LITERATURA Y PSICOLOGÍA Isabel Paraíso
ÍNDICE
TEORÍA DE LA LITERATURA Y LITERATUR A COMPARADA
Director: Miguel Ángel Garrido
INTRODUCCIÓN.
Consideraciones previas ......................................................................... Breve panorámica de la Psicología ...................................................... Capítulo 1: EL PSICOANÁLISIS:HISTORIA Y CONCEPTOSBÁSICOS
1.1. Breve historia del movimiento psicoanal ítico
/././.
......
21
....................
21
Sigmund Freud (1856-1939), 21; 1.1.2. El movimiento psicoanalítico, 23.
1.2. Conceptos básicos del Psicoanális is de Freud 1.2.1.
9 13
....................
24
Estructura dela personalidad: lasdos "tópicas", 25; 1.2.2. Etapas dela evolución psicogenética en el hombre, 28; 1.2.3. Conceptos complementarios: narcisismo, fijación, regresión, 31; 1.2.4. Funcionamiento general del aparato psíquico, 33; 7.2.5. Principios del funcionamiento mental: principio de placer y principio de realidad,34.
Diseño de cubierta: JV Diseño gráfico
1.3. Conceptos básicos del Psicoanális is de Jung ....................... 1.3.1.
© Isabel Paraíso
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A. Vallehermoso, 34. 28015 Madrid Teléfono (91) 593 20 98
ISBN; 84-7738-272-7 Depósito Legal: M. 1369-1995
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1.4. Conceptos básicos del Psicoanális is de Lacan 1.4.1.
35
Carl Gustav Jung (1875-1961), 35; L3.2. El método de la asociación de ideas, 37; 1.3.3. Inconsciente colectivo e inconsciente individual, 38; 1.3.4. Los complejos, 39; 1.3.5. Los arquetipos,41; 1.3.6. Tipos psicológicos: introversión /extraversión, 43.
...................
44
Precisiones iniciales,44; 1.4.2. El orden simbólico, el imaginario y el real, 45; El orden simbólico. El "padre simbólico", "nombre-del-padre" y "forclusión",46; El orden imaginario. La fase del espejo. El Otro, 49; 1.4.3. Reformulación deconceptos: el "deseo", 50.
Capítulo2: EL PSICOANÁLISIS Y LA OBRA LITERARIA
..........................
51
2.1. La Literatura y el Psicoanálisis ......................................... 51 2.2. La Teoría y Crítica literaria psicoanalítica ......................... 56 2.3. Objeciones y contra-objeciones al enfoque psicoanalítico de la Literatura ....................................................................... 57
Capítulo3.
FUNDAMENTACIÓN
PSICOANÁLISIS
te, 111; 6.1.4. Humor y super-yo, 112; 6.1.5. Otros aportes a la teoría de la comicidad, 114. 6.2. Lo siniestro .....................................................................
DE LA LITERATURA, SEGÚN EL
.......................................................
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3.1. Fundamentos psicológicos de la Literatura ....... ...... ....... ..... 3.2. Mecanismo psíquico que srcina la actividad literaria: la sublimación .................................................................... 3.3. Exteriorización del inconsciente: la fantasía ...... ...... ....... .. 3.4. La ilusión ........................................................................... 3.5. El símbolo ....................................................................... 3.6. El retorno de lo reprimido. La formación de compromiso .. 3.7. La forma artística, "placer preliminar" ...... ....... ...... ...... ....... 3.8. La Literatura, creación de un mundo propio y completo ....
Capítulo 4: FUNCIONAMIENTO DEL INCONSCIENTE EN LA LITERATURA Y EN EL SUEÑO .........................................................................
66 67 71 71 73 75 76
"Marchen",127. 7.3. Teoría de la recepción ....... ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... .... 7.3.1. El valor literario, 130; 73.2. Teoría de la interpretación: la "sobreinterpretación", 132. Capítulo 8:
91
Capítulo 5: GÉNEROS LITERARIOS Y PSICOANÁLISIS 93
5.1. Géneros literarios: evolución personal ysueños colectivos .. 5.2. Fundamentación psicoanalí tica del teatro: la vida corno drama ...............................................................................
94
5-2.1. El dolor,base delteatro yde lossubgéneros dramáticos, 95; 5.2.2. El tema profundo del teatro: el complejo de Edipo, 97.
....... ...... ....... ...... ...... ....... ..
98
La novela familiar, prototipo narrativo, 100; 5-3.2. La novela familiar y el complejo de Edipo, 101.
5.4. El mito: estudio e interpretación ............ ....... ...... ....... ....... . 5.5. El poema épico ............................................................... 5.6. El cuento popular ............................................................. Capítulo 6: ESTUDIODE CATEGORÍASESTÉTICO-LITERARIAS ...........
6.1. La comicidad ................................................................... 6.1.1. El humor, 110; 6.1.2. Lo cómico, 110; 6.1.3. El chis-
119
7.1. Teoría de la creatividad ....... ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... .. 7.1.1. La frustraci ón pulsional, punto de partida, 120; 7./.2. La inspiración, 120. 7.2. Finalidad de la Literatura ...... ...... ....... ...... ....... ...... ...... ....... 72./. El placer (en el autor y en el receptor), 123; 7.2.2. La catarsis, 124; Identificación y catarsis, 126; 72.3. Restablecimiento del equilibrio colectivo, 126; 7.2.4.
120 122
"Aut prodesse aut delectare": la finalidad de los
ración secundaria), 90.Imaginario ....... ...... ....... ...... . 4.2. Conclusión: mecanismos del
5.3.1.
115
Lo siniestro, "sublime negativo", 118.
Capítulo 7: CREATIVIDADY RECEPCIÓNLITERARIAS ............................
79
4.1. El inconsciente individual: los mecanismos del sueño y los procedimientos literarios ...... ...... ....... ...... ....... ...... ...... ....... 79 4.1.1. Contenido latente y contenido manifiesto,80; 4.1.2. Condensación, 82; 4.1.3. Sobredeterminación, 84; 4.1.4. Dramatización, 85; 4.1.5- Desplazamie nto, 86; 4.1.6. Figurabilidad. Fragmentación, 87; 4.1.7. Lógica del sueño, 89; 4.1.8. Fachada del sueño (elabo-
5.3. Fundamentación de la novela
6.2.1.
65
102 104 106 109
109
CRÍTICA LITERARIA PSICOANALÍTICA(I)
..........................
130
135
8.1. Freud, Jung y Lacan ....... ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... .... 135 8.2. Freud, el arte y la literatura ...... ....... ...... ....... ...... ...... ....... . 136 8.3. La línea crítica freudiana ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... ..... 138 8.3.1. Patógrafos y psicobiógrafos,140; 8.3.2. Ch. Mauron: la psicocrítica, 142; 5.3.3. La crítica temática, 145; 8.3.4. La crítica freudiana en EEUU, 147; 8.3-5. Otros autores,148. 8.4. Freud: Análisis deEdipo rey ...... ....... ...... ....... ...... ...... ....... . 149 8.5. Freud: Análisis deHamlet ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... .... 152 8.5.1. Jones: Análisis de Hamlet,154. 8.6. El complejo de Edipo y la crítica freudiana ....... ...... ....... .. 156 Capítulo 9:
CRÍTICA LITERARIA PSICOANALÍTICA(II)
...........................
9.1. Jung .................................................................................. 9.2. La línea crítica junguiana ...... ....... ...... ...... ....... ...... ....... .... 9.2.1.
9.3. 9.4. 9.5. 9.6.
Ch. Baudouin, 161; 9.2.2. M. Bodkin, 163; 9.2.3.
157
157 158
Otros autores,164. Jung: Análisis del arquetipo de la madre ....... ...... ...... ...... 165 Lacan ................................................................................. 168 La línea crítica lacaniana ...... ...... ....... ...... ....... ...... ...... ...... 169 Lacan: Análisis de "La carta robada" ...... ....... ...... ...... ...... 170
ANTROPOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS: CRITICA MÍTICA Y POÉTICA DEL IMAGINARIO........................................... 177
Capítulo 10:
10.1. Panorama general 10.2. "Myth Criticism"
.......................................................... 177 .......................................................... 178 10.2.1. J. Campbell, 180; "The Quest-Myth": otros autores, 181; 70.2.2. N. Frye, 182. 10.3. Poética del Imaginario ................................................... 185 10.3.1. G. Bachelard: el lenguaje de la. imaginación,186; 10.3.2. G. Durand, 189; El Imaginario según Durand, 190; Autocrítica y mitoanálisis, 191; Influencias sobre este sistema, 192; 10.3-3. J. Burgos, 194; 10.3.4. A. García- Berrio, 196; 10.3.5. Otros autores, 198; 10.3.6. Aportes de la-Poética del Imaginario, 198. 10.4. Fundame ntación biológica de l o psicológico: Pavlov, Betcherev y la Reflexiología ........................................... 199 10.4.1. El reflejo: Fisiología de la actividad psíquica, 199; 10.4.2. Pavlov: Teoría de los reflejos, 200; 10.4.3. Betcherev: la Reflexología, 203.
Capítulo 11: "GESTALTPSYCHOLOGIE", "BEHAVIORISM", PSICOLOGÍA HUMANISTA Y PSICOLOGÍA COGNITIVA. SU RELACIÓN CON LA LITERATURA ..................................................... 205 11.1. Panorama general ......................................................... 11.2. La "Gestaltpsychologie" ................................................ 11.2.1. "Gestalt"y Literatura, 209. 11.3. La "Behavior Psychology" ............................................... 77.3.1. "Behaviorism "y Literatura, 212. 11.4. La Psicología Humanista .............................................. 11.4.1. Psicología Humanista y Literatura, 215. 11.5. La Psicología Cognitiva ................................................ 11.5.1. Psicología Cognitiva y Literatura, 218.
205 206
CONCLUSIÓN ..............................................................................
221
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................
210 213 216
225
.
INTRODUCCIÓN Consideraciones previas
El objetivo de este trabajo es examinar la fecundidad de la relación entre Psicología y Literatura. Sin embargo, como la consideración exhaustiva y totalmente simétrica de esta relación (importancia de la Psicología para la Literatura, e importancia de lamayor Literatura para la que Psicología) requeriríareduciremos un volumen de mucha dimensión el aquí ofrecido, nuestra exposición a la primera perspectiva: enriquecimiento de la Literatura desde la Psicología. O dicho de otro modo: puesto que la Psicología en el siglo XX se fragmenta en una pluralidad de corrientes y enfoques, nuestro objetivo será examinar la repercusión de esas diferentes corrientes psicológicas sobre la Teoría y Crítica literarias, así -como sobre la Literatura propiamente dicha (obras literarias), cuyo entramado diacrónico estudia la Historia de la Literatura. Este trabajo va dirigido a estudiosos -profesores y estudiantes- de Filología, y en general a personas cultas de Letras. Por ello presuponemos un buen conocimiento de las cuestiones de Teoría de la Literatura, y una relativa documentación
sobre las cuestiones psicológicas. En consecuencia, hemos considerado más informativo para este "lector ideal" explicitar los conceptos psicológicos que fundamentan las distintas corrientes de la Psicología del siglo XX, y en cambio omitir la explicitación de los conceptos teórico-literarios. Dentro de las distintas escuelas psicológicas del siglo XX, la más importante para la Literatura nos parece el Psicoanálisis. Por ello dedicaremos a esta corriente y a su relación con la Literatura una parte muy sustancial del presente libro. Aun así, la labor que realizamos supone un recorte personal en el conjunto de la problemática. De hecho, cualquier libro que se pueda escribir sobre este tema debe renunciar a la exhaustividad. Por una parte, la bibliografía se ha convertido ya en enciclopédica. Por ejemplo, limitándonos solamente a la bibliografía sobre Psicoanáli sis y Literatura, y aún dentro de ella a la rama psicoanalítica de Jung (que no es precisamente la más nutrida de estudios), Jos van Meurs recoge y comenta 902 obras en lengua inglesa en su libro Jungian Literary Criticism, 1920-1980. An annotated, critical bibliography of works in English (with a selecti on of titles after 1980) (1988 y 1991). Otro dato: En la Biblioteca del Congreso de Washington, que hemos consultado, el tema "Psychoanalysis and Literature" cuenta con 437 libros. Además, las revistas más importantes de Literatura y Teoría literaria no dejan de sacar números dedicados, íntegra o parcialmente, a los estudios literario-psicoanalíticos. Se impone, pues, la selección. En segundo lugar, la escuela psicoanalítica, aunque esté centrada en las doctrinas de Sigmund Freud, ha conocido desde muy temprano la disidencia: primero Adler y Jung; después el "sociopsicoanálisis" de Reich y otros, hasta llegar al "psicoanálisis cultural" (p. ej., Fromm, Marcuse o Foucault) e incluso al "esquizoanálisis" (p. ej., Guattari). Y ha conocido la escuela psicoanalítica, por parte de otro conjunto de personas, si no disidencias frontales, sí modificaciones en la teoría o derivaciones importantes: la "escuela inglesa" de Melanie Klein, por ejemplo, o la "Ego Psychology" de Hartmann, o la escuela de Lacan. ¿En cuál de todos estos registros deberíamos situar nuestra exposición? Sobre este punto, nuestra elección ha sido exponer de modo prioritario la doctrina de Sigmund Freud. Es la base y la 10
raíz de todas las demás. Sin ella sería imposible entender el resto de escuelas psicoanalíticas. El psicoanálisis freudiano, pues, es la columna vertebral de nuestro enfoque. Nos parece que no conviene confundir al lector con derivaciones que siempre desdibujan la línea maestra, con el riesgo de perder ambas perspectivas. No obstante, dada la importancia y fec undidad de algunas de estas derivaciones, hemos introducido breves exposiciones doctrinales de los psicoanalistas que consideramos con mayor relieve para la Literatura después de Freud: Jung y Lacan. Además, acá y allá, recogemos puntos aislados en los que otros psicoanalistas han complementado la teoría freudiana, cuando ello repercute sobre la consideración de la obra literaria. En tercer lugar, la inmensa mayoría de escritos sobre el tema de Literatura y Psicoanálisis son de Crítica literaria. Están las monografías sobre un escritor en particular, están los libros colectivos (antologías, colecciones de estudios, examen de una literatura determinada desde la perspectiva psicoanalítica—por ejemplo, D. Rancour-Laferriére, 1989-, etc.). Incluso existe algún libro de conjunto sobre la historia de la Crítica literaria psicoanalítica en un país concreto: el lector español ya conoce el excelente libro de Anne Clancier, que despliega el panorama francés de la Crítica psicoanalítica desde sus orígenes en Freud hasta 1973. Personalmente, hemos preferido centrarnos en el flanco menos frecuentado de esa ingente montaña bibliográfica: en la Teoría literaria psicoanalítica. Así nos detenemos con particular atención en los aportes del Psicoanálisis para la Teoría de la Literatura, que son muchos y no bien conocidos. Hemos dejado, en consecuencia, un tanto en la sombra la Crítica psicoanalítica, aunque no totalmente, pues con fines metodológicos hemos incluido algunas muestras básicas de ella -como los análisis de Freud y Lacan sobre Edipo y Hamlet- y un sucinto panorama internacional, que complementa el enfoque francés de Clancier. Hemos prestado atención especial en este libro, dentro de la ingente bibliografía de Teoría y Crítica psicoanalítica, a los trabajos escritos por los psicoanalistas, o bien por críticos literarios de probada formación psicoanalítica, con preferencia sobre los más difundidos de los críticos, ya que esos trabajos suelen contener un mayor rigor doctrinal. Dada la incomunicación existente entre los saberes hoy día, la dificultad fundamental de la Crítica literaria psicoanalí11
tica es su interdisciplinaridad: es necesario conjuntar amplios conocimientos tanto en el campo literario como en el psicoanalítico. Solamente personas que han dedicado muchos años de su vida tanto a estudiar el Psicoanálisis como a estudiar la Literatura, pueden hablan con autoridad. Cuando se trata de la crítica literaria psicoanalítica, algunos autores introducen una dicotomía: el "psicoanálisis de los psicoanalistas" frente al "psicoanálisis de los críticos literarios". Es una falsa dicotomía, porque cuanta mayor formación psicoanalítica posee el crítico (p. ej., Charles Mauron, Charles Baudouin, Elizabeth Wright, Meredith Anne Skura), o cuanta mayor formación literaria posee el psicoanalista (p. ej., Didier Anzieu), mejores son sus resultados. Y al revés: Conviene no minimizar el hecho de que muchísimas producciones que caen bajo el marbete de "crítica psicoanalítica" son confusas, erróneas y deleznables. En palabras de Mauron: "No hay error mayor que el que puede ocasionar a la crítica moderna la utilización de un falso psicoanálisis, sin experiencia clínica" (1986: 109).
mo", del libro de Anne Clancier (1979), así como en la sección Psychanalyse et langages 3 del libro de Jean Le Galliot y AA.VV. critiques (sección a cargo de Roland Le Huenen y Paul Perron). Otra cosa muy diferente del "psicoanálisis existencial" de Sartre es el "Psicoanálisis existencial" de la Escuela fenomenológica o existencialista de Psiquiatría. Integrada fundamentalmente por Eugéne Minkowski, Ludwig Binswanger y L. von Weizsácker, recoge conceptos como "angustia", "estar en el mundo", tiempo y espacio como coordenadas del hombre, y el "encuentro" entre médico y enfermo como fenómeno existencial. De todos modos, tampoco trataremos en este libro del "Psicoanálisis existencial", pues no establece conexión con la Literatura, que es nuestro objetivo. También vamos a dejar sin tratamiento la teorización que intenta conjuntar Psicoanálisis freudiano y marxismo, por considerar que no ha aportado nada decisivo al campo que nos ocupa. Su máximo exponente es Wilhelm Reich (1897-1957), sucesivamente expulsado del Movimiento psicoanalítico y del
En aras de este acotar eldel campo y centrarlo en la lo Literatura, que consideramos aportes definitivos Psicoanálisis para hemos dejado de lado algunos tipos de autodenominados "psicoanálisis". Por ejemplo, el "psicoanálisis existencial" de Jean-Paul Sartre. Lo hemos omitido porque Sartre rechaza el postulado del inconsciente -que es la piedra angular del Psicoanálisis-y reduce el hecho psíquico a la conciencia, eliminando así toda posibilidad de psicoanálisis. Por otra parte, el querer sustituir el concepto de "inconsciente" por el de "mala fe", como hace Sartre, es inadmisible y, en palabras de Charles Baudouin, "el que, desde el comienzo, está mal dispuesto hacia "el otro" y presto a imputarle intenciones preferentemente desagradables, hará mejor en no inclinarse hacia la carrera de psicoterapeuta" (Baudouin, 1967). Por su parte, Erich Fromm afirma: "las ideas psicológicas de Sartre, (...) aunque brillantes, son, no obstante, superficiales y carecen de sólida base clínica" (Fromm, 1970: 9). Personalmente, creemos que el movimiento psicoanalítico tiene una entidad suficiente por sí mismo y no necesita recoger todo lo que lleve la etiqueta de "psicoanálisis" sin serlo. Con todo, el lector interesado en este "psicoanálisis existencial" en relación con el psicoanálisis freudiano, encontrará material en el capítulo II, "El psicoanálisis y el existencialis-
Partido parabastante acabar hundiéndose en democracias la enfermedad mental. comunista, Esta dirección, seguida en las occidentales, tiene como exponentes principales los nombres del antipsiquiatra Félix Guattari y del filósofo Gilíes Deleuze. En Italia, Armando Verdiglione conjunta esta especial visión del Psicoanálisis con el interés por la Semiótica. Más remotamente, comparten algunos puntos de vista Herbert Marcuse y Michel Foucault. Consideran el Psicoanálisis un discurso de poder (Foucault, Verdiglione), rechazan el complejo de Edipo (Deleuze-Guattari: el "esquizoanálisis"), y prestan atención máxima al sexo (Reich, Marcuse, Brown). Para mayor información, Elizabeth Wright, 1985: 155-169. Una vez acotado el campo de nuestro trabajo, vamos a exponer una panorámica de la Historia de la Psicología hasta llegar a la corriente que más nos interesa por su conexión con la Literatura: el Psicoanálisis de Sigmund Freud.
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Breve panorámica de la Psicología
La Psicología, como ciencia independiente, nace en los últimos años del siglo XIX, y se desarrolla con pujanza desde comienzos del XX. 13
Con anterioridad, la Psicología, el "saber sobre la psique" o alma, era una rama de la Filosofía, y como tal fue abordada por los grandes pensadores de la Humanidad, desde los filósofos griegos hasta los empiristas ingleses. El sucesor de Kant en la cátedra de Filosofía de Kónigsberg, Johann Friedrich Herbart (1776-1841), en La psicología como ciencia fundamentada en la experiencia, en la metafísica y en la matemática(1825), aspiró a probar la independencia y la cientificidad de la Psicología. Pero en realidad es en el siglo XIX cuando el avance de una rama médica, la Fisiología, junto con la última orientación materialista de la Psicología -la imprimida por los pensadores ingleses- hace que los estudios sobre el alma sean atraídos hacia el campo médico, iniciándose así el estudio "científico" de ella. La Psicofisiología experimental puede considerarse, efectivamente, como el srcen de la moderna Psicología científica. El descubrimiento de Luigi Galvani (1737-1798) sobre la sensibilidad de los nervios de una rana disecada, corporeizaba la creencia anterior en los "espíritus animales" de la psique, y establecía la naturaleza bioeléctrica del impulso nervioso. La explicación fisiológica de los fenómenos psíquicos ocupa a otros científicos, como Charles Bell (1774-1842), con sus estudios sobre anatomía del cerebro; a Wilhelm Weber (1804-1891) o a Gustav Theodor Fechner (1801-1887), con sus respectivos trabajos psicofísicos (especialmente, de este último, Elemente der Psyckophysik, 1860, 2 vols., donde estudia las relaciones funcionales entre el espíritu y el cuerpo humanos, sobre todo el campo de las sensaciones); a Hermann von Helmholtz (1821-1894), cuyo Handbuch derphysiologischen Optik (3 vols.: 1856,1860 y 1866) sienta las bases neurofisiológicas de la visión y la recepción cerebral de los colores; a Santiago Ramón y Cajal (1852-1934 ; premio Nobel 1906) y su teoría de la neurona; etc. Al margen de la Fisiología se sitúan las indagaciones del filósofo Hermann Ebbinghaus (1850-1909) sobre la memoria (Uber das Gedachtnis, 1885). Además, la publicación del libro de Charles Darwin (1809-1882) The Origin ofSpecies1 (1859) suscita dos líneas indagatorias: la Psicología Comparada, que 1 El título completo es:The Origin ofSpecies by Means of Natural Selection or the Preservation ofFavoured Races in the Strugglefor Life.
