Libro Preguntas

RESPUESTAS CON MÍSTICA

Respuestas con Mística Dirección general: Rabí Aharon Shlezinger 1a edición: Julio 2011 © 2011 by Hebraica Digital Reservados todos los derechos de la presente edición E–mail: [email protected] www. hebraicadigital.com

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, transmitida o utilizada por ningún medio sin el previo consentimiento por escrito del editor.

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Pregunta I MI HIJO HA MUERTO, ¿POR QUÉ ESTO ME SUCEDE A MÍ? Shalom Rabí: Tengo una pregunta sobre la muerte. Hace unos años se me murió mi hijo. Nació con problemas y después de unos meses falleció en el hospital. Fue un golpe muy duro para mí y mi familia. Después de tanto tiempo me sigo preguntando ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho mal? ¿Y qué hay de él? ¿Dónde está? ¿Existe la reencarnación? ¿Es posible que vuelva a nacer en forma de mi segundo hijo? Le agradecería mucho un comentario sobre ello. Muchas gracias Respuesta Shalom:

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El dolor que se siente por el fallecimiento de un hijo es muy intenso, extremadamente difícil de soportar y sobrellevar. Pero aun así debe considerarse que todo proviene de Dios, y la totalidad de los sucesos que acontecen en el mundo tienen su arista positiva. Por eso analizaremos el asunto en forma profunda, para conocer razones intrínsecas del mismo. El fallecimiento de un hijo tiene dos facetas. Por un lado, está el sufrimiento de los padres, y los demás miembros del entorno familiar. Por otro lado, lo que acontece con el hijo mismo. Respecto a los padres, el sufrimiento experimentado es tan grande, que parece casi imposible de sobrellevar, y más aun sobreponerse. Pero hay que saber que después de la noche viene el día, y después de la oscuridad viene la luz. Y Dios es el que hace que todo esto exista. Por tal razón, si Dios fue quien se llevó al hijo, hay que tener confianza en Él y considerar que lo hizo por una causa buena y positiva. Es menester confiar en Él y apegarse a

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sus preceptos, para que en mérito de ello, nos otorgue satisfacciones y deseos de afrontar la vida con alegría, optimismo y esperanza. El rey David es el ejemplo que debemos tomar e imitar. Se cuenta en la Biblia, que a su esposa le nació un niño, el cuál desde su nacimiento estuvo gravemente enfermo. Y David sabía que iba a morir, pues así le había sido informado proféticamente. Sin embargo, el rey David oró, ayunó, e hizo todo lo posible para que el Eterno se apiadara e hiciera un milagro. Pero finalmente el niño murió. Esto aconteció al séptimo día de haber nacido. Entonces David dejó de ayunar, volvió a probar alimento, y lavó su cuerpo con agua. Pues era consciente de que ya no podía hacer nada para revivir a su hijo, y también sabía que tras la oscuridad viene la luz. Y así verdaderamente fue, ya que después le nació otro hijo, al que llamaron Salomón, y David fue feliz junto a su esposa. Este hijo suyo, Salomón, se convirtió en su sucesor, en el heredero del trono real.

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La narración completa de este suceso puede ser apreciada en el libro del profeta Samuel (II Samuel Cáp. XXII). Ahora me referiré a la segunda parte de la cuestión, o sea, el niño. ¿Cuál es la razón por la que muere un bebé recién nacido o un niño pequeño? Para comprenderlo, debemos considerar que Dios ama a cada criatura creada por Él y se apiada de ella. Como está escrito: «Bueno es El Eterno para con todos, y sus misericordias son sobre todas sus obras» (Salmos 145:9). Es decir, Dios es bueno también con los bebés recién salidos del vientre materno y se apiada de ellos. Si es así, ¿por qué mueren tan pequeños?. En los libros de Cábala se explica que existen casos en los que un alma viene al mundo para cumplir un precepto específico y determinado. A través de ello, esa alma se completará absolutamente y habrá cumplido

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con su función que le fue asignada para que llevara a cabo en el mundo. Por eso, tras rectificarse, esa alma deberá ascender al Cielo para estar resguardada y disfrutar

de

los

placeres

Supremos.

Pero

si

permaneciera en la Tierra, estaría expuesta ante las fuerzas del mal y correría el riesgo de deteriorar algún aspecto de su pureza absoluta alcanzada. Ahora bien, ¿qué precepto puede cumplir un bebé recién nacido? Para comprenderlo citaremos un ejemplo, y a partir del mismo observaremos que existen obras de bien que pueden ser realizadas incluso por una criatura recién nacida. Los bebés, cuando se despiertan por lo común lloran, muchas veces porque tienen hambre y desean que se los amamante. Ahora bien, existe la posibilidad de que su llanto despierte a personas que estaban durmiendo, y esto puede resultar molesto o beneficioso. Tal vez, su llanto despierte al vecino que dormía con la ventana de

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su

apartamento

abierta,

y

tenía

una

reunión

importantísima. En este caso, a través de su llanto, este bebé habrá alegrado al vecino. Veamos ahora lo que se enseña en el Talmud acerca de esto: Rabí Beroka se encontraba en la feria de Beit Lefet, y se le apareció el profeta Elías. El Rabí preguntó a Elías, el profeta: «¿Hay aquí, entre toda la multitud, alguien que se haya ameritado ingresar al Jardín del Edén –cuando abandone este mundo–?». El profeta le señaló un hombre. Rabí Beroka fue y averiguó quién era y cual era la actividad de ese individuo. Se trataba de un carcelero que arriesgaba su vida para salvar a las jóvenes de Israel de los que las querían vejar. Después el profeta Elías le indicó otros dos individuos que habían llegado al lugar. Dijo que también ellos se habían ameritado el derecho de ingresar al Jardín del Edén. Rabí Beroka se dirigió hacia ellos para preguntarles

la

razón

que

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les

había

permitido


ameritarse ese derecho tan preciado de ingresar al Jardín del Edén. Y cuando les preguntó, ellos le respondieron: «Nosotros hacemos bromas para alegrar a los que están tristes, y también tratamos de amigar a los que entablan una disputa» (Talmud, tratado de Taanit 21a). Se aprecia que alegrar al prójimo es considerada una obra muy importante, capaz de permitir a una persona obtener el derecho de ingresar al Jardín del Edén. Y este bebé con su llanto, provocó que el vecino se alegre. Como éste, hay muchos ejemplos que pueden ser citados y fueron producidos por bebés recién nacidos que aun no conocieron el mal. Por eso, debemos saber que si aconteció así, no necesariamente fue castigado al morir al poco tiempo de haber nacido. Posiblemente se trató de la rectificación de su alma. Veamos algo inédito relacionado con este asunto: cada alma posee una relevancia especial para Dios, incluso la de un recién nacido. Por tal razón, fue establecido que

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un bebé que falleció antes del octavo día, que era cuando

debía

practicársele

la

circuncisión,

sea

circuncidado antes de ser enterrado, y también que le fuera puesto un nombre. Esto es para que en el Cielo se apiaden de él, y pueda resucitar cuando los muertos se levanten del polvo de la tierra en el futuro venidero (Código Legal Shuljan Aruj: Iore Dea 263:5). Ahora bien, dada la trascendental relevancia de este procedimiento para la rectificación del alma del bebé, si se olvidaron de circuncidarlo cuando lo enterraron, se abre el sepulcro, se lo circuncida, y se lo entierra nuevamente (Rabi Akiva Higuer). Vemos la importancia que tiene para Dios cada criatura, y el deseo de que resucite en la época de la resurrección como los demás justos que vivieron sobre la faz de la Tierra. Por tal razón hay que confiar en que todo lo que Dios hace es para bien, y amparados en esa certeza, debemos vivir con esperanza y fe todos los días, haciendo Su voluntad y esforzándonos en ameritarnos el derecho de morar en el Jardín del Edén en el futuro.

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Pregunta II ¿MI ESPOSO Y YO SOMOS COMPATIBLES? Shalom Quisiera saber si de alguna forma hay la posibilidad de saber si mi esposo y yo según la cábala somos compatibles. Por favor necesito saber qué está ocurriendo con nuestro hogar, respuesta esperada con ansias. Respuesta Shalom:

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Una pareja puede solicitar un análisis de compatibilidad a través de uno de los métodos de la numerología cabalística, pero se recomienda hacerlo antes de casarse. Hay sabios que conocen esa ciencia y son capaces de deducir la compatibilidad de la pareja a partir del valor intrínseco de sus nombres. Pero realizar ese procedimiento ahora es muy probable que no sea beneficioso, pues el matrimonio ya está consumado. Hay que considerar que si se enteran que sus nombres no son compatibles, ese dato causaría un efecto perjudicial en la pareja, una depresión mayor en la relación, con riesgos de que la misma se agrave y se rompa. Esto que he dicho es general, en la mayoría de las situaciones. Aunque existe una excepción, y es el caso en que hagan esta consulta a través de un hombre justo y puro, profundo conocedor de la cábala y los secretos de las relaciones de las letras de los nombres.

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En ese caso, si el erudito advierte que hay falta de compatibilidad, él agregará un nombre, o una letra a alguno de los nombres. Pero esto no lo puede hacer cualquier sabio, se requiere uno que sea además de conocedor de estos misterios, un hombre apto y puro; y hay muy pocos en el mundo que reúnen esas condiciones. Por tal razón, no es lo más recomendable hacer esto después de casados, con la excepción del caso en que tuvieran acceso a una de estas eminencias. Ahora bien, volvamos a lo que ha planteado para abordarlo con mayor profundidad y encontrar una posible solución; ya que esto que he mencionado, como he dicho, es una excepción que no está al alcance de todos. Respecto a lo que plantea sobre lo que acontece en su hogar, le diré que la felicidad del matrimonio es algo que requiere alimentación permanente. Cada día debe apreciar y valorar las acciones positivas realizadas por su cónyuge. Y si hizo algo que a usted no le agrada, no le recrimine su actitud de inmediato. Piense que también

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usted se equivoca a menudo, y su pareja le perdona. Ejercitando esto, sustituyendo en su propia vida hogareña la rigurosidad por amor, indefectiblemente todo cambiará. El divorcio debe ser la última alternativa a considerar. Sólo cuando estén seguros de que la situación es irreversible, entonces deben pensar en llevar a cabo ese procedimiento. Pero todo el tiempo que puedan salvar el matrimonio y rehacer sus vidas en pareja, será fructífero y productivo. El divorcio no siempre es la solución más beneficiosa, ya que además de los sinsabores que acarrea el procedimiento mismo, es altamente dificultoso para la persona restablecerse anímicamente tras la separación definitiva de su pareja. Aunque en ocasiones no queda otra alternativa y hay que hacerlo, pero hasta llegar a ese momento hay un largo camino por recorrer. Muchas veces el matrimonio se puede salvar y rehacer. Sólo hay que ser valiente en tomar las decisiones apropiadas, conservar la humildad y pedir ayuda idónea.

