HAMLET INTRODUCCIÓN
VAMOS a asistir a una revolución. Hamlet es una revolución .Como hay un desarrollo en la naturaleza, hay un desarrollo en el espíritu. La idea es tan eviden evidente, te, ue la conci! conci!ee el mismo mismo irre" irre"le#i le#ivo vo Laert Laertes es cuando cuando,, en vez de amparar a O"elia con su amor de hermano la aconse$a% For nature, crescent doesno doesnott grow grow alone alone.. .... etc. etc. &Que la naturalez naturaleza, a, al desarroll desarrollarse, arse, no se desarrolla solamente en músculos y en órganos; sino que, como crece el templo templo en que residen, residen, crecen también también las funciones funciones de la mente mente y del .'Como hay un pro(reso colectivo, colectivo, hay un pro(reso individual. individual. ) así espíritu.'Como
como el uno se mani"iesta por medio de luchas, de dolores, de sacri"icios y de san(re* así el otro se mani"iesta por medio de luchas, de dolores, de sacri"icios y de l+(rimas. Cada pro(reso es consecuencia de una revolución en una idea o en un a"ecto de la humanidad. Cada revolución es el conato de un pro(reso en los a"ectos o-en las ideas de los hom!res. na sociedad se emancipa o se su!yu(a, su!yu(a, y triun"a triun"a o sucum!e sucum!e el pro(reso pro(reso social. n individuo individuo triun"a triun"a o sucum!e y el pro(reso individual se realiza o se a!andona. n alma en crisis* un espíritu en pro(reso, una revolución moral* una lucha interior para hacer triun"ar un pro(reso del ser en el ser mismo* el cataclismo de un alma% ese es el espect+culo m+s di(no ue puede o"recerse a la conciencia humana. /ste es el espect+culo ue Sha0espeare nos o"rece en amlet . GENERALIDADES
Como en todas las o!ras del delicadísimo delicadísimo psicólo(o psicólo(o hay en /l príncipe príncipe de 1inama 1inamarca rca un atract atractivo ivo superior superior al de la "+!ula "+!ula%% el de los caract caractere eres. s. Sha0espeareno crea una acción para adaptarle persona$es* crea hom!res, seres humanos, cuyo car+cter determinado, positivo, consecuente, ori(ina la acción. M+s de una vez se encuentran persona$es ociosos en las tra(edias del autor2 actor% nunca, por ocioso ue sea, de$a ese persona$e de ser un hom!re, un individuo, un car+cter, ya personal, ya (en3rico. /l manso Moratín, ue se hizo iracundo para traducir y comentar a amlet *y *y el iracundo 4oethe ue se hizo manso para resolver ese ya secular pro!lema de arte, creen ue hay en amlet muchos persona$es in5tiles, como dice con ra!ia el acad3mico, ue podrían com!in com!inars arsee con otros, otros, como como pensa! pensa!aa con temor temor respetu respetuoso oso el cl+sico cl+sico22 rom+ntico de 4oetz y de 6erther. Cuando el primero uiere suprimir a los sepultureros, uiere suprimir toda una especie. Cuando el se(undo piensa en com! com!in inar ar en una una sola sola perso persona nali lida dad d los los cara caract cter eres es de 7ose 7osenc ncra rant ntzz y
4uildenstern, encuentra en ellos tanta "uerza de individualidad, ue no se atreve atreve a tocarl tocarlos. os. ) eso, eso, ue 7osenc 7osencran rantz tz y 4uilde 4uildenst nstern ern son meras meras personi"ic personi"icacion aciones es de un vicio% la cortesanía cortesanía servil. 8ero se completan completan tan admira!lemente el uno por el otro, caracteriza tan adecuadamente cada uno de ellos una "isonomía del vicio ue el autor zahiere, ue la acumulación de esos dos caract caractere eress en uno solo solo "alsea "alsearía ría el de"ect de"ectoo critic criticado ado.. 9o todos todos los accidentes y pormenores de un vicio o un de"ecto moral ca!en en un solo hom!re, porue el hom!re modi"ica sus de"ectos y sus vicios se(5n su modo individual de ser. 8or per"ecto ue sea un hom!re en su de"ecto o en su vicio dominante, el vicio o el de"ecto no "orman todo el hom!re. Al lado de la parte mala est+ la !uena, y, desdichadamente, al lado de un vicio ridículo, est+ muchas veces el vicio repu(nante o criminal.
