Lilith en la Biblia y el Tanaj La Reina de la Noche (1892), tablilla de terracota Sumeria o Asiria. Lilit (o Lilith) es una figura legendaria del folclore folclore judío judío,, de origen mesopotámico mesopotámico.. Se la considera la primera esposa de Adán de Adán,, anterior a Eva Eva.. Según la leyenda, abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló junto al Mar Rojo, Rojo, uniéndose allí con Asmodeo con Asmodeo,, que se convirtió en su amante, y con otros demonios. Más tarde, se convirtió en una bruja que rapta a los niños en sus cunas por la noche y se une a los hombres como un súcubo súcubo,, engendrando hijos (los lilim) con el semen que los varones derraman involuntariamente cuando están durmiendo (polución nocturna). nocturna). Se la representa con el aspecto de una mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente pelirroja, y a veces alada. Lilit en la mitología mesopotámica El origen de Lilit parece hallarse en Lilitu y Ardat Lili, Lili, dos demonios femeninos mesopotámicos, relacionados a su vez con el espíritu maligno Lilu Lilu.. En los nombres de esta familia de demonios aparece la palabra lil , que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. Los judíos exiliados en Babilonia llevaron a su tierra de origen la creencia en esta criatura maligna, cuyo nombre, adaptado a la fonética del hebreo como (Lilith), se puso en relación con la palabra parónima hebrea , lil , ‘noche’. Lilit en la mitología hebrea [editar ] Lilit en la Biblia La única mención en la Biblia de dicha criatura aparece en Isaías 34:14: . En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como: « Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata se tradujo por Lamia por Lamia,, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de Nácar-Colunga Nácar-Colunga:: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo ». Otras
versiones, en fin, traducen el término como ‘ criatura nocturna’ o ‘lechuza’. Al tratarse de un término que aparece testimoniado en una sola ocasión ( hápax legómenon), no resulta posible saber con certeza si para el autor del texto era un nombre propio o común, y en este último caso, si se trataba de una criatura sobrenatural o de una rapaz nocturna. El profesor G. R. Driver opina que la palabra hebrea (li·líth) deriva de una raíz que denota “toda clase de movimiento de torsión u objeto retorcido”, tal como la palabra relacionada lái·lah (o lá·yil), que significa “noche”, da a entender un “envolver o rodear la tierra”.1 Blair (2009) sostiene que las ocho criaturas mencionadas en Isaías 34:13-16 son todas animales naturales.2 [editar ] La leyenda de Lilit El origen de la leyenda que presenta a Lilit como primera mujer se encuentra en una interpretación rabínica de Génesis 1, 27. Antes de explicar que Yahvéh dio a Adán una esposa llamada Eva, formada a partir de su costilla ( Génesis 2:4-25), el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación posible es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y sólo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. La primera mujer a la que alude Gn. 1, 27 sería Lilit, la cual abandonó a su marido y el jardín del Edén. La leyenda está vinculada a una tradición mágico-religiosa judía: la costumbre de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles (Snvi, Snsvi, Smnglof). El Génesis Rabba, midrás sobre el libro del Génesis, recopilado en el siglo V en Palestina, señala que Eva no existía todavía en el sexto día de la Creación. Entonces Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia. Según el Yalqut Reubeni , colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga: Yahvéh formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán. De la unión de Adán con esta hembra, y con otra parecida llamada Naamá, hermana de Tubalcaín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad. Muchas generaciones después, Lilit y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén.
Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.
Saliendo del Edén fue a dar a las orillas del Mar Rojo (hogar de muchos demonios). Allí se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla (Snvi, Snsvi y Smnglof), ella se negó. El cielo la castigó haciendo que muriesen cien de sus hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella intenta vengarse matando a los niños menores de ocho días, incircuncisos. El novelista italiano de origen judío Primo Levi pone en boca de uno de sus personajes esta visión de Lilit: A ella le gusta mucho el semen del hombre, y anda siempre al acecho de ver a dónde ha podido caer (generalmente en las sábanas). Todo el semen que no acaba en el único lugar consentido, es decir, dentro de la matriz de la esposa, es suyo: todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio. Te harás una idea de lo mucho que recibe: por eso está siempre preñada y no hace más que parir. Primo Levi, Lilít y otros relatos , Barcelona. Edicions 62, 1989, p.
