Edición : Lic. Shellyan Arrocha González Diseño de cubierta : Olmer Buchholz Espinosa Diseño interior inter ior : Frank Herrera García Diagramación Diagram ación : Fanny Silva Martínez Corrección: Verónica Morales Velásquez
a l e r a V
Primera edición: Editorial Félix Varela, 2001 Segunda edición: Editorial Félix Varela, 2006 Tercera edición corregida y aumentada: Editorial Editori al Félix Varela, 2009 © Demetrio Campa Gallardo (Compilador), 2009 © Sobre la presente edición: Editorial Félix Varela, 2009
l a i r o t i d E ISBN 978-959-07-1285-2
Editorial Félix Varela Calle A No. 703, esq. a 29, Vedado, La Habana, Cuba.
x i l é F
ÍNDICE
ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS ACERCA DE LA EVOLUCIÓN Y EL DESARROLLO DE LOS FENÓMENOS PSÍQUICOS / 1 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
DESARROLLO FILOGENÉTICO DE LA PSIQUIS (A) / 9 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
DESARROLLO FILOGENÉTICO DE LA PSIQUIS (B) / 14 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
PROBLEMAS DEL DESARROLLO DEL PSIQUISMO / 25 A. N. Leontiev
CONDICIONES EVOLUTIVAS Y DEL DESARROLLO QUE HICIERON POSIBLE EL SURGIMIENTO DE LA CONCIENCIA / 69 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
OTRA MIRADA A LOS MECANISMOS INCONSCIENTES / 79 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
EXPERIMENTOS EN EL CAMPO DE LA INFORMACIÓN SUBLIMINAL / 88 Demetrio Demetr io Campa Cam pa Gallardo Gal lardo
V
EL HOMBRE Y LA CULTURA / 102 A. N. Leontiev
UN ESPECTRO ESTÁ RONDANDO A LA PSICOLOGÍA: EL DETERMINISMO GENÉTICO / 127 Ethel Tobach (Demetrio Campa Gallardo: versión al español)
CONTAMINACIÓN MENTAL (CONTAMINACIÓN Y CORRECCIÓN MENTAL: INFLUENCIAS NO DESEADAS EN EL PENSAMIENTO, LAS EMOCIONES Y LOS SENTIMIENTOS EN EL COMPORTAMIENTO)/ 146 Timothy D. Wilson y Nancy Brekke (Demetrio Campa Gallardo: versión al español)
PERCEPCIÓN WITHOUT-AWARENESS . CUESTIONES CRÍTICAS / 204 Philip M. Merikle (Demetrio Campa Gallardo: versión al español)
RELACIÓN MENTE, CEREBRO Y CULTURA / 214 Demetrio Campa Gallardo
LA ÉTICA PROFESIONAL Y EL QUEHACER DEL PSICÓLOGO / 217 Luis R. López Bombino y Lourdes Fernández Rius
ANEXO I Guías metodológicas / 232 Demetrio Campa Gallardo
ANEXO II Glosario de términos de la ciencia psicológica / 247
VI
ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS ACERCA DE LA EVOLUCIÓN Y EL DESARROLLO DE LOS FENÓMENOS PSÍQUICOS DEMETRIO CAMPA GALLARDO
INTRODUCCIÓN Antes de comenzar a tratar el tema que nos ocupa, se hace necesario realizar algunas precisiones a partir de los datos experimentales y conceptuales que se han acumulado hasta ahora. Ante todo, debemos señalar que la psicología ha realizado en los últimos veinticinco años grandes aportes experimentales y sin embargo, su cuerpo teórico y categorial, en algunos aspectos, sigue siendo casi el mismo. Por ejemplo, en la relación mente consciente/mente inconsciente, se continúa hablando de aprendizaje inconsciente, de aprendizaje involuntario, etcétera. Estos términos pertenecen a la etapa descriptiva del conocimiento psicológico y, por lo tanto, desempeñaron una función en su momento histórico. En la actualidad hay suficientes datos teórico-experimentales como para poder hablar de un canal de procesamiento de información de forma paralela, colateral, Otra cuestión que se ha de tener en cuenta en esta relación, es el uso extenso del concepto de inconsciente. El inconsciente ha sido (y todavía sigue siendo) fenómenos psíquicos específicos del mundo animal y aun hasta los procesos fisiológicos que sirven de base a los procesos psíquicos.
1 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Ahora, apoyándome en los trabajos de Alan Costall, haré referencia a algunos de los dualismos o paralelismos que se han desarrollado en la psicología: a) Psiquis humana vs. psiquis animal b) Mente consciente vs. mente inconsciente c) Imagen mental vs. conducta objetiva d) Mente vs. cuerpo (en la actualidad, mente-cerebro) Estos dualismos o paralelismos no son los únicos que podemos encontrar en la psicología, pero para el análisis que nos ocupa, creo que son los más importantes.
a) Psiquis humana vs. psiquis animal. ¿Cómo es posible que un animal, digamos el chimpancé, pueda moverse de una rama a otra con la precisión que lo hace; cómo puede establecer la métrica del espacio sin que exista una huella, una imagen permanente y estable que dirija, regule y controle esta conducta?
b) Mente consciente vs. mente inconsciente. Las teorías existentes con un enfoque no marxista acerca de los fenómenos inconscientes establecen una separación entre estos y los procesos aware magia el hecho de que ambos coincidan en un determinado comportamiento. Con relación a muchos enfoques marxistas de este problema, podemos decir que han hecho tanto énfasis en el aspecto aware del fenómeno que realmente han profundizado y agudizado esta especie de abismo entre ambos procesos. Para evitar este dualismo o paralelismo hay que considerar los procesos aware y los inconscientes como dos aristas de un mismo problema, como dos partes de la conciencia. La conciencia escindida en dos planos funcionales, uno aware y el otro inconsciente. Posteriormente en este mismo trabajo, analizaremos en detalle el asunto. .)
c) Imagen mental vs. conducta objetiva. La imagen mental no puede ser, desde el punto de vista ontológico, diferente de la conducta objetiva porque sino el problema no tiene solución. ¿Mediante 2 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
en fracciones de segundos en otra distinta? Estamos de acuerdo con que el fenómeno mental es una imagen, una huella, un reflejo, pero esto no implica que cambie su naturaleza ontológica. Este problema, evidentemente, tiene más implicaciones filosóficas que psicológicas, pero lo he traído a colación por la relativa importancia que tiene para el pensamiento psicológico. Esta cuestión es parte de la historia común entre la filosofía y la psicología.
d) Relación mente-cerebro. Ver psiquis y cerebro más adelante en esta misma selección de lecturas.
EL ENFOQUE HISTÓRICO-CULTURAL EN PSICOLOGÍA El enfoque histórico-cultural es el que voy a utilizar en este trabajo ¿Por qué dicho enfoque me parece el más adecuado? La biología y lo biológico siempre han estado rondando a la psicología cual si fuese un espectro. (Ver trabajo de Ethel Tobach en este volumen.) En estos momentos, más que nunca antes, se habla de los determinantes genéticos del comportamiento humano. A partir de los estudios sobre el genoma humano algunos autores pretenden explicar la conducta humana. dice que el genoma del hombre contemporáneo es igual al de los homínidos (Ethel Tobach).
Se les puede hacer dos preguntas a aquellos que afirman que el ser humano ya trae en los mecanismos genéticos toda la información necesaria para llegar a ser un hombre. La primera sería como sigue: ¿Estaban estos mecanismos listos para actuar hace 50 000 años? A esta pregunta nada más que se puede responder negativamente, ya que si se hace de forma afirmativa se entraría en una contradicción insoluble. ¿Cómo es posible que estuvieran y no se utilizaran? Luego el planteamiento inicial se reduce a afirmar lo siguiente: los mecanismos genéticos responsables del comportamiento humano no existían hace 50 000 años, pero ahora sí están en el momento de nacer. En estos momentos ya estamos en condiciones de hacer la segunda pregunta. ¿Cómo es posible entonces que en solamente 50 000 años haya pasado a la información genética algo tan complejo como la mente humana? Según Richard Lewontin (1995) para que en un organismo varíe 50 % de su información genética por mutación se necesitan 70 000 generaciones; 3 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
llevado a escala humana serían 1 750 000 años. Lo correcto, por lo tanto, es decir que no estaban hace 50 000 años ni están en el momento de nacer. Esta es una cuestión del desarrollo no de la evolución. Más adelante veremos esto al analizar la interacción dialéctica existente entre las categorías evolución y desarrollo. Si establecemos un símil con la computación, este podría versar de la for computadora y la cultura humana comprendería lo que conocemos como basta, no es suficiente con ello. Es indispensable también la existencia humana. La formación natural de la mente humana, como dice Leontiev, no va en el sentido de la célula al órgano y de este al organismo, sino a la inversa, es decir, del organismo al órgano y de este último a la célula. Con todo el conocimiento acumulado hasta hoy en las ciencias biológicas y neurofisiológicas, uniendo neuronas no puede hacerse ni un simple reflejo condicionado, que es el proceso psíquico más elemental que existe. Lo biológico nos hace homínidos, pero es necesario que nos humanicemos. socio-histórico. Cuando los investigadores pretenden hacer hablar al chimpancé están tirando por la borda o ignorando, por lo menos, 5 000 000 de años de evolución y 160 000 años de desarrollo. El chimpancé no puede un sistema de códigos o signos abstractos para comunicarse. Esto solo es privativo del hombre. Posteriormente, cuando analicemos el desarrollo filogenético de la psiquis volveremos un poco más sobre este tópico. Esta separación de lo biológico y lo social que hace el enfoque históricocultural es la primera razón por la cual seleccioné dicho concepción para el trabajo que estoy presentando. La segunda razón es que este enfoque es un sistema abierto que puede asimilar fácilmente cualquier hallazgo o construcción teórica en el campo de la psicología. A continuación haré un breve bosquejo acerca de las principales ideas del enfoque histórico-cultural, según L. S. Vygotski.
Lev Semiónovich Vygotski Vygotski nació en Orsha, Bielorrusia en noviembre de 1896, curiosamente, en el mismo año en que nació Piaget. 4 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Era de origen judío, así que sufrió la discriminación antisemita establecida por el zar de Rusia. Solo el tres por ciento de los judíos podía ingresar en la universidad. Vygotski, a quien se le consideraba superdotado, pudo pasar esa prueba. Obtuvo el diploma de oro e ingresó en la universidad. Vygotsky se dio a conocer como psicólogo en 1924, es decir, solamente trabajó en la psicología diez años, ya que murió en 1934. Durante este corto período de vida desarrolló una labor intensiva. Publicó alrededor de ciento ochenta trabajos científicos. Ahora bien, ¿cuál es la esencia de la teoría de Vygotski que hace que después de más de setenta años de su muerte se replantee su enfoque como muy prometedor para el acervo cultural de la psicología? Veamos algunos aspectos básicos de su teoría: El enfoque de este autor se basa en la concepción histórico-cultural de la psiquis humana. Antes de Vygotski se hablaba de condicionamiento social, de modificación, de reestructuración de lo psíquico por el elemento social, es decir, se planteaba que la psiquis humana existía como elemento natural y que el factor social la reestructuraba, la modificaba, etcétera. Vygotski rompe con esa idea y plantea que la historia de la psiquis humana es la historia social de su constitución. La cultura se internaliza en forma de sistemas neurofisiológicos sobre la base fisiológica de la actividad del cerebro humano. La actividad mental es exclusivamente humana. Es el resultado de la apropiación de la cultura acumulada durante milenios (ver artículo sobre el origen de la conciencia del autor de este mismo trabajo) y se transmite de generación en generación mediante la comunicación y con ayuda del lenguaje. Según Vygotski, las funciones psíquicas superiores, es decir, las específicamente humana, se pueden distinguir de los procesos básicos desde cuatro puntos de vista diferentes: 1. Son autorregulados en lugar de estar determinados por el campo inmediato de estímulos (considero que aquí debería usarse el término señales y no estímulos). 2. Su origen es social o cultural en vez de ser biológico. 3. Son objeto de una forma de conciencia. 4. Están mediados por el empleo de instrumentos y de signos culturales. Para Vygotski la actividad mental es exclusivamente humana. Es el resultado del aprendizaje social, de la interiorización de la cultura y de las relaciones 5 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
sociales. El desarrollo psíquico humano, es, en esencia, un proceso sociogenético. Las funciones psicológicas humanas difieren de las del psiquismo animal porque están culturalmente mediadas, surgen de la comunicación y se desarrollan históricamente. Los seres humanos vivimos en un mundo doble: a la vez natural y artificial. La actividad humana está mediada por primeros, relacionan al individuo con su medio, y los últimos lo relacionan consigo mismo y con los demás seres humanos. De acuerdo con Vygotski la función psíquica propiamente humana en el desarrollo cultural del niño, aparece dos veces: una, en el plano social, como función compartida entre dos personas (el niño y el otro), es decir, como función inter-psicológica; y otra, en el plano psicológico, como función de un solo individuo, como función intra-psicológica. Esta idea es esencial en la comprensión de los fenómenos psíquicos específicamente humanos. El niño se relaciona con los objetos y fenómenos de la realidad a ser nuestras, solo adquieren realidad cuando las percibimos a través del pasa a un plano interno de la conciencia que le precede, sino que en este proceso se va formando la propia conciencia individual. enseña que desde los primeros días de vida, su adaptación se logra por medios sociales a través de las personas circundantes. El camino que va de la cosa al niño y del niño a la cosa pasa a través de otra persona. El tránsito de la vía biológica del desarrollo a lo social es el eslabón central en el proceso de desarrollo, el punto de viraje radical de la historia del
Otro concepto de Vygotski y que tiene mucha relación con la pedagogía, es su idea sobre la zona de desarrollo próximo. El cual se refiere (en forma sucinta) a que el niño puede hacer cosas, con ayuda de los mayores, que posteriormente él puede realizar solo. Ahora bien en este momento podemos hacernos el cuestionamiento siguiente: ¿si las estructuras y funciones específicamente humanas, no se transmiten a través de la herencia biológica, como plantea el enfoque histórico-cultural, cómo entonces es que estas estructuras y funciones se transmiten de generación en generación y qué relación tienen con los mecanismos cerebrales? 6 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
La respuesta a estos planteamientos fue esbozada por Vygotski, pero fueron trataron de responder estas preguntas. En esta breve exposición, solo haré referencia a las ideas fundamentales de Leontiev sobre este particular. Él plantea que en el proceso de la hominización, es decir, en la transformación del animal en ser humano, siguiendo la teoría de Darwin, el cerebro humano alcanza la cima de sus posibilidades biológicas. Los cincuenta mil millones de neuronas que posee la corteza cerebral le son suficientes para formar órganos funcionales que sirven de base material para las funciones psíquicas humanas. En otros términos, el cerebro es un órgano que en su desarrollo filogenético ha alcanzado la propiedad de formar órganos funcionales, órganos que no están dispuestos, organizados, estructurados o formados en el momento de nacer. Según Leontiev, los órganos funcionales se van formando en el proceso de la apropiación de la cultura en interacción con el otro. El niño, en el momento de nacer, está hominizado (su estructura biológica, esa que lo separa de los animales más cercanos, está formada), pero aún no está humanizado en sentido absoluto. Para que se humanice es necesario que se apropie de la cultura. Los niños que por algún accidente se han visto privados del contacto humano y solo han convivido con animales, no pasan del nivel del desarrollo animal. No solamente no pueden pensar (abstractamente) y hablar, sino que tampoco sus movimientos se parecen a los de los humanos y ni siquiera dominan la posición erecta. Otro ejemplo citado por Leontiev es el de una niña de dos años de la tribu guayaquili de Paraguay que estaba abandonada y fue encontrada por un etnógrafo francés, que se la llevó para Francia y se la entregó a la madre de él para que la educara. A los veinte años esta muchacha no se diferenciaba de las demás jóvenes europeas. Hablaba en francés, español y portugués, y se dedicó a la etnografía. Estos hechos demuestran claramente que: 1. Las aptitudes y capacidades humanas no se transmiten por herencia biológica, sino que se forman durante la vida, en el proceso de apropiación de la cultura creada por las generaciones anteriores.
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2. Cualquier ser humano de cualquier civilización por atrasado que se encuentre, puede asimilar la cultura de las civilizaciones más avanzadas, si comienza en los dos primeros años de su vida y no tiene impedimento biológico en su fenotipo para ello. Todos somos iguales, desde el punto de vista genético, para apropiarnos de la cultura humana.
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DESARROLLO FILOGENÉTICO DE LA PSIQUIS (A) DEMETRIO CAMPA GALLARDO
CATEGORÍAS Categorías fundamentales del desarrollo filogenético de la psiquis: a) Procesos externos e internos. b) Actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso. c) Evolución y desarrollo.
a) Procesos externos e internos Comenzaré el análisis de estas dos categorías fundamentales haciendo referencia o apoyándome en el organismo viviente más elemental que existe: la célula eucariota (de eu-bien y karyon-núcleo), es decir, células con un núcleo bien constituido. Partiendo de la observación de la Figura 1 se puede hacer la reflexión siguiente: al surgir un organismo viviente era imprescindible establecer entropía de este último no lo eliminara como individualidad. El elemento es la membrana. Teniendo en mente la idea anterior podemos elaborar las representaciones siguientes: el surgimiento de la membrana celular produce una división en 9 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
la célula, es decir, entre lo interior y lo exterior a la membrana, o sea, en un mundo interno y otro externo, y, utilizando el concepto de proceso, pudiéramos hablar entonces de procesos internos y procesos externos: internos los que ocurren dentro de la célula y externos los que ocurren fuera de ella. Es a partir de la complejización de este mundo interno (debido a la interacción dialéctica de otras tres categorías importantes como son las de actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso) que surge y se desarrollan los fenómenos psíquicos.
Figura 1. Génesis de los procesos externos e internos.
b) Actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso La interrelación dialéctica de las categorías actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso tiene una enorme importancia durante la evolución del mundo animal. Estas categorías tienen una forma recurrente, de tal manera que cuando se cierra el círculo ya no se puede saber por dónde se inició el movimiento. Las categorías nicho ecológico y sistema nervioso han sido muy bien definidas por la etología, la biología, la neurofisiología, la filogénesis del sistema nervioso, etcétera. La categoría actividad fue ampliamente utilizada en la psicología rusa, en especial por Leontiev y Rubinstein. El autor de este trabajo solo considerará como actividad aquel proceso en el cual los movimientos y las acciones van encaminadas a la solución de una situación problemática. Por lo tanto, no se concebirán como actividad las reacciones de los organismos que se producen de forma repetitiva o estereotipada. Los insectos, por ejemplo, tienen muchas reacciones, muchos movimientos estereotipados, pero muy poca actividad. Los invertebrados, 10 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
en general, utilizan muy poco la actividad en su relación con el medio donde viven. Esa es la razón por la cual se rigen más por la conducta innata (Tabla 1) que por la conducta aprendida. En ese sentido se puede decir que la categoría actividad está más relacionada con la categoría desarrollo que con la de evolución. Estas tres categorías que estamos analizando tratarían de explicar porqué muchos animales no han evolucionado, quedándose así, prácticamente Ahora veremos un poco más en detalle cada una de las categorías que estamos considerando. Comenzaremos el análisis por la categoría: Nicho ecológico
El nicho ecológico le presenta al organismo viviente dificultades que tiene que resolver para poder sobrevivir. Estas condiciones lo compulsan para actuar. Al mismo tiempo, la magnitud de la actividad desarrollada por el organismo induce a una mayor complejización de su sistema nervioso, lo vez más complejos. Así vemos cómo el círculo se cierra y comienza una nueva espiral de evolución y desarrollo. Actividad
La influencia de la actividad sobre el desarrollo del sistema nervioso se ha demostrado experimentalmente. Por ejemplo, se ha sometido a dos grupos de ratas a la situación experimental siguiente: a uno de los grupos se le obligó a vivir bajo un régimen de mucha actividad (grupo experimental) y al otro, por el contrario, se le mantuvo en condiciones de una gran pasividad (grupo control). Posteriormente se sacrificaron ambos grupos de ratas. Los sistemas nerviosos de las ratas que vivieron en condiciones de gran actividad mostraron más desarrollo y mucho más conexiones que los del grupo control. Si esto ocurre en una sola generación podemos imaginarnos que ocurrirá durante cientos y miles de generaciones. El desgajamiento de las especies del árbol principal de la evolución pudiéramos intentar explicarlo de la forma siguiente: los animales desarrollan, debido a los cambios anteriormente mencionados, ciertas capacidades de defensa y de supervivencia que los hace casi inmunes al ataque de los depredadores y a las variaciones de su nicho ecológico. Ejemplifiquemos esto con el caso del escorpión. Se considera que este 11 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
animal tiene un origen que se remonta a unos cuatrocientos millones de años. Se estima que fue el primer animal que utilizó el oxígeno del aire. defensa es tan potente que casi todos los depredadores temen acercarse a él. Estas características hacen que su grado de actividad sea muy limitado: con la reactividad solamente puede sobrevivir sin ningún tipo de problemas. De ahí que este animal, y su sistema nervioso en particular, hayan tenido tan poca evolución. Igual análisis pudiera hacerse con relación a otros animales como la tortuga caimán, el calamar espada, el tiburón, etcétera. Aun pudiéramos extendernos más en nuestro análisis y llegar hasta los llamados animales superiores como los póngidos (chimpancé, bonobo, gorila y orangután). Esta familia se separó de los homínidos hace cinco millones de años (como mínimo), continuando su vida arbórea. En ella tenían la tranquilidad y la seguridad necesarias para desarrollarse como póngidos, pero no pasaron de ahí porque esa tranquilidad y seguridad que le brindaba el árbol hacía que su grado de actividad fuese el mínimo y, por tanto, el desarrollo de su sistema nervioso se frenó. Si los homínidos hubieran hecho lo mismo, lo más probable fuera que todavía estuvieran en los árboles al igual que sus parientes más cercanos, los póngidos. Tabla 1. Conductas innatas y aprendidas
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c) Evolución y desarrollo Las categorías de evolución y desarrollo podrían analizarse como si fuesen dos vectores. Uno en sentido vertical (la evolución) y el otro en sentido horizontal (el desarrollo). El vector evolución representa la herencia, la información que se fija en los mecanismos genéticos y que sirve para perpetuar la especie desde lo biológico. Representa la historia de la especie. El desarrollo, en cambio, representa la ontogenia, es decir, la historia del individuo. A su vez, recoge lo que el individuo aprende y le transmite a sus descendientes por vía no hereditaria, sino por aprendizaje. Al inicio de la vida, digamos en los animales inferiores, predomina casi por completo el vector evolución. Pero a medida que los organismos se van haciendo más complejos y por ende, su conducta se va haciendo más complicada, la balanza se inclina hacia el desarrollo. Así tenemos que en los invertebrados la conducta innata es fundamental. Esto se debe, según nuestro criterio, a dos razones principales: en primer lugar, al corto período de vida que tienen estos animales, a veces duran semanas o días; y, en segundo lugar, a la dificultad que tienen para aprender debido a la poca evolución y desarrollo de su sistema nervioso. Estos dos factores, en su conjunto, hacen que el animal no tenga otra opción que utilizar casi por completo los mecanismos innatos y muy poco o casi nada los aprendidos. Pero en los animales superiores con largo período de vida y una gran capacidad para aprender, los mecanismos innatos van perdiendo su importancia. Digamos por caso, un chimpancé que vive alrededor de cuarenta o cincuenta años y, además de eso, aprende con mucha facilidad. ¿Para qué un animal con esas características necesitaría los mecanismos innatos? Se ha demostrado experimentalmente (experiencias de Harlow) que los animales superiores cuando son criados fuera de sus congéneres sufren grandes cambios en su conducta. Son bastante diferentes de los que conviven juntos. Por ejemplo, las monas no muestran el llamado los echan de su lado y, en ocasiones, hasta los matan. Esa es una de las grandes dificultades para criar animales salvajes en cautiverio con el propósito de luego restituirlos a su hábitat natural. Casi todos perecen antes de poder adaptarse. No están preparados para vivir con sus congéneres. Les falta este importante proceso de aprendizaje que solo le puede ser transmitido por sus propios congéneres. Aunque es en el hombre donde más se separa la influencia de los factores innatos de los aprendidos (ver enfoque histórico cultural en este mismo trabajo) hablar en su caso de conducta instintiva es casi una ofensa a la razón y a la inteligencia humana. 13 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
DESARROLLO FILOGENÉTICO DE LA PSIQUIS (B) DEMETRIO CAMPA GALLARDO
NIVELES Apoyándome en los conceptos y categorías desarrollados anteriormente trataré de esbozar un esquema donde puedan ubicarse las distintas etapas por las que atravesó la filogénesis de los procesos psíquicos. Este enfoque se ha desarrollado a partir de las ideas básicas de A. N. Leontiev, planteadas en su libro El Desarrollo del Psiquismo, de K. P. Anojin, etcétera, así como de nuestras propias investigaciones, observaciones y reflexiones en el campo de la Psicología Comparada. Tabla 2 (a). Diferentes niveles de la filogénesis
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Tabla 2(b). Nivel psicobiológico (ampliación)
La Tabla 2 (a) se interpreta de la forma siguiente: la primera columna representa la variable niveles de evolución y desarrollo de la psiquis; la segunda, las propiedades; la tercera, los planos de funcionamiento, y la cuarta, las características del agente externo que inicia la reacción. Lo explicaremos siguiendo esta misma estructura, pero en orden inverso, ya que fue así como surgió en la evolución filogenética. También deseo hacer una precisión en cuanto a los términos que voy a utilizar para los diferentes niveles con el propósito de que no se produzca ni antropomorfismo ni reduccionismo. Cada nivel exige sus propios términos. Cuando no existía el mundo viviente todos eran agentes físicos (oscilaciones, vibraciones, etcétera); al surgir la vida, algunos agentes físicos se transformaron en agentes bióticos y otros en abióticos. Los bióticos, a su vez, se dividieron en bióticos positivos (favorecen el surgimiento y desarrollo de la vida) y negativos (que impiden el surgimiento o desarrollo de la misma). Los abióticos, en cambio, no intervienen (inicialmente) directamente en la vida de los seres primitivos. Son como agentes neutros para las conductas de esos organismos vivos. De acuerdo con lo dicho anteriormente, para el nivel fisiológico utilizaré el término estímulo; para el nivel psicobiológico, el de señal concreta, y para el nivel psicosocial, el de señal abstracta o signo. Tabla 3. Origen de las señales concretas y abstractas
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La Tabla 3 se explica de la forma siguiente: en toda señal existe un son concretos, la señal resultante es concreta. Las otras tres combinaciones posibles son abstractas. El nivel más alto de abstracción y generalización animales no humanos solo pueden utilizar las señales concretas, el resto de las combinaciones son privativas del ser humano.
Nivel fisiológico El primer nivel que analizaremos es el fisiológico. Este estadio se conoce también como el nivel de la irritabilidad. En esta etapa de la evolución la posibilidad de adaptación del organismo es mínima, ya que solamente puede responder al estímulo cuando se encuentra en contacto directo con el cuerpo del animal. Si el estímulo es de naturaleza biótica positiva (aun en este caso el animal no tiene muchas ventajas, ya que puede morir de hambre rodeado de alimentos), entonces no hay problema, pero en el caso de que sea negativa el organismo tendrá que soportar el efecto destructivo del estímulo. En este momento podemos ver la importancia que tiene para la evolución animal las categorías actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso que vimos en su oportunidad. El reto que se le presenta al animal en este estadio del desarrollo es el de poder utilizar el gran subconjunto de agentes abióticos o neutros para lograr una mejor adaptación al medio. Plano de funcionamiento
En este nivel estamos muy lejos todavía para hablar de planos de funcionamiento. Características del agente externo
Con relación a la característica del agente externo podemos decir que este actúa aquí como estímulo, el cual como muy bien decía Sherrington, solo tiene sentido en relación con la respuesta que provoca. De acuerdo con esto, se puede definir el estímulo como el agente externo que provoca una reacción en el organismo, ya sea positiva o negativa. Esta reacción tiene una naturaleza biótica, es decir, solo tiene sentido para la vida del animal. De aquí se desprende que los estímulos solo pueden ser: positivos, si favorecen el surgimiento o mantenimiento de la vida; o negativos, si impiden 16 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
que esta surja o se desarrolle. Por lo tanto, los organismos en este nivel responden nada más que a los estímulos positivos o negativos. El gran subconjunto de agentes externos abióticos o neutros no tiene ninguna importancia para el organismo primitivo, es como si no existieran. Otra característica a señalar es que los estímulos actúan directamente sobre el organismo. No existe mediación alguna. Es un reflejo directo.
Nivel psicobiológico Lo dicho hasta aquí es una especie de preparación para poder analizar mejor el nivel inmediato superior de la evolución animal. Este nivel lo denominamos psicobiológico. A continuación desarrollaremos los dos aspectos de este nivel: el psíquico y el biológico. Aspecto psíquico
Veámoslo más en detalle. En primer lugar, ¿por qué en esta fase de la evolución, a este fenómeno, lo llamaremos psíquico? Es psíquico porque cumple todas las condiciones exigidas (que veremos más adelante) para que sea considerado como tal. O sea, es una respuesta mediada por un agente externo que anteriormente fue indiferente para el animal. Ahora este tiene la posibilidad de responder al agente externo señalizante acercándose, si es positivo lo que es señalizado o, alejándose en caso contrario. En este momento de la evolución, el animal adquiere la capacidad de responder a los agentes externos no por su propiedad física de ser positivo o negativo (biótico), sino que responde ante estos por su valor de señal. Este nivel se conoce, a su vez, como la propiedad de sensibilidad (A. N. Leontiev). Plano de funcionamiento
Tampoco en este nivel se puede analizar el plano de funcionamiento debido a que no existe ni participa todavía la conciencia, si no una psiquis no consciente. Características del agente externo
El agente externo que inicia la reacción psíquica en este nivel adquiere una propiedad especial, que es la de convertirse en una señal concreta (ver Tabla 3). 17 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Resumiendo, podemos decir que en la definición de fenómeno psíquico intervienen las condiciones siguientes: a) Reflejo adelantado de la realidad (K. P. Anojin). b) Respuesta mediada por un agente externo. c) Respuesta a una señal. d) Respuesta probabilística. Axiomas, propiedades o condiciones que debe cumplir un fenómeno para considerarlo como psíquico: a) Respuesta a una señal, b) Reflejo adelantado de la realidad, c) Respuesta mediada, d) Respuesta probabilística. Veamos, brevemente, algunas ejemplificaciones de cada una de estas propiedades.
a) Respuesta a una señal Toda señal implica una sustitución (ver Tabla 3). En el condicionamiento clásico, por ejemplo, la luz está en lugar del alimento o del choque eléctrico, según sea el caso. Otra observación que es oportuna hacer es la de señal concreta y señal abstracta. En toda señal hay, por lo tanto, un señalizante y un señalizado; si ambos son concretos, la resultante es una señal concreta. Las otras tres variantes posibles pertenecen al concepto de señal abstracta. El mundo animal nada más que responde a señales concretas, es decir, solamente pueden responder en el primer caso. Ningún animal (ni siquiera el chimpancé) puede asimilar un principio abstracto por más elemental que este sea. Este es el límite de su conducta.
b) Reflejo adelantado de la realidad En las respuestas de naturaleza biótica el organismo no tiene posibilidad alguna de evitar la acción del agente biótico. Una vez que se presenta el estímulo, el animal recibe su influencia. Si la acción es positiva, todo va bien; pero si el estímulo es negativo, el organismo tendrá que soportar su acción nociva. Cuando se alcanza el nivel del reflejo psíquico ya lo anterior cambia, pues el organismo, mediante una señal, responde al agente biótico antes que este actúe sobre él. Si la señal representa un agente biótico negativo, el animal se aleja de él; pero si es de uno positivo, se acerca. De esta última forma el animal evita la posibilidad de morir de hambre rodeado de alimentos, como ya dijimos anteriormente. 18 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
c) Respuesta mediada Cuando se le presenta al animal un estímulo incondicionado él responde inmediatamente ante dicho estímulo No necesita de ninguna otra condición. Se puede decir que la presentación del estimulo biótico es razón necesaria y suficiente para que se dé la respuesta. Pero, en cambio, en la respuesta condicionada, es decir, donde media un reflejo psíquico, la respuesta estará mediada por el estímulo biótico que le sirve de refuerzo, por el agente externo que funciona como señal, por la situación en la cual se estableció el condicionamiento, más la historia del animal.
d) Respuesta probabilística En el nivel psíquico las respuestas de los animales son de naturaleza probabilística. Esto se debe a que ahora la conducta del animal no está determinada por un estímulo único, como es el caso del nivel de la irritabilidad, donde la respuesta viene dada de forma inmediata por la acción del agente biótico. Si se le pone un pedazo de carne a un perro es probable que se lo coma, pero puede ser que no lo haga, sino que más bien tenga una conducta temerosa ante la presencia de la carne. La carne ahora, en virtud de la experiencia del animal, puede tener un sentido ambivalente para él. Señaliza al mismo tiempo refuerzo y castigo. En dependencia de la fuerza relativa de estos dos procesos el animal va a seleccionar el refuerzo o evitar el castigo. Aspecto biológico
Al hacer referencia al aspecto biológico de este nivel de la evolución animal me estoy centrando en el hecho de que este proceso surge y se desarrolla en el mundo biológico y fuera de este no tiene sentido. Cada paso en la evolución se justifica biológicamente. Por ejemplo, el paso de la irritabilidad a la sensibilidad está dado por la necesidad del animal de adaptarse mejor a las condiciones del ambiente. Como vimos ya en el aspecto anterior, alcanzar el nivel del reflejo psíquico representó para el animal aumentar sus posibilidades de supervivencia. Ya no estaba a expensa del estímulo, sino que podía utilizar un agente externo indiferente y convertirlo en una señal del estímulo biótico. De la misma forma se puede justificar el paso de la sensación a la percepción y de esta al pensamiento manual concreto. Como quiera, que más adelante volveremos sobre algunas de estas cuestiones, por ahora las dejaremos aquí para que no existan repeticiones innecesarias. 19 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
El nivel de la sensación representó un paso de avance extraordinario en la evolución animal, pero como veremos a continuación todavía le faltaba mucho camino por recorrer al animal.
Subnivel perceptual Es cierto que con la sensación el organismo podía (y puede) hacer maravillas. El animal es capaz de detectar señales desde grandes distancias. La capacidad de procesar señales extremadamente débiles deja estupefacta a la ciencia de la biónica. Pero todavía el animal no puede afrontar con esta psiquis elemental, todas las complejidades de su medio ecológico. Como muy bien plantea Leontiev, el mundo terrestre está formado, en lo fundamental, por objetos discretos y concretos. Para responder adecuadamente ante estos objetos es indispensable reflejar no solamente sus cualidades aisladas, sino que se hace necesario reflejarlos como un todo único. En este nivel de la psiquis el animal es capaz de diferenciar la figura del medio donde se encuentre. Cuestión de suma importancia para solucionar situaciones prácticas de la vida. Por ejemplo, si un animal que se encuentra en la etapa de la sensación tiene que dar grandes rodeos cuando hay un obstáculo en el camino de su alimento, eliminársele dicho obstáculo, él seguirá dando el rodeo, como lo hacía anteriormente, aunque ya no sea necesario hacerlo porque ahora pudiera ir directamente a su objetivo. Los animales que poseen este nivel de psiquis, es decir, que son capaces de que han alcanzado el nivel de la psiquis perceptual. Este sería un subnivel superior dentro de lo psicobiológico [Tabla 2(b)]. Plano de funcionamiento
Aún no tenemos posibilidad de analizar los planos de funcionamiento. No se ha alcanzado el nivel de desarrollo evolutivo e histórico necesario para que tenga sentido hablar de ellos. Características del agente externo
En este subnivel el animal comienza a utilizar los objetos, que antes le eran indiferentes, como señales concretas para resolver los problemas que le presenta el medio ecológico.
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Subnivel del pensamiento manual concreto Pudiera pensarse que con el nivel de la percepción el animal puede resolver todos los problemas posibles que se le presenten. Pero no es así. Hay situaciones (experimentales pero pueden ser reales también) en las cuales el animal puede tener una percepción clara y definida de cada uno de los elementos que compone una situación dada y, sin embargo, al organismo le es imposible resolverla. Imaginemos la situación experimental siguiente: un animal hambriento se encuentra en una jaula donde hay alimentos encima de su cabeza, pero fuera del alcance de sus manos y una vara colocada en el piso. Si este animal se encuentra en la etapa de la percepción no podrá de ninguna forma resolver este problema. Él tiene una percepción clara, definida de cada uno de los elementos, en este caso el alimento y la vara, pero no puede establecer relaciones entre las percepciones. Para resolver adecuadamente esta situación es imprescindible reflejar las relaciones que existen entre las percepciones. Esto solamente lo puede hacer el pensamiento. Este pensamiento se diferencia del humano, entre otras cosas, en que siempre refleja relaciones concretas. Si falta uno de los elementos de la relación en el campo perceptual del animal ya él no puede darle solución a la situación problemática planteada. En nuestro ejemplo, alcanzar el alimento. También es importante, como demostró Pávlov, que el animal tenga alguna experiencia anterior de haber utilizado varas en sus actividades de juegos o de experiencia vital. Ya en este subnivel pueden observarse rudimentos de una actividad intelectual, debido a que, el hecho de tomar la vara, no está relacionado directamente con una necesidad biológica. Este tipo de conducta también se ha denominado actividad bifásica (Leontiev). Plano de funcionamiento
Aunque ya se ha alcanzado un considerable nivel de evolución y desarrollo de la psiquis tenemos que esperar hasta el próximo nivel para poder hablar con propiedad de los planos de funcionamiento, es decir, hay que esperar alcanzar el nivel de la conciencia. En el animal pudiera hablarse de una tener ideas del canal de procesamiento de informaciones de forma colateral, implícitas o paralelas. Recordemos que los niveles y subniveles inferiores no desaparecen cuando el animal alcanza un estadio superior. Para más detalle sobre este apartado, ver el material sobre el surgimiento de la conciencia en la presente selección de lecturas. 21 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Características del agente externo
En este nivel los agentes externos ya no son ni el agente físico, ni las cualidades aisladas de los objetos y fenómenos de la realidad, ni el objeto como un todo único, sino que más bien tiene que ver con las relaciones entre los objetos y fenómenos, es decir, el animal utiliza las relaciones concretas entre las percepciones para solucionar los problemas que le presenta el medio ecológico. Este es el nivel más alto de la evolución dentro del mundo biológico animal. A su vez, este nivel viene siendo el límite conductual que tiene el animal. Un animal puede hacer maravillas desde el punto de vista conductual si cada eslabón de esa cadena de conductas tiene una señal concreta que la precede, pero si alguno de los eslabones tiene una representación abstracta, ahí mismo queda interrumpida la cadena conductual del animal.
Nivel psicosocial Si analizamos bien las limitaciones que aún le quedan al animal en el nivel más alto la evolución, podríamos tener una idea de las necesidades que tienen los organismos para resolver estas limitaciones. En primer lugar los animales no poseen lenguaje, es decir, carecen de un sistema de códigos o signos abstractos que le permitan representar la realidad en su totalidad, tanto la realidad objetiva como la de la experiencia individual. Ningún animal puede transmitir las experiencias vividas (a no ser por imitación conductual, pero esto es muy limitado) y mucho menos apropiarse la experiencia de los otros congéneres. Si observamos las diferentes etapas, fases o momentos de la evolución podemos ver que el desarrollo va adquiriendo cada vez más importancia según se avanza en la escala filogenética. Al mismo tiempo, la conducta innata va perdiendo su papel hegemónico en el mundo animal. Esto es un hecho incuestionable. Es como cada problema nuevo. Hay una tendencia natural a utilizar cada vez más la experiencia individual (la que se obtiene en el desarrollo), pero las posibilidades de hacerlo se encuentran estancadas por las trabas que impone la imitación conductual. Como dije en la introducción, en el mundo biológico se prepararon algunas condiciones fundamentales para la aparición de la conciencia. Había que romper las cadenas de la rigidez biológica. Y esto lo logró el ser humano, apoyándose, en los demás hombres, fue creando, paso a paso, el lenguaje. Este no fue proceso fácil ni mucho menos. Necesitó milenios para poder separar la palabra del objeto concreto de la conciencia para más ampliación.) 22 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
A igual que hicimos con el nivel psicobiológico, en este nivel podemos plantearnos las preguntas: ¿por qué psíquico? y ¿por qué social? Aspecto psíquico
Este nivel es psíquico porque se le puede aplicar, y es válido, todo lo dicho para la psiquis animal, pero además de eso hay una nueva característica que se le añade: la de la subjetividad . Cuando se alcanza el nivel de la conciencia aparece una propiedad nueva, una propiedad emergente que es la subjetividad. Esto se hace posible por la existencia de la comunicación (mediante el lenguaje) que es el único medio que puede darle realidad a la experiencia subjetiva individual. Este estadio de la evolución y el desarrollo del psiquismo es privativo del ser humano. Visto en términos de sistema de señalización sería el paso de un sistema de señalización, concreta a otro de señalización abstracta. Aspecto social
Planteamos que este nivel es social por naturaleza porque surge y se desarrolla en las condiciones sociales de vida y, fuera de estas no tiene sentido. Lo social no es algo que se le sume, añada o modifique a una misma. El Cro-Magnon, como dice Tim Ingold, tenía todas las potencialidades biológicas para ser como nosotros, no lo fue por una cuestión del desarrollo, no de la evolución (ver el enfoque histórico-cultural y el surgimiento de la conciencia dentro de este trabajo). Como acertadamente plantea Rubinstein hablar del ser humano fuera de lo social, es como hablar Plano de funcionamiento
Dentro del esquema que hemos estado desarrollando ahora sí tiene sentido hablar de los planos de funcionamiento, es decir, la conciencia escindida aware y el otro en la presente selección de lecturas.) Con esta idea de los dos planos funcionales de la conciencia se evita el dualismo o paralelismo que ha predominado en la psicología casi desde el mismo instante en que la misma fue fundada como ciencia independiente. 23 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
aware e inconsciente están en un mismo nivel (el nivel de la conciencia) pero en planos funcionales diferentes.
Podríamos establecer una especie de variable operacional para saber cuando un contenido está en el aware. Si la persona lo puede verbalizar, es decir, lo puede expresar en términos del lenguaje, entonces estaría esa información en el plano aware. En el caso contrario ya no sería tan fácil de determinar. Una información que no sea aware puede referirse al mismo nivel, es decir, al plano inconsciente, pero puede pertenecer a otros niveles, como por ejemplo, al psicobiológico (psiquis no consciente) e inclusive, al nivel fisiológico. La determinación de las otras tres posibilidades ya no es una cuestión tan fácil de realizar. Se necesita de alguna experiencia clínica para enfrentar con éxito este asunto. Se pudieran señalar algunos indicadores para saber, por ejemplo, si un contenido está en el plano inconsciente o no. Si dicha información aparece en los contenidos oníricos o se expresa en la actividad verbal del sujeto, es decir, se expresa a nivel verbal, pero él no sabe que la ha utilizado hasta que se lo retroalimenten; entonces lo más probables es que esté en el plano inconsciente. El lector podrá ampliar más su información sobre este tema revisando el
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PROBLEMAS DEL DESARROLLO DEL PSIQUISMO * A. N. LEONTIEV
EL PROBLEMA DEL SURGIMIENTO DE LA SENSACIÓN I. El problema 1
El problema del surgimiento de la génesis de la psiquis y el de su desarrollo se encuentran íntimamente ligados entre sí. Por ello, la forma en que teóricamente se resuelva la cuestión del origen del psiquismo caracteriza de manera inmediata el enfoque general del proceso del desarrollo psíquico. Como se sabe, existe toda una serie de intentos de solucionar en principio el problema del surgimiento del psiquismo. Señalemos ante todo aquella solución que podríamos señalar como solución en el espíritu del al nombre de Descartes. La esencia de esta solución reside en que el hombre se da el psiquismo. Con ello se niega totalmente toda la prehistoria
*
Tomado de A. N. Leontiev: Problemas del desarrollo del psiquismo 2, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1981, pp. 53-68. 25 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
del psiquismo humano. No se puede creer que este punto de vista no se dé ya en la actualidad, que no encuentre su reflejo en las ciencias concretas. Algunos investigadores, como se sabe, todavía mantienen precisamente semejante punto de vista, es decir, consideran que la psiquis, en el sentido propio de la palabra, es una propiedad inherente solo al hombre. la doctrina de la espiritualidad general de la naturaleza. Semejantes concepciones eran propugnadas por algunos materialistas franceses como Robinet. Entre los nombres conocidos en la psico-fisiología podríamos recordar el de Fechner, que también mantenía este punto de vista.
Entre ambas concepciones extremas que, por una parte, atribuyen el psiquismo solo al hombre, mientras por otra lo consideran propiedad de toda materia, existen también concepciones intermedias. Estas son las más extendidas. La primera de ellas es la que podríamos denominar con el reconocido como propiedad de toda la materia, sino solamente como propiedad de la materia viva. Tal es la concepción de Hobbes y de numerosos científicos (Claude Bernard, Haeckel y otros). Entre los psicólogos que la sustentan podemos recordar a W. Wundt. Existe también una cuarta solución de nuestro problema: la psiquis es considerada únicamente como propiedad de los organismos poseedores sistema nervioso y no propia de toda la materia, ni de la materia viva. Tal difusión tanto en la fisiología actual como entre los psicólogos, sobre todo los psicólogos spencerianos. ¿Podría una de estas cuatro posiciones ser considerada como el punto de vista que nos oriente acertadamente en el problema del surgimiento de la psiquis? A la ciencia consecuentemente materialista le es ajena tanto la afirmación de que la psiquis es un privilegio exclusivamente humano, como el reconocimiento de la espiritualidad general de la materia. Nuestra concepción consiste en considerar el psiquismo como propiedad de la materia que surge solo en los grados superiores del desarrollo de esta, en el grado de la materia orgánica viva. ¿Significa esto que toda materia viva dispone de psiquismo, aunque sea en sus formas más elementales y que el tránsito de la materia inorgánica a la viva es a la vez tránsito a la materia animada, a la sensible? 26 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Suponemos que tal admisión contradice los conocimientos científicos actuales acerca de la materia viva elemental. La psiquis solo puede ser producto del desarrollo ulterior de la materia, del desarrollo ulterior de la vida misma. Por lo tanto, es también necesario rechazar la afirmación de que la psiquis aparece junto con el surgimiento de la materia viva y de que es inherente a todo el mundo orgánico. Queda por examinar la última de las concepciones mencionadas, de acuerdo con la cual el surgimiento de la psiquis está ligado con la aparición del sistema nervioso en los animales. Pero, desde nuestro punto de vista, tampoco esta puede ser aceptada incondicionalmente. Su insuficiencia reside en la arbitrariedad de la admisión de nexo directo entre la aparición de la psiquis y la del sistema nervioso, en que no se tiene en cuenta que, aunque el órgano y la función se encuentran en indisoluble relación mutua, a la vez esta relación no es estática, unilateral, dada de una vez para siempre, pues que funciones análogas pueden ser realizadas por distintos órganos. Por ejemplo, aquella función que posteriormente es ejecutada por el tejido nervioso, inicialmente la realizan los procesos que transcurren en el protoplasma sin participación de los nervios (C. M. Child). En las esponjas (stylotella) carentes plenamente de elementos nerviosos, se han hallado esfínteres, cuya acción, por lo tanto, no es regulada por aparatos nerviosos (M. Parker). Por ello no podemos, al igual que muchos fisiólogos contemporáneos, aceptar tampoco sin un análisis concreto ulterior la concepción de acuerdo con la cual el surgimiento de la psiquis se sitúa en relación, inmediata y plenamente unilateral, con el surgimiento del sistema nervioso, a pesar de que en las etapas posteriores del desarrollo, este nexo no suscita ninguna duda. O sea, hasta ahora, el problema del surgimiento del psiquismo no puede considerarse resuelto ni en sus líneas más generales. Semejante estado del problema del surgimiento de la psiquis, naturalmente conducía precisamente en esta cuestión al agnosticismo a una serie de ciencia humana. Como sabemos, entre ellos se encuentra la cuestión de la aparición de las sensaciones. El presidente de la Academia de Berlín, en la que Du Bois-Reymond intervenía con su discurso, al resumir la discusión acerca de la incognoscibilidad de algunas cuestiones para la ciencia, rechazó 27 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
subrayando su supuesta inasequibilidad al conocimiento humano. Entre esos tres aparecía la cuestión de la primera aparición de las sensaciones, cuestión que no por casualidad fue considerada por Haeckel como el misterio psicológico central.
Claro está que nada hay más ajeno a la ciencia consecuentemente materialista que las concepciones del agnosticismo; aun cuando se presenten limitadas a un aspecto del conocimiento. 2
Lo primero que se plantea ante el investigador de la génesis de la psiquis es la cuestión que trata sobre la forma primaria, inicial del psiquismo. Acerca de ella encontramos dos concepciones contrapuestas. De acuerdo con una de ellas, el desarrollo de la vida psíquica comienza con la aparición de autoconciencia primitiva, en germen. Ella comprende las primeras vivencias vagas de sus propios estados por el organismo; vivencia positiva en condiciones de alimentación reforzada, de crecimiento y reproducción; y vivencia negativa en condiciones de hambre, destrucción parcial, etcétera. Estos estados, prototipos de las vivencias humanas de atracción, satisfacción o sufrimiento parecen constituir aquella base principal sobre la que conocedora del mundo circundante. Esta concepción puede ser justificada teóricamente solo desde las posiciones de la comprensión psico-vitalista del desarrollo, desarrollo, que parte del reconocimiento reconocimiento de una fuerza peculiar recluida en el objeto mismo, fuerza que actuando en órganos de los sentidos externos. Sin creer necesario dedicarnos a la crítica de esta concepción, señalemos que no consideramos que la investigación actual, que aspira a mantenerse en el terreno científico pueda aceptarla. Tanto las bases teóricas como los hechos, nos obligan ante todo examinar la vida como un proceso de interacción del organismo y el medio que le rodea. Solo sobre la base del desarrollo de este proceso de interacción externa transcurre también el desarrollo de las relaciones internas y de los estados del organismo; por ello la sensibilidad interna, que por su significación biológica está ligada a la coadaptación funcional de los órganos, puede 28 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
(A. N. Sévertsov). Al contrario, primero debe ser considerada la sensibilidad externa vinculada funcionalmente a la interacción del organismo y su medio externo. Por lo tanto, consideraremos como forma elemental de la psiquis a la sensación, que refleja la realidad externa objetiva y examinaremos la cuestión del surgimiento de la psiquis en esta forma concreta suya, que es lo mismo, de la sensibilidad propiamente dicha. ¿Qué es lo que puede servir de criterio de la sensibilidad, es decir, cómo podemos juzgar sobre la existencia de sensaciones, aunque sea en su forma más simple? Comúnmente el criterio práctico de la sensibilidad es un criterio subjetivo . Cuando nos interesa conocer si un hombre dado siente o no algo, podemos actuar de manera extremadamente sencilla sin entrar en complicados razonamientos acerca del método: podemos preguntarle sobre lo que nos interesa y obtener una respuesta clara. Podemos además comprobar la justeza de la respuesta proponiendo en idénticas condiciones la misma pregunta a un número suficientemente grande de personas. Si cada uno o la inmensa mayoría de los interrogados observa en sí la existencia de la sensación, entonces, se supone que ninguna duda queda acerca de la aparición, en las condiciones dadas, del fenómeno que nos interesa. Pero la situación cambia radicalmente si nos proponemos estudiar las sensaciones en los animales. Estamos privados de la posibilidad de recurrir a la autoobservación del animal; nada podemos conocer del mundo subjetivo no solo de los organismos simples, sino incluso en los animales altamente desarrollados. Por lo tanto, el criterio subjetivo resulta en este caso absolutamente inaplicable. Por esto, cuando nos planteamos el problema del criterio de la sensibilidad (capacidad de sensación), como la forma más elemental de psiquismo, necesariamente debemos plantearnos la tarea de buscar un criterio rigurosamente objetivo, no subjetivo. ¿Qué es lo que puede servir de criterio objetivo de sensibilidad, qué es lo que nos puede señalar la ausencia o presencia de la capacidad de sensación en cuanto a uno u otro agente en determinado animal? Aquí otra vez debemos ante todo detenernos en el estado en que se encuentra la cuestión. R. Yerkes señala la existencia de dos tipos fundamentales de 29 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Ante todo son los criterios criterios denominados denominados funcionales. funcionales. Son criterios, criterios, es decir, rasgos de la psiquis que se encuentran en la conducta misma de los animales. presencia o ausencia se puede juzgar sobre la ausencia o presencia de la sensación. Cuando el perro corre al silbido, es natural suponer que lo ha oído, es decir, que es sensible a los sonidos correspondientes.
O sea, que cuando esta cuestión se plantea para un animal como el perro, a primera vista el asunto se presenta con suficiente claridad; pero basta transferir la cuestión a animales situados en grados inferiores de desarrollo y plantear la cuestión en forma general para que inmediatamente se descubra que la movilidad nada dice todavía acerca de la existencia de la sensación en el animal. A todo animal le es propia la movilidad; si adoptamos la movilidad en general como rasgo de la sensibilidad, deberemos reconocer que siempre que encontremos fenómenos vitales, y por lo tanto movilidad, se da también la sensación como fenómeno psicológico. Semejante posición tesis de que la psiquis, incluso en su forma más elemental, no es una propiedad de toda materia orgánica, sino solamente de sus formas superiores. Pero podemos enfocar la misma movilidad en forma diferenciada y plantearnos la cuestión de la forma siguiente: ¿es posible que el resto de la sensibilidad sea no toda movilidad sino solo algunas de sus formas? Semejante limitación tampoco resuelve la cuestión, puesto que sabemos que incluso influencias que se sienten con claridad pueden no estar acompañadas de movimientos externos expresos. ¿Acaso con frecuencia la fiera no queda inmóvil, al acecho de los pasos de la presa? La movilidad no puede, por lo tanto, servir de criterio de la sensibilidad. Se puede ahora examinar en calidad de rasgo de la sensibilidad no la forma de los movimientos, sino su función. En esta dirección, se encaminan, por ejemplo, los intentos de algunos representantes de la tendencia biológica en la psicología, quienes consideran como rasgo de la sensación la aptitud del organismo de realizar movimientos defensivos o el de relacionar los movimientos del organismo con sus estados anteriores, con su experiencia. La inconsistencia de la primera de estas suposiciones reside en que los movimientos de carácter defensivo no pueden ser contrapuestos a otros que representan la expresión de la reactividad. El responder de una u otra forma tanto a las influencias positivas como negativas es una propiedad de toda materia viva. Cuando, por ejemplo, la ameba recoge sus pseudópodos en respuesta a la difusión de ácido en el agua que la rodea, el movimiento 30 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
realizado es, sin duda, defensivo, pero ¿acaso este movimiento atestigua mejor acerca de la aptitud sensitiva de la ameba que el movimiento opuesto de extensión de los pseudópodos en presencia de sustancias alimenticias, o descritos en los organismos simples por Jennings? Como vemos, no nos encontramos en situación de poder distinguir ninguna función especial que pudiese diferenciar los movimientos relacionados y los no relacíonados con la sensación. De la misma manera, tampoco es rasgo específico de la sensación la dependencia existente entre las reacciones del organismo y su estado general o las influencias anteriores. Algunos investigadores (Bon y otros) suponen que si el movimiento está relacionado con la experiencia del animal, es decir, si este en sus movimientos manifiesta indicios de memoria, entonces el movimiento está vinculado a la sensibilidad. Pero también esta hipótesis choca con una dificultad insuperable: la aptitud de modificar su estado y su reacción bajo el influjo de influencias anteriores puede también ser establecida siempre que se dé cualquier fenómeno vital, puesto que todo cuerpo vivo o viable posee la propiedad que llamamos función mnémica en la acepción amplia del concepto que encontramos en Hering y Semón. La expresión función mnémica se aplica no solo a la materia viva en el sentido propio de la palabra, sino también a las estructuras inorgánicas que, sin ser idénticas a ella, son semejantes a la albúmina viva únicamente en la relación físico-química, es decir, a los coloides inorgánicos. Claro está, la función mnémica de la materia viva difiere cualitativamente de la afirmar con mayor razón. que en las condiciones de la vida se descubre también la propiedad que se expresa en la dependencia de las reacciones del organismo vivo de influencias anteriores a las que se ha sometido determinado cuerpo orgánico. Quiere decir que tampoco este último aspecto puede servir de criterio de la sensibilidad. La causa que impide juzgar sobre las sensaciones del animal partiendo de sus funciones motoras reside en que carecemos de bases objetivas para la distinción, por una parte, de la irritabilidad que definimos como propiedad general a todos los cuerpos vivos, de entrar en estado de actividad y bajo la influencia de agentes externos y, por otra parte, la sensibilidad, es decir, una propiedad que aun siendo determinada variedad de irritabilidad, supone una forma cualitativamente peculiar. De hecho, cada vez que basándonos en 31 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
el movimiento, intentamos juzgar sobre la sensación, tropezamos precisamente con la imposibilidad de no poder distinguir si se trata de sensibilidad o de una expresión de mera irritabilidad, inherente a toda materia viva. La misma dificultad surge en los casos en que abandonando los criterios funcionales, según expresión de Yerkes, adoptamos criterios estructurales, es decir cuando intentamos juzgar sobre la presencia de sensaciones basándonos, no en la función, sino en la organización anatómica del animal. El criterio morfológico resulta aún menos seguro. La causa de ello reside en que, como ya lo hemos señalado, los órganos y las funciones constituyen una unidad, pero su nexo mutuo no es estático ni unilateral (A. Dorn). En distintos grados del desarrollo biológico funciones semejantes pueden ser realizadas por órganos y aparatos de estructura distinta y viceversa. Así, por ejemplo, en los animales superiores todo movimiento propio de ellos es realizado, como se sabe, mediante la participación del sistema neuromuscular. Pero ¿podemos, partiendo de este hecho, afirmar que solo se da el movimiento allí donde existe el sistema neuromuscular y que, al contrario, donde no existe este tampoco hay movimiento? Claro que tal afirmación es incorrecta, puesto que los movimientos pueden realizarse también en ausencia del sistema en cuestión. Tales son, por ejemplo, los movimientos en las plantas, que se realizan mediante la rápida elevación de la presión del líquido que, presionando la envoltura del plasma hacia la célula, distiende esta última. Estos movimientos pueden ser muy intensos, puesto que la presión en las células de las plantas puede llegar a varias atmósferas (G. Moliche) y pueden también ser muy rápidos. Se sabe, por ejemplo, que las hojas de la atrapamoscas ( Dionea muscipula) se cierran instantáneamente al contacto con un insecto. Pero del mismo modo que la ausencia del aparato neuromuscular no puede servir de criterio acerca de la imposibilidad del movimiento, tampoco la ausencia de aparatos sensitivos diferenciados puede ser criterio de la imposibilidad de inicio de sensaciones, a pesar de que en los animales superiores estas siempre están vinculadas a determinados órganos de los sentidos. Es sabido, por ejemplo, que en la misma el efecto de la lesión de uno de los pétalos del último par en la hoja se trasmite por los mechones vasculares a lo largo del peciolo a modo de una onda de irritación que origina el pliegue consecutivo de los restantes pares de pétalos. ¿Es órgano de trasmisión de sensaciones el aparato de transformación de la irritación mecánica que provoca el pliegue consecuente de los pétalos adyacentes? 32 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Es comprensible que no podamos responder a la cuestión, ya que para ello necesitamos conocer antes en qué se diferencian los aparatos propiamente sensoriales de otros, transformadores de las influencias externas. Y para ello necesitamos, en primer lugar, distinguir entre los procesos de la irritabilidad y los de la sensibilidad. Además, cuando pasamos a los criterios estructurales, es decir al análisis de la estructura anatómica de las funciones, a primera vista puede parecer que con ello se abre la posibilidad de utilizar los datos del estudio anátomocomparativo y partir no solo de la comparación externa de los órganos, sino también de la investigación de su continuidad genética. ¿Pero podría el estudio de la continuidad en el desarrollo de los órganos ayudarnos a relacionar órganos, cuya función en los animales superiores nos es bien conocida, con otros órganos completamente distintos de los primeros, pero genéticamente ligados a ellos y de esta forma llegar al establecimiento de lo común en sus funciones? En caso de que se abriese semejante posibilidad, para llegar a comprender la génesis de la sensibilidad se debería optar por la vía siguiente: estudiar escrupulosamente cómo determinado órgano se desarrolla y se transforma en otro que, poseyendo una estructura distinta, realiza una función análoga. Pero otra vez más volvemos a tropezar con una dificultad insuperable. Reside ella en que el desarrollo de los órganos se supedita al principio de no coincidencia del origen del órgano con su función. La anatomía comparada de nuestros días distingue dos conceptos de suma importancia: el de homología y el de analogía. analogía y homología de fenómenos equivalentes aunque heterogéneas. La homología expresa la aptitud de los organismos de adaptarse a distintas condiciones en el proceso de evolución y conseguir distinto efecto, habiendo iniciado el proceso de evolución con un mismo material (órganos idénticos): de las aletas de los peces se forman los órganos de natación, vuelo, locomoción terrestre, copulación, etcétera. En las analogías se manifiesta la aptitud de los organismos, partiendo de diversos materiales iniciales, llegar a un mismo resultado y crear estructuras similares por su función y composición, aun cuando en la filogénesis nada tengan de común; son ejemplo de ello los
De este modo la vía de la investigación anátomo-comparativa también está cerrada para la solución del problema del surgimiento de las sensaciones puesto que órganos comunes por su origen pueden estar relacionados con distintas funciones. Entre ellos puede existir homología, pero puede no haber analogía; la no coincidencia, naturalmente, será más manifiesta cuanto 33 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
mayor sea la parte de desarrollo que examinemos o cuanto más descendamos por las etapas evolutivas. Por eso, si en las etapas superiores de la evolución biológica podemos todavía por los órganos orientarnos con cierta seguridad en las funciones, cuanto más nos distanciamos de los animales superiores, semejante orientación se hace menos segura. Esto es lo que constituye la principal dificultad al distinguir los órganos de la sensibilidad de de la irritabilidad. Así que de nuevo hemos regresado al problema de la sensibilidad y de la irritabilidad. Pero ahora se nos presenta de forma distinta; es ya el problema de distinción de los órganos de las sensaciones y de aquellos que, a pesar de ser irritables, no son órganos de sensación. La imposibilidad de distinguir objetivamente entre los procesos de sensibilidad y los de irritabilidad condujo a la fisiología del último siglo a ignorar premeditadamente el problema de esa distinción. Por ello con frecuencia los Por cierto que, en sus albores la fisiología los distinguía (A. Von Haller). En nuestros días la cuestión de la necesidad de distinguir la sensibilidad de la irritabilidad de nuevo ha adquirido significación para la fisiología. Ello es comprensible: los fisiólogos contemporáneos cada vez se aproximan más al estudio de procesos íntimamente ligados con una de las propiedades superiores de la materia: la psiquis. No es casual por ello que en L. A. Orbeli de nuevo nos encontramos con la idea de la necesidad de distinguir aquellos casos, en los que con certeza podemos señalar que la irritación de determinado receptor y de las formaciones superiores que les corresponden es acompañada de determinada sensación subjetiva [...]. En todos los demás casos, cuando no hay seguridad, o no se puede dar la seguridad de que determinada irritación es acompañada de alguna sensación subjetiva,
De esta forma, el criterio que utiliza el autor para diferenciar la irritabilidad de la sensibilidad continua siendo subjetivo. Si para las investigaciones en el hombre el criterio subjetivo resulta prácticamente aceptable, en los Zoopsicología. Desde el punto de vista de la comprensión puramente subjetiva de la sensibilidad esto es correcto. Pero solo resta un paso de esta afirmación a las conclusiones de principio que, en las postrimerías del siglo 34 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
pasado, hicieron algunos zoopsicólogos (Bethe, Beer, Uexküll), quienes con plena claridad y sin ninguna ambigüedad exponían la siguiente tesis De este modo, el problema de la génesis de las sensaciones (es decir de la sensibilidad como forma elemental de psiquismo) se plantea en las investigaciones concretas de la misma manera que en las concepciones teóricas generales. Toda la diferencia reside únicamente que en unos casos encontramos una afirmación de principios de las posiciones del agnosticismo en el problema del surgimiento de la psiquis, mientras que en otro caso tenemos posiciones de hecho agnósticas. Estas se expresan en la negativa a todo intento real de penetrar con ayuda del método objetivo (y esta es la única posibilidad en cuanto a los animales) en el círculo de fenómenos que denominamos fenómenos psíquicos, que en su forma elemental se manifiestan bajo la forma de fenómenos de sensibilidad. Precisamente la ausencia de un criterio objetivo y a la vez inmediato para la sensibilidad animal, condujo, naturalmente, a que el problema del paso de la capacidad de irritabilidad a la sensibilidad propiamente, como problema de la investigación concreta, se haya negado totalmente por los teóricos de la psicología. Se justificaba ello considerando que la irritabilidad y la sensibilidad son conceptos pertenecientes a esferas completamente diversas de la realidad; uno de ellos, la irritabilidad concerniente a hechos materiales de naturaleza orgánica; el otro, la sensación o sensibilidad, pertenecería al mundo de fenómenos que son comprendidos bien como forma de expresión de un principio espiritual especial, bien como fenómenos puramente subjetivos, dados al examen científico natural. En su aspecto general esta concepción ha sido mantenida por toda la psicología post-cartesiana. Incluso corrientes opuestas por sus tendencias filosóficas se mantienen en la misma posición inicial de contraposición metafísica de los fenómenos subjetivos psíquicos al contenido objetivo de los procesos de la vida. En unos casos esta posición se expresa en la ruptura de la psiquis con la materia, o viceversa, en los intentos de reducir mecánicamente los procesos psíquicos a los fisiológicos; en otros casos puramente idealista. A pesar de lo evidentemente precario de esta posición, precisamente desde el punto de vista de las tareas del estudio concreto de la psiquis, la psicología burguesa se mantiene inmutable en ella. Ha 35 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
introducido esta posición subjetiva también en el problema de la génesis de la psiquis. Pero es precisamente aquí donde se manifiesta con meridiana claridad la inconsistencia de semejante posición. 3
La desesperanzada situación en que se encuentra el problema del origen de la sensación en la psicología burguesa, a pesar del rico material que ha recogido sobre la conducta animal, nos obliga desde el comienzo mismo a contraponer a sus posiciones teóricas generales un enfoque distinto en principio que dimane de una distinta comprensión de la psiquis. La psiquis es una propiedad de los cuerpos materiales altamente organizados; consiste en su capacidad de reflejar la realidad que les rodea y que existe independientemente de ellos, esta es la definición materialista más profundos, imágenes, copias de la realidad; son, por lo tanto, secundarios en cuanto a realidad reflejada por ellos; esta, al contrario, es lo primario, lo determinante. Esta tesis teórico-general, filosófica, es fundamental para la psicología materialista. Por ello, todo intento de representar lo psíquico como perteneciente a un principio espiritual, aun cuando se reconozca su ligazón con la materia, supone una desviación de las posiciones científicas. No podemos limitarnos a reconocer el hecho de que nuestras representaciones, conceptos, ideas y la realidad objetiva reflejada par ellos no son una misma cosa. Con ello únicamente se subraya un aspecto de la cuestión. Pero para la psicología resulta sumamente importante subrayar también otro aspecto: que todo reflejo del mundo objetivo en los fenómenos psíquicos no es más que una función del sujeto substancial, corporal, que es a su vez una partícula de ese mundo que, hablando en otros términos, la esencia de lo psíquico se encuentra en el mundo de las relaciones objetivas y no fuera de él. La tarea de la psicología científica reside, ante todo, en encontrar tal vía de investigación concreta de estos fenómenos subjetivos que, expresándonos figurativamente, permita penetrar tras su superficie, penetrar en las relaciones objetivas que los descubren. La cuestión de la vía no representa, se supone, un interés abstracto. Es la cuestión que trata sobre la dirección real, el contenido y la suerte de cualquier investigación psicológica concreta. 36 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
La concepción inicial, ingenua, del psiquismo descubre el carácter profundamente peculiar de los fenómenos psíquicos que los distinguen marcadamente de otros fenómenos, los fenómenos objetivos de la realidad. Desde este punto de vista, nuestra actividad parece transcurrir en dos planos material externa, los movimientos de nuestro cuerpo y, por último, aquellos procesos internos que constituyen su base fisiológica. Cada uno de nosotros conoce por su experiencia interna estos fenómenos subjetivos peculiares. Valiéndonos de la autoobservación podemos describirlos con suficiente exactitud, aunque no siempre nos resulte ello igualmente fácil. Pero la mera descripción del fenómeno no nos da aún el conocimiento científico. De alguna manera es necesario saber descubrirlos, es decir, encontrar su esencia, pasar de aquello que al inicio nos parece el objeto de nuestro estudio a aquello que lo es. Tal es la tarea de la investigación científica, tarea que está también planteada ante la psicología científica. ¿Cómo y en qué dirección debe dirigirse la investigación para pasar tras la perder a la vez el objeto de estudio, el psiquismo mismo? Desde el momento en que la psicología llega a ser ciencia en cada etapa crucial, nueva, esta cuestión se plantea invariablemente. Cada corriente psicológica ha intentado resolverla a su manera. Por cierto, no se debe exagerar la variedad y complejidad de estos intentos. Son muy limitados, a pesar de la aparente diversidad de los términos utilizados. Ante todo, encontramos el intento de examinar nuestro mundo psíquico, el de nuestras representaciones, sentimientos, ideas, buscando en él las mismas leyes que expresan su esencia. ¿Es posible que los datos de la observación de los fluctuantes e imprecisos fenómenos psíquicos subjetivos nos conduzcan como resultado de su elaboración, cuidadosa y racional, al nuestra conciencia, del mismo modo que la observación del destello de las estrellas, a veces ocultas tras las nubes, condujo a la humanidad al universo? (Sperktorski). Claro está que esta idea de la psicología clásica racional nunca fue ni podrá ser realizada. El mundo de los fenómenos de la conciencia es completamente distinto del de los planetas. La conciencia no puede ser examinada en su ser circunscrito a sí mismo, ya que en él no existen relaciones independientes. 37 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
nada más que de simples metáforas. Los fenómenos de la conciencia siempre se relacionan con algo y siempre reflejan algo. Por eso son imposibles la
Ya la simple observación nos descubre el condicionamiento de los fenómenos de nuestra conciencia por la realidad objetiva externa que se refleja en ellos. Pero, si partiendo de este evidente hecho intentamos buscar la explicación de su existencia en la misma realidad reflejada y abstraída del sujeto ya desde el primer paso quedaremos fuera del objeto de nuestro estudio. La realidad reflejada por nuestra conciencia representa el mundo cuyas relaciones y nexos en ninguno de los casos son psicológicos. La cosa misma, cuya imagen consciente o idea vivo yo, puede ser estudiada por mí cuán profunda y polifacéticamente se desee, pero nunca podré encontrar en ella las leyes de la conciencia que la refleja. Siguiendo otra vía también se puede intentar descubrir los fenómenos de la conciencia. Se puede ir de la superficie de estos fenómenos no hacia el mundo externo, sino, al contrario, hacia adentro en el sentido directo, textual de la palabra; es decir, hacia el cerebro y hacia los procesos fisiológicos que transcurren en él. Pero también en este caso se corre el peligro de perder el objeto de nuestro estudio. Aquellos fenómenos y procesos que descubrimos en el cerebro y en otros órganos de nuestro cuerpo son fenómenos y procesos fisiológicos, no psicológicos. La psiquis siempre está vinculada a estos procesos y no existe fuera de ellos. ¿Pero podemos ver en ellos la esencia y químicos del cerebro, pero, ¿acaso agotamos con ello la esencia del general, son irreductibles a los procesos que transcurren en el cerebro y no pueden ser deducidos de estos de forma inmediata. Así que este enfoque nos permite encontrar por una parte los fenómenos psíquicos, la realidad externa independiente; por la otra, el cerebro y, procesos fisiológicos nerviosos que transcurren en él, es decir, en ninguno de los casos los fenómenos son psíquicos. Puede parecer por ello que estos últimos están situados en un plano que podríamos considerar puramente matemático, de estos fenómenos puede seguir solo su superficie, mientras que todo intento de penetrar tras el fenómeno nos saca de los límites del psiquismo. 38 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
expresándonos en otros términos, el fenómeno y la esencia coinciden en ella, por lo que, en consecuencia, es imposible su conocimiento objetivo causal. Por esto la psicología está condenada a ser una mera recopilación de datos descriptivos acerca de la contemplación de su propio mundo espiritual por el hombre.