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Shalom

Pregunta III ¿EXISTE LA LIBRE ELECCIÓN EN LA VIDA? Shalom Rabí. ¿Cuándo un ser humano nace, tiene alguna religión, o lo hacen sus padres en su tradición cultural? ¿Dios nos crea libres o no? Entonces, si es así, tenemos la libertad a que a nuestro buen entender creamos por ello, adherirnos donde creamos que se encuentra nuestra verdad, sólo nuestra, no la absoluta. Tengo entendido, corríjame, si no es cierto, que están prohibidas las prédicas de otras creencias. ¿Es eso

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cierto? Si es así, entonces no es una democracia pues se coarta una libertad básica para sus ciudadanos. Shalom Respuesta Shalom: La democracia, es decir, la libre elección o libre albedrío en el ser humano, existe en relación con las obras de bien o mal. En este caso específico uno decide si lo hace o no lo hace. Pero hay muchos otros aspectos en los cuales no hay elección. Por ejemplo, cuando uno nace, ya tiene muchos aspectos perfectamente definidos. Tales como su tez, el color del cabello, la tonalidad de sus ojos, el grado de coeficiente intelectual, la memoria, el tipo de sangre, y muchos otros.

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Uno no puede controlar estos aspectos que recibió desde su nacimiento y modificarlos a placer en forma natural. Y en muchos casos, tampoco podrá alterarlos por la fuerza, como ser a través de un transplante. Por ejemplo, el coeficiente mental no puede alterarse. ¿Y por qué razón hay en el ser humano aspectos que son inmodificables? Porque así lo dispuso la voluntad Divina. Dios creó a este individuo de ese modo, para que con esas características que le fueron asignadas, viva en este mundo. Con ese color de ojos y con ese coeficiente mental que lo distingue de las demás personas. Así pues, este individuo único en el mundo podrá hacer la voluntad de Dios de acuerdo con sus características, rasgos y virtudes propias de él, y ningún otro ser humano podrá hacer lo que él tiene asignado. Ya que ningún otro individuo cuenta con las características personales que este hombre reúne y nadie tiene asignada la misión específica que este sujeto en

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particular posee de acuerdo a las características y facultades que él atesora. Hemos apreciado la existencia de rasgos en el ser humano que no pueden ser modificados, careciéndose en ese aspecto de libre albedrío. Asimismo, existen enfermedades hereditarias, que son trasmitidas por los padres a los hijos. Y un hijo que nace con una de esas enfermedades hereditarias, en muchos casos no tiene libre albedrío para decidir si quiere seguir padeciendo esa enfermedad que heredó o no. Esto es así también en determinadas naturalezas y aptitudes que se transmiten de padres a hijos en forma hereditaria. Tales como la fortaleza física, el vigor o la fibra. Y lo mismo ocurre muchas veces con el temperamento y el carácter, como así con otros rasgos del comportamiento y la conducta. Hemos visto fenómenos en los cuales no hay libre albedrío, y todos corresponden con el aspecto material, aunque del mismo modo acontece en el plano espiritual.

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Siguiendo este principio, una madre judía transmite a sus hijos el judaísmo. O sea, ser judío o no, en alguien que nació de vientre judío, no es una cuestión de libre albedrío, es una cuestión hereditaria. Y lo mismo acontece

con

el

sacerdocio,

se

transmite

hereditariamente por vía paterna. Nadie decide si será sacerdote o no. Quien nació de un padre judío sacerdote –cohen–,

descendiente

de

Aarón

el

sacerdote,

legítimamente, en ese caso este individuo será sacerdote y no de ningún otro modo. Y esto mismo sucede con los levitas. Nadie puede adquirir de ninguna manera el puesto de sacerdote o levita. Y si uno acepta y agradece a Dios por lo que Él le ha otorgado, y vive sujeto a los preceptos específicos que le ha asignado, podrá ser un individuo libre. Tal como fue enseñado: «¿Quién es libre? Aquel que se ocupa de la Torá» (Tratado de Avot 6:2). O sea, estudiando la ley de Dios, la Torá, uno sabrá respetarla, y vivirá feliz y contento todos sus días. Este fenómeno podría compararse con la normativa de una nación; quien respete las leyes, vivirá plácidamente,

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pero quien las viole, será aprehendido y privado de su libertad. Esta es la razón por la cuál he dicho que existe libre albedrío en hacer el bien o el mal, lo que equivale al cumplimiento de los preceptos o su desestimación, y de ello depende nuestra libertad absoluta. Shalom

Pregunta IV TENGO DIFICULTADES CON EL EMPLEO Shalom Rabí. Tengo inquietud sobre empleo. Desde que el Eterno me permitió regresar a la senda del judaísmo hace 4 años mi situación económica se ha caído, y no consigo empleo. ¿Qué sugiere Rabí sea la posible causa? He enviado hojas de vida a todo cuanto he podido, he tenido bendición corta.

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Muchas gracias, Rabí. Respuesta Shalom: Ante todo hay que recordar que somos hijos de Dios. Pues Él nos creó y es nuestro padre. Y en calidad de tal se apiada de nosotros cuando le somos fieles y lo necesitamos. Como está escrito: «Como el padre se apiada de los hijos, El Eterno se apiada de los que le temen» (Salmos 103:13). Ahora

bien,

teniendo

en

cuenta

este

principio

elemental, observemos la acción básica de cualquier hijo cuando necesita algo de su padre y desea que éste se lo conceda. Cuando un niño tiene hambre, se dirige a su padre y le pide que le compre un emparedado. Cuando se le rompieron sus zapatos, se dirige a su padre y le muestra lo que ha acontecido, y le pide que le adquiera zapatos nuevos. Así acontece con todo lo que

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el chico necesite, le pide a su padre en forma directa para que se lo provea. Siendo así, en el caso en que faltara trabajo redituable, lo correcto será explicarle a nuestro Padre Celestial lo que nos sucede, y después de hacerlo le solicitaremos que nos otorgue un buen trabajo. Algunos consejos: Un niño cuando quiere algo lo pide insistentemente a su padre

hasta

que

lo

consigue.

Hay

que

pedir

insistentemente, sin cesar, a nuestro Padre Celestial para que nos provea de lo que necesitamos, incluido un buen trabajo que nos permita vivir con dignidad. Paralelamente debe buscarse empleo, para demostrarle a nuestro Padre Celestial que no es nuestra intención recibir el dinero sin esforzarnos, sino que lo intentamos, pero la fortuna no está de nuestro lado. Pues la realidad nos enseña que por más que hubiere sido decretado que caerá sobre nuestras tierras abundancia de lluvias, nada

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lograremos cosechar si previamente no sembramos el terreno. Es decir, para obtener abundancia se requiere esfuerzo personal y también oración al Eterno. Al mismo tiempo, ha de considerarse que todo lo que Dios nos hace atravesar en la vida es para bien. Y aun así, pedimos a Dios que nos otorgue abundancia, porque somos seres humanos y la necesitamos. Asimismo, debe considerarse esta sabia norma: «No hay que presionar al momento, si no deseamos que el momento nos presione» (Talmud, tratado de Berajot 64a). Pues es posible que el dinero ingrese por una puerta y egrese por la otra. Por ejemplo, a causa de una enfermedad, un accidente, artefactos que se arruinan y deben ser reparados o reemplazados, o deterioros en las instalaciones de la casa. Por eso es correcto pedir a Dios, pero no desesperar si aun no nos llega el pedido, ya que se debe a alguna causa momentánea especifica. No obstante debemos tener fe, y seguir pidiendo. Como un niño, que no abandona a su padre hasta que le concede lo que desea.

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Este

concepto

enunciado,

fundamental

para

comprender el asunto que estamos tratando, fue explicado por el sabio Iosef Jaim en su exégesis explicativa del libro Ein Iakov. En la misma incluyó una historia ilustrativa que aclara magníficamente el asunto. La esencia de su elucidación es esta: dos hermanos habían heredado una cuantiosa riqueza de su padre. Cuando llegó el momento de repartir los bienes los dividieron equitativamente y cada uno se llevó una parte. Ambos hermanos iniciaron actividades comerciales con los capitales que habían heredado, y les fue muy bien. Obtenían ostensibles ganancias y vivían opíparamente. Y esa dicha se prolongó por muchos años. Sin embargo, tras once años de buenaventura, llegó una época adversa. Cada negocio en el que invertían, les salía mal. Y esto era así pese a que sus rubros eran diferentes y trabajaban en forma completamente

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independiente uno del otro; nada de lo que hacían prosperaba. Por el contrario, estaban perdiendo el capital que habían atesorado. Uno de los hermanos, tras la séptima inversión fallida, vio

que

su

situación

financiera

se

agravaba

considerablemente. Por eso solicitó créditos bancarios con el fin de ampliar sus inversiones e intentar recuperar el terreno perdido. También pidió mercadería a crédito a diversos proveedores mayoristas. Consiguió un crédito de 50.000 rubros, una suma realmente significativa, con la cual realizó importantes inversiones. Adquirió un enorme stock de productos y también solicitó una gran cantidad de mercadería a fiado.

Inmediatamente

distribuyó

los

productos

enviándolos a distintos destinos, pensando que si le va mal en uno de los negocios, en el otro obtendría ganancias.

La

deuda

que

había

contraído

para

capitalizarse equivalía a diez veces más dinero que todo lo que había perdido hasta el momento.

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Pero nada salió como lo había planeado y en poco tiempo sus enormes expectativas de recuperarse financieramente se derrumbaron. Ni siquiera uno de todos los negocios en los que invirtió le retribuyó ganancias. Por el contrario, las pérdidas fueron catastróficas,

dejándole

un

saldo

completamente

negativo. Una inusual y repentina escalada de precios provocó que su mercadería se desvalorizara, perdiendo considerablemente el valor original. Así, en vez de recuperar la inversión, quedó seriamente endeudado. Sin embargo, su hermano, cuando vio que la suerte no le sonreía, y después de fracasar en varias inversiones, se retiró del mercado. La mercadería que le había quedado, la convirtió en dinero en efectivo, y con ello compró oro. También decidió vender sus propiedades, y demás posesiones, incluyendo las alhajas de su mujer. Todo el dinero que reunió, lo convirtió en oro, cavó un pozo profundo y lo puso bajo tierra. Después se dirigió a un comerciante que conocía y le ofreció sus servicios. El comerciante se contentó de la

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propuesta, pues sabía que se trataba de un hombre confiable y trabajador, y lo contrató. La paga que el empleado había convenido le sería suficiente para su propia alimentación y la de su familia, y para cubrir los gastos esenciales, aunque en forma ajustada. El hombre se desempeñó en esta actividad durante tres años completos. Tras ese periodo, al comienzo del cuarto año, realizaba un trabajo especial para su patrón durante la jornada laboral, y esa tarea le produjo a su empleador una importante ganancia. Por esa causa, le otorgó cien monedas en calidad de premio. Al día siguiente, después de cumplir la jornada laboral, el hombre caminaba por las calles de la ciudad. Iba en dirección de la feria, y en el trayecto, encontró un saco con cincuenta monedas. La semana próxima, al comienzo de la misma, en su día libre, el individuo caminaba por la calle de los negocios que vendían saldos y prendas de segunda mano. En uno

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de los mismos encontró un viejo reloj de pared que adquirió por unas pocas monedas. Cuando llegó a su casa vio que no funcionaba. Entonces lo desarmó para tratar de repararlo, y en el interior halló una pequeña bolsa que estaba llena de perlas legítimas. Viendo que le habían acontecido en los últimos tiempos varios sucesos afortunados, comprendió que su suerte estaba cambiando, daba un giro completo. Por eso decidió desenterrar el oro que había ocultado bajo tierra. Convirtió parte de su capital en moneda corriente, e invirtió en mercancías. Desde aquel momento, todo lo que intentaba, le salía bien; cada operación le reportaba buenas ganancias. Y a medida que se capitalizaba invertía en su hogar. Adquirió lujosos utensilios para su casa, y también valiosos atavíos y alhajas para su mujer. Después de unos pocos meses vivía como los grandes potentados.

