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1 Segunda Unidad NOCIONES FUNDAMENTALES DELAETICA l'
OBJETIVO Ubicar a los miembros de las Fuerzas Armadas, dentro de los conceptos básicos necesarios para una clara comprensión de la ética, en su naturaleza, su finalidad y sus contenidos esenciales. esenciales.
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I CONCEPTOS BÁSICOS
LA ÉTICA NACE EN LA PERSONA Y SE REFIERE A LA PERSONA
L
a realidad humana no se rige únicamente por las leyes autó autóno noma mas; s; tamp tampoc ocoo se cons constr truy uyen en segú segúnn mode modelo los, s, previamente incorporados a un devenir ciego, e irreversible. Por el contrario, las relaciones humanas dependen, en gran medida, de las decisiones libres y responsables de la persona humana implicada en ellas. La person personaa humana humana es definid definidaa por Boecio Boecio,, como como una sustancia individual de naturaleza racional, que existe por derecho propio y perfectamente incomunicable. La persona no es un obeto m!s del mundo, es decir, cognoscible desde el exterior como los dem!s obetos y desde all" mesurable, sino que la persona hum!na es la única realidad presente intencionalmente en todas partes, pero no reducible a ningún sitio. La persona es fin en s" mima; pero no el fin de s" misma, pues queda abierta a lo que funda y trasciende, y por ende irreductible a las cosas e inobetable, esto es, no tratable como simple obeto, de ah" que no deba preguntarse qu# o qu# cosa
I CONCEPTOS BÁSICOS
LA ÉTICA NACE EN LA PERSONA Y SE REFIERE A LA PERSONA
L
a realidad humana no se rige únicamente por las leyes autó autóno noma mas; s; tamp tampoc ocoo se cons constr truy uyen en segú segúnn mode modelo los, s, previamente incorporados a un devenir ciego, e irreversible. Por el contrario, las relaciones humanas dependen, en gran medida, de las decisiones libres y responsables de la persona humana implicada en ellas. La person personaa humana humana es definid definidaa por Boecio Boecio,, como como una sustancia individual de naturaleza racional, que existe por derecho propio y perfectamente incomunicable. La persona no es un obeto m!s del mundo, es decir, cognoscible desde el exterior como los dem!s obetos y desde all" mesurable, sino que la persona hum!na es la única realidad presente intencionalmente en todas partes, pero no reducible a ningún sitio. La persona es fin en s" mima; pero no el fin de s" misma, pues queda abierta a lo que funda y trasciende, y por ende irreductible a las cosas e inobetable, esto es, no tratable como simple obeto, de ah" que no deba preguntarse qu# o qu# cosa
b)
sea la persona, sino al contrario $qui#n es ella% $cu!les son sus caracteres constituyentes% La persona es, por lo anteriormente dicho y solo podr"a ser, la realidad suprema sobre la tierra, cualit cualitati ativa va mente mente distin distinta ta a todos todos los dem!s dem!s,, una realid realidad ad ontológicamente digna, y fin en s" y nunca un medio. &on base en lo anterior se puede concluir que la persona es la única capa' de conciencia y vida moral, para desarrollarse y manifestarse como el ser supremo de la creación. Por lo tanto la #tica nace en la persona y se refiere a la misma con el fin de encaminar sus acciones propias del hombre al bien honesto, de acuerdo con la recta ra'ón.
ÉTICA Y MORAL: DISTINCiÓN
y
ACLARACiÓN TERMINOLÓICA
(n el saber filosófico, ha existido siempre una dificultad en el lenguae común e incluso en el vulgar, por la comprensión misma de la terminolog"a, y en nuestro caso no se hace la excepción, pues aunque se hable de una distinción terminológica exacta entre los t#rminos #tica y moral, sin embargo en el uso ordin rdinar ario io se da el mis mismo sig signifi nifica caddo a los los t#rm t#rmin inoos anteriormente expuestos, m!s aún, hay autores que los emplean como sinónimos y otros como algo muy distinto. Por lo tanto, vale la pena resaltar de modo sencillo pero claro, la diferencia de estos dos t#rminos. Para ello es necesario, remontamos a los primeros inicios del saber filosófico en donde encontramos que )ócrates fue el creador de la #tica *tanto de la ciencia como de su nombre+, nombre+, ya partir partir del t#rmino t#rmino griego griego etho ethos, s, que significa car!cter, enmarcó una definición que se deb"a entender como la ciencia del car!cter y virtudes de los hombres. &icerón por su parte, introduo la #tica en -oma y la denominó Philosophyn lI1orllm,
.. 1 j
&oncepto; Bi,co;
de /llOs-moris, /llOs-moris, que significa costumbre, con lo cual en romance podemos disponer de dos palabras palabras para una misma cosa. (l uso de #sta terminolog"a ha venido imponi#ndose con el !nimo de sugerir su diferencia, por lo tanto para concluir, se puede afirmar/ que la
palabra castellana ética proviene proviene de la palabra riea (0123/ con acento audo et!os sinifica costumbre" costumbre" con acento cir#nfle$o et!os sinifica modo de ser, carácter, seunda naturaleza naturaleza 45. el t#rmino utili'ado por &icerón, es de origen latino mosmori moris, s, que en una acepción muy general, se puede traducir a nuestro idioma castellano por costumbre. y
&on base en lo anteri anterior or,, se pue puede de afirma afirmarr entonc entonces es// %ue el término moral propiamente, se refiere a la vida moral de cada individuo, y el término ética alude o se refiere refiere a la re$&eióll re$&eióll de esa esa vida moral. moral. La #tica no crea la .moral. 6unque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios, normas o reglas de conducta, no es la #tica la que, en una comunidad dada, establece esos principios, o normas.
(a ética se en#entra en#entra con una eperiencia eperiencia !istóricosocial en el terreno de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas efectivas )a dadas, ) partiendo de ellas trata de establecer la esencia de la moral, su orien, las condiciones ob$etivas ) sub$etivas del acto moral, las fuentes de d e la valoración moral, la naturaleza ) función de los $uicios morales, los criterios de $ustifica-
#l
L. J. 789:L(:, *tica, (d. (l Buho Ltda., )antaf# de Bogot!, <.&., =>>?, p. 43.
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!"#$%&'(%n$":# ¡:Unll:1111('I1LUl· .•. ))*& L==@Al=&.=
ción dt+ dic!os $uicios, )el principio %Ut+ rie el cam bio ) sucesión de diferentes sistemas momles+ DEFINICiÓN DE ÉTICA
(n nuestro medio actuat existe gran variedad de definiciones sobre la #tica, unas m!s precisas que otras, y otras menos exactas, por lo tanto, se ha querido tomar la presente definición de #tica, por que se considera la m!s completa, clara y contundente, que enmarca y precisa los elementos esenciales, que conlleva realmente el contenido de la #tica. ÉTICA ES LA CIENCIA DIRECTIVA <( LOS ACTOS HUANOS HACIA EL !IEN HONESTO, DE ACUERDO CON LA RECTA RA"#N
ANÁLISIS DE LA DEFINICiÓN
no simple colección de observaciones, o de elucubraciones infundadas, se trata ante todo de un conunto ordenado de princip"8s y conclusiones, que llevan a un actuar recto. s ciencia+
6. )9&1(:, *tica, (d. 7rialbo, #xico, 8.(, =>?>, pp. 4=44.