¿Es posible que el error que conduce a la incognoscibilidad científica del psiquismo resida en el intento de examinar los fenómenos psíquicos por separado también en relación con los procesos fisiológicos del organismo? ¿Es posible que para penetrar en los nexos causales y en las leyes de la psiquis, sea suficiente tan solo el estudio simultáneo de ambas relaciones? Precisamente por esta vía se encaminaron los esfuerzos de la psicología fisiológica experimental del siglo pasado. Sus representantes consideraban igualmente estériles a la psicología constituida por razonamientos generales acerca de los fenómenos psíquicos, como aquella que se basaba únicamente en los datos de la autoobservación. Ellos partían de la siguiente tesis: para que la psicología sea verdaderamente científica es suficiente reconocer tan solo el hecho empírico de la existencia de nexo entre la conciencia y los procesos y el condicionamiento de ambos por las influencias externas para después iniciar su estudio conjunto por métodos experimentales (W. Wund). Una circunstancia extremadamente sencilla creaba también en esta vía un obstáculo insuperable. Esta circunstancia reside en que cuando como resultado de la acción sobre el sujeto obtenemos, por una parte, una rigurosa serie causal de fenómenos fisiológicos objetivos, y por otra la serie de fenómenos de la conciencia, no nos encontramos en situación de encontrar el paso entre ellos. Lo único que tenemos derecho a afirmar, permaneciendo sobre el terreno de los materiales experimentales y sin entrar en brusca contradicción con la concepción científica de la causalidad, es el hecho del paralelismo en el discurrir de los fenómenos. Si en este caso se parte de los fenómenos subjetivos, resulta que el análisis de los procesos fisiológicos que les corresponden, aunque responde a la importante cuestión concerniente a su substratum anátomo-fisiológico, nada añade en esencia a los datos de la autoobservación, no los puede enriquecer. Si por el contrario, partimos del análisis de los procesos fisiológicos objetivos en su ligazón con las acciones externas, resulta que para la explicación científica 39 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de estos procesos podemos prescindir de los datos subjetivos de la conciencia, puesto, según la conocida expresión no puede influir en su curso natural, de la misma forma que la sombra del caminante es incapaz de influir en la marcha de este1 (A. I. Vvdenski y N. I. Grot). Como se sabe, recogiendo estas circunstancias, algunos psicólogos llegaron a la extremadamente radical conclusión de excluir de la psicología el estudio de los fenómenos subjetivos y considerarlos situados fuera del campo científico. A los psicólogos idealistas esto les sirvió una vez más de pretexto para defender la psicología descriptiva y para la resurrección de la psicología racional en sus peores formas, diríamos modernizadas. De este modo, la tarea del descubrimiento de la esencia de la psiquis, continuaba quedando, al igual que antes, fuera de los límites de la investigación científica positiva. Sería erróneo, claro está, negar el papel positivo desempeñado por la psicología tradicional en el desarrollo de los conocimientos psicológicos concretos; ante todo es testimonio de ello el material efectivo que ha recopilado. Erróneo sería también el considerar la historia de las concepciones psicológicas teóricas exclusivamente como la historia de extravíos inútiles, de los que nada podemos aprender. Está claro que no es solo la historia de extravíos. Es a la vez la historia de búsquedas insistentes de la solución a la cuestión fundamental más importante de la psicología Pero tampoco podemos cerrar los ojos al hecho de que la ciencia psicológica, limitada por los marcos de la filosofía burguesa, nunca se elevó sobre el nivel de la contraposición puramente metafísica de los fenómenos psíquicos a los del mundo objetivo; de que por esta misma razón nunca pudo penetrar el foso que, según palabras de Engels, separa la esencia del fenómeno, la causa del efecto. En realidad la contraposición entre lo subjetivo y lo objetivo no es absoluta, dada de una vez y para siempre. Es creada por el desarrollo, además, en todo el transcurso de este se conservan los pasos mutuos que suprimen, su
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No es casual que esta idea que expresa la crisis teórica de la psicología de fines del siglo XIX fuese
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No se puede, por lo tanto, limitarse a la mera contraposición externa de los datos subjetivos y objetivos, sino que es necesario descubrir y someter a estudio aquel proceso de fondo y concreto, como resultado del cual tiene lugar la transformación de lo objetivo en subjetivo. 4
¿Qué supone en si aquel proceso real que liga ambos polos de la contraposición, de lo objetivo y lo subjetivo; el que determina si es reflejada otros conceptos, ¿qué es lo que crea la necesidad del reflejo psíquico de la realidad objetiva? La respuesta a esta pregunta viene expresada en la conocida biológicamente al medio si sus sensaciones no le diesen una representación que dé un reflejo correcto de la realidad se tiene, se encuentra, por lo tanto, dentro de las condiciones y exigencias de la vida misma, es decir, en aquellos procesos que realmente ligan al hombre con la realidad que lo rodea. De la misma manera, la forma y el modo en que el correspondiente objeto de la realidad se refleja en la conciencia humana depende también de cómo es el proceso que liga al hombre con la realidad, de cómo es su vida real, o dicho de otro modo, de cómo es su ser. Esta tesis cuya justeza se manifiesta con evidencia cuando tratamos la conciencia humana, se manifiesta con no menor claridad, como veremos, cuando estudiamos en sus formas iniciales, en los animales, los procesos de reflejo de la realidad. Así que, para descubrir la necesidad del surgimiento de la psiquis, de su desarrollo ulterior y de sus cambios, se debe partir no de las particularidades de la organización del sujeto examinadas aisladamente, aisladas del sujeto, sino del análisis del proceso que las liga entre sí. Pero este proceso es más que el proceso de la vida. Por lo tanto, nos es necesario partir del análisis de la vida misma. La justeza de semejante enfoque en el estudio del surgimiento y desarrollo de la psiquis se evidencia también por otra razón. Nosotros comprendemos el psiquismo como propiedad de la materia. Pero toda la propiedad se manifiesta en determinada forma de movimiento de la 41 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
materia, en determinada forma de interacción. El estudio de cierta propiedad es, ciertamente, el estudio de la correspondiente interacción. materia en movimiento [...]. Por donde la ciencia de la naturaleza viene a confirmar que la acción mutua es la verdadera causa finalis (causa última) de las cosas. No podemos llegar más allá del conocimiento de esta acción mutua, sencillamente porque detrás de ella ya no hay nada que conocer
¿También se resuelve así esta cuestión al ser aplicada al psiquismo? O que nunca, ni en ninguna interacción real pueda descubrir su verdadera faz, como lo consideran los psicólogos idealistas? También a esta cuestión el marxismo da una respuesta completamente clara. cuerpo orgánico, que forma proceso de interacción en el que se manifiesta la propiedad superior de la materia que llamamos psiquismo? Es determinada forma de procesos vitales. Si no existiese el tránsito de los animales a formas más complejas de vida, no existiría tampoco el psiquismo, ya que el psiquismo es precisamente producto de la complicación de la vida. Y al contrario, si el psiquismo no surgiese en un determinado momento del desarrollo de la materia, serían también imposibles aquellos complejos procesos vitales; condición necesaria de los cuales es la capacidad de reflejo psíquico de la realidad
Así que, la conclusión fundamental a la que podemos llegar reside en para solucionar la cuestión del surgimiento del psiquismo debemos comenzar por el análisis de aquellas condiciones de vida y de aquel proceso de interacción que lo engendran. Pero estas condiciones solo pueden ser las condiciones de la vida y el proceso, el propio proceso material vital. El psiquismo surge en determinado momento de la vida no por casualidad, sino necesariamente, conforme a leyes: ¿En qué consiste la necesidad de su surgimiento? Claro que si el psiquismo no es tan solo un fenómeno representa una propiedad que tiene significado real en la vida, la necesidad de su surgimiento estará determinada por el desarrollo de la vida misma, cuyas condiciones más complejas exigen de los organismos la capacidad 42 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de reflejar la realidad objetiva bajo la forma de sensaciones elementales. El organismos, sino que, habiendo surgido en el curso de su desarrollo, da comienzo a Ia forma superior de vida, cualitativamente nueva; a la vida vinculada con el psiquismo, con la propiedad de reflejar la realidad. Quiere decir, que para descubrir el proceso del paso de la materia viva, pero aún carente de psiquismo, a la materia viva y a la vez poseedora de psiquismo, se necesita partir no de los estados subjetivos internos tomados en sí, en su aislamiento de la actividad vital del sujeto, ni tampoco de la partir de la unidad real de la psiquis con la actividad del sujeto e investigar sus interrelaciones internas y sus transformaciones mutuas.
II. La hipótesis 1
Hemos visto que desde posiciones metafísicas el problema de Ia génesis del psiquismo no puede ser situado en el terreno de la investigación científica concreta. Hasta ahora la psicología no dispone de ningún criterio directo y objetivo más o menos satisfactorio del psiquismo, criterio en el que ella pudiera basar sus razonamientos. Por ello nos hemos visto obligados a renunciar al enfoque subjetivo, tradicional para la psicología burguesa, y a plantear el problema como la cuestión del tránsito de aquellas formas elementales de la vida que aún no se encuentran necesariamente ligadas a los fenómenos sensitivos, a aquellas más complejas de vida que, por el contrario, necesariamente están relacionadas con la sensibilidad, con la capacidad de sensación, es decir, con el psiquismo en germen, inicial. Nuestra tarea consiste precisamente en examinar ambas formas de vida y el paso que existe entre ellas. La vida es un proceso de interacción particular de cuerpos peculiarmente organizados. ¿Qué es, pues, lo que distingue los procesos de interacción específicamente inherentes a la materia viva, de los procesos de interacción en la naturaleza inanimada? Existe el punto de vista según el cual todo cuerpo representa una compleja máquina físico-química accionada por la energía procedente de fuera. La 43 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
equiparación del organismo vivo a la máquina, es profundamente errónea; contradice los hechos fundamentales que caracterizan a la vida. Toda máquina que funciona a expensas de la energía térmica, eléctrica o química no es más que un transformador de esa energía. Quiere decir que, para que la máquina entre en acción, es necesario que reciba del exterior cierta cantidad de energía que, en parte, es transformada por ella en trabajo externo y energía térmica libre, y en parte se consume en el desgaste de sus propias partes. A excepción de esta última porción, ni la misma máquina ni los materiales de los que está construida sufren cambios relacionados con el trabajo realizado. Además, de por sí, el desgaste de la máquina es solo consecuencia externa de su trabajo y no constituye ninguna condición necesaria, esencial, de los procesos que transcurren en ella. Completamente distinto es el estado de cosas que observamos en el funcionamiento del organismo vivo, cuyo trabajo únicamente es posible en presencia de continuos cambios en el mismo organismo. Cuando este responde con un movimiento a la influencia exterior, el trabajo realizado por él es debido no a la energía de la influencia, sino a la energía emitida por la destrucción parcial o por los cambios estructurales en las partículas materiales que constituyen el cuerpo, destrucción ligada a la caída del potencial energético; es decir, a expensas de la energía del proceso de desasimilación. Por ello, todo organismo o tejido orgánico puede responder al agente externo únicamente en el caso de que representen estructuras energéticamente tensas. Como resultado de la reacción, el potencial energético del tejido correspondiente desciende considerablemente, hasta que por fin, agotado ya, el tejido cesa de responder a las acciones externas. La sustancia que se desintegra durante el trabajo es sustancia del propio organismo. Quiere decir, que la sustancia o energía procedente de fuera del organismo y cuya energía liberada puede ser utilizada por este, no se transforma en trabajo de manera inmediata, sino que previamente se asimila por ese organismo; es decir, como, resultado de la actividad del organismo, es utilizada por este para el restablecimiento de sus propios tejidos. interior , como lo llama Engels, del organismo, trabajo de elaboración y restablecimiento de su propia sustancia, constituye precisamente el contenido del proceso opuesto, del proceso de asimilación.
De este modo, el ciclo fundamental de procesos que transcurren en el organismo puede representarse por el siguiente esquema: la energía externa que, de una u otra forma llega al organismo, es transformada y asimilada 44 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
por él. Pero para ello no basta que el organismo se someta a la correspondiente acción quedando pasivo, sino que es necesario que por su parte realice algún trabajo. Esto puede expresarse solo en procesos internos o también en movimientos externos, pero siempre debe tener lugar . Incluso los organismos más simples realizan necesariamente algún trabajo relacionado con la asimilación, por ejemplo, cuando mediante los movimientos de las llamadas corrientes protoplasmáticas, se distribuye la sustancia llegada desde el medio exterior. Todo proceso de asimilación orgánica, es, por ello, imposible fuera de la sustancia viva, activa. Así, por ejemplo, los cloroplastos de las plantas verdes, mediante cuya participación tiene lugar la asimilación del ácido carbónico a expensas de la energía de los rayos solares, transforman la energía de esos rayos en energía química únicamente en el caso de que estén incluidos en la célula viva dotada de determinada estructura. La clorofila aislada, introducida en una solución coloidal, por lo visto no da lugar a semejante transformación. Solo como resultado de los procesos que transcurren gracias a la energía liberada durante la desasimilación, tiene lugar el restablecimiento de la estructura de la sustancia viva a expensas de las sustancias y energía llegadas de fuera y el ciclo vital del organismo puede continuar de nuevo. El proceso energético de los organismos vivos está relacionado, por lo tanto, con la disgregación y restablecimiento de las partículas del organismo, es decir, transcurre siempre como proceso desasimilativo-asimilativo. En contraposición con la máquina muerta, cuyas partes quedan inmutables (si nos abstraemos del proceso de desgaste, que no constituye condición esencial de su funcionamiento), el organismo vivo se encuentra en estado de continua autorrenovación. Esta propiedad de la materia orgánica fue señalada por casi todos aquellos cuerpos como los arroyos y la materia eternamente se renueva en ellos imagen de la llama que se renueva a sí misma. viva la conocía y aceptaba Lavossier, Claude Bernard denominó axioma la destrucción y la creación en cada uno de los momentos de la vida.
El descubrimiento filosófico materialista-dialéctico de esta propiedad lo da Engels, quien por primera vez examinó la vida como contradicción de eterna 45 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
creación y destrucción, que se da en las cosas y fenómenos mismos, que expresa aquella forma peculiar de movimientos de la materia que inicia una nueva etapa en las relaciones del mundo material. O sea, que allí donde encontramos fenómenos vitales, encontramos también el proceso de asimilación. El cese de la asimilación es a la vez cese de la vida. Por ello, incluso en los casos en los que la llegada de energía exterior cesa, es decir, en los casos de desnutrición del organismo, continúa la asimilación. Solo que ahora transcurre mediante la transformación de la propia sustancia que integra las partes menos importantes del organismo en estructuras de mayor significación vital, de tal forma, que el organismo, diríamos, se consume a sí mismo (C. Bernard). Por ejemplo, como muestran los datos de Chausse, incluso en los animales superiores, en condiciones de desnutrición, casi la mitad de la sustancia que constituye su organismo, puede ser transformada en estructuras de mayor importancia vital; la mayor pérdida de peso se manifiesta en la grasa y en la sangre (93 y 75 %); la menor en el sistema nervioso (menos de 0,2 %); más significativo aún es el vivo, por lo tanto, nunca se encuentra en estados que permitan compararlo con un acumulador que se descarga: por sí, aisladamente del proceso de del organismo, su disociación. Del mismo modo, siempre que se den fenómenos de vida se darán también los procesos desasimilativos, puesto que toda actividad asimilativa es posible únicamente a expensas de la energía de la desasimilación. Ambos procesos fundamentales, de los cuales uno destruye el resultado del otro, existen siempre conjuntamente. Por ello, siempre que nos encontramos con fenómenos vitales nos encontramos también, por una parte, con el proceso de absorción y posterior asimilación de sustancias externas por el organismo; por otra parte, con el proceso de eliminación por el organismo, de los productos de desasimilación. Este proceso bilateral de cambio de sustancias constituye un momento esencialísimo de la interacción de los cuerpos vivos, es decir, albuminoides, con otros cuerpos que integran para ellos el medio nutritivo. Según la albuminoides, cuya nota esencial consiste en un intercambio permanente de sustancias con la naturaleza exterior que los rodea y que al cesar este intercambio dejan también de existir, entrando la albúmina en estado de 46 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
El cambio de sustancias se da también fuera de la vida. Pero la semejanza extrema, formal, de los procesos no nos debe inducir a errores. Cuando en los conocidos experimentos de Rumbler el fino hilo de cristal cubierto de goma laca, es introducido en la gota de cloroformo y extraído de ella después que se ha liberado de la capa que lo cubre, observamos claro está, solo un modelo físico del proceso de cambio orgánico. En este caso la gota de cloroformo no manifiesta la actividad peculiar del cuerpo vivo y su existencia no depende de ese proceso. Hablando del metabolismo como rasgo darse también en los cuerpos inorgánicos y, a la larga, se da en todas partes, ya que en todas partes se producen efectos químicos, por muy lentos que ellos sean. Pero la diferencia está en que tratándose de los cuerpos inorgánicos el intercambio de sustancias los destruye, mientras que en los cuerpos orgánicos este intercambio constituye precisamente la condición El intercambio de sus sustancias es, por lo tanto, un hecho fundamental en la vida. Precisamente de él se derivan las demás funciones de la materia orgánica, mantenimiento de la vida, crecimiento, reproducción. En la raíz de ese hecho se encuentra, como hemos visto, la propiedad de autorrenovación común a todos los cuerpos vivos, en la que se expresa la forma cualitativamente propia de su existencia. Por eso el surgimiento de la vida es, ante todo, el surgimiento de una nueva relación entre el proceso de interacción y el mantenimiento de la existencia de los cuerpos que interactúan. En la naturaleza inorgánica el proceso de interacción de los cuerpos es un proceso de cambio de estos cuerpos, de su destrucción como tales y de transformación en otros procesos continuos, que no cesa en ninguno de los momentos, a veces más lentos, otros (si fuese físicamente posible) conduciría a la conservación del cuerpo inorgánico como tal, a que ese cuerpo fuese siempre el mismo. La relación entre el proceso de interacción y la conservación de los cuerpos que interactúan, contrapuesta a la señalada, la encontramos en el mundo orgánico. Si todo el cuerpo inorgánico, como resultado de la interacción, deja de ser lo que era, para los cuerpos vivos su interacción con otros, como lo hemos visto, es condición necesaria para la continuación de su existencia. Lo que en los cuerpos vivos es causa de desaparición, en las 47 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contrario, el cese o destrucción de la interacción de los cuerpos orgánicos con otros cuerpos circundantes conduce a su desintegración y muerte.
De esta forma, el tránsito de los procesos de interacción en el mundo inorgánico a los procesos de interacción como forma de existencia de los cuerpos vivos está relacionado con el cambio radical de la relación fundamental entre el proceso de interacción y la conservación de la existencia de los cuerpos en acción. Esta relación se convierte en la inversa. A la vez, la nueva relación que caracteriza la vida, no reemplaza mecánicamente a la anterior, sino que se establece sobre la base de la anterior , la cual se conserva para elementos aislados del cuerpo vivo, que se encuentran en continuo estado de destrucción y restablecimiento. El cuerpo vivo que interactúa mantiene su integridad como tal cuerpo precisamente debido al hecho de que sus partículas por separado se destruyen y vuelven a surgir. O sea, se puede decir que la nueva relación que caracteriza la vida no se limita a la simple sustitución de la relación anterior entre el proceso de interacción y la existencia del cuerpo actuante, sino que la supera dialécticamente. Este cambio radical, que constituye un punto crucial, un salto en el desarrollo de la materia al pasar de sus formas inorgánicas a las orgánicas vivas, encuentra también su expresión en otro aspecto de excepcional importancia. Si examinamos algún proceso de interacción en el mundo inorgánico, resulta que la relación fundamental de cada uno de los cuerpos con el proceso es igual a la del otro. En otras palabras: en el mundo inorgánico es imposible discernir cuál de los cuerpos es activo en determinado proceso y cuál pasivo (el que se somete a la acción). Semejante diferencia adquiere en este caso un carácter plenamente convencional. Así, por ejemplo, cuando al examinar el choque mecánico de dos cuerpos físicos se habla de cuerpos móvil e inmóvil, se los incluye siempre en cierto sistema, en relación con el cual del contenido del proceso de los cambios que sufren los cuerpos en cuestión, ninguna importancia tiene cuál de los cuerpos es el móvil con relación al sistema y cuál no lo es. Esta misma relación encontramos en el caso de la interacción química. Con la misma razón podemos hablar de la acción del zinc sobre el ácido sulfúrico que de la acción de este sobre aquel; en ambos casos supondremos igualmente un mismo proceso químico: Zn + SO4H2 = SO4Zn + H2
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Radicalmente distinta es la situación que observamos en el caso de la interacción de cuerpos orgánicos. Es plenamente evidente que en el proceso de interacción de un cuerpo albuminoide vivo con algún otro cuerpo que constituya su sustancia nutritiva, la relación de ambos en el proceso de interacción será completamente distinta. El cuerpo absorbido será objeto de la acción del vivo y se destruirá como tal cuerpo. Claro que, a su vez, el cuerpo absorbido actúa también sobre el cuerpo vivo, cuyos elementos se ven sometidos a cambios. Pero, como ya lo hemos visto, en condiciones normales el cuerpo vivo mantiene su existencia y la mantiene precisamente gracias a los cambios que se operan en sus elementos por separado. Este proceso específico de autorrenovación ya no es un proceso que pertenezca por igual a cada uno de los cuerpos que interactúan, sino que únicamente lugar mediante la nutrición y la secreción, es un proceso que transcurre por sí mismo, propio, nato, de su portador, la albúmina, sin la que no puede O sea, que se puede decir que el proceso de la vida, que representa un proceso de interacción, y cambio entre cuerpos, pertenece, como proceso de autorrenovación, es decir como proceso vital, solo al cuerpo vivo que es, precisamente, su sujeto real. De este modo, si en el mundo inorgánico la relación de los cuerpos que participan en el proceso hacia ese mismo proceso, en el nivel de la vida orgánica se transforma en proceso para el cual la relación del cuerpo vivo será esencialmente distinta a la del cuerpo inorgánico. Para el primero su cambio es proceso activo positivo de autoconservación, crecimiento y reproducción; para el segundo es un proceso pasivo al que se somete desde fuera. Lo dicho podemos expresarlo de otra manera; el tránsito de las formas de interacción propias del mundo inorgánico a las formas propias de la materia viva encuentra su expresión en la manifestación del sujeto por una parte y del objeto por otra. Desde el punto de vista de la vía de la investigación científica de los procesos vitales, la diferenciación del cuerpo vivo activo, posmo dice Engels, de Debemos por ello examinar detalladamente algunas conclusiones que se derivan de ese hecho. El conocimiento de toda cosa únicamente es posible en su relación con otras, en su interacción con ellas, en movimiento. Solo en el movimiento, en la interacción, manifiesta la cosa sus propiedades. Pero el conocimiento de las propiedades es el conocimiento de las cosas mismas. 49 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
desligados del movimiento y sin ninguna relación con otros no se puede decir nada.
O sea, que las propiedades de todo cuerpo se manifiestan únicamente en su relación con otros cuerpos. Además, claro está, semejante relación no es tan solo una relación mental, lógica. Siempre es interacción real de cuerpos. Por ejemplo, es correcto conocer el grado de flexibilidad de determinado cuerpo mediante la operación mental de comparación con cierta unidad de flexibilidad. Pero ¿qué es lo que se encuentra en la base de este hecho? Se supone siempre la prueba práctica de ese cuerpo con otro, cuyo grado de flexibilidad nos es conocido en un inicio de manera práctica. Solo bajo esta condición es posible la operación mental de equiparación de determinado u otras unidades de medida o incluso bajo la forma de mera impresión sensorial. Por lo tanto, lo que determinado cuerpo es, se manifiesta solo en su interacción real con otros cuerpos, que son objetos de ese cuerpo. El ser sin objeto es contradictio in adjectum. inevitablemente está ligado al ser que se encuentra fuera de él; su objeto esencial, aquello gracias a lo cual es lo que es, se encuentra fuera de él [...] el objeto con el que el ser se relaciona inevitablemente, no es otra cosa que su esencia que se descubre”.
Para Feüerbach esta relación es relación objetiva, en ningún modo subjetiva Fichte, se da el objeto); esta relación es real, práctica y no mental, no ideal Feüerbach). El punto de vista de Feüerbach era limitado a pesar de todo, ya que examinaba las relaciones del ser vivo con la realidad objetiva como relaciones de un ser pasivo. Por ello, para Feüerbach la esencia de todo ser se agotaba en el conjunto de relaciones que establecía con los objetos del mundo circundante. Pero esto es correcto solo para los casos en que tratamos relaciones de tipo inorgánico. La esencia del mármol se agota de hecho con las multifacéticas propiedades que manifiesta en sus múltiples interacciones con otros cuerpos. Con relación a un cuerpo flexible se manifiesta como cuerpo dotado de flexibilidad, con relación a los rayos de luz, como cuerpo que refleja las ondas lumínicas de unas u otras frecuencias; con relación a la electricidad, como dieléctrico, poseedor de determinada 50 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
constante dieléctrica; con relación a los ácidos, como conjunto de molécula, que se descomponen expeliendo gas carbónico, etcétera. Es como conjunto de estas múltiples manifestaciones como intervienen las propiedades, de su constitución interna, las leyes de sus formas inherentes de interacción en una palabra, aquello que es. Distinta es la situación cuando el cuerpo es un ser vivo, cuando sus relaciones con otros cuerpos son relaciones activas, mediatizadas por estados, internos y procesos propios de él. No se puede, claro está, decir que la muerte de una planta durante un incendio en el bosque, expresa su esencia de cuerpo vivo. Aquellas propiedades que manifiesta en este caso, aunque le pertenecen, no caracterizan de manera esencial la vida, su esencia como sujeto del proceso vital. Su esencia como planta viva se descubre no de manera inmediata en la propiedad de sus células de perder la humedad y carbonizarse sino, por el contrario, en que es capaz, cuando la temperatura asciende excesivamente, de recoger sus hojas, de reducir sus orificios estomáticos, etcétera, es decir, precisamente en su reacción activa a la influencia del recalentamiento. El existencia, su vida. Incluso su propia muerte, en condiciones normales, no es nada más que el resultado natural de su vida. No se puede, por lo tanto, examinar, la existencia del ser vivo solo objetivamente, es decir valiéndose del punto de vista del sujeto que afirma su vida, concibiéndola como proceso pasivo para él aun cuando sensitivo (en ambas acepciones del vocablo). El error de Feüerbach residía precisamente en que incluso al hombre lo una subjetividad peculiar. El hombre crea él mismo las condiciones, de su existencia y no las encuentra preparadas en la naturaleza. Pero, incluso abstrayéndonos de esta propiedad de la vida humana, es decir, hablando de la vida en su forma más general, debemos mantener el punto de vista del reconocimiento de la actividad del sujeto. Para todo ser vivo el objeto es no solo aquello en relación con lo cual se manifiesta una u otra propiedad; sino
Para el sol la planta verde es objeto en el que se manifiesta su fuerza vivificante, pero la planta no afirma, prácticamente no determina el ser del 51 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
sol y este no tiende hacia la planta. Para esta última el sol no solo es el objeto que manifiesta la propiedad del vegetal de asimilar el anhídrido carbónico mediante la utilización de la energía de los rayos solares, sino que supone también la primerísimo condición de su vida, supone el objeto hacia el que tiende de manera activa. La planta dobla su tallo hacia el sol, tiende sus ramas, vuelve a él la superficie de sus hojas. Estos movimientos no solo son resultado inmediato de la acción de los rayos solares. Son determinados por el estado general de la planta condicionados también por otros procesos vitales: ante determinadas condiciones internas las ramas de la planta bajo la influencia del sol se inclinan y las hojas se pliegan; el opuesta al sol. De este modo, el cambio de relación señalado más arriba del proceso de interacción con la existencia de los cuerpos actuantes, que se observa en el tránsito a la materia viva, encuentra, por otra parte su expresión en el cambio de relación del sujeto hacia su objeto. Esta relación tampoco es inmutable, sino que se encuentra en desarrollo. Es distinta para el mundo inorgánico y para el orgánico; también difiere en los animales y en el hombre. Por esto, al examinar los procesos que mantienen la relación peculiar entre el sujeto y la realidad objetiva que lo rodea es necesario distinguirlos de otros procesos. Así, por ejemplo, un alga unicelular introducida en una solución bastante concentrada de ácido perece inmediatamente; pero podemos suponer que en este caso el organismo no manifieste ninguna reacción activa hacia la sustancia que actúa sobre ella. La acción, por lo tanto, será objetivamente negativa, destructora para el organismo; pero desde el punto de vista de la reactividad del propio organismo puede ser neutral. El caso es distinto si actuamos de modo similar, por ejemplo, sobre la ameba; mientras aumenta la cantidad de ácido en el agua que la rodea, la ameba recoge sus pseudópodos, adquiere forma esférica, etcétera, es decir, manifiesta determinada reacción activa. Son similares por ejemplo, la secreción de mucosidad por algunos animales inferiores, la reacción motriz del infusorio, etcétera. O sea, la acción objetiva negativa es negativa también con relación a la actividad provocada en el organismo. A pesar de que en ambos casos el resultado puede ser el mismo, los propios procesos son profundamente distintos. Una diferencia idéntica, existe también en la relación de los organismos con las influencias objetivamente positivas. Es necesario señalar esta diferencia porque a pesar de la evidencia, no siempre es tenida en cuenta. Precisamente a ello se debe la aparición de teorías mecanicistas extremas, para las cuales el hecho de que, sometiéndose a la 52 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ley de gravedad, el organismo se desplaza hacia el centro de la tierra y el de que tiende activamente hacia el alimento, son hechos univalentes en principio. Los procesos específicos que ejecutan una u otra relación vital, es decir, activa, entre el sujeto y la realidad, a diferencia de otros, los llamaremos procesos de actividad. Correspondientemente limitaremos también el concepto de objeto. Comúnmente este concepto posee doble acepción: una más amplia, como (en alemán, gegenstand ), que se resiste (en latín, objectum ), como aquello a lo que está dirigido el acto (en ruso, predmet ); es decir, como algo hacia lo que se relaciona precisamente el ser vivo , como objeto de su actividad , independientemente de que esta sea interna o externa (por ejemplo, objeto de alimentación, objeto de trabajo, objeto de meditación, etcétera.). En adelante utilizaremos el término objeto en este sentido más estrecho, especial. Toda actividad del organismo está encaminada a uno u otro objeto; es imposible la actividad desobjetivada. Por ello, el estudio de la actividad exige ante todo diferenciar aquello que es su verdadero objeto, el objeto de la relación activa del organismo. Así, por ejemplo, todos los animales inferiores que se alimentan por ósmosis (algunas larvas que viven en el agua, los copépodos, todos los tunicados y otros) son capaces de cambiar su actividad de acuerdo con los cambios en el medio acuático que los rodea; además, en algunos casos se puede afirmar con seguridad que determinado cambio en la actividad del organismo está ligado de modo peculiar con determinada propiedad influyente del medio, por ejemplo, con la mayor o menor concentración de sustancias nutritivas. Pero supongamos que artificialmente cambiamos el medio de una dafnia, introduciéndola en agua carente del plancton con que se nutre, pero que contenga cierta sustancia inorgánica neutral; supongamos también que el animal reaccione debilitando los movimientos que crea la corriente de agua en su ranura abdominal. ¿El debilitamiento de los movimientos de ósmosis que observamos responde a la ausencia del plancton, o al contrario, responde a la presencia de sustancias no asimilables en el agua, o, por último, depende de factores no considerados por nosotros? Solo sabiendo responder a esta pregunta podemos juzgar acerca de qué propiedad concreta del medio es el objeto de la actividad de la dafnia, es decir, con qué género de relación tratamos. fundamental del proceso vital es la actividad del organismo; las distintas actividades ejecutoras de las variadas relaciones 53 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
vitales del organismo con el medio circundante se determinan esencialmente por su objeto; por ello distinguirnos los distintos tipos de actividad partiendo de las diferencias de sus objetos . 2
La particularidad principal del proceso de interacción de los organismos vivos con el medio que les rodea consiste, como lo hemos visto, en que toda respuesta (reacción) del organismo a la influencia externa es un proceso activo, es decir, transcurre a expensas de la energía del propio organismo. La propiedad de los organismos de entrar en estado de actividad bajo la acción de las influencias del medio, es decir, la propiedad de irritabilidad, es propiedad fundamental de toda materia viva, es condición necesaria del intercambio de sustancias y, por lo tanto, de la propia vida. ¿Qué supone, pues, el proceso de la vida en sus formas más elementales, iniciales? De acuerdo con las concepciones científicas actuales los primeros organismos viables eran cuerpos protoplasmáticos suspendidos en el medio acuático, el cual posee ciertas propiedades que hacen posible la forma más simple de intercambió de sustancias y la estructura más elemental de los propios organismos: homogeneidad, capacidad de disolver sustancias necesarias para el mantenimiento de la vida elemental, resistencia al calor, etcétera. Por otra parte, los propios organismos primitivos disponen también de propiedades que les aseguran la posibilidad de la interacción más simple con el medio. Así, en los primeros organismos es necesario suponer que obtenían las sustancias nutritivas por absorción directa del agua que les rodeaba; su actividad, por lo tanto, se expresaba únicamente en forma de movimientos internos que hacía posibles los procesos de transformación intermedia (A. P. Oparin). Pero esto significa que en condiciones normales también los procesos desasimilativos de estos organismos transcurren únicamente en relación con influencias, capaces por sí mismas de determinar conservación de la vida. De este modo, para que la vida en su forma más simple pueda realizarse, es necesario y suficiente que el cuerpo vivo sea irritable por sustancias o formas de energía que como resultado de una serie de transformaciones consecutivas dentro del organismo, puedan conducir al proceso de asimilación 54 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
capaz de compensar la desintegración (desasimilación) de la sustancia propia del organismo a expensas de la cual transcurre la reacción provocada por estas mismas influencias. Expresándonos en otros términos, para que la vida del cuerpo protoplas pueda realizarse, es necesario que ese cuerpo pueda asimilar del medio circundante la sustancia o energía correspondiente. Pero el proceso de asimilación solo es posible como resultado de la actividad del propio organismo. No importa el que esta actividad del organismo transcurra bajo la forma de movimiento exclusivamente interno o incluya también elementos externos, pero debe transcurrir y transcurre siempre a expensas de la disgregación parcial y de la caída del potencial energético de las partículas que lo constituyen, es decir, a expensas de la desasimilación. Cada vez que encontramos alguna influencia externa que dé lugar a la asimilación, encontramos también cierta desasimilación ligada a la actividad del organismo, provocada por esa influencia. Si en este caso la asimilación supera al proceso inverso, observaremos el fenómeno de crecimiento y después de cierto límite, el de reproducción. Si, por el contrario, la desasimilación no es compensada por la asimilación, observaremos la desintegración del organismo, puesto, que la insuficiencia de sustancias asimiladas procedentes del exterior será cubierta a expensas del proceso de ¿Podemos admitir como necesarios para la vida elemental aquellos géneros de actividad durante los cuales el consumo energético del organismo, relacionado con procesos provocados por una u otras influencias, en ninguno de los casos puede ser recuperado a expensas de la propiedad (sustancia o energía) influyente? Claro que no. Es más, para las condiciones de la vida elemental no podemos considerar esa actividad en ningún grado de posibilidad estable. De este modo, podemos llegar al siguiente señalamiento, de suma importancia para nosotros: para la realización de la vida en su forma más simple es suficiente que el organismo responda con procesos activos únicamente a las influencias capaces de determinar (positiva o negativamente) al proceso de conservación de su vida. Es también evidente que los organismos viables más simples carecen de órganos especializados de absorción y locomoción. En cuanto a sus funciones, la función general fundamental esencialmente necesaria es aquella que podríamos llamar irritabilidad simple, que se expresa en la capacidad 55 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
del organismo de responder con procesos peculiares a una u otra acción vitalmente significativa. Esta forma de interacción de los organismos más simples con el medio no se mantiene inmutable en el desarrollo ulterior. El proceso de evolución biológica que transcurre bajo la forma de lucha continua entre la herencia y la adaptación, se expresa en la creciente complicación de los procesos que realizan el intercambio de sustancias entre el organismo y el medio. Estos procesos se complican particularmente en el sentido de que los organismos más desarrollados pueden mantener su vida mediante la asimilación de un mayor número de sustancias y formas de energía. Surgen complejas cadenas de procesos que mantienen la vida de los organismos y variedades de irritabilidad ligadas entre sí, especializadas en cuanto a las correspondientes influencias externas. Pero el desarrollo de la actividad vital de los organismos no se reduce a esta complicación eminentemente cuantitativa. Durante la evolución progresiva, sobre la base de la complicación de los procesos de intercambio de sustancias, cambia también el tipo general de la interacción de los organismos con el medio. La actividad de los organismos cambia cualitativamente: surge una forma cualitativamente nueva de interacción, una forma de vida cualitativamente nueva. El análisis del estado de cosas real muestra que durante el desarrollo ulterior la irritabilidad evoluciona no solo en el sentido de que para la conservación de su vida los organismos se capacitan para la asimilación de una creciente cantidad de fuentes y propiedades del medio, sino también en el sentido de que los organismos se hacen irritables en cuanto a influencias que , por sí mismas, no pueden, ni positiva ni negativamente, determinar su actividad asimilativa, el intercambio de sustancias con el medio externo. Así, por ejemplo, la rana orienta su cuerpo en la dirección del tenue susurro que le llega; por lo tanto, es irritable en cuanto a este factor. Pero la energía de ese sonido que actúa sobre su organismo, en ninguno de los grados de su transformación en el organismo, se asimila por este ni participa, en general, directamente en la actividad asimilativa. Dicho de otra manera, esta acción, por sí misma no puede contribuir a la conservación de la vida del organismo; por el contrario, provoca únicamente la desasimilación de su sustancia. ¿En qué consiste en este caso el papel vital, biológico, de la irritabilidad del organismo en cuanto a las influencias de este género? 56 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Consiste en que al responder con determinados procesos a estas acciones carentes de significación vital inmediatas, el animal se aproxima a la posibilidad de asimilar la sustancia o energía necesaria para la conservación de su vida, (por ejemplo, a la posibilidad de atrapar y engullir el insecto que se mueve en la hierba, la sustancia que le sirve de alimento). La nueva forma de irritabilidad, propia de animales más organizados, desempeña por lo tanto, un papel biológico positivo por el hecho de que mediatiza la actividad del organismo encaminada a conservar la vida. Esquemáticamente, este cambió de forma de interacción de los organismos con el medio puede ser expresado así: en determinada etapa de la evolución biológica el organismo entra en relaciones activas también con influencias (denominémoslas del tipo alfa) cuyo papel biológico está determinado por su conexión estable con influencias de inmediata significación biológica (denominemos a estas últimas como tipo beta). Dicho en otras palabras, surge una actividad cuya particularidad específica reside en que su objeto se determina, no por su propia relación con la vida del organismo, sino por su relación objetiva con otras propiedades, con otras influencias, es decir, por la relación alfa-beta. ¿Qué significa este cambio en la forma de vida desde el punto de vista de las funciones del organismo y de la constitución de este? Es evidente que el organismo debe manifestar ahora dos géneros de procesos de irritabilidad: por una parte, irritabilidad en cuanto a acciones inmediatamente necesarias para la conservación, de la vida (beta); por otra, irritabilidad manifestada también en cuanto a las propiedades del medio que no están ligadas de manera inmediata con la conservación de la vida (alfa). que relaciona al organismo con las propiedades del medio que, aún actuando no se le atribuyó durante largo tiempo ninguna significación importante. I. P. Pavlov fue el primero en distinguirla. Entre los autores extranjeros solo C. M. Child señaló con suficiente claridad la significación de principio de este hecho; es cierto que al autor le interesaba otro aspecto de la cuestión, en cierto modo distinto del que tratamos, pero de todas formas el hecho fue subrayado especialmente por él. En cuanto al punto de vista de nuestro problema este hecho es verdaderamente decisivo.
La primera y fundamental admisión de nuestra hipótesis consiste precisamente en que la función de los procesos que mediatizan la actividad del organismo encaminada a la conservación de su vida no es sino la función de sensibilidad, es decir, la capacidad de sensación. 57 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Por otra parte, aquellos órganos, provisionales o permanentes, que realizan los procesos de relacionar el organismo con las acciones ligadas objetivamente a las influencias necesarias para la conservación de la vida, pero incapacitadas para realizar esta función por sí mismas, no son otra cosa que los órganos de la sensibilidad. Por fin, aquellos procesos específicos del organismo que surgen como resultado de la realización de la forma de irritabilidad que hemos llamado sensibilidad, son los procesos que forman la base de los fenómenos de la sensación. Así que podemos definir previamente la sensibilidad del siguiente modo: la sensibilidad (capacidad de sensación) genéticamente no es sino la irritabilidad hacia las acciones del medio que vinculan al organismo con otras acciones, es decir, que orientan al organismo en el medio, cumpliendo una función de señal. La necesidad del surgimiento de esta forma de irritabilidad reside en que la misma mediatiza las fundamentales funciones vitales del organismo, que transcurren en condiciones más complejas del medio. Los procesos de sensibilidad pueden surgir y conservarse durante la evolución biológica únicamente en el caso de que sean provocados por propiedades del medio objetivamente vinculadas con propiedades de significación biológica inmediata para el animal; en el caso contrario, nada justi ju stific ficaa biológ bio lógica icamen mente te su exist exi stenci enciaa y deberán deb erán cambia cam biarr o desapar des aparecer ecer.. Necesariamente, por lo tanto, deben corresponder a las propiedades objetivas del medio y reflejarlas adecuadamente en sus correspondientes nexos. Así, en nuestro ejemplo de la rana, los procesos provocados por el susurro reflejan las particularidades de determinado sonido en su relación permanente con el movimiento de los insectos que le sirven de alimento. Inicialmente la sensibilidad de los animales es, por lo visto, poco diferenciada. Pero su desarrollo necesariamente conduce a que más influencias son diferenciadas con mayor exactitud (por ejemplo, el susurro se distingue de todos los demás sonidos); de tal forma que las propiedades actuantes del medio provocan en el animal procesos que reflejan estas acciones a diferencia de otras acciones, en su peculiaridad cualitativa, en su especificidad. La sensibilidad no diferenciada se transforma en sensibilidad cada vez más diferenciada, surgen las sensaciones diferenciadas. ¿Cómo tiene lugar el paso de la irritabilidad, propia de todo cuerpo vivo, a la sensibilidad primaria y después a las sensaciones diferenciadas, que son propiedad de grados significativamente más desarrollados de la materia? Recordemos que los procesos que realizan el intercambio de sustancias se complican durante el desarrollo biológico en el sentido de que para la realización de la asimilación de sustancias del medio externo se hace 58 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
necesaria la acción de toda una serie de sustancias y formas de energía sobre el organismo. Además, algunos de los procesos provocados por estas distintas acciones son, interdependientes y se condicionan mutuamente; ellos constituyen un proceso único y complejo de intercambio de sustancias entre el organismo y el medio. Por ello, podemos suponer que, algunas de estas acciones necesarias para la vida del organismo, naturalmente, intervienen a la vez como acciones que provocan y encauzan los procesos que relacionan el organismo con otras influencias, es decir, comienzan a realizar una doble función. En el curso de la evolución ulterior, en relación con el cambio del medio de las fuentes de alimentación y del cambio correspondiente de la constitución de los propios organismos, el papel autónomo de algunas de estas acciones antes significativas por sí mismas, se convierte en secundario o incluso desaparece por completo, mientras que se conserva su influencia sobre los procesos que vinculan al organismo con las propiedades del medio de las que depende de manera inmediata la vida. Por lo tanto, ahora se transforman en acciones que únicamente mediatizan la realización de las funciones fundamentales y vitales del organismo. Correspondientemente, también los órganos transformadores que antes cumplían la función de intercambio externo de sustancias, pierden ahora esa función, pero su irritabilidad se conserva, por lo que se transforman en órganos de sensibilidad. Es decir, que solo partiendo del análisis del papel que cumplen los procesos vinculados a ellos, se puede juzgar acerca de si determinado órgano de los animales inferiores poseen órgano de intercambio, externo u órgano de sensibilidad. Por ejemplo, algunas plantas verdes poseen células que recogen los rayos de luz en los lugares de concentración de los cloroplastos (las así llamadas células de Haberlant). ¿Pero son ellas órganos de sensibilidad? Como se sabe, las plantas verdes asimilan la energía de los rayos solares a expensas de la cual transcurre la síntesis de sustancias que llegan del mundo exterior a la planta. Supongamos que los órganos examinados realmente son órganos en los cuales se efectúa determinada etapa de la transformación de la energía de la luz. Pero, como resultado de la cadena compleja ulterior de procesos, esa acción conduce a la formación o restauración de la sustancia de la planta. Estas células, por lo tanto, son órganos de intercambio externo de sustancias. Es distinta la situación cuando el órgano irritable por la acción de la luz, da lugar únicamente a transformaciones de la energía actuante que, por sí misma, no conducen a la conservación de la vida, sino que solo relacionan 59 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
el organismo con otras influencias, es decir, mediatizan su relación con ella. Así son por ejemplo, los órganos de transformación de la luz en los la sensibilidad lumínica de sensación lumínica. O sea, que el paso de la irritabilidad primaria a aquella forma peculiar que llamamos sensibilidad transcurre sobre la base del proceso de complicación y ampliación y, por otra parte, de la reducción de las funciones de los órganos que conducen a su especialización en calidad de órganos de la sensibilidad. ¿Cuál es la condición principal gracias a la cual surge en los animales sensibilidad y se desarrollan los órganos especializados de la misma, los órganos de las sensaciones? Se puede suponer que la condición principal, decisiva para el surgimiento de la sensibilidad es el paso de la vida en un medio homogéneo a la vida en un medio más complejo de objetos discretos, el paso de las fuentes de vida no estructuradas como cosas, a las estructuradas. Al hablar de las fuentes de vida no estructuradas como cosas concebimos las fuentes que mantienen la existencia de los organismos, como, por ejemplo, las sustancias químicas disueltas en el medio acuático en el que vive el organismo, la energía solar o térmica. El rasgo peculiar de semejantes fuentes de vida de los organismos consiste en que estas fuentes representan propiedades del medio capaces de provocar en el organismo unos u otros procesos activos mediante la acción directa, inmediata sobre él. Al contrario del medio estructurado por cosas, las fuentes de vida estructuradas como cosas intervienen ante el organismo no solo con sus propiedades capaces de ejercer sobre él una u otra acción biológica, sino también con propiedades vinculadas a otras, como por ejemplo, la forma, el color, etcétera, que siendo biológicamente neutrales, a la vez mediatizan objetivamente las propiedades esenciales para la vida de determinada sustancia estructurada. El cuerpo estructurado, antes de influir sobre el organismo con sus propiedades químicas, por ejemplo, como sustancia alimenticia, influye sobre él con otras propiedades suyas, como cuerpo poseedor de volumen, elasticidad, etcétera. Ello crea la necesidad objetiva del surgimiento de relaciones mediatizadas con el medio por parte de los mismos animales. El paso a la existencia en condiciones de medio complejo estructurado por cosas se expresa por ellos en que la adaptación de los organismos a él adquiere una forma cualitativamente distinta, vinculada al reflejo de las propiedades de la realidad objetiva constituida por cosas. Lo dicho puede expresarse de la siguiente forma: el surgimiento de la sensación está vinculado al paso de los organismos del medio homogéneo, 60 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
objetos discretos. Ahora, la adaptación de los organismos, que siempre representa un reflejo peculiar de la realidad por ellos, adquiere también la forma de reflejo de las propiedades actuantes del medio en sus nexos y relaciones objetivas . Esta es precisamente la peculiaridad de la forma siempre posee una serie de propiedades interrelacionadas; en este sentido
De este modo, en determinada etapa del desarrollo biológico, el antes único proceso complejo de interacción que realizaba la vida del organismo, parece bifurcarse. Unas acciones del mundo externo intervienen para el organismo, como determinantes (positiva o negativamente) de su propia existencia; otras, como estimuladoras y orientadoras de su actividad. Correspondientemente se bifurca la misma actividad mental. Por una parte se diferencian los procesos con los que se relaciona de manera inmediata el mantenimiento y conservación de la vida. Estos constituyen la forma primera, inicial, de actividad vital de los organismos. En su base encontramos los fenómenos de la irritabilidad primaria de los organismos. Por otra parte, se diferencian los procesos que no son directamente portadores de la función de mantenimiento de la vida y que solo mediatizan la relación del organismo con aquellas propiedades del medio de las que depende su existencia. Estos constituyen la forma especial de actividad vital sobre cuya base se forma la sensibilidad de los organismos, el reflejo psíquico de las propiedades del medio externo. (Esta hipótesis acerca del origen y la naturaleza de la sensibilidad fue elaborada conjuntamente por el autor y A. V. Zaporozhets en 1936). Los procesos que constituyen ambas formas de actividad vital de los organismos se encuentran en compleja correlación dinámica de modo que entre ellas es posible el surgimiento de contradicción. Recurramos a un ejemplo. Si ante un sapo comenzamos a mover un pequeño papel blanco que cuelgue de un cabello, el animal intenta atraparlo, es decir, que reacciona al movimiento visualmente percibido igualmente que al movimiento de la mariposa. La acción del papel en movimiento, que es fuente de los rayos de luz reflejados, estimula al animal a la acción. Esta actividad está ligada a la sensibilidad. Hagamos de tal forma que el sapo no pueda atrapar el papel, situando, por ejemplo, un vidrio entre este y el animal (el sapo no distingue visualmente el obstáculo). Resulta que en estas condiciones los intentos por alcanzar el papel continúan bastante tiempo y 61 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
solo más tarde cesan gradualmente. Esto se explica porque en condiciones normales de existencia esta acción se encuentra relacionada con suficiente constancia a otras propiedades que poseen las mariposas que sirven de alimento al sapo, es decir, con propiedades que hacen posible la realización de procesos que constituyen la base de su actividad vital, de aquellos de los que de manera inmediata depende la existencia del animal. (En este ejemplo ha sido utilizado un hecho de investigación experimental descrito por Boijtendek.) Las observaciones alegadas muestran que aquellas propiedades con relación a las cuales el animal es sensible y cuya acción estimula los procesos que constituyen la primera forma de actividad vital, pueden diferenciarse de las propiedades con las que está relacionada su segunda forma. Por ejemplo, el color de la sustancia puede ser separado de sus propiedades nutritivas. Correspondientemente se separan los propios procesos que constituyen el contenido de la primera forma de actividad vital en los animales de aquellos que constituyen el contenido de la segunda forma. Se debe señalar que, en general, si unos y otros procesos (y los agentes que los provocan) pueden ser separados de los procesos (y agentes) que de modo inmediato realizan la función de mantenimiento de la vida, esto significa que están vinculados a los fenómenos de la sensibilidad; si la separación es imposible, quiere decir que la base de esos procesos la constituye la irritabilidad inicial del organismo. La posibilidad de separación de estos procesos constituye precisamente la posibilidad de no correspondencia entre ellos, crea una nueva contradicción en la actividad vital del organismo en su conjunto. Volvamos al citado ejemplo del sapo. La actividad provocada por nuestra acción, como toda actividad del organismo vivo, transcurre a expensas de la desasimilación. En condiciones normales conduce a la aprehensión, engullimiento y asimilación de parte de la sustancia del insecto. El cuadro es distinto en el ejemplo descrito por nosotros. El papel atrapado no puede ser asimilado ni tampoco puede, por lo tanto, conducir, ni directa ni indirectamente, a la reconstitución de la sustancia desasimilada en el proceso de actividad procedente. Dicho en otros términos, la actividad del animal, encaminada en su conjunto al mantenimiento de su vida, conduce en estas condiciones al resultado opuesto, al agotamiento del organismo y, en el caso de que esta correlación de procesos se conserve en la actividad futura del animal, a su muerte. 62 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
¿Cómo se puede solucionar esta contradicción? Únicamente de modo natural; precisamente por la vía del cambio y la transformación de los, procesos que constituyen la primera forma de actividad vital del animal. Así, si continuamos la experiencia con el sapo y le permitimos atrapar el papel, lo expulsará de la boca e inmediatamente cesarán los ulteriores intentos de atraparlo. Pero si seguidamente le presentamos una mariposa verdadera, reanudará sus intentos. Como resultado de la múltiple repetición de estas experiencias, terminará por atrapar solo a las verdaderas mariposas y aparentemente dejará de fijarse en el papel que se mueve. Esto significa que su reflejo de las propiedades actuantes que estimulan la actividad (la forma, el color, el carácter del movimiento) se ha diferenciado más. Así que la característica esencial de la actividad relacionada con la sensibilidad, con la capacidad de sensación, es la no coincidencia, por una parte, de aquellas propiedades del medio que son reflejadas y estimulan la actividad del animal, por otra parte, de aquellas propiedades del medio que actuando sobre el animal como resultado de determinada acción de este, El desarrollo de esta no coincidencia en el proceso de adaptación de los animales a un medio de propiedades inestables y más variadas conduce a la ulterior complicación de su reflejo de la realidad exterior circundante, al ulterior desarrollo de su psiquis. 3
Para solucionar la cuestión de la génesis del psiquismo inicial nosotros no seguimos la vía del estudio de las funciones y órganos tomados por separado, sino que tomamos la del análisis y caracterización de formas íntegras de vida. Encontramos que existen, dos formas fundamentales cualitativamente distintas de vida. Una de ellas, la más simple, podría ser denominada como vida pre-psíquica. La otra es la vida vinculada al reflejo de las propiedades de la realidad en sus nexos y relaciones objetivas, la vida mediatizada por la sensación. El paso a esta forma de vida, evidentemente, no es nada más que el paso de la actividad pre-psíquica, es decir no mediatizada por el reflejo de la realidad de los objetos, a la actividad mediatizada por el reflejo de la realidad de los objetos, a la actividad mediatizada por el reflejo psíquico. 63 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
De este modo, la psiquis, la actividad psíquica interviene no como algo que se agrega a la vida, sino como forma peculiar de manifestación de la vida, que surge necesariamente en el transcurso de su desarrollo. Claro que la solución del problema del surgimiento de la psiquis que señalamos es solo una suposición científica previa. Por ello debemos detenernos en el análisis especial de esa suposición para comprender con claridad en qué medida es ello probable tanto desde el punto de vista teórico como desde el de los hechos. Ante todo, examinemos la hipótesis desde el punto de vista de la solución de principio del problema de la génesis del reflejo psíquico. Lo primero que se deduce de la comprensión del proceso de la vida expuesta más arriba es el hecho de que todo cambio sufrido por el organismo en el proceso de su interacción con el medio es un cambio plástico, independientemente de que sean cambios de algunas de sus micelas o de formaciones estructuradas íntegras. Quiere decir que por una parte, los estados del organismo que reflejan las acciones externas en nada difieren en principio de aquellas que reflejan también las acciones externas de los estados propios de los cuerpos inorgánicos. La verdadera diferencia entre estos estados de los cuerpos orgánicos e inorgánicos se nos manifiesta por otra parte. En contraposición a lo que observamos en el mundo de las relaciones inorgánicas, para el organismo vivo la condición necesaria para que se dé el cambio bajo la influencia de una y otra acción consiste en que en relación con esta el propio organismo realice determinada actividad (aunque sea en forma de movimientos internos), la capacidad de esta actividad es precisamente la propiedad de irritabilidad. O sea, que el resultado de la acción sobre el organismo se determina no solo por la propiedad actuante, sino que también es determinada de manera esencial por los procesos del propio organismo, que son respuestas especializadas de este a la acción. La influencia de los rayos solares siempre se refleja de una u otra forma en la planta verde. Pero la planta sometida a la acción de un mismo grado de iluminación, puede comportarse de manera completamente distinta. La iluminación de la planta tendrá como resultado la transformación de la correspondiente combinación en una estructura inorgánica más tensa únicamente si el estado de su transformador clorofílico es tal, que los procesos de transformaciones de la energía solar actuante pueden realizarse normalmente, si además es posible el proceso de asimilación del anhídrido carbónico y la formación de esa combinación compleja. En el caso contrario, la acción de la iluminación se reflejará en la planta de manera completamente distinta y se reducirá en parte al mero calentamiento de la célula, a una serie de otros cambios accesorios. 64 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
O sea, que, a diferencia de los fenómenos de reflejo en el mundo inorgánico, el reflejo de distintas acciones por el organismo vivo necesariamente se mediatiza por la actividad del propio organismo. Nunca es, por lo tanto, un proceso pasivo. Además es necesario subrayar que al establecer la dependencia del resultado de la acción exterior sobre el organismo de los estados y procesos ligados a él, nosotros descubrimos solo un aspecto de la correlación existente y nos desplazamos además en dirección opuesta a la dependencia genética real, a la dependencia en que se encuentran los propios estados y procesos del organismo de las acciones repetidas que el medio externo ejerce sobre él. Pero precisamente esta dependencia, que expresa la propiedad de los organismos que llamamos propiedad de adaptación se encuentra en la base de la dependencia inversa señalada ya. Por consiguiente, dado que los cambios de constitución, estados y procesos del cuerpo vivo, y por lo tanto, también los cambios en su actividad, están determinados por acciones externas, podemos decir que ya su propia organización y su actividad son reflejas de las propiedades objetivas del medio circundante. acciones externas en el proceso de su actividad encaminada a mantener la vida; en virtud de ello el propio proceso de su cambio, que refleja las propiedades objetivas del medió circundante, es también proceso, ligado a la propia existencia del cuerpo vivo, que constituye la condición no puede desarrollar su vida, no puede vivir.