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estudia las semejanzas entre el hombre y el animal, y la Psicología Diferencial, que estudia lo contrario. La primera línea será seguida por numerosos psicólogos y escuelas, que consideran al hombre como un grado más en la escala filogenética: así el Conductismo de Watson y Skinner (sobre el que trataremos más adelante), o la Reflexología de Pavlov y Betcherev. Más recientemente, la Biología (estudio del comportamiento animal), se independiza de la Zoología gracias a la obra de Kon-rad Lorenz, y sirve de referente tanto a la Psicología Comparada como a la Antropología. Konrad Lorenz, médico y zoólogo, premio Nobel, es autor de libros como L 'agression. Une histoire naturelle du mal (Das sogenannte Bose. Zur Naturgeschichte der Agression, 1963, 1969), que arrojan fascinantes luces indirectas sobre el hombre. Sus datos entrarán en la Teoría y Crítica literaria a través de Gilbert Durand. Por otra parte tenemos la Psicología Diferencial: el estudio de las diferencias entre el hombre y el animal, y también el estudio de las diferencias entre unos y otros hombres. La Caracte-riología, quey sesobre remonta (en especial Teofrasto) todo aalos losfilósofos médicosgriegos (Hipócrates, Galeno), se refuerza a lo largo del siglo XIX con las aportaciones de la Frenología, que infiere las cualidades de una persona de la morfología de su cráneo (Franz Josef Gall, 1758-18282), y con las aportaciones de la Fisiognomía (Cesare Lombroso3, 1835-1909; W. H. Sheldon 4; etc.) y de la Psicología individual (Francis Galton 5, 1822-1911; Ernst Kretschmer6, 1888-1964). 2 Gall es autor del libroAnatomía y Fisiología del sistema nerviosos en general y del cerebro en particular, con observaciones sobre la posibilidad de reconocer muchas disposi ciones intelectuales y morales del hombre y de los animales por la configuración de sus cabezas (1810). 3 El médico, antropólogo y criminalista italiano Lombroso escribió, entre otras obras,El genio y la locura y El hombre criminal. 4 Sheldon, famoso caracteriólogo norteamericano, escribió en 1942Las varieda Observa tres des del temperamento. Una psicología de las diferencias constitucionales. tipos básicos, que se corresponden bastante con los tres tipos puros de Kretschmer: "endomorfos", "mesomorfos" y "ectomorfos". 5 Galton, seguidor de Darwin, imprimió carácter científico a la Psicología indivi dual. Expresó su teoría de que los rasgos psíquicos y los talentos de la persona, al igual que los físicos, son hereditarios, en Investigaciones sobre el talento humano y su desarrollo (1883) y enEl genio hereditario (1869). 6 Del importante caracteriólogo Ernst Kretschmer tenemos, en español, tres de sus principales libros: Constitución y carácter, Hombres geniales y Psicología médica
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La Psicología científica del siglo XX está configurada por tres grandes escuelas, que son: el Estructuralismo (cuyo cabeza de fila es Wilhelm Wundt, en Alemania), el Funcionalismo y Conductismo (surgidos en Estados Unidos, con J. Dewey y J. B. Watson, respectivamente), y el Psicoanálisis (nacido en Austria con Sigmund Freud). Las dos primeras escuelas, buscando la cientificidad, se centran en el estudio exclusivo y medible de todo lo que puede ser observado mediante los sentidos externos. Descartan así tanto lo cognoscitivo como la vida interior del hombre, centrándose con especial atención en el estudio de la conducta humana. La tercera, profundizando en el fenómeno de la "voluntad" (concepto esencial en filósofos como Schopenhauer y Nietzsche), estudia las raíces últimas de la volición humana, del deseo: el impulso o instinto. Antes de pasar a considerar la tercera de estas corrientes -la más rica de enlaces con la Literatura-, diremos algunas palabras acerca de las otras dos.
ción o autoobservación, la cual es sometida luego a control minucioso en el laboratorio. Para Wundt, toda la actividad mental está formada por sensaciones, afectos (o sentimientos) e imágenes. De estos campos, el único que pudo estudiar a fondo Wundt fue la sensación. De la mente, Wundt y su escuela -también Titchener- estudian su estructura (qué elementos fundamentan los procesos mentales, así como sus cualidades y las leyes de composición. Por otra parte, piensa Wundt que la voluntad es el prototipo de todos los procesos psíquicos, con lo cual enlaza c on los "filósofos de la voluntad" alemanes: Schopenhauer, Nietzsche, etc. El Funcionalismo norteamericano tiene como base el pragmatismo que caracteriza a ese pueblo. Aunque los componentes de esta escuela se forman en Alemania con Wundt y aceptan su experimentalidad, se apartan en seguida de su enfoque teórico, prefiriendo considerar el problema de la conciencia darwinia-namente, como adaptación del organismo al
El Estructuralismo alemán fue Wilhelm Wundt (1832-1920), catedrático defundado Leipzig,por fundador de las revistas Philosophische Studien (1881-1902) y Psychologische Studien (1905), y autor de Elementos de Psicología fisiológica (2 vols., 1873 y 74), así como de la magna obra en diez volúmenes Vólkerpsychologie (Psicología de los Pueblos, 1900-1920). Fundó el Laboratorio de Psicología Experimental de Leipzig, creándose en torno a él una escuela. Discípulos suyos fueron el norteamericano Titchener y el ruso Betcherev, entre otros muchos. Además, sus principios inspiraron la "escuela de Würzburg" (Oswald Külpe, 1862-1915; Karl Marbe, 1869-1953; Adolf Mayer, 1867-1933; etcétera). A su muerte, el Estructuralismo decae en Alemania y es sustituido por la "Gestaltpsychologie". Wundt sigue el modelo de la Química -con su sistema de elementos y asociaciones entre ellos—, centrándose en el estudio de la conciencia. Metodológi camente, acepta la introspec-
ambiente. El fundador de la Psicología norteamericana y principal antecedente del Funcionalismo es el filósofo y psicólogo William James (1842-1910), hermano del novelista y teórico de la novela Henry James (1843-1916). Como filósofo, son famosos sus libros Varieties of religious experience (1902) y Pragmatism (1907)7. Catedrático de Psicología en Harvard, es el creador del Laboratorio de Psicología Experimental en 1876. Publica en 1890 sus Principios de Psicología, del cual realizó un resumen: Compendio de Psicología, 1892. De sus teorías (sobre los hábitos, sobre los estadios transitorios de la conciencia, etc.) interesa destacar -por la coincidencia con nuestro Unamuno y también con Juan Ramón Jiménez- sus ideas sobre el "yo". Para James, el yo total se manifiesta como si fuera doble: una faceta del yo conoce a la otra. Así distingue el "yo conocedor" (o "ego puro") y el "yo conocido" (o "ego empírico"). Éste es la suma de cuanto el "yo conocedor" puede llamar suyo: todo lo material ("mí material"), todo lo social ("mí social") y todo lo psíquico ("mí espiritual"). Hay tantos "mí sociales" como personas que le conocen a uno. Por otra parte, el "yo conocedor" es la perpetua presencia del yo en la conciencia, lo que
(Barcelona, Editorial Labor, 1954 todos ellos, y con numerosas reimpresiones). Kretschmer divide los tipos en "puros", "mixtos" y "displásicos" o mal formados. Los "puros", a su vez, se subdividen en: "pícnicos" (gordos, bajos, sociables, buenos comedores, alegres), "atléticos" (musculosos, con necesidad de acción, generalmente poco pensadores) y "asténicos" o "leptosómicos" (fatigables, delgados, nerviosos, generalmente intelectuales).
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7 Prag mati sm. A Ne w Ña me fo r Sa me Oíd Ways of T hin king . (Trad. esp. Pragmatismo, Madrid, Sarpe, 1984).
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permite que ca da acto sea sentido como pro pio y c omo unid o a los demás actos de la persona. También interesa destacar de William James, por su repercusión sobre el Conductismo posterior, su teoría sobre la emoción ("What is an Emotion?", 1884). Tras distinguir entre entre emociones "rudas" o intensas -como las pasiones — y "sutiles" -como las morales y estéticas-, y centrarse en las primeras, expone que los cambios corporales que acompañan a la emoción (sudoración, enrojecimiento, palpitaciones, etc.) no son consecuencia de la percepción mental del hecho excitante, sino causa precisamente de ella: estamos tristes porque lloramos, o medrosos porque temblamos, y no al revés. Por lo tanto, para controlar las emociones censurables, hay que comenzar favoreciendo las reacciones corporales contrarias: alegrar la mirada, suavizar el rostro, etc. Hoy día, en Terapia de conducta, se aconseja lo mismo ("técnica de desensibilización sistemática"). Dejando aparte a este precursor, diremos que el Funcionalismo norteamericano comienza en realidad con J. Dewey (1859-1952) y con J. R. Angelí (1869-1949). Está ligado a las Universidades de Columbia y Chicago. También cabe incluir en esta escuela a Edward Lee Thorndike (1874-1949), discípulo de James, que estudió la inteligencia animal. Los funciona-listas utilizan complementariamente los métodos de la introspección objetiva, la experimentación y la observación. Estudian las operaciones mentales, la mente como mediadora entre las necesidades del sujeto y el medio ambiente, y la correlación mente-cuerpo. Además, estudian también los procesos creativos en literatura, arte o ciencia. Por su parte, Thorndike establece que el método de "ensayo y error" es el principi o del aprendizaje tanto animal como humano (La inteligencia animal: estudio experimental sobre los procesos asociativos en animales, 1898; Psicología de la educación, 1903; Inteligencia animal: estudios experimentales,1911). El Funcionalismo se verá sustituido en Estados Unidos por el Conductismo, del cual trataremos más adelante por no alargar desmedidamente esta Introducción. Tanto los funcionalistas como los estructuralistas se centran en el estudio de la mente, por lo cual son calificados de "mentalistas". Contra ellos reaccionará el Conductismo, que 18
considera la mente un objetivo inasequible, y por lo tanto acientífico; en su lugar propondrá el estudio de la "conducta", algo medible y comprobable. Por su parte, el Psicoanálisis no se limitará al estudio de la mente, sino que extenderá su visión al conjunto del "aparato psíquico", centrándose con preferencia en los elementos irracionales del comportamiento. Si los estructuralistas estudian "qué" elementos existen en la psique humana y "cómo" se combinan, los funcionalistas enfatizan el "para qué", y los psicoanalistas el "por qué": los aspectos dinámicos o motivacionales de la conducta. La tercera de las grandes escuelas psicológicas del siglo XX, el Psicoanálisis o Psicología analítica, posee una gran srcinalidad. Frente a todas las demás corrientes contemporáneas, que interpretan fisiológica y anatómicamente los procesos mentales, y estudian la mente desde el punto de vista de la conscien-cia y la racionalidad, el Psicoanálisis enfatiza la irracionalidad del comportamiento del hombre, y propone la existencia del inconsciente como motor y eje de la conducta humana. Podemos considerar, con Jung, que la persona y obra de Freud "marcaron una época". El Psicoanálisis incide "prácticamente en todos los ámbitos de la vida espiritual contemporánea, con excepción de la ciencia natural exacta"8. Dentro del panorama contemporáneo, el Psicoanálisis se aparta mucho del enfoque dominante en la Viena contemporánea de Freud, y se acerca en cambio al de los psicopatólogos franceses (Janet sobre todo; Charcot, Ribot, Liebeault, Bernheim), aunque sus presupuestos y método son completamente distintos. Para explicitar esta última afirmación, diremos que la Psicopatología francesa tiene como precursor al alemán Franz Antón Mesmer (1734-1815), cuya Mémoire sur la découverte du magnétisme animal (1779) conmovió intelectualmente a Europa. El hipnotismo había sido descubierto por el protector de Mesmer, Armand-Marie-Jacques de Chastenet, marqués de Puysegur (1751-1825), y fue posteriormente continuado por Auguste Liebeault (1823-1904), autor de Du sommeil et des états analogues, consideres surtout au point de vue de Vaction du 8 Artículo publicado en el suplemento dominical delBasler Nachrichten, 1-10-1939. Apud G. Wehr, 1991: 101.
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moral sur le physique, 1866. También fue continuado el hipnotismo por Hippolyte Bernheim, 1840-1919, profesor de la Universidad de Nancy, que adopta el método de Liebeault en 1882 y publica De la suggestion et de ses applications a la théra-peutique, 1886), creando una escuela que estudia la hipnosis. Freud estuvo en el año 1889 durante unas semanas en la Universidad de Nancy. En cuanto a Théodule Ribot (1839-1916), diremos que fue, académicamente, el fundador de la Psicología en Francia, igual que Wundt lo había sido en Alemania. Consigue crear la primera cátedra de Psicología Experimental en el Collége de France (1888). Investiga sobre patología mental y sobre la afectividad, concediendo importancia a la afectividad inconsciente (La psychologie des sentiments, 1896). Pero el más importante de los precursores franceses de Freud es Jean-Martin Charcot (1825-1893), quien realizó su tesis doctoral sobre L'automatismepsychologique, 1889, resultado de sus experiencias sobre ladebase hipnotismo. científicamente el manicomio La del Salpétriére -en Organizó el cual Freud realizó una estancia de trabajo-, y continuó profundizando en el fenómeno de la hipnosis. Según H. F. Ellenberger (El descubrimiento del inconsciente, 1986) Charcot es "el más grande neurólogo de nuestro tiempo", y preparó el camino al Psicoanálisis, puesto que Josef Breuer y Sigmund Freud partieron de él para sus propios estudios sobre la histeria. En el II Congreso Internacional de Psicología (Londres, 1892), presentó Janet un caso: Madame D., cuyas "ideas fijas subconscientes" había descubierto por medio de la hipnosis, la escritura automátic a y la charla automática. Con esta metodología, se convierte Janet en el precursor, tanto del "método catártico" de Freud y Breuer (sobre el cual volveremos más adelante) como de la Psiquiatría dinámica. Sobre los principios del Psicoanálisis y su historia, trataremos en próximos capítulos. También abordaremos, en capítulos posteriores, otras corrientes psicológicas como la Reflexo-logía, la "Gestaltpsychologie", el "Behaviorism", la Psicología Humanista y la Psicología Cognitiva. 20
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1.
EL PSICOANÁLISIS: HISTORIA Y CONCEPTOS BÁSICOS
1.1. Breve historia del movimiento psicoanalítico
1.1.1. Sigmund Freud (1856-1939) Nacido en Freiberg (Moravia, hoy Eslovaquia, pero entonces perteneciente al imperio austro-húngaro), en el seno de una familia judía, a los tres años pasó a vivir en Viena con su familia. Ingresó en la Facultad de Medicina, interesándose en especial por la Fisiología y la Neurología, en cuyos campos realizó indagaciones personales. Recibió la influencia de su maestro Brücke, para quien las leyes físico-químicas rigen al hombre exactamente igual que al mundo natural. Tras doctorarse en 1881, trabaja con Josef Breuer. Ambos ponen en marcha el "método catártico": verbalización que el paciente realiza de sus traumas para liberarse de ellos. En 1885-1886 va a París para aprender la técnica del hipnotismo de Charcot. A su regreso, abandona el método hipnótico y adopta el de la "asociación libre de ideas", que viene a sustituir y perfeccionar el método catártico. 20
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En La interpretación de los sueños (1900) y en los libros siguientes, Freud elabora su propia doctrina y al mismo tiempo va recibiendo la adhesión de los primeros discípulos, casi todos judíos: el alemán Karl Abraham, el húngaro Sandor Ferenczi, el austríaco Otto Rank, el inglés Ernest Jones, etc.), entre el escándalo de la sociedad vienesa y el repudio general de los científicos. En 1909 es invitado, junto con Cari Gustav Jung, a dar un ciclo de conferencias en la Clark University (Worcester, Estados Unidos). Al año siguiente funda en Vie-na la Asociación Psicoanalítica Internacional. Los círculos psicoanalíticos más activos, además del de Viena, son el de Berlín (en torno a Abraham) y el de Zurich (en torno a Jung y Bleuler). En 1938, al ser invadida Viena por los nazis, Sigmund Freud se exilia con su familia a Londres, donde muere al año siguiente. Los estudiosos distinguen tres etapas en la trayectoria vital e intelectual de Freud: 1) Etapa preparatoria de maduración y búsqueda (18851897). Incluye la colaboración con Josef Breuer (18821894) y el descubrimiento de algunos conceptos bási cos del Psicoanálisis: el trauma de srcen sexual, la transferencia, la asociación libre de ideas (1892), la interpretación de los sueños (1895), el complejo de Edipo, etc. 2) Desarrollo del Psicoanálisis (1897-1922). En este período el descubrimiento más importante es el de la "primera tópica": los sistemas consciente, preconsciente e in cons ciente. Reformulaciones y nuevos descubrimientos 3) (1923-1939). En 1923 Freud formula su "segunda tópica" (el ello, el yo y el super-yo) y aplica el Psicoanálisis a problemas metapsicológicos y sociales. Para la biografía de Freud, véase S. Freud:Autobiografía (1925); Stephan Zweig: Freud (1959); Ernest Jones: Vida y obra de Sigmund Freud (1970) y Ernst Freud y AA.W.: Sigmund Freud. Su vida en imagen y texto(1980). Para su obra, véase Erich Fromm:La misión de Sigmund Freud. Su personalidad e influencia(1980). 22
1.1.2. El movimiento psicoanalítico Las fechas iniciales del Psicoanálisis como corriente psicológica podrían ser 1895(Estudios sobre la histeria,de Breuer y Freud) o bien 1900(La interpretación de los sueños, de Freud). Estas teorías fueron mal recibidas durante los primeros años. Pero la tenacidad de Sigmund Freud hace que el Psicoanálisis se difunda primero por Austria e irradie pronto hasta Alemania y Suiza. En 1906 recibe la adhesión de algunos psiquiatras suizos, no judíos, como Eugen Bleuler y Carl Gustav Jung. En 1908 el movimiento psicoanalítico celebra su primera reunión internacional, y en 1909 Freud y Jung son invitados por la Universidad de Clark, iniciándose la expansión del Psicoanálisis en Estados Unidos. En la década de 1910 se difunde fuertemente por Europa, y al mismo tiempo empiezan a producirse las primeras disensiones importantes: Alfred Adler, de Viena, y C. G. Jung, de Zurich, suselpropias psicoanalíticas. En 1921 se funda encrean Berlín primer escuelas Policlínico público psicoanalítico (con Instituto de enseñanza), y poco después se abre otro centro similar en Viena. Así pues, el movimiento psicoanalítico en la década de 1920 se muestra ya sólidamente arraigado en Europa y América: en esta última Adolf Meyer difunde esta teoría. En 1925 la Asociación Internacional de Psicoanálisis cuenta ya con grupos en Viena, Berlín, Budapest, Londres, Suiza, Holanda, Moscú, Calcuta y Estados Unidos. Además, se expresa a través de dos revistas en lengua alemana:Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse, e Imago, y una en lengua inglesa:International Journal of Psycho-Analysis. (Para la historia de estos primeros tiempos, es útil consultar dos trabajos del propio Freud: Historia del movimiento psicoanalítico -1914- y "Psicoanálisis: escuela freudiana" -1926-). En la década de 1930, el nacional-socialismo alemán proscribió el"psicoanálisis judío", pero este movimiento en 1939 sigue expandiéndose por Estados Unidos y Argentina. España es uno de los primeros países que, por iniciativa de José Ortega y Gasset, traduce las Obras Completas de Freud en 1923 (Madrid, Biblioteca Nueva). Esta traducción recibe el visto bueno del mismo Freud, quien conocía la lengua española (Edward C. Riley, 1991). Pero la guerra civil corta radical23
mente el naciente interés en nuestro país, y la segunda guerra mundial apaga por algunos años el de Occidente. Después de 1945, el Psicoanálisis se desarrolla en el mundo de manera irregular, según los países: Prohibido oficialmente en Rusia, China y demás países comunistas, tampoco puede arraigar en los países subdesarrollados. Por el contrario, en los países con economía libre y alto nivel de vida -Europa occidental, Estados Unidos, Canadá, Argentina, etc.- conoce una difusión espectacular. En España, por diversas circunstancias (postguerra, mal estado de la Psiquiatría y casi inexistencia de la Psicología hasta tiempos recientes), el Psicoanálisis no alcanza difusión hasta las décadas de los años 1960 y sobre todo de 1970, gracias a los esfuerzos de la Sociedad Española de Psicoanálisis, la Asociación Psicoanalítica de Madrid, Escuela Europea de Psicoanálisis del Campo Freudiano (Cataluña), y algunos grupos de psiquiatras. Prueba del interés actual en nuestro país—desde 1970 en adelante- por la teoría analítica son las numerosas traducciones de las obras clásicas de esta dirección, así como de otras nuevas obras en este campo (entre las últimas, la de José Gui-món: Psicoanálisis y Literatura, 1993); y la publicación de diversas revistas psicoanalíticas o afines, como la Revista del
en el clásico libro de Jean Laplanche y Jean-Baptiste Pontalis Vocabulaire de la psychanalyse (1967).