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De lo apreciado en esta historia resulta que su hermano, quién presionó el momento solicitando créditos y multiplicando las actividades comerciales en un intento desesperado por revertir su caída financiera, el momento lo presionó a él. Pues no le quedó nada de lo que poseía, y contrajo una enorme deuda. En tanto aquel que fue presionado por el momento, y lo afrontó con prudencia, renunciando a su elevado estándar de vida en forma circunstancial, y tomando un empleo a sueldo, el momento lo favoreció, ya que finalmente su buena suerte volvió y se benefició. Resulta que todo el que presiona al momento, el momento lo presionará, y a la inversa, quién acepta la presión del momento sin oponerse, finalmente éste lo favorecerá (Talmud, tratado de Berajot 64a). Shalom

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Pregunta V QUIERO SER FELIZ, ¿CÓMO HAGO? Shalom estimado Rabí. Quisiera preguntar: ¿si se busca la verdad con todo el corazón, la mente y nuestras fuerzas seremos felices? Respuesta Shalom: No hay ninguna duda de que si se busca la verdad con todo el corazón, la mente y nuestras fuerzas seremos felices. Pero el orden de la búsqueda debe estar orientado correctamente. Es decir, los sentimientos deben

ser

determinados

por

la

razón.

Este

procedimiento se aprende de la evolución del árbol sefirótico, que es un concepto cabalístico que representa la base de la creación.

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Lo que he dicho significa que cuando a uno le surge un deseo en su corazón, deberá procesarlo mentalmente antes de llevarlo a la práctica. Una vez que uno medite sobre el asunto valiéndose de su capacidad cognitiva, y resuelva que lo que desea en su corazón es bueno y productivo para su desarrollo personal, y sigue a la verdad, entonces sí deberá esforzarse en llevarlo a la práctica con todas las fuerzas. Al contemplar El Eterno el esfuerzo del individuo por hallar la verdad, le ayudará a encontrarla, y disfrutar de una felicidad plena. Tal como aconteció con Jetró, el suegro de Moisés. En el Pentateuco consta su historia en forma sintética, y en el Midrash se la amplía. Era un hombre que buscó la verdad insistentemente hasta que la encontró, y fue muy feliz. Jetró merced a su empecinada testarudez en la búsqueda de la verdad, que finalmente logró, gozó además de sentirse realizado y feliz, de un privilegio extra, que una sección completa del Pentateuco llevara su nombre por la eternidad. Shalom

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Pregunta VI ¿CON QUIÉN PUEDO ACONSEJARME Y QUE ME DIGA LA VERDAD? Estimado Rabí, hace un tiempo atrás leí en un resumen del Talmud, que de los 30 a los 50 años el hombre tiene la fuerza y de los 50 en adelante la sabiduría. Yo entiendo que para solicitar consejo de cualquier tipo debo consultarle a una persona de 50 años y que tenga una buena conducta, y no de 30, 35 o 40. Hoy tuve una discusión en un tono muy agradable con unos colegas, en la cual ellos me dicen que cualquier persona a cualquier edad puede dar un buen consejo, porque lo más importante es si se hace con amor y

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misericordia. Por ejemplo: ¿qué pasa cuando un padre menor de 50 años aconseja a su hijo? Gracias Respuesta Shalom: Este tema es abordado en la Mishná. En el Cáp. V del tratado de Avot está escrito: «Una persona de 50 años es apropiada para aconsejar» (Tratado de Avot 5:21). Los exegetas explicaron las razones de esta declaración: una persona de 50 años cuenta con los dos requisitos fundamentales y indispensables para dar un buen consejo: Posee inteligencia y poder de razonamiento innatos, característicos de un ser humano despierto.

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Posee una vasta experiencia atesorada a través del tiempo. Es decir, cuando una persona llega a la edad de 50 años, aun posee el razonamiento lúcido, como cualquier otra persona más joven. Pero además, cuenta con lo que aprendió a través de su vida, el producto de las innumerables experiencias que acumuló. Debido a ello, su

mente

se

encuentra

forjada

por

ambas

circunstancias: razonamiento y experiencia (Avot 5:2; Meiri; Kehaty). En el Pentateuco se alude este principio a través de la actividad de los levitas, o sea, los descendientes de la tribu de Levi, los auxiliares directos de los sacerdotes. En el libro de Éxodo está escrito acerca de ellos: «Cuando llegue a los cincuenta años, regresará del servicio en el ejército, y no trabajará más; y servirá a sus hermanos» (Éxodo 8:25–26). Ahora bien, el versículo no revela el tipo de servicio que los levitas deberán prestar a sus hermanos después del

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retiro. ¿A qué se refiere? Al consejo y la orientación que deberán

darles

para

que

se

desempeñen

apropiadamente en el cuidado de las guardias (Rashi). De lo mencionado en la Mishná, más lo que hemos hallado en el Pentateuco, se esclarece completamente que una persona de 50 años cuenta con la lucidez mental y experiencia necesarias para dar un buen consejo a quien lo necesite. Ahora bien, dirijámonos al caso de un padre y la educación de sus hijos. Cuando éste necesite solucionar cualquier problema relevante que tenga con sus hijos, o necesite orientación, es apropiado que acuda a una persona de 50 años, y aproveche toda la experiencia de este hombre, para tomar de él el consejo apropiado. Pero un niño es correcto que sea orientado por su padre y madre. Como está escrito: «Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre; y no te apartes de la enseñanza de tu madre» (Proverbios 6:20). Y también está escrito: «Escucha, hijo mío, la directriz de tu

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padre; y no desprecies la instrucción de tu madre» (Proverbios 1:8). Y considérese que los padres se casan siendo muy jóvenes, en la edad de la plenitud de su vigor y fertilidad, como se enseña en la Mishná: «A los 18 años –el individuo es propicio para ingresar debajo de– el palio nupcial» (Tratado de Avot 5:21). Y aunque retrasen esta época, en la mayoría de los casos no lo harán por mucho tiempo. Y si bien en la Torá se indica que los padres orienten a sus hijos, aunque sean ellos jóvenes, el padre, o los maestros del niño, sí necesitarán aconsejarse con alguien experimentado para saber responder las inquietudes del mancebo de manera apropiada y certera. Shalom

Pregunta VII

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¿ESTA SITUACIÓN QUE ATRAVIESO ES PRUEBA O CASTIGO? Estimado Rabí: Cuándo estamos pasando por un mal momento y las cosas no se nos dan como queremos, ¿cómo podemos saber la causa que lo origina? Muchas veces, por mas teshuvá –arrepentimiento y rectificación– que hagamos no nos damos cuenta del mal que ocasionamos. ¿Cómo sabemos que un mal momento es una prueba, un castigo o una kapará –expiación–? Gracias por su respuesta Respuesta Shalom: Ante todo, es necesario tener en cuenta este principio elemental: «A aquel a quién ama, a él Dios le reprende»

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(Proverbios 3:12). Además está escrito: «Así como un hombre castiga a su hijo, El Eterno Tú Dios te castiga» (Deuteronomio 8:5). Y también está escrito: «Dichoso el hombre a quién Dios le castiga, y de Su Torá le enseña» (Salmos 94: 12). Por lo tanto, no hay motivo para entristecerse aunque existieran adversidades. Pues es evidente que se trata de un mensaje de amor proveniente de El Eterno. Él provoca que sucedan estos percances para que reflexionemos sobre nuestra conducta pasada, y mejoremos. Procediendo

como

es

apropiado,

analizando

retrospectivamente las acciones llevadas a cabo, y proponiéndose mejorar en el futuro, seguramente este proceder ocasionará que las aflicciones se marchen. Esto que he mencionado sigue a una gran elucidación talmúdica que consta en el tratado de Berajot, donde se enseña: Dijo Raba, y también se lo escuchó en el nombre de Rab Jisda: Si la persona observara que le

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sobrevienen aflicciones, es apropiado que analice sus acciones. A través de ello podrá percatarse si cometió alguna falta que pudiera ser la causante de esas aflicciones que le han sobrevenido. Ahora bien, si el individuo analizó y no encontró ninguna anomalía, en ese caso deberá considerar que las aflicciones le sobrevienen por la falta de estudio de la Torá. Ya que si estudia, sabrá lo que no debe hacerse; o sea, comprenderá cuales son los medios que provocan las aflicciones. Pero si reflexionó, y comprobó que no fue perezoso en el estudio de la Torá, ya que fue a estudiar todos los días, en ese caso, ha de tener por seguro que esas aflicciones que le sobrevinieron son por amor. Es decir, El Eterno le envía aflicciones aunque no lo merece, para retribuirle más de lo que merece en el Mundo Venidero (Talmud, tratado de Berajot 5a). Shalom

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Pregunta VIII REGALO POR DAR A LUZ Shalom Rabí. Una amiga acaba de dar a luz un hermoso varón y me gustaría saber qué sería un regalo acertado para esta ocasión. Gracias Respuesta Shalom: Si se trata de un cumplido, puede llevarle una prenda de vestir para el bebé o un juguete, o si lo desea, una atención para la madre. Eso es lo que hace mucha gente. Y es lógico que el regalo sea bien recibido, pero lo más

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probable es que no quede en el recuerdo de la madre por mucho tiempo. Sin embargo, tiene otra alternativa, tomar en cuenta también el plano espiritual. Y en ese caso, un acertado regalo para una madre hebrea que acaba dar a luz un varón, es una linda tarjeta, o una lámina, en la que estén escritos los primeros versículos que la progenitora acostumbra recitar a su hijo mientras se encuentra en la cuna. Estos versículos a los que hice referencia son los primeros que los padres enseñan al pequeño ni bien comienza a hablar (Talmud, tratado de Sucá 42a). Sin embargo, tal como adelanté, las madres hebreas aun antes de que llegue ese momento en que su bebé pueda hablar, se los recitan junto a la cuna, entonándoles las palabras de esas citas acompañadas de dulces melodías. Los primeros versículos que el padre debe enseñar a su hijo, y que la madre canta a su bebé en la cuna mediante dulces melodías, son estos:

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«La Torá que nos ordenó Moisés es la herencia de la congregación de Jacob» (Deuteronomio 33:4). Y el otro versículo fundamental que el padre debe enseñar a su hijo –y la madre se lo canta junto a la cuna– es este: «Oye Israel, El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno» (Deuteronomio 6:4). Tarjetas, láminas o cuadros muy hermosos con estos versículos se pueden conseguir en los negocios que venden artículos de judaica. Shalom

Pregunta IX ¿ES MALDICIÓN SER DISCAPACITADO?

