ENSAYO LECTURA EL CRISTIANISMO Y EL LIBRO Empecemos afirmando que la primera forma de comunicación de la humanidad fue la forma oral. Es decir, la información se conservaba en la memoria misma de las personas y se transmitía oralmente de generación en generación. Pero la memoria es frágil y la transmisión oral entre las personas altera el mensaje y termina transformándolo o incluso perdiéndolo. Estas limitaciones hicieron necesario un cambio de método de comunicación, un método más fiable que permitiera fijar los mensajes en un soporte duradero con un sistema de signos de interpretación generalizada. Este método es la escritura. Antes de la creación de la escritura, entonces, el hombre utilizó otras formas para conservar y transmitir mensajes, como las pinturas rupestres, los monumentos pétreos o distintos métodos nemotécnicos (cuerdas de colores con nudos, muescas en palos de madera, tejidos bordados, etc). La invención de la escritura fue la consecuencia de un proceso lento, a base de múltiples pasos y tentativas. En lo que a nuestro tema se refiere, particularmente empezando con las contribuciones del imperio bizantino al surgimiento de lo que conocemos como libro hay que comprender un tanto los orígenes de esta cultura. El imperio bizantino se caracterizó por el lujo, los despliegues del poder imperial y la vida urbana, aunque predominaba en su economía la actividad agrícola ya que la comercial estaba dificultada por la presencia de los árabes en las rutas. Fue característica la diversidad cultural con predominio de lo griego, pero con influencia romana, oriental y cristiana.
La educación, con gran influencia de la iglesia bastión de la lucha contra el Islam, estaba destinada a la formación de elites, que ocuparían los cargos dirigentes. Los aprendizajes consistían en un principio en la lectura de Homero y la Biblia. En el año 1054 la iglesia bizantina se separó de la católica romana al ocurrir el Cisma de Oriente, conformándose una iglesia propia, ortodoxa. Desde principios del siglo XIII fueron los monasterios los encargados de impartir enseñanza. El latín fue reemplazado paulatinamente por el idioma griego.
Al principio la literatura estuvo vinculada a la patrística griega, aunque también hubo aportes propios, como una enciclopedia de 200 volúmenes ordenada por Constantino VII.
El arte bizantino se desarrolló en la ciudad de Bizancio entre los siglos IV y VI, y luego de la caída de Constantinopla se plasmó en el arte de los íconos y en la arquitectura con influencia religiosa de los Balcanes y Rusia. Fue Cristo el tema central del arte pictórico y arquitectónico bizantino. Fueron destacadas sus obras arquitectónicas, con proliferación de cúpulas, de influencia asiática, siendo representativa la basílica de San Marcos de Venecia del siglo XI y la de Santa Sofía de Kiev, en Rusia. También se destacaron las iglesias en forma de cruz griega, con gran uso de arcos. A fines del imperio predominó el uso del ladrillo. La pintura estuvo regulada por la iglesia, siendo los pintores sometidos a ayuno y a ceremoniales. La iconografía religiosa estaba totalmente reglada. Eran imágenes estáticas. Los retratos debían ser idénticos, inmutables. Luego del siglo IX, con los monarcas macedónicos, se inició el período medio, con estilo único y refinado, y rasgos lineales. En el ámbito jurídico el emperador Justiniano (527-565) compiló el Derecho en su famoso Corpus Iuris Civilis. La crisis general que el Imperio Romano atraviesa en el siglo III había llevado a una fragmentación del poder político. Al mismo tiempo la distinta estructura económica de las regiones occidentales y de las orientales hacia cada vez más visibles las diferencias entre ambas. Al convertir Constantino Bizancio en capital del Imperio Oriental, no hace sino culminar un proceso que aseguraba la pervivencia del Imperio de Oriente. La separación de ambas partes del Imperio se consumará a la muerte del emperador Teodosio, así como la división definitiva del extenso imperio entre sus dos hijos Honorio y Arcadio. Primera Etapa: La primera etapa comprende desde la época de la dinastía Teodosia hasta mediados del siglo IX, destacando el reinado de Justiniano. Los fundamentos culturales serán básicamente el derecho y la administración romana, el idioma y la civilización griega y las creencias y las costumbres cristianas. Desde el punto de vista del poder político se va consolidando la posición autocrática poniendo en práctica el cesaropapismo (intervención del emperador en asuntos religiosos), el griego desplaza definitivamente al latín como lengua oficial y las diferencias con Roma se ven acrecentadas. Las querellas teológicas culminan con el movimiento iconoclasta. En el año 726 se dicta la prohibición de exhibir y reproducir imágenes, postura que cesará en el año 843. Segunda Etapa: A fines del S. X se alcanza la victoria sobre los búlgaros y extiende su influencia hasta el Danubio y el Adriático. La dinastía Macedónica consigue relanzar el poderío bizantino, y el aparato administrativo sufre un proceso intenso de burocratización.
