Las formas de la resistencia indígena Los objetivos de esta clase son los siguientes:
Conoce Conocerr alguno algunos s de los procesos procesos y accion acciones es de resist resistenc encia ia de divers diversos os grupos frente a la invasión y la dominación colonial. Comprender que las acciones de resistencia pueden desplegarse de diversas formas formas y que, en ese sentido, es importante importante considerar considerar diferentes diferentes planos o dimensiones de la realidad. Avanza Avan zarr en la comp compren rensi sión ón de la conq conqui uist sta a y la colo coloni niza zaci ción ón como como un proc proces eso o comp comple lejo jo,, diná dinámi mico co,, conf confli lict ctiv ivo o que que atra atrave vesó só etap etapas as y cuya cuya cons consum umac ació ión n no fue fue ente entend ndid ida a como como un una a cues cuesti tión ón inev inevit itab able le para para los los contemporáneos que contemplaban diferentes alternativas posibles frente a lo que iba ocurriendo.
Consideraciones previas l r!gimen colonial que la corona espa"ola instaló en Am!rica se fundamentaba en una serie de desigualdades y privilegios. La vigencia de la esclavitud como forma de e#plotación de mano de obra en las plantaciones y en el ámbito urbano, y la e#tensión del trabajo forzado al que eran sometidas las comunidades ind$genas, fundamentalmente en las actividades mineras, son una prueba elocuente de esas inequidades. Además, el sector de los criollos si bien no afrontaba la dureza de la opresión laboral, laboral, s$ estaba estaba sometido sometido a las cargas fiscales fiscales y a las barreras barreras establecidas establecidas para participar en los cargos de gobierno. %or otra parte, todos los &abitantes de las coloni colonias as estaba estaban n someti sometidos dos al r!g r!gime imen n de monopo monopolio lio comerc comercial ial que establ establec$ ec$a a l$mite l$mites s estric estrictos tos a la autono autonom$a m$a económ económica ica.. staba staba comple completam tament ente e vedado vedado el intercambio comercial con potencias o estados no autorizados por la metrópoli. 'ampoco era libre el comercio entre distintas zonas de los virreinatos. s decir, se restring$a el comercio intracolonial. Los recursos naturales de Am!rica Am!rica fueron fueron sistemáti sistemáticamen camente te apropiados apropiados por los colonizado colonizadores res y e#ist$a e#ist$a una estricta estricta vigilancia vigilancia sobre las conductas que e#presaran e#presaran cuestionamientos a la presencia de los europeos en el continente y al modo en que se organizaban las colonias. l conjunto de sectores e#cluidos y castigados por el sistema económico y pol$tico que se montó en Am!rica ten$a fuertes razones para rebelarse y desencadenar una crisis al orden vigente. n esta clase intentaremos pensar pensar sobre algunos aspectos y ciertos ciertos episodios episodios relevantes relacionado relacionados s con las accion acciones es de oposic oposición ión protag protagoni onizad zadas as por los integra integrante ntes s de las comuni comunidad dades es ind$genas.
La resistencia de los pueblos originarios
Para leer: Las nociones de resistencia, rebelión e insurrección fueron adquiriendo mayor relieve en las (ltimas d!cadas del siglo )) mientras se profundizaba la crisis del paradigma *clásico+ de evolución que &ab$a do minado la mayor parte del mismo siglo. -/ La noción de resistencia puede asumir significados diferentes en función del conte#to en que se usa. %or lo general, parece relacionarse con situaciones en las cuales la correlación de fuerzas resulta particularmente desfavorable, por lo que, frente a una dominación que pretende arrastrar con todo, los grupos en resistencia luc&an incluso por defender su propia e#istencia. n tiempos recientes, y como reacción en contra de las celebraciones oficiales del quinto centenario del mal llamado *0escubrimiento+ de Am!rica, o *ncuentro de los mundos+, los movimientos ind$genas de Am!rica asumieron el lema *122 a"os de resistencia+ como un elemento importante de autoidentificación de sus luc&as. -/ no se trata de encerrar a los pueblos amerindios en una identidad esencializada y atemporal, por lo que resulta pertinente identificar tres procesos que se entrelazan en la dinámica de persistencia de las culturas ind$genas: la resistencia propiamente dic&a, la apropiación, que permite *indianizar+ elementos provenientes de la cultura dominante y la innovación como cambio asumido a partir de los rasgos propios. n cuanto a la resistencia misma no se limita a las formas abiertas de rec&azo e insubordinación como las numerosas rebeliones de la !poca colonial y, más a(n, del siglo )3), o procesos como la fuga para no pagar tributo o para revertir el proceso colonial de reducción y congregación de pueblos. 3ncluye formas de resistencia cotidianas y ocultas desde la renuencia a cumplir cabalmente con el trabajo impuesto o con los pagos e#igidos &asta los rituales secretos en cuevas y la atribución de un significado propio a los elementos del culto religioso dominante. 4asc&et, 5!rome: esistencia, rebelión, insurrección. Conceptos y fenómenos fundamentales de nuestro tiempo, %ablo 6onzalez Casanova -dir./, 7!#ico, 8niversidad 9acional Autónoma de 7!#ico, 2;<. %ágs. y <.
