LA PERSONALIDAD
John Welwood “Psicología del Despertar”
¿Camino o patología? El desarrollo psicológico y espiritual gira en torno a lo que creemos ser y al modo como protegemos nuestra identidad, el elemento fundamental del bienestar psicológico y de la realización espiritual. Por más extraño que pueda parecer, tenemos pocas cosas que decir sobre nuestra personalidad porque, en el momento en que empezamos a cobrar conciencia de ella -habitualmente en la adolescencia, se halla ya firmemente establecida. !uál es la relación que mantenemos con esa forma que se ha desarrollado en nuestro interior" #ebemos tratar a nuestra personalidad condicionada como un obstáculo en el camino del desarrollo desarrollo espiritual espiritual y, en consecuenc consecuencia ia -y en $ltima instancia-, instancia-, como una patolog%a" patolog%a" & acaso -como afirman ciertas tradiciones esot'ricas, no se trata de un error arbitrario sino, muy al contrario, de un hito muy importante en el camino del desarrollo espiritual" (i nos di'ramos cuenta de las cualidades y la inteligencia que se ocultan en las facetas más r%gidas y neuróticas de nuestra personalidad no querr%amos desembarazarnos de ella para alcanzar una dimensión espiritual )superior) que la trascendiese. En tal caso, las facetas más limitadas de la estructura de nuestra personalidad nos re*elar%an todo lo que necesitamos para proseguir nuestro camino hacia la autorrealización, ya que, al igual que la personalidad, pueden con*ertirse en una herramienta que nos ayude a cobrar conciencia de las cualidades más profundas de nuestro ser esencial.
La agresiidad terap!"tica #urante toda su infancia. +ara hab%a experimentado una gran falta de afecto y de contacto, y para sobre*i*ir hab%a acabado adoptando una actitud dura e independiente que parec%a proclamar a los cuatro *ientos o necesito a nadie. /o sola puedo cuidar de m%0. (in embargo -y como siempre ocurre, en una u otra medida medida,, con todas todas las pautas pautas de person personali alidad dad,, tiempo tiempo despu' despu'ss su desmes desmesura urada da indepe independe ndencia ncia acabó acabó haci'ndose disfuncional porque le imped%a recibir el afecto de los demás, lo cual no hac%a sino alentar la pri*ación y condenarla al sufrimiento. Poco antes de cumplir los treinta años. +ara ingresó en una comunidad espiritual que consideraba al ego como como un obstác obstáculo ulo para para la realiz realizació ación n espiri espiritua tuall y que, que, en consec consecuen uencia cia,, dirig% dirig%a a todos todos sus esfuer esfuerzos zos a machac machacarl arlo. o. Esa comuni comunidad dad culti*a culti*aba ba una forma forma colect colecti*a i*a de bypass menosprec reciab iaba a las bypass espiritual espiritual que menosp necesidades necesidades y preocupacion preocupaciones es personales, personales, al tiempo tiempo que trataba de implantar en sus miembros miembros una identidad identidad espiritual )ideal). Es por esta razón por lo que los l%deres de la comunidad adoptaron una actitud agresi*a hacia la excesi*a autonom%a de +ara que ella aceptó de buen grado, con*encida, como estaba, de que sus *ie1as pautas eran un obstáculo para su desarrollo espiritual. Pero, en el mismo momento en que renunció a su actitud distante, perdió tambi'n todo contacto con la fuente de su poder, su *oluntad y su determinación. !uando, finalmente, la comunidad acabó disol*i'ndose, +ara era completamente incapaz de hacer frente a la *ida cotidiana cotidiana y se *io obligada obligada a emprender emprender un largo proceso de recuperación recuperación para el que necesitó *arios años de terapia. Para erigir una identidad independiente y fuerte que le permitiera superar las dif%ciles condiciones de su infancia. +ara se hab%a *isto obligada a desarrollar su fortaleza. +al *ez otra persona