1. FASES DE DESARROLLO DE UN PROYECTO MINERO MINERO De las tres fases típicas de desarrollo de un proyecto, la fase de planificación ofrece las mayores oportunidades para reducir los costes de capital y de operación del propio proyecto final, mientras se maximiza la operatividad y rentabilidad de la inversión. Pero también es cierto que ninguna otra fase contiene mayor potencialidad frente al fracaso técnico o económico en el desarrollo del proyecto.
6.1.
Estudio Conceptual. También conocido como estudio de oportunidad (ONUDI), o estimación de orden de magnitud (AACE). Un estudio conceptual representa la transformación de una idea de proyecto en una amplia proposición de inversión, mediante el empleo de métodos comparativos de definición de alcances y técnicas de estimación de costes que permiten identificar las oportunidades potenciales de inversión. Generalmente, los costes de capital y de operación se estiman de manera aproximada a partir de datos históricos. Se intenta primeramente esclarecer los aspectos principales de la inversión de un posible proyecto de explotación. La mayoría de las compañías mineras y empresas consultoras disponen de archivos y programas relativamente simples que pueden proporcionar rápidamente rápidamente unas cifras de costes de capital y costes de operación, así como algunos datos técnicos de interés, en diferentes escenarios posibles de un proyecto minero. Estos programas se basan en los costes medios de numerosas operaciones mineras conocidas y proporcionan un índice de la rentabilidad de una nueva inversión, a partir de una reducida información. Estudio de Pre viabilidad. También denominado estudio preliminar. Un estudio 6.2. de pre viabilidad es un ejercicio de nivel intermedio, que normalmente no es adecuado para tomar una decisión de inversión. Tiene los objetivos de determinar si la idea de proyecto justifica un análisis detallado para un estudio de viabilidad, y si algunos aspectos del proyecto son críticos en su consecución y necesitan una investigación en profundidad por medio de estudios complementarios o de apoyo. Un estudio de pre viabilidad debe considerarse como una etapa intermedia entre un estudio conceptual, relativamente barato, y un estudio de viabilidad, más costoso. Normalmente, se examinan de un modo amplio, no riguroso u optimizado, los siguientes apartados: - Evaluación de las reservas de mineral. - Programa de producciones de estéril y mineral. - Métodos de explotación aplicables y selección de equipos. - Esquemas de tratamiento del mineral. - Servicios necesarios e instalaciones auxiliares. - Mano de obra disponible y costes. - Esquema de implantación e infraestructura del proyecto. - Estudio de mercado. - Análisis económico y financiero, basado en los costes de producción, inversiones, ingresos potenciales y fuentes de financiación fi nanciación del proyecto. 6.3. Estudio de Viabilidad. Proporciona una base técnica, económica y comercial para una decisión de inversión. Se usan procedimientos y técnicas iterativas para
optimizar todos los elementos críticos del proyecto. Se define la capacidad de producción, la tecnología, las inversiones y los costes de producción, los ingresos y la rentabilidad del capital desembolsado. Normalmente, se define inequívocamente el alcance de los trabajos y sirve como un documento base para el progreso del proyecto en fases posteriores. El estudio de viabilidad debe contener una descripción del proceso de optimización aplicado, una justificación de las hipótesis y soluciones escogidas, y una definición del alcance del proyecto como suma de los factores parciales seleccionados. En el supuesto de que el proyecto no sea viable en todas las posibles variantes estudiadas la conclusión del estudio será la no vi abilidad del proyecto. Las estimaciones de costes de capital y de operación, y los cálculos subsiguientes de rentabilidad económica, sólo tienen sentido si se define correctamente el ámbito del proyecto sin omitir ninguna parte esencial, ni su coste. No debe olvidarse que la programación y planificación elaboradas deben servir de estructura de apoyo para la labor futura del proyecto. La decisión marca un punto de "no retorno" en el proyecto de inversión, especialmente si se decide acometerlo, ya que, en caso contrario, aún existe la posibilidad de revisar el caso al cabo de cierto tiempo, por si las condiciones hubiesen cambiado en un sentido favorable. Pero, si se decide acometer el proyecto, entonces, y desde ese instante, empiezan a contraerse compromisos y resulta difícil dar marcha atrás sin incurrir en altos costes.
