Datos biográficos: Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia (en la actualidad, Příbor en la República Checa). Fue el mayor de seis hermanos (cinco niñas y un niño). Tenía además hermanastros de un matrimonio anterior de su padre. Cuando todavía era un niño, su familia se trasladó a Viena a causa de los disturbios antisemitas. Pese a que Freud provenía de una familia de pocos recursos, sus padres se esforzaron para que obtuviera una buena educación. Ingresó en la Universidad de Viena a los 17 años, años, donde donde cursó cursó sus estudios estudios a pesar pesar de que también también había había antise antisemit mitism ismo o en Austria. En 1877, abrevió su nombre de Sigismund Schlomo Freud a Sigmund Freud . Los Los prime primero ros s años años de Freu Freud d son son poco poco cono conoci cido dos s ya que que dest destru ruyó yó sus sus escr escrit itos os personales en dos ocasiones, la primera vez en 1885 y de nuevo nuevo en 1907. 1907. Luego, Luego, sus escrit escritos os poster posterior iores es fueron fueron protegidos protegidos cuidadosamente cuidadosamente en los Archivos Archivos de Sigmund Sigmund Freu Freud, d, a los los que que sólo sólo tení tenían an acce acceso so Erne Ernest st Jone Jones s (su (su biógrafo oficial) y unos pocos miembros del círculo cercano al psicoanálisis. El trabajo de Jeffrey Moussaieff Masson arrojó alguna luz sobre la naturaleza del material oculto. En 1886 1886,, Freu Freud d se casó casó y abri abrió ó una una clín clínic ica a priv privad ada a especializada en desórdenes nerviosos, donde empezó su práctica para tratar la histeria (la conoció por medio de Charcot, en su viaje a Francia) y la neurosis utilizando el método catártico de Josef Breuer en pacientes. Más tarde abando abandonó nó este este método método en favor favor de la asocia asociació ción n libre. libre. Observó que podía aliviar los síntomas de sus pacientes recostándolos en un sofá y animándolos a que expresaran lo primero que les venía a la mente. Comenzó desde ese momento a desarrollar los fundamentos del psicoanálisis. Tras publicar algunos textos sobre sus investigaciones, Freud fue designado profesor en la Universidad de Viena en 1900. Comenzó a incorporar personas que se sumaron al movimiento psicoanalítico que empezaba a definirse. Freud tenía poca tolerancia hacia los colegas que disentían de sus doctrinas teóricas, y algunos se separaron eventualmente. Los ejemplos más conocidos son Carl Jung y Wilhelm Reich. En 1938, tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, Freud (judío) escapó con su familia a Inglaterra con ayuda financiera de su paciente y familiar, Mari Marie e Bona Bonapa part rte. e. Al cruz cruzar ar la front fronter era a alem aleman ana a se le exig exigió ió que que firm firmara ara una una declaración donde se aseguraba que había sido tratado con respeto por el régimen nazi (a pesar de haber sufrido arresto domiciliario). Freud estaba enfermo de cáncer oral, tuvo 33 intervenciones quirúrgicas a partir del año 1923, falleció en 1939 a causa de una sobredosis de morfina inyectada por un colega a petición del mismo Freud, que no podía soportar los dolores producidos por el cáncer que sufría en la boca. Las teorías de Sigmund Freud y el tratamiento que daba a sus pacientes causaron un gran revuelo en la Viena del s. XIX y el debate sobre las mismas continúa en la época actual. Sus ideas son a menudo discutidas y criticadas, y muchos consideran su obra como más bien perteneciente al campo del pensamiento y de la cultura en general. Además, existe un amplio debate sobre si el psicoanálisis y los tratamientos asociados a él pertenecen al ámbito de la ciencia.
