Subordinación y dependencia en “Yo robot” de Isaac Asimov.
“¿Qué lo hace esclavo pues? Sólo la primera ley!! Porque sin ella la primera orden que le daría usted a un robot le costaría la vida” Isaac Asimov, 1975 .
Isaac Isaac Asimo Asimov v en los los nueve nueve relat relatos os que que compon componen en su libro libro “Yo “Yo robo robot” t” desa desarro rrolla lla diferentes temas en torno a la relación hombre-máquina. La obra está estructurada de tal manera que Susan Calvin quien ha sido una funcionaria en el área de “robotps “robotpsicol icologia ogia”” de la U.S Robots and Mechanic Mechanical al Men (entidad (entidad encarga encargada da de la elaboración de robots), va narrando las diferentes historias. El ensayo presentado a continuación se enfoca en la metáfora de una aparente superioridad del ser humano sobr sobre e los los robo robots ts y en la depe depend nden enci cia a que que pres presen enta tan n los los huma humano nos s hací hacía a esta estas s máquinas. El libro comienza con las tres leyes robóticas, que muestran una paradoja sobre la subordinación del robot hacia las personas. La primera ley establece que un robot no puede dañar a un ser humano o dejar que por su inacción un individuo sufra algún daño. Así mismo, la segunda ley establece que todo robot debe obedecer los mandatos que le son dados por un sujeto, salvo cuando estas órdenes estén en oposición con la primera ley, es decir estén encaminadas en contra de algún personaje. Finalmente la última ley menciona que un robot debe defender su propia existencia hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda ley (Asimov 1975: 5). Lo interesante interesante del libro es que en diferentes diferentes relatos se menciona como estas leyes entran en conflicto en algunas ocasiones. Una de las narraciones lleva como título “El robot perdido” (Isaac Asimov 1975: 114). Allí el escritor menciona una anécdota en la cual un robot se extravía del control de los humanos y no pretende acatar las órdenes. Cuando la doctora Susan Calvin comienza a investigar qué es lo que está ocurriendo se da cuenta que existió un cambio en la
primera ley. Ya que a la hora de construir esos robots se omitió la parte en la cual se decía que se debe evitar que todo ser humano sufra daño alguno por factores externos (Asimov 1975: 117). Esto conlleva a una emergencia en la cual es necesario ubicar al aparato extraviado pues podría cometer alguna atrocidad sobre las personas. Resulta trascendental que sea precisamente un cambio en la primera ley lo que genere todo este gran debate, ya que este estatuto es el que establece no sólo la subordinación del robot sino además la seguridad de que éste ofrecerá protección a como dé lugar a los individuos. En este punto queda claramente establecida la superioridad que pretende infligir el ser humano sobre el robot. En otro de los capítulos denominado “Razón”, un robot entra en caos al preguntarse acerca de su existencia. Como se menciona en el texto el robot no acepta que él es una creación del hombre, por el contrario establece una teoría a partir de la cual explicar su origen. Uno de los diálogos deja dilucidar este enfrentamiento. Allí el robot le dice a un operador de una nave espacial: “No lo digo con espíritu de desprecio pero fíjate bien. Estás hecho de un material flojo y blando, sin resistencia, dependiendo para la energía de la oxidación ineficiente para el material orgánico, pasáis periódicamente a un estado de coma a la menor variación de temperatura, la presión, la humedad, afectan vuestra eficiencia. Sois alterables” (Asimov 1975: 57), más adelante continúa afirmando “Yo por el contrario soy un producto acabado” ( Asimov Asimov 1975: 1975: 58). Es suges sugestiv tivo o que que el robot robot al cues cuestio tiona narr su exist existen encia cia tambi también én discu discuta ta la supue supuesta sta superioridad superioridad que deben tener los humanos sobre él, ya que de esta forma nos permite ver que en algunas ocasiones esta subordinación se ve resquebrajada. En el relato “La prueba” (Asimov 1975: 168), se menciona como un robot obtiene la Alcaldía de una ciudad. El autor narra los diferentes enfrentamientos que debe sufrir este candidato-robot contra su contrincante, en donde este último sospechaba de la verdadera identidad de su adversario. Sin embargo, jamás logra probar que se trata de un robot que busca ocupar un cargo público y en efecto éste terminará convirtiéndose en Alcalde, aunque los ciudadanos no se hayan enterado de que en realidad era un robot. Es así como surge una metáfora del gobierno perfecto; debido a las tres leyes de la robótica es imposible que una de estas máquinas le haga daño alguno a un ser
