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Tíulo: La Guerra de los Imperfectos. M.Valenzuela © 2015 Víctor M.V © Diseño Gráfico: nowevolution Volution. Colección: Volution.
Primera Edición Julio 2015 Derechos exclusivos de la edición. © nowevolution nowevolution 2015 ISBN: 978-84-943866-7-1 Depósito Legal: GU 125-2015
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Este nuevo libro sigue estando dedicado a todos y cada una de las personas que me han vuelto a apoyar y me han ayudado enormemente en las diversas ases de elaboración de la obra. A todos vosotros, que nuevamente nuevamente sabéis perectamente quiénes sois. Gracias.
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Prólogo.
De momeno mi nombre no impora, solo debes saber que me enconrarás más arde a medida que avances en esas páginas. Yo uve el privilegio de vivir v ivir pare de la hisoria aquí narrada y omé la difícil decisión de plasmarla por escrio. Espero que seas condescendiene conmigo. Que yo sepa ese es el primer libro escrio por un humano después de la Aceleración y aunque he inenado leer muchas obras aniguas para insruirme, el aleno no se puede aprender ya que solo soy un soldado. Mucho de lo que leerás en esas páginas son las vivencias en primera pr imera persona de oro Imperfeco Imperfeco al y como las he podido rescaar de sus grabaciones personales. Por respeo a ese Imperfeco Imperfeco que salvó mi vida en más de una ocasión y me enseñó muchísimas cosas librándome del pozo de la ignorancia donde esaba sumido, he siuado en lo posible la narraiva desde su puno de visa, añadiendo daos e información de varias personas que vi vieron los mismos hechos y con las las cuales pude hablar hablar.. Si eres un enemigo no pierdas el iempo, no enconrarás descripciones dealladas de ninguno de nosoros, no soy an esúpido como para haceros grais un rerao robo de nuesros operaivos, ampoco busques localizaciones de insalaciones. Enconrarás información que e llevará a emernos odavía más, pues enenderás finalmene que esáis luchando una guerra que jamás ganareis mienras a uno de nosoros le quede un aisbo de vida. v ida. Esa es la hisoria de odos nosoros, la epopeya de los humanos normales según la hemos vivido y sufrido, eso es la Guerra de los Imperfectos y es ambién u guerra independienemene del bando en el que esés o que creas que esás.
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Pero no pienses que e va a salir grais, a parir de ahora asumes un compromiso, un jurameno de fidelidad: divulgar esa información a odos los que puedas. Si esás aquí es que sabes leer, a parir de ahora u obligación es ransmiir ese conocimieno a odos los Imperfecos que puedas. Enséñales a leer y que ellos enseñen a oros, y que esa hisoria aquí garabaeada llegue a cada uno de nosoros, que odos sepan que la Resisencia exise y que lucha por ellos, que no odo esá perdido, que odavía hay esperanza. No No e pido que e unas a nosoros, aunque eres libre de hacerlo, pero e imploro que divulgues el conocimieno porque solo eso nos hará finalmene libres.
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Prepárate Imperfecto. ¡Bienvenido a la Resistencia!
Guarida.
Por más que lo ineno no consigo dormir. Siempre han dicho que los soldados aprenden a dormir en cualquier siio y en la primera oporunidad que ienen, yo no he podido aprender. Algunos de mis compañeros parecen que sí lo hacen, pero la realidad es ora, se desmayan de agoamieno cuando la adrenalina deja de bombear por sus venas. Ahora mismo, mismo, en ese anro donde nos escondemos, no duermen ni las raas. Ellas por miedo a que nos las comamos y nosoros por el sollozo de los que han perdido a sus amigos y el lameno de los heridos. Yo dico bajio esas noas, no espero que nadie las oiga jamás pero lo hago como una forma de expiación, para relajarme y como medio de inenar no reener ano dolor en mi inerior, hay anos recuerdos recuerdos de aquellos que ya no esán, sufrimienos y mueres acumulados que ya no puedo más. Nos llamamos soldados. Nuesros enemigos nos llaman errorisas. No impora el nombre, somos Imperfecos, desesperados a los que han presionado demasiado. Y hemos exploado. Muchos exploan, pero pocos siguen vivos para unirse a la Resisencia y muchos menos sobreviven a los combaes. Luchamos conra oros Imperfecos. Ningún Homo+ lucha nunca, conraan a Imperfecos mercenarios para que hagan el ra bajo. En realidad, realid ad, los lo s Homo+ no rabajan rabajan jamás, jamá s, ellos el los son la casa cas a de los ganadores de la Aceleración y nosoros, los Imperfecos, hombres normales con los genes de nuesros anepasados, somos sus esclavos.
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�Diego, ¿e queda algo de agua? �me preguna Margaria, que es morena, ala y delgaducha, la rescaamos siendo s iendo muy joven de los bancos de úeros. úeros. �Solo esa, oma �coneso acercándole una anigua y abollada canimplora de aluminio. Ya ha viso iempos mejores pero odavía cumple su función, me acompaña hace años y me resiso ozudamene a cambiarla. Margaria bebe un pequeño rago y me la devuelve con una sonrisa cansada, que apenas puedo enrever en la penumbra. En un mundo más juso seríamos pareja, aquí somos compañeros de armas. �¿Dicando us noas? �preguna aproximándose, apoya su cabeza en mi hombro. Huele bien a pesar del polvo y la suciedad, fragancia de humanidad, de bondad y de esperanza. �Me ranquiliza �coneso, moviéndome un poco para que se acople mejor a mi lado. �Tú sabes muchas cosas �dice mirándome con unos enormes ojos negros que me conozco de memoria en odos sus minúsculos dealles y que casi no puedo ver en las sombras. �Solo sirven sir ven para aormenarme aormenarme �respondo cansado, como si odo el peso del conocimieno se concenrase sobre mis hombros y por un momeno fuera insosenible. �Cuénanos cómo era la vida anes de la Aceleración �se ineresa ella con voz cansada. �Sí, cuénanos �oigo que dicen oras voces, sieno el rumor de varios compañeros que se acercan. �No �No hay mucho que conar �murmuro sin mucha convicción. conv icción. �Cuénanos cuando éramos libres �se oye decir a Carmen desde algún lugar de la oscuridad. Hago memoria y empiezo a conarles cómo los humanos nunca fuimos oalmene libres, que a lo largo de oda nuesra hisoria siempre exisieron opresores y oprimidos. Pero que en algún momeno uvimos leyes que nos dieron derechos a odos y que cada uno era libre de inenar vivir su propia vida a pesar de que no era fácil para nadie. �¿Los pobres? �preguna Miguel con voz ronca, parece que esá cerca de Carmen.
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�Sí, los pobres fueron los que lo uvieron muy difícil, los que rabajaban rabajaban sin parar. parar. Los que consruyeron la civilización c ivilización con su esfuerzo. Nosoros somos sus descendienes �coneso con orpeza. �Coninúa, Diego �susurra Margaria con suavidad. Sieno su mano enrelazarse enrelazarse con la mía y un poco de la miseria de ese mundo abandona efímeramene mi ser. Les cueno cómo la ciencia avanzaba orpemene, empujada por un lado por invesigadores idealisas y por oro, por grandes corporaciones que buscaban beneficios rápidos a oda cosa; que al principio la invesigación médica esuvo liderada por gobiernos, pero que en algún momeno unas compañías privadas omaron el conrol, y que ello acabó desencadenando desencadenando la Aceleración para unos pocos y la hecaombe para muchos. �¿Por qué lo llamaron la Aceleración? �Oigo decir a José, que hasa ahora roncaba en una esquina. Es nuesro «manias» arreglaodo, es capaz de mirar cualquier máquina durane un rao y deducir cómo funciona inernamene, siempre lleva consigo una pequeña bolsa con herramienas herramienas muliuso muliuso que, que, unida a su habilidad, nos han han salvado la vida en más de una ocasión. Es de esaura media y más bien delgado delgado,, pero pero iene una fuerza sorprendene para alguien de su amaño. �Parece ser que algunos eorizaron que en algún momeno la civilización humana sufriría un salo cuaniaivo y lo llamaron Aceleración. Aceleraci ón. Cuando salió al mercado la opimizaci opim ización ón genéica, genéic a, algunos pensaron que el nombre era adecuado. �¿Cuándo fue eso? �preguna Carmen. �No lo sé. Hace algunas generaciones pero no esoy seguro, la información es muy imprecisa y mucha ha sido deliberadamene borrada. �¡Sigo �¡Sigo sin enender enender cómo permiieron que ocurriera! �suela � suela José con rabia. �En realidad no fue difícil, unos enían poder y oros no � coneso. �Yo ampoco lo eniendo �dice Margaria�. Pero yo odavía no eniendo muchas cosas, anes solo era un Úero. �En realidad ella ya acumula muchísimos más conocimienos que la mayoría de 11
los Imperfecos, pero ambién ha asimilado que la única manera de seguir aprendiendo es admiir la magniud del desconocimieno. Ineno explicarles cómo era la vida anes de la Aceleración, cómo la sociedad esaba esrucurada en la capacidad de compra de los individuos, y que las personas esaban acosumbradas a poder ener unas cosas y oras no, dependiendo de su casa económica. Tengo que explicarles la sociedad de consumo y las reglas del capial. Eso me lleva horas. Algunos vuelven a dormir, oros siguen pregunando, al final el cansancio nos consume a odos. Margaria se ha umbado en mi regazo y duerme plácidamene; yo no quiero dormirme, prefiero senirla a mi lado y soñar despiero. Sueño con cómo podríamos haber vivido los dos si hubiéramos nacido anes de la Aceleración, sueño con mejores iempos pasados, aunque una pare de mí gria que en el pasado ambién había desheredados de la suere, parias del sisema que malvivían en un mundo juso para algunos e injuso para muchos. Los que imaginamos que podría ser por la mañana nos desperamos, aunque nosoros hace mucho que no seguimos los ciclos diurnos y coincidimos nuesros ciclos de sueño con las misiones. Luces enues iluminan el dormiorio principal, algunos ya se han levanado, oros remolonean un rao, ya se ha formado una pequeña aglomeración en los baños y alguien hace alguna broma a respeco, pero solo consigo oír las risas. Poco a poco odos erminamos en la gran sala que sirve sir ve de comedor, sala ácica y para cualquier cosa que requiera que nos junemos odos. odos. En una pared, una serie de moniores heerogéneos, heerogéneos, muesran graficas cambianes, el esado de los sensores de seguridad, la inegridad de la red de daos, insanáneas de infrarrojos de los úneles circundanes. Chispas, nuesro expero informáico, verifica el invenario principal en una vieja consola arreglada infinidad de veces. Parece ranquilo, por lo que deduzco que debemos andar razonablemene bien de suminisros básicos. Es difícil precisar su edad, pues es delgado y fibroso, posee una curiosidad insaciable y una especie de don, pues es capaz de desmonar cualquier equipo écnico esropeado y arreglarlo sin dificulad.
