ÁLVARO OSPINA RAMÍREZ LUIS ANTONIO CASTIBÁÑEZ
LOS DIVIDENDOS DE LA MENTIRA EL
PROYECTO HISTÓRICO-ESTRATÉGICO DEL NARCOTERRORISMO EN COLOMBIA SEGUNDA EDICIÓN REVISADA Y AMPLIADA
ESTA OBRA SE REALIZÓ CON EL APOYO DE LA ASOCIACIÓN
Bogotá D.C., 2002
LOS DIVIDENDOS DE LA MENTIRA © ÁLVARO OSPINA RAMÍREZ, LUIS ANTONIO CASTIBÁÑEZ Primera edición: 15 de abril del 2000 en los talleres de impresión LITO MUNDO, Valledupar. Ejemplares 1000. Segunda edición revisada y ampliada: Noviembre del 2002. Ejemplares 2500. Queda prohibida toda reproducción por cualquier medio sin previa autorización escrita de los autores. Esta obra se realizó con el apoyo de la Asociación Sembrar Colombia. Edición: Universidad Sergio Arboldea. La Universidad existe para difundir el conocimiento, y su primordial misión es contribuir a la difusión de los temas que son relevantes para la sociedad. La Universidad Sergio Arboleda actúa como editor en ésta y en otras obras; las publicaciones que haga no comprometen a la Institución y los contenidos de ellas son de exclusiva responsabilidad de sus autores.
Bogotá, D.C. ISBN: 958-8200-05-9
A Colombia Nación que se está extraviando en los intrincados laberintos del odio, el dolor y la destrucción...
AGRADECIMIENTOS Queremos expresarles nuestros más sinceros agradecimientos a todas aquellas personas que directa e indirectamente han colaborado para que esta obra quede plasmada, sin mayores pretensiones literarias, como mensaje benéfico para el futuro de la sociedad y de sus instituciones legales y legítimas.
TABLA DE CONTENIDO PRÓLOGO......................................................................................................IX INTRODUCCIÓN.............................................................................................XV CAPÍTULO I ORÍGENES DE LAS ORGANIZACIONES SUBVERSIVAS...................................1 SOCIALISMO, SINDICALISMO Y COMUNISMO...........................................................3 UNA CLASE POLÍTICA COMPROMETIDA................................................................18 LA VIOLENCIA DE LOS AÑOS 50........................................................................23 EL PAPEL DE LAS FUERZAS MILITARES................................................................31 AUTODEFENSAS POPULARES - REGULARES DE MASAS Y ZONAS AGRARIAS...............35 LA REGIÓN DE MARQUETALIA (1959-1961)......................................................39 EL "BLOQUE SUR" (1962)...............................................................................44 EL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL: GÉNESIS, DECLIVE Y REPUNTE...............47 CULTIVOS ILÍCITOS Y FORTALECIMIENTO DE LOS GRUPOS DE JUSTICIA PRIVADA.......61 FACTORES GENERADORES DE VIOLENCIA............................................................81 AGENTES GENERADORES DE VIOLENCIA.............................................................89 ACTORES GENERADORES DE VIOLENCIA.............................................................92
CAPÍTULO II CONSOLIDACIÓN DE LAS GUERRILLAS.......................................................95 EL "PLAN LAZO": LA JUSTICIA SOCIAL COMO PROPÓSITO NACIONAL.....................97 PRIMERA CONFERENCIA DE LAS FARC CON PARTICIPACIÓN DE JACOBO ARENAS (1964)..................................................................................99 SEGUNDA CONFERENCIA DE LAS FARC EN UNIÓN DEL DÉCIMO CONGRESO DEL PCC (1966)............................................................................................102 DIVISIÓN INTERNA DE LAS FARC....................................................................107 TERCERA CONFERENCIA DE LAS FARC (1969)................................................111 CUARTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1971).................................................112 EL SURGIMIENTO DEL MOVIMIENTO 19 DE ABRIL (1974).................................113 QUINTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1974).................................................116 EL SURGIMIENTO DE LA UNIÓN NACIONAL OBRERA (1974).............................117 SEXTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1976)...................................................119
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CAPITULO III PLANTEAMIENTO DE LA ESTRATEGIA SUBVERSIVA................................123 SÉPTIMA CONFERENCIA DE LAS FARC (1982)................................................123 EL PLENUM DE 1983.......................................................................................133 LA UNIÓN PATRIÓTICA: LAS FARC-EP BUSCAN REPRESENTACIÓN POLÍTICA......134 LA COORDINADORA GUERRILLERA SIMÓN BOLÍVAR (1987)................................137 PLENUM AMPLIADO DE LAS FARC-EP (1989)...............................................141 LA TOMA DEL SANTUARIO DE "CASA VERDE" (1990).....................................147 DECIMOSEXTO CONGRESO DEL PCC (1991)..................................................150 OCTAVA CONFERENCIA DE LAS FARC-EP (1993)...........................................152 EL NUEVO PLAN POLÍTICO MILITAR DE LAS FARC-EP (1993 – 1999).............192 PLENO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP 2000 (DOCUMENTO)..206
CAPÍTULO IV PANORAMA ACTUAL..................................................................................217 LA NUEVA ESTRATEGIA DE PAZ..........................................................................217 REFLEXIONES FINALES....................................................................................221
BIBLIOGRAFÍA...........................................................................................237
PRÓLOGO
Hoy el mundo se ha hecho más pequeño gracias a internet y a las incidencias de la globalización, fenómeno que permite apreciar más nítidamente tanto las corrientes o tendencias que mueven el planeta como los intereses que las motivan. Organizaciones internacionales que fomentan el terror figuran detrás de casi todos los movimientos contestatarios armados, sin importar qué tan apartados se encuentren geográficamente unas de otros. Los vasos comunicantes del terrorismo son múltiples y generan una gran hermandad de asesinos, violadores de las normas del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos mismos. Los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 demostraron que el terrorismo tiene un tronco común y una sola raíz que planifica estrategias y sostiene logísticamente los movimientos terroristas en el mundo entero: todos ellos emplean los mismos mecanismos, que ya se han convertido en discurso propio, de la bomba, de la masacre, del secuestro y el magnicidio, y que, además de su desarrollo a gran escala y su intensidad, demuestran una inigualable persistencia en el tiempo. Para los analistas, lo sucedido en Estados Unidos presagia la tan temida Tercera Guerra Mundial y la única medida para evitarlo yace en "la contención de las conspiraciones globales, (que) se dirigirá primeramente contra los gobiernos nacionales particulares y operará, ante todo, dentro de las naciones-estados, también particulares"1. 1
SCHLESINGER Jr., Arthur. "E.U. recuerda Pearl Harbor, pero no el 'Maine'". En: Lecturas Dominicales de El Tiempo, Bogotá, septiembre 8 de 2002, p. 1.
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Paralelamente, los artífices del terror han emprendido una gran campaña propagandística que les sirve para encubrir sus actos y dotarlos de una justificación plena, es decir, disponen de una estructura que no sólo contiene ejecutores del terror sino que, necesariamente, los obliga a tener otros cuerpos organizados, en este caso dedicados a la labor de propaganda o guerra política, a la guerra psicológica 2 y a la unificación y el planteamiento de estrategias comunes de lucha en el campo ideológico. Si analizamos con detenimiento algunos de los movimientos subversivos contemporáneos, es posible encontrar hilos conductores que nos permiten verificar lo que anteriormente hemos expuesto. Desde hace más de cuarenta años, Colombia padece los ataques de una de las organizaciones más estables y antiguas del mundo, la que se autodenomina Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –Ejército Popular (FARC-EP), compuesta por bandoleros sanguinarios que recibieron su primera formación en las filas de las guerrillas liberales de la década de 1950, y que posteriormente fue transformada por influjo del comunismo internacional en una depurada maquinaria de terror dedicada a la masacre, el secuestro y la extorsión de la población civil colombiana. Anexados a las FARC se desarrollaron el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras agrupaciones subversivas de menor importancia que se dedican a complementar la labor terrorista planificada para el país. Con una habilidad artera, y valiéndose de los enormes beneficios económicos que les reporta su vinculación al negocio 2
En el escenario colombiano, como parte de la guerra psicológica, "el terrorismo busca efectos paralizantes. Doblegar por el terror familias, comunidades, regiones rurales, estamentos sociales. Utiliza todos los medios, desde la amenaza telefónica, la alarma anónima, la cuadrilla armada en itinerarios extorsivos, el secuestro individual por dinero o colectivo como mecanismo de intimidación, hasta el acto mismo de brutalidad despiadada (...). VALENCIA TOVAR, Álvaro. "El bumerang del terrorismo". En: El Colombiano, Medellín, martes 17 de septiembre de 2002, p. 4.
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de los estupefacientes, fueron infiltrando el Estado y sus instituciones, socavando de este modo nuestra frágil democracia. La insolvencia gubernamental, por un lado, y la corrupción institucional, por el otro, les permitió fortalecerse militarmente desarrollando y aplicando en forma sistemática una estrategia de conquista territorial cuyos alcances reales pudieron apreciarse en toda su magnitud particularmente durante el gobierno de Andrés Pastrana Arango (1998-2002). Gracias a su consabida estrategia de la "combinación de todos las formas de lucha", han logrado crecer en tal forma que hoy día se les considera el mayor peligro que acecha la estabilidad de Colombia en todos sus ámbitos. Por medio de la mencionada estrategia lograron convertirse, además, en uno de los grupos terroristas más feroces y temibles3, y en el primer cartel de las drogas del mundo. Al repasar la historia continental, observamos que la Revolución Cubana (1959) fundó su triunfo militar en el esquema táctico del "foco armado insurreccional", definido teóricamente por el ideólogo del movimiento insurgente, el francés Regis Debray, y llevado a la práctica con éxito indiscutible por el estratega Ernesto "Che" Guevara, quien lo consideraba "el motor que mueve el carro de la revolución" o, como gráficamente lo explicaba en sus últimos días de incursión en Bolivia, "la chispa que incendia la pradera". El triunfo de los milicianos de Sierra Maestra y el carácter continental que se impuso como paradigma en el movimiento revolucionario que abrevaba en la ideología de José Martí, fue consagrado en frases, que describían la tan divulgada solidaridad continental, al tenor de aquella que afirma que "el 3
Según lo declarado a pocos días de producirse el atentado terrorista del 11 de septiembre contra los Estados Unidos por Francis Taylor, coordinador del Departamento de Estado para la lucha contra el terrorismo, "actualmente el grupo terrorista internacional más peligroso del hemisferio son las Farc". El Tiempo, octubre 14 de 2001, p. 3A.
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deber de todo revolucionario es hacer la revolución, con el fin de crear en América uno, dos, tres Vietnam". El fervor de los revolucionarios cubanos4 y sus simpatizantes logró contagiar de entusiasmo a algunos sectores universitarios, sindicales y de intelectuales que fundaron, en casi todos los países de América del Sur, movimientos guerrilleros bajo el rótulo de LIBERACIÓN NACIONAL. En Colombia, con el asalto a la población de Simacota, Santander, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se dio a conocer públicamente en 1965, tres años después que Fabio Vázquez Castaño, su máximo líder, creara en la Habana la "Brigada pro Liberación Nacional José Antonio Galán", un anticipo de la futura guerrilla. Por idénticas motivaciones, aunque con distinto asidero histórico, aparecieron otras agrupaciones guerrilleras, en parte producto de la transformación de las autodefensas campesinas en ejércitos populares de orientación marxista, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, o que nacieron de la resistencia indígena, como el Movimiento Revolucionario Quintín Lame, o de la ruptura chino-soviética, como el Ejército Popular de Liberación, EPL5. El deseo de exportar la revolución, como expresión y anhelo de la tan aclamada solidaridad revolucionaria continental, que demostró su más elocuente fracaso con la muerte del "Che" 4
En los Principios generales de la lucha guerrillera, Ernesto "Che" Guevara afirmaba que: "Consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América (...) 1º. Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército; 2º. No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas; 3º. En la América subdesarrollada el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente en el campo". GUEVARA, Ernesto. Obras 1957 – 1967. Casa de las Américas, La Habana, tomo I, 1977, p. 31. 5 "Un segundo factor internacional decisivo será, sin duda, la ruptura chino-soviética en los primeros años de esta década de los 60, la división subsiguiente de los partidos comunistas pro-soviéticos en dos alas y el intento mecánico de reproducir la revolución china en Colombia por parte del PCML, a partir de lo que habría de denominarse el 'Ejército Popular de Liberación' en el nordeste antioqueño". PIZARRO, Eduardo. "La guerrilla revolucionaria en Colombia". En: Autores Varios. Pasado y presente de la violencia en Colombia. Fondo Editorial CEREC, Bogotá, 1986, p. 394.
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Guevara y de otros revolucionarios del tenor de Inti y Coco Peredo en el Perú, Marighuela y Ferreira en Brasil, Turcios Lima en Guatemala, el Coronel Caamaño en República Dominicana, Raúl Sendic en Uruguay, Douglas Bravo en Venezuela y Camilo Torres y los hermanos Vásquez Castaño en Colombia, motivó en 1980 la aparición de la obra titulada "La Crítica de las Armas", del mismo ideólogo Regis Debray, en la que se admitió, como producto de una severa autocrítica teórica, la tesis de que en la década de los ochenta el "foco armado insurreccional" o "foco guerrillero" no podía seguir considerándose un mecanismo militar efectivo para la toma del poder en ningún país de América Latina. En Colombia, por su parte, el Ejército Nacional ya había verificado en la práctica, seis años antes de la publicación de la autocrítica de los revolucionarios, esta nueva posición táctica de la izquierda al diezmar casi por completo al Ejército de Liberación Nacional, entre 1973 y 1974, durante la exitosa "Operación Anorí"6, gracias a la cual se logró dar muerte a los dirigentes del grupo insurgente ELN, entre quienes figuraban los hermanos Vásquez Castaño, y obligar al exilio a los sobrevivientes. El libro que el lector tiene en sus manos es un documento de actualidad, con un perfil histórico definido que informa con propiedad, precisión y abundante documentación, verídica y confiable, la génesis y el desarrollo de los movimientos insurgentes en Colombia; su auge en las décadas de los años 60 y 70; su descomposición militar y el ocaso de su popularidad, efecto del deterioro ideológico de su discurso en el plan continental y del definitivo decaimiento del marxismo en el ámbito internacional a finales de la década de los ochenta. 6
"El Ejército de Liberación Nacional, ELN, estuvo a punto de desaparecer en la Operación Anorí, desarrollada por el Ejército Nacional entre 1973 y 1974. A ello le siguió un período de crisis internas que, a finales de la década del setenta, redujo a esta organización a unos 80 miembros. Tomado de: TORRES DEL RIO, César. "El gobierno de Misael Pastrana (1970-1974)". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 25, p. 197. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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Esto último, sobre todo, propició en los movimientos subversivos de izquierda tal perversión o abandono de sus principios y fines políticos que hoy en día se identifican como grupos terroristas y son conocidos mundialmente por la utilización y la práctica del narcotráfico y del secuestro como mecanismos de supervivencia que cada día los alejan más del modelo idealista y ortodoxo que tiempo atrás les granjeó alguna popularidad y simpatía. Así mismo, ilustra con ejemplar veracidad, con claridad temática y sin los riesgos del apasionamiento político o ideológico, la aparición de una nueva mística republicana en los ejércitos americanos, especialmente en aquellos en cuyos países impuso su impronta una nociva noción del golpe de Estado y gobiernos de facto que en Colombia no lograron prosperar. Este hecho reivindica al Ejército Nacional como el de mayor trayectoria civilista, el más respetuoso de la Constitución Nacional y de las leyes y el más consecuente en el cumplimiento y defensa de los Derechos Humanos. GUILLERMO RIVEROS
INTRODUCCIÓN
Al revisar la historia del país, se advierte claramente que la guerrilla, como forma de lucha armada y con pretensiones ideológicas, no surge en la década de los sesenta, sino que ya se había anunciado desde 1950 con la aparición de las llamadas "guerrillas liberales"; el periplo del cabecilla de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez, para organizarlas, es elocuente en sumo grado. Ahora bien, el trasfondo ideológico de los movimientos guerrilleros, que nacen en íntima dependencia de la doctrina marxista, así como de sus diversos matices, ha estado desde el comienzo7 en abierta contravención a la realidad social, política y cultural de nuestro medio; de hecho, la guerrilla se ha convertido en una forma de vida fuera de contexto, en un 7
"El error central de las primeras organizaciones guerrilleras (MOEC, FAL, ELN) que emergieron en el país, fue el de considerar que existía una situación prerrevolucionaria inminente, un bloqueo total a las posibilidades del desarrollo nacional y una crisis política en gestación. ´¿No era esto el síntoma que desde el principio mismo el ELN quiso acomodar a la realidad nacional una concepción de lucha y no a la inversa?´ La consideración mecánica del campesinado como elemento de vanguardia, desconociendo el rápido proceso de urbanización que vivía el país; el militarismo extremo (...), el impulso, por lo tanto, de la iniciativa militar en ausencia de un partido político y un frente de masas; la consideración de las zonas agrarias como simples escenarios de la acción armada y no como regiones donde se requería la construcción concomitante de organizaciones campesinas de apoyo y sustento; las acciones guerrilleras llevadas a cabo con total autonomía de nivel de organización y conciencia política de las masas a las cuales se buscaba influir, etc., son algunas de las causas que explican el estancamiento crónico del ELN y el fracaso del MOEC". Tomado de: PIZARRO, Eduardo. "La guerrilla revolucionaria en Colombia". En: Autores Varios. Pasado y presente de la violencia en Colombia. Fondo Editorial CEREC, Bogotá, 1986, p. 400.
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formidable negocio económico que, por lo mismo, no tiene auditorio ni un discurso político coherente y que, además, se da el lujo de rechazar el clamor popular por la paz. En contraposición, se ha dedicado a practicar una doble moral prevista para ganar tiempo, protagonismo, espacio regional e internacional y, sobre todo, millonarias sumas de dinero. Las páginas siguientes representan un esfuerzo sincero por indagar las causas reales que dieron origen a una lucha que lleva cerca de cuarenta años y que parece haber rebasado todos los límites de negociación ofrecidos por los diversos gobiernos en su afán de encontrarle una salida –política, militar o social, según el mandatario de turno– a la crisis por ella generada. Los diferentes procesos de paz, unos exitosos, como los llevados a cabo con el M-19 y el EPL, otros frustrados y otros llenos de expectativas, como los diálogos adelantados en el exterior y en el país durante las últimas administraciones, seguirán siendo negativos en sus resultados o tendrán el valor de meros paliativos a no ser que se logren erradicar las causas reales que dieron origen a la lucha político-armada. Como los argumentos ideológicos y propagandísticos que sustentaban dichos movimientos se han agotado, sin lograr la anhelada movilización global de la población en su favor, su estrategia, en la actualidad, ha tomado el cauce terrorista a fin de lograr el sometimiento total del pueblo colombiano, inalcanzable por otros medios. Para realizar el presente estudio debimos indagar el nacimiento y la evolución del fenómeno de la subversión. Por esta razón, buscamos en el devenir histórico de la nación una explicación razonada que, a la par, permita analizar las causas de la evolución guerrillera hacia diferentes formas de lucha, que con estos virajes y estrategias han propiciado el nacimiento de
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nuevas modalidades de violencia que actúan en la hora presente, como la mezcla híbrida que resulta de la unión del poder armado –caracterizado por el empleo masivo e indiscriminado de explosivos y otras armas no convencionales y la práctica permanente del secuestro y la extorsión–, con el poder económico ilegal, cual es el caso del "narcoterrorismo". El hecho de venir sufriendo en carne propia y en las posiciones extremas de la confrontación los efectos devastadores de la violencia impuesta al país por el terrorismo subversivo durante los últimos veinte años, nos concede la suficiente autoridad moral para realizar, mediante este texto, una minuciosa radiografía de lo que le espera a las nuevas generaciones y a la democracia colombiana de cumplirse los planes del narcoterrorismo. Este libro lo escribimos conscientes de la lealtad y sinceridad que debemos a nuestros hijos, a nuestro país y del deber de identificar, para beneficio de la opinión pública, cuáles son los verdaderos problemas que ensombrecen el panorama nacional y qué medidas se deben tomar para solucionarlos una vez se conozcan sus causas. Lo sucedido en otros países hermanos, como Cuba, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, debe servir para enfatizar en el hecho que las guerras fratricidas, por causa de ideologías y agentes foráneos, dejan graves secuelas de miseria ética y social que Colombia no puede desconocer. El reconocimiento de nuestra condición temporal nos debe dar argumentos de fondo para tratar de corregir diariamente actitudes, emociones y comportamientos amorales y deshumanizados, los que, si además se acompañan de filosofías abstractas y percepciones equivocadas del ir y venir de la historia, no sólo conspiran contra las sanas costumbres que la humanidad ha logrado construir en su trasunto milenario sino
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que socavan el porvenir de la sociedad civilizada en su conjunto. ¡Que triste sería que, en pocos años, las nuevas generaciones tengan que recordar, sobre las ruinas dejadas por la intolerancia y la brutalidad, a unos hombres que, de no haberse equivocado en su papel histórico, hubieran llenado de gloria sus nombres y el futuro de sus hijos!. No obstante, reconforta el hecho de saber que se cuenta con la colaboración de países amigos, como las naciones miembro de la Unión Europea, los Estados Unidos y los demás Estados que conforman el continente americano, los que, preocupados por el desarrollo de una guerra que ha rebasado las fronteras nacionales, han decidido proporcionar su ayuda y consejo experto con la intención de lograr la tranquilidad y el bienestar que Colombia requiere. La "diplomacia por la paz" que impulsó el presidente Andrés Pastrana Arango durante su administración (1998-2002) resultó una estrategia exitosa y una opción valiosa, no sólo porque logró conseguir un generoso aporte económico de parte de los Estados Unidos y de la Comunidad Europea para la ejecución del "Plan Colombia" –un vasto programa mediante el cual se espera lograr una pronta solución al narcotráfico y al conflicto social y político armado–8 sino porque 8 "El proceso de preparación del Plan Colombia, hoy ampliamente conocido por la opinión pública colombiana y por sectores de la comunidad internacional, muestra con claridad que un documento elaborado por el gobierno colombiano en 1999 sirvió de base para la presentación de un proyecto de ley en octubre 30 de 1999 en el Congreso de Estados Unidos (Alianza Act) y su posterior aprobación (...) en la forma de un 'paquete de ayuda' que fue sancionado por el presidente Clinton el 13 de julio de 2000. En la definición del Departamento de Estado de Estados Unidos el Plan Colombia: Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado, es una estrategia integral para enfrentar los principales desafíos de la Colombia actual: la promoción del proceso de paz, la lucha contra el narcotráfico, la reactivación de la economía y el fortalecimiento de los pilares democráticos de la sociedad colombiana. Su costo estimado es de US$7.558.1 millones, de los cuales, US$3.525.22 deben provenir de la 'ayuda internacional' y el resto ha de ser provisto por el gobierno colombiano". Tomado de: Autores Varios. Plan Colombia. Ensayos críticos. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Bogotá, 2001, p.p. 28-29.
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logró desenmascarar a la guerrilla, ubicándola como lo que realmente es: una agrupación de narcoterroristas. Con este documento queremos hacer un enérgico llamado a todos los hijos de Colombia, excelentes patriotas, dignos dirigentes de la sociedad y de los gremios así como a aquellos guerrilleros que todavía conservan una pequeña dosis de nacionalismo, para que unidos forjemos el futuro de las próximas generaciones, de nuestra propia descendencia. No sobra recordarle a los violentos y guerreristas colombianos que quienes impulsan guerras generan odios centenarios y que todas las revoluciones que se han efectuado en el mundo, movidas en apariencia por el deseo vehemente de reivindicar a los sectores menos favorecidos y combatir las injusticias sociales, inexorablemente han terminado en cruentos fracasos políticos, económicos y sociales para los pueblos que las han padecido. Creemos que el presentar una visión testimonial acerca del protagonismo de la subversión en nuestro medio y sugerir una serie de políticas, que de ser puestas en práctica podrían minimizar sustancialmente este flagelo, cuando no erradicarlo, resultará de gran utilidad para las instituciones y sus representantes y para todos aquellos que han asumido el compromiso por la paz. En este punto es pertinente recalcar que combatir un conflicto de esta magnitud, empleando para ello únicamente el campo de poder militar del Estado, es decir, pretender que es competencia exclusiva de la Fuerza Pública atender la complejidad intrínseca del mismo, conllevará a que éste se prolongue indefinidamente, elevando de paso los niveles de violencia, atraso social y cultural de la población. Como bien lo expuso en su momento un visionario y pundonoroso oficial de las Fuerzas Armadas, "esta guerra la gana o la pierde la sociedad colombiana en su conjunto".
CAPÍTULO I
ORÍGENES DE LAS ORGANIZACIONES SUBVERSIVAS Para realizar un análisis de la génesis de las guerrillas colombianas, obligatoriamente tenemos que remontarnos a fechas anteriores al hecho concreto y considerar los diversos factores que contribuyeron a su desarrollo, fortalecidos por algunas facetas históricas de la vida nacional, como es el caso del sindicalismo manipulado. Las organizaciones sindicales más pujantes de Colombia surgieron en la década de los años veinte, como consecuencia de una incipiente industrialización y de la oferta de trabajo asalariado en los centros de inversión extranjera (zona bananera de Santa Marta y yacimientos petroleros de Barrancabermeja) así como en el área de transportes y las construcciones públicas impulsadas por el Estado. A mediados de 1918 los sindicatos y asociaciones obreras de todo el mundo se fortalecieron gracias al triunfo de la Revolución Rusa, acaecida en octubre de 1917. La proclama lanzada alguna vez por Carlos Marx y Federico Engels –"proletarios del mundo uníos"– y llevada a la práctica por V.I. Lenin, encontró eco en los obreros del planeta, al extremo que generó todo tipo de especulaciones en relación con las perspectivas planteadas por este nuevo modelo social, político y económico, acogido prontamente en diversos países.
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José Stalin, serio contradictor y enconado opositor de las interpretaciones socialistas de Lenin, implantó después de la muerte de aquél una línea ortodoxa e inflexible que consolidó el proyecto revolucionario mediante el terror y sojuzgamiento del pueblo ruso. Dicha contradicción tuvo sus orígenes en la redistribución no equitativa propuesta por Stalin respecto de los medios de producción del Estado. Según su particular enfoque, que reñía con la posición de su antiguo camarada, esta institución era la única responsable en la conducción de los intereses de los pueblos, y en consecuencia inició una expropiación totalitaria de los bienes de la comunidad, olvidando con ello el legado comunista escrito por Carlos Marx, que enseña que la responsabilidad de la dirección del Estado no puede contravenir el pensamiento y la responsabilidad individual de las masas porque, de ser así, éstas se convierten en un instrumento de producción inerme, sin ningún incentivo ni razón de ser. Stalin, al parecer, quiso hacer caso omiso del hecho que los cambios sociales y económicos no obedecen tan sólo a prácticas impositivas, sino que deben ser el resultado de un proceso de conversión interior de las personas y de libre consenso. Sumados entre sí, estos procesos consolidan un pensamiento colectivo que se traduce en cambios de actitud y aceptación consciente de la responsabilidad histórica que se tiene como individuo y como miembro de una sociedad, con un elevado compromiso ético, moral y solidario. Lo penoso de esta realidad es que todas las pequeñas organizaciones sindicales desviaron su razón de lucha popular, encaminada a equilibrar las condiciones socioeconómicas de la clase obrera, y adoptaron en cambio la
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falacia stalinista que justifica la combinación de todas las formas de lucha, supuestamente para efectuar cambios profundos al interior de las empresas y de la sociedad. De esta forma inculcaron la deformación ideológica del contenido filosófico de la lucha científica y pacífica que encarna el sindicalismo, coautor e impulsor de profundos cambios y reivindicaciones al interior de las masas. Esto conllevó a generalizar, con los años, el luctuoso modelo del tétrico traqueteo de las ametralladoras y la protesta violenta en contra de los Estados y sus dirigentes, sin medir las dimensiones de destrucción social que genera esta modalidad, además de la pérdida de identidad como organización popular de protesta.
SOCIALISMO, SINDICALISMO Y COMUNISMO Los primeros sindicatos obreros aparecieron en Colombia a comienzos del siglo XX –en 1909, el gobierno reconoció el primer sindicato, la "Sociedad de artesanos de Sonsón"– y las primeras huelgas se produjeron en la década siguiente, después de la Gran Guerra, organizadas ya sea por sindicatos socialistas o por agitadores independientes. En los años veinte, la Unión Obrera de Barrancabermeja, la Unión Obrera de Medellín, el Sindicato Central de Gremios del Tolima y la organización de los trabajadores de las plantaciones bananeras del Magdalena descollaron por su beligerancia. En 1924, los obreros sindicalizados lideraron uno de los movimientos de trabajadores más significativos de la época en contra de la Tropical Oil Company, que operaba en la región del Magdalena medio. Pero gracias a que la empresa recibió el apoyo del gobierno de Pedro Nel Ospina, se logró superar la crisis del levantamiento, el cual, por el contenido ideológico y
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el grado de politización de los promotores, se vislumbraba como de alto riesgo para los intereses de la empresa y del Estado. Siguiendo los delineamientos revolucionarios bolcheviques, algunos líderes obreros colombianos fundaron en el año de 1926 un partido para defender los intereses de los obreros, llamado Partido Socialista Revolucionario, el cual inició al pueblo colombiano en los paradigmas de la agitación social y la intolerancia como únicos medios para acceder al cambio. Desde su fundación, algunos de sus dirigentes, como María Cano, Raúl Eduardo Mahecha e Ignacio Torres Giraldo, proyectaron la protesta social combinando lo legal con lo violento, con lo cual desviaron el propósito sindical, al aplicar durante varios años la táctica de la acumulación y concentración de fuerzas y auspiciar la realización de numerosas protestas obreras9. Entre éstas se destacaron las de 1927 y 1928 contra la Tropical Oil Company y la United Fruit Company, respectivamente. Luego de comprobar que poseían un buen número de adeptos y seguidores dentro de los sindicatos, los socialistas lanzaron en 1928 el primer gran ensayo de resistencia al ponerse al frente de las protestas de los trabajadores bananeros de Ciénaga (Magdalena), iniciando así la aplicación de la combinación de todas las formas de lucha. Esto dio pie a un levantamiento violento de los empleados en contra de la United Fruit Company, encargada en ese entonces de la explotación y 9 "La táctica insurreccional en que se empeñó (el PSR) para derrocar al conservatismo segó la vida de valiosos dirigentes y lo aisló hasta convertirlo en una pequeña minoría que en 1930 se convertiría en el Partido Comunista de Colombia". ARCHILA NEIRA, Mauricio. "Quimera del pensamiento socialista en Colombia". En: Revista Credencial Historia, Edición No. 90, Bogotá, junio de 1997, p. 14.
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comercialización del banano hacia el exterior. Se dice que la beligerancia de la turba enardecida y previamente incitada por los activistas de izquierda obligó al general Carlos Cortés Vargas –quien no previó hacia el futuro el resultado político" de su actuación– a abrir fuego contra la multitud. A partir de ese momento, la rebelión que pasó a la historia como "masacre de las bananeras" ingresó al terreno de la mitificación y del martirio colectivo. Según los datos aportados por los perpetradores de la huelga, en la plaza de Ciénaga perecieron entre 1.500 y 2.000 personas, entre obreros y otros ciudadanos, cifra insólita y obviamente manipulada si se contrasta con los datos aportados por el gobierno (40) y por un corresponsal del diario El Espectador (100). Según narra la historia, las imprecisas orientaciones del gobierno de Miguel Abadía Méndez y el desconocimiento de las verdaderas intenciones de los líderes de esta protesta ocasionaron el mortal enfrentamiento entre el ejército y los enajenados manifestantes. Si bien este hecho produjo la muerte a muchos de ellos, dando origen a una gigantesca manipulación psicológica en relación con el número real de muertos, alentó a las organizaciones de izquierda a ampliar la brecha existente entre el gobierno y la clase trabajadora. Los dirigentes sindicales de la época, por su parte, se aprovecharon de estos acontecimientos para fortalecer su radio de acción y desprestigiar al Partido Conservador, el cual, bien es cierto, venía gobernando el país de manera hegemónica por casi cuatro décadas, sin propiciar cambios en el Estado que aliviaran la situación de los obreros –a
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excepción de unas disposiciones menores, relativas a la higiene de los trabajadores y los accidentes de trabajo, promulgadas durante los gobiernos de José Vicente Concha y Marco Fidel Suárez– ni dar luces al conflicto que año tras año se profundizaba aún más entre la clase obrera y los empresarios, especialmente los extranjeros. En 1929 el Partido Socialista Revolucionario envió un informe sobre la "masacre de las bananeras" a la Internacional Comunista en Moscú, en el cual justificaba ampliamente su acción. En respuesta recibieron, posteriormente, una carta de apoyo y solidaridad por parte de esta organización, cuyo contenido fue publicado el primero de mayo de 1930, Día de los Trabajadores, en las ciudades de Cali y Bogotá por el periódico "La Humanidad", órgano de difusión del PSR. Sin embargo, las grandes expectativas de cambio que el Partido Liberal había despertado entre la clase obrera y las masas populares, con motivo de las próximas elecciones presidenciales, le restaron apoyo a esta agrupación, la que finalmente se disolvió a mediados de 1930 en un nuevo agrupación política –el Partido Comunista de Colombia (PCC)10– no sin haber enviado a un representante, el
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"El PCC inició sus actividades como un partido declarado leninista, rígidamente organizado y centralizado. La unificación ideológica en la que se embarcó implicó sacrificar previas tradiciones pluralistas a las que persiguió con crudeza. Muchos de los socialistas que por muchos motivos no comulgaban con las orientaciones de Moscú quedaron por puertas y conformaron inestables grupos que intentaron disputar el control de los escasos sectores inconformes de la sociedad colombiana. (...) Con el tiempo, los gobiernos liberales de los años treinta y principios de los cuarenta, lograron integrar a esas agrupaciones de izquierda, incluido el partido comunista (...). En 1954 la alianza de la izquierda con el liberalismo llegó a su fin con el creciente clima de Guerra Fría que invadió el continente. El ascenso del gobierno conservador al año siguiente acabó por enfriar esa relación (...)".ARCHILA NEIRA, Mauricio. Ibid, p.p. 14-15.