Entre la propiedad similar a la sensación, la propiedad de reflejo inherente a toda la materia incluyendo la inorgánica y la sensación como forma elemental de reflejo psíquico hay un largo camino de desarrollo. Ya en el paso al mundo orgánico surge una forma de reflejo cualitativamente nueva, más elevada y más compleja. Pero esta nueva forma de reflejo es superior no en el sentido en que la imagen reflejada en un espejo es más exacta que la reflejada en el arroyo o en el que la huella tallada en la roca es más sólida que la huella dejada en la arcilla. El desarrollo que sufre el reflejo durante el paso a la materia viva se expresa en que inicialmente pierde el carácter de impresión inmediata que encontramos en algunos casos de reflejo en el mundo inorgánico. Pero pierde también a la vez su carácter pasivo y casual. Por primera vez aparece como condición necesaria de la existencia misma 65 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
del cuerpo. Lo principal reside en que se hace susceptible al cambio cualitativo ulterior y a la especialización que transcurre a la par con el cambio y especialización de los procesos vitales a los que ahora se encuentra internamente ligado. Por ello es capaz de readquirir durante su desarrollo por cierto, diríamos que ahora se parece más al reflejo en aquel espejo del cuento en el que se podía ver no solo lo que ocurría ante él, sino todo el mundo real, incluso aquellos reflejos cuyos rayos nunca cayeron de manera inmediata sobre la superficie del espejo. El cambio del proceso de reflejo al pasar a la materia viva, sensible, reside precisamente en que si en el caso de los procesos de intercambió directo, inmediatos, los estados dinámicos por los que pasa el organismo se determinan solo por la relación entre la propiedad variante y el organismo, en el caso de los procesos mediatizados vitales los estados vinculados a ellos, aunque pertenecen al sujeto, están determinados por la correlación objetiva de las propiedades del medio que mediatizan esos procesos. Precisamente por ello estas relaciones se objetivizan y adquieren el carácter de reflejo subjetivo de las propiedades objetivas de la realidad externa. Determinada propiedad puede intervenir como objetiva para el sujeto precisamente solo con relación a otra propiedad también objetiva y no como inmediata al sujeto mismo. Para que a la vez sea reflejada por el sujeto también como objetivas es necesario que ambas relaciones estén representadas en unidad. Por primera vez la unidad de estas relaciones la encontramos en aquella forma de vida que se realiza a través de la actividad del sujeto, mediatizada por los nexos objetivos de las propiedades de la realidad. De acuerdo con la hipótesis que desarrollamos, esto es precisamente la vida vinculada internamente al tipo superior de reflejo, al reflejo psíquico cuya forma elemental la constituyen los fenómenos de sensibilidad más simple. El carácter contradictorio de la unidad concreta de estas relaciones es lo que crea la necesidad del desarrollo ulterior, la necesidad de un reflejo cada vez más justo y profundo de la realidad circundante por el sujeto. Así, desde el punto de vista de la hipótesis que desarrollamos, la sensibilidad como forma embrionaria del desarrollo psíquico surge durante el desarrollo de la irritabilidad simple inherente a todo cuerpo viable, incluso a los más simples. Tampoco podemos dejar de señalar que la hipótesis desarrollada por nosotros rechaza la entrada a todo intento de abordar la sensación desde 66 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
comprensión metafísica de la dependencia existente entre la sensación y la constitución de los órganos de la sensación en el sujeto. De esta hipótesis se desprende ante otro principio, al que podríamos llamar principio del el propio desarrollo y la especialización de los órganos de la sensibilidad están determinados por la necesidad del reflejo correcto de aquella realidad de objetos con la que el organismo entra en relaciones cada vez más complejas. ¿Queda también en vigor para los grados superiores de desarrollo la posición según la cual los fenómenos de la sensibilidad caracterizan los procesos provocados únicamente por influencias que tienen carácter de señal, por influencias que mediatizan su relación con otras? A primera vista, de manera superficial, puede parecer que existan hechos que contradigan lo expuesto. Así, por ejemplo, nuestra relación con el alimento es la relación vital fundamental, pero a la vez poseemos una sensibilidad variada hacia él. Claro que en realidad este hecho, como muchos otros del mismo género, nada dice contra nuestra posición fundamental. Al contrario, antes la confirma. Si meditamos sobre el hecho, resulta fácil comprender que las propiedades concretas de las sustancias nutritivas que provocan en nosotros ningún modo son idénticas a las propiedades que permiten a la sustancia satisfacer la necesidad del alimento. Podemos artificialmente dotar de estas meramente nutritivas de determinada sustancia, a otra sustancia cualquiera no nutritiva y, al contrario, dotar a la sustancia nutritiva de propiedades generalmente ajenas a los alimentos. Un análisis más detallado de los fenómenos relacionados con las etapas superiores de desarrollo, muestra que también en este caso las influencias que provocan sensaciones, son influencias que orientan al organismo en el medio, es decir, mediatizan las relaciones del organismo con otras propiedades objetivamente ligadas a ellas. Por el contrario, en cuanto a las relaciones con influencias que nunca realizan la función de orientación, no podemos señalar el fenómeno de sensación de sensibilidad. Así, por ejemplo, como se sabe, estamos completamente privados de sensibilidad inmediata hacia el oxígeno, aunque su presencia en el aire es para nosotros la primera condición de vida. Esto se comprende. Precisamente sobre la base de su peculiar significación para el mantenimiento de la vida, nunca puede estar en estado de cumplir la función de mediatización, de señal. En cierto modo es distinta la cuestión de la influencia de la energía de los rayos. Es sabido que la influencia de determinadas frecuencias de rayos es 67 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
necesaria para el desarrollo de los animales superiores, de tal manera que los cachorros perecen si se les priva por completo de los rayos solares. O sea, que en los animales superiores esta forma de energía actuante provoca procesos biológicos activos directamente necesarios para el mantenimiento de la vida. Por otra parte, los animales, son a la vez sensibles a los rayos de la luz solar (aunque generalmente no lo sean a la parte ultravioleta del espectro). En ellos se desarrollan órganos especiales perfectos de sensibilidad una doble relación hacia una misma influencia, lo que corresponde a la doble forma de irritabilidad hacia esa influencia. Al enfocar el problema de la sensibilidad en los grados más elevados de desarrollo de la vida, debe tenerse también en cuenta otra circunstancia. Esta reside en que durante el desarrollo de los organismos su relación con las acciones de las propiedades del medio que determinan de manera inmediata los procesos asimilativos, por lo general, no adoptan una forma directa lo que se debe a la división que surge entre el así llamado medio interno del organismo y el medio externo. Por ello, las múltiples relaciones que en los animales superiores unen entre sí los medios externos e internos son relaciones que mediatizan los procesos fundamentales (asimilación) de la vida del organismo, y, por lo tanto, deben estar ligados con los fenómenos de sensibilidad que cada vez se hacen más variados y especializados. Claro que durante el desarrollo los fenómenos de la sensibilidad cambian no solo cuantitativa, sino también cualitativamente. Por eso, aquella sensibilidad primitiva, propia de los animales inferiores, es completamente distinta de las formas de sensibilidad que encontramos en los animales superiores y en el hombre. Ya el solo hecho del desarrollo de la interocepción y la propiocepción nos obliga a determinar de manera radicalmente distinta la sensibilidad en los grados superiores de la evolución. Como la suerte de toda suposición científica que es resultado de un análisis exclusivamente teórico, la suerte de nuestra hipótesis se determina por la medida en que puede servir de base a la investigación experimental que es la que puede refutarla o concretizarla y desarrollarla. Mientras tanto, debernos aceptarla como un primer intento, que prepara la posibilidad de penetrar con la investigación concreta en este problema, todavía misterioso y oscuro, puesto que en cuanto a semejantes problemas no tenemos derecho a negarnos incluso las hipótesis explicativas más previas, aun cuando en un principio se encuentran muy alejadas de aquella medida de argumentación real que eleva la hipótesis al nivel de tesis científicamente fundamentada. 68 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
CONDICIONES EVOLUTIVAS Y DEL DESARROLLO QUE HICIERON POSIBLE EL SURGIMIENTO DE LA CONCIENCIA DEMETRIO CAMPA GALLARDO
La conciencia humana (que es la única que existe) se puede conceptualizar manente de la realidad objetiva y subjetiva, la cual regula, controla y dirige animales se mueven en un mundo de señales concretas. El ser humano, en cambio, utiliza un sistema de señalización abstracta y, así, se independiza de las ataduras del mundo físico, proyectándose hacia delante y hacia atrás en el tiempo para poder reflejar no solo la realidad objetiva, sino también la realidad subjetiva.
Ahora bien, ¿cómo pudo formarse este aparato psíquico tan complejo? ¿cuáles fueron las condiciones, premisas, factores, etcétera, que posibilitaron la aparición de la conciencia? Entonces, la tarea, que nos planteamos es la de determinar aquellas condiciones, premisas, factores, etcétera, que hicieron posible el surgimiento de la conciencia. Para tratar de resolver esta tarea vamos a partir de dos tesis fundamentales: 1. La existencia de componentes biológicos. 2. Componentes socio-históricos en el surgimiento y formación de la conciencia. 69 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
De acuerdo con las tesis anteriores vamos a considerar en la formación de la conciencia tres períodos fundamentales: a) Formación de las premisas biológicas, se inició hace aproximadamente entre 5 y 6 millones de años hasta hace unos 200 mil años. b) Período prehistórico de la formación de la conciencia, desde 200 mil años atrás hasta hace unos 50 mil ó 40 mil años. c) Desde este último período hasta la actualidad. Analicemos más en detalle cada una de estas, fases o etapas de la formación de la conciencia.
FORMACIÓN DE LAS PREMISAS BIOLÓGICAS Existen suficientes argumentos biológicos (aunque no hay un acuerdo generalizado) para plantearse que los actuales póngidos (chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes) y los homínidos que dieron origen al Homo sapiens, partieron de un tronco común, a los cuales se les ha denominado Hominoides, hace, como mínimo, entre 5 y 6 millones de años (algunos autores extienden este período hasta hace unos 20 millones de años, pero para el análisis que nos ocupa esto no tiene mucha trascendencia). En otras palabras, transcurrieron en este intervalo de tiempo entre 5 y 21 períodos de 70 mil generaciones que es la unidad de tiempo estimada por la biología para que, por simple mutación, se produzcan cambios en la estructura anatómica de los organismos vivientes en un 50 %. Por supuesto que este análisis no puede ser mecánico ya que como hemos visto, en otras lecturas de la presente selección, la naturaleza no produce tales cambios tan linealmente. No es por el simple paso del tiempo (aunque es una condición necesaria) que los organismos se transforman, sino por lo que ocurre en el tiempo. El tiempo es una condición necesaria, pero no es suficiente (ver el artículo que trata la actividad, el nicho ecológico y el desarrollo del sistema nervioso). Planteadas así las cosas veamos cuales fueron, hipotéticamente hablando, de los árboles y otros no lo hicieran. Muchas veces se plantea que ellos decidieron un día bajarse de las matas. Quien haya estudiado la conducta de los animales, aunque sea medianamente, rápidamente se da cuenta que ningún animal puede pasar ciertas barreras. Una de ellas es la de adelantarse en el tiempo. Los animales no tienen futuro. Siempre se mueven por alguna señal concreta, aunque muchas veces el ser humano no sea sensible a estas 70 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
señales. Por ejemplo, las abejas pueden responder a la luz ultravioleta, pero los humanos no. El límite de la audición humana está entre 20 hz y 20 Khz, sin embargo, hay animales como los gatos, los perros, los delfines, las ballenas, los murciélagos, etcétera, que son sensibles a frecuencias por encima de 20 khz y otros, como el elefante, que lo es a una frecuencia por debajo de 20 hz. Además, en el mundo animal no existe ninguna conducta que no esté relacionada con un estímulo biológico. Es decir, podemos hipotetizar que una buena parte de estos antropoides fueron obligados a vivir fuera de la vida arbórea debido a algún cataclismo geológico que los separó en dos grandes grupos: El tronco de los actuales póngidos (orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos) continuaron su vida arbórea como antes porque no fue afectado su hábitat natural. El resto de esta familia común tuvo que convivir en un medio hostil para ellos porque desaparecieron los grandes árboles que les servían de protección y alimento, debido a los cataclismos señalados anteriormente. Así, las dificultades que le presentaba el nuevo hábitat a esta rama (ver en este mismo libro, el artículo sobre actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso) hizo que se formaran en ellos nuevas propiedades y habilidades y constituyeron así, el subgrupo de los homínidos. Ya este subgrupo había desarrollado la visión estereoscópica al igual que el resto de la otra rama, los póngidos, pero esta adquisición tenía poca importancia si se mantenían en posición cuadrúpeda.
Bipedalismo El bipedalismo posee, al menos, tres ventajas importantes con relación a la posición cuadrúpeda: 1) libera las extremidades anteriores para otra función diferente a la de locomoción y así poder utilizarlas en la recolección de frutos y en el uso de instrumentos en la caza y en la defensa contra los depredadores; 2) el campo visual del animal se amplía enormemente, mediante la utilización de la visión estereoscópica, la cual permite diferenciar distintos planos de profundidad, esto es fundamental para poder detectar a los depredadores y a las presas con suficiente antelación, y 3) en las praderas no existen grandes árboles para protegerse de los fuertes rayos solares, la posición bípeda disminuye el área expuesta cuando el sol está en el cenit que es cuando más fuerte son sus rayos. Estas condiciones hicieron que este subgrupo de Hominoides desarrollaran una intensa actividad permitiendo 71 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
así que sus sistemas nerviosos alcanzaran el nivel necesario para que pudiera servir como fundamento material para la conciencia. El autor de este capítulo analiza, en otra parte del texto que nos ocupa, cómo el surgimiento del reflejo psíquico está precedido por algunas características fundamentales del sistema nervioso, como es por ejemplo, el surgimiento del sistema intercalar. Antes del surgimiento del sistema intercalar no había posibilidad material para la formación del reflejo psíquico en el reino animal.
Prehistoria de la formación de la conciencia Según datos de la biología el cerebro humano hace 200 mil años que se formó (ver trabajo de Ethel Tobach en este mismo texto). En otras palabras, hace 200 mil años que se dieron las condiciones necesarias, desde el punto de vista biológico, para la formación de la conciencia. Siguiendo la metáfora tan complejo como la mente o subjetividad humana. Analizaremos ahora este período de tiempo que va desde que se forma completamente el cerebro (200 mil años atrás), es decir, que alcanza la cima de sus posibilidades biológicas, según palabras de A. N. Leontiev, hasta hace unos 40 mil ó 50 mil años (alrededor de 150 mil a 160 mil años). Resumiendo este aspecto podemos decir que aquí termina, prácticamente, la evolución biológica y comienza el desarrollo. En palabras de que comenzase su desarrollo histórico. Y el intento de explicar la diferencia entre nuestra forma de pensar y la del hombre primitivo considerando que este se halla en otro nivel de desarrollo biológico constituirá una burda confusión entre los conceptos de evolución biológica y conciencia de cambios, un poco más lento al principio, pero al final de este intervalo (entre 150 mil a 160 mil años) se hace casi exponencial. Debemos recordar que lo que logra la evolución en aproximadamente 70 mil generaciones, lo consigue el desarrollo en solamente ¡una generación! La mayoría de los autores está de acuerdo en que hubo factores y premisas que hicieron posible la aparición de la conciencia. En cuanto a las premisas, parece que no hay puntos discordantes y se acepta con un grado grande de generalidad que la vida en colectivo, el surgimiento y desarrollo del psiquismo, el bipedalismo, el desarrollo de la mano y la evolución y desarrollo del cerebro fueron condiciones o premisas necesarias para el surgimiento de la conciencia. Ahora bien, con relación a los factores que 72 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
intervinieron en la formación de la conciencia, el autor de este trabajo, tiene algunas discrepancias en relación a utilizar el trabajo como factor en la formación de la conciencia. El trabajo tiene dos propiedades importantes sin las cuales no podría hablarse de trabajo, propiamente dicho. Estas propiedades son: a) la construcción de herramientas y b) la acción cooperada. Ninguna de dichas propiedades se cumple en el mundo animal. Los animales no pueden adelantarse en el tiempo. Ellos (los más evolucionados y desarrollados) utilizan la extrapolación y el pensamiento manual concreto para resolver algunas problemáticas presentadas por el nicho ecológico, pero siempre están conectados a alguna señal o relación concreta. El trabajo tiene una enorme importancia para el desarrollo del ser humano, eso es incuestionable, pero no pudo ser uno de los factores en su formación porque caeríamos en un dilema insoluble: cuando utilizamos el concepto o categoría trabajo para la explicación del surgimiento de la conciencia, no nos damos cuenta de que para que exista el trabajo es necesario la existencia de la conciencia, es decir, para trabajar es indispensable primero poseer conciencia. En realidad, el trabajo no hizo al hombre, sino que el hombre hizo al trabajo. Se puede considerar al trabajo como un elemento muy importante en el desarrollo de la conciencia, pero no en cuanto a su origen. La conciencia, como fue demostrado por Marx, es un producto socio-histórico. Además, el tratamiento del origen de la conciencia adolece de otro mal. Se entre el psiquismo animal y los procesos psicológicos. La conciencia es una forma nueva y cualitativamente diferente de reflejar la realidad. Entonces, ¿cómo podemos pasar de una forma inferior a otra tan distinta? ¿Mediante qué mecanismo se puede lograr esto? ¿Qué nos puede servir de puente entre un sistema y otro? ¿Cómo evitamos el acto creativo, milagroso, del paso de lo no consciente a lo consciente? Para que se pueda procesar aware es necesario poseer la autoconciencia. Planteado así el asunto, vemos que estamos en un callejón sin salida. Pero esta cuestión fue resuelta durante el desarrollo histórico. En la literatura psicológica actual está bastante establecida la existencia de dos canales de procesamiento de información: uno consciente voluntario y voluntario es una adquisición relativamente tardía del desarrollo y de la formación de la conciencia. De los dos canales de procesamiento de información que existen en el ser humano, el único que es común con el mundo animal no humano es el 73 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
refiere al nivel de la conciencia). Es decir, voy apoyarme en la existencia darle respuesta a una cuestión, que hasta ahora, se ha tornado insoluble. Y aware de la conciencia fue una adquisición relativamente tardía en su formación, como dijimos anteriormente. La idea de concebir a la conciencia formada por dos planos funcionales no solo unifica a dos procesos que erróneamente han estado separados durante centurias, sino que nos permite darle una explicación más racional al surgimiento y formación de la conciencia, tanto en la filogénesis como en la ontogénesis. aware de la conciencia para tratar de explicar su formación, nos condujo a un punto oscuro, a un callejón sin salida. Ahora examinaremos el otro plano de la conciencia, el plano inconsciente para ver si este plano permite procesar información independiente de la autoconciencia. Por su puesto, que un aware de la inconsciente (sobre todo en la literatura psicológica con base en el marxismo) que la tarea no va hacer nada fácil. Pero en algún momento hay que empezar a enmendar este error histórico de haber separado lo que en el desarrollo siempre estuvo unido, (aunque desfasados en el tiempo) ya que tienen el mismo origen socio-histórico.
Partiendo de las observaciones de la vida cotidiana, de la experiencia clínica y de la abundante literatura que hay al respecto se llega a la conclusión de que sí se procesa información de forma colateral, paralela, implícita o informaciones, es decir, se trata de percepciones without-awareness, (para usar un término de la literatura actualizada del tema en cuestión). Estas informaciones se manifiestan en las conductas, en los pensamientos o en los procesos afectivos de las personas sin que ellos sean aware de dichas informaciones. Teniendo en mente las ideas anteriores se puede formular la siguiente hipótesis: tanto en la filogénesis como en la ontogénesis la conciencia comienza a formarse a partir del plano inconsciente de la misma. Quizás existentes acerca de estos dos inseparables procesos de la conciencia, como analicé con anterioridad. 74 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
En realidad, durante la ontogenia la formación de la conciencia se produce de una forma más rápida y eficiente debido a que el niño está guiado por una conciencia externa (externa para el niño, pero interna en el otro) que ya existe en el otro, mientras que durante la filogenia este proceso se prolongó de manera considerable en el tiempo (150 mil años aproximadamente) Por esa razón voy a intentar analizar primero como ocurre este proceso durante la ontogenia para después tratar de encontrar las similitudes posibles entre la ontogenia y la filogenia en cuanto a la formación de la conciencia. En la psicología han predominado dos teorías fundamentales en lo referente a la formación de la conciencia: las innatistas y las ambientalistas (me refiero al ambiente socio-histórico, porque el ambiente natural y el del mundo animal quedan fuera de la posibilidad de este análisis). Las teorías innatistas no tienen problemas cuando tratan de explicar cómo aprenden los niños. Los mecanismos necesarios para el aprendizaje humano ya los trae el niño al nacer. Su problema es de otra naturaleza. Ellos no pueden explicar, los grandes cambios que ha sufrido el hombre en los últimos 50 mil años, utilizando mecanismos genéticos solamente, ya que estos son demasiado lentos. Con relación a los ambientalistas podemos decir que su gran problema teórico y metodológico es explicar como aprende un niño, es decir, como se apropia de la cultura, ya que el niño, según este enfoque ningún método de aprendizaje común con el mundo animal. Recordemos, un vez más, que el animal utiliza un sistema de señalización y relación concreta. Por supuesto que el ser humano también aprende cosas utilizando técnicas de aprendizaje comunes al mundo animal no humano, pero en este caso lo más que pudiera alcanzar el homínido sería una mente equivalente a la del chimpancé. Para apropiarse de la cultura es necesario utilizar un sistema de señalización abstracta que pueda reflejar tanto la realidad objetiva como su imagen ideal, la realidad subjetividad. Cuando John Locke formuló su teoría acerca de que el niño nace en cero, el aprendizaje de los niños. Más recientemente, la teoría del enfoque histórico- cultural de S. L. Vygotski, en sus etapas iniciales, tuvo que acudir para poder explicar lo que de otra forma sería imposible analizar partiendo de los conocimientos que existían en la época. 75 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Lo visto hasta aquí, apoya y argumenta todas las condiciones de la evolución y del desarrollo para poder formar la conciencia. Ahora analizaremos los factores del desarrollo que hicieron posible el surgimiento de esta última. Si uno analiza lo que le faltaba al animal (digamos al chimpancé) para poder romper el círculo en que se encontraba, vemos el siguiente cuadro: 1) su aparato psíquico estaba compuesto de un sistema de señalización concreta. Esto hacía que no pudiera proyectarse más allá de su campo perceptual inmediato; 2) casi todo lo aprendido por el animal mediante su conducta individualmente variable, se perdía porque él no poseía ningún medio que le permitiera transmitirle a sus sucesores estas informaciones, y muchísimo menos podían los descendientes apropiarse de lo logrado por sus progenitores. Las generaciones posteriores tenían que repetir lo logrado por sus predecesores. Por supuesto, que los animales superiores que se apoyan en la conducta aprendida tienen una gran ventaja sobre los que descansan nada más que en las conductas innatas. Luego, lo que le faltaba a los animales superiores era poseer un sistema de códigos, signos o señales abstractas que les sirviera para la comunicación y representar así tanto la realidad objetiva como el plano ideal o subjetivo (por supuesto, en formación todavía). Se hace necesario aclarar que no solo le faltaba al chimpancé (y a los póngidos, en general) un sistema de códigos y signos materializado en la palabra, sino también le faltaba un aparato u órgano material como el cerebro subjetividad, la conciencia humana. ¿Cómo fue realmente este proceso de la formación de la subjetividad, de la conciencia que duró entre 150 y 160 milenios? Es difícil de imaginar, porque las conductas no son como las partes duras de los organismos que forman fósiles. Por otra parte, para que el prehumano pudiera dejar huellas de una actividad específicamente humana tenía que tener conciencia. Claro está, los homínidos poseían un cerebro muy poderoso, así que, casi con certeza, podemos afirmar que ellos aventajaban a los póngidos en cuanto a la utilización del pensamiento manual concreto, por ejemplo. El factor que le permitió a los primitivos homínidos poder transmitir las informaciones, es decir, las experiencias y vivencias a las generaciones posteriores durante la filogenia fue la comunicación. Y el medio necesario, indispensable para que ocurriera la comunicación fue el lenguaje. Esto sabido que la comunicación no mediatizada por el lenguaje o por algún otro sistema de signos o medios, solo puede ser, como se observa en el 76 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
reino animal, del tipo más primitivo y dentro de los más reducidos límites. De hecho, esa comunicación mediante movimientos expresivos no merece ser denominada comunicación; más bien debería llamarse contagio. Un ganso, que asustado por un peligro consigue con sus gritos que toda la bandada emprenda el vuelo, más que comunicar lo que ha visto, contagia municación solo puede existir allí donde se utilice un sistema de signos o señales abstractas. Esta acepción del término comunicación es la que vamos a utilizar en todo el texto. Ahora nos centraremos en el proceso de la ontogenia para analizar la formación de la conciencia durante este período del desarrollo del ser humano. Para ello autista no es tan primitiva como las formas simples de la función de realidad. Desde nuestro punto de vista, la cuestión central es la relativa a la naturaleza (tomo II, p. 43). Podemos decir que, una vez más, se pone de manifiesto la agudeza de Vygotski. La idea de Vygotski, expresada en el párrafo anterior, nos muestra vislumbres de su genialidad al considerar el plano inconsciente de la conciencia como un elemento esencial en la formación de los procesos psicológicos de la individualidad humana. Y esta es, precisamente, la idea central del material que nos ocupa: utilizar el plano inconsciente de la conciencia para tratar de explicar cómo fue el surgimiento y desarrollo de la conciencia. Por supuesto que el lenguaje, el pensamiento y la comunicación del prehumano era muy diferente al del ser humano actual. Su lenguaje, al inicio, era, como decía Luria, un lenguaje lineal, o sea, que no se separaba del objeto señalado. El pensamiento, al principio, tenía características concretas y de relaciones concretas. Posteriormente este pensamiento se vuelve autista, es decir, cada ser humano de sonidos y de palabras. Aquí no puede hablarse todavía de comunicación porque no había ni significado, ni sentido ni vivencia en las palabras, pero este pensamiento autista (o parecido al pensamiento autista) es como los primeros pasos en la formación del plano inconsciente de la conciencia. Durante decenas de milenios el ser humano fue un ser irracional, guiado por mecanismos del plano inconsciente de la conciencia. La base para justificar la existencia de canales de procesamiento de información está dada por la coexistencia de los diferentes niveles en que 77 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
se manifiestan los fenómenos psíquicos y biológicos. En el nivel de la ameba no es posible ningún procesamiento de información colateral o paralelo. Pero ya en el nivel de la sensación esto se hace posible ya que tenemos dos propiedades manifestándose simultáneamente: la irritabilidad y la sensibilidad. Así, podemos continuar nuestro análisis con relación a los diferentes niveles de existencia de los fenómenos psíquicos. Resumiendo podemos llegar a la siguiente conclusión: el plano inconsciente aware. Hablando con más precisión podemos afirmar que el rol fundamental en este proceso estuvo a cargo del elemento llamado mismo texto sobre la estructura del inconsciente) son más afines con la aware de la conciencia, ya que esta última parte puede considerarse como la cúspides en la formación de la conciencia. Aquí tenemos que aplicar una de las leyes de la dialéctica, la de los cambios cuantitativos en cambios cualitativos. Muchas de las ideas que se han expresado para la explicación del surgimiento de la conciencia desde la autoconciencia es posible aplicarlas en el plano inconsciente de la conciencia, ya que este sí procesa información directamente. Estos pequeños cambios cuantitativos que se van fijando en el subconsciente llegan a producir o determinar cambios cualitativos importantes. Transformaciones emergentes que no estaban en los mecanismos iniciales, es decir se han transformado a partir de cambios cuantitativos, en fenómenos cualitativos completamente diferentes.
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OTRA MIRADA A LOS MECANISMOS INCONSCIENTES DEMETRIO CAMPA GALLARDO
INTRODUCCIÓN Mucho se ha hablado y escrito sobre los mecanismos inconscientes, pero todavía hoy no existe un aparato categorial que nos ayude a comprender en toda su magnitud este importantísimo aspecto del aparato psíquico humano. Si revisamos la literatura de hace algunos años y la actual, vemos que el problema del inconsciente ha quedado como relegado. Ni los autores de orientación marxista ni los autores actuales de orientación no-marxista tratan el problema del inconsciente, desde el punto de vista teórico. Hay un intento de abordar el fenómeno del inconsciente a través de la psicología cognitiva. Le han denominado el inconsciente cognitivo, pero realmente, según mi criterio, tiene ciertas deficiencias como todo conocimiento que hiperboliza un aspecto del fenómeno y deja de lado el otro. De acuerdo con nuestra opinión, hay dos tendencias o enfoques con relación a esta cuestión del inconsciente que han estado minando la solución científica de dicho asunto. Están por un lado los que afirman que el inconsciente es la filosófico, esta teoría tuvo que adoptar el punto de vista de que lo psíquico no coincide con lo consciente, y que los procesos psíquicos son, en sí, inconscientes y que solo por la función de ciertos órganos (instancias, sistemas) 79 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
La otra cara de la moneda está representada por la psicología que se desarrolló teniendo como base filosófica y metodológica al marxismo y la cual se centró, fundamentalmente, en la ex Unión Soviética. En esta aware de la conciencia que el aspecto inconsciente quedó casi sin análisis teórico. Es decir, se separó al inconsciente de la conciencia, convirtiendo a ambos fenómenos en sistemas paralelos o duales. En realidad lo que se hizo fue profundizar más en el abismo creado entre lo consciente e inconsciente. A título de ejemplo haré referencia a tres libros, dos de L. S. Vygotski y uno de S. L. Rubinstein, (1983). En los dos libros de Vygotski, (1978;1997) se una referencia al inconsciente. Los demás elementos de la inconsciencia no son mencionados en dichos trabajos. En el caso del libro de Rubinstein esta tendencia se hace más significativa. En dicho volumen, Rubinstein hace 711 referencias a la noción de aware, 8 a la de inconsciente y 3 citas al vocablo subconsciente. Se hace necesario señalar además, que las citas referidas al inconsciente o al subconsciente, en los tres libros, se utilizan como oposición a la conciencia. En otras palabras, para Rubinstein, en el libro citado, el inconsciente y la conciencia son fenómenos antagónicos. motrices internas del desarrollo psíquico de la personalidad se encuentran entonces en la esfera del subconsciente; entre la conciencia y el subconsciente se establecen relaciones externas que se encuentran bajo la p. 38). Estos datos son bastante elocuentes de que en la psicología marxista el tratamiento teórico y metodológico de la categoría inconsciente está aún por realizarse. Los autores marxistas están de acuerdo en que los mecanismos inconscientes son muy importantes, pero nadie, o casi nadie, desarrolla teórica y metodológicamente este importante mecanismo del aparato psíquico específicamente humano. Otra cuestión a tener en cuenta en el análisis del tema planteado es el uso extenso del concepto de inconsciente. El inconsciente ha sido una especie psíquicos específicos del mundo animal y aún hasta a los fenómenos fisiológicos. En ese sentido pudiéramos llamar al inconsciente como la 80 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
En general este género de dicotomía, separación, bifurcación o división del inconsciente con relación a lo consciente de o aware se ha analizado como una especie de dualismo o paralelismo. Cuando usted fracciona, segmenta o divide cualquier proceso mental y lo convierte en duales o paralelos, ya el problema queda sin solución, porque ¿cómo es posible que dos sistemas paralelos o duales interactúen entre sí causalmente? Los sistemas paralelos o duales interactúan aleatoriamente pero no en una relación causal. En realidad no hay una idea bien definida acerca del problema de lo inconsciente y la relación que puede tener con los fenómenos conscientes. En en el presente trabajo vamos a considerar la existencia en el ser humano de tres tipos diferentes de procesos: los fisiológicos, los psíquicos y los psicológicos. Los procesos fisiológicos y los procesos psíquicos son comunes entre el hombre y los animales, los procesos aware y lo inconsciente pertenecen ambos a los procesos psicológicos, es decir, son dos aspectos de un mismo fenómeno: el fenómeno de la aware y el otro inconsciente. Cualquier alusión al inconsciente como fenómeno perteneciente a los procesos psíquicos o a la esfera de lo fisiológico es reduccionismo.
DESARROLLO A continuación voy a desarrollar los tres aspectos que he considerado más importantes en el estudio del tema que nos ocupa que es el análisis de los fenómenos inconscientes. Los tres aspectos que considero más substanciales son:
- El origen. - La estructura. - La función de los mecanismos inconscientes.
Origen Como ya expresé en la introducción voy a considerar a la conciencia aware y el otro inconsciente. Con esta idea de los dos planos funcionales de la conciencia se evita el dualismo o paralelismo que ha predominado en la Psicología, con relación 81 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
aware y a lo inconsciente, casi desde el mismo instante en que la misma ciencia psicológica fue fundada como ciencia aware e inconsciente están en un mismo nivel (el nivel de la conciencia, el nivel de los procesos psicológicos) pero aware, tiene origen socio-histórico. En el mundo animal no hay nada que pueda compararse con este aparato psíquico específicamente humano. Las ideas de Vygotski adquieren mayor relevancia y fundamento científico cuando unificamos a los dos procesos en un mismo nivel, el nivel de la relación con otro hombre: el hombre es la gente en sus relaciones recíprocas. y encerrado en sí mismo no es un hombre, no es un ser humano, diré más, p. 271). Y esta idea es también válida para los fenómenos inconscientes. Es decir, el inconsciente también tiene un origen socio-histórico. Y esa es una idea que nos parece fundamental. Rescatar al inconsciente de las profundidades del mundo biológico o del mundo suprasensible del alma (al igual que ya hizo Marx con la parte aware de la conciencia) es una tarea de primerísima importancia para la psicología de orientación marxista.
El procesamiento de información de forma colateral, paralela, implícita o del inconsciente, es una consecuencia natural de la existencia de los diferentes niveles que han alcanzado los organismos vivientes durante su evolución y desarrollo. Para analizar mejor este asunto haré referencia, suscintamente, y centrándome únicamente en las categorías de interno y externo a lo largo de la evolución de los organismos vivientes. Procesos externos e internos
Comenzaré el análisis haciendo referencia al organismo viviente más elemental que existe: la célula eucariota (de eu = bien, karyon = núcleo), es decir células con un núcleo bien constituido. Al observar el esquema de esta célula (ver Figura 1, p. 10) podemos hacer la reflexión siguiente: Al surgir un organismo viviente le era imprescindible establecer una espe este último no lo eliminara como individualidad. El elemento que le sirvió na. En otras palabras, el surgimiento de la membrana celular produce una 82 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
división en término de exterior a la membrana e interior a la misma, o sea, en un mundo externo y otro interno. Y utilizando el concepto de proceso pudiéramos hablar entonces de procesos externos y procesos internos. Externos los que ocurren fuera de la célula e internos los que ocurren dentro de ella. Así tenemos las dos categorías primarias en la evolución de la vida: lo interno y lo externo. En este nivel lo interno estaría dado por la irritabilidad, mientras que lo externo vendría a ser aquellos agentes externos bióticos indispensables para el mantenimiento o destrucción de la vida. Según se avanza en la escala filogenética estas dos categorías iniciales se van transformando. Así tenemos que en el nivel de la sensibilidad, es decir, en el nivel del reflejo psíquico, lo externo está representado por aquellos agentes indiferentes que establecen relación tempo-espacial con algún agente biótico. Lo interno se refiere en este caso a la sensibilidad. El análisis del reflejo psíquico a nivel perceptual y a nivel del pensamiento manual concreto es muy similar al anterior, por eso no nos detendremos en ellos. Solamente deseo resaltar la característica de que este psiquismo es noconsciente, es decir, en él no participa la conciencia y por lo tanto, no se pueden hacer reportes verbales acerca de su ocurrencia o no. No significa, en modo alguno, que desaparezca en el ser humano, sino que no podemos aware mediante el lenguaje. expresan en el nivel superior, es decir, en el nivel de la conciencia. Aplicando la concepción sistémica a la mente, como sistema complejo que es, podemos decir que lo interno en este nivel adquiere una nueva propiedad o cualidad animal, como dije anteriormente, no existe algo que pueda igualarse a la es una formación psicológica en la cual el desarrollo lleva el peso preponderante. En otras palabras, es un asunto del desarrollo histórico y no de la evolución. Claro está que sin evolución no hay desarrollo posible.
Lo externo en el nivel de la conciencia estaría dado por la cultura humana, en sentido general y en todas sus formas y manifestaciones, la cual se transmite de generación en generación mediante la comunicación con ayuda del lenguaje. Es necesario aclarar que la psiquis humana como conjunto de relaciones sociales está en cada uno de los individuos. Cada individuo es portador de un eslabón de la cultura humana. Veamos un ejemplo clásico: Si las personas mayores de dos años, imaginariamente perecen, la humanidad 83 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
debe empezar de nuevo su historia. Están los libros, las máquinas, todos los materiales creados por el hombre, pero todo eso son productos descontextualizados. El hombre real y concreto tiene que enseñar a las generaciones venideras cómo utilizarlos. El know how está en cada una de Resumiendo estas ideas podemos decir que en el ser humano hay o coexisten tres formas fundamentales de propiedades de la vida. La primera forma es fisiológica, en ella no se manifiesta el reflejo psíquico. Las otras dos formas son psíquicas. De acuerdo con esto, en el ser humano existen fenómenos fisiológicos, fenómenos psíquicos no-conscientes y, por último aware e inconscientes. De ello se desprende que no podemos decir que el psiquismo animal es inconsciente porque así estamos cometiendo reduccionismo, debido a que los fenómenos inconscientes son específicamente humanos, pertenecen a la subjetividad al igual que los aware, son parte inseparable de la conciencia. Aplicando esta misma idea de otra forma, vemos como muy bien señalaba Vygotski, que existen procesos fisiológicos, procesos psíquicos y procesos psicológicos. Estos últimos son específicamente humanos y se subdividen aware y procesos psicológicos inconscientes.
Estructura: elementos, componentes component es o partes constitutivas del inconsciente En relación con la estructura de los procesos inconscientes diremos que en su sistematización hemos tenido en cuenta aquellas categorías más generalmente aceptadas por los diferentes autores, aunque con algunas variaciones en dos de dichos conceptos. Estas categorías son el pre-consciente, el subconsciente y el inconsciente reprimido. A estas tres A continuación analizaré brevemente cada una de ellas: pre-consciente: este espacio subjetivo es el encargado de los automatismos, fundamentalmente. Esta categoría la aceptamos casi sin ninguna modificación por ser muy conocida. subconsciente: con relación a este elemento no hay una idea clara, precisa y coherente entre los diferentes autores especializados en el tema del inconsciente. Para algunos es sinónimo de inconsciente. aware, 84 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
aware, etcétera. Nosotros vamos a considerar al subconsciente como el lugar o espacio subjetivo en el inconsciente laboratorio, sino un proceso natural de procesamiento de información colateral o paralelo al canal consciente-voluntario que es tan antiguo como el hombre. La información que se guarda en este elemento puede contaminar la mente de las personas. Puede actuar en la conducta, en el pensamiento o en los sentimientos de los sujetos haciendo que estas actúen, piensen o sientan de una determinada forma. Cuando esto ocurre el individuo en particular debe participar en un proceso de descontaminación mental. A esta idea hemos llegado después de haber realizado 8 tipos diferentes de experimentos (cuatro por debajo del umbral absoluto y cuatro por encima del umbral) donde participaron un total de 800 sujetos.
La existencia del canal de procesamiento de información pedagogía, para la clínica y en general para la comunicación, pero desarrollar estos aspectos quedaría fuera de los objetivos de este trabajo. elemento reprimido: lo podemos conceptualizar como el espacio subjetivo inconsciente donde se guardan todas las experiencias desagradables y molestas para el individuo. Su formación se realiza a partir de la supresión y de la asimilación de los hábitos, normas, valores, principios, etcétera, que la vida social (la cual es la única que puede existir en el ser humano) le impone a cada uno de sus miembros. La eficiencia de este mecanismo se ha demostrado en las investigaciones taquistoscópicas donde es necesario aumentar el tiempo de exposición de las palabras que tienen algún contenido obsceno para que las personas perciban la señal presentada. Por eso podemos decir, a pesar de todo lo que se ha hablado y escrito sobre ello, que lo elemento inter-subjetivo: Además de los elementos, partes constitutivas o componentes del inconsciente ya señaladas proponemos una cuarta categoría que estaría más centrada o dirigida al espacio inter-subjetivo, que pudiera definirse como el espacio de solapamiento de la interacción entre dos o más personas, el cual nos defiende de la invasión del otro. Si tenemos en mente la 85 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
concepción vygotskiana que nos dice que la mente individual se forma debido a la existencia de la mente social. Este otro social se cree con derecho a invadir nuestra subjetividad individual, una vez que se haya formado lo intra-psicológico. Por eso se hace necesario que establezcamos esa barrera, ese limite a la intención del otro de penetrar en nuestra subjetividad. La existencia de este espacio se pone de manifiesto cuando intentamos interactuar con una persona, especialmente cuando la persona tiene que hablar sobre sí misma. Ello explicaría un poco la rebeldía de los adolescentes ante el intento de los padres de dirigir sus vidas. Aunque se ha hecho una división o parcelación de la mente humana para un mejor análisis de esta, ello no implica, en modo alguno, que la mente humana no responda de una forma integral ante las situaciones que le presenta el medio social. Las respuestas del ser humano son respuestas holísticas. Es decir, intervienen en ellas todos los niveles existentes del ser humano.
Función La función del inconsciente, según nuestro criterio, es la de estabilizar el comportamiento, el pensamiento y los procesos afectivos, ya sea para bien o para mal. Por eso la función del inconsciente tiene un aspecto dual. Si la imagen ideal que se forma en el plano inconsciente es correcta, entonces libera al individuo, pero por el contrario si lo que se fijó en el inconsciente es erróneo o mal estructurado podemos padecer de contaminación mental. Esta contaminación puede darse en tres instancias: en el pensamiento, en las emociones y sentimientos y en el comportamiento. Los mecanismos inconscientes establecen el camino, la vía para que la conducta y los procesos mentales se realicen con eficiencia y rapidez. (Esto lo podemos ver muy bien en las personas que están realizando algún tipo de aprendizaje.) En tal sentido, puede decirse que también tiene una función liberadora. Libera a aware de la conciencia de las tareas repetitivas o rutinarias que las personas tienen que realizar en la vida. Aunque siempre se señalan las tareas rutinarias como la tarea principal del inconsciente, esto no es totalmente cierto. En realidad toda acción que se repita tiende a temente del nivel que se utilice. Por ejemplo, si no existiera la imagen ideal de la estructura del lenguaje en el inconsciente no podríamos ni hablar. A su vez, si los mecanismos conductuales y mentales no se establecen adecuadamente, la persona puede quedar esclavizada, como ya hemos 86 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
señalado. En general, visto de esta forma, el inconsciente libera, pero también puede esclavizar a las personas, si no se han formado en ellas correctamente los hábitos, las costumbres, las normas y los valores. Una Mens sana in corpore sano
CONCLUSIÓN El objetivo fundamental de este trabajo es que sirva de incentivo o llamada de atención acerca de uno de los fenómenos psíquicos más escurridizo del aparato psíquico humano: el fenómeno inconsciente. Creo que tratar de sacar al inconsciente de las tinieblas, donde ha estado sumergido durante décadas, debe ser una tarea de primer orden para las ciencias psicológicas. La psicología con base marxista ha construido o formado una psicología casi sin inconsciente. Por estas y otras razones el autor espera que el trabajo contribuya a un mejor conocimiento de tan importante mecanismo de la mente humana, para que el inconsciente comience a tomar su lugar en los procesos
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EXPERIMENTOS EN EL CAMPO DE LA INFORMACIÓN SUBLIMINAL DEMETRIO CAMPA GALLARDO
Las investigaciones sobre información subliminal tienen tanta historia como la propia psicología. En este trabajo no voy a hacer una revisión de la historia de las investigaciones en el área de la información subliminal; sino que solamente señalaré algunos momentos importantes de su desarrollo. Hasta 1957, las investigaciones sobre este tema estaban muy aisladas en los laboratorios, de tal manera que, en esa prehistoria aparecieron pocos trabajos al respecto. Realmente fue en 1957, con la intervención pública de Vicary, que la cuestión de la existencia de la percepción subliminal fue de conocimiento general y adquirió una relevancia particular. Vicary planteó, había presentado informaciones por debajo del umbral absoluto y había obtenido resultados muy interesantes. Las investigaciones de Vicary, de acuerdo con lo expresado por él, consistieron en lo siguiente: presentó con un taquistoscopio imágenes sobre una pantalla de cine mientras se proyectaba una película. La velocidad de la presentación de las imágenes, según él, fue de 0,003 segundos y con una frecuencia de repetición de cientos de veces. La información que mostró las ventas de ambos productos se incrementaron significativamente. Esta intervención de Vicary provocó una reacción muy fuerte en los medios propagandísticos de Estados Unidos de Norteamérica. A partir de ahí se
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creó una comisión para investigar esta cuestión. La conclusión de la comisión fue que no estaba científicamente probado que este tipo de información tuviese algún efecto sobre la conducta humana. Durante mucho tiempo se pensó que la utilización de la información subliminal, con fines propagandísticos, estuvo prohibida en EE.UU., pero como bien demuestra Berta Bien (1992), jamás estuvo prohibida porque nunca se demostró fehacientemente su efectividad en la regulación del comportamiento. Unos investigadores decían que sí y otros afirmaban lo contrario, no había acuerdo unánime al respecto. En resumen, no se puede prohibir lo que no está científicamente demostrado.
Figura 2. Esquema del diseño experimental.
las diferentes situaciones experimentales. Así tenemos que, A y B fueron situaciones experimentales por encima del umbral y C y D representan divide las situaciones problemáticas presentadas a los sujetos en dos campos. Los que están a la izquierda de dicha línea (A y C) representarían problemas que se van a plantear, los que están a la derecha de ella (B y D) indican problemas planteados.
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EL PARADIGMA DE DISOCIACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN DE LA PERCEPCIÓN SUBLIMINAL La inmensa mayoría de las investigaciones que tratan de demostrar la percepción inconsciente han confiado en una versión del paradigma de disociación (ver Erdely, 1985, 1986). La lógica interna de este paradigma requiere de la comparación entre dos mediciones diferentes de la percepción. Una de las mediciones serviría para clasificar la percepción como aware sea aware o no. De acuerdo con esto, las investigaciones se han polarizado en dos sentidos: unas dirigidas a la determinación del umbral subjetivo (el reporte verbal o no de la información, presentada) y las otras encaminadas forzada (umbral objetivo, ver Philip Merikle). Aunque estas investigaciones tienen aparentemente objetivos diferentes, en la práctica no es así, ya que todas tienen la meta común del estudio de la percepción subliminal, percepción inconsciente, percepción without-awareness, etcétera. No nos vamos a extender más en el análisis de los diferentes trabajos realizados en este campo. No obstante a que las investigaciones en esta área tengan una historia de más de cien años, siguen sin mostrar un experimento concluyente al respecto. Yo pienso que el problema básico de las referidas investigaciones es que han tratado de abordar la cuestión desde el punto de vista de laboratorio, es decir, de una forma artificial. Si existe un canal de procesamiento de información de manera colateral, implícita, paralela o subliminal al canal consciente y voluntario aquel debe ser un proceso natural y tan antiguo como el hombre mismo. Cualquier otra interpretación sería, de acuerdo con nuestro criterio, antiecológica, antinatural. Este es el giro que le vamos a dar a las investigaciones en este campo. diferente a dicho término) como un fenómeno natural de procesamiento de de las observaciones clínicas y experimentales llegamos a la conclusión de que existe este canal especial de procesamiento de información. Además a la verificación experimental clásica de laboratorio. Esa es la razón por la cual abordamos su estudio experimental de forma diferente. 90 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Se diseñaron las situaciones experimentales (8 en total) de tal manera que pudiéramos delimitar, por inferencia, el posible locus de existencia del fenómeno en cuestión, aunque no se demostró, experimentalmente, el lugar exacto y las condiciones en las cuales se podía reproducir el fenómeno puede ver más claro lo que anteriormente hemos dicho. Al observar la Figura 2 podemos señalar una línea horizontal (X) y una línea vertical (Y). La línea horizontal (X) representa el umbral absoluto de sensibilidad, la línea vertical se refiere a un problema que se le presentaba a los sujetos que participaban en la experimentación. Todo el espacio por debajo de la línea horizontal (X) representa lo sub-umbral, lo que está por encima de ella sería lo supraliminal. Con relación a la línea vertical diremos que ella divide dos campos diferentes. El de la izquierda representa la solución de un problema que se va a plantear y el de la derecha, la solución a un problema planteado. Si lo vemos atendiendo a las coordenadas cartesianas, estas dos líneas forman cuatro cuadrantes: los cuadrantes A, B, C y D. El cuadrante A representa una información presentada por encima del umbral y de un problema que se va a plantear y el B, la solución a un problema planteado por encima del umbral. Los cuadrantes C y D tienen similares explicaciones. Resumiendo, podemos decir que estas situaciones experimentales A, B, C, y D tienen ciertas semejanzas y diferencias entre sí. Por ejemplo, A es semejante a B, en que ambas están por encima del umbral, y se diferencia en que A se refiere a un problema que se va a plantear y B se refiere a un problema planteado. A es semejante a C, en que ambas tienen la condición de referirse a un problema que se va a plantear y se diferencian en que A está por encima del umbral y C por debajo. Y, por último, tenemos la semejanza entre B y D. Ambas situaciones son semejante en que se refieren a la solución de un problema planteado, y se diferencian en que está por encima del umbral y D por debajo del umbral (todas estas referencia se hacen con relación al umbral absoluto). Objetivo del experimento
El objetivo del experimento lo podemos dividir en dos momentos o fases. La primera fue demostrar si una información presentada por debajo del umbral absoluto de sensibilidad tenía algún efecto sobre el comportamiento humano, y la segunda, en caso de que la primera fase o momento fuera 91 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
negativa, era analizar qué condiciones hacen que una información presentada por encima del umbral absoluto de sensibilidad deje de percibirse aware. Metódica experimental
Se realizaron ocho variantes experimentales: cuatro de ellas con efecto inmediato, es decir, justo después de terminada la sesión experimental se comprobaba si la información presentada, sin que los sujetos fueran conscientes de ella, tenía algún efecto sobre su comportamiento. En el caso de la variante mediata la comprobación se realizaba una semana después de realizado el experimento. Sujetos
En cada una de las 8 variantes experimentales participaron 100 estudiantes de la Universidad de La Habana, cuyas edades oscilaban entre 18 y 22 años. En total participaron en las investigaciones 800 sujetos. Dispositivo experimental
El dispositivo experimental consistió en un vídeo-juego que simulaba un era relevante para la solución de un problema que se iba a plantear o a un problema planteado, según fuera el caso. Ninguno de los sujetos conocía el verdadero propósito de las investigaciones. A ellos solamente se les decía que iban a participar en un experimento para estudiar el grado de habilidad óculo-manual que iban desarrollando a medida que practicaran el juego. Cada vez que fallaban en darle a la pelotica que aparecía en la pantalla de la computadora, se les presentaba la información relevante para la investigación que nos ocupa. El juego terminaba cuando el sujeto fallaba 100 veces en darle a la pelotica con la raqueta, lo cual era equivalente a que se le presentara cien veces la información subliminal. Tiempo de exposición
El tiempo de exposición para la condición subumbral fue de 45 ms con borrado anterior y posterior de la señal principal. Para la condición supraliminal este tiempo de exposición fue de 600 ms, sin utilizar la técnica del borrado anterior y posterior de la imagen. 92 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Figura 3.
Esta figura representa a la pantalla del monitor de la computadora utilizada en los experimentos. Las columnas a-b y c-d delimitan el espacio donde se presentaba la información (X) por encima del umbral absoluto (600 ms). Las columnas c-d delimitan el espacio donde se desarrollaba el vídeo-juego. El espacio (F) representa el lugar donde se presentaba la información subliminal (45 ms). Problemas presentados
Los problemas utilizados fueron: uno geométrico y el otro un acertijo lógico. Descripción de cada una de las variantes experimentales
Variante A. En esta variante la información relevante, a un problema que se les iba a plantear una vez terminado el vídeo-juego, se presentaba a los sujetos a la izquierda y a la derecha del campo de juego, el cual ocupaba el centro de la pantalla del monitor de la computadora y con un tiempo de exposición de 600 ms. Variante B. La única diferencia entre la variante A y la B estriba en que en esta última la información presentada era la solución de un problema previamente planteado y que lo sujetos no habían podido resolver. Variante C. de 45 ms y con borrado anterior y posterior a la presentación. El contenido de dicha información era la solución de un problema que se les planteaba a los sujetos una vez terminado el vídeo-juego. El espacio de presentación de la señal subliminal era donde desaparecía la pelotica que los sujetos 93 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
seguían con la vista variante D. La diferencia entre las variantes C y D es la misma que existe entre las variantes A y B. Experimentos tipo I y tipo II
Las ocho investigaciones realizadas se dividieron en dos tipos fundamentales: las de tipo I o de efecto inmediato (una vez terminado el vídeo-juego algún efecto sobre el comportamiento o no) y las de tipo II o efecto media después de que los sujetos habían realizado el experimento). Resumiendo, la única diferencia entre los experimentos de tipo I y los de tipo II estriba efecto sobre el comportamiento de los sujetos. Resultados
Experimento tipo I efecto inmediato a) resultado de la información presentada por debajo del umbral absoluto a un problema que se va a plantear (variante C ).
Los resultados de estos experimentos fueron completamente aleatorios. Como si no se les hubiese presentado ninguna información a los sujetos. b) Resultado de la información presentada por debajo del umbral absoluto (45 ms) a un problema planteado (variante D).
Respuestas completamente al azar de todos los sujetos. c) Resultado de la información presentada por encima del umbral, pero fuera de los posibles barridos oculares, a un problema que se va a plantear (variante A).
Respuestas aleatorias para todos los casos. d) Resultados de la información presentada por encima del umbral (600 ms) y fuera de los posibles barridos oculares a un problema planteado (variante B).
Las respuestas de los sujetos fueron al azar.
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Conclusión general para los experimentos tipo I
Hubo que aceptar la hipótesis de nulidad, ya que los datos no eran significativos a ningún nivel aceptable desde el punto de vista estadístico. Los 400 sujetos que participaron en los experimentos tipo I o de respuesta inmediata no mostraron en su conducta haber sido influenciados por la puro azar. Experimento tipo II (efecto mediato)
a) Resultados de la información presentada por debajo del umbral absoluto (45 ms) a un problema que se va a plantear (Variante C). Los resultados de estos experimentos fueron completamente aleatorios. Como si no se les hubiese presentado ninguna información a los sujetos. b) Resultado de la información presentada por debajo del umbral absoluto (45 ms) a un problema planteado (variante D). Respuestas completamente al azar de todos los sujetos. c) Resultado de la información presentada por encima del umbral (600 ms), pero fuera de los posibles barridos oculares, a un problema que se va a plantear (variante A).
Respuestas aleatorias para todos los casos. d) Resultados de la información presentada por encima del umbral (600 ms) y fuera de los posibles barridos oculares a un problema planteado (variante B).
Las respuestas de los sujetos fueron al azar. Conclusión general para los experimentos tipo II
Hubo que aceptar la hipótesis de nulidad, ya que los datos no eran significativos a ningún nivel estadístico. Los 400 sujetos que participaron en los experimentos tipo II o de respuesta mediata no mostraron en su vídeo-juego más allá de lo esperado por puro azar. Además tampoco ningún sujeto dijo haber soñado con la información presentada, es decir, no manifestaron haber tenido el supuesto efecto Poetzl.
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Conclusión general para los experimentos tipos I y II La conclusión general para los tipos I y II, tomados en su conjunto, es decir, para los 800 sujetos que participaron en ambos tipos de experimentos y con, 80 000 aplicaciones en total, es muy similar a la consideración de cada uno de los grupos tomados en particular. No existe evidencia alguna de que la información presentada por debajo del umbral de sensibilidad tenga algún efecto sobre la comportamiento posterior de los sujetos. Si tomamos como criterio de asimilación de una información presentada por debajo del umbral el hecho de que el sujeto la utilice posteriormente según le sea necesaria, podemos afirmar entonces que la influencia de la Nosotros tomamos el criterio de la utilización de la información por parte de los sujetos como fundamental para determinar si la información subliminal es efectiva o no en el comportamiento humano. Pensamos que con este criterio nos evitamos disquisiciones, a veces casi filosóficas, de lo aware de otra que llamaríamos without-awareness o inconsciente, etcétera. En la literatura al respecto se han utilizado, como hemos visto ya, dos formas fundamentales para determinar si una información es aware le pregunta si recibió la información o no) y el segundo es el de discriminación u objetivo, en una tarea de elección forzada. La crítica fundamental que se le ha hecho al primer método es el de que la responsabilidad de decidir si la información es aware o no lo es, pasa del experimentador al sujeto.