0e acuerdo a la periodización que establecimos en la clase anterior, dividimos el per$odo colonial en tres grandes etapas. La primera es la que se inició con los primeros viajes de e#ploración y conquista, y que estuvo marcada por la centralidad de los encomenderos y la preponderancia del poder pol$tico privado de los conquistadores. sta primera etapa se e#tendió a lo largo de las primeras d!cadas del siglo )=3 &asta que la monarqu$a impulsó una serie de estrategias y adoptó decisiones tendientes a conformar un stado colonial que le permitiera ejercer un poder más firme y e#tendido sobre las 3ndias. La consolidación de ese estado, su vigencia fortalecida durante el siglo )=3 y su pervivencia en el marco de la decadencia de spa"a en relación con otros estados europeos durante el siglo )=33 constituyen el segundo gran per$odo. %or (ltimo, en el siglo )=333, la Corona en manos de la dinast$a de los 4orbones adoptó nuevas medidas para reforzar su poder y la capacidad de control del stado sobre sus colonias que generaron muc&as reacciones. especto de los procesos de resistencia ind$gena a la dominación tambi!n se &a construido una periodización tradicional que está $ntimamente ligada a aquella que se elaboró para pensar las etapas del propio proceso de dominación. l esquema sostiene que en las primeras d!cadas, durante la etapa de la conquista privada,
e#istieron numerosas revueltas e intentos de resistencia a la conquista y colonización protagonizados por diversas comunidades. %osteriormente, el establecimiento del estado colonial &abr$a generado un apaciguamiento de los intentos de insubordinación debido a que el poder de la monarqu$a se &abr$a &ec&o más firme y, por ende, lograba controlar las rebeliones. >inalmente, la etapa de declive del siglo )=33 y los intentos de reforzamiento del stado impulsado por las reformas de los 4orbones en el siglo )=333 &abr$an motivado fuertes reacciones de resistencia por parte de los pueblos ind$genas. sta periodización esquemática entrelazada de forma co&erente con la cronolog$a general de la &istoria colonial tiene sus limitaciones y &a sido cuestionada y revisada en diversos aspectos. 'al como afirma 4asc&et, la resistencia es un concepto complejo y abarcador que debe entenderse a partir de varios criterios y dimensiones de análisis. 0esde una perspectiva más amplia del concepto, podemos encontrar numerosos y diversos movimientos, episodios y procesos de resistencia a lo largo de todo el per$odo colonial. 9o es conveniente pensar los procesos de resistencia de un modo convencional e#clusivamente atravesados por reacciones pol$ticas y militares frente a los conquistadores en los momentos e#actos de la invasión. #istieron formas más sutiles y solapadas de resistencia a lo largo de todo el per$odo colonial.