2. FASE DE IMPLEMENTACIÓN La fase de implementación de un proyecto comprende dos etapas:
7.1.
DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN. Incluye la ingeniería básica y de detalle, la compra de materiales y equipos y las actividades de construcción y montaje. Esta materialización supone iniciar la etapa económicamente más costosa y, en consecuencia, la más irreversible. Cualquier error o defecto en las fases de ingeniería básica o de detalle se pueden corregir con un cierto coste, pero los errores o malos planteamientos, una vez materializados, son muy difíciles de remediar sin incurrir en gastos muy altos. 7.2. ARRANQUE Y PRUEBAS. Consiste en la operación de prueba de los componentes individuales de los equipos y sistemas, en vacío o sin materias primas en la línea de proceso, y con vistas a asegurarse del correcto funcionamiento de los mismos. Las exigencias de esta etapa, frecuentemente es una sub etapa dentro del período de construcción, y los costes asociados con ella son, muchas veces, subestimados en la evaluación de los recursos necesarios del proyecto. Durante esta etapa de trabajo, la custodia y el control de las instalaciones se transfieren del constructor contratista al operador propietario. En paralelo con esas pruebas, es necesario acopiar todos los productos y materiales necesarios para la puesta en marcha, así como comprobar que se dispone de todos los repuestos que se precisen. El mineral a procesar, su almacenamiento y el correspondiente a los productos intermedios y finales, deben estar totalmente preparados al final de esta etapa. Esta etapa hace, pues, de puente entre la
terminación de las instalaciones y la verdadera puesta en marcha y actividades propias de ella.
3. FASE DE PRODUCCIÓN En la fase de producción se pueden distinguir dos etapas:
8.1.
Puesta en marcha. Comienza en el momento en el que se alimenta a la planta
con mineral con el objetivo de transformarlo en un producto vendible. Las instalaciones se ponen en marcha en su totalidad, a veces en circuitos cerrados, tan largos como sea posible. Las pruebas pueden durar varias semanas y durante ellas se intenta llevar a los distintos equipos a sus condiciones normales de operación, a fin de poder observar su comportamiento y el del resto de la instrumentación. No obstante, si se ponen de manifiesto pequeñas deficiencias, éstas se corregirán en la etapa siguiente. La puesta en marcha finaliza, normalmente, cuando se ha demostrado que el proyecto es Operativo Y se obtiene la cantidad y calidad del producto final previstas. 8.2. Puesta en operación. La puesta en operación supone introducir en las plantas el mineral correspondiente y seguir su tratamiento hasta la obtención del producto o productos finales. 8.3. Estudios de viabilidad económica y de evaluación minera. La información que se precisa para llevar a cabo un estudio de viabilidad es muy amplia, y no siempre los técnicos disponen de ella en la magnitud que sería aconsejable para no cometer errores o correr un mínimo riesgo. La importancia o significado de cada factor dependerá del tipo de yacimiento de mineral de que se trate y condiciones en que se encuentre el mismo. Un rápido repaso a la tabla anterior sugiere que hay básicamente cinco disciplinas fundamentales que deben aplicarse en un estudio de viabilidad. Estas disciplinas son: geología, minería, mineralurgia, medio ambiente y economía. Un estudio de vi abilidad debe incluir, en primer lugar, un resumen ejecutivo que presente de forma clara y concisa los resultados y las observaciones principales de los capítulos que comprende.
8.4.
Investigación del yacimiento En general, las grandes fases que han de
haberse cubierto en el estudio geológico de un yacimiento son las siguientes: Prospección y exploración. Reconocimiento de las zonas potencialmente interesantes, desde un punto de vista geológico, para la determinación de las áreas con contenidos anómalos de mineral, donde posteriormente se puedan delimitar verdaderos yacimientos. - Investigación. Estudio de las áreas con mineral para la localización del yacimiento explotable y la determinación del volumen total de recursos y reservas contenidas. - Evaluación. Estudio de detalle de la cantidad, calidad y disposición de las reservas dentro de las zonas explotables.