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Por nuesros semblanes se puede disinguir que esamos odos desrozados, pero un desayuno de raciones de campaña robadas y unas ableas de esimulanes nos despejan lo suficiene. Nos agrupamos cerca de Chispas, que ha vuelo de pinchar la red principal para recibir las órdenes de nuesra célula. Las insrucciones son escalofrianemene sencillas y precisamene por eso, peligrosas: debemos salir a la superficie superfic ie y asalar oro banco de úeros, úeros, eliminar a los guardias, inenar inenar liberar a las mujeres y eserilizar a las que no quieran ser liberadas. Los Homo+ ya no ienen hijos por sí mismos, implanan óvulos fecundados y opimizados genéicamene genéicamene en mujeres imperfecas, a las que manienen durane el embarazo en los bancos de úeros. Así nacen sus vásagos. vásagos. Sanos, perfecos, sin ninguna raza de enfermedad genéica y longevos, muy longevos. La misión parece sencilla, pero odos sabemos que los bancos esán muy bien proegidos proegidos y que puede que algunos de nosoros no no volvamos a la guarida. A ninguno nos impora, luchar es lo único que nos hace senirnos úiles. Salimos de la guarida. Rufo va delane. Ningún sisema de realidad aumenada es comparable con los senidos del perro ni con sus insinos, puede deecar el riesgo en circunsancias que nosoros ni soñamos, y jamás se pierde, por muchos peligros que encuenre. Llevamos mucho iempo en esa guarida, adosada a unas aniguas insalaciones de una línea de mero olvidada con más de un siglo de anigüedad. Hemos desviado energía de insalaciones insalaciones más modernas y la hemos ransformado en lo más parecido a un hogar que hemos enido muchos de nosoros, incluso anes de unirnos a la Resisencia. Al salir, salir, vagamos vagamos por los úneles oscuros y húmedos. húmedos. Rufo avanavanza seguro. Nunca duda enre la maraña de pasadizos, nos guía hasa el únel del mero. Se para agachándose levemene, asoma la cabeza y olfaea. olfaea. Al cabo de unos insanes, insanes, parece parece darse por saisfecho y sale al únel principal senándose ranquilo y alera. Miguel habla con Rocío, una niña rubia y pecosa de unos diez años, compañera inseparable del animal. Normalmene no enemos niños en las unidades operaivas. Con ella hicimos una excepción, 13
la enconramos hace algún iempo vagando por los úneles. Jamás habla de su vida anerior, es como si hubiera nacido el mismo día que enró en la guarida. Nosoros conocemos su hisoria, no nos hubiéramos arriesgado a raerla aquí si no esuviéramos seguros de su lealad, pero respeamos su silencio. Su padre era un écnico cualificado y rabajaba direcamene para los Homo+, por lo que vivían en una de las urbanizaciones para los Imperfecos de confianza. Cuando falleció premauramene su padre, la pequeña erminó arrojada fuera de las pueras del complejo. En un barrio humano normal, las Redes de Solidaridad de la Resisencia la ha brían recogido recogido,, pero allí no exisían, erminó erminó vagando vagando por la calles y refugiándose en los úneles. Rufo la enconró un día y desde enonces el perro se negó a separarse separarse de ella, esuvimos días hacinados en un refugio hasa que comprobamos que esaba limpia y la llevamos a la guarida. �Bien, �Bien, Rocío, ahora ú y Rufo volvéis a la guarida. g uarida. Nos vienes a buscar denro de ocho horas y esperas una hora. Si Si no aparece aparece nadie vuelves cada cada dos horas. ¿Enendido? ¿Enendido? �Joooo, yo quiero ir y Rufo ambién �dice la niña exagerando una mueca. �Cuando puedas usar un arma sin caere de culo vendrás � bromea Margaria, Margaria, se agacha agacha abrazándola abrazándola con fuerza�. Cuida de Rufo, es el miembro imprescindible del equipo �le susurra al oído. �Lo haré �responde �responde la niña con expresión muy seria, aco seguido regresa al únel. Rufo se levana y la sigue, después de unos pasos vuelve la cabeza y nos mira unos insanes y coninúa salando al lado de Rocío. �Chequead las armas y los sisemas �dice Miguel, nuesro jefe, mecánico mecánico y especialisa en armameno armameno. Es el mayor del grupo, y aunque aunque las baallas han dejado dejado un mapa de cicarices en su cuerpo sigue luchando como un felino acorralado en cada misión. Uno a uno vamos realizando las comprobaciones. El visor del casco de combae empieza a llenarse con los daos del equipo. �¿Todos lleváis munición aniblindaje? �preguna Miguel. �Yo solo engo un cargador �conesa Carmen, ella es nuesra saniaria. Tiene una especie de don innao para curar. Me ha cona
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do que en las hisorias familiares siempre ha habido alguien doado con esa mezcla de insino y sensibilidad. sensib ilidad. Es probable que sea la persona más sensaa que he conocido en mi vida. Miguel saca dos de su mochila y se los acerca. �Andamos escasos. Durane la acción Margaria me cubrirá mienras yo me dedico a recoger lo que pueda. Los demás os cenráis en la misión, pero si enéis algo a mano no dejéis de cogerlo. �¡Enendido! �respondemos a Miguel odos al unísono. Parecemos un equipo lamenable, vesidos con piezas de chaarra que junadas con ingenio inenan ener la funcionalidad de los rajes de combae. Ninguno lleva un raje compleo, aunque odos enemos visores ácicos y armas reconsruidas. Lo que nos fala en recursos lo compensamos con ingenio; los Imperfecos enemos vidas fugaces y enfermedades, pero los hay mediocres y los hay muy lisos, y de esos úlimos hay muchos en la Resisencia. La organización ha conseguido ir agluinando a muchos Imperfecos a lo largo de su hisoria, ha habido momenos muy duros en que nos han asesado golpes erribles, pero jamás se ha rendido: por cada Imperfeco que cae siempre hay oro que quiere ocupar su lugar, muchos prefieren la expecaiva de una muere rápida en los combaes anes que malvivir en los barrios Imperfecos. Esa es la gran fuerza de la Resisencia. Chispas envía información inf ormación por por la red ácica del grupo. gr upo. Tenemos Tenemos diez minuos para avanzar por el únel del mero hasa el siguiene pasadizo, anes que pase algún ren, los sensores de seguridad han sido desconecados por ora célula de ineligencia. ineligencia. El sisema de realidad aumenada proyeca el mapa en nuesros visores: iempos de llegada al siguiene puno, lugares con peligro poencial, escondies cercanos, un orrene de información, demasiada para poder hacerle caso y esar aeno de dónde pisamos a la vez. Los úneles del mero no esán en buen esado, nadie se preocupa por unas insalaciones que solo uilizan los Imperfecos, yendo y viniendo de rabajos rabajos infecos a sus casas, casas, así nos consideran, somos somos alimañas para ellos.
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Hay humedad por odos lados, y los visores érmicos muesran pequeños fogonazos rojos que huyen en odas direcciones, el visor ácico esá programado para ignorar las raas, pero en ocasiones acaba mosrando alguna. Carmen va de avanzadilla, sigilosa como un gao. En una encrucijada se deiene, y libera un pequeño remoo gris del amaño de un raón que avanza rápidamene enviando imágenes de baja resolución en onos verdes. El pequeño robo es ecnología puna de los Homo+. Hace iempo un equipo consiguió inroducirse en un almacén y robar una parida enera, luego fue cuesión de reprogramarlos para poder uilizarlos. En la Resisencia hay muchos écnicos descendienes de las aniguas filosofías de los hackers. Moivados por una mezcla de aniguas leyendas, libros e hisorias rescaadas de las viejas redes, luchan uilizando una mezcla de ingenio, ingenio, inuición y conocimienos duramene duramene adquiridos que han ido pasando de unos a oros por la red de Ineligencia. Nos lleva horas avanzar eludiendo los conroles y a los guardias. Eviamos maarlos, los consideramos de los nuesros aunque raba jen para el enemigo enemigo. Solo los abaimos abaimos cuando no es posible posi ble hacer ora cosa. Hoy endremos que hacerlo, los guardias de los lo s bancos de úeros son casi máquinas, despojadas de humanidad. Abandonamos los úneles úneles y galerías del mero mero y enramos en ananiguas galerías de alcanarillado. A pesar de los inhibidores de olfao que hemos omado, la sensación es abrumadora abrumado ra y enemos que concenrarnos para seguir adelane. Miguel habla al grupo: �Veamos, la idea es sencilla: pasamos del alcanarillado al aniguo garaje del edificio edificio y de allí al inerior. iner ior. En el garaje garaje ya enconraremos fuerzas f uerzas enemigas, ¿de acuerdo? �¿Explosivos? �preguno yo. yo. �Nada de explosivos denro del edificio durane el asalo. Podéis usar granadas. Chispas colocará las cargas de demolición cuando esé odo despejado. �OK. �Diego y José, delane. Diego es el irador, José e cubre. Los demás como siempre. Margaria, cúbreme �finaliza Miguel. Nadie dice nada. Nos junamos y nos abrazamos. Cuando odos hemos inercambiado un abrazo, Margaria vuelve a acercarse.