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candidato socialista Alberto Castrillón, para que participara en la contienda electoral11. La década de los treinta es considerada la edad de oro en la historia de los comunistas colombianos, quienes se vieron ampliamente favorecidos por la derrota de los conservadores en el sentido que, para consolidarse en el poder, los liberales tuvieron que "incrementar su base electoral y crear un movimiento popular urbano que convenciera a los elementos más reaccionarios de que no sería fácil tumbar al gobierno por las vías de hecho. Para lograr ambos objetivos, el partido liberal resolvió fomentar la creación de un movimiento sindical vigoroso y numeroso"12. En las elecciones de 1930, ante un conservatismo desgastado y dividido tras 45 años de gobierno hegemónico, el liberalismo unido, y apoyado ocultamente por un numeroso grupo de jefes conservadores, resultó vencedor en cabeza de Enrique Olaya Herrera y su movimiento de "Concentración Nacional". Milton Puentes, en su Historia del Partido Liberal, relata así el triunfo liberal: "Apoyado por todo el liberalismo y por un estado mayor conservador sin soldados, Olaya fue al debate presidencial y en una campaña electoral de sesenta días triunfó sobre los dos candidatos conservadores. Y el presidente Abadía Méndez, con un fiero don republicano, con una clarísima conciencia de demócrata, con un profundo sentido de la alternación civilizada de 11 El cambio de nombre obedeció a una táctica, ideada por los líderes revolucionarios, para obtener no sólo el control de los sectores sindicales sino también darse a conocer ante la opinión pública nacional e internacional como otro de los recién formados partidos comunistas del mundo, dispuestos a seguir las directrices del dictador José Stalin en la acelerada, pero desviada, expansión comunista por el globo terráqueo. 12 URRUTIA, Miguel. "El desarrollo del movimiento sindical y la situación de la clase obrera". En: Manual de historia de Colombia, tomo III, Procultura S.A., Bogotá, Tercera Edición, 1984, p. 233.
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los partidos en el poder y con gesto que será vivo y eterno honor de su partido, le entregó el mando al candidato liberal". Nadie podía presagiar entonces la terrible tragedia civil –conocida como La Violencia– en que se sumiría Colombia dos décadas después, a partir del momento en que, sin justificación alguna e inesperadamente, se inició la persecución y el terror contra el conservatismo indefenso, una vez posesionado el presidente Olaya Herrera. Según aparece reseñado este período en la obra De la revolución al nuevo orden, el conservatismo "fue objeto, entonces, de despiadada, metódica y persistente persecución en toda la República. Departamentos enteros quedaron sometidos a implacables sistemas de terror y, diariamente, los conservadores regaban con su sangre el suelo de la patria. Verdaderos fusilamientos en masa de campesinos indefensos se sucedieron en distintas comarcas colombianas. Las propiedades abandonadas eran ocupadas por feroces tiranuelos rurales o compradas a precios irrisorios, bajo la amenaza de muerte. Muchas iglesias e imprentas católicas fueron incendiadas y destruidas, innumerables centros políticos de derecha allanados y destacados jefes conservadores asesinados en emboscadas o en sus propios hogares. (...) A la Policía Nacional y a los guardias departamentales ingresaron delincuentes y maleantes reconocidos y a multitud de poblaciones, caracterizadas por su fervor tradicionalista, se llevaron malhechores a sueldo, debidamente armados, verdaderas turbas amaestradas en el crimen, cuya misión consistía en atacar, perseguir y ultimar, si era preciso, a todas aquellas personas que no comulgaban con su pasión política. La vida se hizo extremadamente difícil y hasta
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llegó a ser un acto heroico conservarla en muchos sitios de Colombia. El país no conocía un periodo semejante de crueldad y barbarie, desde la época de la reconquista española". Desde la orilla opuesta, Max Grillo, destacado político liberal, describe así el panorama del país en los albores de la nueva década: "Apenas transcurre día sin que los periódicos den cuenta de un crimen horrendo. Lo más doloroso es que la sociedad parece haberse familiarizado con la producción en serie del crimen. Nadie se impresiona ante el atentado criminal. Asesinatos en que los bandidos ultiman a familias enteras, ancianos y niños; venganzas que recuerdan la vendetta corsa; actos de crueldad estúpida como desollar a las víctimas y mutilarlas en forma salvaje; asesinatos de sacerdotes octogenarios para robarlos; el puñal y el revolver usados en reyertas, por centavos; el atraco en pleno día en las calles de la capital; la inseguridad en las ciudades y en el campo". Plinio Apuleyo Mendoza, político liberal, periodista, escritor y columnista del periódico El Tiempo, refiere, por su parte, que "no hubo garantías para los conservadores bajo los gobiernos radicales regidos por la Constitución de Ríonegro (… ) ni la hubo para los liberales a lo largo de los 45 años de la hegemonía conservadora iniciada por Núñez. El retorno del liberalismo al poder, en 1930, no modificó sustancialmente esta situación. Fue una época marcada por la presencia de grandes figuras (Olaya, López Pumarejo, Santos) y por el ímpetu de notables reformas económicas y sociales, pero hubo atropellos evidentes contra el Partido Conservador, partido que debió decretar la abstención en las elecciones presidenciales de 1934 y de 1938. En los primeros años de la Administración Olaya
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Herrera, Boyacá y sobre todo los dos Santanderes, vivieron por momentos situaciones de guerra civil; la policía intervino frecuentemente contra los conservadores. En 1942, el conservatismo votó masivamente por el candidato liberal Carlos Arango Vélez, que tenía también el apoyo de una fracción de partido. ¿Realmente las mayorías favorecieron la reelección de López Pumarejo? Parece difícil asegurarlo, dada la real fuerza electoral de los sectores enfrentados. El fraude fue un cáncer constante en todos los procesos electorales que se desarrollaron bajo la hegemonía conservadora y bajo la república liberal. Salvo en contadas ocasiones, entre ellas las elecciones de 1930 y 1946 en que el conservatismo y el liberalismo perdieron respectivamente el poder, la neutralidad oficial fue un mito". Más adelante sugiere que, "en esta perspectiva histórica, podría considerarse que la violencia contra el liberalismo, que se desató en 1947, bajo el gobierno de Ospina Pérez, no era en realidad sino la aplicación de un viejo expediente, de un sistema tristemente habitual para consolidar el partido que acababa de llegar al poder. En suma, también en los años treinta el conservatismo había padecido parcialidad oficial, intimidaciones y hechos violentos. No hay duda, si esto no se reconoce, que todo lo escrito no servirá sino para sustentar la memoria parcial y selectiva que hace arder, como un leño en la hoguera, el viejo sectarismo liberal o conservador"13. El 29 de junio de 1931, el sacerdote Gabino Orduz, párroco de Molagavita (Santander), fue asesinado por el sargento primero de la policía, Roberto Tarazona, hecho 13
APULEYO MENDOZA, Plinio. En qué momento se jodió Colombia. Editorial La Oveja Negra, Bogotá, 1990, pp. 11-12.
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que dio origen a la retaliación conservadora que se produciría, a partir de la década del cuarenta, en la provincia de García Rovira en contra de los liberales. Volviendo a los comunistas, el mayor impulso en su proyección política lo constituyó su acercamiento al presidente Olaya Herrera, con quien llegaron a lo que puede entenderse como un acuerdo político y de cooperación mutua. Efectivamente, en el año de 1931 se le reconoció a los sindicatos la personería jurídica, es decir, se les otorgó a los comunistas el estatus de organización legalmente constituida , a la vez que se legitimó su función de representantes de la clase obrera. Encumbrados por los trabajadores, a raíz de sus logros con el gobierno, influyeron para que éstos presentaran pliegos de peticiones, entre los que sobresalió la reglamentación de las horas laborales, que en virtud del decreto 895 ley se fijó en ocho, como ya se había convenido en otras naciones del mundo y desde mucho antes. Si bien el gobierno de Olaya Herrera, consciente quizás del avance mundial de la izquierda, concedió espacios significativos en favor de los comunistas, el de Alfonso López Pumarejo fue mucho más lejos, pues ya desde su misma candidatura los tuvo en cuenta, principalmente por su gran capacidad de convocatoria, la cual se demostró en 1935 mediante la realización de una manifestación en la plaza de Bolívar, en Bogotá, que logró reunir un auditorio de más de 35 mil personas, de las 80 mil que para la fecha tenía la ciudad, que le brindaba así su apoyo incondicional al presidente de la "Revolución en Marcha". Este hecho obligó a los dirigentes del Estado a cederles más espacio político, como nunca antes había registrado
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la historia política contemporánea del país. Tanto así que hay quienes afirman que la "estrecha relación de López con los sindicatos, y su tolerancia ante las huelgas obreras, le valió el calificativo de agente comunista por parte de sus opositores, quienes pensaban que el comunismo estaba detrás de los movimientos de masas, y estaban alarmados por el peligro que esto representaba para la estabilidad de la república"14. En este mismo gobierno se presentaron reformas que favorecieron las iniciativas de los comunistas, los cuales parecían indomeñables en su expansionismo de acuerdo a las orientaciones impartidas por el Partido Comunista Soviético. Los líderes tradicionales colombianos, quienes se encontraban envueltos en un mar de problemas que no les permitió vislumbrar el juego político y el interés de avance del contradictor más grande del momento, no le prestaron atención a la creación, por parte de los comunistas, de las ligas campesinas, fiel réplica del modelo soviético. Para lograrlo presionaron al gobierno con el fin de que avalara en 1935 la creación de la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, así como la expedición de la ley que reconoce a los campesinos como obreros del campo. En la reforma constitucional que el ejecutivo emprendió en 1936 se amalgamaron tres corrientes ideológicas que demostraron el carácter "híbrido" que había tomado el liberalismo colombiano: el antiguo anticlericalismo liberal del siglo XIX, que veía con horror la supervivencia de la fórmula del Concordato para regular las relaciones entre el Estado y la Iglesia católica; el agrarismo mexicano, 14
CARMONA ACEVEDO, Darío. "Hegemonía liberal (1939-1946)". En: Gran Enciclopedia de Colombia, Círculo de Lectores, S.A., vol. 2, Bogotá, 1991, p. 315.
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que se expresó en el propósito de modificar en Colombia la tenencia y uso de la tierra; y las doctrinas del francés Leòn Duguit sobre la "función social" de la propiedad y la inexistencia de los derechos subjetivos, es decir, la supremacía del interés general sobre el particular. A estas corrientes tan dispares entre sí se les sumaron los representantes del liberalismo manchesteriano, lo que produjo como resultado una reforma ambigua, con visos de avanzada social y toques jurídicos de aparente novedad. Socialismo, comunismo y liberalismo clásico, refundidos en el Congreso, fueron adoptados sin reparos doctrinarios. A la aprobación de este nuevo orden constitucional siguió un período de intensa agitación política: la Iglesia católica protestaba por la libertad de religión y de enseñanza; los terratenientes –liberales y conservadores– sentían hundirse el piso de los privilegios y de propiedad romana de carácter absoluto en virtud del proyecto de reforma agraria que contemplaba la función social de la propiedad, más conocido como Ley de Tierras o Ley 200; y el Partido Conservador rompió relaciones con el gobierno y decretó la abstención electoral. Es decir, el país retornó a sus peores épocas de agitación y disentimiento político y los candentes debates incendiaron los ánimos. En 1936 fueron puestas en práctica, mediante la Ley 200, algunas reformas al agro que favorecieron las iniciativas y propaganda comunistas debido al poco beneficio que le otorgaron al campesinado desposeído de tierras o de los títulos de propiedad sobre las mismas. En resumen, dichas reformas contemplaban los siguientes puntos: redistribución parcial de tierras entre los campesinos, mediante
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la parcelación de algunos latifundios improductivos, más el saneamiento de algunos títulos de propiedad. La reforma educativa, que buscaba liberar la cátedra y colaborar con las exigencias científicas y tecnológicas de un poder capitalista en formación, y la reforma tributaria, que establecía el pago de impuestos de acuerdo con el patrimonio y el exceso de ganancias, fueron otros de los parcos logros nacidos al amparo de la reforma constitucional de 1936, pero que le sirvieron a los círculos comunistas para mostrarse como colaboradores, cuando no artífices, de tanto progreso social gracias a la figuración y protagonismo del "Frente Unido" mediante el cual le brindaron su apoyo incondicional al mandatario liberal. Sin embargo, el mayor error del gobierno no fue la apertura de un espacio de participación de fuerzas políticas indiscriminadas, sino su incapacidad para lograr que las reformas por él impulsadas revirtieran en el fortalecimiento de los pilares democráticos del Estado y sus instituciones de salvaguarda. A juicio de varios estudiosos, la política social de este gobierno fue más fruto del oportunismo político que vocación de consolidar y robustecer un orden justo y equitativo. Antes de concluir la administración del presidente López Pumarejo, sus contradictores, representados en el conservatismo, una parte de los liberales y el clero, demostraron plenamente su desacuerdo con la posición de marcada debilidad asumida por este dirigente y, en consecuencia, un sector de liberales moderados, así como parte de los conservadores que se habían opuesto a la "Revolución en Marcha", apoyó la candidatura de Eduardo Santos, para el período 1938-1942, con la esperanza de que éste
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detuviera el ímpetu reformista y equilibrara la balanza de las fuerzas sociales. En 1938, la presidencia reformadora de Alfonso López Pumarejo le cedió efectivamente el paso a la administración de Eduardo Santos Montejo, un conocido representante del liberalismo tradicional y popular periodista que, como se esperaba de su clara postura republicana y conciliadora, inauguró una etapa sin innovaciones que mereció el mote de "la pausa". El gobierno de Santos coincidió con parte de la Segunda Guerra Mundial, la cual trajo consigo una honda depresión económica que redundó en el cierre de las importaciones de maquinaria para el desarrollo de la industria, situación que generó un serio estancamiento de la misma y que obligó al país a implementar, como contrapeso, lo que se conoce como "sustitución de importaciones" De cara al aspecto político de la misma, el gobierno declaró su adhesión a los Estados Unidos y su repudio a los gobiernos fascistas de Europa15, lo que sirvió para fortalecer los nexos comerciales y militares entre las dos naciones, hecho que redundó, respectivamente, en un pacto 15
Según el historiador norteamericano David Bushnell, "Santos forjó lazos (...) institucionales entre los gobiernos que antes no existían (...). En un principio, la iniciativa fue de Santos, que todavía en la etapa de preguerra comenzó los sondeos que tendrían por resultado las primeras misiones norteamericanas en Colombia. (...) Simultáneamente se dio comienzo a una extensa ronda de visitas de oficiales colombianos a instalaciones militares de la Zona del canal o de Estados Unidos (...) para programas de consulta y entrenamiento. La colaboración militar se intensificó a partir del estallido de la guerra en Europa (...) y en especial con la entrada plena de Estados Unidos en el conflicto en diciembre de 1941. De varias maneras, Colombia puso a disposición de los aliados (...) sus recursos y hasta el uso de su territorio para misiones de defensa hemisférica". Citado por: TORRES DEL RIO, César. "Los gobiernos liberales (1938-1946)". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 16, p. 126. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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cafetero ampliamente favorable para Colombia y una intensa colaboración militar defensiva; de esta época data la creación de la Junta Interamericana de Defensa, JID, importante organismo de defensa militar hemisférica que aún subsiste y al que Colombia se adhirió inmediatamente. En 1942, Alfonso López Pumarejo retomó las riendas del poder apoyado por la clase menos favorecida, la que votó masivamente por el estadista, ignorante de lo que pudiera suceder años más tarde como resultado del fin de la guerra y el reordenamiento político mundial. La alta dirección de los partidos políticos tradicionales, que había observado críticamente el desarrollo del primer gobierno del dirigente liberal, se demostró poco dispuesta a apoyar al mandatario en su segunda administración. El provecho que los comunistas vernáculos habían sacado de la "Revolución en Marcha", aparte de los resquemores despertados por el ánimo expansionista del comunismo soviético en Europa16, que se manifestó claramente una vez finalizada la segunda conflagración mundial, le brindaron argumentos de peso a las colectividades políticas tradicionales para negarle su beneplácito al reformista, quien, bombardeado además por las denuncias en contra de los escandalosos manejos financieros de su hijo Alfonso, y consciente del descontento de algunos sectores del ejército –que el 10 de julio de 1944 realizaron en Pasto un intento de golpe de Estado en contra suya– se vio obligado a renunciar a la primera magistratura en julio de 1945. El día 31 de este mismo mes, el Congreso de la 16
En 1945, el Partido Comunista de Colombia "se encontró en una orfandad política y tuvo que repensar su estrategia y su ideología. En el clima de la posguerra, con una Unión Soviética agigantada, la única salida era volver a la ortodoxia leninista cuyo gran pontífice era Stalin. Esto le costó divisiones y nuevos aislamientos (...)."ARCHILA NEIRA, Mauricio. Op cit, p. 15.
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República aceptó la renuncia y procedió a elegir al liberal Alberto Lleras Camargo para que concluyera el período presidencial. En el ámbito mundial, y como efecto inmediato del fin de la guerra, en este crucial año surgió la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que debía servir como herramienta de mediación y pacificación de conflictos mundiales. Un año después, en un proceso que duró hasta 1949, Bulgaria, Rumania, Yugoslavia, Albania, Polonia, Hungría y Checoslovaquia, con la ayuda de la Unión Soviética, impusieron su mismo modelo político. La parte de Alemania que había sido dada a los soviéticos como zona de ocupación al finalizar la guerra, pasó también a la órbita comunista bajo el nombre de República Democrática Alemana. El mundo se polarizó entonces en dos bloques de poder, es decir, en dos grandes bandos con ideologías, sistemas políticos, estructuras sociales y economías antagónicas: el socialista o comunista, también llamado del Este, liderado por la Unión Soviética, y el democrático capitalista o del Oeste que se constituyó bajo la hegemonía de los Estados Unidos, en ese momento, primera potencia económica y militar del globo. Es importante destacar que la "Guerra Fría", como se denominó a la tensión beligerante entre los dos bloques desde la terminación del conflicto mundial hasta mediados de la década de los sesenta, se caracterizó porque las potencias no se enfrentaron directamente en una nueva lucha armada, sino que lo hicieron desde el campo diplomático, ayudando a sus respectivos aliados en guerra internas que se desarrollaban en distintas partes del
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mundo. Entre los hechos más destacados de la Guerra Fría cabe mencionar el levantamiento del muro de Berlín, en Alemania (1961), el cual agudizó y fue símbolo de esta contienda hasta su caída, acaecida en 1989 como efecto de la Perestroika.
UNA CLASE DIRIGENTE COMPROMETIDA El fin de la Segunda Guerra Mundial, a mediados de 1945, produjo importantes cambios en el ordenamiento político mundial. Los países comunistas se dedicaron a aislar a sus gobiernos de las influencias del bloque capitalista en el campo económico, político, cultural y especialmente en el religioso porque, según reza su doctrina, la religión, fuente de superstición y sedativo de la conciencia, se opone al desarrollo social. La Unión Soviética se mantuvo activa en su misión de apoyar la imposición de regímenes comunistas en otras partes del mundo (Corea y Cuba, entre otros) y los procesos de descolonización en Asia y Africa. En los ámbitos militar, económico y político Estados Unidos, cabeza del Oeste y líder de la lucha mundial contra el comunismo, se destacó en la cofundación de la Organización del Tratado de Atlántico Norte, OTAN, y de la Organización del Tratado del Sureste Asiático, con lo que fortaleció las democracias occidentales y japonesa y la cooperación económica con ellas17. 17
En América Latina, luego del triunfo de la Revolución Cubana (1959), Estados Unidos abanderó la causa democrática mediante la Doctrina de la Seguridad Nacional, cuyo objetivo era enfrentar "la amenaza comunista del hemisferio" en el escenario de cada pueblo y combatiendo al "enemigo interno" con la herramienta más apta para ello: las Fuerzas Armadas. Con esta estrategia, así al menos se esperaba, se contendrían los levantamientos sociales en cada uno de los países amenazados de revoluciones sociales con contenido comunista.
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Los dirigentes continentales que lograron comprender a fondo las implicaciones de la Guerra Fría, iniciaron programas integrales con sus pueblos con la finalidad de quitarle el poco apoyo político que los comunistas, con su capacidad de maniobra, habían logrado conseguir en estos países. En el caso particular de la clase dirigente de Colombia, haber concedido a la izquierda y al pueblo reformas que no pudo sostener, significaba para un país, con una débil y dependiente economía, una política de Estado extremadamente peligrosa para un desarrollo coherente e integral de la nación. Fue tal el caso, que al empezar los países capitalistas a desarrollar estrategias para contrarrestar el avance del comunismo mundial, coartando de paso la gran concentración de poderes cedidos a éste, se generaron al interior de la clase política dirigente ideas y contradicciones que acabaron dividiéndola en varios sectores: unos que defendían lo poco que quedaba de la amistad y de las buenas relaciones con la izquierda, y otros que apoyaban el avance de la Guerra Fría y la defensa de la democracia, aunque utilizando para ello los medios menos aconsejables, como el sectarismo político. En respuesta a su actitud intransigente, aparecieron diversos bandos de opinión, siendo el más representativo el encabezado por el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, hombre con ideas de avanzada y un profundo perfil nacionalista que caló hondamente en el inconsciente colectivo del pueblo al constituirse en defensor de las grandes mayorías, inconformes por los nuevos cambios en el manejo estructural de Estado, y quien fue precursor de la tesis de que la nación colombiana se hallaba dividida en dos: el "país político", representado en una oligarquía
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terrateniente y monopolista, y el "país nacional", integrado por un pueblo tradicionalmente oprimido y menospreciado. A su juicio, en Colombia la democracia sería apenas una falacia de no adoptarse medidas económicas y sociales que reflejaran y colmaran los anhelos de bienestar de las mayorías. A comienzos de los años treinta, cuando estuvo a la cabeza de su efímera creación, la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR), ya había manifestado que los partidos tradicionales –liberal y conservador– compartían el mismo proyecto oligárquico. "Tampoco consideraba al flamante partido comunista como la alternativa, pues proclamaba un cambio revolucionario de la economía capitalista y del Estado, elementos que Gaitán consideraba cruciales en su estrategia de transformación gradual. (Gaitán aspiraba a) una reforma agraria moderada que fortaleciera la economía campesina; una política tributaria que grabara las tierras y la renta, mas no las ganancias industriales y los salarios; la nacionalización de algunas industrias como la petrolera y el transporte, no así la banca; la participación de los trabajadores en las utilidades de algunas industrias y la representación del gobierno en las juntas directivas de todas las empresas privadas. En síntesis, era un programa de orden corporativo que buscaba industrializar al país sin amenazar al capitalismo. Pero lo que explica el éxito de Gaitán fue la canalización del desencanto popular con las promesas frustradas de la República Liberal"18. No sobra, en modo alguno, destacar también su célebre planteamiento filosófico en torno al honor militar y a la 18
ARCHILA NEIRA, Mauricio. "Jorge Eliécer Gaitán". En: Revista Credencial Historia, Edición No. 109, Bogotá, enero de 1999, p. 11.
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milicia como programa de vida a propósito de la vehemente defensa que efectuó en la persona del teniente Jesús María Cortés Poveda, acusado de quitarle la vida a un ciudadano, y que concluyó con la absolución del mismo la noche anterior al asesinato del caudillo liberal. Esta magistral defensa fue seguida paso a paso, con solidaridad y admiración, por más de un sector de la oficialidad de ese momento. Las críticas certeras y vehementes de Gaitán provocaron celos y antagonismos, no únicamente entre los sectores conservador y liberal, al encarar posiciones en contra del "continuismo", es decir, del estatismo político, sino también en los comunistas, quienes observaban con desconfianza a un hombre que, sin tener el perfil político e ideológico del Partido Comunista de Colombia, lograba aglutinar a amplias mayorías, incluyendo a los seguidores de esta agrupación. Si los comunistas peleaban en ese entonces y de manera explícita por reformas y cambios de fondo que les permitiera avanzar en sus oscuros propósitos de controlar el poder, la pregunta que flota en el espacio es: ¿Por qué los dirigentes del Estado no impusieron sus propias reformas con el fin de canalizar el descontento social a su favor? Esta percepción irreflexiva de las grandes corrientes de transformación social que se perfilaban en la sociedad colombiana de los años treinta y cuarenta, provocó actuaciones contraproducentes para sacar a los seguidores de la doctrina comunista del ámbito nacional, al grado que adoptaron medidas persecutorias, específicamente a partir de la posesión del conservador Mariano Ospina Pérez, que no hicieron sino robustecerla en la clandestinidad.
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Las contradicciones políticas entre liberales y conservadores –dirimidas de manera sanguinaria, especialmente en la provincia–, las que es muy probable que se hubieran podido solucionar a tiempo por medio del diálogo y la concertación amistosas, llegaron a su punto más álgido y belicoso a finales de la década de los cuarenta. El 9 de abril de 1948, Jorge Eliécer Gaitán, en ese momento jefe único del Partido Liberal, cayó asesinado en el centro de la capital de la República. Debido a la gran simpatía de que gozaba entre las grandes mayorías del pueblo colombiano, su muerte generó un levantamiento popular de dimensiones incalculables, conocido en la historia como "El Bogotazo"19 o el día en que Colombia se partió en dos. Cientos de inocentes murieron en los primeros días de la revuelta popular; personas que sin comprender verdaderamente la crisis por la que atravesaba el país pelearon como dementes, unas contra otras, en una verdadera orgía de sangre, destrucción psicológica y moral que dio inicio a una era de violencia irracional, posteriormente bautizada "La Violencia", en la cual los valores morales perdieron toda su vigencia. La gente, embrutecida, peleaba o mataba por defender un color político, ya sea por iniciativa propia o en seguimiento de las órdenes que desde la capital o en las cabeceras municipales impartían sus correligionarios. 19
En la capital, al igual que en la mayoría de las ciudades colombianas, la acción de las masas dejó un elevado número de muertos y heridos, así como innumerables saqueos e incendios (...) en muchos lugares se formaron juntas revolucionarias; algunas lograron tomarse el poder. Fue el caso de Barrancabermeja, donde una junta conservó el poder por varias semanas. Buena parte de la policía adhirió a los insurgentes y proporcionó armas, en tanto que delincuentes comunes se dedicaron al saqueo. La confusión se prolongó hasta el día 10 y se calcula que la insurrección dejó un saldo de 3.900 muertos". MORA, Carlos Alberto y PEÑA, Margarita. Historia socioeconómica de Colombia. Editorial Norma S.A., Bogotá, Quinta Reimpresión, 2002, p. 237.
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Según sostienen algunos autores, así como testigos de la época, la internacional comunista estuvo involucrada en el magnicidio; se afirma, incluso, que el futuro presidente Laureano Gómez defendía la hipótesis –misma que apareció en los expedientes del asesinato de Gaitán– que lo sucedido el 9 de abril respondía a un complot generado en la Habana para desestabilizar a Colombia puesto que en aquel momento Bogotá albergaba, con motivo de la IX Conferencia Panamericana, a los delegados de los países de América y a numerosos estudiantes latinoamericanos entre los que figuraba el futuro líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien reconoció que "fue al cuartel de policía para tratar de organizar a éstos y marchar sobre palacio para tomarse el gobierno". Lo cierto es que, al poco tiempo, el gobierno colombiano rompió relaciones diplomáticas con la Unión Soviética Se puede concluir que la muerte de Jorge Eliécer Gaitán trajo como resultado la generalización de la violencia en Colombia y propició la aparición de grupos armados a lo largo y ancho del territorio nacional, entre los que se destacaron las guerrillas liberales de los Llanos y las comunistas, de menor tamaño y circunscripción y adheridas en todo al pensamiento de Moscú, que a principios de 1949 comenzaron a capitalizar a su favor el desorden y el caos lanzando la consigna de organizar las masas campesinas con el objeto de conducirlas a una resistencia armada en contra del gobierno de Laureano Gómez.
LA VIOLENCIA DE LOS AÑOS 50 La gran mayoría de la población colombiana, pacífica y conformista hasta ese entonces, se encegueció ante el
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descontrol social, enajenándose al extremo de segar la vida de niños, ancianos, mujeres y de cualquier persona que no fuera de su simpatía política. La Violencia20, que inicialmente empezó en la capital, se fue extendiendo a pasos agigantados hacia los campos. Allí se organizaron grupos de "chusmeros" o bandoleros que defendían al Partido Liberal, entre los cuales se destacaron, como sus principales líderes, Guadalupe Salcedo (alías el Centauro), quien operaba en los Llanos Orientales, Pedro Antonio Marín (alias Manuel Marulanda Vélez), promotor de la resistencia armada en el sur del Tolima21, y Juan de La Cruz Varela, quien venía participando activamente en la militancia comunista desde 1947. En representación del Partido Conservador aparecieron las bandas de "pájaros", en el Valle del Cauca, y de "chulavitas", gente oriunda del departamento de Boyacá que operaba a nivel nacional. 20
"Lo que denominamos en nuestra historia como ‘La Violencia’, abarca el conjunto de fenómenos relativos a la crisis del bipartidismo y a su enfrentamiento armado durante los años centrales del presente siglo (...) entre 1948 y 1953 (...) Se caracterizó por el enfrentamiento armado entre campesinos liberales y conservadores, la formación de las guerrillas liberales y el empleo de la policía como arma del conservatismo. (...) Los campesinos de uno y otro bando, además de las fuerzas al servicio del partido de gobierno, llegaron a extremos insospechados: la tortura (...) la masacre de familias enteras, las mutilaciones, la devastación de sementeras, el robo de ganado, la destrucción de casas y el incendio de propiedades (...). Las zonas afectadas por esta ola de terror fueron (...) los campos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima, norte del Valle y el gran Caldas". MEJIA PAVONY, Germán. Citado por TORRES DEL RIO, César. "El gobierno de Laureano Gómez (1950-1953)". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 18, p. 141. Cali, Prensa Moderna Impresores S.A., 2002. 21 Según se desprende de su propio testimonio, Manuel Marulanda Vélez (Génova, Qundío, 1928) "fue a trabajar desde niño como jornalero agrícola. En esa condición se encuentra en abril de 1948. A finales de 1949 fue detenido en Génova durante dos meses bajo la acusación de haber tomado parte en las protestas por el incendio de Ceilán, población situada en los límites del Valle y Quindío y que fue arrasada e incendiada por bandas conservadoras en octubre de 1949. Con otros jóvenes y familiares Marulanda formó su grupo, trasladó su familia a Gaitania y entró a operar en el radio de acción del Comando liberal de la Ocasión. (...) Más claramente que cualquiera otro de los grupos conformados en el sur del Tolima en ‘la primera violencia’, el de Marulanda Vélez nació con una definida táctica guerrillera (gracias a que) comprendió bien pronto la táctica de los chulavitas y le imprimió a su grupo una gran movilidad". MEDINA, Medófilo. "La resistencia campesina en el sur del Tolima". En: Autores varios. Pasado y presente de la violencia en Colombia. Fondo Editorial CEREC, Bogotá, 1986, p. 262.
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Unos y otros, apoyados y organizados en su mayoría por caciques de pueblos y ciudades que seguían las órdenes de sus respectivos directorios políticos y entre quienes figuraban gran número de agentes de la policía, vestidos de civil, iniciaron una siniestra oleada de sangre en los campos de Colombia. Muchos de ellos, herederos de la violencia de los años treinta que se desató como consecuencia del cambio de régimen, vieron en esta nueva confrontación bipartidista la oportunidad del desquite. El resultado: viudas sin protección y miles de niños huérfanos que nunca lograron entender por qué murieron sus padres. Según las cifras más confiables, aportadas por la obra clásica de monseñor Germán Guzmán, Eduardo Umaña y Orlando Fals Borda –La Violencia en Colombia– esta "guerra civil no declarada" le costó la vida a casi 300.000 colombianos. Mientras tanto, la clase política del país, inicialmente a la expectativa del desenvolvimiento de esta orgía de sangre, comenzó a preocuparse al darse cuenta que las riendas del conflicto se habían salido de sus manos, especialmente por el rápido crecimiento de las guerrillas liberales de los Llanos, encabezadas por Dumar Aljure y Guadalupe Salcedo, y la proliferación de autodefensas campesinas en Antioquia, Cundinamarca, Tolima, Valle y otros departamentos, principalmente de la región andina, donde la Violencia reveló su faceta más oculta22. Según se ha planteado, "la Violencia fue también la expresión de un conflicto social (...) las reformas de 1936 incluían una ley de reforma agraria, mediante la cual se prohibía a los latifundistas expulsar de sus predios 22 Es pertinente señalar en este punto que hoy la situación se torna similar con la aparición de las Autodefensas, AUC, amparadas por un Estado sumido en una grave crisis de gobernabilidad y sin capacidad de solución a los graves problemas que enfrentan el agro y sus pobladores.
