasillarlo en una teoría, porque en él muchas cosas siguen siendo misterio. Cond Conduce uce más bien bien al encue encuentr ntro o con con sus sus forma formas s de vida, vida, con con sus accion acciones es individuales o colectivas, con sus opciones históricas, con su existir” (p.p.2) Un sujeto que es palabra y que por tanto tiene algo que decirnos. Un sujeto con historia aún cuando rechace la historia, un sujeto con raíces aun cuando no las reconozca ni crea necesitarlas. En todo caso un sujeto diferente pero no siempre abierto a la diferencia y más bien tendiente cada vez más hacia el individualismo.
El hombre “es” siempre en un tiempo determinado. Así va configurando su ser con independencia de los juicios de valor, de bondad o maldad, pero sigue siendo él mismo.
La “deconstrucción” del sujeto
Si el intento por comprender de un modo profundo el contexto de nuestro tiempo, es más atrevido aún el intento por comprender al sujeto posmoderno. De entrada implica entender quién es el sujeto moderno porque se supone que ya empieza a ser superado. Tres cosas construyeron la modernidad: la idea de sujeto como valor fundante, la ciencia como único criterio de verdad y la categoría del progreso. Esto mismos argumentos son los que los posmodernos toman para descartar su verdad histórica. Para la posmodernidad la idea de sistema es algo que debe ser descartado, ya se intentó englobar la realidad en un constructo mental y el resultado no fue satisfactorio. Al contrario, en lugar de poseer “la verdad absoluta” el hombre perdió hasta la única verdad que venía conservando a lo largo del tiempo: La suya propia. Muere el sistema para frenar el advenimiento de los metarrelatos que son 1
discursos acerca del discurso, pensamientos sobre desaparición de los grandes relatos
el pensamiento. La
es el final de las explicaciones teóricas
porque están sometidas a ser interpretadas y la interpretación depende del sujeto
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Parece entonces que los grandes discursos de la modernidad han perdido su vigencia, de hecho muy poco interesan al sujeto posmoderno que sólo busca bienestar para el momento. “Las historias personales paradójicamente viven del presente porque no buscan remitirse al pasado o verse reflejadas en una biografía 1 Lyotard, La posmodernidad , p. 31: “Por metarrelato o gran relato, entiendo precisamente las narraciones que tienen
función legitimante o legitimatoria”. 2 Documento “Una mirada a la posmodernidad”. www.filosofiacefta.com/ver_temas.php?id=9&paso=ver, p.p. 5
de alguien desconocido para el individuo de hoy. La existencia se particulariza en cada sujeto, además de hacerse inmediata: Se vive para este momento; si mañana será otro, entonces el mañana se vivirá con la intensidad que requiere”
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Es este hombre posmoderno el objeto de nuestra reflexión. El sujeto débil, arrancado del fundamento, de su ser mismo, es la tragedia que vivimos en la actualidad. La muerte del sujeto, del yo y del nosotros se convierte en la tónica más grave de esto que hoy conocemos como la condición posmoderna. Estamos frente a un sujeto ataviado y cansado. El mundo posmoderno no da treguas, es una explosión de opciones, de posibilidades y todas se quieren tener al mismo tiempo. No hay espacio ni tiempo para asimilarlas: “un sujeto fatigado”
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Fatigado porque es bombardeado constantemente con
novedades que prometen facilitarle la existencia, y busca obtenerlas sin detenerse a meditar si le son realmente necesarias. Una vez que lo consigue, aparecen otras, y así sucesivamente hasta el cansancio donde ya no existen ni ganas ni fuerzas de disfrutar lo insaciablemente “buscado”
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Quizá la gran característica de ese sujeto posmoderno es la deconstrucción de si mismo. Sin embargo, ¿cuáles son las salidas, cuáles las respuestas, cuáles son las luces que ayuden a identificar soluciones? Nuestra investigación es una arriesgada empresa por cuanto que quiere adentrarse en ese sujeto inabordable pero no por eso extraño, porque vive nuestro mundo, nuestro espacio, somos nosotros mismos, buscando saber con claridad quiénes somos y hacia dónde vamos.
3 Ibid. p.p. 6 4 José Mardones, “El neo-conservadurismo de los posmodernos” en En torno a la posmodernidad , p. 27. 5 Op.Cit. Documento “Una mirada a la posmodernidad”. p.p. 16