DISCUSIÓN Y TEORIZACIÓN A PARTIR DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS Filtro de información en el ser humano El concepto de filtro de información fue utilizado en la década de 1970-1980. Después su uso decayó debido a las críticas que se le hacían sobre su carácter estático. Nosotros utilizaremos este concepto teniendo en cuenta el predominio de lo estático o de lo dinámico, según sea el caso. Si partimos de la idea de la existencia de canales de procesamiento de necesariamente tendremos que formular la existencia de elementos que 96 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
separen la información original en varios canales o vías, es decir, que debe haber tamices, cribas o filtros que realicen esta función. La idea, casi fantástica, de que el cerebro humano puede almacenar toda la información que recibe no deja de ser algo bastante especulativo. Los estímulos y señales del medio poseen dos características fundamentales que es necesario discriminar antes de pasar a algún otro tipo de análisis más complejo. Estas características son: su intensidad y su frecuencia. En cuanto a la intensidad podemos decir que las señales deben tener un mínimo de energía para que el transductor correspondiente pueda hacer la transformación de la energía física en bio-potenciales. Establecer este límite, desde el punto de vista experimental, a veces se hace difícil, pero estamos seguros de que dicho límite existe. Con relación a la frecuencia también podemos señalar que las oscilaciones mecánicas, por ejemplo, que van desde 1 Hz hasta 100 Hz, se procesan como vibraciones táctiles. Las que oscilan entre 20 Hz y 20 kHz, en el ser humano, se procesan como información acústica. Aquí hay un caso curioso para las oscilaciones mecánicas que van desde 20 Hz hasta 100 Hz. Este rango de oscilaciones se puede procesar simultáneamente por dos modalidades sensoriales diferentes: la táctil y la acústica. Para el ser humano el resto del rango de las oscilaciones mecánicas, es decir, las que van desde 20 kHz en adelante (rango que es denominado como ultrasonido) no se procesan sensorialmente. Solamente algunos animales pueden procesar algunos intervalos de este rango de frecuencias, por ejemplo, los perros, los gatos, los delfines, los murciélagos, las ballenas, etcétera. Si analizamos todo el espectro de las oscilaciones mecánicas y electromagnéticas para las cuales el ser humano no presenta sensibilidad sensorial alguna, nos damos cuenta de lo limitados que estamos en ese aspecto, es decir, que a partir de los 20 kHz en adelante para las oscilaciones mecánicas y para casi todo el espectro de las oscilaciones electromagnéticas entramos en zonas de silencio sensorial casi absoluto. Solamente respondemos al espectro visible que es una parte muy pequeña del conjunto total de las oscilaciones electromagnéticas, es decir, aquellas cuyas longitudes de onda van desde 700 nm hasta 400 nm aproximadamente. Los filtros de procesamiento de información que se pueden señalar en el ser humano son los siguientes: a) El filtro fisiológico. 97 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
b) El filtro atencional. aware. a) Filtro fisiológico
Debido a que las limitaciones expuestas anteriormente se deben a propiedades fundamentales del sistema sensorial humano, hemos denominados con el término de filtro fisiológico a esa propiedad del sistema nervioso humano de seleccionar, filtrar o detectar la información que recibe. Sería una especie de barrera que impide responder a las señales que no se ajusten a los parámetros adecuados de intensidad o frecuencia. Este filtro coincide con el umbral absoluto de sensibilidad y en él predomina la característica estática sobre la dinámica. b) Filtro atencional
Supongamos ahora que la información ha pasado el filtro fisiológico explicado anteriormente. Cabría esperar que toda información que llega a este nivel será procesada inevitablemente. Pues parece que no. De acuerdo con los experimentos realizados (4 experimentos con la participación de 400 sujetos y 40 000 presentaciones), en los cuales hubo un control riguroso del proceso atencional, nos inducen a pensar que hay que vencer una nueva barrera, esta sería la del filtro atencional. Para el analizador visual, la información que caiga fuera de los posibles barridos oculares estaría fuera del alcance del filtro atencional y, por tanto, se perdería. Esta información sería equivalente (en cuanto a inducir algún tipo de comportamiento en los sujetos) a la que se pierde por la acción del filtro fisiológico, o sea, que no tiene ningún efecto sobre el comportamiento humano. El fundamento fisiológico de la atención podemos buscarlo en el reflejo de orientación, el cual es común para el hombre y los animales. Sería uno de elementos que continúan, en el ser humano a partir del reino animal. Una de las características fundamentales de la atención, desde el punto de vista funcional, es que es muy lábil, está en constante movimiento siguiendo los estímulos y las señales del ambiente. No se detiene mucho tiempo en ninguno de ellos, produciéndose rápidamente un proceso de habituación. En el niño pequeño predomina esta forma de atención. Sobre la base de esta atención primaria se desarrolla otra forma de atención que es de naturaleza socio-histórica, cultural. En este nivel del análisis podemos hacer 98 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
una conclusión parcial: si existe un canal de procesamiento de información por encima del umbral de sensibilidad como condición necesaria, aunque no es suficiente con esto.
aware. Este último filtro de información está más relacionado con el desarrollo que con la evolución propiamente dicha. Como dijimos anteriormente, se desarrolla a partir de la atención, sería como la forma cultural de la atención. Tiene una formación análoga a la memoria cultural, la cual surge y se desarrolla a partir de la memoria biológica. En otras palabras, los diferentes filtros que estamos analizando mantienen una relación de dependencia cuando se examinan de arriba abajo, o sea, el filtro aware depende del atencional y del fisiológico; mientras que el atencional depende del filtro fisiológico, pero no del filtro aware
Canales de procesamiento de información en el ser humano En estos momentos considero que estamos preparados para analizar la existencia de dos canales de procesamiento de información en el ser humano: 1) Canal consciente voluntario.
Con relación al canal consciente voluntario no habría necesidad de explicación ulterior, ya que es de aceptación universal. Pero la existencia de un segundo canal de información no es de reconocimiento general. Para establecer la existencia de este canal especial o secundario nosotros partiremos de las observaciones clínicas y experimentales, tanto las propias como las que han realizado los diferentes autores que mencionamos en la referencia.
Este canal se diferencia del primer canal o canal consciente voluntario en dos propiedades o características fundamentales. La primera de ellas se refiere a la posibilidad de hacer un reporte verbal o no de la información 99 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
procesada. En el canal consciente voluntario es posible realizar el reporte verbal, sin embargo, no hay posibilidad de reporte verbal de la información temente su contenido, sin retroalimentación de este último. La segunda propiedad o característica se relaciona con los niveles de información que procesan ambos canales. En el caso del canal consciente voluntario se procesa información solamente de un nivel, del de la psiquis específicamente humana, pero el canal colateral procesa información de tres niveles diferentes: el nivel de la irritabilidad o nivel fisiológico, el de la sensibilidad o psiquis no consciente y, por último, el de la psiquis específicamente humana. Ninguna de estas informaciones es dable al reporte verbal consciente y voluntario. El nivel fisiológico tiene que ver con lo que consciente se relaciona con todo el psiquismo animal. Y, por último, tenemos la información que se procesa a nivel del plano inconsciente. Quedaría para ulteriores trabajos separar la información de estos tres niveles, ya que los hemos generalizado con los conceptos de colateral, paralelo, implícito Si este canal colateral existe, entonces tiene que manifestarse en todos los niveles del procesamiento de información en el ser humano. Así tenemos como en la investigación científica se hace referencia a estos distintos niveles con términos tales como, memoria implícita y memoria explícita, percepción without-awareness , percepción subliminal, percepción inconsciente, etcétera. Teniendo en mente la categoría actividad, desarrollada en el apartado correspondiente, podemos señalar dos momentos en los cuales se procesa de ellos sucede cuando el medio actúa sobre el individuo y el otro cuando el individuo actúa sobre el medio. En ambos casos, como se ha demostrado fehacientemente en la literatura al respecto, el individuo no asimila esta información de manera pasiva, sino que siempre se produce en realidad una interacción. Por eso cuando hablamos de los diferentes momentos realmente lo que queremos es enfatizar el predominio de uno de los dos, ya sea la acción del medio sobre el individuo o a la inversa, o sea, la acción del individuo sobre el medio ecológico. De acuerdo con la teoría del procesamiento de información de forma acerca de una nueva interpretación y unificación de los conceptos de set y 100 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de ustanofka. Pudiéramos considerar al set como la asimilación de información que se elabora paralelamente a partir del momento de la acción del medio sobre el individuo y la ustanofka , lo contrario, es decir, el procesamiento de información colateral cuando el individuo actúa sobre el medio. No podemos perder de vista de que le estamos dando al canal como una condición artificial de laboratorio, sino como una forma específica de procesar, de asimilar o de apropiar información por el ser humano. Si esto es así, entonces las observaciones y experimentaciones realizadas en la psicología tienen casi indefectiblemente que haber hecho referencia a su existencia por alguna vía. Este sería el caso de los conceptos de set y de ustanofka.
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EL HOMBRE Y LA CULTURA * A. N. LEONTIEV
I Las grandes batallas de nuestra época son batallas por el bienestar de las gentes de la tierra por la liberación del hombre de todas las formas de opresión y esclavitud. Por eso adquiere un sentido especial en nuestros días el problema del hombre, que para millones y millones de personas ha pasado a ser un problema de actuación. La importancia del planteamiento verdaderamente científico de este problema crece, por tanto, más y más. La ciencia, si es verdadera, constituye la brújula que señala certeramente al hombre la senda del progreso. Sin embargo, la ciencia solo puede cumplir esta misión si se desprende de concepciones y prejuicios falsos. Entre las concepciones erróneas pseudos-científicas, acerca del hombre, su desarrollo y su cultura hay que incluir, ante todo, aquellas que presuponen que la mayoría aplastante de la población de nuestro planeta está predestinada por naturaleza a vivir trabajando, con necesidades y sin derechos, mientras que otra fracción, la de los elegidos es llamada a gobernar esa mayoría y a, disfrutar de todos los bienes materiales y espirituales. Conocemos perfectamente a qué consecuencias monstruosas pueden conducir esas ideas. Fueron precisamente estas ideas las que pertrecharon *Tomado de: Lecturas de psicología general I , Universidad de La Habana, s. a., pp. 333-355. 102 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
teóricamente al racismo y cimentaron descaradamente el derecho a la esclavización y exterminio físico de pueblos enteros. Pero en nuestros días, estas concepciones ficticias se resquebrajan y se hunden cada vez más bajo la presión creciente de los triunfos del movimiento nacional por la independencia, la igualdad y la libertad; triunfos que solo en el curso de algunas décadas convierten a países, antes casi totalmente analfabetos, en países con una intelectualidad técnicamente avanzada con sus científicos, literatura, teatros y museos. Estos cambios, rápidos e inauditos, no dejan lugar a las teorías sobre el destino fatal de los llamados pueblos atrasados y de las masas explotadas. Estas concepciones erróneas se derrumban también bajo la presión de los avances científicos sobre el hombre. Actualmente disponemos de la posibilidad de comprender mucho mejor la verdadera naturaleza del hombre, sus capacidades, sus fuerzas y las condiciones de las cuales depende su desarrollo. Dedico mi conferencia, pues, a la exposición de estos problemas. Desde tiempos inmemoriales se ha considerado al hombre un ser especial, cualitativamente distinto de los animales. La acumulación de conocimientos biológicos concretos permitió a Carlos Darwin fundamentar su conocida teoría sobre la evolución. Esta teoría confirmó la idea de que el hombre es un producto del desarrollo gradual del mundo animal y que aquel procede de este. Desde entonces, la anatomía, paleontología, embriología y antropología comparadas han recogido nuevos y numerosos hechos que confirman lo dicho anteriormente. Sin embargo, la concepción de que el hombre se distingue radicalmente incluso de los animales más altamente desarrollados, continúa manteniéndose firmemente en la ciencia. Cómo diferentes autores consideran estas distinciones y cómo las explican, es otra cosa. Consideramos que no vale la pena detenerse en todas las ideas expuestas en esta dirección. Dejaremos sin examen, en general, las ideas que se desprenden de la aceptación del principio, netamente espiritual, religioso, que según este criterio, constituye el origen y la esencia especial del hombre. La aceptación de este principio no depende de la ciencia, sino de la fe; este principio sale del margen de la ciencia. Las discusiones científicas más importantes han girado en torno a las propiedades y particularidades biológicas y hereditarias del hombre. La burda 103 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ponderación de su importancia sirvió de base teórica a las concepciones biológicas y racistas más reaccionarias. La posición opuesta a la solución de este problema, posición desarrollada por la ciencia progresista, parte, al contrario, de que el hombre, por naturaleza, es un ser social; de que lo humano en el hombre lo engendran la vida en sociedad y la cultura creada por la humanidad. Ya en el siglo pasado, inmediatamente después de la aparición del libro de Carlos Darwin, El origen de las especies por medio de la selección natural, F. Engels, al mismo tiempo que corroboró la idea sobre el origen animal del hombre, demostró que este, diferenciándose profundamente de sus animales antecesores se humanizó al pasar a la vida social, basada en el trabajo. Este paso cambió su naturaleza y estableció el comienzo del desarrollo, el cual, a diferencia del de los animales, ya no se determina por leyes biológicas, sino por las nuevas leyes del desarrollo socio-histórico. A la luz de los datos modernos de la paleontología el proceso en que transcurre el paso de los animales al hombre se dibuja, en pocas palabras, de la siguiente manera: Este paso se verificó mediante un largo proceso que comprende una serie de estadios. El que determina la preparación biológica del hombre constituye el primero de ellos. Empieza en el período terciario ya avanzado y continua hasta los comienzos del cuaternario. Los representantes de este estadio, los llamados Australopithecus, eran animales que vivían en rebaños y se distinguían por su posición erecta; utilizaban instrumentos toscos, sin tallar, y probablemente disponían de medios sencillos de comunicación. En esta fase prevalecían totalmente las leyes biológicas. Al segundo gran estadio, formado por una serie de etapas larguísimas, se le puede llamar estadio del paso al hombre. Se extiende desde la aparición del Pithecanthropus erectus hasta la época del Homo neanderthalensis inclusive. Es importante esta fase porque en ella surge la preparación de utensilios y aparecen las primeras formas, aún en estado embrionario, de trabajo y sociedad. En este estadio continuaron prevaleciendo en la formación del hombre las leyes biológicas, es decir, se manifestaban como antes en cambios anatómicos que se transmitían por herencia de generación en generación. Pero, al mismo tiempo, en este estadio aparecen en el desarrollo cosas nuevas. Los cambios en la estructura anatómica del hombre, en el cerebro, en los sentidos corporales, manos y órganos vocales, transcurrían ya bajo la intervención del desarrollo del trabajo, y promovida por él, la comunicación oral. 104 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
En pocas palabras, el desarrollo biológico del hombre transcurría bajo la influencia del desarrollo de la producción. Pero la producción es desde el principio un proceso social, que avanza por sus propias leyes objetivas, estructura anatómica del hombre el comienzo de la historia de la humanidad. De este manera, el hombre convertido en sujeto del proceso social, depende de la acción de dos leyes: primero, de la acción de las leyes biológicas, en virtud de las cuales sus órganos se adaptaron a las condiciones y exigencias de la producción y, segundo, a través de estas leyes, de las leyes socio-históricas, que regulan el desarrollo de la producción y de los fenómenos que ella engendra. Hay que señalar que muchos autores modernos consideran toda la historia del hombre como un proceso sometido a esta doble condición. Creen, como Spencer, que el desarrollo de la sociedad o como ellos prefieren llamarlo, el hombre condiciones de existencia particularmente complejas a las cuales se adapta biológicamente. Este planteamiento, sin embargo, carece de base. En realidad la formación del hombre pasa por otra etapa, un tercer estadio en el cual los factores biológicos y sociales en la formación de su naturaleza cambian de nuevo. Este es el estadio de la aparición del hombre moderno, Homo sapiens. Esta etapa representa un viraje radical en el desarrollo del hombre, que se libera completamente de su anterior dependencia de los cambios biológicos, inevitablemente lentos, transmitidos hereditariamente. Lo único que rige ahora el desarrollo del hombre son las leyes socio-históricas. Roguinski, destacado antropólogo soviético, describe este viraje de la formación del hombre la actividad laboral de este estaba íntimamente ligada a su evolución morfológica. Más acá de aquellos límites, es decir, en el hombre moderno, ya completamente formado, la actividad laboral transcurre Esto significa que el hombre, formado definitivamente, posee todas las propiedades biológicas necesarias para su ulterior desarrollo socio-histórico ilimitado. En otras palabras, el paso del hombre a una vida cultural más elevada ya no exigía la transformación de su naturaleza biológica y hereditaria. El hombre y la humanidad se habían, sacudido, según expresión 105 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
jamás jamá s visto vist o en el reino animal. ani mal. Efectiva Efect ivament mente, e, durante duran te las tres, tres , cuatro o cinco décadas milenarias que nos separan de los primeros representantes de la especie Homo sapiens, se han producido las condiciones históricas y el modus vivendi de las gentes, transformaciones inusitadas y sin parangón, tanto por su significación, como por su ritmo creciente. Sin embargo, las particularidades biológicas y de especie no cambiaron; más exactamente, estas transformaciones no fueron más allá de los límites de las variantes que en la vida social tienen significación sustancial. Con esto no queremos decir que las leyes evolutivas y hereditarias en el proceso de formación del hombre dejen de actuar completamente, y que la naturaleza del hombre, una vez terminada, no cambia en nada. El hombre, efectivamente, no escapa a la acción de las leyes biológicas. No se trata de eso; se trata de que los cambios biológicos, trasmitidos hereditariamente, no condicionan el desarrollo socio-histórico del hombre y de la humanidad; que el proceso de desarrollo lo mueven otras fuerzas y no la acción de las leyes de la evolución biológica y de la herencia. Timiriezev, nuestro conocido biólogo, en su libro dedicado a la teoría evolucionista expresó esta idea con las siguientes y magníficas palabras: umbrales de la Historia de la Cultura. Toda la actividad racional del hombre es una lucha contra la lucha por la existencia. Esto es, una lucha para que todas las gentes de nuestra tierra puedan satisfacer las necesidades, para
II Así, el proceso de humanización, procesos de cambios esenciales en la organización física del hombre, se completó al comienzo de la era de la historia social de la humanidad. Hoy esa idea ya no parece paradójica. Bastará decir, por ejemplo, que en un coloquio científico sobre este tema, celebrado recientemente en París, esta idea fue sostenida por la mayoría de los grandes especialistas que en él participaron. Sin embargo, ¿cómo transcurre en este caso el desarrollo del hombre y humana continuaron cambiando las condiciones de vida de la gente y las gentes mismas. Además, los valores del desarrollo acumulado se trasmitieron de generación en generación, lo que solamente así pudo asegurar la continuidad del proceso histórico. 106 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Lo dicho anteriormente demuestra que estos progresos se consolidaron, pero, si como hemos visto, no pudieron afirmarse por la acción biológica y hereditaria, entonces, ¿cómo se consolidaron? Se afirmaron en una forma completamente especial, aparecida solo por primera vez en la sociedad humana, bajo la forma de fenómenos exteriores, fenómenos de la cultura material y espiritual. Esta forma especial de consolidación y transmisión a las siguientes generaciones de los progresos del desarrollo surgió en virtud de que la actividad de los hombres, a diferencia de los animales, es creadora, productiva. Esta es, por lo tanto, y ante todo, la actividad fundamental del hombre, el trabajo. En su actividad, los hombres no se adaptan simplemente a la naturaleza. La cambian en correspondencia con sus crecientes necesidades. Crean objetos que satisfacen sus necesidades y los medios para la producción de estos objetos, es decir, instrumentos, y luego máquinas más complicadas. Construyen viviendas, producen ropa y otros valores materiales. Al mismo tiempo que progresa la producción de bienes materiales se desarrolla la cultura espiritual de las gentes; el caudal de conocimientos sobre el mundo circundante y sobre el hombre mismo se enriquece, y se desarrollan las ciencias y las artes. Además, en el proceso de la actividad de los hombres, sus capacidades, conocimientos y habilidades se cristalizan de alguna manera en productos de aquella actividad, en productos materiales y espirituales, en sus ideales. Por esto, cada nuevo paso en la perfección, por ejemplo, de los instrumentos de trabajo, puede considerarse por este lado como la encarnación de un nuevo escalón en el desarrollo histórico de las aptitudes motrices del hombre; la diversificación de la fonética, en las lenguas, puede considerarse como la personificación de los avances en la articulación de los sonidos y en el perfeccionamiento del aparato de la audición; el progreso en el arte puede estimarse como la encarnación del desarrollo estético, y así sucesivamente. De esta manera, cada nueva generación empieza su vida en el mundo de los objetos y fenómenos creados por las generaciones precedentes. Participando en el trabajo, en la producción y en las distintas formas de la actividad social, ella se apropia de las riquezas de este mundo, desarrollando en los hombres las aptitudes específicamente humanas que ya se habían cristalizado, encarnado en ellos. Incluso la capacidad de articulación se forma en las gentes de cada generación solo en el proceso de apropiación 107 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de la lengua establecida históricamente y en dependencia de sus aptitudes objetivas. Lo mismo ocurre en el desarrollo del pensamiento y en la adquisición de conocimiento. Ninguna experiencia personal, por rica que sea, puede llevar a pensar de manera lógica, abstracta o matemática, e individualmente establecer un sistema de ideas. Para conseguir esto se necesitaría no una vida, sino miles. En realidad, el pensamiento y los conocimientos de cada generación subsiguiente se forman apropiándose de los avances ya alcanzados por la actividad cognoscitiva de las generaciones anteriores. Los datos suficientemente verídicos de que dispone actualmente la ciencia demuestran que en determinados casos de niños que desde la edad más temprana se desarrollan al margen de la sociedad y de los fenómenos que ella engendra no pasan del nivel de desarrollo de los animales (R. Zingg). Estos niños no solo desconocen la facultad de pensar y hablar, sino que incluso sus movimientos no se parecen en nada a los del hombre; será suficiente decir que ellos ni siquiera llegan a dominar la posición erecta propia de las personas. Conocemos otros hechos, en determinado sentido contrario, en las que niños pertenecientes por nacimiento a comunidades que se hallan en un grado inferior de desarrollo cultural y económico y pasan tempranamente a vivir en un medio cultural elevado y entonces se les forman todas las aptitudes necesarias para vivir plenamente en este medio cultural. Citaré, por ejemplo, el caso mencionado por A. Pieron. En el Paraguay existe la tribu guayaquil, que pertenece a las más atrasadas de las conocidas actualmente. A la civilización de los guayaquiles se le la miel de las abejas silvestres. Establecer contacto con ellos es dificilísimo puesto que no viven en un lugar permanente. Enseguida que se les acerca alguien desconocido se marchan al bosque. Una vez se consiguió atraer a un niño de siete años de esta tribu, así se pudo conocer su lengua que resultó ser extremadamente primitiva. Otra vez, en el campamento abandonado de esta tribu se halló una niña de unos dos años. El etnógrafo francés Vellard, que la halló la entregó a su madre para que la educaran. Después de 20 años (1958) no se distinguía en nada, por su desarrollo intelectual, de las mujeres europeas cultas. Habla en francés, español y portugués, y se dedica a la etnografía. Estos hechos y otros numerosos demuestran claramente que las capacidades y aptitudes específicas del hombre no se trasmiten por la herencia biológica, sino que se forman durante la vida, en el proceso de apropiación de la cultura creada por las generaciones anteriores. Por esto todas las personas 108 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contemporáneas (si tenemos en cuenta casos normales), independientemente de su pertenencia a uno u otro grupo étnico poseen aquellos gérmenes creados en el período de formación del hombre, los cuales, de existir las condiciones necesarias, permiten un progreso nunca visto en el reino animal. Se puede decir que cada hombre aprende a ser hombre. Para vivir en sociedad no tiene bastante con lo que le ha dado la naturaleza al nacer. Debe asimilar todo lo alcanzado en el desarrollo histórico de la sociedad humana. Ante el hombre aparece un océano de riquezas acumuladas durante siglos por incontables generaciones humanas, constituidas por los únicos seres que pueblan nuestro planeta dotados de la facultad de crear. Las generaciones humanas desaparecen y se sustituyen unas a otras, pero lo creado por ellas se trasmite a la siguiente generación la cual, en sus trabajos y luchas, multiplica y perfecciona estas riquezas. Lleva adelante la continuidad progresiva de la humanidad. El fundador del socialismo científico, Carlos Marx, analizó por primera vez teóricamente la naturaleza social del hombre y su desarrollo socio-histórico. vista, oído, olfato, gusto, tacto, pensamiento, contemplación, sensación, volición, quereres, actividad, amor, en una palabra, todo lo que constituye su individualidad [...] existe en función de órganos sociales, y, en su relación objetiva, o en su relaciones con los objetos, no son más que la apropia Desde entonces hasta cuando se escribieron esas líneas han pasado más de cien años, pero las ideas que ellas encierran siguen en nuestros tiempos constituyendo la expresión más profunda de la verdadera naturaleza de las
III El problema del desarrollo del hombre en relación con el desarrollo cultural de la sociedad plantea una serie de cuestiones que a continuación trataré de exponer. Ante todo, trataremos de lo que representa en sí y de cómo transcurre el proceso descrito anteriormente de asimilación individual de los avances del desarrollo histórico de la humanidad. 109 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Como hemos visto, la experiencia socio-histórica de la humanidad se concentra en forma de fenómenos exteriores del mundo objetivo que circunda al hombre. Este mundo de la industria, la ciencia y el arte, expresa la verdadera historia de la naturaleza del hombre, el resultado de su formación histórica. Este mundo lleva en sí al hombre a lo humano. Sin embargo, ¿en qué consiste el proceso de asimilación de este mundo, que es, al mismo tiempo, proceso de formación de las capacidades específicas del hombre? Ante todo hay que subrayar que este proceso por parte de quien lo realiza es un proceso activo. Para conocer aquellos objetos o fenómenos, producto del desarrollo histórico, es necesario realizar en torno a los mismos determinada actividad, es decir, una actividad que reproduzca los rasgos
Para explicar esta idea utilizaré un ejemplo sencillísimo, la asimilación de los instrumentos. El instrumento es un producto de la cultura material que en forma completamente ilustrativa y sustancial expresa los rasgos típicos de la creación humana. No se trata solamente de un objeto que tiene determinada forma y posee determinadas propiedades físicas. El instrumento es al mismo tiempo un objeto social en el cual se ha encarnado y afirmado el resultado histórico de las operaciones laborales. La existencia de este contenido social e ideal al mismo tiempo, cristalizado determinadas operaciones: por ejemplo, los monos aprenden, como se sabe animales, estas operaciones no se fijan, y ellos, los instrumentos, no se convierten en medios ejecutores estables de aquellas operaciones. Cuando el palo en las manos del mono cumple su función se convierte de nuevo en un objeto indiferente para él. Por eso los animales no guardan sus consiguiente, los instrumentos no son capaces de cumplir este desarrollo explica el hecho de que en los animales no exista el proceso de asimilación operaciones motrices. El instrumento se somete a los movimientos naturales del animal, instintivos en su base, al sistema de movimiento al cual se integra. 110 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Una relación opuesta caracteriza el empleo de los instrumentos por el hombre. Su mano, al contrario, pasa a formar parte del sistema socio-histórico de operaciones encarnadas en dicho instrumento y se somete a ellas de este modo, el hombre al asimilar los instrumentos reestructura sus movimientos naturales e instintivos y durante la vida se forman en él Así, el hombre, al posesionarse de los instrumentos, asimila las operaciones motrices vinculadas a ellos. Este proceso es al mismo tiempo un proceso de formación en el hombre, durante su existencia, de nuevas capacidades esfera motriz. Lo mismo ocurre cuando se trata de asimilar los fenómenos de la vida cultural. El dominio de una lengua no es solamente un proceso de asimilación de aquellas operaciones con las palabras que históricamente se afirmaron en sus significados; es también la posesión de la fonética de la lengua, que transcurre en el proceso de asimilación de las operaciones que elaboran la permanencia del sistema fonológico objetivo de la misma. Precisamente en estos procesos el hombre elabora las uniones articulatorias y auditivas, así como la actividad central del cerebro que los fisiólogos Que todas estas particularidades psicofisiológicas formen en el hombre precisamente la lengua que aprende, y que no domina de nacimiento, es hasta tal grado tan claro que conociendo las características de una lengua determinada se puede con plena seguridad describir algunas de estas particularidades anteriores de cualquier investigación. Así, por ejemplo, si se sabe que la lengua vernácula del grupo de gente que a nosotros nos interesa pertenece a las tonales se puede estar seguro de que todas estas gentes poseen un oído tónico oral desarrollado (Taylor, Leontiev y Guippenreiter). De este modo, la particularidad principal del proceso examinado por nosotros hombre nuevas capacidades, nuevas funciones psíquicas. En esto consiste la diferencia del proceso de formación de los animales. Mientras que en estos últimos representa el resultado de la adaptación individual de la especie a las cambiantes y complicadas condiciones de la existencia, la asimilación en el hombre es un proceso de reproducción de las particularidades del individuo, 111 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de las particularidades, y capacidades establecidas históricamente, del género humano (especie). Hablando del papel de la asimilación en el desarrollo del hombre, el autor de una obra contemporánea dedicada a este problema señala, de manera completamente justa, que mientras los animales quedan satisfechos con el desarrollo de su naturaleza, el hombre construye su naturaleza (T. Chatuen). Sin embargo, ¿cómo es posible fisiológicamente este proceso y cómo se realiza? Estamos ante un problema bastante difícil. Por un lado, los hechos demuestran que las capacidades y funciones que se desarrollan en el período de la historia social de la humanidad no se fijan en el cerebro de las gentes y no se trasmiten mediante las leyes hereditarias. Por otro lado está completamente claro que ninguna capacidad ni función puede realizarse más que por la actividad de un órgano determinado o de ciertos órganos. La solución de esta contradicción, surgida de la comparación de estas dos posiciones igualmente indiscutibles, constituye uno de los triunfos más importantes de las investigaciones fisiológicas y psicológicas de nuestro siglo. G. Wundt expresó ya la idea de que el carácter específico de las actividades se explica teniendo en cuenta que en su base no se hallan las funciones elementales y fisiológicas del cerebro, sino sus uniones que surgen en el camino del desarrollo individual. Un nuevo y decisivo paso en el desarrollo de esta idea representa el descubrimiento del principio de la sistematización por I. P. Pavlov en el funcionamiento de los grandes hemisferios cerebrales. Por otro lado, uno de los grandes contemporáneos de Pavlov, A. A. Ujtomski, planteó la idea de la existencia de órganos particulares fisiológicos y nuestro pensamiento relaciona algo morfológicamente constante [...] Me parece que esto no es completamente obligatorio y especialmente aI espíritu igual que los órganos especiales y constantes morfológicamente; sin embargo se distinguen de estos últimos en que representan una nueva formación surgida en el proceso del desarrollo individual (ontogenético). Ellos representan un substrato material de aquellas capacidades y funciones específicas que se forman en el proceso de apropiación por el hombre del mundo de los objetos y fenómenos, creaciones de la cultura, forjados por la humanidad. 112 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Ahora conocemos suficientemente las particularidades y mecanismos de la experimentales de laboratorio. Por otro lado, ahora nos podemos representar con mayor claridad lo que significó precisamente humanizar el cerebro humano, que creó la posibilidad de someter el desarrollo ulterior del hombre a la acción de las leyes sociohistóricas, acelerándolo inmensurablemente: representó que la corteza del cerebro humano, de 15 mil millones de células nerviosas, se había convertido en un órgano capaz de formar otros órganos.
IV Hasta ahora hemos examinado el proceso de asimilación como resultado de la influencia activa del individuo con relación a los objetos y fenómenos del mundo circundante, creado por el desarrollo de la cultura humana. Hemos subrayado que esta actividad debe ser adecuada, es decir, debe reproducir los rasgos de aquella actividad de las gentes que se halla cristalizada, acumulada, en dichos objetos o fenómenos, mas exactamente, en los sistemas que ellos forman. ¿Podemos, sin embargo, aceptar que esta actividad adecuada se forma en el hombre, en el niño, bajo la influencia de estos objetos o fenómenos? La inconsistencia de esta posición es clarísima. El hombre, en general, no se halla solo ante el mundo que lo circunda. Sus relaciones con él se hallan siempre mediatizadas por sus relaciones con otras personas. Su actividad siempre forma parte de estas relaciones, incluso en aquellos casos en que exteriormente se queda solo. La relación social en su forma exterior original, en la forma de actividad conjunta o en la forma de comunicación oral, o incluso solo en el pensamiento, constituye la condición necesaria y específica de la vida del hombre en la sociedad. La relación social constituye también la condición necesaria para la formación en el niño, y en cada hombre por separado, de la actividad adecuada a aquella, que, al parecer, llevan en sí los objetos y los fenómenos que registran los avances del desarrollo de la cultura material y espiritual de la humanidad. De este modo, la relación social constituye la segunda condición obligatoria Expresaremos esto de otra manera. Los progresos del desarrollo histórico de las capacidades humanas no se dan simplemente al hombre por los fenómenos objetivos de la cultura material y espiritual, sino que se hallan solamente en estos fenómenos. Para poseer estos avances, para convertirlos 113 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
hombre, debe entrar en relación con el mundo circundante a través de otras gentes, es decir, en relación con ellas. En este proceso, el niño, el hombre, aprenden a actuar adecuadamente. De este modo, este proceso es por su función un proceso de educación.
Se comprende que este proceso puede tener, y efectivamente tiene, muy variadas formas: al comienzo, en las etapas más tempranas del desarrollo de la humanidad, así como en los niños más pequeños, tiene el carácter de simple imitación de las acciones de las personas que están a su alrededor, que transcurre, sin embargo, bajo el control y la intervención de ellas; después se complica y especializa, surgen las formas de enseñanza y educación escolar, diferentes formas de instrucción superior y finalmente la autoinstrucción. Pero lo principal, lo que hay que subrayar, es que este proceso debe existir siempre, pues de otra manera la trasmisión de los avances del desarrollo socio-histórico a la siguiente generación no sería posible, y, por lo tanto, se detendría la continuidad del proceso histórico. Para explicar esta idea utilizaremos un ejemplo entresacado del libro de A. Pieron, citado ya anteriormente. Si ocurriera en nuestro planeta una catástrofe y sobrevivieran solamente los niños, pereciendo toda la población adulta, a pesar de que el género humano no dejaría de existir, sin embargo, la historia de la humanidad quedaría inevitablemente cercenada. Los tesoros de la cultura seguirían existiendo físicamente, pero no habría nadie que los diera a conocer a las nuevas generaciones. Las máquinas dejarían de funcionar, los libros no se leerían y las obras de arte perderían su valor estético. La historia de la humanidad tendría que comenzar de nuevo. Por lo tanto, el movimiento histórico es imposible sin la transmisión activa a las nuevas generaciones de los avances de la cultura humana, sin su educación. Cuanto más progresa la humanidad, cuanto más ricos son los resultados acumulados por la práctica socio-histórica, tanto más crece el peso específico de la educación y tanto más se complican las tareas que se le presentan en su avance. Por esto, cada nueva etapa en el desarrollo de ciertos pueblos, plantea inevitablemente una nueva etapa en el desarrollo de la educación de la generación siguiente, se prolonga el tiempo que la sociedad le dedica a su enseñanza, surgen nuevas instituciones docentes, la enseñanza adquiere nuevas formas de especialización y en relación con ello la profesión del educador, del maestro, se diferencia; los programas de enseñanza son más y más completos, se perfeccionan los métodos pedagógicos y se desarrolla la pedagogía. Esta ligazón entre el progreso histórico y el progreso educativo 114 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
es tan íntima, que por el nivel general del desarrollo, histórico de la sociedad podemos determinar, sin equivocación, el nivel de desarrollo de la educación y, al contrario, por el nivel de desarrollo de la educación, determinar igualmente el nivel de desarrollo económico y cultural de la sociedad. La educación, la enseñanza o instrucción, su historia, sus particularidades y exigencias que presenta la época moderna, todo esto, constituye un tema especial y además de gran volumen. Se comprenderá que no podamos detenernos en este tema. Nuestra tarea consiste solamente en indicar la función que la educación, en su más amplio sentido, ejerce en el desarrollo de la humanidad. Pero está claro que con eso el problema del hombre, y la cultura no se agota. Este problema plantea nuevas cuestiones, entre las cuales destaca la desigualdad cultural de la gente. Paso a continuación a exponer esta cuestión.
V Hasta ahora hemos examinado el desarrollo del hombre como individuo. Este llega al mundo indefenso y desarmado, dotado por nacimiento de una sola facultad que le distingue esencialmente de sus antepasados animales, la facultad de formar capacidades específicamente humanas. Si no está privado de algunas particularidades innatas que lo individualizan y marcan su impronta en su desarrollo, esto se manifestará no mediante el contenido o el nivel de posibles progresos de su vida espiritual, sino solamente en algunos rasgos especiales y principalmente dinámicos de su actividad y personalidad; tales son, por ejemplo, la influencia de los tipos innatos de actividad nerviosa superior. Por otro lado, aparece ante nosotros la fuente efectiva y única del desarrollo en el hombre de aquellas fuerzas y capacidades, producto del desarrollo socio-histórico. Son los objetos y fenómenos que encarnan la actividad de las generaciones anteriores, el resultado del desarrollo espiritual de la especie humana, el resultado del desarrollo del hombre como ser genérico (Marx). Pero en esta misma idea se encierra una abstracción científica, la misma Nosotros, ciertamente, podemos imaginarnos los descubrimientos inagotables del desarrollo humano: la técnica creada por el hombre, técnica que ha elevado en docenas de miles de veces la potencia de las fuerzas físicas e intelectuales del hombre; la acumulación de los conocimientos que penetran en los secretos más celosamente guardados del universo, las producciones del arte que destacan poderosamente sus sentimientos. Pero 115 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
estas conquistas ¿están al alcance de todos los hombres? No, conocemos perfectamente que esto no es así, que estas conquistas del desarrollo se hallan al margen de las mismas gentes. En relación con ello debemos referirnos nuevamente a la confrontación de la evolución biológica y el progreso histórico, a la naturaleza de los animales y de los hombres. y la complejidad de sus instintos y su comportamiento son asombrosos. Todo esto son conquistas de su desarrollo de especie, de la acumulación de experiencias de especie. Aunque en comparación con los alcances del desarrollo histórico de las gentes son ínfimos, sin embargo, si nos abstraemos de desviaciones individuales poco esenciales, ellos constituyen un progreso para todos los representantes de dicha especie y al naturalista le será suficiente estudiar a uno o algunos de ellos para conseguir una representación justa de toda la especie en su conjunto.
Otro cuadro completamente distinto aparece ante nosotros cuando examinamos al hombre. La unidad de la especie humana parece como si no existiera, y esto ocurre, ciertamente, no porque haya entre las gentes diferencias de color, trazados distintos de los ojos o por otros rasgos netamente exteriores, sino en virtud de la gran diferencia existente en las condiciones de vida, en el tesoro de la actividad material y espiritual y en el nivel de desarrollo de sus habilidades intelectuales y capacidades. . Si un ser racional de otro planeta visitara nuestra tierra y describiera las facultades físicas, intelectuales y estéticas, las cualidades morales y articularidades del comportamiento de las personas, pertenecientes a diferentes clases y capas sociales, que viven en diversas regiones y países de nuestro planeta, se podría pensar que en esta descripción se trata de representantes de diferentes especies. Sin embargo, esta desigualdad entre las personas no radica en diferencias naturales o biológicas. La crea la desigualdad económica y de clase de aquellas relaciones que unen a las personas a los progresos que son personificación del conjunto de las fuerzas o capacidades de la naturaleza humana, formada en el proceso del desarrollo histórico. El hecho de que estos progresos se registraron en los productos objetivos de la actividad humana cambia radicalmente, como hemos visto, el tipo de desarrollo. Esta circunstancia libera el desarrollo del hombre de la subordinación a las leyes biológicas, lo acelera y le abre perspectivas que serían inconcebibles en el proceso evolutivo sujeto a las leyes de la mutación y la herencia. 116 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Pero esta misma circunstancia conduce a que tales progresos del desarrollo histórico puedan separarse de las mismas gentes que forjan este desarrollo. Este distanciamiento ocurre ante todo en forma práctica, en forma de alienación económica de los medios y productos del trabajo de los productores directos. Aparecen simultáneamente con el surgimiento de la división social del trabajo y con el desarrollo que provoca el intercambio de productos, las formas de propiedad privada y la lucha de clases. Por consiguiente, este distanciamiento aparece en la vida por la acción de las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad, independientes de la conciencia y la voluntad de los hombres. La división social del trabajo convierte el producto del trabajo en objeto destinado al intercambio, cosa que cambia radicalmente la relación entre el productor y el producto producido por él. El último a pesar de seguir siendo, naturalmente, el resultado de la actividad de aquel, adquiere un carácter completamente impersonal y comienza, independientemente del hombre su vida especial, la vida de la mercancía. Al mismo tiempo, la división social del trabajo conduce a que la actividad material y espiritual, el goce y el trabajo, la producción y el consumo, se separan unos de otros y correspondan a gentes distintas. Por eso al tiempo que la actividad total de las gentes es más y más rica y multifacética, la actividad que corresponde a individuos aislados adquiere al contrario un carácter unilateral y se empobrece. Este carácter unilateral, este empobrecimiento, es capaz de llegar como es sabido a grados extremos cuando, por ejemplo, los obreros gastan todas sus fuerzas en la ejecución de una operación que se repite miles de veces. En la producción capitalista incluso esta actividad limitada, unilateral, se enajena del hombre y pierde para él su contenido objetivo. Las máquinas que construyen los obreros, los palacios que levantan, los libros que imprimen, todo esto no lo hacen para ellos, solo producen salarios. De este modo, las máquinas , los palacios, los libros, etcétera, se convierten para los trabajadores solamente en una determinada cantidad de objetos primera necesidad. Por otro lado, lo mismo ocurre en el polo social opuesto, en el polo del capital. Para el mismo capitalista, la empresa que posee no tiene sentido como empresa de producción de tales o cuales objetos, sino como empresa que produce beneficio. Por esta razón siempre está dispuesto a producir lo que sea, incluso las armas más horribles de destrucción de las gentes, cuya acción puede repercutir en él mismo. 117 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
En tales condiciones, todo lo existente tiene para los hombres un doble aspecto. Tiene un doble sentido no solo el mundo de los fenómenos que circunda a los hombres y que ha sido creado por ellos mismos, sino también su propia actividad, su conciencia, que adquiere rasgos unilaterales, clase dominante se concreta también en ella la cultura espiritual. Aunque las creaciones de esta cultura parezca que existen para todos, sin embargo, solo una minoría ínfima tiene posibilidades materiales y tiempo para satisfacer sus anhelos de instrucción, para completar sistemáticamente sus conocimientos y de dedicarse a las artes; al mismo tiempo, las masas, particularmente la población rural, deben contentarse con un mínimo de desarrollo cultural, mínimo indispensable para que puedan realizar en los límites que se enmarca a los obreros la actividad profesional y la producción de valores materiales. Como la minoría dominante no solamente posee los medios de producción material, sino también la mayor parte de los medios de producción de la cultura espiritual y de su difusión, y tiende a ponerla al servicio de sus intereses, surge la diferenciación de la cultura. Si en la esfera de la ciencia se facilita el perfeccionamiento técnico y se acumulan rápidamente conocimientos positivos, en otra esfera, en la esfera de las representaciones sobre el hombre y la sociedad, sobre naturaleza y esencia, sobre las fuerzas motrices y su futuro, en la esfera de los ideales morales y estéticos, el desarrollo transcurre por dos líneas radicalmente distintas. Por un lado, por hombre e iluminan el camino del desarrollo histórico; esta línea refleja los intereses y aspiraciones de la mayoría. Por otro lado, la línea de la creación de representaciones cognoscitivas, morales y estéticas que sirven a los intereses de las clases dominantes y tienden a justificar y eternizar el orden social existente, y apartar a las masas de la lucha por la justicia, la igualdad y libertad, a narcotizar y paralizar su voluntad. El choque de estas dos líneas engendra la llamada lucha ideológica. Así, el proceso de alienación producido por el desarrollo de la división del trabajo y por las relaciones de la propiedad privada, no conduce solo a la separación de las masas de la cultura espiritual, sino también a la diferenciación de sus elementos componentes, avanzados unos, es decir, democráticos, que sirven al progreso de la humanidad, y otros retrógrados, cuya penetración en las masas impide el progreso. Estos últimos forman el contenido de la cultura degradada de las clases reaccionarias de la sociedad, lo que es ficticio, transitorio, en la cultura de la humanidad. 118 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
La concentración y diferenciación de la cultura no transcurre solo en los límites de las naciones y de los pueblos. La desigualdad cultural en el desarrollo de las gentes se manifiesta de una manera más radical si tomamos a todo el mundo, a toda la humanidad. Esta desigualdad precisamente sirve de base, antes que todo, para la división hecho y se hacen grandes esfuerzos especialmente en aquellos países cuyas clases dirigentes tienen un interés especial en la justificación ideológica del derecho a someter a otros pueblos, atrasados en su desarrollo cultural y económico. No es casual por esto que el país en que se hicieron los primeros intentos de fundamentar científicamente la idea de que estos pueblos se hallan en otro nivel de desarrollo biológico y pertenecen a una naturaleza humana especial (subespecie) sea Inglaterra (Lawrens, G. Smith y, en la segunda mitad del siglo pasado, J. Kent y sus discípulos). No fue casual, por ejemplo, el recrudecimiento radical de las predicaciones racistas en los Estados Unidos, al comienzo de la liberación de los negros. N. Chernishevski, demócrata revolucionario ruso (1828-1889), escribió: Cuando los propietarios de plantaciones de los Estados del Sur se alarmaron por sus posiciones esclavistas, rápidamente elaboraron todo el sistema de agudos razonamientos en defensa de la esclavitud; había surgido la necesidad de refutar las ideas del partido que se había convertido en enemigo peligroso de los esclavistas [...], y en esta lucha en el terreno de la elocuencia, de la prensa y de la ciencia hallaron enormes fuerzas, como las hallaron Se sabe, finalmente, que al tiempo que crecían las pretensiones coloniales de Alemania, el racismo combatiente se convertía más y más en la ideología de los círculos militaristas, pasando, finalmente a su forma más aguda, el fascismo. Para revestir científicamente las afirmaciones sobre la supuesta de dos clases de argumentos: morfológicos y genético-comparativos. Los intentos, emprendidos repetidamente, de demostrar la existencia de diferencias anatómicas en el cerebro de las gentes de diferentes razas pertenecen a los primeros. Sin embargo, estos intentos fracasaron inevitablemente. Por ejemplo, la capacidad media del cerebro de ciertas tribus negras resultó, después de investigaciones muy detalladas, incluso superior a la capacidad cerebral de los blancos (escoceses). Lo mismo ocurre con los resultados de las investigaciones de la estructura particular y delicada 119 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
del cerebro. En este aspecto O. Kleineberg, psicólogo, aporta en su libro sobre la psicología social datos característicos. Bean, colaborador del de la parte frontal de la corteza cerebral de los negros es relativamente inferior al de los blancos y que el cerebro de los primeros tiene otras según Bean, de deficiencias en los negros. Como al director del instituto, Mall, los datos aducidos por Bean le parecieron poco convincentes, repitió la investigación en el mismo número de cerebros, pero a diferencia de Bean realizó su comparación sin saber, de antemano, cuáles eran los cerebros que pertenecían a los blancos y los que pertenecían a los negros. Después que Mall y sus colaboradores dividieron los cerebros según los índices establecidos por Bean, en dos grupos, y luego contaron cuántos cerebros de las razas blanca y negra había en cada uno de ellos, resultó que se habían distribuidos en los grupos de manera casi igual; de este forma la conclusión de Bean resultó refutada. Seguramente, como señala Kleineberg a este respecto, Bean esperaba hallar índices de subdesarrollo de los negros, y consciente de antemano de la procedencia de los cerebros sometidos a Veamos ahora los argumentos genéticos. Su análisis representa un interés grande y especial, ya que toca directamente el problema de la desigualdad en el desarrollo de la cultura de diferentes pueblos. La base de estos argumentos la constituye la llamada hipótesis de poligenismo. El sentido de esta hipótesis se reduce a que las razas humanas tienen su origen independiente, es decir, proceden de distintos antepasados. Así explican las diferencias imborrables, según ellos, entre los pueblos, tanto por el nivel alcanzado como por las posibilidades del desarrollo ulterior. Sin embargo, a medida que se iban acumulando los conocimientos paleoantropológicos, esta hipótesis ha devenido más y más improbable y la mayoría de los investigadores modernos mantienen posiciones opuestas, posiciones que reconocen la comunidad de origen de todas las razas, las cuales, desde el punto de vista biológico, no representan ni más ni menos que variaciones de una especie única, la especie del Homo sapiens. Esto lo demuestra ante todo, el echo de que los rasgos raciales son pocos sustanciales y fuertemente variables, debido a que las fronteras entre las diferentes razas son en cierto modo engañosas, caracterizadas por transiciones imperceptibles. Los datos modernos demuestran que ciertos rasgos raciales, en determinadas condiciones, por ejemplo, en los desplazamientos a otras regiones geográficas, pueden cambiar de una manera bien sensible en el curso incluso 120 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de una generación. Otra prueba del origen común de las razas humanas la constituye también el hecho de que los signos individuales, cuyo conjunto traza los rasgos raciales, se hallan en diferentes combinaciones entre los representantes de distintas razas. Y finalmente, lo que es especialmente importante, las particularidades principales del hombre moderno, ya correlación entre la parte frontal y posterior del cráneo, la estructura característica de las manos, las particularidades del esqueleto adaptado a la posición erecta y a la marcha vertical, el débil desarrollo capilar en el cuerpo y otras, son propias de todas las razas humanas sin excepción. Hay que creer que las diferencias raciales surgieron a causa de que la antigua humanidad se extendió por la tierra fraccionándose en grupos aislados, cada uno de los cuales continuó su desarrollo bajo la influencia de condiciones de vida desiguales, adquiriendo, bajo esta influencia, ciertas particularidades que solo tienen importancia adaptativa respecto a aquellos factores naturales que actúan directamente (por ejemplo, la pigmentación de la piel que se produce bajo la acción de los rayos solares); además, el aislamiento de estos grupos es natural que reforzará la acumulación hereditaria de este género de particularidades biológicas, ya que, como sabemos, la acción de las leyes hereditarias no cesa en general, sino solamente con relación a la consolidación y transmisión de las conquistas socio-históricas de la humanidad. Pero es precisamente en el nivel de estas últimas donde se ven las mayores diferencias. Es cierto que el aislamiento relativo, la desigualdad de condiciones en el progreso económico y social pudieron crear, en los grupos humanos, habitantes de diferentes regiones de nuestro planeta, una determinada desigualdad en su desarrollo. Sin embargo, la gran diferencia que existe entre el nivel cultural y espiritual de los distintos países y pueblos no se puede explicar solo por la acción de los factores mencionados. En efecto, en el desarrollo de la humanidad surgieron, y empezaron a desenvolverse rápidamente, los medios de comunicación y las relaciones económicas y culturales entre los pueblos y esto hubo de ejercer la influencia opuesta, es decir, tuvo que promover la nivelación en el desarrollo de los diferentes países, llevando a los pueblos atrasados al nivel de los avanzados. Por esto, si la concentración de la cultura mundial, al contrario, se reforzó más y más de tal manera que unos países se convirtieron en sus máximos representantes mientras en otros se subyugaba; de todo ello resultó que las relaciones entre los países no se desarrollaron bajo los principios de la igualdad, colaboración y ayuda mutua, sino bajo el principio de dominio del fuerte sobre el débil. 121 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
La conquista de territorios, el saqueo y la sumisión esclava de la población indígena de los países atrasados y la conversión de estos territorios en colonias, representó para ellos un muro de contención y de retroceso en el desarrollo y progreso de su cultura. Y esto no ocurrió solamente porque a los pueblos subyugados se les privaba, a la inmensa mayoría de sus componentes, incluso de las condiciones materiales más indispensables para su progreso cultural, sino también porque se levantaban barreras artificiales que los apartaban de la cultura mundial. Aunque los opresores colonialistas siempre enmascararon sus fines egoístas con frases sobre su misión cultural y civilizadora, en realidad lanzaron a pueblos enteros a la miseria espiritual, y si ellos importaron valores culturales, estos fueron ante todo valores ficticios, no precisamente los portadores de una verdadera cultura, sino de algunos aspectos que solo se manifestaban en la superficie. Por tanto, la concentración y la alienación de la cultura del hombre no ocurren solo en la historia de diferentes países, sino, en formas aún más desnudas, en la historia de la humanidad en su conjunto. Esta alienación de la cultura tuvo como consecuencia la aparición de un abismo entre las enormes capacidades desplegadas por la humanidad, por un lado, y por otro, la miseria y el carácter desigual del desarrollo, el cual Este abismo, sin embargo, no es eterno, como no son eternas las relaciones socio-económicas que lo engendraron. Su total eliminación constituye el contenido del problema de las perspectivas del desarrollo del hombre.
VI El problema sobre el desarrollo ulterior del hombre constituye una de las cuestiones que interesan tanto a los antropólogos y psicólogos, como a los sociólogos. En su solución chocan entre sí los mismos puntos de vista contradictorios sobre la naturaleza del hombre, biológicos y socio-históricos, que en la solución de otros problemas de la antropología histórica. Está claro que este choque de puntos de vista transcurre no solo en un terreno netamente abstracto; tanto unos como otros se refieren a los grandes problemas sociales y fundamentan, por lo tanto, principios diametralmente opuestos para la solución práctica de aquellos. Los representantes de la primera tendencia netamente biológica, enfocan el desarrollo del hombre como una continuación directa del proceso biológico de evolución, dejan sin consideración los cambios ocurridos en 122 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
la última etapa de formación del hombre, en el tiempo de desarrollo del hombre moderno. Construyen sus representaciones sobre el futuro del hombre mediante la extrapolación del proceso de los cambios morfológicos, ocurridos en el período de su preparación, de su formación primaria, utilizando para este fin las observaciones sobre las variaciones de los rasgos individuales en las gentes modernas, a los cuales consideran unos como atávicos y otros como progresivos y proféticos, es decir, expresiones de la tendencia del desarrollo ulterior. Así ha surgido la concepción sobre la conversión gradual del hombre en un nuevo ser humano. Este ser del futuro, Homo sapientissimus, distintos autores lo describen de manera diferente, pero siempre como un ser en el cual predominan nuevas particularidades biológicas. Más que todo, lo representan como un individuo de elevada estatura, con un cráneo más redondo y de dimensiones mucho mayores que las del hombre moderno, cara pequeña y plana, de menos dientes en la boca y cuatro dedos en los pies. Hablando de sus propiedades psíquicas consideran que la principal la constituirá un intelecto refinado y poderoso; sus sentidos, al contrario, se debilitarán. No se trata, ciertamente, de estas representaciones más o menos fantásticas sobre el hombre del futuro; se trata de la comprensión de las leyes motrices de su desarrollo, de la comprensión que ellas encierran y de las consecuencias que se desprenden inevitablemente en el espíritu de este En realidad, si se mantiene el punto de vista de que el desarrollo del hombre transcurre en forma de desarrollo de las propiedades de la especie humana transmitidas por herencia, entonces la intervención en el curso de este proceso solo es posible con la ayuda de aquellas medidas que mejoren estas propiedades hereditarias. Precisamente de esta idea parte la llamada eugenesia, es decir, la teoría sobre el perfeccionamiento de la especie humana, fundada por primera vez a comienzos de nuestro siglo por F. Galton, autor de la obra Herencia del talento, sus leyes y consecuencias. Los eugenistas, con el fin de conservar y estimular el desarrollo ulterior las capacidades humanas exigen que se tomen una serie de medidas que como la mezcla con ellas de los representantes superiores de la especie que creen necesario estimular la procreación de gentes pertenecientes a las clases privilegiadas de la sociedad y razas superiores, y disminuir la 123 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
procreación de las capas inferiores de la población y de los pueblos de genética, parecida a la que se utiliza para el mejoramiento de la raza de los animales domésticos. Los representantes más reaccionarios de la eugenesia han ido mucho más allá, al fundamentar la necesidad de la esterilización forzosa e incluso al exterminio físico de personas y pueblos entero exterminios como uno de medios más efectivos para el mejoramiento de la especie humana. Se sabe perfectamente que estas concepciones monstruosas, horribles, no quedaron en el papel; ellas tuvieron su encarnación práctica en los campos de exterminio fascista y en los actos de violencia realizados por los modernos racistas. Por eso la lucha contra estas concepciones, el desenmascaramiento de su sentido reaccionario y anti-popular sale de los marcos de su importancia teórica abstracta; esta lucha es necesaria para limpiar la senda que lleve al triunfo de las ideas democráticas, de la paz y el progreso de la humanidad. El futuro del hombre es realmente maravilloso y está mucho más cerca de lo que piensan aquellos que confían en los cambios de su naturaleza biológica. Este futuro en nuestros días es visible; es el amanecer de la historia humana. El hombre no nace dotado de las conquistas históricas de la humanidad. Las conquistas del desarrollo de las generaciones humanas no se hallan encarnadas en el hombre, ni en sus gérmenes innatos, sino en el mundo que lo circunda, en las grandes creaciones de la cultura humana. Solo en el proceso de asimilación de este progreso, proceso que el hombre realiza durante su vida, él adquiere las propiedades y capacidades auténticamente humanas; este proceso lo sitúa entre los hombres de las generaciones anteriores y lo eleva muy por encima del reino animal. Sin embargo, incluso para los pocos que llegan a dominar las cumbres de las conquistas de la humanidad, estas conquistas no se presentan en su plenitud debido a la estrechez y al obligado carácter unilateral de la actividad de ellos; para la mayoría aplastante de las gentes, estas conquistas son solo asequibles en un ínfimo grado. Ya hemos visto que esto es resultado del proceso de alienación que transcurre en las esferas de Ia vida humana, tanto económica como espiritual. Por eso, solo la destrucción de aquellas relaciones sociales fundadas en la explotación del hombre por el hombre que lo engendran, puede eliminar este proceso y devolver al hombre, a todos los hombres, su naturaleza humana en toda su plenitud y variedad. 124 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Sin embargo, ¿es asequible el ideal de desarrollo en el hombre de todas las facultades humanas? La fuerza del prejuicio, enraizada en la conciencia, sobre las fuentes internas del desarrollo espiritual del hombre, es tan enorme que ella obliga a ver las condiciones de este desarrollo como si estuvieran de los pies a la cabeza: no es en la asimilación de las conquistas de la ciencia donde reside la condición para la formación de aptitudes científicas, sino en las capacidades para la ciencia, la condición de su asimilación; no es en la asimilación del arte donde reside la condición para el desarrollo del talento artístico, sino en el talento artístico la condición para la asimilación del arte. En de esta consideración es por lo que generalmente se hace referencia a hechos que demuestran las capacidades de unos y la incapacidad completa de otros para tal o cual actividad, sin plantearse al mismo tiempo el problema del origen de estas mismas capacidades y por lo general se toma el carácter espontáneo de su primera formación por capacidades. Sin embargo, actualmente disponemos de pruebas irrefutables de que las capacidades, y precisamente aquellas cuya naturaleza se halla más disimulada, las capacidades musicales, surgen durante la vida. Sirve de ejemplo la experiencia de la educación musical temprana de numerosos niños que no han sido especialmente seleccionados, la cual ofrece el ciento por ciento de buenos resultados. Esta experiencia la lleva a cabo ya durante muchos años. Kravet en la escuela musical infantil de Chakalovsk, en los alrededores de Moscú. Resultados análogos ha conseguido en el Japón el psicólogo y pedagogo S. Sudzuki, que en 1946 empezó esta labor sistemática y experimental abarcando a un número considerable de niños de la más tierna edad; será suficiente decir que la orquesta por él organizada la componen mil pequeños violinistas. Por lo tanto, el problema real no consiste en la capacidad o incapacidad de las personas para asimilar las adquisiciones de la cultura humana, de hacerlas accesibles a su individualidad y de contribuir al progreso con su aportación. El problema consiste en que todos los hombres y todos lo pueblos, tengan la posibilidad de marchar por el camino del desarrollo sin ninguna clase de limitación. Este es el gran objetivo que se ha planteado la humanidad progresista. Y este objetivo es asequible, pero solo en condiciones capaces de liberar a los hombres del peso de las necesidades materiales de destruir los efectos monstruosos que produce la división del trabajo físico e intelectual, de crear un sistema de educación que permita el desarrollo integral y armónico, ofreciendo la posibilidad de participar, creadoramente, en todas las manifestaciones de la vida humana. 125 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Estos serán los hombres del futuro. Los mejores pensadores de la humanidad soñaron con estas gentes y las esperaron. qué entonces no será la simple existencia, sino el servicio al, hombre, cuya imagen se elevará, en lo más alto; para los hombres libres, todas las alturas serán asequibles. Entonces se vivirá en la libertad y los mejores serán aquellos que con más fuerza abracen al mundo, aquellos que más profundamente lo amen, los mejores serán los más libres y en ellos habrá más belleza.
¡Grandes serán las gentes de esa vida!
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UN ESPECTRO ESTÁ RONDANDO A LA PSICOLOGÍA: EL DETERMINISMO GENÉTICO ETHEL TOBACH* Versión al español DEMETRIO CAMPA GALLARDO
Y de nuevo pudiéramos preguntarnos lo siguiente: qué disciplina diferente a la psicología general puede decidir esta controversia entre el animal y el hombre en la psicología; en esta decisión descansará nada más y nada menos que el destino total de esta ciencia. VYGOTSKI (1927) Yo escogí el problema de lo biológico y lo social porque hay todavía puntos de vistas que afirman la existencia de un condicionamiento fatalista de la psique de las personas a través de la herencia biológica. Estos puntos de vistas extienden las ideas de discriminación racial y nacional, así como el derecho al genocidio y a las guerras destructivas a la psicología. Ellos amenazan la paz y la seguridad de la humanidad, y están en contradicción flagrante con los hallazgos objetivos LEONTIEV (1960- 1961)
¿Cómo formulamos la relación entre la psicología y la sociedad? Mi punto de vista es como sigue: uno trabaja como psicólogo para contribuir al bienestar de la sociedad, es decir, a través del uso de cualquier técnica o conocimiento *
Museo Norteamericano de Historia Natural, Ciudad Universitaria de Nueva York. 127 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
uno podría actuar sobre las personas y las formas en que ellos funcionan. Esto implica que el psicólogo no solo está comprometido recogiendo información especial sino también está inmerso en una actividad que es pertinente a las actividades de la sociedad. ¿Cómo hacemos para seleccionar la información a ser recogida... Qué tipos de preguntas hacer, cómo entender el conocimiento que se obtiene, y sobre todo, cómo entender la forma en que este conocimiento se relaciona con las vidas de las personas? ¿Tenemos alguna responsabilidad especial debido a que trabajamos con personas? especializada en los Estados Unidos y trabajo en ese mismo país. Les hablaré sobre mis experiencias allí. El relato que estoy contando es muy pertinente a los países norteamericanos, al Reino Unido, a Irlanda, a Europa contemporánea, etcétera. Uno necesita nombrar a la psicología y a la sociedad. Los países que he nombrado son industrializados, forman las
Es necesario considerar y entender que todas las personas son pertinentes hoy. La interconexión entre los individuos y las comunidades a las que ellos pertenecen nunca ha sido tan estrecha como lo es hoy en día, debido al rápido acceso que se tiene de los sucesos que ocurren en cualquier parte del mundo casi al mismo tiempo en que ellos están teniendo lugar. Las diferencias culturales y socioeconómicas que existen entre nosotros nos afectan cuando recibimos estas informaciones. Todos estamos interconectados como resultado de la mega-globalización de la economía. Los dos procesos, la comunicación (espacio cibernético) y la globalización económica, se interconectan. Los científicos se han convertido en meros participantes en esos procesos; con escasa oportunidad para afectar los mismos. Ellos tienen muy poco control sobre el resultado de su trabajo. Los científicos de los países de mercado libre han entrado en la globalización económica patentando su trabajo o vendiéndolo a las corporaciones. Algunas personas que han vivido hasta hace muy poco tiempo en sociedades gobernadas por individuos que no eran nativos, buscan vivir en semejantes sociedades de mercado libre. Tales individuos, en la persecución del conocimiento que ellos creen será necesario para ser industrializado con una economía de mercado libre, se dirigen a los psicólogos que viven en esos países para su educación y entrenamiento teórico y práctico. De esta manera, uno puede decir que la psicología en muchos escenarios del planeta es más bien homogénea: debido a que la 128 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
mayoría de los psicólogos del mundo poco industrializado realizan sus entrenamientos en los países industrializados de Norteamérica y Europa. estructurado en clases, comprometido en un nuevo colonialismo en forma de globalización del control financiero por parte de un pequeño número de centros monetarios y económicos internacionales.