PERSONAJES POLONIO
:an perspicazmente ha!ía Sha0espeare analizado el corazón del hom!re y penetrado en las sinuosidades del espíritu, ue, no contento con !osue$ar en el car+cter de 7osencrant 7osencrantzz y de 4uildenstern 4uildenstern dos aspectos aspectos del servilismo servilismo palacie(o, modi"icados por la reserva del uno y por la intemperancia del otro, di!u$a en 8olonio una "orma menos sencilla, m+s comple$a, m+s varia, menos (en3rica, m+s personal, m+s caprichosa, no por eso menos real, del mismo vicio. Los críticos de amlet pasan pasan desde;osamente por delante de 8olonio. Lo contemplan, lo comparan r+pidamente con el tipo, desdichadamente inmortal, del adulador "amiliar del poderoso, se sonríen, se enco(en de hom!ros, y ,e#clamando% &
/n "rente de estos caracteres, el de Horacio* al lado de los adictos al poder, el adicto al hom!re. /s el tipo de la amistad sin condiciones. 9o las impone al ami(o para uererlo, no se las impone a sí mismo para estimarlo. /s un corazón lleno de d+divas. 1a sin e#i(ir. uiere a Hamlet, porue es un hom!re
ama!le, di(no de ser amado, no porue es poderoso, no por ser príncipe, no por ser superior en $eraruía. /st+ unido a 3l por una reli(ión ue así hace devotos a los pue!los como a los individuos* la reli(ión de los recuerdos. Due su ami(o porue "ue su condiscípulo* es su insepara!le porue "ue compa;ero de su adolescencia* y como "ue con"idente de sus secretos $uveniles, es con"idente de la pesadum!re secreta ue pesa en su conciencia. 8ara su amistad no hay tiempo, no hay mudanza en el tiempo. /l mismo Hamlet, ue estudia!a, parola!a, travesea!a, enamora!a y se "orma!a con 3l en 6iteM!er(, es el ue hoy le hace con"idencias "ormida!les. /l de!er de uererlo ue se impuso entonces, persevera ahora. Horacio no sa!e ue hay una (radación en los a"ectos% no sa!e ue un (rado es el cari;o y ue la estimación es otro (rado. Cari;o cie(o, movimiento espont+neo del corazón el ue lo mueve, sa!e ue uiere a Hamlet, no sa!e por u3 lo uiere. 9i un +tomo de inter3s en su cari;o. Viene a /lsinor para tomar parte en las "iestas de la !oda, para tri!utar un homena$e de respeto a sus reyes* y se ale$a de las "iestas por acompa;ar a su ami(o en sus aventuras tene!rosas* y se ale$a de los reyes por hacerse parcial del príncipe, acusado de proyectos am!iciosos. Allí donde est+ Hamlet, allí 3l. 1onde Hamlet no est+, tampoco Horacio. /s di(no de la con"ianza ue inspira, y el alma suspicaz ue de todos descon"ía con"ía en 3l. 8ara cumplir el tremendo $uramento de acordarse siempre, el príncipe emplea tres medios% su locura "in(ida, la representación de la escena ue recuerda los crímenes de Claudio, y la vuelta inesperada de ?n(laterra. /l 5nico a uien Hamlet con"ía sus proyectos* el 5nico ue sa!e por 3l la "icción ue hay en la representación, el casti(o ue anuncia la vuelta de ?n(laterra, 2es Horacio. /ste car+cter, en sí mismo interesante, aduiere por contraste un inter3s vehemente. Si por sí mismo representa auel ama!le a!andono de los a"ectos ue no $uz(an ni razonan, auellas naturalezas a"ectivas ue concentran en un sentimiento cuantos aspectos tiene la e#istencia, ue de!en a esa reducción de la e#istencia el optimismo espont+neo ue practican, 2 Horacio representa por contraste el inter3s moral de la acción a ue concurre. /s la luz del cuadro en ue son la som!ra 7osencrantz y 4uildenstern* es a"irmación de la tesis artística en ue es ne(ación el mismo Hamlet. Contrasta con la perversidad interesada de auellos, por la !ondad desinteresada de su a"ecto. Contrasta con Hamlet, ue hace el mal ueriendo el !ien, por el !ien ue practica sin !uscarlo. /n tanto ue 3l, o!scura, pasiva, humildemente, hace el !ien de con"ortar con su lealtad el alma atormentada del príncipe, 3ste no retrocede ante la sentencia ue con impasi!le ri(idez pronuncia su conciencia% !" must be cruel, only to be #ind$ %engo que ser cruel para ser bueno.& EActo ???, escena ?V.F Cuando 4oethe retrata!a en tres pala!ras &al sencillo, no!le y e#celente Horacio', contri!uía a