La división de opiniones sobre Freud se puede resumir de este modo; por un lado, sus seguid seguidore ores s más conven convencid cidos os le consid considera eran n un gran gran cientí científic fico o de la medici medicina na que descubrió importantes verdades sobre la psicología humana; y por otro, sus críticos lo ven como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y nos ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso. Biografía extraída íntegramente de Wikipedia; “S igmund Freud”
La estructura de la personalidad: Según Freud la personalid personalidad ad humana surge del conflicto conflicto entre nuestros nuestros impulsos instintivos tendentes a la agresividad y a la búsqueda del placer, por un lado, y los límites sociales que se les impone por otro. La personalidad se construye como un intent intento o de concil conciliar iar estas estas dos instan instancia cias s buscan buscando do la satisf satisfacc acción ión de nuestr nuestros os instintos sin ser víctimas de los sentimientos de culpa o castigo. Para explicar este conflicto Freud construyó unos conceptos teóricos que interactuaban entre sí: el ello, el yo y el super-yo. Estos conceptos no tienen que considerarse como poseedores de una verdad objetiva sino más bien como herramientas útiles para la comprensión de la dinámica de nuestro psiquismo.
El Ello: Freud, desde el paradigma antropológico del darwi darwini nism smo, o, asum asumió ió que que las las moti motiva vaci cion ones es bási básica cas s del hombre no podían podían ser diferentes a las de cual cualqu quie ierr otro tro ani anima mal: l: autoconservación, agresividad y reproducción; no obstante, estas motivacion motivaciones es no aparecían aparecían tal tal cual cual en nues nuestr tra a vida vida social, como sí que apar apare ecen en el res resto de animales, sino que quedan ocultas, ocultas, por convenien conveniencias cias culturales, a un nivel inconsciente. El ello es ese depósito inconsciente de nuestra energía psíquica primaria que busca la satisfacción de esos impulsos biológicos primitivos. Obviamente el ello actúa movido por el principio del placer: busca la satisfacción de nuestros deseos. Pensemos en un niño que en un supermercado coge una bolsa de patatas la abre y empiez empieza a a comérs comérsela ela para vergü vergüenz enza a de su madre; madre; está está actuan actuando do movido movido por el princ princip ipio io del del plac placer er,, busc busca a la mera mera sati satisf sfac acci ción ón de la nece necesi sida dad d biol biológ ógic ica a de alimentarse. Los impuls impulsos os del ello ello son son innume innumerab rables les sin embarg embargo o podemo podemos s agrupar agruparlos los en dos grandes instintos primarios: Eros y Tánatos. El impulso de Eros tiende a la reunión de elementos dispersos en una unidad mayor por esto también se le denomina impulso de vida ya que la construcción de nuevas realidades es su meta principal. Por su parte, el impulso de Tánatos busca la disolución de una unidad en un conjunto de elementos más pequeños, se le denomina también impulso de muerte. Para Freud esto estos s impu impuls lsos os está están n prese present nte e incl inclus uso o en algu alguno nos s proc proces esos os inor inorgá gáni nico cos s de la naturaleza naturaleza (atracción(atracción-repul repulsión, sión, cristalizac cristalización-di ión-disolu solución, ción, etc.). etc.). El deseo deseo de formar una familia, de pertenecer a un grupo social, de construir algo puede ejemplificar el impulso de Eros; por contra el deseo de desintegrar una realidad social o de romper con las ataduras culturales que nos constriñen pueden ejemplificar a la perfección el impulso de muerte.
La división de opiniones sobre Freud se puede resumir de este modo; por un lado, sus seguid seguidore ores s más conven convencid cidos os le consid considera eran n un gran gran cientí científic fico o de la medici medicina na que descubrió importantes verdades sobre la psicología humana; y por otro, sus críticos lo ven como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y nos ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso. Biografía extraída íntegramente de Wikipedia; “S igmund Freud”
La estructura de la personalidad: Según Freud la personalid personalidad ad humana surge del conflicto conflicto entre nuestros nuestros impulsos instintivos tendentes a la agresividad y a la búsqueda del placer, por un lado, y los límites sociales que se les impone por otro. La personalidad se construye como un intent intento o de concil conciliar iar estas estas dos instan instancia cias s buscan buscando do la satisf satisfacc acción ión de nuestr nuestros os instintos sin ser víctimas de los sentimientos de culpa o castigo. Para explicar este conflicto Freud construyó unos conceptos teóricos que interactuaban entre sí: el ello, el yo y el super-yo. Estos conceptos no tienen que considerarse como poseedores de una verdad objetiva sino más bien como herramientas útiles para la comprensión de la dinámica de nuestro psiquismo.