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�Vuelve conmigo �dice mirándome fijamene a los ojos. Me besa rápidamene rápidamene y se va. �Volveremos �me da iempo a decir. Pero algo en mi inerior ya esá esá en modo de comba combaee y mi mi mene mene se rerae dejando algo algo muy muy básico y muy fiero en su lugar, lugar, lo llamo cariñosamene Monsruo. Yo Yo me sieno a observar como en una película, mienras Monsruo campa a sus anchas por mi cuerpo, él oma el conrol. Enramos y nos desplegamos. Chispas se queda arás y libera un par de remoos buscadores. Son pequeños helicóperos de aspeco insecoide con un procesador lo basane poene para calcular los parámeros necesarios para el vuelo, no ienen mucha auonomía, pero son ideales para inspeccionar el erreno. Al mismo iempo penera en la red del edificio e inena saurar la red de mensajes basura para que los sisemas no puedan hablar enre sí. En nuesros visores se mezcla la visión real con la imagen de los remoos. Chispas informa infor ma de que ha conseguido conseguido ralenizar la red del edificio, enemos venaja. Accedemos al garaje, garaje, es grande y esá casi vacío. vacío. Unas Unas cuanas limusinas blindadas de Homo+, un par de viejas v iejas furgoneas de carga y un vehículo de ranspore de ropas ropas en una esquina. Miguel Miguel ya ha dirigido uno de los remoos hacia hacia el vehículo miliar y la red ácica informa que esá vacío y que no dispone de armameno pesado. Es un camión aniguo, pero no parece que haya enrado en combae pues esá en perfeco esado, y en el blindaje no hay rasro de impacos. La primera pareja de soldados aparece. Uno de ellos, que se acerca, lleva un raje de combae ineligene y ya nos ha viso. No le da iempo a hacer nada; con mi percepción acenuada por el visor, mi organismo, acelerado por las drogas y comandado por mi Monsruo, lo abao anes de que nos haga daño. El compañero se para unos segundos y mira aónio a su amigo caído, se recompone enseguida y empieza a disparar coras ráfagas con su fusil de asalo. Demasiado arde, ya nos hemos pueso a cubiero. Miguel dispara una ráfaga de disracción y yo, sincronizado por la red ácica, me levano, apuno con precisión a un puno débil del raje del soldado y lo inuilizo. inuilizo. Chispas nos apremia apremia a seguir, seguir, hay hay dos parejas parejas más. En 17
siuaciones normales seis soldados conendrían a una muliud de Imperfecos, pero nuesros juguees nos dan venaja. Avanzamos. Ora O ra ráfaga de proyeciles proyec iles nos pasa rozando roz ando y una bala reboa no se sabe dónde, dónd e, e impaca en mi pecho, el blindaje blindaj e aguana y no es perforado, pero la inmensa energía cinéica del proyecil me derriba. El raje de combae aguana, se deforma y acabo acusando pare del golpe. Sieno un dolor lejano, amoriguado por las drogas, y Monsruo se pone muy furioso, se levana de un salo arrojando una granada. La misma granada envía mensajes a la red ácica avisando que nos pongamos a cubiero, Monsruo no se esconde, se agacha y disparamos a los dos soldados corándoles la huida. Uno cae bajo los disparos, el oro bajo la meralla meral la del explosivo explos ivo.. Aparece oro soldado y sorprendenemene sorprendenemene levana las manos y deja caer el arma, se levana el casco y gria: �No me maéis, llevadme con vosoros. �No le da iempo a decir nada más. Miguel le dispara al cuello con una pisola de dardos, haciendo que caiga inconsciene. �Ya veremos si eres digno �Resopla Miguel por el canal de audio�. Margaria, márcalo. Margaria se le acerca mienras Miguel la cubre. Le implana un microchip subcuáneo subcuáneo en el cuello y le deja una hoja con insruccioinsr ucciones pegada al brazo. Si se despiera anes de que lo capuren y sigue las insrucciones veremos si es merecedor merecedor de unirse a la Resisencia. En ocasiones algún soldado se nos une, pero siempre hay que seguir un leno proceso para idenificar si no es un raidor inenando infilrarse. En muchas ocasiones se unen al ejércio como una manera de escapar de las miserias y luego no son capaces de luchar conra sus hermanos, esos son los más valiosos, pues ienen información sobre cómo funciona el ejércio y además ya han recibido la insrucción miliar. Yo Yo me quedo quedo con Chispa Chispass y José y vamos vamos colocand colocandoo con precisió precisiónn las cargas de demolición en el edificio, siguiendo las indicaciones que nos da la red ácica, esá claro que un expero calculó exacamene los punos de fracura a parir de los planos del edificio. Miguel, Carmen y Margaria van a hablar con las Úeros e inenar convencerlas de que sean personas y no fábricas de bebés. No es
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fácil, algunas esán drogadas, oras aerradas, pero siempre hay alguna que se nos une. Hay unas diez mujeres. Los Homo+ ienen baja naalidad, son muy longevos y no quieren compeencia. Una chica joven sin signos signos exernos exernos de embarazo embarazo rompe a llorar llorar al ver al grupo. �Les dije que exisíais, pero nadie me creyó �gria enre sollozos. Llora de alegría y rabia reprimida. Margaria se acerca y la abraza. �Tranquila, ranquila. Inena calmare, enemos que salir de aquí �dice Margaria con suavidad. �¡Oídme bien: somos la Resisencia, hay que abandonar el edificio. edificio. Las que se quieran unir a nosoros pueden acompañarnos, pero odos enemos que irnos ahora, vamos a volar el edificio! � gria Carmen, mienras empieza a guiar a odos hacia la puera. �¿Vienes con nosoros? �le preguna Miguel a cada una al pasar por la puera. A las que dicen que no, les aplica una inyección en el cuello con una pequeña pisola. �¿Qué me has hecho? �logra pregunar pregunar una chica con un em barazo barazo ya visible. Por suere no las manienen en los bancos en la fase final de la gesación y odas pueden andar. �Te he liberado, ya no serás un úero nunca más �conesa Miguel mirándola con riseza. Dos chicas se nos unen. Margaria las marca con los chips y les pone un pequeño collarín por donde pueden oír las órdenes de la red ácica. Nos empezamos a mover hacia fuera. Mienras nos replegamos aprovechamos para recoger las armas y municiones de los enemigos. Chispas manipula una vez más el panel de daos y libera una serie de virus direcamene direcamene a la red Homo+, Homo+, varios son virus v irus conocidos para que las defensas se concenren en ellos y los eliminen, dos son oalmene nuevos y esperamos que consigan inroducirse en el sisema y derribar varios nodos de la red anes de ser neuralizados. José y yo arrasramos al guardia inconsciene, que ya empieza a desperarse. En minuos esamos de vuela en las alcanarillas. Chispas nos mee prisa, el sisema ha deecado que algo va mal, aunque no se ha percaado de la acción miliar. Tenemos iempo de desaparecer, y anes de que llegue alguien el edificio implosionará. 19
Dejamos que Chispas nos guíe por las alcanarillas. Esamos felices, no hemos enido ninguna baja, solo dos heridos superficiales. Salimos de una galería y nos meemos en un esrecho pasadizo de ladrillos que un día fueron rojos y ahora esán cubieros de moho y suciedad, una pare de mí siempre se preguna por la anigüedad de por dónde pasamos, como si quisiera rescaar la hisoria encerrada en las viejas paredes. Vendamos los ojos a las chicas y merodeamos hasa llegar a un olvidado búnker suberráneo, consruido para alguna anigua guerra absurda y jamás uilizado ui lizado,, reconverido reconverido en uno de los muchos refugios de la Resisencia. R esisencia. Enramos, y Miguel desaciva rápidamene las rampas cazabobos , es una única habiación de unos cuarena meros cuadrados, con varias lieras y una mesa con una pequeña cocina de campaña, agua y paquees de raciones de supervivencia pulcramene apilados. En la ora esquina hay un armario con cerradura codificada con armas, normalmene aniguas, algunas municiones y un visor ácico que no siempre funciona. �Bien, vosoras os quedáis aquí �comena Carmen a las dos chicas�. Tenéis agua y comida para una semana, en un día o dos vendrán a buscaros unos amigos amigos nuesros. nuesros. �¿No vamos con vosoros? �preguna la chica más joven. �No, nosoros somos una unidad de combae, os vendrá a buscar una unidad unid ad de apoyo. Ellos Ell os verán dónde dó nde ubicaros ubi caros en la Resisencia, si servís ser vís para soldados nos volveremos a ver. ver. �Jamás os olvidaremos. �Todos inercambiamos abrazos. Esperamos unas horas en el búnker, descansando. Chispas pincha la red en busca de noicias, y aprovechamos para comer, beber y dormir. dormir. �Ha sido un éxio, chicos �dice Chispas con una sonrisa enorme en su rosro que hace que parezca aracivo a pesar de las cicarices�. El edificio ha caído, no hay vícimas civiles y nos esán buscando lejos de aquí. Cinco caras cansadas miran miran a Chispas y sonríen. No nos gusa lo que hacemos, pero es lo único que nos n os queda. Después de muchos rodeos, finalmene llegamos cerca de la enrada de la guarida. Enro primero y veo dos ojos como linernas
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rojas que se aproximan en la oscuridad, es Rufo que nos guía de vuela. Al llegar, llegar, Robero nos iene preparada preparada una sorpresa. �Buenas noicias, chicos, he conseguido reconecar el agua y reparar reparar las duchas �dice orgulloso�. Seguidme. Seguidme. �¡Bien! �grian varios al unísono. De camino Paricia nos inercepa. Es nuesra médica, lleva el pelo muy coro y empieza a ener canas que no inena ocular. Exremadamene ranquila, es capaz de inervenir a alguien en medio del fuego cruzado, aunque la he llegado a ver desenfundar el arma y disparar como una posesa si la siuación lo requiere. �¿Alguien necesia aención médica? �preguna, mienras nos va inspeccionando con mirada profesional. �Dos heridos superficiales, ya les he aendido �conesa Carmen, nuesra fiel saniaria de combae. �Bien, pero pasad a verme odos cuando hayáis descansado, ¿enendido? Dejamos las armas en el depósio, depósio, nos quiamos el equipo y nos vamos como locos a la ducha. Llevamos iempo lavándonos lavándonos con rapos mojados y una ducha es como una bendición. Abro el agua y me quedo quieo apreciando apreciando cómo resbala por mi cuerpo. Sieno Sieno un ligero oque en la espalda y al abrir los ojos veo a Margaria, nos quedamos abrazados bajo el agua sin decir nada. �Tomad, las rojas para i y esas azules para i �nos dice Paricia, acercándose, son unas pasillas denro de un sobre de plásico�. Usadlas en el siguiene permiso. �¿Qué son? �preguna Margaria, inspeccionando el sobre. �Reiran la inhibición de la libido que generan las drogas de combae. Con eso podéis ser una pareja normal nor mal durane un iempo. �¿Quieres decir que podemos…? �le inerrumpo. �Pues claro, ono, pero no las uséis esando de servicio. Y enéis que esperar doce horas desde la úlima vez que omaseis drogas de combae. �Eres un cielo, Paricia �dice Margaria, abrazándola. �No seas ona, seguimos siendo humanos y hay que vivir mienras nos dejen.