Nuestra exposición comprenderá tres partes: 1) Los conceptos que vertebran el Psicoanálisis según Freud y su escuela; 2) Los principales puntos reflexivos del Psicoanálisis según Jung; y 3) Principales aportes del Psicoanálisis de Lacan. Para exponer con brevedad lo esencial del Psicoanálisis de Freud, vamos a seleccionar cinco puntos: 1) Estructura de la personalidad. 2) Etapas de la evolución psicogenética del hombre. 3) Conceptos complementarios: Narcisismo, fijación y re gresión. 4) Funcionamiento general del aparato psíquico. 5) Principios del funcionamiento mental: principio de pla cer y principio de realidad. 1.2.1, Estructura de la personalidad: las dos "tópicas"
El Psicoanálisis, como toda rama del saber, tiene su corpus doctrinal específico. Si no conocemos esta doctrina y su terminología propia, al menos en sus líneas generales, nos resultará extraña y casi ininteligible la Teoría y Crítica literaria psicoana-lítica. Por ello hemos trazado una breve exposición que recoge los conceptos psicoanalíticos más usuales. La doctrina es de Freud, la selección y ordenación del material, nuestra (para ellas hemos contado con la valiosa ayuda del Dr. D. Fernando Leal Herrero, a quien expresamos nuestra gratitud), y para la definición de los términos psicoanalíticos
La teoría que trata de la estructura de la personalidad fue formulada por Freud en dos ocasiones: en 1900, en La interpretación de los sueños (Die Traumdeutung), cap. VII, y en 1923, en El yo y el ello (Das Ich unddas Es). Ambas formulaciones se complementan, y son conocidas como "tópicas", ya que Freud formula la hipótesis de que el aparato psíquico funciona mediante una serie de sistemas relacionados entre sí, lo cual permite considerar de manera metafórica al psiqui smo como un lugar (griego topos ). La "primera tópica" distinque tres sistemas: el "inconsciente", el "preconsciente" y el "consciente". El inconsciente está constituido por las pulsiones innatas y los deseos y recuerdos "reprimidos" que intentan volver a la conciencia y a la acción. Por "pulsión" o "instinto" entiende Freud la carga energética que mueve al organismo hacia un fin. Las pulsiones, según los escritos de Freud anteriores a 1920, son de dos tipos fundamentales: sexuales y de autoconserva-ción (o "pulsiones del yo"). Laspulsiones sexuales se manifiestan en la "libido" o energía del amor. Esta puede orientarse en dos direcciones: hacia el propio sujeto ("libido
nos hemos apoyado
del yo" o "nar-
Instituto de Estud ios Psicosomáticos y Psicoterapia Médica, dirigi-
da por los Dres. Rof Carballo y Rallo Romero, o la traducción en Barcelona de las revistas lacanianasOrnicar y Freudiana. 1.2. Conceptos básicos del Psicoanálisis de Freud
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cisista"), o bien hacia un objeto del mundo exterior, casi siempre persona ("libido objeta!"). En cuanto a las pulsiones de autoconservación o pulsiones del yo-cuyosímbolo es el Hambre, frente al Amor de las pulsiones sexuales—, pueden entrar en conflicto con estas últimas. En su obra Más allá del principio de placer (Jenseits des Lustprinzips, 1920), Freud reformula su teoría de las pulsiones, dividiéndolas en dos tipos básicos: las de vida (simbolizadas en Eros), y las de muerte (Tanates). Laspulsiones de vida, que engloban tanto las sexuales como las de autoconservación, tienden a mantener la vida y a prolongarla. En cambio, las pulsiones de muerte tienden al reposo, a la supresión de las tensiones. Las pulsiones de muerte pueden dirigirse tanto al sujeto como al objeto (en estos casos se denomina "pulsión agresiva"—término introducido por Adler en 1908- o bien "pulsión de destrucción"). La libido en Freud es la energía que subyace en las transformaciones de la pulsión sexual. Por su parte, Jung amplía este concepto en "libido" la dirección etimológica 'gana, presente 'deseo'), y entiende por la energía psíquica(latín en general, en todo lo que tiende hacia algo: el "apetito". Decíamos que el material del "inconsciente" (las "pulsiones" innatas y los deseos y recuerdos reprimidos) tiende a volver a la conciencia y a la acción. Esto sólo lo logra si se somete a las deformaciones de la censura. (La "censura" es la función que impide el paso a los deseos inconscientes y a sus formaciones, desde el inconsciente hasta el "preconsciente-consciente"). El preconsciente, el segundo sistema de la primera tópica, está formado por contenidos que son accesibles para la conciencia (p. ej., conocimientos y recuerdos no actualizados, o bien contenidos inconscientes que han sido hechos accesibles al preconsciente mediante la deformación de la censura). En el paso del preconsciente al consciente, Freud sitúa una segunda censura, de naturaleza igual a la primera pero con función diferente: no deformante sino selectiva. Esta "segunda censura" evita que acudan a la conciencia preocupaciones perturbadoras, y ayuda a la atención. Por último, el consciente se sitúa en la periferia del aparato psíq uico, reci be las informaciones proc edentes del mundo exterior así como del interior: las sensaciones de la serie "pla-cer-displacer" y las reviviscencias mnésicas. 26
La "segunda tópica" fue elaborada por Freud para explicar mejor las defensas inconscientes. Las "defensas" son una serie de operaciones que sirven para mantener al individuo en su propio ser. Actúan sobre las pulsiones y sobre representaciones pulsionales (recuerdos, fantasía s, etc.). El agente de esta s "defensas" es el "yo", y a quien ellas benefician es igualmente al "yo". En Psicoanálisis se habla, por ello, de "mecanismos de defensa del yo". En la historia del movimiento psicoanalítico, el estudio de los mecanismos de defensa es un tema de primer orden a partir del libro de Freud Inhibición, síntoma y angustia (Hemmung, Symptom und Angst, 1926). Otro libro clave en este campo es el de Anna Freud El yo y los mecanismos de defensa (Das Ich und die Abwehrmechanismen, 1936). Aquí la hija del fundador del Psicoanálisis describe diez tipos de mecanismos: represión, regresión, formación reactiva, aislamiento, anulación retroactiva, proyección, introyección, repliegue sobre sí, transformación en lo contrario y sublimación. Por su parte, la psicoanalista infantil Melanie Klein describe otros mecanismos de defensa. Veamos un poco detenidamente los principales mecanismos de defensa. La represión (alem. Verdrángung; fr. refoule-ment) es con mucho el más importante. Podríamos afirmar, con Freud, que la represión es "la piedra angular del Psicoanálisis". La represión es la operación por la cual el sujeto intenta mantener en el inconsciente ciertas representaciones (pensamientos, recuerdos, imágenes) ligadas a la pulsión. La represión actúa cuando la satisfacción de la pulsión -satisfacción que acarrea placer- puede provocar un conflicto entre el yo y otras instancias: el ello y el super-yo. *•>- La proyección es la operación por la cual el sujeto extrae de sí y localiza en otro ser (persona o cosa) pulsiones, o sentimientos, o deseos que él desconoce o rehusa poseer. Es un mecanismo muy frecuente, que actúa sobre todo en la paranoia y en la superstición. La sublimación es eLproceso que explica actividades humanas aparentemente no relacionadas con la sexualidad, pero cuya fuente primera es la pulsión sexual. Ésta se sublima derivándose hacia un nuevo fin no sexual, hacia objetos elevados social o moralmente. Las principales actividades sublimadas que Freud describe son la creación artística y la investigación intelectual. 27
La "segunda tópica" establece la existencia en el aparato psíquico de tres instancias: el "yo", el "ello" y el "super-yo" (o bien el "ego", "id" y "superego", si se prefiere la terminología latina). »N El W/0 es el polo pulsional de la personalidad: Está formado por pulsiones innatas que tienden a satisfacerse. El yo representa los intereses de la persona y está investido (cargado) de libido narcisista. El yo no es innato, como el ello, sino que se forma entre el 6° mes de la vida humana y los 3 años. El yo actúa tanto a nivel inconsciente como preconsciente y consciente. En su función de mediador entre las pulsiones y el mundo, tiene que recurrir el yo, para mantener su equilibrio, a los mecanismos de defensa, los cuales son -como acabamos de señalar- diversas operaciones que protegen al yo: represión, proyección, sublimación, condensación, desplazamiento, etcétera. En cuanto al super-yo, es la instancia de la personalidad que interioriza en el niño la ley paterna y la norma social de la comunidad, con sus exigencias y prohibiciones. Surge el superyo a partir de los 3 años o 3 y medio, en torno al período del "complejo de Edipo" -del cual hablaremos en breve-. Sus funciones principales son la conciencia moral, la auto-observación y la formación de ideales.
1.2.2. Etapas de la evolución psicogenética en el hombre Freud descubre que las afecciones psiconeuróticas se srcinan en la temprana infancia. Esta teoría va elaborándola y perfeccionándola entre 1897 y 1923. Un hito en su reflexión lo constituye el libro Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie), 1905. Aquí establece una distinción entre la sexualidad adulta, la puberal y la infantil. Más adelante, en 1923, matiza aún más el carácter de la sexualidad infantil: afirma que el niño es un "perverso polimorfo". Esto significa que la sexualidad existe en el ser humano desde su nacimiento, pero evidentemente no en su forma de sexualidad adulta, con funcionamiento del aparato genital. Freud postula que la sexualidad en el bebé comprende toda una serie de actividades y excitaciones que ya desde la más 28
temprana infancia procuran placer y satisfacen necesidades básicas (respirar, tener hambre, evacuar, etc.). Desde este concepto tan amplio de la "sexualidad" podemos entender que el bebé es "perverso" (porque está sometido a las pulsiones eróticas en sus zonas erógenas sin tener acceso aún a la correcta sexualidad adulta), y también que es "polimorfo" (porque puede obtener el placer por diversas vías). También en Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidady después en La organización genital infantil (1923) distingue Freud tres estadios pre-genitales (previos al desarrollo total de la sexualidad): el oral, el anal y el fálico. En el estadio o etapa oral, el placer sexual está unido a la excitación de la boca y los labios durante la alimentación. Esta actividad organiza la "relación de objeto", es decir, el impulso que el sujeto (el niño) despliega hacia su "objeto" (persona significativa para el sujeto y con quien éste mantiene una relación específica de amor o de odio: la madre en este caso). El bebé amaPor a susumadre ella Karl le procura el placer. parte,porque el alemán Abraham, uno de los primeros y más fieles discípulos de Freud, propone en su "Esbozo de una historia del desarrollo de la libido basada en el psicoanálisis de los problemas psíquicos" (1924) subdividir la etapa oral en dos, según las diversas actividades de la lactancia: la succión sola ("etapa oral precoz") y la succión con mordisqueo ("etapa sádico-oral"). En la etapa analsádica (entre los 2 y los 4 años, aproximadamente), la libido se orienta hacia la zona erógena anal. La "relación de objeto" se fija en la defecación -con sus dos posibilidades: expulsión o retención- y en el valor simbólico de las heces. En esta etapa surgen los rasgos sádicos y masoquistas de la personalidad. (Según K. Abraham, art. cit., también serían distinguibles dos fases dentro de esta etapa: en la primera el erotismo anal está ligado a la evacuación, y la pulsión sádica tiende a destruir el objeto; en la segunda el erotismo anal está ligado a la retención, y la pulsión sádica tiende a su control posesivo). Finalmente, en la etapa o estadio fálico se unifican las pulsiones bajo la primacía de los órganos genitales. A diferencia de la etapa genital de la pubertad, sin embargo, el niño ahora no distingue todavía dos órganos sexuales diferentes, sino únicamente uno: el masculino. La oposición entre hombres y muje29
res la establece sobre la base de la presencia o ausencia del pene. Esta etapa coincide con el "complejo de Edipo" o con su resolución. (Véase, de Freud, "El final del complejo de Edipo": "Der Untergang des Ódipuskomplexes", 1924). En el niño se manifiesta como "amenaza de castración", y en la niña como "envidia del pene". Expliquemos un poco esta problemática. El "complejo de Edipo" en el ser infantil (niño o niña) es una consecuencia de la triangulación "padre-madre-niño". Reviste tres formas: positiva, negativa y completa. En su formapositiva -bastante frecuente-, consiste en amar al progenitor del sexo contrario y desear la desaparición (simbólicamente: muerte) del progenitor del propio sexo, considerado como rival para poseer en exclusiva el amor y la atención del progenitor del sexo contrario. En su forma negativa, al revés: amar al del mismo sexo y tener celos del contrario. Por último, en su forma completa, en las dos cosas al mismo tiempo, en mayor o menor grado. El período en los que3 ely niño niña) complejo de Edipo oscila entre los 5 (o años (cfr.vive de el Freud Introducción al Psicoanálisis, 1916-1918;Tres ensayos sobre teoría sexual-también titulado Una teoría sexual-,1905; y sobre todo el citado "El final del complejo de Edipo", 1924). Una cuestión muy debatida entre los psicoanalistas, desde el comienzo, es si la niña experimenta el complejo de Edipo en los mismos términos que el niño. Durante mucho tiempo Freud pensó que sí. Jung, sobre la base de que no es análoga la experiencia en la niña que en el niño, acuñó la denominación "complejo de Electra" para designar específicamente el complejo de Edipo femenino (Freud la rechazó siempre). Por último, Freud aceptó que no es simétrica la vivencia de la niña a la del niño, pero afirmó que podía seguirse hablando de "complejo de Edipo" para ambos sexos ("Sobre la sexualidad femenina", 1931). Una revisión actual del tema se puede encontrar en Juliet Mitchell:Psicoanálisis y feminismo. Freud, Reich, Laing y las mujeres, 1982. Sobre la "amenaza de castración" digamos que el niño, ante el enigma de la diferencia anatómica entre ambos sexos, imagina que si la niña no tiene pene es porque ha sido castrada. A su vez, el niño teme que su padre lo castre a él también como castigo por sus deseos incestuosos (complejo de Edipo), 30
y este temor le produce una intensa angustia. La niña, por su parte, siente su supuesta castración como desventaja ("envidia del pene"), la cual intentará negar o compensar. La "envidia del pene" en la niña está ligada, pues, al "complejo de castración". Consiste en que la niña desea poseer un pene también, sea en su interior (deseo de tener un hijo), sea externamente (en el actoconyugal).
1.2.3- Conceptos complementarios: narcisismo, fijación, regresión Puesto que estos conceptos están relacionados con las etapas de la evolución psicogenética del ser humano, vamos a examinarlos brevemente, ya que son fundamentales también en la teoría psicoanalítica. El narcisismoes el amor dirigido a la imagen de uno mismo, como en el mito de Narciso. Enmarcado en las etapas evolutivas del individuo, el narcisismo es la situación de ensimismamiento en que se encuentra el niño al principio de su vida, incapaz de reconocer algo diferente de su ser. Más tarde, el niño se dará cuenta de que existe el mundo -la madre primero, los demás después— y comenzará a establecer "relaciones objé1 tales". Freud, en "El caso Schreber" (1911) , planteó el narcisismo como etapa de la evolución sexual, intermedia entre el "autoerotismo" y el "amor objeto"; supondría así el narcisismo una primera unificación de las pulsiones sexuales. Esta misma concepción reaparece en Tótem y tabú (1913), pero desde la Introducción al narcisismo (1914), éste ya no es contemplado como etapa evolutiva, sino como acumulación de la libido que ningún "objeto investido" sobrepasará. A partir de 1921, de Psicología de las masas y análisis del yo (Massenpsychologie und Ich-Analyse), y sobre todo a partir de 1923) de El yo y el ello (Das Ich und das Es), Freud redefine el narcisismo en función de la segunda tópica, de la noción de “ello ” y del concepto de “investidura ”, “carga ” o “catexia ” ! El verdadero título de este "caso" es: "Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia ("dementia paranoides") autobiográficamente descrito". Fue recogido posteriormente en Historiales clínicos (1925).
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(alem. Besetzung; fr. investissement; ingl. cathexis). La investidura es el hecho de que la energía psíquica (libido) aparezca asociada a un objeto, a una parte del cuerpo o a una representación o conjunto de representaciones. Correspondería, en el lenguaje ordinario, a algo como la "querencia" (tendencia y apego). El concepto de "catexia" es importantísimo y muy usado en Psicoanálisis, dado el carácter dinámico de esta psicología. Teniendo, pues, en cuenta la noción de "ello" y la de "catexia", distingue Freud dentro del "narcisismo" desde 1921-23 entre narcisismo primario (estadio precoz en el que el niño "inviste" toda su libido sobre sí mismo), y narcisismo secunda-rio (regreso de la libido a la imagen interiorizada del propio cuerpo, retirada de sus objetos). Este concepto de "narcisismo secundario" es muy importante en la teoría psicoanalítica sobre la creatividad (en todas sus formas; también literaria).de "narcisismo secundario", En relación conenellaconcepto diremos que Charles Baudouin creó la palabra "narcismo" para designar específicamente el narcisismo aplicado al arte y la literatura. André Creen y otros autores franceses le siguen en el uso de este término. Respecto a los conceptos de "fijación" y "regresión", hay que señalar que ambos se enmarcan en una concepción genética que implica una progresión ordenada de la libido. La fijación consiste en que la libido se liga fuertemente a personas o imágenes, quedando organizada según la estructura característica de una de las etapas evolutivas. La "fijación" determina que el ser humano, más adelante en su vida, cuando se le presente alguna dificultad importante, retroceda hasta la etapa en que ha sucedido esa fijación: "regrese" a esa etapa. La regresión es, así, una vuelta atrás hasta modos de expresión o de comportamiento inferiores en la escala del desarrollo de la personalidad (p. ej., la "regresión" de los psicóticos en las fases agudas de la enfermedad). También significa laregresión el repliegue narcisista sobre el yo, que sobreviene en el "narcisismo secundario" y que es condición previa e imprescindible para toda creatividad. Este segundo sentido es el que más nos interesa en el presente libro. Desvinculada de los "objetos" externos, la libido del escritor 32
puede extraer de su interior los materiales para la creación de ese "nuevo mundo" que e s la obra literaria. De pasada, tenemos que señalar que la palabra "regresión" posee también algún otro significado en Psicoanálisis. Así en La interpretación de los sueños (1900: 1, VI), denomina Freud regresión al proceso por el cual el sueño, mediante la condensación, la fragmentación y el desplazamiento de materiales latentes del pasado, crea la "superficie manifiesta" del sueño actual.
1.2.4. Funcionamiento general del aparato psíquico El aparato psíquico del hombre presenta un alto grado de complicación, ya que por una parte hay que tomar en consideración los aspectos evolutivos (las "etapas" antedichas), y por otra parte la influencia del medio ambiente. El funcionamiento de la psique humana recibe en el Psicoanálisis diferentes enfoques: tópico, económico, dinámico, y de relaciones objétales. En realidad, Freud enfoca el aparato psíquico desde tres puntos de vista solamente: tópico, económico y dinámico. No obstante, añadimos el cuarto punto de vista de la "relación objeta!" por la enorme importancia que este aspecto ha cobrado en el Psicoanálisis contemporáneo. El enfoque tópico (es decir, relacionado con las dos "tópicas" freudianas) se refiere al lugar donde se desarrollan los fenómenos psíquicos, y también a su distribución dentro de un campo. Por ejemplo, en la esquizofrenia hay una disociación del yo: el enfermo se siente dividido. El enfoque tópico se aplica a los conflictos, enfermedades, dificultades, mecanismos de defensa, etc. El enfoque económicohace referencia a lacantidad de ener-*a y a su distribución en el aparato psíquico. Como hipótesis e trabajo, el Psicoanálisis admite que la cantidad de energía en un ser humano es constante, y si un síntoma está absorbiendo la energía de un conflicto y ese síntoma desaparece, la energía va a desplazarse hacia otros lugares donde poder ejercer esa presión. El enfoque dinámico atañe al modo de desarrollo y evolución de las fuerzas libidinales. Explica todo tipo de relación de fuerzas y todas las interacciones entre las diferentes instancias 33
del aparato psíquico. Por ejemplo, cómo actúa una pulsión a la que se le opone un mecanismo de defensa: la pulsión se desvía y sale por otra parte. Finalmente, el enfoque de relaciones objétalesatiende al conjunto relacional-afectivo entre el sujeto y el objeto, subrayando que la relación objetal es por naturaleza continuada, específica, significativa y privilegiada. Veamos un ejemplo que englobe estos cuatro parámetros: un sujeto con estructura de personalidad obsesiva.Esto significa a nivel tópico que existe un super-yo implacable y un yo agobiado por las exigencias de dicho super-yo. Á nivel económico significa que la energía que tiene que utilizar para conjurar los peligros pulsionales es tan grande, que no puede emplear una cantidad suficiente de energía para otros aspectos de su vida más apropiados y realistas. A nivel dinámico significa que los mecanismos de defensa que tiene que utilizar el yo para reprimir y controlar las pulsiones libidinales hacen aparecer unos síntomas que son simbólicamente la expresión del conflicto interior. Y por último, respecto a la relación objetal, se puede decir que el obsesivo establece sus relaciones con el objeto en términos de "analidad": de posesión retentiva o de rechazo agresivo.
1.2.5- Principios del funcionamiento mental: principio de placer y principio de realidad Para terminar, esbozaremos los principios del funcionamiento de la psique, que se insertan en la teoría psicodinámica de Freud. Según esta teoría, el funcionamiento del aparato psíquico se rige por dos principios: el de "placer-displacer" y el de "realidad". Los enuncia Freud en 1911, en "Los dos principios del suceder psíquico", y los perfila en Más allá del principio de placer, 1920)2. 2 Relacionado con el "principio de placer" está elprincipio de constancia, con el cual a veces el de placer parece confundirse en las obras de Freud. Postula el "principio de consta ncia" que el aparato psíq uico tiende a mantener en un nivel b ajo - o por lo menos constante- la cantidad de tensión que ya contiene. Para ello el aparato psíquico pone en marcha mecanismos que evitan las tensiones externas, y otros que descargan las tensiones internas.
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El principio de placer tiene como finalidad el evitar el displacer y procurar el placer. El displacer se caracteriza por el aumento en la cantidad de tensión que tiene la psique, y e l placer por la relajación de esa tensión. En cuanto al principio de realidad, se opone al principio de placer y lo modifica. Es el principio regulador que hace que la búsqueda de satisfacción por parte del sujeto no se lleve a cabo por el camino más corto, sino que se ajuste a las condiciones impuestas por el mundo exterior. Desde el punto de vista económico, el principio de realidad transforma la energía libre en energía ligada (es decir, la energía móvil que se descarga del modo más rápido y directo posible, en energía controlada cuya descarga está retardada por la conciencia). Desde el punto de vista tópico, el principio de realidad afecta al sistema preconsciente-consciente. Y desde el punto de vista dinámico, el principio de realidad se apoya en un tipo de energía pulsional que está al servicio del yo. 1.3. Conceptos básicos del Psicoanálisis de Jung
1.3.1. Cari Gustavjung (1875-1961) Nació en Kessw il (Ro manshor n, cantó n de Thu rgau , Suiza), y murió en Kussnacht (Zurich). Hijo de pastor protestante, tuvo una infancia campesina y estudió Medicina en Basilea. En 1900 pasa a trabajar en la prestigiosa clínica Burghólzli, de Zurich, dirigida por Eugen Bleuler (1857-1939). En el otoño de 1902 realiza una estancia en el importante centro psiquiátrico de La Salpétriére (París) con Pierre Janet (1859-1947), retornando luego a Burghólzli, del cual llegaría a ser director. En 1901 publica su tesis doctoral: Contribución a la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos. Fue Eugen Bleuler, el maestro de Jung, quien primero conoció la obra de Freud e interesó al discípulo en ella. Jung en 1906 se adhiere intelectualmente a la obra del creador del Psicoanálisis, y en 1907 se entrevista con él. A partir de ese momento, una intensa relación intelectual y personal se establece ent re Jun g y Freu d. Incluso es invit ado en 1909 junto 35
con Freud a la Clark University, para pronunciar conferencias sobre el naciente Psicoanálisis. Entre 1911 y 1914 es presidente de la Sociedad Internacional de Psicoanálisis. Prueba fehaciente de la máxima estima en que Freud tenía a Jung es su carta a éste del 16 de abril de 1909, donde se lee: "yo lo adopté a usted como el mayor de mis hijos y lo ungí como sucesor y príncipe heredero"3. Y esta otra frase, procedente de otra carta de Freud a Ferenczi (29 de octubre de 1910): "Estoy más convencido que nunca de que es [Jung] el hombre del futuro". A partir de 1913, cuando Jung abandona a Freud y su ortodoxia, la opinión del maestro sería otra, pero no por eso sus palabras resultaron menos proféticas. Por su parte, Jung siempre profesó a Freud un gran respeto intelectual y admiración, a pesar de sus discrepancias. En sus Memorias, tituladasRecuerdos, sueños, pensamientos y escritas en la vejez, afirma Jung: «Freud fue el primer hombre verdaderamente importante que llegué a conocer. Ningún otro hombre de los que hasta entonces había conocido podía compararse con él. En su concepción nada era trivial. Me pareció extraordinariamente inteligente, perspicaz y notable en todos los sentidos.»