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c)
0acin el bien !onesto+ puesto que es ciencia directiva de los
actos humanos;es claro que debe orientarlos hacia un fin determin$tdo. (ste es el bien honesto, el bien propio y adecuado a la natArale'a del hombre, en cllanto hoC,bre. /e ncuerdo con la recta ra++.ón+
natural que lo ria en el eercicio de su actividad y lo encamine hacia el fin que le enseCó. (sta norma es la recta ra'ón, es decir, no desviada por preuicios, pasiones e intereses personales, sino de acuerdo con la ra'ón divina, última norma de nuestra conducta.
PARA TENER EN CUENTA
(a ética es la ciencia del comportamiento !umano, es una ciencia práctica, cu)o fin no es el de brindar un simple conocimiento, sino diriir nuestra actividad moral o !umana. Lo %ue ella se propone es poner orden o rectitud en nuestros actos, no permitiendo %ue se desv1en de su fin, el bien !onesto" y de su norma, la recta razón.
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11 SISTEMAS ETICOS EN LA +ISTORIA y SU INFLUENCIA ,
+EDONISMO
E hedonismo como concepci Dn Etica, coloca el placer sensible como supremo bien, de tal manera que la conducta humana debe siempre l
orientarse hacia la búsqueda del placer sensible. (sta concepción llevó a los antiguos griegos a tal punto que inclusive recomendaban el suicidio cuando se era incapa' de sentir placer.
(a fundada por Aristipo de 2irene 3silo 45 A.c.6, en la cual solo el placer sensual es el único goce; sin embargo, se cuida de advertir que la ra'ón humana debe controlar la cantidad de placer a fin de que #ste no obstaculice la felicidad.
(a fundada por picuro 3silos
III
y 45 A.c.6, es m!s
amplia en cuanto al placer se refiere y tambi#n en cuanto al dolor, pero la inteligencia se encarga de
ordenar los placeres, colocando unos m!s altos que otros; as", los placeres que no exigen esfuer'o para alcan'ados son superiores a los que lo exigen.
)u principal exponente, es F(69 P6GL )6-0-(, quien sostiene que hay una existencia externa y material que se diferencia de otra existencia que es la conciencia humana. )egún )artre, en la conciencia humana se reflea la realidad material, es decir, el mundo externo, por lo tanto, lo que el hombre debe hacer es recibir absolutamente todo de ese mundo externo a #l y recibirlo de una manera tan radical que haga suya esa existencia puramente externa. (sa es la decisión fundamental que debe tomar el hombre según el existencialismo, es decir, una decisión m"a, sin condiciones, casi como de despoarme de m" para darle entrada al mundo que est! fuera de m". (l problema fundamental que se vislumbra, y que el mismo )6-0-( manifiesta, es que a pesar de la libertad que el hombre tiene, es una libertad y un poder de decisión que produce n!useas, porque en definitiva la existencia humana queda reducida a un tener que aceptar la existencia del mundo exterior, los condicionamientos materiales y f"sicos, sin que el hombre pueda tener la opción de cambiar esa existencia de transformarla, de convertirla en algo que le sirva a s" mismo sino que el hombre es en definitiva un preso en la c!rcel de la existencia matelial, que de ninguna manera da posibilidad a la dimensión trascendental espiritual. 6s" las cosas, )artre coloca al hombre en una primera situación de angustia, monstruosa, nauseabunda, porque la libertad no le sirve para poder )(- H 16&(- lo que quiere, y 60
)i~renu" I :!D&nS ~n h HI~tnna~' .u-n/-u$/*a01
las posibilidades que le ofrece la existencia, chocan contra esa libertad limit!ndolo y recort!ndolo en su dimensión trascendental. EL MATERIALISMO ATEO
La esencia de la moral se puede caracter.'ar en lo netamente material; es decir, que la moral queda indicada por un obeto moral cualquiera *generalmente emp"rico+, por eemplo/ el placer y la utilidad, en donde descartamos la dimensión espiritual del hombre, anulando su posibilidad de trascendencia, quit!ndole de tao toda creencia en un ser supremo,
(a ética materiat la podemos dividir en+ a. Itica de bienes &omprende todas aquellas direcciones que plantean un fin para la acción morat as" lo bueno resulta ser todo lo que alcan'a a cumplir un bien, y segJn ese bien escogido podremos ver diferentes variedades *heudemonismo, hedonismo, utilitarismo, etc.+. b. Itica material de valores &aracteri'a a la moral no por referencia a bienes de terminados, sino a valores espec"ficos que son contenidos a priori, es decir, independientes de la experiencia, y los cuales son captados por la conciencia moral de modo que #sta dirección constituye una conciliación entre las dos direcciones anteriores, tomando de la segunda el car!cter no emp"rico *experiencia+ a priori y de la primera el car!cter material del contenido. ET-eA 2ANTIANA
)egún Kant, la norma de moralidad est! constituida por un imperativo cateórico a priori" obra de tal manera que el principio que te lleve a obrar pueda ser una ley ?=
universal. &omo podemos ver, Kant es el culto de la ley; la rectitud se reduce a observarla a la manera del antiguo pueblo romano/ dura es la ley, pero es la ley; hay que renunciar al propio inter#s y actuar según las exigencias del deber, que es lo que est! mandado. )in embargo, se cuida de advertir que cumplir el deber por el hecho de que es obligatorio cumplirlo no constituye una conducta #ticamente buena, sino que lo moralmente bueno es cumplirlo pero por una actitud interna de amor a lo mandado. EL NEOPLATONISMO
)iguiendo con las #ticas del mundo grecorromano, tenemos la #tica del neoplatonismo, muy emparentada con las anteriores. (sta corriente es marcadamente religiosa y recoge la tendencia m"stica del hombre a sumergirse en la divinidad. Ha el ideal de vida propuesto por Platón para alcan'ar la felicidad enfati'aba el cultivo de la sabidur"a mediante la contemplación y la mortificación de todos los deseos sensuales que provienen del cuerpo, la parte inferior y perecedera del hombre. Platino, desarrollando el esquema del idealismo platónico, elabora toda una metaf"sica religiosa que influir! decisivamente en la asc#tica cristiana hasta mediados del siglo y que aún perdura en numerosos grupos religiosos, que siguen colocando la perfección de la vida cristiana en la unión afectiva del alma con
)isremAs M /neos en \.¡ 1stnriA r lnrlucno.l
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ficación de toda sensualidad mediante una asc#tica rigu rosa. 6s" se logra el dominio del esp"ritu por la contem plación de las ideas hasta llegar al #xtasis de la intimidad total con
ÉTICA ANAL3TICA (sta concepción #tica es una sobrevaloración cient" fica de los fenómenos fundamentalmente internos, tales como los sentimientos, las emociones, las pasiones, la sensibilidad, las intuiciones, etc., clasific!ndolos, de ter min!ndolos y estructur!ndolos de tal manera que se convierten en principios para la conducta aena; un eem plo podr"a explicamos meor/ Forge experimenta cierta alegr"a cuando recibe un regalo el d"a de su cumpleaCos; Forge trasmite a sus amigos de acuerdo con esa ex periencia vivida, que recibir regalos es bueno; ese uicio y esa experiencia que Forge trasmite se convierten como en ordenadores de la conducta de los dem!s. Lo anterior nos lleva a pensar que, las experiencias acerca de los valores y los uicios que siguen a toda ex periencia son de car!cter &8BG9M&60MN8, sean bue nos o malos; son tambi#n de car!cter emotivo y se con vierten en fórmulas o recetas que tratan de modificar las actitudes colectivas. (n conclusión podemos decir que según lo anterior la #tica depender! simplemente de cora'onadas, emo ciones, estados de !nimo etc., es decir, de una #tica cir cunstancial y muy subetiva.