Por psicología, entenderemos ese proceso social donde los individuos están comprometidos observando e intentando entender la actividad de todos los otros organismos que van desde los organismos acelulares, incluyendo plantas y vegetales y algunos organismos de los niveles intermedios, hasta los organismos multicelulares, tales como los seres humanos. La historia de ese proceso cultural que llamamos psicología nos revela que hay muchos instrumentos, métodos y niveles de integración. Estos son, por ejemplo, como sigue: la bio-psicología en el nivel subcelular (que comprende los procesos bioquímicos y genéticos); psicología política en el ámbito internacional, como puede verse en la comprensión de los problemas de la guerra y la paz y en la solución de los conflictos internacionales. Este proceso cultural que llamamos psicología en los países industrializados, o sea, sociedades de mercado libre, comprende instituciones de educación y entrenamiento, organizaciones profesionales, puestos de trabajo en la industria privada (tales como las compañías farmacéuticas, compañías de espacio cibernético, agencias publicitarias y otros servicios empresariales, como la salud y la educación o con los gobiernos de las diferentes sociedades, incluyendo sus agencias militares, cuerpo diplomático, Estados de diferentes tipos, etcétera). En otras palabras, dadas las multifacéticas actividades de los seres humanos, hay tantos tipos diferentes de psicologías y psicólogos como de sociedades existen. Hay, sin embargo, un común denominador de todas estas actividades y encuadres de los individuos. Me gustaría ocuparme del problema de qué tipo de conocimiento nosotros estamos recogiendo y, al mismo tiempo, estoy diseminando hoy en un tipo particular de sociedad que he descrito: una economía de mercado libre, o aquellos que viven en países recientemente independizados que buscan vivir en una economía de mercado libre. Comenzando a partir de esta conceptualización, uno puede hablar sobre la psicología global en segmentos de sociedad que es igualmente global, y propone esos recientes desarrollos que afectan la teoría y la práctica 129 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
psicológica en las naciones del mercado libre globalizado perteneciente igualmente a todos estos países en que hay psicólogos. Puede decirse que la psicología global, está caracterizada de la forma siguiente: primero, se enfoca en actividad humana. Segundo, la relación entre las personas y los animales se describe en términos antropomórficos; es decir, los animales son como las personas o con interpretaciones zoomórficas, o sea, las personas son como los animales. Estos dos enfoques confían fuertemente en las investigaciones realizadas con animales para capacitar a los psicólogos, para explicar la conducta humana. Esto es típico en la teoría de la psicología de contingencia, la etología, la socio-biología y la psicología evolutiva. Sin embargo, yo propongo que la similitud absoluta entre las psicologías de todos los países está en el énfasis en el proceso genético como cuestión central para la comprensión de la conducta. Dos grandes desarrollos están nutriendo el determinismo genético la teoría y la práctica de la psicología; el desarrollo de la genómica y el de la psicología evolutiva. Este es un determinismo genético en su versión más moderna. La genómica es la ciencia de la descripción y manipulación genética. La psicología evolutiva es el resultado de la fusión de la socio-biología y la psicología estadounidense contemporánea. afirmación de que los procesos genéticos son las características definitorias de la vida es obvia y casi trivial.
La afirmación de que los programas genéticos dirigen o son los determinantes últimos de todas las características y actividades humanas no es trivial y, en una consideración cuidadosa, veremos que no es tan obvio como se ha pensado. Las teorías psicológicas que están basadas en la contingencia, en la etología, en la sociobiología y en la psicología evolutiva no son declaraciones obvias ni triviales acerca de que la causalidad última de la actividad humana reside en los procesos genéticos. Esas configuraciones, de nucleótidos en las estructuras funcionales nucleares y extra-nucleares son esenciales en el mantenimiento de las actividades para sostener la vida y ofrecen algún conocimiento necesario acerca de las funciones vitales pero, en general, este no es suficiente. Los psicólogos necesitan instruirse en el conocimiento necesario y suficiente sobre genética si quieren cumplir con sus responsabilidades de entender la actividad humana para contribuir al mejoramiento del bienestar de la humanidad. Los genes, su estructura y función son las herramientas básicas de la psicología evolutiva y la genómica. Estas dos disciplinas están interconectadas 130 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
como ocurre en la mayoría de los fenómenos en la actividad humana. Muchos genomistas y psicólogos evolutivos dicen que ellos no son deterministas genéticos, aunque sí confían en los procesos genéticos para desarrollo, es decir, los procesos reguladores que controlan el desarrollo son dirigidos por los genes que dependen a su vez de las propiedades del ambiente. Sin embargo, la evolución trabaja a través de los genes, y a través del tiempo evolutivo hay retención selectiva de variantes genéticas ventajosas. Así, ellos adoptan la selección y adaptación natural darwiniana. Los genes son los últimos agentes causales. ¿Cómo son la psicología evolutiva y la genómica, cómo se relacionaron, se desarrollaron en el proyecto del genoma humano? La primera, la psicología evolutiva, es una teoría desarrollada por un psicólogo (Cosmides) y un antropólogo (Tooby) sobre la evolución de la conducta humana. La segunda, la genómica, es una disciplina internacional multi-estratificada multi-centrada, practicada principalmente por genetistas moleculares que normalmente tienen entrenamiento médico. Si nos ajustamos estrictamente a la ideología de muchos en la profesión médica, la genómica es una industria que está actualmente envuelta en disputas legales para el mando de las patentes de genes descubiertos y la cura de enfermedades relacionadas con esos genes patentados. La psicología evolutiva es ahora ampliamente destacada entre estudiantes y departamentos de psicología a lo largo y ancho de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra y disfruta de programas consolidados no solamente en investigaciones psicológicas, sino también en la medicina general, en la antropología, en la sociología y en la psiquiatría. La genómica disfruta de apoyo financiero gubernamental y privado extenso y se ha convertido en un actor principal en el mercado accionario. ¿En qué se parecen ambas disciplinas? 1. Ambas se centran en los procesos genéticos. 2. Ambas tienen algo que decir acerca de la evolución humana. 3. Algunas personas que trabajan en el proyecto del genoma humano tienen algo que decir sobre el comportamiento humano, particularmente sobre lo que se considera conducta disfuncional o enfermedad emocional y mental. Muchos que siguen los preceptos de la psicología evolutiva, tal como se ha definido más recientemente 131 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
por Cosmides & Tooby, tienen mucho que decir actualmente acerca de la conducta humana. 4. Los medios de comunicación y los escritores populares cuando se refieren a las diferencias entre las mujeres y los hombres, a las características hereditarias de la conducta, incluyendo la inteligencia, la agresión, etcétera, utilizan la psicología evolutiva y la genómica como justificación científica a sus puntos de vistas. 5. Cada una, con su propio lenguaje, plantea el valor significativo que tienen estas teorías para el bienestar humano.
RAÍCES HISTÓRICAS DEL DETERMIMSMO GENÉTICO EN ESTADOS UNIDOS Y EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA UNIÓN SOVIÉTICA Al comparar las similitudes y diferencias entre la teoría y la práctica hay que señalar la necesidad de un análisis completo de las suposiciones hechas sobre los procesos genéticos en ambas historias. Aunque la psicología evolutiva contemporánea se ha proclamado como una innovación, nosotros debemos recordar que esa psicología de los países de habla inglesa se ha preocupado por los problemas evolutivos desde Darwin, Romanes y Herbert Spencer; por ejemplo, se ocuparon de las relaciones entre los seres humanos y otros animales, así como de la evolución. Los principios fundamentales de la evolución darwiniana son la selección natural, la centralidad de la reproducción, la adaptación y la heredabilidad. Herbert Spencer es importante en esta discusión debido a que él aplicó la teoría darwiniana a la sociedad, lo que se conoció como darwinismo social. La misma ideología fue aceptada por los científicos en la Rusia zarista y produjo una academia en psicología similar a aquella de los países norteamericanos y europeos. En 1927 cuando Vygotski escribió sobre la crisis en psicología en la recién establecida Unión Soviética, él se preocupaba por el legado materialista no dialéctico de los psicólogos del período prerrevolucionario. Vygotski se dirigió a la nueva academia soviética que tenía dentro de ella la misma base determinista genética y el mismo enfoque reduccionista que existía en la psicología de EE.UU. y sus aliados en la década de 1920. Las cuestiones de la evolución, específicamente, la diferencia entre los seres humanos y otros animales, y de la herencia, eran endémicas en la academia 132 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
soviética, de aquellos tiempos. De hecho, había un movimiento eugenésico activo en la URSS en las décadas de 1920 y 1930 (Adams, 1989). Vygotski tenía una visión basada en una comprensión del materialismo dialéctico e histórico tal como fue postulada por Marx, Engels y Lenin. Un interés similar también se hace evidente en los escritos de Luria y Leontiev. Ellos frecuentemente señalaron que hay diferencias entre los seres humanos y otros animales. Esto puede verse como una fase de comprensión de los niveles de integración, como una conceptualización materialista dialéctica de los procesos biológicos evolutivos, inicialmente elaborada por Joseph Needham, un bioquímico inglés. Incluso, cuando la noción sobre la diferencia entre las personas y los otros animales se formula como el resultado de procesos socio-históricos, por ejemplo, el papel del trabajo (Engels, 1940), ello ignora la continuidad de procesos bioquímicos y fisiológicos a lo largo de la evolución como se evidencia en todos los organismos. Cuando aquellos que están interesados en utilizar el materialismo dialéctico e histórico en la ciencia permanecen apegados a semejante formulación inicial acerca de la diferencia entre los animales y los humanos, aceptan, de hecho, una diferencia que se hace eco de conceptos darwinianos de las diferencias entre los animales y las personas, es decir confían en la herencia de las características conductuales. Esto puede conducir, como fue el caso de Vygotski, a investigaciones con gemelos, en las que se asume que las características heredadas son pertinentes a la actividad del niño. La discusión de Vygotski de la relación entre la herencia y la socialización estaba ya presente en el modo mendeliano de abordar las características de la familia. Él vió la superioridad de lo último, es decir, la socialización en lugar de lo anterior, o sea, la herencia, en la comprensión de las formas en las que los niños aprendían y se comportaban. No obstante, a través de los estudios con gemelos, él buscó alguna explicación del papel que desempeñaban las características hereditarias en los niños estudiados. La ciencia de la genética estaba subdesarrollada en los tiempos de Vygotski, y la teoría evolutiva no había integrado todavía la biología darwinianamendeliana con la posterior sofisticada genética molecular. No obstante, como indiqué en las citas anteriores sobre Vygotski y Leontiev, la nueva psicología soviética estaba en una crisis debido al legado del pensamiento materialista mecanicista y reducccionista sobre la biología, que se expresaba en las ideas sobre la herencia, y sobre la relación entre la socio-psicología humana y la evolución. El materialismo dialéctico e histórico formula sus principios con un enfoque sobre los niveles, pero el concepto de niveles de integración no se hizo explícito 133 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
hasta la década de 1930 (Needham, 1937-1943). No está claro si Vygotski, Luria o Leontiev estaban familiarizados con cualquier discusión explícita del concepto, o si Luria o Leontiev estaban conscientes de la discusión sobre niveles de integración que fueron planteados por Novikoff en 1945 (Novikoff, Aunque las características bioquímicas de la herencia no eran conocidas cuando Needham escribió sobre los niveles, ya él había indicado que el nivel bioquímico de organización no podía explicar fenómenos de la como la conducta social. (Formular el concepto de niveles en términos de de niveles posteriores como procesos evolutivos de desarrollo histórico.) En el enfoque sistemático de los niveles de Needham, es decir, en el análisis explícito de una categoría como conducta social (en el estudio sobre los gemelos realizado por Vygotski, el aprendizaje sería la categoría de conducta social), las características fisiológicas o anatómicas que eran idas de los gemelos, no se verían como elementos que ofrecieran explicaciones de los procesos de aprendizaje. Tales características estructurales y funcionales compartidas tendrían que ser analizadas y demostradas para ser relacionadas con la actividad de aprendizaje o con la conducta social. En otras palabras, se asumiría que porque ellos compartieron características fisiológicas o anatómicas, uno podría ser capaz de entender mejor las similitudes o diferencias de las formas en que los así llamados gemelos idénticos aprenden, o las formas en que los hermanos, o los así denominados gemelos fraternales, aprenden. Las características funcionales y estructurales de un nivel, por ejemplo, fisiológico-anatómico, no pueden por sí mismas determinar las características estructurales y funcionales de los niveles subsiguientes. De los escritos de Darwin y Spencer, y de Galton, el exponente principal del determinismo genético, se derivaron desarrollos en América del Norte y Europa durante este tiempo. Puede verse su efecto en la nueva ciencia de la psicología en los escritos de William James, G. T. Ladd y J. M. Baldwin (Boring, 1950). Estos autores se centraron más en los problemas de la selección natural y la adaptación, con un fuerte prejuicio teleológico, en lugar de apoyarse en la reproducción y la heredabilidad. Los psicólogos que más se preocuparon por la heredabilidad fueron William McDougall y G. Stanley Hall (Boring, 1950). Ellos influyeron en la 134 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
psicología de su tiempo y hasta hoy en día, enfatizando las diferencias grupales e individuales en los seres humanos, así como los instintos. (Boring llamó a Hall un evolucionista psicológico, pero él y otros usaron la frase Durante el período postdarwiniano inicial de este desarrollo en psicología, los biólogos que se relacionaban con problemas evolutivos hicieron énfasis en los procesos de la herencia. Esta última preocupación no solo producía el desarrollo de la genética de la población, sino también de la genética molecular, tal y como la conocemos hoy en día. Los intereses de Galton, McDougall y Hall en la herencia de la conducta y las características mentales eran el hilo del pensamiento evolutivo en psicología que se convirtió en la urdimbre y la trama de otra área de la teoría psicológica e investigativa: la genética de la conducta. Aunque la genética de la conducta fue estimulada grandemente por el desarrollo de la genética de la población, su campo contemporáneo se casa con las genéticas moleculares y es un área reconocida y de apoyo de la teoría y la investigación en la psicología actual. Fue principalmente la influencia de Galton en América del Norte y Europa, la que condujo al establecimiento del estudio de los gemelos idénticos en la búsqueda de cuánto de la conducta es heredada y cuánto es medio-ambiental. La tradición de la investigación con gemelos continuó después de Vygotski y todavía es un campo activo de investigación en la Rusia contemporánea.
LAS DOS INFLUENCIAS SIGNIFICATIVAS EN LA PSICOLOGÍA GLOBAL A. La psicología evolutiva Los principios básicos de la psicología evolutiva de Cosmides & Tooby se derivan de la socio-biología de E. O. Wilson, la cual, a su vez, se deriva de la teoría darwiniana elaborada por Hamilton, Trivers y Dawkins. Ellos son: el concepto de eficacia darwiniana, es decir, la contribución genética probable de un individuo a las generaciones subsiguientes; y, particularmente, la eficacia darwiniana inclusive, como fue desarrollada por Hamilton, es decir, la suma de la propia eficacia darwiniana de un individuo más toda su influencia en la eficacia darwiniana de sus parientes diferente a los descendientes directos, por lo tanto, el efecto total de la selección parental con referencia a un individuo. La selección parental se refiere a la selección 135 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de genes debido a uno o más individuos que favorecen o desfavorecen la supervivencia y reproducción de los parientes (diferente a los descendientes), los cuales poseen los mismos genes a través de la descendencia común. Esto se relaciona con el altruismo recíproco, es decir, el favorecimiento de individuos sobre la base del número de genomas compartidos. Cosmides & Tooby elaboran dos conceptos genéticos: 1) Los genes nucleares y los citoplasmáticos están en conflicto entre sí; esto nos ayuda a entender las diferencias en las conductas de las mujeres y los hombres. 2) Los seres humanos contemporáneos llevan el mismo genoma que la especie de los homínidos de hace 2 500 000 años, lo cual nos ayuda a comprender cómo piensan y resuelven los problemas los humanos actuales. Ahora examinaremos cada uno de ellos. Primero, analizaremos el conflicto entre los genes nucleares y los genes citoplasmáticos. Estos autores dicen que ambos tipos de genes son manejados por la eficacia darwiniana, es decir, cada tipo de gen aspira a ser representado en la próxima generación a expensas del otro. Esto conduce a un conflicto entre ellos. Los genes citoplasmáticos son primarios y maternalmente derivados, y la descendencia es primariamente a través de la línea materna. Estos genes vencen entonces a los genes nucleares masculinos, excepto donde los genes masculinos favorecen la supervivencia de la descendencia que, por supuesto, tiene ambos tipos de genes, los femeninos y los masculinos. Esto se ve como pertinente al conflicto entre las conductas reproductoras masculina y femenina (los varones necesitan extender su esperma ampliamente, considerando que las hembras escogieron el esperma del varón que puede mantener mejor su descendencia que ella incuba y nutre). Se hace necesario refrescar brevemente los conceptos de genes nucleares y genes citoplasmáticos. Primero, permítannos observar una célula animal típica y sus estructuras. Ahora permítannos mirar las fuentes principales de genes nucleares y genes citoplasmáticos: el núcleo y el sistema de la mitocondria. En los animales, la fuente mayor de genes citoplasmáticos o genes extra-nucleares está en la mitocondria. La mitocondria es el motor energético necesario que hace posible que todas las células y sus partes funcionen. Ellas están presentes tanto en el huevo como en el esperma, aunque en una magnitud significativamente menor extendidas en la esperma. Ellas contienen su propio ADN y ARN y sintetizan sus propias proteínas. Las mitocondrias humanas han sido secuenciadas y se ha encontrado que contienen un poco menos de 17 000 pares de base de ADN, ó 37 genes. La mitocondria codifica algunas proteínas y todas trasladan ARN, lo cual es importante para la producción de proteínas. Pero, para todas estas funciones 136 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
nucleares, citoplasmáticas o extra-nucleares se necesitan los nucleótidos y las proteínas. Los genetistas han confirmado la interdependencia de la mitocondria en los genes nucleares y en las proteínas de la célula. Esto puede conducir más a una cooperación entre los genes nucleares y los citoplasmáticos que a un conflicto entre ellos. Aunque la herencia mitocondrial se realiza fundamentalmente a través del ancestro materno, algunas especies han mostrado herencia paterna. En su mayor parte, durante la meiosis (duplicación de células germinales el huevo y la esperma) y la mitosis (duplicación de todas las otras células somáticas [el soma]), las mitocondrias se fragmentan, pero se reconstituyen cuando contienen el ADN y ARN necesario. La mitocondria se reproduce mediante la división que sigue al crecimiento de la célula en la cual ella se encuentra. Las proteínas hechas por la mitocondria no están involucradas, hasta donde se sabe, en la producción de células sexuales (huevo y esperma); las estructuras resultantes relacionadas con esas proteínas son autosomáticas (células somáticas). Durante la fusión del huevo y la esperma, la mayoría de las mitocondrias en la esperma están ausentes, por ejemplo, en el ratón solo 1 de cada 10 000 mitocondrias es derivada de la esperma. Así, se dice que la herencia mitocondrial ha terminado su antepasado materno. La mayoría de nuestros conocimientos sobre la función mitocondrial viene de las plantas, hongos, bacterias y levaduras que son más fáciles de estudiar. Cosmides & Tooby reconocen que su teoría está basada en nuestro conocimiento, aún incompleto, de la estructura y función de la mitocondria humana. Sin embargo, debido a que ellos creen que los fenómenos de altruismo, eficacia darwiniana y selección de los descendientes son principios fundamentales en animales y plantas, a partir de esos organismos ellos los extrapolan a los seres humanos. El segundo principio de Cosmides y la psicología evolutiva de Tooby plantea que el genoma humano contemporáneo es igual al de los homínidos del pleistoceno (que vivieron hace aproximadamente 2 500 000 años). ¿Qué nos ha enseñado la investigación del genoma sobre la función y la estructura de los genes? Primero, es probable que ellos frecuentemente estén cambiando más de lo que se pensó. La recombinación, pérdida de partes de la sucesión atraviesa 137 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de uno a otro cromosoma con cambios consecuentes en la función genética, todos los cambios pueden ocurrir y tales cambios no siempre tienen efectos dañinos (Griffiths y otros). Aunque hay mucha discusión sobre la validez y fiabilidad del reloj molecular (calculando el curso del tiempo de los cambios genéticos mediante la identificación de genes que cambian inicialmente y luego persisten posteriormente en los organismos más evolucionados), dándonos así una historia exacta sobre la balanza de tiempo de cambio genético y formación de especies, esto nos conduce a la idea de que hay razón para creer que en 2 500 000 años, pueden haber tenido lugar algunos cambios. Por ejemplo, permítannos considerar los muchos cambios que tuvieron lugar en la morfología y en las especies conocidas entre el Homo erectus y quizá el Homo habilis aproximadamente 2 500 000 años atrás, y la aparición del Homo arcaico sapiens y el Neanderthal hasta finalmente el moderno Homo sapiens, que apareció aproximadamente hace unos 100 000 años. Dados tales cambios morfológicos, ecológicos y climáticos, junto con la migración de los homínidos a diferentes hábitats, es muy probable que la conducta también haya cambiado. Los psicólogos evolutivos dicen que las condiciones neuro-anatómicas y neuro-fisiológicas necesarias para adaptarse al medio no cambiaron sustancialmente a partir de las especies más tempranas. Esta es una suposición difícil de validar ya sea buscando la actividad de la conducta, o haciendo inferencia a partir de los artefactos duros (huesos, piedras afiladas), o por la información presente que va más allá de la creatividad de los científicos que hacen las inferencias; o buscando cambios en animales contemporáneos como han hecho Krech, Diamond y sus colegas cuando esos animales, dados el estímulo complejo y los problemas que resuelven con la experiencia, proporcionan algunos desafíos interesantes a la suposición sobre la conducta inmutable. Sin embargo, la suposición todavía sigue siendo una cuestión abierta para el debate y la discusión por la mayoría de los psicólogos.
B. La genómica El otro desarrollo significativo e importante para los psicólogos es la ciencia, recientemente establecida, de la genómica, que está influyendo sobre la actividad humana de muchas formas diferentes, y su aplicación a situaciones presentes en las cuales los psicólogos podrían desempeñar un papel significativo dirigiendo políticas para el beneficio del bienestar humano. 138 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Muchos de ustedes han visto los resultados de las actividades de los genomistas en los medios de comunicación. Cada uno de estos aspectos en medios de comunicación son cuestiones actuales pertinentes al psicólogo como un recopilador de conocimientos (investigador) y como educador como contraste con lo que pudiera llamarse vidas disfuncionales. Para entender cómo evaluar los adelantos anunciados de la genómica en los medios de comunicación (con los cuales se nutren sus estudiantes y clientes) puede ser útil un poco de historia sobre el genoma. La historia del proyecto sobre el genoma humano comienza con Hiroshima y Nagasaki, y sigue a través de nuestras continuadas pruebas de las bombas atómicas y de hidrógeno. El Departamento de Energía estaba interesado en saber cómo se pudieran descubrir los efectos de la radiación sobre los genes. La genómica es la ciencia que describe todo el ADN y todas las sucesiones de nucleótidos de ARN de un organismo. La misión del Proyecto del Genoma es hacer esto para todos los organismos: plantas y animales y formas orgánicas intermedias, tanto acelulares como multicelulares. Hoy en día se están llevando a cabo investigaciones apoyadas por el gobierno en muchos sitios y en muchos países. A pesar de la motivación inicial para la institución del Proyecto del Genoma Humano, el énfasis de las investigaciones está en las enfermedades, los renglones económicamente importantes como animales de granja, granos y otras plantas, y en una magnitud limitada, los efectos en la polución del agua y del aire, y de sustancias químicas en el lugar de trabajo, etcétera. Por lo tanto, aparte del ser humano el énfasis está en organismos microbianos y otros organismos infecciosos. Bajo el ímpetu de la tragedia en Japón se está estudiando el neuro-gás sarín (NIH) y los genes que son diferencialmente susceptibles a los agentes medioambientales. Los problemas que afronta el genomista son muy amplios. Lo más urgente, como dijo un científico, es cómo contestar la o las configuraciones del par-base del fenotipo (la expresión del nucleótido rasgos y en las sucesiones de nucleótidos presenta bastantes problemas analíticos. Se hace difícil atar un gen a un modelo o patrón de conducta. Esto se hace posible, por ejemplo, para la industria del tabaco, cuando se proclama que no es el humo del cigarro el que causa cáncer, sino el gen que la persona lleva es lo que la hace susceptible para que el humo del cigarro cause en ella el cáncer. Tales problemas de análisis y atribución producen otros patrones sociales. 139 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Uno se recuerda del caso ocurrido en EE.UU. en el que se encontraron ciertas sustancias en un puesto de trabajo que afectaban el embrión y su desarrollo fetal. Se despidieron mujeres de sus trabajos, estuviesen embarazadas o no. De esta manera, si los productos químicos en el puesto de trabajo afectaban la viabilidad de la descendencia, de hecho, la mujer no podría demandar a la compañía ya que no trabajaban allí. La compañía escogió no arriesgarse a que una mujer se embarazara, en lugar de corregir la fuente de la contaminación. Se han trazado las sucesiones enteras de nucleótidos en cromosomas, particularmente en bacterias, en la mosca de la fruta, en el ratón, en los humanos, en un gusano ( C. elegans) y en un agente patógeno ( E. coli, 1997). Las investigaciones del genoma están en proceso para el moho del limo, el pez cebra, las ratas y el cerdo. El número de genes a ser descrito se incrementa tanto como las técnicas para volverse así más sofisticado (New York Times, septiembre 23 de 1999), de esta forma el número que se conjetura para el ser humano varía entre 50 000 y 140 000. Cuando ellos completaron el análisis del genoma del C. elegans el número fue de 12 000 a 19 000. Estas descripciones son estructurales, no funcionales. No se conocen completamente las funciones reales de las regiones del cromosoma denominadas genes. La investigación que busca extraer las proteínas que se producen, así como su desarrollo histórico, y su función en las diferentes etapas de desarrollo se mantiene aún sin realizar. Por ejemplo, el E. coli ha sido completamente secuenciado (el organismo que hace que enfermemos cuando ingerimos comida que alberga este organismo). Aunque la determinación de la sucesión completa del E. coli ha requerido casi seis años de investigación, esto representa solo el principio de nuestra comprensión del fenómeno. Se necesitarán investigaciones posteriores para determinar las funciones precisas para todos los genes. Aristides Patrinos, cripción completa de nuestro genoma no será suficiente para comprender su organización funcional, ni para entender las unidades individuales ni su Es evidente la importancia de esa declaración de Patrinos de los descubri la información es incompleta sobre la función de una enzima o proteína en una célula de levadura, o una bacteria, las implicaciones éticas pueden ser triviales. Pero cuando un genomista anuncia que se ha encontrado un gen 140 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
para la característica de una conducta, las consecuencias son más serias. Hay consecuencias para la habilidad de trabajar, para los seguros, y otras cuestiones de acciones legales. Los medios de comunicación son rápidos lismo, para la esquizofrenia o para la homosexualidad. Se incluye a la encontrado sugestivo los hallazgos de genes para la memoria y el aprendizaje en ratas y ratones con relación a lo que pudiera ser encontrado en el ser la inteligencia, en las funciones cognitivas, en el género, en las razas, en las clases, etcétera. Normalmente los genomistas usan las técnicas de población genética. Se trazan las frecuencias familiares y generacionales de una característica particular y luego el genetista analiza el genoma de los individuos alto en los individuos estudiados, entonces se supone que debe haber un gen para esa característica específica. El genomista humano frecuentemente trata al genoma como un proceso independiente, un fenómeno en el vacío. Por ejemplo, el doctor Patrinos, del 1 % de las sucesiones de pares-bases varían de un humano a otro, una cantidad trivial dados los tres mil millones de pares-bases (de nucleótidos que constituye el ADN). Cabría esperar encontrar eso en una célula cualquiera, en la forma de aproximadamente 40 a 80 000 genes (o más). Él señala que nosotros somos, desde el punto de vista genético, más iguales que diferentes. Esta afirmación introduce un problema importante y complejo. Primero, enfermedades ciertamente serias expresadas en conductas disfuncionales complejas, como las de aprender, son el resultado de los defectos en un número relativamente pequeño de pares-bases (los nucleótidos que se encuentran en pares en forma de ADN y ARN) como en la fenilcetonuria (PKU). Así, los genetistas conductuales tienen justificación para centrarse en esta diferencia de 1 %, ya que algunos pares-bases, como se ha demostrado, pueden determinar algo tan complejo como la inteligencia humana. Esto conduce a un segundo problema: la singularidad de cada individuo descansa, por consiguiente, en un número relativamente pequeño 1
Aquí hay que recordar que los sistemas complejos son altamente sensibles a pequeños cambios, el butterfly effect 141 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de pares-bases, pero surge así la interrogante: ¿cómo hacemos para saber qué de esas diferencias es trivial y qué es significativa? 1 Uno debe considerar que la diferencia aparentemente pequeña puede expresarse en cualquier número de proteínas diferentes pertinentes a la bioquímica (neurotrasmisores), a la morfología o a la fisiología del individuo. del pequeño número de variaciones en los pares-bases que poseemos, cada organismo es único. Incluso los llamados gemelos idénticos no son precisamente parecidos. Esta cuestión de lo similar y lo diferente en cada individuo se mantiene aún sin solucionar.
Lo que debe poner al psicólogo en alerta es la fácil extrapolación de los niveles bioquímico y morfológico, y de las expresiones fisiológicas de los genes a algún tipo de conducta concomitante. El genomista está seguro de que las técnicas desarrolladas por psicólogos comparativos, psicólogos en gusanos, ratones y ratas, o en humanos, puede decirnos qué gen o grupos de genes son responsables de conductas disfuncionales tales como la esquizofrenia o el alcoholismo. Ellos pueden trabajar entonces con las compañías farmacéuticas para desarrollar productos bioquímicos para afectar esa conducta (medicación). namiento de un ratón para evitar rápidamente el choque eléctrico es una rata es igual que la ansiedad en un ser humano. Por eso los psicólogos necesitan comprometerse en la formulación de los problemas de investigación de la genómica y en el análisis de las inferencias que pueden hacerse basándose en los resultados de tales investigaciones. Estas concesiones motivaron a los científicos conductuales para estudiar la función genética, utilizando métodos derivados del enfoque de la conducta genética estándar.
Ha habido un aumento en los estudios del desarrollo genético de la conducta, pero estos están fuera del alcance de las investigaciones de los genomistas expresan en sí en las proteínas que ellos producen. Eso es todo lo que un gen puede hacer: producir proteínas. Tampoco ayuda en un animal, puesto que esto conlleva una búsqueda de las proteínas involucradas en la mayoría de dichos estudios. Semejante búsqueda sería difícil y de un gran consumo de tiempo; después de haber completado el genoma del gusano C. elegans que tomó seis años, los investigadores dijeron 142 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
que pasarían muchos más años antes de que ellos pudieran identificar todas las proteínas pertinentes. Y todavía hablamos con ligereza acerca de las Yo no estoy sugiriendo que el conocimiento que se obtiene sobre la función genética del Proyecto del Genoma Humano no sea importante; claro está que lo es. Pero no es tan útil como podría ser si el psicólogo que, entiende la necesidad de la elucidación cuidadosa de la historia del desarrollo y de la experiencia del individuo a lo largo de la vida pudiera colaborar en la formulación de interrogantes para la investigación. Uno podría tener más confianza en la interpretación de algunas investigaciones si hubiera una colaboración más estrecha entre la psicología y la genómica. Este tipo de colaboración implica gastos y consumo de tiempo; y debe estar basado en métodos que sean convenientes para el problema a ser estudiado. Las encuestas, los cuestionarios de papel y lápiz, etcétera, probablemente no produzcan el tipo de información que es necesario para comprender la función genética en la conducta. Los psicólogos tienen que desarrollar métodos apropiados de estudio y análisis para producir información que sea también útil para el genomista. Los genomistas han sido asediados por otro tipo de problema que los psicólogos han afrontado con anterioridad: la necesidad de poblaciones convenientes para su estudio. Cuando se inició el Proyecto del Genoma Humano, se usaron muestras de tejidos diferentes de las mismas personas. Se encontró que en un laboratorio todos los datos vinieron de tres hombres y una mujer (Marishall, 1996). Investigadores muy conocidos, bajo la dirección de Cavalli Sforza, bien conocido genetista, en los campos de la genética, la medicina, la biología, la ética, y la antropología, reconocieron que el Proyecto del Genoma Humano cuando se constituyó en ese momento (1990) estaba basado principalmente en personas de Europa y de los EE.UU., todos de descendencia europea, lo cual requirió de un programa para agrandar los fondos de materiales para el Proyecto del Genoma Humano incluyendo personas que ofrecieran datos de etnias diferentes: El problema de la diversidad genética es bien complicado. Normalmente se definen las poblaciones según los criterios que utiliza Littleton para sus genomas: el idioma, las etnias, la geografía, etcétera. El color de la piel puede o no tener alguna relevancia para el rasgo genético a investigar. ¿Cómo obtiene uno información sobre poblaciones que tengan genomas diferentes? Muchas de las personas consideradas eran gente de color de países pobres. Después de varios años de discusión en la que se acusó de racistas a los 143 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
iniciadores del Proyecto sobre la Diversidad del Genoma Humano, la UNESCO y el NSF aprobaron el plan. El problema presentado es en realidad complejo: el deseo de obtener tantos datos como fuese posible para representar ampliamente a la especie humana como es entendible y loable. El hecho de que en la actualidad los datos vienen de una población mal sesgada es evidente. En los proyectos de investigaciones que no son europeos o norteamericanos se destacan poblaciones particulares como en África subsahariana, pero hasta ahora no hay ningún esfuerzo por obtener materiales de ciudadanos de EE.UU. que sean de origen africano, asiático o indígena americano. Así, el doctor Georgia Dunstan, de la Universidad de Howard, reconoce la falta de representación afroamericana en el fondo de datos sobre el genoma humano y ha empezado un programa de genómica en la Universidad de Howard centrado en este grupo racial (debería decir étnico, N. del T.) o sea, en los afroamericanos. Más recientemente, un equipo de investigadores ha empezado un estudio en África para hallar las bases genéticas de la diabetes, una enfermedad que frecuentemente se encuentra en afroamericanos. Uno recuerda el estudio sobre la diabetes en la población de los indígenas de Estados Unidos de Norteamérica (nativos norteamericanos) y el hallazgo de que la frecuencia de diabetes en ese grupo era debida, fundamentalmente, a presiones económicas y a los cambios en sus modelos culturales y de vida. Desgraciadamente la motivación para el estudio de la diversidad no siempre es humanitaria. Por ejemplo, las compañías farmacéuticas pueden apoyar investigaciones en naciones no industrializadas para encontrar un gen que establezca alguna condición para un tipo de medicamento o técnica de ingeniería genética, para contrarrestar algún trastorno particular. Semejante esfuerzo se informó en fotografías de vívidos colores en el New York Times (1998). El problema complejo de validez de la diversidad en la población necesita ser visto en términos de procesos en el enfoque histórico-cultural. Sería también beneficioso para un programa simultáneo y significativamente humanitario, en el cual las personas nativas sean participantes activas en dicha investigación. El ejemplo del doctor J. E. Bernal es notable. Trabajando en Colombia, él reconoció que las personas del área que estaba estudiando carecían de cuidados médicos, de agua potable y de apoyo económico y educacional, y empezó un programa para remediar estos problemas en ese lugar, con la ayuda del gobierno de Colombia y organizaciones privadas. Esto es ejemplar para el resto del mundo, para los genomistas y para los psicólogos. 144 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Yo creo que la psicología evolutiva y la genómica han enfrentado a la psicología con un desafío que es crítico para su significación cultural de la psicología y para la forma en que se relaciona con la sociedad. Esto tiene un poco de similitud con la crisis de la psicología sobre la que Vygotski escribió. El examen de las diferencias es importante. En el caso de los psicólogos soviéticos, el temprano acercamiento materialista dialéctico a la psicología se tradujo de algún modo en investigaciones que tenían alguna semejanza con las investigaciones de los países capitalistas. En el caso de los países capitalistas, el poder del apoyo financiero para las investigaciones que sustentaron el statu quo de las personas marginadas en sus propios países y a lo largo del planeta, está en ascenso. Esto ha producido una psicología que es apoyada, a su vez, por ese mismo poder. El llamado para hacer las investigaciones propuestas que aplicarían los métodos de la genética para descubrir la base genética de la conducta humana compleja es apoyado por el Proyecto del Genoma Humano, el cual en su propia agenda pone el énfasis necesario a los procesos genéticos. El efecto de esta combinación en el papel que la psicología desempeñará en el próximo siglo es serio. ¿No hay ninguna filosofía que pueda ser útil en esta crisis? Yo creo que está en primer orden la revaloración del materialismo dialéctico como se expresa en el concepto de niveles de integración y la teoría de la actividad tal como fue desarrollada por Vygotski. La integración de estas dos categorías con un enfoque materialista histórico donde la historia sociocultural y la historia individual (como procesos de desarrollo) puedan ser capaces de ofrecer algunas respuestas a la crisis contemporánea en la psicología global.
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CONTAMINACIÓN MENTAL * (CONTAMINACIÓN Y CORRECCIÓN MENTAL: INFLUENCIAS NO DESEADAS EN EL PENSAMIENTO, LAS EMOCIONES Y LOS SENTIMIENTOS Y EN EL COMPORTAMIENTO) TIMOTHY D. WILSON Y NANCY BREKKE Versión al español: DEMETRIO CAMPA GALLARDO
CONCEPTO DE CONTAMINACIÓN MENTAL Definimos la contaminación mental como aquel proceso mediante el cual una persona da una respuesta no deseada debido a un proceso mental que es inconsciente o ingobernable. Este tipo de prejuicio es discernible del fracaso de no saber o no aplicar reglas normativas de inferencia y puede ser dividido, en última instancia, en consecuencias no deseadas de procesos automáticos y en la anarquía de la fuente de información, la cual está representada por la confusión de dos o más causas de una respuesta. La contaminación mental es difícil de evitar porque es el resultado, tanto de las propiedades fundamentales de la cognición humana (una falta de conocimiento de procesos mentales), como de la defectuosa creencia común sobre los procesos de la mente (teorías incorrectas sobre los prejuicios mentales). Las creencias comunes de las personas determinan los pasos que ellos siguen (o no siguen) para corregir sus juicios. Se analiza, en este trabajo, estrategias para evitar la contaminación mental, es decir, como controlar la exposición de uno a las informaciones prejuiciadas. *
Tomado de Psychological Bulletin, 1994, vol. 116, no. 1, pp. 117-142
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Para sobrevivir en el mundo de hoy, tenemos que estar conscientes de una enorme cantidad de contaminantes físicos y hacer nuestro mejor esfuerzo para evitarlos o neutralizarlos. El aire que respiramos está contaminado por las emanaciones industriales, las emisiones de los motores de combustión interna y por el gas radón. Todo esto infringe las reglas de la higiene ambiental. El agua que muchos de nosotros bebemos está contaminada por plomo de las tuberías de las viejas ciudades o se contaminan por las aguas residuales. Muchos alimentos están contaminados por pesticidas y hormonas. Nosotros somos bombardeados con radiación electromagnética de la pantalla de la computadora e inocentemente utilizamos otros aparatos domésticos como el teléfono celular, los videos juegos, etcétera. Se han extendidos enfermedades incurables como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). El tema de este artículo trata sobre la contaminación mental. Según el Diccionario Random House (1968), contaminar significa algo sucio, malo, etcétera: (p. 289). En otras palabras, un estado deseable será menos deseable por contacto con algún agente no deseado. Creemos que muchos errores mentales se ven preferentemente como corrompidos por la intrusión de agentes interiores o exteriores. Mas, formalmente, nosotros definimos la contaminación mental como el proceso en el cual una persona tiene un juicio, una emoción, o una conducta no deseada debido a un proceso mental que es inconsciente o ingobernable. Por no deseado, queremos decir que la persona que hace el juicio preferiría no ser influenciada de la manera que lo está (nos extenderemos, brevemente, en esta definición). Por ejemplo, los maestros, conscientemente, no le darían una nota alta a un estudiante porque el estudiante sea físicamente atractivo o atractiva, sin embargo, ha habido repetidas demostraciones de tales efectos de halo (p. e., Landy & Sigall, 1974). La mayoría de las personas preferirían que sus decisiones de consumo no fueran afectadas por la propaganda hacia los productos porque saben que estas son, con frecuencia, cuestiones colaterales o falsas. Ya existen amplias evidencias, acerca de que la publicidad tiene efectos poderosos sobre las personas (Abraham & Lodish, 1990; Liebert & Sprafkin, 1988; Ryan, 1991). Es improbable que las personas quisieran que las decisiones sobre sí mismas para actuar cooperativa o competitivamente hacia otra persona fueran influenciadas por una estación transmisora de noticias que ellos simplemente acabaran de oír acerca de los actos prosociales o antisociales. Existen una buena cantidad de hechos que demuestran tales 147 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
En este artículo, clasificamos y evaluamos investigaciones sobre contaminación mental. Nuestra revisión resulta ser más ilustrativa que exhaustiva, ya que nuestra meta se dirige a reconceptualizar el área de los prejuicios mentales en lugar de simplemente repasarlos o resumirlos. Así, no catalogamos cada uno de los centenares de estudios en esta inmensa área de investigación, sino que discutimos los mayores hallazgos en términos de nuestra reconceptualización. Nuestro argumento puede resumirse como sigue: La analogía de la contaminación es útil para el estudio de los prejuicios mentales por dos razones principales. Primero, enfoca la atención en la dificultad de evitar muchos prejuicios. Algo que se contamina no se vuelve fácilmente de nuevo puro, lo que nosotros creemos es una metáfora apropiada para muchos prejuicios mentales. Defendemos que, debido a una falta de awareness de los procesos mentales, las limitaciones sobre el control mental y la dificultad para detectar los prejuicios, hacen, a menudo, muy difícil el evitar o deshacer la contaminación mental. Debemos destacar que estamos usando el término contaminación, de forma diferente al término similar de contagio que usó Rozin (Rozin, 1990; Rozin & Nemeroff, 1990), quien se ha centrado en las creencias primitivas de las personas sobre el contagio entre los objetos físicos, tal como la creencia de que cuando dos objetos entran en contacto, se transfieren las propiedades de uno a otro. En contraste, estamos interesados en analizar hasta qué punto los pensamientos, los sentimientos y las creencias de las personas, son contaminados por procesos mentales inconscientes o ingobernables. Segundo, la metáfora de la contaminación centra la atención en las estrategias que utilizan las personas para evitar los prejuicios mentales. De la misma forma en que las personas se motivan para tomar medidas con el propósito de evitar la polución del ambiente físico, así también se motivan para evitar la polución mental. Para predecir si las personas tendrán un juicio prejuiciado, sugerimos que, antes es necesario entender las estrategias que usan las personas para proteger sus mentes. Por ejemplo, para entender hasta qué punto los individuos son influenciados por la propaganda, es importante considerar los pasos que ellos toman para evitar ser influenciados, por ejemplo, cambiar el canal de la televisión cuando aparece un anuncio. Obviamente, las personas que siguen semejante estrategia serán menos influenciadas que las personas que no lo hacen. Igualmente, para predecir si un profesor o profesora de la universidad será prejuiciado por el atractivo físico de una estudiante o de un estudiante al calificar sus exámenes, es importante considerar los pasos que toma para evitar semejante prejuicio, 148 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
como, por ejemplo, calificar el examen sin fijarse en el nombre de la estudiante o del estudiante que lo escribió. Los profesores o profesoras que califican de semejante manera serán menos influenciados por el atractivo de sus estudiantes que aquellos que no lo hacen. ¿Qué determina las estrategias que las personas adoptan para evitar la contaminación mental? Sugerimos que estas estrategias provienen, principalmente, de las creencias legas sobre la mente, que tienen las personas, como por ejemplo, las relativas a su susceptibilidad a cosas tales como los anuncios legas sobre el prejuicio mental es parte del campo creciente de la metacognición que ha examinado las cogniciones de personas sobre sus cogniciones (Nelson, 1992; Wellman & Gelman, 1992). Una de nuestras metas es extender esta literatura a la consideración de creencias de los adultos sobre los errores mentales, a saber, las teorías de las personas sobre las formas en las que sus juicios pueden ser prejuiciados. Sugerimos que estas creencias influyen en el uso de las estrategias de las personas para evitar prejuicios mentales, así como el éxito que tengan en aplicar dichas estrategias. Nosotros empezamos con una discusión sobre lo que no es contaminación mental, es decir, cómo este tema encaja en un esquema más amplio sobre distorsiones en los juicios humanos. Luego discutiremos los determinantes de la contaminación mental con más detalle, incluyendo una discusión sobre los diferentes tipos de contaminación mental. Fracaso del Conocimiento de las Reglas y sus Aplicaciones. En los últimos 20 años, los psicólogos cognitivos y sociales han constatado numerosos errores en los razonamientos, prejuicios en los juicios y heurísticas viciadas (p. e., Arkes, 1991; Baron, en prensa; Einhorn & Hogarth, 1978; Kahneman, Slovic & Tversky, 1982; Kruglanski, 1989b; Nisbett & Ross, 1980; Ross, 1977; Shermar & Corty, 1984; Tversky & Kahneman, 1974). Sugerimos que los numerosos casos de prejuicios en el razonamiento humano son de dos tipos generales: aquellos que resultan del fracaso de (casos en los cuales un juicio, emoción, o la conducta es prejuiciada por procesos mentales inconscientes o ingobernables). En el primer caso, las personas son influenciadas impropiamente a través de información (ellas deducen inferencias a partir de muestras muy pequeñas de datos) porque desconocen las reglas deductivas apropiadas (la ley de los grandes números). 149 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Así, ellas no podrían reconocer que su juicio está prejuiciado en forma alguna o es impropio como resultado de su ignorancia de la regla apropiada. En el segundo caso, las personas saben que no quieren un estímulo para influir en su juicio (p. e. el atractivo físico de un estudiante que influya en la calificación que asignan a su prueba), pero están completamente no alertadas de que han sido influenciadas o son incapaces de evitar dicha influencia. Es decir, los individuos saben cómo quieren que sean sus juicios, pero no obstante terminan prejuiciados. Hay muchas demostraciones de casos donde el razonamiento humano sale mal debido a una ignorancia o a una incorrecta aplicación de las reglas normativas de inferencia. Nosotros nos referimos a reglas que son conscientemente conocidas y pueden aplicarse deliberadamente, como el principio cuenta los costos y beneficios futuros, en lugar de los costos pasados, a la hora de tomar una decisión (Arkes & Blumer, 1985; Mishan, 1976; Morgan & Duncan, 1982). Quienes nunca han aprendido estas reglas o los que las conocen pero no las aplican correctamente cometerán más errores sensatos que quienes conocen las reglas y saben cuándo aplicarlas (Larrick, Morgan & Nisbett, 1990). Sugerimos que tales reglas, serían semejantes a las que las personas aprenden en otros dominios de solución de problemas, como en las matemáticas. En ese sentido, considere el conocimiento que tienen las personas sobre cómo computar el área de un paralelogramo (Baron, en prensa). Las personas que conocen que la fórmula correcta es multiplicar la base por la altura cometerán menos errores que las que no saben esta regla. Por supuesto, aun cuando una regla sea aprendida, las personas tienen que saber cuándo aplicarla y cuándo pueden generalizarla a otros problemas similares. Como ha sido señalado por Wertheimer (1959), las personas, a menudo, no aplican la regla de la base-por-altura a paralelogramos que se hayan rotados de tal manera que su altura excede su anchura, y ellos aplican entonces la regla impropiamente a las figuras como si fuesen trapezoides. No obstante, el aprendizaje de tales reglas, incrementa la exactitud de juicios pertinentes. De forma similar, las personas que han aprendido el principio ciertos tipos de errores en sus razonamientos que aquellas que no dominan dicho principio (Larrick et al., 1990). Hay muchos ejemplos de tales reglas 150 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
explícitas en el reino de los juicios humanos, algunas de las cuales se relacionan en el Apéndice A. En cada caso, la inferencia humana se altera cuando las personas no aplican una regla de inferencia cualquiera, debido a que ellos no saben la regla o no lo aplican apropiadamente. Si las reglas de inferencias, resumidas en el Apéndice A, pueden ser aprendidas y aplicadas consciente y deliberadamente, entonces ha de ser posible enseñarles a las personas tales reglas y, sobre todo, cuándo aplicarlas. Esta suposición normalmente se hace en la literatura (Arkes, 1991; Einhorn & Hogarth, 1978; Fischhoff, 1982; Kahneman & Tversky, 1982) y ha sido confirmada en varios estudios realizados por Nisbett y sus colegas (Fong, Krantz & Nisbett, 1986; Larrick et al., 1990; Nisbett, Fong, Lehman & Cheng, 1987). Por ejemplo, Nisbett y sus colegas han estudiado la comprensión de las personas acerca de la ley de los grandes números y su conocimiento de esta, a la hora de aplicar esta regla a las inferencias cotidianas sobre el mundo social. Nosotros no queremos inferir que estas reglas sean completamente conscientes y verbalizables. Un individuo podría reconocer que una muestra de 5 personas, probablemente, tendrá resultados más prejuiciados que una estadística (Nisbett, Krantz, Jepson & Kunda, 1983), aun cuando las personas son incapaces de declarar las reglas en términos formales. No obstante, estas reglas se verbalizan más fácilmente y son más capaces de ser aplicadas deliberadamente que los procesos que contribuyen a la contaminación mental, como ya brevemente hemos analizado. De hecho, una de las variables dependientes, en muchos de los estudios de Nisbett sobre instrucción de razonamiento, era, hasta cierto punto, las explicaciones de las personas a sus razonamiento sobre las reglas apropiadas (e. g., Nisbett et al., 1983). Así, es útil considerarlas, en términos relativos, más conscientes y más controlables. Los colegas han encontrado que las personas aprecian esta regla en alguna magnitud, pero que es posible mejorar el razonamiento humano mediante el aprendizaje con personas explícitamente instruidas que nos enseñen cuando aplicar dicha regla (e. g., Fong et al.,1986; el Larrick et al.,1990; Lehman, Lempert & Nisbett, 1988; Nisbett et al., 1987). No queremos minimizar la dificultad de saber cuándo, exactamente, aplicar tales reglas. Considere el uso de base-rate-information al hacer juicios probabilísticos. 151 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Nuestra posición al respecto es que, no obstante la dificultad de enseñar a razonar, es bastante más fácil enseñar a las personas a utilizar reglas conscientes, que puedan aplicar deliberadamente, que entrenarlas en reconocer y corregir los procesos mentales que ocurren fuera del control consciente y voluntario. Es decir, hay una gran cantidad de procedimientos mentales, a los cuales ahora haremos referencia, que son mucho más difíciles de verbalizar y controlar, y que tienen importantes implicaciones para ver cuán fácil o difícil es evitar los errores mentales. Inicialmente definimos la contaminación mental como el proceso por el cual una persona termina con un juicio, una emoción, o una conducta no deseada, debido a un proceso mental que es inconsciente o ingobernable preferiría no ser influenciado por el proceso mental en cuestión). El proceso de contaminación mental se describe en la Figura l. Posteriormente elaboraremos un poco más extensamente las etapas de este diagrama; por ahora considere el ejemplo siguiente: la profesora Jones estaba calificando pruebas de un seminario. Cuando revisaba la prueba de Hernández los procesos mentales indeseables se activaron por el hecho que Jones detesta a Hernández y sabe que Hernández es un miembro de un grupo minoritario. Es decir, la aversión y el prejuicio hacia este último tiñen la evaluación, de tal manera que es más negativa de lo que sería, sino existieran tales prejuicios. Además, a Jones le gustaría no ser influenciada por sus prejuicios ya que esto no es honesto. Este ejemplo, entonces, apoya nuestra definición de contaminación mental. En ese juicio Jones fue influenciada por agentes no deseados (su prejuicio). La primera cosa a destacar en este ejemplo es que no encaja fácilmente en nuestra categoría del fracaso de no saber o no aplicar un algoritmo. A un
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Surge un proceso mental no deseado
Figura 1. El proceso de contaminación mental y su corrección.
En todos nuestros ejemplos de contaminación mental, no existe ningún algoritmo específico conocido, que pueda aplicarse para corregir nuestras respuestas. Los juicios prejuiciados de Jones no provienen de la ignorancia de alguna regla, sino de una falta de awareness de que sus juicios están prejuiciados o por una incapacidad para controlar dichos prejuicios. Más específicamente, el proceso responsable para la contaminación mental se muestra en la Figura 1. Para evitar un juicio contaminado, las personas deben satisfacer cuatro condiciones. Primero, deben ser conscientes del proceso mental no deseado. Tal awareness puede ocurrir a través de un acceso introspectivo directo al mismo proceso; por ejemplo, Jones podría observar directamente el hecho de que su aversión hacia el estudiante Hernández está distorsionando su evaluación. En la ausencia de acceso directo, las personas podrían estar conscientes de este proceso debido a alguna teoría que ellos hayan aprendido (Nisbett & Wilson, 1977b). Aun cuando Jones no puede observar directamente el proceso cognoscitivo que lleva a un juicio prejuiciado, ella podría sospechar que está ocurriendo 153 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Segundo, las personas deben estar motivadas para corregir el error. Jones puede saber que su calificación está prejuiciada y ella debe preferir que no lo esté. Ella está prejuiciada pero cree que no vale la pena gastar tiempo y energía en tratar de corregirlo. Tercero, aun cuando la gente esté motivada para corregir el error ellos deben estar conscientes de la dirección y magnitud del prejuicio. Jones puede saber que su calificación está prejuiciada, pero tiene poco conocimiento acerca de la magnitud en que Finalmente, aun cuando Jones ha satisfecho las primeras tres condiciones ( awareness del proceso no deseado, motivación para corregirlo, y conocimiento de la dirección y magnitud del prejuicio), ella podría no tener control suficiente sobre sus respuestas para ser capaz de corregir el proceso mental no deseado. Jones puede saber que el proceso prejuiciado ha conducido a que la nota de Hernández sea más baja: de una B a una C, pero ella no es capaz de escapar de la impresión de que el examen es realmente mediocre. Como se desprende de los ejemplos citados, somos bastante pesimistas acerca de la habilidad de las personas para evitar o corregir la contaminación mental. Nosotros sugerimos que, teniendo en cuenta, la naturaleza de la cognición humana y la de las teorías ingenuas de la mente, se hace difícil satisfacer todas las condiciones necesarias para evitar las respuestas contaminadas. En las secciones siguientes, repasaremos las investigaciones que hablan de cada uno de estos intentos, empezando con las propiedades fundamentales de la cognición humana. Sin embargo, antes de empezar esta revisión, necesitamos hacer un ligero desvío para considerar la pregunta sobre la definición de juicio prejuiciado.
DEFINICIÓN DE PREJUICIO MENTAL Es importante notar que nuestras dos clases generales de errores mentales científicos formales con relación a que la regla es apropiada para el problema los expertos consideran como correcta, entonces sus respuestas son cuestionadas. Por contraste, nosotros utilizamos un criterio subjetivo para definir la conta-minación mental: se dice que un juicio, una emoción o una deseada por la misma persona que tenía el juicio, la emoción o la conducta). 154 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Ha habido debates considerables sobre la viabilidad de cada uno de estos tipos de definiciones de errores mentales (p. e., Baron, en prensa; Cohen, 1981; Conee & Feldman, 1983; Einhorn & Hogarth, 1981; Funder, 1987; Goodman, 1965; Hastie & Rasinski, 1988; Kahneman & Tvetsky, 1983; Kruglanski, 1989b; Nisbett & Ross, 1980; Stich, 1990; Stich & Nisbett, 1980; Swann, 1984). Algunos teóricos prefieren criterios normativos (p. e., Baron, en prensa; Nisbett & Ross, 1980), mientras que otros prefieren definiciones más subjetivas, pragmáticas, similares a nuestra definición de contaminación mental (p. e., Kahneman & Tversky, 1983; Stich, 1990). El criterio adoptado de exactitud, sugerimos, que dependa en parte de las metas del investigador. Si la meta es hacer afirmaciones definitivas sobre cuáles juicios son inexactos, según los modelos normativos más modernos de inferencia humana y el razonamiento estadístico, entonces es mejor comparar el razonamiento humano con los criterios de los expertos en razonar. Esta meta es la adoptada, generalmente, por los investigadores en el conocimiento de la regla y su aplicación. Las reglas que se evalúan o se enseñan son aquellas que los expertos sostienen son ventajosas para que las personas las usen (por ejemplo, la regla del costo perdido o el conocimiento de la falacia del jugador (gambler’s fallacy). Si fuera utilizado un criterio subjetivo de exactitud, tal como las personas definen para sí mismas las reglas de inferencia que son más apropiadas, sería difícil prescribir vías para que la inferencia humana pudiera mejorarse. No habría ningún fundamento, por ejemplo, para cuestionar el juicio de conductas negativas que se derivaron del uso de dicho principio (Stich & Nisbett, 1980). Una desventaja de usar un criterio normativo, sin embargo, es que desvía la atención lejos de las creencias ingenuas acerca de los prejuicios y de las estrategias defensivas que utilizan las personas para protegerse a sí mismas de estos prejuicios. Como ha sido señalado inicialmente, uno de los puntos centrales de nuestro trabajo es entender cuándo y por qué los juicios humanos salen distorsionados. Uno debe entender tanto la naturaleza de los procesos cognoscitivos que producen los juicios distorsionados, como las estrategias defensivas que adoptan las personas cuando creen que sus juicios podrían estar contaminados. Para estudiar estas estrategias, uno debe considerar las creencias de las personas sobre cómo son valoradas sus respuestas (por ejemplo, con el criterio subjetivo de prejuicio). Si ellas 155 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
no creen que sus respuestas se distorsionan, entonces es inútil invocar estrategias para evitar o deshacer sus prejuicios mentales, aun cuando los expertos encuentran errores en sus juicios. Recíprocamente, si están preocupadas acerca del origen de los prejuicios en sus juicios, podrían realizar pasos consecuentes para superarlos, aun en el caso de que sus juicios fueran absolutamente aceptables según los criterios normativos. En resumen, así como las teorías de la percepción social se preocupan por la validez de sus juicios, sin tener en cuenta si estas creencias corresponden a los criterios normativos de los juicios o no. Las creencias acerca de nuestros propios juicios, esperamos demostrarlo, tienen efectos consiguientes en la conducta de las personas, independientemente de su exactitud. En este sentido, nuestra definición de prejuicio es pragmática, en el sentido de que se preocupa por la utilidad de las inferencias de la persona que las hace (McArthur & el Barón, 1983; Stich, 1990; Swann, 1984). Utilizar un criterio subjetivo tiene una desventaja potencial: puede haber grandes diferencias individuales en las creencias sobre el prejuicio mental, que lo hacen difícil de estudiar y dificultan la realización de generalizaciones sobre los fenómenos mentales específicos. Si cada cual usara una norma diferente para juzgar su o sus errores mentales, sería difícil de construir teorías sobre la naturaleza del razonamiento prejuiciado. Una inferencia que es detestable a una persona podría ser aprobada con entusiasmo por otra, sin embargo, esta objeción puede no ser tan seria como parece. Incluso cuando hay diferencias individuales en creencias ingenuas sobre la contaminación, creemos que para predecir si un juicio se distorsionará o no, es necesario tener en cuenta estas creencias. Suponga, por ejemplo, que uno mediante una calificación distorsionada, por el atractivo físico de un estudiante. Para hacer semejante predicción, es necesario considerar las dará pasos para evitarlos (por ejemplo, calificando exámenes a ciegas). Así, sin comprender las definiciones personales de los individuos acerca del concepto de prejuicio, uno no puede predecir las estrategias que tomarán para no preenjuiciarse ellos mismos; estrategias que pueden muy bien cambiar la naturaleza de su juicio. Hemos discutido brevemente, las creencias legas de las personas acerca de la contaminación y sus estrate-gias defensivas. Sin embargo, primero necesitamos considerar algunas propiedades fundamentales 156 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de la cognición humana que contribuyen a la contaminación mental, independientemente de las creencias legas de las personas.