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Nos reunimos en el comedor, por primera vez siniéndonos oalmene limpios en meses. Chispas esá hablando: �Noicias del mando. La operación ha sido un éxio, enemos res días de permiso, podemos ir a Sanuario o descansar en algún piso franco. �Yo iré a Sanuario Sanuar io �dice �dice Carmen�. Carm en�. Tengo Tengo amigos allí. �Yo inenaré conacar con la unidad 7. Luché con ellos un iempo �comena José. Yo Yo me sieno en la mesa mesa con un sucedáneo sucedáneo de café, desde la la ora puna José me ve y dice: �Venga, Diego, sigue conándonos lo de anoche. �Sí, anda �dice Margaria, senándose a mi lado, odavía iene el pelo mojado y se lo froa con una pequeña oalla descolorida que ha conocido iempos mejores. �¿Cómo sabes odo eso? �preguna Miguel�. ¿De dónde sacase esa información? �Trabajé en una biblioeca �coneso, con un ademán. �¿Qué es eso de biblioeca? �preguna José con los ojos muy abieros. Margaria me lanza una mirada cómplice, pues hace iempo que conoce mi hisoria. �Es un siio donde se guarda odo ipo de información, am bién hay hay libros aniguos aniguos en papel y bases bases de daos que no esán en la red, especialmene hay información de la vieja red, la de anes de la Aceleración, Aceleración, enían enían una cosa cosa que llamaba llamabann periódicos que informa ba a la gene gene sobre sobre lo que pasaba pasaba en el mundo mundo.. �Ya sabía yo que los manuales de moores enían que salir de algún siio… �comena José�. Lo que daría yo por poder enrar en un siio así… Tengo anas pregunas sin responder… �dice con expresión soñadora. �Por eso sabías leer y escribir anes de llegar a la Resisencia �deduce Miguel, nuesro comandane y enlace con Ineligencia. Es moreno y el único que parece ener un color saludable viviendo viv iendo en las enrañas de una vieja ciudad, un hombre grande y bonachón hasa que q ue enra en ra en combae. Tiene Tiene una mezcla de razas razas que lo hace aracivo, produco de oros iempos cuando algunas personas podían moverse por el mundo con ciera facilidad y acababan formando familias con parejas de oras enias.
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Sigo conando sobre la llegada de la Aceleración, de cómo la erapia génica curó odas las enfermedades genéicas; pero el raamieno era muy caro, solo al alcance de unos pocos. La sociedad proesó, pero se escudaron en que la erapia se haría más y más baraa baraa con el iempo y llegaría prono para odos. La humanidad humanidad esaba acosumbrada a ese discurso y lo acepó. Pero Pero ese día jamás llegó, la erapia se quedó solo para unos pocos poc os privilegiados. La mayoría de los políicos eran ricos, o se habían hecho ricos a causa de ello, y no exisió acción políica a favor de generalizar su uso. A los políicos resanes y a los alos mandos miliares los compraron ofreciéndoles of reciéndoles la erapia subvencionada. Inmediaamene la sociedad se dividió en dos casas, los Homo+ y los Imperfecos. Imperfecos. Cuando los Imperfecos Imperfecos quisieron reaccionar reaccionar ya era demasiado arde, esábamos abandonados a nuesra suere. Las primeras grandes proesas fueron sofocadas brualmene y los ca becillas sumariamene sumariamene ejecuados. ejecuados. Así nació la Resisencia y aquí esamos nosoros. �La medicina no ha evolucionada nada desde enonces �se lamena Paricia. �Las compañías dejaron de invesigar enfermedades que solo enemos los Imperfecos �coneso mecánicamene. �¿Dónde aprendise ú, Paricia? �preguna Margaria. �Yo era veerinaria �conesa�. Curaba mascoas de los Homo+, hasa el día que una murió en mi mesa de operaciones. Me pegaron una paliza y me degradaron. �Y ú, Chispas, ¿dónde aprendise lo que sabes? �preguna José. José. �En las minas de cobre aprendí a usar los explosivos, odo lo demás me lo enseñaron en la Resisencia. Nos vamos animando y empezamos a conar nuesras hisorias. No es común que volvamos odos y esamos muy alegres, normalmene cada uno se encierra en su burbuja después de una misión y sufre a su manera. Además hay mucha roación en las unidades y no odos se conocen en profundidad, algunos prefieren no llegar a conocerse jamás para eviar el sufrimieno de la pérdida, las drogas de combae aenúan esos senimienos, pero al final siempre aflo23
ran algo durane los descansos. Se empieza a hacer arde, Paricia aparece aparece y nos da pasillas a odos. �Tomadlas, sin discusión �dice en ono de mando. �¿Qué son? �preguna alguien que no me da iempo a idenificar. �Con eso dormiréis y eliminaréis las razas de las drogas de combae. Necesiáis parecer normales si queréis disfruar del permiso. �Hablando del permiso, ya sabéis las normas: nada de líos, nada de conacar viejos amigos de fuera f uera de la Resisencia; descansad y diveríos pero nada más. ¡¿Enendido?! �gria Miguel con ono que no deja lugar opción a réplicas. Al día día siguiene siguiene me despiero despiero con una sensación exraña después de haber dormido muchas horas seguidas y me sieno leno y orpe sin las drogas de combae, una sensación de inquieud huidiza no para de aladrarme el cerebro, una impresión molesa de que fala algo, de que e olvidas de algo, resquicio de las drogas. Nos vesimos de civiles, lo que quiere decir, con ropa baraa y gasada, y nos reunimos en el comedor. �Bien, exacamene denro de res días quiero veros a odos en la enrada del únel del mero. Si alguien se rerasa que vaya al refugio 101, enre en conaco con la red de mando y aguarde. Los que vamos a salir nos n os despedimos de los que se quedan. Algunos prefieren prefi eren quedarse. Margaria y yo nos vamos junos a un piso franco, José y Carmen ambién se van junos, los demás se quedan. Nuevamene Rufo nos guía hasa la salida. Es curioso que el animal sea el único que sepa dónde esá la guarida. Ubicada en una zona de úneles an aniguos que no consa en los mapas, no hay marcadores elecrónicos; si nos capuran, ninguno puede llevar al enemigo enemigo hasa la guarida; si nos perdemos enemos enemos que ir a refugios desieros donde luego nos irán a buscar. No sé quién ideó el procedimieno, pero hasa ahora ningún soldado ha llegado a profanar una guarida. Obviamene alguien en el cenro de mando conoce las localizaciones de odas las guaridas, pero el cenro de mando es algo casi míico.
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Memorias I: No hay reglas.
Margarita y Diego me enseñaron muchas cosas desde que nuestros caminos se cruzaron. No seguiría vivo si no uera por ellos, aunque una de las cosas que en su momento no identifiqué como útil es la que ahora me ha permitido encontrar esta inormación y compartirla con vosotros. Los Imperectos estamos sumidos en la ignorancia y nuestro mundo ha retrocedido a décadas antes de la propia Aceleración. Aceleración. Pero las redes siguen allí, lo que nuestros ancestros construyeron continúa oculto y uncionando, los Homo+ monopolizan la inormación, aunque con la suficiente paciencia y conocimiento conocimiento es posible posible encontrar encontrar retazos de nuestra nuestra propia propia historia. Llevo buceando en el mar de datos años y casi me he vuelto loco en el intento de separar la inormación relevante de la inútil o de las antasías de nuestros antepasados. He pretendido reunir aquí algunos de los acontecimientos que finalmente dieron origen a la Aceleración. Aceleración. Pero dejadme dejad me primero pr imero que qu e os explique e xplique algunos algun os pormenores: porme nores: el mundo antiguo era distinto del nuestro en muchas cosas aunque las personas uesen uese n muy parecidas a nosotros. Para Para empezar empezar todavía existían los países, no estaba todavía implantado el gobierno central, las empresas competían erozmente erozmente unas con otras y las guerras regionales eran muy fecuentes. fecuentes. Fue Fue una época en la que se pusieron de moda algo que ellos llamaban redes sociales y que consistía en que la gente diundía sus historias, sus otos y vídeos a todo el mundo, la red virtual de antes de la Aceleración se llenó de personas narrando sus aventuras, desventuras, amores y facasos, facasos, relatando relatando lo mucho que quería a sus hijos o lo malvado que era su jee. En la contracción tecnológica que sufimos 25
los Imperectos después de la Aceleración todo eso desapareció o ue ocultado, ocultado, pero pero todavía todavía existen servidores de datos olvidados olvidados o discos repletos de inormación en los desguaces tecnológicos donde nosotros nos abastecemos de piezas para montar la red de la Resistencia. Allí encontré buena parte de la inormación que he ido atesorando a lo largo de los años y que ahora comparto con vosotros. Creo que es undamental saber quiénes somos realmente y para para eso es necesario saber cómo ocurrió la Aceleración Aceleración ocasionando que el mundo uera dividido en dos castas biológicas. La historia que sigue está recreada por parte del diario personal de alguien que estuvo en contacto con las investigaciones que dieron Origen a los Homo+, es el más antiguo que he encontrado aunque eso no significa mucho. mucho.
Definiivamene, hoy no es mi día de suere. Dos mensajes de correo elecrónico en mi cuena oficial no pueden augurar nada bueno. bueno. El primero, primero, es de mi banco informándome que mi cuena esá a cero y recordándome muy educadamene que no soy digno de merecer ni un cénimo de crédio. El segundo, es de la corporación propiearia de mi cubículo avisando que cambiarían c ambiarían las claves claves de acceso esa arde por reraso de un día en el pago y que engo dos horas para desalojar desalojar mis exiguas perenencias o serán confiscadas. Cuando pensé que nada peor podía pasarme me percaé de que el sisema informáico de búsqueda de empleo esaba ora vez caído y que endría que presenarme físicamene en la oficina. Llevo seis horas en una inerminable cola y no ha parado de caer lluvia ácida oda la mañana. �Vamos amigo, creo que e oca �susurra mi fiel compañero de fila, sacándome de mi sopor y rayéndome de vuela a la realidad. realidad. �Acerque el brazo al lecor de biochips �dice la funcionaria, con cara de haber dormido mal la noche anerior, o puede que ni siquiera haya dormido después de la nueva ley de urnos para funcionarios.