hubiera reaccionado ante la ad*ers ad*ersida idad d sumi'n sumi'ndos dose e en la depres depresión ión o la huida, huida, pero ella ella supo supo encont encontrar rar en su interi interior or los recursos recursos necesarios para seguir adelante. Es cierto que, de ese modo, su identidad se *io amordazada y constreñida, pero no es menos que la fortaleza era una de sus cualidades más notables. Por esta misma razón, en el mismo momento en que se sometió al ataque de la comunidad, perdió el contacto con su poder y con su *oluntad. (on muchos muchos los terape terapeuta utass y maestr maestros os espiri espiritua tuales les que creen creen erróne erróneame amente nte que el camino camino de la transformación requiere la desarticulación de la 2personalidad condicionada3. 4ay *eces en que esta )agresi*idad terap'utica) es flagrante 5como ocurrió en el caso de +ara6, mientras que hay otras en que se manifiesta de formas mucho más sutiles, pero el mensa1e impl%cito en ambos casos es el mismo ser%as me1or si fueras diferente0. 7a personalidad es una forma congelada de nuestra *erdadera naturaleza y constituye, por as% decirlo, el combustible necesario para el proceso del despertar. En este sentido, la descongelación de las facetas más
anquilo anquilosad sadas as de nuestr nuestra a person personali alidad dad propor proporcio ciona na la energ% energ%a a necesa necesaria ria para para reacti reacti*ar *ar las estruc estructur turas as yoicas excesi*amente r%gidas. Por esto, todo ataque a la personalidad acaba despo1ando al indi*iduo de los recursos básicos con que cuenta para realizar su *ia1e hacia el despertar. 8tacar a la personalidad no hace más que separamos de la inteligencia que se oculta en ella. Estos ataques alientan el miedo y las resistencias que impiden el a*ance, al tiempo que sumen a la persona en la incapacidad incapacidad y la dependencia. dependencia. El intento intento de desarticular desarticular la personalidad personalidad sólo aumenta aumenta la di*isión, di*isión, el conflicto conflicto y la tensión interna que constituyen el rasgo distinti*o del ego. Para que la personalidad no se enquiste y se con*ierta en una patolog%a sino que, muy al contrario, sir*a de hito en el camino, es necesario aprender a traba1 traba1ar ar con nosotros nosotros mismos mismos tal cual cual somos, somos, más allá allá de todo todo reproc reproche he y agresi agresi*ida *idad. d. Esas Esas son las condiciones que permiten que la estructura de nuestra personalidad se abra y de su interior broten las cualidades esenciales del ser. Parafraseando al maestro tibetano de meditación !hógyam +rungpa -que, en cierta ocasión, señaló cuando usted limpia su tetera, la tetera se con*ierte, para usted, en su camino hacia el despertar0-, podr%a podr%amos mos decir decir que que cuand cuando o usted usted traba1 traba1a a con la estruc estructur tura a de su person personali alidad dad,, la estruc estructur tura a de su personalidad se con*ierte, para usted, en su camino hacia el despertar0. Para con*ertir a su personalidad en un camino, +ara tu*o que renunciar a todo intento de cambiarla y trascenderla prematuramente y comenzar a in*estigar con más detenimiento su desmedida independencia, tratar de comprenderla y relacionarse con ella de un modo más directo. Entonces fue cuando empezó a darse cuenta de que su extrema dureza hab%a sido una forma de cuidar de s% misma y de que, ba1o ella, se ocultaba una gran *ulnerabilida *ulnerabilidad d e inseguridad. inseguridad. / ese descubrimien descubrimiento to le mostró mostró el camino para comprende comprenderr y cuidar sus facetas facetas más *ulnerables y tratarse con más bene*olencia, una actitud que la ayudó a recuperar su fortaleza y a reconocer su lado más amable y, en consecuencia tambi'n, las facetas más amables de los demás.
