UNIVERSIDAD GESTALT DE DISEÑO
TEORÍA DE LA PERCEPCIÓN PERCEPCI ÓN ADRIAN LARA LARA CASTILLO CASTILLO
TEMA: FENOMENOLOGÍA DEL COLOR EUNICE PAULINA VELAZQUEZ CRUZ
13 de Diciembre de 2012
Introducción El estudio del color es un tema muy antiguo, tratado desde la época de Isaac Newton cuando este elaboró una tesis como apoyo a la percepción científica de los colores a través de un principio de materialidad absoluta, basado en fenómenos como el arco iris, los reflejos en las copas de cristal y la irisación en las burbujas de agua jabonosa. Así todos los objetos con cuerpos transparentes fueron relacionados con el fenómeno de la reacción de la luz y con la forma de catalogar los colores del espectro solar (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, azul turquesa y violeta) conocido esto como disco rodante de Newton. Asimismo desde Aristóteles a Descartes, y hasta los hombres de la ilustración que han propuesto un sistema abierto de sugestiones y de percepciones, muchos nódulos del discurso filosófico han estado relacionados con el material del color. Al hablar de cómo se ha ido transformando la perspectiva del color entre ciencia y filosofía es necesario mencionar cómo la fenomenología hace una relación entre ambas disciplinas. Se puede decir que el color como principio de la fenomenología está en la conciencia de todo individuo de acuerdo a su vivencia; habrá quien pueda asegurar de acuerdo a la fenomenología que el color en realidad no está en la conciencia, sino que solamente sabemos de su existencia justo en el encuentro de la conciencia intencional con el fenómeno llamado color. Es necesario mencionar nuevamente que, en efecto, el color es equivalente a una multiplicidad histórica y cultural. Al paso del tiempo los colores han ido adquiriendo distintos significados pasando de una interpretación inicial abordada desde una perspectiva física y química, a ser vistos como un estímulo de sensaciones y actual-mente tienen una connotación cultural. Un ejemplo de lo anterior es el color azul, que antiguamente era considerado el color simbólico cristiano: el color de las vírgenes, cuando hoy en día es sinónimo de masculinidad. Por otra parte cambia el significado del color entre culturas, como es el caso del color negro que en occidente es sinónimo de luto, cuando en oriente el color blanco es utilizado en los funerales. Así como estos se podrían nombrar muchos más ejemplos sobre la evolución del significado del color y las características de este. Si la relación entre acto y vivencia y su objetivo último debe significar más que una relación real entre conciencia y objeto, entonces lo vivido como tal ha de caracterizar-se como Es necesario saber el significado de la palabra color de una manera técnica, pero es más importante aún saber qué es el color y cuál es su actividad a desempeñar. Si se habla del color como una intención referida, también se puede hablar de que el color resulta como un elemento creado por un sujeto .El color no es sólo esa cualidad física, ni una mera elaboración subjetiva que está presente cuando existe luz y se tienen los ojos abiertos, que puede desaparecer en un parpadeo o al
anochecer. “El color es la forma más inmediata de comunicación no verbal” Esta definición engloba perfectamente la realidad de la palabra color. Al nacer y abrir los ojos lo que vemos inmediatamente es color, el cual probablemente podría ser el rojo, para después dar paso a una infinita variedad de él, pero también es muy cierto que el término color no puede tener solamente una definición, al hablar de él se abre un abanico de teorías y un sin fían de conclusiones. Es necesario mencionar que Sanz en El libro del color (1993) al hacer una reflexión sobre el mismo, dice que este no es pigmento ni es luz, sino que es sensación e información, pero en realidad no lo es porque él considere que el color carezca de las dos primeras cualidades físicas, esto lo dice de manera metafórica en el sentido de que al no poder ver algo para el ser humano carece de existencia. El color al no ser mera-mente una cualidad física, sino el encuentro de la conciencia con datos ciertamente dados hace la diferencia entre dato objetivo, sentido y significado mismo. De acuerdo a lo mencionado anteriormente, hallamos mayor contundencia e idoneidad del planteamiento de este autor al decir que el color es sensación e información por el estímulo que este puede provocar en las personas dejando de ver el color sólo como una propiedad aparente. El concepto color puede entrar en el problema básico de la fenomenología: este problema lo constituye el cómo se construyen nuestras experiencias; dichas experiencias se ven reflejadas en el significado que le damos a cada color
Color y percepción. Aproximación fenomenológica al estudio del color
Relación entre color y percepción Cuando se trata del color, no es posible dejar de lado el tema de la percepción. Como ya se ha mencionado con anterioridad se le denomina color a todo aquello que vemos gracias a la relación que nuestra mente haga sobre este, es decir, que “un color o una composición en color puede tener un significado muy distinto según quien lo mire. Podríamos decir que el color no sólo se forma en el ojo sino también en el yo Por su parte, Jose Albers (1963:13) al hablar de percepción y color menciona lo siguiente: En la percepción visual casi nunca se ve un color como es en la realidad, como es físicamente. Este hecho hace que el color sea el más relativo de los medios que emplea el arte. Si se quiere utilizarlo con acierto, hay que tener presente que el color engaña continuamente […] En primer lugar , hay que aprender que un mismo color evoca innumerables lecturas. Se dice que el color es relativo ya que dentro de cualquier composición no se le podría dar una sola conceptualización por llevar a diferentes reacciones sobre el espectador; se podría manejar un estándar de significados, pero con la conciencia de que es-tas
