La Guerra del Chaco (reseña) Guerra del Chaco
ese territorio hizo que, desde la época colonial, nunca se definieran sus límites en cuanto a la dependencia política-administrativa. Después que Bolivia perdió la salida al océano Pacífico, como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879), esa región adquirió un valor estratégico para ese país. La ocupación del Chaco Boreal era ahora necesaria para salir al río Paraguay y tener acceso al océano Atlántico. Otra de las causas era la supuesta existencia de petróleo en el subsuelo chaqueño según la Standard Oil , que ya los explotaba en Bolivia. Fue la guerra más importante en el continente sudamericano durante el siglo XX. Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 150.000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60.000 bolivianos y 30.000 paraguayos), heridos y desaparecidos. Los distintos tipos de enfermedades, las características hostiles del teatro de operaciones y la falta de agua afectaron la salud de los sobrevivientes, a muchos de por vida.
Territorio del Chaco Boreal en conflicto entre Paraguay y Bolivia .
Fecha Lugar Resultado Conflicto Causas
1932-1935 America del Sur - Chaco Boreal Fijación límites definitivos entre Paraguay y Bolivia. Disputa territorial boliviano-paraguaya Problemas de límites, petróleo, militarismo boliviano, salida al mar
La guerra dañó los recursos económicos de ambos países, de por sí muy pobres. El Paraguay sostuvo su ejército con las armas capturadas a los bolivianos en distintas batallas. Terminada la guerra, las vendió a España para ser usadas en la Guerra Civil Española. Años después de concluido el conflicto, se descubrió que no existían yacimientos petrolíferos, aparte de los que ya se habían descubierto en la pre-cordillera boliviana lindante con el Chaco. Contenido
Beligerantes
República de Bolivia
República del Paraguay
Fuerzas en combate Movilizados en 3 años Movilizados en 3 años 250.000 Soldados. 120.000 Soldados. Bajas Muertos+desaparecidos 60.000 soldados prisioneros 25.000 soldados
Muertos+desaparecidos 30.000 soldados prisioneros 2.500 soldados
La Guerra del Chaco, Chaco , entre Paraguay y Bolivia, se libró desde mediados del año 1932 hasta junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. La aridez y escasa población de
1 Descripción de la región en litigio l itigio 2 Antecedentes de la Guerra del Chaco 3 Comandantes en Jefe o 3.1 Comandantes en Jefe del ejército boliviano 3.2 Comandante en Jefe del ejército o paraguayo 4 Estrategias de los ejércitos 4.1 Estrategia boliviana o o 4.2 Estrategia paraguaya 5 El incidente fronterizo en la laguna Pitiantuta 15 de junio al 16 de julio de 1932 o 5.1 Reacción boliviana: captura de tres fortines paraguayos - 27 julio 1932 5.2 Reacción paraguaya - movilización o general e inicio de la guerra - 1ro. de Agosto al 9 septiembre 1932 6 Primera ofensiva paraguaya (septiembre de 1932 a diciembre de 1932) 6.1 Primera batalla en la guerra del o Chaco: Boquerón y sus alrededores - 9
al 29 septiembre de 1932 o 6.2 Retirada boliviana hacia Saavedra 7 Ofensiva boliviana - diciembre de 1932 a julio de 1933 7.1 Primer ataque a Nanawa - enero o 1933 o 7.2 Ataques hacia el Norte o 7.3 La reconquista de Alihuatá y retirada paraguaya de Campo Jordán o 7.4 Nanawa: El mayor ataque frontal de toda la guerra 8 Segunda ofensiva paraguaya (agosto 1933 a diciembre 1933) o 8.1 Los cercos de Campo Grande y de Pozo Favorito 8.2 Una batalla modelo: Alihuatao Campo Vía 23 octubre a 11 diciembre de 1933 8.3 Rendición en Campo Vía o 9 Un armisticio de veinte días 10 Tercera ofensiva paraguaya (enero de 1934 a junio de 1935) 10.1 Creación del Segundo Ejército o Boliviano o 10.2 Se reanuda la lucha con el avance del ejército paraguayo 10.3 Caida del fortín Magariños - 11 a o 12 de febrero de 1934 o 10.4 Batalla de Cañada Tarija - 27 de marzo de 1934 10.5 Batalla de Cañada Strongest - 18 a o 25 de mayo de 1934 o 10.6 Blitzkrieg hacia Carandaity y la zona petrolífera boliviana 14 de agosto al 5 septiembre de 1934 10.7 Primera batalla de Algodonal - 22 o de agosto de 1934 o 10.8 Creación del Cuerpo de Caballeria del Cnel. David Toro 10.9 Persecución boliviana por el o desierto - septiembre a noviembre de 1934 o 10.10 Batalla de El Carmen - 16 noviembre 1934 o 10.11 Derrocamiento de Daniel Salamanca 23 noviembre 1934 10.12 Maniobra de Yrendagüe y o colapso del Cuerpo de Caballeria del Cnel Toro - 5 al 8 diciembre de 1934 11 Constitución del Tercer Ejército Boliviano y batallas finales o 11.1 Batalla de Ybybobó - 28 diciembre 1934 11.2 Defensa de Villa Montes o 11.3 Batalla de Ingavi - 4 al 8 de junio o de 1935
12 Operaciones aéreas 13 Fin de la guerra 14 Acuerdo limítrofe 15 Bibliografía 16 Enlaces externos
Descripción de la región en litigio
Paisaje del Chaco (Israel Rojas Der's) Boreal, el árbol es el Schinopsis balansae.
La región central sudamericana conocida como Gran Chaco se divide de norte a sur en tres regiones: Chaco Boreal (al norte del río Pilcomayo) el Chaco Central (entre el río antes citado y el río Bermejo) y el Chaco Austral. El área disputada entre Bolivia y Paraguay correspondía exclusivamente al Chaco Boreal. El Chaco Boreal posee una extensión de aproximadamente 600.000 km² (un poco menos que Francia) y hasta fines de la década de 1920 estuvo casi despoblada y sin explorar. Sus límites son: al sur el río Pilcomayo y la Argentina; al este el río Paraguay y la región oriental del Paraguay; al noroeste la pre-cordillera boliviana y al noreste las regiones selváticas de Brasil y Bolivia. La región está cubierta por matorrales espinosos y árboles como el quebracho siendo el potencial para la agricultura muy pobre. El clima es continental predominando altas temperaturas (entre 40 y 50 centígrados en verano) y seco, aunque ocasionalmente en invierno las temperaturas pueden bajar a los 0 grados centígrados. Es el hábitat de una gran variedad de serpientes venenosas y todo tipo de insectos muchos de ellos portadores de enfermedades (vinchuca o el mosquito}. El agua es escasa en las zonas centrales y los pocos pozos y lagunas existentes tuvieron una importancia vital durante la guerra.
Durante el invierno hay una temporada de lluvia en la que los pocos caminos de tierra, que eran senderos polvorientos durante la mayor parte del año, se convertían en ciénagas intransitables. Esta inhóspita región fue muchas veces el enemigo principal para ambos contendientes. Antecedentes de la Guerra del Chaco Los antecedentes y causas de la guerra son complejos. Debido a la vaga determinación de límites entre las distintas regiones y las pocas expediciones que se hicieron durante la época colonial, Bolivia y Paraguay, cuando se volvieron estados independientes, tuvieron que fijar sus respectivas jurisdicciones en base a documentos muchas veces contradictorios. Los cuatro tratados de límites que se acordaron entre 1884 y 1907, no fueron aceptados definitivamente por ninguna de las partes. Bolivia y Paraguay realizaron a su vez pocas expediciones al Chaco.
Comandantes en Jefe Comandantes en Jefe del ejército boliviano Bolivia tuvo varios Comandantes en Jefe: Filiberto Osorio, José L. Lanza, Hans Kundt y Enrique Peñaranda (éste último bajo la fuerte influencia del coronel David Toro). Todos, salvo Peñaranda, fueron sustituidos por errores de conducción y motivos políticos. Detrás de ellos tenían fuerte influencia el presidente Salamanca y la oligarquía boliviana.
En el siglo XX las compañías petroleras asentadas en Bolivia creían que había yacimientos en el Chaco Boreal, y esto alentó aun más la guerra. La intención boliviana de poseer esa región puede ejemplificarse en el slogan de la campaña política del presidente Salamanca: "Hay que pisar fuerte en el Chaco". El Paraguay, unas décadas antes, había sido gravemente perjudicado por la Guerra de la Triple Alianza (18651870) cuya consecuencia fue la pérdida de enormes territorios en su zona oriental. Respecto del Chaco, la Argentina pretendió incorporarla a su territorio pero tras el arbitraje del presidente norteamericano Hayes, en 1879, éste falló que dichos territorios, desde el río Pilcomayo hasta el Verde, correspondían al Paraguay. Con estos antecedentes era difícil que el Paraguay pudiera aceptar las pretensiones bolivianas sobre la zona chaqueña. Agravó la cuestión el Tratado de Petrópolis(1903) por el cual Bolivia cedía definitivamente el Acre a Brasil y "como compensación" Brasil reconocía como boliviana la cuenca del Alto Paraguay.
Daniel Salamanca, Presidente de Bolivia (1931-1934) y Eusebio Ayala, Presidente del Paraguay (1932-1936)
Hans Kundt. Fue la principal figura militar en Bolivia en las dos décadas anteriores a la guerra. Llegó al país en una misión militar contratada por el estado boliviano. Volvió a Alemania donde comandó una unidad menor en el frente oriental contra el debilitado ejército ruso. Regresó en 1921 y se nacionalizó boliviano asumiendo la jefatura del Estado Mayor hasta 1926. A mediados de 1930 pretendió orientar a los oficiales bolivianos en cuestiones políticas a favor de la re-elección del presidente Siles. Cuando éste fue derrocado tuvo que exiliarse. En diciembre de 1932, ya con 63 años, fue llamado para dirigir al ejército boliviano. Fue calificado como "oficial tropero", por no poseer estudios de Estado Mayor, carencia que fue evidente en las deficientes movilizaciones del ejército boliviano para la guerra, tanto en 1928 como en 1932. Quizá por su edad y las desfavorables condiciones del Chaco era aficionado a dirigir desde "lejos" (teléfonoradio) acudiendo al frente sólo en casos de crisis. No sólo tuvo que enfrentar a un hábil adversario (Estigarribia) sino también a las intrigas de los oficiales del Alto Mando boliviano. Tras los sucesivos fracasos, especialmente en Nanawa y en Alihuata-Campo Vía, fue destituido por Salamanca en diciembre de 1933 retirándose a Alemania, donde falleció seis años después. Enrique Peñaranda Castillo. Elegido en reemplazo de Kundt no pudo frenar el avance enemigo durante los años 1934/35, desde Saavedra hasta Villa Montes. Peñaranda era de carácter modesto y contemporizador. Participó en el engaño del Alto Mando boliviano a Salamanca con motivo de la ocupación de Pitiantuta amparándose en la "obediencia debida". "Peñaranda era un hombre bueno, pero sin carácter ni inteligencia"
[Querejazu Calvo. R. Llallagua. Cap. XIV]. Fue responsable de la derrota en El Carmen mientras lo mejor del ejército boliviano perseguía al Segundo Cuerpo paraguayo. Y en el desastre de Yrendagué no pudo imponer su autoridad para que Toro detuviera el avance. Su defensa de Villa Montes fue correcta. Encabezó el motín contra el presidente Salamanca, episodio que se conoce como "El corralito de Villa Montes". A partir de entonces el ejército bajo sus órdenes tuvo una conducción casi colegiada con David Toro y su favorito Germán Bush. El historiador Bruce W. Farcau sostiene que esta pendiente de evaluación si la conducción de Peñaranda no fue peor que la del denostado Kundt.
oficiales en libertad para realizar las operaciones tácticas que el momento y lugar lo requirieran. Su mayor logro estratégico fue concebir la guerra en el desierto chaqueño como si se tratara de una batalla naval. Estrategias de los ejércitos
Camión Ford similar a los que usaron Bolivia y Paraguay.