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inexplotados a los colonos invasores que las necesitaban para su subsistencia. Estas disposiciones provocaron el rechazo de quienes se vieron afectados negativamente y, en consecuencia, comenzaron a presentarse en el campo hechos violentos, ocasionados por el enfrentamiento entre grandes propietarios y campesinos que defendían sus intereses. (...) La Violencia se convirtió, entonces, en un arma desesperada de los campesinos para reclamar sus derechos y de los propietarios para desalojar a los invasores. Con frecuencia los campesinos fueron apoyados y aun dirigidos por intelectuales de las ciudades, pero también hubo liderazgo local. (...) En los Llanos Orientales tuvo un carácter partidista, pero éste no fue el único móvil de las guerrillas liberales que se oponían a los intentos hegemónicos del gobierno conservador. Fue también frecuente su lucha contra la gran propiedad territorial (...). En el Tolima, la influencia comunista dio un carácter diferente al conflicto a partir de 1960 (donde se crearon) zonas de autodefensa"23. En tanto los partidos tradicionales se disputaban violentamente la continuidad en el poder, otro protagonista político, desde hacía tres décadas, acumulaba experiencia en estas lides en forma soterrada, preparando una contraofensiva dirigida a subvertir el orden y la tranquilidad de los colombianos. El remozado perfil político del Partido Comunista de Colombia, que no se daba por derrotado, era el producto de los hechos de crueldad de la violencia interna que sacudía al país. El nuevo horizonte político, trazado por la organización del partido, consistía en explotar el escenario de las contradicciones antagónicas con los partidos tradicionales, empleando para ello todas 23
MORA, Carlos Alberto y PEÑA, Margarita. Op cit, p.p. 242-243.
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las artimañas y estrategias adquiridas gracias a los años de adoctrinamiento por parte del Partido Comunista Soviético. Mirado retrospectivamente, el error cometido por el Estado fue el de subestimar, en su momento, el trabajo clandestino y bien planificado de los comunistas, y desconocer sus intenciones reales, las cuales pasaron desapercibidas para el país y los organismos de seguridad durante muchos años. Luego del golpe militar encabezado por el general Gustavo Rojas Pinilla, que puso fin en 1953 al gobierno de Laureano Gómez, los comunistas colombianos –cuya organización fue declarada ilegal y su personería jurídica suprimida en 1953– desarrollaron un hábil trabajo clandestino para modificar y robustecer su estructura política. Las medidas adoptadas en su contra por el nuevo régimen les permitieron justificar, ante las masas, la valía de las luchas en las que se había venido comprometiendo el partido desde su fundación, y proyectar sus cuadros organizativos hacia las zonas más convulsionadas por causa de la violencia política. Acorde a la misión específica trazada por los últimos congresos del PCC, realizados a partir de 1948, buscaron rescatar los valores de liderazgo y cambios de táctica que habían perdido como consecuencia de los graves errores cometidos por varios de sus dirigentes en la interpretación del fenómeno de la Guerra Fría y del estancamiento, en gran parte, de sus planes políticos relativos a la toma del poder. La aprobación por parte del gobierno militar de la "Resolución Anticomunista", propuesta por los Estados Unidos en el marco de la X Conferencia Panamericana que se celebró en Caracas, Venezuela, en 1954, les dejó en claro que Colombia se había alineado de manera
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resuelta en el Frente Occidental y que pondría su empeño en defender la causa anticomunista en la que se hallaban empeñados todos los países del continente y demás democracias occidentales. Estos acontecimientos le exigieron a los comunistas enfocar el trabajo de tipo clandestino como una herramienta de doble filo, es decir, que no sería solamente la parte legal la que jugaría un papel de carácter protagónico, sino que la combinación de todas las formas de lucha cobraría mayor trascendencia al captar otros escenarios. Además, con miras a lograr un avance general, se evaluó la efectividad del frente organizativo y se concluyó que, para mejorarlo, era preciso seguir las orientaciones soviéticas recurriendo para ello a toda su capacidad de militancia y convencimiento político de las masas si querían sobreponerse a la profunda crisis en que sus continuos errores y fracasos los habían sumido; durante estos años decisivos, el PCC buscó un acercamiento a los jefes bandoleros y empleó todos los medios a su disposición con el fin de ganar su conciencia y granjearse su simpatía política y de este modo enfilarlos hacia la línea del adoctrinamiento comunista. Gracias a este duro pero productivo trabajo mental, los comunistas, desde el Comité Central, ubicado en la ciudad de Bogotá, y gracias al apoyo económico e ideológico que fluía de Moscú, dirigieron actividades en diversas regiones, especialmente receptivas en razón de sus condiciones de conflicto socioeconómico, como El Davis, Riochiquito, El Pato, Guayabero y Marquetalia. Allí concentraron una gran cantidad de familias con las que desarrollaron la siguiente organización: los hombres se hicieron militantes del Partido Comunista; las mujeres se
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integraron a los llamados "Comités Femeninos"; los jóvenes, a las "Juventudes Comunistas", y los niños al así denominado "Batallón Sucre de los Pioneros Comunistas". Esta organización política, sumada a los sindicatos agrarios y a la posterior aparición de las autodefensas regulares de masas, dio inicio a los primeros grupos armados dirigidos por los comunistas colombianos24. De igual forma, gracias a dicha estructura organizativa, los líderes del Comité Central del PCC crearon un sistema de intercambio comercial entre regiones basado en el trueque: por ejemplo, cambiaban arroz por papa, yuca o plátano. Es decir, el valor del dinero no existía. De esta manera se creó un sistema económico, que unido a las características de organización social y política ya descritas crearon lo que Álvaro Gómez Hurtado, hijo del depuesto presidente Laureano Gómez, dio bien en bautizar posteriormente "repúblicas independientes". De esta manera, los comunistas buscaban desafiar a la clase política del momento, porque se sentían más que poderosos de haber podido copiar, por vez primera en Colombia, así fuera en forma parcial, el estilo del gobierno soviético, del cual, como ya se dijo, recibían constante ayuda, adoctrinamiento y el modelo de lo que ellos denominaban "zonas agrarias". Previendo que tal vez los bandoleros con mayor rango y puestos desde 1952 al servicio de los comunistas –que en su mayoría delinquían en el sur del Tolima– no aceptarían la negociación de paz, el General Rojas los convocó al poco 24
A fines de 1953, cuando el gobierno militar llevaba ya varios meses en el proceso de desmovilización de las guerrillas liberales, se inició la "segunda guerra de guerrillas", de orientación comunista. Los sitios en los cuales la autodefensa agraria comunista, y después la guerrilla, también comunista, se ubicó fueron Riochiquito, Marquetalia, Villarica y Sumapaz. El 4 de abril de 1955, los municipios de Cabrera, Cunday, Villarica, Iconozo, Melgar, Pandi, Carmen de Apicalá y Venecia fueron declarados "zonas de guerra" en virtud de la presencia y obra comunistas.
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de su posesión (13 de junio de 1953) con el objetivo de que se vincularan al proceso de pacificación ofrecido por el nuevo gobierno. Los siguientes jefes empero, se rehusaron a aceptar la generosa oferta del mandatario: Juan de la Cruz Varela, el sargento Pascuas, los hermanos López, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda Vélez" y también "Tirofijo", Jacobo Prías Alape (alias "Charro Negro"), Ciro Trujillo Castaño (alias "Mayor Ciro")25 , Arturo Lamprea, Alcídes Rigoberto Losada (alias "Joselo"), Alfonso Catañeda (alias "Richard"), Fermín Charry, Isauro Yossa (alias "Lister") y un desconocido que se hacía llamar "Maravilla", entre otros quienes por su condición y experiencia, conseguida durante años en el campo militar, encontraron fácil entenderse con los líderes comunistas para unir esfuerzos y dar los primeros pasos en la creación de una organización político-armada, en cumplimiento de las políticas trazadas en los tres últimos congresos del Partido Comunista de Colombia. Cabe resaltar aquí que Manuel Marulanda Vélez y el "Mayor Ciro" condujeron la resistencia armada en Cunday y Villarica (Tolima), en representación de los bandoleros que no querían desmovilizarse mediante el proceso de paz propuesto por el General Rojas, porque para la fecha ya se hallaban, como se dijo, transbordados ideológicamente por el PCC. Sin embargo, como consecuencia de operaciones previas emprendidas por el Ejército Nacional, ambos líderes debieron huir hacia zonas rurales aún sin colonizar. 25
Charro Negro, oriundo de las comunidades indígenas de Natagaima, "conformó su grupo a comienzos de 1950. A este grupo compuesto también por jóvenes campesinos liberales se integraron también los tres hermanos Guaracas, el menor de los cuales es actual miembro del Estado Mayor de las FARC, Jaime Guaracas. De procedencia caucana, de filiación liberal y de ascendencia indígena Ciro Trujillo, futuro comandante de Riochiquito, conformó también un núcleo de unos quince hombres que comienzan a operar en el sur del Tolima también en 1950". MEDINA, Medófilo. Op cit, p. 262.
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Januario Valero (alias "Oscar Reyes"), quien tampoco había aceptado la amnistía, fue obligado por las tropas a replegarse de los Llanos Orientales a El Pato y Guayabero, donde posteriormente aparecerían las llamadas "autodefensas populares de masas", en compañía de Manuel Marulanda; posteriormente, la ausencia de una estrategia de coordinación unificada y la disputa personal que entablaron por la dirección política los obligó a separarse.
EL PAPEL DE LAS FUERZAS MILITARES Mientras el país se desangraba por los efectos de la devastadora violencia, los comunistas clandestinos se dedicaron a captar para su bando a los líderes guerrilleros de los Llanos, Tolima y otras regiones del país. Los dirigentes de los partidos tradicionales –liberal y conservador–, al percatarse de que los bandoleros, audazmente, habían superado la barrera impuesta por ellos, y que no sólo habían dejado de luchar entre sí sino que habían unificado sus fuerzas con el objetivo de tomarse el poder, decidieron emplear así mismo la táctica de la reunificación, y concluyeron que la única institución que podría salvarlos del monstruo creado por ellos mismos era el Ejército Nacional. Por esta razón, propiciaron un golpe de Estado, al que se ha denominado de "opinión" por su contenido y porque fue apoyado por los líderes políticos más sensatos del momento, quienes aprovecharon la escasa participación de las Fuerzas Militares en la contienda, al contrario de la policía, hecho que hacía pensar que esta institución gozaba de respeto y confianza entre la población civil. Uno de los oficiales más probos y cercano a las simpatías de cierto sector de la dirección del Estado era el general
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Gustavo Rojas Pinilla, quien poseía grandes dotes de estadista y una profunda sensibilidad social. Para que éste sacara del caos al país, los conservadores moderados, encabezados por el ex presidente Mariano Ospina Pérez, le brindaron el apoyo político y moral necesario para acceder al poder, exigiéndole como compromiso el diseño de políticas de pacificación que le permitiera a los gobernantes tradicionales recuperar la credibilidad perdida ante la población, como en efecto sucedió: "las medidas de Rojas para restaurar el orden público recibieron aplausos inmediatos de todos los sectores. Las guerrillas liberales establecieron diálogos con el gobierno para su rendición, basadas en una serie de exigencias políticas y económicas tales como terminar con el estado de sitio, amnistiar los delitos políticos, reincorporar a la vida civil a los campesinos-guerrilleros y las zonas de violencia a la economía nacional, garantías de retorno para los exiliados, etc. Después de que Rojas decretó un indulto parcial para delitos políticos y comunes, comenzaron las entregas de las guerrillas liberales"26. Durante su mandato, el general Gustavo Rojas Pinilla se convirtió en el artífice del programa de pacificación acordado, pero se mantuvo ajeno a las verdaderas intenciones y a la estrategia fraguada en las mentes de algunos sectores de la clase política, que esperaban recuperar prontamente la dirección del Estado apenas se hubiera puesto fin a la guerra civil. Para ellos, el gobierno militar no era más que una medida transitoria, destinada a devolverles el prestigio; su posterior caída, auspiciada por ellos mismos, dio paso a la conformación de un frente político de alternación, totalmente excluyente de nuevas 26
TORRES DEL RIO, César. Fuerzas Armadas y seguridad nacional. Planeta Colombiana Editorial S.A., Bogotá, 2000, p.47.
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y valiosas fuerzas políticas, que ha pasado a la historia como el "Frente Nacional". El primer gobierno le correspondió a los liberales, y lo inició Alberto Lleras Camargo (1958-1962) luego que una Junta Militar de gobierno allanara el retorno al régimen civil. Dicho acuerdo bipartidista, sin embargo, no sopesó las repercusiones negativas que podrían generar los agudos problemas sociales de las malas administraciones anteriores, ni puso el mismo empeño que el gobierno militar en erradicar los viejos y nuevos brotes de violencia. A los estadistas de esta generación se les olvidó que mientras existieran exclusión política, desigualdad social, deficiente educación, carencia de vivienda y servicios básicos, el síndrome de la violencia perduraría. En honor a la verdad histórica, es necesario destacar que el Ejército Nacional logró durante el gobierno del general Rojas una gran proyección social, gracias a la fórmula conocida como el "binomio pueblo – fuerzas armadas"27, que además el presidente militar intentó convertir en un nuevo partido político. Dicha proyección le permitió adquirir un notable arraigo popular28 y un sentimiento de afirmación institucional en aras de una política de concordia nacional que pretendió desarrollar un vasto plan de pacificación que neutralizara las tensiones burocráticas, los 27 "(...) se gestó en el gobierno militar una interesante relación entre gobernante y gobernados, o mejor, entre Rojas y el pueblo, que estuvo estimulada por un dinámico aparato de propaganda que difundió por todos los rincones del país la imagen del redentor. Imagen que se legitimaba paso a paso con su política de beneficencia social expresada a través de SENDAS y en las agrias disputas que el mandatario mantuvo con la clase política tradicional y con las jerarquías de la Iglesia en la segunda parte de su administración". AYALA DIAGO, César Augusto. "Gustavo Rojas Pinilla, 100 años 1900-1975." En: Revista Credencial Historia, Edición No. 123, Bogotá, marzo 2000, p. 13. 28 Entre la población víctima de la violencia, el general Rojas era visto como el "salvador de la patria".
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enfrentamientos partidistas y los afanes hegemónicos típicos de los sistemas de gobierno tradicionales. Inicialmente llamado como solución de emergencia –pero posteriormente vilipendiado y escarnecido cuando quiso independizarse de los esquemas del "país político" y ofrecerle a la nación una verdadera justicia social–, lo cierto es que el general logró calar muy hondo en el "país nacional"29. Es más, cuando se tomó el poder el 13 de junio de 1953, lo hizo de manera pacífica y pacíficamente, también, lo abandonó el 10 de mayo de 1957 ante las presiones de quienes pedían su renuncia. En abril de 1970, ante un fracaso electoral que hace pensar que el triunfo le fue arrebatado a través del fraude30, usó todo cuanto estaba a su alcance para evitarle al país un nuevo baño de sangre, con lo cual demostró que no en vano se le considera uno de los estadistas con mayor conciencia civilista del país. Una vez de regreso, la antigua dirigencia nacional puso más esfuerzos en su intención de controlar y fortalecerse en el poder que en continuar con la labor pacificadora del régimen depuesto. Si bien es cierto que, después de desmovilizados, muchos líderes guerrilleros fueron asesinados uno a uno por escuadrones de la muerte, el fenómeno del bandolerismo continuó, aunque degenerado 29
El 23 de abril de 1963, el general Gustavo Rojas, ya en retiro, fundó la Alianza Nacional Popular, Anapo, uno de los movimientos políticos con más adeptos en la historia de los terceros partidos políticos en el país, y en cuya representación se presentó a las elecciones presidenciales de 1970. Las elecciones, acusadas de fraude, dieron pie a serios disturbios, a nivel nacional, que obligaron al entonces presidente Carlos Lleras Restrepo a decretar el "estado de sitio". De las filas de los anapistas surgiría, al poco tiempo, la guerrilla urbana Movimiento 19 de Abril, M-19, que tomó su nombre en conmemoración a la fecha en que el triunfo le fue arrebatado a la Anapo. 30 Poco "se ha pensado en las consecuencias para el país del robo de las elecciones del 19 de abril de 1970. Detrás del general estaba una generación formada en el decenio del sesenta y que buscaba abrirse espacio en el estrecho espacio de la política nacional, la misma que desesperada terminó lanzándose a la clandestinidad de la lucha guerrillera". AYALA DIAGO, César Augusto. Op cit, p. 15.
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en llana delincuencia común con visos políticos, y las guerrillas liberales cedieron su paso definitivo a las de orientación comunista. En años posteriores, la clase dirigente intentó corregir los errores cometidos con tan mala fortuna que lo único que logró fue ampliar los escenarios de la violencia y propiciar la aparición de nuevos actores armados. Es más, su justificación para ello no fue muy sólida: "el temprano deterioro del Frente Nacional hizo que sus inspiradores e ideólogos encontraran en el gobierno de Rojas las causas del fracaso. El ex presidente fue llevado a juicio ante el Senado y declarado indigno por mala conducta en el ejercicio del poder (...). A diferencia de lo que esperaba el gobierno, la medida fortaleció la imagen que Rojas había empezado a fabricar desde sus años de presidente (...)"31.
AUTODEFENSAS POPULARES - REGULARES DE MASAS Y ZONAS AGRARIAS
Después de la desmovilización de los cientos de bandoleros que se acogieron al proceso de paz en 1953, los que se rehusaron en cabeza de Manuel Marulanda ingresaron inicialmente a las regiones agrarias de Riochiquito, Marquetalia32 y posteriormente a El Pato y Guayabero. Allí vivieron relegados del proceso de paz y a salvo de las operaciones militares como la que en 1952 había puesto fin al enclave guerrillero de El Davis, pero sin abandonar el deseo de continuar en la guerra. Para 31
AYALA DIAGO, César Augusto. Ibid, p. 14. "Charro Negro y Manuel Marulanda a la cabeza de un pequeño grupo lograron establecerse en Riochiquito, en donde sentaron las bases del previsto movimiento agrario. Una avanzada regresó posteriormente al extremo sur del Tolima donde estableció la colonización de Marquetalia". MEDINA, Medófilo. Op cit, p. 265. 32
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afianzarse, iniciaron la construcción de un cuerpo armado al que se denominó "autodefensas populares de masas", para lo cual contaban con un pequeño número de armas cortas y largas; de estas últimas, el apodado "Tirofijo" aún conserva una carabina M-2 como recuerdo perenne de esos años difíciles. Esta organización, aunque no tenía la intención específica de combatir contra el Ejército Nacional, ni mucho menos la de tomarse el poder por medio de las armas, sí tenía la meta de cuidar las regiones agrarias e instalar en las mismas una especie de cogobierno local. Para ello contaba con la orientación de varios cuadros políticos del PCC, los que, a su vez, recibían por parte del Partido Comunista Soviético la asesoría necesaria para iniciar dicho trabajo en el campo político. Manuel Marulanda Vélez fue autorizado para ejercer el control territorial en las zonas agrarias; así por ejemplo, toda persona que deseara ingresar a ellas debía mostrar la respectiva identificación, que consistía en un carné expedido por el PCC –modalidad que luego impondrían en el área de distensión– y contar, además, con el visto bueno de este comandante y sus secuaces. En el campo político, de otro lado, continuaron con la organización de células al estilo soviético, las cuales, al igual que la gente de éste, también trabajaban en la vigilancia y capacitación organizativa comunista. Se trataba del inicio de un proceso diferente en las zonas agrarias, desconocido hasta el momento por Manuel Marulanda y sus hombres, quienes apenas comenzaban el camino hacia la politización. Lo que antes sólo era para ellos asesinar brutalmente y de manera indiscriminada a campesinos y personas de toda índole, ahora representaba cambios de forma y contenido.
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Es decir, debían ceñirse a los denominados "ajusticiamientos", los cuales se podían realizar únicamente contando con la orientación de un radio zonal del PCC, lo que en últimas implicaba un nuevo ordenamiento, no sólo de pensamiento sino también de actuación delictiva. En el año de 1959, el Comité Central del PCC, después de haber realizado su congreso en la clandestinidad, optó por oxigenar ideológicamente las zonas agrarias, como una nueva táctica subversiva, aprovechándose para ello del hecho de que la organización había recuperado su estatuto legal gracias a la posición poco menos que paradójica del gobierno de Alberto Lleras Camargo –que en 1961 apoyaría, junto con otros países latinoamericanos, la adopción de la "Alianza para el Progreso", un vasto programa propuesto por la administración Kennedy que pretendía frenar el avance del comunismo y sus ideas a través de reformas de beneficio social, así como de los parámetros de la doctrina de Seguridad Nacional, que propendían el mismo fin de aniquilar al comunismo–. Esta decisión marcó el inicio de una nueva carrera para acrecentar el radio de acción del PCC por cuanto sirvió para traspasar los límites de las zonas agrarias y ampliar, a la par que fortalecer sus incursiones en el sector sindical, donde su presencia obligó a la Unión de Trabajadores de Colombia, UTC, a acoger en 1958 una resolución principal que tenía como objetivo organizar una campaña nacional contra la influencia comunista. Simultáneamente a las acciones rurales y sindicales, los miembros del PCC empezaron a garantizar su presencia en los gruesos cordones de miseria de las principales urbes del país, cada vez mayores en virtud del constante desplazamiento de cientos de miles de campesinos que
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huían del campo hacia las principales ciudades como consecuencia de la violencia bandolera33. Para contener el algo la migración y paliar la situación del campesinado, el gobierno creó en 1961 el Instituto Colombiano de Reforma Agraria. No obstante, los ingresos de los campesinos permanecieron casi iguales y la concentración territorial, causa de tantas perturbaciones, cedió mínimamente. Aprovechándose de las extremas necesidades e ignorancia de las clases menos favorecidas, tanto rurales como urbanas, los comunistas pusieron en práctica, para orientar a los incautos, su plena capacidad política y de perturbación social. Con el apoyo de los descontentos, invadieron propiedades urbanas, contribuyendo de este modo al crecimiento desorganizado de las ciudades. Su acción también se extendió por los sectores suburbanos de ciudades y pueblos pequeños, agudizando así la falta de planificación y desorden social existentes. A toda esta masa insatisfecha lograron aglutinarla en lo que ellos denominaron "Central Nacional Pro Vivienda", cuya sede principal se ubicó en el barrio Policarpa Salavarrieta de la ciudad de Bogotá34. 33
A partir de 1958, La Violencia entró en una nueva fase a la que se sumó el fenómeno del bandolerismo. En 1964, se calculaba que más de cien bandas actuaban a nivel nacional y que en su quehacer se encontraban apoyadas por gran parte de las comunidades rurales y de los gamonales de provincia. Se cree que su surgimiento y proliferación expresaba tanto el rechazo a la conciliación de liberales y conservadores, materializada en el Frente Nacional, como a la amnistía del año 1958. 34 "El éxodo de millares de gentes del campo hacia las ciudades a causa de la violencia y del atraso de la economía agraria, urbanizó abruptamente al país (...). Sin embargo, el cambio de los modos de vida, las formas de asociación y la mentalidad de los nuevos habitantes urbanos ha sido un proceso bastante lento y difuso. La organización de los ‘destechados’, promovida inicialmente en Cali por el líder liberal Alfonso Barberena y el comunista Julio Rincón, le abrió el camino a las expresiones sociales de los campesinos urbanizados a la fuerza. Muchos de ellos, acosados por la pobreza y los altos precios de los alquileres, acudieron a la invasión de lotes ociosos y a la creación de barrios ilegales en las principales ciudades del país". LONDOÑO, Rocío. "Las organizaciones populares en Colombia. Una visión retrospectiva". En: Revista Credencial Historia, Bogotá, Edición No. 107, noviembre 1998, p. 8.
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LA REGIÓN DE MARQUETALIA (1959 – 1961) Los comunistas, que emplearon años de intenso trabajo en la consolidación política y militar de las regiones agrarias, lograron ubicar en estas zonas un buen número de adeptos. De los ocho hombres que inicialmente llegaron a refugiarse en ellas, pasaron a cuarenta y ocho en un período de dos años, lo que les permitió el control total de las zonas agrarias ubicadas en Riochiquito y Marquetalia, las que serían llamadas posteriormente, como ya se anotó, "repúblicas independientes" por el doctor Álvaro Gómez Hurtado cuando era senador de la República. La principal razón por la cual los comunistas denominaron a estas regiones "zonas agrarias" obedeció a la sólida organización política del Partido Comunista Colombiano, cuyos representantes contaban con radios zonales que les permitían una ágil y rápida comunicación. Sin embargo, el manejo político se centró en la selección y capacitación de cuadros destinados a asumir la dirección política en las regiones. Desde un principio, Manuel Marulanda e Isauro Yossa se destacaron en esta labor. Como bandera de lucha y pretexto político para su desarrollo se utilizaron los errores y las fallas cometidas por los partidos tradicionales y sus gobiernos en la planificación y ejecución de políticas tendientes a lograr el bienestar y desarrollo de las grandes concentraciones de masas desplazadas como consecuencia de la violencia política a partir de la década del cincuenta. Los comunistas, como ya se sabe, se valieron de las fallas de los líderes políticos en la conducción del Estado como talón de Aquiles y justificación de sus acciones, en vista de que éstas les proporcionaban argumentos políticos
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contundentes para enfocar la lucha contra la clase dirigente que, repetimos, nada o casi nada había hecho para rescatar de la destrucción económica a la población desplazada. Esta situación, tanto entonces como hoy, no sólo generó posiciones antagónicas al interior de las masas, en relación con sus líderes políticos, sino que le abonó el terreno a los agentes de la izquierda, quienes al presentarse como los "revindicadores" de la sociedad lograron sustanciales avances en sus fines como nunca se pudo imaginar ni el mejor de los estrategas de las luchas sociales. El hecho de tener un pequeño grupo armado adoctrinado, aislado en una especie de avanzada y dispuesto a darle continuidad a la combinación de todos los medios de lucha, de ser necesario, significaba para los líderes de izquierda contar con una reserva, lista a actuar militarmente en caso de fracasar en los nuevos planes y proyecciones políticas previstas para los amplios sectores de inconformes en el país. Sin embargo, a pesar del avance significativo que hemos descrito, estos comunistas debieron enfrentar la oposición de un pequeño sector del Comité Central del PCC, que no quería que la organización política continuara orientando ideológicamente a Marulanda y su gente. Cabe recordar, para el efecto, que durante el XX Congreso del Partido Comunista Soviético de 1956 se había aprobado la tesis del tránsito pacífico al socialismo, declaración a que se adhirió el PCC al siguiente año35. 35
Según se consignó en el Manifiesto de la Paz, las "formas de tránsito (…) del capitalismo al socialismo pueden ser diversas (...) En varios países capitalistas, la clase obrera, encabezada por su destacamento de vanguardia puede, en las condiciones actuales, basándose en un frente único obrero y popular (...) agrupar a la mayoría del pueblo, (y) conquistar el poder estatal sin guerra civil (...)". Citado por PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Las FARC (1949-1966). De la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales – Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1991, p. 150.
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Haciendo caso omiso de esta pequeña oposición, la mayoría de los líderes comunistas prosiguieron la construcción del brazo militar, especialmente a partir del asesinato o la muerte natural (aún no ha logrado esclarecerse), en enero 11 de 1960, de Jacobo Prías Alape. En consecuencia, en el segundo semestre de ese año, "tanto el movimiento agrario como el Partido Comunista de Colombia pasaron a preparar grupos de autodefensa (Primer Congreso Nacional Agrario y Conferencia del Partido Comunista en la zona de Marquetalia). En junio de 1961, el XI Congreso Comunista aprobó la tesis de la 'combinación de todas las formas de lucha', incluyendo la armada"36. Así mismo, las filiaciones comunistas se retroalimentaron al interior del país, en una forma soterrada, engañosa y oportunista, gracias a las condiciones de miseria existentes. La guerra de estratagemas, realizada mediante el empleo de la mentira, el engaño y la distracción adelantada durante varios años por la izquierda colombiana, era la justificación y aún lo es, ante la población civil y el guerrillero raso, para apelar a la lucha armada. Los errores cometidos en su momento por la dictadura militar y otros gobiernos, así como por los dirigentes guerrilleros desmovilizados, unidos a la carencia de políticas coherentes que, involucrando a todos los campos del poder y a la sociedad, en general, permitieran la búsqueda de soluciones integrales a los conflictos sociales, fueron ampliamente utilizados como forma de propaganda antigubernamental. Al respecto, cabe traer a colación un escrito que el brigadier general Alberto Ruiz Novoa le hizo llegar al presidente Alberto Lleras Camargo, donde 36 TORRES DEL RIO, César. "Alberto Lleras y el Frente Nacional". En: Enciclopedia Nuestra Historia, fascículo 22, p. 172. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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afirmaba que la violencia no era una "cosa misteriosa (...) sino que ella tenía causas, de tipo político, social y económico, y que además los políticos eran sus verdaderos autores, quienes incitaban la gente a la violencia (...)"37. Para Marulanda y su gente, los comienzos de la década del sesenta fueron de relativa calma, que en nada recordaban los acontecimientos de El Davis que habían obligado a las guerrillas comunistas a ubicarse en los nuevos escenarios de Marquetalia, Riochiquito, El Pato y Guayabero, en donde hasta cultivos de pan coger debieron sembrar. Aunque allí aumentaron en número, carecían de un rumbo definido; mucho menos claro tenían todavía cuál sería su futuro protagonismo en la vida del país. La suya era entonces una retórica incipiente, carente de una estrategia definida. Los comunistas los mantenían en constante actividad política y su vida transcurría entre el estudio y el trabajo, devorando la novedad de cualquier orientación que les llegase del Comité Central del PCC o, en su defecto, del Partido Comunista Soviético. Los bandoleros se sentían muy a su gusto en continuar con esta tarea al margen de la ley porque, según su interpretación, de esta manera le estaban cobrando al Estado colombiano la cuenta del atraso y marginación al que habían sido sometidos, sin pensar que era su propia beligerancia e intolerancia la que los había alejado –y continúa alejándolos– del desarrollo social y de la población civil. De igual manera se regodeaban en la irónica satisfacción de estar vivos, pues de todos los dirigentes de la época de la Violencia los únicos que sobrevivían eran ellos. En el ajetreo constante de la región agraria se fueron destacando líderes delegados por el PCC para reforzar la conducción 37
Entrevista a Alberto Ruiz Novoa, Bogotá, 19 de agosto de 1992.
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ideológica del pequeño foco insurreccional, como Ciro Trujillo y Jaime Guaracas, entre otros. Sin embargo, la relativa calma no duró mucho tiempo, puesto que un fenómeno de control local, poco usual y desconocido hasta el momento en el país, además de opuesto al sistema democrático, daba mucho de qué hablar. La noticia de su existencia corrió por toda la nación como reguero de pólvora y provocó la reacción de los organismos de seguridad del Estado, los que sometieron la situación al siguiente análisis: la sociedad civil, que para esa época se encontraba hastiada de sufrir los horrores de la Violencia, no estaba dispuesta a soportar silenciosamente la reactivación de la misma, o de una nueva modalidad. Además, ya se habían recibido quejas y advertencias del peligro que representaban estas zonas para el futuro de la paz del país. Los partidos tradicionales, que apenas se habían logrado reponer de los graves sucesos de la última década, no estaban dispuestos a repetir el baño de sangre que traería la continuación de la guerra política. Por lo tanto, coincidieron en que a este nuevo fenómeno tenía que buscársele una solución a corto plazo. Si bien la Violencia le había reportando excelentes dividendos a sus perpetradores, ya sea en el comercio del café, en el afianzamiento político regional o en tierras – las grandes extensiones de tierra y el numeroso ganado que fueron abandonados como resultado de la persecución política, de la lucha guerrillera o del bandolerismo pasaron, en gran parte, a manos de líderes o miembros de los partidos tradicionales, de terratenientes de vieja data o de quienes lograron permanecer mediante prebendas o por recompensas en la zonas que padecían el flagelo de
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la violencia–, los efectos concomitantes, como la renovación de la lucha por la tenencia de la tierra y el éxodo de cientos de miles de campesinos a las ciudades, dejaron en claro que había que ponerle coto final a los desmanes38.
EL "BLOQUE SUR" (1962) En el año de 1962, Manuel Marulanda decidió dividir su fuerza en tres pequeños grupos como parte de una nueva táctica para poder subsistir militarmente, porque ya, con relación al campo político, había modificado su criterio al cambiar su antigua denominación por la de "autodefensas regulares de masas", es decir, había suprimido aquello de "populares". Dicha decisión obedeció al asedio constante del ejército desde la operación militar de El Davis, hecho que provocó el cambio en la actitud y el perfil de Marulanda; su concepto de la guerra irregular ya no era, como antes, impreciso y dubitativo, porque los acontecimientos dolorosos le habían enseñado que para poder subsistir tenía que enfrentar militarmente a la Fuerza Pública. Los grupos fueron distribuidos así: uno, dirigido por Arturo Lamprea, tenía la misión de cubrir los límites entre 38
En su afán por sobrevivir, miles de campesinos huyeron hacia las ciudades, aumentando así los cordones de miseria, propiciando la delincuencia y elevando los niveles de inseguridad. Del hombre rudo, acostumbrado al trabajo arduo del campo y caracterizado por su honestidad, laboriosidad y honradez, quedó muy poco. Las circunstancias y el afán por no dejar morir su familia de hambre obligaron a los labriegos colombianos a desempeñarse en trabajos para los cuales no se hallaban capacitados; en muchas ocasiones debieron robar, y la desesperación llevó a algunos de ellos al extremo del suicidio al sentirse acorralados en un mundo hostil y totalmente desposeídos de sus bienes materiales y espirituales.