La ruptura con Freud se produce en 1913. Bien por poseer ambos hombres "una diferente estructura mental", como afirma Charles Baudouin enLa obra de Jung y la psicología de los complejos(Baudouin, 1967: 18): Jung se consideraba "introvertido" y veía a Freud como "extravertido". Bien por discrepancias doctrinales, sobre todo las reservas de Jung sobre la teoría freudiana del srcen sexual de las neurosis. Dada la firme personalidad de Jung, sus divergencias doctrinales con Freud fueron tempranas. Ya en 1906, Jung escribía: ?'continuaré tomando partido por Freud y sus ideas. Pero, sobre la base de mis propias experiencias, no estoy dispuesto a admitir que todas las neurosis sean provocadas por la represión sexual o por traumas sexuales" (G. Wehr, 1991: 106p 3 Cfr. Gerhard Wehr, 1991: 115. Esta sugestiva denominación es recogida por Paul Roazen enFreud y sus discípulos (1986). El capítulo 6 de este libro se titula "El príncipe heredero: Cari Gustav Jung".
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A partir de 1913, sin abandonar del todo el Psicoanálisis (nombre que Jung prefiere reservar para la doctrina de Freud, denominando a la suya "Psicología analítica" primero, y más tarde "Psicología compleja"), se orienta cada vez más hacia los estudios antropológicos, de religiones comparadas, de alquimia, de tradiciones, etc. Todo un campo nuevo se abre así para la exploración psicoanalítica: el del hombre no sólo como individuo, con su pequeña vida personal, sino sobre todo como colectividad,como punto de referencia de la Humanidad. Mantuvo Jung una escuela floreciente y nutrida de alumnos. Además, recibió numerosos honores y reconocimientos: Director de la clínica universitaria de Zürich, Burgholzli; doctor "honoris causa" por las universidades de Clark, Calcuta y Benarés (India), Allahabad, Harvard, Oxford y Ginebra. (Para la biografía de Jung, véase sus srcinales Memorias: Recuerdos, sueños, pensamientos, 1989. También el excelente estudio de Gerhard Wehr:Jung. Su vida, su obra, su influencia, 1991. Para su1913 sistema psicológico, véanse de JungTeoría del y 1978). psicoanálisis, Examinemos ahora los puntos fundamentales de su Psicoanálisis ("Psicología compleja").
1.3-2. El método de laasociación de ideas Antes de conocer personalmente a Freud, ya había creado Jung el que sería su método básico de exploración, reformula-do y perfeccionado a lo largo de toda su vida. Pierre Janet primero, Freud y Bleuler después, habían explorado la asociación de ideas. Jung comenzó a trabajar con este método en el Laboratorio de Psicopatología Experimental de la clínica Burgholzli, para comprender mejor los problemas de la neurosis y la psicosis. En esta clínica, dirigida e impulsada por Eugen Bleuler -uno de los más tempranos conocedores del Psicoanálisis fuera del círculo vienes, como ya hemos dicho- se trabajaba desde 1902 con el método freudiano de las asociaciones. Consistía el método, que Jung desarrolla en Burgholzli junto a su colega Franz Riklin, en presentar al sujeto una lista -hasta 100 preguntas llegó a contener el cuestionario- con 37
palabras minuciosamente seleccionadas que le sirvan de estímulo (p. ej., "barco", "agua", "muerte", etc.). El sujeto debía responder asociativamente, lo más rápidamente posible, a cada una con cualquier ocurrencia. Jung evaluaba el tiempo de la reacción, y también mediante un galvanómetro medía las diferencias de potencial eléctrico entre dos puntos de la piel. En las respuestas, todo era indicativo: las palabras, los silencios, los tiempos de reacción, los malentendidos, las pararrespuestas, las risas o tartamudeos, etc. A partir de esas mediciones descubría los complejos afectivos, es decir, los contenidos autónomos del inconsciente que obstaculizan las respuestas. De los primeros años de Jung son también su teoría de los complejos -como veremos en breve — y sus primeros trabajos sobre la esquizofrenia o demencia precoz 4, campo al que llegó siguiendo a su maestro Bleuler, y que se convertiría en su especialidad.
La existencia del inconsciente colectivo no anula la del inconsciente individual, propugnada por Freud y aceptada tam bién por Jung. (Véase, de este autor, Las relaciones entre el yo y el inconsciente, 1990). El inconsciente individual contiene los elementos reprimidos por el sujeto, así como los recuerdos olvidados. En cambio, el inconsciente colectivo desborda al inconsciente individual, y contiene el fondo común de la Humanidad. La totalidad psíquica del individuo es el "sí-mismo" (alem. Selbst; ingl. Self). El "sí-mismo" es también el centro regulador del inconsciente colectivo, ya que cada individuo y cada pueblo posee un modo propio de vivir esa realidad psíquica.
1.3.4. Los complejos En relación con el inconsciente individual se sitúa la teoría
4 Este nombre de "dementia praecox" le fue dado a la actual esquizofrenia por el maestro de Jung, Bleuler.
psicológica más característica de Jung, la queéste da nombre a su 'Psicología compleja": el complejo. Consiste en una serie de elementos procedentes de la experiencia personal, agrupados en torno a un núcleo generalmente traumático o emocional. Estos elementos, al no ser suficientemente elaborados por la conciencia, caen en el inconsciente (individual), donde se organizan como una constelación. Los complejos, "partes desgajadas de la psique", pasan a funcionar al margen de la consciencia, inesperadamente. Los complejos residen en el inconsciente individual, pero comunican a través de él con el inconsciente colectivo. La "unión de contrarios" que caracteriza toda la psicología de Jung, se muestra también en su concepción de los complejos. Éstos son negativos para la "psique" (el "aparato psíquico" de Freud), pero también "verdaderos hogares o nudos de la vida psíquica, de los que uno casi no desearía verse privado; más aún, no deben faltar nunca porque, sin ellos, la actividad del espíritu acabaría en una parada fatal". Los complejos pueden ser identificados mediante el "método de las asociaciones". También se manifiestan en los sueños -de ahí la importancia de su estudio —. Los sueños no son para Jung, como para Freud, realizaciones de deseos, sino compensaciones del equilibrio psicológico, o bien anuncios de hechos
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1.33. Inconsciente colectivo e inconsciente individual El concepto de inconsciente colectivo es seguramente la aportación de Jung más difundida, junto con sus contenidos: los "arquetipos". Este inconsciente colectivo está definido por Jung como "el depósito constituido por toda la experiencia ancestral desde hace millones de años, el eco de los acontecimientos de la prehistoria". No debe entenderse el inconsciente colectivo como algo estático y fijo, sino dinámico, capaz de incremento y mutación: "cada siglo le añade una cantidad infinitesimal de variación y de diferenciación". Podríamos también decir que es el sedimento de las actitudes y reacciones de la Humanidad frente a los hechos importantes de la existencia. Puede ser enormemente enriquecedor, como depósito inagotable de conocimiento, pero también fuente de problemas. La teoría junguiana del inconsciente colectivo (y la complementa ria de la "partici paci ón mística" o "partici paci ón inconsciente", ligada a él) está relacionada con los estudios antropológicos sobre el mito y el ritual primitivos.
conjunto de actitudes, conductas y representaciones que expresan disimuladamente un sentimiento de inferioridad.
futuros. Todo sueño envía un mensaje al soñante: lo aclara, lo ilumina. En los sueños se muestran los "arquetipos" por medio de símbolos; de este modo el sueño es la vía regia para acceder al inconsciente colectivo. '^ Además de expresarse a través de las asociaciones y de los sueños, los complejos se expresan también mediante los síntomas. El síntoma surge como "señal de alarma que anuncia que algo esencial en la actitud consciente no está bien o es insuficiente, y que, por ello, debe procurarse una dilatación de la conciencia". (Para el tema que nos ocupa, véanse los libros de Jung Los complejos y el inconsciente, 1969; Energética psíquica y esencia del sueño, 1956y 19 82,y Dreams, 1974). Como complemento de esta doctrina junguiana de los complejos, diremos que la palabra "complejo" es muy usual entre el gran público ("ser un acomplejado", "tener complejo de inferioridad", etc.). En Psicoanálisis el "complejo" (alem.
Los arquetipos son ciertos "motivos" que se repiten formalmente y con significación casi idéntica tanto en sueños y fantasías individuales como en la mitología y el folclore de pueblos diversos. Jung los llama "arquetipos", "imágenes primordiales", "imágenes arquetípicas" e "imágenes primarias". Se relacionan, pues, fundamentalmente con el inconsciente colectivo. Sin embargo, también tienen relación con el inconsciente individual. En éste, el arquetipo no es una simple copia psíquica de un objeto externo, sino "una especie de representación inmediata", un fenómeno imaginativo que se basa indirectamente en la percepción de los objetos. El arquetipo surge del
Komplex) es conjunto de representaciones y de recuerdos, conunfuerte valororganizado afectivo, parcial o totalmente inconscientes. El complejo se forma a partir de las relaciones interpersonales de la historia infantil -el niño, el padre, la madre- y se puede estructurar en cualquiera de los niveles psicológicos: emociones, actitudes, conductas (Lap lanche-Pontalis, 1967: 72). En la historia del Psicoanálisis, esta palabra aparece con una cierta frecuencia en los primeros tiempos de constitución (Freud: "complejo de Edipo", "complejo de castración"; Adler: "complejo de inferioridad"). De hecho, fue la escuela suiza de Zurich (Eugen Bleuler, Cari Gustav Jung, Ludwig Binswanger, Franz Riklin) quien inventa la palabra "complejo" y la introduce en el Psicoanálisis. Esta escuela la emplea en un sentido algo impreciso: como 'conjunto'. Bleuler habla de "complejos de representaciones". Jung, desde 1906, en sus estudios sobre las asociaciones de ideas, dota al "complejo" de mayor entidad: como "contenido de representación capaz de provocar una reacción a la palabra inductora". Freud se aparta luego de esta palabra por considerarla imprecisa (en Historia del movimiento psicoanalítico) y cada vez la usa menos en sus escritos, salvo para el "complejo de Edipo" y el de castración. En cambio, el "complejo de inferioridad" en
inconsciente individual pero no expresa la totalidad inconsciente, sino sólo sus—elementos "constelados"-, y sedel manifiesta a la conciencia del sujeto de modo habitualmente súbito, como visión o alucinación, pero nunca patológica (es decir, sin formar parte de un cuadro clínico y sin usurpar nunca el lugar de lo real). El sujeto lo percibe como imagen "interna", como una expresión concentrada de la situación psíquica global. Pero la noción de arquetipo -decíamos- está también íntimamente unida a la de inconsciente colectivo, ya que una de las definiciones de éste que ofrece Jung es la totalidad de los arquetipos, el sedimento de toda la experiencia vivida por la Humanidad desde sus más remotos principios. El arquetipo es "un depósito, por tanto la forma fundamental típica de una cierta experiencia psíquica continuamente repetida" (Jung, 1972: 454-456). La imagen primordial o arquetipo se relaciona con la naturaleza, con la vida del espíritu y con la vida en general. En Psicología y Religión (1948) afirma Jung que los arquetipos son formas e imágenes de naturaleza colectiva, es decir, comunes a pueblos enteros y a épocas determinadas que se dan casi universalmente como constituyentes de los mitos y, al mismo tiempo, como productos individuales de srcen inconsciente. Los motivos arquetípicos son creaciones del espíritu
la psicología de Adler tiene una importancia enorme: indica el
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1.3.5- Los arquetipos
humano que se transmiten de tres modos: por tradición, por migración y por herencia. Los arquetipos conectan al individuo con la Humanidad y con la historia, al tiempo que emergen en el curso del individuo de modo tan súbito e imprevisto como el complejo. En definitiva, los arquetipos son restos de experiencias repetidas por la Humanidad, y cuya huella permanece en cada cerebro individual. Así, en Tipos psicológicos (1972) reseña el caso de un paciente esquizofrénico que había visto el sol con un falo que generaba el viento al moverse. Esta alucinación recordó a Jung la misma imagen, existente en un papiro egipcio no publicado. Para el psiquiatra suizo, la coincidencia sólo podía explicarse mediante el inconsciente colectivo. El arquetipo, pues, se manifiesta en los símbolos, mitos y ritos de la Humanidad. El hombre primitivo los acepta y construye en torno a ellos su sistema de tabúes y creencias, mientras el hombre moderno vive de espaldas a ellos. "Está ciego para el hecho de que, con racionalismo y eficacia, poseído por "poderes" quetodo estánsufuera de su d ominio. No está han desaparecido del todo sus dioses y demonios; solamente han adoptado nuevos nombres. Ellos le mantienen en el curso de su vida sin descanso, con vagas aprehensiones, complicaciones psicológicas, insaciable sed de pildoras, alcohol, tabaco, comida y, sobre todo, un amplio despliegue de neurosis", afirma en El hombre y sus símbolos (1912). (Sobre los problemas del hombre moderno, véase también Realidad del alma, 1940). Un ejemplo de arquetipos: la pareja "anima/animus". "Anima" equivale a la superposición y convergencia de las ideas de "madre, mujer y alma"; "animus" a las de "padre, hombre y espíritu". "Anima" representa el polo nocturno, pasivo, soñador, sentimental del ser; "animus" el polo diurno, activo, pensante. Otros arquetipos: el del árbol (con múltiples significados y representaciones: árbol de vida; árbol cósmico con raíces en el globo; árbol-flor; árbol cuyos frutos son el sol y los astros, etc.: véase Yon den Wurzeln des Bewusstseins,1954); el arquetipo de la cuaternidad; el de la madre ("magna mater"); el del "Selbst" o "sí-mismo": el de la "persona" o máscara social y el de la "sombra" o parte oculta del sujeto; etc. La aparición de estos arquetipos no es indiscriminada para el ser humano, sino que se manifiestan las imágenes primor42
diales gradualmente, según la evolución anímica del sujeto: Primero surgen los arquetipos de la "persona" y la "sombra", como aspectos inconscientes del propio sujeto. Cuando éste ha tornado conciencia de ellos, aparece el del "alma" ("animus" para la mujer, y "anima" para el hombre): toma de conciencia de las cualidades del otro sexo. Luego vienen los arquetipos del conocimiento y el srcen: el "sabio anciano" y la "magna mater". Por último, los arquetipos de la profundidad humana y los místicos: el "Selbst", la "cuaternidad", el "mándala" y "el niño divino". La teoría junguiana sobre los arquetipos se encuentra en la totalidad de su obra desde el año 1912, recibiendo numerosas expresiones y retoques. Se encuentra especialmente en The Archetypes and the Collective Unconscious (1990; trad. esp. parcial: Arquetipos e inconsciente colectivo, 1991); El hombre y sus símbolos (1912; 1975) y Formaciones de lo inconsciente (1912; 1965).
1.3.6. Tipos psicológicos: introversión I extraversión Jung elaboró esta tipología de los seres humanos sobre la base de sus observaciones como médico durante la primera guerra mundial, y la expuso fundamentalmente en Tipos psicológicos (1939 y 1972), donde establece la distinción básica entre "extraversión" e "introversión". La distinción pudo comenzar a elaborarla Jung cuando trabajó con Pierre Janet en La Salpétriére. Janet partía de dos tipos fundamentales de neurosis: histeria y psicastenia. Sobre esta distinción Jung hablará de histeria extravertida y esquizofrenia introvertida. En el primer caso, la actividad psíquica está en el exterior (extraversión); en el segundo, en el interior (introversión). También pudo influir sobre Jung, en su etapa francesa, el libro del psicólogo Alfred Binet (1857-1911) L'étude experiméntale de l'intelligen-ce, donde se abordan los conceptos de "introspection" y "exter-nospection". Para Jung, el espíritu humano tiene dos maneras de situarse ante el mundo: mediante la extraversión, feliz actitud de sociabilidad y aceptación directa de todo lo externo, y mediante la introversión, actitud de independencia del sujeto respecto al 43
mundo exterior. Jung combina estos dos parámetros (que también pueden corresponderse con la distinción de Schiller entre poeta "ingenuo" y poeta "sentimental", respectivamente) con las cuatro funciones básicas del espíritu -o maneras de captar la realidad-: pensar, intuir, sentir y percibir. De esta combinación resultan ocho tipos psicológicos básicos: el reflexivo (reflexivo introvertido y reflexivo extravertido), el intuitivo (introverti-do/extravertido), el sensitivo (lo mismo) y el perceptivo (lo mismo). El "reflexivo" comprende el mundo por la vía lógica; el "sensitivo" valora la realidad, sin analizarla, como buena o mala, hermosa o fea, útil o inútil; el "intuitivo" aprehende lo extrasensorial por vía inconsciente; y el "perceptivo" aprehende los estímulos internos y externos mediante sus sentidos. En la vertiente pedagógica de esta teoría, Jung piensa que durante la juventud se debe desarrollar la función dominante, ya que la predisposición es la vía más rápida y adecuada para el
establecer cualquier doctrina, titulando sus trabajos vagamente: Écrits, Le Séminaire, etc., (salvo su primera obra: De la psy-chose paranoíaque dans ses rapports avec la personnalité, 1931). Además, las aportaciones de Lacan se sitúan en el nivel de las "hipótesis": algo indemostrado y que sirve como punto de partida para una reflexión posterior. Los escritos de Lacan son especialmente difíciles de reducir a términos conceptuales precisos, ya que utiliza un lenguaje que no es puramente denotativo (como sucede en Freud y en todos los escritos científicos), sino un lenguaje connotativo, donde el juego de la imaginación flota por todos ellos, y donde las palabras significan cosas muy diversas según el contexto. Por eso, pretender encerrar el sentido de los conceptos básicos lacanianos dentro de los límites estrictos de una definición sería atentar contra el pensamiento mismo de Lacan, quien rehusó siempre asignar a un significante una relación fija con un significado (Laplanche-Pontalis, 1967: 475).
aprendizaje y captación del mundo; porfunciones, el contrario, la madurez conviene desarrollar las otras paraenequilibrar la personalidad. Este concepto de equilibrio de la personalidad está muy relacionado con el de "individuación" o desarrollo de las potencialidades internas del sujeto. Para ello la síntesis de contrarios juega un papel esencial. La individuación es la meta de toda pedagogía y de toda felicidad interior. Por el contrario, la neurosis sobreviene cuando el hombre no realiza su individuación. Para el conjunto de las teorías de Jung, véase Jolande Jacobi (1976), Charles Baudouin (1967) y Gerhard Wehr (1991).
A pesar de eltodo ello,conceptual vamos a intentar en las páginas que siguen señalar marco de los escritos lacanianos, dada la gran repercusión que este pensador ha tenido en la teoría literaria de las décadas del 60-80, influencia que ha confluido con la de Derrida en muchos autores. Podríamos decir que Lacan "destruye" el Psicoanálisis freudiano -que siempre es su punt o de referencia- y "con struye" sobre esa destru cci ón: '(de) construye".