Lilith - libre Los rastros de Lilith en los textos bíblicos y tanajicos. Diferentes versiones de Isaías 34:14. Las referencias en el Libro de Job. Lilith en el Bereshit. La historia de Lilith es la historia de un mito, pero de un mito poético y "maldito". Es poético porque la "maldición" se debe a una defensa de la libertad y la igualdad: Lilith no renuncia a ellas ni ante mandato divino, antes prefiere que la maldigan y la demonicen y en ello, curiosamente y contra la aparente voluntad de la deidad...encuentra el amor. El amor entre iguales, no la sumisión. Lilith en Isaías 34:14 Lilith, en hebreo, también significa "noche" o "cosas relacionadas con la noche". Lo que sucede con Lilith es una "damnatio memoriae" bíblica y tanajica en toda regla, Anuncios Google
Fe Cristiana Visita mormon.org y descubre cuáles son las creencias Mormonas. www.Mormon.org
Court Stenographer 2012 Find Colleges Near You That Offer Court Stenographer Programs www.CampusExplorer.com/Stenographer En Isaías 34:14 puede aparecer o no aparecer, dependiendo de las versiones y de las traducciones. Por ejemplo, según la Reina-Valera edición revisada de 1960 no hay siquiera referencia poco clara, vaya, que no hay ninguna, así, allí en Isaías 34:14 se dice: “Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza tendrá allí morada, y hallará para sí reposo”.
A menos que se desee hacer aquí una interpretación simbólica bastante forzada y se encuentre a Lilith en su papel demoniaco simbolizada a través de cualquiera de los animales mencionados no aparece Lilith.
Sin embargo en la Biblia de Jerusalén, en su edición de 1976, sí que aparece en Isaías 34:14, allí se dice: Artículos Relacionados Las facetas de Lilith D_os en la mistíca judía Lilith, Adán y Samael “Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso.”
En la Vulgata aparece una referencia, no del todo clara, aludiendo a un papel monstruoso o demoniaco: "Et occurrent dæmonia onocentauris, et pilosus clamabit alter ad alterum; ibi cubavit lamia, et invenit sibi requiem."
Que ya ha variado en la Nova Vulgata: "Et occurrent hyaenae thoibus, et pilosus clamat ad amicum suum; ibi cubat lamia et invenit sibi requiem."
En la versión King James -en puridad, la más “clásica”, en inglés-, se dice: "The wild beasts of the desert shall also meet with the wild beasts of the island, and the satyr shall cry to his fellow; the screech owl also shall rest there, and find for herself a place of rest."
Nuevamente no aparece aquí mención clara a la oscura mención de un ser que pueda identificarse con Lilith -tirando a largo la mención a la palabra “sátiro” (satyr)-. Por su parte la traducción griega de Isaías 34:14 -adicionada a la Septuaginta original- aparece el término “demonios”, concuerda esto más con la Vulgata -no tanto con la Nova Vulgata, dónde no aparece “daemonia” pero sí habla de “lamias” (vampiro o monstruo)- donde se menciona a “dæmonia onocentauris” Se puede mantener razonablemente la hipótesis -apoyado por lo que se sabe del personaje a partir de la tradición rabínica y de las versiones mesopotámicas del mismo-, especialmente atendiendo al entorno en el que se mueve: desértico, desolado, entre fieras y seres “sospechosos”, y de las coincidencias entre la Biblia de Jerusalén y el Tanaj Así en el Tanaj y en hebreo también hay mención al nombre de Lilith en Yisheyah/Isaías 34:14. Como puede observarse, aquí y en la Biblia de Jerusalén sí aparece expresamente Lilith, aún cuando la referencia sigue siendo "oscura" y a la "oscuridad" del personaje -de hecho el término utilizado para Lilith, también puede equivaler a "noche", lo que refuerza esa idea de "oscuridad", y se relaciona con la tradición mesopotámica y judaica sobre las características de "Lilitu"-. No obstante, el Tanaj, como es lógico, entronca más con lo que la tradición rabínica explica, manteniendo, pese a ello, una muy amplia "damnatio memoriae" Referencias a Lilith en el Libro de Job En según que versiones bíblicas quedan otros rastros del personaje, así sucede en Job 18:15 y 39:28. En Job 18:13-15 se dice: 13 Devora el mal su piel, el Primogénito de la Muerte roe sus miembros.