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los departamentos del Tolima y Huila; en esta región, Lamprea fue posteriormente dado de baja en un enfrentamiento armado con el ejército. El segundo grupo se desplazó hacia los límites del Caquetá y el Huila (conocido por los bandoleros como "zona Colombia"), al mando del sargento Pascuas, Luis Vicente Salgado, Joselo y Jaime Guaracas y, el tercero, encabezado por Marulanda, se quedó merodeando entre Cundinamarca y el Tolima. A finales de 1962, este último convocó a todos los bandoleros en un sitio del departamento del Tolima llamado Riochiquito, donde realizaron su primera cumbre guerrillera, la cual logró reunir, a pesar de la persecución militar, a ochenta unidades. Este encuentro les sirvió para trazar orientaciones, en diferentes aspectos básicos, relativas al desarrollo de sus planes políticos y militares. A partir de este momento tomaron el nombre de "Bloque Sur", embrión de las futuras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Igualmente, realizaron un balance de los últimos acontecimientos y acordaron que continuarían aceptando las orientaciones y directrices emanadas del Comité Central del PCC, en atención a que por espacio de tres años la situación de inseguridad les había impedido reunirse con éste. Por esta misma razón, decidieron, a partir de la fecha, mantener un correo permanente con dicho partido. Se hizo referencia, además, al hecho de que todos sus integrantes tenían que militar en la organización política, mediante la creación de células internas, y que seguirían la línea política del PCC. Estas reformas, logradas gracias a la iniciativa de Marulanda, lo consagraron dándole un gran ascendiente
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sobre los demás guerrilleros y proyectándolo en la continuación de su carrera delictiva. En igual forma se replanteó la estrategia a seguir, para lo cual se decidió fortalecer la estructura de mandos dirigentes, ampliando su radio de acción a otros municipios y regiones con la clara decisión que, a partir de ese momento, pasarían a convertirse en una organización guerrillera dispuesta a subvertir el orden y la tranquilidad del pueblo colombiano. También se acordó que Jacobo Arenas, quien se desempeñaba como líder sindical en ese momento, debía realizar sus primeros contactos en forma temporal con el Bloque Sur, en compañía del líder de la Juventud Comunista, Hernando González Acosta, en la región de Villarica, Tolima. Esta razón fue la que luego los indujo a ingresar definitivamente a la organización. La escasa actividad de la guerrilla, que se redujo a una labor de proselitismo armado en el área general de Marquetalia, hizo que los planes de ésta fueran fácilmente detectados por la inteligencia militar, lo que determinó que por decisión del entonces presidente Guillermo León Valencia (1962-1966)39 el Alto Mando Militar lanzara en 1964 una ofensiva militar contra los reductos de bandoleros ubicados en esta región: "Valencia inició su gobierno con una operación militar masiva contra los reductos armados de autodefensa campesina (...). Fueron los célebres bombardeos de Marquetalia contra los grupos de influencia comunista que dirigía Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo), a raíz de los cuales dichos grupos se adentraron en la selva de la Cordillera Oriental en las 39
Entre los objetivos centrales de la administración Valencia figuraba la erradicación del bandolerismo y de las "repúblicas independientes". Entre 1963 y 1965, el gobierno, con ayuda de las Fuerzas Armadas y el sistema de recompensas, logró exterminar a los últimos líderes bandoleros.
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regiones del Pato y Guayabero, convirtiéndose en verdaderas guerrillas, llamadas primero Bloque Sur y que más tarde dieron origen a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)"40.
EL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL: GÉNESIS, DECLIVE Y REPUNTE
En el año de 1961, los hermanos Fabio, Manuel y Antonio Vázquez Castaño –mensajero de banco, estudiante de medicina y estudiante de sicología, respectivamente– junto con un grupo de estudiantes becarios, fieles seguidores de la Revolución Cubana y que simpatizaban en parte con los planteamientos antifrentenacionalistas del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) liderado por Alfonso López Michelsen, partieron hacia Cuba. Entre sus objetivos figuraba el de entrevistarse con el máximo líder, Fidel Castro, a fin de pedirle orientación sobre las causas que posibilitaron el triunfo de la revolución puesto que ellos querían sembrar en Colombia las semillas de la insurrección, por la vía de las armas transportadas desde la isla. Ya en su destino, emplearon varias semanas en la discusión de cómo poner en práctica en Colombia una guerrilla –similar a los grupos de Marulanda empeñados en el camino de la guerra, pero implementando el modelo castrista– aunque pasando por alto cualquier reflexión relativa a los altos costos que dicha intención tendría en vidas, desarrollo y progreso del país.
40 CABALLERO, Antonio. "El Frente Nacional". En: Historia de Colombia, tomo 8, Salvat Colombiana Editores S.A., Bogotá, 1987, p. 1751.
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Los conocimientos militares adquiridos por Fidel Castro durante los años que permaneció en la Sierra Maestra dirigiendo a los guerrilleros en contra del gobierno de Fulgencio Batista, fueron valiosos para orientar su proyecto. El impacto internacional que había despertado "una revolución ocurrida a pocos kilómetros de los Estados Unidos" –frase de alerta del presidente John F. Kennedy– despertó el interés de los hermanos Vázquez, quienes, como ya se dijo, se propusieron conseguir del líder cubano la máxima ayuda posible para adelantar en Colombia sus oscuros propósitos de instaurar y consolidar el famoso "foco armado insurreccional". El experimentado guerrillero en las lides militares, pero poco preparado ideológicamente en el campo comunista, aunque bien asesorado por las ideas organizativas y políticas del "Che" Guevara, sabía que esto significaba una magnífica oportunidad de irradiar el espíritu revolucionario hacia otras latitudes, aliviar, al menos en parte, la profunda contradicción existente con los países capitalistas y, de paso, aislar al "Che" Guevara, quien por su carisma y capacidad político –organizativa representaba un peligro en sus aspiraciones como permanente y único protagonista de la revolución. Recordemos que, debido a esta indomeñable ambición, varios de sus camaradas de lucha desaparecieron, en circunstancias poco claras, del escenario revolucionario cubano. Lo que no consideraron en esta reunión fue que las protestas de los pueblos no se pueden exportar, ni que es posible replicar o prolongar una revolución cuyas causas, actores y escenarios son únicos y obedecen a circunstancias históricas particulares. El mayor error de los hermanos Vásquez consistió en pretender copiar las ideas de poca
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profundidad política de Castro para ponerlas en práctica en un país, que bien o que mal, se siente orgulloso de su democracia y ha sido modelo de civismo en la convulsionada historia reciente de Latinoamérica. Sin embargo, el viaje culminó con la creación, en la Habana, el 11 de noviembre de 1962, de la "Brigada pro-liberación José Antonio Galán". Dos años después, el 4 de julio de 1964, y ya en tierras colombianas, específicamente en Santander, "una zona donde la violencia anterior había sido muy álgida y era altamente conflictiva (proletariado petrolero, colonización campesina)"41 , el así denominado Ejército de Liberación Nacional cobró vida con el fin de combatir a la "oligarquía" mediante la teoría del "foco armado insurreccional". A él se integrarían principalmente estudiantes, miembros de las juventudes del MRL o simpatizantes de otras organizaciones como el Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino (MOEC) y el Frente Unido para la Acción Revolucionaria (FUAR). Fueron tiempos difíciles para la naciente organización, que debía enfrentarse a una zona poco poblada y de muy difícil acceso. Cincuenta jóvenes, con poca preparación militar, pero ilusionados con la lucha armada y utilizando para ello escopetas y revólveres, atacaron el 7 de enero de 1965 el puesto de policía del municipio de Simacota. Allí se robaron las primeras armas largas e inauguraron su carrera delictiva, dándose a conocer públicamente como "Ejército de Liberación Nacional" (ELN) mediante la distribución de un libelo al que denominaron "Manifiesto de Simacota". 41 Autores Varios. Pasado y presente de la violencia en Colombia. Fondo Editorial CEREC, Bogotá, 1986, p. 400.
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Al mando de esta nueva organización figuraban Fabio Vásquez Castaño, sus hermanos Manuel y Antonio y su hombre de más confianza, Julio Medina Morón, como segundo, tercero y cuarto al mando, respectivamente. Después de la acción mencionada, se les unió el sacerdote y sociólogo de profesión Camilo Torres, quien por sus cualidades fue ascendido, por iniciativa de Fabio, como parte del mando político de la organización, lo que determinó que los otros hermanos Vásquez descendieran en la estructura jerárquica. Cabe aclarar que, como parte de su proceso de estructuración político-militar, la nueva guerrilla buscó captar la adhesión del mencionado Camilo Torres, quien a la sazón se desempeñaba como líder del "Frente Unido", movimiento por él fundado en marzo de 1965 con el objetivo de unificar los distintos grupos populares y darles una plataforma política sólida. Este sacerdote, figura animada por la Teología de la Liberación y proveniente de una familia de la alta sociedad bogotana, fue puesto al servicio de la extrema izquierda, la que veía en su innegable carisma y sensibilidad social una bandera para aglutinar masas simpatizantes. Según afirma Antonio Caballero: "las guerrillas, aunque duramente atacadas, crecieron y se multiplicaron y alcanzaron resonancia internacional con la adhesión del sacerdote Camilo Torres"42. En virtud de sus sentimientos encontrados, un alto sentido nacional y unas propuestas políticas y sociales dignas de mejor causa, Camilo Torres fue manipulado en lo ideológico, e incluso en lo psicológico y emocional, a tal punto que terminó por traicionar su procedencia social, su investidura sacerdotal y dirigir su opción por los pobres 42
CABALLERO, Antonio. Op cit, p. 1751.
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hacia el discurso armado. Colocado por la izquierda en los territorios del mito, Camilo Torres se convirtió así en el precursor, en nuestro medio, de la Teología de la Liberación, y en un mártir que le sigue generando dividendos políticos a la izquierda. Impulsados por el carisma que emanaba del antiguo clérigo –quien en 1965 había renunciado a su investidura sacerdotal–, los estudiantes de las universidades Santiago de Cali, Libre, Nacional de Colombia y Autónoma, crearon las brigadas estudiantiles camilistas; así mismo, ciertos sectores del clero, identificados con los postulados de la Teología de la Liberación, fundaron las organizaciones "Sacerdotes para la América Latina" (SAL), con sede en Bogotá, "Comunidad Patricio Lumumba", en el puerto de Buenaventura, el grupo "Golconda" –llamado así por el nombre de la finca en Viotá donde se reunió en 1968 la agrupación sacerdotal liderada por monseñor Gerardo Valencia Cano– y "Reflexión", con sendas sedes en Bogotá y Bucaramanga. La madre del sacerdote, Isabel Restrepo Torres, creó por su cuenta el movimiento femenino "Camilo Torres Restrepo" y varios seguidores, en la ciudad de Bucaramanga, fundaron a su vez los "Núcleos 8 de marzo", todos los cuales reflejaban apoyo a la naciente organización del ELN. De esta manera, el "cura rebelde" se convirtió en el primer vocero del ELN, especialmente en las zonas rurales deprimidas y en los cordones de miseria de la capital en los que había ejercido su actividad pastoral. Motivado por su compromiso con la lucha revolucionaria, pero inexperto en el campo militar, decidió participar en enfrentamientos con la tropa regular, lo que precipitó su muerte, el 15 de febrero de 1966, durante una emboscada
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perpetrada por el ELN en contra de la Quinta Brigada del Ejército Nacional en Patio Cemento, municipio de San Vicente de Chucurí (Santander), en lo fue su primera y última acción militar. En 1967, los hermanos Vásquez decidieron emprender la penetración del departamento de Antioquia, con el objetivo de ampliar su radio de acción hacia nuevas y más seguras áreas, en compañía de 80 hombres, entre los que se destacaban el dirigente Ricardo Lara Parada, asesinado en 1985 por la misma organización en la ciudad de Barrancabermeja; los recién incorporados curas Manuel Pérez Martínez y José Antonio Jiménez –éste último muerto por culpa de una mordedura de serpiente en el Magdalena medio antioqueño; así como Domingo Laín Sáenz, muerto en la Serranía de San Lucas en combate librado contra el ejército en el año de 1975, y el médico alias "Braulio". Todos ellos llegaron inicialmente a la región de Remedios y Puerto Berrío, más exactamente a las veredas Monte Azul y Campo Alegre, ubicadas entre los ríos El Pescado y La Honda, donde instalaron sus campamentos principales. Desde allí emprendieron una arremetida en el año de 1968 contra las poblaciones de Santa Isabel, Remedios, Otú y La Cruzada, dándose a conocer así en la zona del nordeste antioqueño. En 1969 se presentó la primera división interna de esta agrupación, como consecuencia de los enfrentamientos por el poder entre los hermanos Vásquez y Juan de Dios Aguilera, un universitario que había reemplazado en el mando a Medina Morón luego que éste abandonara el grupo para crear una organización aparte cuando aún se
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encontraban en la región de Remedios. El líder de la disidencia lanzó una cruenta arremetida en contra de la mencionada población para dar a conocer el cisma del ELN. Sin embargo, meses más tarde, y como consecuencia del mal manejo de dicha disidencia, los guerrilleros fueron reducidos a unos cuantos y su líder fue fusilado, en las cercanías del municipio de Amalfi, por los hermanos Vásquez. Es importante señalar que Nicolás Rodríguez Bautista (alias "Gabino"), quien entonces era apenas un adolescente, participó en estas acciones destacándose por su puntería y arrojo en el combate. Uno de los profundos y más graves errores cometidos después de la muerte de Camilo Torres, producto de la poca visión política de los dirigentes subversivos y que marcó negativamente el desarrollo de la organización, fue el relacionado con el asesinato del mando medio René, quien tuvo a su cargo dirigir la emboscada contra a una patrulla del ejército que se desplazaba en las cercanías de Remedios. Allí fueron asesinados más de diez soldados y robados los nueve primeros fusiles G-3 que obtuvo la organización a finales de 1969. A este sujeto se le acusó del delito de robo por haberse comido media panela y un pedazo de queso en horas de la madrugada, cuando hizo su ingreso al campamento ubicado en la región de Anacoreto, jurisdicción del municipio de Remedios. Una vez informado Fabio Vásquez del "robo" y violación –por abusar de una campesina–, realizados por el sindicado, fue amarrado y conducido ante la presencia de decenas de campesinos, quienes fueron obligados a presenciar su fusilamiento como escarmiento. Dicho acto fue apenas el inicio de una larga y fatídica lista de
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asesinatos tanto de cientos de campesinos de la región, quienes posteriormente cayeron por cometer actos similares o menos graves, como de los miembros más antiguos del foco insurreccional. El estado de indefensión total en el que se encontraban los "ajusticiados", por cuanto no mediaba defensa alguna, marcó el mito de la dureza y crueldad de estos guerrilleros en el desarrollo de la guerra de guerrillas que libraban. En 1969, según cita un autor, "Jaime Arenas, viejo dirigente estudiantil y colaborador cercano de Camilo Torres, se entrega al ejército y hace toda clase de revelaciones acerca de tales ejecuciones. Por lo demás, será asesinado en 1971 por esta 'traición' y por su vinculación demasiado rápida con el régimen"43. En el año de 1973, los hermanos Vásquez, en su afán por crear semilleros de adeptos al mejor estilo cubano, pero sin una línea política definida ni una acertada organización de masas, irrumpieron en la región de Anorí (Antioquia), actuando más por populismo que por convicción. La carencia de una organización política firme y duradera al interior de las diferentes regiones, determinó que emprendieran otras aventuras, como el caso de este municipio, al cual entraron sin haber realizado un estudio sociopolítico (inteligencia política) previo, y sin calcular la posible aceptación y expectativas de los pobladores. Esto los condujo a un nuevo fracaso, reflejado en una estruendosa derrota militar que le costó la vida a 95% de sus integrantes, entre ellos destacados cuadros, como es el caso particular de los hermanos Vásquez, quienes 43
PECAUT, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968 – 1988. Siglo XXI Editores, Segunda Edición, Bogotá, 1989, p. 105.
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murieron en las acciones de cerco adelantadas por las tropas. Aquí cabe hacer un alto para analizar algunas de las razones que coadyuvaron en este fracaso y que complementan las hipótesis de algunos autores que le atribuyen la crisis de la organización a la dirección de Fabio Vázquez Castaño y a la "concepción político-ideológica de la línea, concretada en una estrategia y medios tácticos que no correspondían a una concepción realmente revolucionaria del mundo que se pensaba transformar"44. El hecho de concentrar 98% de sus unidades en la mencionada región, quedando por fuera únicamente los mandos de Ricardo Lara Parada, los curas Pérez y Domingo Laín, el viejo Raúl (alias "Gabino") y Roque –dado de baja recientemente por las tropas del ejército en las cercanías de Amalfi–, entre otros, propició una situación de excepcional estado de vulnerabilidad que fue explotada debidamente por el Ejército Nacional. La fama de asesinos, que corría como pólvora y que ya había llegado a dicha región mucho antes de que éstos hicieran ingreso a la misma, determinó que los pobladores acudieran a dar información oportuna a las autoridades para evitar las acciones demenciales de la organización. Su población, compuesta de humildes campesinos y bandas de cuatreros y delincuentes de toda índole acostumbradas a vivir a su modo y sin control de nadie demostró, sobre todo los últimos, que no estaba dispuesta a ceder un ápice de su territorio. Estos factores, acompañados de un excelente y adecuado comportamiento del Ejército Nacional, influyeron para que toda la región se fuera en contra del ELN, en un acto 44
TRUJILLO, Mauricio. "Debate sobre el ELN". En: Revista Trópicos No. 8, p. 7.
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de solidaridad nunca antes experimentado por parte de una comunidad, lo que conllevó al triunfo más sobresaliente en éxitos militares contraguerrilleros en la historia de la lucha contra estos agentes generadores de violencia en Colombia. La "Operación Anorí" de los años 1973 a 1974, desarrollada por el ejército, arrojó como resultado un balance muy desfavorable para el movimiento guerrillero por cuanto en ella perecieron 75 guerrilleros –entre ellos los hermanos Manuel y Antonio Vásquez Castaño–. De esta manera, el ELN quedó reducido a dieciocho miembros activos en todo el país45. Totalmente desmoralizado como consecuencia del éxito militar, Fabio Vásquez desertó con 2.500 millones de pesos de la organización hacia la isla de Cuba; años después, el ELN le hizo un juicio político del cual se salvó gracias a la protección de Fidel Castro. La posterior captura de Ricardo Lara Parada, en la vereda Tauretera (municipio de Achí, sur de Bolívar), cuando éste buscaba recursos médicos para operarse de una catarata que lo tenía prácticamente ciego, así como la muerte del cura Laín, acaecida en 1975 durante un enfrentamiento con el ejército en las vertientes del río Amaceri (Serranía de San Lucas), cuando en compañía de Manuel Pérez y dos bandoleros más trataba de huir del asedio militar, terminaron prácticamente de desmantelar a esta organización subversiva.
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"El ELN, inmerso en la estrechez de su foquismo a ultranza y su ausencia de implantación regional, vivió una crisis total en estos años a causa de la (...) ‘Operación Anorí’, en la cual perdió su columna vertebral (1973-1974), y a la etapa siguiente de divisiones, recriminaciones y conflictos internos". PIZARRO, Eduardo. "La guerrilla y el proceso de paz". En: Autores Varios. Entre movimientos y caudillos –50 años de bipartidismo, izquierda y alternativas populares en Colombia-. CINEP-CEREC, Bogotá, 1989, p. P. 251-252.
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Cabe resaltar que los resultados obtenidos por el Ejército Nacional en estas lides fueron rápidos y contundentes, como lo demuestra la derrota temporal y muerte de las cabezas visibles del ELN. Sin embargo, resulta cuestionable la posición de algunos líderes políticos, quienes con su gestión buscaron entorpecer el desarrollo de las operaciones militares en contra de esta agrupación, las que de haberse sostenido en forma integral hubieran significado la erradicación total de esta amenaza. La historia ha demostrado que el equívoco manejo del caso Anorí se revirtió años más tarde en contra de las instituciones y del Estado, abriéndole nuevos horizontes a la delincuencia guerrillera. Esta razón, más que cualquier otra, explica por qué las regiones de Anorí, Remedios y Segovia fueron recuperadas por la subversión, específicamente mediante las acciones del cuarto frente de las FARC, el que supo aprovechar la ausencia del Estado en dichas zonas. Este frente consolidó con masacres su doctrina comunista, lo que posteriormente favoreció el regreso del ELN, con la "Compañía Anorí" y con el frente "Héroes de Anorí". Los golpes que el ejercito le propinó al ELN precipitaron a la organización a una aguda crisis de la que sólo logró recuperarse hasta 1982 46 gracias al acercamiento en búsqueda de la unidad de varios sectores subversivos 46 "(...) desde 1982 y en consonancia con el proceso de descentralización y de construcción de autonomías regionales – que se impulsa desde comienzos de la década del ochenta – (el ELN) decidió como estrategia para su desarrollo político militar, la construcción de lo que ellos llaman el poder local, que significa para ellos acercarse y ejercer presión sobre las administraciones municipales, desde la persuasión hasta la intimidación a través del fusilamiento o el secuestro de alcaldes y funcionarios municipales. El hecho cierto es que en muchas localidades del país, la guerrilla opera como un verdadero para-estado". ZULUAGA, Jaime. "La compleja naturaleza política del conflicto y sus fórmulas de solución". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p. 215.
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afines a este grupo, entre los que se destacaron el Movimiento Independiente Revolucionario (MIR), Patria Libre y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), entre otros. Este paso dio origen, a finales de la década, a la Unión Camilista del Ejército de Liberación Nacional (UC-ELN), la que se destacó por una visión más humanista47, dentro de la misma práctica de la violencia, debida a la nueva orientación que le imprimió el cura español Manuel Pérez, quien a partir de ese momento asumió la dirección política de la organización. Así mismo, durante el gobierno de Belisario Betancur, y como resultado de los diálogos de paz, la subversión captó un espacio para oxigenarse y fortalecerse, pasando de 300 a 3.000 guerrilleros en un lapso de tres años, gracias al control que pudieron ejercer libremente en las regiones del país con débil presencia estatal y mediante la aplicación del terrorismo selectivo. Gracias a las extorsiones a las grandes compañías petroleras y a otras multinacionales con las que a partir de entonces comenzó a financiarse, el ELN ha logrado acumular millonarias sumas de dinero en dólares. De esta forma, la estructura delictiva de la organización ha logrado sostenerse a la par que ampliarse, principalmente en la zona nororiente del país. En 1999, sus integrantes se calculaban en 12.000, de los cuales 5.000 eran combatientes en armas y 7.000 se desempeñaban como personal de apoyo, esto sin contar "las bases sociales donde actúa la guerrilla y que de alguna forma simpatizan, le colaboran y toleran"48. 47
Como resultado de haber sopesado los errores cometidos en un principio, los mandos del ELN reestructuraron en buena parte su política hacia la población y los guerrilleros de base, al grado que se volvieron en cierto sentido "demócratas" en la aplicación de medidas represivas en contra de quienes los rodean. 48 REYES, Alejandro. "El conflicto armado en Colombia". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p. 178.
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En la actualidad, como consecuencia de un proceso de negociación con la Coordinadora Guerrillera que arrancó a finales de la administración de César Gaviria (19901994), se viene desarrollando un proceso de paz con el ELN a través de Fidel Castro, quien, como es sabido, goza de gran prestigio al interior de esta organización. Según sus afirmaciones, este proceso es muy lento y, por ello, el gobierno colombiano, en compensación, ha propiciado una política casi de "guante blanco" y muy buenas relaciones con la Habana. Todo esto parece indicar que las actuales negociaciones han requerido una serie de maniobras encaminadas no sólo a erradicar cualquier vestigio de la tendencia socialista49 de la organización sino a cederle a Fidel Castro el espacio ganado con los obispos alemanes de Wurzburg, quienes auspiciaron las reuniones50 que se efectuaron en las postrimerías del gobierno de Ernesto Samper (1994-1998). Cabe esperar, sin embargo, que este grupo, mermado sustancialmente por sus propios conflictos y divisiones internas así como por obra de las autodefensas en algunas zonas, en términos de enfrentamientos o de asimilación, termine por acogerse a un proceso de reinserción a la vida civil. 49 "En el ELN existen dos frentes muy radicales, muy enriquecidos, con fuerte influencia en la región petrolera del Casanare y de Arauca, bajo el control de la tendencia militarista representada por el Frente Domingo Laín que tomó la preponderancia después de la salida de la corriente de Renovación Socialista que adelantaba mucho trabajo de base, campesina sobre todo, para ir ganando poder popular en las localidades". REYES, Alejandro. Ibid, p.p. 178-179. 50 Producto de estas reuniones fue el acuerdo "Puerta del Cielo", en el que se consignaron aspectos importantes como la necesidad de crear una Convención Nacional que haría partícipe a todos los sectores del país interesados en discutir la problemática colombiana en materia política, económica y social. También se hizo explícito lo concerniente al respeto de las normas consagradas por el Derecho Internacional Humanitario, DIH, especialmente aquellas que proclaman la protección y el respeto de la población civil y de los bienes que no constituyen objetivo militar en el marco del conflicto armado, es decir, la "humanización del conflicto". Recuérdese que fue precisamente durante esta administración cuando Colombia se decidió a adoptar el Protocolo II Adicional a los cuatro Convenios de Ginebra.
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UBICACIÓN FRENTES DE GUERRA ELN
COMANDO REGIONAL DE ÁREA NORTE
COMANDO REGIONAL DE ÁREA NOROCCIDENTE
COMANDO REGIONAL DE ÁREA NORORIENTE
COMANDO REGIONAL DE ÁREA CENTRAL COMANDO REGIONAL DE ÁREA SUROCCIDENTE
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CULTIVOS
ILÍCITOS Y FORTALECIMIENTO DE LOS GRUPOS DE JUSTICIA PRIVADA
Los sectores de mísera población surgidos como consecuencia de la constante confrontación interna agudizaron la guerra por la tenencia de la tierra y los conflictos urbanos y la pérdida de valores éticos y morales deterioraron la sociedad y desencadenaron una crisis económica y estructural de incalculables dimensiones que frenó el desarrollo de la nación y dio origen a los siguientes fenómenos, apenas palpables a partir de la década de 1970 y de todos conocidos en la actualidad: 1. Fortalecimiento de los grupos de justicia privada, alimentados por los acontecimientos derivados de las actividades adelantadas por los terroristas tales como la extorsión, el boleteo, el secuestro, el cultivo y tráfico de estupefacientes, el reclutamiento forzoso –que actualmente involucra a niños y jóvenes menores de edad– así como por el inoperante, cuando no corrupto, sistema de justicia y la, aún en sospecha, tendencia del Estado a delegar la guerra en estos entes, llámeseles paramilitares o autodefensas. La cultura violenta, que se ha convertido en legado del pueblo colombiano, el resentimiento político, el creciente desempleo51 y la falta de mecanismos adecuados para dirimir los conflictos sociales, son otros de los factores que también han ayudado a su crecimiento y expansión por todo el país52. 51 Según Alfredo Rangel, miembro hará unos años de la Consejería para la Seguridad Nacional, "la guerrilla es hoy también una empresa militar de combatientes a sueldo, en su mayoría juventud desocupada y campesinos empobrecidos". HERRERA ZGALB, Miguel Ángel. "Más acá de los límites de Macondo". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p. 196. 52 En 1999, sus efectivos se calculaban en 4.000.
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2. La tendencia, en aumento, a la vinculación de la economía campesina al cultivo de ilícitos, como consecuencia del habitual abandono del sector agropecuario tradicional. Inicialmente, los campesinos se sintieron atraídos por las ganancias que dejaba el negocio de la marihuana, de moda en los inicios de la década del sesenta, los cuales se desarrollaron preferentemente en las zonas o regiones más apartadas y montañosas, lo cual servía para eludir la acción de los organismos de seguridad; tal es el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta, las serranías del Perijá y la Macarena, el pie de monte llanero, entre otros lugares en donde no se había consolidado la colonización. Posteriormente, éstos coincidieron con pequeños grupos de bandoleros que se dedicaban a la tarea de posesionarse como dueños y amos de estos territorios. Tal encuentro dio inicio a un incipiente trabajo conjunto, de mutua conveniencia, entre delincuentes y campesinos. Otro sector de campesinos se refugió en las regiones esmeraldíferas y en las zonas mineras. De esta manera se creó un nuevo fenómeno social, determinado por el fortalecimiento y desarrollo de una economía prácticamente extralegal, preocupante para el buen y sano desarrollo del país. Tanto los cultivadores de marihuana como los esmeralderos fueron fortaleciendo su riqueza individual; los más débiles lucharon por obtener, sin importar la forma, parte de dichas riquezas, convirtiendo estas zonas en regiones de disputa y guerra constante. Esta situación, con el transcurrir de los años, fue aprovechada por las FARC, el ELN, el EPL y el M-1953 para fortalecer su estructura política y organizativa. 53
En 1981, el gobierno acusó al M-19 de "alimentarse de armas por medio de traficantes de drogas", hecho que promovió que las autoridades norteamericanas acusaran a Cuba, "de servir de correa de transmisión de estos intercambios". PECAUT, DANIEL. Op cit, p. 357.
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Posteriormente, la marihuana cultivada en las regiones de clima cálido y templado fue remplazada por cultivos de coca (a finales de la década de 1970, cuando se descubrió que era más rentable cultivar la planta que importar la pasta), en los mismos pisos térmicos que se producía la marihuana. Luego se empezó a cultivar la amapola54 en los climas fríos de los Andes colombianos, debido a que allí resultaban más rentables. En menos de una década, el problema de los cultivos ilícitos acabó por extenderse a lo largo y ancho del país, lo que determinó que los grupos de justicia privada crecieran en forma vertiginosa: unos, cumpliendo la función de cuidar cultivos y pistas clandestinas, los otros, dedicados a salvaguardar las tierras y empresas de los grandes capos de la droga de las arremetidas de las guerrillas. En un estudio revelador publicado en 1999, se afirmaba que los grupos de justicia privada o paramilitares, son organizaciones creadas por grupos de narcotraficantes, con propósitos y objetivos claramente establecidos por éstos, que, en las zonas donde existen guerrillas, se ocupan de cuidar los cultivos ilícitos y "se enfrentan a los grupos insurgentes, produciendo desplazamiento de la población civil que no está involucrada en los cultivos", amedrentándola con masacres colectivas55. 3. Como consecuencia directa de la expansión económica del narcotráfico, traducida en el cultivo, procesamiento y comercialización de la coca, que captaba mercados en todas las latitudes, la presión internacional en la lucha 54 La amapola, de la cual se extraen el opio y la base de la heroína, fue introducida a Colombia en 1986 por los traficantes de cocaína, quienes lograron adaptarla con gran éxito en las fértiles tierras de los departamentos de Tolima, Huila, Cauca y Nariño. 55 Autores Varios. Las drogas: una guerra fallida. Visiones críticas. Tercer Mundo Editores-IEPRI, Bogotá, 1999, p. 45.