1.4. Conceptos básicos del Psicoanálisis de Lacan 1.4.1. Precisiones iniciales
El Psicoanálisis del francés Jacques Lacan (1901-1981) se sitúa siempre dentro de los amplios límites de la ortodoxia freudiana. Con todo, introduce una reformulación del marco y algunas conceptualizaciones srcinales. Antes de pasar a resumirlas, advertimos en primer lugar que la teoría lacaniana no constituye propiamente un "corpus" doctrinal: Lacan rehuyó 44
1.4.2. El orden simbólico, el imaginario y el real Lacan considera que el campo del Psicoanálisis abarca tres registros (u "órdenes") básicos: el simbólico, el imaginario y el real. "El simbólico" comprende aquellos fenómenos estudiados por el Psicoanálisis, en tanto en cuant o están estructurados como un lenguaje. Como segunda acepción, "el simbólico" también designa el hecho de que la curación se basa en el carácter fundacional de la palabra. "El imaginario" está marcado por la relación prevalente de la imagen de lo semejante en el yo. En cuanto a "el real", designa el conjunto de fenómenos exteriores a la simbolización del sujeto. En palabras de Lacan, "le réel (...) est le domaine qui subsiste hors de la symbolisa45
don". Veamos más detenidamente los dos primeros conceptos, los más personales de Lacan. •
El orden simbólico. El "padre simbólico", "nombre-del-padre" y ?ir
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prelusión . El "orden simbólico" es el registro de "el simbólico". El principio general que lo preside es que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje". El lenguaje, pues,se convierte en el modelo para estudiar el inconsciente. Para esta importancia suma concedida al lenguaje, Lacan parte del propio Freud. (Más adelante veremos que Freud prestó gran atención al funcionamiento del lenguaje en la manifestación del inconsciente
—La interpretación de los sueños, El chiste y su relación con
lo inconsciente—, observando que la condensación y el desplazamiento se manifiestan tanto en las imágenes como en las palabras, y por lo tanto consideró al lenguaje como una de las vías regias para la expresión del inconsciente). Pero Lacan va más lejos, al situar al lenguaje como modelo para el inconsciente. Por otra parte, este aserto de que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje" es larespuesta lacaniana al fenómeno cultural -común en las ciencias humanas a partir de la década de 1950-1960- de considerar a la Lingüística como el modelo científico para el estudio de las ciencias no exactas, tras los deslumbramientos delCours de Linguistique genéralede Principios de Fonología (Grundzüge der Saussure, 1916, y de los Phonologie) de Trubetzkoy, 1939. Claude Lévi-Strauss adopta -y adapta- el método en su Anthropologie structurale, 1958, convirtiéndose así en el abanderado del enfoque estructuralista en las ciencias del hombre. El principio de que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje" e incluso su inseparabilidad de las palabras, ha sido bastante criticado por su carácter radical. El propio Jean Laplanche, excelente psicoanalista y gran conocedor dela obra de Lacan, matizó que el inconsciente es anterior al lenguaje, a lo cual respondió Lacan, replegándose a posiciones más tradicionales, en "El inconsciente: estudio psicoanalítico": "Mi aserto de que el inconsciente tiene la estructura de un lenguaje no debe ser entendido más que [en el sentido de que] el lenguaje 46
es condición para el inconsciente. El inconsciente es, pura y simplemente, un discurso". En cuanto a "el simbólico", Lacan toma de Freud el uso de la palabra "simbólico" en su forma sustantiva. Pero Freud la utiliza en femenino ("die Symbolik": literalmente "la simbólica") para designar el conjunto de símbolos con significación constante que se hallan en las producciones del inconsciente. Del conjunto de imágenes y síntomas (símbolos) de la Humanidad, para Freud, se desprende una especie de "lenguaje fundamental" universal. En cambio, Lacan utiliza el sustantivo como masculino ("le symbolique"), para designar la estructura del sistema de símbolos. La relación concreta entre el símbolo y lo simbolizado es para el psicoanalista francés secundaria y está impregnada de "imaginario". Lacan toma de Lévi-Strauss la idea de un orden simbólico que estructura la realidad interhumana. (A su vez, Lévi-Strauss adapta a la Antropología el modelo lingüístico de Saussure: el —
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significante considerado relación arbitraria con el significado;aisladamente sólo remite a mantiene éste porque está integrado en un sistema caracterizado por oposiciones diferenciales). Lévi-Strauss transpone estas ideas a los hechos culturales, cuya estructura denomina "sistema simbólico". Entiende este antropólogo que toda cultura es un conjunto de sistemas simbólicos: de ellos los más importantes son el lenguaje, las relaciones económicas, el arte, la ciencia y la religión. El concepto de "el simbólico" permite a Lacan acercar la estructura del inconsciente a la del lenguaje. Y también mostrar cómo el ser humano se inserta en un orden preestablecido, igualmente de naturaleza simbólica. Así pues, "el simbólico" designa tanto a una "estructura" cuyas unidades funcionan como significantes, como al registro al que pertenecen esas estructuras ("orden simbólico"). Además, "el simbólico" designa la "ley" que funda ese orden: la ley paterna. Aquí se insertan los conceptos lacanianos del "padre simbólico" y del "nombre-del-padre". Conviene no confundir esta instancia (el "padre simbólico") con el padre real de cada cual, ni tampoco con el padre imaginario: el "padre simbólico" es el que promulga la Ley: es el símbolo de la Autoridad. El "padre simbólico" es el que permite al sujeto la triangulación, y por lo tanto el acceso al orden real. 47
Los conceptos de "padre simbólico" y de "nombre-del-padre" están relacionados con otro concepto fundamental en el método terapéutico de Lacan: el de "forclusión". Este concepto está íntimamente unido a la anticipación del "complejo de Edipo"-que Freud había situado entre los 3 y los 5 años del niño, y Lacan considera anterior a los 2 años-. Mediante la palabra "forclusión", creada por Lacan sobre la palabra "Verwerfung" de Freud ('rechazo', 'represión, 'juicio condenatorio', 'omisión), entiende Lacan el rechazo primordial de un significante fundamental, fuera del universo simbólico del sujeto. Y el significante por antonomasia "forcluido" (omitido), es "el nombre-del-padre". La forclusión se relaciona íntimamente, así, con el "complejo de Edipo" porque implica una deficiente triangulación en la relación "niño-madre-padre". La forclusión es la no introducción de la imagen paterna (al no introducirse el significante "padre") en la vida del niño, por la exclusión (u obstrucción) de ese significante e imagen por parte de la madre, quien desea
Es el registro de "el imaginario". Esta noción está relacionada con uno de los primeros aportes lacanianos: "le stade du miroir" o "fase del espejo". ("Le stade du miroir comme for-mateur de la fonction du Je, telle qu'elle nous est révélée
mantener relación simbiótica, exclusiva, con el al niño. En y los casos una de forclusión, la madre impide el acceso padre, por lo tanto la triangulación correcta. Con ello no permite que el niño pueda resolver el complejo de Edipo. La forclusión consiste en la no simbolización, por parte del sujeto, de lo que tenía que ser simbolizado (el "nombre-del-padre"). Como consecuencia de la no resolución del complejo de Edipo, las pulsiones primarias del niño no se estructuran, y por lo tanto predominan en su vida anímica. Las pulsiones primarias incontroladas dejan así la imaginación del niño en estado caótico, y dificultan su acceso al mundo real. Lacan emite esta hipótesis como etiología para las psicosis: la forclusión sería el mecanismo específico que las desencadena. Los significantes forcluidos (omitidos) no pueden integrarse en el inconsciente del sujeto, en su orden simbólico, y por lo tanto cuando retornan no lo hacen desde el interior del sujeto, sino desde la propia realidad, en forma de alucinaciones. En palabras de Lacan, "ce qui a été forclos du symbolique réappa-raít dans le réel". Sobre la forclusión véase, de Lacan, "D'une question préliminaire a tout traitement possible de la psycho-se" (en Écrits, 2: 43-102). (Freud había estudiado casi exclusivamente las neurosis, salvo en el "caso Schreber" y en "El hombre de los lobos",
dans psychanalytique", 1949;que reimpr. en Lacan, 1966).l'expérience En este artículo considera Lacan el bebé, por su inmadurez biológica, edifica su yo sobre la imagen de su semejante (el "yo especular"). La formulación lacaniana es, como de costumbre, impactante: "Yo es Otro". El bebé, incapaz aún de coordinar sus movimientos, anticipa imaginativamente el dominio corporal gracias a la imagen del Otro. Esta grata experiencia simboliza la unión perfecta entre lo interior y lo exterior, con anterioridad al uso de la palabra y al conflicto edípico. (La fase del espejo se sitúa dentro de la etapa oral establecida por Freud, entre los 6 y los 18 primeros meses del niño). La imagen especular reproduce la relación madre-hijo, e instaura el "orden imaginario". También señala Lacan en este artículo la relación entre "narcisismo" y "fase del espejo". Volviendo al concepto de el imaginario, éste marca las relaciones que el sujeto establece consigo mismo, con los demás, pon las significaciones y con su ambiente. Desde el punto de Avista de la relación del sujeto consigo mismo (punto de vista intra-subjetivo), el imaginario es el lazo fundamentalmente narcisístico entre el sujeto y su yo. Desde el punto de vista de la relación del sujeto con los demás (punto de vista Ínter-subjetivo), el imaginario supone
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casos donde aborda la psicosis. Jung, por su parte, estudia la psicosis, pero sólo uno de sus tipos: la psicosis esquizofrénica. Con esta teoría, Lacan pretende completar el aborde psicoana-lítico de este campo psicopatológico). La terapia lacaniana, cuando se materializa, busca la "falta" en el sujeto: la carencia, la forclusión. Con todo, la teoría lacaniana, y también la terapia correspondiente, se sitúan más bien en el nivel de los significantes: es un juego lingüístico continuo. Su eficacia real sigue siendo también hipotética. •
El orden imaginario. La fase del espejo. El Otro
una relación dual, fundada sobre la imagen de un semejante (y 49
captada a su vez por ella), con sus consecuencias: atracción erótica, tensión agresiva, etc.) Si existe un "semejante" (otro que soy yo) es porque srcinariamente yo es Otro. Considerando la relación del sujeto con las significaciones, el imaginario supone un tipo de aprehensión semántica en el cual factores como la semejanza y el homeomorfismo desempeñan una función esencial, lo cual implica una especie de sol dadura del significante al significado. Por último, desde el punto de vista de la relación del sujeto con su medio ambiente, el imaginario revela la "pregnancia" de una determinada "Gestalt" (figura, forma) en el desencadenamiento de las conductas. (En este punto Lacan sigue la lección de los grandes etólogos como Lorenz o Tinbergen). 1.4.3. Reformulación de conceptos: el "deseo"
Lacan, ademásciertos de establecer su freudianos propio marco teórico, sesu aplica a enfatizar conceptos o desentrañar significación. Esto sucede, por ejemplo, con el concepto de "deseo" (alem. Wunsch), omnipresente en la teoría analítica de Freud. Por su parte, Lacan lo realza y lo distingue de conceptos próximos, como la "necesidad" -que aspira a algo concreto - y la "demanda" —que se dirige a otra persona y siempre busca, en el fondo, amor-. El deseo nace de la separación entre la necesidad y la demanda. Es más que la necesidad porque no se relaciona con un objeto real sino con la fantasía. Y es más que la demanda porque prescinde del lenguaje y del inconsciente del otro, tendiendo a imponerse y ser reconocido por él. Para el conjunto de la teoría lacaniana, puede verse Joél Dor (1985), Anika Rifflet-Lemaire (1986) y Bice Benvenuto (1986). Para la bibliografía completa de Lacan, Robert Con Davis (1983: 1054-1055). 50
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2.
EL PSICOANÁLISIS Y LA OBRA LITERARIA
2.1. La Literatura y el Psicoanálisis "El psicoanálisis es la única psicología que ha alterado verdaderamente nuestra manera de leer la literatura", afirma el crítico norteamericano Frederick Crews (1975: 4). Por su parte, el también norteamericano Lionel Trilling sostiene que "el efecto de Freud sobre la literatura no ha sido mayor que el efecto de la literatura sobre Freud" (1982: 95). La interconexión entre Literatura y Psicoanálisis comienza con el hecho de que el Psicoanálisis aparece como culminación de la literatura romántica del siglo XIX, y por otra parte el Psicoanálisis es determinante para muchos movimientos literarios del siglo XX: surrealismo, novela experimental (con técnicas como el fluido de conciencia), etc. Es culminación el Psicoanálisis de la literatura romántica del siglo XIX porque la obra de Freud está empapada de cultura germánica, y muy especialmente de literatura. Según H. F. Ellenberger (1986), en el Fausto de Goethe aparecen conceptos 50
que después Freud elaboraría con amplitud: lo inconsciente, la 51
fuerza simbólica del pene, el Eros como fuente de todas las cosas, etc. El propio Freud, por su parte, señala algunas de sus fuentes. Así el filósofo alemán Gustav Theodor Fechner (1801-1887), quien le precede en los conceptos de topografía de la mente, la relación entre instinto destructor y Eros, o el principio de placer/displacer. Además, Freud cita a Schiller a propósito del peligro que entraña la razón analítica para la creación literaria. Por otra parte tenemos lo que podríamos considerar convergencias de Freud con otros pensadores, bien contemporáneos, bien anteriores. Así Schopenhauer señala la importancia extrema de la sexualidad, y también el mecanismo de represión de los deseos sexuales. Schopenhauer es el gran filósofo de la voluntad y del pesimismo, y ambos elementos son básicos en la teoría psicoanalítica: En ella el hombre -como veremos en breve- se siente desgarrado y en tensión entre las exigencias
sexual que reclamaban Shelley, F. Schlegel (Lucinde), George Sand o Ibsen encuentra plasmación teórico-psicológica en la obra de Freud. O el estudio de las inadaptaciones sexuales, que Stendhal plantea. O la ambivalencia humana, expresada por Dostoievski, cuyos personajes se encuentran tan divididos como el aparato psíquico según Freud (división que ha generado el concepto de "dialogismo", de Mijail Bajtín). O el deseo de muerte, presente en Novalis -cuyas fantasías románticobiol ógicas res ultan sorprendentemente psicoanalíticas (Th. Mann, 1981: 46)-. Además, la percepción freudiana de los impulsos perversos y autodestructivos no está lejos de la fascinación ante lo siniestro que sienten Baudelaire, Shelley o Poe. Por último, señalaremos el tema del sueño como segunda vida, que sostienen todos los románticos alemanes (véase Albert Béguin: L 'ame romantique et le revé) y que encuentra su culminación en la obra de Freud. Esta convergencia de Freud con la tradición romántica
contrapuestas del "ello" y del instintual de Schopenhauer, en "super-yo". lucha por el También cambio y lalafilosofía redención, anticipa las teorías freudianas. Freud lo reconoce explícitamente en distintos lugares de su obra; p. ej., en "Las resistencias contra el Psicoanálisis" (1925). Además de estas convergencias, se encuentran otras de Freud con Nietzsche (Thomas Mann, 1981: 46-47). El autor de Así hablaba Zar atus tra anticipó intuiciones freudianas, sobre todo por su coincidencia entre "verdad" y "verdad psicológica". El malestar como instrumento de conocimiento, y la idea de que todo producto elevado debe realizarse desde la enfermedad, hallarán desarrollo adecuado en el Psicoanálisis. Nietzsche escribe con hondura sobre la relación entre lo consciente y lo inconsciente, así como sobre fenómenos anclados en lo instintivo: la regresión, la sublimación, el desplazamiento. Sin embargo, sabemos que Freud no había leído sus obras antes de formular sus propias teorías, con lo cual solamente el "Zeitgeist" (espír itu de época) podría dar cuenta de las coinci dencias. Freud enlaza también con el elemento irracionalista de la tradición romántica. Irracionalismo que se plasma en múltiples manifestaciones y propuestas. Así la creencia en el srcen sexual del arte, defendida por Tieck y Schopenhauer. O la revolución
(germánica europea), enlaza naturalmente también conDiderot sus ne veu de Ra mean de precursores.yPor ejemplo, con Le (1762), -obra que Freud conocía y estimaba-, donde el pensador francés nos cuenta la oposición entre lo oculto de la naturaleza humana y lo visible. O bien con las Confesiones de Rousseau, donde el autor suizo recuerda la turbia sexualidad de su infancia. Además de sintonizar el Psicoanálisis con toda esta tradición sentimental y romántica, lo hace también con las corrientes de pensamiento contemporáneas: el sentido trágico del Psicoanálisis (su amarga visión del hombre, sometido a las presiones de su inconsciente y a la censura del super-yo, amenazado siempre con la ruptura de su precario equilibrio psíquico), encaja perfectamente con el signo trágico y apocalíptico de nuestros tiempos, signo que la Literatura refleja ampliamente. A su vez, el Psicoanálisis es determinante para muchos movimientos literarios del siglo XX. Desde luego, el influjo más claro del Psicoanálisis sobre la obra literaria lo tenemos en la praxis literaria de los surrealistas, con André Bretón a la cabeza. Los surrealistas adoptaron la técnica terapéutica de la asociación libre de ideas para su "escritura automática", como medio que permitiese dejar aflorar directamente al inconsciente, evi-
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tando la obstaculización del consciente y de la sociedad. Bretón y los surrealistas buscaron también, con ello, dotar de carácter científico a su práctica literaria. Transposición de esta misma técnica psicoanalítica de la "asociación libre de ideas" a la creación novelística la tenemos en la técnica narrativa del "fluido de conciencia ", en el cual el escritor intenta imitar la libre y caótica actividad de la ideación inconsciente. (Recordemos, como ejemplo excelso de esta técnica, el último capítulo delUlysses de Joyce). Y, para citar sólo un caso de novelista conocedor del Psicoanálisis y admirador de la teoría freudiana, mencionemos a Thomas Mann, especialmente interesado por la antropología de Freud sobre mitos y prácticas mágicas. Además de estos casos claros de repercusión de una técnica psicoanalítica o de un mundo psicológico sobre procedimientos literarios que caracterizan a determinadas escuelas, movimientos o autores concretos (y, más vagamente, se constituyen en señales de modernidad literaria), encontramos también notables convergencias entre el mundo del Psicoanálisis -sobre
novelas, todos ellos pintan conductas que el Psicoanálisis, como técnica científica, desvelaría. Como testimonio de esta admiración, citemos sólo unas palabras de Freud pertenecientes a El delirio y l os sueños en la "Gradiva" de W Jensen: «los poetas son valiosísimos aliados, cuyo testimonio debe estimarse en alto grado, pues suelen conocer muchas cosas existentes entre el cielo y la tierra y que ni siquiera sospecha nuestra filosofía. En la Psicología, sobre todo, se hallan muy por encima de nosotros los hombres vulgares, pues beben en fuentes que no hemos logrado aún hacer accesibles a la ciencia.» Cuando al cumplir setenta años Freud fue aclamado como "descubridor del inconsciente", él mismo corrigió a quien así le llamaba y rechazó ese título: "Los poetas y los filósofos descubrieron el inconsciente antes que yo. Lo que yo descubrí fue el método científico con el cual se puede estudiar el inconsciente." Meredith Anne Skura (1981: 4) llega a decir que los poetas descubrieron antes que Freud los elementos inconscientes que
todo el con freudianoy mundos literarios contemporáneos. Así Proust, su indagación del tiempo perdido y con su interés por la desviación sexual, nos sitúa en la misma atmósfera freudiana de escarbar en el pasado -sobre todo infantil- y de explorar atentamente la sexualidad en todas sus manifestaciones. Y sin embargo es probable que Proust no hubiera leído a Freud. Lo mismo podemos decir de Eliot en The Waste Land, donde encontramos una especie de indagación psicoanalítica del sueño, sin que haya constancia de que Eliot hubiera conocido a Freud. Por su parte, Kafka exploró las nociones freudia-nas de culpa y castigo, así como los temas del sueño y el temor al padre. Por no alargar mucho la lista de convergencias, digamos sólo que posiblemente James Joyce haya sido el más freudiano de los escritores, con su interés por los temas familiares, por las palabras ambiguas y por los estados crepusculares de la conciencia. Freud siempre profesó enorme admiración por los grandes escritores porque, guiados sólo por su intuición, plasmaron profundidades del espíritu humano. Sófocles en su Edipo rey, por ejempo; o Shakespeare en su Hamlet; o Dostoievski en sus
luego Psicoanálisis Los poetasesos son elementos precursores de Freud,elademás, por su explicitaría. intento de manifestar inconscientes en la textura de una experiencia consciente: "It is not the mere presence or expression of primitive and unconsciously apprehended elements but the attempt to come to terms with them at work into the texture of conscious experience that makes the poets the predecessors of Freud". Según Lacan, Freud derivó su inspiración, su manera de pensar y sus armas técnicas más de la literatura de ficción que de las ciencias. Nosotros no lo creemos así, pero ciertamente, al ser Freud un hombre muy culto y amante de las artes -en la tradición humanista de los médicos-, es lógico que tome la literatura y el arte tanto como puntos de referencia para sus teorías (complejo de Edipo, etc.) como para su confirmación (así su teoría sobre los sueños resulta corroborada por la descripción de sueños que W. Jensen realiza en su Gradiva). Freud es un autor tan importante en nuestra civilización, tan estudiado y comentado, además de tan magnífico escritor, que según Harold Bloom (1981: 211) leemos hoy a Freud no como leemos a Jung o a Rank, a Abraham o a Ferenczi, sino como leemos a Proust o a Joyce, a Valéry o a Stevens.
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A pesar de tener cerca de cien años, la obra de Frcud sigue impregnando nuestra cultura y fecundándola: es constantemente examinada e incluso reinterpretada (como en el caso de Lacan). Además, en palabras nuevamente de Bloom (1981: 212), "Freud es tanto asunto de la crítica literaria como lo es del psicoanálisis". Su intención fue fundar una ciencia, y con ello "nos dejó como legado un canon literario y una disciplina para la curación". Rizando el rizo de la relación entre Literatura y Psicoanálisis, Shoshana Felman ha llegado a escribir: "La Literatura es el inconsciente del Psicoanálisis". No lo creemos así, pero "se non é vero é ben tróvate". De todos modos, la influencia freudiana sobre la literatura y sobre la crítica literaria posterior es inmensa. Bien entendidas sus teorías, o tergiversadas, o deconstruidas, o simplificadas hasta parecer absurdas, la doctrina de Freud forma parte inseparable de nuestra La Teoría y lalaCrítica literaria sabiendas o no, cultura. debe al Psicoanálisis posibilidad deactual, leer losa textos escuchando los significados ambiguos y latentes. 2.2. La Teoría y Crítica literaria psicoanalítica
es decir, partiendo de unos presupuestos propios de una ciencia no literaria (en este caso la "Psicología profunda" —alem. Tiefenpsychologie- o Psicoanálisis), examina la obra literaria para explicarla e interpretarla. Frente a las corrientes "extrínsecas", las llamadas "inmanentes" o "intrínsecas" interpretan la Literatura partiendo exclusivamente de los datos que la obra y su sistema lingüístico-literario ofrecen. Haciendo esto, la Teoría y Crítica de orientación psicoanalítica muestra la obra literaria como producto humano: religado con necesidad teleológica a un inconsciente humano individual -el del escritor-, o al inconsciente humano colectivo, expresando sus "arquetipos". Se apoya la Teoría y Crítica psicoanalítica en el Psicoanálisis, tal como fue codificado por Freud y sus discípulos, y éste le suministra una base desde la cual el estudioso de Literatura reinterpreta la literariedad y sus productos concretos: las obras literarias. La Teoría y Crítica literaria psicoanalítica no sustituye a los demás enfoques existentes en el siglo XX, sino que los complementa. De esta corriente se puede afirmar lo mismo que Charles Mauro n decía de su propio método, la "psicocrítica". Su finalidad es "acrecentar, aunque sea en una pequeña medida, nuestra comprensión de las obras literarias y de su génesis". Y también: "La psicocrítica sabe que es parcial. Quiere integrarse en una crítica total, y no sustituirla" (Des métaphores obsédantes au mythe per-sonnel: 1 y 13).
"La psicología freudiana es la única explicación sistemática de la mente humana que, por su sutileza y complejidad, por su interés y potencia trágica, merece ser colocada aparte de la caótica masa de atisbos psicológicos que la literatura ha acumulado a lo largo de los siglos", afirma Lionel Trilling (1981: 95). Y ello porque la naturaleza humana explorada por la Psicología freudiana es exactamente la misma materia sobre la que el escritor ejercita su arte. De esta fecunda teoría psicológica surgió muy pronto, en la obra del propio fundador del Psicoanálisis y de sus primeros discípulos, una Teoría y Crítica literaria de orientación psicoanalítica. Ésta es, en nuestra opinión, una de las más notables -si bien minoritarias- que ha producido el siglo XX. La corriente teórico-crítica psicoanalítica, como la sociológica, la filosófica o la antropológica, ofrece un enfoque "trascendente" o "extrínseco" de la Literatura (R. Wellek y A. Warren, 1985);
Constituye casi un "topos" en los trabajos sobre Literatura y Psicoanálisis exponer una batería de cautelas y objeciones al enfoque psicoanalítico del fenómeno literario. Podríamos hablar, por ello, de verdaderas "resistencias". Este concepto psicoanalítico significa la oposición que el paciente realiza, mediante palabras y acciones, al acceso a su inconsciente en el curso del análisis, y también se aplica a la actitud contraria a los descubrimientos psicoanalíticos, porque el ser humano siente que se le inflige una "vejación" al mostrarlo tan vulnerable.