e#plicar el e"ecto ue produce al espectador o al lector de la tra(edia la in"luencia de esa naturaleza (enerosa. 8or la sencillez de su corazón, cautiva* por la no!leza de su conducta, se reconcilia con los inno!les en la suya* por la e#celencia de su car+cter, moraliza. /n la vida de la escena como en la vida del mundo, !asta eso. Cuando podemos se;alar un alma sana entre mil corrompidas por la pasión y el inter3s, &el mundo no es tan malo 2 nos decimos* 2pues ue al lado de las de"ormidades corrompidas, est+ la "orma incorrupti!le.' LAERTES
Los contrastes de Sha0espeare no son antítesis. Sha0espeare sa!e ue el arte no demuestra, y conoce demasiado íntimamente la e#istencia humana, para a(rupar en la escena caracteres antit3ticos, ue nunca o casi nunca se encuentran en la realidad. 8or eso, al presentar en Laertes el opuesto correlativo de Hamlet, no !usca el contraste en oposiciones radicales ni mantiene esa oposición en choue continuo, ni personi"ica en el uno una virtud, el vicio contrario en el otro. Los persona$es de Sha0espeare son hom!res, y hom!res di(nos (eneralmente de :erencio. Se creen capaces del !ien y del mal ue hacen los hom!res, y por eso se salen de la escena para vivir en la vida ue vivimos. Si la cualidad o el de"ecto ue los caracteriza, ue constituye su personalidad moral, contrasta con otras cualidades o de"ectos de los dem+s con uienes contri!uyen a la acción, ni es el contraste el ue les da car+cter, ni consiste su car+cter en la oposición en ue est+ con su contrario, Laertes es un $oven, en el sentido histórico de la pala!ra* "rívolo, irre"le#ivo, apasionado, sin otro desi(nio en su e#istencia ue la e#istencia misma. D+cil de $uicio como todos sus i(uales, $uz(a a los dem+s se(5n sus "altas% 3l las comete, lue(o todos las cometen. 1e auí su e#periencia pesimista. :iene por su hermana auel cari;o descuidado ue piensa menos en lo amado ue en sí mismo* y cuando sa!e ue O"elia puede amar a Hamlet, ue Hamlet ama a O"elia, duda de la rectitud del hom!re porue no tiene "e en la propia* duda de la "ortaleza de la mu$er, porue no hay mu$er "uerte para hom!re d3!il. Aconse$a a su hermana, y hay un sano inter3s en su conse$o* pero hay m+s e(oísmo ue inter3s. /n vez de aconse$arla, de!ería ampararla* pero en vez de ampararla, la a!andona a sí misma y retorna a la ciudad de los placeres ./s hom!re ue no puede detenerse% resuelve y hace* hace m+s ue resuelve. n error, una preocupación, una pasión, un inter3s lo incitan, y all+ va. Hoy lo llama el placer, y desampara a los suyos. Ma;ana lo llamar+ el dolor, y vendr+ a ven(ar a su padre y a su hermana contra los o"ensores ue no sa!e ui3nes
son* a amotinar el pue!lo contra el rey, porue lo cree culpa!le* a com!inar con 3l una co!ardía criminal, porue 3l le "acilita la ven(anza. :iene todos los vicios y las cualidades de un hom!re de acción, y por eso contrasta con Hamlet, hom!re de re"le#ión. :iene todos los ímpetus de la voluntad, y por eso hace tanto y tan malo en tan poco momento y en tan poco espacio. 9o retrocede ante el peli(ro, y es valiente. 9o retrocede ante el crimen, y es co!arde.