interpretaciones podrían ser alteradas de acuerdo al contexto en que se empleen. Por ello es necesario señalar nuevamente la obra de Ambrose y Harris (2006:105), en la que se menciona que los colores poseen una abundancia de significados simbólicos derivados de las connotaciones culturales y sociales. Por eso, personas de países y valores culturales diferentes no reaccionan del mismo modo ante un mismo color, ni le dan el mismo sentido. Efectivamente, como se ha mencionado anteriormente, el color desempeña el papel de un código más, que trae con él una serie de significados. Al ver determinado color se sabe qué comportamiento tener, cómo reaccionar e incluso qué color portar a determinados eventos. El color posee toda una connotación cultural. Por ejemplo cuando se quiere dar el significado de alerta se emplea el color rojo, ejemplos de este tipo podrían sustentar cómo de acuerdo a cada cultura el color va adquiriendo diferente utilidad. En occidente, como ya se hizo mención, cuando alguien está de luto utiliza el color negro a diferencia de oriente donde utilizan el color blanco. Juan Carlos Sanz s eñala que “el color se nos manifiesta en nuestra percepción visual agrupado en unidades de orden progresivamente superior, comunicándonos algo sobre el entorno f ísico” (1993:155). El color siempre deberá ser empleado de manera consciente para obtener un resultado funcional y con él poder llevar a determinadas reacciones y sensaciones previamente analizadas, donde se tendrá que hacer apoyo de la forma, ya que difícilmente se podrá pensar sólo en color sin asociarlo a una imagen. Ciertamente el color es un elemento fundamental en la composición, sin embargo, al utilizar tonalidades similares, es casi imposible detectar estas diferencias, aunque si utilizamos formas distintas, nos será posible identificarlas de inmediato. Pero esto no significa que el color carezca de importancia, el color como se ha venido diciendo, es el contacto visual más grande que tiene el ser humano con el entorno: antes de analizar formas, se ven los colores aunque estos estén dentro de la forma y no logren ser pensados sin ella. El contacto directo con el color lleva a un registro emocional y la forma será vista desde una perspectiva funcional. El término color además de entenderse como una invención, algo relativo, tiene influencia en la sociedad actual y una connotación tanto positiva como negativa que puede provocar todo un estilo de vida, por esto es necesario llevar el concepto color más allá de sólo una apreciación óptica y adentrarse en un en lo que psicológico, visualizando a este como una herramienta de información. Los colores pueden tener varios significados implícitos que pueden asociarse a diferentes emociones y estados de ánimo. Por consiguiente, los colores pueden emplearse para provocar una reacción emocional concreta con el observador. “El color afecta a los sentidos, la apariencia, el estado de ánimo, incluso el comportamiento” Ambrose y Harris plantean una cierta comprensión del color que nos lleva a reaccionar ante él de forma instintiva, en parte porque de ello dependía la
supervivencia de nuestros antepasados que a partir del color sabían qué comer o evitar. Ningún otro elemento del diseño permite representar ideas y emociones como el color. Por todo ello, el color es un aspecto importante del diseño contemporáneo. Todos tenemos preferencias innatas que afectan nuestras decisiones relativas al color y estamos sujetos a las normas culturales y a las connotaciones del uso del color a nuestro alrededor. El color, desde la psicología, debe ser visualizado como un patrón de conductas y emociones, puesto que no es sólo una cuestión de gustos, sino que es aceptado o re-chazado por los antecedentes que se tengan de este de experiencias marcadas desde la infancia. El color se puede visualizar como un registro de emociones que, al ser recordadas, traerán consigo una infinidad de sensaciones y emociones. Por lo tanto, las personas se sienten más atraídas a unos colores que a otros; por su parte, Eva Heller abunda en cuanto a la psicología del color: conocemos muchos más sentimientos que colores, por eso cada color puede producir muchos efectos distintos, a menudo contradictorio. Un mismo color actúa en cada ocasión de manera diferente (2004:17).Efectivamente, al ligar tantos sentimientos a los colores, los efectos que estos produzcan en cada individuo pueden tener reacciones que se contraponen al sentimiento que generen a otro; habrá quien prefiera un color sobre otro porque sea el que le trae mayor satisfacción emocional y ello es resultado de la experiencia personal, como he dicho anteriormente. El color es un elemento primordial en nuestra cotidianeidad, está manifiesto en todas partes, dispuesto a la recepción humana y es tan influyente en nuestras reacciones que nos lleva a una reacción inmediata, actuando de manera directa sobre las emociones. El color es un elemento de diseño fundamental por su capacidad de provocar reacciones emocionales en el observador
Conclusión: El color es un objeto existente en el mundo, adherido a las cosas y, por lo tanto, el hombre se lo encuentra como dado en su totalidad; este existe como tal sólo en el momento en que las condiciones objetivas son reconocidas por una conciencia intencional (fenomenología). A diferencia de la anterior, aquí recupera el protagonismo subjetivo, pero sólo en términos de reconocimiento. En este único sentido, el color nace en el sujeto pero en tanto lo reconoce. Las condiciones objetivas reconocidas por una conciencia intencional (fenomenología) son necesarias para hablar del color, pero no son suficientes para hablar de lo que el color significa en nuestro entorno, del sentido que cobra en su inserción en la configuración de nuestra forma de relacionarnos con el mundo, de dotarlo de sentido, de hacerlo significativo. En orden de ideas, la fenomenología nos proporcionaría elementos para hablar de la existencia misma del color, pero habríamos de aceptar que el reconocimiento de su existencia no trae implícito su significación o funcionalidad (más allá de la fenomenología, sino partiendo de ella)