La construcción de la naturaleza
Información general
Autores: José Luis Albelda, José Saborit Editores: Valencia : Dirección General de Museos y Bellas Artes, D.L. 1997 Año de publicación: 1997 País: España Idioma: Español ISBN: 84-482-1691-1
La construcción de la naturaleza (Albelda y Saborit) Nicolás Sánchez en Columnas hace 1 año 3 comentarios
“La naturaleza (al filósofo): Ya que yo soy todo lo que es, ¿cómo un ser como tú, que es parte exigua de mi misma, ha de poder asirme? Satisfaceos, hijos míos, siendo como
sois átomos, de ver algunos átomos que os rodean, de beber algunas gotas de mi leche, de vegetar algunos momentos sobre mi seno y de morir sin llegar a conocer a vuestra m adre y a vuestra nodriza” Así, con estas palabras que Voltaire escribió en su diccionario filosófico, comienza “La construcción de la naturaleza” (Valencia : Generalitat Valenciana, 1997), un libro de autoría compartida por los españoles José Albelda y José Saborit, y que ahonda en el significado y procedencia de lo que entendemos -o creemos entender- por naturaleza. Me referiré en esta breve reseña sólo a la introducción del libro, dada la gruesa extensión de este, y la potencia suficiente para remecer consciencias solo ya del primer apartado. Foto Definidas y separadas como “dos introducciones a la naturaleza”, el libro comienza con la escrita por Saborit (“La naturaleza como mentira”) en donde hace una aguda disección de las distintas acepciones que adquiere hoy la palabra naturaleza y de donde provienen estas mismas, alertándonos de cómo nos venden interesados estereotipos de naturaleza desde legados bíblicos antropocentristas (la naturaleza como ente a someter para el goce y disfrute en beneficio de la especie humana) hasta intereses económicos (que legitimarían moralmente el mercado y su despiadada “libre” competencia), muchas veces disfrazados de verdades científicas (estando la ciencia hoy muy a disposición y servicio del lucro). La segunda introducción es la de Albelda (“Diferentes miradas”), en donde revisa brevemente las perspectivas mas holísticas de oriente frente a la visión escindida occidental, evidenciando lo insostenible de estas divisiones o dualismos naturalezaartificio o naturaleza-cultura, para sugerir una asimilación de la naturaleza, de nosotros mismos y de nuestras producciones –simbólicas, culturales y técnicas- desde una perspectiva integradora, como partes del mismo todo y que como tales deben velar por su respeto, estabilidad y permanencia. El resto del libro –en su lógica biautoral- se divide luego en 2 capítulos: “Arte, naturaleza, ecologismo” de Albelda, en donde el autor indaga desde una perspectiva muy ligada al mundo de las artes visuales en las diferentes ideas de naturaleza y las consecuencias de estas visiones; y en “Media y naturaleza”, donde Saborit extiende su introducción sobre la fabricación de naturalezas a conveniencia por parte de los medios de comunicación masivos. “La construcción de la naturaleza” justamente habla de esa construcción manipulada del término según conveniencias e intereses económicos, religiosos, políticos y científicos, entre otros. Un libro de reflexión y contenido, muy dirigido a un público interesado en conocer las distintas visiones que existen sobre la naturaleza y de cómo las disciplinas que trabajan con la imagen son capaces de manejarlas, pero cuya sola introducción es imperdible para el público general. Pasajes destacados, citas y extractos antojadizos: “La mentira más común -nos dice Nietzsche- es aquella con la que nos engañamos a nosotros mismos; mentir a los demás es relativamente el caso excepcional.”
“una mentalidad de simio que ha aprendido a contar por los dedos y a reducir álamos, pinos, violetas, rumor de agua, tierra negra, mirlos y oropéndolas y ranas y mariposas y lagartijas y todas las cosas sin cuento a la sola y vacía miseria del cómputo y de la abstracción: a trocar la riqueza material y palpbale por las abstractas fantasías de la contabilidad y los proyectos” “Los pueblos Canacos ligan su cuerpo al universo, entrelazan su existencia a los árboles y a la naturaleza. El cuerpo aparece como otra forma vegetal, o el vegetal como una extensión natural del cuerpo. Así encontramos que existe una misma palabra (Kara) para designar la piel del hombre y la corteza del árbol, y otra (Pié) con la que se refieren a la unidad de carne y músculos, y a la pulpa y hueso del fruto. La misma palabra sirve para nombrar el esqueleto humano y el corazón del bosque. En los límites del cuerpo no se acaba la dimensión del ser” “Ni budas ni dioses Para mí Vientos de otoño.”