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antidrogas se concentró en Colombia. Dicha presión fue y es ejercida por los países directamente afectados por la avalancha de droga, liderados por los Estados Unidos56. Este último exigió a las autoridades colombianas, sobre todo a comienzos de la década de 1980, intensificar la lucha contra los narcotraficantes y su infraestructura delictiva, los que, especialmente a partir de la administración Barco (1986-1990) 57, sufrieron serios reveses, sobre todo en los sectores urbanos. Los organismos de seguridad lograron dar de baja a unos, y los de justicia, encarcelar y extraditar a otros. Pero esta acción resultó parcial, y decimos parcial porque en ese momento no se tenía plena certeza de los vínculos, hoy totalmente indiscutibles y sólidos, entre el narcotráfico y la guerrilla, la cual, como ya se dijo, se dedicaba inicialmente al control y seguridad de cultivos, pistas clandestinas y laboratorios. Y fue precisamente ésta la razón de peso para que un sector de la mafia, sintiéndose apoyado de esta manera, se dedicase a incluir, como nueva táctica, el fortalecimiento de las FARC-EP y de su "trabajo" rural. La reciente exigencia por parte del gobierno de los Estados Unidos de extraditar a los principales jefes paramilitares, entre ellos Carlos Castaño, bajo la acusación 56 La amenaza de la "descertificación", es otra de las medidas empleada por la potencia del Norte para lograr de parte de los gobiernos nacionales acciones más decididas en su lucha contra el narcotráfico. 57 "Una primera reacción ante el problema de los cultivos ilícitos fue la de la fumigación masiva de las plantaciones de marihuana y la erradicación manual de la hoja de coca. Posteriormente, bajo la presión de Estados Unidos, el acento se colocó en la acción militar y en la aplicación de la extradición. (...) las Fuerzas Armadas se comprometieron desde 1988 en la militarización de la ‘guerra contra las drogas’, actividad en la que también participaron la Policía Antinarcóticos y el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS". TORRES DEL RIO, César. "El gobierno de Virgilio Barco (1986-1990). En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 29, p.227. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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de estar involucrados en el negocio del narcotráfico, aunada a la de varios cabecillas de las FARC-EP desde años anteriores, le añade una nueva faceta al conflicto y corrobora los vínculos que existen entre una y otra actividad delictiva. Pero también permite ratificar que cada día se afianza más el apoyo de ésta y de otras naciones al gobierno colombiano en su lucha contra la producción de drogas ilícitas y su corolario, la subversión y el paramilitarismo. Como lo manifestó en años pasados la ministra británica Mo Mowlan: "El apoyo internacional a Colombia es desesperadamente importante"58. 4. La vinculación de los grupos guerrilleros al cultivo de ilícitos59 coadyuvó al fortalecimiento de la estructura militar y financiera de la subversión,60 la que, a la postre, terminó posesionándose de gran parte de las grandes plantaciones de coca y amapola que antes usufructuaba con los carteles de la droga de Medellín, Cali, norte del 58
El Espectador, martes 28 de noviembre de 2000, p. 3A. "(...) la guerrilla no ha escapado al fenómeno, porque en las regiones donde se han desarrollado zonas de frontera interna a base de cultivos ilícitos (el suroriente y el suroccidente) quedaron a cargo de colonos y campesinos pobres, la guerrilla encontró también un espacio de convergencia entre el narcocultivo y sus propios intereses en la lucha contra el Estado. En esas regiones la guerrilla de manera pragmática (...) en lugar de oponerse a la economía del narcotráfico, prefirió aprovecharla desarrollando una amplia organización tributaria como es el gramaje, las tarifas para permitir la operación de laboratorios (etc..) hasta el punto de que, según algunos cálculos, en el caso de las FARC los impuestos a la economía del narcotráfico representan algo más del 55 del total de sus ingresos". ZULUAGA, Jaime. "La compleja naturaleza política del conflicto y sus fórmulas de solución". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.p. 209-210. 60 "Todo proyecto político o militar que atenta contra una institucionalidad vigente obtiene sus recursos de la ilegalidad. Es fácil suponer que la agroempresa de la coca (...) y las actividades de apoyo debieron atraer a una insurgencia con necesidades cada vez más apremiantes de recursos. Las FARC empezaron a cumplir una función de colaboradores y vigilantes, soportadores de las actividades cocaleras y de sus procesos slmultáneos de transformación y transporte. (...) El cocalero entendió que en la defensa de esos cultivos (...) está la permanencia de sus posibilidades y las de los suyos. A partir de este momento, la alianza con el ente armado próximo a ellos dejó de ser circunstancial y convirtió a la subversión, en especial a las FARC, en su aparato militar o en su 59
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Valle, la Costa Atlántica, los Llanos Orientales y la Orinoquía; de esta forma, la guerrilla inició su propio negocio de estupefacientes. Según datos aportados por la Policía Antinarcóticos a finales de la década pasada, "30 frentes de las FARC y 6 del ELN están vinculados a los cultivos de coca y amapola"61. Era tan sólido el vínculo que, por ejemplo, Pablo Escobar tenía con las FARC-EP, que en varias oportunidades éstas le ofrecieron protección; días antes de su muerte, acaecida en Medellín en diciembre de 1993, la solicitó en forma directa a las cuadrillas del bloque del Magdalena medio y a los frentes de la costa norte. Su intención de refugiarse en la hacienda de propiedad del extinto narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, a orillas del río Magdalena, y así eludir el cerco tendido por las autoridades, contó con el total respaldo de esta organización. En otros escenarios, el maridaje narcotráfico-subversión se hizo más fuerte62, pues algunos de los mafiosos regionales orientados por Pablo Escobar, en su intento por no perder del todo el control nacional e internacional del comercio de drogas y presionados por la persecución de la justicia, acudieron a las FARC-EP y al ELN en busca de apoyo militar directo para cuidar sus cultivos y pistas clandestinas instituto policivo. La solidez en el negocio de las plantaciones de coca y su expansión ha ido de la mano con el crecimiento de los frentes operativos de las FARC y el número de sus combatientes. No es por demás advertir que ese crecimiento en efectivos es concomitante con un mejoramiento en su equipo militar y en las condiciones generales de vida de las tropas". QUINTERO, Hernán. "La coca: en el centro del conflicto colombiano" (Ponencia). En: Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio Para La Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, pp. 149-150. 61 "Autores varios. Las drogas: una guerra fallida. Visiones críticas. Tercer Mundo Editores-IEPRI, Bogotá, 1999, p. 45. 62 "La guerrilla es enemiga a muerte del narcotráfico y de su expresión armada, los paramilitares, en el Magdalena medio y en Urabá, pero en el suroriente del país hay alianzas entre ella y sectores del narcotráfico". ZULUAGA, Jaime. Op cit, p. 211.
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en Bolívar, Sucre, Los Llanos Orientales, Putumayo, Cesar, Magdalena, Valle, Urabá chocoano y Caquetá, entre otros, hecho que le facilitó aún más las cosas a la guerrilla para acceder al control total del negocio y convertirse en el primero y más importante cartel del mundo. Después de la muerte de Pablo Escobar, los carteles de la droga en Colombia fueron absorbidos en gran parte por la subversión y sus propiedades, representadas en cultivos y aeropuertos rurales, pasaron a sus manos para organizar su propio cartel, gracias a que conocían las rutas del embarque y las redes internacionales. Este incremento en los ingresos económicos de las guerrillas ha favorecido decisivamente la realización de los delineamientos trazados en el plan estratégico, especialmente el de las FARC-EP63, puesto que este grupo ha logrado aprovisionarse de grandes cantidades de dinero, armamento y logística general que han redundado en una mayor y más grave desestabilización de la seguridad nacional. 5. Enfrentamiento entre guerrillas y grupos paramilitares. A inicios de la década de los ochenta, obligados por diversos factores entre los que tuvieron un peso decisivo los continuos boleteos, chantajes y extorsiones por parte de las organizaciones de izquierda al margen de la ley, y concretamente el secuestro de una hija de Fabio Ochoa así como del padre de Pablo Escobar, narcotraficantes de la región del Magdalena medio, Caquetá, el Urabá antioqueño, los Llanos Orientales y las principales ciudades del país decidieron organizar una estructura 63 " En 1994, según cifras aportadas por el general Manuel José Bonett Locarno durante el Encuentro Colombo-Español "Paz y Guerra en Conflictos de Baja Intensidad: El Caso Colombiano" (enero 24, 25 y 26 de 1996), los ingresos de las FARC-EP "se estimaron en 295 mil millones de pesos, de los cuales 154 provienen del narcotráfico".
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militar, llamada "Muerte a Secuestradores" (MAS)64, apoyados, como luego se supo gracias a una investigación ordenada por el presidente Belisario Betancur (19821986), por numerosos ganaderos y comerciantes de las regiones más azotadas por el grupo guerrillero M-19 y sus operaciones delictivas. Pero fue el secuestro, en el año de 1981, y posterior asesinato, pese a haber cancelado treinta y seis millones de pesos ($36.000.000.oo), en el año de 1982, del padre de Fidel y Carlos Castaño Gil, en la hacienda Hundidor (municipio de Segovia, Antioquia) perpetrado por el cuarto frente de las FARC-EP, el hecho que disparó la reacción airada de los sectores de ganaderos y comerciantes de la región del Magdalena medio antioqueño y santandereano y del bajo Cauca, y coadyuvó al fortalecimiento de la mencionada organización paramilitar, la que empezó a ampliar su radio de acción por todo el país combatiendo a simpatizantes y amigos de la subversión65. 64
Según un riguroso estudio, el MAS se anunció oficialmente en 1981. Creado inicialmente por los mafiosos, "para desarrollar una campaña incesante de intimidación contra la izquierda, los sindicalistas, los responsables políticos tanto como los presuntos guerrilleros, recurre a asesinatos y desapariciones". PECAUT, Daniel. Op cit, p. 357. 65 El paramilitarismo, en su origen, debe considerarse una sangrienta respuesta a las acciones criminales perpetradas durante años por los bandoleros en contra de empresarios, ganaderos hacendados y trabajadores del agro, quienes, acicateados por el odio y la falta de otros recursos, decidieron tomarse la justicia por su propia mano. Sin embargo, son los pobladores inocentes y desvalidos los que se han llevado la peor parte en esta contienda, bien sea porque perecen en ella o porque son obligados por medio del terror a colaborar, bien sea con la narcoguerrilla o con los grupos paramilitares. No obstante, es preciso aclarar que hasta finales de la década del ochenta las acciones de los grupos de seguridad privada, especialmente en el campo, estuvieron encaminadas a la defensa de los intereses de la población rural de mayor peso. Así mismo, el control que las autoridades realizaban sobre éstas era fácil, por cuanto existía el compromiso de la ayuda mutua entre el Estado y el sector adinerado del país en la persecución de la delincuencia organizada, incluida la subversiva. Pero a partir de la fecha, algunos de estos grupos sobrepasaron los límites, polarizando así el conflicto colombiano en un
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El grupo encabezado por los hermanos Castaño, grandes conocedores de la subversión, entendieron que la vulnerabilidad de las guerrillas reside en las redes o células clandestinas de apoyo logístico y militar de éstas, y por ello se dedicó a destruirlas al permitir que sus miembros pasaran a integrar su organización, previa delación de sus compañeros de armas; en caso de rehusarse, eran ejecutados66. Uno de los escenarios más golpeados por este nuevo enfrentamiento armado fue el Magdalena medio, particularmente la zona de Segovia, región de Manila, donde se tiene conocimiento de una de las primeras masacres colectivas –78 personas, entre ellos varios niños y ancianos–. Posteriormente, la cabecera municipal de esta localidad fue víctima de otro hecho similar, en el cual perdieron la vida 48 ciudadanos. Esta práctica tuvo un eco insospechado y prontamente se extendió a otras regiones del país, principalmente Córdoba y Urabá, provocando éxodos masivos de población rural. Según figura en el Informe del presidente Virgilio Barco al Congreso Nacional (1990): "en septiembre de 1987 el entonces ministro de Gobierno, César Gaviria Trujillo, denunció públicamente ante la Cámara de Representantes la existencia de más de 140 de estos grupos. En esa enfrentamiento entre una extrema izquierda, brutal y sanguinaria, y aquellos que se transformaron en una organización sin principios ni rumbo, que de controlar la delincuencia pasaron a reemplazarla puesto que utilizan sus mismos medios y persiguen sus mismos objetivos de enriquecimiento ilícito. La profunda contradicción interna que padecen estos grupos, riñe con sus orígenes y con sus hechos desprestigia permanentemente al gobierno de turno. El interés por obtener ganancias individuales en el río revuelto de la violencia fortalece profundamente a los enemigos de la democracia y a la subversión, ya que le proporciona argumentos que les permiten justificar ante las masas sus actuaciones delictivas. 66 El 18 de abril de 1997, Carlos Castaño agrupó bajo su mando a los grupos paramilitares o autodefensas en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y en el 2000 empezó a manifestar públicamente su deseo de que se les concediera estatus legal.
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oportunidad el ministro Gaviria señaló que algunos de ellos tenían una cobertura de acción de alcance nacional y otros una exclusivamente regional". Para paliar en algo la situación, el gobierno de este mandatario prohibió los grupos de autodefensa –lo mismo haría la Constitución de 1991– expidiendo decretos como el 813, "que creó una comisión asesora y coordinadora de planes para combatir a los grupos ilegales que adelantaban actividades de justicia privada. En el mismo año, el Decreto Legislativo 1194 adicionó el 813 al Estatuto Antiterrorista. El Decreto 814 de 1989 creó el Cuerpo Elite de la policía para combatir a los grupos de justicia privada y a los narcotraficantes"67. Sin embargo, la legalización de las "Cooperativas de Seguridad" –Convivir– por parte de la Corte Constitucional durante el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998), le dio el visto bueno a las autodefensas o grupos paramilitares en lo que se interpretó como una delegación estatal del problema de la insurgencia en manos de éstos. Según afirmaciones del propio Carlos Castaño que avalan lo dicho, "nosotros no somos institución, por eso nosotros podemos hacer lo que no pueden hacer las Fuerzas Armadas68 para contener los grupos insurgentes" y "a donde quiera que haya un frente guerrillero habrá un frente de autodefensas"69. No obstante la defensa que se ha hecho en ciertos círculos nacionales de los paramilitares, como mal necesario para contener, e incluso eliminar a los subversivos, la posición de otras naciones, como Estados Unidos, ha sido muy clara 67
TORRES DEL RIO, César. Op cit, p.228. Según un informe del ejército aparecido en diciembre 11 de 2000 en el diario El Espectador, entre enero de 1999 y noviembre de 2000, 3.289 civiles habían perecido por cuenta de la guerrilla y los grupos de autodefensa; dDe esta cifra, el 49% le correspondía a estos últimos. 69 ZULUAGA, Jaime. Op cit, p. 219 y 212, respectivamente. 68
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y enfática al respecto: "La política de E.U. es la de no mantener ningún contacto o ningún trato con los paramilitares". A raíz de la demanda que Carlos Castaño le hizo al ex presidente Andrés Pastrana de ser incluido en las negociaciones de paz, Thomas Pickering, secretario de Estado adjunto para los Asuntos Políticos de Estados Unidos, manifestó en noviembre de 2000 que "E.U. no apoya la demanda de Castaño"70. La solicitud de extradición de este personaje por parte del gobierno estadounidense en septiembre de 2002 ratificó plenamente lo dicho por este país. Lo cierto es que esta nueva modalidad de enfrentamiento entre autodefensas y grupos guerrilleros, que hoy cumple dos décadas y vincula a la inerme población civil –tanto a la inocente como a la acusada de simpatizante de uno u otro bando–, llegó a su paroxismo el 2 de mayo de 2002, cuando las FARC-EP, en su arremetida contra los paramilitares con los que se disputan el control territorial del Chocó, lanzaron una pipeta de gas contra la iglesia de la humilde población de Bojayá que le costó la vida a 115 personas, en su mayoría niños. Hoy se afirma, también, que el enfrentamiento entre los paramilitares y la subversión debe entenderse como una guerra de conquista y reconquista territorial a fin de asegurar el control de los cultivos de coca en el sentido que el dinero devengado de ella sirve para el financiamiento de la guerra. Tanto las organizaciones subversivas como los paramilitares "saben que quien controle la coca en Colombia gana la guerra. Porque esta es la fuente de recursos para acceder al mercado negro internacional de armas y para dominar los territorios y sus riquezas. Quien incline la balanza de la coca de su lado, tiene la ventaja estratégica para ganar la guerra. Pero 70
El Espectador, martes 28 de noviembre de 2000, p. 3A.
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hay que agregar que a la droga se suman el control de la tierra a gran escala para el financiamiento de la guerra interna"71. Pero, asimismo, los enfrentamientos entre estos grupos han generado uno de los fenómenos más preocupantes del momento, como es el de los desplazados72, una "bomba social" de no resolverse a tiempo y que ha desbordado las capacidades de auxilio que puedan brindar instituciones como la Cruz Roja o la Red de Solidaridad Social. Entre sus causas figuran, en orden de importancia: amenaza generalizada (65.85%); masacre (14.60%); toma de población (9.4%); enfrentamiento armado (5.96%); amenaza específica (4.19%); y ataque indiscriminado (1.35%)73. Según las últimas estadísticas aportadas por el diario El Tiempo, inciertas del todo, actualmente se habla de "un millón, de dos o más. O de 159 mil hogares desplazados entre 1998 y el 2002. Hay instituciones que se refieren a 71
REYES, Alejandro. "El conflicto armado en Colombia". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.p. 186-187. 72 El narcotráfico ha producido cambios en el panorama agrario del país, que explican no sólo la aparición de los grupos de justicia privada sino gran parte de la pauperización y expulsión campesina de las últimas décadas, según revela uno de los estudios más completos sobre el tema: "La compra de tierras por narcotraficantes ha cambiado los términos del problema agrario colombiano. En primer término, ha contribuido a elevar los niveles de concentración en unas pocas manos, con el consiguiente desplazamiento de campesinos a frentes de colonización y ciudades. En segundo término, ha sobrevalorado las tierras, desestimulando con ello el ingreso de empresarios agrícolas y ganaderos al mercado. En tercer lugar, ha contribuido a la financiación de las estrategias privadas de contrainsurgencia, que buscan recuperar la seguridad por la fuerza, disputan dominios territoriales a las guerrillas y en muchas ocasiones aterrorizan a la población rural, aumentando los niveles de violencia. En cuarto término, ha reforzado una tradicional pauta ineficiente de destinación de las mejores tierras del país a la ganadería, en prejuicio de la agricultura y los bosques. En muchas regiones los narcotraficantes han sustituido a las viejas capas propietarias de la tierra y han deteriorado, aún más, el escaso liderazgo social en las regiones afectadas". Autores Varios. Drogas ilícitas en Colombia. Su impacto económico, político y social. PNUD-Ministerio de Justicia y del Derecho, Dirección Nacional de Estupefacientes-Planeta Colombiana Editorial S.A. Bogotá, 1997, p. 343. 73 El Espectador, diciembre 11 de 2000.
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269 mil hogares"74. En un informe aportado por el Observatorio de Derechos Humanos del Gobierno Nacional en diciembre de 200075, se logró establecer que "por la degradación del conflicto armado, 763 municipios, de los 1.120 que tiene el país, expulsan población y 414 constituyen zonas receptoras". Asimismo advierte, "que el desplazamiento proviene principalmente de las zonas rurales y afecta a las mujeres (47%), a menores de 18 años (54%) y a comunidades afrocolombianas e indígenas (36%)76. 6. Crisis de gobernabilidad77. A la clase política que dirige el Estado le ha faltado propiciar una evaluación crítica de las reales causas, políticas y socioeconómicas, que dieron origen a las organizaciones guerrilleras y a otras asociaciones de delincuentes que constantemente perturban el orden social. Algunos dirigentes78, ya sea por 74
El Tiempo, domingo 22 de septiembre de 2002, p. 1-22, columna "Cosas del día". El Espectador, diciembre 11 de 2000. 76 "De acuerdo con el informe, en el cual se cita como fuente al Sistema de Estimación del Desplazamiento, la agudización del desplazamiento convirtió a los centros urbanos y capitales de departamento en alternativa de refugio, y las características de los desplazamientos tienden a inducir cambios en la apropiación de la tierra y recursos estratégicos. (...) el desbordamiento del desplazamiento, considerado una tragedia humanitaria por cuenta del conflicto, empezó a permear las fronteras con Venezuela, Panamá y Ecuador". El Espectador, diciembre 11 de 2000. 77 De acuerdo con la definición de gobernabilidad de Daniel Pécaut, dicha noción debe considerar tres aspectos: "A. La capacidad de los gobiernos para tomar, según procedimientos legítimos, medidas eficientes que correspondan a los intereses de la mayoría. B. Las posibilidades de auto-organización de las sociedades que ayuden a su cohesión. C. La confianza civil entre las personas y la confianza cívica con el conjunto de la comunidad política, ‘de modo que la gente pueda relacionar la manera como va construyendo su propia vida con la vida del conjunto al cual pertenece’". RIVERA, Gonzalo. "Una ocasión para reflexionar sobre la educación en gobernabilidad democrática". En: Gobernabilidad democrática. El proyecto colombiano. Escuela de Liderazgo Político y Gobernabilidad Democrática-Instituto Luis Carlos Galán para el Desarrollo de la Democracia. Bogotá, 2002, p.22. 78 No sobra mencionar que buena parte de la clase dirigente del país viene padeciendo desde hace muchos años del "síndrome del Titanic", porque vive de espaldas a la realidad nacional, insensibilizada y anestesiada frente al clamor social. Dicho con otras palabras, a la dirigencia política le ha quedado grande, en más de un caso, asumir las banderas de la "restauración moral de la República", por su falta de testimonio ético, por la grave crisis de confianza entre gobernantes y gobernados y por un escaso sentido de la justicia social que en gran medida ha sido proporcional al aumento de la subversión armada. 75
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falta de patriotismo, por egoísmo, por satisfacer las expectativas de quienes los encumbraron o por implementar políticas estatales sin calcular su impacto social, fueron incapaces de sopesar los nefastos efectos que este fenómeno conlleva para el futuro de la nación. Al respecto es muy ilustrativo el análisis que hace el profesor Manuel Humberto Restrepo Domínguez de la posición del Estado frente a la subversión: "cuando apareció el movimiento insurgente con una connotación de clase popular que entraba a disputar el poder, los sectores en el control del Estado no tomaron en serio el fenómeno naciente para mirarlo como un acto de guerra. No hubo como tal una declaración de guerra, ni un propósito, ni en el terreno político ni en el militar para buscar la eliminación de la insurgencia. Razón por la cual siempre se ha dejado la política de guerra en manos de cada gobierno de turno. El Estado no tomó en serio esta situación por considerar que era un fenómeno de foco, aislado, no generalizado y localizado. Eran los escenarios de Marquetalia, los alrededores de San Vicente de Chucurí y posteriormente Córdoba, donde crecerían las FARC, el ELN y el EPL. (...) No hubo decisión oportuna por parte del Estado para confrontar con el propósito de acabar, quizá por considerar que los pequeños focos no representaban un peligro inmediato. En la medida que la insurgencia pasó geográficamente de un departamento a otro –hoy ocupa entre el 60 y el 65% del territorio nacional–79, 79
"(...) la guerrilla ha venido expandiéndose en los últimos diez años de manera significativa hacia las zonas prósperas de la economía, aunque en ellas no haya escaladas guerrilleras. Están en más del sesenta por ciento de los municipios cafeteros y en más del cincuenta por ciento de los municipios de agricultura comercial. (...) (En 1987) los frentes guerrilleros estaban empezando por Urabá, bajando hacia el sur del país y luego se extendían envolviendo todo hacia Arauca y era perfectamente visible que (...) estaban tratando de cerrarse, proceso que está casi completo. En la última década la tendencia ha sido de localización estratégica. Hoy la guerrilla está
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extendiendo el radio de operatividad, el conflicto se fue haciendo mayor, estimulado en la moral insurgente por el entusiasmo que generaba la revolución cubana y la imagen del Che Guevara. A partir del 70 el Estado comenzó a desarrollar la guerra desde el punto de vista militar. (...) Aparecían hasta entonces dos momentos de la guerra, uno con la presencia pública de la insurgencia, a la que se le dio una respuesta débil (década de los 60). Otro con la concentración de tropas para el exterminio (década del 70). Hoy este modelo de concentración de hombres en armas en una operación no es posible para la fuerza armada institucional, en buena medida porque el país está atravesando por el conflicto armado, con la presencia de más de 100 escenarios permanentes de alteración político-militar, distribuidos en todo el territorio nacional y con afectación directa sobre más de 600 municipios. Aunado a la denominada retaguardia que debe cuidar el Estado, esto es, los centros político-administrativos, de producción, de gobierno, de comunicaciones. Situación que unida a otros tipos de violencia como la producida por la acción delincuencial, narcoterrorismo, escuadrones de la muerte, entre otros, no le permiten al Estado abandonar temporalmente su función básica nacional, para concentrar su acción sobre un solo actor. ubicada en más de seiscientos municipios del país, ha logrado acumular inmensos recursos y no se ha conocido una que financieramente sea tan fuerte. Esto le da un margen de autonomía inmenso". BEJARANO, Jesús Antonio. "Los costos económicos y las soluciones políticas de paz". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias EconómicasECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.p. 11-12. Lo anterior se puede contrastar con los siguientes datos: "el grueso de los frentes guerrilleros se localiza en zonas pobres y marginales. De los municipios con presencia guerrillera 18% pertenece a zonas de colonización, el 44% tiene características de latifundio agrícola, el 21% corresponde a campesinado medio y sólo el 10% a agricultura empresarial y comercial". CORREDOR, Consuelo. "Causas, consecuencias y soluciones socio-económicas de la violencia. En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.89.
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Un tercer momento se originó a partir de la iniciación de conversaciones definidas por la estrategia nacional contra la violencia (1990)80 y el acceso hacia una situación de solución negociada. (...). Quizá una de las mayores preocupaciones por las cuales en este momento la guerra está en una significativa dimensión transversal, es por lo que representa el fenómeno insurgente, como factor de poder que disputa el poder de la institución (...)81. Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que Colombia enfrenta hoy una de las peores crisis de su historia, no sólo de gobernabilidad sino en todos los frentes de la vida nacional, y que no se podrá salir de ella mientras no se identifique y resuelva todo aquello que ha contribuido al caos que actualmente menoscaba la legitimidad gubernamental. Sin embargo, y en aras de la verdad, es preciso resaltar que esta débil democracia, no obstante los resquemores que haya podido despertar en el cumplimiento de su deber y cuyos frutos apenas ahora se están apreciando de manera debida por una ciudadanía que finalmente empieza a sentirse protegida, se encuentra sostenida por un ejército patriota, combativo, con un alto sentido de la lealtad y del servicio social, que hace todo lo que está a su alcance para mantenerla viva, pero que no por ello puede sustraerse a críticas constructivas, como se verá a continuación. 80
Se refiere a la estrategia esgrimida por el gobierno de César Gaviria (1990-1994) y en la que se mencionó por vez primera la necesidad de darle, por parte del Estado, unido a la comunidad, una respuesta integral al conflicto armado que se resumía en tres propósitos: 1. La recuperación del monopolio de la fuerza por parte del Estado; 2. La recuperación de la justicia para sancionar el delito; 3. Asegurar la presencia y cubrimiento institucional del Estado en todo el territorio nacional. 81 RESTREPO DOMINGUEZ, Manuel Humberto. El conflicto armado en Colombia. Perspectivas de una negociación. Universidad Pedagógica y tecnológica de Colombia – Instituto de Investigaciones y Formación Avanzada, Tunja, 1999, p.p. 56-58.
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7. Crisis de la institución castrense. No obstante el hecho de haber ejercitado durante muchos años una fuerte adhesión a la defensa de las instituciones y del pueblo, dictada por los gobiernos y el orden constitucional, el Ejército Nacional se ha visto envuelto en las intrigas y los mecanismos de la corrupción que afecta a algunas instituciones del Estado y parte del sector de la clase dirigente del país, y por ello ha sacado de foco algunas de las enseñanzas de los libertadores y prohombres de la patria, con las siguientes consecuencias: - La gradual descomposición de la misión global, como parte sustancial de la tarea histórica legada por "El Libertador" Simón Bolívar y el general Francisco de Paula Santander en relación con la permanente lucha por el bienestar de la patria. - La confusión entre la legalidad, que brinda el ordenamiento de las leyes, y la legitimidad, aprobada por la nación, ha hecho olvidar a algunos militares que así se actúe dentro del marco de una acertada legalidad, si existe un profundo vacío de legitimidad y se carece del apoyo histórico de la sociedad por la que se lucha, la institución se expone a pervertirse cuando no a desaparecer como actor social necesario. Si un gobierno se desprestigia al grado de ser el centro de las censuras permanentes en el ámbito nacional e internacional, bien fuere por su corrupción, falta de moral o desatención a una población necesitada, y su ejército no hace nada por rescatar los paradigmas ejemplares ni por sustraerse, como lo exige su compromiso con la colectividad, de las malas políticas de dicho gobierno, será el primero en caer cuando se realice un levantamiento popular.
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Es preciso tener en cuenta que, como directa consecuencia del reordenamiento de la política exterior de las grandes potencias en los campos político y económico –y de manera gradual en el cultural, social y militar–, los ejércitos de mundo están siendo reducidos significativamente o han entrado en un proceso de modernización que los ha investido con una función cívica estelar y les ha permitido que sus miembros se instruyan y aporten en temas de vanguardia social, cosa que no se aleja de la realidad colombiana puesto que gracias a la labor de la administración Pastrana Arango82 y a los principios rectores del nuevo gobierno, el Ejército ha mejorado significativamente en materia de asignación de recursos, profesionalización y apoyo gubernamental y ciudadano. La Policía Nacional también se ha beneficiado notablemente con el nuevo enfoque y su cuerpo se ha depurado de elementos nocivos a la par que sus integrantes han sido llamados a participar en importantes planes educativos, algunos de ellos liderados desde universidades privadas, como la Pontificia Universidad Javeriana. No sobra recalcar que, en miras a recuperar su integridad y credibilidad, es deber ineludible del Ejército Nacional el volver a ondear las banderas del liderazgo, honorablemente izadas ante la nación durante el gobierno del general Rojas y en otras épocas críticas del devenir de la patria, y así imprimirle nueva vida al natural binomio pueblo –Fuerzas Militares. Para recordar la prestigiosa 82
Según declaraciones del embajador ante los Estados Unidos, Luis Alberto Moreno, al principio de la década de 1990 "el gasto militar era alrededor del 1,5% del PIB. Al terminar su gobierno, el presidente Pastrana será el que más alto deje el gasto militar, 3,6%. (...) De otro lado, cerca del 40% del presupuesto del gobierno se va en gastos de defensa. (...) Las Fuerzas Armadas han mejorado y esto debe mantenerse. La profesionalización del ejército y la cooperación de E.U. contribuyen a una conciencia mayor en todos los rangos del ejército colombiano". El Colombiano, martes 16 de abril de 2002, p. 9ª.
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figuración de las tropas colombianas en tan decisiva hora de la historia, basta preguntarse de qué manera logró el Ejército aquella gran aceptación popular y elevado grado de sensibilidad social– que quiso perpetuarse en el Frente Nacional a través de oficiales lúcidos y conscientes que debieron salir del escenario acusados de "deliberantes", cuando hoy en día los mejores analistas del conflicto interno consideran que una mesa de negociaciones sin la presencia militar niega a rajatabla la condición de actor social de las Fuerzas Armadas, o cuando el mismo presidente de la República sostiene que "apoyaré con afecto a las Fuerzas Armadas de la Nación y estimularemos que millones de ciudadanos concurran a asistirlas"83. Es claro que en el camino militar no están permitidas la pérdida de los compromisos institucionales y patrióticos, ni la aceptación de la descomposición o de la corrupción, al nivel que sea, ni la conveniencia de cohonestar con el relajamiento de las costumbres y la inversión de los principios éticos y los valores morales, que sólo se construyen con esa fuerza invisible de la conciencia que impide caer en los abismos del facilismo y la frivolidad. El ejército colombiano es, ante todo, un ejército de claro perfil democrático, en el que el soldado debe vincularse con el ciudadano de bien y viceversa. Si en la institución existen personas que han confundido la defensa del bien común y la salvaguarda de la soberanía moral y territorial con los planeamientos errados del gobierno de turno, este hecho deja entrever que en su interior está imponiéndose una mentalidad "inmediatista" que jamás podrá satisfacer las expectativas de defensa de la población civil ni, mucho 83
Álvaro Uribe Vélez, discurso de posesión presidencial, agosto 7 de 2002.
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menos, llenar el vacío que su misión le impone en la lucha integral contra los enemigos de los intereses de la sociedad. Recordemos que así haya muy buena voluntad combativa, un buen entrenamiento y un sofisticado armamento, si las acciones militares no concurren en un objetivo estratégico integral, el ejército, además de marginarse de las exigencias del ahora puede, como ya se dijo, desaparecer o vivir del contento de pírricas victorias. Analizando muy determinadamente los conceptos antes expuestos se puede concluir con las siguientes preguntas, dirigidas al pueblo colombiano: ¿Tiene usted clara la razón por la que lucha el ejército? Y, lo más importante: ¿Sabe usted por quién lucha y en qué condiciones? No sobra traer a colación en este punto el juicio favorable emitido por Otto Morales Benítez, quien salió en defensa de la institución castrense, acusada por veedores internacionales que, por más buenas intenciones que tengan, están lejos de entender el papel que ésta desempeña en la vida nacional y en la salvaguarda del orden público: "Veo con alarma la racha de odio que se acumula contra el ejército nacional, al cual se refirieron con tan crueles juicios los veedores que llegaron de naciones lejanas, cuando el espectáculo de la entrega de los soldados en Cartagena del Chairá. Su acción está cercada por la Constitución de 1991, que siempre he llamado el embeleco jurídico que debilitó al ejecutivo para las acciones de orden público y cuyo desarrollo legal actúa contra aquél, lo mismo que las organizaciones humanitarias que se llaman equivocadamente humanitarias. Jueces, tribunales, procuradurías, fiscalías, se apoyan en informes parcializados, en declaraciones de enemigos del Ejército y así logran
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desarrollar una acción intimidadora para que se detengan sus acciones"84.
FACTORES GENERADORES DE VIOLENCIA En su orden, los factores generadores de violencia, junto con una interpretación de los mismos, son los siguientes: 1. Corrupción administrativa. Este fenómeno ha generado y aún origina los principales problemas sociales de la historia colombiana. Con el paso de los años, la crisis por ella desatada se ha profundizado y, lo más grave, ha penetrado todos los estamentos de la sociedad y especialmente las instituciones del Estado hasta alcanzar grados inimaginables. Su influjo pernicioso, al entronizar la mediocridad y la permisividad, frena cualquier intento de hallar una solución a sus efectos y contribuye al acrecentamiento de la miseria de la población, al no revertirse en ella los recursos de la nación, y al atraso, de por sí endémico, de la infraestructura. Por tales características, la corrupción se ha convertido en un caldo de cultivo propicio para la inseguridad ciudadana a la par que ha creado una cultura de la deshonestidad que las clases menos favorecidas han copiado de dirigentes y funcionarios públicos y que se refleja en el incremento de viejas y nuevas modalidades de delincuencia. Cabe hacer referencia en este punto a la impunidad, como una consecuencia directa de la 84 MORALES BENITEZ, Otto. "La universidad frente al conflicto armado en Colombia". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.134.
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corrupción, que ha logrado superar niveles del 80%, sin mencionar otros aspectos de la perversión de los organismos de justicia, como el prevaricato y la arbitrariedad, que explican por qué la "acción de tutela" se ha convertido desde 1991 en el principal recurso justiciero de los colombianos. Tal situación, como puede verse a simple vista, no ayuda en nada a resolver la crisis existente; por el contrario, ella se constituye en un catalizador de la gran violencia que hoy padece Colombia. En los términos del general Manuel José Bonett, es "violencia incruenta que surge del conflicto de intereses entre los particulares y el Estado. (...) Promueve una carrera de delitos. Corrompe la política reduciéndola a una actividad por el control de la burocracia. Hace inoperante la justicia y bloque la capacidad fiscalizadora del Estado. Entroniza el clientelismo como forma de relación entre los ciudadanos y la administración. Pone el dinero, el tráfico de influencias y recompensas de todo tipo como elemento fundamental de sus métodos para minar la moral de los funcionarios del Estado"85. 2. Profunda división de clases y falta de oportunidades. En este sentido, el pueblo colombiano sufre la inclemencia de un avanzado estado de atraso, cultural, económico y político, agravado aún más por el desconocimiento que los líderes del Estado tienen respecto de las necesidades y aspiraciones de los estratos medios y bajos. El liderazgo político, que en virtud de su conocida negligencia ha optado por mantenerse de espaldas a la realidad social, es además profundamente excluyente, lleno de vicios y odios que explican porqué sus miembros se viven acusando mutuamente en vez de aunarse en aras del bien común. 85
BONETT LOCARNO, José Manuel. "Definición de los factores generadores de violencia en Colombia". En: Paz y Guerra en Conflictos de Baja Intensidad: El Caso Colombiano. Colección Tiempos de paz, Bogotá, 1996, p. 77.
