Ergonomía, antropometría e indeterminación
Los datos antropométricos que se utilizan en la práctica común de la Ergonomía no siempre tienen la fiabilidad que se les supone. Una parte de esta poca fiabilidad se debe a las condiciones físicas del objeto a medir (el hombre ! a la dificultad de medir un gran número de personas" pero otra parte es consecuencia de las condiciones psicol#gicas del sujeto obser$ado. Este trabajo pretende llamar la atenci#n sobre las indeterminaciones debidas al estado emocional del protagonista de una obser$aci#n% la persona obser$ada.
La antropometría &.& La antropometría La 'ntropometría es el tratado de las proporciones ! medidas del cuerpo humano. odemos entender la )iomecánica como una mecánica aplicada al estudio de los seres $i$os* la +ecánica puede di$idirse en dos ramas% Estática ! ,inámica. ara estudiar la biomecánica de la postura sedente del hombre en reposo" utilizaremos la )ioestática* para analizar las acciones que recibe la mu-eca de un tenista al lanzar la pelota" utilizaremos la )iodinámica* en ambos casos habremos de basarnos en la 'ntropometría. La Ergonomía es una disciplina que pretende adaptar el medio habitable" al habitante. Las medidas de este serán" pues" de mucho interés para el erg#nomo" erg#nomo" que deberá conocer conocer lo mejor posible posible las hechuras hechuras de su cliente para asegurarle la buena forma de los objetos que conforman el medio" objetos que podrían ser incon$ incon$enie eniente ntess a causa causa de su config configurac uraci#n i#n"" tama-o tama-o o propor proporcio ciones nes.. ambién mbién serán serán de interés interés las características biomecánicas del habitante ! su capacidad de resistir cargas sin perjudicarse. El cuerpo humano es una masa blanda ! elástica" armada de elementos elementos duros mu! rígidos% rígidos% es" pues" mu! difí difíci cill esta establ blec ecer er sus sus medi medidas das con con la e/ac e/actititu tud d del del relo reloje jero ro que que trab trabaj aja a con con piez piezas as rígi rígidas das ! poco poco deformables. Los cuerpos s#lidos ! rígidos $arían sus dimensiones con la temperatura ! el grado de humedad" pero si estas permanecen constantes o $arían mu! poco" suelen medir casi lo mismo por la ma-ana que al anochecer* el cuerpo humano no% mengua desde que se le$anta por la ma-ana hasta que se acuesta por la noche. 'sí que no es posible medir a la gente con las e/igencias de e/actitud que gastan otros profesionales que trabajan sobre objetos de dimensiones más constantes que las del cuerpo humano. 0eamos qué precisi#n es necesaria para medir la imagen de un cuerpo humano hecha de piedra%
El grado de finura que se precisa para medir una estatua de la 1recia clásica ! reproducirla en el periodo neoclásico podemos encontrarlo en la “Enc!clopédie ou dictionnaire raisonné des sciences" des arts et des métiers”
de
,iderot
!
d2'lembert
elaborada entre &34& !&356. En ella se define como unidad de medida del cuerpo pétreo de la escultura" la longitud de su nariz" ! así" el 7ércules 8arnesio mide 95 narices del propio 7ércules.
1
La nariz consta de &9 “partes” ! una parte puede puede di$idi di$idirse rse en dos mitades" mitades" en tres tres tercios tercios o en cuatro cuatro cuartos de parte. Uno de los apolos de 8idias" por ejemplo" mide 3 cabezas" : narices ! ; partes. ara un sujeto cu!a nariz mida ; cm" su cabeza < narices (9< cm ! su cuerpo 3 cabezas (&;5 cm" la “parte” medirá
medio centímetro ! el cuarto de parte &" 94 milímetros. ,e manera que la unidad mínima que
propugna esta enciclopedia para medir figuras humanas de piedra es del orden de &"94 mm. Esto podría inducirnos a pensar que si nos proponemos medir el cuerpo humano" debemos hacerlo con error menor de – apro/imadamente= apro/imadamente=
&mm" ! eso estaría mu! bien si fuéramos de piedra" pero siendo como somos" no tiene
sentido hablar de milímetros cuando la diferencia de talla entre la ma-ana ! la noche puede llegar a medirse en centímetros. Esto es $álido para la Ergonomía “de bulto redondo” que trata relaciones relaciones dimensionale dimensionaless hombre=objeto* si consideramos que las pr#tesis que implanta un cirujano para corregir un “genu $aro” son una práctica ergon#mica" ahí el tama-o de la pieza sí que precisa e/actitud de jo!ero" pero las medidas del paciente antes ! después de la operaci#n seguirán siendo de “bulto redondo”. >bser$emos que lo que propone la enciclopedia no son medidas sino proporciones ! que estas también son objeto de la 'ntropometría" de tal manera que al erg#nomo le interesan tanto unas como otras" pues no todos los indi$iduos que tienen alguna medida mu! semejante (como la talla" tienen necesariamente también mu! semejantes sus proporciones" ! a dos personas de igual talla no tiene que con$enirles necesariamente una misma configuraci#n de trabajo sedente% una puede tener las piernas más largas que la otra" ! el tronco más corto.