Comandante en Jefe del ejército paraguayo Estrategia boliviana En contraste con los sucesivos Comandantes en Jefe bolivianos, el ejército paraguayo fue dirigido por José Felix Estigarribia desde el comienzo hasta finalizar la guerra, periodo en el cual nunca abandonó el Chaco:
José Félix Estigarribia, de origen humilde, realizó estudios en la Facultad de Agronomía. Luego de obtener el diploma cambió de carrera y en 1910 se alistó en el ejército con el cargo de Teniente de Infantería. De 1911 a 1913, asistió a la Escuela Militar Bernardo O´Higgins en Chile. Debido a sus aptitudes, en 1917, fue ascendido a Capitán. Fue seleccionado para asistir al curso de Estado Mayor en la École Supérieure de Guerre (Francia). En 1927 culminó el curso de tres años de duración y en 1928 fue nombrado Jefe de Estado Mayor. Al poco tiempo tuvo que abandonar ese cargo por desacuerdos en la estrategia que se debía seguir para la defensa del Chaco. Sin embargo, cuando la guerra parecía inevitable, el gobierno decidió que Estigarribia era el hombre más capacitado y en 1931 fue nombrado comandante en el Chaco con la misión de organizar una División de campaña. Gozaba de una reputación sólida en el ejército. Era un estudioso de la guerra de movimiento superadora de las estrategias de la Primera Guerra Mundial. Era un hombre tranquilo, serio e inconfundible en su austero uniforme con las mangas siempre cortas. El buen conocimiento de cada oficial bajo su mando directo le permitía exigir a cada uno el máximo de esfuerzo que podía dar. Dirigía las operaciones desde muy cerca del frente para agilizar la toma de decisiones y dejaba a sus
El primer error fue creer que con unos cuantos miles de soldados se podía intimidar al gobierno paraguayo y adueñarse del Chaco Boreal lo que implicaba no conocer la historia de ese país. Esta creencia se apoyaba además en la superioridad de recursos que tenía Bolivia sobre el Paraguay. La estrategia boliviana fue planificada con la supervisión de Kundt en los años veinte, y en ella se daba casi por seguro el acceso al río Paraguay. Otro problema de Bolivia fue su larga línea de abastecimiento hacia el frente chaqueño que nunca se consideró importante por lo que no se tomaron las medidas para solucionarla (por ejemplo, con una línea férrea hasta Muñoz). Las tropas fueron movilizadas y transportadas por ferrocarril hacia la principal base, Villa Montes, en las tierras bajas bolivianas. Pero desde allí los soldados tenían que marchar hasta 400 kilómetros a través del polvo y el calor sofocante del Chaco Boreal. El medio básico de transporte fue el camión, y éstos escaseaban en ambos ejércitos (menos en el boliviano debido a sus recursos superiores). Para cubrir las seis etapas del tramo Villazón-Muñoz se necesitaban en teoría unos 480 camiones. En vista de que sólo había suficientes unidades para los pertrechos y sobre todo el agua, los soldados tuvieron que movilizarse a pie durante toda la guerra. Los camiones estaban limitados por los malos caminos, todos de tierra y que las lluvias los hacían intransitables. Se priorizó la ocupación territorial con vista a justificar "de facto" los derechos bolivianos. El avance hacia posiciones cada vez más lejanas hizo difícil y complicada
la logística. La pérdida de un fortín eran vividas dramáticamente por el pueblo, el gobierno y el ejército bolivianos. Los partidos políticos y la prensa de la oposición no perdían ninguna oportunidad para criticar al presidente Salamanca con el único objetivo de lograr una mayor cuota de poder. Otro error fueron las tácticas de ataque frontal usadas por Kundt, basadas en la doctrina imperante en la Primera Guerra Mundial con su enorme costo en vidas como ocurrió en las batallas de Toledo y Nanawa y que para el momento ya estaban siendo superadas por concepciones más modernas. Para los bolivianos que provenían de zonas altas y frías, les fue difícil adaptarse física y psíquicamente al hábitat chaqueño. La unidad del pueblo boliviano frente a la guerra era débil. Los llamados "campesinos" se habían levantado contra la oligarquía terrateniente boliviana en 1927: Tres levantamientos en el norte de Potosí. Eduardo Nina Quispe (1930-1933) luchó por una República de Naciones y Pueblos Originarios y en 1935 se masacró campesinos en Pucarani para obligarlos a ir a la guerra. "¿Los indios son cobardes? No saben a conciencia qué es la Patria, pero se empeñan en fiera lucha contra quienes intuyen son sus adversarios o, más propiamente, contra los oficiales que los comandan" (Subteniente boliviano Alberto Taborga). [Dunkerley, James. Orígenes del poder militar] La relación entre el presidente Salamanca y los comandantes bolivianos y la de éstos entre sí fue difícil durante toda la guerra ya que muchos tenían ambiciones políticas que incidía en la conducción de las operaciones.
ejército paraguayo hubiera contado con los camiones suficientes la guerra hubiera terminado mucho antes. Las ofensivas paraguayas estuvieron sincronizadas con las épocas de poca lluvia, cuando el calor era preponderante. Se utilizaron las tácticas del "cerco y aniquilamiento", el popularmente llamado "corralito", parecidas a las que se usarían después en la Segunda Guerra Mundial: ruptura o envolvimiento del frente, penetración hacia la retaguardia enemiga, corte de líneas de abastecimiento y mando enemigos. Se dio prioridad al movimiento, rebalsando por los laterales las defensas fijas bolivianas y evitando los ataques frontales de gran intensidad. Las retiradas no eran sentidas como "derrotas" siendo el objetivo esencial el aniquilamiento del ejército enemigo y no la ocupación territorial. El pueblo paraguayo, con la convicción de estar siendo agredido nuevamente por un invasor que ahora provenía del noroeste, se unió detrás del gobierno y su ejército en lo que conceptualmente se conoce como "Guerra Total". Nadie dudaba de que el Chaco debía ser "defendido". Había homogeneidad entre oficiales y soldados donde todos tenían las mismas costumbres y hablaban el mismo idioma (el guaraní). Había una clara y decisiva ventaja sobre su oponente boliviano donde existían distintos grupos étnicos/lingüísticos, pronunciadas diferencias de clase y cultura entre soldados y oficiales, y hasta extranjeros en los mandos superiores. El Paraguay empezó y terminó la guerra con el mismo ejército, con los mismos oficiales y soldados. Sólo tuvo que reponer los muertos, heridos y enfermos. Esto significó disponer, a los pocos meses de continuos combates, de un ejército pequeño pero capacitado para la difícil guerra chaqueña.
Estrategia paraguaya El Estado Mayor paraguayo planeó la defensa del Chaco sobre la base de las comunicaciones pre-existentes en la zona. Se trasladaron hombres y recursos desde Asunción utilizando el río Paraguay hasta Puerto Casado y desde allí por un ferrocarril de trocha angosta, usado en la explotación de tanino, hasta muy cerca de Isla Poí, la principal base militar en el Chaco. Durante la primera parte de la guerra, esa ventaja logística favoreció al Paraguay y compensó, en gran medida, la superioridad boliviana en recursos. Sin embargo, la falta de camiones fue crónica y permitió que muchas veces que el enemigo, totalmente desarticulado, pudieran escapar del aniquilamiento mediante una retirada más rápida. El abastecimiento de agua, por igual motivo, fue otro problema difícil de resolver. Si el
El incidente fronterizo en la laguna Pitiantuta - 15 de junio al 16 de julio de 1932
Sellos de ambos países reclamando el Chaco.
El 15 de junio de 1932, un destacamento del ejército boliviano capturó el fortín Carlos Antonio López, ubicado al borde de la laguna Pitiantuta o "laguna Chuquisaca" como fue bautizada por los bolivianos. Esta acción militar se hizo contrariando órdenes expresas del presidente Salamanca de evitar todo tipo de provocación en el Chaco. Con esta "operación" de encubrimiento, mentiras
y desobediencia (y hasta extravío de documentación) realizada por miembros del Alto Mando boliviano a espaldas del presidente se iniciaba uno de los conflictos que afectarían a Bolivia durante toda la guerra, la de Salamanca contra los responsables del ejército y que culminaría, años después, con su destitución. El 16 de julio, el destacamento paraguayo Palacios recuperó la laguna después de una pequeña refriega. Reacción boliviana: captura de tres fortines paraguayos - 27 julio 1932 Este hecho que volvía las cosas a su lugar, no lo fue para el presidente Salamanca. Como si se tratara de una afrenta al honor nacional pidió al general Osorio el enjuiciamiento de los oficiales responsables. Poco después, empujado por un clima político guerrerista, Salamanca ordenó al ejército que se apoderara, en represalia, de los fortines paraguayos Corrales, Toledo (el 27-28 de julio) y Boquerón. “Ejecute bien la orden, si hay en ello algún mérito, sería suyo; si surgen responsabilidades, serán mías” *Mensaje
de Salamanca al Gral. Osorio para que capture el fortín Boquerón]
En el frente diplomático, ante la protesta paraguaya en su calidad de país agredido, Salamanca se mostró firme en no entregar esos fortines para volver al status-quo anterior exigiendo, a su vez, que los tres fortines fueran integrados a una "zona en litigio" entre ambas partes. Con esta excesiva reacción, el gobierno boliviano transformó, sin tener en claro las consecuencias, una serie de incidentes fronterizos menores en una guerra con miles de muertos y heridos. Lo increíble fue que Bolivia, a fines de julio de 1932, no estaba preparada para realizar una operación militar en gran escala. El Gral. Osorio, el 30 de agosto, en su Memorándum 507/32 dirigido a Salamanca, con un tono casi altanero e irrespetuoso, manifiesta que el Alto Mando no tiene directivas precisas y que tampoco existe un Plan de Operaciones concreto que guíe al ejército boliviano. En el mismo Memorándum adjunta su propio plan que consiste en avanzar por el norte, en el Alto Paraguay, zona diametralmente opuesta al que, sin planes, se esta realizando en el sur. Todo esto ocurre a sólo 9 días del ataque a gran escala de todo el ejército paraguayo, es decir, del inicio de la guerra. A su vez el Gral. Quintanilla, a cargo de las fuerzas bolivianas en el Chaco, solicita a Osorio que autorice la ocupación de dos fortines más: Nanawa al sur y Rojas Silva al este.