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Shalom Rabí: Quería saber si ser discapacitado es una maldición de Dios. Respuesta Shalom: Los factores de las discapacidades se deben a diversas circunstancias. Cuando un hombre se une a una mujer en la Tierra, y les corresponde engendrar un hijo, la Corte Celestial elegirá un alma apropiada para otorgar a ese cuerpo que se gestará. Para ello se tomará en cuenta además de los méritos de los padres, todas las características de esta alma, incluyéndose sus estancias anteriores en el mundo. Entonces, se le asignará al alma un cuerpo adecuado para ella, de acuerdo con la misión que viene a cumplir en este mundo. Ahora bien, es muy probable que una persona en sus vidas pasadas hubiere realizado todo lo que debía en el

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mundo,

y

solo

le

falte

completar

una

acción

determinada, por ejemplo, estudiar Torá. En un caso así, tal vez se decretará que esta persona no pueda caminar, por su propio bien. Pues si tuviera sus piernas sanas, este sujeto posiblemente iría a lugares inapropiados, donde se tentaría y se dejaría arrastrar por los placeres percibidos. Este incidente posiblemente ocasionaría que sea absorbido por esa pasión detectada y pierda la concentración en el estudio de la Torá. Y como consecuencia de ello, en poco tiempo acabaría abandonándolo,

perdiendo

la

posibilidad

de

completarse realizando la función que le fue asignada para rectificar definitivamente su alma. Esta es una de las razones por las cuales existen las discapacidades, para evitar que las personas arruinen la rectificación parcial que habían conseguido en el pasado. Y así, en ese estado, podrán cumplir con lo que les resta para completar definitivamente su alma y rectificarse por completo.

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Shalom

Pregunta X QUIERO SER ACEPTO EN LA SOCIEDAD Shalom Rabí. En la sociedad donde me muevo todos me desprecian, como que no quieren hablar conmigo. Ya no sé que hacer para poder ser feliz, necesito ayuda. ¿Qué puedo hacer para que me quieran? Respuesta Shalom: Existen múltiples razones por las cuales la sociedad rechaza a una persona. En ciertos casos la causa es evidente: color de la piel, fisonomía, aspecto físico,

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características o expresión del rostro, creencia religiosa, línea política, condición social o situación económica. Pero existen ocasiones en que la persona es rechazada sin que hubiera una razón visible que provocara tal reacción de la sociedad. En un caso así, lo más probable es que sea por una cuestión de personalidad o temperamento. Y ello se puede modificar La raíz de la solución de este asunto se encuentra en una de las respuestas que los sabios de Israel otorgaron a Alejandro Magno. Alejandro Magno les preguntó: «¿Qué debe hacer la persona para ser aceptada por las criaturas?». Los sabios le respondieron: «Debe abstenerse de dominar y gobernar por sobre sus semejantes. Pues las criaturas detestan que se los pretenda gobernar o mandar» (Tratado talmúdico de Tamid 32ª; Parparaot la Torá Bereshit Pág. 18). Shalom

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Pregunta XI IMPUREZA POR CONTACTO Hola: Leo siempre sus respuestas y me llenan de sabiduría. Yo crecí en un hogar donde no se observaban los preceptos, porque mi madre perdió a su padre cuando era una niña y debió trabajar desde pequeña para ayudar en la casa que quedó sin sostén económico. Mi padre perdió a su padre cuando tenía solo un año de vida, por lo que cuando creció un poco, siendo pequeño, pero que ya podía trabajar, debió hacerlo para ayudar a su madre. Mis padres debieron sufrir mucho, y no les quedaba tiempo para aprender el servicio a Dios.

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Pero yo a los trece años sentí un fuerte deseo de servir a Dios, y Dios me ayudó, ya que encontré gente buena que me ayudó a llegar a una academia. Estoy recién comenzando a estudiar, y en la clase mencionaron una impureza llamada midrás. Yo quería saber que es esa impureza. Respuesta Shalom: Esa actitud es digna de elogio. Es importante superarse y crecer, independientemente de la situación que a uno le tocó vivir en el pasado. Midarás, es una impureza que sobreviene cuando alguien que tiene derramamiento de flujo prolongado, denominado en hebreo zav, o una mujer que tiene derramamiento de flujo prolongado –zavá–, o una mujer que se encuentra en su periodo catamenial – nidá–, o una parturienta, ponen el peso de su cuerpo sobre un objeto.

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Si este objeto era propicio para sentarse o acostarse, el mismo se impurifica a través de esa acción. Esta impurificación es denominada midarás. Midarás es una impureza considerada entre las de mayor severidad, o sea, una impureza raíz. Shalom

Pregunta XII ME MOLESTA UNA MUJER DIFAMADORA Shalom Rabí. Asisto a una congregación desde hace 15 años. A mí me gusta el lugar y estoy contenta. Pero hay una señora que molesta, la cuál pertenece a una posición social muy alta y tiene vínculos cercanos con

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los altos dirigentes. Ella comenzó a difamar y despotricar contra los miembros de la comisión directiva, acusándolos de mala praxis. Y también me atacó

a

mí,

por

ser

coordinadora

subalterna,

tratándome de inepta y arrogante. Ella fue acusada ante los altos dirigentes, y éstos la indagaron y le pidieron explicaciones. Pero se defendió ante ellos y dijo que sólo había chismoseado un poco y no había difamado a nadie. Ya nadie sabe lo que hacer, porque nadie puede contra ella. Miente, engaña y difama y después dice que no hizo nada. ¿Hay que perdonarla? ¿No hay que guardarle rencor? ¿Qué puedo hacer para evitar que me haga daño? Respuesta Shalom:

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Es lamentable escuchar que unas personas difaman a otras. En las Escrituras esa actitud es considerada extremadamente dañina. Quien difamaba, era apartado de la sociedad hasta que enmiende su actitud. Como a usted le tocó vivir una situación así, a través de esa sensibilidad adquirida le será posible comprender intrínsecamente

las

razones

del

severo

proceso

estipulado en la Biblia para quien difamare a otras personas. En tiempos antiguos, cuando el Templo Sagrado estaba en pie, a quien hablaba pérfidamente difamando a otros, le salía una llaga impura denominada tzaraat. El sacerdote observaba la llaga, y cuando comprobaba que la persona estaba impura, la enviaba fuera de los campamentos hasta que se curara. Y esto sucedería únicamente en el caso en que esta persona se arrepintiera de haber difamado, y hablado pérfidamente en perjuicio de sus semejantes.

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Una vez que la persona sanaba, debía mostrarle la llaga al sacerdote. Cuando éste constataba la curación, el afectado podía comenzar el proceso de purificación para reinsertarse en la sociedad. En el libro de Levítico, en el Cáp. XIV se describe paso a paso el proceso de una persona que había sido afectada por este tipo de llaga impura. Cuando el sacerdote detectare que el individuo ha sanado, le indicará el proceso de purificación para reintegrarse a la comunidad. Entre

las

cosas

que

debe

hacer,

para

poder

reincorporarse a la vida comunitaria, hallamos la de sacrificar un pajarito, y colocar su sangre en un recipiente de barro –este procedimiento lo lleva a cabo el sacerdote–. Después, se sumergirá otro pajarito, el cual deberá estar vivo, en la sangre del que había sido sacrificado, y el sacerdote rociará siete veces sobre el cuerpo de quien se purificará. Posteriormente, el ave será enviada en libertad.

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El individuo que se purifica, después de este proceso, deberá lavar sus ropas y rapar todo su cuerpo. Posteriormente se purificará sumergiendo su cuerpo en agua, y podrá regresar al campamento. Pero aun no contará con todas las libertades, habitará fuera de su tienda por espacio de siete días. Al

séptimo

día,

rapará nuevamente su

cuerpo,

incluyendo el cabello de la cabeza, la barba, las cejas, y todo pelo visible. Lavará sus ropas, sumergirá su fisonomía en agua, y quedará puro. Ahora si, tras la degradante actitud cometida en el pasado, debidamente arrepentido por ello, y purificado, este hombre estará en condiciones de resarcirse con el Todopoderoso. Para ello asistirá al Santuario, llevando dos corderos íntegros, una oveja íntegra de un año, tres medidas esronim de sémola revuelta con aceite, y una medida log de aceite.

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El sacerdote degollará inicialmente un cordero y colocará de su sangre en el cartílago central de la oreja derecha del individuo que se purifica. También colocará de esa sangre sobre la falange central del dedo pulgar de su mano derecha, y lo mismo hará con el pulgar de su pie derecho. Como este hombre derramó sangre humana a través de sus palabras hirientes, por eso, ahora es necesario derramar la sangre de este animal para su expiación. Además, como este hombre causó división entre la gente a través de sus palabras difamadoras, ahora le colocan sangre en el cartílago central del pabellón de la oreja, que es el que divide a la misma en dos. Esto representa lo mismo que él hizo con su prójimo. De igual manera acontece con la sangre, que es colocada en la falange central de su dedo pulgar, la cual une a la sensible y utilísima yema del dedo con el metacarpo. Todo este proceso provocará en el sujeto un profundo arrepentimiento, y se dará cuenta de todo lo que destruyó hablando pérfidamente de sus semejantes.

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A posteriori, el sacerdote colocará en su mano izquierda del aceite traído, y sumergirá en el mismo el dedo índice de su mano derecha, y rociará siete veces delante de Dios. Posteriormente, de lo que quedó en su mano, colocará sobre la sangre del cordero, en el cartílago central de la oreja del individuo, y en la falange central del pulgar derecho de su mano y su pie. Por último, el aceite que hubiera quedado en su mano, lo pondrá sobre el individuo a purificar invirtiendo su palma con el aceite sobre su cabeza. Este último acto es totalmente diferente al de la sangre, la cual tiene como objetivo recordarle lo que hizo, y hacerle tomar conciencia de ello. Es por eso que se la colocan en la oreja, la mano y el pie, para que se percate que esos órganos fueron los principales agentes que actuaron en su falta. El aceite, en cambio, representa la afluencia de la santidad. La cual se manifestará plenamente sobre este individuo arrepentido, que desea mejorar su conducta en el futuro. Es por eso, que exactamente sobre el sitio donde se le colocó la sangre,

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en esos mismos lugares, y encima de la misma, se pondrá el aceite de la abundancia y la santidad, como muestra de que el Creador acepta el reconocimiento de su falta y los deseos de este hombre por rectificarse y mejorar su conducta de aquí en más. A través de la colocación del aceite, que representa la abundancia y la santidad, sobre la sangre, que representa el pecado, el Creador le comunica a este hombre: «¡Tras tu arrepentimiento, eres el mismo de antes; has sido perdonado!». Pero aun hay un acto adicional, el cual indicará a este individuo, que no sólo ha vuelto a ser el de antes ante los ojos del Creador, sino que ha llegado a alcanzar un nivel más alto del que tenía previo a pecar. Se trata del aceite que es volcado en su cabeza, sobre la cual no fue colocada sangre. Esto representa un incremento adicional de la abundancia Divina sobre este individuo. Por eso fue estudiado: En el lugar en que los arrepentidos se ubican, los justos íntegros no se ubican. Como está dicho: «Le crearé –un nuevo– producto de

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los labios –una capacidad rectificada del habla–: Paz, paz al que estaba lejos y al cercano, dijo El Eterno; y lo sanaré» (Isaías 57:19). Se aprecia que el que estaba lejos es mencionado primero, y después se menciona al cercano (Berajot 34b; Alshij). A posteriori, el sacerdote ofrendará los otros dos animales que fueron traídos por el individuo. A uno lo ofrecerá como ofrenda expiatoria, para a través de ella, purificarlo de la impureza que había contraído estando afectado por la afección denominada –tzaraat–, la cual le había sobrevenido por las habladurías. Finalmente, el sacerdote ofrecerá el animal restante como ofrenda ígnea, y lo presentará junto a la oblación de sémola sobre el Altar. Tras este paso, el individuo queda expiado y completamente purificado. Hemos apreciado que la Torá es muy severa con los difamadores, pero cuando estos se arrepienten de lo que hicieron, en ese momento son perdonados y pueden volver a vivir en la sociedad. E incluso se les considera