Fig.1
1.2 Orígenes de la Antropometría
'l buscar los orígenes de la 'ntropometría" siempre se empieza por 0itru$io* quizás sea a causa del “7ombre
de 0itru$io ”% ese sujeto melenudo que dibuj# Leonardo" con cuatro brazos ! cuatro piernas"
inscrito en un cuadrado ! en un círculo ! que está hecho tomando como modelo lo que 0itru$io escribi# en el ercero de sus diez Libros sobre 'rquitectura. 'caso sea ese tratado la primera traza – escrita en latín el a-o &4 de nuestra era= que encontremos en nuestra cultura occidental sobre las medidas ! proporciones del
cuerpo humano" pero aunque no nos queden te/tos anteriores" no podemos dudar de lo mucho que griegos" egipcios ! caldeos debían saber sobre las medidas del hombre" a la $ista de las esculturas que hicieron. El que 0itru$io hablara de “medidas recíprocas” entre el hombre ! los objetos arquitect#nicos que este creara" nos induce a reconocer a este arquitecto como al proto=erg#nomo de >ccidente. En efecto" lo que propugna la Ergonomía es que el objeto debe estar hecho para el usuario ! que este no debe deformarse ni autoagredirse para adaptarse al objeto. 'l construir un edificio inspirándose en las proporciones del cuerpo del usuario" 0itru$io está poniendo en práctica el espíritu de la Ergonomía dicinue$e siglos antes de que se acu-e la palabra “ergonomía”. ero las proporciones “humanoides” de los elementos arquitect#nicos no habían sido un in$ento de la cultura romana a la que perteneci# 0itru$io% $enían de la arquitectura griega" ! el hecho de que el arten#n lo constru!era un artista que hacía de arquitecto" de escultor ! – probablemente= de pintor" basando su inspiraci#n en las proporciones del cuerpo humano" nos habla claramente de la $ocaci#n “ergon#mica” que tu$o la cultura griega antigua en lo tocante a la fabricaci#n de objetos de gran tama-o. 'sí que 0itru$io" más que proto=erg#nomo nos aparece como un gran te#rico de la arquitectura del objeto industrial de la época del ?mperio @omano" que asimil# la tradici#n helenística ! supo comunicar su enorme oficio con te/tos ! dibujos% el talante ergon#mico que nos transmite el romano" $enía de 1recia ! aún de más atrás. 0eamos% Ai comparamos un hacha prehist#rica de sile/ tallado con el mismo tipo de instrumento" de una rehistoria más reciente" pulimentado" salta a la $ista que es menos gra$e coger la piedra pulimentada ! trastear con ella" que hacerlo con el canto tallado" que nos herirá la mano por cortadura% con el tiempo" un mismo utensilio se adapta mejor al usuario humano. Esto es una prueba de que el talante ergon#mico es tan antiguo como el hombre. B podemos e/tender este proceder al reino animal" pues cuando $emos lo bien hecho que está un nido para las necesidades de sus usuarios" hemos de admitir que el a$e constructora tiene unos conocimientos de “pajarometría” que le permiten lograr lo que 0itru$io predicaba para la raza humana% la armonía geométrica del usuario con el medio que habita. El espíritu de la Ergonomía se encuentra" pues" en el mundo animal ! también para el erg#nomo la Caturaleza es una fuente de inspiraci#n fecunda. El interés por teorizar sobre las medidas ! proporciones del cuerpo humano debi# decaer durante la Edad +edia" a juzgar por la poca preocupaci#n que por el realismo muestran la pintura ! escultura de esta época en Europa. El @enacimiento" al buscar de nue$o las fuentes de la cultura de la 'ntigDedad lásica" $uel$e a encontrarse con la necesidad de lo que se llamaría por primera $ez “antropometría” en &;4F" en 'lemania.
ero antes de in$entar tan sintético nombre% “antropometría”" hubo quien se ocup# de teorizar sobre las “proporciones
humanas”" como 'lberto ,urero (&<3&=&495" que public# cuatro libros al respecto.
Leonardo da 0inci (&<49=&4&F" con su G 7ombre de 0itru$io H ha dejado un icono que" a pesar de lo que lo desgasta continuamente la cultura del consumo" es una obra de arte de enorme interés para la historia de la iencia" pues la geometría que encierra ese hombre $itru$iano con el ombligo ! el se/o en los centros del círculo ! del cuadrado que describiera 0itru$io casi quince siglos antes que Leonardo los dibujara" nos dan una idea del estado de esa ciencia – la 1eometría= hacia el &.466 en ?talia. odos los pintores ! escultores del @enacimiento realizaron" como Leonardo" estudios de caras" manos" brazos ! cuerpos en posturas di$ersas" que les sir$ieron para preparar sus pinturas" realizando así lo que podríamos llamar estudios antropométricos con finalidad artística* algunos" como +iguel 'ngel ! el propio Leonardo" dibujaron miembros diseccionados de cadá$eres" aprendiendo así 'natomía ! !endo más allá de la representaci#n del cuerpo humano" a la comprensi#n de su biomecánica. En estos a-os" Europa recuper# muchos de los saberes que tu$o la 'ntigDedad clásica ! que se perdieron durante la 'lta Edad +edia para ir reencontrándolos lentamente hasta llegar al gran cambio que represent# la +odernidad% el final del +edioe$o. El dominio de la representaci#n del cuerpo humano fue una de las habilidades recobradas. El descubrimiento de pueblos de otras razas" en culturas lejanas de la hina o de las 'méricas" hizo despertar el interés por lo que más tarde llamaría Linneo (&363=&335 la 'ntropología @acial. Ba +arco olo (&94<=&:9< e/citaba a sus contemporáneos $enecianos con la simple descripci#n de las gentes que había $isto ! de sus costumbres ! no es sorprendente que" quinientos a-os después" el siglo de las luces dedicara una disciplina científica a las particularidades de las distintas razas humanas. ero la cuantificaci#n de de conceptos abstractos" como la talla de una poblaci#n" o el intento de catalogar los rasgos antropom#rficos de los criminales" no apareci# hasta el siglo I?I * de ello es un ejemplo el belga 2
'dolphe Juetelet (&3F;=&53<" que introdujo instrum entos matemáticos en el estudio de la )iología* citemos como ejemplo su definici#n del concepto
“obesidad” de
acuerdo con una f#rmula aritmética – o índice de
Juetelet= que relacionaba el peso ! la altura de la persona de la siguiente forma% Kndice de Juetelet (peso en Milos N (altura en metros 9 Ai el Kndice de Juetelet de un sujeto es ma!or que :6" se le clasifica de obeso. Es interesante el interés por cuantificar un concepto tan amorfo como es la obesidad* a este interés por e$aluar objeti$amente lo que podría ser estimado subjeti$amente" se debe el uso de la cur$a de 1aus que
Juetelet introdujo como instrumento matemático de e$aluaci#n de fen#menos que s#lo pueden ser entendidos desde conceptos estadísticos.