CLAUDIO
/se mismo car+cter en el (rado "inal del desarrollo, es Claudio. Claudio es un malvado ue no es malo. uedan dos móviles en su ser ue demuestran los (3rmenes no desarrollados del !ien ue hu!o en su alma% el remordimiento y el amor. Ama a 4ertrudis, su mu$er, a pesar de ser ella uno de los móviles del crimen ue rumia su conciencia* y por huir del remordimiento del primer crimen, medita otro. Si lo hu!ieran de$ado reinar y amar en paz, hu!iera sido un !uen rey y un !uen esposo. Si Laertes no hu!iera encontrado en su senda de placer la +rida necesidad de una ven(anza, hu!iera sido un ca!allero. 1e esas voluntades instintivas est+ llena l a vida. /sos son los h3roes ue los idólatras admiran en la historia. La crítica complaciente los a!suelve, y Suetonio admira a Au(usto, y Valerio ensalza a :i!erio, y :hiers dei"ica a 9apoleón ?, y la /uropa se postra admirada ante el tercero. 1el malvado no malo de Sha0espeare a esos !uenos no !uenos de la historia, no hay m+s di"erencia ue la del "in. /l malvado de la tra(edia comete el crimen por ocupar el solio y el t+lamo, en tanto ue esos h3roes ocupan el sol io para pisotear desde 3l a media humanidad. Claudio era un am!icioso% am!iciona!a el reino y la mu$er del rey su hermano. Due necesario un crimen, y lo cometió. /l crimen consumada es un estado, como la incapacidad de cometerlo constituye el estado de inocencia. Como 3ste sus virtudes, tiene au3l sus vicios necesarios. 1e ahí la hipocresía, la suspicacia, la do!lez y la impasi!ilidad de $uicio ue demuestra Claudio. Atri!uye a motivos de razón, de prudencia y de política, los crímenes ue ha cometido y ue se dispone a cometer. Odia a Hamlet, porue sospecha ue Hamlet ha penetrado en su conciencia. Mientras m+s lo odia, m+s lo acaricia. /s el 5nico ue por inducción conoce a su enemi(o, y vive en (uardia* es el 5nico ue tiene conciencia del estado moral de Hamlet, y no se de$a alucinar por las locuras de 3ste, por los in"ormes de los otros, por la piedad de al(unos, por la inuietud de todos. Si el !ueno de 8olonio, despu3s de decirle ue Hamlet est+ loco de amor por su hi$a O"elia, lo lleva a esconderse para oír el
di+lo(o de los dos enamorados, el criminal som!río no se euivoca% &
delante de una pasión o un inter3s, sólo tienen voluntad para saciarlos. Voluntad implaca!le para saciar su am!ición tiene Claudio, el persona$e criminal de Sha0espeare, y al perci!ir un peli(ro para 3l en la situación moral de Hamlet, se dispuso inmediatamente a prevenirlo. Con un poco de sensi!ilidad, lo hu!iera prevenido sin da;ar a Hamlet. Con un poco de razón, lo hu!iera prevenido haci3ndose a sí mismo un !ene"icio. 8ero era la voluntad uien decidía, y decidió otro crimen. Auí, lo mismo en la tra(edia ue en la vida, lo mismo en el teatro ue en la historia, empieza la se(unda "ase de este car+cter. :riun"ante por su primera violencia o su primer crimen, el hom!re de acción no se detiene. Creer+ necesaria otra violencia, y la cometer+. Creer+ necesarios otros crímenes, y los consumar+. Si los remordimientos o el desarrollo de la razón, lo detuvieren < v> victis=
ue los descri!e minuciosamente en Mac!eth y en lady Mac!eth, los !osue$a en Claudio. GERTRUDIS
:odo hom!re se ha encontrado una vez, o m+s de una, delante del pro!lema ue el m+s humano de los poetas ha e#puesto en el car+cter de 4ertrudis .4ertrudis es la mu$er sensual. Ama con los sentidos, conoce por medio de los sentidos, o!edece en su acción a los sentidos. Si no tuviera los instintos delicados de la mu$er, sólo tendría los instintos animales de la hem!ra. Sólo tendría sensualidad en el corazón, si no tuviera sensi!ilidad en el espíritu. :iene la ima(inación su"iciente para dar calor y color a sus deseos, y por eso l os eleva hasta el a"ecto. 9o tiene "uerza su"iciente de razón para convertir en a"ectos todos sus deseos, y por eso es inconstante en sus a"ectos ./s hi$a inmediata de la naturaleza, y vive para la "elicidad. La "elicidad es su derecho, y como no le han ense;ado ue hay de!eres correlativos de ese derecho, ue todo derecho se completa y se realiza por su de!er correlativo, no supone ni sospecha ue el uerer ser "eliz pueda lle(ar a ser un mal. ) hace, sin sa!erlo, sin uererlo, sin sentirlo, males ue no de$aría de llorar si lle(ara a tener conciencia de ellos. 1e toda culpa de mu$er es responsa!le un hom!re, por in$usto, por inepto o por liviano. 