'al como anticipamos a lo largo de esta clase identificaremos y analizaremos algunos procesos, acontecimientos y protagonistas de acciones de resistencia ind$gena a la colonización, ocurridos en diferentes momentos pero en torno a un mismo espacio: el territorio que &ab$a controlado el imperio incaico antes de la invasión espa"ola. ?a nos preguntamos acerca de las razones por las cuales un grupo de conquistadores pudo derrotar a sociedades tan organizadas y pobladas como los incas y los me#icas@aztecas. La cuestión es importante porque realmente sorprende ver a la distancia la fulminante eficacia que tuvieron los colonizadores para imponerse sobre estos estados ind$genas que se desplomaron en relativamente poco tiempo. Analizamos los modos en que los conquistadores aprovec&aron la estructura organizativa de aquellos estados para erigirse como colonizadores, descabezando a los poderes centrales o aprovec&ando la disconformidad de comunidades subordinadas al 3na o al tlatoani 7octezuma, y e#plotando en su favor los enfrentamientos internos. 0e todos modos, no podemos afirmar que el control de estos grandes estados &aya sido muy sencillo para los conquistadores. Be registraron episodios y acciones de resistencia organizada que pueden interpretarse como los primeros pelda"os de un largo proceso de luc&as por la insumisión.
La rebelión de Manco Inca s cierto que el enfrentamiento entre uáscar y Ata&ualpa, dos aspirantes a la sucesión dinástica tras la muerte de uayna Capac, favoreció el triunfo de %izarro y de los conquistadores. 'ambi!n lo es que algunas comunidades como los &uancas y los ca"aris se unieron a los espa"oles en los enfrentamientos con las tropas leales al 3na. Bin embargo, la ejecución de Ata&ualpa ordenada por %izarro y la designación de un sucesor, 7anco 3nca, abrió un escenario marcado por la rebelión liderada por el nuevo l$der de la nobleza incaica. Con el apoyo de algunos generales y muc&os seguidores, en su mayor$a agricultores de ayllus serranos, el nuevo 3na organizó un intento de recuperación del Cusco y, tambi!n a trav!s del general Duisu ?upanqui, avanzó sobre Lima, la ciudad fundada por los espa"oles como base de su poder en la región andina. 0urante los enfrentamientos, los espa"oles apresaron y asesinaron a Asarpay, &ermana de 7anco 3nca. Además pudieron
reagruparse y, a trav!s de las armas y el liderazgo de varios jefes, contuvieron los intentos de 7anco 3nca y su ej!rcito de campesinos. l nuevo 3na se refugió en la ciudad norte"a de =ilcabamba y, desde all$, continuó la organización de acciones de resistencia.
¿Indígenas colaboradores? 'anto en 7!#ico, donde los espa"oles sometieron a los aztecas y fundaron el =irreinato de 9ueva spa"a como en %er(, durante el sometimiento de los incas los colonizadores se sirvieron de algunos integrantes de las sociedades que, por su posición cercana a los sectores dirigentes, &abr$an funcionado como engranajes fundamentales del proceso de conquista a partir de la colaboración con los espa"oles invasores. s conocido y controvertido el papel de la 7alinc&e como acompa"ante e int!rprete de ernán Cort!s en su camino a 'enco&titlán para enfrentar a 7octezuma. Para escuchar y reflexionar La canción La maldición de Malinche, compuesta por la cantautora me#icana Amparo Ec&oa, e#presa la vinculación entre la conquista espa"ola y situaciones de sometimiento y colonización contemporáneas. FCuáles parecen ser las ideas que se asocian simbólicamente a la figura de la 7alinc&e de acuerdo a la letra de la canciónG
n la conquista de los 3ncas, la figura de %aullu -&ermano de 7anco 3nca/ está asociada a un papel semejante al de la 7alinc&e. 7ientras 7anco 3nca organizaba la resistencia de un sector sobreviviente de la nobleza incaica junto con campesinos devenidos en guerreros en =ilcabamba, su &ermano %aullu se quedó en el Cusco y anduvo por el Collasuyu. n esas regiones acompa"ó a los &ermanos %izarro y al conquistador 0iego de Almagro en sus incursiones colonizadoras. Bin embargo, e#isten interpretaciones que plantean que el escenario que se inauguró con la ejecución de Ata&ualpa es más complejo y que, tal vez, tanto %aullu como 7anco 3nca formaban parte de una estrategia combinada que persegu$a el objetivo de sostener la pervivencia de algunas tradiciones y elementos de la cultura incaica. n un caso, con la organización de acciones armadas para recuperar y sostener espacios bajo soberan$a incaica y, en el otro, adaptándose e intentando &acer sobrevivir a un sector de la nobleza que &ab$a detentado el poder &asta el momento de la invasión en un conte#to en el que los espa"oles ya controlaban