Fig 2
'ntes de que +arcel ,uchamp pintara en &F&9 su “,esnudo bajando por la escalera ”" en &556 +u!bridge en UA' ! +are! en 8rancia habían realizado fotograf?as de cuerpos desnudos en mo$imiento" en los mismos a-os en que el “padre” de la “>rganizaci#n ientífica del rabajo ”" a!lor" se interesaba por el mo$imiento con miras a optimizar el rendimiento de la persona que trabaja. ara a!lor la 'ntropometría iba unida a la )iomecánica% su fascinaci#n por las medidas del trabajador estaba focalizado por el rendimiento de este en su tarea. ' partir de aquí creci# el interés por la eficacia de los mo$imientos de los trabajadores !" en &F&9 los esposos 1ilbreth realizaron estudios sobre el desplazamiento del cuerpo del trabajador" basados en las imágenes fotográficas tomadas durante la acci#n de ejecutar el quehacer de una operaci#n determinada. Los problemas de índole militar en la interacci#n hombre=máquina que se presentaron en las dos guerras mundiales produjeron un a$ance en el estudio de la ocupaci#n del cuerpo humano en el interior de
artefactos de guerra" así como en el del manejo de mandos ! se-ales en los $ehículos utilizados por los ejércitos. Las tablas antropométricas realizadas entre la poblaci#n de soldados con fines que podríamos llamar de “ergonomía militar ” partían de unas muestras suficientemente amplias ! homogéneas ! debían ser" por ello" mu! fiables% al final de la segunda guerra mundial !a se hablaba de “7uman Engineering”" concepto que deberíamos traducir por “Ergonomía”.
“?ngeniería
de los factores humanos” o" simplemente" por
B dentro de la práctica de esta “Ergonomía”" $eamos en qué pueda sernos útil la
'ntropometría tradicional en la práctica rutinaria del dise-o de puestos de trabajo" de ocio" de reposo" de oraci#n… de cualquier configuraci#n" en fin" que tenga como protagonista al ser humano. El adjeti$o de “tradicional” que se a-ade a la 'ntropometría de la que $amos a hablar obedece a que se entiende que los ra!os I" las resonancias magnéticas ! otros métodos recientes ! sofisticados" de conocimiento del cuerpo humano" también son 'ntropometría" pero no son procedentes para la casi totalidad de los análisis hombre= objeto que podamos lle$ar a cabo. Estos se realizarán casi siempre" a partir de nuestras propias mediciones o de las tablas antropométricas de que dispongamos" ! creo que $ale la pena refle/ionar sobre la fiabilidad de estas ! sobre el grado de indeterminaci#n que conlle$an las obser$aciones que nos conducen al establecimiento ! uso de tablas antropométricas. ero antes debo llamar la atenci#n sobre el intento “$itru$iano” de relacionar hombre ! objeto" que realiz# el arquitecto Le orbusier a mediados del siglo II.
1.3 El Modulor de Le Corbusier, que ignora la Ergonomía, no es una Antropometría
La ignorancia que de la Ergonomía tu$ieron los maestros del +o$imiento +oderno de la 'rquitectura ! 'rtes lásticas !" en particular Le orbusier" contrasta con su pasi#n por lo nue$o" las máquinas ! lo minimalista. En el portal de ?nternet de la “ 'cadémie de Canc!=+etz”" alaban al arquitecto suizo en estos términos% “(Le
orbusier
…pensaba
que el hombre debe adaptarse a la 'rquitectura" ! no a la in$ersa.”
(http%NNOOO.ac=nanc!=metz.frN. Co se puede decir nada más anti=ergon#mico. omo !a hicieran los clásicos" Le orbusier trata de poner en relaci#n las medidas del hombre con las de los objetos construidos* para ello parte de un hombre que midiera &5: cm ! que tu$iera el ombligo a &&: cm sobre el ni$el del suelo* al le$antar la mano" este sujeto $irtual debería tener la punta del dedeo medio 99; cm por encima del ni$el del suelo. ' tra$és de una serie de operaciones mu! bellas desde el punto de $ista aritmético ! plástico" deduce unas series de medidas que le sir$en para poner orden en los pro!ectos de construcci#n" pero que desde el punto de $ista de la Ergonomía no sir$en para nada. ara el +odulor" el
usuario es esa sombra que ha de encajar en la red de medidas hechas a imagen del sujeto $irtual que in$enta Le orbusier" ! así $emos" en la tercera casilla de la imagen" al hombret#n de &5: cm obligado a escribir en una mesa de 36 cm de alto. Las lumbalgias que estas medidas han de proporcionarle al pobre hombre son e$identes. ara sentar al usuario no debemos forzarlo a cuadricularse para entrar en los números de una serie que $iene de la 'ritmética ! no de la 'natomía o la )iomecánica. onsideremos" pues" este in$ento del ruidoso Le orbusier como algo que" si bien quizá pueda ser un buen ejercicio para los alumnos de 'rquitectura" es nefasto para la cultura postural del resto de la gente.
Fig 3
La indeterminación ?ndeterminaci#n% falta de determinaci#n en algo. ,eterminaci#n% acci#n ! efecto de determinar. ,eterminar% fijar los términos de algo* distinguir" discernir* se-alar" fijar algo para algún efecto (d eterminar día" hora.
9.& rincipio de indeterminaci#n de 7eisenberg En un artículo de la Enciclopedia Libre Uni$ersal en Espa-ol " se e/plica en qué consiste este principio" en 3
estos términos% (El principio de indeterminaci#n de 7eisenberg establece que es imposible conocer simultáneamente la “
posición y la velocidad del electrón, y por tanto es imposible determinar su trayectoria. Cuanto mayor sea la
exactitud con que se conozca la posición, mayor será el error en la velocidad, y viceversa. Solamente es posible determinar la probabilidad de que el electrón se encuentre en una región determinada. Podemos entender mejor este Principio si pensamos en lo que sería la medida de la posición y velocidad de un electrón para realizar la medida !para poder "ver" de alg#n modo el electrón$ es necesario que un %otón de luz c&oque con el electrón, con lo cual está modi%icando su posición y velocidad' es decir, por el mismo &ec&o de realizar la medida, el experimentador modi%ica los datos de alg#n modo, introduciendo un error que es imposible de reducir a cero, por muy per%ectos que sean nuestros instrumentos. (ste Principio, enunciado en )*+, supone un cambio básico en nuestra %orma de estudiar la -aturaleza, ya que se pasa de un conocimiento teóricamente exacto !o al menos, que en teoría podría llegar a ser exacto con el tiempo$ a un conocimiento basado sólo en probabilidades y en la imposibilidad teórica de superar nunca un cierto nivel de error.