En julio de 1932 los bolivianos contaban en el Chaco con el 1er. Cuerpo del Ejército (4.000 hombres) en la parte sudoeste y 2 divisiones, (2.000 hombres) en el noroeste. Durante el mes de agosto más de 6.000 soldados comenzaron a ser trasladados, con serias complicaciones logísticas, rumbo al Chaco. Reacción paraguaya - movilización general e inicio de la guerra - 1ro. de Agosto al 9 septiembre 1932 Los sucesos de julio (captura de 3 fortines y la actitud intransigente y belicista del gobierno boliviano) convencieron al gobierno paraguayo de que sólo quedaba la solución militar a los problemas chaqueños. El presidente Ayala decretó la movilización general para lanzar al Paraguay a una guerra a gran escala. Durante el mes de agosto de 1932 se concentraron 8.000 soldados en Isla Poí. Al sur, en Nanawa, se concentraron 1.500 soldados, y 3.000 soldados se ubicaron al norte, en el alto río Paraguay. Otros 3.000 refuerzos fueron enviados a Isla Poí a fines de agosto. Se construyó una pista de aterrizaje en Isla Poí y se desplazó allí toda la fuerza aérea. Se requisaron camiones y barcos privados, los primeros para el transporte de tropas y recursos en el Chaco y los segundos para reforzar la logística que por el río Paraguay se hacía desde Asunción al puerto Casado. El Estado Mayor mostró su eficacia al triplicar, en un mes, las fuerzas del ejército en tiempos de paz. El Cnel. Estigarribia sabía que con el cambio sorpresivo en la escala de la confrontación, el ejército enemigo recién podría completar su movilización masiva (y alcanzar la inevitable superioridad en hombres y recursos) en 90 días, tiempo suficiente para llevar adelante, con ventaja, la "Primera Ofensiva Paraguaya" (sep-dic 1932). Primera batalla en la guerra del Chaco: Boquerón y sus alrededores - 9 al 29 septiembre de 1932 Después de la pequeña refriega en la laguna laguna Pitiantuta (16/julio/1932), la 4ta. División boliviana (Tte. Cnel. Luis Aguirre) fue enviada con alrededor de 300 hombres a ocupar los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón. A fines de julio los dos primeros fueron capturados con suma facilidad, y después de un combate de dos horas también cayó el último. El Tte. Cnel. Aguirre falleció durante la captura de Boquerón, dejando el mando a su segundo, Manuel Marzana. Este competente oficial, al mando de 1.500 hombres, fue el responsable de sostener el cerco de Boquerón resistiendo los embates del grueso del ejército paraguayo, que desde el 9 al 29 de septiembre de 1932 lo atacaría sin cesar. Finalmente los pocos soldados sobrevivientes, agotados y sin municiones, no pudieron
impedir que los paraguayos ocuparan el fortín. Pero la batalla de Boquerón comprende también los importantes combates que se libraron más allá del fortín. El 8 de septiembre, aviones de combate bolivianos detectaron la aproximación del RI 2 paraguayo en el camino hacia Boquerón y bombardearon y ametrallaron la columna, ocasionando bajas entre hombres y caballos. Muchos de los soldados, la mayoría de los cuales nunca habían visto un ataque aéreo, se atemorizaron y desaparecieron entre los arbustos. Los oficiales tuvieron que pasar el resto del día reuniendo sus unidades. Los paraguayos atacaron desaprensivamente a Boquerón el 9 de septiembre. Cuando los voluntariosos ataques iniciales no tuvieron éxito, las fuerzas atacantes tomaron posiciones en la retaguardia para atacar a las fuerzas que pudieran acudir en ayuda del cercado fortín. Una columna de camiones del RI 14 boliviano cayó en una emboscada y fue aniquilada. En estos primeros días pudo observarse muchas deficiencias en el ejército paraguayo, principalmente en el abastecimiento del agua. Acuciados por la sed, los soldados abandonaban las líneas para buscar agua en la retaguardia. También hubieron falencias en la sincronización de los movimientos entre las unidades. La aviación boliviana trató de neutralizar la "artillería" que bombardeaba Boquerón y que era la que más bajas producía sin poder ubicarla. Se trataba de los modernos morteros Stokes-Brandt que hasta Marzana creía que eran cañones de largo alcance. Los combates iniciales sirvieron para que los paraguayos ganaran en experiencia a costa de muchas bajas. Los bolivianos intentaron ingresar ayuda al fortín, siempre con pequeñas unidades, algunos exitosos y otros no, pero con gran costo en bajas. Estas operaciones no tenían un objetivo claro ya que esas fuerzas debían salir casi de inmediato del fortín por la carencia de recursos en el lugar. La aviación lanzó municiones, alimentos y medicinas pero el fuego antiaéreo y la necesidad de conservar los aviones los obligó a lanzarlos desde gran altura. Muchos se destruyeron en la caída, otros cayeron en poder del enemigo. En el campo diplomático, Bolivia aceptó la propuesta de la Comisión de Neutrales de suspender las hostilidades creando un cinturón de neutralización de dos kilómetros alrededor de Boquerón. El Paraguay no lo aceptó y mantuvo su posición inicial de que previamente se debía devolver los fortines capturados en julio (1932). En el otro conflicto, el del presidente contra sus comandantes, el 21 de septiembre (8 días antes de la caída de Boquerón y retirada general), Salamanca respondió a Osorio su impertinente Memorándum del 30 de agosto diciendo que mientras el ejército había
seguido las instrucciones presidenciales se había logrado la captura de Toledo, Corrales y Boquerón y por no haberlo hecho se había perdido la laguna Chuquisaca. Rebatió el plan de atacar por el norte y sostuvo su propio plan de atacar hacia el sureste para “descargar golpes mortales que permitan a Bolivia
imponer un tratado de paz en Asunción, ya que la marcha sobre la capital paraguaya sería un golpe asestado al corazón del enemig o…”*Nota 21/9/32 Salamanca a Osorio]. El Alto Mando convenció finalmente a Salamanca sobre la necesidad de abandonar el fortín. Una tormentosa reunión (que casi termina a los tiros) se realizó en Arce en la que participaron varios generales. Allí se llegó a la misma conclusión, sin embargo Quintanilla, el día 27, pidió a Marzana que soportara diez días más hasta que se organizase un contraataque. Ninguna de las dos cosas podían cumplirse debido al agotamiento de las fuerzas de Marzana y la superioridad del enemigo. El Alto Mando boliviano se negaba a reconocer lo que ya era evidente, de que había sido sorprendido por la estrategia paraguaya de atacar con todo su ejército. Cuando el Mayor. Julio Aguirre informó que los paraguayos debían ser varios miles, porque eran más de 400 soldados sólo en el sector donde él acababa de ser rechazado, recibió como respuesta de su comandante: “Miró usted visiones… El enemigo es cobarde y no pasa de unos mil hombres…” (ECH) (37).
Al ocultarse y/o desconocerse la situación real fue un tremendo golpe para el gobierno boliviano cuando se enteró, por noticias provenientes del Paraguay y la Argentina, de que el fortín había caído. Esto lo obligó, a su vez, a retacear la información al pueblo boliviano. Una vez conocido el resultado de Boquerón, Salamanca no perdió tiempo, destituyó a Filiberto Osorio y lo reemplazó por el general José L.Lanza. En Boquerón y en los desiguales combates que tuvieron lugar en los alrededores, Bolivia perdió, entre muertos y prisioneros, los oficiales y soldados con más experiencia en el teatro de operaciones chaqueño. Retirada boliviana hacia Saavedra Después de la captura de Boquerón, el ejército paraguayo con 15.000 hombres continuó su avance hacia el fortín Arce. El Coronel Estigarribia planeó que una división atacase el camino Yujra-Arce mientras que una segunda avanzaría por la derecha para ganar la espalda del enemigo, la
tercera quedaba como reserva esperando que la conquista de Arce, el fortín boliviano más avanzado en el Chaco, fuera más difícil que la de Boquerón. El comandante paraguayo actuaba con cautela sabiendo que un error en esas circunstancias difícilmente podría recuperarse dado los escasos recursos del Paraguay. Los bolivianos abandonaron los fortines Ramírez y Castillo (8/oct), Lara (11/oct)y Yujra (12/oct), colocándose a 11 Km. del poderoso fortín Arce. Completada la maniobra de aproximación hacia Arce, el 22 de octubre, al amanecer, comenzó el ataque paraguayo y para el mediodía los regimientos paraguayos lograron rodear las líneas bolivianas y salir a su retaguardia. Los regimientos Pérez, 15, 20, y 35 abandonaron sus posiciones completamente desmoralizados, sólo los combatientes del Loa, Campero, Lanza y el RI 16 permanecieron en sus puestos hasta que el Coronel Peñaranda, temiendo ser rodeado, ordenó la retirada.
Mientras tanto, arreciaban las críticas contra Salamanca y el comando boliviano. El general Quintanilla contesta con amargura: "Ni el general Kundt ni nadie remediarán la falta de efectivos, la deficiencia de armamentos y en general las innumerables deficiencias orgánicas que caracterizan la actual situación". El 30 de noviembre de 1932, desde las trincheras se observó al Capitán de la aviación boliviana Rafael Pabón enfrentándose al Tte. Benítez Vera de la aviación paraguaya que llevaba de observador a un oficial del Estado Mayor paraguayo y que terminó con la destrucción del aparato paraguayo. Ofensiva boliviana - diciembre de 1932 a julio de 1933
Y solo bastó la caída de unos cuantos proyectiles de artillería para que los ánimos se alarmaran y se perdiera la moral y disciplina. (Tte. Coronel Peñaranda)
El ejército paraguayo había avanzado durante 3 meses hasta "Kilómetro 7" pero completada la movilización boliviana a fines de diciembre de 1932 debía enfrentar la embestida de la totalidad del ejército boliviano al mando de su flamante comandante, el general alemán Hans Kundt.
Este comentario pretende atribuir al soldado boliviano la culpa por la derrota liberando a los oficiales de la principal responsabilidad.
Salamanca convocó a Hans Kundt presionado por la creencia generalizada de que podía conducir a las fuerzas bolivianas a la victoria.
