MEMORIAS DEL SUBSUELO.
Para elaborar un ensayo sobre un fragmento de Memorias del Subsuelo (1864), es importante importante primero describir describir a su autor, Fiodor Dostoyevski (1821-1881), (1821-1881), prolífico prolífico noveli novelista sta ruso, ruso, expues expuesto to a un context contexto o cronoló cronológic gico o imperi imperiali alista sta,, en donde donde la represión estaba a flor de piel y del cual emanan sus obras. Autor de obras donde hay luz extrema o sentimientos de angustia y fracaso. En Memorias del Subsuelo , Dostoyevski Dostoyevski introduce introduce al lector abrupta abruptamente, mente, en forma de monólogo, en la vida de un ex-burócrata, persona supersticiosa, alejada de las ciencias predominantes de la época, así como de los exponentes del empirismo y el pragmatismo. Una personalidad que, según el protagonista, se encuentra enferma debido a la consciencia que tiene sobre los comportamientos que puede producir su propia naturaleza, ya que identifica un sinnúmero de elementos encontrados en sí mismo, algunos de los cuales pretende mantener en la privacidad, sin exponerlos a los demás, aunque a veces por lo terrorífico que pudiesen ser, sin exponerlos ni a él mismo, causándole cierto conflicto el no poder identificarse como malo, ni como bueno, sintiéndose obligado por la moral a ser una nulidad en la estructura social para poder pasar desapercibido, tal vez, ignorado hasta por él mismo. El protagonista, al recibir la herencia de seis mil rublos, opta por apartarse de su vida cotidiana, exiliándose en un rincón apartado de la misma sociedad y de la ciudad ciudad (Peter (Petersbur sburgo), go), con escasa escasa social socializa izació ción, n, haciénd haciéndolo olo sufrir sufrir su propia propia existencia, a consecuencia de la “demasiada” conciencia, la cual es percibida como enfermedad, debido al encuentro que tiene consigo mismo; encuentro que para él y para los estándares de moralidad, tiene un calificativo explicito de maldad, tomándolo como estado normal, después de las “bajezas” realizadas, pero sin negar el goce que atribuía a las mismas y por las cuales se auto flagelaba, motivadas por la misma estructura social que lo formó, la cual lo hacia posicionarse en lo más bajo de la escala, en el fondo de la infamia, convirtiendo a la conc concie ienc ncia ia,, en una una conc concie ienc ncia ia hipe hiperr-at atro rofifiad ada. a. Conc Concie ienc ncia ia que que no lo reconfortaba, pero el goce que sentía era el que valía la pena. El autor retrata a el hombre que se sale de lo corriente , al hombre auténtico, normal, con su antitesis del hombre de retorta (el hombre con su conciencia hiperatrof atrofia iada) da),, el ratón ratón y no homb hombre, re, desti destinad nado o a una una exist existen enci cia a estú estúpi pida da,, que que considera a la venganza como una manifestación de la justicia, que lo lleva a meterse en su agujero, en su madriguera mal oliente, asquerosa; ratón con manifestaciones de temor, de rabia, coraje, mordiendo pequeñas partes de su realidad; realidad que toma como afrentas a su existencia, mismo que seguirá aver avergo gonz nzad ado o de sus sus acto actoss desv desvar aria iado dos, s, pero pero cont contin inua uará rá come cometitién éndo dolo los, s, comenzará batallas sin enemigo identificado, peleará con uñas y dientes sin saber por qué, y se refugiará en la creación de mundos fantasiosos que le ayuden a sobre sobrelllleva evarr la real realid idad ad que que ve como como pert pertur urbad bador ora, a, ofen ofensi siva va,, lleg llegand ando o a sus sus venganzas poco a poco, pero sufriendo más que el sujeto objetivo de las mismas.