14 Se le arranca del seguro de su tienda, se le lleva donde el Rey de los terrores. 15 Se ocupa su tienda, ya no suya, se esparce azufre en su morada.
Y en 39:28-29: 28 Pone en la roca su mansión nocturna, su fortaleza en un picacho. 29 Desde allí acecha a su presa, desde lejos la divisan sus ojos.
Pero la ambigüedad de la posible referencia es muy grande, y, en cualquier caso, la referencia sigue remitiéndose a sus características o papel "demoniaco" y no al "primigenio" de la "primera mujer de Adán". Lilith en el Bereshit Respecto a éste último "rol" en Bereshit/Génesis es, tal vez, dónde podría presentarse el resto más claro -al menos en relación ha dicho papel-, justo cuando en Génesis se mezclan dos versiones de la creación hombre/mujer, una en situación de igualdad (Génesis 1:27) y la otra en situación de dependencia o "secundaria" de la mujer en relación al hombre (Génesis 2: 22-23). Aquí se mezclan dos versiones, la primera (Génesis 1:27) podría hacer referencia a la historia de Lilith, la segunda (Génesis 2: 22-23) es claramente Eva. Por su parte, Lilith o Lilitu, aparece también en la tradición mesopotámica -con la que lógicamente esta emparentada la judía-, ya en un papel que podríamos denominar como demoniaco, como una deidad de la noche que se comporta como un súcubo. En el fondo la historia de Lilith y Samael es una historia de amor, mientras que la de Lilith y Adán es la de un desencuentro y una consagración del patriarcado. Sobre este asunto está claro que nos encontramos ante un mito, como lo es el de Adán y Eva, en Lilith se entremezclan mitos mesopotámicos y mitos judíos -cosa que, por lo demás, pasa abundantemente en toda la tradición judía, nos referimos a la mezcla con lo mesopotámico-. Leer más en Suite101: Lilith en la Biblia y el Tanaj | Suite101.net http://suite101.net/article/lilith-en-la-biblia-y-el-tanaj-a69095#ixzz29NRm8XhS El primer mito que quiero disipar es aquél que dice que Lilith se encontró en las antiguas tierras de Sumeria. Sus raíces en efecto se extienden hasta ahí, pero Lilith misma no se encuentra en ese panteón masivo de dioses y demonios. En sumerio, la palabra "Lil" significa "Aire." Enlil, por ejemplo, fué el Señor (En) del Aire (Lil). El término más viejo relativo a Lilith sería la palabra sumeria "Lili" (plural "Lilitu"), que parece inferir la misma definición que nuestra palabra "espíritu". En muchas culturas antiguas, la misma palabra para "aire" o "aliento" era usada para "espirítu." La misma palabra "espirítus" es uno de esos ejemplos. El hebréo "ruach" es otro. Por lo tanto, Lilitu era ya sea un tipo específico de demonio o símplemente espíritus en general. Normalmente, Lilith es contemplada siendo un Succubus sumerio. Y, de hecho, había tal criatura en la Babilonia sumeria que seguramente tuvo su parte en la concepción hebrea de Lilith. Éste ser fue conocido como el "Ardat Lili." "Ardatu" era un término que describía a una mujer joven en edad para casarse. Así, el Ardat Lili era un espíritu jóven femenino —Succubus— demóniaco poseedor de cualidades estríctamente nocturnas. Causante de
lo que algunos de nosotros hemos experimentado alguna vez -el despertar y ser retenido o paralizado por una fuerza no visible. También le fue atribuído el causar sueños eróticos, robando el sémen del hombre y su vitalidad espiritual. Desde luego, hay una versión masculina de esto —el incubus— pero no abordaré ese tema aquí. Es también interesante el notar que la palabra sumeria para "jugetona" era también "Lulu", la palabra para "lujosa" era "Lalu", además, la misma palabra para "mal" era "Limnu", ésto tiene una obvia relación con la palabra Lili (y Ardat Lili específicamente); no sólo en la similitud de pronunciación y escritura, sino también con el significado de las palabras. Toma en cuenta que éstas lenguas antiguas no poseían la definición