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de manera especial, tal como surge de la citada enseñanza del Talmud. Por lo tanto, en el caso que usted expone, dado que la señora en cuestión se humilló y confesó en público haber proferido habladurías, es probable que no vuelva a reincidir en una forma tan alevosa. Lo más lógico es que de aquí en más se cuide y no difame más tal como lo hizo. O sea, lo que le recomiendo es que en lo posible aguarden y observen como se conduce esta mujer en el futuro, y si observan que nuevamente incurre en difamaciones, en ese caso, deberán buscar una solución más severa, pero si no lo vuelve a hacer, es algo muy positivo perdonarla. Ya que le permitirán reinsertarse en la sociedad y recomponer su vida. Shalom

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Pregunta XIII HE ACTUADO MAL, ¿TENGO PERDÓN? Hola Rabí Quería hacerle una consulta sobre algo que me entristece mucho de mi infancia, por la cual me siento muy apenado y creo que por siempre lo estaré. Resulta que cuando era chico, fui con mi familia a Israel, y en un Tour de tantos que había, hicimos una excursión incluía la visita al Domo de la Roca, espacio sagrado del Beit Hamikdash –Templo Sagrado de Jerusalén–, y entramos. Yo por aquel entonces tenia 9 o 10 años, y luego, en el transcurso de mi vida, con el estudio supe que es un

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territorio que no se puede pisar. Algunos, me han dicho que como no tenía Bar Mitzba –13 años, la edad en que el niño se considera adulto y sujeto a los preceptos–, no actuaba bajo mi responsabilidad. Ya que, por un lado actuaba según lo que hacían mis padres (que poco cumplen) y por el otro lado, no saber que estaba terminantemente prohibido pisar. Igual, mas allá de todo eso, sigo estando muy apenado, y estoy empezando poco a poco a cumplir más con los preceptos. Quisiera saber la opinión de usted sobre el tema. Gracias, Saludos Respuesta Shalom: Estimado joven, está muy bien que una persona sea responsable y desee enmendar los errores del pasado. Ese es el camino que lleva a la superación y a la

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rectificación. Veamos los detalles de este caso particular de acuerdo con lo que consta en el Código Legal. Fue enseñado: un menor que robó algún objeto, y fue visto, se lo obliga a devolverlo. Pero si no fue visto, el menor está exento, según la ley, de resarcir el objeto o su valor, incluso cuando este menor creciera y fuera adulto. Sin embargo, para restablecer íntegramente el vínculo con lo Alto, es correcto que este menor abone el valor de lo robado cuando fuera adulto. Lo mismo sucede con las demás faltas que hubiera cometido siendo menor. Cuando este menor tuviere madurez suficiente y sea conciente de lo que hizo en su infancia, es correcto que adopte la resolución de realizar algún acto en signo de arrepentimiento por lo hecho en el pasado (Kitzur Shulján Aruj 165:6). Por lo tanto, de acuerdo con lo estipulado por los sabios, es aconsejable que resuelva realizar algo en compensación por lo hecho en el pasado. Y a partir de ese momento, podrá quitar de su mente la aflicción

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involuntaria mencionada que lo tiene preocupado, para poder abocarse a cumplir los preceptos de Dios con fe y alegría todos los días de su vida. Shalom

Pregunta XIV SUFRO ATAQUES Y DESPRECIOS Estimado Rabino: Mi esposa y yo nos convertimos al judaísmo por medio de una conversión completamente ortodoxa. Aun así, aquí en donde vivimos, nuestros hermanos judíos nos trataron como apestados, como indeseables y llamándonos una epidemia en voz de conocidos jajamin

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–dirigentes espirituales– de los judíos de cierta comunidad de donde vivimos. ¿Cómo es posible que los judíos de cierta comunidad, se diga de ellos que respetan la Torá cuando ellos ponen sus propias leyes de desprecio y rechazo a cualquier converso, cuyo único delito fue el de haber nacido goy – gentil– y haberse convertido? Después de un sinnúmero de ofensas y desprecios en varios años, mi esposa y yo terminamos por abandonar la comunidad supuestamente religiosa de donde vivimos, sólo golpes de pecho y apariencias, que profunda decepción tenemos ambos de nuestros hermanos judíos de cierta comunidad en donde vivimos. Rav,

ahora

ambos

estamos

profundamente

desmotivados, decepcionados y sin comunidad, mi pregunta es, ¿ahora que hacemos? Porque seguimos creyendo en la Torá y en Hashem –Dios–, pero no queremos saber de nadie aquí en donde vivimos.

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Gracias por su atención y ayuda. Shalom Respuesta Shalom: He borrado los datos de lugares y comunidades que usted escribió, porque no es correcto publicar la difamación de un lugar o personas sin tener pruebas contundentes de que lo sucedido es verdad. Y aunque lo fuera, es correcto evitar las difamaciones. Ahora bien, situándonos en lo que relata, le diré que comprendo su angustia por lo que le ha sucedido, y en unos instantes le diré que es lo que debe hacer para solucionar su situación. En

primer

lugar,

es

necesario

saber

que

está

terminantemente prohibido difamar, tal como nos describe que lo hicieron con usted, y más aun respecto a

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una persona convertida al judaísmo. Obsérvese que en la Torá se advirtió al respecto en 46 lugares diferentes. Algunos ejemplos: «Cuando un converso habite con vosotros en vuestra tierra, no lo afligiréis –burlándose de él–» (Levítico 19:33). También está escrito: «No acosarás ni oprimirás al extranjero –que se convirtió –, pues extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto» (Éxodo 22:20). Asimismo está escrito: «Cada uno de vosotros no afligirá a su prójimo y temeréis a vuestro Dios; pues Yo soy El Eterno, vuestro Dios» (Levítico 25:17). Y un converso es considerado: «vuestro prójimo» (Talmud, tratado de Babá Metzía 59b). Como vemos, hacer sufrir a un converso es algo muy grave, por eso, hay que tener mucho cuidado de no caer en esa falta. Y quien lo hace, está infringiendo abiertamente la ley de Dios. Por lo tanto, si todo aconteció como lo cuenta, está usted viviendo en un lugar donde habitan individuos malvados, por lo que el consejo más propicio es salir de

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ese lugar e irse a vivir adonde viva gente correcta y decente. Considérese que en el tratado de Avot se explica que una de las peores cosas que a uno le pueden suceder es tener un mal vecino, y por eso hay que alejarse de donde hay malos vecinos (véase Mishná, tratado de Avot 2:9). Ahora bien, si usted actúa prudentemente se irá a vivir a otro lugar, lejos de esta gente que le molesta, y allí recompondrá su vida. Pero respecto a estos hombres infames que le hicieron tanto daño en el pasado ¿hay algo qué deberá hacerles? En el Talmud se cuenta un caso relativamente similar al que le ha tocado atravesar y resuelve este asunto planteado. En el lugar donde vivía Rabí Meir moraban unos sujetos malvados que le hacían sufrir demasiado. Rabí Meir pensó que era correcto pedir a Dios que ellos murieran. Se basó en lo que está escrito: «Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los malvados

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dejen de ser; bendice, alma mía, a El Eterno, alabad a Dios» (Salmos 104:35). Sin embargo, Bruria, que era la esposa de Rabí Meir, le explicó que si murieran esos pecadores que lo afligían, surgirán otros pecadores, los hijos de estos, y tal vez lo afligirán en el futuro. ¿Cuál es la manera de evitar que haya más pecadores? Esto acontecerá sólo si los pecadores se arrepienten de su mala conducta, y corrigieren su andar. De esta manera no habrá más pecadores en el mundo. Su esposa le dijo a continuación: «Es mejor que ores a Dios por ellos, para que se arrepientan de su mala conducta y se vuelvan buenos, para que no haya más pecadores». Rabí Meir hizo caso a su esposa, oró por los pecadores, para que se vuelvan buenos, y efectivamente, se volvieron buenos y no lo volvieron a molestar.

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Mi aconsejo es que además de irse de este lugar donde vive, pida a Dios por estos malvados, para que se tornen buenos. Shalom

Pregunta XVI COMO EDIFICAR CONFIANZA EN EL MATRIMONIO Shalom estimado Rabí. Quisiera saber si es razonable terminar una relación por un pasado, ya que lo que se vive en el presente pueden ser secuelas del pasado. Respuesta

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Shalom: Es probable que lo que se vive en el presente se deba a secuelas del pasado, sin embargo, la solución no siempre se encuentra en el divorcio. Pues ¿quién le garantiza que encontrará una pareja mejor? Lo correcto es intentar por todos los medios limar asperezas, y tratar de salvar el matrimonio. Para ello pueden acercarse al rabino local, y hablar abiertamente con él acerca de vuestro problema. De este modo, el rabino podrá ayudarles a encontrar una solución para intentar salir adelante, y les aconsejará como afrontar la vida conyugal sin herirse mutuamente. También evaluará la posibilidad de realizar un tratamiento terapéutico de rehabilitación si es necesario. Si después de agotar todos los recursos la situación sigue

insostenible,

sólo

en

ese

caso,

deberían

presentarse ante el rabinato local para dar inicio a los trámites de divorcio.

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Shalom

Pregunta XVII ¿HAY SALIDA EN ESTA SITUACIÓN? ¡Shalom! Quiero decirle que no deseo identificarme por miedo a mi padre. Por favor, mi padre toda la vida se ha dedicado a decirnos que el gentil es un ser despreciable, impuro, y que sólo el judío es digno de buen trato por ser elegido por Dios. Pero yo vivo en un país donde sí hay conversiones al judaísmo y es gente que no nació judía pero ama a Dios. Yo siempre he visto muy cruel la postura de mi padre. ¿Dónde está su amor? ¿Esa es la religión que quiere que nosotros practiquemos? ¡Si su ejemplo es patético!

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Apreciado Rabino necesito que me diga más sobre este tema, ¿el no judío es basura de Dios? ¿Quién puede ser judío? ¿Qué es ser judío? ¿Quién lo determina? ¿Por qué tanto maltrato? Estamos creando un gran resentimiento del no judío hacia el judío, por este motivo no he hecho teshuvá – arrepentimiento y retorno a Dios–, me avergüenza decir lo que soy, según mi padre mi abuelo fue converso, entonces, ¿qué soy yo? Ahora que soy judía, según esto, ¿tengo el derecho de maltratar a otros, que son tan seres humanos como nosotros o no? Quiero servir a Dios pero tengo amigos que no saben que yo soy judía y quieren servir a Dios y son maltratados. ¿Cómo puedo yo enorgullecerme de cumplir preceptos y ellos no? ¿Cómo fue que Moisés le dijo a Dios: «si borras al pueblo bórrame a mí»? ¿Por qué tanta apatía al no judío? ¿Se puede llamar a esto amor? ¿O es sólo un orgullo cómo lo es de mi padre?.