CAUSAS DE CONTAMINACIÓN MENTAL: LAS PROPIEDADES DE LA COGNICIÓN HUMANA En esta tarea se nos presentan dos cuestiones principales: primera cuestión, debemos estar aware de los procesos no deseados; y la segunda, se refiere a la dificultad de descubrir la contaminación mental. Una razón por la cual hemos utilizado el término contaminación ha sido para mostrar una especie de analogía con la contaminación en el reino físico (por ejemplo, para demostrar que los pensamientos, sentimientos y conductas de las personas pueden contaminarse de la misma manera que sus cuerpos por la acción de los virus y bacterias). Una diferencia entre la contaminación física y la mental, sin embargo, se relaciona con la facilidad o dificultad de su detección. Es mucho más difícil descubrir la contaminación mental, particularmente a nivel individual, que la contaminación física. Un impedimento de semejante reconocimiento es el acceso limitado de las personas a sus procesos mentales. No tenemos espacio para revisar completamente la literatura sobre el acceso introspectivo a los procesos mentales o a documentar las controversias que han surgido entorno al problema del awareness (p. e., Ericsson & Simon, 1980; Nisbett & Wilson, 1977b; Smith & Miller 1978). Ni deseamos exagerar afirmaciones hechas sobre lo que es inaccesible al proceso consciente (para una discusión relacionada con el tema vea Wilson & Stone, 1985). A pesar de la historia tormentosa de la literatura sobre los procesos inconscientes, la idea de que las personas están desprevenidas de una cantidad sustancial de sus procesos mentales tiene un punto de apoyo más firme que nunca en la psicología social y cognitiva (Jacoby, Lindsay & Toth, 1992; Kihlstrom, 1987; Lewicki, 1986; Posner & Rothbart, 1989). Debido a este acceso limitado, los procesos mentales que conducen a la contaminación mental, pueden ocurrir inadvertidamente. Por ejemplo, cuando los maestros le asignan una B al examen de una estudiante o de un estudiante, probablemente creen que le han dado una evaluación justa e imparcial, aun cuando realmente estén prejuiciados(as) por el hecho de que la alumna o el alumno les simpatiza mucho (Nisbett & Wilson, 1977a). Cuando las personas deciden que alguien es aventurero en lugar de hostil, no están aware hecho que ellos habían memorizado simplemente palabras que tenían 157 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
relación con la intrepidez (Higgins, Rholes, & Jones, 1977). Cuando ellos forman una evaluación de alguien, generalmente, lo que experimentan el funcionamiento de un efecto de halo (es decir, las personas no piensan Por supuesto, en el reino físico, a menudo, ocurre lo mismo: las personas no pueden observar, directamente, los procesos que les causan contaminación física, como la invasión de sus células por retrovirus. Aunque las personas no pueden observar directamente los retrovirus, una nariz congestionada les informa que ellos tienen gripe. Si uno se pregunta si un galón de leche está fresco o estropeado, bastaría con tomarle el olor para saberlo de inmediato. En el plano mental no existen tales síntomas notables, como el olor, la temperatura, o la apariencia física, que nos indiquen que un juicio humano está contaminado. Como resultado, las personas no están a menudo aware términos en Jacoby y Kelley, 1987). Los juicios humanos, incluso los muy malos, no tienen olor. A veces, reconocemos, que hay pistas acerca de que un juicio se ha contaminado. Esto probablemente ocurre cuando las personas tienen una reacción inesperada hacia un estímulo. Si Jim disfruta una película mucho menos de lo que él esperaba, podría sospechar que fue influenciado por las personas que estaban sentadas detrás de él tomando sus bebidas. Si una de las estudiantes de Jane ha estado teniendo muy pobres resultados en sus exámenes y, no obstante, Jane le da la nota más alta de la clase, podría sospechar que estaba prejuiciada por el hecho que le tenía mucho cariño a esta estudiante. Estas pistas no son definitivas, porque pueden estar desorientadas. Jim no tiene ninguna manera de saber cómo se habría sentido acerca de la película en ausencia de los ruidos de las personas que tomaban detrás de él, y Jane, tampoco, tiene forma alguna de saber qué nota ella le hubiera dado a la estudiante si no le tuviera cariño a esa estudiante. Es probablemente más común para los efectos de ser sutil (por ejemplo, dándole una B a un estudiante favorito en lugar de una C). En estos casos, el prejuicio es probable que pase completamente inadvertido, sin momentos de duda sobre la validez de su juicio. Por supuesto, en el reino físico, algunas formas de contaminación son también asintomáticas. Algunas enfermedades no tienen virtualmente ningún 158 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
síntoma, y algunos contaminantes químicos y biológicos son difíciles de descubrir. Uno no puede abrir la puerta del sótano y ver el gas radón penetrando; ni hay señales notables de que el grifo del agua tiene niveles peligrosamente altos de plomo. Nuestro punto es que casi nunca hay síntomas de contaminación mental, considerando como tal, a las señales que acompañan, a menudo, la contaminación física. Incluso cuando las señales no existen, entonces el hombre ha desarrollado instrumentos para medir muchos tipos de contaminación física. Uno puede poner un detector del gas radón en el sótano y puede enviar muestras de agua del grifo al laboratorio para que analice el nivel de plomo en el agua. Desafortunadamente, hay pocos dispositivos que midan el grado de contaminación mental y los prejuicios de las inferencias de las personas. El único dispositivo disponible es el método experimental, que consiste en formar dos grupos de personas tomadas al azar. Grupo A y grupo B. Al grupo A se le expone a contaminantes potenciales, grupo experimental, y al grupo B se coloca en condiciones normales, grupo control. Mediante la comparación del promedio de los juicios de los dos grupos, los investigadores pueden determinar si un cierto tipo de información ha afectado los juicios de las personas del grupo A, grupo experimental. De hecho, este método se usó en todos los casos avalados de contaminación mental que describimos en este artículo. Teóricamente, sería posible, utilizando el diseño intra-sujeto con muchos ensayos, evaluar cómo un individuo es afectado por un tipo particular de información. Uno puede tener, por ejemplo, personas que tengan juicios repetidos de otros individuos, variando los tipos de primes que ellos reciban antes de realizar sus juicios. Promediando los ensayos, se puede estimar hasta qué punto las persona son influenciadas por la acción del prime utilizado. Sin embargo, el diseño intra-sujeto requiere que los investigadores promedien los juicios de cada persona a través de varios ejemplos del asunto tratado (p. e., de las personas designadas que están siendo sujetos de un experimento qué medida un juicio sobre un asunto está contaminado. Esencialmente los investigadores tienen dos opciones: ellos pueden promediar a través de las personas para estimar los efectos de una manipulación experimental sobre los juicios de un asunto (usando un diseño inter-sujeto), o ellos pueden promediar a través de los asuntos o cuestiones investigadas para estimar los efectos de una manipulación experimental sobre los juicios de una persona (usando un diseño intra-sujeto). Los investigadores pueden detectar contaminación mental en contaminación en una persona sobre los juicios del 159 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contenidos. Ellos no pueden detectar contaminación mental en el juicio de una persona sobre un determinado asunto. Incluso los procedimientos disponibles, por supuesto, requieren un buen tratamiento de control, normalmente en el laboratorio. Ellos son de poca ayuda a las personas legas que intentan desenredar lo que influenció los juicios de él o ella en la vida cotidiana (por ejemplo, por qué él o ella le dieron una B nota final del examen de un estudiante favorecido). En la vida cotidiana, las personas no tienen las condiciones apropiadas de control, con asignación al azar, que les permitan determinar cuán prejuiciados están sus juicios. Así, el método experimental es de poca ayuda a las personas legas que intentan determinar hasta qué punto un juicio particular está distorsionado. El hecho de que la contaminación mental es difícil de descubrir hace que sea improbable evitar o eliminar, por la simple razón que si las personas no están aware de que sus juicios se distorsionan, ellos no intentarán corregirlos. La dificultad del control mental. Aun cuando las personas estén aware de que un proceso mental no deseado está distorsionando sus juicios y reconocen la dirección y magnitud del prejuicio resultante, necesitan poder controlar suficientemente sus respuestas para corregir el prejuicio (vea la cuarta fase en la Figura 1). Desgraciadamente, sin embargo, una cantidad considerable de recientes investigaciones sugiere que la habilidad de las personas para controlar sus pensamientos y sentimientos está limitada (Wegner & Pennebaker, 1993). Aunque las personas pueden detener la ocurrencia de ciertos tipos de operaciones mentales, como las operaciones aritméticas simples (Logan, 1988, 1989), muchos otros tipos de procesos mentales son sumamente difíciles de controlar una vez que han comenzado a funcionar, especialmente aquellos que ocurren fuera del awareness (Bargh, 1989; Logan, 1989; Wegner 1989, 1992). Así, evitar la contaminación mental deteniendo una sucesión de pensamientos o los funcionamientos mentales, es improbable que sea una estrategia consistentemente exitosa. Una vez que un proceso mental ha iniciado su curso, produciendo una (por ejemplo, tristeza), es muy difícil de borrar esa creencia o vivencia. Por supuesto que, las creencias y vivencias cambiarán cuando las personas ganen nuevas informaciones. La lectura de una carta resplandeciente de recomendaciones puede cambiar nuestra mente acerca de una solicitud de trabajo. En general, la tristeza puede transformarse en euforia con el recibo de noticias agradables. Es muy difícil, sin embargo, borrar por pura voluntad, una creencia o vivencia, en ausencia de nuevas informaciones. 160 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
llegue a las 12, yo creeré que la pared es amarilla en lugar de verde y que podemos decir cualquiera de estas cosas, pero somos completamente
Además, aun cuando la base original para una creencia se desacredite, las personas construyen explicaciones causales para apoyar que la creencia persista, (véase Anderson, 1989; Anderson, Lepper & Ross, 1980; Ross, Lepper & Hubbard, 1975). Así, una vez que uno ha formado una creencia, se hace muy difícil borrarla. podría ser mejor táctica controlar nuestras exposiciones a nuevas informaciones que confirmen o no las creencias (Price, 1954). Sin embargo, como se muestra posteriormente, es difícil para las personas actuar con autocensura, evitando toda la información que desafía una creencia acariciada, y también controlar los efectos que la nueva información tiene sobre sus creencias (Gilbert, 1991, 1993). Quizás sea más fácil inhibir conductas manifiestas que los pensamientos y las vivencias (Devine, 1989a; Fiske, 1989; Logan, 1989). No somos capaces de evitar un estereotipo o el pensamiento prejuiciado, pero podemos detener el hecho de actuar sobre él. Desgraciadamente, sin embargo, aun la conducta manifiesta, algunas veces, puede ser difícil de controlar. Las personas con trastornos compulsivos, se les hace muy difícil dejar de realizar actos rituales, y muchas personas no tienen éxito en controlar sus impulsos (por ejemplo, su impulso para comer o beber) cuando les gustaría hacerlo. No obstante, es más fácil de inhibir acciones manifiestas que detener un pensamiento o un proceso mental. Retornaremos a este punto cuando discutamos las estrategias por evitar la contaminación mental.
Resumen Debe ser posible evitar o corregir la contaminación mental si las personas completan con éxito todos los pasos descritos en la Figura 1: 1) el conocimiento del proceso no deseado, 2) la motivación para corregirlo, 3) el conocimiento de la dirección y magnitud del prejuicio, y 4) la habilidad de controlar suficientemente las respuestas de uno. Defendemos la idea de que es difícil satisfacer estas condiciones, en parte debido a las propiedades fundamentales de la cognición humana: las personas están no-aware de muchos de sus procesos cognoscitivos, la contaminación mental no tiene a 161 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
menudo ningún síntoma observable y las personas tienen un control limitado sobre sus procesos cognitivos. Estos hechos por sí solos son causa para el pesimismo sobre la habilidad de las personas para evitar los juicios no deseados. Como inicialmente se analizó, sin embargo, necesitamos considerar también las creencias legas sobre la mente, porque estas creencias, a su vez, influyen para que las personas satisfagan las condiciones mostradas en la Figura 1. Por ejemplo, en la ausencia de un acceso introspectivo directo a los procesos mentales que conducen a la contaminación, las personas podrían poseer teorías exactas sobre cuándo estos procesos ocurren y cómo ellos distorsionan sus juicios. Ahora retornaremos a una consideración de estas creencias laicas sobre el prejuicio mental.
CAUSAS DE CONTAMINACIÓN MENTAL: LAS CREENCIAS LEGAS SOBRE LA MENTE ¿Están las personas preocupadas sobre la contaminación mental? Es posible, por supuesto, intentar estimar prejuicios en la vida cotidiana usando el método de correlación. Por ejemplo, el profesor X podría comprender que la media de las calificaciones para las mujeres, en su clase, era más alta que la media de las calificaciones para los hombres (por ejemplo, que sus calificaciones correlacionaron con el género) y concluye que él se prejuició a favor de las mujeres. Hay amplia evidencia, sin embargo, que esas covariaciones cotidianas son difíciles de descubrir y se manejan a menudo tanto por teorías como por datos reales (p. e., Chapman & Chapman, 1967, 1969; Nisbett & Ross, 1980). Además, aun cuando uno percibe semejante covariación con precisión, es difícil de determinar su causa. Es concebible que las mujeres en la clase del profesor X sean bastante superiores en habilidad a los hombres y que habrían logrado calificaciones aun más altas, aunque el profesor X no estuviera prejuiciado a favor de ellas. Esto puede explicarse debido a que la producción de entretenimiento ha tenido en cuenta, en su conjunto y probablemente le ha dedicado más tiempo a la p. 461. Sin embargo, mostramos aquí que las personas se preocupan, por lo menos, de algunas formas de contaminación mental. Una segunda cuestión básica es si las personas deben ser alertadas sobre este asunto. Es ampliamente reconocido que, la contaminación mental no plantea la misma amenaza inmediata a nuestro bienestar como lo hacen muchos contaminantes físicos. Demostraciones experimentales de juicios sesgados, sin embargo, minimizan deliberadamente el impacto que la contaminación mental le plantea a las personas contaminadas, debido a preocupaciones éticas. 162 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Extrapolando a partir de muchos de estos estudios, parecería que la contaminación mental puede tener efectos muy serios sobre las personas. Considere por ejemplo, la gran cantidad de estudios existentes sobre el congéneres están influenciados por categorías que pasan por ser accesibles. No es difícil imaginar cómo semejante caso podría ocurrir en la vida cotidiana con consecuencias muy infortunadas. Por ejemplo, alguien se encuentra a un extraño en una barra y bajo el efecto de la cerveza, las resulto ser cualquier cosa, menos un persona confiable y honesta. O considere la manera en la que las personas toman importantes decisiones personales, como buscar tratamiento médico, cambiar de trabajo, o hacer compras al por mayor. Es bastante probable que las personas no son inmunes a los prejuicios que nosotros hemos discutido al tomar tales decisiones. ¿Están las personas en absoluto preocupadas en relación con posibles sesgos en sus juicios e inferencias? Para averiguarlo, nosotros (Wilson, Brekke, Etling & Houston, 1992) registramos las respuestas de una muestra de estudiantes universitarios, pidiéndoles que valoraran cuán preocupados estaban ellos con relación a una gama amplia de ocurrencias que van desde lo cotidiano (por ejemplo, ser timado en el supermercado) a lo serio (por ejemplo, ser víctima de un crimen violento) a lo ridículo (por ejemplo, ser secuestrado por extra-terrestres). Entremezclamos varios ejemplos de contaminación mental que yo podría cometer errores de juicio al tomar importantes decisiones en mal la personalidad de alguien por no tomar en cuenta su situación; es decir, el muy conocido error de atribución fundamental (Jones, 1990; Ross, 1977). Los estudiantes tasaron cada item en una escala que iba desde, nunca me preocupo por esto; no me preocupo en lo absoluto por ello (0) hasta yo siempre me preocupo por esto; yo estoy muy preocupado acerca de esto. Los resultados indicaron que los estudiantes se preocupan por la validez de sus juicios. Por ejemplo, la posibilidad de que ellos podrían cometer errores de juicio al tomar decisiones en la vida clasificó 5to. en los 70 items, lo que muestra la preocupación de los estudiantes en cómo conseguir calificaciones buenas, un buen empleo, y encontrar a un esposo o esposa. Se encontró también una buena cantidad de preocupaciones en relación con las formas 163 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
específicas de contaminación, particularmente en los casos en que la contaminación de otras personas los afectaría a su vez a ellos. Por ejemplo, la preocupación de los estudiantes acerca de que la calificación de un maestro podría estar sesgada por el hecho de que el maestro lo apreciara o no, calificó en el lugar 16, en relación con la preocupación de si soy inteligente o no (la preocupación acerca de la opinión de otras personas sobre ellos mismos), calificó en el lugar 23. Y los investigadores sobre el fundamental attribution error ) están interesados en saber si los estudiantes se preocupan más por este prejuicio que lo que ellos están por la guerra nuclear. Es claro, sin embargo, que hay algunas formas de contaminación mental que no preocupan a las personas, no obstante de que existan amplias evidencias en la literatura sobre el efecto de tales cosas. Por ejemplo, la posibilidad que alguien pudiera contaminar la memoria de los estudiantes con preguntas sesgadas calificó en el lugar 64, a pesar de la amplia evidencia del efecto contaminante de las preguntas sesgadas (Loftus, 1979). También, los estudiantes no estaban más preocupados por el efecto de los ruidos sobre su comportamiento que lo que están por no ser timados en el supermercado, a pesar de la evidencia del efecto contaminante de los ruidos (Damrad-Frye & Laird, 1989). Esto plantea la cuestión de hasta qué punto las creencias de las personas están determinadas. ¿Están pobremente determinadas las teorías de las personas sobre la contaminación mental? Si las personas tienen poco acceso a los procesos cognoscitivos en los cuales están sesgadas sus respuestas, ellos todavía pueden ganar awareness indirecto de estos procesos aplicando teorías causales correctas. Aun si los profesores no tienen acceso directo al proceso mediante el cual su preferencia por los estudiantes está sesgando su calificación, ellos podrían sostener la dichos sesgos. ¿Cuán exactas son las teorías de las personas sobre la contaminación mental? Esta es una pregunta sumamente difícil de contestar porque no hay ninguna manera de detallar el rango total de contaminantes reales para cualquier individuo dado y ninguna forma de comparar semejante lista con un inventario completo de las teorías causales de las personas. No obstante, hay fundamentos para sospechar que las teorías de las personas no están muy bien determinadas. Como ha sido fundamentada, si las personas estuvieran familiarizadas con todas las numerosas limitaciones sobre 164 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
la inferencia humana, entonces no les habría tomado tanto tiempo a los psicólogos sociales y cognoscitivos descubrir estos prejuicios. Como otra indicación de la inexactitud de las teorías de las personas sobre contaminación, es relevante examinar las suposiciones sobre prejuicio mental que es parte de los procedimientos legales. Las reglas que se refieren a evidencia y procedimiento podrían ser consideradas versiones codificadas de las teorías legas sobre los juicios y la toma de decisiones que hacen que los individuos especifiquen las condiciones bajo las cuales los jurados formarán sus veredictos sesgados y los procedimientos que se cree que evitan tales prejuicios. Sin embargo, una cantidad considerable de investigaciones sugiere que muchas de estas suposiciones sobre los prejuicios son incorrectas (para una revisión, vea Gerbasi, Zuckerman & Reis, 1977; Kassin & Wrightsman, 1988; Wrightsman, 1991). Por ejemplo, el proce-dimiento legal está basado en la suposición de que los jurados pueden descartar los testimonios que fácilmente ellos ven que son inadmisibles; pero hay evidencias considerables de que ellos no pueden hacerlo (p. e., Demande, Smith & Caldwell, 1973; Thompson, Fong & Rosenhan, 1981). En nuestro estudio, previamente mencionado, obtuvimos evidencias similares para la inexactitud de las teorías sobre el prejuicio mental, tal como el bien conocido sesgo-congnitivo. No obstante, un problema con este hallazgo es que, por varias razones, las personas pudieran estar indiferentes con una fuente potencial de contaminación mental. Primero, podrían no creer que están influenciadas en la vida por cosas como tales efectos pueden ocurrir. Segundo, las personas podrían reconocer el poder de las influencias mencionadas en nuestro estudio pero estarán convencidas de que no serán afectadas por dichas influencias. Es decir, no pueden querer evitar estas últimas porque no creen que les puedan afectar en lo absoluto. Tercero, las personas podrían saber que los fenómenos tales ocurren y creer que son contaminantes pero estiman que los prejuicios pueden distorsionar los reportes mentales, pero que ellas raramente están estarán justificados siendo relativamente indiferentes con esta forma de contaminación mental. Cuarto, las personas podrían creer que los contaminantes son potencialmente influyentes, pero consideran que tienen estrategias eficaces para neutralizarlos. Finalmente, podrían creer que existen los contaminantes, que frecuentemente los encuentran, y que no pueden neutralizarlos pero pensar que las consecuencias de la contaminación son 165 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
relativamente insignificantes. Podrían creer que los ruidos distractores a menudo influyen en sus gustos por una actividad, por ejemplo, pero creen que este efecto es de una magnitud trivial. Hemos dirigido, recientemente, estudios para demostrar más claramente que las personas están preocupadas por importantes fuentes de prejuicios en sus juicios pero que por lo menos algunas de estas preocupaciones están despistadas (p. e., que las teorías de las personas sobre lo que las contamina están pobremente balanceadas), con relación a consecuencias no-triviales. Algunos de estos trabajos involucraron encuestas en las cuales las personas fueron cuestionadas acerca de los efectos que varios contaminantes, como los mensajes subliminales, falsas sugerencias sobre un candidato político, y el conocimiento del género de un candidato laboral, los llevaría a cambiar de opinión (por supuesto, en las encuestas reales no hicimos uso del término contaminante). Las personas contestaron dos preguntas sobre cada sección de información: cuánto ellos querrían ser influenciados por ella y cuánto realmente se influenciarían. Comparando las respuestas de las personas a estas dos interrogantes, pudimos evaluar hasta qué punto las personas estimaron qué influencia no deseada tendría cada tipo de información en sus decisiones (Wilson y otros, 1992). Encontramos que, para cada uno de los tipos de información referida a los sujetos, ellos creyeron que la influencia real de esta información sería mayor que la influencia deseada, lo cual apoya nuestra hipótesis de que las personas piensan que sus decisiones pueden distorsionarse de varias formas. Promediando a través de los diferentes tipos de información, la diferencia entre las valuaciones de la influencia real y la deseada era muy significativa, aunque las personas creyeron que alguna de las informaciones les distorsionaría más que otras. Sin embargo, sobre la base de las investigaciones previas, hay por lo menos fundamentos para sospechar que las creencias de las personas no son muy estables. Por ejemplo, uno de las diferencias más grandes entre las valuaciones de la influencia deseada y la real fue para los efectos de mensajes subliminales. Hay pocas evidencias todavía de que tales mensajes pueden influir en las decisiones del mundo real de las personas (Merikle, 1988; Moore, 1982; Pratkanis & Greenwald, 1988; vea Zanot, Pincus & Lamp, 1983. Estos resultados fueron similares a una encuesta de adultos escogidos al azar en un área metropolitana). Estos resultados sugieren que las teorías de las personas sobre la contaminación mental son incorrectas, por lo menos, en algunos casos. Sin embargo, este estudio encuestativo no fundamentó que la inexactitud de las teorías de las personas es significativa. Para demostrar que ello puede 166 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ser, dirigimos recientemente una investigación de laboratorio en la cual se le pidió a las estudiantes de la universidad que tomaran una decisión de importancia personal, a saber, evaluar dos marcas diferentes de condones y escoger una de ellas para llevarla a casa para su uso personal (Wilson, Etling & Houston, 1993). Hicimos dos tipos de información disponible a los participantes: (a) la información de base-valorativa ( base-rate) sobre y (b) los informes de dos estudiantes de esta misma universidad que describieron sus experiencias con las dos marcas. Los participantes podrían escoger no ver ninguna, o las dos, de estos tipos de información, después de lo cual valoraron sus preferencias para las diferentes marcas y escogieron una para llevar consigo. Todas las opciones y valuaciones eran privadas y anónimas para evitar autopreocupaciones. Antes de discutir los resultados, es importante notar dos cosas. Primero, los de condón era superior (marca A), mientras que ambos grupos de estudiantes informaron que la otra marca era superior (marca B). Por ejemplo, una de las estudiantes informó un caso vivido por ella en el cual un condón de la marca A se reventó mientras ella y su amante estaban teniendo sexo, lo que produjo una cantidad considerable de ansiedad por si ella había quedado encinta o no. Segundo, es necesario demostrar que nuestras participantes estaban de acuerdo con la literatura en relación con el uso de la información definición de contaminación mental era de carácter subjetiva, se hacia necesario por nuestra parte demostrar esto a los ojos de nuestras Para hacerlo así, pedimos a un grupo separado de participantes valorar cuánto ellas querrían ser influenciadas por los diferentes tipos de información sobre los condones. Las respuestas de ellas se centraron en indicar qué recomendaron la marca A y los estudiantes recomendaron la marca B. Muy pocas de estas últimas estudiantes informaron que ellas querrían que sus amigos fueran influidos más por la información de los estudiantes que por declaró que querrían que sus amigos escogieran la marca recomendada por los estudiantes. Así, aparece que, en esta población, la mayoría de las 167 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
¿Cómo comparar esto con lo que realmente las personas hicieron cuando dieron ambos tipos de información? Primero, la mayoría de las personas escogieron ver ambos tipos de información (77 %), y muy pocas escogieron evitar la información de los estudiantes; en total (12 %). Esto sugiere que aunque las personas reconocieron la invalidez de la información del estudiante, tenían fe en su habilidad de evitar ser influenciadas por ello de una manera indeseable. Sin embargo, una vez que tenían ambos tipos de información ¿pudieron evitar los efectos no deseados de los informes de los estudiantes? No completamente: 31 % prefirió el condón recomendado por los estudiantes después de escoger ambos tipos de información. Este porcentaje fue significativamente más alto que el de las personas en nuestra muestra de control, que declaró que ellos preferirían que un amigo íntimo o que ellos mismos hubieran sido influenciado por la información del estudiante. Es situación, una proporción significativa de las personas hizo lo que era En resumen, no se evalúan perfectamente las creencias de las personas sobre contaminación mental con aquellos procesos cognoscitivos que realmente pueden llevar a la contaminación. Solo una cantidad limitada de investigaciones han examinado las consecuencias de tales creencias defectuosas. Las investigaciones preliminares de nuestro laboratorio, sin embargo, sugieren que tales creencias pueden tener consecuencias infortunadas. En nuestro estudio sobre el condón (Wilson, Etling & Houston, 1993), las creencias de las personas sobre el poder (o carencia) de información de las estudiantes y su fe de que ellas pudieran resistirse a tales efectos las llevó a la selección de esta información. Una proporción significativa de los participantes, sin embargo, eran incapaces de evitar la influencia de la información que ofrecían los estudiantes. Claramente esta es un área que beneficiaría a las investigaciones empíricas posteriores. ¿Subvaloran las personas su propia susceptibilidad? Sospechamos que un problema serio con las creencias legas sobre contaminación mental es una falta de humildad sobre la susceptibilidad de uno hacia ellas. Vimos una pista de esto en el estudio del condón: las personas 168 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
eran más propensas a informar que ellos preferían ver la información del estudiante que indicar que un amigo íntimo debía hacerlo. Las personas parecían creer que la información era más peligrosa en las manos de alguien más que en sus propias manos, posiblemente porque creían que podían controlar sus efectos mejor que un amigo íntimo. Pero, como se demostró, por lo menos, algunos participantes estaban equivocados sobre su habilidad de controlar el impacto de la información de los estudiantes. Nosotros les dimos las mismas consignas a algunos participantes sobre la influencia de posibles contaminantes y les preguntamos cómo otras personas serían influenciadas por la información (p. e., insinuaciones sobre un candidato político) en lugar de cómo ellas se influenciarían. De manera semejante, anchoring) y ajuste, que las perso anchoring effect ) pero sí que otros participantes en el estudio fueron influenciados. resultados sugieren que las personas estuvieran subvalorando su propia de otras (Wilson, Houston, Etling & Brekke, 1993). Las personas creyeron que otros serían significativamente más distorsionados por la mayoría de la información que lo que ellas mismas serían. La fe de las personas en su propia falta de susceptibilidad a la contaminación mental puede ser un ejemplo de optimismo poco realista. Se ha encontrado en otros trabajos (Weinstein, 1980; Weinstein, 1982) que las personas creen que es menos probable que los eventos negativos de la vida (p. e., un divorcio) les ocurran a ellas que a otros y que es más probable que los eventos positivos (p. e., conseguir un trabajo con alto salario) le sucedan a ellas que a las demás. Dado que es indeseable ser muy influenciado por un segmento de información de lo que uno realmente quiere ser, la diferencia, entre la autovaloración y otras valoraciones, en nuestros trabajos, puede ser un caso similar de optimismo no realista. En ese caso, las personas pueden subvalorar su propia vulnerabilidad a la contaminación mental y así fallan en dar pasos para evitarla. ¿Sobrestiman las personas su propio control mental? Otra posible razón de que las personas piensen que son menos susceptibles a los prejuicios que otros congéneres sería que tienen fe en sus habilidades para controlar sus propios pensamientos y sentimientos. Hemos demostrado hasta aquí que la cantidad real de control que tienen está limitada. Es importante considerar las creencias de las personas sobre su control, porque aquellas influirán en las estrategias que ellas utilicen (o no utilicen) para 169 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
evitar la contaminación mental. Para dirigir esta cuestión, nosotros (Wilson y otros 1992) condujimos otra versión de nuestra encuesta sobre la contaminación mental. La única diferencia fue señalada por las respuestas de los estudiantes a las diferentes cuestiones sobre posibles contaminantes, escogiendo una de cinco opciones posibles sobre cómo ellos tratarían con cada tipo de información (p. e., insinuaciones). Esto podría indicar que (a) querían la información para formar sus mentes, (b) la querían pero que no influyeran en su decisión, (c) no la querían porque podría distorsionar su decisión, (d) no la querían porque no influiría en ellos y sería algo molesto o una pérdida de tiempo, o (e) no cuidó si ellos recibieron la información o no. Es de particular interés, el número de personas que quisieron la información (probablemente al margen de la curiosidad) aun en el caso de que no influyera en su toma de decisión o no le importara si recibieron información o no. Estas opciones implican una creencia en la habilidad de controlar sus propios procesos mentales, particularmente si creen que la información está distorsionando sus mentes potencialmente. Por ejemplo considere los efectos de género en una decisión de contratar a alguien. La mayoría de las personas informaron que ellos no querrían que el género influyera en su toma de decisiones, pero sí creían que los influiría en más de lo que ellos querrían. No obstante, el 87 % indicó que les gustaría saber el género de un candidato al puesto de trabajo, probablemente porque ellos creen que pueden evitar cualquiera efecto contaminante de tal información. Solo el 5 % declararon que ellos no querrían saber para evitar distorsionarse cuando les dimos la opción de escoger qué información ver, había, por supuesto, un mismo problema de la autoselección de los sujetos: No todos los sujetos seleccionaron ver ambos tipos de información. Para dirigir este asunto, incluimos otras condiciones en las que se asignaron personas al azar para recibir uno o ambos tipos de información y se encontraron resultados muy similares a aquellos que han sido reportados aquí. Entre aquellas personas asignadas al azar para recibir ambos tipos de información: prefirió el condón recomendado por los estudiantes.
Resumen Hay pocas investigaciones sobre las creencias de personas acerca de la contaminación mental. Las evidencias disponibles, susceptibles para distorsionar la mente sugieren que los individuos están preocupados acerca de tener sesgos en sus juicios, pero que sus teorías están pobremente calibradas con relación a los contaminantes conocidos. Estos hallazgos son 170 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
causa de preocupación sobre las estrategias que las personas toman para evitar contaminación mental. Ellas no pueden estar muy motivadas para tomar medidas preventivas, y, cuando lo hacen, entonces podrían intentar evitar los contaminantes malos (p. e., influencias subliminales en lugar del conocimiento sobre el género de un candidato laboral).
TIPOS DE CONTAMINACIÓN MENTAL Hasta aquí, hemos repasado las causas generales de contaminación mental, incluyendo tanto las propiedades fundamentales de la cognición humana, como las creencias legas sobre la mente. Nuestra discusión ha girado en un nivel bastante amplio, abarcando una variedad extensa de errores mentales (p. e., el efecto de halo, la atribución errónea, y consecuencias negativas de accesibilidad). Una de nuestras metas es considerar las formas mejores de evitar la contaminación mental. Para lograr esto, es necesario ser más específico sobre los procesos involucrados en formas diferentes de contaminación. Creemos que es fructífero dividir la contaminación mental en dos subcategorías: prejuicios que son derivados de procesos automáticos y los que llamamos confusión de la fuente, que es el caso en el cual las personas confunden dos o más fuentes de una memoria, de un pensamiento, de un sentimiento, o de un juicio. Aunque esta categorización no es necesariamente exhaustiva, creemos que identificar estos tipos diferentes de contaminación tiene implicaciones importantes en cómo evitar prejuicios mentales.
CONSECUENCIAS NO DESEADAS DEL PROCESO AUTOMÁTICO Durante milenios, los seres humanos han desarrollado muchas estrategias de procesos-de-información que han sido altamente funcionales. Muchas de estas estrategias involucran procesos inconscientes, automáticos que son muy funcionales. De hecho, es difícil imaginar tener que procesar toda la sciente como con la mayoría de los procedimientos. Sin embargo, estos procesos muy adaptables pueden ser sobre- usados o pueden, bajo ciertas circunstancias, ir sesgados, conduciendo a salidas erróneas. No obstante, ellos son eficaces y bastante funcionales, por lo tanto, sus beneficios pesan más que sus inconvenientes (Einhorn & Hogarth, 1981; Miller & Cantor 1982). 171 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Los tipos de estrategias a las que nos referimos son muy diferentes de las reglas conscientemente aprendidas que discutimos en la sección sobre el conocimiento de las reglas y su aplicación (p. e., la ley de los grandes números). Ahora nos referimos a estrategias que pueden ser o bien innatas o por lo menos pueden haber sido sobre-aprendidas, convirtiéndose en implícitas, o no-conscientes (¡ojo con este término!, N. del T.), y, por lo menos, en algún sentido, ingobernable. Muchos de estos procesos fijan las definiciones actuales de automaticidad. Reconocemos que puede ser un error considerar la automaticidad como un concepto simple y unitario; como ha sido señalado por Bargh (1989), el proceso automático surge con formas y matices diferentes, con variados grados de awareness , de intencionalidad y de control-habilidad. No obstante, creemos que es útil clasificar varios tipos de procesos de información humana como relativamente automáticos para distinguirlos de ejemplos de reglas conscientemente aprendidas, que hemos discutido con anterioridad. Por ejemplo, la predilección humana para categorizar el mundo físico y social probablemente sea no aprendida Además, los procesos automáticos están acompañados, a menudo, por procesos mentales más conscientes y controlables; de hecho, varios modelos de procesos automáticos, como se mostrará posteriormente, especifican el funcionamiento de procesos de control que operan en serie con los procesos automáticos. Nuestro criterio es que existe un conjunto de errores, bien determinados, que resultan de la interacción entre los procesos automáticos y los controlados. Esta clase de errores puede ser considerada como derivada de otros procedimientos mentales útiles. También puede ser considerado un tipo de contaminación mental en el cual las personas terminan con respuestas, creencias, o juicios que ellos mismos estarían de acuerdo en señalar como defectuoso debido a la interferencia de procesos automáticos no deseados. Es decir, los juicios las emociones o conductas de las personas, automáticos y, en algunos casos, por procesos controlados activados por procesos automáticos. De nuevo, no estamos defendiendo que siempre los procesos automáticos producen contaminación. Estos son muy adaptables y a menudo bastante funcionales. Hay veces, sin embargo, que producen estados mentales no deseados. En este sentido, esta clase de errores se ajusta al esquema representado en la Figura 1. El proceso no deseado en la primera casilla incluye aquellos ejemplos en los que los procesos automáticos tienen efectos indeseables. La contaminación resulta si las personas están no aware de 172 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
nitud de este prejuicio, o si son incapaces de controlar suficientemente sus respuestas para así corregir sus prejuicios. Hemos señalado, en el apéndice B, varios ejemplos de consecuencias no deseadas de procesos automáticos. Algunos son sumamente bien documentados, mientras que otros son relativamente nuevos y subdesarrollados. Proporcionamos aquí algunos ejemplos, empezando con la tendencia humana a categorizar el ambiente físico y social.
CATEGORIZACIÓN Las personas inmediatamente colocan las cosas que encuentran en estructuras o esquemas preexistentes de conocimiento. En realidad, es difícil por ejemplo, que el objeto delante de nosotros con un espaldar, y cuatro patas es una silla o que la persona que lleva un traje caro y hablando en un teléfono celular es un ejecutivo y no un conserje. Una pregunta interesante es si tales reglas aprendidas conscientemente, después de su uso prolongado. Puede ser que ellas puedan volverse automatizadas con la práctica, tal como ocurre con otras reglas bien aprendidas. Sugerimos, sin embargo, que el proceso por el cual las personas aprenden y aplican tales reglas lógicas es muy diferente de los tipos de procesos (posiblemente innatos) automáticos que aquí estamos considerando, las cuales sean probablemente no aprendidas y más difíciles de controlar. Existen algunas controversias sobre la naturaleza exacta del proceso de categorización, aunque hay acuerdo generalizado acerca de que los seres humanos son proclives a la categorización inmediata de su ambiente (Medin, 1989; Rosch, 1978; Smith & Medin, 1981). Están bien fundamentadas las ventajas de la categorización, aunque todavía sus inconvenientes siguen estando presente (p. e., Brewer 1989; Fiske & Neuberg, 1990). Los prejuicios y los estereotipos son casos particularmente interesantes de las consecuencias no deseadas de la categorización. Para muchos investigadores, los estereotipos de grupos sociales son aprendidos en edades tempranas y se invocan automáticamente cuando las personas se encuentran con los miembros de ese grupo (Allport, 1954; Billig, 1985; Brewer, 1989; Devine, 1989a, 1989b). Varios investigadores sugieren que hay circunstancias, bajo las cuales, las personas encuentran difícil no 173 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
invocar estos estereotipos que hacen que sus juicios se distorsionen, aun cuando ellos tienen la mejor de las intenciones (Devine, 1989b; Gilbert & Hixon, 1991; Wegner, 1994). Es claro, que para una persona no-prejuiciada, este efecto calificaría como contaminación mental: el conocimiento de un estereotipo negativo se invoca automáticamente, distorsionando los juicios de una manera no deseada. Devine (1989a, 1989b) planteó que los individuos no-prejuiciados, con frecuencia son capaces de revocar esta activación automática de los estereotipos mediante el ajuste consciente de sus respuestas en una dirección no prejuiciada o por lo menos intentando hacerlo así. Sin embargo, Wegner (1994) sugirió que esto es más fácil de decir que de hacer. De hecho, como se muestra brevemente, el mismo acto de intentar suprimir las respuestas estereotipadas puede incrementar su frecuencia de ocurrencia. En general, incluso cuando las personas intentan ajustar sus respuestas al actuar recíprocamente con miembros de grupos estereotipados, este proceso de ajuste puede ser muy difícil de conseguir adecuadamente y es especialmente difícil cuando la capacidad cognoscitiva de uno está siendo puesta a prueba. Asumimos que los beneficios de categorización pesan más que los costos, a pesar de estos problemas con la proclividad de las personas para categorizar su ambiente automáticamente. Los efectos perniciosos de la estereotipación no son ciertamente subvalorados, pero no conocemos a nadie que defienda que las personas deben esforzarse, a toda costa, para librar sus mentes del proceso de la categorización en su totalidad.
ACCESIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO Ha habido muchas investigaciones recientes sobre los determinantes y con la que una estructura guardada se recupera de la memoria y/o se utiliza rimentos han mostrado que cuando es accesible una estructura en la memoria, ya sea por el contacto reciente o frecuente con la información pertinente a esa estructura, las personas tienden a utilizarla con más probabilidad en sus juicios sociales (Bargh, 1990; Higgins, 1989; Uleman, 1989; Wyer & Srull, 1989). Una manera de ver la accesibilidad es apreciarla como una especie de determinante de la categorización; es decir, es probable que las personas asimilen nuevas experiencias para aquellas categorías que son muy accesibles a la memoria. Los efectos de accesibilidad ocurren automáticamente, sin la intención o el control por parte del que percibe (Bargh, 1989). Varios teóricos han notado los beneficios humanos que se 174 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
obtienen por semejante sistema no-consciente (N. del T.: debería decir inconsciente). Este sistema de activación automático se puede considerar como la habilidad de resolver ambigüedades mediante la aplicación rápida del conocimiento que uno tiene del mundo real (Higgins & Bargh, 1992). Sin embargo, los investigadores en esta área han señalado rápidamente la desventaja de semejante sistema de activación automático. Las inves sociales pueden ser activadas mediante informaciones irrelevantes de los juicios cercanos, por lo tanto, influyen en los juicios de las personas en una forma arbitraria (y presumiblemente indeseada). Higgins (1977), por ejemplo, mostró que las personas ajustaron sus juicios, sobre la imagen de una persona ambiguamente mostrada, a una categoría del rasgo que se imagen presentada. Más recientemente, Higgins (1987) demostró que la accesibilidad crónica y temporal de ciertas diferencias entre el sí mismo emocional (vea Higgins & Bargh, 1992, para una discusión de otras consecuencias no deseadas de activación de conocimientos automáticos).
ACEPTACIÓN INICIAL DE LAS PROPOSICIONES Como fue señalado por Gilbert (1991, 1993), hay una larga tradición en filosofía y psicología, originada desde Descartes, la cual asume que la formación de la creencia es un proceso de doble-paso: Primero las personas libremente deciden si van a aceptarla como verdadera (p. e., si encaja con otra información que ellos saben de Jason). Así, no hay peligro de encontrar información potencialmente falsa porque las personas siempre pueden discriminar la verdad de la ficción, desechando aquellas proposiciones que no resisten la crítica. Sin embargo, como muy bien señaló Gilbert (1991, 1993), la formación de las creencias humanas opera mucho más como el sistema propuesto por Spinoza. Según este punto de vista, las personas aceptan inicialmente como verdadero cada proposición que ellos comprenden y posteriormente deciden si creen o no en ellas. Así, en el ejemplo ya propuesto, las personas asumen que Jason es deshonesto en cuanto ellos oigan esta proposición, invirtiendo esta opinión si es incoherente con los hechos. Bajo muchas circunstancias los sistemas cartesiano y espinociano terminan en el mismo estado de creencia (p. e., que Jason es honesto porque, en la reflexión, las personas saben que no hay ninguna evidencia de que él sea deshonesto). Sin embargo, Debido a que la segunda fase de la comprobación 175 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
requiere esfuerzo mental, hay condiciones bajo las que los dos sistemas producen estados muy diferentes de creencias. Si las personas están cansadas u ocupadas, nunca podrán moverse más allá de la primera fase del proceso. En el sistema cartesiano la persona deshonesto? Me reservaré el juicio hasta que yo tenga tiempo para analizar inicial de aceptación, creyendo en la proposición original. Gilbert ha proporcionado evidencia, en varios experimentos interesantes, desde el enfoque espinociano: cuando la capacidad cognoscitiva de las personas se pone a prueba, estas tienen dificultad en rechazar las proposiciones falsas (vea Gilbert, 1991, 1993). Gilbert (1991) defendió la tesis de que el procedimiento espinociano de aceptación inicial es de naturaleza adaptable. Este último tiene sus raíces en el sistema perceptual, Gilbert sugirió, que es de gran ventaja para las personas creer que lo que ellos perciben refleja la realidad (p. e., un automóvil que acelera en su dirección no es una alucinación). En el reino de las creencias, hay una probabilidad mayor de que las nuevas proposiciones creencias, puede ser muy eficaz creer lo que uno inicialmente oye. Según acciones oportunas aprovechando que la mayoría de los perceptos son confiables, los sistemas cognitivos pueden lograr eficacia similar sacando (p. 116). La aceptación inicial de las proposiciones, entonces, encaja muy bien en nuestra primera clase de contaminación mental: este estado de asunto, la mayoría de las veces, es muy adaptativo pero puede, bajo ciertas circunstancias, conducirnos por caminos torcidos (p. e., cuando las personas están cansadas, preocupadas, o cognoscitivamente atareadas, de manera del proceso espinociano). Debe notarse que un buen número de prejuicios en nuestro razonamiento pueden ser considerados ejemplos de fallos de este proceso inaceptable. La principal entre ellas, quizás, sea la tendencia de atribuir a la conducta de las personas, a sus disposiciones subyacentes y subvalorar los efectos de variables circunstanciales en su conducta. Esta proclividad, denominada 176 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
docenas de experimentos. Gilbert (1991) sugirió que, en muchos casos, las personas aceptan inicialmente como verdaderos los rasgos o actitudes implicadas por la conducta de una persona, incluso, cuando hay exigencias circunstanciales claras en la conducta de la misma.
SUPRESIÓN MENTAL Es particularmente interesante una última área de proceso automático porque resulta muy malo cuando este se dirige por cauces incorrectos. Wegner las personas para no pensar sobre un tema particular (p. e., un amor perdido, un encuentro desagradable con el jefe de uno, o un pedazo apetecible de un pastel de queso que nos incita desde el refrigerador). Según el modelo procesos, uno que es relativamente inconsciente y automático y uno que está relativamente consciente y controlado. El primer proceso, denominado monitoreo irónico, es relativamente automático y en él se desarrollan búsquedas para poner de relieve que pensamientos no deseados están a punto de invadir la conciencia. Una vez que el pensamiento no deseado se descubre, entra en acción el segundo proceso que es más controlado y que consciente de distraerse a sí mismo para encontrar algo diferente en qué pensar. Estos dos procesos operan en serie como un lazo de retroalimen la existencia de pensamientos no deseados. Wegner (1992, 1994) notó que, en circunstancias normales, este sistema puede operar con bastante éxito. Por lo menos a corto plazo, las personas consiguen reducir el número de veces que un pensamiento no deseado perturba en la conciencia. Aunque la supresión puede fallar a la larga, produciendo efectos de rebote (incidencia aumentada de pensamientos no deseados después de la supresión), parece razonable considerar el procedimiento del proceso automático y controlado en la supresión del pensamiento como un proceso adaptativo. A veces es muy importante poder poner algo fuera de nuestra mente para que podamos concentrarnos en la tarea que estamos realizando. Si los pensamientos les ocurrieran a las personas según el ingenio que los caracteriza, sin la habilidad de controlarse, 177 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
sin la habilidad de filtrar y suprimir las informaciones distorsionantes, sus procesos mentales serían un verdadero caos. Sin embargo, como con nuestros otros ejemplos de los efectos no deseados de proceso automático, hay circunstancias bajo las cuales el sistema de supresión del pensamiento falla, con consecuencias desafortunadas. De acuerdo con el proceso de creencia espinociana, su éxito depende de un balance sutil entre los procesos mentales automáticos y los controlados. Si la habilidad de las personas para ejecutar la parte controlada del proceso (la investigación de distractores) falla, entonces ocurre un efecto irónico: el deseados, los cuales se introducen en la conciencia sin ser chequeados por aware. Por consiguiente, ocurre un estado de hiper-accesibilidad, con que el pensamiento no deseado sucede a una frecuencia mayor que la que tendría si el proceso de supresión del pensamiento no hubiera sido provocado (Wegner 1992, 1994). Semejante estado de hiper-accesibilidad puede llevar a respuestas que la mayoría de las personas consideraría ser no deseadas, lo cual apoya nuestra definición de contaminación mental. Por ejemplo, Wegner Erber y Bowman (1993) demostraron que cuando se les pide a las personas que intenten no dar respuestas sexistas mientras realizan una tarea cognoscitiva (previniendo resultados indican un aumento en el número de respuestas sexistas dadas. Para resumir, en esta sección hemos defendido, que la contaminación mental puede ocurrir cuando las estrategias del proceso automático, normalmente adaptativo, se distorsionan u operan sin ser chequeadas por los procesos conscientes, controlados. Nosotros vemos estos errores como las consecuencias inevitables de, por otra parte, procedimientos beneficiosos, análogo al hecho adverso de que algunos aspectos positivos de la fisiología humana (p. e., genes que conceden inmunidad a la malaria) tiene derivado infortunados (p. e., una susceptibilidad a la anemia drepanocítica)1 . Debemos destacar una alternativa a esta manera de considerar los efectos no deseados de proceso automático. Podría argumentarse que las reglas son, en sí mismas, imperfectas y podrían ser mejoradas para eliminar los errores que ellas a veces causan. Nuestro punto de vista simplemente es que existen allí una clase de errores que son derivados de procedimientos automáticos útiles. Estos errores 1
Anemia drepanocítica o de Dresbach. Enfermedad hereditaria en la que los glóbulos rojos adquieren in vitro una forma de hoz o semilunar. (N. del T.)
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difieren en dos modos importantes de nuestra primera categoría de errores mentales (el fracaso de saber o no aplicar un algoritmo consciente). Primero, ellos son el resultado de la estrategia del procesamiento de información que opera fuera del awareness (Bargh, 1989). Segundo, aun cuando uno pudiera controlar y hacer pequeños ajustes a estas estrategias, no está claro que se querría hacerlo ya que ellas son adaptables y beneficiosas la mayoría del tiempo. Discutiremos estos problemas con más detalle en la sección sobre corrección de los errores de las personas pueden contaminarse.
CONFUSIÓN DE LA FUENTE DE ORIGEN La contaminación mental también puede ser el resultado de confusión de la fuente de origen que ocurre cuando las personas confunden dos o más fuentes de la memoria, del pensamiento, del sentimiento, o del juicio. que utilizó Johnson, Hashtroudi, y Lindsay (1993). La preocupación, en ambos casos, está relacionada con la habilidad de las personas para realizar atribuciones exactas sobre las causas de sus respuestas. Nuestro punto de vista sobre este proceso es algo más amplio ya que abarca una variedad extensa de fenómenos cognoscitivos y sociales. En la vida cotidiana, las respuestas de las personas son casi siempre multideterminadas; sus sentimientos de amor para con uno surgen de diferentes fuentes, y su evaluación de un candidato para un determinado trabajo está basado en muchos atributos de dicho candidato. Sin embargo, una cantidad considerable de investigaciones sugiere que las personas no son hábiles en analizar minuciosamente un juicio (reconociendo la contribución exacta de todo lo que lo causó). Es como si sus mentes fueran un caldero inescrutable de actividad mental. Ellas reconocen los pensamientos y sentimientos que resultan pero no las fórmulas exactas que los produjeron (Nisbett & Wilson, 1977b; Wilson, Dunn Kraft & Lisle, 1989). Por ejemplo, las personas no esposo está basado en su bondad, el 11 % en su sentido del humor, el 23 % & Hodges, 1992). Debido a esta fuente de confusión, la incapacidad para reconocer la contribución exacta de todas las influencias sobre los juicios de uno, se hace difícil tomar decisiones para evitar ser afectado por agentes no deseados. Como resultado las personas terminan, a menudo, con juicios 179 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contaminados. Hemos relacionado varios ejemplos de confusión de la fuente (misattribution ), en el cual las personas confunden dos o más causas de su alertamiento. Se han encontrado personas que creen, equivocadamente, que su alertamiento está provocado por una encuesta insultante en lugar del efecto de una droga (Schachter & Cantante, 1962), o por una píldora placebo en lugar de los choques eléctricos dolorosos que se le aplican (Nisbett & Schachter 1966), o por una experimentadora atractiva en lugar del miedo a cruzar un puente poco seguro (Dutton & Aron, 1974), o por una película sexualmente excitante en lugar del ejercicio físico realizado Reisenzein, 1983), el fenómeno básico de confundir una fuente de excitación con otra está bien establecido (Olson, 1990). Recientes investigaciones sobre la influencia inconsciente de la memoria los participantes que leyeran una lista de nombres no famosos (p. e., una lista de nombres que incluía alguno de los nombres no famosos que habían visto antes y se les pidió juzgar si estos eran famosos. Si las personas recordaban que un nombre en la segunda lista había aparecido en la primera, entonces podrían etiquetarlo correctamente como no famoso porque sabían que la primera lista incluyó solo nombres de personas no famosas. Sin embargo, si ellos no recordaran haber visto un nombre antes, entonces los efectos inconscientes de la memoria podrían provocar que ellos, equivocadamente, lo señalaran como un nombre famoso. Es decir, el nombre podría parecer familiar y así podría equivocarlo con una persona famosa, precisamente porque las personas no recuerdan conscientemente todo lo que ven. Jacoby y otros (1989) encontró que muchos de los nombres de personas no famosas fueron erróneamente identificados como nombres famosos. En nuestros términos, la fuente de confusión ocurrió, porque las personas creyeron, equivocadamente, que la familiaridad de un nombre fue causada por su carácter famoso, en lugar de la exposición inicial a los nombres, en el experimento realizado. que las personas se confunden sobre la fuente exacta de su juicio (p. e., la calificación), a saber, hasta que punto está basada en una evaluación objetiva de la actuación de una persona contra su gusto para esa persona. 180 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de que las personas se confunden sobre la fuente exacta de sus juicios (p. e., la calificación), a saber, hasta qué punto está basado en una evaluación objetiva de la actuación de una persona contra su gusto por esa persona. Estos ejemplos centran nuestra definición de contaminación mental en aquellos procesos mentales que resultan de los juicios, de las emociones, y de otras de las respuestas que las personas, por lo menos a veces, hallan indeseables. En los términos del esquema desarrollado en la Figura 1, el ocurre cuando las personas confunden dos o más fuentes de sus respuestas. Las condiciones bajo las que la contaminación ocurre son entonces las mismas que hemos resumido anteriormente: una vez que ocurre la confusión de la fuente, solo puede corregirse si las personas se motivan para hacerlo así, estando aware de la dirección y magnitud del prejuicio, y teniendo suficiente control sobre sus respuestas para evitar el prejuicio. Debemos notar que esta categoría de contaminación mental comparte algunos rasgos con la anterior (subproductos no deseados de proceso automático). Ellos ocurren principalmente, debido a las mismas limitaciones de la mente humana (p. e., los límites sobre el awareness de los procesos mentales y el control mental), revisado con anterioridad. Algunos ejemplos de contaminación mental son difíciles de clasificar, como los efectos de la accesibilidad del conocimiento. Antes discutimos esto como una muestra de los efectos no deseados de procesos automáticos, en que una estructura se juicios. Semejante proceso también podría ser considerado un caso de confusión de la fuente en que las personas están desconcertadas sobre hasta qué punto su juicio de un estímulo (p. e., otra persona) es influenciado a través de la fuente 1 (atributos objetivos del estímulo) contra la fuente 2 (una errores de confusión de la fuente podrían verse como las consecuencias no deseadas de proceso automático si uno asume que la incapacidad de las personas para incitar diferentes fuentes es un subproducto de su tendencia general a formar juicios y evaluaciones aparte de la conciencia. A pesar de este solapamiento, creemos que es fructífero considerar nuestras dos categorías de contaminación separadamente por tres razones. Primero, en nuestros ejemplos de confusión de la fuente, es más difícil de identificar el proceso mental funcional que causa contaminación, diferentes errores que revisamos con anterioridad (p. e., las consecuencias no deseadas de categorización automática). Por ejemplo, los beneficios de los procesos 181 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
uno fuera a describir al ser humano perfecto, parece dudoso que uno incluyera a los procesos responsables de tales distorsiones. En contraste, uno podría incluir bien los efectos de la accesibilidad automática, dado los beneficios de tener un modelo funcional del mundo que uno se lo sepa al dedillo (Higgins & Bargh, 1992). Segundo, errores disímiles que son el resultado del proceso automático, de la confusión de la fuente de origen que involucra seudo atribución, en los cuales las personas hacen inferencias equivocadas sobre las causas de sus respuestas. Tercero, las estrategias para evitar o deshacer estos prejuicios son algo diferentes, como mostraremos posteriormente. de error en el razonamiento humano, los errores en la vida cotidiana pueden estar sobre-determinados. Considere el ejemplo de Jane que invirtió todos sus ahorros de la jubilación en un fondo mutuo que sufrió pérdidas severas durante los años subsiguientes. Es posible que su decisión infortunada fuera determinada, en parte, por todos los tipos de errores en el razonamiento que hemos señalado anteriormente. Primero, su fracaso para apreciar el fenómeno de regresión promedio, puede haber contribuido a su decisión (ignorancia de la regla). Es decir, el hecho que el fondo mutuo anunció ganancias sustanciales el año anterior, puede haber influido demasiado en Jane, para que ella pensara que habría ganancias similares el próximo año. Segundo, puede haber habido algunas consecuencias no deseadas de proceso automático. Finalmente, la confusión de la fuente de origen puede haber entrado a jugar su papel, así el agente específico o el estado mental influyó en la decisión de Jane de una manera no deseada. Quizás ella fue influenciada excesivamente por un anuncio de la revista para adquirir fondos o por el comentario de un amigo sobre cuan maravilloso fuera invertir dinero en esa empresa.
Aunque los juicios distorsionados pueden ser multi-determinados, creemos que nuestro esquema de la clasificación es útil para determinar cómo mejorar los juicios. Como ha sido demostrado por Nisbett y sus colaboradores, han habido éxitos notables en los juicios de las personas cuando se les enseña regression to the mean ) podría haber hecho que ella fuera más cauta al valorar la fluctuación de las ganancias durante el año anterior. Pero pudiéramos hacer la siguiente pregunta, ¿cuáles son los diferentes tipos de contaminación mental que contribuyeron a su toma de decisión, tales como, tendencia a aceptar proposiciones como verdaderas y el efecto no deseado de la propaganda? Ya hemos tocado el problema de cómo corregir o evitar 182 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contaminación mental a lo largo de este artículo. Ahora retornaremos a un tratamiento más detallado de este problema que es, después de todo, lo esencial: ¿cómo pueden evitar las personas la contaminación?
EVITANDO Y CORRIGIENDO LA CONTAMINACIÓN MENTAL En la Figura 1 resumimos el proceso por el cual se puede evitar o eliminar aware del proceso aware de la dirección y la magnitud del prejuicio y c) tener suficiente control sobre nuestras respuestas para cumplimentar la corrección. También revisamos bibliografía que sugiere que estas condiciones son difíciles de encontrarse y en que se preocupaban por las capacidades generales de las personas pertinentes, a la corrección (p. e., estar awareness de sus procesos mentales). Muchos trabajos han examinado este asunto más directamente intentando incrementar el awareness hacia los prejuicios, pidiéndoles a las personas que corrigieran sus juicios en presencia de los contaminantes, o advirtiendo a las personas acerca de que ellos pueden ser contaminados. Incluso con tales esfuerzos explícitos por advertir o las personas sobre los prejuicios, es a menudo muy difícil de satisfacer todas las condiciones necesarias para evitar las respuestas contaminadas.
EFECTOS DE LA PREVENCIÓN Y MANIPULACIÓN DE LOS PREJUICIOS Varios trabajos han intentado reducir los prejuicios en los juicios y en el procesamiento de información previniendo a las personas o llamando su atención acerca de prejuicios potenciales en la información, para que examinen hasta qué punto ellos pueden evitar los efectos no deseados de esta información. Estos estudios incluyen aquellos referidos a las áreas de las ciencias jurídicas y a la psicología que examinan la toma de decisiones de los jurados y aquellos que previenen a las personas sobre los prejuicios en otros tipos de juicios y decisiones. En general, estos estudios han revelado una gama amplia de efectos aparentemente contradictorios. Algunas investigaciones han mostrado que un aumento del awareness de las personas elimina la contaminación mental; algunos han encontrado que el awareness provoca que las personas no se ajusten suficientemente, llevándolas a una mala corrección de su comportamiento; otros han indicado que el awareness no conduce a que las personas ajusten sus respuestas. 183 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Considere por ejemplo, los estudios que han prevenido a las personas acerca magnitud en que las personas son capaces de evitar los prejuicios. En realidad, cuando uno analiza esta literatura, encuentra que ha producido efectos inconsistentes. Algunos trabajos han encontrado que la prevención tiene poco o ningún efecto en las respuestas de las personas (p. e., Fischhoff, 1977; Kurtz & Garfield, 1978; Wegner Coulton & Wenzlaff, 1985; Wetzel, Wilson, & Kort, 1981; Wilson, Houston, Etling & Brekke, 1993). Otras investigaciones han mostrado que prevenir puede ser eficaz para eliminar los juicios distorsionados (p. e., Golding, Fowler, Long & Latta, 1990; Schul, 1993; Weinberg & Baron, 1982). Un notable hallazgo inconsistente en la literatura sobre la persuasión es que las personas que son prevenidas acerca del contenido de un mensaje formador de actitudes o simplemente de que el mensaje intenta persuadirlos, muestran menos cambio de actitud que las personas que no son advertidas de esta posible influencia (p. e., Petty & Cacioppo, 1977, 1979; para una revisión vea Petty & Cacioppo, 1986). Sugerimos, que estas inconsistencias pueden entenderse, si examinamos qué pasos son necesarios para evitar la contaminación (ver Figura 1) y cuales han sido satisfechos en cada estudio. Es decir, creemos que los participantes en las investigaciones en que las manipulaciones sobre como evitar la distorsión fallaron, no satisficieron uno o más de los pasos necesario para evitar la contaminación. Consideraremos estos pasos en detalle, discutiendo cómo la investigación sobre la prevención y la distorsión ilustra el papel de cada uno de ellas.
AUMENTO DEL AWARENESS DEL PROCESO NO DESEADO Primer paso: estar aware del prejuicio potencial o contaminante. Los estudios que intentan hacer aware las informaciones prejuiciadas de las personas dependen de la manipulación de las creencias de los sujetos (por ejemplo, aceptando el hecho que sus juicios fueron distorsionados por testimonio de un ensayo). Tal awareness puede ocurrir de dos maneras: a través de la introspección, donde las personas descubren el prejuicio mediante un examen de sus procesos mentales, y a través de la aplicación de una teoría causal correcta. Como he señalado con anterioridad, la primera vía para el awareness es a menudo muy difícil debido al acceso limitado que tienen las personas a sus procesos mentales. Así, el éxito de los intentos por aumentar el awareness de las personas acerca de los prejuicios debe depender, en parte, de la magnitud de la influencia que puedan los investigadores ejercer sobre cada uno de los participantes en el sentido de que sus juicios pueden estar abiertos a la distorsión. 184 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Una manera de lograr esto, por supuesto, es usar una manipulación especialmente extrema. Considere por ejemplo, las investigaciones sobre los efectos de los testimonios desacreditados en los cuales jurados simulados oyen testimonios que posteriormente, resultan inexactos (p. e., se presenta un testigo ocular que era débil visual y admite no haber tenido puesto los lentes en el momento de la identificación). Un meta-análisis de esta área encontró que aunque el jurado redujo la credibilidad del testimonio, ellos no lo descartaron enteramente; simplemente ajustaron sus respuestas significativamente, pero no borraron completamente los efectos del testimonio desacreditado (Whitley, 1987). Una razón para esto podría ser que las personas no eran suficientemente aware de hasta qué punto ellos fueron influenciados por el testimonio desacreditado. Quizás, en este estudio se usó la manipulación más fuerte (el testigo ocular terminó admitiendo el error y disculpándose ante el jurado), Hatvany y Strack (1980) encontraron que los jurados se ajustaron más a la exposición del ilógico testimonio. Es interesante notar que, los jurados a veces corrigen sus respuestas, indicando que el awareness de un prejuicio no elimina su efecto automáticamente (volveremos, brevemente, sobre este punto). Las manipulaciones fuertes, sin embargo, pueden no ser suficientes, porque el grado en que las personas creen en la prevención de las manipulaciones depende de sus teorías sobre los prejuicios. Mientras más fuertes sean las correspondientes manipulaciones de las teorías causales de las personas, más creerán ellas en dichas teorías, aumentando la probabilidad de que intenten corregir el prejuicio. Evidencias consistentes con esta hipótesis se encontraron en un estudio dirigido por Thompson y otros (1981). Estos investigadores instruyeron a los jurados para que ignoraran las evidencias inadmisibles que fueran en pro-convicción o en pro-descargo. De manera interesante, los jurados descartaron solo los tipos de evidencias que eran consistentes con sus teorías causales sobre el impacto de tipos diferentes de testimonio, a saber, la evidencia de pro-convicción. Thompson et al. teorizó acerca de que los jurados que se expusieron a la pro-convicción de las evidencias inadmisibles creyeron que fueron distorsionados por estos datos y, en consecuencia, los corrigieron, mientras que los jurados que se expusieron a la evidencia de pro-descargo no creyeron que ellos estaban prejuiciados (debido a una teoría causal incorrecta) y, por consiguiente, no corrigieron sus errores. Hallazgos similares fueron obtenidos por Wyer y Budesheim (1987) fuera del contexto de la sala del tribunal en una tarea de percepción personal. Cuando los sujetos fueron instruidos para ignorar ciertos segmentos de información conductual, su habilidad para hacerlo dependía de si las 185 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
conductas eran positivas o negativas. Cuando las conductas en cuestión eran positivas, las personas no siempre las descartaban como se les instruyó. Cuando las conductas eran negativas, en cambio, las personas generalmente las corrigieron y a veces las sobre-corregían. Wyer y Budesheim sugirieron que las personas tienden a asumir cosas positivas sobre otros, así, cuando reciben información positiva que está de acuerdo con las expectativas, esto no se ve como algo a considerar. La información negativa, en contraste, contradice las expectativas y se percibe como particularmente dañina. Como resultado, ellos plantearon que las personas ajustan muy poco sus juicios cuando se les instruye reducir las informaciones positivas y a veces demasiado al instruírseles reducir las informaciones negativas. Ambas líneas de investigación subrayan la importancia de utilizar la teoría causal correcta sobre la naturaleza de las influencias distorsionantes.