Las fuerzas paraguayas entraron en Arce encontrándolo vacío y en ruinas. Los 4.000 defensores se retiraron al fortín Alihuatá primero y hacia Saavedra poco después. Aunque resulte paradójico esta retirada (organizada o nó) era lo mejor que podía hacer el ejército boliviano frente a un enemigo superior ganando un tiempo valioso hasta que Bolivia pudiera realmente movilizar sus recursos. Estigarribia hubiera deseado que presentaran batalla para poder aniquilarlos.
"el ejército boliviano era obra de Hans Kundt, era el ejército que desfilaba en formaciones perfectas los días de recordación cívica, era el ejército que realizó maniobras en el altiplano provocando inquietud en los gobiernos de Chile y Perú, y era también el ejército que nunca había sido preparado para una campaña en clima tropical y terreno boscoso" [Querejazu Calvo, R.,
Y las tropas defeccionadas no pararon hasta Alihuatá. Algunos soldados se perdieron en el tupido bosque, otros cayeron presos del enemigo, el resto iba llegando a Alihuatá aisladamente, en completo desorden. El terror los impulsaba a seguir hasta Muñoz (Tte. Coronel Peñaranda) El ejército boliviano recién pudo resistir el avance paraguayo a 7 Km. del Fortín Saavedra, al borde de un largo y ancho pajonal que los paraguayos debían atravesar si querían seguir atacando. Allí se posicionó la 4ta. División al mando del Tte. Cnel. Bernardino Bilbao Rioja, que reemplazó al Tte. Cnel. Enrique Peñaranda por motivos de salud.
“Masamaclay”+
Si hay justicia divina y todavía hay justicia humana, la victoria será nuestra, solo necesito 25.000 hombres. [Palabras de Kundt al Presidente Daniel Salamanca]. Su llegada como salvador levantó la moral y el ánimo de los ciudadanos bolivianos que pedían su vuelta a Bolivia después del desastre de Boquerón y la retirada hasta "Kilómetro 7", lo que molestó a los oficiales bolivianos quienes veían menoscabadas su capacidad y orgullo por el anciano oficial alemán. Esta situación de tirantez entre Kundt y sus subordinados bolivianos se mantuvo desde entonces hasta el día de su renuncia. “No tuve un amigo en los Comandos para transmitirle
mis inquietudes y quejas; parecía que todos formaban un bloque, sólo para aplastarme personalmente, y hacerme
fracasar en la campaña” (H. Kundt)(Vergara. Bilbao Rioja ,
págs. 406-7) Kunt planeó que la captura de los fortines Corrales, Toledo y Fernández estuviera a cargo del Segundo Cuerpo (8ª y 3ª División) mientras que la captura del fortín Nanawa estaría a cargo del Primer Cuerpo (7ma División formado por las fuerzas que defendían las regiones de Agua Rica, Murguía y Cuatro Vientos reforzadas por regimientos de la 4ta. División). Primer ataque a Nanawa - enero 1933 Este fortín era importante porque abría varias posibilidades de ataque hacia Isla Poí, centro de operaciones paraguayo. Después de una minuciosa preparación, en enero de 1933, se libró la primera batalla de Nanawa. Pese al gran esfuerzo realizado, los bolivianos fracasaron en su objetivo, formando, no obstante, un peligroso semicírculo delante del fortín que serviría de punto de partida para un ataque posterior. Ataques hacia el Norte El Segundo Cuerpo envió a la 3ª División a capturar el fortín Corrales. Mediante un rodeo los regimientos Warnes e Ingavi atacaron desde el oeste, mientras que el Pari y el Chorolque presionaron por el flanco norte. En la maniobra murió el comandante del regimiento Warnes, Guillermo Sánchez, sorprendido por una patrulla enemiga. Los paraguayos, después de un breve combate, abandonaron el fortín. La 8va. División capturó fácilmente el fortín Platanillos y confiadamente intentó hacer lo mismo con Fernández pero fue rechazada con fuertes bajas. En el ataque el regimiento Colorados resultó prácticamente diezmado. El 26 de febrero los bolivianos iniciaron su ataque sobre el fortín Toledo mediante un furioso bombardeo de la artillería. La situación del 2do. Cuerpo paraguayo (Tte. Cnel Ayala con 5.000 hombres) que defendía el fortín era delicada a causa de una peste de disentería y tifoidea. Kundt envió a la 8va. División desde Platanillos para reforzar al 2do. Cuerpo que atacaba a los paraguayos. Ocho regimientos bolivianos intentaron capturar Toledo defendido por 5 regimientos paraguayos. A las 13:00 horas del día 26 atacó la infantería boliviana cubierta delante por una barrera de obuses y lograron atravesar las defensas por una brecha especialmente preparada por los paraguayos. Una vez dentro fueron sometidos al fuego cruzado de la fusilería, morteros y artillería paraguayos. El día 27 se reinició el ataque frontal boliviano, con menos entusiasmo y con mayor cantidad de bajas. La 3ra. Division boliviana casi se desintegró.
Recién el día 10 de marzo, el Cnel Ayala, después de esperar nuevos ataques que no se produjeron, ordenó el contra-ataque intentando una operación de doble envolvimiento que fracasó. Dos regimientos bolivianos se amotinaron y huyeron sin sus oficiales. Esta dura batalla finalizó el 11 de marzo de 1933 con el repliegue boliviano hasta una línea defensiva a 15 Km. del fortín Corrales. La reconquista de Alihuatá y retirada paraguaya de Campo Jordán El plan ofensivo del Gral. Kundt quedó paralizado en sus extremos norte y sur, la 7ma. División delante de Nanawa, y la 3ra. División cerca de Toledo. Las otras dos Divisiones tampoco progresaron en sus esfuerzos. Entre la 4ta. División que seguía en "Kilómetro 7" y la 8va. y 3ra. Divisiones, que actuaban en el ala izquierda, existía una línea sin solución de continuidad de más de 50 Km. Kundt planeó una maniobra por ese sector para definir la situación de la 4ta. División que continuaba combatiendo en "Kilómetro 7". Ejecutó una maniobra por el flanco derecho paraguayo capturando el fortín Alihuatá con la División de Reserva. El ataque, pese a estar bien organizado, tuvo errores de ejecución lo que produjo bajas desproporcionadas al objetivo y los pocos soldados paraguayos que defendían ese fortín. La sorpresiva aparición de una división boliviana en el centro de su dispositivo fue un contratiempo para Estigarribia que no esperaba una penetración tan audaz. El regimiento Campos cortó al camino Alihuatá-Saavedra, ruta de abastecimiento de la 1ra. División Paraguaya que combatía en "kilómetro 7", "kilómetro 12" y Campo Jordán. Alcanzado ese objetivo, los 3.000 hombres de la 4ta. División boliviana atacaron con más intensidad a los paraguayos que al no contar con una ruta de suministros directa y segura, tuvieron que abandonar silenciosamente sus trincheras durante la noche. La retirada hacia la zona de Gondra fue perfectamente planificada, sin grandes pérdidas de hombres ni material. Luego de la captura de Alihuatá, los bolivianos intentaron retomar el fortín Arce, centro de operaciones del 1er. Cuerpo paraguayo, pero fueron rechazados a 15 km. del fortín. Kundt decidió capturar previamente Fernández para luego, con más libertad, volver sobre Arce pero fue nuevamente rechazado por las fuerzas paraguayas. Más tarde presionó hacia Gondra y pese a los esfuerzos de la 4ta. División, no logró nada significativo, creando así un nuevo frente en la zona central de todo el dispositivo boliviano. Gondra es una síntesis de la lucha en todos los frentes: lucha contra el enemigo y la naturaleza. Gondra es la boca maldita de un espeso y espinoso bosque, en Gondra no hay grandes encuentros, sino combate permanente.
Ataque de trincheras, duelos de artillería, robo de centinelas, patrullas en la retaguardia enemiga, sorpresas nocturnas, son los incidentes de cada jornada. Asaltos, golpes de mano, reconocimientos, maniobras locales y contramaniobras suceden sin cesar. Prácticamente no se duerme, es un infernal trajín diario. (Relatos del escritor paraguayo Justo Pastor Benítez y del Tte. paraguayo Agustín Ávila sobre la Batalla de Gondra)
una coordinación muy precisa entre aviones, artillería, tanques y la infantería que avanza, capacidad técnica de la que carecían los bisoños oficiales y soldados bolivianos.
En seis meses de ofensiva y contando con significativa superioridad era bastante poco lo que Kundt había logrado salvo la captura de Alihuata y la corrección de la saliente paraguaya en "Kilómetro 7". Entonces Kundt volvió a su plan original: la captura del estratégico fortín Nanawa, al sur. Nanawa: El mayor ataque frontal de toda la guerra Los informes de inteligencia le indicaban al Cnel. Estigarribia la gran concentración de medios que se estaba realizando frente a Nanawa. Su preocupación estratégica era saber si Kundt pensaba tomar por asalto el fortín o seguir de largo, dejando una pequeña unidad de control alrededor de él y, mediante un amplio rodeo por el sur, salir en la punta del riel de Casado, en la retaguardia de todo el ejército paraguayo. Cuando Kundt inició el ataque frontal contra el fortín, Estigarribia comprendió el error de su adversario y ordenó al comandante Irrazabal que resistiera hasta el último hombre. En julio de 1933, Kundt preparó cuidadosamente la captura de Nanawa. Contando con superioridad aérea, fuerte apoyo de artillería, dos grupos de tanques Vickers y los novedosos lanzallamas, lanzó sus tropas contra las posiciones paraguayas que habían sido mejoradas desde la última batalla de enero y que esperaban el ataque. El presidente Salamanca advirtió a Kundt: “Permítome
ahora
expresarle
inquietud
gobierno
respecto ataque Nanawa donde seguramente enemigo ha concentrado sus elementos y hará máximo esfuerzo *…+ si sufrimos un rechazo, nuestra situación en el Chaco quedará perdida, o poco menos *…+” *Salamanca a
Kundt] Las defensas de Nanawa se habían preparado con tiempo y en muchos casos tenía semejanzas con las empleadas por los bolivianos en Boquerón. Aunque los bolivianos utilizaron la fuerza aérea y tanques como apoyo cercano y contaban, además, con una enorme superioridad en artillería, los ataques frontales no fueron tan exitosos como durante la Gran Guerra porque éstos requieren de
Nido de ametralladoras paraguayo.