específica de nuestras palabras modernas. Una sola palabra designaba alguno de los varios conceptos relacionados. Ésto no pretende ser una etimología muy profunda de Lilith. De cualquier forma, el juego de palabras no continúa sino hasta el cuativerio Hebréo en Babilonia (600 a.C.), y no deseo saltar hasta ahí ahora. Concerniendo a Sumeria, hay dos ejemplos que son vistos generalmente como prueba de la existencia de Lilith ahí. Uno es un mito en el que un demonio femenino toma residencia dentro del sagrado "Árbol de la Vida" de la diosa Inanna, afectando su crecimiento y producción. Éste demonio es tomado como Lilith misma, a quien el héroe Gilgamesh finalmente obliga a salir del árbol y huir al desierto. Así, parece que no hay bases para asumir que esa criatura fuera Lilith, o incluso Ardat Lili. Fue Kramer quien tradujo, como "Lilith," la palabra "ki-sikil-lil-la-ke", donde la palabra para aire esta absolutamente presente, no habiendo indicación de una Lilith aún mas que la presencia de la palabra "ki" (tierra) que indica a la diosa de la tierra de ese nombre. Quizás Kramer se concentró en las sílabas "lil-la". El segundo ejemplo es la famosa placa que representa a una mujer con garras de búho y alas, parada enfrente de dos leones, con dos búhos flanqueándola de cada lado. Fue por la (mal)traducción de Kramer, que se usó para interpretar esa figura como Lilith. Desde luego, si el demónio del árbol no es Lilith, segúramente la mujer de la escultura tampoco. Hay también una nota que quisiera agragar aqui. En el Torah, se dice haber una referencia a Lilith —Isaiah XXXIV:14. El verso habla de un búho chillante, y eso se dice, indica a Lilith por la forma de la placa mencionada arriba anteriormente. Éste ejemplo, es usado incluso para argumentar que el nombre de Lilith es derivado de la palabra hebréa para "chillar", de cualquier forma, nada puede estar mas lejos de la verdad que esas dos cosas. Esas relaciones son prácticas cabalísticas aceptadas, pero no pueden ser usadas en un sentido histórico. La Estirpe de Lilith
La estirpe de Lilith nace con el objetivo de difundir y polemizar sobre hallazgos arqueológicos, estudios antropológicos y revisiones históricas, artísticas y mitológicas desde un punto de vista crítico y multidisciplinar. Vaya desde aquí mi respeto por los arqueólogos, historiadores, antropólogos e historiadores del arte que miran el mundo desde una perspectiva inconformista y revisionista. lunes, abril 03, 2006 A la sombra de Eva
Qué papel juega Lilith en las Sagradas Escrituras cristianas? El Antiguo Testamento menciona a Lilith sólo en una ocasión, sin embargo, las contradicciones del génesis bíblico, la aparición de Eva y la caída de Caín nos permiten identificar la influencia de Lilith en numerosos versículos bíblicos. El siguiente pasaje bíblico es el único que menciona explícitamente a Lilith. El versículo Isaías 34,14 narra la destrucción de la ciudad de Edom hasta quedar reducida a escombros y convertirse en un lugar de oscuridad donde"gatos salvajes y hienas se darán cita, y los sátiros se reunirán; y también allí se tumbará Lilith y encontrará su lugar de reposo." Las notas a pie de página evitan toda referencia a Lilith como primera esposa de Adán, pero nos muestran la iconografía clásica de la Lilith primigenia que hemos analizado en comentarios anteriores al señalar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, lascivo y nocturno". Algunos de los escritos bíblicos que nos permiten intuir la presencia oculta de Lilith son los relativos al Génesis donde se aprecia una notable contradicción. El pasaje Génesis 1,27 señala: "Y Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Y Dios los bendijo diciendo, sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla". De este pasaje se desprende que la creación del hombre y la mujer se hizo a imagen y