La formación de la identidad En el momento del nacimiento todos nosotros estamos en contacto con ciertas cualidades innatas que nos preceden preceden y se hallan entrete1idas entrete1idas en la misma estructura estructura de nuestra nuestra personalidad personalidad.. 7as distintas tradiciones tradiciones se refieren a estas cualidades con nombres muy distintos. 7os sistemas yóguico y alqu%mico, por e1emplo, hablan de elementos tales como la tierra, el fuego, el agua y el aire. El sufismo, por su parte, se refiere a capacidades como la *oluntad, la paz, el conocimiento, la compasión, la alegr%a y la fuerza, y las asocia a distintos centros corporales y distintos colores 5en este caso blanco, negro. *erde, amarillo * ro1o. respecti*amente6. El budismo mahayana menciona ciertas cualidades humanas esenciales -o )perfecciones) que todos poseemos de forma potencial, pero que tambi'n pueden ser culti*adas, como la generosidad, la paciencia, la capacidad de esfuerzo, la presencia atenta, la compasión, el discernimiento, la disciplina, el poder y la sabidur%a. El budismo tibetano, por $ltimo, habla de cinco energ%as-sabidur%a básicas, la ecuanimidad, la lucidez, la eficacia, la amplitud del espacio y la discriminación, a las que tambi'n asocia con distintos colores y elementos. (e trata, en todos estos casos, de cualidades humanas que no son pri*ati*as de nadie y que emergen de manera natural con una intensidad y configuración distintas en cada indi*iduo. Para Para compre comprende nderr el modo modo como como nuestr nuestra a person personali alidad dad se sir*e sir*e de estas estas cualid cualidade adess o capaci capacidad dades es con*endrá re*isar qu' ocurre con los niños que, en su extrema *ulnerabilidad, mantienen una conexión bastante le*e con la existencia. #esde el mismo momento en que nacemos, todos nos *emos obligados a afrontar de un modo u otro la cuestión de la existencia frente a la no-existencia. Es por esto por lo que la falta de afecto o de cuidado u otros problemas de quienes nos acogieron representa una poderosa amenaza a la existencia del niño, porque pone en peligro su super*i*encia, su misma existencia f%sica o psicológica. Poco Poco impo import rta a cuál cuál haya haya sido sido la hist histor oria ia de nues nuestr tra a infa infanc ncia ia,, porq porque ue todo todoss noso nosotr tros os esta estamos mos ine*itablemente condenados a tropezar, más pronto o más tarde, con lo que el budismo denomina las tres marcas de la existencia el dolor o insatisfacción, la impermanencia y la falta de una identidad sólida y definida. El ser humano se diferencia del resto de los animales en que no existe prescripción fi1a alguna sobre el modo de ser humano y bien poco acerca del modo de conocernos y de ser nosotros mismos. / ello significa que nuestra *ida se halla ine*itablemente ligada al miedo a la no-existencia, un miedo que pone en marcha nuestro peculiar proyecto de identidad que aspira a con*ertimos en algo sólido, sustancial, estable, predecible y real. #e un modo u otro, casi todo ser humano descubre, en su infancia, amenazas reales o percibidas a su bienestar, seguridad y super*i*encia. / puesto que en esa 'poca el niño carece de la capacidad de reflexionar sobre s% mismo -la capacidad de *erse y conocerse ob1eti*amente, la capacidad de permanecer consciente de su experiencia-, necesita que los adultos le apoyen y reflexionen por 'l. Pero, cuando el niño no se siente *isto, reconocido. amado o bien*enido por su familia o por la sociedad, ocurre algo parecido a cuando miramos en un espe1o y no *emos a nadie, una situación situación que *a acompañada acompañada de la sensación sensación de deficiencia deficiencia y de miedo 5+al 5+al *ez yo no sea nada»).