ÉTICA DEL SUPER+OMBRE (n los últimos siglos, el hombre occidental, a medida que se independi'a de los esquemas de pensamiento del mundo medieval, descubre que los valores morales tradicionales son puras m!scaras que ocultan los intere 63
;O*=+&=2M=&) Pumhmcm/ucs de Mel (o&F
ses ego"stas de unos y las bae'as y miserias de otros. (n este contexto surge la doctrina de 9iet'she, consistente en la creación del superhombre, es decir, un hombre duro, sin sentimientos, y profundamente inmoral o amoral, pues según 9iet'sche, los valores morales condicionaban al hombre, lo limitaban y lo volv"an d#bil y despreciable. (l hombre de 9iet'sche, debe hacer todo lo que sirve a sus fines sin necesidad de ustificar nada, ya que est! m!s all! del bien y del mal. La moral es conveniente, m!s aún indispensable para los hombres inferiores, los esclavos; por eso se atreve a llamar a la moral udeocristiana una moral de esclavos. (sta filosof"a del poder, que lleva hasta sus últimas consecuencias el maquiavelismo pol"tico * el fin ustifica los medios+ al campo de la moral, sirvió de base al na'ismo para ustificar sus cr"menes abominables. (n nuestros d"as ha sido bien acogida y sobradamente practicada por los nuevos adoradores del poder que el capitalismo hace proliferar por doquier. (s la moral del hombre de negocios y de todos aquellos cuya m!xima aspiración es triunfar en la vida al precio que sea. (l amoralismo que el nihilismo existencialista ha tratado de difundir entre las generaciones óvenes es tambi#n hio bastardo de esta filosof"a. H la tradicional inmoralidad que caracteri'a el mundo de la pol"tica se ha robustecido con ella43. ÉTICA DE LOS VALORES
*ax )cheler y 9icolai 1artmann+. (s tambi#n una #tica material y pretende defender la grande'a y el valor del hombre, no sometiendo los valores a ninguna experiencia personal ni mucho menos al grupo social. 6s", )cheler habla de unos valores inferiores, como por eemplo los de la sensibilidad o el placer, incluso los eco /3 Cf. L.J., *tica .. , p. 53.
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nómicos, de unos valores medios o retleos que sólo se limitan a una parte del hombre, como por eemplo los que hacen que un hombre sea buen m#dico o buen militar, los que hacen que un hombre sea ordenado, etc.; estos valores, aunque hacen parte del hombre, no lo hacen totalmente bueno; por último, los valores espiritualesQ que s" perfeccionan todo el hombre; dentro de e!" valores est! la #tica. ÉTICA DEL BIEN COM4N
&onunto de conclusiones que en la sociedad permite el desarrollo integral de la persona. La norma de moralidad es el bien de la sociedadQ por lo tantoQ la sociedad es la que constituye el bien moral. 6 lo anterior podemos decir que los individuos no pueden subordinarse a la sociedad ni pueden subordinar su actividad moral a los fines materiales o sociales que no sean los propios y espec"ficos del hombre. Por lo tantoQ si el individuo en algún caso pierde su valor m!s "ntimo y humano al dirigir sus actividades a la sociedadQ #sta no puede ser la norma constitutiva de la moralidad. Los que sostienen que la sociedad es la que constituye el valor moral se llama sociologistas. (ntre los m!s importantes est!n
(n nuestra sociedadQ de tradición occidental y cristianaQ #sta fuertemente enrai'ado el modelo #tico del@ hombre virtuoso. La m!xima aspiración del hombre consiste en la felicidadQ que no puede encontrar sino en
ca se encuentra en los griegos. Los cl!sicos de la filosof"a griega, )ócrates, Platón y 6ristóteles, son sus m!ximos representantes. (l hombre est! orientado por su naturale'a hacia la felicidad. (l hombre griego de felicidad, eudaimon"a, hace que este sistema #tico se denomine tambi#n eudemonismo. La felicidad es el bien supremo y fin último del hombre. La felicidad se alcan'a mediante la pr!ctica de las virtudes, que son actitudes de equilibrio en todos los !mbitos de la vida humana/ usticia, fortale'a, templan'a, veracidad, libertad, etc. La contemplación de la verdad es el ideal superior de la vida virtuo . sa. (l bienestar de toda la sociedad es lo que debe orientar las relaciones entre sus miembros.
ÉTICA CRISTIANA
La #tica de Fesús va mucho m!s all! de la #tica del triunfo y de #xito, de la #tica de las actitudes interiores, de la normativa o de la de situación. (s mucho m!s, la #tica de Fesús no se dirige a la reducción sino a la superación del mal, y se basa fundamentalmente en el amor a
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AisrLnus r.ocos &M=l.= 1i/OrnrJ \# u Mnrlucnci/=
rL(&0G-6 COMPLEMENTARIA
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6-M)080(L()/ La virtud es la verdadera felicidad
*0omado de *tica de 7icómnl8o6 Nolvamos a la primera cuestión, que hemos sentado anteriormente; ella puede muy f!cilmente contribuir a resolver la que ahora nos proponemos. )i es preciso siempre esperar y ver el fin, y si sólo entonces se pueden tener por dichosos a los hombres, no porque lo sean en aquel momento, sino porque lo fueron en otro tiempo; $no ser"a un absurdo, cuando uno es actualmente dichoso, no reconocer, respecto de #l, una verdad que es incontestable% (s vano pretexto decir que no se quiere proclamar a las personas que viven por temor a los reveses que puedan sobrevenirles, y alegar que la idea de la felicidad nos la representamos como una cosa inmutable y que no cambia f!cilmente; y, en fin, que la fortuna causa muchas veces las perturbaciones m!s diversas en un mismo individuo. &onforme a este ra'onamiento es claro que si quisi#ramos seguir todas las mudan'as de la fortuna de un hombre, suce der"a muchas veces que llamar"amos a un mismo individuo dichoso y desgraciado, haciendo del hombre dichoso una especie de camaleón y de una naturale'a medianamente mudable y pobre. QPero qu#O, $ es prudente dar tanta importancia a los cambios de la fortuna de los hombres% 9o es la fortuna donde se encuentran la felicidad o la desgracia, estando la vida humana expuesta a estas vicisitudes inevitables, como ya hemos dicho; sino que son los actos de virtud los únicos que deciden soberanamente de la felicidad, como son los actos contrarioslos que deciden del estado contrario. La cuestión misma que dilucidamos en este momento es un testimonio m!s en favor de nuestra definición de felicidad. 9o, no hay nada en las cosa humanas que sea constante y ?S
ooones fOunchmenr.Ollcs de =.T (cic=