semejanza de Dios, siendo ambos iguales al ser creados al mismo tiempo. Sin embargo, el pasaje Génesis 2,21 narra: "Entonces Yavhé Dios hizo caer sobre el hombre un sueño letárgico, y mientras dormía tomó una de sus costillas, reponiendo carne en su lugar; seguidamente, de la costilla tomada formó Yavhé Dios a la mujer y se la presentó al hombre, quien exclamó, ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne, ésta será llamada varona, porque del varón ha sido tomada". Especialmente reveladora es la frase de Adán "ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne". ¿Existió otra mujer anterior que no era hueso de sus huesos y que fue creada de la tierra y el polvo? Otro pasaje que puede ilustrar la influencia de Lilith en los escritos bíblicos es el referido
a la caída del Edén. El Génesis 3,1 señala: "La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que hiciera Yavhé Dios". En muchas tradiciones clásicas como las sumerias o las asirias la serpiente era objeto de culto como diosa de la fecundidad, aunque la posterior iconografía hebrea estableciera una correlación entre los ofidios y Lilith como símbolo de la decadencia y la expulsión del Edén. Las escrituras bíblicas retoman la iconografía hebrea de Lilith y la presentan en el jardín del Edén como una mujer mitad humana mitad serpiente enrroscada en el Árbol del Bien y del Mal tentando a Eva, la nueva mujer de Adán. Tal vez la iconografía más conocida sea la que ilustra la Capilla Sixtina del Vaticano y que reproduzco en el margen superior izquierdo. En este punto, es llamativo resaltar que el Talmud hebreo señala a Samael, el ángel que se rebeló contra Yavhé y cayó derrotado al abismo, como esposo de Lilith. Ambos concibieron, durante su estancia el Mar Rojo, tres hijos o lilims -seres medio humanos, medio demoníacos-. De este modo, si tomamos como punto de partida la tradición hebrea, la caída del Edén no sería sino un esfuerzo conjunto entre Lilith y Samael (Lucifer en la tradición cristiana) quienes actuaban como cuerpo y voz de la serpiente respectivamente. Pero, ¿qué motivos llevan a ambos a desear la caída edénica? Lilith esperó la llegada de Eva para vengar la maldición divina que la condenaba a ver morir a cientos de sus hijos cada día, mientras que Samael deseaba humillar la obra de Yavhé desde su expulsión al Abismo. Pero la venganza de Lilith se entiende mejor si analizamos la figura de Caín. Algunos autores como Robert Graves vinculan la figura de Caín con la sangre, el sacrificio, la inmortalidad y la presencia de Lilith y Samael. Tras la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, la mujer engendró un varón como narra el pasaje Génesis 4,1: "La mujer concibió y parió a Caín diciendo, he tenido un hombre gracias a Yahvé". Graves señala la importancia de que Caín, el primer homicida en palabras bíblicas, naciera tras la aceptación del fruto prohibido por parte de Eva, y sugiere que su nacimiento respondería a la venganza de Lilith para que Eva viera morir a uno de sus hijos, Abel, tal y como ella veía morir a sus hijos día tras día. Graves incluso va más allá al asegurar que Caín seríafruto de Eva y Samael, y no de Adán, ya que el pasaje Génesis 5,1 enumera la lista de los descendiente de Adán pero presciende de Caín y su estirpe cainita. De todas formas, uno de los mayores enigmas de la historia de Caín sea, ¿por qué Yahvé maldijo a Adán y a Eva quitándoles la inmortalidad y a Caín defendiéndolo de la muerte?. Tras el asesinato de Abel, el pasaje Génesis 4,12 narra: "Caín andarás errante y vagabundo sobre la tierra ... y si alguien matara a Caín, será éste vengado siete veces". Sólo tras el nacimiento de su primogénito Henoc, Yavhé permitió a Caín descansar de su vida de vagabundo errante y construir una ciudad llamada Henoc donde se crió la estirpe cainita. Pero ésta es otra historia...