El Ello: Freud, desde el paradigma antropológico del darwi darwini nism smo, o, asum asumió ió que que las las moti motiva vaci cion ones es bási básica cas s del hombre no podían podían ser diferentes a las de cual cualqu quie ierr otro tro ani anima mal: l: autoconservación, agresividad y reproducción; no obstante, estas motivacion motivaciones es no aparecían aparecían tal tal cual cual en nues nuestr tra a vida vida social, como sí que apar apare ecen en el res resto de animales, sino que quedan ocultas, ocultas, por convenien conveniencias cias culturales, a un nivel inconsciente. El ello es ese depósito inconsciente de nuestra energía psíquica primaria que busca la satisfacción de esos impulsos biológicos primitivos. Obviamente el ello actúa movido por el principio del placer: busca la satisfacción de nuestros deseos. Pensemos en un niño que en un supermercado coge una bolsa de patatas la abre y empiez empieza a a comérs comérsela ela para vergü vergüenz enza a de su madre; madre; está está actuan actuando do movido movido por el princ princip ipio io del del plac placer er,, busc busca a la mera mera sati satisf sfac acci ción ón de la nece necesi sida dad d biol biológ ógic ica a de alimentarse. Los impuls impulsos os del ello ello son son innume innumerab rables les sin embarg embargo o podemo podemos s agrupar agruparlos los en dos grandes instintos primarios: Eros y Tánatos. El impulso de Eros tiende a la reunión de elementos dispersos en una unidad mayor por esto también se le denomina impulso de vida ya que la construcción de nuevas realidades es su meta principal. Por su parte, el impulso de Tánatos busca la disolución de una unidad en un conjunto de elementos más pequeños, se le denomina también impulso de muerte. Para Freud esto estos s impu impuls lsos os está están n prese present nte e incl inclus uso o en algu alguno nos s proc proces esos os inor inorgá gáni nico cos s de la naturaleza naturaleza (atracción(atracción-repul repulsión, sión, cristalizac cristalización-di ión-disolu solución, ción, etc.). etc.). El deseo deseo de formar una familia, de pertenecer a un grupo social, de construir algo puede ejemplificar el impulso de Eros; por contra el deseo de desintegrar una realidad social o de romper con las ataduras culturales que nos constriñen pueden ejemplificar a la perfección el impulso de muerte.
Es importante subrayar que Freud no hace una consideración ética de estos dos impulsos, toda vez que este tipo de consideración no es pertinente al pertenecer estos impulsos a una realidad amoral como el ello. Eros no es bueno como Tánatos tampoco es malo, estas consideraciones carecen de valor y fundamento. ¿Acaso el deseo de un hombre de cuarenta años de permanecer bajo la tutela de su mamá es algo bueno? ¿Aca ¿Acaso so el dese deseo o de inde indepe pend nden enci cia a en un jove joven n es ma malo lo? ? Vemo Vemos s que que esta estas s consideraciones carecen de sentido en sí mismas y las valoraciones morales se sitúan a un nivel muy diferente que las valoraciones psicológicas. Además Freud subraya que ambos impulsos se retroalimentan y dependen entre sí. Por ejemplo, un león desea cazar una presa, para ello necesita matarla y digerirla (Tánatos) pero la finalidad de esta acción no es la destrucción en sí sino que quizás sea el mantenimiento del propio organismo o incluso alimentar a las crías (Eros).
El yo: A medida que el niño va creciendo va también aprendiendo que sus deseos chocan con el mundo real; esto fuerza al niño a readaptar sus deseos a ese mundo real a través del principio de realidad. Así se construye el yo consciente en el primer año de vida del suje sujeto to,, el yo que que cree creemo mos s que que somo somos. s. Este Este yo es la part parte e visi visibl ble e de nues nuestr tra a personalidad pero las raíces profunda de nuestra identidad permanecen en el lado inconsciente de nuestro psiquismo. Todas las motivaciones conscientes no son más que motivaciones inconscientes transformadas por el super-yo para que el yo pueda conservar incólume su autoconcepto. Un ejemplo típico es el amor sexual; a pesar de la poesía, el arte que lo ensalza, o los sentimientos tan nobles que alimenta, desde la perspectivas psicoanalítica el amor tiene un origen inconsciente en el impulso de la autoperpetuación que aparece en todos los seres vivos; la creación simbólica asociada al amor (la ternura, el afecto, la fidelidad) no son más que velos con los que encubrir su motivación primaria, biológica e incluso fisiológica. El yo se complace en considerar que sus sentimientos se basan en principios nobles y no en un mero impulso de satisfacción instintivo. Los elementos inconscientes son lesivos para el concepto que de sí mismo posee el yo, por por esta esta razó razón n esos esos elem elemen ento tos s inco incons nsci cien ente tes s son son repr reprim imid idos os y no surg surgen en a la concie concienci ncia a más que en ocasio ocasiones nes puntua puntuales les como como sueño sueños s y actos actos fallid fallidos. os. Los proces procesos os de libre libre asocia asociació ción n o la interp interpret retaci ación ón de los sueños sueños del paciente paciente son metodologías terapéuticas propias del psicoanálisis.