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�Buenos días �me arevo a decirle mienras acerco la muñeca derecha al lecor que hace ruidios compulsivos hasa que finalmene un led brilla en verde y se silencia. �Buenos �Buenos días �conesa ella con una sonrisa sonr isa cansada que cam bia su semblane�. semblane�. Bien especialisa en mecánica, conocimienos de informáica, veerano de las guerras del agua, idiomas, veamos, eso… maldia máquina �murmura para sí misma. �En realidad, yo… �Eso es, recoja su asignación en la impresora número siee. Ha enido suere le han concedido un pueso, buena suere. ¡Siguiene, por favor! Me levano pensando que puede que el día haya finalmene mejorado y busco la impresora siee donde varias personas se amononan a su alrededor esperando que la máquina escupa sus asignaciones. A su lado un guardia de seguridad con aspeco anabolizado anabolizado observa observa con desdén mienras los documenos van apareciendo perezosamene en hojas marrones de papel reciclado de mala calidad. Sí, allí esá la mía. No espero que sea un gran rabajo, la oficina jamás consigue consigue buenos puesos puesos pero pero es eso o ser ser asignado a realizar realizar areas de limpieza comuniaria a cambio de una cama en el albergue y dos comidas de mala calidad. La L a ora posibilidad es erminar en las alcanarillas viviendo v iviendo con los indigenes y acabar desaparecido desaparecido si e arapan Las Falanges de la Convivencia. La asignación es un galimaías en jerga legal, casi incomprensible, pero después de leer varios parágrafos amenazanes de lo que podría pasar si rechazo el rabajo encuenro de qué va la cosa. Manenimieno del armameno de seguridad en un complejo bioecnológico. No parece un mal rabajo hasa que veo que esá ubicado en una de las islas del archipiélago de Fernando de Noronha y que el raslado hasa allí será desconado de mi sueldo. Tendré que rabajar grais durane nueve meses de un conrao no prorrogable de un año. Siguen la lisa de acuerdos de confidencialidad, más amenazas de incumplimieno de conrao y en las úlimas líneas las insrucciones. Tengo Tengo reina y dos horas para presenarme presenar me en el aeropuero
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y una poserior amenaza de que si pierdo el vuelo me será aplicada una penalización de demora. En realidad me sobran horas, odas mis perenencias esán en la mochila que llevo en la espalda y creo que puedo considerarme privilegiado pues las ropas que viso esán nuevas y son de mayor calidad que las de la mayoría de las personas que esán en la oficina y eso incluyen los uniformes de los agenes de seguridad. Hace décadas empezó una crisis en ese país que fue uilizado de excusa para arrebaarnos posesiones, derechos y dignidad con la promesa de que luego las cosas volverían a ser como anes. Desde esos lejanos días los descendienes de los ilusos siguen esperando que los políicos obren el milagro mienras los demás nos dedicamos a inenar inenar sobrevivir sirviendo sirv iendo como mano de obra baraa para algún país más rico que el nuesro. Una parada en la casa de empeños y me despido de mi reloj con lo que consigo lo suficiene para pagar el billee de mero hasa el aeropuero y las asas de acceso a la erminal. Una visia a la comisaría del aeropuero para obener el pasapore me deja sin blanca ora vez. Ahora engo engo unas veinicinco horas de espera hasa que salga mi vuelo hasa Recife. Después de res ransbordos, horas de colas en mosradores de aeropueros de enlace y dos regisros corporales compleos de seguridad hemos llegado finalmene a nuesro desino. Nos han hecho pasar por una puera auxiliar y llevado a una sala de seguridad donde han efecuado oro conrol de seguridad, hecho las mismas pregunas de siempre y rebuscado en nuesras míseras perenencias. Una vez que se han dado por saisfechos y llegado a la conclusión que ninguno de nosoros poraba una bomba de neurones alojada en ningún orificio corporal nos han subido a una furgonea y llevado a una pisa auxiliar donde nos aguarda un veuso avión a hélice donde recorremos los úlimos 545 kilómeros en un aparao aparao claramene sobrecargado sobrecargado que huele a fluido hidráulico y gasolina. �Bienvenidos a Ilha Rata Ra ta �dice el piloo después de omar ierra con increíble suavidad en una cora pisa de ierra.
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Tres personas bajamos del aparao, un chino que no parece hablar ningún idioma disino al suyo, una rusa con aspeco de no querer hacer amigos y que conesa a odos mis inenos de enablar comunicación con una mirada adusa y algo parecido al gruñido de un oso y yo mismo. Esamos a solo unos pocos grados bajo el ecuador, ecuador, hace calor sin ser sofocane, sofocane, el cielo iene una onalidad azul disina a lo que esoy acosumbrado y nos inunda un olor a vegeación que varía enre lo agradable y la maeria orgánica en descomposición dependiendo de dónde sople la brisa. La rusa r usa y el chino parece que ya conocen el lugar y se alejan de la pisa en dirección a un complejo de casas, dudo unos minuos y al ver que no aparece aparece nadie nadie me dirijo hacia hacia el el edificio más cercano cercano que parece ser las oficinas del aeródromo. �Buenos días �digo en un mal porugués que aprendí durane un rabajo en la anigua Porugal. �Llegas arde �gruñe un ipo gordo derás del mosrador sin levanar la visa de la ablea que iene encima de la mesa donde se puede ver una película de una pareja copulando furiosamene como si el mundo se fuera acabar al día siguiene. �Pero… �Aquí no se admien excusas �comena con rabia, dejando pequeñas goas de saliva en la panalla de la ablea. �Por favor acompáñeme �dice ora voz a mis espaldas. Es un hombre alo y fuere, f uere, luce una fea cicariz en la mejilla que le da un aspeco siniesro. No llego a enender por qué no se la ha borrado, borrado, en Brasil siempre ha habido grandes cirujanos plásicos. Me lleva hacia una pequeña sala y me hace firmar ora risra de documenos que son casi copias de los que me dieron en la oficina de empleo. Explica rápidamene dónde esán los barracones, la canina y finalmene finalmene se dedica a pormenorizar pormenorizar mis obligaciones recalcando recalcando que no poseo ningún derecho y que las falas graves esán penadas con casigo físico según recoge la legislación laboral de mi país de origen, aunque aquí ellos no esán de acuerdo con eso. �Cumple con u pare y odo irá bien �comena en un casellano muy acepable, sonríe por primera vez, me da un apreón de manos capaz de dislocarle la muñeca a cualquiera y se marcha. 29
Es un mercenario, lo delaan un pequeño auaje que lleva en el anebrazo derecho y su forma de moverse, uve que rabajar con ellos durane las guerras del agua y cieras cosas nunca se e olvidan. Durane las siguienes semanas mi rabajo se limia a limpiar y manener armas y equipos de combae y vigilancia. La isla es un giganesco complejo ecnológico y cuena con un coningene de seguridad con capacidad suficiene para invadir algún país pequeño del ercer mundo y cambiar su gobierno. No hay mucha vida social en la canina, parece que exise exi se una especie de acuerdo ácio de que cada uno se ocupe de sus asunos. La gene gene viene, cumple su año de asignación y se marcha a oro lugar, nadie quiere amigos a los que recordar, prefieren ir ligeros de equipaje emocional por la vida. �¿Te gusaría un ascenso? �preguna sin preámbulos el mercenario senándose a mi lado en la canina durane el breve desayuno. �Claro. �Aniguamene lo sensao sería pregunar y hasa se podría llegar a negociar algo, acualmene lo mejor es no crear polémica para no acabar con una marca en el expediene. �Perfeco. Presénae en la oficina principal cuando acabes el desayuno. La oficina principal esá un poco alejada, de manera que cojo una de las muchas bicicleas que esán esparcidas por el complejo y pedaleo ranquilamene ranquilamene aprovechando aprovechando que hace un mañana no muy calurosa, la brisa rae aromas del mar y de la jungla según avanzo por la esrecha carreera moniorizada por decenas de cámaras hábilmene hábilmene camufladas, aunque soy capaz de disinguir algunas. El edificio parece un búnker miliar, no iene venanas y solo posee una enrada con una puera que parece capaz de resisir a odo el ejércio ejércio de Aila, elefanes incluidos. Pasar Pasar las pueras no es complicado pues se abren con un susurro dejándome pasar, una vez en el vesíbulo dos orreas orreas auomáicas auomáicas con poencia de de fuego suficiene suficiene para deener una anquea blindada me dan la bienvenida sin acivar sus láseres de seguimieno y parecen conformarse con monar guardia a una preciosa chica que esá senada en una imponene mesa de crisal.
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�Buenos días, coja el ascensor y baje al segundo sóano �dice la muchacha después de consular la panalla incorporada en la mesa, parece simpáica, pero algo en sus ojos me dice que podría romperme varios ligamenos en pocos segundos y dejarme irado como un rapo en el suelo. Cuando llevas iempo con el manenimieno de armas aprendes a disinguir los ipos peligrosos por u propio bien. Bajo al sóano, paso dos conroles de seguridad auomáicos con pueras de aislamieno de nivel de máximo riesgo r iesgo y finalmene llego llego a un despacho donde me aiende un señor bajio, de modales ranquilos. �Siénese, por favor �dice en ono amable, aunque sigue re visando vi sando la panalla panall a de una ablea miliar mili ar que iene encima de la mesa�. Bien, creo que iene la formación necesaria y según su informe no es esúpido. �Pensé que esos informes nunca hablaban bien de uno… �En efeco, pero no me ineresan sus defecos y sí sus conocimienos �conesa levanando la visa y quiándose las gafas. �Primero endrá que firmar eso �indica alargándome la a blea y un lápiz lápiz elecrónico. elecrónico. Después de firmar más compromisos de confidencialidad explica que en la pare oese de la isla exisen laboraorios laboraorios que necesian grado de seguridad máximo, ya que hay empresas que esarían dispuesas a cualquier cosa por hacerse con la información de lo que esán desarrollando y que quieren alguien expero en armameno miliar para manener el equipo del desacameno de fuerzas especiales que iene asignados a su seguridad. �¿Tienen armameno miliar de grado uno en una insalación civil? �preguno �preguno asombrado. asombrado. �La insalación así lo requiere �conesa con un ademán como quiándole imporancia al hecho de que los raados resringen el grado uno a fuerzas miliares oficiales de solo una docena de países�. ¿Tiene experiencia en combae? �preguna. �Siempre he esado en el cuerpo écnico y… �¿La ienes o no? �insise. 31
�En las guerras del agua uve que luchar cuando las cosas se pusieron feas, no es algo que me guse recordar. �Bien, el pueso es suyo. Le esoy enviando su asignación al correo elecrónico, recoja sus cosas y rasládese de inmediao. Ha sido un placer conocerlo. Sonríe amigablemene por unos insanes, luego vuelve a colocarse las gafas y sigue rabajando como si ya me hubiera ido. El correo llega al eléfono móvil anes de que haya salido del edificio y al llegar al barracón para recoger mis cosas un odoerreno ligero esá esperando para llevarme al complejo del laboraorio. Son insalaciones suberráneas, el vehículo pasa por varios conroles de seguridad y pueras blindadas, hasa que llegamos a un pequeño aparcamieno. �Te oca andar el reso del camino. Es por allí �murmura el conducor apunando con desgana hacia la puera. �Le esperábamos señor, sea bienvenido, presénese de inmediao en la enfermería del nivel B3 �dice en ono amigable el soldado que me aguarda en la puera, esá en forma y no iene los músculos deformados por anabolizanes baraos lo que indica que es un soldado profesional y no un segurata cualquiera. Una vez en la enfermería me realizan un examen médico muy básico, revisan mi hisorial, me inyecan algo que hace que me maree y ermina erminann umbándom umbándomee en una camilla camilla que huele huele a desinfe desinfeca cane ne y suavizane barao. �No se preocupe soldado es una vacuna conra armas biológicas �murmura el medico examinándome las pupilas�, esará bien en breve, breve, es pare del proocolo proocolo.. Durane horas, no consigo pensar en nada, lenamene el malesar empieza a remiir y consigo volver a la normalidad. �¿El mundo es pequeño, eh? �dice una voz que parece venir de muy lejos aunque creo reconocerla. Una mujer se siena en el borde de la camilla mirándome mi rándome ladeando ligeramene la cabeza, oigo que se ríe bajio mienras rasea con el casco ácico para quiárselo. �¡Míriam! ¿Qué demonios haces aquí?