1e las culpas de mu$eres como 4ertrudis, es siempre autor un Claudio, por e(oísta, por concupiscente o por malvado. La mu$er vive del hom!re, como la luna del sol% y así como 3ste da luz al astro ue le est+ su!ordinado, así el hom!re re"le$a su virtud y su vicio en la mu$er. /ducada por 3l, es o!ra suya. O!ra !uena, si el autor es !ueno* o!ra mala si malo. 8or mucho ue Hamlet pondere a su padre el rey di"unto, no pasa!a su padre de ser un hom!re de (uerra. A su lado, su hermano. Siempre o con "recuencia ausente el rey Hamlet, su mu$er no tenía otro conse$ero, otro (uía, otro educador ue su cu;ado Claudio, ni otra escuela ue la adulación y la lison$a de sus cortesanos. Su voluntad era mandato cumplido* su capricho era o!ra realizada. Satis"echa de su vida, era "eliz. 9o tenía nada m+s ue pedir a los otros ni a sí misma. Muere el rey su esposo, y la "elicidad se enluta. Con la mano ue le o"rece, Claudio le devuelve su $eraruía y su "elicidad. Ama!a a su primer esposo poru3 no ha de amar a su se(undoB 9in(una incompati!ilidad, para ella, en ese a"ecto. Amar a un hermano despu3s de ha!er amado al otro no es un crimen* antes es una prue!a póstuma de amor al ue se amó primero* es se(uir am+ndolo en su carne y en su san(re. /lla no
sa!e ue su Hamlet murió envenenado* y como dice con per"ecta in(enuidad a su hi$o, &el ue vive de!e morir'. /lla no sa!e ue su antes cu;ado y ahora esposo es el autor de su viudez, y como el ha!er salido de ese in"eliz estado a 3l lo de!e, le pa(a con amor su !ene"icio. Cierto es ue un solo mes entre el llanto tri!utado al primero y las caricias concedidas al se(undo marido, es poco tiempo* cierto ue, como dice amar(amente el príncipe su hi$o, &las viandas del duelo sirvieron para las !odas'* mas aparte de ue, como 3l mismo dice% &:hri",tri"t, Horatio' esa era una prue!a de "ru(alidad y economía, es tam!i3n una prue!a de la inocencia, de la irresponsa!ilidad y de la inconsciente sensualidad de 4ertrudis. Muy convencido de esto de!ía estar el di"unto, cuando, al aparecerse a su hi$o, con el de!er de ven(arlo, le impone el de no culpar a su madre. /s madre, ama como las madres, tiene la se(unda vista de las madres, y es la primera ue descu!re en el alma de su hi$o uno de los dolores ue le aue$an. Cuando deli!era con Claudio y con 8olonio so!re el estado de Hamlet, se nie(a a toda con$etura, y dice con toda la se(uridad de su instinto% &La muerte de su padre, y nuestro acelerado casamiento', eso es lo ue le en"erma. ) cómo, amando a su hi$o, no previó el e"ecto ue ha!ía de producir en su alma delicada auel r+pido olvido de su padreB /so es lo ue no cesa de pre(untarse tristemente la po!re madre, y lo ue nunca lo(rar+ responderse, porue no sa!e ue, al o!rar de un modo indecoroso, pero no criminal, o!edecía a su naturaleza, nunca diri(ida y siempre estimulada por la educación de la costum!re. Kuena en cuanto madre, sin conciencia moral en cuanto hem!ra, la madre va a iluminar a la hem!ra, y va a producirse una mu$er. /sa hem!ra sin pudor, esa mu$er sensual sin a"ectos delicados, ue por "alta de pudor o"ende la memoria de su esposo y por "alta de delicadeza de sentimiento ha causado el in"ortunio de su 5nico amor di(no, de su hi$o, va en el desarrollo de la acción a elevarse lentamente a la concepción de la di(nidad de mu$er* a la idea de la responsa!ilidad por el remordimiento, ue las hem!ras no conocen* al conocimiento de un mal, hecho sin intención de mal, a las delicadas ternuras de su se#o, a las santas revelaciones del amor del alma. /sa mu$er sensual, ue empieza repu(nando, concluir+ enterneciendo* y cuando, despu3s de verla despo$arse lentamente de su apariencia sensual, la veamos si(uiendo siempre con o$o maternal a su hi$o* am+ndole en O"elia* conci!iendo en el amor de entram!os una "elicidad tan di"erente de la suya* a!riendo los o$os de la conciencia a una "alla cometida sin conciencia* llorando la muerte de O"elia con el propio corazón y el de su hi$o* esparciendo "lores delicadas so!re la tum!a de la criatura sensitiva, ue una sola r+"a(a de adversidad aniuiló* en$u(ando con su pa;uelo el sudor de la "rente de su hi$o, se(ura de su triun"o como toda madre lo est+ del triun"o de los suyos, y
e#clamando al morir la e#clamación suprema% O my dear Hamlet= &
&8lantan una encina en un "lorero, ue sólo hu!iera podido contener "lores delicadas% las raíces se e#tienden, y se hace pedazos el "lorero'. /se no es Hamlet* es O"elia% un corazón de cristal, ue un choue rompe. /l autor de 6ilhelm Meister, ue cometió la irreverencia de pasar de l ar(o por delante de esta delicadísima creación, no supo admirar en ella lo m+s admira!le ue ella tiene% su divina va(uedad.
