SER DOCENTE HOY. REPENSANDO EL OFICIO DOCENTE
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Universidad Abierta Interamericana Facultad de Desarrollo e Investigación I nvestigación Educativos Materia: Pedagogía general - Teoría de la Educación
Alumno: Alejandro Pelaez Torres Año: 2012
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Introducción: Me propongo a través de este ensayo titulado ser docente hoy, dar respuesta no solo a como es ser docente hoy en día, es decir, a como es su rol y cuáles son las funciones que desempeña un docente en la actualidad, sino también a exponer las diferencias existente con respecto a cómo debería ser “ese rol” teniendo en cuenta la realidad tan cambiante en la que vivimos como compleja y que camino toma y debería tomar un profesional de la educación ante esta situación a fin de poder dar respuesta a las demandas educativas y sociales actuales. También se tendrá en cuenta para este ensayo las dificultades que debe sobrepasar un docente en los tiempos que corren y como puede sortearlas en pos de mejorar su desempeño laboral.
Desarrollo
Desde sus inicios e históricamente, el rol y desempeño como docente constituyo una labor de lo más compleja, como complejo es en sí mismo el hecho educativo. Debiendo el docente atravesar y superar distintas situaciones para lograr con éxito su tarea diaria. Actualmente el docente además de tener que lidiar con obstáculos intrínsecos a su función y su rol, debe también soslayar y superar otras problemáticas relacionadas con el contexto social, político, económico y cultural en que vivimos y en donde el rol docente adquiere otras características. Por definición formal entendemos a la educación como el “conjunto de fenómenos a
través de los cuales una determinada sociedad produce y distribuye saberes, de los que se apropian sus miembros, y que permiten la producción y la reproducción de esa sociedad. i Pero teniendo en cuenta la realidad educativa en nuestros tiempos y en ”
nuestro contexto social y cultural particular, el concepto de educación en la práctica es otro muy diferente al que pueden recoger los distintos autores de manera teórica: Hoy en día, las distintas instituciones educativas cumplen funciones muy diversas dejando un poco de lado el proceso educativo para dar lugar a las variadas necesidades que surgen en los educandos, necesidades no satisfechas en otros ámbitos y que la escuela como institución debe cubrir como portadora del estandarte
de que la “educación y por tanto la escuela debe proporcionar las herramientas necesarias para la inserción del individuo en su sociedad siendo el fin último del proceso educativo el bien del hombre”. Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, la escuela y los docentes como integrantes de ella se encuentran ante el paradigma de que por un lado su rol es el de enseñar y trasmitir conocimientos porque ello conlleva la responsabilidad implícita de formar y construir mejores personas pero por otro lado no se puede pensar en una educación si no se tiene en cuenta la situación particular del alumnado, vale decir si encontramos en ellos carencias tales que impidan llevar a cabo el proceso educativo o que esas carencias o limitaciones sean más necesarias que “el dar una simple clase”. Frente a esta situación la escuela cumple y cubre una variedad de funciones: función contenedora, sanitaria (campañas de vacunación, control médico, etc.), funciona como comedor escolar y como servicios sociales (tramitando ayudas, consiguiendo becas y proporcionando calzado, guardapolvos y útiles escolares) sirve de guía y apoyo para las distintas problemáticas familiares, y hasta en ocasiones cumple un rol semejante al de un psicólogo: escuchando los problemas que sus alumnos les plantean y orientando como mejor pueden y con las herramientas que tienen a mano. Pero estos no constituyen la totalidad de obstáculos que un docente de hoy debe superar: Vivimos en una sociedad en constante cambio, demandante, en donde el docente debe adaptarse a ello para no quedar desfasado ni desadaptado, problemática con la que debe lidiar y en donde el saber “por defecto” , planificado y predeterminado ya no es suficiente para dar respuesta a las demandas actuales. De esta manera si un docente pretende abarcar a la totalidad de sus educandos debe cortar con las planificaciones estructuradas que no dan lugar a cambios y en donde no se contempla las limitaciones ni habilidades de sus alumnos, es decir donde no se tiene en cuenta la situación peculiar y particular de cada uno de los sujetos en proceso de formación. Abundan los casos de docentes que pretenden tener una clase en silencio absoluto, en donde el docente “habla” y los alumnos “escuchan” pasivamente, si n lugar a un dialogo y en donde su labor se basa en un discurso magistral sin posibilitar el intercambio de ideas, las opiniones y las criticas. Frente a este tipo de docencia que no admite un dinamismo ni permite trabajar con la heterogeneidad de un grupo (ya que en ocasiones su rigidez impide el labor diario con la diversidad que hoy en día presenta el alumnado) y que no pueden ver mas allá de
los contenidos correspondientes a su materia puesto que pretende dar clases de una manera tradicional que no se ajusta con las demandas actuales, se abre una brecha desajustándose de la realidad educativa y por tanto de la realidad de sus educandos, de sus necesidades y de sus posibilidades de aprender, crecer y desarrollarse. Vale aclarar que este “desajuste” entre la educación tradicional y la que debería adaptarse a los tiempos que corren genera en ocasiones limitaciones y obstáculos en los profesionales de la enseñanza, ya que por norma general esta instaurado en el ideal colectivo la idea de que el buen docente es aquel que cumple con los requisitos institucionales, que se ajusta al curriculum clase tras clase sin desviarse de los contenidos impuestos por su programa y que mantiene un orden estructurado en sus clases mientras que el docente que improvisa y que genera una clase desestructurada y novedosa no cumple con las pautas para ganarse el merito al buen desempeño docente.
Conclusión
Todas estas situaciones y realidad complejas que les toca vivir a los docentes en sus funciones, que en muchos casos incurren en limitaciones y/u obstáculos que deben aprender a sobrellevar puede verse desde un lugar de optimismo y positividad si pensamos que de ello se produce un crecimiento y modificación de su rol docente que permitirá adaptarse y mejorar su trabajo, llegar a sus alumnos y proporcionar las herramientas necesarias para que los sujetos de aprendizaje puedan valerse por sí mismos, vale decir optar por una pedagogía liberadora que permita romper con la educación estructurada y predeterminada, que permita no solo trasmitir conocimientos sino que de lugar al dialogo, a la comunicación, que facilite y propicie un pensamiento crítico, que favorezca la reflexión y un pensamiento autónomo frente a uno automatizado que no ve viable los cambios y modificaciones, y que favorezca un rol docente, el rol docente que debería ser hoy, que tiene en cuenta la totalidad de la persona sujeto de aprendizaje, sus posibilidades y limitaciones, sus diferencias y su historia, un rol docente que se adapte a las situaciones diarias y al grupo con el que tenga que trabajar, que sea creativo y original y que permita lo mismo en su alumnado, que sepa buscar estrategias diversas para afrontar las problemáticas que se puedan presentar en su camino, trabajando con las posibilidades que nos brindan las nuevas
tecnologías y no desaprovechando las oportunidades que nos proporcionan los niños o adolescentes de hoy, porque con ellos también se aprende, ya la enseñanza no debe y no es unidireccional, sino que abarca un amplio abanico de posibilidades de aprendizaje.
Bibliografía:
Power point Breve reseña histórica de la pedagogía, Mazzuglia.
La educación ayer, hoy y mañana: el abc de la pedagogía Cap 1, Silvina Gvirtz.
Impacto de los cambios en el contexto social y organizacional del oficio docente, Ines Dussel.
Educacación y posmodernidad Cap 1, Dermeval Saviani.
Pedagogia del oprimido, Paulo Freire.
Educar en la incertidumbre, Philippe Meirieu