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Espero su respuesta y que me ayude. Shalom Respuesta Shalom: La acusación es muy grave y comprendo su indignación. Trataré de ser objetivo, sin dejarme llevar por algún impulso sensorial o anímico. Pues no puedo juzgar a su padre en estas condiciones, ya que para elaborar juicio tendría que dialogar directamente con él, o informarme más a fondo del asunto a través de testimonios. Por eso propongo que analicemos el asunto objetivamente suponiendo que lo que declara en su escrito es realmente lo que piensa su padre. Pero hablemos de él en tercera persona, para no acusar indebidamente a alguien antes de juzgarlo, como hemos dicho. Siendo así, es evidente que la conducta de este

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hombre para con los demás no sigue el ideal enseñado por los sabios en el Talmud. Considere que Rabí Iojanán ben Zakai fue uno de los rabinos más importantes de Israel en la época de la destrucción del Templo Sagrado. Fue él quién enseñó la Torá al pueblo en la etapa posterior a la expulsión de los Hijos de Israel de su Tierra. Aquellos tiempos eran extremadamente

duros;

había

que

soportar

la

humillación del destierro y afrontar con valor las terribles angustias que se renovaban cada día. El pueblo judío debió reubicarse como pudo y reorganizar sus vidas. ¿No era lo más propicio que Rabí Iojanán ben Zakai ordenara al pueblo encerrarse en su fe y creencias y no compartir valores con los no judíos para no correr el riesgo de asimilarse a sus costumbres? Sin embargo, Rabí Iojanán ben Zakai no hizo esto, sino que se llevaba bien con todos, incluso con los no judíos. En el Talmud se afirma: «Jamás alguien se adelantó en

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el saludo a Rabí Iojanán ben Zakai, incluso un no judío en la feria». «Rabí Iojanán ben Zakai saludaba a todos, antes de que lo saluden a él, también a los no judíos» (véase Talmud, tratado de Berajot 17a). En ese mismo folio del Talmud, consta una enseñanza similar impartida por Abaie. La misma consistía para él en un lema que repetía constantemente, por eso se la denomina: «La perla que estaba continuamente en su boca». Este erudito vivió muchos años después que Rabí Iojanán ben Zakai, y también fue uno de los rabinos más destacados de Israel. Abaie era el director de la academia de estudios más importante de su época, y los eruditos más famosos le consultaban sus dudas e inquietudes, y le pedían consejos. Esta era la perla que se encontraba continuamente en la boca de Abaie: «La persona debe ser siempre precavida

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con su mal instinto para luchar contra él, y adquirir el temor de Dios. “Una respuesta blanda, aplaca el enojo” (Proverbios 15:1). El individuo debe esforzarse en hacer la paz con sus hermanos, sus parientes, y con todas las personas, incluso con un no judío en la calle. Haciendo esto, será amado en las Alturas Celestiales, y será aceptado por las criaturas –en la Tierra–» (Talmud, tratado de Berajot 17a). Ya vemos que en el Talmud se enseña que hay que llevarse bien con todos. Sin embargo, pese a que esté en lo cierto, usted no puede llenarse de furia e ir a recriminarle a su padre el gran error que está cometiendo. Pues es su hija, y si no fuese por él, usted no hubiera nacido. Asimismo deberá considerar que el quinto de los 10 mandamientos declara: «Honra a tu padre y a tu madre, para que se te prolonguen tus días sobre la tierra que El Eterno tu Dios te da» (Éxodo 20:12). Debido a las razones expuestas, aun en un caso como éste,

deberá

conducirse

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con

prudencia

y

ser


comprensiva

con

su

padre.

Para

explicarle

las

enseñanzas talmúdicas que hemos mencionado, deberá aprenderlas a fondo, y después transmitírselas a su progenitor de manera suave, tierna, y dulce, tomando todas las precauciones y recaudos para no ofenderlo. De este modo estará plegándose a las instrucciones de la Biblia, y lo que enseñaron Rabí Iojanán ben Zakai y Abaie, promover el amor entre todos, incluso con su propio padre. Shalom

Pregunta XVII LA INCANSABLE BÚSQUEDA

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Shalom estimado Rabí. Quería preguntarle como elegir una persona correcta, alguien en quien podamos confiar. Ya aprendí que hay que pedir al Eterno con seguridad y certeza la persona correcta, pero, ¿cómo saber quien es la persona correcta, y si ya la encontramos? Respuesta Shalom: No sé si se refiere con pedir y elegir la persona correcta a la búsqueda de su pareja, o a la búsqueda de un guía espiritual. Yo le explicaré lo referente la búsqueda de la persona correcta como líder espiritual, y si aplica esta forma de elección para buscar novio, seguramente no se arrepentirá. La persona que usted ha de buscar no será el hombre perfecto, pues no hay en el mundo un individuo con esas características; pero al menos deberá ser ejemplar,

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lo más cercano posible a un ser humano idóneo. Es decir, un individuo que demuestre sensibilidad, poder de comprensión, una conducta modelo y capacidad de guiarla por el camino correcto. Respecto a la manera de buscar a este hombre y saber cuando lo ha encontrado para aceptarlo como su guía espiritual, hay modos de saberlo. Le daré algunos consejos muy prácticos. Usted busca un líder espiritual, o sea un individuo que posea valores espirituales definidos y esté cerca de Dios. Alguien que le ayude a crecer y superarse. Por tal razón es obvio que esa persona deberá cumplir los preceptos Divinos en forma apropiada. Y también deberá llevarse bien con la sociedad, y actuar decentemente. Pues la buena conducta precedió a la Torá 26 generaciones. Ya que las normas de buena conducta le fueron otorgadas a Adán, el primer hombre. Como está escrito: «Y al expulsar al hombre, Él colocó al este del Jardín del Edén los querubines y el filo de la espada giratoria para

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custodiar el camino que conduce al Árbol de la Vida» (Génesis 3:24). «El Camino», se refiere a las normas de conducta que conducirán a la Torá, y el «Árbol de la Vida», se refiere a la Torá, que fue entregada a la generación que salió de Egipto 26 generaciones más tarde (Midrash Rabá: Levítico 9:3). Además, Rabí Elazar ben Azariá enseñó: Si

no

hay

buena

conducta

no

hay

Torá;

y

recíprocamente, si no hay Torá, no hay buena conducta –ya que la Torá es el manual de la buena conducta– (Avot 3:17). Surge de aquí, que jamás debería poner sus ojos en una persona que demuestre ser poseedora de fallas evidentes. Cuando advirtiera que ese hombre se encuentra fuera de las normas señaladas, deberá descartarlo. Por ejemplo, no debería pensar en alguien que es grosero, irrespetuoso o malhumorado. Y si advirtiera defectos de ética y moral obvios, como no saludar, es un indicio claro que esa no es la persona que busca.

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Una vez que constate que tal persona es decente y se comporta adecuadamente, deberá observar cuál es la conducta de este individuo frente a Dios. ¿Cómo se logra saber esto? Usted no podrá saber qué es lo que hay en el corazón de tal individuo, pero sí podrá observar lo que hace, y extraer conjeturas. La congregación donde se reúne para orar es un lugar propicio para averiguar ese dato. Observando cuál es la actitud de este hombre en el momento del recitado de las alabanzas que requieren que el público responda amén, revelan el temor de Dios de la persona. Pues la alabanza denominada kadish, por ejemplo, es una de las vías que unen a toda la congregación. Cuando se la recita, todos deben dejar lo que están haciendo para unirse en una sola voz y al unísono responder «amén».

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Si advierte que durante esas alabanzas este hombre presta atención a las mismas y responde amén, casi con seguridad será un guía espiritual adecuado. En cambio si en ese momento habla con otra persona, o lee alguna otra cosa, sabrá que a este sujeto no le interesa respetar el momento de alabanza comunitaria a Dios, y no es la persona adecuada para elegir como guía espiritual. En el libro Zohar se menciona un suceso que aconteció como prueba evidente del temor de Dios en una persona. Se cita el caso de un individuo que observó cómo un joven que estaba realizando tareas en el techo de una casa, saltaba y corría a la sinagoga para responder el kadish. Al apreciar su actitud, este hombre dedujo que se trataba de un individuo temeroso de Dios. Por eso aguardó a que culmine el servicio en la sinagoga y después de que esto sucedió, lo llamó aparte y le ofreció a su hija para que se casara con ella. Procedió de este modo pese a no conocer al joven. Y no se equivocó;

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se trataba de un joven con inmenso temor de Dios, un ser humano ejemplar que le dio muchas satisfacciones. Este episodio dio lugar a una ley del Código Legal, la que trata el modo de dirigirse a la congregación para responder la alabanza denominada kadish. Siguiendo estos pasos, con seguridad hallará el líder espiritual que anhela y seguramente no se arrepentirá de la elección. Shalom

Pregunta XVIII ¿POR QUÉ ME DIFAMA Y ME ATACA A MÍ?

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Con el más grande de mis respetos y agradeciendo desde ya su tiempo para mi respuesta. Comienzo: En mi ciudad hay una chica de la comunidad que tiene cierto recelo infundado hacia mí, desde que me conoció me ha hecho la vida imposible y me ha dejado mal ante cada persona que encuentra levantado falso testimonio hacia mi persona y degradándome ante la imagen de los demás. Me he mantenido a un margen tratando de no formar peleas o algún tipo de roce con ella. Me he callado y solo me he refugiado en Dios ¿Qué puedo hacer ante sus calumnias y degradación de mi persona, para no caer en un arrebato de rabia o algo parecido? Agradeciendo su tiempo y a Dios por usted. Me despido. Respuesta Shalom:

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La situación que le toca vivir es realmente dura. Pero no se pueden tomar medidas bruscas para acabar con esta pesadilla, pues nada bueno resultará de ello. Por ejemplo, si decide enfrentar a esa mujer utilizando el mismo medio que ella emplea, eso posiblemente causará que se empeñe aun más en hablar de usted frente a los demás. Por lo tanto, pese a que es muy doloroso lo que le toca vivir, y es realmente difícil hacer lo que le diré, sepa que no hay muchas más alternativas viables para deshacerse de este flagelo. Lo más conveniente para un caso así es hablar con la mujer y preguntarle por qué le hace eso. Cuando ella le diga la causa, usted podrá negociar con ella y llegar a un acuerdo pacífico. Shalom

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Pregunta XIX HIJO NO MUESTRA INTERÉS EN EL ESTUDIO Shalom Rabí, quisiera que me oriente en esto, mi hijo no muestra interés por el estudio, y pese a que permanentemente le digo que si no estudia no va a llegar a nada en la vida, no me hace caso y se va con los amigos. ¿Que podría hacer? Muy agradecido Respuesta Shalom: Existe una realidad ineludible: para obtener resultados propicios en la educación de los hijos no alcanza con

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decirles que estudien. Ellos necesitan un espejo donde reflejarse. Esto equivale a decir que si el mensaje transmitido no va acompañado del ejemplo del padre, será difícil someter su voluntad ante la voluntad de uno. Los hijos necesitan un buen modelo, y además un estímulo apropiado que les incentive y despierte el interés para abocarse al estudio. Los sabios sugieren que cuando un hijo no desea estudiar, se le

ofrezcan estímulos adecuados, de

acuerdo a su edad. Y a medida que el joven crece, los estímulos deberán seguir su maduración, tendrán que estar acordes a su edad. Paralelamente, y tal como lo mencionamos, el padre deberá manifestar una conducta apropiada. Pues si el niño ve –por ejemplo– que el padre es irrespetuoso con su esposa, que a su vez es su propia madre, es muy difícil que pueda concentrarse en el estudio por más incentivos que se le otorguen.

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Siguiendo estas pautas, existen muchas posibilidades de corregir

la

conducta

de

un

hijo

y

orientarlo

apropiadamente.