”
El último párrafo de esta cita nos dice que la iencia ha cambiado su forma de estudiar la
Caturaleza a partir de &F93 al enterarse" en esa fecha" de que la obser$aci#n de un fen#meno modifica la esencia del fen#meno obser$ado" ! me parece interesante poner de manifiesto que el 'rte !a nos había ense-ado lo mismo hace siglos. Ai leemos
“El
curioso impertinente”" en el Juijote de er$antes" !
comparamos la “@onda nocturna” de @embrandt con las “+eninas” de 0elázquez" creo que podemos entender que es imposible mirar nada que no reaccione a nuestra mirada. 7eisenberg dice en una frase lo que er$antes narra en los capítulos :: a :4 de su Juijote o 0elázquez pinta en un cuadro de nue$e metros cuadrados* frase" no$ela ! cuadro que todos deberíamos !a haber entendido para aplicar sus ense-anzas en cada una de nuestras acti$idades" como pueda ser
– p or
ejemplo= la utilizaci#n práctica de la
'ntropometría en el ejercicio de la Ergonomía. 9.9 El principio de indeterminaci#n en “El curioso impertinente” En los capítulos :: a :4 de la primera parte del Juijote" er$antes nos inclu!e una no$ela que" entre otras cosas" enuncia el principio de indeterminaci#n en cla$e literaria. Cos e/plica magistralmente c#mo la obser$aci#n de algo que es bueno" lo transforma en malo" por el s#lo hecho de obser$arlo" pues si el marido... pero no $o! a e/plicar !o aquí lo que se puede leer en El Juijote" de papel o de PbitsP en http%NNc$c.cer$antes.esNobrefNquijoteNindice.htm uando un estudioso cer$antino" hablando del PuriosoP" escribe que Pla $erdad es generalmente inaccesible ” (1arcía 1isbert" &FF3 está diciendo algo mu! parecido a lo que dijo 7eisenberg hablando del electr#n. ,esde un día de diciembre de &;6<" fecha en que sale el uijote de las prensas madrile-as de Quan de la uesta" el público de habla espa-ola hemos tenido tiempo
de aprender una particularidad
del comportamiento humano" que 7eisemberg redescubriría en el
comportamiento del electr#n" :9: a-os más tarde. Augiero al lector que $uel$a a leer El Juijote o" por lo menos" los capítulos ::" :< ! :4 de la primera parte" desde esta #ptica PindeterministaP" ! juzgue por sí mismo
. Fig 4
Fig 5
Fig 6
9.9 El principio de indeterminaci#n en PLas +eninasP Ai comparamoslas figuras <" 4 ! ;" podemos $er que% = en la <" @embrandt trata de hacernos creer que ha sorprendido a la compa-ía del capitán 8rans )anning ocq en el momento en que éste da la orden a su teniente" de que ponga a sus hombres en marcha para iniciar la ronda que él pinta en &;<9. = En la 4" 8rans 7als ! ieter odde (&;:3 nos ense-an a los componentes de la compa-ía del capitán @einier @eael" que se nos aparecen claramente posando para los pintores% también están a punto de iniciar su ronda" pero no se nos ocurre que les estemos PsorprendiendoP. = En la ;" 0elázquez" en &;4;" nos dice que los componentes del séquito de la infanta +argarita están en trance de reaccionar ante la presencia en el estudio" del re! 8elipe ?0 ! de su esposa +ariana de 'ustria" cu!as figuras se reflejan en el espejo (figura 3.
ues bien" creo que% = lo que e/plica @embrandt s#lo puede entenderse sin tener en cuenta el principio de incertidumbre" = lo que pintan 8rans 7als ! ieter odde son las poses=respuesta de los modelos a nuestra mirada" ! que = en PLas +eninasP se nos e/plica el impacto de la mirada de los re!es sobre las personas del séquito de la infanta" a semejanza de como 7eisenberg nos e/plica el impacto del fot#n sobre la partícula que pretende hacernos $er. ,on ,iego es" de estos tres enormes pintores" el que más interés científico tiene" ! la sospecha de que la tela que está pintando 0elázquez en el cuadro sea precisamente el cuadro (Las +eninas nos mete en un bucle de autorreferencias en las que no se delimitan origen ! final ni causa ! efecto" como en esos razonamientos de l#gica demente al gusto de LeOis arroll.
Fig 7
La indeterminación en la antropometría
:.& Las tablas antropométricas Los datos antropométricos pueden referirse a las dimensiones del cuerpo humano en reposo" en una postura determinada (antropometría estática" o a las dimensiones de los alcances ! giros de los distintos segmentos corporales (antropometría funcional.
Los datos de la antropometría estática de una poblaci#n se presentan en unas tablas que e/presan más o menos medidas referidas a más o menos subgrupos de la poblaci#n considerada. ara hacernos una idea del grado de finura de las tablas al uso de erg#nomos ! dise-adores" tomemos como ejemplo las que aparecen en la publicaci#n titulada “1uía de recomendaciones para el dise-o de mobiliario ergon#mico ”" publicadas por el ?)0 de 0alencia quien" con poca atenci#n al rigor" copia datos de una publicaci#n e/tranjera ! las “adapta” a la poblaci#n espa-ola% lo burdo de la metodología no merece ni comentario. ero las imprecisiones no paran ahí% en estas autodenominadas “tablas” aparecen &: medidas antropométricas" considerando el cuerpo humano de perfil" referidas a los grupos de poblaci#n siguientes% = &4 grupos de $arones de la misma edad" desde los < a-os de edad hasta los a &5" = los mismos &4 grupos de hembras" = < grupos de $arones con edades respecti$amente comprendidas entre los &5 ! 94 a-os" entre los 94 ! <9" entre los <9 ! ;4" ! un último grupo de ma!ores de 34 a-os" = los mismos 4 grupos de hembras. En los dos últimos apartados se echa de menos la poblaci#n comprendida entre los ;; ! 3< a-os" que no aparece en estas “tablas antropométricas espa-olas”. Co queda claro a qué grupo pertenecen las personas de &5" 94 ! <9 a-os" puesto que cada una de estas edades está contenida en dos grupos distintos. ara las medidas del cuerpo humano $isto de espaldas" se ofrecen en esta guía && medidas estimadas “para
adultos espa-oles de edad media”" sin definir lo que pueda ser un adulto espa-ol de edad media.