importantes regiones del antiguo 'aHantinsuyu. La distorsión en la reconstrucción del pasado: la búsqueda de adjetivaciones y clasificaciones binarias. Los casos de 7alinc&e y %aullu, vistos desde la perspectiva de quien analiza el per$odo colonial a más de cinco siglos del inicio de la conquista, pueden conducir a equ$vocos o distorsiones. s indudable que, cuando la 7alinc&e funcionó como int!rprete o traductora de Cort!s, permitió a los espa"oles consolidar su poder en el territorio de los aztecas y que, cuando %aullu acompa"ó a Almagro en su e#pedición a C&ile, favoreció la instalación del colonialismo en la región andina. Bin embargo, muc&as veces se abordan estos acontecimientos a partir de interpretaciones que dividen a los ind$genas en traidores y valientes o que piensan las reacciones e#clusivamente desde una lógica binaria que contempla
solamente acciones como el sometimiento o la resistencia. l problema de encasillar a los individuos y sus acciones en esos dos polos es que no permite visualizar la complejidad del proceso de conquista, las contradicciones y conflictos internos que ten$an los estados americanos. La defección cobarde o la insumisión valiente son adjetivaciones que permiten abordar el problema de la conquista desde una mirada simplificadora. Bi esos fueran los (nicos t!rminos posibles para entender el problema entonces pareciera que los protagonistas de aquel proceso eran conscientes cuando actuaban de que e#istir$an tres siglos de dominación colonial basada en el trabajo ind$gena y la imposición cultural europea. 6ran parte de todas esas consecuencias y la interpretación más global de lo que sobrevendr$a durante el per$odo de dominio colonial espa"ol en Am!rica no era conocido ni por %aullu ni por la 7alinc&e.
Los valles calchaquíes. Un escenario rebelde l territorio que ocupan las actuales provincias de Catamarca, La ioja y Balta fue escenario de varios ciclos de rebeliones organizadas por comunidades ind$genas durante un tiempo prolongado, pero con un fuerte desarrollo durante la primera mitad del siglo )=33. Aquel espacio, recortado por la presencia de diversos cordones monta"osos que conforman un paisaje de valles y quebradas, estaba &abitado por numerosas comunidades que &ab$an entrado en contacto con el imperio incaico. stos grupos manten$an una organización de tipo disperso sin liderazgos abarcativos que centralizaran el poder sobre amplios territorios a la manera de los grandes estados. A los 3nas que detentaban el control desde el Cuzco, no les &ab$a resultado sencillo incorporar a estos pueblos al entramado de relaciones de producción e intercambio basado en la mita -la prestación de energ$a &umana de las comunidades para las obras que el estado incaico consideraba necesarias/. Bi bien e#isten indicios de que el 'aHantinsuyu logró controlar algunas zonas de este territorio, tambi!n &ay elementos que prueban que se registraron fuertes acciones de resistencia de las comunidades locales frente al avance incaico. sta conducta reticente a la dominación frente a los intentos de control por parte de centros pol$ticos distantes se reeditó con nuevos br$os y dimensiones tras la llegada de los conquistadores espa"oles. n efecto, el territorio de los valles calc&aqu$es pasó a integrar la unidad jurisdiccional de la 6obernación de 'ucumán y fue el lugar en el que se desplegó el *gran alzamiento diaguita+ contra los invasores europeos durante el siglo )=33. Los capitanes espa"oles que ingresaron en esta zona eran, en su gran mayor$a, enviados por los principales conquistadores del %er( que decid$an iniciar rutas &acia el sur, primeramente, en busca de plata u oro. 8na vez encontradas las minas, como en %orco y %otos$ -en la actual 4olivia/, emprendieron nuevas e#pediciones para obtener trabajadores que se trasladaran a los centros mineros o bien que produjeran en sus tierras, en el marco de una red que uniera diversos poblados y &aciendas con aquellas cabeceras del Alto %er(. 0esde el comienzo mismo de estos intentos, las sociedades abor$genes que &abitaban este espacio monta"oso ofrecieron una resistencia tenaz a trav!s de acciones armadas en las que desplegaron un repertorio de prácticas de belicosidad que se &ab$a construido a lo largo de muc&$simos a"os de rivalidades, enfrentamientos y oposición al establecimiento de una autoridad o liderazgo e#ternos. l gran alzamiento diaguita se desarrolló en varias etapas, pero asumió un momento álgido e intenso entre los a"os ;I<2 y ;IJ<. 'odo el ciclo de sublevaciones armadas de los diaguitas conforma un cap$tulo esencial de la resistencia ind$gena a la conquista y colonización.
