LA FORMACIÓN DEL PODER POLÍTICO EN MÉXICO Arnaldo Córdova
AMOR POR LA LECTURA JULIO 2014 • No. No. 16
¿Por qué leer a Arnaldo Córdova?
U
na de las polémicas más interesantes del idealismo alemán se desarrolla en tor no a la naturaleza del intelectual, su inuencia in uencia sobre la cultura y su función social. Los polemistas sostuvieron un largo y esclarecedor debate partiendo de que el intelectual no solamente es un cientíco, un literato, un historiador o un ar tista, sino que es en sí algo más: más: es a quien le corresponde un papel verdaderamente verda deramente decisivo de cisivo en lavisión lavisión formadora del mundo, mun do, la la profundización y esparcimiento de la cultura, pero ante todo es un formador de la conciencia social. Años más tarde con esa misma preocupación y
¿Por qué leer a Arnaldo Córdova?
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na de las polémicas más interesantes del idealismo alemán se desarrolla en tor no a la naturaleza del intelectual, su inuencia in uencia sobre la cultura y su función social. Los polemistas sostuvieron un largo y esclarecedor debate partiendo de que el intelectual no solamente es un cientíco, un literato, un historiador o un ar tista, sino que es en sí algo más: más: es a quien le corresponde un papel verdaderamente verda deramente decisivo de cisivo en lavisión lavisión formadora del mundo, mun do, la la profundización y esparcimiento de la cultura, pero ante todo es un formador de la conciencia social. Años más tarde con esa misma preocupación y bajo una perspectiva novedosamente novedosamente politológica, politológica, Antonio Gramsci señalaba que todos los hombres son intelectuales, pero intelectuales, pero no todos los hombres cumplen en la sociedad la función de intelectuales, intelectuales, en en tanto que creadores de los productos ideológico-culturales que permiten expresar esencialmente las demandas sociales desde la perspectiva del proyecto histórico histórico al cual han adherido. George George Lukács, mucho más comprometido comprometido con el destino de las ideologías, les concibe como agentes de transformación social, como individuos regidos por valores cualitativos cualitativos que se desprenden de su sensibilidad estética, de su comportamiento comportam iento moral o de su comprensión teórica, convirtiéndose en críticos del sistema y de sus formas de poder.
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Bajo cualquiera de estos contextos de caracterización, en la vida y obra de Arnaldo Córdova converge todo paradigma del intelectual comprometido y su accionar consecuente. En cuanto a su obra, es evidente que acusa toda una doble n aturaleza y una conjunción afortunada: la Historia y la politología. Su dominio de los clásicos de la ciencia política deviene de sus estudios en Italia, sobre todo por su anidad intelectual con Umberto Cerroni, uno de los politólogos más destacados del siglo XX. Nunca dejó de consultar las obras clásicas de Maquiavelo, Kant, Marx y otros lósofos del de l poder político. Así la obra de Córdova, exhibe una sólida estructura analítica y expositiva, en
¿Por qué leer a Arnaldo Córdova?
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na de las polémicas más interesantes del idealismo alemán se desarrolla en tor no a la naturaleza del intelectual, su inuencia in uencia sobre la cultura y su función social. Los polemistas sostuvieron un largo y esclarecedor debate partiendo de que el intelectual no solamente es un cientíco, un literato, un historiador o un ar tista, sino que es en sí algo más: más: es a quien le corresponde un papel verdaderamente verda deramente decisivo de cisivo en lavisión lavisión formadora del mundo, mun do, la la profundización y esparcimiento de la cultura, pero ante todo es un formador de la conciencia social. Años más tarde con esa misma preocupación y bajo una perspectiva novedosamente novedosamente politológica, politológica, Antonio Gramsci señalaba que todos los hombres son intelectuales, pero intelectuales, pero no todos los hombres cumplen en la sociedad la función de intelectuales, intelectuales, en en tanto que creadores de los productos ideológico-culturales que permiten expresar esencialmente las demandas sociales desde la perspectiva del proyecto histórico histórico al cual han adherido. George George Lukács, mucho más comprometido comprometido con el destino de las ideologías, les concibe como agentes de transformación social, como individuos regidos por valores cualitativos cualitativos que se desprenden de su sensibilidad estética, de su comportamiento comportam iento moral o de su comprensión teórica, convirtiéndose en críticos del sistema y de sus formas de poder.