Tercera Etapa: Desde mediados del S. XI hasta la caída de Constantinopla, el Imperio Bizantino recorrerá una etapa de progresiva decadencia. El proceso de feudalización y el incremento de la propiedad territorial latifundista irán minando las bases fiscales y militares del Imperio. El poder central pierde autoridad y el territorio se verá atacado por normandos, venecianos, cruzados y turcos. En 1054 se produce el cisma de la Iglesia Oriental. Las persecuciones contra los católicos justificarán la intervención de los comerciantes venecianos. El tipo de soporte más utilizado en Bizancio fue el Códice de piel, que se impulsó con la formación de Constantinopla. El códice es un libro manuscrito compuesto por un conjunto de hojas de material flexible - papel, pergamino, papiro - unidas entre sí por el margen interno y protegido por una cubierta. La producción de los códices se va a centrar en: - Los escriptorios del Palacio Imperial del Patriarca - Centros de enseñanza superior - Producciones privadas a cargo de copistas que realizaban copias para particulares - Los monasterios La letra utilizada en los manuscritos era la Uncial hasta el siglo XVIII, cuando se impulsó la letra minúscula reservándose la Uncial para Documentos solemnes. -El esplendor de los manuscritos bizantinos: En el siglo IX y a lo largo de los siguientes doscientos años se produce el gran desarrollo de la miniatura bizantina, con una serie de manuscritos religiosos y la decoración de códices de carácter científico. Los grandes centros de iluminación ubicados en Constantinopla, en torno a los grandes monasterios o incluso en talleres alejados de la metrópoli, desarrollaron diferentes estilos que van desde un helenismo acusado, un expresionismo orientalizante o un mayor clasicismo bizantino. En el período Macedónico, en el s. IX se evidencia un regreso a los modelos helenísticos, con la creación de numerosas ediciones bíblicas de lujo y los salterios denominados "aristocráticos". Ya en el s. X se presenta, a modo excepcional, un manuscrito en rollo, el Rollo de Josué, cuya composición continua señala una gran dependencia de modelos clásicos. Durante los siglos XI y XII se produce un equilibrio mayor entre la inspiración de la Antigüedad y la estética bizantina. En tiempos de la dinastía Conmena, y sobre todo a partir del año 1100,
el estilo retorna de nuevo a la Antigüedad, pero con un naturalismo expresivo que proporciona espontaneidad y frescura a las escenas. Otro aspecto muy característico de la miniatura de la segunda Edad de Oro es la atención prestada a la decoración de márgenes que, libre de ligaduras religiosas, se vuelca en un repertorio de temas profanos y de fantasía. La conquista de Constantinopla por los cruzados supuso la interrupción del trabajo de los grandes scriptorias, que no volverían a brillar con el esplendor alcanzado antes de 1204. Pero el contacto de los pintores latinos con esta tradición artística fue definitivo para que la influencia bizantina se extendiera a toda Europa. Durante la dinastía Paleóloga la producción de manuscritos no alcanzó la importancia del período anterior, por el carácter elitista de los códices y las dificultades económicas del momento. Pero a pesar de ello nos han llegado obras del siglo XIV que demuestran la persistencia de una actividad miniaturista. El libro en Bizancio gozó de gran estima y debido a ello dio lugar a la aparición de bibliotecas en las instituciones políticas, religiosas y educativas. También existían bibliotecas privadas, pues había un gran número de personas cultas, aunque sólo se limitaban a un par de docenas de libros. Los estudios superiores se cursaban en Constantinopla, pero en numerosos puntos de imperio se podía recibir una enseñanza elemental. Los libros resultaban muy caros, debido a que la mano de obra era muy cara y a la escasez de materiales, por lo que en los monasterios borraban los textos antiguos para realizar los pergaminos. La producción de los libros se limitaba a la copia por encargo, por lo que sólo los emperadores podían permitirse ese lujo. Los profesores y estudiantes copiaban personalmente los libros que precisaban, al igual que la iglesia. Una biblioteca importante fue la de Focio, que fue patriarca de Constantinopla. Su biblioteca constaba de varios miles de libros. También destacaron por sus bibliotecas el obispo León el Matemático, el obispo de Cesárea Aretas y Estadio, arzobispo de Tesalónica. La biblioteca más importante fuera de la capital fue la del monasterio de San Juan de Patmos. La forma primitiva de las encuadernaciones tenía forma cuadrada, especialmente si constaba de más de un cuadernillo, de que algún modo se uniesen o protegiesen, para ello utilizaban una tablilla de madera, comúnmente de cedro, con unas bandas de cuero para envolverlas y una correa que lo sujetase todo. Las encuadernaciones eran llamadas ligatores librorum. Desde el s. IV en adelante, la encuadernación del libro aparece ya caracterizada con todo lujo oriental del estilo bizantino. Frecuentemente se decoraban las cubiertas con oro, piedras preciosas y esmaltes. El ejemplar más antiguo es el Evangeliario, cubierto de plata y pedrería. Pero pronto hicieron aparición las encuadernaciones en las que las tapas