Los espa"oles buscaron fundar ciudades para garantizar la dominación y el sometimiento, y las comunidades respond$an con ataques que frustraban a los conquistadores. La creación de ciudades implicaba modelar a los actores coloniales porque, en las mismas, los ind$genas pasaban a convertirse en tributarios, los soldados conquistadores en vecinos encomenderos y los productos del trabajo ind$gena en bienes producidos bajo coacción colonial. Las fundaciones urbanas eran &erramientas de control territorial que generaban enclaves de dominio y defensa frente a la resistencia nativa.
Un eemplo paradigm!tico La ciudad de Londres, en la actual provincia de Catamarca, fue fundada cinco veces. n ;11K, por %!rez urita en el valle de Duimivil, en ;1I por, Casta"eda en el valle de Conando, en ;I2M, en >amayfil por Alonso de ibera, en ;I;, por Luis Dui"ones de Esorio en Duimivil y en ;I<<, por Cabrera en Londres de %oman. 'odas las fundaciones coinciden con el ciclo de alzamientos de las comunidades diaguitas de la región. s importante tener presente que, en el transcurso de todas esas fundaciones, se redactaron las Erdenanzas de Alfaro que constituyeron la e#presión local, en la 6obernación del 'ucumán, de los intentos de 'oledo en %er( Ny la Corona en generalN de establecer l$mites a los abusos de los encomenderos. sas normas que buscaban equilibrar parcialmente los *e#cesos+ del trabajo forzado impuesto por los conquistadores marcaban un l$mite al ejercicio abusivo y personal del poder de los conquistadores encomenderos pero, tambi!n, legitimaban el sistema de dominación colonial por parte de la monarqu$a que buscaba &acerse presente frente a todos los sujetos del espacio conquistado. La reducción de los *abusos+ era un mecanismo de contención para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo que garantizaba la dominación porque la brutalidad de los servicios personales generaba una brusca ca$da demográfica. La fundación reiterada de la ciudad de Londres se inscribe en el conte#to de consolidación de un stado que pretend$a controlar a todos los sujetos del espacio colonial. >undar una ciudad era una enorme demostración de dominio. Las dificultades que tuvieron en esta zona revelan la e#istencia de una gran capacidad de resistencia por parte de las comunidades ind$genas.
"tras formas de resistencia Luego del ciclo de rebeliones en la región de los valles calc&aqu$es, las comunidades vencidas fueron sometidas a una pol$tica de *de snaturalizaciones+ que implicaba el traslado forzoso de individuos y los reasentamientos en *reducciones+ para generar unidades de control pol$tico religioso y tasación del tributo. Be eleg$an zonas con acceso a aguas de riego y tierras suficientes para el sustento de la población. ?a en la segunda mitad del siglo )=33, el sometimiento y la imposición de criterios y lógicas de la cultura espa"ola se fue imponiendo con mayor claridad. l idioma natural de las comunidades originarias de la zona, el aano, fue abandonado en el registro de las visitas que &ac$an las autoridades coloniales y los ind$genas pasaron a ser anotados con nombres cristianos. sas mismas visitas encargadas a un funcionario colonial denominado juez visitador constitu$an tambi!n ocasiones propicias para que los curacas o l$deres de las comunidades pudieran legitimar su posición frente a las autoridades coloniales. Los *indios mandones+ o *caciques+, de acuerdo a la nominación de la documentación colonial, estaban e#entos del tributo.