El super-yo: Más tarde en el proceso de desarrollo, a los cuatro o cinco años, el individuo empieza a desarrollar ideales de comportamientos que nos dicen no sólo como debemos de actuar para satisfacer los impulsos del ello (principio de realidad del yo) sino como deberíamos de comportarnos. Así el sujeto va interiorizando y creando una conciencia moral que va más allá de la adecuación práctica de su conducta a la realidad. El super-yo genera un “ideal del yo” que intenta de imponer al pr opio yo efectivo. El super-yo nace de las exigencias culturales que pesan sobre el sujeto desde su más tierna infancia. La sociedad en su conjunto, pero sobre todo los padres del niño son los que construyen dentro de él esta instancia psíquica. Sentimientos como los de culpa o satisfacción moral son generados en el super-yo cuando este es satisfecho en sus exigencias. Las exigencias del ello (principio de placer) y del super-yo (ideal moral de yo) están en franco conflicto la resolución de este conflicto es tarea del yo que debe mediar entre las exigencias biológicas encarnadas por el ello y las exigencias sociales representadas por el super-yo. En este cruel conflicto la posición del yo es siempre comprometida e inestable: por un lado el ello acosa al yo con exigencias perentorias que precisan
satisfacción inmediata, por otro lado, el super-yo reprime esos impulsos e incluso las motivaciones ocultas tras las “nobles” acciones del yo. La salud mental es ese equilibrio inestable entre estas dos potencias.
Neurosis y psicosis: Cuando se produce el inevitable conflicto entre el ello y el super-yo el yo puede resolver este conflicto de un modo sensato y socialmente admitido o puede no hacerlo. Cuando no se resuelve este conflicto de un modo apropiado surge una patología mental; el yo, en este caso, puede identificarse unilateralmente con las exigencias del super-yo o, por contra, con las exigencias del ello. En un caso se produce la neurosis y en otro la psicosis. Por neurosis Freud entendía un abigarrado número de patologías mentales que tienen como nexo común que una conducta patológica afectada de estados de profunda culpa, miedo o ansiedad. El lavarse repetitivamente las manos puede ser un ejemplo de esta conducta neurótica que pretende “purificar” de un modo simbólico los aspectos del ello que el yo se afana en ocultar para satisfacer al super-yo. El miedo a los espacios abiertos puede tener el mismo origen: el deseo de proteger al yo ideal de un choque contra el mundo real que le produciría angustia y ansiedad. Otros trastornos como los depresivos pueden caer bajo esta amplia etiqueta de “neurosis” toda vez que en estos trastornos el sujeto desarrolla una continua baja autoestima y un continuo sentimiento de culpa: el super-yo domina la vida psíquica del enfermo mostrándole de continuo su alejamiento de lo que “debería ser” según los estrictos criterios del yo ideal del super-yo. Por psicosis Freud entendía aquellos trastornos en donde el sujeto se exiliaba de la realidad y construía otra diferente a la realidad socialmente admitida. El psicótico tiene alucinaciones y no ve la realidad tal cual nosotros la vemos sino distorsionada por las exigencias del ello que al final llevan al enfermo a un estado de desconexión total con la realidad social y a un profundo sentimiento de soledad. Según el psicoanálisis las psicosis sobreviene cuando el enfermo se ha tenido que enfrentar a hechos dramáticos y frustrantes que le han empujado a cortar sus nexos con la realidad, es decir a abandonar el principio de realidad del yo en aras del principio de placer. El sufrimiento del enfermo psicótico llega cuando percibe la exclusión social y afectiva que conlleva su ruptura con la realidad ordinaria de tal manera que una construcción irreal del mundo que debería satisfacer plenamente al ello desconectado con la realidad se convierte en una pesadilla. Los niños pequeños tienen episódicos comportamientos neuróticos (fobias, angustias, etc.) y psicóticos (amigos invisibles, alucinaciones, etc.) pero estos desajustes son normales en cualquier desarrollo psíquico. El equilibrio entre las exigencias del ello y del super-yo es difícil y alcanzarlo es un proceso complejo con muchos escollos intermedios.