Es frente a esta amenaza a su existencia cuando el niño se afirma creando alg$n tipo de existencia estable y desarrollando una identidad basada en las imágenes y relatos sobre s% 59ui'n soy"0. «Yo soy yo») que se asienta en el con1unto de representaciones que *an configurándose a tra*'s de nuestra interacción con los demás. +odos nos aferramos a esa identidad -por más negati*a y limitada que sea-, sin importar que la historia de nuestra *ida haya sido positi*a o negati*a -/o soy especial0, /o no necesito que me amen0, /o no soy bueno0 o incluso /o no soy nadie0 porque, a fin de cuentas, nos proporciona una sensación de existencia y el hecho de ser algo -aunque sea negati*o: es me1or que no ser nada. 7os niños muestran una gran in*enti*a a la hora de con*ertir las amenazas a su existencia en una identidad que les libere de la ansiedad y les proporcione una sensación de existencia estable. El impulso inteligente que subyace a todo proyecto de identidad es el deseo de superar el miedo a ser imperfectos, conocemos y *alorarnos a nosotros mismos y en suma, as%, poder llegar a sentir que somos reales. ;ecuerdo el caso de #an, un cliente que durante su infancia tu*o que hacer frente a una gran carencia afecti*a en torno a la cual se *io obligado a construir su identidad. / es que #an sólo se sent%a real cuando estaba *ac%o, carente y despose%do. Es por esto por lo que su proyecto de identidad giraba en mantener ese estado de pri*ación interna, una estrategia que al principio le hab%a ser*ido para conser*ar la salud en una situación *ital sumamente enfermiza. #e adulto, sin embargo, su identificación con la carencia se con*irtió en un obstáculo que le imped%a nutrirse de la *ida y de las relaciones. (e sent%a incómodo con las mu1eres que le amaban, porque eso amenazaba la sensación de carencia en torno a la cual se hab%a articulado su identidad y, en consecuencia, pon%a en gra*e riesgo su personalidad. / 'se era tambi'n el tipo de relación que manten%a con el dinero. 8s% fue como su personalidad hab%a acabado con*irti'ndose en una trampa, una forma anquilosada de estar en el mundo que le ale1aba tanto de la plenitud de su aut'ntica naturaleza como de la plenitud de su relación con los demás. demás. / es que cualquier identidad personal comienza siendo una estrategia estrategia de super*i*enci super*i*encia a inteligente inteligente elabor elaborada ada a partir partir de los recurs recursos os natura naturales les de la person persona, a, pero pero acaba acaba transf transform ormánd ándose ose en un proye proyecto cto compulsi*o que genera un gran conflicto interno y obstaculiza el desarrollo. Pero, a pesar de que su identidad hab%a terminado *ol*i'ndose en su contra, #an se dio cuenta de la milagrosa creati*idad impl%cita en el hecho de crear algo 5una sensación de existencia6 a partir de nada 5una precisamente nte porque porque era nada, una estrateg sens sensac ació ión n de inex inexist isten encia cia6. 6. / es que que #an #an era algo precisame estrategia ia que e*idenciaba una creati*idad muy ingeniosa que tambi'n expresaba a tra*'s del arte. (us dibu1os, inspirados en el zen y su est'tica del *ac%o, eran muy sobrios y consist%an en simples l%neas flotando sobre el fondo abierto del espacio. #e este modo, su relación %ntima con el *ac%o se hab%a con*ertido en una aut'ntica cualidad que le permit%a crear a partir de casi nada. Pero esta actitud, sin embargo, tambi'n pose%a una contrapartida neurótica que le lle*aba a equiparar erróneamente el *ac%o del zen con la sensación de pri*ación interna y a utilizar la lógica budista para 1ustificar y perpetuar su sensación de carencia.
Coemergencia 7a escuela mahamudra del budismo tibetano considera a la mente despierta y la mente confusa como dos aspectos de la misma realidad. #esde esta perspecti*a, perspecti*a, se dice que la neurosis y la salud, el encadenamiento y la libertad, la existencia y la inexistencia, la patolog%a y el camino emergen simultáneamente como la trama y la urdimbre urdimbre de la misma tela. !ierto hombre hab%a desarrollado una identidad de mutilado ps%quico que parec%a decir algo as% como no puedo hacerlo soy incapaz0, una estrategia que cumpl%a con la función de des*iar los ataques de su madre a su propia autonom%a. !uando, a lo largo del proceso terap'utico, nos acercábamos a cuestiones import important antes es y estaba estaba a punto punto de entrar entrar en contac contacto to con algo algo que pod%a pod%a lle*arl lle*arle e más allá allá de las limitaciones de su identidad, su mente se *e%a cubierta de una especie de niebla y dec%a no puedo hacerlo... está más allá de mis posibilidades0. !uando finalmente comprendió la inteligencia oculta en aquella estrategia -una estrategia que no era tanto una prueba de su incompetencia como un brillante mecanismo de protección-, la niebla se disipó y pudo comenzar a traba1ar más directamente con aquella *ie1a identidad. (e trataba de una ingeniosa mascarada que le hab%a protegido, al mismo tiempo que tambi'n hab%a ser*ido para engañar a su madre.