Lilith, la sombra de Eva P ALOMA DE M IGUEL
Lilith, aquella que surgió al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador es, según el mito, una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza, que posteriormente se convirtió en un ente maléfico, en un ser de la oscuridad pero que, en todo caso, guarda en sí, c omo símbolo, un sentido que la emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto tenebroso.
Los símbolos y el lenguaje simbólico
Se ha dicho que el lenguaje simbólico es el verdadero lenguaje de la Humanidad, característico del mundo interior humano. Lengua olvidada, sin embargo, que emerge en nuestro ámbito onírico, en nuestra imaginación, nuestra fantasía y también a través de la creación artística, cuando podemos dejar a un lado la mente que analiza, divide y parcela; nos habla, igualmente, desde los mitos y los cuentos y leyendas. Una particularidad del lenguaje simbólico es la condensación de elementos. Así, un símbolo recoge, contiene, sintetiza, integra y alude a varias abstracciones, ideas o conceptos, a menudo estados de ánimo y muchas veces actos; y se conecta con los mismos y puede enlazar con otros símbolos mediante relaciones de semejanza, contigüidad, analogía, etc… El símbolo es polivalente y polisemántico, esto es, admite diferentes valoraciones y diversas lecturas, poseyendo varios niveles, significados y sentidos de interpretación diferentes. Con tales premisas nos enfrentamos a Lilith y a nuestros primeros padres. No sabemos casi nada de Lilith. Salvo una brevísima mención en el libro de Isaías, La Biblia cristiana no dice nada más sobre la mítica primera dama de la historia de la Humanidad y a la que, por tanto, le cupo el honor de ser también la primera pareja de Adán, antes que Eva se oficializara para la posteridad recogiendo para sí tal papel. No existen apenas datos originales de esta figura que ha llegado hasta nosotros procedente, sobre todo, de la vieja tradición talmúdica; aunque no es exclusivamente oriunda de tal contexto, ya que, comparaciones, equivalencias y similitudes aparte, nos encontramos claramente identificada a nuestra protagonista en la vieja simbología súmera y babilónica integrando, incluso, ciertas versiones del ciclo de Gilgamesh. Con lo cual, nuestra dama goza de una antigüedad considerable. Parece que, siguiendo con su propio mito, que nos la muestra como una guapa fémina muy enigmática y bastante siniestra, fatídica y perversa, indómita e impetuosa, celosa de su independencia, rotundamente atrayente, de ardientes deseos y de contundente seguridad en sí misma, que se rebela contra el rol asignado para las de su sexo, capaz de plantarle cara al mismísimo Creador si es preciso (como así hace) y de marcharse incluso del Paraíso para refugiarse finalmente en los abismos más profundos y sentar allí sus reales, también se ha ocultado para nosotros en el fondo de los siglos portando con ella su secreto. Mas no por ello ha dejado de ser popular, pues a Lilith se han referido, entre otros interesados, feministas de pro entre las que algunas no han dudado en declararla su heroína favorita, sagaces
psicoanalistas tal vez fascinados por su catálogo de cualidades y, cómo no, todo tipo de estudiosos de la Mitología y de la Simbología. ¿Será tan seductora Lilith como para merecer tanto esfuerzo? Vamos a emprender nuestra tarea a través del estudio del simbolismo de nuestra elegida, apoyándonos en la lectura del contenido del símbolo de Lilith, así como el de Eva y Adán, tal como nos lo muestran el capítulo III del Génesis al describir la creación humana y el posterior pecado que ocasionó el despido definitivo del Edén decretado por Yavhé-Dios para la primera pareja y para sus numerosísimos descendientes. Un estudio simbólico que considerará como una unidad el mito cristiano de la Creación del hombre y que abarcará aspectos antropológicos, psicológicos y sociales. Para ello, conviene precisar algunos puntos sobre el lenguaje simbólico antes de introducirnos en nuestro tema: Presentando a nuestra protagonista