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seguro hasta el punto que lo son los actos y la pr!ctica de la virtud; estos actos nos aparecen m!s estables que la ciencia misma. 6dem!s, entre todos los h!bitos virtuosos, los que hacen m!s honor al hombre son tambi#n los m!s durables, precisamente porque en vivir con ellos se complacen con m!s constancia las personas verdaderamente afortunadas; y he aqu", la causa de que no olviden am!s el practicarlos. 6s" pues, la perseverancia que buscamos es la del hombre dichoso; #l la conservar! durante toda su vida, y sólo practicar! y tomar! en cuenta lo que es conforme con la virtud, o por lo menos, se sentir! ligado a ello m!s que todas las dem!s cosas y soportar! los a'ares de la fortuna con admirable sangre fr"a. (l que dotado de una virtud sin tacha es, si as" puede decirse, cuadrado por su base, sabr! resignarse siempre con dignidad a todas las pruebas. )iendo los accidentes de la fortuna muy numerosos, y teniendo una importancia muy diversa, ya grande, ya pequeCa, los sucesos poco importantes, lo mismo que las ligeras desgracias, apenas eercen influo en el curso de la vida. Pero los acontecimientos grandes y repetidos, si son favorables, hacen la vida m!s dichosa; porque contribuyen naturalmente a embellecerla, y el uso que se hace de ellos da nuevo lustre a la virtud. )", por lo contrario, no son favorables, interrumpen y empaCan la felicidad, porque nos traen consigo disgustos y, en muchos casos, sirven de obst!culos a nuestra actividad. Pero en medio de estas pruebas mismas la virtud brilla con todo su esplendor cuando un hombre con !nimo sereno soporta grandes y numerosos infortunios, no por insensibilidad, sino por generosidad y por grande'a de alma. )i los actos virtuosos deciden soberanamente de la vida del hombre, como acabamos de decir, am!s el hombre de bien, que solo reclama la felicidad de la virtud, puede hacerse miserable, puesto que nunca cometer! acciones reprensibles y malas. 6 nuestro parecer, el hombre verdaderamente sabio, el hombre verdaderamen
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d)
S5/e6:5 MAticos en 5! +I7(O/i0-. 7u -n/-uen&!-
te virtuoso, sabe sufri r todos los a'ares de la fortuna sin perder nada de su dignidad; sabe sacar siempre de las circunstancias el meor partido posible, como un buen general sabe emplear de la manera m!s conveniente para el combate el e#rcito que tiene a sus órdenes; como el 'apatero sabe hacer el m!s precioso cal'ado con el cuero que se le da; como hacen en su profesión todos los dem!s artistas. )i esto es cierto, el hombre dichoso, porque es hombre de bien, nunca ser! desgraciado, aunque no ser! dichoso, lo confieso, si por acaso caen sobre el desgracias iguales a las de Pr"amo. Pero, por lo menos, siempre resulta que no es un hombre de mil colores, ni cambia de un instante a otro. 9o se le arrancar! f!cilmente su felicidad; no bastar!n para hac#rsele perder infortunios ordinarios, sino que ser! preciso, para esto, que caigan sobre #l los m!s grandes y repetidos desastres. -ec"procamente, cuando salga de semeantes pruebas, no recobrar! su dicha en poco tiempo y de repente, despu#s de haber las sufrido, sino que, si vuelve a ser dichoso, ser! despu#s de un largo y debido intervalo, durante el cual habr! podido go'ar sucesivamente grandes y brillantes prosperidades. $Por qu#, pues no hemos de declarar que el hombre dichoso es el que obra siempre según lo exige la virtud perfecta, estando, adem!s, suficientemente provisto de bienes exteriores, no durante un tiempo cualquiera, sino durante toda su vida% $8 bien, habr! de aCadirse como condición precisa que deber! vivir constantemente en esta prosperidad y morir en una situación no menos favorable, ya que el porvenir no es desconocido y que la felicidad, tal como nosotros la comprendemos, es un bien y un cierto perfeccionamiento definitivo en todos los conceptos% )i todas estas consideraciones son exactas, llamaremos dichosos entre los vivos a los que poseen o puedan poseer todos los bienes que acabamos de indicar. 0#ngase entendido, por otra parte, que cuando digo dichoso, quiero decir hasta donde los hombres pueden serMo. Pero no insisto m!s sobre esta materia.
e) f)
LECTURA COMPLEMENTARIA $~ % TOMÁS DE AQUINO: En qué !n"#"$% l& '%l##(&( (%l )!*+,% 39ul4la :eolóicn6 Art1culo =. )i la felicidad de/!Olllbre está en las ri%uezas. (s necesario responder que es imposible que la felicidad del hombre est! en las rique'as. 6l decir del filósofo en la ;ol1tica, hay dos clases de rique'as, las naturales y las artificiales. Las naturales son aquellas que sirven al hombre para satisfacer sus necesidades naturales, como el alimento, la bebida, los vestidos, los veh"culos y las habitaciones y otras cosas semeantes. Las artificiales son aquellas con las que de suyo no se ayuda a la naturale'a, como el dinero, pero que el arte humano invento para facilitar los cambios, a fin de que sean como una medida de las cosas venales del comercio. Pues bien, es evidente que la felicidad del hombre no puede consistir en las rique'as naturales porque a #stas se las busca con otra finalidad ulterior, es decir, para sostenimiento de la naturale'a del hombre y, por ello, no pueden ser fin último del hombre sino que se ordenan al hombre como a un fin.
Art1culo U. )i la felicidad del !ombre está en el poder. (s necesario responder que es imposible que la fe licidad del hombre consista en le poder. Primero, porque 70
h) g)
=
el poder es principio, afirma el libro N de la ,'vlt'faf1sicn, y == la felicidad es fin, /O Jltimo. )egundo, porque el poder == sirve para el bien/O para el nlal, mientras que la felicidad 4) bien propio T. perfecto del hombre; luego m!s bien un cierto modo de felicidad podr"a consistir en el buen uso del poder mediante la virtud m!s que en el poder == M0MMsmo.
=
'1
inalmente, se pueden invocar cuatro ra'ones generales para mostrar que la felicidad no est! en ninguno de los bienes exteriores citados. Primera, porque, al ser la felicidad el bien sumo del hombre, no es compatible con ningún maL mientras que todos los bienes anteriormente seCalados pueden encontrarse en los hombres buenos y en los malos. )egunda, porque, siendo esencial a la felicidad el ser suficiente por s" misma, como se dice en el libro 1 de la *tica, una ve' lograda la felicidad es for'oso que a el hombre no le falte ningún bien necesario y, sin embargo, logrados todos y cada uno de los bienes citados, todav"a pueden faltar muchos bienes necesarios a el hombre como la sabidur"a, la salud cor poral y otros. 0ercera, porque al ser la felicidad el bien perfecto, no puede provenir de ella ningún mal para nadie, lo cual no ocurre con los bienes citados
&uarta, porque el hombre se ordena a la felicidad por principios interiores puesto que por la misma naturale'a est! hecho para ella; ahora bien, los cuatro bienes seCalados provienen m!s bien de causas exteriores y en la mayor"a de los casos de la suerte o fortuna y por eso se llama bienes de fortuna. Vueda manifiesto, por consiguiente, que la felicidad no consiste de ningún modo en dichos bienes * ... +.