caído la estrella "u(itiva, y a5n divisan los o$os su estela luminosa. uien haya visto a la an(elical criatura oyendo los conse$os de su hermano, sometiendo su amor al mandato de su padre, narrando la aparición inesperada de su amado, "omentando su amor por su piedad, su piedad por su amor, des(arrando su delicado corazón al oír las amorosas !rutalidades de su amante, lanzando su espíritu de luz en las tinie!las del caótico amor ue la ena$ena, cayendo de la cum!re de todas las esperanzas al a!ismo de la locura inesperada, cantando canciones disonantes y esparciendo "lores e#presivas, precipit+ndose en el a(ua, como en la vida, sin conciencia del ries(o ue corría* a!andon+ndose a la corriente como se a!andonó a su amor, sin sa!er ue se a!andona!a a la vor+(ine* uien la haya visto vivir un momento, su"rir tanto, morir tan pronto, ale$+ndose a(ua a!a$o con la luz de su sonrisa en los la!ios, como se ale$a cielo a!a$o la luz de las estrellas "u(itivas, 2+rido ser+ de corazón y de conciencia, si no se ue$a como ella en el 5nico momento en ue se ue$a% :o have seen Jhat ? have seen, see Jhat ? see= &
/L 879C?8/
95cleo de todos esos caracteres 2como lo es de la acción2 los sentimientos, los pensamientos, los $uicios, la lucha, los actos del príncipe de 1inamarca constituyen el o!$etivo supremo, la unidad esencial de esta tra(edia. 8ara comprenderla, es necesario comprenderlo. 8ara comprenderle, es necesario estudiarlo, no tanto en las circunstancias en ue el poeta lo presenta, cuanto en la realidad de donde lo ha tornado, en la o!servación inicial ue lo ha creado. Si Hamlet no "uera hi$o de la realidad, sería un a!orto de la idealidad en"erma* si no "uera e#presión est3tica de una verdad de o!servación, sería una monstruosidad repulsiva. Si "uera un a!orto, hu!iera muerto* si "uera una monstruosidad, repu(naría. 9o ha muerto, no repu(na% lue(o, tiene un "undamento de e#istencia* lue(o, contiene un inter3s humano. u3 inter3sB el m+s humano% el ue, para el !ien colectivo, resulta del pro(reso del ser en el ser mismo. Sha0espeare ha!ía o!servado Ey la intención psicoló(ica de todas sus creaciones lo demuestraF ue todos los con"lictos de los seres racionales en la vida tienen un car+cter individual, una causa íntima, un motivo su!$etivo, como diría un "ilóso"o del arte o del espíritu. 7elacionar ese motivo interno de acción con las solicitaciones e#ternas de la vida* e#plicar lo e#terno por lo interno* los elementos de la realidad di"usa en la e#istencia por el desenvolvimiento de la verdad con"usa en el espíritu, 2ese "ue el empe;o de su (enio. na cronolo(ía de sus o!ras sería una prue!a* y si de esa cronolo(ía resultara esta (radación% Cordelia, Nulieta, 1esd3mona, 4ertrudis, /l 7ey Lear, 7omeo, Otelo, Hamlet 2en esa (radación constarían los es"uerzos del poeta por elevarse sucesivamente al concepto primario ue lo inspira. /se concepto es la in"luencia ue tiene la vida moral en la normal% cada ser, en su adversidad o su "ortuna* toda idea, en el concepto de la vida* todo sentimiento, en la ale(ría o el dolor* todo acto, en la calma o la tempestad de nuestro ser* todo desarrollo del alma, en la pureza o impureza de nuestras relaciones con los hom!res* todo aumento de potencia a"ectiva, moral o intelectual, en la impotencia o en la omnipotencia de la vida realizada. 1esde este punto de vista, Hamlet es un momento del espíritu humano, y todo hom!re es Hamlet en un momento de su vida. Hamlet es el período de transición de un estado a otro estado del espíritu% del estado de sentimiento al de razón* de la idealidad a la realidad* de la inconsciencia a la conciencia del vivir. /l ser humano comienza a vivir por los sentidos, duplica su vida por el sentimiento, aumenta la intensidad de la vida por la "antasía. Siente ue vive, ima(ina su vivir como lo siente, y es "eliz. La vida sería una e#plosión de ale(ría, si el ser humano pudiera detenerse en ese estado. 8ero no puede, porue la unidad del espíritu es comple$a y cada ser se realiza se(5n la mayor o menor intensidad de al(unas de sus "acultades. /sta di"erencia de intensidad en las "acultades individuales constituye la realidad, y