ero lo que resulta más sorprendente es que el origen de los datos de la poblaci#n espa-ola es la poblaci#n inglesa" cu!as medidas" manipuladas con buena estadística – se nos dice sin rubor= permiten confeccionar las tablas que" en la obra citada" se presentan como medidas de la poblaci#n espa-ola. Bo aconsejo acudir a obras de primera mano como podría ser el “he measure of man and Ooman” de ,re!fuss " que pese a 4
que a mí no me con$encen en lo tocante a la localizaci#n de la 4R $értebra lumbar" me parece más de fiar que las copias basadas en la pretendida “buena estadística”" pues sabemos" por lo menos que estas medidas tampoco se refieren a la poblaci#n espa-ola. ?ntento que quede claro aquí que" pese a la indeterminaci#n que incorpora el tratamiento de datos en la forma e/puesta" sin duda por falta de medios ! de seriedad para medir a los espa-oles directamente. Lo hasta aquí e/puesto a prop#sito de las tablas antropométricas es una refle/i#n sobre su fiabilidad. @ecordemos lo que define como “fiabilidad” el ,iccionario de la Lengua atalana" del “?nstitut d’Estudis atalans” de &FF4% “+edida de la confianza que se puede tener en el funcionamiento de un sistema o de
uno de los elementos que lo componen ”* en nuestro caso" la fiabilidad de unas tablas antropométricas dependerá de la rigurosidad del método" de la eficacia de las personas que lo aplican" de la fiabilidad de los instrumentos empleados ! de la correcta selecci#n del grupo de poblaci#n. 7emos de entender que un instrumento fiable dará siempre el mismo $alor a la misma intensidad del fen#meno que está destinado a medir" ! que este $alor será cierto% una cinta métrica que nos diera siempre 56 cm como resultado de la medici#n de la barra de platino e iridio del museo de AS$res – que mide &m= no sería fiable" aunque fuera constante en su error.
Ae-alada la posible indeterminaci#n de unas tablas antropométricas a causa de insuficiencia de medios" pasemos a considerar otras indeterminaciones que pudieran presentarse por otras causas.
3.2 os tipos de indeterminaciones
'l tratar de la relaci#n geométrica entre el usuario ! el objeto" podemos encontrarnos con que la geometría del cuerpo humano presenta dos tipos de indeterminaciones% las de orden físico ! las de orden psicol#gico. Las ine/actitudes de una medici#n pueden ser el resultado de una falta de rigor en su ejecuci#n ! por eso" en el presente conte/to" es oportuno citar la normati$a que ata-e a la 'ntropometría" en particular la ?A> 3946 ! la ?A> &&99;. (ueden consultarse también la ?A> ;:54 sobre rincipios ergon#micos de dise-o de puestos de trabajo" ! la ,?C :: <65=&" sobre 'ntropometría. La norma ?A> 3946 – que se ocupa de las medidas básicas del cuerpo humano= da las definiciones de lo que se considera un “grupo de poblaci#n” aceptable como muestra para las mediciones" ! de las medidas de base del cuerpo humano" determinando lo que podemos intentar medir* para ello parte de conceptos ! criterios tomados de la 'natomía" como puedan ser algunos puntos de referencia del cuerpo humano" tales como el “punto cer$ical”" que es la protuberancia producida por la punta de la ap#fisis espinosa de la séptima $értebra cer$ical. ambién detalla las condiciones en las que deben realizarse las tomas de medidas" los instrumentos que deben usarse !" sobre todo" las medidas que procede tomar* para ello distingue dos grandes grupos de medidas de base% las del cuerpo humano de pie ! las del mismo cuerpo sentado. 0eremos más adelante la desinformaci#n que conlle$a esta forma de presentar las medidas al público" al di$ulgar un concepto de lo que pueda ser la estaci#n sedente" que $ehicula una informaci#n poco saludable.
ambién pueden encontrarse en la ?A> 3946 definiciones de parámetros que aportan informaci#n geométrica sobre características de segmentos corporales" detallando datos tales como la anchura de los dedos en su falange más cercana a la mu-eca (pro/imal o en su falange más alejada de la mu-eca (distal. En la ?A> &&99;" que e$alúa las posturas de trabajo estáticas" desde un punto de $ista ergon#mico" aparecen otros conceptos =como la “postura del tronco”" la “fle/i#n” o la “e/tensi#n”= que tienen origen en la +edicina ! que son mu! utilizados por la Ergonomía cuando aplica uno de sus instrumentos de análisis% la )iomecánica. En esta norma" además" se e$alúan como aceptables o no aceptables algunas características de la postura del cuerpo humano" como – por ejemplo= la fle/i#n – o inclinaci#n hacia delante= del tronco" declarando aceptable s#lo la inclinaci#n que no sobrepasa los 96T" inaceptable la que es ma!or de ;6T ! poniendo límites de tiempo a las inclinaciones comprendidas entre las dos anteriores. ambién se establecen los tiempos mínimos de recuperaci#n que resultan saludables para aquellas personas que realizan tareas que requieren frecuentes fle/iones del tronco. ,ebemos aplaudir el loable esfuerzo orientado a clarificar conceptos" que ha! detrás de de estas normas" pero también hemos de tener en cuenta sus limitaciones" las indeterminaciones inherentes al objeto de la normati$a ! el riesgo que presentan de inducir ideas sin fundamento" en los pro!ectistas que las consultan. 0eamos a continuaci#n" mediante algunos ejemplos" lo que pudieran ser indeterminaciones de orden físico a tener en cuenta cuando se utilizan tablas antropométricas.