* Lilith pertenece a la tradición judaica aunque, según algunos, haya sido "tomada prestada" de la mesopotámica, dentro de la cual es posible hallarla morando entre las ramas de un árbol que la mismísima Inanna plantó en un jardín sagrado de la ciudad de Uruk después de haberlo rescatado de las aguas del Éufrates, para hacerse de él un trono y un lecho, una vez crecido. * El nombre de Lilith deriva del hebreo Lil, que significa noche, por lo que Lilith vendría a significar la nocturna, término que nos transmite la idea de oscuridad, de ausencia de luz, y que se relaciona con sus características personales y su ámbito de acción: la otra faz del día y los hechos que en tal momento acontecen. Una de sus representaciones y uno de sus animales asociados, la lechuza, refuerza esta consideración al tratarse de un ser que se desenvuelve en las tinieblas. * Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones del término "Lilith", y ninguna de ellas demasiado agradable, pues se la conoce como Ave de noche (ahora sin especificar), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.; se la ha llegado a emparentar con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, tan famosas en el Medioevo, erigiéndose nada menos que en Reina de las mismas. * Lilith ha sido vinculada también con unos seres parecidos a los demonios del mediodía griegos (esta vez diurnos), ninfas de los campos de tersos cuerpos etéreos relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes y salvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos enamorándolos sin remisión. Algunas tradiciones cuentan, a este respecto, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo * Se ha comparado a Lilith con las terribles lamias de la tradición grecorromana (recordemos a la reina Lamia que por su crueldad fue transformada en fiera y que devoró luego a sus hijos) y con las lamias de las creencias medievales, tanto seres de rostro de mujer y cuerpo de dragón como maléficas féminas que se alimentan de niños, que conviven con dr agones acumuladores de tesoros en cuevas, y que tienen como distintivo un peine de oro, estando muchas veces provistas de unas patas (en lugar de pies) que terminan en pezuña hendida; guardan cierto parecido con algunas representaciones de las regentes y protectoras de fuentes y manantiales gallegas y cántabras, herederas de la tradición celta, y con algunos personajes femeninos de cuentos y leyendas que, a veces, aparecen con uno de sus pies correspondiendo al de un macho cabrío o al de una oca, siempre aludiendo a la presencia de un componente animal todavía activo, algo arcaico aún no del todo eliminado de ellas. * Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando
una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores. * Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina. * Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso). * Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas includas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin. * Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una s eductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna. Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, per mitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera. Lilith en la tradición hebrea
* El Talmud describe a Lilith como una bella y encantadora fémina de opulenta figura y espectacular cabellera ondulada y la cree madre de gigantes y monstruos. Algunas versiones de este texto nos la emparentan con un animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie no precisada, ya extinta y problablemente desconocida en la actualidad. * En la demonología cabalística se la designa como uno de los siete demonios tradicionales, en concreto el adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En tal versión, Lilith tiene faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina en una larga cola de serpiente. * También en la Cábala se la llama la reflexión femenina de Samael o Samael-Lilith. Satanás es el adversario por excelencia y una de las versiones de Samael, y Lilith asumiría características de "doble opuesto" y "doble contrario". Desde aquí se la entiende de nuevo como un ente maligno semianimal o medio humano. * En el Zohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia", y también la "Mala Bestia", y se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos. * Finalmente, no podemos olvidar las tradiciones de corte astrológico que relacionan a Lilith con la "luna negra". En este contexto, estaría representada gráficamente por un punto concreto del cielo situado en la parte más alejada de la órbita lunar respecto a la tierra. A nivel psicológico, se supone que operaría sobre los impulsos inconscientes reprimidos que, individualmente, se expresarían según el sector zodiacal (signo y casa particular) activados por su presencia y conforme a los aspectos que presente con otros elementos astrológicos * S í pues, tenemos que Lilith se nos aparece como seductora mujer, bello animal, ambiguo ser a medio camino entre el humano y la bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demonio hembra y espectral habitante de las sombras, generadora de seres aberrantes. Pero siempre se muestra