Art1c8llo 3. )i la felicidad del !ombre está en al
piloto no intenta como fin último la simple conservación de la nave puesta bao su dirección, ya que la nave se ordena como fin a otra cosa, a la navegación. Pues bien, as" como se le encomienda al piloto la nave para que la diria, as" el hombre es entregado a su propia ra'ón y voluntad, de acuerdo con aquello del (clesiast#s, =3, =U/
alma, como la materia por la forma y algo as" como el instrumento por el motor, para que por #l realice sus acciones; luego todos los bienes del cuerpo se ordenan a los bienes del alma como a su fin. (n consecuencia, es imposible que la felicidad, que es el nn último del hombre, consista en los bienes del cuerpo * ... +. Art1culo '. 9i la felicidad está en el placer. (s necesario responder que, según 6ristóteles en el NMM de la Itica, como los deleites corporales son los m!s conocidos para la mayor"a recibieron el nombre de voluptuosidades o placeres voluptuosos, aunque existan otros mayores. )in embargo, la felicidad no consiste en ellos porque en cualquier realidad una cosa es lo que constituye su esencia y otra lo que es su occidente propio como, por eemplo, el hombre el ser animal racional mortal es cosa distinta de ser risible. )egún esto hay que tener en cuenta que todo placer o go'o es un cierto ac
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i)
cidente propio que se sigue de la felicidad o de algJn elemento parcial de la misma ; alguien, en efecto, se go'a o deleita, porque posee cllgJn bien que conviene a la
I naturale'F., sea que lo tenga realmente, sea en esperanM'a, sea al menos en la memoria. (l bien conveniente, si de verdad es perfecto, es la felicidad misma del hombre; si es imperfecto, es cierta participación próxima ( remo ta o por lo menos aparente de ella. (n consecuencia, es claro que ni el go'o mismo que se sigue del bien perfecto es la esencia misma de la felicidad sino una cierta con secuencia que se sigue de la misma a la manera de acci dente propio. Pues bien, el placer corporal ni siquiera de ese modo puede ser el resultado del bien perfecto ya que es una consecuencia del bien que percibe el sentido y el sentido es una potencia o fuer'a del alma que usa del cuerpo. (l bien que pertenece al cuerpo y que es aprehendido por el sentido no puede ser el bien perfecto del hombre/ en efec to, como el alma racional excede la proporción de la materia corporal, la dimensión o parte del alma que est! liberada de órgano corporal posee cierta infinitud respecto del cuerpo mismo y de las partes o dimensiones del alma suetas al cuerpo; as" como la realidades inmateriales son en cierto modo infinitas respecto de las materiales porque la forma se limita y contrae por la materia y, por lo mismo, la forma independiente de la materia es en cierto m.odo infinita, as" el sentido, que es facultad corporal, conoce lo singular, que es determinado y limitado por la materia, mientras que el entendimiento, que es facultad independiente o absuelta de la materia, conoce lo universal, que es abstra"do o abstracto de la materia y que contiene en si infinitos singulares. Por lo tanto, es evidente que el bien conveniente o proporcionado al cuerpo, el cual causa el deleite corporal por medio de la percepción sensorial, no es bien perfecto del hombre sino m"nimo en comparación con el bien del alma ... (n consecuencia, el placer corporal ni es la felicidad misma, ni es siquiera un accidente propio de ella ...
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*** EL -ALOR MORAL
EL -ALOR EN ENERAL
L89 :a-8/e9 en gene/a- ; 9u 9igni
) ún cuando el tema de los valores es considerado relativamente reciente en filosof"a, los valores est!n presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas/ el bien, la verdad, la belle'a, la felicidad, la virtud. )in embargo, el criterio para darles valor ha variado a trav#s de los tiempos. )e puede valorar de c=cuerdo con criterios est#ticos, esquemas sociales, costumbres, principios #ticos o, en otros t#rminos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio. $ =ué se entiende por valor> (ste concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teor"as. (n sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perder"a la humanidad o parte de ella. (l valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por eemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en ve' de ser falso; es miWs valioso trabaar que robar. La pr!ctica del valor
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TT ,XOM=&Y und.lM==LAld#) de b IX&l
desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoa de esa cualidad.
Para comen'ar el tema que nos embarga, consideramos oportuno manifestar en primer momento que los valores en s" mismos, no son cosas reales ni obetos ideales4?; es as", que el t#rmino valor o valioso, lo aplicamos al obeto al cual se dirige nuestro anhelo, por eso aqu" cabr"a preguntamos/ si el hecho de que un obeto despierte en nosotros una apetencia, le da a ese obeto un determinado valor, en este caso, hablar"amos del valor obetivo *est! en el obeto+, o si, por el contrario, por tenerlo, lo aceptamos como valor, lo cual nos llevar"a a entenderlo como valor subetivo *est! en el sueto+, pero aún as" queda el cuestionamiento, en definitiva el valor $es subetivo u obetivo% La visión subetivista considera que los valores no son reales, no valen en s" mismos, sino que son las personas quienes les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o desagrado que producen.
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ten las personas. 6lgunos autores indican que los valores no son el producto de la ra'ón; no tienen su oriaen y su fundamento en lo que nos muestran los senti &F dos; por lo tanto, no son concretos, no se encuentran en el mundo sensible y obetivo, (s en el pensamiento y en la mente donde los valores se aprehenden, cobran forma y significado. La escuela fenomenológica, desde una perspectiva idealista, considera que los valores son ideales y obetivos; valen independientemente de las cosas v de las estimaciones de las personas. 6s", aunque todos seamos inustos, la usticia sigue teniendo valor. (n cambio, los realistas afirman que los valores son reales; valores y bienes son una misma cosa. 0odos los seres tienen su propio valor. 6nte esta problem!tica, consideramos oportuno describir de manera m!s espec"fica las diferentes concepciones calificativas del valor en general, ve!moslo en detalle/
,. (a concepción sub$etivista (sta concepción, afirma que el valor que se considera en el sueto, por eemplo/ la belle'a del cuadro, el valor belle'a, no proviene únicamente del cuadro en cuanto que la posee en s" misma, sino fundamentalmente del sentimiento est#tico que el sueto traslada al cuadro, pues el cuadro no es bello ni feo en s" mismo.
O; (a concepción ob$etivista (sta concepción considera que los valores valen por s" mismos, independientemente de la impresión que el sueto pueda producir, es decir, las cosas valdr"an en s" mismas por su valor obetivo, no valen porque las apreciamos *valor subetivo+. El valor entendido como fin
y
como bien
(l valor es un aspecto del bien, es decir, el bien puede considerarse en su cualidad de bien, es decir, bao el clspecto de la perfección, de plenitud de ser que posee 77
Z.ZA.ZA
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en s"; es el biell 2Ol8l? valor. Puede ser considerado tarn bi#n como la finalidad de mi actividad, como el obete de una tendenci#l., como lo que hav que reali'ar o alcan. 'ar; es el biell como fin.
n s1ntesis, las diversas posturas conducen a inferi[ dos teor"as b!sicas acerca de los valores dependiende de la postura del ob$etivismo o del sub$etivisll8? aiolóicos. EL VALOR MORAL
Los valores m!s espec"ficamente humanos son lo/ que tocan a lo m!s propio de la persona, es decW=A a )t libertad, y estos son los valores morales. Porque los valores morales, afectan al sueto en lo m!s "ntimo y personal, en lo que es m!s propiamente #l mismo/ se refiere6 a su libertad. (l soidado o el polic"a que auxilia a su &8m paCero herido, el hombre agredido que perdona a )t agresor, son acciones reali'adas, y se modifican con um cualidad, la cual denominamos BG(96. (n virtud de lo anterior, la libertad entonces es =, que determina con el calificativo, de buena o mala un, acción espec"fica. (sto nos lleva a decir, que el valor moral afecta a lo m!s "ntimo del hombre, que es su libertad Los valores morales en tonces, se refieren a las acciones propias del hombre en cuanto preceden a su libero tad, y no se refieren a la obra m"a eecutada por esaA acciones4S; por eemplo/ el hecho mismo de salvar a ur soldado herido.