4. TRATAMIENTO METALÚRGICO El estudio metalúrgico tiene como objetivo básico determinar el proceso por el cual el mineral puede ser recuperado o convertido en un producto vendible. En el análisis de la viabilidad técnica de un proyecto minero es imperativo que desde los primeros instantes exista una estrecha relación entre los geólogos, ingenieros de minas y metalurgistas. El diálogo abierto y fluido entre los diferentes especialistas permitirá intercambiar experiencias y relacionar los datos de las investigaciones, no incurriéndose en errores o en líneas de trabajo infructuosas. Son numerosos los casos en los que después de haberse invertido grandes cantidades de dinero en la investigación geológica y evaluación de un yacimiento, su desarrollo está a la espera de que se produzcan avances tecnológicos, tanto en minería como en mineralurgia, que faciliten el desarrollo de esos proyectos. Dos ejemplos son los siguientes: - Depósitos de sulfuros complejos finamente diseminados con importantes contenidos de cinc, plomo, cobre, plata y oro, en los que su explotación minera no presenta problemas, pero en los que las investigaciones mineralúrgicas no han dado aún unos resultados aceptables para hacer esos proyectos viables económicamente. - Recursos submarinos, como son, por ejemplo, los nódulos de manganeso, que contienen además níquel y cobalto, que yacen en los fondos de los océanos. El proceso de extracción mineralúrgico es bien conocido, pero, aún hoy, no se han puesto a punto unos equipos y métodos mineros que hagan factibles la explotación económica de esos recursos. Cualquier investigación mineralúrgica se basa en el desmuestre del yacimiento y en el ensayo y análisis de los minerales. Los trabajos comienzan, generalmente, con el examen de los testigos obtenidos en los sondeos, a partir de los cuales ya se puede efectuar un diagnóstico sobre la mineralogía y las posibles variaciones dentro del depósito. En esos ensayos sistemáticos de laboratorio se determinará el comportamiento de las muestras de mineral en las diferentes operaciones básicas convencionales: preparación, separación y recuperación. Los ensayos, normalmente, incluyen los siguientes apartados: Trituración y molienda La conminución del mineral suele ser, por lo general, el principal componente de los costes de capital y operación, y de consumo de energía en las plantas de procesamiento de los minerales. Por este motivo, es esencial la determinación de las características físicas del mineral. Los ensayos normalizados se realizan sobre muestras individuales de minerales, con el fin de calcular la energía necesaria para reducirlas de tamaño. Normalmente, se expresa en términos de un parámetro denominado "lndice de Bond", que es de amplia aceptación en la industria para el dimensionamiento de equipos de trituración y molienda. En los últimos 10 años los métodos de conminución autógena y semiautógena han progresado bastante, permitiendo unos ahorros sustanciales en los costes. La adopción de estas técnicas fue inicialmente lenta, debido principalmente a que el mecanismo de
molienda tenía una sensibilidad inherente a los cambios en la friabilidad del mineral. Los ensayos previos que se hacían antiguamente exigían grandes cantidades de muestras, del orden de las 50 t, lo cual suponía, en ocasiones, un alto gasto y tiempo de realización. En la actualidad se efectúa un ensayo continuo a escala que permite evaluar la aptitud del mineral a la molienda autógena y llevar a cabo un diseño básico a partir de muestras de unos 100 kg, obtenidos de los testigos de los sondeos de las áreas seleccionadas como más representativas.
5. INFRAESTRUCTURA Cualquier proyecto minero, además de la propia mina y planta de tratamiento, precisa de una infraestructura, y de instalaciones y edificios auxiliares. La inversión a realizar en este capítulo depende, por un lado, de la ubicación geográfica del yacimiento, ya que no es lo mismo que se encuentre en una zona aislada que en otra fácilmente accesible y con servicios muy próximos, y de la propia dimensión y complejidad del proyecto minero a desarrollar. En los grandes proyectos, además del suministro de energía eléctrica, que en algún caso se resuelve mediante la construcción de pequeñas centrales térmicas, y del abastecimiento de agua, que puede exigir la construcción de presas, pozos de bombeo, plantas depuradoras, etc., un apartado muy importante es el constituido por la red de comunicaciones, accesos y viales, y los medios de transporte y embarque para poder colocar en el mercado los productos minerales obtenidos y conseguir el abastecimiento de materiales y repuestos de maquinaria en condiciones económicas y de rapidez.