> !ierta mu1er hab%a desarrollado la estrategia de agradar a los demás y sent%a una gran ansiedad cuando no lo hac%a. hac%a. Pero esa maniobra maniobra tambi'n encerraba el deseo de ayudar, algo algo que comenzó comenzó a desarrollar para tratar de aportar cierta luz a los miembros infelices de su familia. #e hecho, era una mu1er que ten%a una gran luz dentro de s%? el problema era que se hab%a identificado con el portador de la luz0 y hab%a acabado creyendo que, de no hacerlo, corr%a el riesgo de desmoronarse. >
La crisis de identidad y la elección existencial @ás pronto o más tarde, todas las estrategias que adoptamos en la infancia para sobre*i*ir a las circunstancias familiares que nos depara la *ida acaban con*irti'ndose en un obstáculo que ine*itablemente aboca a una crisis de identidad que nos obliga a cobrar conciencia de lo que, hasta ese momento, hab%amos estado haciendo. 8s% es como la crisis de identidad suele 1alonar el acceso a la inteligencia, la salud y los poderosos recursos internos que se hallan ocultos en nuestra personalidad condicionada. El modo como gestionemos esa crisis de identidad determina la dirección que, a partir de ese momento, asumirá asumirá nuestra nuestra *ida. +al +al *ez reconozcamo reconozcamoss que la estructura estructura de nuestra nuestra personalida personalidad d constriñe constriñe nuestra nuestra *ida pero pero cóm cómo o *amo *amoss a aban abando dona narr aque aquellllo o que que nos nos ha prop propor orci cion onad ado o una una sens sensac ació ión n segu segura ra de existencia" 9ui'n yo soy sino esta identidad" !ómo podr%a sentirme seguro y sobre*i*ir sin ella"0 o ol*idemos que nuestra identidad se erige como una defensa ante la inexistencia y que, en consecuencia. la perspecti*a de abandonarla nos enfrenta al miedo primordial a la muerte y a lo desconocido. En cualquier proceso de crecimiento, ya sea psicológico o espiritual, siempre llega un momento cr%tico en el que tenemos que decidir si queremos a*anzar hacia lo desconocido 59u' será de m% si abandono los hábitos familiares"06. En ese momento se abren ante nosotros tres posibilidades diferentes, de las cuales sólo la $ltima nos proporciona un camino hacia delante 5mientras que las dos primeras no hacen sino reforzar la patolog%a6. 7a primera posibilidad consiste en no mo*er las cosas y no arriesgarnos a entrar en lo desconocido, aunque nuestras *ie1as pautas hayan de1ado ya de ser*irnos. En los clientes que se hallan en terap%a, esta alternati*a asume la siguiente racionalización neurótica 7as cosas no *an tan mal. Es cierto que mi forma de ser puede causarme algunos problemas, pero al menos es algo conocido0. Pero sucede que, cuando las personas deciden no dar el paso hacia delante que podr%a liberarles, quedan atrapadas en su propio capullo y su identidad se *uel*e más patológica, porque ahora están utilizándola de un modo deliberado para encubrir las potencialidades más ele*adas de su ser. 7a segunda opción consiste en castigamos a nosotros mismos por la personalidad en la que nos hemos con*ertido o luchar con todas nuestras fuerzas para *i*ir de acuerdo con nuestros ideales. Pero debo decir que e*itar lo desconocido sustituyendo la *ie1a identidad por otra más )espiritual) tampoco sir*e de gran cosa.