esta realidad crea una lucha. /sa lucha es, para unos, un momento en el relo$* para otros, un período completo en su e#istencia* para al(unos, una eternidad en su conciencia. :omar posesión de la realidad, ese es el resultado de la lucha. Los po!res de espíritu Een el sentido de Voltaire y en el de CristoF son los ue m+s pronto se posesionan de la realidad, los m+s "+ciles triun"adores de esa lucha. Los espíritus po!res de Voltaire se ríen* los espíritus po!res de Nes5s sonríen. stos, con la !en3vola piedad de los humildes* au3llos, con la satis"acción implaca!le de los tontos. Los unos no comprenden cómo cuesta tanto a al(unos lo ue tampoco les costó. Los otros no comprenden por u3 resisten tanto a la realidad los ue luchan lar(amente para posesionarse de ella. Los tontos encomiendan su vida al acaso cie(o, y el acaso los lleva. Los humildes encomiendan su vida a la "e inconsciente y la "e los (uía. /l ue encomienda a sí mismo su e#istencia y entra armado de su responsa!ilidad en el com!ate, y uiere modi"icar la realidad se(5n su $uicio, ese vacila, ese tropieza, ese cae* se levanta, vuelve atr+s, si(ue adelante, y si lo(ra apoderarse de la realidad de la e#istencia, completarse en ella, per"eccionarse por ella, siempre vuelve los o$os del espíritu hacia atr+s, siempre tiene la memoria del corazón "i$a en el primer momento de su vida, siempre si(ue luchando para traer a la realidad auel primer "in de su e#istencia y esta!lecer en su alma la armonía. Si la esta!lece, es un espíritu sano ue reposa en su victoria. Si no la esta!lece, ser+ un espíritu en"ermo, condenado a morir en el com!ate. Hu!i3rase puesto 4oethe en este orden de re"le#iones, y en donde vio un alma "r+(il despedazada por el peso de la duda, hu!iera visto lo ue muestra Sha0espeare% el alma humana sondeando los a!ismos de la realidad, en el tr+nsito de la ale(ría al dolor, de lo ideal a lo real, de la vida sentida a la pensada, de la vida inconsciente a la consciente. 8usi3rase el lector o el espectador de Hamlet en esta corriente de ideas, y tendría la clave del eni(ma, la pala!ra del misterio, la luz de esas tinie!las. Las tinie!las no est+n "uera, est+n dentro de nosotros. ) como no tenemos la costum!re de palparlas para desvanecerlas, y sólo al tacto de la atención se desvanecen ellas, no hay caos m+s pro"undo ue Hamlet , porue no hay o!scuridad m+s tene!rosa ue la recóndita actividad de nuestro ser. )o no intento pro!ar ue Sha0espeare, al crear su som!ría personi"icación de una crisis del alma, pensó lo ue yo pienso* su tiempo le preservó de esas tristezas% lo ue intento, es demostrar ue conci!ió la verdad de o!servación ue he tratado de e#planar* puesto ue, (ui+ndose por ella, se comprende en todas sus partes la (randiosa o!ra, y puesto ue en la e#posición del car+cter y en el desarrollo de la acción de Hamlet, se pueden compro!ar las ideas ue le atri!uyo. Hamlet era $oven* a lo sumo tendría treinta a;os, pues Noric0, se(5n el sepulturero Eacto V., escena PF
hacía veintitr3s ue ha!ía muerto, y el príncipe, al reco(er del suelo la calavera del !u"ón, recuerda las veces ue estuvo so!re sus hom!ros traveseando. A los treinta a;os, todavía se ama* y Hamlet ama!a a su padre, de uien tenía la m+s alta idea ue se puede tener de un hom!re 2 He Jas aman. &/ra un hom!re' 2a su madre, la amante muy amada de su padre* a sus ami(os, para uienes tiene las no!les pala!ras con ue reci!e a Horacio &Se;or, mi !uen ami(o Ecam!iar3 este nom!re por el suyoF'2* a los hom!res, de uienes e#presa el m+s óptimo concepto en las m+s entusiastas e#clamaciones 2 6hat a piece o" Jor0 is a man= HoJ no!le in reason= hoJ in"inite in "aculties=... li0e an an(el=% li0e a (od= &=u3 o!ra maestra es un hom!re Ecada hom!re=F <u3 no!le en razón= <u3 in"inito en "acultades=...