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Tal actitud, con el paso del tiempo, ha permitido entrever un bajo perfil político de muy poca reflexión humana y mínima capacidad administrativa que les impide detenerse, siquiera por un instante, a observar a su alrededor los efectos de su egoísmo consuetudinario y que, a la postre, ha dado cuerpo al fenómeno de una guerra endémica, siempre al acecho y cruel, que ellos mismos, con o sin conciencia, han alimentando y fortalecido sin reparar en el peligro que ella representa para los intereses de la patria y el futuro de sus propios hijos. La clase media, por las características profesionales y humanas que la distinguen, constituye el principal soporte de la sociedad. Sin embargo, es la más sometida y vilipendiada en el sentido que se le desconoce su importancia y se menosprecia su labor en pro de la sociedad. Los estratos bajos, por su lado, y que engloban a la mayoría de los colombianos, viven sometidos al más profundo atraso cultural y económico como consecuencia de las malas políticas trazadas por los gobiernos de turno. 3. Miseria social. Los agudos problemas que encaran las distintas clases sociales del país no son gratuitos y obedecen tanto a los factores expuestos anteriormente como a la poca iniciativa de quienes conducen el Estado en procura del desarrollo de incentivos sociales e instrumentos económicos que generen riqueza a la población colombiana. Sus planes de desarrollo social y económico, principalmente las políticas relativas al agro86, ostentan concepciones retardatarias cuando no carentes de todo 86 "La persistencia de los factores que impiden el desarrollo competitivo del agro y la distribución de los potenciales beneficios entre la población han dado lugar a la profunda crisis agraria de esta década, lo cual explica la ampliación del conflicto (armado), el deterioro ambiental y el acrecentamiento de la ingobernabilidad". CORREDOR, Consuelo. Op cit, p. 83.
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estímulo al progreso individual y colectivo de la sociedad. No obstante, por paradójico que pueda resultar, todo esto es lo que precisamente les ha permitido continuar con la dirección general del Estado, pero el caos social y la falta de gobernabilidad de la hora presente hacen pensar que se avecina el tiempo en que tan mal uso de las herramientas destinadas al bien común reciba los frutos merecidos, en el sentido que la pobreza es una de las principales amenazas a la estabilidad de los pueblos y a la integridad de cualquier gobierno. Tanto las amplias mayorías que sobreviven en las pobrezas generalizada (53%) y extrema (20%) 87 , como los pertenecientes a la alta sociedad, cuentan con líderes y representantes pensantes y analistas, versados en la materia de los problemas sociales de la nación. No es posible continuar con la labor de hacerle creer a la población y ni a los líderes propios que la crisis social que hoy se vive es tan solo una consecuencia de la última administración, o si acaso de unas pocas anteriores, pues ello implicaría desconocer los efectos de decenios de corrupción y malas políticas administrativas que han impedido el normal desarrollo de país. De igual manera, si se quiere rescatar a la nación del abismo al que al parecer se encuentra abocada, es preciso unir esfuerzos; las distintas clases deben trabajar mancomunadamente en el fortalecimiento de la estructura democrática a fin de avivar el gran potencial de la patria a la par que modificar las situaciones que han permitido que Colombia sea blanco de constantes críticas en el ámbito internacional por causa de unos cuantos.
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Datos de 1995.
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Es preciso, además, que quienes dicen ser los representantes de nuestra sociedad implementen políticas que repercutan a corto plazo en una excelente planificación y crecimiento económico, lo mismo que en una acertada redistribución de la riqueza, para beneficio de las amplias mayorías. Sólo así se logrará fortalecer la democracia, para bien de la sociedad, y se evitará la proliferación de enemigos internos y la infiltración de ideas foráneas que buscan atomizar cuando no destruir nuestras fuerzas sociales. Para colaborar en la labor de fomento y fortalecimiento de la democracia es preciso apoyar administraciones motivadas por un alto sentido social y patriótico, así como facilitar la apertura de espacios que le brinden presencia y voz a los actores sociales que hayan experimentado en carne propia los efectos del atraso y el abandono al que está sometida la gran mayoría de la población colombiana y soportado los excesos de la guerra. La creciente desviación de dineros de inversión social, que ha engrosado las cuentas de políticos y funcionarios públicos, repercuten de manera nociva en el sano desarrollo de la economía y en el buen manejo de los bienes que el pueblo ha puesto de buena fe bajo su administración y control; de igual manera, provoca, en su peor extremo, el levantamiento de las enfurecidas masas populares las que, al sentirse desvalidas, optan por organizar alzamientos o manifestaciones que obligan a los gobiernos de turno a extraer dineros de otros rubros a fin de paliar el inconformismo social, medida que sólo incide en una mayor agudización de la crisis existente. Todos estos malos manejos, que aceleran la miseria y la creciente descomposición social y del Estado, se reflejan
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con mayor ímpetu en la guerra interna que hoy soporta nuestra martirizada sociedad y que se desenvuelve en un marco de "violencia generalizada". Es demostración de esta realidad el hecho de que más del 80% de los homicidos que se cometen en el país, según lo señaló un informe oficial en la década pasada, "se cometen por modalidades de violencia diferentes a la lucha político militar entre guerrilleros, paramilitares y Estado"88. 4. Crisis de valores y pérdida de identidad. La creciente descomposición social, en parte consecuencia de los diversos factores ya enunciados, es fundamentalmente producto de una profunda crisis de valores que se refleja de manera patética en el ámbito de la educación, tanto formal como no formal. De hecho, esta situación ha convertido a la clase menos favorecida casi en el actor protagónico de la confrontación, como consecuencia de la pérdida de la moral, las sanas costumbres, el respeto por la dignidad, la vida, el pensamiento y las conquistas humanas en materia de derechos naturales y adquiridos. En igual proporción ha influido el controvertido manejo de la justicia social, la que, por el contenido y los efectos prácticos de las acciones de quienes la dirigen, va en contravía de las expectativas populares puesto que no se puede entrar a aplicar justicia en riña con la propia justicia, es decir, si quienes orientan la práctica de la justicia son los mismos que se han beneficiado ilegalmente con las grandes riquezas de la nación, jamás podremos esperar que cese la injusticia. 88
ZULUAGA, Jaime. "La compleja naturaleza política del conflicto y sus fórmulas de solución". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p. 205.
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La anterior reflexión nos da pie para hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué la justicia, si en esencia ha sido creada, fortalecida y dirigida por el hombre, como parte del bien social, ha sido tan vulnerada en un país que tiene el convencimiento que en ella reside el primer paso en la búsqueda de soluciones pacíficas y civilizadas al deterioro social que hoy vive nuestra nación? El hombre colombiano ha trazado normas justas sobre la base de la letra de la justicia, pero la triste realidad es que ha herido de muerte el corazón de la misma por cuanto la justicia no se aplica ni se practica. Es precisamente la pérdida de principios y valores morales89, como la lealtad, la fidelidad, la rectitud, la solidaridad, el altruismo, el sentido de la responsabilidad y de la identidad nacional, es decir, de la conciencia patriótica, la que nos ha lanzado al abismo de la intolerancia y de la injusticia social. Esta situación ha repercutido en una notoria falta de liderazgo y de unidad nacional a todo nivel. 5. El narcotráfico, la delincuencia organizada y la delincuencia común. Estos tres fenómenos son otros de los grandes perturbadores del orden social y causa de su descomposición. La oferta mundial de la droga, que lejos de combatirse se ampara bajo la teoría que la culpa del negocio de estupefacientes obedece a la oferta, con lo cual se deja solos en la lucha a los países productores, 89 Si en algo le sirve de consuelo al lector, esto de la práctica de la doble moral, tan arraigada en la cultura de la gran mayoría del pueblo colombiano, tiene sus orígenes en el comienzo mismo de la humanidad; en dos hechos que marcan el inicio de esta detestable conducta. El primero fue la respuesta dada por Caín, cuando al ser interrogado por el Señor acerca del paradero de Abel, a quien momentos antes había asesinado con la quijada de un burro, respondió: ¿Acaso soy el guardián de mi hermano? Y el otro, cuando el rey David envió al frente de batalla, a una muerte segura, al mejor de sus estrategas de cuya esposa estaba enamorado.
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parece imparable no obstante los esfuerzos nacionales para su erradicación total. Las cifras al respecto son elocuentes. Según estudios realizados para el Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (Incora), en 1987 los narcotraficantes controlaban cerca de 1.000.000 de hectáreas de las mejores tierras planas del país. Diez años después, la cifra oscilaba entre 4.000.000 y 5.000.000 millones de hectáreas. Actualmente, de acuerdo con la información de satélite con que cuenta el gobierno de Estados Unidos, el cultivo de coca, tan solo ascendió a 160.800 hectáreas en el 2001, es decir, aumentó en 33.600 respecto del año anterior90. Por su lado, la delincuencia organizada y la común, nacidas en parte como consecuencia de los elevados índices de pobreza (10 millones de colombianos en estado de pobreza absoluta en 2002) y desempleo, así como por las limitaciones del Estado y la incompetencia de las instancias judiciales, han demostrado una tendencia al crecimiento, según un estudio de la Consejería Presidencial para la Paz (1996), en el siguiente tipo de delitos: contra el patrimonio económico (48.74%); contra la vida y la integridad personal (42.93%); contra la seguridad pública (6.68%); y contra la libertad individual (1.66%).91 Entre 1998 y 2001 se reportaron 27.841 muertes violentas, 1.044 masacres (2.5 en promedio en los cuatro años) y 3.041 secuestros92. Es más, entre la subversión y estas modalidades de delincuencia existe un estrecho nexo, en el sentido que "se articulan e interactúan y se fortalecen recíprocamente. 90 LOZANO, Norman. "El gobierno de Andrés Pastrana Arango". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 34, p. 266. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002. 91 Datos estadísticos citados por BONETT LOCARNO, José Manuel. Op cit, p. 87. 92 LOZANO, Norman. Ibid, p. 269.
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Quiere decir esto que la acción de la insurgencia favorece al debilitar al Estado y a la fuerza pública, el fortalecimiento de los grupos de delincuencia común organizada. Lo contrario es igualmente cierto; el fortalecimiento de las acciones de la delincuencia común organizada que distrae fuerzas del Estado, favorece el accionar y el fortalecimiento del movimiento insurgente (que) va más allá de la voluntad o de las intenciones de los actores; se crea una situación en la cual esa interacción y la retroalimentación de las formas de violencia en el país es inevitable. (Además) el hecho de que en Colombia, de manera persistente, continuada, la violencia política coexista con altísimos niveles de violencia no política, ha favorecido el debilitamiento de las fronteras éticas entre el delito político y el delito común en el accionar de los actores armados e insurgentes"93.
AGENTES GENERADORES DE VIOLENCIA Se pueden denominar agentes generadores de violencia a aquellas personas u organizaciones que se convierten en perturbadoras del orden legalmente constituido, ya sea en el ámbito local, regional o nacional. En Colombia, sobresalen, por su radio de acción, incidencia y recursos –logísticos, humanos y económicos– los grupos subversivos94, en un primer plano, las organizaciones dedicadas al narcotráfico o a la delincuencia y los grupos de justicia privada. 93
ZULUAGA, Jaime. Op cit, p.p. 205-206. "FARC: Para 1994, sus ingresos se estimaron en 295 mil millones de pesos, de los cuales 154 provienen del narcotráfico, 66 del secuestro, 37 por extorsión al sector petrolero y minero, 27 de extorsión a particulares y 10 mil millones por el desvío de fondos oficiales. En el mismo lapso, al promedio de gastos por frente fue de sólo 523 millones; así, el sostenimiento de sus 60 frentes ascendió a 31 mil 392 millones, más 2 mil 500 por armamento y equipo perdido lo que da un total de 33 mil 893 millones, es decir, el 11.4% del total de sus ingresos. Finalmente, sus inversiones en finca raíz, 94
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Los subversivos son personas que permanecen aferradas a unas supuestas ideas de cambio que quieren realizar utilizando las vías violentas, con las que inician la construcción de lo que finalmente se convierte en su propia destrucción, la ruina de su familia y del Estado. Dichos revolucionarios han olvidado que las raíces de una verdadera revolución se gestan y fomentan sobre la base del inconformismo de las amplias mayorías las cuales, sublevadas en protestas y manifestaciones pacificas legales, obligan a los gobiernos a generar cambios sociales de fondo o los fuerzan a abandonar el poder, utilizando para ello las formas democráticas existentes. Las conmociones políticas vividas en Europa en décadas pasadas, son el mejor ejemplo de que la revolución es una mera ficción de la mente que no puede sobreponerse a las raíces culturales e históricas de los pueblos, una falacia más, como se pudo apreciar en los acontecimientos, aún frescos en la memoria, que a finales de 1980 destruyeron la "revolución" comunista europea. Todos los Estados que habían sido invadidos por Stalin luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial, incluyendo parte de Alemania, pasaron a integrar el círculo de naciones democrático-capitalistas. No debe sorprender, en consecuencia, que la URRS se haya disuelto o que el transporte y comercio ascendieron a 25. 6 mil millones. Lo anterior significa que tuvieron unas utilidades de 236 mil millones. El ELN: Para 1994 sus ingresos ascendieron a 209 mil millones, de los cuales 89 provienen de extorsiones, 66 del secuestro, 46 del narcotráfico y 8 del desvío de regalías, asaltos y abigeato. En el mismo año, el costo de sostenimiento de sus 36 frentes se calculó en 17.8 mil millones o sea, el 8.5% de sus ingresos brutos. A su vez, sus inversiones en finca raíz, vehículos y microempresas ascendieron a 20.3 mil millones. Por tanto, sus utilidades netas fueron de 161 mil millones. La disidencia del EPL: (...) sus ingresos en 1994 ascendieron a 10 mil millones, de los cuales 4.4 provienen de secuestro, 2.2 por extorsión y 3.6 del abigeato y el vandalismo. Así mismo, tuvo egresos por 6 mil 747 millones de los cuales 5 mil millones correspondieron a dinero incautado en los bancos. En cuanto a sus inversiones, llegaron a 1.054 millones. BONETT LOCARNO, José Manuel. Op cit, pp. 86-87.
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pueblo ruso haya renegado del marxismo, proscribiéndolo en su territorio, y enarbole hoy día las banderas del capitalismo y aspire a hacerse miembro del Tratado del Atlántico Norte, OTAN. También podemos señalar algunas experiencias revolucionarias vividas en Latinoamérica misma, como los casos particulares de Nicaragua y Cuba, entre otros, donde el papel protagonista lo desempeñaron los agentes generadores de violencia. Sus gobiernos, como lo ha demostrado la historia, han representado para la población un fracaso, sin aparente justificación. Pero al hacer el balance final, muchos se percataron, con horror, que la revolución no tenía otro significado que la pérdida de la mayoría de sus seres queridos, sus bienes y, lo que es peor, de los valores humanos. La ingenua esperanza de que sus líderes algún día guiarían acertadamente los hilos del poder después del triunfo se desvaneció por completo. Podemos estar seguros que ni los mismos líderes de estas alocadas "revoluciones" tuvieron la capacidad de medir los efectos que produce la devastadora destrucción a la que es sometido un país durante el desarrollo de un conflicto armado. Para ellos pesaban más sus intereses particulares y mezquinos, alentados por sentimientos de odio y venganza, que los intereses de las amplias mayorías a las que supuestamente pretendían reivindicar. Valga la comparación, es como cuando a uno se le quema la casa con todo adentro y tiene que iniciar la reconstrucción con las manos vacías y sin la ayuda de nadie. Es imposible entrar a reconstruir, a partir de las ruinas de una destrozada economía, que ha sufrido los efectos de años de guerra y violencia, una sociedad nueva, próspera y pujante que llene los espacios que el capitalismo no logró ocupar en el debido momento.
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En el caso concreto de Colombia, es posible identificar el trabajo unificado que vienen adelantando los agentes generadores de violencia, entre los que destacan los maridajes narcotráfico –terrorismo, narcotráfico– autodefensas y la unión de éstos con la delincuencia común. El resultado: una máquina asesina 95, con profunda perturbación psicológica, neurosis de guerra y paranoia que, de tomarse el poder, como lo demuestra el caso camboyano, se desbordaría masacrando a la población.
ACTORES GENERADORES DE VIOLENCIA Siguiendo una secuencia lógica de pensamiento podríamos decir que son todos los protagonistas del conflicto interno del país, entre los que se destacan los grupos al margen de la ley y la sociedad civil96, en general alimentados por su cultura violenta e indiferentes ante los reales acontecimientos que se viven a diario en el contexto nacional y que cada vez sumen en mayor dolor y postración a sociedad. También hay que anotar que existen intereses extranjeros que estimulan el conflicto en Colombia, motivados por oscuros intereses económicos y geopolíticos.
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"Sus actores oscilan entre el heroísmo suicida y la perturbación mental, con todo tipo de alteraciones psíquicas (...). Si son normales reciben un adiestramiento que les arrebata hasta el más débil vestigio de sensibilidad, de compasión (...)". VALENCIA TOVAR, Álvaro. Op cit, p. 4ª. 96 La definición de sociedad civil que más se acomoda a las circunstanciales actuales es la de "un conglomerado de personas desarmadas y vulnerables, en su gran mayoría indiferentes y pasivas, sometidas a amenazas de todo orden, a quienes el nivel de desarrollo del conflicto esta obligando a participar activamente sobre la base del compromiso y solidaridad".
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TOMA DEL PODER
ESTADO
CAMPO SICOSOCIAL
CAMPO MILITAR 100%
CAMPO ECONÓMICO
CAMPO POLÍTICO
GUERRA ORGANIZACIONAL GUERRILLA
30% GUERRA JURÍDICA
DISTRACTOR
SUBVERSIÓN GUERRA POLÍTICA 70%
GUERRA DE MASAS
GUERRA INTELIGENCIA POLÍTICA
GUERRA PSICOLÓGICA
GUERRA IDEOLÓGICA
ESTRATEGIA SUBVERSIVA
CAPÍTULO II
CONSOLIDACIÓN DE LAS GUERRILLAS A partir de 1962, el Ejército Nacional intensificó sus labores de inteligencia contra Marquetalia, el principal de los enclaves comunistas armados de la región tolimense, para ese entonces una de las más convulsionadas de toda la geografía nacional junto con el Quindío. El intercambio comercial, no equivalente y caracterizado por la pérdida del valor real del poder adquisitivo del peso al interior de las zonas agrarias, copia del estilo soviético, se caracterizaba por un trueque permanente de mercancías, víveres y toda clase de artículos. No solamente esto era lo que resultaba preocupante; también lo era el hecho de que estas regiones estuvieran siendo controladas por un bandolero de la talla de Manuel Marulanda, hombre sanguinario y violento, destacado como el más en la historia política reciente del país, quien para la fecha se hallaba abatido moralmente por el deceso de su mejor amigo y confidente de luchas, Jacobo Prías Alape, perpetrado, según una de las muchas versiones sobre las causas de su muerte, por los guerrilleros "limpios", es decir, liberales, bajo la tutela de Jesús María Oviedo, alias "Mariachi", quien para la fecha trabajaba del lado de las autoridades legítimas. Los datos recopilados en la región daban cuenta que Marulanda había tomado la costumbre de ordenar asesinar a todos aquellos que no se acogieran a las normas por él
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trazadas. Es decir, la doctrina violenta del comunismo ortodoxo no se hizo esperar, implantando allí su escenario de persecución y terror, hoy expandido a lo largo y ancho de la geografía patria. Era, en otras palabras, el ensayo del cogobierno ilegal al interior de un gobierno legalmente establecido. Estos acontecimientos determinaron que el gobierno de Guillermo León Valencia (1962-1966) intensificara las medidas de control militar sobre estas regiones, sin haberse puesto en la tarea de buscar alternativas diferentes, tales como el desarrollo sostenido de la infraestructura social, apoyado en una acción integral que involucrara a todos los campos del poder, y que a la vez permitiera cortar de raíz y a corto plazo el naciente fenómeno, como en su momento lo planteó el Plan Lazo (1962), presentado por el Ejército Nacional en cabeza de su comandante, el general Ruiz Novoa, y que en gran parte fue aplicado, al menos en sus estrategias cívico-militares, cuando éste se desempeñaba como ministro de Guerra del mencionado mandatario. Alertado por los organismos de inteligencia de la real dimensión del problema, el presidente Valencia ordenó al ejército dar inicio a una ofensiva militar, denominada "Operación Soberanía", en la cual utilizó siete de sus batallones, así como las compañías contraguerrilleras Arpón y Flecha y otros efectivos, contra las "repúblicas independientes". Pero Manuel Marulanda puso en práctica todo lo aprendido en los años de la violencia política y, al frente de sus cuarenta y ocho secuaces, acompañados de sus familias, inició la retirada. Esto fue para la gente de Marulanda, y para el bandolero mismo, otra marca indeleble en la historia violenta de sus
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vidas, puesto que perdieron a sus compañeros, entre ellos Ciro Trujillo e Isauro Yosa, quienes, por no adoptar las medidas que éstos tomaban en el desarrollo de la guerra, decidieron dormir en las casas de los campesinos con toda su gente. Allí fueron sorprendidos por las tropas y dados de baja, junto con sus demás acompañantes. Estos acontecimientos sumieron a la mayoría de los guerrilleros en una profunda desmoralización, lo que conllevó posteriormente a la deserción de varios de ellos, entre los que sobresale Juan de la Cruz Varela, destacado líder y compañero de batallas de Marulanda durante años. Fueron largos meses de fuga, evitando oleadas de operaciones militares y atravesando selvas, hasta llegar a la región del Sumapaz, no sin antes realizar su primera conferencia, que les sirvió de guía para continuar con su carrera delictiva. En su huida, Marulanda no vaciló un sólo instante en fusilar a quien, para su desplazamiento, se convirtiera en un estorbo por su incapacidad física; particularmente las mujeres que los acompañaron fueron las que más sufrieron, debido a las determinaciones demenciales y bárbaras de los bandoleros. Varias de ellas cayeron asesinadas, víctimas de las horrorosas y macabras actuaciones de un hombre que, guiado más por su perfil de asesino que de guerrillero luchador, arremetía contra los más débiles e indefensos para saciar su sed de sangre y saldar viejas venganzas.
EL PLAN LAZO: LA JUSTICIA SOCIAL COMO PROPÓSITO NACIONAL
Es conveniente traer a la memoria así como resaltar en la historia de las luchas libradas por el ejército colombiano,
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en cumplimiento de la función patriótica legada por los generales Bolívar y Santander de defender las institu-ciones legítimas del Estado y la vida de la democracia, el desarrollo del "Plan Lazo" (1962)97, cuya autoría corresponde al general Alberto Ruiz Novoa y a otros oficiales del Estado Mayor del Ejército, entre los que sobresale Fernando Landazábal Reyes, también futuro ministro de Defensa. Dicho Plan se refiere a la necesidad de movilizar la voluntad nacional, de manera concreta y estratégica, para proporcionarle al Estado colombiano los argumentos y los elementos necesarios para acabar de manera definitiva con la violencia. Según reza en el texto original, la misión del Plan Lazo era: "emprender y realizar la acción civil y las operaciones militares que sean necesarias para eliminar las cuadrillas de bandoleros y prevenir la formación de nuevos focos o núcleos de antisociales, a fin de obtener y mantener un estado de paz y de tranquilidad en todo el territorio nacional"98. El Plan, contrario a la utilización de la fuerza como único recurso99, plantea más bien una combinación de métodos civiles y militares que permitirán un profundo arraigo y unidad de la población con las Fuerzas Militares, estrategia que hoy se busca aplicar nuevamente. En algunos de sus apartes señala que los militares no pueden seguir siendo 97
A nivel de la institución militar, cabe resaltar que mediante el Plan Lazo, el general Ruiz Novoa y otros oficiales hicieron evidente la necesidad de conformar en su interior una elite, preparada física e intelectualmente para el combate y formada por cuadros de profesionales disciplinados y orientados al servicio del bien común. 98 TORRES DEL RIO, César. Fuerzas Armadas y seguridad nacional. Planeta Colombiana Editorial S.A., Bogotá, 2000, p.133. 99 "(...) según la concepción integral del general Ruiz Novoa, la represión militar contra el conflicto social y contra bandoleros y guerrilleros no eliminaría la violencia, por lo que se requerían también medidas económicas, políticas y sociales". TORRES DEL RIO, César. Ibid, p. 135.
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sometidos a la calidad de ciegos, sordos y mudos, pues de seguir así éste sería el final de la institución. Además, hace especial referencia a los "bandoleros económicos" que le aplican el "corte de franela" a la mayoría de los colombianos. En respuesta, el ejército puede colaborar con el bienestar nacional suministrándole a la población civil asistencia social, construcción de obras públicas, escuelas y vías de comunicación, entre otras, es decir, vincularlo de manera abierta a la vida nacional y a las estrategias de desarrollo social y económico. Para ello, es necesario mejorar al máximo el perfil cultural de sus hombres y favorecer el desarrollo de la actividad intelectual "ofensiva"; en otras palabras, educar al ejército en el servicio al pueblo, lo cual contribuirá a eliminar el caldo de cultivo que generan las doctrinas disolventes y contrarias a nuestro ser nacional. Y es que no habrá victorias significativas para el ejército mientras la población civil, especialmente la rural, se mantenga indiferente, marginada, o bien captada por la subversión. Lo anterior demuestra que el bienestar y el progreso si pueden llegar por las vías de la legitimidad y del orden, empleando los medios militares para llevar a cabo programas de mejoramiento social que despierten en la población beneficiada la confianza y la simpatía hacia las Fuerzas Militares.
P RIMERA C ONFERENCIA DE LAS FARC PARTICIPACIÓN DE JACOBO ARENAS (1964)
CON
En el año de 1964, el Bloque Sur realizó una de las conferencias de mayor importancia para el desarrollo de
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la citada organización, en la región de Marquetalia, sur del departamento del Tolima, la cual fue orientada desde la parte legal por el PCC, cuyo delegado, Jacobo Arenas, observó el desarrollo del pequeño grupo y analizó sus proyecciones y tareas futuras en todos los frentes. Este hombre, proveniente del sindicalismo colombiano y poseedor de excelentes capacidades políticas, además de gozar de una gran confianza con el Comité Central de PCC, se empeñó en la labor reorganizativa junto con Marulanda. A partir de ese momento, el pequeño grupo de bandoleros dejaría de llamarse "Bloque Sur" para adquirir el nuevo nombre que todavía ostenta, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC –aunque con la adición, en 1978, de E.P. "Ejército Popular", fruto de la Sexta Conferencia de esta organización–. Con esta denominación de carácter político-militar trataron de borrar, en parte, el apelativo de bandoleros que tanto daño le había causado a la organización. Otro hecho de importancia fue el nuevo rumbo político que asumió la organización, al trazarse como meta final y de carácter estratégico la toma del poder, utilizando para ello todas las formas de lucha mediante la adopción y la estricta observancia de una línea política comunista definida, así como de una acertada organización de masas. Igualmente se destacó la elaboración de un plan agrario revolucionario, una de las principales iniciativas a seguir puestas en marcha por el recién llegado Jacobo Arenas, quien inmediatamente fue apoyado por Manuel Marulanda en este propósito. El plan agrario era indispensable para poder tener una plataforma ideológica y una propuesta de cambio, acorde
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con su análisis del "Manifiesto comunista" y orientada a los campesinos y obreros inconformes de Colombia. Dicha propuesta tendría que ser estudiada y enseñada, por cada uno de los guerrilleros, como norma y doctrina revolucionaria. Para la realización de este objetivo se debía desarrollar simultáneamente un programa de acción subversiva. El balance de las actividades ejecutadas por los movimientos "Móvil 26 de Septiembre", "Marquetalia" y "Riochiquito", los cuales permanecían diseminados hasta el momento, concluyó en que se debían crear frentes, con sus respectivos estados mayores, para acelerar su crecimiento en otras regiones del país y, de esta forma, ir consolidando su proyecto estratégico. También iniciaron una labor de reorganización de sus cuadros de mando, para lo cual crearon el Estado Mayor Central de la organización y conformaron el frente de El Pato, el cual, por excelencia, fue destinado a los cultivos de pancoger y años más tarde dio origen al segundo y tercer frentes. Se creó asimismo el Frente Central, ubicado en el sector del Sumapaz, del cual, a su vez, surgieron luego el primero y el cuarto frentes y de éste último el quinto, y luego el Estado Mayor, que con su grupo de escoltas llamados los "rastrillos se ubicó en la finca La Gaucha, a orillas del río Duda, entre los departamentos de Cundinamarca y el Meta en un campamento al que se denominó "La Escuela". Otro campamento alterno, instalado cerca de éste, sirvió durante años como centro de entrenamiento de los recién llegados, quienes le dieron el nombre de "Raja Picha" debido a su dureza en la instrucción político-militar. Este proceso de desdoblamiento o, mejor, de multiplicación, le permitió a la nueva guerrilla
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ir creciendo de acuerdo con lo trazado. Posteriormente, en la década de los setenta, los "rastrillos" desaparecieron dando lugar a la "escuela móvil". Marulanda se asentó en este sector por varios años junto con sus secuaces de más confianza, entre los que se empezaron a destacar tanto en la "escuela" como en el campamento alterno Jacobo Arenas, "Joselo" y luego el "Mono Jojoy". Desde allí, en 1970, se envió a Martín Villa a reforzar la conducción del cuarto frente en el departamento de Boyacá. Posteriormente, Efraín Guzmán fue destinado a la región de Urabá, para dar inicio al quinto frente aprovechando la posición geoestratégica de esta zona, considerada como ideal para alcanzar los planes de crecimiento político-militar de la organización. Su ubicación a orillas del mar y su cercanía al canal de Panamá, favorecía el ingreso de material de guerra, así como las comunicaciones que tanto necesitaban, además de facilitarles el control de la producción de banano y de palma africana, la que ya había comenzado a generar una gran riqueza en la región.
SEGUNDA CONFERENCIA DE LAS FARC EN UNIÓN DEL DÉCIMO CONGRESO DEL PCC (1966) El Décimo Congreso del PCC y la Segunda Conferencia de las FARC (25 de abril a 5 de mayo de 1966) se realizaron en forma conjunta en la región de Sumapáz (Cundinamarca) y en El Duda, departamento del Meta, respectivamente. En ellas participaron la totalidad del Comité Central del PCC y todo el Estado Mayor de las FARC. Este hecho se puede calificar de trascendental para el futuro de la paz colombiana debido a que resultó altamente negativo por
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cuanto el PCC tomó de nuevo las riendas en la conducción directa de la organización armada, resaltándose el hecho que, al interior de las FARC, se encontraba Jacobo Arenas (desde 1964) quien, como ya se mencionó, había sido enviado por el Comité Central para realizar un balance político, ideológico y militar de la organización, luego del cual no regresó a rendir cuentas de su misión sino que se quedó como segundo de Marulanda y asumió la responsabilidad ideológica de esta organización. Entre las principales conclusiones y los acuerdos emanados de estos eventos figuran: - La ratificación, por parte de la cumbre de subversivos, de la idea de la toma del poder como un proyecto o meta de carácter revolucionario estratégico a largo plazo. - La aceptación definitiva de la combinación de todas las formas de lucha, para actuar de manera unificada, es decir, como un solo cuerpo capaz de presentar una verdadera oposición al sistema de gobierno existente, proyectando para ello un acertado método de organización política conjunta que les brindara, ante las amplias mayorías inconformes del pueblo colombiano, una opción para continuar en la lucha revolucionaria, con todo lo cual aspiraban a contrarrestar el avance político del sistema imperante. Este nuevo método o vínculo directo FARC-PCC funcionaría en una forma semiclandestina, para evitar así la persecución de los organismos de seguridad del Estado, lo cual no quiere decir que su trabajo no estuviera encaminado a la articulación de la parte política con la armada pues, según el acuerdo, a partir de la puesta en
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práctica del mismo, ambas organizaciones, orientadas por una sola línea política, la comunista, se apoyarían hasta lograr la toma del poder. A partir de este momento, Marulanda y los miembros del Estado Mayor de las FARC pasarían a convertirse en miembros activos del comité central del PCC, con voz y voto en todas las determinaciones, planes y decisiones emanadas del mismo. En cumplimiento de esto, Marulanda enviaría sus delegados o voceros a las reuniones de importancia que realizara el Comité Central o viceversa. En caso de este cabecilla no pudiera asistir a las reuniones, por razones de seguridad, tendría que ser informado de todos los aspectos de carácter político o militar para su estudio, análisis de las dos partes y posterior aprobación –o desaprobación, de ser el caso–. Gracias a este papel se consolidaría la posición definitiva de Marulanda como miembro activo en la vida orgánica comunista, lo cual implicaba que tendría que cambiar su método y táctica delictiva, ampliándola y legalizándola ante sus seguidores, y que además, a partir del momento, no podría seguir ejecutando gente de sus filas, como lo había hecho con decenas de ellos, sin realizar juicios políticos previos. De igual forma, lo obligaba a guiarse por unos estatutos y una línea de comportamiento político-ideológica, al tenor de la cual los asesinatos cambiarían de nombre, llamándose "fusilamientos" y el crimen en contra de miles de campesinos pasaría a llamarse "ajusticiamiento". Aunque suene exagerada la acusación, nadie sabe, ni sabrá a ciencia cierta en Colombia, incluido el mismo Marulanda, a qué cifra concreta ascienden los miles de personas que
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fueron cruelmente asesinadas, descuartizadas y luego enterradas en sectores que ni el común de la guerrilla conoce. Estos crímenes, sobra decirlo, contaban con el visto bueno y la asesoría de amplios sectores comunistas. Después del Décimo Congreso, la fiebre por las armas y la lucha guerrillera empezó a hervir, porque en un amplio sector del PCC se tenía la visión que, gracias a la adopción de la combinación de todas las formas de lucha, la toma del poder estaba más cerca que nunca. Esta esperanza era mucho más intensa gracias a que se contaba con el aporte de las Juventudes Comunistas de Colombia (JUCO), conformadas por jóvenes románticos, en su gran mayoría, quienes veían en ella un mejor mañana para ellos y sus familias. Para alimentar y reemplazar así en el futuro, tanto sus cuadros como los de las FARC, el proceso de reclutamiento juvenil por parte del PCC se intensificó. Entre estos jóvenes, que desconocían la crueldad y dureza del conflicto armado, empezaron a alistar maletas para ir a engrosar las filas de las FARC quienes acabarían siendo los futuros dirigentes del Movimiento 19 de Abril: Jaime Bateman Cayón, Carlos Pizarro Leongómez, Álvaro Fayad e Iván Marino Ospina. La mayoría de ellos eran estudiantes de carreras brillantes que provenían de familias acomodadas económicamente; sin embargo, decidieron dejarlo todo para dar el paso, sin conocer realmente el fondo seudopolítico y la forma de actuar de la organización, caracterizada por su contravención de todas las normas sociales construidas por la civilización y desafecta a cualquier manifestación de respeto a los derechos humanos, colectivos e individuales.