de los libros aparecían recubiertas de cuero, decoradas con la técnica del gofrado, sin oro ni piedras preciosas. El libro va a tener un carácter sagrado y su contenido va a mostrar la voluntad de Dios y las experiencias de las generaciones pasadas. En Bizancio se había extendido el conocimiento de la escritura y la lectura, pero pocos sabían leer textos escritos en otra lengua. El acceso a los libros va a estar muy limitado, ya que resultaban caros y no todas las bibliotecas eran de acceso público. Además, el público lector estaba limitado a personas eclesiásticas y una minoría laica La temática era muy variada, eran frecuentes los libros de uso práctico como los de medicina, farmacia, derecho militar y canónico, ciencia militar. Muy característicos y de mayor lectura eran los libros referentes a la astronomía, magia, enigmas, etc. Las personas con menor formación intelectual leían: libros de educación moral y litúrgica, libros clásicos, obras recreativas y algunas producciones bizantinas. La lectura principal de los monasterios la componían libros litúrgicos, cuya lectura se hacía en voz alta. Es muestra evidente que el legado del imperio bizantino es sin duda, la creación de un soporte que va más allá de lo ya conocido y que da pie al inicio de la era del libro. En un principio, el libro se muestra como algo de carácter sagrado, exclusivo para las elites religiosas y como un artículo de lujo y de valor espiritual y religioso. Dadas las limitantes históricas, el libro no fue la fuente de información a la que todo mundo podía acceder en una biblioteca tal y como hoy la conocemos. Conforme va pasando el tiempo, los soportes de información se fueron transformando; se transformaron durante esa época para dar el surgimiento del libro y siguen transformándose aún, adecuándose a nuestro tiempo y a nuestro espacio.
RESEÑA PELICULA AGORA
Es una película que su contexto histórico se refiere a Egipto, provincia del imperio romano en el siglo IV, se desenvuelve en Egipto, una provincia del imperio romano en Ágora: "El Ágora (del griego αγορά, mercado) era un espacio abierto que funcionaba como la plaza pública de las ciudades-estado griegas (polis). Era el centro cultural, comercial y político. Las asambleas de ciudadanos se realizaban en dicho recinto. Surge tras la caída de la civilización micénica y por el siglo VIII a. C. son una característica esencial de toda polis. La más famosa es el Ágora de Atenas. En ese tiempo las revueltas callejeras ocasionadas por la ideología cristiana y judía eran cada vez más fuertes ya que se peleaba por imponer al tipo de Dios en el que cada corriente religiosa creía acéticamente. En ese tiempo todos los hombres estaban en busca de un conocimiento constante para poder entender el origen del universo, claro, sin descartar a Dios como autor absoluto de dicha creación. La trama de esta historia tiene como base fundamental la religión y la manera en la que ésta puede influir en un pueblo y en la vida de las personas, como fue el caso para Hypatia, que solo tenía como fin impartir el conocimiento sin problemas de género considerando a sus discípulos como hermanos ya que todos buscaban un mismo fin: el de la sabiduría. La biblioteca de Alejandría, fue testigo de uno de los acontecimientos más importantes en la historia, ya que como consecuencia de los conflictos entre judíos y cristianos, fue tomada brutalmente por los cristianos sin dejar rastro de todo el conocimiento del mundo antiguo, con respecto de la literatura. Hypatia deja toda su vida al estudio rechazando propuestas de amor por parte de Horestes y su discípulo Davo. Pero finalmente sus sacrificios tienen frutos, pues al final de la película ella descubre que efectivamente giramos alrededor del sol, pero la forma de la tierra no es circular si no elíptica. Al final de la película se observan disputas de poder y actos que recriminan la fe de algunos, pero lo trágico de la película es la muerte de Hypatia, que al ser nombrada bruja es perseguida por los judíos y asesinada por Davo. Se trata de una película que relata la transición que pasa Alejandría desde la destrucción de su biblioteca a las guerras entre religiones, primero el paganismo contra el cristianismo y más tarde el judaísmo contra el cristianismo.