Pregunta XX BENDICIÓN EN LA VIDA COTIDIANA Shalom Rabí. Mi pregunta es, ¿cómo puedo recibir la bendición de Dios en mi vida cotidiana? Respuesta Shalom: Una persona recibe permanentemente la bendición de Dios en la vida cotidiana. Recibe aire para respirar, locomoción en sus piernas para poder caminar y

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realizar sus actividades diarias, visión en sus ojos, funcionamiento adecuado del aparato digestivo que le permite ingerir el alimento y recobrar fuerzas para emprender el nuevo día. Son muchas las bendiciones de Dios que la persona recibe a diario en su vida cotidiana. Sólo que tal vez no se percata porque está acostumbrada a recibirlas continuamente. Por eso pienso que seguramente se está refiriendo a bendiciones específicas de cosas que desea tener además de las que ya tiene. Por ejemplo, más dinero, mayor felicidad o mejor salud en el caso en que padezca alguna

enfermedad.

Si

este

tipo

de

cuestiones

adicionales es a lo que se refiere, en ese caso, le daré la fórmula para conseguir también en ellas la bendición de Dios. En la Mishná está escrito: «Haz Su voluntad como tu voluntad para que sea hecha tu voluntad como Su voluntad» (Tratado de Pirkei Avot 2:4).

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Si uno se compenetra con la voluntad de Dios, estudiando la Torá para comprender como conducirse y respetar las normas establecidas, y se lo hace con el corazón íntegro y un deseo verdadero, con buena voluntad, en ese caso se cumplirá lo que está escrito a continuación: «que sea hecha tu voluntad como Su voluntad». Dios hará que nuestra voluntad, lo que sentimos y deseamos en nuestro corazón y solicitamos de El Eterno, sea como Su voluntad, ya que es Su deseo hacer el bien a sus criaturas (Tratado de Pirkei Avot 2:4, R. P. Keaty). Shalom

Pregunta XXI EL ARTE DE VIVIR CON FE

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Rabino, muchas bendiciones y mi pregunta es esta: ¿cómo puedo alimentar y aumentar más mi fe y confiar más en Dios? A veces me perturbo mucho y me desanimo ¿Cómo hago? Respuesta Shalom: En primer lugar deberá tomar conciencia de que todo lo que Dios le envía es para bien. Y si bien hay cosas que ahora le parecen negativas, con el tiempo comprobará que las mismas fueron para su propio bien. En esta alegoría que mencionaré a continuación se ilustra perfectamente este asunto: había un hombre que vivía con su familia en una tierra alejada de la sociedad, en el corazón de una isla. El individuo era artesano y durante todo el año recolectaba trozos de madera, piedras,

conchas,

y

demás

productos

que

le

suministraba la naturaleza; y con ellos fabricaba pequeños souvenir. Una vez al año anclaba en la isla un

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barco mercante que retiraba la producción y la llevaba a naciones distantes para que fuera vendida. Así era como este hombre obtenía su sustento. Cuando llegó el tiempo anual en que el barco de siempre anclaba en la costa de la isla, el individuo detectó la llagada del navío. Por eso corrió a su casa para trasladar hacia la costa la mercadería que había elaborado en ese año. Pero esta vez aconteció un imprevisto, antes de que llegara hasta la zona donde estaba anclado el barco, en medio del trayecto, se le insertó una astilla en su pie. Ese incidente lo detuvo, el dolor era tan intenso que no logró avanzar siquiera unos metros. Entretanto, la embarcación zarpó y se adentró en el mar. Después de un par de horas, la madre le pidió a uno de sus hijos que fuera a ver que pasó con su padre, pues no era usual en él demorarse tanto. El joven comenzó a recorrer la isla y tras una hora y media de búsqueda lo encontró en el camino. Su padre estaba dolorido y sin

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poder afirmar su pie para caminar. Para colmo la zona afectada se le había inflamado y era casi imposible quitar la estilla. Por eso, como pudo, el hijo improvisó un precario vendaje y buscó una rama de árbol que fuere lo suficientemente fuerte como para que su padre pudiera apoyarse en ella y marchar, ayudado a su vez por el joven, pues podía apoyar un solo pie. El regreso a la morada fue lento y dificultoso. El dolor era intenso y el camino escabroso. Pero pese a todos los contratiempos, lograron llegar en poco más de tres cuartos de hora. La esposa cuando vio lo que había sucedido se ocupó de curar a su marido. Le aplicó paños fríos para hacer bajar la hinchazón y le puso sobre la herida algunas hierbas curativas. Después de un par de días fue posible quitar la astilla y la herida comenzó a mejorar. El hombre, en todo momento se lamentaba más que nada por haber perdido el barco y la posibilidad de enviar su mercancía. Lloraba y gemía constantemente

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lamentándose por su mala fortuna. Él sabía que no vendría otro barco por esos rumbos hasta el próximo año. Una

semana

completa

le

demandó

recuperarse

físicamente del accidente. Pero el estado de depresión en el que cayó le impidió desarrollar sus actividades por muchos más días. Al cabo de tres meses, viendo que de nada sirve lamentarse por lo sucedido en el pasado, pues ninguna ganancia le reportaría, comenzó a trabajar nuevamente. Buscaba material y producía para el año entrante. Cinco meses más tarde, aconteció un suceso sumamente extraño. Llegaba a la isla un barco mercante diferente al de siempre. El hombre, al divisar el navío, corrió a la costa para conocer la causa de esta grata sorpresa y ver la posibilidad de llegar a un acuerdo comercial. Habló con la tripulación del barco, y ellos le dijeron que de ahora en más se ocuparán de cubrir este recorrido. El

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individuo sorprendido les preguntó: ¿Y el barco que llegaba todos los años a la isla? Le respondieron: ¡Eso ya no volverá a ocurrir! Pues la última vez que estuvo por aquí, después de hacerse a alta mar, se dirigió a otra isla de este mismo archipiélago y allí sufrió un accidente inesperado. Se aproximó demasiado a la costa y chocó contra un peñasco. La embarcación sufrió serios daños en su estructura, los cinco tripulantes cayeron a las aguas y cuatro de ellos murieron ahogados, mientras que el restante nadó hasta el peñasco y sobrevivió. Ese infortunio provocó el naufragio del navío y la pérdida de todo el cargamento que llevaba. El único sobreviviente contó lo que había sucedido y por eso se decidió enviar un barco relevo para cubrir esta ruta. Al oír esta noticia el isleño comenzó a cantar y alegrarse por su buena suerte. Desde ese día, cada vez que veía una estilla en el suelo la tomaba y la besaba. Decía: ¡por ti he salvado toda mi producción! ¡Hubiera perdido un año entero de trabajo si no fuera por ti!

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Se aprende que de aquí, que toda aflicción que sobreviniera sobre la persona, debe ser recibida con amor. Pues no hay nada malo que baje del Cielo. Seguro que todo lo que acontece es para bien, aunque ahora ello esté oculto ante nuestros ojos. Y si bien es cierto que en ocasiones nos envían enfermedades o pérdida de dinero, debemos saber que eso es una generosidad de El Eterno, que nos expone a tal situación aparentemente adversa, para salvar nuestras almas. Un flagelo tiene por objetivo expiar y despertar al individuo para que reflexione y rectifique su camino. La apropiada toma de conciencia en este asunto le permite a la persona robustecer su fe y afrontar cada día con alegría y optimismo. Un individuo que fuere capaz de

asimilar

este

principio

esencial

crecerá

permanentemente al observar los acontecimientos que suceden a su alrededor y le transmiten un mensaje de amor y paz.

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Shalom

Pregunta XXII EL SENTIDO DE LA VIDA Shalom: tengo un amigo que es judío pero el problema es que es bisexual y él se aflige mucho por eso... me duele verlo así porque él dice que no quiere ser bisexual de hecho hasta se odia el mismo, pero dice que es algo mas fuerte que él y no puede superarlo. De hecho lo ha intentado muchas veces y siempre fracasa pero él dice que ama a Dios con todas sus fuerzas y es muy dedicado a todo lo que hace, estudia mucho la Torá y hace mucha tefila (ora al Eterno).

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Y él se pregunta si aun así será salvo, aunque esté luchando contra ese mal. ¿Qué hago, cómo lo puedo ayudar? Respuesta Shalom: Su amigo debe seguir luchando hasta vencer. Pues al sentirse afligido, está dando una muestra de que no desea hacer eso, sólo que el mal instinto lo convence. Pero si su amigo persiste en su estudio de la Torá, y continúa orando con devoción, finalmente tendrá fuerzas para derrotar la mala inclinación que lo aflige. Usted por su parte, trate de cooperar con él, dándole ánimo a esforzarse en todo lo posible y salir adelante de esta difícil situación. Y trate de ayudarlo a decidir hablar este tema con su rabino de confianza, para que lo pueda asistir y logre superar este flagelo.

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Shalom

Pregunta XXIII EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO Shalom Me gustaría saber cómo puedo lograr el verdadero arrepentimiento. Es algo que quiero hacer. Respuesta Shalom: Para lograr el verdadero arrepentimiento, deberá usted abocarse al estudio de la Torá hasta adquirirla. Asimismo

tendrá

que

estudiar

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las

leyes

de


arrepentimiento

y

rectificación.

Las

mismas

se

encuentran en la enciclopedia de Maimónides, en el volumen titulado: «Leyes de Arrepentimiento». En la Mishná se mencionan 48 vías para adquirir la Torá, que es el camino idóneo para hallar el arrepentimiento y la rectificación absolutas. Estas son las 48 vías: Estudiando con dedicación y ahínco Escuchando las palabras de los maestros Repasando lo aprendido Reflexionando sobre lo estudiado prestando atención especial. Analizando con profundidad lo aprendido, para llegar a la raíz del asunto. Sintiendo temor y reverencia por el maestro. Teniendo temor del Todopoderoso en el corazón, tal como está escrito: «El principio de la sabiduría es, el temor de Dios» (Salmos 111:10).