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2.3. Objeciones y contra-objeciones al enfoque psicoanalítico de la Literatura
Dada la gran cantidad de "resistencias" que efectivamente el Psicoanálisis suscita entre la gente de Letras (movimiento de atracción-repulsión, en muchos casos), también nosotros comenzaremos exponiendo las principales objeciones, antes de adentrarnos en la exposición de los aportes concretos que el Psicoanálisis ha realizado a la Literatura. 1) Como preámbulo a las resistencias al enfoque psicoanalítico de la Literatura, podemos comenzar diciendo que es fre cuente la oposición a cualquier análisis que se haga de la Litera tura. Muchas personas niegan la posibilidad intelectual de
explicitar el fenómeno estético, que es de índole emotiva. Afirman que ante las formas artísticas sólo cabe el deleite, el sentimiento (como denuncian Wellek y Warren, 1985: 17-18). Según Ernest Jones, el psicoanalista inglés discípulo directo de Freud, el temor inconsciente a que la belleza se desvanezca pare ce atenazar este tipo de pensamiento, para el cual sólo es admi
sible crítica11). como re-creación,que como segunda literatura (E. de Jones,la1976: (Recordemos precisamente esta visión la Crítica como segunda Literatura es una posición bastante difundida en el siglo XX, desde los críticos impresionistas fran ceses hasta Roland Barthes y bastantes deconstructivistas). A esta resistencia general podemos contestar que precisamente nuestra misión de estudiosos -y más aún de teóricos literarios — es traducir a términos intelectuales nuestra experiencia de la Literatura. Y que una comprensión int electual del fenómeno estético no sólo no debe anular nuestro goce humano sino acrecentarlo. 2) Resistencia de los escritores al análisis psicológico. Otro problema pa ra el enfoq ue crítico psicoanalítico de las obras literarias reside en sus propios creadores. Exceptuando algunos casos aislados, la mayoría de los literatos se niega a urgar en su interior o a dejarse urgar. Muchos temen que, si hacen desapa recer sus conflictos internos, desaparezca también su creativi dad. Otros temen llegar a conocer sus interioridades, no muy bellas, o que éstas sean conocidas por su público. Frente a esos temores, a menudo inconscientes, se alzan "racionalizaciones", es decir, aparentes razones que sirven para acallar, antes sí mis mos y ante los demás, las verdaderas razones profundas: que la 58
autoexploración es pérdida de tiempo y de dinero, que es negativa, que es engañosa, etc. En cambio, una de las convicciones más firmes y sostenidas a lo largo de los siglos es el carácter imperioso de la "inspiración". Ésta es percibida por los e scritores como algo externo a ellos que llega hasta su interior, por lo cual suelen atribuirle un carácter numinoso: divino o demónico —y cuya personificación, durante la época grecolatina, son las musas-. El escritor considera uno de sus más preciados bienes la inspiración, esa fuente última de su escritura. Y no repara en la incongruencia existente entre negarse a la exploración de su inconsciente y creer en la inspiración. Para el Psicoanálisis, la inspiración radica precisamente en el inconsciente. 3) Enfoque supuestamente reductor. Más específicamente, se ha reprochado a la Teoría y Crítica psicoanalítica el presentar un "enfoque reductor" del hecho literario, encerrando la Lite ratura en un estrecho sistema -casi enEluna y quitándole riqueza, altura estética. casojerga másininteligibleclaro de este reduccionismo es el de algunos autores - psicoanalistas "patógrafos" e incluso críticos literarios- que abordan una obra para encontrar en ella síntomas de los problemas psíquicos de su autor, como si la obra fuera un caso clínico. Sin embargo, realizados inteligente y respetuosamente estos análisis que conectan la biografía y la patología de un escritor con su obra, no deben ser descartados, pues informan de modo suplementario sobre el autor y las motivaciones profundas de su obra. Este material es digno de ser tenido en cuenta por la Crítica literaria, exactamente igual que otros datos de tipo histórico: vicisitudes de la vida del autor, contexto cultural y sociopolítico, etc. Por otra parte, la Teoría y Crítica psicoanalítica son mucho más que eso. Dentro de ella encontramos estudios tan complexivos, tan respetuosos con el hecho literario y tan iluminadores para la obra y su autor, como los de Charles Mauron o Didier Anzieu. 4) La Crítica psicoanalítica estudia fundamentalmente los temas y motivos literarios. Éste es, sin duda, uno de los puntos fuertes en el enfoque psicoanalítico de la Literatura. "La litera tura son escritos de motivos y acerca de motivos, y el psicoaná59
lisis es la única teoría complexiva de motivos que la humanidad ha inventado", afirma Frederick Crews (1975: 4). Las obras literarias expresan conflictos emocionales, y además de los temas manifiestos contienen temas latentes, cuyo efecto sobre los lectores puede ser subliminal. El Psicoanálisis es la única teoría que nos ofrece una visión de las preocupaciones internas del escritor, y al mismo tiempo una explicación dinámica de cómo la obra de arte es recibida por el lector. Todo esto viene vehiculado, en el nivel textual, por la temática profunda de la obra (su "contenido latente", podríamos decir con palabras de Freud). El interés de Freud por el significado latente del arte (y su correlación con los sueños, mitos, cuentos populares, obras literarias, etc.) nos proveyó de evidencias paradescifrar en las obras literarias las fantasías primordiales de la Humanidad. Y también nos ilustró acerca de las distintas técnicas (condensación, desplazamiento, simbolismo, etc.) que enmascaran y expresan al mismo tiempo esas fantasías. Sin embargo, esta vasta teoría de temas y motivos no es aceptada fácilmente por los propios escritores y por una buena parte de la Crítica, que prefiere atenerse, en el texto, a lo que Freud llamó "contenido manifiesto". 5) Supuesta incapacidad para explicar la "forma" artística. Muchos de los que aceptan que el Psicoanálisis sea una gran teorización sobre temas y motivos del ser humano, le reprochan sin embargo el que se limite al estudio de los temas en Literatura, y sea incapaz de abordar los problemas de forma y estilo. Por nuestra parte, creemos que el Psicoanálisis es también es una teoría capaz de explicar la "forma", el estilo y la retórica del texto. Como explicaremos en un capítulo próximo, Freud estudia los "mecanismos" del inconsciente humano. Estos "mecanismos" actúan no sólo en los sueños (campo en que él los descubrió) y en numerosos actos de la vida cotidiana, sino también en la creatividad literaria y artística. El examen de estos procedimientos nos permite estudiar el estilo de un autor. Así, Janine Chasseguet-Smirgel, por ejemplo, llega a explicar el estilo de Robbe-Grillet partiendo del concepto de "relación objeta l"; o, en el área española, quien escribe estas páginas estudia el estilo 60
narrativo de Rosa Chacel partiendo de los mecanismos básicos de la personalidad obsesiva (el "aislamiento" y la "anulación retroactiva"). Kenneth Burke y Simón O. Lesser han prestado especial atención también a los aspectos formales, no sólo como ayuda a la percepción, sino como vehículo de placer, que incluye el placer de reducir las ansiedades suscitadas por los otros aspectos de la obra. Una variante de este reproche es que el Psicoanálisis ha olvidado el estudio primordial en Literatura, que es la estructura retórica de los textos (Peter Brooks, 1987: 334). Bien es verdad que este mismo autor, partiendo del trabajo de Freud "El poeta y la fantasía" propone una lectura "retórica" psicoanalítica de la Literatura. Y también es cierto que precisamente una de las líneas más pujantes de la Teoría literaria psicoanalítica es la llamada "Retórica del inconsciente" (Jakobson, Lacan, Barend van Heusden, 1984, etc). El Psicoanálisis —se afirma — no realiza valoraciones estéticas de la6)Literatura.También se ha reprochado a la Crítica psicoana
lítica el fallar en la valoración de una obra literaria (p. ej., Irvin Howes, 1958; o Lionel Trilling, 1981). En rigor, su misión pri mera no es evaluar, pronunciarse sobre el valor literario especí fico. En lo cual coincide con una gran cantidad de corrientes críticas del siglo XX (New Criticism, Formalismos, Crítica semiológica, etc.): para estas corrientes, lo importante en la Crítica es explicar un texto, hacerlo comprensible, no que el crítico emita su particular juicio de valor. Sin embargo, aunque la Crítica psicoanalítica no tenga como finalidad la valoración de las cualidades literarias del texto, la Teoría literaria psicoanalítica sí que establece el criterio fundamental para la valoración, como veremos más adelante: la "identificación", la coincidencia entre el inconsciente del autor y el del lector por medio del texto. Con esta teoría, el Psicoanálisis se convierte en la única corriente contemporánea que explicita psicológicamente el fundamento de la valoración.
7) El texto literario es "cerrado", mientras la terapia psicoana lítica exige bidireccionalidad en la comunicación. Otra objeción
bastante extendida contra la Crítica literaria psicoanalítica es la 61
siguiente: A diferencia de la relación "psicoanalista-paciente", basada en el diálogo y en la retroalimentación comunicativa, el crítico literario psicoanalista se enfrenta con un texto cerrado, que no puede ofrecer las introspecciones continuas y subsiguientes del autor. Desde luego, el crítico literario psicoanalíti-co no contará, en su enfrentarse al texto, con la riqueza comunicativa de la relación terapéutica, ni tendrá la certidumbre en los resultados de su análisis. (Las demás formas de Crítica tampoco la tienen). De todos modos, la carencia de "feedback" o retroalimentación comunicativa puede ser compensada en el estudio literario por otra clase de retroalimentación: La obra total del autor, que anula el concepto de "texto cerrado". El autor, en alguna parte de su obra total, contiene la información suficiente para prolongar el "diálogo" con el texto, para confirmar o invalidar las hipótesis sucesivas. Así, la aparente carencia de desarrollo, de linealidad y de futuro, queda compensada mediante la abundancia de pasado plasmado en textos. Por otra parte, el crítico dispone de otros puntos de referencia paraliterarios (biográficos, documentales, epistolares, etc.) que le permiten confirmar o invalidar sus hipótesis textuales. F. Crews (1975: 15) afirma esto mismo: "Un análisis de las imágenes o de un tema repetido, llevado a cabo con discreción, puede suplir para el crítico parte d e lo que el analista práctico puede recoger más fiablemente de las asociaciones de su paciente." También André Green (1982) aporta argumentos en esta misma dirección. 8) El Psicoanálisis es un método de curación psicópata lógica, por tanto sería erróne a su aplicación a la Literatura. El Psico análisis considera al escritor como un neurótico. Otra de las obje-
ciones más usuales es que las investigaciones psicoanalíticas aplicadas a la Literatura están viciadas por su srcen en el estudio de lo "anormal" o patológico. Esta objeción se desvanece cuando se sabe que los síntomas neuróticos proceden de las dificultades primordiales y conflictos de cualquier psique, y que la neurosis es sólo un intento entre otros de resolverlos. Además, los rasgos de personalidad y las peculiaridades de la gente "normal", de naturaleza "defensiva" siempre, proceden exactamente de la misma fuente que los síntomas neurótic os. 62
Está bastante difundida la idea, supuestamente psicoanalí-tica, de que toda creatividad procede de la neurosis de su autor. En realidad Freud nunca dijo eso. Afirmó el carácter "regres ivo" de la creatividad y la neurosis, pero señaló la importante diferencia de que mientras el artista "encuentra el camino de retorno" a la realidad a través de su obra, que es valorada so-cialmente, el neurótico sólo produce síntomas asoc iales. La aproximación entre creación y anormalidad es muy anterior al surgimiento del Psicoanálisis (se remonta a Platón y los pensadores griegos). Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que en realidad el Psicoanálisis ha combatido esta larga creencia. 9) Es difícil conjuntar el campo de la Literatura y el del Psicoanálisis. Por último, nos detendremos en el mayor proble-
ma real que presenta el enfoque psicocrítico: pocos críticos literarios son psicoanalistas (o tienen conocimientos suficientemente de Psicoanálisis), psicoanalistas poseen grandesamplios conocimientos en lasy pocos disciplinas literarias. La compar-timentación de los estudios y la brevedad de la vida humana favorece este estado de cosas. Ello invalida parcialmente bastantes de los escritos en este campo, pero no nos parece, en realidad, un escollo insalvable. La dificultad de este campo interdis-ciplinario es ciertamente grande, pero eso sólo debe inducirnos a la prudencia y al trabajo encarnizado en ambos campos. Exactamente igual que en otras ramas interdisciplinarias. Tras haber ofrecido un repaso a los principales problemas con los que se enfrenta la Teoría y Crítica literaria psicoanalíti-ca, pensamos que lo razonable es adoptar una posición tan lejana del dogmatismo como del ataque cerrado: Esta corriente es muy importante en nuestro siglo, cuenta con notables logros, y ya ha enriquecido la interpretación de las obras literarias. Por otra parte, creemos que el Psicoanálisis se ha convertido ya en un bien común de la cultura occidental: sus materiales impregnan la obra de una buena parte de teóricos y críticos excelentes. Además, no constituye un campo cerrado, sino plural y todavía susceptible de desarrollo, abierto a futuros hallazgos. La Crítica literaria psicoanalítica no tiene como misión decir la última palabra sobre la literariedad del texto -aunque también puede hacer muy interesantes observaciones en el 63
nivel de la textualictad-. Su misión primera es explicarlo, y muy especialmente en cuanto a sugénesis y a su sentido. Sólo la Psicología analítica (o Psicoanálisis) permite conectar de manera eficaz a la obra con su autor. Aislar a la obra de su creador impone límites artificiales a nuestra comprensión del texto. Los diversos Formalismos han puesto de moda -entre 1915 y 1975 aproximadamente- la consideración exclusiva de la textualidad como objeto de estudio literario. Esto, que en sí mismo ha sido tan positivo para la Teoría y para la Crítica literarias, no lo ha sido en cuanto que el estudio del texto era considerado "excluyente" del estudio del autor y del lector. En palabras de F. Crews (1975: 67), existe una "fantasía común entre los escritores, el deseo de que el arte pueda ser auto-procreado, auto-nutrido, auto-referencial, purificado de sus actuales orígenes (...); y esto no es menos común entre los críticos." Pero los dos polos complementarios del texto literario, el autor y el lector, básicos en un enfoque semiótico-pragmáti-co, vuelven a ser revalorizados por la Teoría y la Crítica literaria de las últimas décadas (Estética de la recepción, Semiótica literaria, Deconstrucción, etc.), con lo cual la corriente literaria psicoanalítica vuelve a recuperar, por pleno derecho, el terreno que los Formalismos le habían disputado. Un texto literario no es algo terminado en sí mismo, independiente de la personalidad del creador. En palabras de André Green (1982: 41-42), "¿sería posible no establecer ninguna relación entre el hombre y su creación? ¿Con qué fuerza se nutriría ésta, sino con aquéllas que operan en el creador?" Una Crítica literaria precisa atiende a los valores del texto, pero también a la génesis de esos valores. El público suele creer que las ideas del libro han surgido de una pieza en la pluma del autor, olvidando todas las elaboraciones de elementos sencillos y cotidianos que hay detrás; y sobre todo olvidando todo el material inconsciente. En definitiva, el Psicoanálisis revela los motivos más oscuros de la acción humana y del deseo, y suministra una técnica para penetrar en las regiones más ocultas de la mente. De ahí la utilidad de esta "Psicología profunda" para la Literatura. 64
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3. FUNDAMENTACIÓN DE LA LITERATURA SEGÚN EL PSICOANÁLISIS
3.1. Fundamentos psicológicos de la Literatura El mayor atractivo de la Teoría literaria psicoanalítica es, para nosotros, el ofrecer una explicación psicoló gica de los mecanismos que se ponen en marcha en el proceso literario, en todas sus fases: tanto en lo que concierne al autor, como en lo relativo al propio texto, y en lo que atañe al lector (o espectador). El Psicoanálisis no enuncia esta teoría de manera aislada y unitaria, sino que lo hace mediante observaciones parciales, al hilo de otros problemas que preocupaban prioritariamente a Freud y sus discípulos. Además, en diversos lugares de su obra, Freud afirma que los problemas de la creación literaria y artística están aún pendientes de resolución psicológica. Esta modestia obedece al hecho de que nunca se planteó específicamente esa problemática, como acabamos de decir. También esa modestia ha engañado a muchos lectores, que han tomado al pie de la letra sus declaraciones. Por nuestra parte, creemos que lo que ha dejado Freud es tan importante, que constituye una
Teoría literaria bastante completa y coherente. Su indagación nos resulta preciosa, confirmándonos que el funcionamiento del espíritu humano es el mismo en todas sus actividades creativas. Con posterioridad a la obra de Freud, una importante cantidad de psicoanalistas se han inclinado de manera unitaria sobre los procesos de la creatividad literaria (p. ej., E. Kris, 1952, y D, Anzieu, 1981). Examinamos detenidamente esta teorización en nuestro libro recientemente aparecido, Psicoanálisis de la experiencia literaria(1994). En el presente, vamos a centrar esta teorización en los trabajos de los psicoanalistas fundacionales: Freud sobre todo; Jung y Lacan de modo secundario. En "El interés del Psicoanálisis para la Estética" (1913), afirma Freud que la mayoría de los problemas de la creación y el goce artístico están pendientes aún de resolución psicoanalítica, ya que el arte forma parte del "complicado edificio" que forman las"compensaciones de los humanos deseos ".El arte (y la literatura dentro de él) como formación del deseo y como compensación de frustraciones internas, ésta es la idea de fondo de toda la teoría freudiana sobre la creatividad. Los mecanismos básicos de la creatividad artística y poética, Freud los encuentra en procesos aparentemente muy dispares, como los sueños, el ingenio y los síntomas psiconeuróticos. Esos procesos están íntimamente relacionados con la "realización de deseos inconscientes", con la "fantasía", con la "represión", con la "reviviscencia de recuerdos infantiles" ("retorno de lo reprimido") y con la vida psicosexual del individuo (Jones, 1976: 14). En las páginas siguientes vamos a examinar ese conjunto de operaciones psíquicas que confluyen en el hecho literario. 3.2. Mecanismo psíquico que srcina la actividad literaria: la sublimación Entre los mecanismos de defensa hemos mencionado, en capítulo anterior, uno que aquí cobra particular relevancia: la sublimación. Ésta es el proceso -a la vez económico y dinámi-
ligadas de la sexualidad, pero cuyo srcen y fuerza, en última instancia, residen en la pulsión sexual. (Recordemos que la libido o energía sexual es, según Freud, la pulsión que crea la vida en todas sus formas). La sublimación transforma, pues, la pulsión sexual en una fuerza no sexual que se orienta hacia actividades humanas consideradas socialmente superiores. Entre ellas cita Freud la actividad artística y la investigación intelectual. En "La moral sexual "cultural" y la nerviosidad moderna" (1908), afirma Freud que nuestra cultura descansa totalmente en la coerción de los instintos. El instinto sexual pone a disposición de la labor cultural grandes cantidades de energía, pues posee en grado sumo la peculiaridad de poder desplazar su fin sin perder su intensidad. Esta posibilidad de cambiar el fin sexual primitivo por otro, no ya sexual, pero psíquicamente afín al primero, es lo que se llama capacidad de sublimación. Así pues, el mecanismo defensivo del yo que es la sublimación juega un papel social extremadamente relevante. La mayoría de las conquistas humanas le son adjudicables. Freud vuelve a subrayarlo en "Las resistencias contra el Psicoanálisis" (1925). Afirma que, cuando el Psicoanálisis se aplicó a la vida psíquica normal, mostró que los mismos componentes sexua les, desviados de sus fines sexuales más directos a otros más lejanos, constituyen los más importantes aportes a las obras culturales del individuo y de la comunidad. Dentro de la teoría tópica freudiana, la sublimación cae bajo el imperio del super-yo, pues es la responsable de las ejecuciones humanas más elevadas y socialmente estimables. 3.3. Exteriorización del inconsciente: la fantasía El concepto de fantasía -realización imaginaria y deformada de un deseo del sujeto- es una de las piedras angulares de la Teoría literaria psicoanalítica, por lo cual vamos a detenernos un poco en su clarificación. En español, la palabra "fantasía" es empleada fundamentalmente en dos acepciones: 1) Como capacidad del espíritu humano para crear imágenes -en este sentido unos la consideran sinónimo de
co- que da cuenta de actividades humanas aparentemente des66
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"imaginación" y otros, como los tomistas o como Coleridge, piensan que ambas son netamente distintas-. 2) Como producto o resultado de esa capacidad imaginante -sinónimo de "ensueño" o "sueño diurno"-. Es en este segundo sentido como suele utilizarla el Psicoanálisis. La palabra española "fantasía" (o bien el "ensueño") nos parece la mejor traducción de la alemana "Phantasie". No obs tante, en numerosos libros pseudopsicoanalíticos circula, para este concepto, la palabra "fantasma", procedente del francés "fantasme", por galicismo fonético. "Fantasma" es, además, una de las palabras más populares en boca de escritores y gente leída: "el escritor y sus fantasmas", "mis fantasmas infantiles", etc. Lamentamos que la palabra alemana "Phantasie" (fr. fantasme) haya pasado a designar un espectro (francés “fantôme ” ). Volviendo al concepto freudiano de la "fantasía", ésta realiza de modo imaginario y deformado un deseo del sujeto, que puede ser tanto consciente como inconsciente. De ahí que Susan Isaacs, en The Nature and Function of Phantasy (1948 y 1950) proponga dos grafías distintas: "fantasy" para el ensueño consciente, y "phantasy" para el ensueño inconsciente. Siguiéndola, Charles Mauron escribe "phantasme" para designar la fantasía inconsciente, y "fantasme" para la consciente. En español, que sepamos nosotros, nadie ha usado, hasta la fecha, la doble grafía (phantasía / fantasía). "El poeta y la fantasía" (parte IV dePsicoanálisis aplicado, 1908) es uno de los más importantes trabajos freudianos sobre Teoría literaria. Tal vez resultaría más clarificante si se hubiera traducido su título como "El literato y la ensoñación", puesto que, por una parte, la palabra alemana "der Dichter" no significa exactamente igual que la nuestra "poeta" -que apunta claramente hacia un género concreto, la Lírica-, sino que señala al creador literario en general, como en griego. Y por otra parte la palabra "fantasía" es al menos, como acabamos de indicar, bisémica, ya que apunta tanto a la facultad generadora de fantasías como al propio producto de esa facultad. De todos modos, como se ha extendido ya entre nosotros esta traducción, la seguiremos manteniendo para no crear con-
En "El poeta y la fantasía" comienza Freud con la paladina afirmación de que los conocimientos teórico-literarios no conducen, al hombre no-escritor, hacia la creación. Freud está convencido de que "el máximo conocimiento de las condiciones de la elección de tema poético y de la esencia del arte poético no habría de contribuir en lo más mínimo a hacernos poetas." Señala que los profanos de la Literatura -entre los que él se cuenta- sienten desde siempre una vivísima curiosidad por saber de dónde extrae sus temas el literato, personalidad singularísima, y también por saber "cómo logra conmovernos con ellos [los temas] tan intensamente y despertar en nosotros emociones de las que ni siquiera nos juzgábamos capaces". Esa curiosidad resulta exacerbada por el hecho de que el propio literato, cuando es interrogado sobre esta materia, no sabe responder, o lo hace insatisfactorialmente. Buscando en el ser humano "una actividad afín en algún modo a la composición poética", encuentra Freud el juego en el niño y la fantasía (la ensoñación) en el adulto. La fantasía (o ensueño) constituye un mundo separado del real y controlado por el sujeto, igual que el juego infantil. Además, la fantasía tiene una función compensatoria de las frustraciones de la vida. (También en "La novela familiar del neurótico" vuelve Freud sobre este punto: los ensueños diurnos "sirven a la realización de deseos y a la rectificación de las experiencias cotidianas"). La fantasía está tejida con "el hilo del deseo". La fantasía en el ser humano—no sólo en el literato— flota en tres tiempos: parte de una impresión actual para recordar algo pretérito, infantil, en que su deseo se satisfizo, y desde ahí va hacia el futuro, donde lo imagina realizado. Así el "hilo del deseo" engarza presente, pasado y futuro. Por ejemplo: Un joven huérfano que va a pedir trabajo imagina que ya tiene colocación, se casa con la hija del dueño y rehace el hogar que perdió. Precisamente por su proximidad a la carencia o necesidad del sujeto -interpretamos nosotros- el adulto se avergüenza de sus fantasías. Freud piensa que se avergüenza porque sabe que debe actuar y no soñar; y además porque sus fantasías tienen aire pueril e ilícito (deseos inconfesables). Salvo los enfermos mentales, que sí hablan de sus fantasías, los adultos no lo hacen. Las
fusiones. 68
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fantasías, pues, pertenecen a la zona más secreta de la persona: resultan tan desagradables para los demás como agradables para el sujeto. La exagerada actividad fantasística, a juicio de Freud, no es buena: la multiplicación y exacerbación de las fantasías propician la aparición de neurosis e incluso de psicosis. Las fantasías humanas satisfacen imaginativamente dos tipos de deseos: los ambiciosos y los eróticos. Con frecuencia se entrecruzan ambos: un hombre joven puede desear ser rico y poderos o para ofrecer el mundo a su amad a. A diferencia del resto de los mortales, que guardan sus fantasías para sí mismos, el creador literario es un tipo especial de persona que si comunica sus fantasías a los demás, y encima consigue la aprobación social mediante ellas. Estas fantasías son la materia misma de su producción artística, convenientemente alejadas de su fuente pulsional. En definitiva, en este trabajo Freud formula la hipótesis de que "la poesía, como el sueño diurno, es la continuación y el sustitutivo de los juegos infantiles". Y también la de que la investigación sobre la fantasía remite directamente a "la elección del tema poético". En "El interés del psicoanálisis para la Estética" vuelve Freud de modo sintético sobre el asunto de la fantasía. Señala que, para que se convierta en arte, la realización de fantasías que supone la obra artística necesita una "transformación que mitiga lo repulsivo de tales deseos, encubre el srcen personal de los mismos y ofrece a los demás atractivas primas de placer, ateniéndose a normas estéticas". Dentro del amplio movimiento psicoanalítico, la rama que más ha elaborado sobre la fantasía ha sido la "escuela inglesa" de Melanie Klein. Conviene destacar, para el tema que nos ocupa, el libro Dream, Phantasy andArt, de la artista y psicoanalista inglesa Hanna Segal (1991). Y dentro de la Teoría y Crítica literaria de base psicoanalítica, el de Meredith Anne Skura The Literary Use ofthe Psychoanalytic Process(1981), cuyo capítulo 3, "Literature as Fantasy: Psychic Function" (pp. 58-124) abórdalas implicaciones de los ensueños y los deseos en el texto literario. (Nótese cómo la doble grafía“fantasy”/ “phantasy" —para las fantasías conscientes e inconscientes, respectivamente- se ha generalizado en la bibliografía anglófona). 70
3.4. La ilusión El tema de la "ficcionalidad" constituye, hoy en día, centro de importantísim os debates en la Teoría literaria. La "ficcionalidad" es contemplada en Psicoanálisis bajo el nombre de "ilusión". La "ilusión" se da en diferentes dominios del psiquismo humano; entre ellos el mundo a rtístico. En el citado trabajo "El interés del psicoanálisis para la Estética" afirma Freud que el arte es "un dominio intermedio entre la realidad, que nos niega el cumplimiento de nuestros deseos, y el mundo de la fantasía, que nos procura su satisfacción". En este dominio conserva toda su energía la aspiración a la omnipotencia que tiene la Humanidad primitiva. El arte es realidad convencionalmente reconocida, en la cual, y merced a la ilusión artística, pueden los símbolos y los productos sustit utivos provo car afec tos reales. En "Personajes psicopáticos en el teatro" (1904), y a propósito de la "catarsis" en el espectador -sobre la cual volveremos luego—, Freud señala la gran importancia que en el goce artístico tiene la ilusión (la ficcionalidad). El espectador vive las proezas del héroe sin tener que padecer sus sufrimientos en la realidad. «De ahí que su goce dependa de una ilusión, pues presupone la atenuación de su sufrimiento merced a la certeza de que, en primer término, es otro, y no él, quien actúa y sufre en la escena, y en segundo lugar, trátase sólo de una ficción que nunca podría llegar a amenazar su seguridad personal.»