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La llegada de los jóvenes universitarios fue una experiencia más para Marulanda debido a su interés en implantar una nueva dinámica de desarrollo y trabajo. Así por ejemplo, plantearon la urbanización del conflicto en las grandes ciudades, aprovechando las contradicciones existentes entre los dirigentes del Estado y los líderes de los diferentes sectores, entre los que se destacaban universitarios y personalidades políticas, así como la gran mayoría del pueblo. Según su propia perspectiva, desde "la montaña" era prácticamente imposible desarrollar un movimiento revolucionario capaz de encarnar en las amplias masas populares las ideas de cambio y progreso que necesitaba el país; la contradicción con el viejo bandido radicó en que éstos tenían ideas nacionalistas y querían llegar al poder utilizando para ello la vía más rápida, sin sacrificar vidas innecesariamente. Marulanda en cambio, defendía la postura de una confrontación a largo plazo sin importar el alto costo en vidas ni la destrucción económica que ello demandara. La recalcitrante posición de "Tirofijo", respaldada en ideas comunistas ortodoxas y de poca popularidad así como en su férreo apego al terruño, reñía con la de los jóvenes universitarios, quienes dejaban entrever la necesidad de desarrollar las condiciones subjetivas y objetivas para la toma del poder en un tiempo más corto y menos violento y en los escenarios más propicios de las ciudades. Debido a ello, Marulanda les prohibió opinar acerca de temas tan agudos dentro de sus filas y los amenazó con convocar un consejo de guerra si continuaban insistiendo en tales propósitos, lo que les causó una profunda desmoralización que, más adelante, incidió en su paulatina deserción de las filas guerrilleras.
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DIVISIÓN INTERNA DE LAS FARC Hacia mediados de 1960 se hizo evidente que tanto al interior de la militancia del PCC como de las FARC existía una profunda división como consecuencia del rumbo incierto e indeterminado que había tomado el plan vigente para la toma del poder, el cual contemplaba no sólo la combinación de todas las formas de lucha sino también la puesta en marcha de la "guerra popular prolongada" o "guerra de guerrillas móviles". Esta nueva modalidad bélica suponía las siguientes etapas: 1. La concentración y acumulación de fuerzas con el fin de reunir el máximo potencial organizativo de masas y, consecuentemente, auspiciar el crecimiento cuantitativo y cualitativo de las estructuras delictivas con miras a ir minando la voluntad de lucha del adversario a corto, mediano y largo plazo; es decir, lograr su desgaste físico, económico y psicológico. 2. El equilibrio dinámico de fuerzas, que consiste en enfrentar la fuerza insurgente acumulada durante años en los campos político y militar contra el Estado, específicamente contra las instituciones de defensa del mismo, las que para entonces no habían percibido la transición de la guerra de guerrillas móviles a la de movimiento así como su intención de llegar finalmente a la guerra de posiciones. Gracias a esto, lograron golpear repetidamente al ejército. Sin embargo, cabe destacar que las recientes actuaciones de las Fuerzas Militares dejan entrever que actualmente existe un claro replanteamiento táctico- estratégico que les permitirá recuperar paulatinamente el control del territorio y de la población gracias a que se está articulando una estrategia nacional que no dejará sólo en sus manos el
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deber exclusivo de enfrentar la amenaza planteada por los terroristas, porque, de ser así, se desconocerían de esto modo los otros campos de poder del Estado y la responsabilidad implícita, de tipo individual y colectivo, que deben asumir en el conflicto. 3. La toma del poder mediante una insurrección generalizada y poniendo en práctica toda la estratagema organizativa y militar, es decir, creando un desorden social sin precedentes en la historia contemporánea del pueblo colombiano que derrotará instituciones legalmente constituidas y permitirá así la instalación de un gobierno insurgente, inicialmente provisional. 4. La defensa de la revolución, última fase y núcleo fundamental en el proceso de la estrategia de los bandoleros colombianos. Las experiencias recogidas del sinnúmero de errores cometidos por otras revoluciones del mundo en defensa de sus procesos –a excepción de la cubana, la cual consolidó, mediante el empleo de los comités de defensa de la revolución o grupos especializados en la concientización ideológica y militar al interior de las masas, dependientes del ejército y con la misión de mantener vivo el espíritu revolucionario y a su vez detectar y neutralizar cualquier brote contrarrevolucionario– obligaron a la guerrilla colombiana a tomar medidas similares, por intermedio de las milicias y el partido comunista clandestino, los que se han venido enquistando en las zonas urbanas, suburbanas y rurales. Los planteamientos errados de Marulanda y su Estado Mayor, conllevaron que varios cuadros de las FARC y del PCC, destacados especialmente en el campo político, desertaran formando toldo aparte o, en su defecto, huyeran
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de la persecución de las guerrillas, las que no vacilaron ni un sólo instante en declararlos objetivos militares y fusilar a varios de sus miembros, con lo cual dieron inicio a una nueva purga en el escenario político-militar de la izquierda armada de Colombia. Las dificultades internas entre el partido y los militantes sublevados, quienes querían una revolución a corto plazo, surtió efecto, y sus resultados no se hicieron esperar. Los disidentes, encabezados por Pedro León Arboleda y Francisco Garnica, entre otros más, luego de apoderarse de recursos del PCC que estaban a su cargo, emprendieron la retirada hacia Urabá, donde darían vida a la organización conocida como Ejército Popular de Liberación (EPL). Allí, al poco tiempo, se les unió Bernardo Gutiérrez, quien al mando de una escuadra, con todo y fusilería, desertó de un frente de las FARC para colocarse a su servicio. Por esta razón, la nueva agrupación100 y la gente de Marulanda se enzarzaron en varios enfrentamientos armados. Este antagonismo se agudizó aún más a raíz de la reinserción de la mayoría de los miembros de esta organización, llegándose al extremo de ser declarados todos sus dirigentes objetivos militares de las FARC, especialmente Bernardo Gutiérrez, quien era considerado el traidor máximo.
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"(...) el 17 de diciembre de 1967 se constituyó (...) la primera unidad guerrillera en el noroeste antioqueño bajo la dirección de Pedro Vázquez Rendón y de su actual jefe máximo, Francisco Caraballo. Se trataba del frente ‘Francisco Garnica’, primer embrión del EPL (...) Esta experiencia contó desde sus inicios con el apoyo de Julio Guerra, antiguo dirigente guerrillero liberal y militante del MRL, quien contribuyó decisivamente a la implantación del PCML (Partido Comunista Marxista Leninista) en esta zona". PIZARRO, Eduardo. Op cit, p. 401.
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PLAN ESTRATÉGICO GRUPOS SUBVERSIVOS FUNDAMENTADOS EN LA GUERRA POPULAR PROLONGADA (G.P.P.) 1. DEFENSIVA ESTRATÉGICA Y OFENSIVA TÁCTICA IMPLANTACIÓN Y ACUMULACIÓN DE FUERZAS
ESTADO
SUBVERSIÓN
2. EQUILIBRIO DINÁMICO DE FUERZAS
ESTADO
SUBVERSIÓN
3. OFENSIVA GENERAL Y TOMA DEL PODER
ESTADO
SUBVERSIÓN
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TERCERA CONFERENCIA DE LAS FARC (1969) Durante esta conferencia, que se realizó del 14 al 22 de abril de 1969 en la región del Guayabero, Meta, se concluyó lo siguiente: 1. Efectuar constantes críticas al gobierno, para justificar la lucha armada. Los desaciertos cometidos por la clase política dirigente, regional y nacional, se tomaron como argumento para justificar o mantener interna (guerrilleros de base) y externamente (masas-pueblo) la vigencia de la lucha. 2. Favorecer la creación de una escuela de entrenamiento militar a escala nacional con el objetivo de mejorar las técnicas lucha de los combatientes y así enfrentar más eficazmente a la Fuerza Pública. 3. Crear el órgano de difusión "Resistencia". Mediante este medio escrito, la organización podría informar a sus militantes de los avances alcanzados en la lucha políticoarmada. 4. Promulgar las normas organizativas de las FARC. Se estableció la forma de adelantar el trabajo políticoorganizativo con las masas habitantes de las zonas rurales y urbanas, así como un reglamento de régimen interno y de entrenamiento diario que estipulaba las normas disciplinarias que regulan las actividades rutinarias y la conducta que deben mantener los guerrilleros en su diario quehacer revolucionario. 5. Mejorar las actividades de inteligencia y crear una red de contrainteligencia con la finalidad de fortalecer los trabajos de inteligencia política y militar en todos los
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niveles e implementar mecanismos internos de control y verificación para neutralizar la acción de la inteligencia enemiga, es decir, del ejército.
6. Crear el cuarto frente, en el departamento de Boyacá, con la misión específica de ejercer influencia en las zonas esmeraldíferas de Coscuez, Somondoco, Chivor y Muzo, donde se debía realizar la explotación de la riqueza natural para ayudar al autofinanciamiento de la organización. Años después, al parecer, varios esmeralderos y jefes paramilitares, oriundos de esa región, dueños de minas y plenos conocedores del potencial económico que allí se encontraba, entraron a disputarse el control territorial con las FARC. Esta "guerra", que elevó los niveles de violencia de parte y parte, arrojó como resultado la pérdida de este territorio para la guerrilla. Estos acontecimientos obligaron al cuarto frente a ubicarse en el Magdalena medio antioqueño y santanv u d s o b e o m s i v s n o d e n e r a d r n e e u r m e s o o n e l v , a b n r o l r a n u a s r u r f d c e d a i u n v r i d e i c p a a c r a l t i e l i i . a l t r
CUARTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1971) Las FARC llevaron a cabo esta conferencia en abril de 1971 en la región de El Pato, en los límites de los departamentos del Huila y del Meta. En ella se acordó la creación del quinto frente en la región de Urabá, zona geoestratégica con acceso a los dos océanos y escaso control por parte de las autoridades, de vital importancia para entrar gran parte del material bélico requerido por los frentes a nivel nacional. Al frente de esta tarea se puso a Noel Mata Mata, alias "Efraín Guzmán", hombre que había logrado ganarse la confianza de Marulanda por los éxitos obtenidos al mando del cuarto frente.
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Asimismo se aprobó el nuevo modus operandi, el cual consistía en lograr un crecimiento cuantitativo y cualitativo, tanto en lo político como en lo militar, utilizando para ello las siguientes estratagemas: táctica de columnas móviles, concentraciones de fuerza para atacar a poblaciones pequeñas y aisladas así como a patrullas y bases del ejército, empleando al efecto la guerra de guerrillas móviles. Esta modalidad exigía un cambio en la actitud mental y psicológica de cada uno de los miembros, especialmente de los mandos, para alcanzar éxitos en el futuro. El trabajo de adoctrinamiento, bajo estos nuevos parámetros, debía reforzarse en consecuencia. La organización con la que contaban las FARC al momento de realizar este evento estaba distribuida así: - Columna del frente central, ubicada en el sector del páramo del Sumapaz y sus alrededores. - Columna del Caquetá, ubicada sobre las vertientes del río Caguán, lugar de entrada de gran cantidad de arsenal de guerra así como de equipos de comunicación provenientes de los países vecinos. - Frentes cuarto y quinto, ubicados en el sur del departamento de Boyacá y en Urabá, respectivamente.
EL SURGIMIENTO DEL MOVIMIENTO 19 DE ABRIL (1972) Retomemos la historia de Jaime Bateman Cayón y de otros jóvenes, quienes terminaron abandonando las cuadrillas de las FARC, obsesionados como estaban por desarrollar un levantamiento popular en contra del gobierno y claros
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ideológicamente en el sentido que consideraban que los problemas sociales, necesariamente, debían ser tratados y resueltos políticamente. Por esta razón, le brindaron su apoyo incondicional a la plataforma propuesta por el movimiento político del general Gustavo Rojas –quien en su programa de gobierno hablaba de igualdad y justicia social– convirtiéndose en los principales activistas de su campaña presidencial. Fueron tiempos de "efervescencia revolucionaria" en la historia del país. Después de Jorge Eliécer Gaitán, no había vuelto a surgir un líder identificado con ideas de avanzada, con propuestas y proyectos aceptados con gran complacencia por las amplias mayorías del pueblo. Todo esto hacía suponer que el general Rojas sería el futuro presidente de los colombianos. Para Bateman y sus compañeros representaba la mejor partida política de todos los tiempos, pues los acercaría al poder sin lanzar un solo tiro. Dicha efervescencia, sin embargo, les duró muy poco. La derrota del líder anapista en las elecciones presidenciales de 1970, acusadas de fraudulentas, terminaría por inclinar la balanza de sus preferencias políticas hacia la opción armada. Los primeros años de gobierno de Misael Pastrana Borrero, último mandatario del Frente Nacional, caracterizados por huelgas obreras y nutridas protestas estudiantiles de cobertura nacional, terminarían por fortalecer su decisión. En 1972, bajo la consigna "con el pueblo, con las armas, al poder", y una serie de acciones audaces, como el robo de la espada de El Libertador, nació una nueva guerrilla, esta vez de carácter urbano: el "Movimiento 19 de Abril", popularmente conocido como M-19. "El M-19, que va a revolucionar a la guerrilla colombiana al buscar hacer del movimiento armado un interlocutor
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del gobierno y un generador de propuestas del Estado, surge como producto de la convergencia de un sector expulsado de las filas del PCC y las FARC (Jaime Bateman, Álvaro Fayad, Iván Marino Ospina, Carlos Pizarro) y de un sector proveniente de la Alianza Nacional Popular, la ANAPO socialista (Carlos Toledo Plata, Andrés Almarales, Israel Santamaría). Inicialmente, los núcleos salidos de las FARC tienen la idea de constituir focos guerrilleros urbanos bajo la denominación del Movimiento de Liberación Nacional, al igual que los Tupamaros uruguayos. Pero, la marea popular que vive el país en esta etapa, bajo la dinámica anapista "va a producir en los dirigentes del MLN el principio de realidad que los va a llevar a denominarse Movimiento 19 de Abril y ser así tallados por la realidad colombiana más que cualquier otra obra premeditada surgida de sus conciencias revolucionarias"101. En el lapso de diez años, por no anticipar el resto, la nación habría de soportar las "audaces" acciones, supuestamente políticas, de la nueva agrupación guerrillera, empezando con el hurto de la espada ya mencionado y el posterior asesinato del controvertido líder sindical José Raquel Mercado102, pasando por el robo de las armas del Cantón Norte (1978), el desembarco en Nariño y Chocó de guerrilleros entrenados en Cuba –suceso que confirmó la 101
PIZARRO, Eduardo. Ibid, p. 404. Aquí cabe recordar el odio que sentía Jaime Bateman contra José Raquel Mercado, odio que desencadenó el posterior asesinato de este último y cuyas raíces provienen de una reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizada en 1961 en la ciudad de Cartagena. Allí, el dirigente sindical se atravesó a la entrada del escenario para impedir el ingreso de varios líderes comunistas, entre los que se encontraba precisamente Jaime Bateman, quien se sintió profundamente humillado al desconocérsele su condición de máximo activista de la Juventud Comunista (JUCO) y delegado por su partido para asistir a este evento. Por este motivo, fue siempre su más encarnizado rival político, llegando hasta el extremo de ordenar, en 1974, su secuestro y posterior asesinato. 102
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tesis del subsecretario de relaciones interamericanas, Thomas Enders, según la cual Colombia era, tras Nicaragua y El salvador, "un nuevo terreno de intervención cubana"– y la toma de la embajada de República Dominicana (1980), y culminando en el asalto al Palacio de Justicia (1985), hecho este último que enlutaría la memoria de los colombianos hasta la fecha y las identificaría como el primer grupo terrorista del país. Entre 1978 y 1980 hicieron su aparición en escena otros grupos. "Pequeños núcleos terroristas, más o menos estables, se entregan al secuestro y al asesinato, como el Movimiento de Autodefensa Obrera (MAO) (...) o grupúsculos salidos del ELN y el EPL, dedicados al ajuste de cuentas (...). En forma más callada, las FARC refuerzan su presencia. A fines de 1979 –como se verá a continuación–, cuentan, según fuentes oficiales, con nueve frentes: cinco en las regiones del sur de Colombia (Caquetá, Putumayo, Huila, Cauca y Tolima), dos en el centro (Magdalena medio y Santander), uno en el norte (que cubre la zona limítrofe entre Córdoba y Antioquia así como el golfo de Urabá), uno en los Llanos Orientales. En la mayoría de estos frentes se presentan choques discontinuos con el ejército pero nada –en ese entonces– deja prever operaciones de gran envergadura..."103.
QUINTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1974) Al igual que la Cuarta, la Quinta Conferencia se llevó a cabo en la región de El Pato, del 4 al 10 de septiembre de 1974. Fruto de ella fue el acuerdo de ampliar el Estado Mayor de las FARC de cinco a nueve miembros, distribuidos 103
PECAUT, DANIEL. Op cit, p.p. 346-347.
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en siete principales y dos suplentes, de los cuales Manuel Marulanda, Jacobo Arenas y Luis Vicente Salgado integrarían el Secretariado. Como comandantes de columna fueron nombrados el alias "Joselo", Jaime Guaracas, Arturo Lamprea y Noel Mata Mata, alias "Nariño" o "Efraín Guzmán". De igual manera, al Secretariado se le asignaron poderes especiales, tales como la remoción de comandantes a nivel nacional; el reajuste de planes mediante reuniones de Estado Mayor –llamados plenum de Estado Mayor–; y el ajusticiamiento de personas de importancia, entre otros.
SURGIMIENTO DE LA UNO (1974) El PCC y las FARC trataron por todos los medios de sobreponerse a su aguda crisis ideológica y organizativa, empeorada a raíz del surgimiento del EPL y el M-19, organizaciones nacidas de sus propias entrañas. Por esta razón, en el transcurso de la década de 1970 decidieron darle vida a la Unión Nacional de Oposición (UNO), agrupación política con la que pretendían avanzar más decididamente en sus planes y proyectos políticos a corto y mediano plazo y darle continuidad a la práctica de la combinación de todas las formas de lucha. El primer candidato del naciente partido fue el profesor Gerardo Molina, quien por su trayectoria y experiencia llenaba las expectativas para ponerse al frente suyo. El resultado de las elecciones de 1974, que le otorgaron el triunfo al candidato liberal Alfonso López Michelsen, les sirvieron de termómetro para darse cuenta que era necesario adelantar un largo trabajo de concientización
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política e ideológica con la población, comprometiendo al máximo a sus líderes naturales, para poder aspirar, algún día, a ganar la presidencia por la vía democrática, contando para ello con el apoyo incondicional del pueblo. Lo que ellos querían representar en relación con los intereses de las grandes mayorías, resultaba incipiente, de muy mala presentación y gozaba de poca aceptación por parte de la ciudadanía debido al estigma de bandoleros y asesinos adquirido por Marulanda y otros líderes revolucionarios en el transcurso de la Violencia de los años 50. Igualmente comprendieron que la gran mayoría del sector sindical, supuestamente su mayor aliado y en donde el PCC contaba con una amplia representación, lo único que quería, en contra del régimen y la oligarquía, era adquirir beneficios económicos, reportados en una mejora de sus salarios y prestaciones sociales. También fue motivo de análisis el sector de desplazados –que representaba casi un 70% de los amplios cordones de miseria existentes en las grandes ciudades del país– en el cual el PCC, de hecho, había centrado su máxima capacidad organizativa de masas, utilizando como arma la invasión de terrenos en su afán por promover la lucha popular; en otras palabras, aprovechándose, sin ningún tipo de escrúpulos, de la necesidad de la población marginada de conseguir vivienda. Sin embargo, una vez muchos de los afectados lograron solucionar su problema, olvidaron el compromiso de participar de la insinuante beligerancia de los comunistas y de saldar la deuda económica adquirida. En todas las conferencias realizadas posteriormente por las FARC, este tema de la no adherencia de la población
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a las propuestas políticas de proyección urbana del PCC ha sido considerado tema obligado de estudio y análisis, llegándose al punto que durante la Octava Conferencia, realizada en abril de 1993, los líderes encargados de desarrollar el trabajo en la parte política de la organización comunista legal fueron acusados de desviados y socialdemócratas acomodados, poco interesados en la lucha revolucionaria. Debido a esto, en la mencionada conferencia, acordaron quitarle el apoyo económico que de su parte venían recibiendo desde hacia varios años los líderes del partido, y optaron por asumir personalmente el desarrollo del trabajo urbano a partir de lo que denominaron "urbanización del conflicto". Para ello utilizarían como punta de lanza las "Uniones Solidarias", creadas e impulsadas por iniciativa del PCC. Mención aparte merece el trabajo de conformación del "Movimiento Bolivariano por una nueva Colombia", dirigido por setenta sabios o intelectuales de la vida nacional quienes para la fecha de la Octava Conferencia ya habían sido reclutados con el consabido objetivo de darle cumplimiento a los delineamientos de su plan estratégico, es decir, la toma del poder.
SEXTA CONFERENCIA DE LAS FARC (1976) Esta conferencia fue realizada del 18 al 27 de enero de 1976 en la región de El Duda, en los límites de los departamentos de Cundinamarca y Meta. Allí, las FARC trazaron, entre otras, las siguientes estrategias:
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1. Ampliar su radio de acción hacia el departamento del Caquetá104, donde se visualizaba la existencia de excelentes condiciones para instalar un nuevo frente de trabajo destinado a lograr el control de otros sectores con los cuales se proyectaba realizar tareas, a mediano y largo plazo, relacionadas con la consecución de armamento, municiones y radios de comunicación, así como con el tráfico de drogas. Para adelantar estas actividades ilícitas aprovecharían las fronteras selváticas del Perú y el Brasil, escasamente vigiladas por parte de las autoridades de estos países. 2. Presentar un nuevo modelo de liderazgo en respuesta a que se encontraban en estudio y entrenamiento un sinnúmero de nuevos profesionales e intelectuales, entre los que se destacaban el médico Braulio Herrera; el estudiante universitario y líder de la JUCO Timoleón Jiménez –quien para la fecha de la conferencia se hallaba en un alto grado de desmoralización dada la dificultad para acostumbrarse a las condiciones adversas de la práctica militar y al trajín en zonas inhóspitas de una selva poco amiga de los recién llegados–; así como Raúl Reyes y, posteriormente, Alfonso Cano105.
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La labor de penetración y consolidación del trabajo en el Caquetá le fue asignada al guerrillero Argemiro Cañón, quien posteriormente desertó con 90 millones de pesos de la comisión que se proyectaba como un nuevo frente, generándole así serios problemas a la organización. Posteriormente, Marulanda envió en reemplazo a Jorge Briceño Suárez (alias "Mono Jojoy"), al mando de 40 bandoleros, con la misión de darle vida a la decimoquinta cuadrilla en la región del Caguán; el "Mono Jojoy", hasta el momento, había sido parte de la escolta personal de Marulanda y se había ganado la confianza de este cabecilla especialmente por sus dotes militares. 105 Esto significaba para la organización manejar con un cuidado único la nueva oportunidad que se le presentaba de expandir su desarrollo político y militar, a la vez que evitar la repetición de errores incalculables, como el de no haberle dado el tratamiento y la importancia adecuada a Jaime Bateman y sus compañeros, razón que los obligó a desertar de filas y provocó una crisis al interior de las FARC.
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3. Ratificar por parte del Estado Mayor Central a sus nueve miembros originales, pero fortaleciendo éste con un gran número de ayudantes que jugarían el papel de miembros de Estado Mayor y estarían investidos de poderes asignados por el Secretariado –posteriormente éstos serían suprimidos, durante la Octava Conferencia, en razón de la cantidad de errores que cometieron, como por ejemplo la orden impartida por el alias Hernando y Braulio Herrera de asesinar a 128 guerrilleros de los frentes 11, 12 y 23, en el Magdalena medio santandereano en 1987–. 4. Crear un frente por departamento y luchar por la unificación de los grupos subversivos colombianos bajo la dirección de las FARC. 5. Crear condecoraciones que sirvieran de estímulo a los guerrilleros más destacados en los campos político y militar –como la orden Jacobo Prías Alape–, para honrar a los cabecillas sobresalientes en el trabajo políticoorganizativo de masas; y las órdenes de Marquetalia e Isaías Pardo, para distinguir a los sobresalientes en las acciones militares–.
CAPÍTULO III
EL PLANTEAMIENTO DE LA ESTRATEGIA SUBVERSIVA SÉPTIMA CONFERENCIA DE LAS FARC (1982) A la Séptima Conferencia de las FARC –que tuvo lugar en 1982 en Cubarral, departamento del Meta– es importante analizarla porque en su transcurso se trazaron las diferentes estrategias para continuar con la alteración sistemática del orden público, mediante una redefinición de su papel al interior de la estrategia comunista para acceder al poder que, de hecho, presagiaba una crisis entre el Partido Comunista y la agrupación guerrillera, "una ruptura en el frágil equilibrio mantenido entre el Partido y su brazo armado en beneficio del segundo (...) cambio crucial que determinaría con el tiempo, el predominio del polo militar como agente dinamizador de la acción política de esta organización"106. Después de la primera, segunda y tercera conferencias no se presentaron cambios del importancia en las conferencias posteriores, a excepción de la sexta, debido al poco espacio político y a la ausencia de protagonismo de la organización en el acontecer nacional y al constante asedio del Ejército Nacional en contra de sus focos insurreccionales a lo largo y ancho del país. 106
PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. Las FARC (1949-1966). De la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales-Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1991, p. 202.
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Este fenómeno de calma y estancamiento duró hasta el desarrollo de la Séptima Conferencia, la cual recibió oxígeno gracias a la visión política de los recién llegados Alfonso Cano y Timoleón Jiménez, miembros dirigentes del PCC, quienes reforzaron el equipo de dirección encabezado por Jacobo Arenas y le dieron un viraje de 180 grados a la visión futurista y estratégica de la organización. Esta conferencia, de hecho, ha sido considerada una de las más productivas y de mayor importancia en el análisis y proyección del desarrollo organizativo, principalmente del político-militar, en toda la historia de las FARC: "Que el renacer de las acciones militares y el reforzamiento de la presencia en una amplia porción del territorio obedezcan, de parte de las FARC, a una nueva apreciación de la situación política, es algo que confirman las decisiones adoptadas en 1982 en su Séptima Conferencia. Según el comentario de Jacobo Arenas (...) la situación presenta ahora aspectos revolucionarios. Incluye 'elementos, ingredientes nuevos, cambios cualitativos que confieren a la lucha general un carácter eminentemente político y, como los problemas del pueblo no han sido resueltos ni pueden serlo con el régimen actual, las masas populares se elevan a una lucha que es la traducción en la lucha de clases de las contradicciones que se producen en el seno de la sociedad. Estos elementos, analizados profundamente (...) forman lo que concretamente, en una concepción política, denominamos los índices de una situación revolucionaria’. (...) diagnóstico (que) implica una redefinición del papel de la guerrilla"107, como se verá a continuación. 107
PECAUT, DANIEL. Op cit, p. 375.
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Luego de más de diez días de discusiones y propuestas, los cabecillas de las FARC trazaron lo que se convirtió finalmente en la principal guía para continuar su carrera delictiva, a saber: 1. Promover el crecimiento político. 2. Promover el crecimiento de la organización. 3. Incrementar y expandir las acciones militares. 4. Fortalecer e incrementar la base económica de la organización. 5. Desarrollar cursos político-militares y de propaganda política. Además, se acordó agregar al nombre de las FARC las iniciales EP, que significan Ejército del Pueblo, como estrategia proselitista108 que en sus términos supone que "nuestra organización y armas deben estar siempre al servicio del pueblo para que éste nos vea siempre como su ejército"109. O, en una acepción más amplia, resaltar una "nueva forma de operar que tiende a convertir a las FARC en un movimiento guerrillero auténticamente ofensivo"110.
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Este hecho dio mucho que hablar al interior de los sectores de izquierda del país, pues los otros grupos, especialmente el ELN, el EPL y el M-19, lo consideraron una humillación. Estos grupos argumentaban que quienes se autodenominaran ejército del pueblo tendrían que demostrarlo en la práctica, cumpliendo principios excelentes de comportamiento, amor, abnegación y sacrificio hacia la sociedad por la que luchaba. De todo lo anterior, valga la aclaración, nada era aplicado por las FARC. 109 Aparte del documento "Reglamento, recomendaciones y normas con la población civil de las FARC-EP" citado en: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio para la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p.p. 169-170. 110 Jacobo Arenas citado por PECAUT, DANIEL. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968-1988. Siglo XXI Editores, Bogotá, 1989, p. 375.
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A. ESTRATEGIA POLÍTICA En relación con el aspecto político, los asistentes a Séptima Conferencia111 concluyeron que habían sorteado con éxito las diferencias con otras organizaciones, en virtud de haber agregado a su nombre la denominación de EP –Ejército del Pueblo–. Aunque la organización era consciente, al menos en teoría, que esta decisión implicaba asumir responsabilidades de grueso calibre con el pueblo, no visualizó que en la praxis ésta recibiría agrias críticas por parte de varios sectores habida cuenta del maltrato sistemático al que habían venido sometiendo a la población civil por espacio de tantos años no obstante su ineficaz excusa de estar actuando en la defensa de sus derechos y la reivindicación de sus intereses. Lo cierto es que lo único que verdaderamente les importaba era darle un nuevo rumbo a la estrategia delictiva, con el fin de captar el apoyo de las inmensas mayorías, pues ya eran conscientes que sin este recurso jamás podrían acceder al poder. Por esta razón concluyeron que, en aras de granjearse el beneplácito popular, era necesario proyectarse en términos cualitativos y cuantitativos como ejército revolucionario o "popular", si hemos de hacerle caso a la sigla EP. Dicha revelación recibió el mote "nuevo modus operandi político-militar 111
Según sostienen algunos analistas, esta conferencia fue motivada por dirigentes foráneos, que en definitiva son los que manejan las estrategias de las organizaciones subversivas en Colombia. Su concurso permitió introducir un elemento unificador y motivador de movimientos y masas de población que les permitiera mayor capacidad de maniobra política y, sobre todo, vivenciar el término "ejército del pueblo", el cual, intrínsecamente, les brindaría la seguridad psicológica de que representan una organización popular, aunque en la realidad no lo sea por la cantidad de años dedicados a masacrar la población civil – que ya los conoce y no cree en ellos -. Por otro lado, el término permite la unificación formal, en la aparente división que existe entre los diversos grupos subversivos, que se hará real una vez éstos reciban la orden de tomarse el poder.
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urbanización del conflicto", que en últimas equivalía a concentrar una gran cantidad de bandoleros para el ataque, que luego se dispersarían y volverían a concentrarse para atacar de nuevo y así sucesivamente... B. ESTRATEGIA ECONÓMICA En este aspecto acordaron continuar con la imposición de cuotas a los frentes, de acuerdo al potencial económico de las áreas de influencia, es decir, mediante vacunas a empresas nacionales y extranjeras, secuestros, extorsiones, chantajes e impuesto de gramaje (relativo a la protección de pistas clandestinas, laboratorios y cultivos ilícitos). De esta manera comenzaron su labor de infiltración a las bandas de narcotraficante, a las que posteriormente desplazarían o reemplazarían totalmente. Del dinero obtenido por este concepto, el Secretariado se quedaría con el 80%. Estos nuevos y jugosos aportes les permitirían acumular, con el tiempo, enormes sumas que, como es sabido, se emplearon en parte en la compra del material logístico general 112 necesario para el acondicionamiento y fortalecimiento de una gran cantidad de estructuras guerrilleras sobre la Cordillera Oriental, considerada por la organización guerrillera como "Centro de Despliegue Estratégico" en la preparación de la insurrección general. La otra parte del dinero así percibido sería distribuido entre la organización urbana y el frente internacional, lo que les permitiría desarrollar su trabajo a gran escala contra la ciudad de Bogotá, su principal objetivo. 112
Armamento, municiones, explosivos, medios de comunicación, uniformes, equipos, etcétera.