:.: ?ndeterminaciones de orden físico en la 'ntropometría al uso de la Ergonomía = Ai de lo que se trata es de conocer las dimensiones de un sujeto determinado" estas cambiarán" como su peso" a lo largo del día" antes ! después de realizar un fuerte ejercicio físico" comer o dormir. = Un sujeto cambia de medidas a lo largo de su $ida a una $elocidad sensible" sobre todo en los primeros a-os de su $ida* esto nos obliga a tratar sujetos “estadísticos” como los electrones de 7eisenberg. = La talla media de los habitantes de un país puede aumentar al pasar el tiempo" como se comprobaba en Espa-a que sucedía con la talla de los reclutas" que aumentaba con los a-os% los de las quintas más j#$enes eran más altos que los de las más $iejas. = Las medidas de un indi$iduo concreto" posible usuario de un objeto" pueden ser
– a
lo sumo=
probabilísticas (como la $elocidad del electr#n del que hablaba 7eisenberg. Ai basamos nuestra medida en las estadísticas" nuestra e/actitud estará en funci#n de la de las estadísticas empleadas. Las operaciones estadísticas han de atenerse a un rigor en el procedimiento para asegurar su fiabilidad" ! así" para actuar
sobre los “grupos de poblaci#n” que define la norma ?A> 3946" debemos aplicar la ?A> &44:4 que nos da instrucciones sobre c#mo manejar las estadísticas. = uando la poblaci#n a medir es multirracial ! las diferencias entre razas son mu! acusadas" cabría preguntarse si tiene sentido operar sin tener en cuenta que la heterogeneidad del grupo pueda ser debida a la disparidad entre dos o más grupos que pudieran ser" cada uno de ellos" relati$amente homogéneos. Este es el caso con que se encuentran los usuarios de datos antropométricos en países que no tienen un estudio riguroso de las medidas de la poblaci#n ! que" además poseen una pluralidad de razas.
5
= Los modernos métodos de medici#n a base de fotografías digitalizadas ofrecen un grado de e/actitud mu! satisfactorio en las formas que reproducen" pero no dicen nada de la forma ! medidas de la osamenta del sujeto" de manera que" aun considerando que los datos estadísticos que manejemos sean de absoluta fiabilidad" entenderemos que tenemos una buena informaci#n estadística sobre la silueta de la poblaci#n estudiada" pero que no podemos decir que poseamos datos precisos sobre su estructura #sea (estos datos pueden obtenerse por otros métodos" pero resultaría costosísimo establecer estadísticas sobre la posici#n e/acta de los centros de giro de todo lo que puede girar en los sujetos de la muestra. = La silueta de la poblaci#n estudiada que nos ofrecen las tablas antropométricas" no es cualquiera de las posibles" no% la forma en que se presenta la informaci#n sobre las medidas antropométricas suele $enir ilustrada por las siluetas lateral ! posterior de una mujer ! un hombre que aparecen con un brazo que imita un ángulo recto" de pie ! sentados en forma de cuatro" con una ortogonalidad tronco=muslos infrecuente en la raza humana
(figura 5" a la izquierda. ualquier postura que se aleje de este esquema de
perpendiculares conlle$a un grado no definido de indeterminaci#n. Es nefasta la influencia de esta imagen" ine$itable en las tablas antropométricas clásicas" que reproduce a un sujeto en la poco recomendable postura sedente en forma de cuatro" pues el ángulo recto al que el sujeto representado somete a todos los segmentos de su cuerpo que puede" constitu!e una publicidad de esta postura insana ! una contra=publicidad de la saludable postura del fara#n – o del astronauta=.
3.! La postura que nos presenta al su"eto sentado, en las tablas de antropometría est#tica cl#sica, es una postura incon$eniente que no con$iene imitar
Esta imagen de gente sentada en ángulo recto (figura 5" a la izquierda" más que indeterminaci#n induce confusi#n" hasta el punto de que muchos profesionales de la salud asocian – err#neamente= el ángulo recto a lo bueno" a lo con$eniente. Esta desgraciada imagen no puede e$itar que el que la mira reciba un mensaje
que" además de “medidas”" $ehicula “postura”. El ángulo tronco= fémur de la postura del astronauta coincide sensiblemente con el de la del fara#n (figura 5" a la derecha * la del astronauta es una postura acti$a" pues cuando uno de esos na$egantes del cosmos abandona su na$e para un paseo espacial" está haciendo algo importante ! ha de hacerlo prestándose mucha atenci#n a sí mismo. anto lo que hace como su propia persona requieren un e/tremo cuidado. En modo alguno" pues" un astronauta en acci#n puede adoptar un talante de abandono. Ai obser$amos la postura del astronauta al flotar" podemos esquematizarla con las piernas ligeramente abiertas. Esta geometría del cuerpo corresponde a un estado de relajaci#n" a una situaci#n de mínima tensi#n muscular. Una imitaci#n de este estado ingrá$ido puede hacerse en una piscina cu!a profundidad nos permita adoptar esa postura apo!ando los talones en el fondo ! sacando apenas la nariz para respirar sobre la superficie del agua. omprobaremos que la postura del astronauta es de una relajaci#n e/trema* no ha! en ella tensiones inútiles ! todas las fuerzas que ligan unos segmentos corporales a otros actúan como las fuerzas mínimas de cohesi#n del cuerpo. Ai" de repente" se $aciara la piscina" la acci#n de la gra$edad nos precipitaría contra el fondo. Ai queremos mantener la postura del astronauta" sin agua ! a pesar de la gra$edad" hemos de in$entar un artefacto que nos haga e/perimentar un empuje $ertical hacia arriba igual al peso del líquido que desalojamos con la piscina llena. El artefacto deberá producirnos ese empuje sin oprimirnos ! tratándonos con sua$idad% aguantados por el artefacto no debemos perder el confort de la piscina !" en lo posible" este dispositi$o reposador $elará por nuestra comodidad a la $ez que nos induce la postura del astronauta" que tanto se parece a la del fara#n de la figura 5.