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Humildad, pues de ese modo, no se avergonzará en aprender de todas las personas. En el Talmud los sabios enseñaron: «¿Por qué las palabras fueron comparadas al agua? Para enseñar: así como a las aguas, si se las coloca en un lugar alto, ellas descienden a lo más bajo, también esto acontece con las palabras de Torá, las cuales no se mantienen sino en aquel que es humilde» (tratado de Taanit 7a). Alegría, ya que a través de ella el corazón se regocija, el cerebro se agudiza, y la memoria se incrementa. Además, si no estudia con alegría, la Torá será para él una carga, y finalmente acabará abandonando el estudio. Asistir a los maestros. Ya que a través de ello, aprenderá mucho, tanto de las respuestas de ellos, como de sus propios actos. Por eso en el Talmud se enseñó: «Asistir a los sabios, es más importante que el estudio mismo» (tratado de Berajot 7b). Esto lo aprendemos de Josué, quien asistió

permanentemente

a

Moisés,

no

apartándose en ningún momento de la tienda

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donde se enseñaba Torá. Por tal razón, Josué heredó el lugar de Moisés, convirtiéndose en su sucesor, y líder del pueblo judío (Sifre). Agudizando el estudio con sus compañeros, a través de un análisis puntual, aprendiendo de lo que entendieron sus compañeros, respecto a las enseñanzas del maestro. Cotejando con sus compañeros lo aprendido a través de un riguroso intercambio de ideas para llegar a la verdad. Aplacamiento. Ya que a través de ello, su raciocinio estará asentado. Torá escrita. Debe convertirse en un experto en los 24 libros del Tana”j (Pentateuco, Profetas y Escritos Sagrados). Mishná. Debe ser experto en la Mishná, que es el fundamento de las leyes, y la Torá oral. Durmiendo poco. Pues si duerme demasiado, solo logrará haber perdido el tiempo, y aumentar la pereza. Aunque tampoco debe dormir menos de lo necesario, porque de esa manera debilitará

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su cuerpo, y no podrá abocarse con todas sus fuerzas al estudio de la Torá y su cumplimiento. Platicando poco. En lo que concierne a temas mundanos, como política, mercado de valores, etc. Pocos placeres. Pues un poco está bien, pero mucho, es perjudicial. Pocas bromas. Ya que si lo hace en exceso, llegará a situaciones inmorales. En cambio, haciéndolo en forma medida, puede levantar el ánimo. Los sabios de antaño, solían contar a sus alumnos alguna broma, para generar un clima ameno. Trabajando sólo lo necesario. Alejándose de la ira. Pues si una persona se enoja, su sabiduría se aparta de él (Talmud, tratado de Pesajim 66b). Buen corazón. Teniendo el corazón libre de envidia y odio, de este modo, estará en condiciones óptimas para recibir las palabras de la Torá.

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Fe en los sabios. A pesar de que ahora no pude alcanzar a comprender el sentido total de lo que dijeron. Aceptando las aflicciones. Ya que al recibir los sinsabores que le sobrevienen con amor, estará aceptando que Dios es su padre, y le envía esta cuestión, de manera similar a un padre, quien desea que su hijo aprenda a conducirse mejor por la vida. Conociendo su lugar. De esta manera, el individuo conocerá donde está situado, y cuál es su lugar, cuáles son sus virtudes, y cuáles sus falencias. De este modo, no pretenderá entrar a un sitio que no es propicio para él. Alegrándose con su parte. De esta manera, se contenta con lo que tiene, y no desperdicia su tiempo, persiguiendo detrás de más dinero. Así, aprovechará su tiempo libre, para consagrar al estudio. Poniendo vallas a sus palabras. Pensando lo que va a decir, midiendo de antemano que a través de ello no causará un tropiezo u error.

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No siendo engreído. Aunque sea que estudió y sabe mucho. Siendo amado. Por todas las criaturas, por su conducta y cualidades. Amando al lugar. Que eligió para estudiar, al cual mantiene en forma fija y ama. Amando a las criaturas –las demás personas–. Y sacrificándose por la Torá. Amando el reproche. Recibiendo la advertencia de errores cometidos señalados por lo demás, con amor y deseos de mejorar. Amando la rectitud. Escogiendo siempre los caminos que conducen a través de la rectitud. Alejándose de los honores. Que le quieren propinar los demás, ya que su intención es estudiar la Torá por amor a ella. No enorgulleciéndose con el estudio, sino que debe considerarse como el más pequeño de los sabios. No alegrándose con la sentencia. En caso que deba resolver una cuestión, y dictaminar la sentencia, no debe alegrarse por ello, sino que

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debe temer porque quizá se equivoca en el dictamen. Cargando con el yugo de su compañero. Compartiendo su aflicción, y ayudándolo, ya sea física o económicamente, o a través de un buen consejo. Juzgando

para

el

lado

meritorio.

A

su

compañero. Encauzándolo en la verdad. En caso de advertir en su compañero, que tropezó con un asunto, interpretando mal, le debe indicar el error, para encauzarlo en el camino de la verdad. Encauzándolo hacia la paz. En el caso en que diverja

con

su

compañero

sobre

una

interpretación del estudio, a tal punto que se convierte en una disputa. En ese caso le debe recordar el compañerismo y la amistad existente entre ambos, y que la divergencia debe ser por amor a la Torá, con el objetivo de alcanzar la verdad.

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Manteniendo el corazón asentado, estudiando en forma fija y concentrada, y no espontáneamente y pensando en varias cosas a la vez. Preguntando preguntas

y

para

respondiendo. comprender

Formulando el

asunto,

y

buscando respuestas a las mismas. Escuchando y agregando. Prestando atención a las

conjeturas

de

sus

compañeros,

e

incrementando su punto de vista para aclarar el asunto. Como está escrito: «Dadle al sabio, y se tornará más sabio» (Proverbios 9: 9). Estudiando para enseñar. Ya que de esta manera, enseñando a los demás, el estudio se mantendrá en él. Estudiando para hacer. Pues de este modo, estudia cada tema detalladamente, y lo conoce a la perfección. Tornando más sabio al maestro. A través de preguntas certeras y precisas. De este modo, obliga al maestro a profundizar en el tema y hallar la respuesta.

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Orientando

correctamente

lo

que

escuchó.

Ordenando las ideas, y buscando coordinar las palabras que escuchó de sus maestros. Diciendo lo que escuchó en nombre de quien lo dijo. De este modo, estará trayendo la redención al

mundo.

Este

modo

de

conducta,

lo

aprendemos de Ester, pues: «Ella dijo al rey Asuero en nombre de Mordiqueo» (Ester 2:22). (Mishná, tratado de Pirkei Avot 6:6).

Shalom

Pregunta XXIV ¿SE PUEDE SUPERAR UN PASADO FALLIDO? Shalom Rabí:

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Me gustaría hacer una pregunta, yo tengo 28 años y a los 20 años me realicé un aborto, hoy 8 años después sigo pensando en aquel hecho. Estoy casada y tengo una hija y quiero hacer teshuva (retornar a Dios) pero pienso que no soy meritoria de acercarme a Dios después de lo que pasó, ¿acaso podré tener paz interior? ¿Dios podría perdonarme? Saludo atte. Respuesta Shalom: En el manual de rezos del Día del Perdón –Majzor–, está escrito que Dios no desea la muerte de la persona, sino que se arrepienta del mal camino y retorne a Él. Por lo tanto, también en su caso, debe abandonar el camino erróneo, retornar a Dios, y cumplir los preceptos con amor y alegría. De este modo, se ayudará a usted misma, y también permitirá que su hija crezca

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en un ambiente apto y ameno, y pueda también ella aprender a servir a Dios con alegría. Respecto a las faltas que cometió en el pasado, para contrarrestarlas, dedíquese a hacer mucho bien, hasta volcar la balanza hacia el lado del bien y provocar que se caigan todos los actos erróneos pasados. Existe un nivel supremo de arrepentimiento en el que las faltas se convierten en méritos. Ese nivel es difícil de alcanzar, pues debe ser por amor a El Eterno, pero quien tiene la voluntad de hacerlo, lo puede conseguir. Shalom

Pregunta XXV SALMOS POR SECUESTRO

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Shalom: ¿Que salmos debemos leer para un secuestrado? Deseamos hacerlo en el rezo de la noche. Saludos Respuesta Shalom: La noche es tiempo de rigor. Esto es así en los planos espirituales,

y

afecta

al

mundo

terrenal.

Para

comprobarlo observe un enfermo, apreciará que por lo general durante la noche se queja de diversos malestares, y por la mañana se siente mejor. Se debe a que la mañana es tiempo de bondad y misericordia. Por lo tanto, le recomiendo que lean los Salmos de día y no de noche.

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Respecto a qué Salmos leer, lo mejor es que traten de repartirse el libro de los Salmos íntegro entre todos. Cada uno leerá los Salmos que le correspondan, de acuerdo con el reparto. Así entre todos terminarán el libro entero, siendo algo muy propicio para hallar gracia ante el Eterno. Ahora bien, si no pueden leer el libro entero entre todos, reciten el Salmo XX siete veces seguidas. Este Salmo es propicio para todo tipo de aflicciones. Shalom

Pregunta XXVI ¿CÓMO SE ENCUENTRA LA ESPOSA IDEAL? Shalom estimado rabino:

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Le agradezco su tiempo y sin mas mi pregunta es la siguiente, ¿cómo puede saber uno cual es la mujer que Dios ha escogido para uno? ¿Cómo puede estar seguro uno de que la persona con la que está es la que Él tiene para uno? Si los padres no están de acuerdo, ¿qué se puede hacer? Gracias por su tiempo y espero pronto su respuesta Shalom Respuesta Shalom: La persona debe conducirse de manera natural y humilde frente a El Eterno. Como está dicho: «Serás íntegro con El Eterno, tu Dios» (Deuteronomio 18:13). Es decir, uno necesita esforzarse en cumplir lo mejor posible los preceptos que Dios ordenó y dirigirse a Él en

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oración incluso para pedirle una buena mujer. Y debe confiarse plenamente en que Él ayudará a encontrarla. Este sistema es infalible. Cuando uno asume esta actitud en forma absoluta y se aboca a buscar novia, y ora a El Eterno para que le otorgue una buena mujer, El Eterno le proporcionará la mujer ideal. Ahora bien, si siente que aun no ha llegado a este nivel supremo, y le es difícil encontrar la novia apropiada, puede llevar a cabo esta práctica: recite todos los días y con mucha concentración, los versículos del Pentateuco que se encuentran en Éxodo XV. Después recite los siguientes capítulos del libro de los Salmos: 32, 38, 70, 71, 124 (véase Malhaj Refael: zain). SEGUNDA PARTE DE LA PREGUNTA Pasemos ahora a la segunda parte de su pregunta: «¿Cómo puede estar seguro uno de que la persona con la que está es la que Él tiene para uno?»

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Si usted desea saber esto, será necesario recurrir al empleo de la Cábala (Mifalot E'lohim: apartado 133 y 134). Pero por más que este sea un medio propicio para conocer este dato, no se recomienda hacerlo. Pues, se requiere el servicio de ciertos ángeles, a los cuales hay que obligar a través de un conjuro, a aportar los pormenores de lo que se desea saber. Y para hacer esto, hay que estar totalmente puro, ya que el ángel utilizado se volverá en contra del individuo que lo invocó en el caso en que cometiera alguna falta en el futuro. Por tal razón, lo más recomendable es actuar tal como señalé anteriormente, conducirse en forma natural y humilde frente a El Eterno. Respecto a lo que menciona en la tercera parte de su pregunta, referente a la oposición de los padres, lo más apropiado para limar asperezas, es que acudan a un rabino competente y los ayude.

115


Shalom

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ÍNDICE Mi hijo ha muerto, ¿por qué esto me sucede a mí? ¿Mi esposo y yo somos compatibles? ¿Existe la libre elección en la vida? Tengo dificultades con el empleo Quiero ser feliz, ¿cómo hago? ¿Con quién puedo aconsejarme y qué me diga la verdad? ¿Esta situación que atravieso es prueba o castigo? Regalo por dar a luz ¿Es maldición ser discapacitado? Quiero ser acepto en la sociedad Me molesta una mujer difamadora He actuado mal, ¿tengo perdón? Sufro ataques y desprecios Cómo edificar confianza en el matrimonio ¿Hay salida en esta situación? La incansable búsqueda ¿Por qué me difama y me ataca a mí? Hijo no muestra interés en el estudio


Bendición en la vida cotidiana El arte de vivir con fe El sentido de la vida El verdadero arrepentimiento ¿Se puede superar un pasado fallido? Salmos por secuestro ¿Cómo se encuentra la esposa ideal?

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Libro Preguntas

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