7. 67G<(L8, *tica+ fUlldalll2lltal, profesiollal ** de educaci@4l, (d Ner dad y Nida, Bogot!, =>\>, p.=>?.
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&on referencia a lo anterior, podenlos agregFr entonces, que los valores tales como/ útiles, agradables, intelectuales, art"sticos etc., sin el clnimo de despreciarlos, no constituyen el valor de la persona humana como tal, es decir, $%e&'ll en (ierto )IIo&o, COIlIO 'l*o e+temo 'l s%eto, 11+ lo 'l('ll-nI. ell (lllL/(leo &e sU)llism' person'0 Por el he(ho &e $%e yo (ollo-(' 'l*o ello 11+ se 'lllllel1 t' ellmi l' elle-'2 l1i por el he(ho &e (ono(er %n i(ll, me h'*o m3s %eno0 Un 'rtist' p%e&e re'li-'r %ll' pel4(%l' COIl %n 'lto *r'&o &e ('li&'&, pero p%e&( tener %n 5'lor )IIor'l m%y ne*'ti56 B ,
un asesino puede reali'ar un crimen perfecto en cuanto a su planeación, pero esa obra no perfecciona al autor en su dignidad personal sino que lo envilece. 9osotros mismos en ocasiones, sentimos que hemos obrado rectamente, como deber"amos, pero muchas veces se nos presenta la ocasión de eecutar una acción de la cual podemos sacar provecho, pero que en s" no es buena. &on una mentira podr"amos quedar bien delante de los dem!s y nadie podr"a comprobar que fue falso lo que diimos; sin embargo, una acción de esa naturale'a comprendemos que es mala, que nos rebaar"a; ser"a una acción indebida E- :a-8/ y 9u 68/a-idad
Los valores morales comprenden las virtudes como la prudencia, usticia, fortale'a y templan'a, dependen exclusivamente del libre albedr"o. &ada sueto va forando sus propias virtudes y es responsable de su conducta moral. (stas virtudes, si bien es cierto pueden recibirse desde el hogar, se perfeccionan y se adquieren
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&f. 7. 67G<(L8, ÉtiCII, p. =>\.
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a base de esfuer'o y constancia. Los valores morales est!n colocados en un nivel m!s "ntimo dentro de la personalidad humana; son superiores a los otros tipos de valores *económicos, no#ticos, sociales y religiosos+ porque se obtienen a base de m#rito, por el eercicio de su naturale'a humana. Los valores morales perfeccionan al hombre de tal modo que lo hacen m!s humano (l valor moral, al igual que los otros tipos de valores, tambi#n se expresa por una relación. 8 meor dicho, es una cualidad contenida en el hombre y en su conducta, y que se relaciona adecuadamente con otro obeto, que desde el punto de vista cristiano es
e&$89 de- a-8/ 68/a-
tiene que ver con el hombre y su conducta, una persona actúa bien cuando actúa conforme a las exigencias de su misma naturale'a humana. Gn acto es bueno cuando est! de acuerdo con la naturale'a de quien lo eecuta, o sea, cuando guarda relaciones de adecuación con las exigencias de la naturale'a humana. (ste es el punto de referencia para valorar la conducta humana. (sa base para valorar al hombre es su misma naturale'a, racional y libre. &uando actúa libre y racionalmente, de acuerdo con su naturale'a, es cuando actJa con valor moral. La naturale'a racional del hombre l aspecto material+
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(l T @.uar /.
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e) el fundamento de moralidad, o sea, la base para u'gar la moralidad de un acto. &on todo esto podemos definir que el valor moral, en su aspecto material o contenido, es la adecuación entre un acto y las exigencias de la naturale'a racional y libre del que lo eecuta. 6 partir de esta definición, se pueden hacer infinidad de aplicaciones concretas según la moral cristiana, por eemplo en los
trascendentalidad de la persona !umana,
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o)
que se entiende como/ la reali'ación de una capacidad t"pica en el hombre, la de trascenderse, la de apuntar a un hori'onte fuera de s" mismo, en #ste caso, llegar a /e9i@n de -a 68/a-idad y de- :a-8/ 68/a-
Ha se ha dicho anteriormente que el hombre debe austar su conducta a las exigencias de su propia naturale'a. (sos actos as" considerados tienen un valor natural y ontológico, ese es el contenido o materialidad del valor moral. Pero adem!s, esos mismos actos, en cuanto participan o est!n de acuerdo con la recta ra'ón, quedan entroncados o iluminados por un nuevo y definitivo valor, el valor absoluto de la recta ra'ón, que es, la forma o estructura del valor moral. (n #ste momento es cuando estamos en posesión de una 9orma de oralidad absolutamente v!lida, independiente del tiempo y del espacio. La norma de moralidad no est! en ningún bien o fin terreno, sino que procede del mismo hombre. Pero aun as", esta norma no es definitiva, sino que est! subordinada a un Nalor oral 6bsoluto, al cual tiende a . priori el esp"ritu humano por su ra'ón y voluntad.
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ese bien que conoce mediante su actuación moral. (n otras palabras/ $6 qu# debe conformar sus actos para alcan'ar su fin% $&u!l ha de ser la norma de moralidad que los gu"e y oriente moralmente% Llamamos 9orma de oralidad a la regla o n.edida mediante la cual el sueto pueda reconocer sus actos como buenos o malos, según que se conformen o no con ella. La 9orma de oralidad es doble/ obetiva y subetiva. (a 7orma Ob$etiva de oralidad es la ley moral, es decir, la ordenación preceptiva que rige sobre la actuación del hombre en relación con sus distintos fines dentro del orden general de la creación. (a 7orma 9ub$etiva de oralidad es la conciencia moral del hombre, lu' del alma, donde est! como impresa la ley moral, y mediante la cual se aplica #sta a los distintos casos o circunstancias de la vida moral. (n lenguae vulgar llamamos conciencia a la conciencia moral por la cual nos damos cuenta de la bondad o malicia de nuestros actos o intenciones. (n el lenguae común usamos un t#rmino m!s amplio consciencia para significar el puro darse cuenta o poseer conocimiento reflexivo de uno mismo y de su actividad ps"quica. 6s", cuando decimos de alguien que est! inconsciente o de nosotros que somos conscientes de lo que sucede. (n estas expresiones nos referimos a la conciencia psicológica en general, y en la primera, a la conciencia moral, que es aquella parte de la conciencia psicológica que se refiere al obrar, emite uicios pr!cticos acerca de la bondad o malicia de los actos humanos. La conciencia moral puede ser antecedente o consecuente, según que u'gue los actos futuros anticipadamente o los pasados retrospectivamente. )i la ley, como expresión de la voluntad divina, es la norma obetiva de moralidad, la conciencia o acto del entendimiento que nos informa interiormente de la bondad o malicia de nuestras acciones libres es la norma subetiva que ha de regular nuestra conducta.