Los atacantes lograron penetrar, con gran heroísmo y derroche de bajas, en varios sectores de los sistemas defensivos pero, agotados y diezmados por el esfuerzo realizado, fueron rechazados por el contraataque de las reservas. El ataque fracasó con más de dos mil bolivianos muertos y muchos heridos en comparación con las 159 bajas y 400 heridos paraguayos, proporción esperable en un ataque de este tipo. Fue la primera derrota importante de Kundt y le permitió a Salamanca retomar su crítica contra el comando boliviano indicando ahora que las operaciones debían hacerse economizando hombres lo que introducía una peligrosa restricción en materia de conducción. Kundt, ya desde junio de 1933, como consecuencia de las intrigas de los oficiales bolivianos bajo su mando, venía pensando dejar su puesto, pero recién en septiembre puso a disposición de Salamanca su renuncia, la que no fue aceptada. Segunda ofensiva paraguaya (agosto 1933 a diciembre 1933) - Los cercos de Campo Grande y de Pozo Favorito El ataque a Nanawa obligó al comando boliviano a debilitar el sector avanzado de Alihuatá, donde quedaron tres unidades con un débil enlace entre ellas: el regimiento Ballivian en Campo Grande, a la izquierda de Alihuatá; El regimiento Chacaltaya, en el centro sobre el camino Alihuatá-Arce; y una pequeña compañía del regimiento Junín, en Pozo Favorito. La 7ma. División paraguaya (Tte. Cnel. Ortiz) realizó tres movimientos de cerco separados, uno contra el regimiento Ballivían, que era el principal, y los otros dos, con unidades menores,
contra el regimiento Chacaltaya y la compañía del regimiento Junín.
Banzer) de acuerdo a la primera fase de su plan que era empujarla a sus líneas principales.
La batalla de Campo Grande duró varías días. Las unidades bolivianas hicieron desesperados esfuerzos para salir de los cercos. Los regimientos Loa y Ayacucho, que se encontraban en Nanawa, fueron en su ayuda, pero el Loa también cayó en el cerco y el Ayacucho no pudo alterar la situación. Tanto Kundt como Banzer apreciaron erróneamente la dirección principal del ataque paraguayo.
Una vez amarrada las posiciones de los defensores pasó a la segunda fase, rodear su flanco izquierdo, maniobra que encabezó la 7ma. División paraguaya. El 3 de diciembre de 1933 la vanguardia de esa división llegó hasta los bordes del Campo 31, cortando el camino Saavedra-Alihuatá con lo quedaba la 9na. División en peligro de ser copada. Otras fuerzas cortaron después una segunda ruta más larga hacia el mismo lugar. Sin posibilidad de recibir ayuda para evitar el cerco, Banzer decidió replegar su división por una tercera ruta que todavía quedaba libre. El fortín Alihuatá fue evacuado, y los 7.000 hombres abandonaron sus posiciones hacia un costado, en dirección sureste, hacia la 4ta. División que combatía en la zona de Gondra.
Tras días de sufrimiento por la falta de agua y el hostigamiento enemigo, los regimientos Ballivían y Loa capitularon. Un total de 509 soldados, con 2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10 suboficiales se rindieron. La compañía del regimiento Junín también se rindió. En el centro, el regimiento Chacaltaya iba a correr la misma suerte, pero la aparición oportuna de los regimientos Lanza y Campero, después de duros combates, abrieron un brecha por donde pudo escapar. Estas tres maniobras contra los regimientos que defendían el sector avanzado de Alihuatá fue el primer síntoma del cambio de estrategia del ejército paraguayo y un ensayo en miniatura de lo que vendría después. Una batalla modelo: Alihuata-Campo Vía 23 octubre a 11 diciembre de 1933 No puedo evitar ocultar a usted el angustioso dolor que me causa el pensar en el derramamiento de sangre en el Chaco. Confío en que usted sepa economizar nuestro cruel desgaste en cuanto sea posible sin comprometer el éxito final de la campaña (Mensaje de Daniel Salamanca al Gral. Hans Kundt) Salamanca recomendaba no repetir los ataques como el de Nanawa, sugiriendo una estrategia defensiva, con el menor costo posible en vidas y materiales, que desgastase al enemigo hasta obligarlo a llegar a un tratado de paz razonable. Salamanca ya no pensaba, como un año antes, llegar hasta Asunción, la capital paraguaya, para firmar allí el final de la guerra. Por el otro lado, el presidente Eusebio Ayala viajó al Chaco para ascender a Estigarribia al rango de General. En esa reunión aprobó el Plan de Operaciones contra las fuerzas bolivianas en la zona Zenteno-Alihuatá, y se comprometió a enviar todos los recursos que el Paraguay pudiera disponer. El día 23 de octubre, luego de concentrar importantes fuerzas en la zona, Estigarribia ordenó el inició de una serie de ataques contra la 9na. División (Cnel. Carlos
Lo que el Cnel. Banzer desconocía era que el frente de la 4ta. División había sido roto por un sorpresivo ataque realizado por el Cnel. Rafael Franco y que esa división se estaba replegando a su vez hacia la misma zona donde convergía la 9na. División. Rendición en Campo Vía La 9na. y 4ta. División boliviana se encontraron en Campo Vía. La ruptura del frente de la 4ta. División por la 1ra. División paraguaya (Franco) rodearon a dos Divisiones bolivianas, el grueso de su ejército en el Chaco. El 10 de diciembre se completó el anillo. Toda la ofensiva paraguaya fue una sorpresa y el Gral. Kundt reaccionó lentamente a la crisis que se desarrollaba. Consideró alarmistas e incorrectos los informes de los pilotos ya que estaba convencido de que el ejército paraguayo no estaba capacitado para llevar a cabo operaciones coordinadas con una gran cantidad de unidades en un frente tan amplio. Muchas de sus órdenes no fueron o no pudieron ser cumplidas por sus subordinados. Tal el caso de Peñaranda que, sin autorización de Kundt (ausente en La Paz), retiró inexplicablemente su división de "Km. 21" hacia Saavedra impidiendo toda posibilidad de ayuda a Banzer. Cuando Kundt volvió a Muñoz lo recriminó y ordenó que volviera inmediatamente a esa posición para colaborar en el escape de las dos divisiones cercadas. El 10 de diciembre, los bolivianos llevaron a cabo un desesperado contraataque para intentar salvar las fuerzas aisladas pero el apoyo aéreo fue deficiente y muchas de las bombas cayeron sobre las propias unidades. Desde adentro sólo el regimiento Lanza, en una lucha feroz y con grandes pérdidas, logró romper el cerco y escapar con otras pequeñas unidades. El 11 de diciembre, las dos divisiones bolivianas, sin ninguna opción, tuvieron que rendirse.
Fue la primera gran derrota del ejército boliviano en el Chaco: murieron 2.600 soldados y aproximadamente 7.500 cayeron prisioneros. De un solo golpe, más de dos tercios de las mejores fuerzas de combate fueron destruidas. Sólo 1.500 hombres "escaparon" de la zona aislada, que en su mayoria pertenecían a las fuerzas de Peñaranda que no estuvieron dentro del cerco sino fuera de él. Cuando Kundt comunicó a La Paz que se habían perdido 7.500 soldados pero que se había salvado Peñaranda con sus hombres éste nunca aclaró esta situación y la cosechó en su favor como si fuera el héroe de la jornada, por esa razón, tras la destitución de Kundt, Salamanca lo promovió en su lugar. El resto del ejército boliviano se retiró rápidamente. La rendición de Campo Vía proporcionó al Paraguay 8.000 fusiles, 536 ametralladoras, 25 morteros, 20 piezas de artillería, muchos camiones y una gran cantidad de municiones por lo que no tuvo que realizar nuevas compras en armamentos. La capacidad que demostró el ejército paraguayo para planificar y llevar a cabo rápidamente una maniobra compleja por la gran cantidad de soldados comprometidos y en pleno verano, sorprendió totalmente al comando boliviano. Un armisticio de veinte días
cayeron prisioneros y 6.000 desertaron. Muchos soldados que veían como las tierras de sus comunidades eran expropiadas por los terratenientes bolivianos (dando lugar a levantamientos campesinos) ahora debían ir a luchar por un desierto inhóspito y estéril. Cuando el armisticio caducó, el ejército boliviano había recuperado su estructura, contaba nuevamente con dos Cuerpos del Ejército, formados por dos divisiones cada una, cada división compuesta de tres regimientos, un grupo de artillería y un grupo de morteros. El Primer Cuerpo contaba con la Cuarta División (regimientos Pérez, Sucre y Murguía), la Séptima División (regimientos Campero, Florida y Colorados), con el regimiento Castrillo como reserva. El Segundo Cuerpo contaba con la Tercera División (regimientos Jordán, Loa y Santa Cruz), y la Octava División (regimientos Campos, Ayacucho y Chorolque) con el Ingavi como reserva. Los regimientos Abaroa, Aroma y Lanza constituían la reserva inmediata a las órdenes del Comando Superior mientras el regimiento Montes custodiaba la región de Carandaity. Un total de 18 regimientos con efectivos superiores a las fuerzas que Kundt comandó un año antes. Pero esta enorme estructura tenía tres graves inconvenientes:
Con la derrota sufrida en Alihuatá y Campo Vía al ejército boliviano sólo le quedó la 7ma. División apostada delante de Nanawa, la que tuvo que retirarse rápidamente hacia Saavedra. La propuesta del coronel Franco de utilizar todos los camiones disponibles para avanzar rápidamente hacia Ballivian-Villa Montes y acabar con el resto del ejército boliviano no prosperó. El presidente Eusebio Ayala creyó que había ganado la guerra y que Bolivia, sin ejército, no tenía otra opción que capitular y solicitar la paz y para dar tiempo a la diplomacia propuso un armisticio que el gobierno boliviano aceptó de inmediato. El armisticio sólo tuvo una duración de 20 días, desde el 19 de diciembre de 1933 al 6 de enero de 1934 y favoreció enteramente a Bolivia. Tercera ofensiva paraguaya (enero de 1934 a junio de 1935) - Creación del Segundo Ejército Boliviano Bolivia acepta el armisticio no para rendirse sino para formar un nuevo ejército. Durante el primer año y medio de guerra, Bolivia había movilizado 77.000 hombres de los cuales sólo quedaban 7.000 en el Chaco (la Séptima División). Del resto: 16.000 habían muerto, 32.000 fueron evacuados por heridas o enfermedades, 10.000
Los soldados carecían de buena preparación y de experiencia en combate; su moral y motivación eran bajas. El soldado Severino Menduina del RI 12 Florida se queja de la mala comida, del temor a la selva chaqueña y de los fusilamientos de desertores que los soldados están obligados a presenciar. A principios de 1934 el Alto Mando boliviano reconoció que se necesitaban, para la defensa de posiciones, 2 soldados bolivianos por cada 1 soldado paraguayo, siempre que estuvieran bien alimentados y con el apoyo de ametralladoras y artillería. Esta relación, en caso de tener que atacar, subía a 4 soldados bolivianos por cada 1 soldado paraguayo. Todo esto producía una complicación adicional desde el punto de vista logístico que ya Kundt había analizado el año anterior, especialmente en el suministro de agua; El cuadro de oficiales estaba tan raleado que se tuvo que entregar el comando de la mayoría de los regimientos a capitanes y mayores con poca experiencia o tener que contratar directamente extranjeros, especialmente chilenos, que ingresaron en grupos a mediados y fines de 1934. Mientras el ejército boliviano alistaba a los estudiantes como soldados, su par paraguayo los preparaba para oficiales y suele
atribuirse la poca capacitación y cantidad de oficiales a la estructura de la sociedad boliviana, al elitismo y al racismo.