%or otra parte, la norma de la primogenitura para la &erencia, que no reg$a en el mundo ind$gena de la región, fue introducida por las autoridades coloniales. >ueron varios los casos de indios que adoptaron la normativa espa"ola que e#im$a de cargas a ellos y sus parientes inmediatos figurando como nuevos *caciques+ o descendientes de antiguos *indios mandones+, manipulando los registros coloniales de la identidad y parentesco. 0e ese modo se ejerc$a una forma de l$mite al poder colonial y se generaba una estrategia defensiva o de resistencia. Además de la manipulación y el aprovec&amiento de las normas, las distintas comunidades ten$an relaciones intercomunitarias basadas en intercambios y migraciones que contribu$an a sostener pautas y costumbres locales. stas acciones de movilidad, a veces, se produc$an por fuera o bajo el consentimiento de la mirada de los espa"oles. 'ambi!n es cierto que no todas las acciones de los ind$genas vinculadas con la apropiación de reglas e instituciones impuestas por los espa"oles Ny que permit$an obtener un beneficio o un r!ditoN pueden verse como actos de resistencia. 7uc&as veces esos actos eran realizados en beneficio e#clusivo de un grupo minoritario o &asta de un solo individuo que pretend$a ser reconocido como autoridad !tnica, pero que no contemplaba una mejora de la situación de su comunidad. %or otra parte, a los espa"oles la presencia de varios caciques de diversas parcialidades -t!rminos con el que se refer$an a los grupos o comunidades andinas/ les resultaba funcional porque les garantizaba la ausencia de un liderazgo centralizado sobre el que pudiera confluir el inter!s colectivo más general y amplio que era el de la oposición a la dominación espa"ola. 0e cualquier modo, a trav!s de estas situaciones, puede entenderse que &ab$a variadas formas de disminuir los efectos de la dominación colonial. stos modos de intervenir, aprovec&ando los resquicios que dejaba el sistema de dominación, e#presan el conte#to de crisis y debilitamiento que la monarqu$a espa"ola estaba atravesando durante el siglo )=33.
Las rebeliones del siglo #$III 'al como analizamos en la clase anterior, la nueva dinast$a que asumió el poder de la corte en el siglo )=333 impulsó una serie de reformas que apuntaban a recuperar y fortalecer la capacidad de control por parte de la Corona. Be trató de cambios que la corte estableció, tanto en el territorio europeo como en las colonias americanas. 7uc&as de las transformaciones impulsadas generaron malestar en las comunidades ind$genas por diversas razones. La creación de nuevos impuestos y el incremento de los que ya e#ist$an y la decisión de introducir nuevas autoridades de dominio y gobierno como los corregidores, que aumentaban la presión sobre los indios tributarios, ocasionaron un enorme perjuicio sobre las comunidades e intensificaron la voluntad de un cambio radical. Las comunidades de la región andina, afectadas por las eformas 4orbónicas, pretend$an la disminución de los impuestos, la liquidación de las obligaciones -el trabajo forzado/ y, tambi!n, cambios profundos en la administración de los c&apetones -vocablo empleado para referirse a los espa"oles/. 4ásicamente, quer$an disminuir las atribuciones de los corregidores y la arbitrariedad del poder eclesiástico. 'ambi!n ten$an demandas ancestrales vinculadas con la recuperación de las tierras perdidas y el derec&o al usufructo del agua y los pastizales. n la d!cada de ;MJ2, por ejemplo, se produjo el levantamiento de 5uan Bantos Ata&ualpa 33 contra las nuevas medidas impuestas. Bus alcances no fueron muy e#tensos pero irradiaron una influencia importante sobre movimientos posteriores.