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�Supongo que podría hacer la misma preguna, pero la respuesa es que soy u jefa. Míriam era operadora durane la campaña del Tajo además de especialisa en armameno ligero, servimos junos y llegamos a ser amigos. Cuando nos desmovilizaron manuvimos el conaco por la red hasa que desapareció, la busqué por las redes sociales pero al final supuse que ella había preferido sumirse en el anonimao. Las siguienes semanas son de ruina, revisar armameno, moniorizar proocolos de defensa, aplicar parches de seguridad a las armas ineligenes, inspeccionar los anivirus de los servidores de defensa perimeral. Las cosas parecen ir bien y Míriam y yo volvemos a inimar poco a poco. La primera noche que decidimos salarnos las normas y dormir junos, parece parece que el mundo ha dejado dejado de ser un siio hosil con ella acurrucada desnuda a mi lado dormida plácidamene, mienras yo dudo enre senirme aforunado por haberla vuelo a enconrar o un poco frusrado por haber ardado varios años en hacerlo. Un sonido sordo, lejano e inquieane me despiera de mis ensoñaciones rayéndome de vuela al miserable mundo que nos ha ocado vivir. Un apagón general, las alarmas chirriando a odo volumen y las luces de emergencia encendiéndose en la habiación indican que nada bueno esá pasando en el complejo. �Todos a sus puesos de combae, eso no es un simulacro � brama la voz arificial del sisema de defensa, enre dos emblores emblores más fueres�. Que odo el personal civil se presene en las zonas de exclusión inmediaamene. Se esá produciendo una inrusión de nivel uno. Nos miramos perplejos unos insanes. Luego movidos por el insino nos abrazamos y poseriormene espoleados por el enrenamieno namieno empezamos a vesirnos a oda prisa. �Hay que llegar a la sala ácica �dije mienras me calzaba la úlima boa. �Hay que llegar a la armería �indica ella con una mirada que no da margen a la discusión�. Vamos, rápido, por aquí �susurra
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después de abrir la puera y verificar la pequeña ablea ácica que saca del bolsillo de su mono. Hay polvo por odos lados, el sisema de defensa se ha silenciado, lo que indica claramene que esá bajo aaque cibernéico. Empezamos a escuchar el ableeo de armas auomáicas en la lejanía de los pasillos, las grandes explosiones han cesado, pero siguen oyéndose cargas de demolición revenando pueras puer as cada vez más cerca de nuesra posición. �Han enrado, la armería principal esá bajo aaque, inenemos llegar a las aquillas de emergencia del secor dos �dice ella, ella , consulando en la ablea lo poco que queda operaivo de la red ácica de defensa del laboraorio. Seguimos vagando por los pasillos, el sonido de los disparos se hace menos frecuene, pero cada vez más cercano, hasa que alguien algu ien nos lanza una granada de humo, lo siguiene que recuerdo es verme aado a una silla en una de las cafeerías del secor dos. �¡Y ahora ahora nos vas a dar los códigos de acceso al servidor principr incipal de la corporación! �gria �gr ia un soldado con aceno de Europa del ese, lleva blindaje de combae de úlima generación y armameno miliar de grado uno, pero no parece de ningún ejércio regular. �Solo les puedo dar los códigos de mi deparameno �empecé a decir al ver que mosraba signos de impacienarse. �Te arrancaré las peloas p eloas si no obedeces �comena �comen a sacando su cuchillo de combae, una hoja de acero cerámico que cuesa más de lo que yo puedo ganar en varios meses. �No seas idioa, no ves que el pobre diablo es solo un empleado �dice en ono pausado un hombre de mediana edad y aspeco un poco frágil para raarse de alguien que paricipa en una fuerza de asalo. No pora armas aunque lleva un blindaje que no he viso nunca, al como se mueve no parece resarle movilidad, gafas de realidad aumenada exremadamene compacas y un equipo de comunicaciones que parece ser capaz de hablar hasa con el más allá. �No �No se mea maldio burócraa o ambién amb ién le arrancaré las suyas �escupe el soldado, iembla un poco lo que indica que esá bajo la influencia de alguna droga.
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El soldado se vuelve hacia el hombrecillo, que rerocede dos pasos y se apara hacia un lado, el espacio es ocupado casi al insane por un giganesco babuino que sala sobre el miliar derribándolo, el mono le arrebaa el cuchillo y con una habilidad inusiada se lo posa con suavidad en la yugular mienras mira ladeando levemene la cabeza. �No lo maes �dice el hombrecillo ranquilamene acercándose y acariciando la cabeza del gran animal. El mono, mira al hombre un insane y asiene, en un geso demasiado humano, luego ira lejos el puñal, gruñe al soldado mosrando unos dienes enormes y lo suela con desgana. �Nadie va a orurar a nadie. ¿Enendido? �murmura ranquilamene el hombre mienras el soldado se levana ambaleane mienras el babuino lo mira de reojo gruñendo. �¿Qué hacemos con ese? �preguna enfadado el soldado inenando recuperar la dignidad. �Máalo, nada de esigos, pero que sea limpia y rápidamene, a Saán no le gusan los sádicos �dice haciendo un geso hacia el gran mono que se ha senado a su lado lado y se compora como si fuera una mascoa. El hombre se lleva una mano al oído y sale corriendo seguido por su peculiar escola. El soldado empieza a mirar alrededor sin duda buscando su cuchillo, lo encuenra después de un rao que a mí me parece eerno. Esando allí a merced de un asesino no puedo dejar de pensar en Míriam, no me impora que esá pasando o quién demonios son aquellos ipos, ni por qué han desplegado desplegado semejane fuerza bélica solo para enrar en un maldio laboraorio biológico, solo soy capaz de pensar en que quiero con odas mis fuerzas que ella haya sobrevivido. Esoy an absoro en mis pensamienos que no veo al bruo acercarse hasa que cae desplomándose a medio mero de mí. Levano los ojos y veo a Míriam vesida con un ra je de camuflaje, camuflaje, lleva l leva pueso un chaleco anibalas y ha derribado al soldado con un arma paralizane. Ella me suela y me dirige a empu jones hasa la máquina de café, eclea un código en el eclado eclado de la dispensadora y la máquina se hace a un lado casi sin ruido. �Enra, �Enra, vamos �susurra ella�. ¿Esás bien? 35
�Sí. ¿Qué ha pasado? �Un momeno… Enramos en una pequeña sala iluminada por enues luces de emergencia, emporada en una pared hay una consola de operaciones y comunicaciones y varias aquillas, seguramene con armas, y un gran boiquín miliar encima de una pequeña mesa al lado de una camilla. Me hace señas para que me siene en la camilla, ignora la consola y saca su ablea conecándose a una red disina que no conozco. Veo que ingresa en el sisema de gesión del complejo y busca los regisros de empleados empleados y empieza a borrar nuesra huella digial. Daña los archivos de arranque del sisema operaivo de los dos servidores y luego realiza un apagado oal de odo el sisema informáico del laboraorio. Con eso les llevará varias horas resa blecer los sisemas sisemas y dar dar con nosoros. �¿Cómo enías esos códigos? �aciero a decir incorporándome y mirando por encima de su hombro lo que acaba de hacer. �Por seguridad enía acceso a cieros niveles, los demás fue cuesión de saber buscar y un poco de fisgoneo a deerminados ni veles. Bien, Bien, nunca hemos esado en esa maldia isla, ahora veamos si podemos salir de aquí. Cuando empecé a abrir manualmene la esclusa de emergencia que daba a uno de los úneles de evacuación. Míriam me oca la espalda y al volverme veo que se s e ha desembarazado del casco del raje. raje. Para mi sorpresa se acerca y me besa mordiéndome fueremene el labio inferior, el reguso de mi propia sangre se juna con mi oal desconciero. �Perdóname, no había nada más a mano para inoculare � dice un poco avergonzada. �No �No impora… �fue �f ue lo único que se me ocurre decirle�. Un momeno. ¿Inocularme con qué? �Enre las mierdas que e inyecaron en el examen médico esá un virus durmiene que e maará en minuos denro de una semana, a menos que sigas comiendo en las caninas del complejo. Lo hacen para eviar los deserores. Te inoculan la vacuna al finalizar el conrao, si consideran que no eres un riesgo para la seguridad. La
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vacuna ha pasado de mi saliva a u sangre, sangre, ahora vamos. Salgamos Salgamos de aquí, ese únel no esá en los planos principales, es probable que no lo esén conrolando. Salir del complejo fue cuesión de subir los maldios diez pisos por una escalera de evacuación y llegar a una salida de emergencia que efecivamene no esaba vigilada. �¿Y ahora? �preguno sin llegar a creerme que esamos fuera y vivos. �Hay un pequeño búnker de supervivencia que ampoco esá en los planos, lo hicieron por si había una fuga biológica y así los VIP pudieran sobrevivir. sobrevivir. �Si no esá en los planos… �Es una larga hisoria, e la conaré en oro momeno. Vamos es por allí. La enrada del refugio esá muy bien camuflada, la puera puer a no iene claves ni disposiivos de seguridad. Sin duda alguien pensó con aciero que si quieres proeger a gene VIP de una fuga biológica masiva no es buena idea esperar que alguien al borde de la hiseria, o en pánico, se acuerde de una clave; o que haya caído el sisema informáico y no exisa ex isa manera de abrir el maldio búnker y acaben muriendo odos a los que se supone que hay que salvar. Enramos, Míriam acciona el complejo en el panel principal y sella la puera, pasamos una compuera de aislamieno y desinfección y llegamos a una sala pequeña con capacidad para para seis personas pues hay res lieras, una pequeña cocina, panel de comunicaciones y una puera que seguramen seguramenee da al baño. baño. Ella se quia el equipo miliar mili ar y lo deja encima de la mesa que hay hay en miad de la esancia, luego se desploma senándose en el suelo y apoyando la espalda en una liera. �Gracias por salvarme �digo senándome a su lado y cogiéndola de la mano. �Luego… �murmura ella, apoya su cabeza en mi hombro, suspira y deja fluir odo el nerviosismo, solloza bajio y iembla, murmura algo que no eniendo en un idioma que no idenifico, como un manra para sí misma. 37
Es un don, ella libera oda su rabia y frusración, yo no consigo hacer eso y endré pesadillas y ansiedad durane meses. Horas más arde, después de una ducha, algunas horas de sueño y algo de comida, volvemos a senirnos lo basane humanos humanos como para hablar con ciera coherencia. �¿Tienes idea de quién eran aquellos ipos? �le preguno. �Exisen varias corporaciones rivales, puede haber sido cualquiera �conesa ella en ono ausene, dándole vuelas a la gran aza de café que iene ane sí. �Si no llega a aparecer el ío con el mono, no e habría dado iempo de salvarme. �Un momeno… �dice ella saliendo de su burbuja�. ¿Has dicho un ío con un mono? �Eso es, un ipo pequeño y un poco enclenque para ser soldado, parecía el jefe, le acompaña un babuino enorme como quien lleva un perro guardián. �Salazar… �dice ella masajeándose el arco de las cejas. �¿Salazar? �Es uno de los mayores geneisas del mundo, saló a la fama por su fala de escrúpulos al salarse odas las convenciones éicas y por conseguir evolucionar a un babuino a al puno que iene pulgares prensiles. �Eso explica que consiguiera manejar manejar un cuchillo…
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Mundo exterior.