7a tercera -y $nica elección posible consiste en de1ar de *iolentarnos y de tratar de con*ertirnos en algo que no somos y abrirnos a nuestra experiencia tal cual es, una posibilidad que requiere el pre*io desarrollo de la capacidad de permanecer presentes en medio del dolor, el miedo y las experiencias por las que atra*esemos. Es esta presencia la que nos permite establecer contacto con las potencialidades más profundas de nuestro ser y trascender las limitaciones impl%citas en cualquier personalidad.
Trabajar con nosotros tal cual somos #e qu' modo podemos con*ertir los miedos y fi1aciones de la personalidad en peldaños del camino del despertar" 8ntes de emprender el *erdadero camino tenemos que darnos realmente cuenta de que lo que que es, es, algo noso nosotr tros os cons consid ider eram amos os la real realid idad ad no es más más que que una una *ers *ersió ión n de lo que algo nada nada sencill sencillo, o, por cierto, ofuscados, como estamos, por las esperanzas, los miedos, las creencias y las opiniones y formas habituales de sentir y percibir. Es por esto por lo que el primer paso para transformar a la personalidad pasa por aceptamos tal cual somos, sin de1arnos arrastrar por el miedo a lo que podamos descubrir.
La transmutación de la neurosis 7a reacti*ación de la inteligencia superior que se oculta en nuestro ser *a acompañada de la desapa desaparic rición ión de cierto ciertoss rasgos rasgos perif'r perif'rico icoss de nuestr nuestra a person personali alidad dad,, aunque aunque los aspect aspectos os más anquilosados, sin embargo, toda*%a posean demasiada energ%a ps%quica como para rendirse fácilmente. Ansisto en que no se trata aqu% tanto de emprender una cruzada, como de una transmutación amable que pasa pasa por por la compr compren ensió sión n prof profun unda da de la natu natura ralez leza a de los los obst obstác ácul ulos os,, un modo modo de proc proced eder er perfectamente e1emplificado por Padmasambha*a, que lle*ó el budismo al +%bet y que, en lugar de declarar la guerra a los *ie1os demonios de la cultura chamánica prebudista, los con*irtió en protectores del #harma. / es que el reconocimiento de la profunda inteligencia que se oculta en nuestros demonios nos ayuda a encauzarlos en una dirección más positi*a. ;ecuerdo el caso de un cliente que ten%a dificultades para superar una *ie1a identidad de franca oposición que se hab%a con*ertido en un *erdadero problema. El mensa1e básico que transmit%a esta actitud era algo as% como yo no quiero y t$ no puedes obligarme0, una actitud que, en su infancia, hab%a cumplido con una importante función de super*i*encia como defensa contra una madre controladora e intrusi*a. Este no0 encerraba una gran fuerza e inteligencia, era su forma de conser*ar su integridad y de negarse a ser engullido por una madre demasiado dominante, aunque tambi'n le causó una profunda ansiedad y contracción interna que limitaba mucho su capacidad de relacionarse con los demás. #urante su *ida adulta hab%a tratado de librarse de esta negati*idad y de )pensar positi*amente) sin lograrlo. El problema era que se sent%a más fuerte cuando afirmaba su no0, por lo que el rechazo de esta actitud iba necesariamente acompañado de una p'rdida de su *italidad y de su poder. Bl se sent%a como si tu*iera un monstruo en el *ientre 5la zona de su cuerpo en donde más tenso se sent%a6 que apretaba las tuercas de su )fontaner%a interna) para no sentirse nunca desbordado por el &tro 5por el afecto, el amor o la estimulación emocional del mundo6.