impulsada por la pasión y rodeada por un magnético halo de misterio, de transgresión, de oposición, malignidad, peligro, desacato, rebeldía, tentación y deseo. Y por el contrario, también de frescura, espontaneidad, independencia, libertad y tal vez autenticidad; pues todo simbolismo es ambivalente y polivalente, como ya se ha señalado, cosa que los pocos elementos concretos y muy modificados de su mito a los que podemos acceder nos confirman. Mas no por dejar de pertenecer al plano físico se privó Lilith de las delicias de la fecundidad, ya que según nos muestra la tradición engendró seres en tales correrías nocturnas. Y lo hizo, para más precisión, durante los 138 años que -dice la Cábala- tardó Adán en engendrar a Seth después de que hubieran nacido Caín y Abel, cifra que nos da una idea de la longevidad (mítica) de nuestro antepasado y de la espaciada capacidad generativa de ambos pr ogenitores. * Es extraño que en vista de los anteriores avatares Lilith no sea nada grata en la tradición hebrea. Está feo, desde este contexto, tener la osadía de querer asemejarse al varón reclamando paridad con el mismo, discutir el rol a tomar respecto a éste, desobedecer las órdenes del Hacedor con tanto atrevimiento, abandonar el Paraíso… Pero lo más terrible de todo es el hecho de invocar el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Un primer análisis del mito nos muestra que Lilith ha abierto las puertas de lo prohibido. Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para la raza humana. Ha quebrantado lo establecido, se ha querellado contra el orden natural de las c osas, ha abandonado el lugar propio de la Humanidad, ha transgredido los límites impuestos a los seres humanos (algo que también hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera del mundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en apátrida, en exilada, en extraña… Es por su actitud frente a las normas por lo que se considera a Lilith enemiga del matrimonio, adversaria de los nacimientos, contraria a los hijos, instigadora del deseo proscrito y fomentadora del desacato, en general, frente a las reglas sociales establecidas. Por todo ello, en definitiva, en el contexto judaico se la tiene por un ser nefasto y un ente maligno en general; de ahí su asociación con lo diabólico y su vinculación con la tentación y la transgresión, a evitar, por supuesto, si se pretende mantener un orden sociocultural determinado. Vemos entonces varios aspectos a considerar en el análisis del mito de Lilith. a).- Antropológico
Su situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta como un ser previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una "humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en la actualidad. b).- Religioso
Ciertas particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con c aracterísticas, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su asociación con lo abisal, etc. c).- Psicológico
Lilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo
libre. El mismo hecho de su "ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades. d).- Social
Lilith nos remonta a la tan mitificada, por otra parte, etapa matriarcal de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si hacemos arqueología cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos textos de la Literatura clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares. El simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual orden social patricéntrico que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y mujeres. Y por "actual" entendemos vigente, en el sentido de que corresponde a unos códigos todavía en uso en los patrones culturales judeo-cristianos y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se remontan a los orígenes mismos de esta tradición. No hay más que ver cómo ha "desaparecido" Lilith, cómo aparece Eva en el Génesis, la interpretación y la divulgación tan particular que durante siglos se ha hecho de los actos de nuestra primera madre como portadora del mal y fuente del pecado para la Humanidad, además de las consecuencias sociales e individuales provocadas con tales transmisiones.