LA MOTIVACIÓN PARA CORREGIR LOS PREJUICIOS Aun cuando las personas estén aware de los prejuicios potenciales (ya sea a través de la introspección o debido a una teoría causal exacta) deben motivarse para corregirlos. La falta de motivación para corregir las distorsiones puede explicar los resultados de otro grupo de investigaciones en el contexto legal: aquellos que explícitamente les piden a los jurados que ignoren la información que no es pertinente desde el punto de vista legal (como los estudios divergentes que desacreditan testimonios mostrando a los jurados que los juicios son defectuosos o inválidos, como ha sido revisado con anterioridad). Numerosos trabajos han investigado la habilidad de los jurados para seguir tales instrucciones, y los resultados no son realmente satisfactorios. Por ejemplo, las investigaciones sobre los efectos de las instrucciones judiciales para ignorar las evidencias inadmisibles, indican que los jurados no siempre desechan completamente tales evidencias (p. e., Caretta & Moreland, 1983; Sue y otros, 1973; Thompson y otros, 1981). Los jurados que explícitamente son instruidos para que no se prejuzguen, resultan ser bastante ineficaces. ¿Por qué fallan los jurados en corregir los efectos de la información que les dicen que no tengan en cuenta? Una posibilidad a considerar es, como se ha mostrado con anterioridad, que las personas no pueden utilizar la teoría causal que poseen, debido a que están influenciados por la información distorsionadora. Aun cuando están aware de la influencia potencial de la información, sin embargo, simplemente no pueden motivarse para resistirse a sus efectos. Mientras que el testimonio desacreditado (p. e., el testigo ocular que sea un débil visual) es evidentemente nulo e inadmisible o las 186 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ilegales evidencias de los escuchas telefónicos que pueden ser vistos por los jurados como válidos y probativos de culpa, aunque sean legalmente inadmisibles (Hatvany & Strack, 1980). Así, los jurados pueden escoger usar la información a pesar de las instrucciones judiciales contrarias. De hecho, Wolf y Montgomery (1977) encontraron que los jurados a los cuales se les dio una advertencia judicial especialmente fuerte para ignorar los testimonios inadmisibles, parecían mostrar resistencia y usaron el testimonio con más frecuencia que aquellos a los que no se les pidió ignorarlos. De forma similar, fuera del contexto de la sala del tribunal, Golding ha encontrado (Golding y otros, 1990; Golding & Hauselt, en prensa) que decirles a las personas que desatiendan las informaciones sobre otras personas porque eran confidenciales o inapropiado mencionarlas, no tuvo efecto en los juicios de ellas, las cuales usaron la información a pesar de las instrucciones de no hacerlo, porque probablemente la vieron como muy pertinente y con carácter diagnóstico. Estos estudios ilustran los efectos de las decisiones de las personas sobre si utilizan un tipo de información o no. Hay evidencias considerables acerca de que la motivación también influye en la magnitud y tipo de los procesos de información en los cuales las personas se comprometen, y estos, a su vez, repercuten en su susceptibilidad para distorsionarlos (Borgida & HowardPitney, 1983; Chaiken, Liberman & Eagly, 1989; Darley, Fleming, Hilton & Swann, 1988: Devine, 1989b; Erber & Fiske, 1984; Flink & Park, 1991; Harkness, DeBono & Borgida, 1985; Kruglanski, 1989a; Neuberg, 1989; Petty & Cacioppo, 1986; Tetlock, 1985). Así, la motivación de las personas para corregir un prejuicio y, más generalmente, su motivación para formar un juicio exacto son determinantes importantes de hasta qué punto evitarán la contaminación mental. AWARENESS DE
DEL PREJUICIO
LA DIRECCIÓN Y MAGNITUD
Un considerable número de trabajos indica que, incluso cuando las personas están aware de que la información puede distorsionarlos y están motivados para resistirse al prejuicio, ellos ajustan o muy poco o demasiado sus respuestas. La razón que sugerimos, es que están desprevenidos ( no-aware) de la magnitud de su distorsión y así no saben en cuanto deben variar sus típicamente consideran a otra persona como más bondadosa que lo que 187 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ellos normalmente la valorarían (Higgins y otros, 1977; Srull & Wyer, 1989). Estudios recientes han mostrado que cuando se hace a las personas aware de evento arbitrario, estas ajustan sus respuestas (Lombardi, Higgins & Bargh, 1987; Martin, 1986; Martin, Seta & Crelia, 1990). Sin embargo, es interesante notar que el incremento del awareness contraste (Lombardi y otros, 1987; Martin, 1986; Martin y otros, 1990). Por ejemplo, si las personas comprenden que los pensamientos amables son accesibles por razones arbitrarias, normalmente terminan valorando a la persona designada como menos amable de lo que es en realidad. De cualquier modo está claro que aun cuando las personas están aware del blemente porque están desprevenidas con relación a que sus juicios puedan interesantes los hallazgos de Petty y Wegener (1993), los cuales demostraron que, bajo algunas condiciones, las personas reconocen que ocurre el efecto del contraste e intentan ajustar sus respuestas en la dirección opuesta pero, de nuevo, ajustan demasiado (en este caso, en la dirección de la asimilación de dicho efecto). La investigación fundamental en la formación de impresiones ilustra que la naturaleza del sistema cognoscitivo pone límites a la habilidad de las personas para apartar los efectos de las informaciones no válidas y corregir cualquier efecto no deseado. Schul y Burnstein (1985), por ejemplo, encontraron que una vez que las personas se exponen a las informaciones no válidas, el éxito que tuvieran en seguir instrucciones para eliminar su efecto dependía de la manera en que la información fuera originalmente codificada (también vea Golding y otros, 1990). Cuando se utilizó lo que estos autores llamaron codificación discreta (en las cuales cada segmento de información está separado y entendido sin referencia a los otros segmentos de infor-mación en el conjunto de estímulos), las personas continuaron eliminando las instrucciones mucho más eficazmente que cuando la codificación que hacían era en forma integradora (en la cual los segmentos individuales de la información en el conjunto de los estímulos son elaborados y relacionados entre sí). Probablemente, la codificación integradora interfiere con la habilidad de una persona para remontarse atrás y extraer solo los subconjuntos de informaciones. En nuestros términos, el origen de la confusión puede ocurrir con más probabilidad cuando la información es codificada en forma integradora haciendo más difícil eliminar los efectos de los segmentos de información cuando están separados. 188 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
De forma similar, Wyer y sus colegas (Wyer & Budesheim, 1987; Wyer & Unverzagt, 1985) han demostrado que el éxito de las instrucciones dadas a los participantes depende del tipo de instrucción, de la naturaleza de la información a ser eliminada y del punto en el conjunto de estímulos en el cual se presenta la información. Srull y Wyer (1989) argumentaron que tales efectos son consecuencias de la manera en que opera y se organiza la memoria de la persona. En otras palabras, como sostuvimos inicialmente, el sistema cognitivo, en sí mismo, pone límites a la extensión en que las personas pueden corregir las exposiciones a las informaciones después que estas han ocurrido. Sugerimos que estos hallazgos contradictorios puedan ser entendidos si consideramos las últimas dos fases esquematizadas en la Figura 1: el awareness que tienen las personas de la dirección y cantidad de los prejuicios y su habilidad para controlar sus respuestas. Es improbable que estén implicadas las dos primeras condiciones necesarias para evitar la contaminación mental. En estos trabajos, las personas reconocen que sus procesos mentales podrían distorsionarse; de hecho, el punto neurálgico de las manipulaciones es advertirle a estas sobre la existencia de tales prejuicios. Y la manipulación que se registra en varios de estos trabajos ha mostrado que las personas creyeron en las manipulaciones preventivas, así se satisfizo la primera condición ( awareness del proceso mental no deseado). La motivación para evitar los prejuicios puede reforzar el impacto de la prevención, como se ha indicado, por el hecho de que, en estudios sobre persuasión, los sujetos que están más personalmente comprometidos con un asunto de actitud, muestran mayor resistencia a las apelaciones persuasivas después de la prevención (Chen, Reardon, Rea & Moore, 1992; Petty & Cacioppo, 1979). Si uno asume que los sujetos personalmente comprometidos son los más motivados para evitar tener cambios en sus actitudes, esto puede sugerir que la motivación para evitar la contaminación mental pudiera jugar un papel en la efectividad de la prevención de dicha contaminación. Sin embargo, la motivación, por sí sola, no es suficiente para hacer que la prevención sea eficaz, como ha sido señalado mediante los estudios sobre prevención. En estos trabajos las personas explícitamente fueron prevenidas para evitar los prejuicios, pero la prevención no tuvo efecto alguno (p. e., Wetzel y otros, 1981). Sugerimos que existe una gran diferencia entre aquellos estudios en los que se trabajó sobre la prevención y aquellos otros en los cuales no se involucró el awareness de las personas hacia la dirección y magnitud del prejuicio. En la mayoría de las investigaciones que no tuvieron éxito en 189 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
encontrar el efecto correctivo de la prevención, las personas tenían dificultad en eliminar dos o más influencias en sus respuestas; es decir, se enfrentaron con casos claros de confusión de la fuente de origen, haciendo difícil determinar hasta qué punto fueron distorsionados por la fuente no deseada por Wetzel y otros (1981), las personas tenían dificultad para determinar cuánto de la apariencia física de un profesor era debido a la apreciación objetiva de los atributos físicos del profesor en comparación con la apreciación que ellos tenían de este, incluso cuando se les previno sobre el repuestas para evitar el prejuicio. Además, probablemente parece que, aun efecto. Es poco probable que las teorías ingenuas acerca de la mente tengan impresión sobre alguien. En contraste, cuando la prevención resulta eficaz (p. e., en la literatura sobre persuasión), es mucho más fácil distinguir la fuente de prejuicio de otras influencias; es decir, las personas son capaces de codificar la apelación persuasiva como una unidad discreta que saben que es una fuente de influencia potencial en sus actitudes. Además, tienen conocimiento de sus actitudes en ausencia de la apelación persuasiva. Esto las pone en una posición mejor para evaluar cuánto impactó el contaminante sobre ellas. Además, el proceso por el que la persuasión ocurre es por lo menos parcialmente consciente, así tienen algún conocimiento de cuan eficaz es dicha persuasión. También es posible que solo la personalidad implica a los sujetos y fija realmente nuestra definición de contaminación mental. Probablemente, el punto de vista de la implicación personal de los sujetos intenta cambiar sus actitudes como indeseables, mientras que los sujetos menos implicados pueden o no pueden ser influenciados. Sugerimos que es improbable que las condiciones previas se manifiesten en otras áreas de contaminación mental en la cual la información invalidada viene a menudo entrelazada con información válida, el proceso por cuál se contamina una persona es entendido pobremente u opera con gran eficiencia al margen del awareness, o las personas encuentran difícil saber cómo se habrían sentido en ausencia de la contaminación.
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LA HABILIDAD DE CONTROLAR NUESTRAS RESPUESTAS Hay otra razón potencial para que la prevención funcione mejor en la literatura sobre persuasión: las personas tienen una estrategia preestablecida para neutralizar los mensajes persuasivos, y no tienen que generar argumentos neutralizantes. Es decir, las personas pueden generar influencias que nieguen los efectos de las apelaciones persuasivas dándoles algún control sobre sus respuestas (a saber, sus actitudes). Consistente con esta noción, las investigaciones muestran que las advertencias producen resistencia a la persuasión a través de la contra argumentación; las personas sostienen sus opiniones iniciales generando argumentos en apoyo de estas últimas (Petty & Cacioppo, 1986). Además, merece la pena destacar que la advertencia no es eficaz cuando las personas son incapaces de generar contra argumentaciones (p. e., si los sujetos están distraídos [Chen y otros, 1992], y no se da tiempo suficiente antes de la presentación de la apelación persuasiva para generar contra argumentación [Petty & Cacioppo, 1977], o no tienen ningún contra argumento disponible, como en el caso de las trivialidades culturales (McGuire & Papageorgis, 1962). En comparación con otros estudios sobre prevención, no hay ninguna estrategia conocida que las personas pueden adoptar para controlar sus respuestas a las influencias no deseadas. por ejemplo, no está claro qué estrategia podrían adoptar para evitar su influencia no deseada. En este sentido, las personas tienen menos control sobre sus respuestas a los contaminantes.
Hay otras formas en las que las personas pueden controlar sus respuestas diferentes a la de adoptar estrategias específicas para expulsar las influencias indeseadas (p. e., la contra argumentación). Como he señalado anteriormente, algunas respuestas (p. e., las conductas públicas) son esencialmente más fáciles de controlar que otras (p. e., las reacciones afectivas). Por consiguiente, la prevención debe funcionar mejor cuando se les pide a las personas que eviten los prejuicios en las respuestas que son relativamente fáciles de controlar (Clore & Parrott, 1991; Strack, 1992). Schul y Manzury (1990) encontraron, precisamente, estos resultados en un estudio sobre prejuicios en la sala del tribunal. Ellos les presentaron a jurados simulados evidencias que culpaban al demandado en un asalto, pero entonces se les decía a los jurados que ignoraran esta información porque el juez las había rechazados por ser inadmisibles. De manera curiosa, los participantes eran incapaces de ignorar la información desacreditada al formar una impresión sobre el demandado: ellos tenían una impresión más 191 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
negativa que las personas del grupo control que no oyó el testimonio perjudicial. Sin embargo, los participantes eran capaces de ignorar el testimonio perjudicial sobre una respuesta que fuera más fácil de controlar: su veredicto en el caso. Los participantes no eran más propensos a declarar culpable al demandado que los sujetos del grupo control. Es decir, probablemente era más fácil controlar una decisión consciente dicotómica sobre si es culpable o no, que controlar la reacción afectiva relativamente automática de uno, haciendo que el juicio inicial sea más inmune al prejuicio. Como un último ejemplo de la importancia de ser capaces de controlar nuestras propias respuestas, consideremos una serie de estudios realizados por Kubow (1977: Kubow & Psotka, 1976) sobre la generación espontánea de números. Kubow encontró que la frecuencia con la que las personas informan el primer número que les viene a la mente puede aumentarse con les venga a la mente (Kubow, 1977, p. 360), se incrementa la frecuencia de que las personas estén más conscientes de la naturaleza distorsionadora del 1977, p. 361), no se encontró aumento en la frecuencia con la que ellos ¿Por qué sugerimos que, en esta última condición, el número uno probablemente apareciera primero en la mente de muchos sujetos? Sencillamente porque ellos reconocieron el papel distorsionador de la sugerencia del experimentador y podría fácilmente controlar su respuesta evidente, así informaron otro número que les parecía más espontáneo. Cuando las personas tienen menos control sobre sus respuestas, tal como en el caso de las reacciones afectivas, pueden evitar menos ser influenciadas por un contaminante, incluso cuando intentan voluntariamente hacerlo (p. e., Wetzel y otros, 1981).
PROBLEMAS CONFUSOS Luego, hay evidencias considerables para afirmar que las advertencias y las manipulaciones de los contaminantes probablemente solo funcionan cuando estas satisfacen cada una de las condiciones ilustradas en la Figura 1: Hacer aware a las personas del proceso no deseado, motivar a las personas para resistirlas, y que las personas sean aware de la dirección y 192 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
magnitud del prejuicio y tengan control suficiente sobre sus respuestas para corregirlas. Sin embargo, hay algunos problemas irresolutos sobre exactamente cuándo y cómo la contaminación mental puede evitarse. En la discusión precedente sobre los efectos de la prevención, asumimos que la corrección ocurre a través de un proceso bastante consciente que involucra el alertamiento (awareness) de los prejuicios y el deliberado intento por reducirlos. Hemos discutido, en detalle, que cuando las personas se enfrentan consciente y deliberadamente a los prejuicios se tendrá éxito en evitar sus efectos contaminantes. Sin embargo, a veces puede ser que la corrección ocurra menos conscientemente. Considere un estudio dirigido por Schwarz y Clore (1983) en el cual los juicios de las personas de satisfacción y felicidad en la vida fueron distorsionados por sus estados de ánimos actuales. En uno de los trabajos, estas tenían evaluaciones más altas de satisfacción de vida en los días soleados que en los días lluviosos, probablemente porque los efectos del tiempo en sus estados de ánimo distorsionaron sus juicios de satisfacción de vida. Sin embargo, en algunas condiciones, los investigadores eliminaron este prejuicio haciendo el tiempo más relevante (p. e., preguntándoles inmediatamente por el tiempo antes de evaluar su satisfacción de vida). efectos y no trasladarlos a sus juicios de satisfacción de vida. Una cuestión interesante sería si hay alguna estrategia que tenga éxito en inconscientemente, no hay ninguna estrategia que las personas puedan utilizar para impedir que ocurra. Otra posibilidad es que la estrategia correcta aún no se ha descubierto. Por ejemplo, ¿hay algo análogo a la contraargumentación, tal como generar pensamientos negativos sobre una persona, lo cual evitará un efecto de halo positivo con éxito? Nuestro punto de vista simplemente es que algunas respuestas son más controlables que otras, haciéndolas menos susceptible a las influencias no deseadas. Estos trabajos difieren del de prevención en el que revisamos inicialmente y en el cual el proceso de ajuste probablemente ocurrió menos consciente y deliberadamente (Clore & Parrott, 1991). Es decir, es improbable que misattribution) reflejen deliberadamente sobre las causas de sus respuestas; en cambio, el proceso de atribución probablemente ocurre, por lo menos por momentos, de forma rápida e inconsciente (Nisbett & Wilson, 1977b). Luego, para entender totalmente cuándo la contaminación mental ocurrirá, puede ser necesario distinguir entre las influencias y ajustes a eso que Strack (1992) 193 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
y verifican la validez de sus juicios, corrigiendo cualquier prejuicio percibido. Los procesos que hemos estado discutiendo (a saber, aquellos que se ilustraron en Figura 1) se refieren a la última fase en la que las personas hacen deliberados intentos para ajustar los posibles prejuicios en sus juicios. Sin embargo, es importante reconocer que los procesos no-conscientes (debería decir inconscientes, N. del T.) también podrían influenciar si ocurre la contaminación.
Hasta qué punto los procesos de atribución ocurren en la etapa previa no-consciente (inconsciente) en oposición a la etapa posterior consciente, es decir, la etapa de la corrección es polémica. Aunque sospechamos que muchos de los procesos de atribución son rápidos, implícitos, y no-conscientes (inconscientes) (Nisbett & Wilson, 1977b; Wilson, 1985), otros sugieren que y deliberadamente (Strack, 1992). Un área fructífera para futuras investigaciones sería la de examinar esta cuestión más detalladamente, por ejemplo, determinando si al colocar a las personas bajo una carga cognoscitiva se elimina la corrección encontrada por Schwarz y Clore (1983). Si no ocurre así, parecería que las personas son capaces de apartar los contaminantes potenciales en una etapa inicial de los juicios, como opuesto a una fase posterior de la corrección, si su atención se atrae a estos contaminantes. Semejante hallazgo plantearía varias preguntas interesantes, tales como hasta qué punto las teorías causales de las personas pueden operar a un nivel no-consciente (inconsciente), influyendo en la atribución automática. A estas alturas, tales cuestiones continúan siendo muy especulativas. Sin embargo, se sugiere que los tipos de procesos de la corrección que hemos discutido (p. e., aquellos ilustrados en Figura 1) pueden necesitar ser extendidos para incluir procesos que son menos conscientes y deliberados y si se tiene éxito en prevenir la contaminación antes de que esta ocurra.
CORRECCIÓN DE LAS CONSECUENCIAS NO DESEADAS DE LOS PROCESOS AUTOMÁTICOS VERSUS CONFUSIÓN DE LA FUENTE DE ORIGEN personas pueden ajustarse automáticamente a los contaminantes antes 194 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contaminación mental: las consecuencias no deseadas de procesos funcionales automáticos versus la confusión de la fuente de origen. Como antes ha sido señalado, ambos tipos involucran procesos automáticos (N. del T.). Sin embargo la confusión de la fuente de origen es distinta, en equivocadas sobre las causas de las respuestas de uno) y típicamente no involucran procesos cognoscitivos que, por otra parte, son funcionales. Es decir, considerando que está clara la ventaja funcional de muchos de los procesos automáticos que hemos discutido (p. e., la categorización), pero lo que no lo está es la incapacidad para descubrir las contribuciones relativas de fuentes diferentes a los juicios y los sentimientos de uno. Por consiguiente, puede haber diferencia en cómo las personas pueden evitar mejor la confusión de la fuente de origen versus los derivados no deseados de procesos funcionales automáticos. Si las personas pueden hacer ajustes no-conscientes de las atribuciones automáticas, como ya hemos sugerido, puede ser posible, bajo ciertas condiciones, evitar la confusión de la fuente de origen antes de que ella ocurra. Por ejemplo, en los experimentos clásicos de Schachter y Singer (1962), los sujetos a los cuales se les dijo que el placebo provocó efectos colaterales misattribute) de esta excitación a una fuente emocional, y este proceso probablemente ocurrió a un nivel implícito. Las personas no tenían que retrotraerse a los hechos anteriores y Aun si el proceso de atribución no-consciente (el cual es bastante especulativo) no tenga éxito en evitar la confusión de la fuente de origen, hay otras maneras de lograr esto o deshacerla. Ya hemos discutido casos en que la fuente no deseada de influencia es evidente y fácil de neutralizar, como es el caso de la comunicación persuasiva contra actitudinal. Aquí, las personas han desarrollado buenas estrategias (p. e., la contra argumentación) para negar los efectos no deseados de los contaminantes. Por otra parte, puede ser más difícil evitar los subproductos indeseables de los procesos funcionales automáticos. Por definición, estos son adaptativos y útiles, como lo son los de categorización y formación de creencias. Así, no sería deseable intentar romper estos procesos en sentido general. En su lugar, sería mucho más útil para las personas desarrollar teorías exactas acerca del funcionamiento de tales procesos para que ellos puedan desarrollar procesos controlados con el objetivo de poder 195 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
neutralizar a los agentes contaminantes cuando sea necesario. Por ejemplo, si las personas no-prejuiciadas automáticamente categorizan a un miembro de un grupo estigmatizado de una manera negativa, como Devine (1989a) señaló que ellos hacían, luego aquellos quienes están aware de que semejante proceso puede ocurrir, con más probabilidad podrán intentar corregirlo. No obstante, como se ha argumentado con anterioridad, hay razones para ser pesimistas acerca de la habilidad para corregir completamente los efectos no deseados de los procesos automáticos. De forma similar, hay muchos ejemplos de casos en los que las personas son incapaces de evitar la advertidas de ella. Simplemente puede ser demasiado difícil saber la magnitud del prejuicio y para poder controlar suficientemente las respuestas de uno para corregir la distorsión. Sin embargo, si la información no deseada es externa a uno mismo, entonces hay otra opción que no hemos analizado todavía: que es la de evitar la exposición a esta información contaminante.
CONTROL A LA EXPOSICIÓN Una última estrategia para evitar la contaminación mental es asegurarse que nunca tengan la oportunidad de ocurrir estos contaminantes, es decir mediante su evitación, ya que podrían distorsionar nuestros juicios. Esta técnica, críticos no sepan la identidad del autor del manuscrito que están valorando. Conocemos de muchas investigaciones que han examinado si los individuos usan semejante estrategia como una manera de controlar sus pensamientos y sentimientos para evitar la contaminación mental. control a la e s que las personas evitan la exposición a información que proyecta dudas sobre una opción que ellas simplemente acaban de hacer (Festinger, 1957). Aunque la investigación inicial no confirmó esta hipótesis (Liberto & Chamusca, 1965), no obstante, investigaciones posteriores han mostrado que dicha hipótesis se sostiene bajo ciertas condiciones (Frey, 1986). que, bajo algunas condiciones, las personas evitan las informaciones que 196 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
contradicen sus puntos de vista sobre ellos mismos, aun en el caso de que las informaciones sean de adulación (Swann, 1990). El punto importante para nuestros propósitos involucra la motivación de las personas para evitar la exposición a la información. Según las teorías modidad psicológica, es decir, el displacer que se produce al descubrir que la opción de uno fue la equivocada o la pérdida de previsibilidad y control que son el resultado de un desafío al mismo concepto. (Según la teoría de la autocomprobación, hay otro motivo también: la preocupación pragmática de guardar las interacciones sociales en una quilla predecible.) ¿Tiene nuestra preocupación un motivo diferente? ¿Evitan las personas alguna vez la información como una estrategia de evitar contaminación mental? Es decir, independiente de la necesidad de estas de reducir disonancia o la autoverificación ¿limitan su exposición porque creen que no pueden ayudar debido al hecho de estar influenciadas por la información de manera no deseada? Sospechamos que la respuesta a esta pregunta depende del tipo de res respuestas afectivas versus Hemos estado discutiendo acerca de la contaminación mental en su sentido más extenso, incluyendo en nuestra definición los juicios no deseados, las emociones de las inferencias y las acciones. Sin embargo, para entender el uso que las personas hacen del control a la exposición como una estrategia para evitar contaminación, necesitamos considerar las teorías de las personas en relación con cuán controlables son estos tipos diferentes de respuestas. Sospechamos que, la mayoría de las personas creen que sus reacciones afectivas (p. e., estado de ánimo y emociones) son difíciles de controlar y así evitarán las informaciones que podrían tener efectos no deseados cuando se encuentran bajo las influencia de estos estados afectivos. Como fue mostrado por Gilbert (1991, 1993), esta fe en la habilidad de uno de controlar las creencias está mal planteada porque las personas a veces no pueden ayudar debido a sus creencias en falsas proposiciones. Esto puede ser especialmente verdadero en el transcurso del tiempo, porque a veces las personas recuerdan un hecho más largo de lo que es en realidad, aportando información sobre su validez (o carencia de ella). Por ejemplo, cuando oyen una comunicación persuasiva y aprenden que la fuente del mensaje tiene poca credibilidad, no son persuadidas por el mensaje. Sin embargo, con el tiempo el contenido del mensaje permanece 197 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
en la memoria más tiempo que la información sobre la credibilidad de la cual se influye más las personas por la comunicación persuasiva, pasado que cuando oyeron la comunicación por primera vez (Pratkanis, Greenwald, Leippe & Baumgardner, 1988). Así, si las personas no quieren ser influenciadas por una comunicación persuasiva que no es creíble, deberían mejor no oírla en absoluto. Sin embargo, las personas parecen no apreciar este hecho, por eso se exponen a la información que las influirá de una manera no deseada. Considere por ejemplo, un estudio dirigido por Wegner, Klein y Dimitri (1992). Estos investigadores le pidieron a los sujetos seleccionar información sobre una persona designada. Dicha información podía ser verdadera, falsa o indeterminada. Los sujetos libremente seleccionaron los tres tipos de información, confiando que ellos podrían seguir el valor de verosimilitud de los hechos. Sin embargo, curiosamente esta confianza fue dislocada: al pasar el tiempo, los individuos tenían dificultades en recordar qué hechos eran verdaderos, causándoles inferencias cuestionables sobre la persona designada. Debido a la imperfección de sus recuerdos, los sujetos habrían sido mejores si hubieran utilizado el control a la exposición, seleccionando solo la información conocida como verdadera. Al igual que las otras formas de evitar contaminación mental que hemos importantes. Primero, es probable que solo funcione si la información que distorsiona los juicios de las personas es externa y fácilmente controlable. Este podría ser el caso con contaminantes potenciales como la propaganda o la información ilógica sobre otra persona, pero no es el caso con otros tipos de contaminación. Existen otros tipos de contaminantes, como son, por ejemplo, los de carácter interno, como los estados de ánimos y los recuerdos, los cuales son muy difíciles de evitar. Segundo, aun cuando el contaminante sea externo, a veces es difícil saber de antemano si potencialmente está distorsionando y, por lo tanto, debe evitarse (Gilbert, 1993). Las personas pueden saber de vez en cuando que es probable que la información sea sospechosa (p. e., cuando ellos ven un titular en un tabloide del supermercado que defiende que beber leche causa cáncer) y así alertarse de que no deben leer más este tabloide. Sin embargo, con frecuencia las personas no saben la validez de la información antes de que la reciban: la información raramente viene con etiquetas de advertencias. 198 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Un amigo solo podría argumentar los últimos estudios sobre el consumo de leche y el cáncer mencionando, cuando se le cuestione, que su fuente es un tabloide del supermercado. Si las personas deciden evitar toda la información que es potencialmente falsa o inválida, se perderán una buena cantidad de información que también es verdadera y válida. personas examinaran solo las informaciones que confirman sus puntos de vistas, creando estrechez de mente, estereotipando la creatividad e inhibiendo los cambios sociales. Cuarto, para evitar la exposición a información no deseada, las personas tendrían que estar constantemente vigilantes, listas para cerrar sus ojos y cubrir sus orejas siempre que sospechen que la información potencialmente no deseada está en la vecindad. Como señaló William James (1897), nuestros errores no son ciertamente cosas tan solemnes. En un mundo donde estamos tan seguros de incurrir en errores de contaminación, a pesar de toda nuestra cautela, una cierta amplitud de corazón parece más saludable que ese nerviosismo excesivo en nuestro comportamiento.
Estamos de acuerdo con James que las personas no deben estar en un estado de constante y excesivo nerviosismo, incapaz para llevar a cabo la tarea más mundana por el miedo de que se le forme un juicio distorsionado. Por otro lado, creemos que a veces los errores mentales son, de hecho, para otras personas. Una posible solución a este dilema sería permitir que otros controlen nuestras exposiciones a ciertos tipos de contaminantes mentales, como ahora se hace con procedimientos tales como la revisión de manuscritos en forma enmascarada. Sin embargo, la institucionalización a caso eso que los gobiernos deben permitir la censura de algunos tipos de información para proteger el bienestar de sus ciudadanos? Las investigaciones sobre contaminación mental están, de alguna manera, en un curso de colisión con el Primer derecho de la Enmienda a la libertad de expresión. apuntando algunos de los problemas difíciles que ello provoca. Considere, por ejemplo, los efectos poderosos de la publicidad. Existen evidencias de que la publicidad tiene un impacto grande en las actitudes y conductas de las personas (p. e., Abraham & Lodish, 1990; Liebert & Sprafkin, 1988; Ryan, 1991), y la mayoría de las personas preferirían que no se le formaran 199 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
sus actitudes y conductas mediante la propaganda. Una manera eficaz de de quien es el trabajo de llevar a cabo tal control? ¿Un tercer grupo como el gobierno federal, implicaría una cantidad considerable de censura, o de a un tercer grupo sería el medio más eficaz para eliminar los efectos no deseados de la publicidad pero involucraría una censura masiva. Dejar al individuo informado decidir sobre lo que va a ver probablemente sería insuficiente para eliminar todo los efectos no deseados de la publicidad. La invención del control remoto ha hecho que sea más fácil controlar dicha exposición, pero sería casi imposible de eliminar toda la propaganda de la vida de las personas. Y sentados en el diván con el control remoto en la mano, siempre listo para proteger a nuestras delicadas mentes de la publicidad no deseada, suena peligrosamente cercano al nerviosismo excesivo que planteaba W. James. Quizás la estrategia mejor es enseñar a los individuos cuándo es importante Por ejemplo, tendría poco sentido que la próxima vez que fuéramos a la heladería, nos preocupáramos por nuestra decisión sobre qué sabor de helado vamos a preferir por temor a que nuestra decisión estuviera distorsionada o contaminada. Hay situaciones en que no vale la pena gastar el tiempo en la toma de una decisión para asegurarse que nuestros juicios estén descontaminados (p. e., asegurándose que una discusión previa con un amigo orden en que se listan los helados de algún modo distorsiona nuestra opción). la pena una buena dosis de nerviosismo siempre que ello prevenga de las decisiones que tengan consecuencias negativas severas.
COMPARACIÓN CON RECIENTES ENFOQUES A LOS PROCESOS DE LA CORRECCIÓN Ha habido varios intentos recientes de describir cómo las personas corrigen sus juicios distorsionados con relación a los factores contextuales, y es útil considerar la similitud y diferencias entre estos enfoques y los nuestros. Una de las diferencias se relaciona con la amplitud de los modelos. Muchos 200 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
otros enfoques, como el modelo set/reset de Martin (Martin, 1986; Martin & Achee, 1992), Schwarz y Bendice (1992), modelo inclusión/exclusión, y el relacionados con las condiciones bajo las cuales la asimilación y el efecto del contraste ocurren en los juicios sociales. Es decir, cada uno de estos modelos intenta explicar las condiciones bajo las cuales una categoría social con el versus Creemos que algunos de los principios de los modelos de asimilación y contraste pueden aplicarse a esta clase más amplia de casos en los que las personas intentan corregir sus juicios contra cualquier influencia no deseada. Específicamente, hay dos áreas principales de acuerdo entre estos modelos y nuestro modelo más amplio de corrección mental. El primero es la suposición de que la corrección exitosa depende de creencias ingenuas exactas sobre la contaminación mental. La mayoría de los modelos de asimilación y contraste asumen, por lo menos implícitamente, que si las personas están corrigiendo los efectos no deseados de contexto sobre el juicio, ellos deben tener una creencia exacta acerca de la dirección y magnitud de estos efectos no deseados. Esta suposición se establece más explícitamente en Petty y Wegener (1993) con el modelo de la corrección flexible , en su hipótesis (y los datos que la apoyan) se expresa que la dirección de la corrección de las personas depende de sus teorías ingenuas de asimilación y contraste. representatividad verificada representativeness checks), en la cual se le dice a las personas que verifiquen sus juicios para determinar si ellos son apropiados e imparciales. Las creencias de las personas legas sobre el prejuicio es una parte fundamental (awareness del proceso no deseado) y en el cuarto punto ( awareness de la dirección y magnitud del prejuicio, ver casillas en la Figura 1.
Segundo, compartimos con otros enfoques un énfasis en la habilidad y la motivación de las personas para corregir las influencias no deseadas (vea la quinta casilla en la Figura 1). Varios otros enfoques han resaltado, de forma similar, que los juicios se podrán distorsionar si las personas no tienen la capacidad cognoscitiva o la motivación necesaria para ajustar sus respuestas (p. e., Gilbert, 1991; Kruglanski, 1989a; Martin, 1986; Petty & Cacioppo, 1986). 201 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Las diferencias principales entre nuestro enfoque y otros modelos de corrección son grandemente cuestiones de énfasis. Primero, como ya he señalado, nuestro modelo es más abarcador, comprendiendo todos los casos de influencia no deseada en lugar de solo la asimilación y efectos del contraste en los juicios sociales. Segundo, nosotros enfatizamos las creencias legas de las personas más explícitamente, defendiendo que estas creencias han sido principalmente abandonadas por investigadores y es una clave determinante de si las personas corrigen con éxito. Tercero, hemos incluido en nuestro modelo un medio de evitar prejuicio diferente al de intentar corregir un juicio después de la exposición a un estímulo: el control de la exposición, con que las personas pueden decidir evitar el estímulo en su totalidad. Cuarto, somos, quizás, más pesimistas en nuestra valoración de cómo es probable que sea la corrección exitosa. Hacemos más énfasis en la naturaleza básica del sistema cognoscitivo, que otros enfoques, eso limita la habilidad de las personas de corregir sus comportamientos (p. e., una falta de awareness de procesos mentales y la dificultad de controlar tales procesos).
RESUMEN Y CONCLUSIONES Hemos sostenido que hay dos clases distintivas de errores mentales: aquellos cuya raíz está en los fallos o fracasos para saber o aplicar una regla lógica útil y aquellos que son el resultado de la contaminación mental (en que una persona tiene un juicio, una emoción o una conducta no deseada, debido a un proceso mental que es inconsciente o ingobernable). Hay algunas razones para el optimismo acerca de la habilidad de las personas para evitar el primer tipo de error como se ha mostrado en recientes investigaciones, en la cual se pueden enseñar, con éxito, algunas reglas lógicas: en cambio somos más pesimistas en relación con la habilidad de las personas para evitar la contaminación mental debido a la naturaleza de la cognición humana (p. e., el acceso imperfecto a los procesos mentales) y las creencias laicas sobre la mente (p. e., la fe de las personas acerca de que ellos pueden controlar sus creencias mejor que otras personas y la pobre evaluación de las teorías sobre la contaminación mental). Una cuestión interesante que está más allá del alcance de nuestras preocupaciones es la relacionada con la relatividad cultural de las creencias sobre la contaminación mental. Otras culturas pueden tener concepciones muy diferentes sobre los prejuicios y errores y, por consiguiente, tomar medidas diferentes para evitar la contaminación mental. La correspondencia entre los procesos mentales que 202 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
producen prejuicio y las creencias culturales sobre estos procesos puede diferir mucho a través de las culturas y sería un tema fascinante para la investigación futura. Por lo menos en países occidentales como los Estados Unidos, allí parece haber una falta de tal correspondencia, haciendo a las personas más susceptibles al prejuicio no deseado en muchas de sus respuestas. Realmente, muchos de los temas que hemos discutido están en su infancia. Se necesitan más investigaciones para plantearse interrogantes como la siguiente: ¿es posible educar a las personas sobre las fuentes de contaminación mental, mejorando de esta forma la exactitud de las teorías legas? Si esto resulta ¿se armarán las personas suficientemente, para evitar los errores mentales correspondientes? Hay una objeción a nuestro razonamiento y es que prevenido no significa pre-armado; incluso con una mejor comprensión acerca de la contaminación mental, las personas podrían no ser capaces de superarla. Aunque lo anterior tenga resultados positivos, ¿pueden las personas utilizar con éxito, el control a la exposición para evitar prejuicios, o es absolutamente demasiado difícil filtrar la información que está potencialmente distorsionándonos? ¿Existen otras formas me jores de reducir la contaminación mental? Las investigaciones sobre cuestiones como esta deben iluminar el camino para que las personas puedan evitar mejor las influencias no deseadas en sus juicios, emociones y comportamientos.
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PERCEPCIÓN WITHOUT-AWARENESS . CUESTIONES CRÍTICAS PHILIP M. MERIKLE UNIVERSITY OF WATERLOO, WATERLOO, ONTARIO, CANADÁ Versión al español: DEMETRIO CAMPA GALLARDO
La idea de que percibimos información, without-awareness, tiene una larga inconsciente, es importante distinguir entre la idea general de procesos cognoscitivos inconscientes y las ideas específicas que este autor abordó en su concepto de inconsciente dinámico. Como señaló Whyte (1960) en su revisión de la historia del inconsciente, la génesis de la diferenciación entre los procesos conscientes e inconscientes puede remontarse a Descartes. Así, una apreciación de la importancia potencial de los procesos inconscientes, anteceden a Freud considerablemente. Hace casi 300 años, Leibniz, en sus Nuevos Ensayos sobre la Comprensión Humana, dio una idea clara del posible papel que los procesos perceptuales inconscientes pueden jugar en la dirección de la conducta. En ellos, él en cada momento, nos llega a nosotros una infinidad de percepciones que no son awareness 1 insensibles que, se mezclan con las acciones de los objetos y con nuestro mundo corporal interior, es hacer que encontremos una dirección de los 1
en este texto, el término estímulo puede sustituirse por el de señal.
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Aunque la distinción conceptual entre los procesos conscientes e inconscientes tiene una historia relativamente larga, ha habido considerables controversias durante muchos años, acerca de si los procesos perceptuales inconscientes pueden ser aprehendidos por técnicas experimentales y que puedan demostrarse convincentemente. A pesar de que muchos informes experimentales durante los últimos 100 años sugieren que nuestra conducta y pensamientos son influenciados por procesos perceptuales inconscientes, 2 la percepción without-awareness sigue sin ser demostrada, por lo menos para algunos críticos (p. e., Holender, 1986). A grandes rasgos, esta controversia sobre la percepción without-awareness en su totalidad, se ha centrado en la cuestión relativa a: ¿qué constituye una adecuada medición de la conducta de la experiencia perceptual consciente? En dependencia de la respuesta que cada uno le dé a esta cuestión, la evidencia de la percepción sin awareness , será un asunto agobiante o inexistente. Para entender por qué una medición satisfactoria de la experiencia consciente es tan importante, considere las características de un experimento típico diseñado para demostrar la percepción without-awareness. Primero, se selecciona una medición de la experiencia perceptual consciente (C). Segundo, se identifica una medición que sea sensible a los procesos perceptuales inconscientes (U). Tercero, se comienzan procedimientos experimentales para asegurar que (C) no muestre sensibilidad a la información perceptual crítica (U). Si (U) puede mostrarse para manifestar algo de sensibilidad a la misma información perceptual a la cual (C) es insensible, entonces se concluye que se ha demostrado la existencia de la percepción without-awareness . Aunque la lógica que subyace en este enfoque popular para el estudio de la percepción without-awareness es relativamente simple, se ha demostrado que es difícil organizar experimentos que proporcionen evidencias concluyentes y no contradictorias de que los procesos de toma de decisión de los niveles más altos son influenciados por procesos perceptuales inconscientes.3 Esta dificultad proviene de una suposición que debe hacerse antes de que cualquier experimento pueda tener éxito: debe asumirse que (C) es sensible a toda la experiencia consciente pertinente. Esta es una suposición muy 2 3
Véase Adams, 1957, para una revisión de muchos trabajos iniciales. N. del T.: En esta afirmación se muestra el error, generalizado, de considerar a los procesos inconscientes como manifestación de estratos inferiores de la mente o de los procesos psicológicos. 205 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
fuerte que a menudo resulta difícil de justificar. Sin embargo, como ha sido señalado por Reingold y Merikle (1990), esta suposición de exhaustividad debe hacerse y debe justificarse antes de que cualquier disociación entre (C) y (U) pueda ser considerada como evidencia de la percepción inconsciente. Si dicha suposición no puede justificarse, entonces cualquier sensibilidad mostrada por (U) en ausencia de sensibilidad por parte de (C) puede simplemente reflejar información conscientemente percibida para la cual (C) es insensible. En los esfuerzos para encontrar medidas exhaustivas adecuadas de experiencias perceptuales conscientes, se han utilizados dos clases generales de medidas: las subjetivas y las objetivas. Las primeras están caracterizadas por el hecho de que el awareness consciente es registrado mediante el autorreporte de los sujetos, sobre sus propias experiencias perceptuales. Por ejemplo, a los sujetos se les pide simplemente que describan sus experiencias perceptuales. Cuando estos informes subjetivos indican que los sujetos no creen que están percibiendo ninguna información útil, se asume que no tienen ninguna experiencia consciente relevante. Mediante las medidas objetivas, en cambio, las experiencias perceptuales conscientes son analizadas a través de alguna medición de la capacidad discriminativa del sujeto. Por ejemplo, dos mediciones típicas usadas en recientes trabajos son las elecciones-forzosas, la toma de decisiones de presencia-ausencia; y las decisiones de elecciones-forzosas entre un pequeño conjunto de estímulos alternativos. La suposición que está subyacente, cuando se utiliza la capacidad discriminativa de los sujetos para analizar el awareness consciente, es que todas las decisiones correctas están guiadas por la información conscientemente percibida. Los estudios que usan medidas subjetivas para demostrar procesos perceptuales inconsciente datan desde los inicios de la psicología experimental en América del Norte (p. e., Peirce & Jastrow, 1884). Como un ejemplo del enfoque general sobre la materia, considere un experimento informado por Sidis en 1898. Sidis mostró tarjetas a los sujetos colocados a cierta distancia de las tarjetas de tal manera que las figuras quedaban fuera del rango de la visión. Ellos no vieron nada más que manchas porque ellos no podían ver nada en absoluto; que incluso las manchas embargo, cuando Sidis pidió a sus sujetos nombrar los caracteres impresos en las tarjetas, sus respuestas eran correctas más allá de lo que cabría esperar 206 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
¿Proporcionan evidencias convincentes los experimentos realizados por Sidis con relación a que pueda percibirse información de estímulos complejos without-awareness ? Una respuesta a esta pregunta depende completamente del buen deseo de uno para aceptar la suposición de que el reporte verbal de los sujetos proporcionan una medida completamente adecuada de toda la pertinente información consciente. Si se acepta esta suposición, entonces los estudios basados en medidas subjetivas pueden proporcionar evidencias convincentes para la existencia de la percepción without-awareness. Sin embargo, si esta suposición no se acepta, entonces los estudios tales como el experimento de Sidis no pueden proporcionar nada más que demostraciones adicionales de la irregularidad de los informes introspectivos. Después de todo, declaraciones o comentarios que indican una ausencia de pertinentes experiencias conscientes pueden simplemente reflejar prejuicios introducidos por el encuadre experimental o las ideas preconcebidas de los sujetos acerca del valor de tipos particulares de experiencias perceptuales para guía de las decisiones. Debido a estos problemas interpretativos con los informes subjetivos, algunos investigadores prefieren usar medidas objetivas para distinguir entre los estados aware y no-aware. Intuitivamente, estas últimas son muy seductoras. Si un estímulo es tan débil que es imposible para un sujeto distinguir entre su presencia o ausencia, entonces parece razonable asumir que la presentación de dicho estímulo no llega a ser awareness. Además, las medidas de capacidades discriminativas pueden tener una importante ventaja metodológica con respecto a los autorreportes introspectivos; con las medidas objetivas, puede medirse la sensibilidad perceptual independiente de la influencia de los prejuicios preconcebidos. Dado tanto la apelación intuitiva como la ventaja metodológica de medidas objetivas, no es quizás sorpresa que varios críticos (p. e., Eriksen, 1960; Holender, 1986) han sugerido que el awareness debe igualarse con la habilidad de un sujeto para discriminar entre los estados alternativos del estímulo. Desgraciadamente, los estudios que usan medidas objetivas no han proporcionado evidencias, ya sea para apoyar o para refutar la percepción sin awareness. Estas medidas objetivas serían más definitorias que las medidas 207 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
subjetivas. Como una ilustración de un problema común a varios estudios, considere los experimentos clásicos de Marcel (1983), cuyos hallazgos que informara por primera vez en una conferencia en 1974, crearon una gran excitación, pues parecían demostrar que los estímulos visuales son percibidos incluso cuando los sujetos no pueden diferenciar entre su presencia o ausencia. Sin embargo, cuando los métodos de Marcel fueron analizados cuidadosamente, se puso claramente en evidencia que las tareas realmente no proporcionaron una medida objetiva satisfactoria de la detección del estímulo (p. e., Merikle, 1982). La insensibilidad a la detección de la tarea probablemente reflejó el hecho de que la mayoría de los sujetos creyeron que nunca vieron un estímulo. Por esta razón, es muy probable carencia de sensibilidad fue en realidad debida a que los sujetos dijeran por Marcel no fue nada más que un método complejo para que los sujetos indicaran sus experiencias subjetivas. Como sugiere Greenwald (1992), de este asunto, no se ha obtenido ninguna evidencia convincente que demuestre la percepción sin without-awareness en ninguna investigación que haya utilizado una medida objetiva de awareness . Mirando retrospectivamente, ello no es quizás una conclusión sorprendente. La percepción, en ausencia de detección o discriminación del estímulo, solo podría demostrarse si estas medidas solo fueron influenciadas por procesos perceptuales conscientes y nunca fueron afectadas por procesos inconscientes. ¿Pero por qué debe influenciarse cualquier medida conductual exclusivamente por procesos perceptuales conscientes? Como señalaron Merikle y Reingold (en prensa), una expectativa mucho más razonable es que cualquier medida de percepción puede ser afectada tanto por procesos conscientes como inconscientes. Si las medidas objetivas reflejan tanto procesos conscientes como inconscientes, luego el establecimiento de condiciones bajo las cuales estas medidas no muestran sensibilidad en absoluto, eliminarían todas las evidencias para la percepción: consciente o inconsciente. Así, si uno cree, de la forma que lo hacen algunos críticos (p. e., Holender, 1986), en el sentido de que las medidas objetivas son las únicas de tipo conductual adecuadas del awareness, entonces nunca pudiera haber evidencia satisfactoria acerca de la percepción without-awareness . Por otro lado, si uno acepta que las medidas subjetivas pueden ser indicadores válidos de awareness, entonces hay evidencias considerables para 208 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
la percepción without-awareness . En realidad, es relativamente fácil demostrar que ocurre percepción cuando los sujetos no creen que han visto u oído un estímulo adecuado. Incluso Adams (1957) sugirió que este fenómeno es tan fuerte que puede usarse como una demostración en el aula. De forma similar, las medidas subjetivas han demostrado ser exitosas en los trabajos con pacientes corticalmente ciegos que no pueden informar experiencias visuales conscientes para los objetos presentados en sus campos visuales ciegos, pero sí demuestran conocimiento considerable de estos objetos cuando se les exige que tomen decisiones en una situación de selección-forzada (p. e., Weiskrantz, 1986). Dado que las medidas subjetivas son la única clase de medidas que han llevado de forma consistente a las demostraciones exitosas de la percepción without-awareness , no es sorprendente que sea ahora bastante aceptado, por lo menos, como una hipótesis del funcionamiento que las medidas subjetivas pueden proporcionar una indicación adecuada de la presencia o ausencia de experiencias conscientes pertinentes. El estudio de la percepción without-awareness puede avanzar debido a la utilización de medidas subjetivas. Y esto representa su principal ventaja. Se asume, con frecuencia, que el problema central en el estudio de percepción without-awareness es la identificación de una medida exhaustiva satisfactoria de awareness . Por esta razón, una meta primaria de la investigación ha sido demostrar la existencia o inexistencia de percepción without-awareness. Esta probablemente sea una estrategia de la investigación malaconsejada, ya que es dudoso que exista, alguna vez, una medida con la cual todos estemos exhaustivamente de acuerdo de que mida toda la experiencia consciente pertinente. De hecho, 100 años de hallazgos empíricos indecisos sugieren que esta no sea una estrategia de investigación muy productiva. Una estrategia mucho mejor de investigación sería aceptar medidas subjetivas como una definición de trabajo del awareness y comenzar investigaciones del fenómeno en sí. Debido a la preocupación con el asunto de la definición, se olvidan a veces, del valor real potencial de la distinción conceptual entre los procesos perceptuales conscientes e inconscientes. Evidentemente, la distinción es mucho más significativa e interesante si los procesos conscientes e inconscientes conducen a consecuencias cualitativamente diferentes en lugar de ver a los procesos inconscientes como versiones absolutamente cuantitativamente más débiles de los procesos conscientes. De hecho, incluso puede defenderse que la distinción es de valor cuestionable si los procesos conscientes e inconscientes no llevan a consecuencias cualitativamente diferentes (p. e., Reingold & Merikle, 1990). Por estas razones, una cuestión 209 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
crítica que se ha planteado en varios estudios recientes es: ¿cómo difieren los procesos perceptuales conscientes e inconscientes? Esta probablemente sea la pregunta más importante que pueda hacerse con relación a los procesos conscientes e inconscientes. En las secciones siguientes, describo tres diferencias cualitativas que se han establecidos en investigaciones recientes.
CÓDIGO PREDOMINANTE Groeger (1984, 1988) ha demostrado que las palabras son codificadas en forma diferente si son percibidas awareness o without-awareness. En un experimento que involucraba estímulos visuales, Groeger (1984) presentó palabras-objetivo simple y les pidió a los sujetos que seleccionaran una respuesta de una matriz de palabras presentada en su campo visual. Estas matrices de palabras nunca contuvieron la palabra-objetivo real y consistían solamente en palabras que eran semántica o estructuralmente similares a las palabras-objetivo. Cuando las palabras-objetivo se percibieron without-awareness , los sujetos tendieron a seleccionarlas por su contraste semántico. Sin embargo, cuando las palabras se percibieron con un nivel bajo de “awareness tendieron a seleccionar las láminas visualmente similares. Groeger (1988) encontró resultados paralelos al presentar palabras auditivamente; fonológicamente se seleccionaron láminas similares, percibirse las palabras con awareness, pero cuando se percibieron las palabras without-awareness, entonces se seleccionaron láminas semánticamente rela-cionadas. Tomados en su conjunto, los resultados de estos experimentos sugieren que la conducta se guía por aspectos diferentes de un estímulo complejo que depende si este se percibe con o without-awareness.
PREDICCIÓN Uno de los fenómenos más conocidos en la psicología cognitiva es el efecto Stroop, el cual básicamente muestra que toma mucho más tiempo leer una palabra como rojo cuando está impresa en tinta azul que cuando está impresa en tinta roja. Cheesman y Merikle (1986) usaron una variante de este bien conocido efecto para mostrar que la predicción basada sobre la redundancia del estímulo solamente ocurre cuando los sujetos perciben conscientemente los estímulos predecibles. En su estudio, se usaron palabras coloreadas para imprimar (ver priming effect ) o distorsionar el nombre de parches coloreados. La presentación de las palabras coloreadas siempre precedió a la de los parches coloreados, y las palabras o eran 210 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
claramente visibles o, degradadas en cierta magnitud por un enmascaramiento visual lo cual provocaba que los sujetos dijeran que eran incapaces de verlas. Para animar a estos últimos a adoptar una estrategia predecible, se variaba la proporción de ensayos congruentes e incongruentes. En la condición crítica, las palabras y los parches coloreados eran iguales (p. e., la palabra rojo seguida por un parche de color rojo) en 75 % de los ensayos, y diferente (p. e., la palabra rojo seguida por un parche de color azul) en 25 % de los ensayos. Los resultados indicaron que el efecto Stroop ocurrió en esta condición crítica si las palabras fueron percibidas con o sin awareness. Sin embargo, el hecho de que la palabra coloreada predijo el nombre del parche coloreado en 75 % de los ensayos solo fue usado por los sujetos para facilitar nombrar los parches coloreados cuando las palabras eran claramente visibles. Estos resultados son completamente consistentes con la hipótesis de que el awareness es un pre-requisito para la iniciación de una estrategia predictiva.
SELECCIÓN Marcel (1980) informó un experimento interesante donde se demuestra que el awareness consciente es necesario para la selección de un contextopertinente en la interpretación del estímulo. Él presentó sucesiones de tres palabras: La primera palabra en cada sucesión era una palabra del contexto (p. e., mano o árbol), la segunda palabra siempre era una palabra polisémica con dos posibles significados (p. e., palma), y la tercera palabra era una palabra-objetivo (p. e., muñeca, wrist ). El propósito de las palabras-contexto era distorsionar la interpretación de las palabras polisémicas. Marcel quería saber si la percepción selectiva de uno de los dos posibles significados de las palabras polisémicas estuvo limitada por las condiciones en las que estas últimas fueron percibidas conscientemente. Para determinar cual significado de ellas percibieron los sujetos, se cronometró el tiempo de reacción a las palabras-objetivo. Se hizo la comparación bajo dos condiciones. En una condición, se relacionaron las palabras-contexto y las palabras-objetivo al mismo significado de cada palabra polisémica (p. e., mano, palma, muñeca), mientras que en la segunda condición, se relacionaron las palabras-contexto y las palabras-objetivo a un significado diferente de cada palabra polisémica (p. e., árbol, palma, muñeca). Los resultados mostraron que las palabras-contexto distorsionaron la interpretación de las palabras polisémicas claramente visibles y que fueron percibidas conscientemente. Sin embargo, cuando las palabras polisémicas no fueron percibidas conscientemente, se activaron ambos significados de las palabras, como decisiones a las palabras-objetivo se facilitó independiente 211 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
del contexto distorsionante. Estos resultados indican que el contexto ejerce relativamente pocas restricciones cuando se perciben las palabras withoutawareness, pero el awareness es necesario para la selección de las interpretaciones de los contextos-pertinentes.
CONCLUSIÓN Cada uno de estos estudios demuestran diferencias cualitativas del awareness, el cual se definió y operacionalizó de una manera algo diferente. Si el éxito de estos trabajos se juzgara solamente sobre la base de la solidez de la justificación a priori para la medición particular del awareness, entonces el debate se desarrollaría en el sentido de preguntarse si estas investigaciones han demostrado realmente la existencia de la percepción without-awareness. Sin embargo, los hallazgos importantes en este y otros trabajos recientes (p. e., Jacoby & Whitehouse, 1989; Merikle & Reingold, 1990) muestran que las acciones humanas difieren cualitativamente cuando se realizan de forma aware o no-aware. Tales hallazgos apuntan a algunas diferencias interesantes en el control del pensamiento y la acción, en los cuales se pueden distinguir los procesos perceptuales conscientes de los inconscientes. Además, estas diferencias cualitativas también restringen las interpretaciones alternativas de los datos. Así, las demostraciones de las primeras pueden validar tanto las mediciones del awareness , como la diferencia entre los procesos conscientes e inconscientes. Las investigaciones de las diferencias cualitativas también suministran la clave para responder a la cuestión (Greenwald, 1992) de si los procesos 4 , la cual no se ha orientado adecuadamente durante muchos años, debido a la preocupación con las pruebas existenciales. Esfuerzos mayores en las investigaciones consagradas al estudio de diferencias cualitativas deben proporcionar respuestas más definitivas. Sin embargo, en este momento, debido a que los procesos inconscientes son tan sofisticados, permanecen en un estatus desconocido. La respuesta depende, completamente, de qué diferencias puedan descubrir y documentar las investigaciones futuras. Estas diferencias cualitativas entre los procesos conscientes e inconscientes todavía no han sido fundamentadas,
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N. del T. Los fenómenos inconscientes no son en sí ni inteligentes, ni tontos. La función del inconsciente es la de estabilizar la conducta, el pensamiento y los procesos afectivos. Por lo tanto,
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su fundamentación determinará si todos los esfuerzos por distinguir los procesos consciente e inconscientes han valido la pena. las vivencias afectivas de las personas, entonces estarán contaminados.
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RELACIÓN MENTE, CEREBRO Y CULTURA DEMETRIO CAMPA GALLARDO
La mente o psiquis específicamente humana está determinada, en lo fundamental, por dos factores: el cerebro y la apropiación de la cultura. Cualquier hiperbolización que se haga de uno de estos elementos es un error. Pudiéramos decir, utilizando la analogía de la computación, que el vertical de la evolución 1 (representado por el cerebro en este caso) nos hace homínidos y el desarrollo (la apropiación de la cultura) nos hace humanos. Estos símiles ya existen en los sistemas más simples, como por ejemplo, el agua, la cual está constituida por oxígeno e hidrógeno. Ni en el oxígeno ni en el hidrógeno hay agua. El agua es una propiedad emergente que no está en ninguna de sus partes constitutivas. Lo mismo ocurre con la mente. Ella no está ni en el cerebro ni en lo socio-histórico. Querer buscar en las estructuras del encéfalo los procesos psicológicos humanos es como buscar un fantasma. Es una propiedad emergente de la interacción cerebro y el mundo socio-histórico creado por el ser humano. Hay que recordar algunos de los datos relevantes de la biología. Por ejemplo, el genoma humano hace 2,5 millones de años que es el mismo y el cerebro lleva 200 000 años con prácticamente el mismo tamaño. Según algunos autores, el Cro-Magnon hubiera podido hablar y hacer las mismas cosas que el hombre moderno. Si no llegó a hacerlo no fue por una cuestión biológica, 1
Hay que recordar que los vectores evolución y desarrollo están siempre unidos, por lo tanto, en la hominización también participó el desarrollo.
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sino por un problema histórico, del desarrollo. De aquí podemos llegar a la conclusión de que el niño no nace sino que se hace, y que este proceso tiene un carácter socio-histórico. Solamente en la relación con el otro es que el niño deviene ser humano. Siguiendo este orden de ideas también se habla de la plasticidad neuronal. Tenemos que recordar que la relación no va de la neurona al órgano y de aquí al organismo, sino a la inversa, es decir, del organismo al órgano y de este último a la célula (sobre todo para las funciones psíquicas superiores). Con todo lo que se sabe de la neurofisiología, las neurociencias, la neuropsicología, no se puede, en este momento, mediante la unión de neuronas, hacer ni siquiera un reflejo condicionado, que es el fenómeno psíquico más elemental que existe. La plasticidad neuronal es un mito visto desde lo biológico. Para que una información pase en un 50 % a los elementos biológicos necesita, según datos de Richard Lewontin (1995), 70 000 generaciones, lo cual, en términos humanos, representaría 1 700 000 años. ¿De qué plasticidad se habla, entonces? El cerebro es un órgano que durante su evolución y desarrollo ha alcanzado la cima de sus posibilidades biológicas. Los 50 000 millones Funcionales, Constelación de Trabajo, Asamblea Neuronal, Redes Neuronales, . Es decir, estructuras que no están dispuestas en el momento de nacer. Por ejemplo, si a un niño recién nacido hay que extirparle uno de los hemisferios cerebrales por cuestiones patológicas graves, este hecho no tendrá mucho efecto sobre el comportamiento del futuro adulto. Pero si esta misma operación hay que hacérsela a un adulto el daño funcional es irreversible. De esto se desprende que debemos separar lo biológico de lo orgánico. La verdadera unidad funcional, para las funciones psíquicas superiores, no es la neurona, ni las hormonas, etcétera, sino los sistemas funcionales, las redes neuronales, las constelaciones de trabajo, las asambleas neuronales, entre otros. aware tuvo un proceso de formación que duró entre 150 000 ó 160 000 años. El prehumano, en esa época, era un ser irracional. Funcionaba con el psiquismo heredado del pasado común con los póngidos, pero además de eso, ya comenzaba a utilizar el plano inconsciente de la conciencia, por su puesto, en su forma más primitiva. 2
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Ver artículo sobre el surgimiento de la conciencia en este mismo texto. 215 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
LO BIOLÓGICO - LO SOCIAL Pudiera decirse que esta cuestión es en realidad un seudo-problema. Analicemos el asunto por partes:
a) Lo biológico: ¿De qué biología se habla? Si estamos haciendo referencia a la biología que tenemos en común con el mundo animal, evidentemente no tiene sentido la discusión, porque en dicha biología no se formó ni un solo rasgo específicamente humano. Si, por el contrario, hablamos de lo biológico que es específico de los seres humanos, entonces tenemos que recordar que esta biología se fue formando en las condiciones sociales de vida, y fuera de estas condiciones no tiene sentido hablar de lo biológico humano. b) Lo social: en este aspecto hay que destacar que sociales no son los animales que viven en conglomerado de individuos. Las colonias de gaviotas, las manadas de elefantes, de monos, etcétera, han vivido en agrupaciones durante miles de años y, sin embargo, hacen prácticamente lo mismo que sus antecesores. Conceptos clave: conducta innata, conducta aprendida, evolución, desarrollo, filogénesis, ontogenia, nicho ecológico, actividad, desarrollo del sistema nervioso, comunicación, lenguaje.