Fig 8
ara e$itar que quien consulta las tablas antropométricas tome la postura sedente ortogonal como la postura sedente por e/celencia" ha! que e/presar las medidas
de los segmentos corporales con
independencia de las posturas" ! así una medici#n como la que ilustra la imagen de las siluetas plagadas de cotas de la figura F" sería la que más nos a!udaría a poder situar los elementos corporales en el espacio" pues este tipo de acotaci#n pretende dar las medidas de los elementos ! sus centros de giro% fijémonos en el muslo" a modo de ejemplo% el fémur está representado por un segmento rectilíneo acotado entre el punto 7 ! el punto 1" ! estos dos puntos son los centros de giro del muslo ! la pierna" respecti$amente. ara estudiar las posturas" las medidas antropométricas tomadas considerando las articulaciones de la osamenta" son más sensatas que las de “bulto redondo” reflejadas sobre siluetas de maniquí de pie ! sentado en forzada ortogonalidad. En la e/celente postura sedente del fara#n Vefrén (figura 5" a la derecha" el factor más importante que obser$amos es el sano ángulo entre el tronco ! el fémur !" desde el punto de $ista de la postura" el grosor de sus muslos es secundario. Esta apro/imaci#n a la 'ntropometría se parece más a la que antes hemos llamado “funcional”" que a la que hemos llamado “estática”. ero aunque esta forma “ funcional” de presentaci#n de los datos e$ite el error antes se-alado" no por eso elimina indeterminaciones ! así" suponiendo que se conozcan las dimensiones de las masa blandas del cuerpo alrededor de esos elementos duros" la falta de e/actitud en la posici#n de los centros de giro de los segmentos corporales es ine$itable" puesto que no $amos a someter a $arias sesiones de ra!os I a todos sujetos de la muestra para in$estigar la situaci#n e/acta de los centros de cada articulaci#n" ! la posici#n de estos puntos la determina el e/perto a ojo o por tacto.
Fig 9
ese a lo dicho" las estadísticas antropométricas pueden ser de enorme utilidad para las tareas de Ergonomía !" a pesar de que las que !o he podido consultar son de fiabilidad dudosa" debo reconocer que me han sacado de apuros. Las indeterminaciones de orden psicol#gico me parecen más propiamente “indeterminaciones” que
las de orden físico que acabo de comentar ! que pueden considerarse más bien
“ine/actitudes” que “indeterminaciones”.
:.4 Las indeterminaciones de orden psicol#gico Ai hemos aceptado que la antropometría" además de las medidas" se ocupa de las proporciones del cuerpo humano" debemos admitir que factores de orden psicol#gico puedan influir en la antropometría de un sujeto" si estos factores son capaces de hacer $ariar sus medidas o sus proporciones. B" en efecto" el cuerpo de un
humano euf#rico podrá tener proporciones diferentes del cuerpo del mismo humano con ánimo decaído si" debido a esa diferencia de estado anímico" el sujeto orienta sus segmentos corporales con diferente angulaci#n* en otras palabras% si el sujeto" al pasar de un estado de euforia a un estado depresi$o" se encor$a e inclina la cabeza hacia delante" ha cambiado la orientaci#n de algunos segmentos corporales !" por lo tanto las proporciones entre sus ángulos. En la foto de un hombre sentado en un increíble asiento puntiagudo (figura &6 podemos reconocer la angulaci#n de un cuerpo presa del abatimiento o de pensamientos negati$os. El moj#n en el que está sentado el sujeto es igual que el que se $e delante del bid#n de desechos% un taburete de piedra rematado por un cono que en nada respeta la forma de las nalgas humanas ! que parece hecho para que nadie se siente encima. La forma del cuerpo de ese hombre no es independiente de su estado de ánimo ! el par hombre=asiento e/presa en este caso un estado emocional del sujeto" de claro sufrimiento. Esta foto fue tomada por mí al estilo de @embrandt" como una cámara oculta" desde el interior de un coche" pero al re$elar la foto aparece una imagen al estilo de 0elázquez en la que se puede deducir" por el reflejo en el cap#" que el fot#grafo esta robando esta imagen desde el interior de un $ehículo aparcado justo detrás del hombre compungido. 'rranqué el coche con la cámara preparada para" al pasar junto al sujeto" tomarle una foto de perfil. +e fue imposible" pues el hombre del traje gris $ol$i# la cara hacia mi coche ! me mir# con ojos tristes que no pude recoger en la cámara porque" de haber disparado" su cara no hubiera sido de tristeza" sino de sorpresa o de irritaci#n o
… su
posible cara es una
indeterminaci#n. B" además" creo tener derecho a cazar una postura" pero no una cara que sea el espejo de un alma triste. El que acabamos de citar es un ejemplo de modificaci#n de postura por estado anímico incon$eniente" desde dentro del sujeto* en Las +eninas hemos $isto el efecto de la mirada sobre lo mirado" ! de ese efecto $amos a dar un ejemplo que tiene como consecuencia la modificaci#n de la postura de una muestra de poblaci#n que se sabe obser$ada" modificaci#n que a-ade un grado de indeterminaci#n a la obser$aci#n.
Fig 10
:.; El efecto 0ega de rado
6
En febrero de 9666 fui encargado por la onsejería de Educaci#n ! ultura de la Qunta de astilla ! Le#n" de la redacci#n de un trabajo sobre el mobiliario escolar de las clases lecti$as de los institutos de ense-anza media de la Qunta. El trabajo se realiz# en el ?nstituto 0ega del rado de 0alladolid" ! consisti# en comparar la salubridad de las posturas de los alumnos en el mobiliario e/istente" con la salubridad de los mismos alumnos en un mobiliario e/perimental que pretendía ser más con$eniente. ara ello utilicé el método ?'" que mide el “orcentaje de ?nducci#n de ostura del 'stronauta” de una configuraci#n de mobiliario determinada" sobre un usuario determinado" e$aluando el porcentaje de tiempo que dicho usuario pasa en posturas sedentes tales que el ángulo tronco=fémur es inferior ! superior a F6T. El ?' de una configuraci#n determinada para un usuario determinado será el porcentaje de tiempo pasado en postura sedente con ángulo tronco=fémur de más de F6T" durante la obser$aci#n. uanto más larga sea ! más circunstancias de la tarea recoja la obser$aci#n" más fielmente reflejará lo que tratamos de medir% la salubridad de la postura.