De manera más desarrollada, la "escuela inglesa" de Ernest Jones y Melanie Klein elabora el concepto de "ilusión". 3.5. El símbolo El "simbolismo" (alem. Symbolik) es el modo de representación indirecta y figurada de una idea, o de un conflicto, o de un deseo inconsciente. En definitiva, cualquier "formación sustitutiva" en el espíritu humano es simbólica. Así, el sueño y el síntoma son expresión "simbólica" del deseo o bien del con71
flicto defensivo del sujeto; expresión que además de indirecta y figurada es más o menos hermética. El simbolismo también es un modo de representación caracterizado por la relación constante entre el símbolo y lo simbolizado (inconsciente). Esa relación constante aparece tanto en el individuo como en el conjunto de personas, y también en las áreas culturales del hombre: mito, religión, lengua je, folclore. En este segundo sentido, el simbolismo designa la relación entre el contenido "manifiesto" de un comportamiento, pensamiento o palabra, y su sentido "latente" inconsciente. Así, el simbolismo recubre todas las formas de representación indirecta: desplazamiento, condensación, sobredeterminación, figuración, etc. Desde el momento en que un comportamiento tiene dos significados solapados (el que se expresa y el que se enmascara), puede ser calificado como simbólico.
dad a partir de esa realidad irreal. Así pues, tanto el desarrollo del yo como la relación con la realidad dependerán del grado de capacidad que tenga el yo, en una etapa muy temprana, para tolerar la presión de las primeras situaciones de a ngustia. "Una cantidad suficiente de angustia es una base necesaria para la abundante formación de símbolos y de fantasías". Además, el yo tiene que poseer una capacidad adecuada para tolerar la angustia, para que ésta pueda ser satisfactoriamente elaborada y dominada. La existencia de un modo de expresión simbólico común a las más diversas culturas e individuos, es lo que ha conducido a Jung a preconizar la existencia del "inconsciente colectivo".
Ambosy sentidos la palabra "simbolismo" se Jones encuentran en Freud, han sidodepuestos de relieve por Ernest en simbolizado, subraya Jones. La palabra "símbolo" es muy abundante en los escritos psicoa nalíticos , com enza ndo por los de su fun dador. Con todo, ha sido la "escuela inglesa" (Jones, Klein, Winnicott, Milner, etc.) la que más ha elaborado este tema. Melanie Klein, en "La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo" (Klein, 1975: 208-221), afirma que "el simbolism o no sólo constit uye el fundamen to de toda fantasía y sublimación, sino que sobre él se construye también la relación del sujeto con el mundo exterior y con la realidad en general." Sobre la génesis de la simbolización, esta autora aporta una interesante teoría: la angustia primaria sería la fuente de fantasías y simbolismos. "La primera realidad del niño es totalmente fantástica; está rodeado de objetos que le causan angustia". El bebé que llega al mundo solamente percibe su propia corporalidad, su propio ámbito, y especialmente sus necesidades. Cuando empieza a aprehender el mundo exterior, éste aparece como fantástico para el niñito, ya que carece de experiencia para poderlo asimilar. Progresivamente, a medida que va evolu cionando, el bebé establece una verdadera relación con la reali-
A nuestro entender, el mecanismo psicológico básico en la Literatura es el "retorno de lo reprimido" (en alemán Wieder-kehr —o Rückkehr— des Verdrángten). Es el proceso mediante el cual los elementos reprimidos, que han sido suprimidos del consciente por la represión, pero en realidad no están eliminados, sino latentes en el inconsciente, tienden a reaparecer. Dada la constante actuación de la "censura", reaparecerán no en su forma propia, sino de manera deformada, bajo la apariencia de una "formación de compromiso". Es decir: bajo la apariencia de elementos capaces de ser admitidos por el consciente, defo rmados por los "mecanismos de defensa" hasta volverse irreconocibles para el consciente. Las principales formaciones de compromiso descritas por Freud son el síntoma y el sueño, pero también cabe añadir la obra artística y todas las producciones del inconsciente. Su nombre de "formación de compromiso" procede de que esas representaciones satisfacen al mismo tiempo tanto el deseo inconsciente como la exigencia de las defensas. Dicho en otros términos: los contenidos inconscientes son indestructibles, por lo cual intentan constantemente aflorar a la conciencia por distintos caminos y bajo distintos disfraces ("derivados del inconsciente"): en forma de sueños, de síntomas, de asociaciones, de fantasías, etc.
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The Theory of Symbolism (1961). Sólo lo reprimido puede ser
3.6. El retorno de lo reprimido. La formación de compromiso
Este retorno de lo reprimido (y las "formaciones de compromiso" subsiguientes) se producen, según Freud, bajo la presión de ciertas condiciones: refuerzo de la pulsión por acontecimientos que evocan el material reprimido, y debilitamiento de la "catexia contraria". Por otra parte, el retorno de lo reprimido se sirve, para aflorar, de los mecanismos habituales de manifestación que tiene el inconsciente: condensación, desplazamiento, inversión o transformación en lo contrario, etc. Las experiencias tempranas del niño dejan más huella que las posteriores, según la teoría analítica. Además, son más limitadas en cuanto a su naturaleza, pues se reducen al ámbito familiar. Más adelante, cuando un hombre reacciona con fuerza ante una situación, está influido por las experiencias previas. Las experiencias frescas, incluso nuevas, son asimiladas por la mente inconsciente a las antiguas. De modo que la respuesta corriente siempre está compuesta parcialmente por la respuesta a la actual situación, y parcialmente por las respuestas a situaciones antiguas, inconscientemente sentidas como similares (Jones, 1949: 18). Así el escritor da respuesta en su escritura tanto a sus preocupaciones como a sus traumas pasados. tante es unaactuales gran "formación de compromiso" entreElel libro mate-resulrial reprimido, que retorna, y las exigencias de su consciente. El mismo Freud parece aludir a este "retorno de lo reprimido" como srcen de la actividad artística. En "El interés del Psicoanálisis para la Estética" (1913) afirma que hay conexión entre las "impresiones infantiles y los destinos del artista y sus obras, como reacciones a tales impulsos". Dentro de la gran cantidad de libros que abordan la relación entre Psicoanálisis y Literatura, son pocos los que tienen en cuenta la importancia de la "formación de compromiso". El que más destacadamente la considera es Francesco Orlando, en Per una teoria freudiana della letteratura. Entiende "il ritorno del represso" como "la manifestazione lingüistica dell'inconscio" (1987: 9), con lo cual efectivamente la obra literaria es un vasto "ritorno del represso"1. 1 No estamos de acuerdo, sin embargo, con algunas acepciones que este sintagma tiene para Orlando: "ritorno del represso come presenza di contenuti censurati dalla repressione sociale che grava sul sesso" y "ritorno del represso come presenza di contenuti censurati da una repressione ideologico-politica" (Orlando, 1987: 27)
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3.7. La forma artística, "placer preliminar" La teoría freudiana de la Literatura, muy centrada en la "finalidad", tiene en el concepto de "placer" uno de sus puntos fuertes. Aunque más adelante tratemos de modo más amplio del placer en el escritor y en el lector, vamos a abordar ahora este "placer preliminar" que es la forma artística para el lector. Cuando se critica al Psicoanálisis como inútil para el aborde de la Literatura por ser una "teoría de los motivos" pero no una teoría de la forma, se está olvidando precisamente una breve pero importante observación que hace Freud en "El poeta y la fantasía". Preguntándose el psiquiatra vienes cómo consigue emocionarnos el poeta, afirma que esto es "su más íntimo secreto": la técnica de hacer caer las barreras entre su yo (que nos repelería en principio, igual que si oyéramos las fantasías de un cualquiera) y nuestro yo. En estoreside "la verdaderaarspoética ". Sin embargo Freud no se resigna a dejar confortablemente en la nebulosa ese "ars poética", ese "secreto" del escritor. Su creatividad indagatoria le lleva a levantar el velo del secreto, y así encuentra que dos literaria elementos técnicos responsables de la fascinación que hay la obra ejerce en nosotros. Por una parte, el literato realiza una serie de "modificaciones y ocultaciones " que mitigan el carácter egoísta del ensueño o fantasía. Y por otra parte, "ríos soborna con el placer puramente f ormal, o sea estético, que nos ofrece la exposición de sus fantasías". «A tal placer, que nos es ofrecido para facilitar con él la génesis de un placer mayor, procedente de fuentes psíquicas más hondas, lo designaremos con los nombres de prima de atracción o placer preliminar. A mi juicio, todo el placer estético que el poeta nos procura entraña este carácter de placer preliminar.»
El literato, revistiendo sus fantasías con el "placer preliminar" (o "prima de atracción") que procura la forma artística, oculta su srcen personal, y logra que sus lectores las acepten como imágenes de la realidad. Haciendo esto, permite a sus lectores acceder a "un placer mayor, procedente de fuentes psíquicas más hondas": a sus propias pulsiones inconscientes. Este elemento del "placer preliminar", que resulta algo enigmático en una primera lectura, ha sido elaborado por Peter 75
Brooks en "The Idea of a Psychoanalytic Literary Criticism" (1987). A Brooks, el concepto de "Vorlust" o "placer preliminar" le sugiere toda una retórica de avance y retroceso hacia una meta, una zona formal de juego que es al mismo tiempo autónoma y dirigida hacia un fin, capaz de desviaciones y movimientos recursivos. Es toda una "erótica de la forma" ("a whole erotics of form") que incluye el retraso y avance en la dinámica textual (la creación del "espacio dilatorio" que Barthes había proclamado en S/Z como esencia del medio textual). Su descarga hacia el fin está perversamente retrasada, según Brooks. Incluso el "placer preliminar" implica la posibilidad de fetichismo, la desviación del fin propio hacia otro sustituto o simulacro. Precisamente esta mistificación es el objetivo de una buena parte de la literatura, e incluye las posibilidades de exhibicionismo y voyerismo, centrales en los textos literarios y desde luego en sus lectores. El principio literario, tan conocido por el New Criticism, de que l os buenos p oemas contienen un máximo de textura irónica en estructuras frágiles, y el de la transformación de los elementos claros en ambiguos, aseguran que toda la literatura es de naturaleza esencialmente perversa. Y, lo más importante para Brooks, es que este concepto de "placer preliminar" posibilita una Estética formalista: «the notion of forepleasure as it is advanced by Freud implies the possibility of a formalist aesthetics -one that can be extended to the properly rhetoric field- that speaks to the erotic, which is to say the dynamic, dimensions of form: form as some-thing that is not inert but part of a process that unfolds and develops as texts are activated through the reading process.»
El concepto freudiano de "placer preliminar", para Brooks, posibilita un "neoformalist psychoanalytic criticism". 3.8. La Literatura, creaci ón de un mundo propio y completo En el Psicoanálisis freudiano el problema de la naturaleza del arte aparece inextricablemente unido al de su finalidad. Por 76
eso en el ya citado trabajo "El interés del Psicoanálisis para la Estética" (parte F de Múltiple interés del Psicoanálisis, 1913), afirma Freud que el arte es un dominio intermedio entre la realidad, que nos niega el cumplimiento de nuestros deseos, y el mundo de la fantasía, que nos procura su satisfacción. Esta importante afirmación del arte como dominio intermedio entre realidad y fantasía (que podríamos poner en relación tanto con la moderna teoría de la "ficcionalidad" como con la aristotélica de la "verosimilitud"), aparece en el breve trabajo que nos ocupa sumergida en el problema, más importante para Freud, depara qué sirve el arte. También en "El poeta y la fantasía" (1908) aborda este mismo tema, relacionando la actividad literaria con el juego infantil. Al igual que el niño se crea en el juego su propio mundo, que él distingue muy bien de la realidad, también el literato crea y controla su mundo de imaginación. El juego infantil es la actividad que más se asemeja a la actividad literaria en el adulto: ambas crean mundos que están separados de la realidad pero no desconectados de ella. El fantasear, la ensoñación, es la actividad del adulto que sustituye al juego infantil, en la evolución humana. Por otra parte, también distinguirá Freud, en otros trabajos, la creación de mundos del escritor y la creación de mundos del enfermo neurótico: En el caso del escritor, éste domina su mundo: siempre encuentra "el camino de retorno" hasta la realidad, mientras el neurótico se siente dominado por sus producciones mentales, hasta el punto de confundirlas con la realidad. (Este tema es otro de los de candente actualidad en la Teoría literaria actual: lacreación de mundospor parte del escritor. Cfr. T. Albaladejo, 1986 y 1992). Y en esta creación de mundos que es la Literatura, el Psicoanálisis explicita numerosos interrogantes que el lector, como lector y como ser humano, se plantea. De hecho, el enriquecimiento de las relaciones entre Literatura y vida real es para nosotros el aporte fundamental del Psicoanálisis a la Literatura: que da respuestas -a veces totales, a veces parciales- a numerosos problemas que atañen a la relación entre Literatura y vida. (Por eso dijo Freud que la curación era sólo una de las múltiples aplicaciones del Psicoanálisis). 77
La Literatura presenta ante el lector imágenes del mundo, o, como dice un libro reciente, ofrece "modelos de vida y respuestas a preguntas que se hace el hombre sobre su ser, su conducta, los esquemas sociales, etc." (M. C. Bobes, 1993: 91). A su vez, el Psicoanálisis explicita los móviles profundos de los comportamientos humanos, y también los móviles de los personajes literarios, enriqueciéndonos con iluminaciones sobre el ser del hombre y sobre los textos concretos. 78
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4.
FUNCIONAMIENTO DEL INCONSCIENTE EN LA LITERATURA Y EN EL SUEÑO
4.1. El inconsciente individual: los mecanismos del sueño y los procedimientos literarios El estudio que el Psicoanálisis realiza sobre el soñar nos parece perfectamente extrapolable a la Literatura. Si en el capítulo anterior prestábamos atención a la "fantasía" como actividad imaginativa común a todos los hombres y depurada en la obra literaria, vamos a contemplar en éste latécnica mediante la cual la fantasía del literato se transforma en producto socialmente aceptado y digno incluso de toda admiración. En definitiva, el "ars poética" del creador, por emplear la misma expresión de Freud en "El poetay la fantasía". Precisamente en este artículo, filón inagotable de sugerencias, encontramos una aproximación entre la fantasía, el sueño y el lenguaje. Asegura Freud que las fantasías y los sueños están relacionados: los sueños expresan fantasías, como la interpretación onírica muestra. Y añade: "El lenguaje, con su sabiduría insuperable, ha resuelto hace ya mucho tiempo la cuestión de la esencia de los sueños, dando también este mismo nombre a las creaciones de los que fantasean". 78
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La bisemia de la palabra "sueño" (fantasía de deseo y producto del dormir) revela, para Freud, "la esencia de los sueños". Y con ella, la esencia de la Literatura. 4.1.1. Contenido latente y contenido manifiesto
El Psicoanálisis comienza propiamente -decíamos- con La interpretación de los sueños(1900). En este libro Freud, oponiéndose a la creencia positivista de su época, que consideraba a los sueños como desatinos, se alinea con la mentalidad de los pueblos pr imitivos y tambié n la de l os poetas, afirma ndo que los sueños tienen una finalidad y un sentido. El sueño revela lo más íntimo y oculto del soñante. De hecho, no soñamos con cualquier cosa, sino sólo con aquello que ha atraído nuestro "afecto", nuestras emociones. Por eso los sueños son una especie de "sustitutivos" del conglomerado de pensamientos más significativos y emotivos para el soñant e. El análisis de muchos sueños infantiles conduce a Freud primero hasta la conclusión de que el sueño es una sustitución de deseos reprimidos durante la vigilia.Además, los sueños están conectados con algún suceso de ella. Todos los sueños infantiles realizan deseos estimulados durante el día y no cumplidos. Por ello son simples y abiertas realizaciones de deseos del niño. Su segundo rasgo más destacado es su conexión con la vida diurna. Son "restos del día", de la víspera habitualmente, que han poseído una intensa acentuación afectiva. De todas formas, el contenido del sueño es mucho más breve que el suceso de la vigilia que lo srcinó (el "estímulo provocador del sueño"). En los adultos, el análisis de los sueños es habitualmente más complicado que en los niños, ya que la "realización de deseos" no aparece tan clara. Los sueños de los adultos "detrás de la realización de deseos deben de esconder algún otro sentido". Ese "otro sentido" esla expresión del inconsciente.Las pulsiones inconscientes y sus posibles manifestaciones han sido "reprimidas" por el yo, no sólo durante la vigilia sino también durante el sueño. Esto implica que, si se expresara directamente el inconsciente, sería inaceptable para la conciencia del dur 80
miente y se despertaría. El inconsciente entonces, para poder seguir manteniendo el sueño y al mismo tiempo expresarse, manifiesta sus contenidos, pero disfrazándolos.