Mecanismos de defensa (extraído íntegramente del manual de Psicología Myers): La ansiedad, decía Freud, es el precio que pagamos por la civilización. Como miembros de grupos sociales debemos controlar nuestros impulsos sexuales y agresivos y evitar mostrarlos. Pero a veces el yo teme la pérdida del control en su lucha interna entre las exigencias del ello y del super-yo, y el resultado es una nebulosa oscura de ansiedad desmedida, que nos deja el sentimiento de intranquilidad sin saber cuál es la causa. En esos momentos, según Freud, el yo se protege a sí mismo con mecanismos de defensa. Estas tácticas reducen o reorientan la ansiedad de diversas maneras, pero siempre distorsionando la realidad. Veamos seis ejemplos. La represión elimina de la conciencia los pensamientos y los sentimientos que despiertan la ansiedad. Según Freud, la represión subyace a todos los otros
mecanismos de defensa, cada uno de los cuáles oculta impulsos amenazantes y los mantiene alejados de la conciencia. Para él, la represión explica por qué no recordamos el deseo que sentíamos por nuestro progenitor del otro sexo en la infancia. Sin embargo, también creía que la represión suele ser incompleta, que los impulsos reprimidos afloran en los símbolos oníricos y en los lapsus verbales. Siguiendo con la teoría de Freud, también luchamos contra la ansiedad mediante la regresión, es decir, con el retorno a una etapa más temprana del desarrollo infantil. Por tanto, es posible que cuando un niño se siente ansioso por los primeros días de colegio haga una regresión a la etapa oral y empiece a chuparse el pulgar. Los monos jóvenes, cuando están ansiosos, regresan al regazo de su madre o de u sustituto. También los estudiantes universitarios de primer año pueden extrañar la seguridad y la comodidad de su hogar. En el tercer mecanismo de defensa, la formación reactiva, el yo disfraza de manera inconsciente los impulsos inaceptables y aparecen como sus opuestos. En el camino hacia la conciencia, la frase inaceptable “lo odio” se convierte en “lo quiero”, la timidez se vuelve osadía y los sentimientos de inferioridad se transforman en fanfarronería. La proyección disimula los impulsos amenazantes atribuyéndoselos a los demás. Por tanto, “no confía en mí” puede ser una proyección de un sentimiento real “no confío en él” o “no confío en mí mismo”. [... ] El mecanismo conocido de la racionalización sucede cuando generamos inconscientemente una justificación para poder ocultarnos a nosotros mismos los motivos reales de nuestros actos. Es así que los bebedores habituales pueden decir que beben con sus amigos “para ser sociables”. [...] El desplazamiento, siguiendo a Freud, desvía los impulsos agresivos o sexuales hacia un objeto o una persona que es psicológicamente más aceptable que el que despiesta los sentimientos. Los niños que temen expresar enojo contra los padres pueden desplazar este sentimiento pateando a su mascota. Los estudiantes molestos por un examen pueden descargar su malestar contra un compañero. Todos estos mecanismos de defensa funcionan de manera indirecta e inconsciente y reducen la ansiedad al disimular los impulsos amenazantes. Así como el organismo se defiende inconscientemente contra la enfermedad, así también, creía Freud, el yo se defiende inconscientemente contra la ansiedad.
imágenes: http://cwx.prenhall.com/bookbind/pubbooks/morris2_la/chapter11/medialib/sum mary/SMO444FA.GIF http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/41/Sigmund_Freud %2C_New_York_Times%2C_1922.JPG
fuentes: Myers, David G.; PSICOLOGIA; Editorial Médica Panamericana. Wikipedia; “Sigmund Freud” http://www.robertexto.com/archivo1/teoria_psico_perso_1.htm http://www.robertexto.com/archivo1/teoria_psico_perso_2.htm