humano. Pues, como menciona en el texto Susan, la doctora en “robot psicología”: “ Si fuera posible crear un robot capaz de ser funcionario civil, creo que haríamos un gran bien. Por las leyes de la robótica sería incapaz de dañar a un ser humano, incapaz de tiranía, de corrupción, de estupidez, de prejuicio. Y una vez hubiera servido durante un periodo prudencial prudencial dimitiría aunque fuera inmoral, porque sería incapaz de perjudicar perjudicar a los seres humanos” (Asimov 1975: 192). Es importante resaltar que la supremacía mencionada en las tres leyes de la robótica en realidad entran en conflicto generando la pregunta de quién es en realidad superior a quién, y más aún muestra la dependencia que se va generando alrededor de los robots por parte de los humanos. El primer relato del libro, libro, “Robbie” “Robbie” (Asimov 1975: 1975: 10), es la historia de un robot que cumple la función de niñera en una casa de familia. Con el paso de los días la joven de la fami famili lia a se comi comien enza za a acos acostu tumb mbra rarr al robo robott de tal tal mane manera ra que que hace hace part parte e indispensable de su vida diaria, y le es imposible a los padres separarla de aquella máquina. Hasta que la madre toma la determinación de alejarla del robot, a lo que la joven responde de manera histérica generando un sin número de disputas familiares familiares y por supuesto un estado de depresión en la niña. Lo que llama la atención de esta historia es la paradoja que introduce Asimov, en donde un robot (léase tecnología) llega a involucrarse a tal punto de convertirse en parte esencial de la vida de las personas. Así mismo, en el relato titulado “Embustero” (Asimov 1975: 94), se menciona la historia de Herbie un robot que podía leer la mente, se puede notar la relación hombre-máquina y la dependencia del primero primero sobre la segunda segunda.. Allí, el robot no sólo generará vínculos sentimentales en los seres humanos, sino que interviene en las relaciones de las personas. Herbie es un robot que se encuentra trabajando en una plataforma, y poco a poco comienza a involucrarse con cada una de las personas que trabajan allí. En uno de los casos le hace creer a una de los funcionarias que cierto personaje dentro de la oficina se encuentra enamorado de ella. Sin embargo esto no es así. La razón por la cual cual el robo robott mien miente te,, lo menc mencio iona na Susa Susan n Calv Calvin in,, es que que en real realid idad ad si esta estaba ba enamorada de aquel personaje pero él no estaba interesado en ella, por esto la
máquina debe engañarla, pues según las leyes los robots deben impedir daño alguno sobre la vida de cualquier humano, en este caso daños sentimentales. Es esta una de las partes más emotivas del libro, ya que aquí es donde se muestra cómo el robot se entromete en asuntos sentimentales y además cómo las leyes de la robótica una vez más terminan siendo caóticas. Si se analiza esta metáfora en nuestros días, resulta interesante la siguiente cuestión: ¿Cómo la tecnología actualmente ha llegado a invadir nuestra cotidianidad? El uso y abuso del celular, las computadoras, incluso las comunicaciones en donde ya no es necesario ir en búsqueda de otras personas, sino simplemente conectarse a un aparato que nos lleva a un fugaz encuentro virtual. Es de esta forma como Isaac Asimov, logra por medio de la idea de subordinación o superioridad del hombre sobre el robot y la depend dependen encia cia a las máqu máquina inas, s, que que nos nos cuesti cuestion onem emos os sobr sobre e las las parad paradoja ojas s de la tecnología en la actualidad.
Bibliografía: Asimov, Isaac (1975). “Yo Robot”. Editorial Edhasa.