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Bajo cualquiera de estos contextos de caracterización, en la vida y obra de Arnaldo Córdova converge todo paradigma del intelectual comprometido y su accionar consecuente. En cuanto a su obra, es evidente que acusa toda una doble n aturaleza y una conjunción afortunada: la Historia y la politología. Su dominio de los clásicos de la ciencia política deviene de sus estudios en Italia, sobre todo por su anidad intelectual con Umberto Cerroni, uno de los politólogos más destacados del siglo XX. Nunca dejó de consultar las obras clásicas de Maquiavelo, Kant, Marx y otros lósofos del de l poder político. Así la obra de Córdova, exhibe una sólida estructura analítica y expositiva, en
Bajo cualquiera de estos contextos de caracterización, en la vida y obra de Arnaldo Córdova converge todo paradigma del intelectual comprometido y su accionar consecuente. En cuanto a su obra, es evidente que acusa toda una doble n aturaleza y una conjunción afortunada: la Historia y la politología. Su dominio de los clásicos de la ciencia política deviene de sus estudios en Italia, sobre todo por su anidad intelectual con Umberto Cerroni, uno de los politólogos más destacados del siglo XX. Nunca dejó de consultar las obras clásicas de Maquiavelo, Kant, Marx y otros lósofos del de l poder político. Así la obra de Córdova, exhibe una sólida estructura analítica y expositiva, en la que ha quedado cimentada toda su visión teórica, metodológica y epistemológica. Como metodología de la investigación histórica, utilizó ese conocimiento para crear su propia inter pretación de la lucha de clases y clases y la conformación del Estado mexicano, utilizando categorías propias de la circunstancia mexicana, a la vez que incorporaba los elementos esenciales para la comprensión de las complejas sociedades modernas. En ese contexto, Andrés Reyes cita a Córdova cuando externaba una de sus más profundas convicciones, al decir, “la historia cuando se le estudia y se le recuerda bien (…) nos entrega el alma colectiva del pueblo, su pensamiento hecho acción, sus deseos (…) las expectativas de su presente y su futuro y su identidad en el devenir en el mundo”. Por su parte, nuestro autor precisaba una y otra vez en su su actividad magisterial: “mi principal herramienta de investigación ha sido siempre la Historia, a la que alguna vez llamé, con la mayor convicción, maestra de la política”. Sin perder su universalidad, su objeto de estudio se centró en la formación del Estado, actores y relaciones de poder en el México del de l Siglo XX, se signican como los principales motivos de su escrutinio académico y político. En esencia, es la exposición sistemática estructuras teóricas que propician la descripción -y el juicio- de episodios históricos particularmente controvertidos, como cuando se producen en el marco de una conagración revolucionaria, la mexicana, y la consecuente edicación aspiracional de de un nuevo Estado. Córdova es autor de libros: “La Formación del Poder Político en México”, “La Ideología de la Revolución Mexicana”, “La Formación del Nuevo Régimen”, “La Política de Masas del Cardenismo”, “Sociedad y Estado en el Mundo Moderno”, “La Política de Masas y el Futuro de la Izquierda en México” y “La Clase Obrera en la Historia de México”. También es autor de La Nación y la Constitución”, Constitución”, “La Revolución y el Estado Estado en México”, “La Revolución en Crisis” Crisis” y “La Aventura Aventura del Maximato”, unos u nos 55 libros colectivos, alrededor de 90 ensayos y más de mil 200 artículos en diarios y revistas. Ante ese extraordinario volumen de información y análisis de la formación del poder en México, Jesús Silva-Herzog Márquez solo atina a decir que con su obra dibujó una compleja cartografía de nuestras ideas políticas.
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La Formación del Poder Político en México, obra que leeremos en este ciclo, es producto de un rastreo exhaustivo de toda la bibliografía disponible para perlar la relación entre la estructura social de México y el grupo político en el poder, pero sobre todo, para exponer cómo la forma de gobierno incide sobre el desarrollo económico del país, en tanto que depende cada vez más del exterior. En el punto de partida, Córdova expone que el porfriato fomentó el crecimiento económico multiplicando las fuerzas productivas orientando la agricultura hacia el mercado; la concentración de la propiedad rural en latifundios y consorcios empresariales; la formación de un proletariado agrícola e industrial. De la misma forma, propició la inversión extranjera para crecer el mercado interno y facilitó la participación del externo. Así, la Revolución esencial-
La Formación del Poder Político en México, obra que leeremos en este ciclo, es producto de un rastreo exhaustivo de toda la bibliografía disponible para perlar la relación entre la estructura social de México y el grupo político en el poder, pero sobre todo, para exponer cómo la forma de gobierno incide sobre el desarrollo económico del país, en tanto que depende cada vez más del exterior. En el punto de partida, Córdova expone que el porfriato fomentó el crecimiento económico multiplicando las fuerzas productivas orientando la agricultura hacia el mercado; la concentración de la propiedad rural en latifundios y consorcios empresariales; la formación de un proletariado agrícola e industrial. De la misma forma, propició la inversión extranjera para crecer el mercado interno y facilitó la participación del externo. Así, la Revolución esencialmente fue agraria y popular porque el pueblo luchó contra el orden establecido y fue antiimperialista, ya que la dictadura cifraba el desarrollo material en entrega de recursos al extranjero, asevera. México experimentó un Revolución democrático-liberal pretendió mejorar la situación de los campesinos sin tierra y abatir el régimen de concentración de la gran propiedad rural, en tanto que aspiraba a romper la dependencia del exterior en la que se desarrolló el sistema político y social, sin lograrlo. Al término de la Revolución la clase terrateniente estaba desarticulada y carente de los principales medios de reproducción de la riqueza, no obstante dio origen a una masa de pequeños productores, y el Petróleo fue la base para acelerar el proceso de desarrollo. En el marco de una nueva Constitución, los artículos 27, 28 y 123 fueron garantes de la institucionalización de la Economía, pero su observancia pronto declinó ante el cambio de prioridades de las elites dirigentes. En la médula del análisis, nuestro autor aborda la creac ión y desarrollo de la política de masas y la emergencia de la hegemonía de un nuevo Estado, en cuyo epicentro concentrador de la fuerza social se instaló el Partido Nacional Revolucionario. El mecanismo de control por antonomasia con el que se formó el Estado revolucionario, se fundó en la cooptación de los individuos y las organizaciones; se consumó a través del populismo y una demanda permanente de muestras de delidad hacia el régimen, a cambio de un ideal de desarrollo que acaso no llegó a consumarse. Se trata, pues, de una obra fundamental integrada para la comprensión del presente, dice José Woldenberg, y a añade en seguida al considerar el conjunto de sus logros: “no creo exagerar si digo que las coordenadas del debate sobre la historia del siglo XX mexicano y la naturaleza de su Estado cambiaron con ellos”.
Dr. Felipe de Jesús Reyes Romo Vocal del Registro Federal de Electores Junta Local Ejecutiva en Aguascalientes
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