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tos del desarrollo temporal/ presente, pasado y futuro. Las 9ormas orales dirigen nuestra conducta, tienen un origen externo, cuando vienen de la sociedad, e interno en el momento en que las aceptamos 4> La -e; >89i$ia: de$e/6ina&i@n de -a n8/6a ; de- a-8/ 68/a-
La palabra ley, en sentido general, significa lo que impone un modo fio y determinado de obrar, a alguno, a varios, o a todos los individuos de una especie. (sta ley depende de una necesidad natural o de la voluntad de los hombres. &on esto se tiene que una ley se puede clasificar como/ Ley (terna *de toda la naturale'a+/ se le llama as" al orden general que reside el Gniverso y que el entendimiento conoce obetivamente. Para la filosof"a cl!sica se trata de la misma ra'ón o entendimiento divino. (n tanto que instituye reglas universales para el gobierno del mundo. )u efecto es la norma o medida que preside el &osmos *noción que se opone a &aos+, a la cual obedecen de forma diversa todos los seres animados e inanimados, desde los astros en sus movimientos hasta el hombre. La ley eterna implica el acto de la voluntad divina por el cual se crea el mundo conforme a esta ley. Ley 9atural o Ley oral *en nosotros mismos+/ se le llama as" a la participación de la ley eterna en la criatura racional 3participatio leis aeternae in rationali creatura, según )anto 0om!s+. La ley natural, como parte de la eterna, es tambi#n divina; es decir, procedente de
O &f. (6.,
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cuentra, en cambio impresa en la conciencia de todos los h2T==bres, por modo tal que aun el hombre m!s rudo o ignorante sabe espont!neamente por su conciencia de la bondad o malicia de los actos que reali'a. La formulación m!s completa y perfecta de los conceptos b!sicos de la ley moral natural es el
l valor moral e profundamente personal
9o es que los otros valores no interesen a la persona o queden relegados a un segundo plano, por el contrario, los valores no morales, perfeccionan al hombre según la dimensión de su propia naturale'a, eemplo/ la inteligencia, la sensibilidad, la est#tica, etc., pero aunque estos valores =2 perfeccionen, no lo hacen absolutamente bueno. 6 diferencia de las virtudes intelectuales, las virtudes morales aseguran la perfección del acto y la del agente. )on pues, una promoción del agente como tal, en cuanto comprometen su libertad y su responsabilidad. V
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T,l*/;on#O unF.ll==Am.Q[, t-~ /.= En0*
Puedo ser militar, polic"a, sabio, artista, autor famoso, pero las situaciones brillantes, los dones del esp"ritu, la esti ma de los dem!s, etc., todo esto cede D=ué sentido humano confieren estas actividades a mi existencia% Puedo ser un buen deportista, pero un mal hombre; un gran sabio, pero de car!cter d#bil, etc. )in duda, no se trata de negar los valores implicados en el eercicio de la actividad cient"fica, literaria, est#tica, etc.; pero pueden volverse contra el hombre si no han saneado su cora'ón y su voluntad. Urencia del valor moral
6 diferencia de los dem!s valores, el valor moral tiene la urgencia de la acción, es decir, en un momento determinado debo escoger y obrar, y abstenerme, ser"a tambi#n una manera de situarme con relación al valor morapo, por lo tanto, podemos afirmar que los valores son expresiones de las diferentes posibilidades y aspiraciones que el deseo de vivir suscita en las personas. La importancia de cada valor entonces, depende de su relación con la vida. Los valores no son fines en s" mismos, sino mediaciones de la vida. )ólo la vida es fin. Oblinción del valor moral
(n este punto lo que importa necesariamente, es que cada valor tiene su forma propia de imponerse, en el caso del valor moral esta imposición la denominamos obligación. l valor moral e universal
9o obstante la cr"tica y discusión de algunos estudiosos de la #tica y de la moral, sobre todo en la l"nea relativista, al negar o desconocer la valide' universal del valor moral, podemos afirmar que/ el valor moral se
52 CE0 7. 67G<(l8
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impone a todos los hombres, que es obetivo, y que se funda en la naturale'a humana, y si todos los hombres tienen la misma naturale'a humana, por ende el valor moral se hace universal. l valor moral e funda en el ser
(l valor moral es propio del hombre, es decir, se funda en su ser mismo a la ve' que constituye el perfeccionamiento de la persona humanal porque lo moralmente bueno, es lo que conviene a la naturale'a del hombre. 8tros valores sin duda alguna` har!n bueno al hombre en una l"nea determinada, por eemplo en el arte, la est#tica entre otros, pero en cambio el valor moral lo hace bueno en cuanto hombre. (l ser un gran artista, no afecta mi personal pero en cambio el ser un criminal s". l valor moral e irreductible
6s" como no llamamos art"stica la acción de calmar la sed, tampoco podremos llamar moral a un obeto personal cualquiera que este sea` esto significa que podremos distinguir claramente cuando una acción tiene móviles económicos y cuando se hace por caridad. 9 o tiene el mismo valor la acción de escuchar música que la de auxiliar al compaCero cuando se est! ahogando. l valor moral supera a los demás valores
l orden del valor moral supera los restantes órdenes de valores" es decir, no constitu)e un orden más, $unto a los otros, sino %ue se manifiesta siempre como anterior" !a) %ue anteponerlo a los demás, por e$emplo el valor de la cultura es de su)o superior al valor de la simple salud. ;ero !a) casos en %ue !a) %ue anteponer la salud a un estado intensivo %ue podr1a destruirla ... H as1 los demás órdenes. n cambio, nunca se puede anteponer otro valor con per$uicio del valor 07
w) v)
2/oc;oncs Pund/uncnr;lb dc -a (riel
moral, por%ue la presencia del unlor moral simplemente !ace bueno al !ombre y =S unca se puede anteponer alo a la bondad dellzombreE17 LA JERARu3A DE VALORES
Los valores se pueden clasificar en variados grupos utili'ando diversos criterios. 1ay autores que los dividen en lógicos, #ticos, y est#ticos. 8tros autores diferencian m!s y aCaden a los anteriores los m"sticos, eróticos y religiosos. Una clasificación bastante eneralizada los arupa en valores tiles, vitales, lóicos, estéticos, éticos y reliiosos. 2ual%uier arupación, obedece a aln criterio determinado. ste no es otro %ue la clasificación de dimensiones o zonas de interés en la vida !umana, %ue al encuentro con las cosas pueden conferirles sentidos definidosE.
Para quien el inter#s m!ximo de su vida resida en el go'o est#tico, los valores est#ticos constituir!n el primer puesto en la escala de valores. Para quien situ# la plenitud de la vida humana en una vida sobrenatural, ser!n primeros los valores religiosos. H as" en los dem!s casos.
54 CE0
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7. 67G<(L8 ... , p. 422. L.[. 789:L(: ... , p. =42.