La derrota de Alihuata-Campo Vía no consolidó al ejército y gobierno bolivianos sino todo lo contrario. Las camarillas existentes dentro del ejército se fracturaron aún más. Cuando el nuevo comandante en Jefe, Peñaranda, quizo nombrar al Cnel. David Toro como Jefe del Estado Mayor, se opusieron varios altos oficiales por lo que recibió una severa advertencia de Salamanca: “Esta usted al borde de una rebelión
militar frente al enemigo extranjero. Reflexione bien y deténgase a tiempo *…+ su deber es cumplir la
orden que le he reiterado ya cuatro veces y que ahora le reitero por quinta vez” . [Salamanca a Peñaranda en telegrama del 03/enero/1934]. Se reanuda la lucha con el avance del ejército paraguayo El ejército paraguayo, luego de este descanso, continuó su avance capturando los fortines Platanillos, Loa, Esteros, Jayucubás y Muñoz, mientras el ejército boliviano, en actitud defensiva, intentó crear diversas líneas de contención. Caída del fortín Magariños - 11 a 12 de febrero de 1934 Tras la derrota de Campo Vía, el Alto Mando boliviano decidió retirarse hasta la línea Magariños-La China. Allí el 1er. Cuerpo boliviano construyó el sistema defensivo mejor realizado de toda la guerra del Chaco. A comienzos de febrero de 1934 el ejército paraguayo comenzó su accionar sobre el sector de La China y constató que los bolivianos trasladaban tropas desde Magariños para aumentar la defensa. Para impedir ese movimiento, el 10 de febrero se planeó un ataque demostrativo sobre Magariños para fijar allí la mayor cantidad de fuerzas bolivianas. El día 11, para sorpresa del comando paraguayo, el ataque demostrativo logró abrir una brecha de 300 metros en esa poderosa línea defensiva por donde los paraguayos penetraron 7 kilómetros hacia la retaguardia enemiga. Al día siguiente, los defensores abandonaron las fortificaciones sin combatir. Los bolivianos tuvieron 60 bajas entre muertos y heridos, los paraguayos 10 muertos y 27 heridos. El fortín Magariños fue destruido.
Batalla de Cañada Tarija - 27 de marzo de 1934 El Estado Mayor (EM) boliviano planeó un ataque desde el norte contra el 2do. Cuerpo de ejército paraguayo con el objetivo de salir en la retaguardia del mismo y aislarlo de los otros dos Cuerpos de Ejército. El Cnel. Franco reaccionó rapidamente enviando una poderosa fuerza hacia el frente norte considerando que la fuerza que avanzaba desde Picuiba hacia Garrapatal debía ser importante. A fines de marzo (1934), el ejército paraguayo inició el avance hacia el Noreste y el día 27, La 6ta. Div. paraguaya, al mando del Tte. Cnel. Federico W. Smith, interceptó en Cañada Tarija al regimiento 18-Montes con 1.500 hombres de la nueva 9na. División en proceso de re-estructuración que habían avanzado desde Garrapatal hacia Cañada Tarija. El comandante paraguayo envió dos regimientos (RI 8 y 5) por la derecha e interceptó el camino detrás del regimiento boliviano. En esta operación se capturó todo el parque del regimiento. Por la izquierda hizo lo mismo una sección del RI 14 mientras que dos secciones del RI 14 lo atacaban de frente. El regimiento boliviano fue rodeado y sin municiones tuvo que rendirse. Perdió más de 1.000 hombres entre muertos, prisioneros, heridos y extraviados, y todo su armamento. Su comandante, el Tte. Cnel. Ángel Bavía, supuestamente intentó suicidarse, siendo llevado en grave estado al campamento paraguayo donde falleció el 5 de abril. El 28 de marzo cayó Garrapatal en manos de las fuerzas paraguayas que establecieron posiciones defensivas más allá del fortín. Cayeron en poder del ejército paraguayo los nuevos códigos del ejército boliviano e importantes mapas donde figuraban todos los caminos en la zona central del Chaco relevados por la aviación boliviana. Una importante información dada por los prisioneros capturados fue que al norte de Garrapatal y hasta Carandaity no existían pozos de agua, lo que limitaba seriamente las posibilidades de una acción militar a gran escala en esa zona chaqueña. Tanto Franco como Estigarribia tomaron debida nota de esta circunstancia reconsiderando las posibilidades que ofrecía el frente norte. Batalla de Cañada Strongest - 18 a 25 de mayo de 1934 La nueva línea defensiva boliviana tenía una gran debilidad, y era el espacio abierto entre los dos cuerpos de ejército que defendían Ballivian. El comando paraguayo constató esa brecha y decidió realizar una maniobra penetrando por ella hasta alcanzar el río Pilcomayo y obligar a rendirse al Primer Cuerpo que defendía Ballivian. Pero la aviación boliviana descubrió la picada oculta que abrían los paraguayos en el bosque y en la que se trabajaba por las noches.
El comando superior, más concretamente el coronel Ángel Rodríguez, resolvió dejar que los paraguayos avanzaran hasta cierto límite, para poder encerrarlos mediante una maniobra concéntrica que juntase a sus espaldas a regimientos del Primer y Segundo Cuerpo, salidos de sus respectivos sectores. Los 9 regimientos y la artillería que componían el Primer Cuerpo paraguayo avanzaron por el claro existente entre los cuerpos de ejército enemigos sin sospechar que se metían en una trampa. El regimiento Lanza, que encabezaba el accionar de la poderosa 9na. División (14.000 hombres), comenzó la maniobra de cerco pero en su avance tropezó con un batallón de 200 soldados del regimiento paraguayo Mariscal López al mando del Cptn. Joel Estigarribia y sin necesidad se empecinó en capturarlo rodeándolo con un triple cerco perdiendo varios días en hacerlo debido a la obstinada resistencia de esa pequeña unidad. A esta demora se sumaron la de los regimientos Jordán y Loa del Segundo Cuerpo debido a la espesura del bosque que atravesaban. Perdida la sorpresa, los regimientos paraguayos, al sentir movimientos adversarios en su retaguardia, buscaron inmediatamente su liberación. Algunas unidades lograron salir por sendas aún no contraladas, otras se abrieron paso a la fuerza. Esta fue la llamada Batalla de Cañada Strongest, aunque la localización del cerco se ubicó en Cañada Esperanza, a unos pocos kilómetros de la cañada ya mencionada.
importancia, asumiendo que la caída sería otro golpe más a la frágil confianza que en su capacidad tenía el gobierno y el pueblo bolivianos. Durante junio, julio y la primera quincena de agosto de 1934 se sucedieron intensos ataques y contra-ataques llevando la peor parte las fuerzas bolivianas. El historiador y ex combatiente boliviano, el mayor Hugo René Pol, menciona el estado físico y mental en que se encontraban las unidades bolivianas después de meses de combates: “Será menester apuntar que la fatiga y otros factores (...)
quebró en más de una vez la moral de nuestras aguerridas unidades, como en los casos de la ruptura de la línea fortificada del denodado regimiento Pérez (R.3) en la madrugada del 18 de junio” (en Ballivian). “Se creyó o arguyó que esta ruptura se debía a un descuido debido a una sorpresa a los puestos avanzados. Sin embargo, poco después, el 8 de julio, el regimiento Manchego (R.12), a pesar de las medidas de precaución tomadas la noche anterior, a la primera presión del enemigo dejó sus posiciones permitiendo a este incrustarse en un sector de 4 kilómetros (...) dos días después, el desarrollo de una operación tendiente a envolver al enemigo en sus posiciones nos fue malogrado por el desbande del regimiento Colorados (R.41), uno de los mejores del 1er Cuerpo de Ejercito (...) (lo mismo ocurrió con) las sucesivas rupturas de nuestras líneas en los sectores de los regimientos Beni, Sucre, y las interiores del Campero, Loa, Santa Cruz…” (Pol, Hugo R. "La campaña del Chaco".
El combate tuvo lugar desde el 18 al 25 de mayo de 1934. Su resultado fue una victoria parcial del ejército boliviano pues sólo logró tomar como prisioneros a 67 oficiales y 1.389 soldados de los regimientos Sauce, Capitán Bado y Mariscal López de la 2da División perdiendo el ejército boliviano la posibilidad de cercar a una o dos divisiones paraguayas (7ma y 2da división). Los bolivianos capturaron fusiles, ametralladoras, tres morteros y diez camiones, en su mayoría de origen bolivianos. Si bien la batalla de Cañada Strongest no tuvo el éxito que se buscaba (la derrota de todo un Cuerpo de Ejército enemigo), su resultado parcial tonificó la moral del comando, combatientes y población del país. De todas formas el ejército boliviano tuvo que continuar con su retirada. Blitzkrieg hacia Carandaity y la zona petrolífera boliviana 14 de agosto al 5 septiembre de 1934 Pese al traspié sufrido en Cañada Strongest el comando paraguayo insistió en ocupar Ballivían, a cuya defensa el comando boliviano, como siempre, le daba gran
Pág. 91) Estos comentarios del historiador Pol denuncian la afección psicológica que luego se llamó "fatiga de combate", y que por entonces se la confundía equivocadamente con cobardía. Estigarribia, para distraer la atención del enemigo, movilizó al 2do. Cuerpo de Ejército hacia el sector de Picuiba-Carandaity, con el objetivo de aproximarse al río Parapetí y a la zona petrolífera boliviana. Esta maniobra de largo alcance comenzó el 14 de agosto de 1934 con el ataque y captura de Picuiba y luego, a gran velocidad y riesgo según era la característica del Cnel. Franco, giró hacia el oeste causando una gran consternación en Bolivia. En 13 días el 2do. Cuerpo avanzó 160 km. a través de un desierto con colinas de arena y malezales llegando hasta 5 km. de Carandaity donde tuvo que detenerse por problemas logísticos ya que el agua debía traerse desde Garrapatal, a 250 km. de distancia al sureste. Daniel Salamanca viajó con urgencia al Chaco e instó a los jefes a buscar la manera de conjurar este peligro. Primera batalla de Algodonal - 22 de agosto de 1934
En su veloz avance, el 22 de agosto, las fuerzas del Cnel. Franco tomaron sorpresivamente Algodonal derrotando a un pequeño destacamento boliviano al mando del Tte. Hugo René Pol que sustituía al Mayor alemán Brandt que circunstancialmente estaba ausente. La emboscada produjo muchas bajas bolivianas capturándose un depósito de armas sin usar. Despues de unos días de deambular por el desierto, en su intento de escapar hacia Carandaity, se entregó el Tte. Pol junto con unos pocos sobrevivientes. Creación del Cuerpo de Caballeria del Cnel. David Toro Para conjurar la amenaza del 2do Cuerpo paraguayo se organizó el llamado Cuerpo de Caballería, integrado por los mejores regimientos bolivianos, cuyo comando se entregó al Cnel. David Toro. Frente a esta situación, la nueva misión estratégica encomendada por Estigarribia al Cnel. Franco fue que realizara una retirada escalonada para ir alejando al Cnel. Toro de las operaciones que se estaban planeando sobre la zona central del dispositivo boliviano en Cañada El Carmen. El Cnel. Toro enfrentaba al oficial más hábil e impredecible del ejército paraguayo, el coronel Rafael Franco, el mismo que, por propia iniciativa, había cerrado sorpresivamente la ruta de escape de dos divisiones bolivianas en Campo Vía. La distribución estratégica de las fuerzas bolivianas, cuyo peso principal estaba en la defensa del fortín Ballivián, se modificó lentamente debido al traslado de fuerzas hacia el Noreste para formar el Cuerpo de Caballería del Cnel. Toro y la constitución del 2do. Cuerpo boliviano al mando del Cnel. Bilbao Rioja en la zona del Parapiti. Se comenzó a cumplir así lo que había planeado el Gral. Estigarribia con la maniobra de Franco hacia la zona de Carandaity, que la zona central de El Carmen se debilitara para poder irrumpir por ese sector y aislar a las fuerzas bolivianas ubicadas en el sector del fortín Ballivián, en el extremo Sur. Persecución boliviana por el desierto - septiembre a noviembre de 1934 Desde principios de septiembre de 1934, el Cuerpo de Caballería al mando del Cnel. David Toro comenzó la persecución de las dos divisiones del Cnel. Franco que habían llegado hasta 5 km. de Carandaity. A su juicio, una vez destruido el Segundo Cuerpo enemigo se estaba “en
situación de copar el grueso del ejército paraguayo que operaba contra Ballivian-Villamontes al Oeste, aislándolo de sus principales bases y obligándolo, cuando menos, a efectuar una desordenada retirada hacia el sudeste (...)". La realidad era que a medida que las fuerzas del Cnel.