ara realizar tal obser$aci#n había que filmar a los alumnos durante la clase oral !" dadas las condiciones del aula" lo único que se podía hacer era enfocar a un alumno que sería el protagonista de la cinta. Bo había realizado e/periencias semejantes utilizando el método que analiza la salubridad de la postura inducida por muebles de asiento" basándose en la geometría de la estructura biomecánica del cuerpo del usuario . Estas 7
e/periencias las realicé entre poblaci#n adulta" en oficinas ! en clases de uni$ersidades" filmando ! analizando las imágenes para e$aluar la con$eniencia de las posturas inducidas por la configuraci#n de trabajo sobre los usuarios. Ba al plantear la e/periencia a Quan anal" director del centro" me ad$irti# éste de lo diferente que podía ser el personal de esa edad" al natural ! ante una cámara. +i incompetencia pedag#gica me impidi# apreciar en toda su profundidad la conjetura de Quan anal" que para mi susto se me mostr# cierta cuando Aebastián Quárez – responsable del departamento de 'udio$isuales que se encarg# de filmar a los seleccionados para la prueba= me a$is# de lo mucho que estaban interpretando su papel los j#$enes a los que filmaba ! me inform# de que tomaban mu! a pecho el protagonismo ante la cámara. Bo seguí sin e$aluar la importancia del fen#meno" argumentando a Quan ! a Aebastián con conceptos de poco peso intelectual" como son los de “edad del pa$o” ! algún otro" también de dudoso rigor. uando me puse a obser$ar las imágenes filmadas ! $i que" efecti$amente" los j#$enes que formaban el grupo obser$ado ponían" en la filmaci#n" su cuerpo sentado" en posturas más sanas de lo que era de esperar" pensé – con talante poco científico= que el e/perimento no demostraba nada. En efecto" lo que se $eía en la pantalla era una o un jo$en" sentados mucho menos mal que los alumnos – compa-eros de éstos= que !o había $isto en mis $isitas al centro docente. ero lo que !o había $isto estaba en mi memoria ! no era científicamente aceptable como prueba de que lo que se $eía en la pantalla fuera falso. W> me habían tocado en la selecci#n los alumnos mejor educados en lo postural" no significati$os ! poco representati$os de la totalidadX ada filmaci#n enfocaba al alumno seleccionado para la obser$aci#n" cu!a imagen se film# en las mejores condiciones que ofrecía el impro$isado plat#" pero en algunos casos aparecía también en la pantalla algún otro asistente a la misma clase" que no había sido seleccionado para el grupo de obser$aci#n" pero cu!a imagen permitía un análisis por el mismo método ?' con que se había analizado 8
al sujeto seleccionado. 'nte la desorientaci#n que me produjo la obser$aci#n de los protagonistas" me fijé en los alumnos del segundo plano" que no se sentían actores de la película" ! ahí $i que estos mozos daban unos resultados toda$ía más bajos de lo que !o hubiera podido esperar. Las cintas grabadas decían claramente que los “protagonistas” se ponían en posturas mucho más sanas que los “no protagonistas”. ero" por haber obser$ado repetidas $eces las filmaciones" tratando de entender las imágenes" se me hizo
claro el hecho de que los protagonistas" a ratos" lucían una “cultura postural” que !o nunca les supuse" como si pusieran en acci#n una teoría que desconocían% me dio la sensaci#n de que aquellos j#$enes hacían algo que nadie les había ense-ado" ! que lo hacían por efecto del protagonismo que les inducía la cámara" protagonismo que no se reducía a las horas en que “actuaban”" sino que se ampliaba al tiempo que dur# la e/periencia" pues la realizaci#n de ésta supuso una reuni#n informati$a pre$ia" la petici#n del permiso correspondiente a alumnos ! padres"
…
toda esta preparaci#n de la e/periencia cre# un
sentimiento de élite alrededor de los sujetos que formaban el grupo de obser$aci#n. El hecho de ser protagonistas dos alumnos por clase" ! no de cada clase" sino de las clases que se eligieron atendiendo a las posibilidades de filmaci#n ! a la necesaria representati$idad de la muestra" “produjo” una minoría de “elegidos” que
participaban en algo diferente de la rutina escolar* el resultado fue que los protagonistas
adoptaron =ante la cámara= actitudes corporales que me sorprendieron ! me obligaron a buscar una e/plicaci#n* el resultado de esta búsqueda es el “efecto protagonista”. Las posturas pueden ser más o menos sanas ! la importancia de lo biomecánico en la salud postural resulta ob$ia* lo que no es tan ob$io – a primera $ista= es la importancia del efecto protagonista que se re$ela en la e/periencia del instituto 0ega de rado" a causa del cual la obser$aci#n perdi# $alidez" !a que lo que se estaba midiendo no era e/actamente lo que se pretendía medir. El efecto protagonista de los alumnos que formaban la muestra obser$ada" mostr# que éstos ante la cámara hacían lo que parecían no saber" adoptando posturas sanas durante periodos de tiempo prolongados* pero si lo hacían era porque de alguna manera" sabían hacerlo. odríamos llamar “Efecto 0ega de rado” al efecto protagonista que produce en el sujeto obser$ado la aparici#n de habilidades que nunca había demostrado con anterioridad. Ai lo que produce el efecto protagonista es un aumento de una habilidad o de cualquier otro factor que el sujeto obser$ado !a había demostrado anteriormente" el efecto de que se trata es el 7aOthorne" descubierto por Elton +a!o en &F:9. El “Efecto 0ega del rado ” tiene" pues" algo de sorpresa" pero el sorprendido es el obser$ador que ad$ierte en el sujeto de la e/periencia alguna destreza inimaginable pre$iamente. omo los personajes de Las +eninas" que al sentirse obser$ados por los soberanos adoptan una actitud postural que deba agradar a estos" el efecto 0ega del rado pro$oca en el protagonista la actitud corporal que este piensa ha de ser del agrado del obser$ador que" con su mirada" lo hace protagonista. B el obser$ador" en $ez de $er lo que había" $e lo que hace “lo que había” para tratar de seducirlo a él. odos queremos" inconscientemente" ser fotogénicos.
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Luengo" +aría 7elena. “ 'ntropometría ! dise-o ”. Uni$ersidad de los 'ndes. +érida (0enezuela" en el cogreso de re$enci#n de riesgos Laborales ^>@966<_apers_orp966
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'ntonio )ustamante (9666. “ontrol de la bipedestaci#n inducida por muebles de asiento”.8ormaci#n de Aeguridad Laboral" nT 46 – marzo 9666. 'izoain (Ca$arra. uede consultarse también en ^http%NNOOO.antoniobustamante.comNergo4.htm`
8
http%NNOOO.antoniobustamante.comNergo4.htm