La historia gira alrededor de una filosofa maestra que se apasiona por la ciencia y el conocimiento y sobre todo con los misterios del cosmos, también adoraba dar clases sobre ciencia, todos sus alumnos la admiraban y creían en ella , pero había uno que estaba enamorado de ella , como uno de sus esclavos que también la amaba. El conflicto empieza cuando la lucha entre religiones explota y los cristianos empiezan a lapidar las estatuas fuera de la biblioteca, por lo que los directores de la escuela y biblioteca de Alejandría deciden tomar armas y enfrentarles, con la idea de darles su merecido, con lo que no contaban es que el número de cristianos superaba el de los paganos por lo que ocurre una masacre , muchas muertes y demasiados heridos, por lo que se refugian los paganos en la biblioteca y los cristianos deciden esperarles fuera de ella para vengarse. Uno de los destacados escenarios del filme, especialmente de la primera parte, es la reconstrucción del Serapeum de Alejandría, lugar donde Hypatia imparte sus lecciones. El Serapeum era en su origen un templo dedicado al dios Serapis, una deidad sincrética greco-egipcia. Había sido mandado construir hacia el 300 a. C. por Ptolomeo I Sóter, uno de los generales de Alejandro Magno que posteriormente se convertiría en faraón de Egipto. Sería su descendiente, Ptolomeo III, quien engrandecería el templo para albergar una biblioteca, que no debe confundirse con la gran Biblioteca de Alejandría. Es en el año 391 d.C., una turba de cristianos, a la cabeza de los cuales se encontraba el patriarca de Alejandría, Teófilo, entró en el recinto del Serapeum destruyendo lo que encontraba a su paso. Uno de los momentos clave de esta película es el momento en que los cristianos pasan de ser perseguidos a perseguidores. Ágora escenifica un momento y un lugar de nutrida conflictividad religiosa. Amenábar no critica abiertamente a ninguna religión sino que denuncia el fanatismo, cómo el fervor religioso puede enloquecer a las masas. Ágora está ambientada en la ciudad de Alejandría en el siglo IV después de Cristo, cuando Egipto formaba aún parte del imperio romano. existió un marco de la hostilidad cristiana contra el declinante paganismo y las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto Orestes, ex alumno de la filósofa. En las calles de la ciudad hay una revolución en marcha, alimentada por el declive de la civilización grecorromana y el vigoroso avance del cristianismo Astrónoma, matemática, filósofa, erudita, última bibliotecaria de la gran biblioteca de Alejandría y mártir de la ciencia, es la fórmula habitual para presentar a Hypatia de Alejandría, mujer nacida hacia el año 355 d.c. Lo reducido y poco detallado de las fuentes de inicios de la era cristiana han permitido que sobre los personajes históricos asociados a ésta etapa se ejerzan licencias con carácter especulativo,
de allí que siendo Hypatia hija de Teón, mencionado como el último director o conservador de la llamada segunda biblioteca de Alejandría, se especule que Hypatia sucediera en el cargo a su padre, pero no existe certeza sobre lo mismo. Lo que nadie discute es que Hypatia es la primera mujer matemática de la que se tiene conocimiento razonablemente seguro y detallado por diversas fuentes históricas. La película Ágora muestra a Hypatia en su labor docente, de pensadora, observadora y aplicando el pensamiento lógico, labores que se asocian a la revisión del conocimiento registrado en la biblioteca, por lo que varias escenas importantes de la misma señalan su preocupación por el destino del conocimiento almacenado y el futuro de los documentos de la biblioteca ante el avance del fundamentalismo. La imagen de Hypatia exigiendo a sus esclavos que se hagan con los papiros y rollos más importantes depositados en los anaqueles de la Biblioteca, en un inútil intento por salvarlos de la destrucción, es la imagen de la impotencia, la frustración y la desesperación ante la realización de un crimen que no sólo afecta a uno sino a toda la humanidad eliminando una parte fundamental de ella: su cultura.