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LA ÉTICA PROFESIONAL Y EL QUEHACER DEL PSICÓLOGO LUIS R. LÓPEZ BOMBINO LOURDES FERNÁNDEZ RIUS
DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍA EN CUBA La génesis de la psicología en Cuba, se remonta al final del siglo XVIII e inicio del XIX, en las ideas de Félix Varela y del ilustre pedagogo José de la Luz y Caballero, que encuentran posteriormente continuidad en el pensamiento de José Martí y Enrique José Varona. Bajo la influencia del colonialismo y el neocolonialismo económico y cultural, se produce el desarrollo de la psicología en la Cuba prerrevolucionaria. La imposibilidad de integrar esta ciencia como disciplina oficial en la enseñanza universitaria es, sin duda, el indicador más elocuente del grado de tal desarrollo. Solo algunas especialidades como Filosofía, Letras y Pedagogías, la incluían como asignatura. No obstante, algunas de sus ramas aplicadas tratan de emprender cierto auge, aunque a tenor de solucionar problemas derivados de la sociedad de consumo y bajo el influjo de postulados teóricos y metodológicos trasladados de Europa o Norteamérica. Intentos en este sentido son los estudios de mercado, de propaganda y publicidad comercial, de los medios masivos de difusión, de orientación y selección de personal, junto a la práctica privada de la psicología clínica. Con posterioridad al triunfo revolucionario, en 1962, surge, como disciplina oficial, la impartición de la Psicología en las aulas universitarias. Insuficiente era en esos momentos, la formación marxista de los profesores y la tradición 217 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
investigativa, tampoco resultaba muy nítido el papel que podía desempeñar la psicología en el desarrollo social. Sobre esta base, los pocos especialistas que permanecieron en el país y los que recién se formaban, realizaron grandes esfuerzos por atemperar el quehacer psicológico a los convulsos inicios del proceso revolucionario. Asimismo, las propias demandas de este proceso infunden dinamismo y Alrededor de dos mil especialistas, formados en estos veinticuatro años, laboran en diversos organismos del país, varios de los cuales han obtenido sus grados científicos. La filosofía marxista-leninista, base en la formación de los egresados y la sistemática enseñanza posgraduada, contribuyen a la solidez de los profesionales. A partir del avance teórico e investigativo de la especialidad y su creciente vinculación con la práctica social, se eleva paulatinamente su papel en el progreso del país. El trabajo asistencial, las publicaciones, la participación en eventos nacionales e internacionales, confieren ascendente prestigio a la psicología cubana, particularmente en Latinoamérica. La creación y la labor de la Sociedad de Psicólogos, que se propone ya, trabajar en la elaboración de la Ética Profesional de sus especialistas, constituye también, un indicador del auge de esta ciencia actualmente. Todo esto ha resultado posible por la coincidencia entre el carácter eminentemente humano de esta profesión y el objetivo esencial del sistema ciencia que se ocupa del hombre, solo puede adquirir su verdadera y cabal ejemplo de ello es la experiencia cubana. A su vez, la formación de la personalidad y su papel transformador, es condición del surgimiento y solidificación del socialismo; el cual demanda múltiples ciencias, y en particular de la psicología, ingentes esfuerzos y participación en la dirección científica del desarrollo espiritual de la sociedad. Es otra la situación de la psicología en los países capitalistas, la cual se encuentra generalmente comercializada y económicamente accesible a unos pocos. El hombre enfermo, desajustado, es lo que más ocupa al especialista en este contexto, unido a que le resulta más factible ganarse la vida por medio del trabajo asistencial. Esto proporciona fuerza y tradición a la Psicología clínica en esos países. También en otras ramas, el psicólogo está expuesto a la venta de sus conocimientos, sirviendo en buena medida a los intereses del consumo, de 218 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
manipulación de la opinión pública y, en casos extremos, a intereses políticos de la minoría dominante. De este marco emergen muchos profesionales progresistas, en los cuales no está ausente el inevitable conflicto entre el humanismo inherente a la especialidad y el carácter mercantil, tergiversado, que adquiere esta en sus países respectivos, unido a límites reales para el pleno despliegue de su quehacer. El objetivo de la psicología marxista es diferente: formar plenamente al hombre, como sujeto activo capaz de autodeterminarse, es lo que interesa como forma de lograr su bienestar y su inserción más útil y creadora en la sociedad. La teoría psicológica se enriquece al mismo tiempo que brinda soluciones científicas a problemas concretos en la construcción del socialismo. En nuestro país, la psicología se dirige a la búsqueda de las regularidades esenciales que desde el punto de vista psicológico orientan el comportamiento del hombre en sus diferentes actividades e interrelaciones personales, a conocer cómo se reflejan las transformaciones socialistas en la psiquis del hombre y la dirección consciente de estas para el óptimo desarrollo de la personalidad. Diversas son las esferas de la vida humana en las que interviene el psicólogo y en las que las diferentes especializaciones aplicadas de la psicología se ponen de manifiesto e interactúan. En este sentido, sin pretender agotarlas, veamos las múltiples tareas que realiza actualmente el psicólogo en nuestro país, que evidencian la connotación ética de su labor. Dentro del cada vez más amplio campo de la psicología clínica, la práctica profesional incluye la labor de psicodiagnóstico, rehabilitación y prevención de la enfermedad psíquica. Se rebasa el marco psicólogo-paciente y se trabaja por el hombre sano. Indicio de esto es la atención materno-infantil; la educación, orientación y terapia sexual; la orientación psicológica a padres y maestros. Los especialistas participan también en el tratamiento y la reeducación de antisociales, en las instituciones infantiles especiales, así como en la investigación científica vinculada a la docencia, al trabajo asistencial, y en la elaboración de métodos y técnicas de diagnóstico. De la misma manera, el psicólogo contribuye a la formación y desarrollo de la personalidad. Así, en el marco de la Psicología del desarrollo y pedagógica se investigan las irregularidades en la formación y el desarrollo psíquico, como base para la dirección ulterior de la formación de niños y jóvenes, además de la influencia familiar y del grupo social en este sentido. El especialista contribuye en la elaboración de programas de educación en el desarrollo intelectual y la educación preescolar, en la enseñanza general 219 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
y especializada. A partir de sus conocimientos, orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje y la formación de cuadros pedagógicos. Los problemas vinculados con la formación vocacional y la orientación profesional de niños y jóvenes, constituyen su objeto de estudio, y participa en la orientación de padres y maestros en cuanto a los métodos educativos a utilizar, en la asesoría a colectivos técnicos y de dirección en instituciones educativas, a publicaciones y programaciones de medios masivos de difusión dirigidas a niños y jóvenes. Estas tareas; suponen la base teóricometodológica que posibilita abordarlas científicamente. Como psicólogos sociales, los especialistas estudian las peculiaridades socio-psicológicas que se derivan de las relaciones que el hombre establece en la sociedad. Los grupos humanos, el liderazgo, la comunicación, las actitudes y desviaciones conductuales, constituyen aspectos que se abordan, así como las vías de influencia social en la formación de la personalidad, los medios masivos de difusión, la propaganda y las manifestaciones culturales. Son también estudiados los aspectos vinculados a la demanda y hábitos de consumo, y los estados de opinión. Así, con sus conocimientos, los especialistas coadyuvan a la dirección científica en la preparación ideológica de la población, en la formación de actitudes y valores acordes con la nueva realidad económico-social. Asimismo, progresa constantemente la Psicología del trabajo. ¿En qué medida el proceso productivo y las condiciones en que este se realiza, contribuyen al desarrollo de la personalidad del trabajador? Satisfacer esta interrogante, es tarea de los especialistas, así como el diseño de los requisitos laborales, el estudio de la motivación y la satisfacción con el trabajo, la conformación psicológica de medios de protección de la salud, la elaboración de nuevos métodos de evaluación psicológica, con lo que coadyuvan también a la eficiencia productiva. Resulta indudable la influencia de la psicología en diversas esferas de la vida humana, lo cual demanda cada vez más la formación integral de un profesional capaz de aplicar sus conocimientos en el estudio y transformación de su objeto: la psiquis humana. De su inminente participación en el desarrollo y bienestar del hombre, deriva su estrecho nexo con otras personas, así como su incuestionable papel en el progreso socio-económico del país. Por sus conocimientos, a estos especialistas se les confieren facultades para la adopción de importantes decisiones que repercuten sobra la vida y el desarrollo ulterior de otras personas. Esto es índice de la confianza que 220 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
deposita la sociedad en los psicólogos, elevando el prestigio social y moral de la especialidad, a la vez que demanda de dichos profesionales, la observancia de normas morales que garanticen la eficacia de sus funciones y preserven determinados intereses de los individuos y la sociedad. Esto nos conduce a las cuestiones morales vinculadas a la actividad profesional del psicólogo.
EL HUMANISMO EN LA ACTIVIDAD PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO La ética del psicólogo, en un sentido amplio, constituye uno de los tipos o ramas de la ética profesional que se refiere a los principios y normas que rigen y evalúan la conducta del psicólogo, técnicos, estudiantes universitarios, y otros profesionales y trabajadores vinculados con este tipo de actividad profesional. Como se ha planteado anteriormente, la moral profesional no es ajena a la moral imperante, sino la concreción de esta última de acuerdo con las especificidades de los diversos tipos de actividad profesional. Por otra parte, el propio carácter de la moral comunista, presupone la necesidad de considerar las exigencias morales en las diversas profesiones, en particular las que poseen mayor relación con el hombre. En el presente trabajo nos proponemos mostrar algunas reflexiones en torno a los principios y normas morales que, en nuestra opinión, deben contemplarse en la actividad profesional del psicólogo. Cuando hablamos de principios nos referimos a las exigencias morales más generales, a nivel de la conciencia social, que sirven de criterios en la elaboración de normas más particulares. Estas últimas, prescriben lo que el hombre debe realizar ante similares situaciones, siendo su fuerza reguladora, el ejemplo masivo y la opinión social. Los principios y normas de la moral profesional, se tornan instrumentos de regulación conductual de los especialistas, de su autoexpresión creadora y son garantía de la efectividad, y el prestigio de la profesión. ¿Se expresa, pues, en el diario bregar del psicólogo la moral de su profesión? AI reflexionar en este sentido, resulta ineludible partir del carácter eminentemente humanista de la actividad profesional del psicólogo y de las exigencias que ello implica para dichos especialistas. El humanismo constituye un principio fundamental de la moral comunista, que postula una nueva relación entre los hombres, una nueva actitud hacia 221 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
ellos, considerándolos como el valor supremo, en tanto creadores de toda riqueza material y espiritual a lo largo de toda la historia. Afirma la dignidad, el derecho al libre desarrollo de los individuos y subraya el sentido humano de las relaciones entre las personas. La autenticidad de la labor del psicólogo por el logro del bienestar y el desarrollo de los demás, por contribuir a la creación de las condiciones sociales necesarias en este sentido, es muestra de su humanismo. En nuestra sociedad, desaparece la naturaleza mercantilista y competitiva del quehacer psicológico, y el especialista consagra diariamente sus conocimientos al afianzamiento de la salud del pueblo y al interés social. Atiende y comparte cotidianamente los diversos problemas del hombre en nuestra realidad concreta, con independencia de su raza, posición social, profesión, nacionalidad, características personales o enfermedad psíquica que presente. La indiferencia hacia la persona es ajena al psicólogo, ya sea en su propia vida, en su interacción con otras personas o en su trabajo profesional. De él, la sociedad espera una actitud solícita, afectuosa y comprensiva. El psicólogo parte, ante todo, del respeto a los derechos del hombre, a su personalidad, estableciendo relaciones de equidad con las personas en que entra en contacto por su trabajo. Ya sea en el plano asistencial, docente o investigativo, debe reinar el respeto entre él y los demás individuos, las relaciones de cooperación y fraternidad. Solo el amor a los hombres, a la necesidad de hacer humana la comunicación entre ellos, el deseo de ayudarlos partiendo de reconocer en todos la igualdad de derechos hacia una vida digna y feliz, garantiza, en gran medida, la eficacia ulterior de la actividad profesional del psicólogo. Por otra parte, resulta reprobable la insensibilidad ante la enfermedad, problemas y necesidades humanas, a los que se enfrenta el especialista en su diaria labor. Asimismo, el respeto a los individuos con independencia de su enfermedad psíquica o insuficiencias en su formación, es una premisa imprescindible. Inherente al humanismo, es la fe en el hombre. Esto es algo esencial en el quehacer del psicólogo. La confianza en las fuerzas del hombre, en sus posibilidades, tornan optimista y constructiva la actividad de esta profesión. ¿Qué resultados pudiéramos esperar de la labor de un especialista, si al acometer el trabajo de reeducación de un menor, partiera de la imposibilidad 222 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de su transformación? O si al orientar a padres o maestros concibiera como inmutables las insuficiencias que niños y jóvenes presentan en su formación. ¿Qué perjuicio ocasionaría a las personas que orienta? Y lo que es peor, ¿qué daño originaría en el desarrollo de dichos jóvenes? La sociedad demanda del especialista, la valoración integral del hombre, de sus aspectos positivos y negativos, y de las causas que intervienen en su comportamiento. En el bregar cotidiano del psicólogo, no resultan inusuales las situaciones complejas. Niños y jóvenes difíciles desde el punto de vista educativo, adolescentes que transgreden las leyes, individuos con trastornos sexuales que contravienen nuestra moral con su conducta, constituyen algunos ejemplos. Sin embargo, ¿sería aceptable en el marco profesional soslayar o rechazar la atención de estos o aceptarlos como irremediables? Por otra parte, el crédito al hombre no supone la tolerancia ante sus defectos, sino que debe acompañarse de la exigencia y crítica consecuente o vía para la formación de los valores morales deseados socialmente.
EL SECRETO PROFESIONAL: PREMISA ESENCIAL EN LA LABOR DEL PSICÓLOGO El respeto a la personalidad y dignidad humana en la labor del psicólogo se expresa también en el secreto profesional. Este aspecto merece singular atención. Este especialista por la índole de su trabajo, tiene gran acceso a informaciones en torno a la vida íntima del hombre, a sus opiniones y valoraciones, las cuales, en la mayoría de los casos, les son comunicadas a partir de la confianza que se le adjudica, en particular, en cuanto a la reserva de la identidad del paciente o sujeto investigado. Así, el secreto profesional resulta imperioso en la actividad del psicólogo. Mantener la discreción ante dicha información es sinónimo de respeto a la integridad moral del hombre y de lealtad al crédito que este le confiere. Esto, a su vez, acrecienta el honor profesional, aspecto que abordaremos posteriormente. De esta manera, derivado del trabajo clínico y como requerimiento para la efectividad de la labor psicoterapéutica, el especialista debe elegir la información vinculada al diagnóstico susceptible de ser conocida por el paciente, o seleccionar la persona idónea relacionada con él para recibir tal información. En cualquiera de los casos, esto debe realizarse con el tacto y la sensibilidad necesarios. 223 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Asimismo, el especialista debe tener presente el carácter relativo del secreto profesional, saber distinguir cuándo la información que posee contradice los intereses sociales o afecta la vida de otras personas, actuando de acuerdo con las normas establecidas ante los aspectos jurídicos y observando la más estricta discreción ante los aspectos morales del secreto. La importancia de la discreción profesional no solo se manifiesta en el plano individual. En su labor investigativa, el psicólogo tiene acceso a una amplia información de instituciones u otros fenómenos sociales, que por su repercusión para el desenvolvimiento de la sociedad en general no pueden ser divulgado sin determinadas restricciones. En tales casos, solo sería lícito brindar estos conocimientos cuando puedan ser atendidos por autoridades estatales u otros profesionales en aras del beneficio de la sociedad. A su vez, corresponde al especialista poseer la debida preparación que le permita discernir cuál es la información de sus investigaciones que por su incidencia en los intereses de la comunidad debe reservar y no trasmitir a personas no calificadas o no relacionadas con su trabajo. Este principio inexorable en el quehacer psicológico, debe también refle jarse en los trabajos de publicación o de exposición abierta, para lo cual debe observar la discreción necesaria tanto acerca de los datos de interés social como de la identidad de los sujetos investigados. Otro aspecto vinculado con la discreción profesional es el relacionado con los resultados de la investigación y su uso ante los sujetos. De todos es conocida la complejidad de la psiquis humana, incluso, para la autocomprensión. Para muchos sujetos, conocerse a sí mismos, saber la efectividad de sus acciones, se convierte en algo cautivante. Así, con relativa frecuencia, algunos sujetos investigados reclaman con insistencia a los especialistas información acerca de los resultados de la investigación en la que han participado. Aparece de nuevo, como algo imprescindible, la discreción profesional. Solo cuando redunde en beneficio del individuo, sería admisible el suministro de la información previamente seleccionada, siempre que no ocasione perjuicio al trabajo científico. Asimismo, es necesario evitar las valoraciones a partir de dichos resultados que puedan generar temores o confusiones y lacerar la estabilidad psíquica de los individuos. Debemos tener presente la autoridad del psicólogo ante los demás. De ahí que sus criterios acerca de la conducta o características de otras personas deben ser en extremo cuidadosos, discretos, no solo ante los sujetos con los cuales interactúa producto de su trabajo, sino en su vida cotidiana. 224 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Resulta importante para el especialista considerar el perjuicio que puede ocasionar en otras personas el uso indiscriminado de su conocimiento o de su condición profesional. Aún subsisten en nuestro medio algunos prejuicios acerca del psicólogo, de sus habilidades, de su quehacer. En este sentido combatiendo actitudes prepotentes, enjuiciamientos categóricos precipitados, sobre la conducta de los demás, que en definitiva, no favorecen el desarrollo del individuo, sino que incluso pudieran afectarlo, además de la incidencia de tales actuaciones en el prestigio de la profesión. De ello deriva la exigencia de no utilizar la psicología con fines no profesionales.
EL TRABAJO CIENTÍFICO Y LA RELACIÓN ENTRE COLEGAS Aunque se han analizado ya algunas cuestiones, especial atención merecen otros aspectos de la labor científica del psicólogo. Uno de ellos es la responsabilidad del especialista ante el ejercicio de la actividad científica, los procedimientos utilizados en ella y las consecuencias sociales que emanan de esta. Se requiere del psicólogo una postura activa y sensible ante el uso social de los resultados investigativos, y que labore consecuentemente por la creciente vinculación de la ciencia con las necesidades prácticas de la construcción del socialismo en nuestro país. Asimismo, los procedimientos que utilice para arribar al conocimiento científico, deben poseer un carácter eminentemente humano. No se considera lícito la utilización de métodos y técnicas de investigación que laceren la salud física o psíquica del hombre. Deben evitarse las indagaciones o insinuaciones que afecten la integridad moral del sujeto, su dignidad personal o que menoscaben su autoestima. ¿Qué consecuencias ulteriores en el desarrollo de un niño o adolescente pueden derivarse del uso de técnicas que originen temores o preocupaciones en torno a su persona? Igualmente, debe prevenirse el número de técnicas a utilizar, las cuales no deben ser más que las necesarias para el diagnóstico o investigación, y tolerables por los sujetos. Del mismo modo, el uso de las técnicas solo es admisible con fines profesionales y no es aceptable la transferencia a personas no calificadas o no vinculadas con la especialidad. Similar situación sucede con el experimento. Este, aunque sea científico, solo es válido cuando su fin sea inherente a la preservación de la salud o contribuya al mejor desarrollo del hombre. 225 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Todo esto impone a los especialistas la necesidad de crear y utilizar técnicas de investigación más eficaces, que proporcionen la información requerida y que preserven, a su vez, la integridad moral y psíquica del individuo. El respeto y atención a los sujetos que se investigan resulta de gran importancia. En este sentido es imprescindible considerar la libre disposición de estos para colaborar en la investigación. Es necesario brindar alguna información general acerca de los objetivos, características y utilidad de dicho trabajo en la medida de lo posible y preservando los intereses investigativos. En este aspecto de la labor profesional del psicólogo, resulta fundamental el análisis de la honestidad científica. Todo lo que obstaculice el conocimiento de la verdad, la altere o promueva deliberadamente la mentira, en el plano teórico, resulta amoral. Es inherente a la actividad del psicólogo como científico, la defensa abnegada de la verdad y la lucha contra las limitaciones que impidan sus conocimientos o contra su sometimiento en favor de intereses personales o de un grupo. A su vez, la valentía en la oposición a la falsedad y al prejuicio, debe vincularse con la objetividad y la sabiduría en la expresión de la verdad. Esto resulta comprensible si tenemos presente la posible, y en ocasiones inevitable, contradicción entre los resultados científicos y lo habitual, lo establecido, así como, el ardor con que en algunos casos emergen las pasiones del científico. De la misma forma, resulta cardinal la combinación del rigor científico con la honestidad personal, y que se reconozcan como falsas las hipótesis o ideas cuando estas son erradas o no pueden ser comprobadas. favorecer las exigencias coyunturales del momento o a las autoridades
Muy vinculado a la honestidad y en extremo censurable, es la apropiación o utilización de ideas ajenas como propias. Por otra parte, constituye un requisito indispensable para el progreso científico la confrontación franca y constructiva de las ideas, por lo que es necesario saber apreciar críticamente el trabajo de los colegas, así como aceptar las críticas y ser capaces de flexibilizar las propias ideas ante nuevos datos o refutaciones, y respetar y reconocer los puntos de vistas de otros colegas. Todo ello emana de la imperiosa necesidad, en nuestros días, de organizar colectiva y ramificadamente la actividad científica. El creciente desarrollo de las ciencias en general y la complejidad del objeto de estudio 226 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
de la psicología en particular, demandan el trabajo en equipos, incluso multidisciplinario. Esto requiere la cooperación mutua entre los especialistas y el intercambio sistemático de experiencias. De igual forma, la tolerancia y el respeto hacia los puntos de vista y conocimientos de otros profesionales, son aspectos que deben ser observados en el trabajo cotidiano. Por otro lado, resultaría impropio subestimar a otros especialistas o menoscabar su prestigio. Esto perjudica al individuo en cuestión, a la reputación de la profesión así como a los individuos que requieren de ella. La crítica oportuna y constructiva así como propiciar la autocrítica en el especialista, son sinónimos de honestidad. Todo esto conduce a la necesaria expresión en la moral profesional del psicólogo de sentimientos colectivistas. La conjugación consciente de los intereses personales y sociales, la conciencia y el cumplimiento del deber social, deben constituir características cardinales. científico famoso, un gran sabio, un excelente poeta, pero jamás podrá ser
EL PSICÓLOGO COMO EDUCADOR Otro aspecto del quehacer del psicólogo que también merece particular atención en su labor como educador, como creador de los futuros profesionales de la especialidad o de otras especialidades afines. En este sentido, es evidente la alta responsabilidad que posee en tanto prepara a los jóvenes en el dominio de los conocimientos teóricos de la profesión, interviniendo además, en los últimos momentos de su formación multilateral para su inserción ulterior en la vida laboral activa. En este contexto, el psicólogo desempeña un papel importantísimo en cuanto a la transmisión sistemática a los alumnos de la ética de la profesión, la responsabilidad ante la sociedad y ante él, a través de la comunicación con una ética para crear una conciencia, para crear un sentido del deber, un El psicólogo, en su labor como profesor, ejecuta y es instrumento del propio trabajo. De su preparación académica, pedagógica, concepción del mundo, 227 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
voluntad y sentimientos, depende, en gran medida, la calidad de los futuros profesionales. Formar técnicamente a los alumnos de acuerdo con el desarrollo contemporáneo de la ciencia psicológica, trasmitirles una concepción materialista-dialéctica de la realidad, estimularles sus intereses cognoscitivos e investigativos y demostrarles la utilidad y el vínculo de la especialidad con la práctica social, son cuestiones inherentes a la labor educativa del psicólogo. Asimismo, las relaciones con los alumnos deben basarse en la exigencia y el respeto mutuo, así como en la autoridad profesoral. Dicha autoridad no puede ser, en ninguna medida, transferida; solamente es auténtica cuando está obligado, ante todo, a plantearse ante sí, altos requerimientos morales, ya que no se puede exigir a los demás, lo que él mismo no practica. Solo No obstante, el fortalecimiento de esta autoridad debe contemplar la admisión de la crítica que propicie la responsabilidad personal ante el error, evitando así, el falso prestigio de la profesión. En este sentido, debe considerarse que el alumno exige respeto a su dignidad personal, aquí se manifiesta, en cierta medida, igualdad entre alumnoprofesor. Sin embargo, elementos como la experiencia, el conocimiento y la edad, apuntan hacia diferencias que subyacen en el necesario respeto y la consideración mutua.
AUTOSUPERACIÓN COMO EXIGENCIA MORAL Todo lo expresado hasta el momento, ilustra la complejidad del trabajo del psicólogo que demanda, además, otras características personales como la sencillez, la modestia, la tenacidad, la abnegación, los elevados ideales morales, etcétera. Entre estas, particular valor adquiere la actitud del especialista ante la autosuperación en cualquiera de las diversas actividades de la profesión. El precipitado avance de las ciencias actualmente exige del psicólogo la constante actualización de sus conocimientos técnicos como condición indispensable para acrecentar la utilidad de su labor. La insatisfacción con sus conocimientos, el afán de saber y la actitud investigativa, deben primar en su conducta profesional. De lo contrario, se hará cada día menos eficaz y provechoso el resultado de su trabajo, y no se trata solamente del dominio de su ciencia sino su formación cultural general. Si tenemos presentes las 228 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
múltiples esferas de la vida humana en que penetra el quehacer de este profesional, así como su imprescindible e intensa interacción con personas de diferentes características y calificación, resulta evidente la importancia que adquiere la formación cultural para el psicólogo. Carlos Rafael Rodríguez, al dirigirse a profesores universitarios expresaba especialista ignorante para las otras esferas de la ciencia y de la cultura, deberá en un plazo perentorio quedar eliminado de nuestras sillas Resulta así un deber de primer orden para el especialista el dominio de su disciplina lo más profundo posible, la actualización constante, así como la investigación práctica que le posibilite revertir dichos conocimientos en beneficio de la sociedad, a la vez que enriquecerlos. Asimismo, la actualización científica, posee estrecha relación con la honestidad y la eficacia profesional, pero el insuficiente dominio teórico o la desactualización en los conocimientos, puede conducir a interpretaciones erróneas, a valoraciones inadecuadas e infundadas desde el punto de vista científico, con las ulteriores consecuencias en la adopción de decisiones sobre la realidad social en cuestión. Finalmente, la autosuperación constituye una de las condiciones esenciales para el honor y el prestigio de la profesión; es decir, la sociedad confiere valor, confianza al especialista, en la medida en que este demuestre el dominio de su ciencia en el propio ejercicio profesional. Ahora podríamos preguntarnos, ¿es suficiente, en el caso del psicólogo, el domino técnico para garantizar una labor profesional eficiente?
RESPONSABILIDAD, DEBER, HONOR Y PROFESIONALIDAD La sociedad exige del psicólogo entrega, dedicación y disposición al sacrificio voluntario por los demás, cuando las condiciones así lo exijan. Estamos pues, ante la responsabilidad y el deber del profesional frente a la sociedad. EI deber expresa los principios y las normas que orientan nuestra conducta social, las actitudes positivas ante la vida, la sociedad y ante sí mismo. Se trata de la exigencia moral, determinada por el curso socio-histórico del progreso social y convertido en tarea personal. De esta forma el hombre 229 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
concientiza y tiene en cuenta en su actividad, las exigencias morales. Para esto, necesita comprender el origen social de tales exigencias y las repercusiones que tienen para la sociedad, las acciones que realice en este sentido. Todo lo expresado acerca del quehacer del psicólogo, ilustra con nitidez la elevada responsabilidad que posee ante la sociedad. Esta exige de él conciencia de sus obligaciones, la comprensión y convicción interior de la necesidad de comportarse profesionalmente y en su vida diaria, de acuerdo con las exigencias morales de la sociedad a partir de la decisión voluntaria y no de la violencia interna. Por el contrario, la aceptación pasiva del deber, conduce a la ignorancia de los intereses sociales y a discordias internas en el individuo. La sociedad exige y espera del psicólogo un determinado comportamiento moral, mientras que, a través del deber y su cumplimiento, expresa su actitud ante la sociedad. Se trata entonces, del comprometimiento constante en la eficacia de su conducta, de vincular su función social con su eficacia científica. De su competencia, honestidad y humanismo depende, en gran medida, el carácter de sus decisiones que trascienden sobre el destino de otros seres humanos. Esto nos conduce al problema del honor de la profesión. El honor nos expresa la relación del hombre consigo mismo, así como la actitud de la sociedad hacia él en cuanto a su posición social, el género de actividad fundamental que realiza y a los méritos morales que le son reconocidos. De ahí deriva el prestigio, la reputación de un individuo con relación a otros. Cuando hablamos de honor, nos referimos a toda actuación que merezca una valoración y reconocimiento social, tanto individual, como colectiva o institucional. En el honor individual del especialista, y en general, de la profesión, se expresa el cumplimiento del deber que se tiene para con la sociedad. Así, el prestigio del psicólogo y de la profesión, están dados por la contribución de los especialistas al feliz y pleno desarrollo del hombre, por la eficiencia de su labor y su conducta ante la vida. La observancia de las diversas exigencias morales que la sociedad plantea a la profesión, es decir, el cumplimiento de los deberes profesionales, subyace en la base del prestigio de la especialidad. Mantener la reputación como especialista, es mantener la reputación de la profesión. De esta manera, el secreto profesional, la honestidad científica, el humanismo en las relaciones con los demás, la autosuperación constante, 230 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
etcétera, son exigencias planteadas al psicólogo, cuyo cumplimiento redunda en la solidez del honor profesional. Asimismo, la creciente vinculación del quehacer del psicólogo con las necesidades prácticas de la construcción de socialismo, elevará cada día más el prestigio de la profesión. Debemos señalar, que aunque poco usual, entre nuestros especialistas, aún tergiversadas como la vanidad, la soberbia, la arrogancia o el falso amor propio. Manifestaciones de este tipo suelen ser rechazadas por los demás, pudiendo constituir fuente de pérdida de prestigio para la especialidad. En nuestros días, el acelerado auge de la ciencia, la técnica y la cultura, demanda con vehemencia profesionales competentes, debidamente calificados, lo que también ha sido denominado como profesionalidad. ¿Se trata, en este caso, de la suma de conocimientos y habilidades propias de una profesión? Aceptar esta proposición, sería empobrecer este término. En muchas profesiones, los requisitos estrictamente profesionales y los principios morales tienden a fundirse, a tal extremo, que resulta difícil su discriminación pura. La psicología es una de estas profesiones, en la cual la cohesión de ambas exigencias, deriva en el éxito de la labor ulterior, en el prestigio individual del especialista y en su autoexpresión creadora. La auténtica profesionalidad, presupone en el especialista, la comprensión de su deber y responsabilidad profesional, así como la esmerada actitud hacia los problemas relacionados con el honor de la profesión. trabajando para el fin común, se ennoblecen a sí mismos, la experiencia destaca como más feliz al hombre que ha proporcionado la felicidad al su afanosa labor, grandes posibilidades para ello.
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Anexo I
GUÍAS METODOLÓGICAS UNIVERSIDAD DE LA HABANA FACULTAD DE PSICOLOGÍA ASIGNATURA: INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA PRIMER AÑO DEMETRIO CAMPA GALLARDO
GUÍA METODOLÓGICA No. 1 Tema: Problemas fundamentales de la Psicología (I) Sistema de conocimientos ¿Qué es lo psicológico? Diferentes manifestaciones empíricas de lo psicológico y su conceptualización científica. El fenómeno psíquico ha existido siempre. Diferentes niveles de existencia. La psiquis específicamente humana. La actividad, el nicho ecológico y el desarrollo del sistema nervioso como los factores esenciales en la evolución y desarrollo de la psiquis. Los vectores evolución y desarrollo en la escala filogenética. El problema de la conducta innata (taxias, patrones de acción fija, reacción en cadena, MDI, instintos, etcétera) en relación con la conducta aprendida insight , imprinting, observación, estereotipo dinámico, MDA, etcétera). El problema de los paralelismos en psicología: mente vs. cuerpo, (actualmente mente vs. cerebro), conducta objetiva vs. imagen mental, mente consciente vs. mente inconsciente, psiquis humana vs. psiquis animal, lo biológico vs. lo social, etcétera. Veamos más en detalle estos paralelismos o dualismos que han existido en la ciencia psicológica: 232 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Mente - cuerpo o mente - cerebro (ver el artículo correspondiente). Imagen mental - conducta objetiva.
Esta cuestión tiene más implicaciones filosóficas que psicológicas, pero cualquier solución que se le dé a este problema debe tener en cuenta que la naturaleza ontológica de ambos fenómenos ha de ser la misma. Si no se hace así, entonces caeríamos en un callejón sin salida, es decir, formaríamos dos sistemas paralelos: uno referente a la imagen mental y el otro que se relaciona con la conducta objetiva, con líneas de desarrollo independiente cada uno del otro. Los sistemas paralelos no interactúan causalmente, sino de forma aleatoria, casuística, pero la relación que existe entre la imagen mental y la conducta objetiva es de naturaleza causal, por lo tanto, no pueden ser sistemas paralelos. Por ejemplo, si pensamos levantar una mano esto estaría en el plano mental, pero cuando la mano se mueve hacia arriba estaríamos en el plano de la conducta objetiva. Surge la interrogante entonces, ¿cómo es posible que la imagen mental se transforme, en fracciones de segundos, en conducta objetiva, si tienen naturaleza ontológicas diferentes?
aware como aquellas vivencias de las cuales podemos dar un informe verbal, y las inconscientes se han visto como aquellos fenómenos que no podemos lo cual se sitúa una barrera entre ambos conjuntos de fenómenos. En otras inconsciente. Así vemos como autores actuales hablan de los fenómenos fisiológicos como si fueran inconscientes. Por otro lado, las teorías con conciencia que casi no se le han dedicado estudios serios a dicha cuestión. Nosotros estimamos que para interpretar correctamente los fenómenos inconscientes tenemos que ver la estrecha e íntima relación que existe entre ambos fenómenos: los conscientes de y los inconscientes, los cuales están en un mismo nivel, pero en planos funcionales diferentes. Debemos analizarlos como dos caras de una misma moneda, que en este caso sería la conciencia, escindida en sí misma en dos planos funcionales, pero en un solo nivel, el de la mente o psiquis específicamente humana. Estas ideas se 233 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Psiquis humana - psiquis animal
Desde que Darwin estableció el origen de las especies muchas ciencias han tratado de estudiar la conducta animal para compararla con la conducta o comportamiento humano. Pero estos intentos no han tenido el resultado apetecido debido a que se ha ignorado o minimizado la existencia de niveles de evolución y desarrollo. La Etología, por ejemplo, surgió como reacción en contra de la Psicología Animal norteamericana. Los etólogos afirmaban que esta última tenía un error de base. Según ellos la Psicología Animal había interpretado al animal en función del hombre, es decir, antropomórficamente. En realidad los etólogos no han resuelto la cuestión, sino que la han dificultado. Ellos han planteado la existencia de una especie de Etología Humana, la cual, lo que ha hecho en realidad es concebir al ser humano desde el prisma de la bestialización, al apuntar la existencia de conductas innatas en este. Además, tampoco resolvieron el problema del antropomorfismo de la Psicología Animal y continuaron hablando de lenguaje, de comunicación y de trabajo en el reino animal. De acuerdo con nuestro criterio, lo que le ha sucedido a la Psicología Animal, a la Etología, a la Psicología Comparada, a la Socio-Biología, entre otras disciplinas, es que no han tenido conceptos, categorías, criterios, etcétera, para interpretar correctamente la conducta animal. A su vez han ignorado en sus estudios el hecho de la existencia de los niveles de evolución y desarrollo. De este modo, la continuidad y discontinuidad de los fenómenos psíquicos no han sido establecidas por estas ciencias. (El lector podrá encontrar más información sobre el tema en el libro de texto.) Lo Biológico - lo social (ver
material en el texto).
Objetivos educativos: 1. Consolidar la concepción científica del mundo mediante la aplicación de la Filosofía marxista-leninista a la comprensión de los fenómenos psicológicos, destacando el carácter socio-histórico y reflejo de la psiquis humana. 2. Contribuir a desarrollar en los estudiantes un pensamiento dialéctico, no-lineal, sistémico y multidimensional para una mejor interpretación de los fenómenos psicológicos. 3. Contribuir al desarrollo de la capacidad del pensamiento abstracto para poder aplicar las categorías psicológicas en su máxima generalidad en el análisis de los fenómenos psíquicos. 234 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
4. Perfeccionar y adecuar los intereses profesionales, así como la motivación más efectiva para el estudio de la carrera y su futuro ejercicio, mediante la familiarización con la profesión que se exprese en el paso de la dependencia a la independencia, en su desempeño menos escolar y más profesional, en una búsqueda activa de información y en una actitud ética adecuada. 5. Desarrollar la capacidad para la reflexión en torno a las representaciones intuitivas acerca de la psicología y para su traducción en representaciones científicas.
Objetivos Instructivos: 1. Exponer y fundamentar los conocimientos más relevantes de carácter empírico y teórico acerca de la definición de la psicología como ciencia y profesión. 2. Diferenciar lo psicológico como realidad subjetiva en un nivel empírico y conceptual. 3. Distinguir los problemas fundamentales de la psicología, la determinación de los psíquico y su ubicación con respecto a los demás fenómenos naturales. 4. Conocer y diferenciar las diferentes esferas y campos de actuación del psicólogo.
Sistema de Habilidades: Los estudiantes deben ser capaces de: 1. Comparar los fenómenos psíquicos con el resto del conjunto de fenómenos de la naturaleza. 2. Fundamentar la diferencia entre la psiquis animal y humana utilizando el esquema conceptual de la asignatura, específicamente en cuanto al tipo de señal a que cada uno puede responder. 3. Confeccionar resúmenes de la bibliografía consultada. 4. Comparar y discriminar los diferentes métodos de la psicología. 5. Observar el trabajo del psicólogo (qué hace, cómo lo hace y sobre que actúa) y reconocer, en su trabajo concreto, contenidos que fueron presentados como problemas fundamentales de la Psicología. 235 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
6. Realizar informes investigativos de las visitas realizadas a instituciones donde laboran los psicólogos.
Orientaciones para la autopreparación Orientaciones generales para todas las guías
Ustedes van a comenzar sus estudios en el nivel universitario. Una de las cosas que más impacta al estudiante que viene del preuniversitario es la notable diferencia entre los dos niveles de enseñanza. Otra cuestión a destacar es que en el nivel de la segunda enseñanza todas las informaciones, los conocimientos parecen ser inmutables. En el nivel universitario, en cambio, sobre todo en las ciencias sociales, pueden existir varias teorías para explicar el mismo fenómeno. A los estudiantes de Psicología les aguarda una complicación más y es el carácter subjetivo del objeto de estudio de nuestra ciencia. El estudiante debe prepararse para asimilar este reto. Lo psicológico se da solamente en la realidad subjetiva. Ni el fenómeno psíquico más elemental: la sensación, puede interpretarse o inferirse directamente de la estimulación externa. Por esta y otras razones el estudiante debe proponerse desarrollar el pensamiento abstracto. Por otro lado, debe tratar de asimilar los conceptos en su mayor generalidad posible. Cuando el estudiante se coloca en una posición pasiva y pide que le vuelvan a explicar porque no entendió un concepto, una idea o una teoría, debe tener cuidado con lo que está pidiendo. Si lo que pide el estudiante es que le simplifiquen el concepto, la idea o la teoría en cuestión, entonces se idea o la teoría puede sufrir deformaciones de tal manera que lo que interiorice el estudiante sea una caricatura del concepto, la idea o la teoría en cuestión. Mientras más pasiva sea la actitud del estudiante más probabilidad habrá de que se produzcan deformaciones en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No hay que olvidar que los conceptos y categorías de las ciencias se han elaborado con mucho esfuerzo y trabajo mental y a través de decenios y, en algunos casos, de centurias de dedicación a las ciencias. ¡Quién quiera asimilar estos conocimientos con su máxima generalidad posible deberá pagar su cuota de esfuerzo y trabajo mental necesario! De lo expuesto anteriormente se puede sacar la recomendación siguiente: Desde el principio traten de asimilar los conceptos y categorías en sus presentaciones iniciales. Solamente después de realizado este esfuerzo es que deben preguntar, si es que persiste la duda. Si ustedes siguen estas 236 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
sencillas sugerencias verán que un gran porcentaje de sus interrogantes desaparecen por efecto del análisis y el esfuerzo mental realizado. Orientaciones específicas para la guía No. 1
Identificar y reconocer los conceptos básicos presentados en este tema así como poder mencionar los problemas centrales de las ciencias psicológicas tales como relación mente-cerebro, lo innato y lo adquirido, lo consciente y lo inconsciente, imagen mental-conducta objetiva. Deben diferenciar las conductas innatas de las adquiridas y poder mencionar los principales tipos de cada una de ellas así como la diferenciación entre ambas categorías. Destacar la importancia relativa de la conducta innata para los animales inferiores y la aprendida para los animales superiores así como analizar el criterio anterior, justificándolo racionalmente. Relacionar la conducta innata Reflexionar acerca de la extinción o no de los instintos según se avanza en la escala filogenética. Argumentar la interrelación dialéctica existente entre las categorías nicho ecológico, actividad y desarrollo del sistema nervioso como una posible explicación de la evolución de las especies.
Tareas independientes a realizar y a entregar por el alumno 1. Los estudiantes deben observar los diferentes tipos de conducta en los animales, tanto de carácter innato como aprendida, justificando en cada caso su clasificación en una u otra categoría. Estas observaciones deberán ser entregadas por escrito en el encuentro No. 2. 2. Deben estudiar en la bibliografía básica los conceptos y categorías señalados en el sistema de conocimiento. 3. La tarea 1 debe ser entregada por escrito. La tarea 2 está dirigida a la preparación del estudiante para una posible pregunta en clase. Ambas tareas deben estar listas para el segundo encuentro.
Bibliografía CAMPA GALLARDO, DEMETRIO: Selección de lecturas, 2009 (Compilador). SMIRNOV, LEONTIEV Y OTROS: Psicología BOMBINO, LUIS Y LOURDES FERNÁNDEZ: Estudios Éticos, 1985. 237 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
GUÍA METODOLÓGICA No. 2 Tema: Problemas fundamentales de la Psicología (II) Sistema de conocimientos Concepto de estímulo. Concepto de señal. Concepto de señal abstracta o signo. Los tres niveles de la evolución de la psiquis. Esquema de las etapas filogenéticas de la evolución de la psiquis. Irritabilidad y sensibilidad, etapas fundamentales en la evolución psíquica. La prehistoria de la conciencia. Factores y premisas que hicieron posible el surgimiento de la conciencia.
Conceptos clave Estímulo, señal concreta, señal abstracta o signo, planos de funcionamiento de la conciencia, condicionamiento, proto-conciencia, comunicación, lenguaje, actividad.
Objetivo general Desarrollar en el estudiante la idea de la existencia en el ser humano de tres niveles de procesamiento de información: irritabilidad (memoria del cuerpo), nivel no-consciente (psiquismo común con el mundo animal) y el nivel de la conciencia.
Objetivos específicos 1. Que sepan diferenciar lo no-consciente de lo inconsciente. 2. Distinguir entre estímulo y señal. 3. Establecer la diferencia entre señal concreta y señal abstracta o signo. 4. Establecer el límite de la conducta animal. 5. Ver el concepto de proto-conciencia como el elemento gestor de la futura conciencia humana. 6. Desarrollar en el estudiante la inquietud por la determinación socio-histórica de la conciencia.
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7. Continuidad y discontinuidad en la escala filogenética: Reconceptualizar la formación de la conciencia, así como las categorías que se han utilizado para explicar su origen y desarrollo .
Orientaciones para la autopreparación En este encuentro el estudiante recibirá información suficiente para entrenarse en la comprensión de los principales problemas del origen, evolución y desarrollo de los fenómenos psíquicos. Se le darán las herramientas teóricas y prácticas necesarias para sostener, mantener y defender con rigor científico su posición teórica. Tendrá la posibilidad de diferenciar, con criterios objetivos, los diferentes niveles por los que han transitado los fenómenos psíquicos. Se le irá formando en su mente la idea de que la conciencia tiene necesariamente una prehistoria en la evolución del mundo animal. Poseerá la información suficiente para saber donde podemos encontrar la continuidad y discontinuidad de la psiquis específicamente humana. El objetivo No. 7 puede resultarle algo difícil al estudiante que se enfrenta por primera vez a estos temas. Así que intentaremos darle algunas ideas que le puedan servir de ayuda para analizar correctamente esta cuestión. Lo primero que debe tener en mente es que la interpretación de los fenómenos psíquicos se ha establecido desde la óptica humana, es decir, con un enfoque antropomórfico. Por eso los conceptos de lenguaje, comunicación y trabajo no son aplicables al mundo animal no humano. Los animales, que en virtud del instinto gregario viven en comunidad no producen nada nuevo ni tampoco hacen acciones coordinadas. Si a un grupo de chimpancés, animales superiores, se le da una tarea a resolver que implique la cooperación entre ellos para una mejor solución del problema planteado, el experimento termina con una reyerta entre ellos por querer solucionar cada uno el problema de manera independiente. A su vez, la conducta de los chimpancés actuales es aproximadamente la misma que sus antecesores de hace 5 millones de años. El trabajo perfeccionó al hombre, lo desarrolló en grado sumo, pero no lo formó como tal. El trabajo no hizo al ser humano, sino que el ser humano hizo al trabajo. Aquí el estudiante debe revisar el material donde se explica la relación entre actividad, nicho ecológico y desarrollo del sistema nervioso y el artículo sobre el surgimiento de la conciencia . En la bibliografía señalada los estudiantes encontrarán información necesaria como para desarrollar con calidad las ideas antes expuestas, sobre todo en la presente selección de lecturas. 239 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Tareas independientes 1. Indagar entre los estudiantes de otras carreras los siguientes puntos: a) ¿Existe conducta instintiva en el hombre? En caso afirmativo que especifiquen cuál o cuáles. b) ¿El niño nace o se hace? Explicar sus respuestas. c) ¿Es la psiquis humana o mente una función del cerebro? Que argumenten sus respuestas. d) ¿Qué papel juega el genoma humano en la determinación del comportamiento? e) ¿El concepto de trabajo es aplicable al mundo animal? f) Estos puntos deben ser resumidos por escrito y presentados al profesor en el tercer encuentro.
Ejercicios propuestos Diga si las siguientes proposiciones se refieren a fenómenos no-psíquicos (FNP), Fenómeno psíquico animal (FPA) o a fenómeno psíquico específicamente humano (FPEH). Trate de responder sin mirar las respuestas para que se pueda autoevaluar correctamente. 1.___ Salivar cuando se introduce alimento en la boca. 2.___ Un niño muestra una reacción de miedo al presentársele un objeto que está asociado con un ruido fuerte. 3.___ Manejar y mantener una conversación simultáneamente. 4.___ Proceso de transformación de una oruga en mariposa. 5.___ Un hombre se despierta debido a que le han movido bruscamente su cama. 6.___ Retirar la mano al oír la palabra aguja. 7.___ Detenerse cuando se enciende la luz roja del semáforo y continuar la marcha al encenderse la luz verde. 8.___ Buscar la mama de la madre al nacer. 9.___ Conducción del impulso nervioso a lo largo del axón. 240 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
10.___ Tener gestos que indican reacción emocional positiva ante la presencia de una persona conocida.
Respuesta a los ejercicios propuestos 1. (FNP)- Salivar cuando se introduce alimento en la boca. 2. (FPA)- Un niño muestra una reacción de miedo al presentársele un objeto que está asociado con un ruido fuerte. 3. (FPEH)- Manejar y mantener una conversación simultáneamente. 4. (FNP)- Proceso de transformación de una oruga en mariposa. 5. (FNP)- Un hombre se despierta debido a que le han movido bruscamente su cama. 6. (FPA)- Retirar la mano al oír la palabra aguja. 7. (FPA)- Detenerse cuando se enciende la luz roja del semáforo y continuar la marcha al encenderse la luz verde. 8. (FPA)- Buscar la mama de la madre al nacer. 9. (FNP)- Conducción del impulso nervioso a lo largo del axón. 10. (FPA)- Tener gesto que indican reacción emocional positiva ante la presencia de una persona conocida.
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GUÍA METODOLÓGICA No. 3 Tema: La psicología como ciencia Sistema de conocimientos ¿Por qué la psicología es una ciencia? Los métodos de la psicología. Canales de procesamiento de información por la mente humana. Concepto de umbral psicológico y umbral fisiológico. Información subliminal: ¿mito o realidad científica? Los dos planos de funcionamiento de la conciencia. Origen, taxonomía y función del inconsciente. Concepto de contaminación mental.
Conceptos clave Filtro de información, canales de procesamiento de información,
Orientaciones para la autopreparación Antes de comenzar a analizar el tema planteado en sí, se hace necesario realizar algunas precisiones a partir de los datos experimentales y conceptuales que se han acumulado hasta ahora. Ante todo debemos señalar que la psicología ha realizado en los últimos 25 años grandes aportes experimentales y sin embargo, su marco teórico y categorial en algunos aspectos sigue siendo casi el mismo. Por ejemplo, en la relación menteconsciente mente-inconsciente, se continúa hablando de aprendizaje inconsciente, de aprendizaje involuntario, etcétera. Estos términos pertenecen a la etapa descriptiva del conocimiento psicológico y, por lo tanto, jugaron un papel en su momento histórico. En la actualidad hay suficientes datos experimentales como para poder hablar de un canal de procesamiento de información de forma paralela, colateral, implícita o cuestión a tener en cuenta en esta relación es el uso extenso del concepto de inconciente. El inconsciente se ha interpretado como una especie de fenómenos psíquicos específicos del mundo animal y aun hasta los procesos fisiológicos que sirven de base a los procesos psíquicos. En otras palabras, los mecanismos inconscientes pudieran considerarse, en sentido figurado, 242 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
aspecto esclavizante, pero muy pocas veces se destaca su carácter liberador. El estudiante encontrará en la presente selección de lecturas, material suficiente para hacer una valoración justa de estos problemas.
Tareas independientes 1. Indagar entre personas conocidas acerca de la información subliminal. 2. ¿Está el comportamiento de las personas determinado por los mecanismos inconscientes? 3. Por la posible complejidad de estos temas solamente señalaremos dos puntos a investigar, los cuales deben ser entregados, como siempre, por escrito y de forma resumida, en este caso en el encuentro número 4.
Bibliografía La misma que se señaló en la Guía No. 1.
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GUÍA METODOLÓGICA No. 4 Tema: La Psicología como profesión Sistema de conocimientos El tema referido a la Psicología como profesión pretende descubrir las áreas en que labora el profesional de la Psicología, a partir de las ramas de estudio de esta ciencia y las posibles aplicaciones en el campo profesional. De manera tradicional se habla de la Psicología de la Educación, Clínica y de la Salud, Laboral y Social, sin embargo en la práctica profesional y debido al desarrollo de la ciencia psicológica usted puede encontrar la Psicología del Deporte, Militar, de la Familia, Gerontología, Organizacional entre otras. Por otra parte, en la actualidad el trabajo del psicólogo así como de otras especialidades conllevan además un trabajo de carácter multidisciplinario, esto es: en los centros asistenciales, de investigación, entre otros, el trabajo se realiza en equipos que abordan la problemática a estudiar desde diferentes enfoques. Por ello es posible encontrar equipos conformados por psicólogos, sociólogos, médicos, comunicadores, trabajadores sociales u otras especialidades. Esto hace más integrado el estudio de la problemática en cuestión, pero exige del respeto y la delimitación de los objetos de estudio de cada ciencia. De ahí que en el encuentro correspondiente a este tema de la asignatura los estudiantes deberán realizar un trabajo de búsqueda acerca del trabajo del psicólogo, y exponerlo en el aula para que el grupo pueda conocer la diversidad, y a su vez la especificidad de la Psicología como profesión.
Objetivo general Identificar los campos de acción profesional del psicólogo
Objetivos específicos 1. Realizar entrevista con uno o varios profesionales de la Psicología para obtener información acerca de su trabajo.
2. Identificar el fenómeno psíquico que constituye el objeto de trabajo de ese profesional de la psicología. 244 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
3. Consultar literatura sobre el tema referido de trabajo del psicólogo. 4. Conocer el entorno laboral del psicólogo en la visita realizada para la entrevista.
5. Aplicar los contenidos acerca de la ética profesional en la actividad profesional visitada.
Orientaciones para la autopreparación 1. Los estudiantes deberán seleccionar e informar previamente al profesor acerca del campo o rama de la Psicología donde realizarán la visita y entrevistar al psicólogo, con el fin de garantizar la no repetición de los temas y lograr un máximo de representatividad de las áreas a presentar el día de la exposición de dichos trabajos. 2. Los estudiantes se podrán agrupar en equipos de 5 personas para la realización de este trabajo. 3. La tarea debe ser entregada al profesor el día de su presentación en el aula y debe contar con los siguientes aspectos: a. Caracterización general del centro visitado (Nombre de la institución, organismo, estructura y lugar del psicólogo dentro de esa estructura laboral). b. Labor específica que realiza el profesional de la psicología: - Contenido de trabajo. - Línea de investigación o programa en que se encuentra insertado. - Resultados principales de su trabajo, publicaciones, eventos, entre otros. - Retos o expectativas profesionales. c. Fenómeno psíquico que constituye el objeto de trabajo de ese profesional de la Psicología. d. Análisis de la ética profesional en dicha acción profesional. e. Anexar cualquier información de interés. Por otra parte pueden acompañar su exposición con algunos materiales prestados por el profesional, tales como técnicas utilizas en ese trabajo, relato de algún caso, fotografías, videos. 245 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Evaluación de este tema La evaluación se realiza de forma individual ya que todos los miembros del equipo deben participar en la exposición del trabajo, así como por la revisión del trabajo escrito. Si bien se entrega un solo trabajo por el equipo, se hace énfasis en la participación oral de cada miembro del equipo en la presentación de la labor realizada ante el aula.
Bibliografía BOMBINO, L UIS Y LOURDES FERNÁNDEZ:
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Anexo II
GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA CIENCIA PSICOLÓGICA
Analogía: (del gr. Analoguia) f. Relación de semejanza entre cosas distintas. // Semejanza de función de partes diferentes. Anchoring effect: Interrelación entre las actitudes, de tal manera que, un ataque a cualquiera de ellas, amenaza la estructura completa, produciendo así un nivel alto de resistencia. Aptitud: Predisposición anátomo-fisiológica para una determinada función. Ataxia : Incoordinación de los movimientos involuntarios como consecuencia de un daño cerebral. Bonobo o chimpancé pigmeo: Especie de chimpancé que solo se encuentra en una pequeña región, cubierta de espesa jungla, de la República Democrática del Congo, en África central. Identificados por primera vez en 1929, los bonobos difieren de sus parientes, los irascibles chimpancés, en que son menos agresivos y sus relaciones sociales son bastante pacíficas. El bonobo es muy parecido al chimpancé común, pero es más pequeño, tiene el pecho y las caderas más estrechos, unas extremidades más largas y una postura más erguida. Los bonobos machos tienen una estatura media de 85 cm y pesan unos 40 kg. Los bonobos hembras alcanzan una talla de 78 cm y un peso de unos 30 kg. Su pelaje es largo, fino y en su mayor parte negro. A diferencia del chimpancé común, la piel de la cara es de un negro brillante, los labios son rojizos y las orejas pequeñas y poco llamativas. Pasan la mayor parte del tiempo en los árboles, donde construyen nidos 247 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
para dormir. Se alimentan principalmente de frutas, pero también comen nueces, semillas, hojas tiernas e insectos. En ocasiones atacan a monos, serpientes y pequeños antílopes. Viven en grupos de 30 a 80 individuos, que se dividen en bandas más pequeñas para buscar alimento.
Células de Betz: Cualquiera de las grandes células de forma piramidal de la V capa de la corteza motora. Sin. célula piramidal. Chimpancé: Primate de la familia de los póngidos. Actualmente se considera al chimpancé como el animal más cercano al ser humano desde el punto de vista genético, físico y conductual. Comunicación humana: Proceso mediante el cual una persona le transmite a otro congéneres sus experiencias y vivencias. Este comportamiento no es posible sin la utilización de un sistema de signos, códigos o señales abstractas como, por ejemplo, el lenguaje hablado. Conciencia : Reflejo generalizado, estable y permanente de la realidad objetiva y subjetiva, la cual regula, controla y dirige el comportamiento posterior de las personas. La conciencia se encuentra escindida en dos planos aware y otro inconsciente. La existencia de estos dos planos funcionales de la conciencia es fundamental para entender su función y su origen, tanto en la filogenia como en la ontogenia. (Ver artículo sobre el origen de la conciencia en este mismo trabajo.) Delfín: Mamífero acuático perteneciente al orden de los cetáceos, en el que se incluyen también las ballenas y las marsopas. Depresión propagada (spreading depression): Mecanismo de defensa del organismo viviente que consiste en la muerte instantánea del cerebro, pero de acción reversible, ante una situación traumática como, por ejemplo, una sacudida violenta del encéfalo, o la acción de una corriente eléctrica, o la influencia de un agente químico como una solución de cloruro de potasio con una concentración de 3-molar. Si se le hace, en ese momento, un electroencefalograma al organismo se registrará la eliminación total de los ritmos de bases. Deseos: Representación abstracta de las necesidades. Efecto de halo: Tendencia a valorar a los individuos demasiado alto o demasiado bajo sobre la base de un rasgo muy bueno o muy malo según sea el caso. El efecto de halo es el defecto característico de una escala de valores. Efecto Zeigarnik: Las tareas interrumpidas se recuerdan mejor que las que se realizan completamente. 248 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
Efecto de Túnel: Un objeto en movimiento a una velocidad constante y sobre una trayectoria lineal desaparece de la vista durante un intervalo y reaparece al final de este sobre la misma trayectoria. El sujeto tiene la impresión de que el objeto ha continuado moviéndose mientras estuvo oculto y la tendencia a subestimar la duración durante la cual el objeto deja tenderá a fijar ese instante con cierta antelación al momento efectivo de la reaparición, es decir, ocurre una aceleración del tiempo subjetivo que se manifiesta como una sobrestimación del instante de reaparición. Efecto Stroop: Hallazgo referente a que los sujetos tienen dificultades en eliminar los datos irrelevantes de una tarea dada. Epifenómeno: Un evento que acompaña a otro pero sin implicar una relación causal con él. Episcotister: Dispositivo o aparato formado por un disco con perforaciones variables y un motor sincrónico que permite presentar imágenes, mediante un rayo luminoso, en una pantalla con diferentes tiempos de exposición. Eón: División principal del tiempo geológico. Los eones son las mayores unidades que los geólogos utilizan para medir la edad de la Tierra. Se dividen en eras, estas en períodos y los períodos a su vez en épocas. Los eones en los que se divide la historia de la Tierra son: el arcaico (desde hace 3 800 millones de años hasta hace 2 500 millones de años); el proterozoico (2 500 a 570 millones de años); y el fanerozoico (570 millones de años hasta la actualidad). El conjunto de los eones arcaico y proterozoico, junto con el período de tiempo prearcaico (que se extiende desde la formación de la Tierra, hace unos 4 650 millones de años hasta hace unos 3 800 millones de años) se denomina precámbrico. Estímulo: Agente físico externo que provoca una reacción biótica en los organismos vivos. Fóvea: Parte central de la retina humana donde es máxima la acuidad visual. Homología: (del homo y el gr. logos, relación) f. Cualidad de homólogo; Correspondencia entre los diversos segmentos de los miembros superior e inferior, muy semejante en los primeros períodos del desarrollo y profundamente diferenciados después del desarrollo completo. Hominoides: Familia de simios que se supone dieron origen a los homínidos y a los póngidos. 249 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
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Ver información without-awareness.
Información subliminal: Información presentada por debajo del umbral absoluto y que se postula o afirma que produce alguna influencia en el comportamiento humano. Inconsciente: Uno de los planos de la conciencia. (Ver artículo sobre el origen, la estructura y la función del inconsciente.) Instinto : Conducta innata, caracterizada por un conjunto de actos estructurados secuencialmente, los cuales están dirigidos a la realización de un fin sin que medie aprendizaje previo. Ejemplo, las construcciones de los panales por las avispas y las abejas. Este tipo de conducta es típica de los animales inferiores, ya que va desapareciendo según se avanza en la escala filogenética. James, Williams: Filósofo y psicólogo norteamericano (1842-1910). Köhler, Wolfgang: Pionero de la psicología de la Gestalt (1887-1967). Köhler estudió en las universidades de Tübigen, Bonn y Berlín. En 1910 se asoció con Max Wertheimer y Kurt Koffka en una serie de investigaciones que condujeron a la fundación de la escuela de la Psicología de la Gestalt. Köhler entre los años 1913 y 1919 se trasladó a la isla de Tenerife, donde realizó investigaciones sobre la inteligencia de los chimpancés, desarrollando su famoso concepto del aprendizaje por insight . Leading question: Pregunta que sugiere una determinada respuesta. Ley de Bell-Magendie: Principio referente a que las raíces ventrales de la médula o nervios espinales tienen una función motora, mientras que las raíces dorsales tienen un función sensitiva. Ley de Yerkes-Dodson: Concepto generalizado de que un alertamiento o estimulación moderada conduce a una ejecución óptima. Machover (Test de la figura humana): Técnica proyectiva en la cual se le pide a los sujetos que dibujen a una persona. Macromanía : Tendencia patológica de sobrevalorarse a sí mismo. Sin megalomanía. Mácula: Mácula lútea. Área de color amarillento, de unos 2 mm de diámetro y que se encuentra en el centro de la retina humana. La mácula contiene a la fóvea. Priming effect y que puede dirigir la búsqueda de la información en la memoria. 250 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
MDI (mecanismo de desencadenamiento innato): Este tipo de conducta innata se caracteriza por una respuesta inmediata y sin importar la situación donde se encuentre el animal, ante la presencia de una señal clave, la cual funciona como un disparador de la respuesta del organismo. MDA (mecanismo de desencadenamiento aprendido): Los dos mecanismos tienen las mismas características funcionales. Su diferencia consiste, únicamente, en que el MDI es innato y el MDA es aprendido. Patrón de acción fija: Conductas innatas que son típicas de una especie dada, que muchas veces se utiliza como elemento para clasificar a las especies. Por ejemplo, los patos siempre buscan el agua, las ardillas esconden su alimento, etcétera. Pensamiento manual concreto : Reflejo generalizado de relaciones concretas. Representa el límite de la conducta animal. Pensamiento abstracto: Reflejo generalizado de relaciones abstractas, tanto de las objetivas como de las subjetivas. Mediante este tipo de pensamiento para el conocimiento sensible. Pensamiento lineal: Tipo de pensamiento abstracto que se rige siempre por relaciones lineales. Por ejemplo, si establecemos una relación lineal entre el salto de los animales y su peso corporal, podemos arribar a la falsa conclusión de que si un canguro salta diez metros un elefante debería saltar 200 metros, lo cual resulta erróneo porque el elefante no salta. Pensamiento unidimensional: Tipo de pensamiento abstracto que tiene la tendencia de analizar siempre los fenómenos en función de una sola variable. Póngidos : Relativo a una familia de primates catarrinos de complexión robusta y extremidades anteriores más desarrolladas que las posteriores, como el chimpancé, el gorila, el orangután y el bonobo. Este subgrupo de primates deriva de un grupo del cual se supone salieron ellos y el subgrupo de los homínidos. Ritmo Berger: Ver ritmo Alfa. Ritmo Alfa: Uno de los ritmos de base o actividad espontánea del cerebro. El ritmo Alfa se puede diferenciar por su frecuencia, por su forma y por su función. a) Frecuencia: oscila entre 8 y 12 ciclos por segundo. 251 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2
b) Forma: tiene forma de huso. c) Función: El ritmo Alfa lo podemos situar entre el estado de vigilia y el de sueño. En una persona normal este ritmo debe aparecer en los lóbulos parietal y occipital. En las personas con largo entrenamiento en la técnica de relajamiento este ritmo puede encontrarse en todos los lóbulos del cerebro, sirviendo así, como variable operacional para indicar si la persona domina o no el relajamiento.
Señal concreta: Agente externo que inicialmente es indiferente para los animales y, después de asociarse en el tiempo, con ligera precedencia, con un estímulo, llega a producir la misma respuesta biológica que el estímulo biótico que le sirvió de base. Set y Ustanofka : Estos términos no son sinónimos, sino conceptos complementarios. Set: Condición temporal del organismo que lo capacita para responder de una forma determinada. Sinónimos: tendencia, preparación, disposición, propensión. Esta condición se forma o construye en el momento en que el mundo actúa sobre el individuo. Ustanofka: Una condición temporal del organismo que lo capacita para responder de una forma determinada. Sinónimos: tendencia, disposición, preparación, propensión. Esta condición se forma o construye en el momento en que el individuo actúa sobre el mundo. Nota: El set y la ustanofka, ambas son formas de procesar información. Estos dos conceptos forman el canal de procesamiento de información cola Signo: Del lat. signum, m. Objeto, fenómeno o acción material que, por naturaleza o convención, representa o sustituye a otro. El signo es equivalente a una señal abstracta Significado: La unidad del pensamiento y el lenguaje, de generalización, de la comunicación y el pensamiento. Se pueden establecer las siguientes relaciones: sin significado no hay lenguaje, sin lenguaje no hay comunicación, y sin comunicación no hay conciencia. Stroop effect: Hallazgo referido a que los sujetos tienen dificultad para eliminar las informaciones irrelevantes de una tarea dada. Taquistoscopio: Dispositivo o aparato que permite presentar una imagen en fracciones de segundo mediante la utilización de un diafragma. 252 La Habana: Editorial Félix Varela, 2009. -- ISBN 978-959-07-1285-2