Toro avanzaban por el desierto, primero hacia el este y luego hacia el sur, en pleno verano, contra un enemigo que, según Estigarribia, se tenía que dejar "mordisquear" y huir, para lo cual se detenía, lo enfrentaba, se dejaba rodear y luego escapaba, iba estirando su línea de aprovisionamiento (de agua principalmente), debilitaba su seguridad e iba agotando física y moralmente a sus soldados. La 6ta. División paraguaya, al mando del Tte. Coronel Paulino Antola, fue rodeada a principios de septiembre de 1934 en Puesto Burro: "(...) el día 5 de septiembre, Toro ordenó a sus hombres que cercaran a la 6ta. División, lo que se hizo recién el día 8 (…). Sin ningún rastro de modestia en su personalidad,
el día 9, Toro anunció que su victoria le hacia recordar el triunfo del ejército alemán en Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial. Pero precisamente ese día, mientras se auto-felicitaba por el triunfo, los paraguayos de la 6ta. División arruinaron la celebración escapando silenciosamente por una brecha". (De la Pedraja Toman, René. Wars of Latin America. 1899-1941. Págs.371-374. El día 22 de septiembre nuevamente Toro cercó a la 6ta. División que se había detenido en Algodonal. El historiador Farcau relata: "La segunda reunión fue al día siguiente con la presencia de Salamanca, Peñaranda, Tejada Sorzano y Rivera. Como si las relaciones entre Salamanca y los mandos militares necesitaran ser peores, Salamanca tenía en las manos una carta de Toro en la que reclamaba que su “victoria” de Algodonal no había tenido suficiente cobertura en la prensa. Toro manifestaba que 700 bolivianos habían vencido a 800 paraguayos que sin poder escapar a través de ninguna brecha se vieron obligados a un ataque masivo para salir del cerco por arriba de los cuerpos de los defensores bolivianos. Toro parecía pasar por alto que pese a las dificultades del enemigo para escapar esto no lo transformaba en una victoria. Incluso duplicaba el tamaño de las fuerzas paraguayas encerradas y sub-estimaba las propias fuerzas". El 9 de noviembre Toro volvió a cercar en Yrendagüé a la 6ta División y a la División de Reserva con el mismo resultado. A fines del mismo mes las expulsó del fortín Picuiba a donde habían retrocedido. Así, lo que el coronel Franco había logrado en 16 días (de Picuiba a Carandaity), el coronel Toro lo revirtió en agotadores y costosos 3 meses de lucha (septiembre-noviembre 1934). Batalla de El Carmen - 16 noviembre 1934
A mediados de noviembre, el ejército paraguayo realizó una de las maniobras mejor ejecutadas. Con tres divisiones, rodeó a la 1ra. Div. de Reserva al mando del Cnel. Zacarías Murillo que se encontraba defendiendo el lugar denominado Cañada El Carmen. Mientras una atacó frontalmente fijándola a su posición, las otras dos (Divs. 8 y 2) avanzaron por los costados de su presa. Pese a la detección de patrullas en la retaguardia y a la emboscada en la que murió el mayor Celso Camacho del Estado Mayor (que había logrado escapar del cerco de Campo Vía) y que tenía en su poder mapas, disposición y número de tropas y los planes operativos de la División, Murillo no hizo ningún cambio ni intentó retirarse
internándose en el bosque. Se vivieron escenas de gran dramatismo cuando el ejército paraguayo tuvo que proveer de agua y alimentos, en forma perentoria, a una masa de hombres que duplicaba su capacidad logística.
"El día 11 de noviembre", comenta el médico cirujano Edmundo Ariñez Zapata del Regimiento de Caballería 20 boliviano: "fui invitado a celebrar copiosamente (sic) el cumpleaños del coronel Murillo con la acostumbrada serenata de la víspera en la que aparte de la música se hizo nutrido fuego con toda clase de armas que disponía la División"
Como consecuencia de esta irrupción paraguaya en la zona central, el general Peñaranda ordenó el rápido abandono del fortín Ballivian al sur y la retirada hacia Villa Montes antes de que esas fuerzas pudieran ser aisladas por el enemigo. Cayó así un fortín que era todo un símbolo de la presencia de Bolivia en el Chaco.
Pocos días después de esta celebración, el 16 de noviembre, toda su División quedó cercada por la 8va. (Cnel. Garay) y 2da. Divisiones paraguayas que se unieron en su retaguardia. También ingresó a la trampa otra división boliviana (la 2da. División de Reserva al mando del Cnel. Walter Méndez, conocido como "el Tigre Rubio") que sin control de la situación acudió en socorro de la primera.
"Muchos prisioneros bolivianos estaban tan debilitados que por el zarandeo de los camiones que los llevaban a nuestra retaguardia perdían el equilibrio y caían al camino donde nadie los recogía. Así se llenó la ruta de un tendal de cadáveres, algunos muertos por la sed, otros atropellados por los camiones que, debido a la oscuridad o la polvareda, no los podían esquivar" (Estigarribia, J.F. Memorias. págs. 323-326).
En su larga lucha contra lo que consideraba como una ineptitud crónica de los comandantes bolivianos, el presidente Salamanca comenzó a buscar un reemplazante de Peñaranda, convencido cada vez más de que éste carecía de los conocimientos y el carácter para dirigir al ejército boliviano. Derrocamiento de Daniel Salamanca 23 noviembre 1934 El desastre de El Carmen obligó al ejército boliviano a abandonar el Fortín Ballivian (a cuya defensa se había dado tanta importancia), y atrincherarse a pocos kilómetros de Villa Montes, base del ejército boliviano en el Chaco. Siete días después y con las fuerzas enemigas acercándose a Villa Montes, el presidente boliviano Daniel Salamanca decidió viajar en persona a esa localidad para destituir al Gral. Enrique Peñaranda y reemplazarlo por el Gral. José L. Lanza. La relación de Salamanca con Peñaranda fue siempre áspera, lindante casi con la insubordinación. En un radiograma a Peñaranda, luego de la derrota de El Carmen y de la retirada de Ballivian, Salamanca le manifiesta: "Hago saber a ustedes que el pueblo ya no tiene confianza en la pericia del comando". La respuesta de Peñaranda no fue menos violenta:
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Al igual que en Campo Vía, el 16 de noviembre de 1934, más de 7.000 hombres de dos Divisiones bolivianas, acosados por la presión enemiga, el calor y la sed, mezclados y apretujados, ya sin disciplina alguna, comenzaron a rendirse. Algunos grupos lograron escapar
"Aquí en la línea se piensa lo mismo de su gobierno y no por ello nos alarmamos". Fue un error de Salamanca, en su larga lucha contra el comando boliviano, abandonar La Paz sin la custodia adecuada. El 23 de noviembre de 1934, sectores
politizados de las fuerzas bolivianas leales al gral. Peñaranda y al coronel Toro, se resistieron a la orden presidencial. "De todas las revoluciones o golpes de Estado en Bolivia, esta fue una de las más grotescas. Se extrajeron tropas de las trincheras y en plena zona de operaciones, a doce kilómetros del enemigo, los principales jefes hicieron apuntar cañones a la residencia donde se alojaba el envejecido jefe del gobierno, la rodearon de soldados armados con fusiles y ametralladoras, y con actitudes valentonas, incitadas en algunos de ellos por el alcohol libado durante la noche de vigilia, aprisionaron a su víctima y más tarde le exigieron su renuncia." (Querejazu Calvo) Luego acordaron con el vicepresidente Tejada Sorzano para que asumiera la primera magistratura. Fue el mejor cerco que lograron realizar los comandantes bolivianos en toda la guerra y Salamanca no se privó de decírselos. Daniel Salamanca retornó por vía aérea a Cochabamba. Quince días después hubiera tenido que soportar el tremendo desastre de Yrendagué. Ahora ya no debía cargar con la responsabilidad que venía temiendo desde un año atrás: la de tener que firmar la paz con el ejército paraguayo pisando territorio boliviano, en condiciones de inferioridad por culpa de los errores de los comandantes bolivianos. Ahora esa tarea estaba en manos de Tejada Sorzano, de Elío y sus correligionarios liberales o de los oficiales del ejército que iniciaban su marcha de regreso al gobierno de Bolivia. Maniobra de Yrendagüe y colapso del Cuerpo de Caballería del Cnel. Toro - 5 al 8 diciembre de 1934
"La guerra en el desierto es el Paraíso de la Táctica y el Infierno de la Logística" El 9 de noviembre de 1934, el poderoso Cuerpo de Caballería del Cnel. Toro con 12.000 hombres desalojó a los paraguayos del fortín Yrendagüé, único lugar donde se encontró abundante agua dulce en el Chaco. El 2do. Cuerpo, cuya misión era alejar esas fuerzas de la zona de El Carmen, escapó nuevamente del cerco y continuó su retirada hacia Picuiba-La Faye. Pese a la derrota boliviana en El Carmen (16/noviembre/1934) el coronel Toro siguió presionando a Franco preparándose para ocupar La Faye. El Gral. Estigarribia devolvió la 8va División al 2do. Cuerpo por lo que ahora éste disponía de 5.500 hombres pero aún así la situación de las fuerzas paraguayas era comprometida. Antes de que se produjera la inevitable ocupación boliviana de La Faye, que crearía serios problemas logísticos, el Cnel. Franco, tal cual era su característica, ideó un contra-ataque sorpresivo por lo casi imposible de su realización. El plan consistía en infiltrar a la 8va División entre dos divisiones bolivianas rumbo a Yrendagué, a través de 70 kilómetros de desierto, en pleno verano, con más de 45 grados de calor a la sombra, abriéndose paso por un monte cerrado para no ser descubierta por las patrullas de control y aviación enemiga, apoderarse de los pozos y dejar sin agua a todo el Cuerpo de Caballería boliviano en pleno desierto. La 8va. División, con el coronel Eugenio A. Garay a la cabeza (era el oficial de más edad en el ejército), inició la marcha el día 5 de diciembre y con gran esfuerzo y con sus hombres al borde de la deshidratación llegó a Yrendagüé el día 8 de diciembre, tomó el fortín y los pozos. Sin agua, las fuerzas bolivianas se desintegraron. Muchos soldados salvaron sus vidas entregándose. El día 10 miles de soldados intentaron huir desde El Cruce hacia el fortín 27 de Noviembre muriendo de sed o suicidándose desperdigados por el desierto. El día 11 llovió providencialmente sobre los sobrevivientes. De los 12.000 hombres, Bolivia perdió el 50% de los soldados y el 60% del armamento. Fue una de las batallas más crueles de la guerra y produjo una profunda impresión en el pueblo boliviano cuando se enteraron del padecimiento de los soldados. El historiador Bruce Falcau, al comparar las acciones del Cnel. Franco con las del Gral. norteamericano Patton dice: “la movilidad depende más de la personalidad del
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comandante y su estado mental que de la velocidad de los vehículos que puedan tener a su disposición”.