(u familia no le hab%a proporcionado ning$n modelo de fuerza y de poder. #e este modo, la tensión abdominal era su forma de desarrollar lo que los 1aponeses denominan hará -el asentamiento en el *ientre-, algo de lo que su familia parec%a carecer. En la medida en que fue comprendiendo el propósito fundamental de aquella tensión interna -protegerle, conser*ar su integridad y desarrollar una fortaleza que nadie le hab%a enseñado desapareció la necesidad de tratar a patadas a ese monstruo. !uando !uando se alineó alineó consci conscient enteme emente nte con el propós propósito ito básico básico impl%c impl%cito ito en su actitu actitud d negati negati*a, *a, descubrió que era un amigo cuya energ%a pod%a ser encauzada de un modo más positi*o. 8s% fue como, en lugar de decir no0 al mundo, pudo comenzar a ser*irse del poder de aquella energ%a para hacer frente a las situaciones amenazadoras que se le presentaban, sin *erse desbordado por ellas, un cambio que le permitió descubrir, detrás de su no0, una energ%a genuina y afirmadora de la *ida. Este e1emplo ilustra perfectamente que, aun las cosas que más terribles nos parecen, encierran un significado profundo que clama por ser descubierto y reorientado hacia una afirmación más positi*a de la *ida. / es que, detrás de cada herida, siempre se oculta una bendición. Por esta razón, si lo $nico que hacemos es culparnos por las pautas de nuestra personalidad, no podremos disfrutar de a los dones que enci encier erra ran n en su inte interi rior or y no hare haremos mos más más que que empo empobr brece ecern rnos os.. cual cualqu quie ierr cosa cosa cont contra ra la que que luchemos, por más neurótica que parezca, puede con*ertirse en un hito importante del camino del despertar? cualquier problema o confusión, cualquier cosa que nos parezca imposible puede, si lo afrontamos afrontamos directamente, directamente, si lo *emos, lo sentimos y lo con*ertimos en nuestro amigo, transformarse transformarse en parte de nuestro camino. Es fácil desalentarse por los problemas que nos depara la *ida y preguntarse por qu' resulta tan dif%cil ser humano"0, por qu' tengo que pasar por esto"0, por qu' no estoy más iluminado"0 / ese desaliento nos impide ad*ertir la cualidad de camino de la e*olución humana. 7a iluminación no es un ob1eti*o ideal, un estado perfecto de mente o un reino espiritual situado en los cielos, sino un *ia1e que tiene lugar en esta tierra. Es el proceso del despertar a lo que somos y de abrirnos plenamente a ello. 8l comienzo de nuestra *ida nuestra conciencia se halla tan abierta y somos tan *ulnerables, que no tenemos más alternati*a que protegernos con la máscara de la personalidad. Pero a esa edad toda*%a no podemos comprenderlo ni afrontarlo, y tenemos que comenzar con*irti'ndonos en una entidad sólida y limitada para sentir que realmente existimos. +odas las defensas de nuestra personalidad poseen su prop propia ia inte intelilige genc ncia ia y son son compl complet etam amen ente te comp compre rens nsib ible les, s, toda todass nos nos prop propor orci cion onan an un camin camino. o. Pero experi experimentar mentar el peso y las contracciones contracciones de la personalidad personalidad condicionada condicionada es precisament precisamente e lo que nos moti*a a buscar nuestra naturaleza superior. El problema no reside tanto en nuestra personalidad como en nuestra negati*a a seguir creciendo, con lo cual acabamos atrapados y nuestro desarrollo se estanca. El budismo describe el proceso del despertar utilizando la metáfora de la serpiente que se desenrosca. En este sentido, nuestra energ%a se haya atrapada en los reco*ecos de nuestra neurosis, pero para desentrañar esta maraña y de1ar de estar atrapados, no tenemos que matar a la serpiente ni sublimar su energ%a en formas socialmente aprobadas sino, muy al contrario, permitirle hacer lo que naturalment naturalmente e quiere hacer Cdesenroscar Cdesenroscarse se y poder as% acceder a su poder y su *italidad. *italidad. / lo que permite desenroscarse a la serpiente enrollada es la conciencia y la compasión. 7a compasión no trata de doma domarr a la serp serpie ient nte, e, sino sino que que util utiliz iza a la ener energ% g%a a asoc asocia iada da a la neur neuros osis is para para ayud ayudar arno noss a proseguir nuestro camino, el camino interminable que libera las cualidades más profundas de nuestro ser al tiempo que las proclama, las celebra y las utiliza para ayudamos a nosotros mismos y a los demás.