Salimos a la superficie en una sucia y marchia calle de un disrio Imperfeco. En la esquina una anigua anquea oxidada vigila el cruce, parece que lleve allí una eernidad, esán diseminadas por oda la ciudad y pueden ser un problema para las unidades operaivas, pero su función es disuasoria para la población Imperfeca, no ienen suficiene sufic iene blindaje para resisir resisir el aaque de un misil anicarro. icar ro. Rebusco en el bolsillo y le doy a Margaria Margaria unas viejas gafas de sol. Ella El la me apriea rápidamene la mano y me suela; el conaco físico esá muy mal viso desde que los Homo+ implanaron su dicadura, algunos dicen que por eso en la Resisencia hicimos del abrazo la forma de saludarnos. �Descansad e inenad ser normales �comena Carmen. �No os meáis en problemas y ni se os ocurra armar jaleo solos, que os conozco �bromea José, bajando mucho la voz. �Cuidaros mucho �dice Margaria guiñándoles un ojo. �Tened cuidado, nos vemos. Carmen y José se despiden sonrienes y se alejan en dirección opuesa a la nuesra, nosoros caminamos junos, sin rozarnos siquiera. Andamos un par de manzanas, manzanas, haciendo un esfuerzo consciene para no ir corriendo de posible escondie en posible escondie, inenamos no mirar a las cámaras de vigilancia, fingimos que nos son oalmene indiferenes. No hay mucho movimieno en la calle, una furgonea de reparo escolada por un coche de policía pasan sin causar alboroo, en la acera un grupo de jóvenes charla sin mucha animación mienras comparen un cigarrillo que desprende un humo pesilene. Los Homo+ persiguen las drogas que consideran dañinas para los Imperfecos que rabajan, pero son complacienes 39
con ellas en los barrios donde abundan los jóvenes sin ocupación, es una manera de enerlos bajo conrol y dóciles. Las Redes de Solidaridad ienen siempre mucho rabajo para inenar manener alejados a los chicos de las subsancias que los Homo+ erminan diseminando por la ciudad. Finalmene llegamos a una parada, aguardamos algunos minuos hasa que llega un decrépio ranvía. Me es imposible calcular la edad del vehículo, pues ha sido reparado y remendado infinidad de veces, en algún momeno fue una máquina bonia y moderna, pero ahora funciona a duras penas gracias al ingenio de los écnicos Imperfecos encargados de manener las infraesrucuras con una inversión insignificane por pare de los Homo+. Ellos solo esán ineresados en manener las cosas bajo mínimos para que sigamos rabajando para el sisema. Después de un caluroso viaje en el abarroado y convulso ran vía, Margaria me me hace señas señas para para que nos bajemos. bajemos. Nuesro Nuesro desino es un piso p iso franco de un ranquilo barrio Imperfeco, esá en una zona de la ciudad basane habiada, por lo que es relaivamene fácil pasar desapercibido. Poseemos algunos agenes oculos en varias manzanas a la redonda y muchos simpaizanes de la causa, además enemos perfecamene idenificados a los soplones de los Homo+ y hasa me parece recordar que algún agene doble ambién. Para los Homo+ es un barrio modelo, muchos rabajadores, sin conflicos vecinales y por eso con poca presencia policial comparado con oros emplazamienos. Los edificios son aniguos y esán en buen esado, en gran pare por la labor de rehabiliarehabili ación de la asociación de vecinos que es una apadera de la red de solidaridad. Infelizmene no es un barrio ípico, en muchas pares de la ciudad esá insaurado el caos y «el sálvese quien pueda». El sisema fomena el individualismo, sabe perfecamene que si nos maniene divididos nos endrá más fácilmene bajo conrol. Anes de subir al aparamen aparamenoo compramos algunas cosas cosas en una pequeña ienda en la esquina. Toda la disribución se ha vuelo a insaurar en pequeñas iendas de barrio férreamene conroladas por las disribuidoras disri buidoras de los Homo+, los cenros comerciales de los que hablan las viejas películas han desaparecido para nosoros, así
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como oda la ofera de ocio. Es una ienda pequeña, con esanes pulcramene apilados ocupando cada espacio de las paredes; derás del mosrador, un anciano lee un libro de apas duras, que aparena ser mucho más viejo que el hombre, con unas pequeñas gafas remendadas con lo que parece parece algún ipo de masilla gris. gr is. Los precios son escandalosos comparados con los sueldos de los Imperfecos. Pagamos en monedas nuevas y el dependiene nos mira con suspicacia, parpadea y vuelve a mirarnos: dos jóvenes fueres, ojos hundidos, piel, a la que no le da demasiado el sol, movimienos ágiles. Nos devuelve las monedas con una amplia sonrisa, mira alrededor, manipula algo debajo del mosrador y oscurece ligeramene los crisales del escaparae, sale de derás del mosrador y nos hace señas para que esemos callados, nos abraza en silencio. Luego vuelve a su siio, se agacha orpemene y en su mano aparece una polvoriena boella de vino, nos la enrega sin decir nada. Hay brillo en sus ojos, hace que parezca años más joven. Subimos al piso. El ascensor no funciona. Una chica ayudada por un chico aún más joven inenan limpiar la escalera; me acerco y les doy una moneda. moneda. �Toma, cómprale un deergene al viejecio de la esquina, os será más fácil �les digo. Los dos niños, casi adolescenes, nos miran inrigados. Es la dualidad de los Imperfecos: mienras unos nos dedicamos a inenar miigar el desasre, oros se venden a los Homo+ movidos por la desesperación desesperación o por la codicia, nunca sabes quién es quién. Enramos en el piso. Como odo en los barrios Imperfecos, Imperfecos, iene décadas de anigüedad, un salón amplio, una cocina minúscula y dos habiaciones. habiaciones. Esá pinado en onos suaves, suaves, en el salón hay un cuadro de una marina, al acercarme a verlo descubro con graa sorpresa que es un óleo original de algún arisa ahora olvidado. A pesar de que el iempo ha languidecido los colores la obra iene una vialidad conagiosa, como si el mar arapado en minúsculas y precisas pinceladas quisiera escapar del lienzo y derramarse por la pequeña esancia de nuesro piso franco. Margaria se quia un zapao y saca una especie de minúsculo bolígrafo de debajo debajo de la planilla, inspecciona sisemáicamene sisemáicamene 41
el recino. Pienso que parece increíble lo rápido que ha aprendido. Desde que la rescaaron rescaaron de los bancos con escasos dieciséis años, en poco iempo ya se había converido en una de las mejores guerreras de la Resisencia. Cuando coincidimos en la primera misión, ella ya formaba pare de la leyenda de la Resisencia con un hisorial impecable de misiones misio nes con éxio, éx io, la ineligencia de los Homo + ya le había asignado un nombre nomb re en código y esaba en la lisa de los delincuenes más buscados, aunque no sabían nada de ella, únicamene la descripción de una chica joven ala y delgada exremadamene peligrosa. Yo Yo soy un poco mayor mayor que ella, llevab llevabaa diez años raba rabajan jando do en la biblioeca, desde que era poco más que un niño, cuando conseguí unirme a la Resisencia después de meses buscando conacarlos. Me llevé oda la información que pude de la biblioeca b iblioeca y me rasformaron en operador de misiones, pero en el enrenamieno, Monsruo desperó con las drogas de combae, y me desinaron ambién a las unidades operaivas. En una de mis primeras misiones de combae nos enviaron a un banco de úeros donde esaba Margaria inernada, la rescaamos y ella se unió a nosoros sin pensárselo. Cuando finalmene nos reenconramos, algún iempo más arde, ella ya era una veerana en combae y yo había esado oscilando enre misiones de ineligencia y unidades operaivas, pero algo en nosoros nos arajo irremediablemene, an fuere que ni siquiera las drogas de combae nos pudieron refrenar. Al principio pr incipio parecía parecía que nos unía una especie de simbiosis, ella era rápida, inuiiva, parecía siempre esar un paso por delane de los aconecimienos, yo era de los pocos que enía experiencia, al menos eórica, en esraegia y conocía los proocolos de operaciones de los Homo+, además cuando surgía Monsruo, conseguía a duras penas esar a su alura durane los combaes. Sin las drogas de combae, habría sido más fácil y ahora podríamos recordar cuándo nos enamoramos, como en las viejas novelas de época, con una mezcla de romanicismo y pasión. Con las drogas odo fue muy complicado, sin la pasión de la química corporal odo el proceso se realizó de manera más cerebral, pero que no siniésemos los impulsos no significa que no esuvieran