A
1I2.Jnr\34
G 2ateor1as o $ere%u1as de valores adoptados por la !uman1dad
a) /urabilidad+ los valores se reflean en el curso de la vida. 1ay valores que son m!s permanentes en el tiempo que otros Por eemplo, el valor del placer es m!s fuga' que el de la verdad. x) 4nteralidad+ cada valor es una abstracción "ntegra en s" mismo, no es divisible. c) Fle'1bilidad+ los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas. d) 9atisfacción+ los valores generan satisfacción en las personas que los practican. e) ;olaridad+ todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; todo valor conlleva un contravalor. f) Herar%u1a+ hay valores que Oson considerados superiores *dignidad, libertad+ y otros como inferiores *los relacionados con las necesidades b!sicas o vitales+. Las erarqu"as de valores no son r"gidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona. g) :rascendencia+ los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad. h) /inamismo+ los valores se transforman con las #pocas. i) Aplicabilidad+ los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entraCan acciones pr!cticas que reflean los principios valorativos de la persona. j) 2omple$idad+ los valores obedecen a causas diversas` requieren complicados uicios y decisiones 55. F
6. &8-0M96, 2iudadanos del mundo, (d. 6lian'a, adrid, =>>S. Re)
&on referencia a los valores morales, según 8rtega, y 7asset, afirma que estos pueden ser por eemplo, la bondad, la usticia o la lealtad. ,8Iientr's $%e .89In0r S(lleller, por s% p'rt:, el)tiel)&e $%e los %'lores IIlomles l`8 (onstit%yel) % l)' (lnse pe(%linr ;&e .In lores<, sino $%e In (Ol)&%(tn mor'lmente '&e(%'&' (onsiste en tmtnr &e renli-'r ell elllllln&o los &em3s 5'lores &e %nn mnner' (orre(tn99.0
Pero al respecto, 7usdor* en su escala propuesta y m!s exactamente en su tercera categor"a, dice, que los valores espirituales, interesan a todo hombre y a las profundidades m!s "ntimas de su ser. (l problema aqu", es indiscutiblemente de orden personal y social, puesto que cuando el hombre no toma ninguna escala de valores para su propia reali'ación personal y social, o en el peor de los casos, asume como propios, una clase de valores que no son netamente valores morales, va en detrimento de su misma naturale'a arriesgando el buen curso del bien común. Ha que #stos últimos no son netamente valores morales sino antivalores, ofrecidos, por una sociedad descompuesta que los hace ver como valores. 8tro problema que a diario se da en nuestra sociedad, es el relativismo #tico psicologista, el cual sostiene, que algo es bueno para nosotros solo porque lo deseamos, o sea, que asignamos un valor a lo que nos agrada, esta situación nos da como resultado una escala de valores subetivos y relativos, ya que no existen sino en la conciencia del sueto, que los valora como buenos y malos en cuanto le produ'can o no placer, sin tener en cuenta su propia reali'ación personal y humana. ). C!67I$), El mUlI&o &e los mlores2 =ti(n ) e0i>)(,.(i?lI, E4. 8uh
5.I
de Bogot!, =>>S, p. U3.
90
Ltda., )antaf#
y) z)
~EC796) COMPLEMENTARIA $~ I
MINISTERIO DE DE/ENSA NACIONAL RE012LICA DE COLOM2IA &X
Presentación
(a Alfor$a del 2aminante (l inisterio de
aa) #(2-nn("9 Fund:--T-Cn/!-C::
Aie 5 D!<*(!*
>=
mentos de dificultad o de penuria. Nalores corno la transparencia, el respeto a los dem!s, conforman el código que es parte de la convicción,^ el obetivo que orienta los pasos de cada funcionario. (ste &ódigo de Nalores es nuestro manual de ruta y cada uno de nosotros lo asume, lo aprende, lo desarrolla en compaC"a y lo porta con el convencimiento absoluto de que si va en nuestra alf8tia de caminantes el viae br ser! m!s liviano. es y 7G)06N8 8ELL L(G) d Nicepresidente de &olombia er inistro de
@
USTICIA
)atisfacer las necesidades de la comunidad en los fines que la &onstitución y la Ley nos han confiado. LEALTAD
7uardar fidelidad a los principios y valores institucionales. COPRO.8lISO
&onocer y cumplir con empeCo, profesionalismo y sentido de pertenencia los deberes y obligaciones. RESPONSA!ILIDAD
6sumir y aceptar las consecuencias de nuestros actos libres y conscientes. >4
i ¡
b
=.= T :.ur \
]8P.F
HO,8ESTlDAD
6ctuar con rectitud, sinceridad, transparencia y leaalidad. tF
DISCIPLINA
&umplir las normas establecidas y reconocer la autoridad. SOLIDARIDAD
-esponder con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida, la pa', el orden y la seguridad de los dem!s. VALOR
6ctuar con corae, arroo, intrepide' y prudencia en cada situación que sea necesaria para defender el bienestar de la 9ación. 3ISTORIA EL RASTRO ;E L!" VALORES
&uando el inisterio de 5
bb)
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(ra necesario visibili'arlos. 1acerlos expl"citos para que las nuevas generaciones, como los aprendices de bruo de la tribu, enriquecieran con los vientos cambiantes de la modernidad los saberes aprendidos, siguieran el rastro de los valores que la historia iba fundiendo en una institución que recoge de la patria los anhelos de libertad, de soberan"a, de pa' y convivencia. Por eso el &ódigo de Nalores nació como una cons trucción colectiva. (n talleres y ornadas, en encuestas y charlas de pasillo, en intrincados debates por la definición precisa, en la orientación de la pol"tica presidencial, en la decisión del 6lto ando, en la discreta oficina del funcionario, en el escritorio atiborrado de mensaes de las secretarias, en el aroma exquisito de una charla alrededor de una ta'a de caf#. 1oy la institución cuenta con una carta de navegación de #tica civil y #tica pública que orienta las grandes definiciones en seguridad y defensa, en derechos humanos y derecho internacional humanitario, en la defensa de la democracia y, tambi#n, en el cumplimiento del deber y la tarea diaria. &lasificación de los valores según ax )cheler
1.
5alores de lo aradable ) lo desaradable. 6 este
conunto de valores corresponde, por una parte, la función sentimental sensible *con sus modos/ el oce y el sufrimiento6 y, por otra, los estados afectivos de los sentimientos sensoriales/ el placer y el dolor sensibles.
2.
5alores vitales. (ste conunto de valores gravita sobre la
ant"tesis noblevulgar. &orresponden a la esfera de los valores vitales/ todos los modos del sentimiento vital *salud, enfermedad, vee', muerte+, todas las reacciones instintivas *angustias, vengan'a, etc.+. Los valores vitales constituyen una modalidad de valor independiente y no reducible ni a los valores de lo agradable y desagradable ni a los valores 94
cc) :::::::: ~:<.:.: .. <.<:~: ~: ::::: ::~::= :::<.<:~ ::
espirituales. )e trata de un conunto sumamente rico en valores y contra valores. 5alores espirituales. 6nte estos valores deben sacrificarse
los va lores vitales. Los valores espirituales se distribuyen er!rquica mente del siguiente modo/ ,=
I I
a. Nalores de lo bello y de lo feo/ el reino completo de los valores estéticos. b. Nalores de lo usto y de lo inusto *que son distintos de los valores de lo recto y no recto, [23 cuales dicen referencia a una ley+/ son los valores #ticos.
c. Nalores del puro conocimiento de la verdad/ valores teóricos.
4. 5alores de lo santo ) de lo profano. )e manifiestan solamente en obetos que son dados en la intención como obetos absolutos. Las reacciones especificas a esta modalidad de valores son/ la fe, la incredulidad, la adoración y actitudes an!logas. Bogot!, &olombia, 4224
>3