De este contraste entre lo q ue el sueño dice aparentemente y lo que en realidad quiere decir, extrae Freud una distinción fundamental: la de "contenido manifiesto" y "contenido latente". El sueño, tal y como aparece en nuestro recuerdo, es el "contenido manifiesto", y el material inconsciente de ese sueño, que aflora durante las sesiones de psicoanálisis, es el "contenido latente". (Como se puede observar, esta oposición "contenido manifiesto" / "contenido latente" va a pasar a ser fundamental también en Crítica literaria -el "genotexto" / "fenotext o" de Julia Kristeva, por ejemplo- e incluso en Lingüística -la "estructura profun da" / "estruct ura superficial" de la Gramátic a generati va-). La distinción entre contenido latente y contenido manifiesto es la piedra angular de la Hermenéutica psicoanalítica, tanto en la terapia como en la Crítica literaria. Continuando con su aplicación a los sueños, esta distinción conduce a Freud a plantearse, en primer lugar, cuál es el proceso psíquico que ha transformado el contenido latente en el manifiesto. Denomina a ese proceso de conversión elaboración del sueño ("Traumarbeit": literalmente, "trabajo del sueño"), y, por el contrario, denomina análisis a la labor de transformación del contenido manifiesto en el latente, o indagación del contenido latente del sueño. En segundo lugar, se plantea Freud qué motivo o motivos son los que han hecho necesaria esa traducción del contenido latente al manifiesto. En términos generales, es la censura del yo lo que motiva que el sueño disfrace sus contenidos inconscientes. El "disfraz" del inconsciente —la distancia entre contenido manifiesto y latente-, según su mayor o menor opacidad, divide a los sueños en tres tipos: 1) Los sueños comprensibles, dotados de un "sentido" y capaces de ser integrados en nuestra vida psíquica. Son muy frecuentes, generalmente breves, y no despiertan nuestra atención porque no nos asombran. 81
2) Los sueños que, aunque son coherentes y poseen un sentido claro, nos causan extrañeza porque no sabemos cómo incluir su sentido en nuestra vida psíquica. 3) Los sueños que ni tienen sentido ni son comprensibles. Aparecen comoincoherentes, embrollados y faltos de sentido. La inmensa mayoría de nuestros sueños pertenecen a este último tipo. Son ellos los que motivan nuestro jui cio despectivo general sobre los sueños.
procedentes de las diversas cadenas asociativas. Freud describe la condensación como uno de los principales mecanismos no sólo de los sueños, sino también de los chistes y los actos fallidos ("lapsus linguae", "lapsus calami", olvidos, errores de lectura, etc.) Esto último lo expresa enPsicopatología de la vida cotidiana (1901) y El chiste y su relación con lo inconsciente (1905). Trasvasando este concepto a la Teoría literaria, pensamos que la condensación da cuenta de la "densidad", característica
del lenguaje poético señalada por el Formalismo ruso. La obra literaria es "densa" fundamentalmente porque concentra en una superficie textual breve una gran cantidad de sentidos, que el lector y el crítico pueden explicitar. Lacan, Jakobson y otros autores ha prestado atención a la condensación, considerándola uno de los mecanismos más importantes del lenguaje poético. Por nuestra parte, también creemos que actúa en la formación de metáforas (y figuras próximas), así como de equívocos (y figuras asociadas). La metáfora, el equívoco y sus figuras afines son el producto o resultado de la actividad condensadora (densificación) del espíritu humano. Por todo esto (densidad, figuras como el símbolo, la metáfora y el equívoco), la condensación es un mecanismo de primer orden en la Teoría literaria. La condensación motiva que todos y cada uno de los elementos del contenido del sueño estén entrelazados mediante hilos asociativos que parten en dos o más direcciones. Y motiva también que las situaciones que aparecen en el sueño manifiesto estén compuestas por dos o más impresiones o sucesos. Esta interrelación es posible porque la condensación integra uno o varios elementos comunesa todos los componentes. Y esos elementos comunes hacen que, donde el análisis encuentra una impresión que puede resolverse mediante la eleccción alternativa de dos elementos (o el elemento A o el elemento B), deba sustituirse, para la interpretación, tal alternativa por una agregación (el elemento A y el elemento B). En aquellos casos en que las ideas latentes carecen de esos elementos comunes, la elaboración del sueño los creará, para hacer posible la representación común en el contenido manifiesto. La "condensación" del sueño explica también la creación de "personas colectivas y mixtas", así como los productos híbridos. (Para trasvasar este mecanismo al mundo de la cultura, pensemos en la Mitología, y en la formación de seres como centauros, sirenas, la Esfinge o la Medusa). Se crean esas "personas compuestas" mediante varios procedimientos: tomando rasgos de dos o más diferentes y atribuyéndoselos a una sola, o bien dándole la figura de una y pensando en nuestro sueño en el nombre de la otra, o todavía represen-
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4.1.2. Condensación
Decíamos que la "elaboración del sueño" (o "trabajo del sueño", o "disfraz"), es el proceso por el cual un contenido latente, inconsciente y censurado, se convierte en contenido manifiesto, aceptable para el yo del soñante. Y decíamos también que el proceso contrario, el hallazgo del contenido latente que subyace en el entre manifiesto, "análisis". del proceso comunicativo soñantees yel analista (o Dentro psicoanalista), la "elaboración del sueño", así como su manifestación, corresponde al soñante, mientras el "análisis" es la tarea del analista. En este disfraz del sueño (o "elaboración"), el primer mecanismo desfigurante es la "condensación" ("Verdichtung"): la reducción enorme del material latente, plasmado en alguna imagen o algún breve fragmento del material manifiesto. La condensación es la primera responsable de la incoherencia del sueño. Comparando el número de elementos del contenido manifiesto con el número de elementos del latente, se observa esa magna compresión o "condensación" de materiales. La condensación incluye, en una representación única, varias cadenas asociativas, en cuya intersección esa representación se encuentra. Resulta así cargada con energías que se le añaden,
tándonos exactamente la imagen de un determinado individuo, pero colocándolo en una situación de la que otro fue protagonista. En cualquier caso, lo significativo es la síntesis de varias personas en una, pues revela un lazo de unión entre ellas: el soñante las tiene afectivamente asociadas. 4.1.3. Sobredeterminación
Al hilo del estudio de la condensación, y dentro todavía de este primer gran mecanismo desfigurador del sueño, Freud señala uno de sus rasgos, que a nuestro entender es fundamental para el estudio de lo literario: la "Sobredeterminación" (o "superdeterminación", o "determinación múltiple"). Este mecanismo hace que una formación psíquica -imagen, idea, sueño, etc.- sea la resultante de diversas causas concomitantes, cada una de las cuales por sí misma puede explicarla. La formación, así, nos remite a en múltiples elementos inconscientes, quedepueden organizarse secuencias significativas distintas, las cuales cada una posee su propia coherencia en su nivel de interpretación. Afirma Freud que buena parte de lo que hemos llegado a conocer sobre la condensación del sueño se puede resumir en esta fórmula:Cada uno de los elementos del contenido del sueño está "sobredeterminado " por el material de las ideas del sueño.
Tiene su antecedente no en un solo elemento de las ideas del sueño, sino en toda una serie de elementos, que no tienen que estar necesariamente muy próximos unos a otros dentro del contenido latente. ¿No nos está explicando Freud con estas palabras la "pluri-semia" (o "polisemia", o "ambigüedad") de la obra literaria, producto de su "condensación" (o "densidad")? El propio Freud extrae las consecuencias para la Literatura de este mecanismo de la Sobredeterminaciónen la parte 6 de La interpretación de los sueños, cuando escribe a propósito de la génesis de Hamlet: «Del mismo modo que el sueño y en general todo síntoma neurótico es susceptible de una superinterpretación e incluso precisa de ella para su completa inteligencia, así también toda ver84
dadera creación poética debe de haber surgido de más de un motivo y un impulso en el alma del poeta y permitir, por tanto, más de una interpretación.»
Obsérvese cómo el psiquiatra vienés pone ya en relación "Sobredeterminación" y "sobreinterpretación" (o "interpretación múltiple") por parte del lector. Más adelante, al tratar del lector, elaboraremos el concepto de "superinterpretación" o sobreinterpretación. Los teóricos de la Literatura -incluso los de orientación psicoanalítica - apena s h an prestado atención a e ste meca nismo de la Sobredeterminación, tan esencial en la obra literaria. Una excepción es Harold Bloom (1981: 213-213), quien resalta que Freud habla del proceso primario (sistema inconsciente) como marcado por un "wandering-of-meaning". En esa constante condición de vagabundeo que tiene el significado -nos dice Bloom-, éste resulta determinado multiformemente, e incluso "sobre-determinado", lo cual ha sido explicado por Lacan de manera interesante con la imagen de un palimpsesto, en el cual un significado se escribe encima de otro. 4.1.4. Dramatización
También al hilo de la "condensación", y enlazado con ella, menciona Freud otro importantísimo elemento del sueño: la "dramatización" o transformación de una idea en una situación dramática. Dicho de otro modo, en el sueño las ideas, para lograr su manifestación, adoptan la forma de una fábula con personajes en conflicto. Para el fundador del Psicoanálisis, esta "transformación de una idea en una situación" es "el carácter más importante y peculiar de la elaboración del sueño", juntamente con la condensación. Creemos que la "dramatización" da cuenta tanto de las fábulas que el sueño nos plantea, como de los productos literarios concretos, cuyo modo de representación es la mimesis directa. En ambos tipos de manifestación el inconsciente exterioriza su problema y/o su deseo mediante figuras en conflicto que actúan en un ambiente dado. Si bien en el sueño el producto dramático es totalmente obra del inconsciente, mientras 85
el producto literario es inconscient e en su raíz y consciente en su elaboración. 4.1.5. Desplazamiento
El otro gran mecanismo desfigurador que junto con la condensación estudia el psiquiatra vienes en La inte rpretación de los sueños es el "desplazamiento". Lo estudia en segundo lugar, pero en cuanto a capacidad desfiguradora, señala Freud, es el primero: "Ningún otro proceso contribuye tanto a ocultar el sentido del sueño y a hacer irreconocible la conexión entre el contenido manifiesto y las ideas latentes". Y también: "Cuanto más oscuro y confuso es un sueño, más participación debe atribuirse en su formación al factor desplazamiento. " El "desplazamiento" es la operación psíquica que traslada el interés o la intensidad desde una representación hasta otra. En las neurosis y en el análisis de los sueños juega un papel muy importante. El desplazamiento es, así, un fenómeno "económico": la energía de la catexia se aparta de una representación y se desliza mediante vías asociativas hasta otra. En La interpretación de los sueños Freud describe el desplazamiento ("Traumverschiebung") de este modo: "Durante la elaboración del sueño, pasa la intensidad psíquica desde las ideas y representaciones, a las que pertenece justificadamente, a otras que, a mi juicio, no tienen derecho alguno a tal acentuación". Señala también diversas características del desplazamiento: 1) Lo que en el contenido manifiesto del sueño aparece como esencial y ampliamente dramatizado, se reduce tras el análisis a un elemento muy secundario. 2) Al desvelar el contenido latente, vemos que lo más impor tante apenas aparecía en el contenido manifiesto, o se reducía a una lejana alusión. 3) La intensidad psíquica se transforma, así como la capa cidad de afecto de las ideas. Al igual que la condensación, el desplazamiento ha atraído a muchos estudiosos de Literatura (a diferencia de la dramati-zación y la figurabilidad, que han pasado inadvertidas).
Román Jakobson, en su artículo "Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia", pone en relación el desplazamiento con uno de los principales tropos: la metonimia. Conexiona por una parte "desplazamiento" con "metonimia" basándose en la relación de contigüidad que ambos presentan, y por otra parte conexiona "simbolismo" con "metáfora", dada la relación de semejanza que subyace en ambos. Por su parte, Jacques Lacan perfila psicoanalíticamente esta idea jakobsoniana, confirmando la relación entre "desplazamiento" y "metonimia", pero relacionando la "condensación" con la "metáfora". Autores como Benveniste y Mauron, así como otros posteriores, atraídos por el auge actual de la Neorretórica, se han ocupado de estos procedimientos, que suelen ser conocidos como "retórica del sueño". Por nuestra parte, consideramos que el desplazamiento, además de dar cuenta de la metonimia y de otras figuras retóricas con las cuales no ha sido aún relacionado (p. ej., la ironía), es el responsable en Literatura de lo que llamaremos la "remodelación temática' (la transformación de recuerdos y vivencias personales del autor en material narrativo desfigurado). 4.1.6. Figurabilidad.Fragmentación
Mucho menos difundido que los dos grandes mecanismos desfiguradores del sueño (condensación y desplazamiento), los cuales engloban a su vez otros en la teoría freudiana (sobrede-terminación, dramatización), se encuentra el tercer mecanismo que Freud detectó en el soñar: la "disposición visual del material psíquico" o "figurabilidad" (alem. Rücksicht auf Darstell-barkeit). El contenido del sueño —observa Freud-está compuesto casi siempre por situaciones visuales. De ahí que las primeras ideas latentes se muestren "representadas simbólicamente por medio de comparaciones y metáforas, como en un lenguaje poético" (1, VI). La representación visual del sueño está, pues, ligada al carácter simbólico y metafórico de esas representaciones. Habitualmente, esos contenidos latentes son recuerdos de sucesos impresion antes, que datan a menudo de la m ás tem87
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prana infancia, y que han sido percibidos por e l sujeto como sucesos exteriores, y por lo tanto comosituaciones visuales. Esos elementos reposan entre las ideas latentes del sujeto, y siempre que pueden ejercen presión sobre sus sueños, concretamente sobre la configuración de los contenidos del sueño. Actúan pues como "núcleo de cristalización" sobre el material de las ideas latentes. La "disposición visual del material psíquico" (que denominaremos "figurabilidad" para mayor rapidez), y su carácter metafórico, nos evoca, en Teoría de la Literatura, el concepto de "correlato objetivo" enunciado por T. S. Eliot. Para este autor, "la única manera de expresar una emoción en forma de arte es encontrar un "correlato objetivo"; en otras palabras, una serie de objetos, una situación, una cadena de acontecimientos que pueda constituir la fórmula para expresa r esa emoción concre ta" (R. Wellek, 1988: 313). Obsérvese la clara naturaleza metafórica del objeto correlativo, con relación a la emoción srcinaria, y el carácter igualmente metafórico de la figurabilidad. Por otra parte, obsérvese la exteriorización en imagen visual, tanto
cena anécdotas, frases, ocurrencias múltiples. Son elementos procedentes de tiempos diversos, de varias fuentes. El novelista los guarda porque le parecen singulares, atractivos para él y para su lector ideal. De ellos, una buena cantidad ingresan, como piezas de un puzzle, en la composición de su nueva novela. Encajan perfectamente en ella, como si fueran ocurrencias al hilo de la escritura. La "fragmentación", la aparición en el contenido manifiesto del sueño de elementos del contenido latente no transformados, pero sí comprimidos y desplazados, nos muestra su aplicabilidad a la Literatura, por ser procedimiento general del espíritu humano.
del objeto correlativo como de la figurabilidad. En nuestra opinión, la teoría del correlato objetivo (o del objeto correlativo, como también puede ser llamada) es otra formulación, independiente en su o rigen pero conver gente en su contenido, de la "figurabilidad" freudiana. Ligado a la "figurabilidad" se encuentra otro rasgo que Freud menciona de pasada, pero que nos parece del mayor interés: su fragmentación o presentación fragmentada: "el contenido del sueño no consta exclusivamente de situaciones, sino que encierra fragmentos inconexos de cuadros visuales, discursos y hasta trozos de ideas no transformados". Pensamos que la fragmentación del sueño -casi siempre ligada a la figurabilidad, aunque no necesariamente adscribible a este registro sensorial- es otro de los procedimientos desfiguradores del sueño. En palabras de Freud: "sufre este material psíquico [latente] una compresión que lo condensa; una fragmentación y un desplazamie nto interno, que crea nuevas superficies [manifie stas]". Creemos que también este procedimiento tiene amplia aplicación en la creación literaria. Pensemos en la composición de una novela, por ejemplo. El novelista habitualmente alma-
"lógica del sueño", para simplificar la expresión. La ma yoría de estas "relaciones lógicas" que Freud enumera son también aplicables a la creación literaria y a la creación retórica:
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4.1.7. Lógica del sueño
Al hilo de la figurabilidad, menciona rápidamente Freud las principales "relaciones lógicas entre las ideas latentes". Personalmente creemos que también podrían ser denominadas
1) La analogía, que es "comunidad o coincidencia" entre las ideas que pasan a amalgamarse en una nueva unidad mediante la "condensación". (Recordamos, en Retórica y en Literatura, todas las figuras y tropos basados en la analogía: símil, metáfora, metonimia, símbolo, perífra sis, etc.) 2) La inversión o transformación en el contrario. Hace que en el sueño esté representado un mismo y único ele mento justo por su contrario. (También en Retórica y Literatura tenemos un conjunto de procedimientos que recurren a este mecanismo: p. ej., todos los tipos de iro nía: disimulación, simulación, antífrasis, sarcasmo). En el mismo libro que nos sirve de guía, La interpretaci ón de los sueños, en los apéndices escritos por el discípulo predilecto de Freud, Ot to Rank (pa rtes 8 y 9), este últi mo, citando palabras de Strindberg, relaciona la "pre sentación de algo mediante su contrario" o "inversión"
con la figura retórica de la "antífrasis": "Por esta razón -afirma Strindberg- debemos interpretar muchas veces los sueños mediante una inversión, o sea por antífrasis". 3) La inexistencia de alternativa: Cuando en el sueño apare ce una alternativa (esto o aquello), el análisis del sueño tiene que traducir una agregación (esto y aquello). (En poesía, estas falsas alternativas -agregaciones, en reali dad- son frecuentes. Recordemos el conocido título La destrucción o el amor, de Aleixandre: la destrucción que es amor). 4) La anteposición del efecto a la causa. En el hilo narrativo del sueño, el primer trozo corresponde a la consecuencia y el final del mismo al antecedente. (En Retórica y en Narratología hablamos de "prolepsis"). 4.1.8. Fachada del sueño (elaboración secundaria)
Por último, el cuarto gran mecanismo que transforma el contenido latente en contenido manifiesto es la "fachada" u ordenación "a posteriori" del sueñopara que éste aparezca con
recibe así una especie de fachada, que de todos modos no cubre por completo el contenido, y sufre al mismo tiempo una primera interpretación provisional que es apoyada por intercalaciones y ligeras variantes", señala Freud. Esta especie de "primera interpretación" no siempre aparece. Cuando lo hace, percibimos los sueños como "bien compuestos"; cuando no, los percibimos como "confusos y embrollados". En el análisis, hay que descartar esa falsa lógica de la "fachada", aunque no totalmente: A menudo la fachada utiliza "sueños diurnos" (ensueños o "fantasías optativas"): repetición y transformación de escenas infantiles, que en realidad son el núcleo verdadero del sueño. Pero en todo caso, el analista ha de restablecer la lógica verdadera de los contenidos latentes mediante el análisis. Por otra parte -añadimos por nuestra cuenta- esa "fachada" o primera interpretación que el soñante realiza inconscientemente sobre su propio sueño, nos muestra la necesidad del hombre de otorgar sentido a sus creaciones:su necesidad de interpreta r toda reali dad que se le prese nta. Lo que actualmente han reivindicado teóricos de la Literatura como Barthes o Eco, y filósofos como Gadamer.
una cierta cohesión lógica ante el soñante, en un intento del inconsciente porque el sueño resulte comprensible. Freud llama también a esta fachada "elaboración secundaria" ("se-kundáre Bearbeitung"). Podríamos considerarla como reelaboración del material onírico para que aparezca ante el soñante en forma de escenas relativamente comprensibles. La fachada o elaboración secundaria es un segundo tiempo en el trabajo del sueño. Se superpone a los productos ya elaborados por los otros mecanismos (condensación, desplazamiento, figurabilidad). Sin embargo, no actúa después de ellos, sino al mismo tiempo: como una influencia inductora y selectiva sobre el fondo de los pensamientos oníricos. En realidad, la fachada o elaboración secundaria puede hacerlo porque es un efecto de la "censura ". Actúa por eso preferentemente cuando el sujeto se aproxima al estado de vigilia -en los sueños últimos de cada noche-, y especialmente "a posteriori", cuando el sujeto relata su sueño. En su función de ordenar los componentes oníricos de modo que formen una totalidad, una composición, el sueño se
Pensamos que todos estos "mecanismos del espíritu humano" en realidad podríamos también llamarlos "mecanismos del funcionamiento de la imaginación inconsciente", ya que actúan tanto en los sueños -donde Freud los localizó- como en la Literatura, en la asociación de ideas, en la creatividad y en los demás productos de la imaginación inconsciente. No sabríamos, pues, ponderar la importancia que tiene para nosotros, teóricos de la Literatura, el hecho de que el Psicoanálisis haya detectado y explicitado estos procedimientos básicos del Imaginario. Lacan, en su Discours de Rome (1953), difundió con gran eco en Francia la idea freudiana de que las fantasías son siempre transformación de estructuras profundas en superficiales, como los síntomas, y atrajo la atención sobre los principales
amolda a una "primera interpretación" inconsciente. "El sueño 90
mecanismos del sueño: la condensación y el desplazamiento. 91
4.2. Conclusión: mecanismos del Imaginario
Lionel Trilling, en "Freud and Literature" (1940; reed. 1950) afirma: "Psychoanalysis is a science of tropes, of meta-phor and its variants, synecdoche and metonymy". Esperamos haber mostrado en este capítulo no sólo que esto es cierto, sino que en realidad Trilling se quedó corto en su apreciación. Como también en su idea de que la Psicología freudiana y los trabajos sobre Literatura son "paralelos". En nuestra opinión son paralelos porque en realidad son dos manifestaciones de un mismo inconsciente humano, en su dimensión d e Imaginario. Harold Bloom, en "Freud and the Poetic Sublime" (1981: 216), afirma: "Freud's rhetoric of the psyche, as codified by Anna Freud in The Ego and the Mechanism ofDefense (1946), is as comprehensive a system of tropes as Western theory has devised". Recordemos que los mecanismos de defensa descritos por Anna Freud son diez: repr esi ón, regr esión , formac ión reactiva, aislamiento, anulación retroactiva, proyección, intro-yección, repliegue sobre sí, transformación en lo contrario y sublimación. Si a ellos añadimos nosotros los mecanismos des-figuradores del sueño, tanto los ycuatro básicos (condensación, desplazamiento, figurabilidad elaboración secundaria) como los asociados (sobredeterminación, dramatización, fragmentación, lógica del sueño), más la importante distinción entre contenido latente y contenido manifiesto, tendremos, sin duda alguna, el sistema de tropos (y de figuras) más completo que la Teoría literaria occidental ha contemplado.
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