La dimensión moral de la vida humana Tom ado de Silvia Cond e Form ación Civ ica y é tica. Ed. Castillo .
Lee el siguiente texto.
Uvilandia estaba lleno de viñedos y todos los habitantes se dedicaban a la fabricación del vino. Con la exportación a otros países, las quince mil familias que habitaban Uvilandia ganaban suficiente dinero como para vivir bien, pagar los impuestos y darse algunos lujos. El monarca era justo y comprensivo y como el país era muy próspero, decidió rebajar los impuestos. Como única contribución para solventar los gastos del Estado, pediría a cada habitante que una vez por año, llevaran al palacio una jarra con un litro del mejor vino de su cosecha. Lo vaciarían en un gran tonel y, de la venta de los quince mil litros de vino, se obtendría el dinero necesario para el presupuesto del Estado, así como para los gastos de s alud y de educación del pueblo. Cuando se supo la notic ia, la alegría de todos fue indescriptible. Y llegó el día de la contribución. Los habitantes se recordaban y recomendaban unos a otros no faltar a la cita. La conciencia cívica era la justa retribución al gesto del soberano. Desde temprano, empezaron a llegar de todo el reino las familias con su jarra en la mano. Uno por uno subía la larga escalera hasta el tope del enorme tonel, vaciaba su jarra y bajaba por otra escalera. El tesorero del reino colocaba en la solapa de cada contribuyente un escudo con el sello del rey. Nadie faltó, el enorme barril de quince mil litros estaba lleno. El rey estaba orgulloso y satisfecho. Cuando el pueblo se reunió en la plaza frente al palacio, salió a su balcón. En una hermosa copa de cristal el rey mandó a buscar una muestra del vino recogido. Cuando un sirviente trajo la copa al rey, éste se sorprendió al ver que contenía un líquido transparente y sin olor. Bebió de la copa y confirmó que no sabía a vino, ni a ninguna otra cosa. Mandó llamar a los alquimistas del reino para que explicaran la composición del vino. La conclusión fue unánime: el tonel estaba lleno de agua, purísima agua, cien por ciento agua. Se reunieron los sabios del reino para descifrar cómo se había convertido el vino en agua. El más anciano de los ministros encontró la respuesta: Esta mañana, cuando Juan se preparaba con su familia para bajar al pueblo, una idea pasó por su cabeza… ¿Y si yo pusiera agua en lugar de vino? ¿Quién podría notar la diferencia? Una sola jarra de agua en quince mil litros de vino… nadie notaría la diferencia ¡nadie! … y nadie lo hubiera notado, salvo por un detalle, ¡todos pensaron lo mismo! Ad apta ción de: Bu cay , Jor ge, Rec uen tos par a Dem ián, Mé xic o, ed ito rial O cé ano , 2005, pp. 79 -82.
Contesta las siguientes preguntas:
1. ¿Cuáles son las razones que nos motivan a actuar? ¿Actuamos por instinto?
2. ¿Cómo podemos lograr congruencia entre lo que pensamos, valoramos, decimos y hacemos?
3. ¿Qué pretendía el rey al reducir los impuestos?
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5. ¿Por qué actuaron de esa forma los habitantes de Uvilandia?
6. ¿Qué consecuencias tuvo la decisión y la acción de cada persona?
7. ¿Crees que la personas del pueblo pensaron en las repercusiones de sus actos? ¿Por qué?
8. Si estuvieras en el lugar del rey, ¿cómo hubieras reaccionado? ¿Por qué?
9. ¿Qué valores identificas en el texto?
10. ¿Has actuado sin pensar? ¿Cuáles fueron las consecuencias?
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Los seres humanos y su capacidad para pensar y juzgar sus acciones. Intereses y necesidades que guían la actuación humana
A diferencia de los animales, los seres humanos somos racionales, es decir, tenemos uso de razón y conciencia por lo que podemos distinguir el bien del mal. Por ello, antes de actuar o de tomar una decisión, podemos considerar los valores personales y sociales, así como los intereses, necesidades y derechos propios y de los demás. Esta capacidad de pensar y de juzgar las acciones y decisiones se ubica en la dimensión moral de la vida humana. Ésta se concibe como la característica del ser humano que nos permite juzgar y orientar nuestros actos y decisiones a partir de los valores éticos y afirmar que un acto o una decisión es injusta, legal, saludable, correcta, honesta, etc. Sin esta dimensión, la convivencia social estaría regida por las leyes de la selva. El ser humano es responsable de sus actos gracias al uso de la razón; por tanto, no es esclavo de su destino ni de las circunstancias. La razón nos permite juzgar nuestros actos y decisiones, así como auto ¡determinarnos, esto es, decidir libremente cómo actuar, cómo luchar para conseguir nuestros sueños o qué hacer ante las injusticias. Algunas personas estudian o trabajan todo el día y es posible que su labor beneficie a otros. Asimismo, otros individuos infringen las reglas, las normas y hasta las leyes; mienten o se afanan molestando, lastimando y poniendo apodos a los demás; otros cometen delitos que perjudican a su comunidad. ¿Por qué crees que cada uno actúa como lo hace? Los intereses, las metas, los ideales o las necesidades impulsan al ser humano a hablar, a actuar y a decidir. En general, actuamos por tres razones: por miedo, por deber o porque estamos convencidos y nos interesa. Los ideales y principios motivan la actuación de algunas personas. Si consideras que es importante el respeto a los otros y ves que alguien está maltratando a un niño en la calle, te indignas y lo defiendes. En ese caso, lo haces de acuerdo a tus valores, aunque no represente ningún beneficio directo para ti.
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La vida humana se rige por principios y valores
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Autonomía moral
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Dimensión moral de la vida humana
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Capacidad para pensar y actuar
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Libertad para elegir y decidir
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Capacidad para transformar el entorno
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Personales Sociales Congruencia entre lo que pienso y lo que hago Congruencia entre mis valores y los de la
Espíritu crítico Acción moral Criterios para analizar la actuación humana Considerar las consecuencias de las decisiones y los actos Usar la razón para tomar decisiones y actuar Responsabilidad Límites y condiciones
- Comprender lo
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que ocurre en nuestro entorno Aprender a usar la información
- Aplicar los valores personales para elegir, decidir y actuar
Usar la razón para tomar decisiones y actuar Responsabilidad Límites condiciones
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