6. RECURSOS HUMANOS En el capítulo destinado al estudio minero se habrá determinado el personal necesario de cada una de las categorías para poner en explotación el yacimiento, así como un esquema de organización con las características necesarias para cubrir cada puesto y el número de éstos. En zonas aisladas y poco desarrolladas conseguir personal adecuado con el grado de formación y especialización requerido puede llevar a constituir un grave inconveniente, con posible y e incidencia en los resultados previstos en cuanto a productividades de extracción.
7. ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL Y DE RESTAURACIÓN DE TERRENOS Los estudios de impacto ambiental están encaminados a identificar, predecir, interpretar y comunicar los efectos que un proyecto determinado puede causar en los ecosistemas en los que el hombre se integra y de los que depende. En algún caso especial estos estudios son decisivos para la puesta en marcha de una explotación minera. La conclusión de estos estudios de impacto es la evaluación de los, mismos, valorando las posibles alteraciones, tanto en su magnitud como en el tiempo, y determinando la posibilidad de evitarlas o reducirlas a niveles aceptables. Para hacer estas evaluaciones es preciso definir tres situaciones del entorno: estado cero, estado futuro sin proyecto y estado futuro con proyecto.
8.
ESTUDIO DE RENTABILIDAD Y ANÁLISIS DE RIESGO
La evaluación económica del proyecto de inversión en la mina es el paso fundamental antes de la decisión definitiva sobre el mismo. El instrumento básico es el modelo económico, que refleja el movimiento de los fondos absorbidos y generados a lo largo del tiempo por el proyecto. El resultado de explotación se obtiene por diferencia entre los ingresos por la venta de minerales y sus costes de producción. Sustraendo a los valores obtenidos las cifras correspondientes a la amortización anual del capital desembolsado en la adquisición de los activos inmovilizados se calcularán, para cada año, el beneficio bruto y los impuestos. Esta última etapa se lleva a cabo introduciendo un concepto fiscal exclusivo de la minería. La rentabilidad de un proyecto es su capacidad para generar un excedente de fondos o un rendimiento. No guarda relación con la liquidez, de manera que un proyecto puede poseer mucha liquidez y ser muy poco rentable, o al revés, o cualquier combinación de los valores de los dos indicadores. La rentabilidad de la inversión se suele medir comúnmente por el Valor Actual Neto (VAN) y la Tasa de Rentabilidad Interna (TRI). Antes de evaluar el riesgo del proyecto es frecuente efectuar un análisis de sensibilidad para identificar las variables principales que afectan a la viabilidad económica del proyecto en cuestión. Los efectos de las variaciones "más probables" se estudian sobre parámetros tales como: inversiones iniciales, precios de venta de los productos minerales, leyes o calidades de los productos vendibles, ritmos de producción, reservas explotables, costes de operación, paridades monetarias, etc.
9.
FINANCIACIÓN DEL PROYECTO
Por financiación del proyecto se designa la necesidad de que parte o todo el desembolso inicial y, eventualmente, los negativos que se produzcan en el transcurso de la vida de la explotación sean cubiertos. Los proyectos mineros suelen precisar cuantiosas inversiones que difícilmente pueden ser afrontadas con los recursos propios de las compañías promotoras. Los estudios conducentes a la financiación de un proyecto pretenden detectar las fuentes de recursos financieros necesarios para su ejecución y puesta en explotación del mismo, así como describir los mecanismos a través de los cuales fluirán esos recursos hacia las fases o inversiones específicas del proyecto y evaluar la repercusión sobre la rentabilidad económica del mismo. Estos estudios pueden efectuarse conjuntamente con la evaluación económica, pero conviene no incorporarlos desde el principio para no enmascarar la auténtica estructura económica del proyecto al mezclarla con una realidad distinta que es la de su financiación. Antes de dar luz verde a un proyecto es preciso asegurarse de que se cuenta con la financiación adecuada, por lo que el estudio del financiamiento deberá tomar en cuenta las fechas en las que se precisarán los recursos financieros, concordante con el programa de
inversiones previstas, y, además, deberá abordar globalmente las fuentes de financiación, tanto en moneda local como en divisas. En ocasiones, los estudios de viabilidad se convierten en documentos de vital importancia para la obtención de créditos, ya que constituyen un aval de garantía del propio proyecto para los bancos o instituciones financieras. De igual forma puede suceder con otros tipos de ayudas económicas de carácter local, nacional o comunitario.