Constitución del Tercer Ejército Boliviano y batallas finales Batalla de Ybybobó - 28 diciembre 1934 Después de la derrota en El Carmen y el abandono de Ballivián, el Primer Cuerpo boliviano, (Divs. 4ª y 9ª) al mando del Cnel. Enrique Frías, estableció una nueva línea defensiva en Ybibobo, a 70 Km. al este de El Carmen, donde comienzan las primeras estribaciones andinas. Los 2.500 hombres de la 9na. División, (Cnel. Jenaro Blacutt), protegían un frente de 18 kilómetros. Pese a que la aviación boliviana descubrió partes de una picada que construían los paraguayos hacia ese lugar, el comando boliviano desestimó toda posibilidad de ataque en ese sector. El 28 de diciembre de 1934, aprovechando una tormenta, una división paraguaya al mando del mayor Alfredo Ramos se infiltró entre la 9na y 8va división boliviana y cortó el camino de retirada de la 9na división. Todas las líneas de mando de la división colapsaron produciéndose una gran confusión. La artillería divisionaria abandonó sus posiciones al iniciarse el ataque, muchos soldados huyeron hacia el río Pilcomayo, otros rompieron el cerco por iniciativa propia y el resto se rindió. En los primeros días de enero 1.200 hombres fueron hechos prisioneros, unos 200 se ahogaron en el cruce del Pilcomayo. La 9na división se desintegró lográndose salvar los coroneles Frías y Blacutt y otros oficiales. Defensa de Villa Montes Luego de la derrota de Ybibobo, el comando boliviano estableció una nueva línea de defensas en Villa Montes. Con sus arsenales, depósitos y líneas de comunicación, este pueblo era el último punto de apoyo que le quedaba a Bolivia en el Chaco. Su pérdida hubiera abierto el camino a Tarija, y teniendo en cuenta las precarias líneas de comunicaciones bolivianas, hubiera dejado toda esa zona en manos de los paraguayos. Después que otros jefes se rehusaron a asumir la responsabilidad, la tarea fue encomendada a los coroneles Bernardino Bilbao Rioja y Moscoso. La concentración de artillería realizada no tenía precedente; las fortificaciones de campaña eran extensas. La moral de las tropas experimentó un repunte debido al buen liderazgo. El Pilcomayo, incluido en las defensas del Sector Sur, sector encomendado a Bilbao, se tornó impasable para el enemigo al destacarse a la 4a. División boliviana a lo largo de la rivera de ese rio.(1) Aun después de las pérdidas experimentadas en 1934, el reconstituido ejército boliviano alcanzó por tercera vez desde iniciada la guerra la superioridad de efectivos y medios sobre las fuerzas paraguayas. Pero los problemas seguían siendo los mismos, los soldados reclutados carecían de experiencia a lo que se sumaba defectos muy
ostensibles en la conducción. Por esa razón, en contra de todas las expectativas, el ejército paraguayo mantuvo la iniciativa: el 11 de enero de 1935, dos regimientos bolivianos fueron rodeados sufriendo 330 muertos y 200 prisioneros obligando al resto a retirarse. Un destacamento bajo las órdenes del coronel Caballero Irala logró llegar hasta el rio Parapiti, y desde Carandaity, el coronel Franco tomó Boyuibé el 28 de enero, cortando el camino entre Villa Montes y Santa Cruz. Diez días después (febrero de 1935), los paraguayos lograron envolver el flanco derecho de las defensas de Naicorainza, pero los bolivianos fueron reforzados por la Primera División de Caballería y Franco debió retirarse. En un último esfuerzo el general Estigarribia decidió atacar Villa Montes el 13 de febrero con 5.000 hombres. La aviación, las fortificaciones y la artillería frenaron el avance paraguayo que carecía de granadas para sus cañones. A pesar de la inferioridad numérica y de medios, un destacamento bajo las órdenes del coronel Garay cruzó el rio Parapití, ya fuera del Chaco, y penetró en territorio boliviano capturando Poperé el 5 de abril. Una contraofensiva boliviana lanzada el 14-16 de abril penetró las líneas paraguayas a lo largo del camino a Camatindy, y el 19 de Abril, los bolivianos retomaron Tarari, obligando al coronel Fernandéz y sus fuerzas a retirarse. El éxito del contragolpe boliviano fue limitado y se realizó al costo de elevadas bajas. El esfuerzo del ejército paraguayo también estaba llegando a su cúspide hasta tal punto que debido a la carencia de artillería Estigarribia solicitó a la marina paraguaya desmantelar los dos cañones delanteros de la cañonera Humaitá para transportarlos a 15 kilómetros de Villa Montes y, desde esa posición, destruir sus defensas. Se prepararon los puentes del ferrocarril, se diseñó un medio de transporte que soportara los 5.500 kilos que pesa cada cañón de 6 metros de largo y 120 milímetros de diámetro, se planeó la construcción de un soporte de cemento de 35 toneladas de peso para sostener el retroceso y se transportó al Chaco un tractor de gran capacidad para llevarlo hasta la zona de operaciones. La finalización de la guerra impidió que los cañones del Humaitá pudieran actuar sobre Villa Montes. Batalla de Ingavi - 4 al 8 de junio de 1935 La batalla de Ingavi comenzó el primero de junio de 1935 con una ofensiva de la Sexta División boliviana comandada por el coronel Julio Bretel compuesta por 3.000 hombres. Dicha división estaba integrada, entre otros, por el regimiento de Infantería “Florida”, y el de Caballería “Ballivian”. El destacame nto paraguayo
comandado por el Tte. Cnel. José Cazal Rivarola dispuso la defensa de Ingavi. Este oficial, profesor en la escuela militar y encargado de la fundación de fortines en el Chaco, conocía muy bien la zona. Su traslado al fortín
Ingavi fue hecho por Estigarribia dada la inminente ofensiva boliviana contra fuerzas paraguayas estacionadas allí desde fines de abril de 1935. Sus órdenes eran que Ingavi no debía caer en manos bolivianas. Las fuerzas paraguayas estaban organizadas en tres pseudo-regimientos e integradas por expertos veteranos con años de combate. Al cuarto día de iniciado el ataque boliviano (4/junio/1935) Cazal Rivarola, con no más de 850 hombres, rodeó a las poco experimentadas fuerzas bolivianas. Entre el 7 y el 8 de junio la batalla de Ingavi terminó con la captura de su comandante, el coronel Bretel, y dos mayores, uno de ellos era Humberto Berndt Vivanco, de nacionalidad chilena, que fuera contratado por el ejército boliviano cinco meses antes, en enero de 1935, y que al caer prisionero comandaba el regimiento Ballivian de la Sexta División. Las fuerzas de Cazal Rivarola avanzaron los dias siguientes por el camino Ingavi-Ravelo desalojando varios puntos defensivos bolivianos establecidos cada 5 kilómetros y capturando camiones, armas y provisiones.
Después de largas negociaciones, el tratado para terminar la guerra fue firmado en Argentina el 21 de julio de 1938. El canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, había convocado a una Conferencia de Paz de Buenos Aires. Había obtenido el premio Nobel de la Paz de 1936, por su labor en pro de la paz en general, y en particular por haber inspirado el Pacto antibélico Saavedra Lamas , firmado por 21 naciones y convertido en un instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel importante como mediador para finalizar la guerra del Chaco.
Sello postal conmemorativo de la Paz en el Chaco, con los escudos de Paraguay y los de los estados garantes: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Estados Unidos, Uruguay.
En ese mismo momento, muy lejos de ahí, en Buenos Aires, se llegaba al acuerdo de firmar, el día 12 de junio, un protocolo de paz. Ese día las tropas paraguayas de Cazal Rivarola ya habían avanzado 32 kilómetros desde Ingavi y estaban a sólo 15 kilómetros de su nuevo objetivo: Ravelo y las instalaciones petrolíferas bolivianas. Estos hechos influyeron en la decisión del comando boliviano de exigir a sus diplomáticos de que aceptaran la propuesta paraguaya y firmaran el protocolo de paz.
Sello postal conmemorativo Paz del Chaco y homenaje a los soldados paraguayos.
Fin de la guerra Paraguay retuvo las 3/4 partes del Chaco Boreal. Bolivia recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se encuentra hoy día Puerto Busch. Acuerdo limítrofe El 27 de abril de 2009, 74 años después de finalizado el enfrentamiento bélico, los presidentes Evo Morales de Bolivia y Fernando Lugo de Paraguay firmaron en Buenos Aires el acuerdo definitivo de límites territoriales del Chaco Boreal. El acto se realizó en presencia de la presidenta de la Argentina Cristina Fernández de Kirchner, previa aceptación por parte de sus respectivos cancilleres del “Acta de cumplimiento y ejecución” del E. Martínez Thedy (Uruguay), Luis A. Riart (Paraguay), Tomás M. Elío (Bolivia) y Carlos Saavedra Lamas (Argentina) negocian la Paz del Chaco.
Tratado de paz, amistad y límites entre Bolivia y Paraguay de 1938.