Dausto es 3ste% cuando Hamlet aca!a de sa!er de la!ios de la som!ra de su padre ue est+ llamado a ser el e$ecutor de su ven(anza, e#clama%&
corrompido, a un instinto vicioso. Si en un com!ate del espíritu triun"an los instintos so!re la razón, la voluntad perversa es victoriosa. Si triun"a la razón so!re el instinto, la voluntad racional es vencedora. u3 voluntad es m+s en3r(icaB La ue o!edece inmediatamente a los instintos, porue ha a!dicado la razón, o la ue resiste continuamente a los instintos, someti3ndose siempre a la razónB La historia vul(ar y la sociedad com5n dicen ue au3lla* la conciencia y la verdad dicen ue 3sta. 8ero, a medida ue la historia conoce sus de!eres y ue la sociedad conoce sus derechos, una y otra tri!utan homena$e a la voluntad virtuosa ue sucum!e, por m+s ue si(an haciendo ovaciones a la voluntad perversa ue triun"a. na voluntad perversa ue triun"a es Claudio* una voluntad virtuosa ue sucum!e es Hamlet* auí, desli(ada de todo inter3s, la razón pura es uien $uz(a% $uz(a mal a Claudio* $uz(a !ien a Hamlet. O!ediente a la voz de la razón* pendiente del mandato de su conciencia* ha!ituado por el desinter3s de su vida a idealizarlo todo* tras"ormando en ideal la e#istencia, así la propia, ue apro#ima a su concepto (eneral de la vida, como la a$ena, ue identi"ica la propia suya, Hamlet no usa $am+s la voluntad perversa. Mundo, sociedad, individuos, el mismo misterio de su ser, todo est+ en 3l. Cuando la realidad contrasta con su ideal, se ampara en el ideal para olvidar la realidad* cuando el mundo desmiente su idea del mundo, rehace en su espíritu esa idea* cuando la sociedad lo en(a;a, acaricia en su corazón el sue;o dorado de la sociedad per"ecta ue so;ó* cuando los hom!res le dis(ustan, !usca en sí mismo el tipo ori(inal del ser humano, y, oponi3ndolo a las copias repu(nantes, a las parodias repulsivas, a las adulteraciones ver(onzosas ue encuentra en la realidad, se "ortalece en su or(ullo o en su voluntad del !ien para se(uir siendo lo ue es* se "ortalece en su optimismo o su modestia para se(uir pensando de los otros lo ue piensa de sí mismo. Si el or(ullo le dice% &:5 no de$ar+s de ser nunca lo ue has sido' la modestia le persuade a pensar ue &puesto ue 3l no es me$or ue los dem+s, los dem+s de!en ser lo ue es 3l'. :oda educación, por torpe ue sea, desenvuelve necesariamente las "acultades del espíritu, y en cada espíritu desenvuelve auella o auellas "acultades ue naturalmente predomina!an en el ser. La educación de Hamlet, !ien amado de los suyos, acariciado por todas las
sonrisas, invitado por todas las esperanzas de l a vida, "avoreció el desarrollo de la sensi!ilidad% su educación intelectual "avoreció el desarrollo de la idealidad. Si su vida le ense;a!a a amar, porue era ama!le, los li!ros le ense;a!an a considerar como realidad auellas risue;as perspectivas de su vida, porue desarrolla!an la "acultad ue convierte en a!stracciones, en ideas (enerales, en conceptos, los hechos pr+cticos, las ideas di"usas, los $uicios parciales de la realidad. sta era su idea de la vida% una satis"acción sin contratiempos. sta era su idea de los hom!res% todos los hom!res de!en ser como mi padre y como yo* todas las mu$eres de!en ser como mi madre y como O"elia. sta era su idea de la sociedad% un pacto "raternal entre hom!res ue se aman como 3l ama!a a sus ami(os. Hasta auí, para nada le hacía "alta la voluntad, porue vivía en sí mismo y de sí mismo. 8ero la vida real es vida de relaciones% con la naturaleza, y se cree en un principio* con la sociedad, y se cree en una ley* consi(o mismo, y se cree en una unidad. Mientras la naturaleza y la sociedad y el propio ser concuerdan, se crea una armonía* cuando desacuerdan se crea un contraste. /n la relación de armonía, la naturaleza tiene un nom!re, el de Creador* una personi"icación, la tene!rosamente luminosa de 1ios* la sociedad tiene una "orma, la "raternidad* un representante, la au(usta humanidad* el ser interior tiene una esencia, el espíritu* una apariencia, la ma$estuosa del hom!re ori(inal. /n la relación de contraste, la naturaleza, la sociedad, el ser, est+n vacíos% ni 1ios, ni humanidad, ni hom!re. 1e una relación a otra relación, hay un a!ismo% el ue mata o el ue salva, cuando se pasa de un estado a otro del espíritu. /l sondeo de este a!ismo, lo desconocido ue se al!er(a en sus entra;as, la luz o las tinie!las ue se sacan de 3l, la necesidad de internarse en lo m+s hondo para su!ir a lo m+s +spero y lle(ar desde la sima hasta la cima, desde la o!scuridad hasta la luz, 2eso es lo ue constituye una revolución moral. /sa era la revolución ue su"ría el espíritu de Hamlet. /sa es la revolución ue se desarrolla en la acción de la tra(edia.
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