%&pac 'maru II ( %om!s )atari
5os! 6abriel Condorcanqui, tambi!n conocido como '(pac Amaru 33, era un miembro prominente de la elite ind$gena del Cuzco. eivindicaba una filiación con '(pac Amaru, el 3nca que &ab$a sido asesinado por orden del =irrey 'oledo en el siglo )=3, durante los primeros tiempos de la colonización. Condorcanqui ejerc$a como *cacique+ de, al menos, tres comunidades -Burinama, %ampamarca y 'ungasuca/. Bu pertenencia a la elite ind$gena se sustentaba, además, en la actividad comercial que desplegaba. Be dedicaba al transporte de bienes por varias rutas del virreinato peruano y el recientemente creado =irreinato del $o de la %lata. A trav!s del control del transporte de productos en esa amplia zona, no solo se enriquec$a sino que, además, fue construyendo relaciones estrat!gicas con diversos actores de diferentes estamentos de la sociedad colonial. %or otra parte, legitimó la construcción de su liderazgo a partir de la evocación de tradiciones del pasado incaico y el uso de s$mbolos que conectaban a su figura con los tiempos del 'aHantinsuyu. s muy interesante, por ejemplo, el modo en que Condorcanqui usaba el Bol como $cono colgante y, fundamentalmente, su inter!s por la difusión de piezas teatrales ind$genas como Apu Ellantay, que retrataban los cr$menes de la conquista. ntre ;MK2 y ;MK; impulsó una rebelión abierta contra el poder espa"ol e#igiendo la supresión total de la mita, el retorno de las tierras a manos ind$genas y la e#pulsión de los peninsulares. 5unto con 'omás Oatari, otro ind$gena que proven$a de la región de C&ayanta en el Alto %er(, y la participación activa de miles de ind$genas -incluidas las mujeres/ y algunos criollos, organizaron acciones militares que tuvieron !#ito &asta que fueron emboscados y derrotados. La legitimidad y la e#pansión &acia otras capas sociales se relacionaban, seguramente, con la profundidad de las transformaciones impulsadas por los 4orbones que generaron malestar en varios sectores que decid$an, consecuentemente, ad&erir a los programas y propuestas de '(pac Amaru 33. Los l$deres de la rebelión fueron apresados y sentenciados a una condena brutal: el tormento f$sico y espiritual, y el asesinato por descuartizamiento de sus e#tremidades. n el fragor de su luc&a, el l$der ind$gena emitió el siguiente bando: “Por cuanto es acordado de mi consejo, en junta prolija, por repedas ocasiones, ya secretas y ya públicas, que los Reyes de Caslla han tenido usurpada la Corona y los dominios de mis gentes cerca de tres siglos pensionando los vasallos con insoportables gabelas y tributos. Por tanto y por los justos clamores que con generalidad han llegado, mando que ninguna de las pensiones se obedeca en cosa alguna ni a los miembros europeos intrusos!" #$u%rre &scudero, '(()*+-
Para ver l programa especial *Aos decisivos+, del canal del 7inisterio de ducación ncuentro, permite conocer detalles de los alzamientos ind$genas liderados por '(pac Amaru 33 y '(pac Oatari, y del conte#to en el que se produjeron.
Para explorar e investi!ar 3ngresen al sitio Heb perteneciente a la Asociación de istoriadores de Am!rica Latina y el Caribe -A03LAC/.
Luego, seleccionen el $cono 4icentenario@ itos del 4icentanario de 9uestra Am!rica. %arte 3 -;MK2N;K2P/. Ebserven cuáles fueron los distintos acontecimientos que ocurrieron en fec&as cercanas a los levantamientos de '(pac Amaru y '(pac Oatari para identificar el conjunto de sucesos que fueron desestructurando el poder colonial espa"ol en Am!rica.
'lgunas conclusiones A lo largo de esta clase realizamos una mirada diacrónica -a trav!s de distintas etapas del per$odo colonial/ de la resistencia a la colonización espa"ola en el amplio espacio que &ab$a ocupado el estado incaico. 0e esa forma, pudimos constatar que la actitud de oposición a la dominación colonial fue un gesto constante a lo largo de los tres siglos de e#istencia del 3mperio espa"ol. l ejercicio de un poder enorme que se e#presaba en m(ltiples dimensiones -económica, pol$tica, social y cultural/ no impidió que las comunidades ind$genas organizaran diversas modalidades de resistencia a la dominación tanto en el momento en que se produjo la primera incursión invasora como durante la vigencia de las instituciones del stado colonial firmemente asentado. %or otra parte, a trav!s del análisis de algunas e#periencias o casos concretos pudimos constatar que la resistencia es una e#presión que define un conjunto variado y numeroso de prácticas y actitudes que no pueden circunscribirse e#clusivamente a la acción militar. Las comunidades abor$genes e#ploraron y emplearon una amplia gama de &erramientas para paliar y mitigar los efectos catastróficos que la dominación espa"ola produjo sobre sus formas de administración económica, los modos de organización del espacio, las manifestaciones culturales y la estructura pol$tica.