Para este tipo de individuos, lo imposible son murallas de piedra, contra las cuales reaccionan con injurias, remilgos, sin aceptar la realidad tal y como es, pero que si cayeran dichas murallas, sería un camino difuminado por todas las sendas que tiene, las cuales recorre por inercia, por una inercia consciente más que por voluntad, las cuales conducen a un destino distinto al que ellos buscan. Dentro del terreno del goce que se puede encontrar, existe el dolor, el cual se difunde entre las relaciones próximas, mediante quejidos hipócritas, mismos que pueden volverse agresivos, malignos y con duración prolongada y los cuales lejos de atraer una respuesta “curativa”, se encargan de llenar los deseos de maldad e histrionismo en el individuo, ya que ¿de qué sirve dar lamentos de dolor?, ¿con ellos sosiegan el sufrimiento que pudiesen experimentar?, además, se debe considerar que el dolor profundo, es un estado de narcisismo, en el cual la libido deja de dirigirse al exterior para concentrase en la persona, para concentrarse únicamente en sí mismo. En las vilezas presentes del personaje de la lectura, se puede visualizar como se complacía en pedir perdón cuando nada había hecho que necesitará redimir, por lo que el protagonista considera a los manejos afectivos, como un punto de referencia extremo, sumido en la aburrición al no hacer nada, empleando esas tretas para distraer el tedio, la falta de sobresaltos en una vida de monotonía y repetitiva; tretas dignas de un sistema burocrático en el que se sumerge, con la reacción colateral de la inanición, fruto directo y lógico de la conciencia, presentando una inercia conciente, ya mencionada, que provoca en el individuo estados de alerta, pero sin atención en las conductas, mismas que se reproducen de forma automática, así como eliminación selectiva de los aspectos enriquecedores que la realidad puede ofrecer, dejando al sujeto sin bases fundamentales para asentarse, ya que todo lo que hace es por repetición, a veces sin saber por qué. Punto fundamental de la venganza es la reflexión, por medio de la cual desaparece el motivo como tal, confundiéndose la razón, sin modo de dar con el culpable, dejando de ser una ofensa para convertirse en un fatalidad, además de que la cólera que en un principio se presentó es racionalizada, ya no la dirige el hígado, ya es interpretada y asimilada por el cerebro, mediante el cual la afrenta pierde su valor peyorativo para comprender los factores que intervinieron en dicho suceso. En este proceso interviene la empatía, la propia responsabilidad sobre el sentimiento que se experimenta, si una persona te ofende, no es el contenido lo que puede llegar a herir susceptibilidades, sino el contexto (incluyendo el estado de ánimo) es el que dará el valor en sentido inverso para la venganza. Los intereses reales de los hombres, es otro tema que toca el autor, identificándolos desde una concepción precapitalista, son el bienestar, la riqueza, la libertad, el reposo, etcétera, y los hombres que se dignen a desviarse de la norma establecida socialmente serán catalogados, sin remedio, como chiflados o “locos”, como el vulgo estableció en llamarlos para épocas modernas, además de que la civilización ha limitado en el hombre la gama de sensaciones que puede
experimentar, por lo que los intereses del hombre están determinados por los intereses de la mayoría, en un contexto, tiempo y espacio específicos. Antes se creía justo derramar la sangre y exterminar, con la conciencia tranquila, a cuantos se consideraba necesario acallar, mientras que ahora las manifestaciones sociales no permiten dichos comportamientos, sin embargo crean patrones en un contexto determinado donde dichas conductas son aceptadas, cayendo en la barbarie en ocasiones, por lo que el hombre se encuentra muy lejos de haber aprendido a obrar con la razón y la ciencia. A su vez, es importante considerar que el hombre como tal no siempre se conduce bajo sendas que se dirijan a su provecho, puede conducirse en sentido inverso, por lo cual el hombre necesita actuar con independencia y reconocer sus propios intereses. Esto sirve de partida para entrar de lleno al terreno del deseo, mismo que según el autor, no tiene una existencia como tal, ya que los deseos suelen ser erróneos, debido a la idea errónea que los hombres se forman de sus propios intereses, lo que hace surgir la pregunta: en las sociedades primitivas dichos intereses no estaban establecidos, pero ¿el deseo fue el que pudo mover los grupos primigenios? o ¿qué lo hizo? Si alguna vez se pusiese el deseo en contacto con la razón, esta última terminaría por racionalizar el deseo, con lo que ya no se desearía, pero sin olvidar que el deseo es la manifestación de la vida toda, por lo que puede conciliarse, deseando algo no nocivo, loco o insensato, para lo cual es necesaria la prudencia, misma que a lo largo de la historia universal se puede ver que dista mucho de una imaginación desenfrenada, debido a que el hombre busca a toda costa mantener sus quiméricos ensueños, su rastrera sandez, con el único fin de afirmarse a él mismo, con la finalidad de mantener una esperanza, un mundo de fantasía que le permita sobrevivir en la realidad agresiva, hostil que puede presentársele. El autor plantea la posibilidad del terror instintivo que el ser humano pudiese llegar a sentir debido a la culminación de una obra por completo (la vida misma), esto es, finiquitar holistícamente el objetivo predispondrá la inacción del ser humano, por lo que prefiere el sufrimiento, tan provechoso como la prosperidad, ya que mediante el sufrimiento se deviene la conciencia, por lo cual, la obra no puede construirse como un palacio de cristal, ni tampoco como una choza a medio caer, sino que representa la culminación y la falta de recursos para su existencia, simbolizada en una casa magnifica con inquilinos pobres con contratos de mil años. Para finalizar, mediante analogías el autor maneja las estructuras representadas en individuos, lo que posibilita la identificación de las mismas, además de que en un principio hace hincapié en una estructura con rasgos neuróticos, aleccionada por los factores de la sociedad, que moldearon en el individuo formas de conducta, así como los intereses, esclavo de la estructura social de la que surge, y los cuales tiene que mantener en lo intramuscular para que los demás individuos no puedan verlos, todo ello haciéndolo prisionero de sus mismas introyecciones y de las proyecciones que pudiese generar.
ENSAYO
JUAN ARIAS ESCOBAR
Asignatura TRANSDICIPLINA I Grupo 9223
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGIA DIVISION DE SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA
RESUMEN Para elaborar un ensayo sobre un fragmento de Memorias del Subsuelo (1864), es importante primero describir a su autor, Fiodor Dostoyevski (1821-1881), prolífico novelista ruso, expuesto a un contexto cronológico imperialista, en donde la represión estaba a flor de piel y del cual emanan sus obras. Autor de obras donde hay luz extrema o sentimientos de angustia y fracaso.