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allí, griando y luchando bajo monañas monañas de supresores químicos, escalando poco a poco hasa los niveles más alos de la consciencia. En un ejércio convencional nos habrían separado o juzgado en un consejo de guerra, pero somos Imperfecos y hemos aprendido que las personas son lo primero, primero, sufrimos un mundo injuso y deshumanizado y nosoros no vamos de ninguna manera a conribuir para hacerlo más inhumano. �Esá limpio �dice Margaria, arayéndome de vuela al presene. Empieza a desnudarse, quedándose solo con la camisea y la ropa inerior. Me acerco y la beso, beso, hay cariño pero no pasión. pas ión. Ella Ella se da cuena, corresponde al beso, beso, pero me suela, volviendo con las pasillas que nos dio Paricia. �¿Podemos omarlas ya? �preguna. �A ver �digo mirando el reloj�. Sí, hace ya veinicuaro horas que no omamos drogas de combae y ayer nos dieron los eliminadores, es seguro. �Toma �dice mienras me da una azul, ella se raga una roja�, vamos a senirnos senirnos como como una pareja pareja normal. normal. �Nunca seremos normales �digo con riseza y resignación. �Durane dos días sí, olvídae de odo lo demás �dice con convicción volviendo a besarme. Por dos días dejamos de lado que somos guerreros, que somos Imperfecos, y hasa nos olvidamos de que exisen los Homo+, reímos, bebemos, comemos y hacemos el amor; nos abrazamos exasiados siniendo por primera vez algo más que ernura y compañerismo, nos amamos como hombre y mujer. El úlimo día limpiamos el piso dejándolo en condiciones para los próximos visianes. �He �He sido muy feliz esos dos días �dice Margaria. �Te quiero �logro decirle�. Te he querido desde que empezamos a conocernos. �Yo ambién, pero solo ahora hemos sido nosoros mismos. Abandonamos Abandon amos el aparameno aparam eno y salimos salimo s a la calle. call e. Vamos andando ranquilamene cuando pasa un coche de policía que para violenamene vio lenamene delane de nosoros. noso ros. 43
�¡Vosoros dos, quieos! �gria el conducor bajándose y de jando el coche aravesado aravesado en miad de la calle. Demasiado Demasiado arde, arde, nos damos cuena de que nos hemos disraído e íbamos cogidos de la mano. �Alboroadores, �Alboroadores, ¿eh? �dice el policía, un Imperfeco vendido al sisema�. A ver, ver, documenación. documenació n. �Le damos la documenación y nos mira con una una mezcla mezcla de superioridad y asco�. Así que e gusa ocar a la nena �añade riéndose; alarga la mano y le esruja un pecho a Margaria. Margaria exhala despacio y enrecierra los ojos. En un único movimieno, da un paso hacia arás, librándose de la presa del bruo, separa las piernas para coger esabilidad y golpea fueremene al policía en la nariz maándolo insanáneamene. Anes de que el policía caiga ya le ha quiado la pisola de la funda y busca objeivos. Yo Yo ardo en reaccionar, reaccionar, sin Monsruo soy solo un biblioeca b iblioecario rio orpe y asusado. �Vamos, Diego, vamos �dice Margaria subiéndose al coche. �¡Mierda, mierda! �consigo exclamar finalmene�. ¡Con la canidad de policías simpaizanes de la Resisencia que hay eníamos que oparnos con un creino! Margaria frena el coche en seco y acciona un boón, el maleero se abre. �¡Vamos, espabila, las armas! �me ordena Margaria, finalmene reacciono y salo del coche, agarro un chaleco anibalas y se lo paso a ella, me pongo el oro y me quedo con la escopea, le enrego el fusil de asalo, ella arranca el coche, un insane después de que haya subido. �¿Adónde? �preguna, parece ranquila, pero una lagrima le escurre despacio por la mejilla. Margaria es leal, pero odia maar, y sin el aenuane aenuane de las drogas de combae combae debe esar siniéndose faal. �Vamos al 67, queda cerca. cerca . Parece Parece que lo vamos a conseguir, cons eguir, pero en la esquina hay un coche de policía aravesado, nos han inercepado. Margaria frena brusca-
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mene haciendo derrapar de lado el coche. Todavía en movimieno, sala, rueda sobre sí misma y empieza a disparar abaiendo abaiendo al policía a casi cien meros de disancia. Yo salgo del coche y lucho para quiar la apa de una alcanarilla mienras se escuchan las sirenas que se acercan. Margaria corre hacia el coche aravesado y recoge oro fusil de asalo y más munición. Yo ermino finalmene de abrir la maldia apa y nos deslizamos por la oxidada escalera, caemos en la oscuridad, rebusco en mis bolsillos las gafas de sol, las reuerzo un poco y acivo una rudimenaria visión nocurna. n ocurna. Alguien empieza a bajar bajar por la escalera, escalera, Margaria Margaria alarga el brazo brazo y vacía vacía el cargador cargador de la pisola por el agujero, se escuchan grios, cae una granada de gas, pero nosoros ya corremos como locos hacia el 67. Ineno Ineno orienarme por los úneles, hasa que llego a un aniguo cuadro elécrico que brilla en mis gafas. Tecleo el código y se abre, denro hay un visor ácico y una pisola de grado miliar. Me pongo el visor, que reconoce mi reina; iene marcadas las reinas de odos nosoros, no somos anos como nos gusaría. El visor cobra vida guiándonos por úneles y pasadizos hacia el refugio, en ocasiones me parece disinguir que damos vuelas en círculo, pero las ruinas ácicas ienen sus diseños y no es conveniene conveniene pensar en ello cuando esás vagando por la maraña de galerías de esa vieja y decrépia ciudad y quieres llegar vivo a u desino. Finalmene Finalmene el visor vi sor nos lleva hasa un pasadizo que esá repleo de cajas de conexiones, señala una caja y le envía un coro impulso de radio de baja inensidad, solo lo basane fuere para que el dormido circuio elecrónico lo deece a menos de un mero de disancia y que ningún oro sensor nos descubra, el cuadro se abre con un pequeño chasquido dejando ver en su inerior el disposiivo esándar de la Resisencia, un eclado de códigos y un escáner de reinas. Después de la verificación de seguridad, se desbloquean las rampas y un panel oculo se desliza a un lado dejándonos enrar, es un refugio con capacidad para unas seis personas y parece que alguien lo ha visiado hace poco, pues no hay polvo acumulado sobre los escasos muebles, dispone de una consola de comunicaciones y
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una pared enera de aquillas para armas y perrechos. Una vez denro, voy hasa el boiquín y busco las drogas de combae, Margaria se acerca. �Todavía no �dice. Hacemos Hacemos el amor con prisas, pr isas, como si el mundo se fuera f uera a erminar en unos minuos o fuéramos f uéramos a morir en breve, lo que era basane probable. Se separa de mí después de un inenso orgasmo. �Toma. �Me alarga una ablea de drogas y ella engulle ora, el universo se reuerce, Monsruo Monsruo despiera y me avisa de que esá liso para la acción, acción , mi amor desaparece y reaparece reaparece mi compañera Margaria. Margaria. Todavía Todavía nos queremos q ueremos pero de ora manera, en ora dimensión, volvemos a ser combaienes, nos despojamos de pare de nuesra humanidad como ribuo a una guerra que no deseamos y que nos iene iene irremediablemene irremediablemene arapados. Una conienda absurda que empezaron personas que decidieron que nosoros no merecemos vivir como ellos, que nuesro hijos debían seguir sufriendo y muriendo por enfermedades para ellos olvidadas. Dejamos las armas que les robamos a los policías en una de las aquillas. Servirán mejor a oro ipo de comandos, conra las armaduras de los soldados son inúiles. Nos equipamos con rifles de combae. La consola de comunicaciones dice que esá odo ranquilo en las inmediaciones, la policía no se avenura a seguirnos por el inframundo de la ciudad, un grupo de soldados nos busca alejados de nuesra posición, aunque han pueso en alera a media ciudad. No nos preocupa en absoluo, siempre esamos en alera máxima, nos seguirán buscando mienras exisa un único miembro vivo de la Resisencia, lo sabemos y vivimos v ivimos con ello. ello. Nosoros nos esforzamos en recordarles a cada insane que esamos aquí, que seguimos luchando, que siguen exisiendo esclavos huidos dispuesos a quiarles aunque sea un poco de sueño. Después de dos horas recibimos insrucciones: no n o volvemos a la guarida, anes enemos ora misión. �Una de las buenas �comena ella, después de leer rápidamene el comunicado. �Definiivamene se acabaron las vacaciones �me lameno en voz ala.
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�Es difícil de creer que aniguamene exisieran las vacaciones �dice con aire ausene, mienras revisa el equipo que ha dispueso pulcramene ordenado en la mesa. �En realidad, realidad, solo exisieron en un coro espacio de iempo de nuesra hisoria. �En marcha, enemos venana operaiva para salir �comena ella, después de verificar por úlima vez las órdenes y verificar el cronomero. Nos preparamos, verificamos el equipo y volvemos a comprobar las armas, salimos del refugio y volvemos a acivar las defensas. El visor ácico nos guía direcamene direcamene al puno de salida a la ciudad, eludiendo los punos de conrol y aprovechando los punos ciegos del sisema de vigilancia de los Homo+.
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Agradecimientos
Esa es una obra de ficción y cualquier parecido parecido con la realidad es pura coincidencia. Todos sus personajes son ficicios, aunque algunos esán ligeramene inspirados en personas (y perros) reales pero esoy seguro de que no se van a senir molesos por ello. Me gusaría agradecer a odos los que han colaborado conmigo animándome y especialmene ayudándome durane la preparación de esa obra. Aunque los principales proagonisas proagonisas pueden ser considerados soldados y la obra narra una guerra desigual, esa novela no inena cenrarse en la violencia v iolencia ni en las armas, al conrario preende reflejar hasa dónde puede perverirse una sociedad, soc iedad, hasa que abismo pueden ser empujados los desposeídos por los poderosos. La principal fuerza f uerza de los combaienes de la Resisencia no esá en sus armas, esá en su humanidad y en su capacidad de amar y senir empaía por los demás.
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