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C. ESTRATEGIA ORGANIZATIVA En este nivel, la idea de las FARC-EP era poner en práctica el Primer Plan Estratégico, cuya principal proyección apuntaba a la toma del poder, prevista para 1986. Para ello, había que incrementar sus cuadrillas de 7 a 40, sus efectivos de 700 a 4.000 bandoleros, y de 300 a 2.000 su dotación de armas largas113. De igual manera, concluyeron que la culminación de dicho plan, en 1986, estaría marcado por el lanzamiento de un vasto movimiento de masas, llamado "Unión Patriótica", por medio del cual se buscaría satisfacer la expectativa política de amplios sectores de la sociedad y se le ofrecería cabida a todos los grupos políticamente inconformes114, ya fuesen liberales, conservadores, del clero...; en fin, de toda la sociedad civil115. Otro propósito 113
Según apreciaciones del ministro de Defensa de Belisario Betancur, general Fernando Landazábal Reyes, en enero de 1984 las FARC-EP contaban con 25 frentes y 12.620 combatientes. Citado por PECAUT, DANIEL. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968-1988. Siglo XXI Editores, Bogotá, 1989, p. 390. 114 "Al contrario de lo que muchos piensan, las FARC han ido construyendo una ideología en todo este período, incluso hoy tienen más ideología que antes. Creo que en un tiempo tuvieron más (...) un discurso marxista, y en este momento han logrado construir una ideología más apropiada, que les permite tener mayor posibilidad de comunicaciones entre ellos, mayor posibilidad de generar lealtades y de tener mejores reflejos políticos y militares. (...) De hecho, una de las grandes equivocaciones del Estado ha sido el desprecio que todavía tiene frente a una gente que ha ido construyendo ese elemento ideológico (...) pasando por alto que se trata de un discurso edificado y corregido durante 50 años. Es un discurso que de alguna manera ha seguido desarrollándose después que se rompe el tutelaje marxista que sobre él tenía Jacobo Arenas, y que se refleja incluso en los aspectos político y militar. Y Marulanda es, indudablemente, la más alta síntesis de esa ideología". PATIÑO, Otty. "La ideología de las FARC no es un cuento". (Comentario). En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p.p. 181-182. 115 "Desde la firma del acuerdo de La Uribe, en 1983, las FARC iniciaron la discusión interna acerca de su actuación como movimiento político. (...) Aprobaron, finalmente, una plataforma que debía ser impulsada ‘en unión con otros partidos y movimientos democráticos de izquierda’. En marzo de 1985 lanzaron la Unión Patriótica. Pero, al mismo tiempo, las FARC anunciaron que se mantendrían como organización armada y que no existía la menor posibilidad de que ella se disolviera". RAMIREZ, Socorro y RESTREPO, Luis Alberto. Actores en conflicto por la paz. El proceso de paz durante el gobierno de Belisario Betancur, 1982-1986. Citados por: ORTIZ RODRÍGUEZ, María Carlota. "El gobierno de Belisario Betancur (1982-1986)". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 28, p. 220. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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era llenar el vacío dejado por la Unión Nacional de Oposición (UNO), y así medir la correlación de fuerzas existente entre las masas desprotegidas e insatisfechas y el sistema político imperante. Gracias a su nuevo partido, que fue lanzado en marzo de 1985116, la guerrilla inició el avance hacia las altas esferas de la dirección del Estado, donde obtuvo representación directa con sus senadores y concejales e indirectamente mediante la infiltración de políticos y personalidades pusilánimes de la vida nacional, quienes consciente o inconscientemente les abrieron espacio político y contribuyeron a mantener la falacia de paz que había alimentado la administración de Belisario Betancur (1982-1986). La apertura de los diálogos de paz con la subversión117, que al inicio del gobierno de este mandatario hizo nacer en la 116
A éste asistieron más de 100.000 participantes, en su mayoría comunistas, los que tuvieron como sitio de deliberaciones el Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán de la ciudad de Bogotá. En el evento participaron, directa e indirectamente, personalidades políticas de la vida nacional y doscientos comandantes guerrilleros dirigidos por Braulio Herrera. Una vez concluido el acto, corrió la noticia de la supuesta asistencia de Jacobo Arenas que, de haber sido cierta, no habría significado nada debido a las limitaciones impuestas a los organismos de seguridad del Estado en el desempeño de sus labores. 117 A su llegada al solio presidencial, Belisario Betancur "trazó lo que sería su ‘estrategia de paz’: la expedición de una ley de amnistía, la creación de una comisión de paz y el acometimiento de una reforma política que le brindase un espacio institucional a las guerrillas que depusieran las armas. En consecuencia, al poco tiempo de posesionarse nombró una Comisión de Paz (...) conformada por cuarenta personas de diversa procedencia y adscripción política, que debería auspiciar el trabajo de diálogo con los diferentes grupos guerrilleros y la redacción de una ley de amnistía. (...) En noviembre de 1982, con base en el proyecto de ley escrito por el ex candidato presidencial Gerardo Molina, entró en vigor la Ley 35 o Ley de Amnistía. Su carácter de incondicional, puesto que no hacía falta acogerse a ella para quedar amnistiado ni exigía la rendición de las guerrillas, despertó las críticas de quienes consideraban que así se privilegiaba a los subversivos, más aún cuando, gracias a ella, se había establecido una clara diferenciación entre ‘la delincuencia política" y la "delincuencia común". ORTIZ RODRIGUEZ, María Carlota. "El gobierno de Belisario Betancur (1982-1986)". En: Enciclopedia Nuestra Colombia, fascículo 28, p. 218. Prensa Moderna Impresores S.A., Cali, 2002.
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nación la esperanza de la paz, le permitió a los bandoleros consolidar, como ya se dijo, su brazo político, a la par que lograr un avance significativo de carácter estratégico en la consecución de sus propósitos en virtud que éstos les permitieron salir de la clandestinidad, el atraso, el anonimato y la postración de largos años en que se encontraban sumidos118, ya sea por sus propios errores o por la poca aceptación de la población. De esta manera alcanzaron el objetivo al que se habían comprometido en su Séptima Conferencia de colocarse en una posición de relieve y figuración (nacional e internacional), estratagema que en la hora presente esgrimen para agilizar la toma del poder. D. ESTRATEGIA MILITAR En relación con ella, las FARC-EP se trazaron como meta el lanzamiento de una ofensiva general para el año 1986, tarea que cumplieron en una forma incipiente debido a que el realce político que obtuvieron gracias a los acuerdos de prórroga indefinida a los acuerdos de paz y al lanzamiento de la UP los absorbieron de tal manera que sus planes al respecto quedaron realizados a medias. Sin embargo, los hechos registrados en el año de 1981, gracias a los "éxitos" obtenidos con la "Operación Cisne 3" aún daban mucho de qué hablar y analizar por la repercusión psicológica que tuvieron al interior de las unidades guerrilleras, cosa que jamás se había registrado en su historial militar. Esta operación armada se llevó a cabo a orillas del río Guayabero, en el departamento del Guaviare, por el recién 118
"Hasta 1984, la percepción de buena parte de los colombianos era que las FARC tenían poco que decirle al país. Se tenía la idea (...) de que eran unos sujetos iletrados que esgrimían el garrote (...) por demás marxistas-leninistas (...). JIMENEZ MILLAN, ÁLVARO. "Las FARC, del partido al movimiento" (Ensayo). En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 187.
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formado decimoquinto frente y algunas unidades pertenecientes al grupo de escoltas de Manuel Marulanda, llamadas los "rastrillos", en contra de una pequeña patrulla del Ejército Nacional denominada "Águila Negra". Gracias a que los guerrilleros lograron superar el dispositivo de seguridad de esta unidad, se facilitó el robo de veinte fusiles G-3, así como el asesinato de siete soldados y la posterior negociación para restituir a los otros trece que integraban la unidad móvil. Y aunque esta acción los obligó posteriormente a desocupar sus campamentos principales (ubicados a orillas de los ríos Tagua y Guaduas) por la presión de la contraofensiva desplegada por parte del ejército, este hecho no les importó puesto que lo único que realmente les interesaba era demostrar que los guerrilleros eran capaces de emboscar patrullas en movimiento con los resultados ya expuestos. En seguimiento de la meta arriba expuesta, la guerrilla proyectó la ubicación de un gran número de frentes en la Cordillera Oriental que les permitiera iniciar el acondicionamiento de la misma como centro del despliegue estratégico, es decir, para poder lanzar desde allí su ofensiva final contra la capital de la República. Igualmente se fortaleció la escuela para comandantes "Hernando González Acosta", en la región de La Uribe (Meta), denominada así en memoria del líder del PCC que ingresó a la guerrilla en compañía de Jacobo Arenas y que luego muriera en el desarrollo de una acción militar. También determinaron que se debía continuar fortaleciendo la escuela "Interfrentes", ubicada en la región del Magdalena medio antioqueño, más exactamente en la zona comprendida entre los ríos Tamar e Ite, en jurisdicción de los municipios de Yondó y Remedios, y que había sido fundada por Ricardo Franco.
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CENTRO DE DESPLIEGUE ESTRATÉGICO "FARC"
OCÉANO PACÍFICO
OCÉANO ATLÁNTICO
MB CN JA JB
BRASIL
PERÚ
CUADRILLAS CP. MÓVILES FRENTES URBANOS
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PRIMER PLAN ESTRATÉGICO "FARC" SÉPTIMA CONFERENCIA MAYO 1982 CUBARRAL (META) - CORDILLERA ORIENTAL COMO CENTRO DE DESPLIEGUE ESTRATÉGICO (CDE) - DESDOBLAR CUADRILLAS - CRECER HASTA 48 CUADRILLAS - PASAR DE LA DEFENSIVA A LA OFENSIVA - COPAR UNIDADES - ORGANIZAR EMISORA CLANDESTINA - CADA CUADRILLA MÍNIMO 4 ACCIONES DE RESONANCIA AL AÑO - ORGANIZACIÓN DE MILICIAS Y AUTODEFENSAS
EL PLENUM DE 1983 Este Plenum es importante tenerlo en cuenta porque, además de ratificar el cambio en la estrategia de las FARCEP en su carrera hacia la toma del poder, subraya el hecho de que en vista que en Colombia está lejana "una apertura hacia la democracia burguesa", es imperativo implementar "un plan militar de ocho años (cuando las condiciones organizativas, políticas y militares se den) que comience su despliegue estratégico en dos fases que, en el momento oportuno, se combinen con la acción insurreccional de las grandes masas urbanas de manera que se consoliden
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las posiciones estratégicas para proclamar un gobierno provisional revolucionario"119 .
PLENUM DE 1983 LA URIBE (META) -
CONFORMACIÓN DE SIETE BLOQUES DE FRENTE COMPLETAR 16 MIL BANDOLEROS FORMACIÓN DE MANDOS ADQUIRIR MATERIAL BÉLICO SOFISTICADO PACTAR COALICIONES POLÍTICAS ORGANIZAR LA UNIÓN PATRIÓTICA -UP DIÁLOGOS DE PAZ
LA UNIÓN PATRIÓTICA:
LAS REPRESENTACIÓN POLÍTICA
FARC-EP
BUSCAN
El surgimiento en pleno del movimiento político Unión Patriótica, en 1985, significó para las FARC-EP los primeros pasos en la consolidación de su estructura política y militar, orientada a lograr la ofensiva y despliegue estratégico en el territorio nacional. Los que hasta ese momento eran bandoleros desconocidos para la opinión pública nacional e internacional, la mayoría del tiempo escondidos como fieras en las espesas selvas colombianas, hicieron su aparición en público, moviéndose en escenarios locales, nacionales e internacionales, y proyectando su propuesta política a las masas de una manera totalmente 119
Jacobo Arenas citado por PECAUT, DANIEL. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968-1988. Siglo XXI Editores, Bogotá, 1989, p. 388.
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abierta en virtud del espacio que a las guerrillas le había conferido el proceso de paz. Con la creación de la UP, el PCC y las FARC-EP lograron dos objetivos: "Con ello muestran que, siguiendo los acuerdos – de cese y tregua al fuego –operan plenamente en el marco de la legalidad. En ausencia de otras formaciones políticas de oposición, ocupan todo el terreno de la protesta. (...) – y – mientras que el M-19, el EPL y el ELN retoman los combates, los comunistas continúan diciendo que están decididos, cueste lo que cueste, a colocarse en la perspectiva de la paz (...). En suma, se metamorfosean en un protagonista esencial de la política colombiana –confirmando así lo trazado en su Séptima Conferencia–. Sus resultados electorales siguen siendo sin duda modestos. Pero contrastan con la confusión de los partidos tradicionales y el aislamiento de las otras guerrillas. Y sus proclamas pacifistas los convierten en el interlocutor obligado de un gobierno que, más y más, no tiene otros elementos para mostrar los éxitos de su política que la adhesión confirmada de las FARC a la tregua"120. Esta gran oportunidad de figurar a nivel político, hábilmente aprovechada por las organizaciones subversivas, les permitió aglutinar cientos de seguidores, al igual que reclutar decenas de líderes, a lo largo y ancho de la geografía nacional, motivados unos porque ya era la hora de mostrarse en público después de haber ayudado clandestinamente por varios años a las FARC, al ELN o al PCC, y otros, la gran mayoría, por el afán de conseguir dinero fácil explotando el terror que el solo nombre de guerrilla, pronunciado en pueblos y ciudades, inspiraba a sus habitantes. 120
PECAUT, DANIEL. Ibid, p.p. 389-390.
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En otras palabras, era el inicio de un ambicioso proyecto, a corto plazo, que les permitiría llenarse los bolsillos de dinero gracias a las concesiones otorgadas por el Estado y al impacto psicológico que causaba su mera presencia, fenómeno que al poco tiempo fue detectado por los sectores perjudicados, los que reaccionaron violentamente con sus grupos de justicia privada, generando así una cadena de asesinatos, especialmente de líderes y militantes de la UP, que apenas seis meses después de la conformación de esta organización ya había cobrado 165 víctimas. Sin embargo, en aras de la verdad, es preciso aclarar que muchas de estas acciones fueron realizadas por otras organizaciones subversivas –el grupo disidente Ricardo Franco, entre ellas–, las cuales entendieron tardíamente que habían sido utilizadas por vividores, poniendo en serio riesgo su prestigio y proyección estratégica. No obstante, los activistas y militantes de la UP y del PCC entablaron denuncias, a nivel nacional e internacional, ante organismos de Derechos Humanos y Organizaciones No Gubernamentales, en contra de los cuerpos de seguridad del Estado, a los que les achacaban los crímenes como una nueva táctica de engaño y desinformación. Simultáneamente, en las zonas rurales, las FARC, que portaban uniformes, armas y brazaletes con el rótulo FARC-EP, realizaban campañas de inteligencia política, militar y financiera así como actividades de adoctrinamiento, reclutamiento y organización entre las que se destacaban los famosos "comités", que no eran sino una muestra más de su política de engaño porque, mientras dialogaban con el gobierno, organizaban a la población para que saliera a realizar paros y protestas en contra del mismo y éste, sin darse cuenta, le seguía el juego a la
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subversión, confiado en la buena fe y voluntad de paz que aparentemente animaba a los antisociales. No sobra empero recordar, tanto para ese momento histórico como para el actual, que "aún cuando la guerrilla –en general– ha logrado un protagonismo político real frente al Estado, es evidente que su eficacia política no se corresponde con la enorme extensión de sus frentes armados. Este divorcio refleja un problema de legitimidad frente al movimiento popular (salvo las capas y regiones en donde se reproducen) y, ante todo, la negativa de las inmensas mayorías nacionales a aceptar la solución militar a los conflictos que afectan al país"121.
LA COORDINADORA GUERRILLERA SIMÓN BOLÍVAR (1987) La aparición de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) en el escenario político de 1987, significó para las FARC-EP y el ELN un paso más de acercamiento en la incierta recomposición de sus deterioradas relaciones políticas y militares. Esta unión buscaba rescatar en los integrantes la confianza que se había perdido por el celo en el manejo equivocado que le habían dado a la anterior coordinadora122 y en la que las FARC-EP se abstuvieron de participar debido a que en ésta se hallaba el desertor 121
PIZARRO, Eduardo. Op cit, p. 257. En 1985, las siguientes agrupaciones subversivas se integraron, sin mayor éxito, en un aparato de enlace político-militar que recibió el nombre de Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG): Ejército de Liberación Nacional, ELN; Ejército Popular de Liberación, EPL; Movimiento Armado Quintín Lame; Partido Revolucionario de los Trabajadores; Patria Libre y Movimiento 19 de Abril. En 1987, con el ingreso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército Popular, FARC-EP, La CNG se convirtió en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, CGSB. A finales del mandato de Virgilio Barco (1990) ésta existía sólo en el papel. 122
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Javier Delgado, líder de la disidencia Ricardo Franco. Este siniestro personaje123, cabe recordar, había realizado en 1985 una purga al interior de la organización que le costó la vida a más de 175 guerrilleros pertenecientes a su grupo –algunas fuentes afirman que a 700–, quienes fueron masacrados y enterrados luego en fosas comunes bajo la acusación de ser, supuestamente, infiltrados del ejército124. A estas circunstancias, que afectaban el desarrollo del nuevo proyecto de unidad, se sumó una visión muy corta, que más que considerar aspectos estratégicos buscaba mostrar ante la opinión publica nacional e internacional una imagen de fortaleza que la organización guerrillera, en su conjunto, estaba lejos de poseer en aquel momento. Estos vacíos estructurales, producto de una concepción simplista, obedecían a la carencia de una línea política verdaderamente unificada, tanto en la parte orgánica y jerárquica como en la conducción organizativa de las masas hacia la toma del poder. Otro fenómeno que obligó en forma apresurada a ambas organizaciones a generar un golpe de opinión contundente, con la aparición de la supuesta unidad, fue el relacionado con las negociaciones de paz que por ese entonces adelantaban miembros del M-19 y del EPL con el gobierno nacional. Los dos grupos, más que nadie, sabían que de cristalizarse dichos procesos y desmovilizarse cientos de guerrilleros, amplias áreas operacionales y de control subversivo quedarían sin cubrir en diversas regiones del país, lo que facilitaría su recuperación por parte del Estado. 123
En junio de 2002, las FARC-EP lograron cobrarse la deuda pendiente que tenían con Delgado, dándole muerte. 124 El genocidio de Tacueyó, en el que perdieron la vida numerosos integrantes del M19, desmoralizó de tal manera a sus líderes que precipitó su proceso de reinserción a la vida civil.
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Además, conocían el pensamiento de la población que, involucrada a la fuerza en una nefasta guerra interna y hastiada de sufrir, consideraba al proceso de paz como la salvación de la sociedad civil; de concretarse, la paz le reportaría también al pueblo colombiano un gran aporte en términos de tranquilidad, progreso social y desarrollo económico. Para las organizaciones subversivas implicaba, por el contrario, la pérdida de considerables espacios políticomilitares, como ya se dijo. Mientras los guerrilleros proseguían empecinados en desarrollar una lucha macabra y sin justificación, tratando por todos los medios de aparentar una fortaleza y voluntad inquebrantables de unidad y de lucha, al interior de las organizaciones se ahondaron aún más las, al parecer insuperables, diferencias político-ideológicas; incluso, se llegó al extremo del enfrentamiento armado, como fue el caso particular de Urabá y el nordeste antioqueño. Estas contradicciones, recrudecidas por el protagonismo de corte políticoterrorista y la disputa territorial de las dos organizaciones, las ha separado años luz en sus aspiraciones de correlación de fuerzas, así como en la conducción unificada de las masas. Es necesario dejar en claro que mientras las FARC nacieron al amparo de un partido político de vieja data, y al cual trataron de obedecer hasta la década de los ochenta en lo sustancial desde "Tirofijo" hasta el más insignificante de los bandoleros, guiados todos por una estructura de mando y una línea política comunista definida, el ELN surgió de la espontaneidad y afán de protagonismo político y populachero de sus impulsores, quienes contaron para ello con la asesoría política de Fidel Castro, personaje
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que en esa época aún no estaba maduro en su concepción política ni en la estrategia comunista. Esta es una de las principales razones por las que el ELN nació miope, política e ideológicamente hablando, circunstancia que les ha dificultado a sus cabecillas llegar a un entendimiento estratégico con las FARC-EP o con cualquier otro grupo. Es necesario resaltar que al interior del ELN convergen diferentes ideologías y líneas políticas, entre las que se destacan: la línea castrista, que los guió, como acabamos de decir, para iniciar su carrera delictiva, pero que nunca más alimentaron pues se distanciaron de la evolución ideológica del viejo guerrillero; la maoísta, fortalecida por la aparición de la guerrilla "Sendero Luminoso", en el Perú, y la puesta en marcha de su doctrina relativa a la guerra popular prolongada; y la marxista, que en la cumbre del Tercer Congreso y Primer Plan Estratégico de 1996 fue estudiada como la posible solución para manejar en un futuro las contradicciones con las FARCEP. Es tal el salpicón político e ideológico del ELN, que en su interior hay personas de adscripción liberal y conservadora. Por éstas y las razones anteriores, el mencionado proyecto de unificación revolucionaria, de mantenerse, resultaría altamente peligroso para la guerrilla misma, puesto que podría desencadenar una nueva pugna por el control del poder. Es más, la parte menos fuerte podría convertirse en una fuerza contrarrevolucionaria, hecho que iniciaría una nueva confrontación en la que, como siempre, la peor parte la llevaría nuestro sufrido y martirizado pueblo colombiano, que una vez más se vería obligado a enfrentar nuevas décadas de destrucción y desolación.
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PLENUM AMPLIADO DE LAS FARC-EP (1989) Las organizaciones guerrilleras colombianas, con el transcurrir del tiempo, se han ido depurando en todos los terrenos y han aprendido a calcular cada una de sus acciones, gracias a las enseñanzas que ha dejado la escuela del error y el ensayo. También han perfeccionado y ampliado, cada día más, su estrategia delictiva, impulsando para ello y a todo nivel los trabajos necesarios para lograr el normal funcionamiento de sus planes y tareas trazados a corto, mediano y largo plazo. En el Plenum Ampliado que realizaron en 1989, las FARC-EP trataron temas de fundamental importancia para su supervivencia y desarrollo, entre los que se destacaron: 1. La inminente caída del comunismo en el ámbito internacional y sus repercusiones al interior de la vida nacional, obligaron en forma urgente a convocar la realización de un nuevo congreso del PCC –el Decimosexto–, el que contaría, al igual que el Décimo, con la participación de la FARC-EP. De esta manera se buscaría sostener la estructura de la organización política amplia, la cual, por los últimos acontecimientos generados por la Perestroika, se hallaban tambaleante y a merced de hundirse ante la arremetida de la social democracia y el capitalismo mundial. 2. Si la primera medida no sufría efecto y el comunismo nacional naufragara, desapareciendo irremediablemente, la dirección de las FARC-EP, consciente de que quedaría a la deriva, sin piso político ni justificación ideológica para la continuación del proceso revolucionario, optaría por sustituir al PCC por otra organización política paralela
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y clandestina y así evitarse el riesgo de desestabilizarse internamente tanto en su línea política e ideológica como en su estructura militar. Mediante la creación del nuevo Partido Clandestino, representado en células denominadas "Uniones Solidarias"125, emprenderían su proyecto hacia el futuro en el nivel ideológico y político. Dicho partido, puesto en la clandestinidad y dirigido desde las montañas por las FARC-EP, contribuiría decisivamente a acelerar "la urbanización del conflicto". Según el mismo Marulanda explicaba en una entrevista recogida en 1999126, "las Uniones Solidarias son el Partido Clandestino y están conformadas por los Núcleos de Solidaridad de Base o Células Clandestinas. Para saber su funcionamiento es necesario conocer el funcionamiento de las células de partido, con la diferencia de que, por ser clandestino, existe una rigurosa compartimentación entre sus miembros, donde cada uno de los integrantes del Núcleo de Solidaridad es conocido por dos compañeros más". De esta manera, las FARC-EP sentaron las bases de lo que sería la presentación en público del nuevo partido, que se haría efectiva gracias a la puesta en práctica de la "Campaña Militar Bolivariana Por Una Nueva Colombia", la cual fue trazada a partir de este mismo Plenum y a la que debía dársele cumplimiento en cuatro fases, la última de las cuales culminaría en 1993, supuestamente y como se acaba de explicar, con el lanzamiento del partido 125
Otro aspecto, de vital importancia para proporcionar la dinámica necesaria en el proyecto de fortalecimiento de las Uniones Solidarias, hacía referencia a la vinculación familiar en la constitución de las milicias urbanas o Bolivarianas, es decir, que el principio de lealtad y fidelidad es dado por la fuerza que imprimen los lazos sanguíneos, ya que se actúa por plena convicción. Este esquema, similar al desarrollado por la "cosa nostra" en Italia, les proporcionaría excelentes dividendos a la organización político-revolucionaria en su plan de crecimiento general. 126 "Entrevista a Manuel Marulanda Vélez". En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 180.
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Reunión Bolivariana Por la Nueva Colombia. Esta iniciativa, cabe aclarar, se desarrolló apenas parcialmente y luego se optó por cambiar de nombre y de estrategia en la Octava Conferencia, cuando al sucesor del Partido Comunista se le denominó "Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia". Para reemplazar a las autodefensas, pusieron en marcha un vasto movimiento de "Milicias Bolivarianas" en el espacio nacional, una organización con estructura militar e "integrada(s) por personas físicamente aptas para la confrontación militar directa con el enemigo" 127. Al respecto cabe aclarar que la única diferencia entre las nuevas milicias y las antiguas autodefensas consistía en la proyección que estas últimas tendrían en el ámbito urbano aprovechándose para ello de la gran descomposición social y de la presencia de cientos de bandas o pandillas, armadas por el narcotráfico en su carrera terrorista, las cuales serían puestas al servicio de las FARC-EP en virtud de la buena amistad y relaciones existentes entre los carteles de la droga y esta organización. 3. Un escenario que ha sido bien aprovechado por las organizaciones subversivas es el de los grandes cordones de miseria que rodean las principales ciudades del país. Esto y el desempleo, son aspectos que, debidamente explotados, les permiten avanzar con gran facilidad en la urbanización del conflicto128, porque la colaboración con 127 "Entrevista a Manuel Marulanda Vélez". En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 180. 128 Este acento en la urbanización del conflicto hace parte de la "movilización de masas" que, a partir de 1984 tomó una impresionante magnitud: "es una ola verdadera de ‘marchas campesinas, de movimientos urbanos, de acciones sindicales, de manifestaciones contra la ‘militarización’, la ‘fascistización’ y la ‘violencia paraoficial’ la que se va extendiendo por todo el país. Militantes de las FARC y del partido
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las guerrillas les proporcionan ingresos a las masas desocupadas. Estos sueldos, que oscilan entre $300.000 y $600.000 pesos mensuales, compran su lealtad y confianza. Por esta razón, en este Plenum concluyeron que, para la toma del poder, era necesario ir trasladando paulatinamente el conflicto de los campos a los principales centros urbanos, utilizando para ello todas las herramientas a su alcance, entre ellas, la mencionada constitución de las milicias (Bolivarianas y Populares). 4. Así mismo, y retomando la iniciativa del antecedente del M-19, se previó la necesidad rescatar las banderas bolivarianas, es decir, la lucha revolucionaria traducida en el lenguaje del Libertador Simón Bolívar, quien en todo momento soñó con aglutinar los antiguos territorios coloniales que liberó: los virreinatos de la Nueva Granada y Quito, la Capitanía de Venezuela, el Alto y Bajo Perú. Es decir, las actuales repúblicas de Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia. Es pertinente recalcar en este punto que la mayoría de las organizaciones subversivas de Colombia siempre han tenido presentes los postulados de unidad bolivariana, los que se han materializado, antes y actualmente, mediante el permanente intercambio de experiencias revolucionarias con movimientos como "Alfaro Vive Carajo" del Ecuador, "Bandera Roja" de Venezuela, "Sendero Luminoso" y "Túpac Amaru" del Perú, "Tupamaros" de Uruguay, "Montoneros" de Argentina, ETA de España, el "Ejército Zapatista de Liberación Nacional" de México, sin olvidar comunista la orquestan y acompañan (...). En todas partes, se hacen partidarios de la unificación de las organizaciones populares y el balance, también allí, es espectacular: coordinación de conflictos campesinos, realización en 1986 de un encuentro de todos los movimientos populares y (...) creación en noviembre de 1986 de una confederación sindical única, la CUT (...)". PECAUT, Daniel. Op cit, p. 389.
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la asesoría militar y política recibida de movimientos revolucionarios de Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Vietnam, Camboya, Alemania Oriental, la antigua URSS, Cuba e Irlanda, a través del IRA, entre otros. Vale la pena anotar que en la ofensiva militar de 1990 contra el santuario de las FARC-EP o "Casa Verde" murió un capitán del ejército nicaragüense, experto en fuerzas especiales, quien se desempeñaba como instructor y recibía el alias de "Camilo". Recientemente, las autoridades colombianas detuvieron a tres irlandeses pertenecientes al IRA, quienes le aportaban instrucción a las FARC-EP en la "zona de distensión", para llevar a cabo la fabricación artesanal de explosivos y armas de tiro curvo. Esta retroalimentación revolucionaria ha sido llevada a cabo mediante la realización de escuelas y cumbres conjuntas en el territorio nacional a partir de 1984, cuando el M-19 y el Movimiento Revolucionario Quintín Lame lanzaron el proyecto denominado "Batallón América". Las FARC-EP, a su vez, en coordinación con el PCC, ya habían realizado en 1982 la primera Cumbre de Movimientos Revolucionarios Latinoamericanos, la cual se llevó a cabo en Sao Paulo, Brasil, país que fue tomado como sede en razón a que el Partido Comunista brasileño es la segunda fuerza política de esa nación y el primero en América. Por ello, éste debía aglutinar la lucha y unidad de diferentes países para adelantar el ideario bolivariano, el cual se complementaría con una secuencia de cumbres cada dos años. La última se realizó en el año de 2000 en Sao Paulo, y en ella se amplió la participación de países de otras latitudes a fin de promover un mayor apoyo internacional para lograr la insurrección generalizada en el continente, cuya vanguardia –se ratificó–, estaría en
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cabeza de las FARC-EP, en reconocimiento al hecho de ser la organización revolucionaria más antigua del mundo y la más fuerte, no sólo en términos económicos.
SEGUNDO PLAN ESTRATÉGICO "FARC" CAMPAÑA BOLIVARIANA POR UNA NUEVA COLOMBIA PLENUM AMPLIADO DE 1989 LA URIBE (META) PRIMERA FASE 1990 – 1992 - CONSOLIDAR 60 CUADRILLAS DE 300 HOMBRES - DISPONER DE US$56 MILLONES - A DQUIRIR A RMAMENTO , C OMUNICACIONES , NAVES, BARCOS SEGUNDA FASE 1992 – 1994 - CRECER EN 80 CUADRILLAS
DE
400 HOMBRES
CADA UNA
- CONSEGUIR US$. 2.000 MILLONES TERCERA FASE 1994 – 1996 - PRIMERA OFENSIVA CON 32 MIL HOMBRES - GUERRA DE GUERRILLAS CON 16 MIL HOMBRES - 16 MIL HOMBRES EN COLUMNAS Y COMPAÑÍAS MÓVILES HACIA EL C ENTRO DE D ESPLIEGUE ESTRATÉGICO (CDE) CUARTA FASE (DE RECURSO) - E N C ASO DE F ALLAR LA T ERCERA F ASE SE R EALIZARÍA R EPLIEGUE HACIA P OSICIONES F AVORABLES PARA O RGANIZAR LA SEGUNDA OFENSIVA
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LA TOMA DEL SANTUARIO DE CASA VERDE (1990) La ofensiva militar contra el enclave de las FARC-EP en el departamento del Meta, la así llamada "Casa Verde", en 1990129, aunque no tomó del todo por sorpresa a los líderes de las FARC-EP, en razón a que fueron alertados por algunos políticos que trabajaban para ellos como infiltrados en la dirección del Estado, los obligó a realizar un serio análisis de su estructura organizativa, así como a cuestionarse la real capacidad operativa del Ejército Nacional, motivados por las siguientes razones: 1. Este campamento era considerado por la organización como el más seguro en el ámbito nacional, en términos políticos, militares y geoestratégicos, en virtud que esta zona había permanecido bajo su control por más de 20 años. Allí habían adoctrinado a la gran mayoría de la población circundarte, con los comandantes de las milicias a la cabeza secundados por líderes del PCC, y formado una coraza terrestre de redes de apoyo aparentemente impenetrable. Igualmente, allí se encontraba ubicada la escuela "Hernando González Acosta", ducha en la capacitación de lideres políticos y de mandos, en la que se destaca la presencia, durante los últimos diez años, de asesores e instructores políticos y militares internacionales, de nacionalidad vietnamita, nicaragüense y soviética, entre otras. Este hecho obligó al Secretariado a mantener en 129
El ataque al santuario de las FARC-EP, que coincidió con las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente que se encargaría de reformar la constitución vigente, dejó en claro cual era el mensaje del nuevo mandatario de los colombianos, César Gaviria Trujillo (1990-1994), de cara al incremento de las acciones militares por parte de este grupo, "favorabilidad política para las guerrillas que se acogieran a la política de paz y confrontación armada para los grupos renuentes". PIZARRO LEONGOMEZ, Eduardo. "Política de paz y apertura democrática". En: Nueva Historia de Colombia, tomo VII, Planeta Colombiana Editorial S.A., 1998, p. 280.
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forma constante cordones de seguridad, empleando para ello más de dos mil hombres. 2. La región presentaba aspectos favorables para su defensa en el campo militar, destacándose en este sentido las elevaciones del terreno así como la presencia de zonas de páramos que permanecen nubladas y soportan constantes granizadas y lluvias que impiden la visibilidad y dificultan en extremo el ataque. Todas estas fueron razones suficientes para que la organización afirmara que "allí no vivía el que quería sino el que podía", sentencia que corrobora su carácter inexpugnable. Por ello, varios de los cuadros guerrilleros –que llegaron provenientes de otras partes del país para participar en la mencionada escuela– cuyos miembros generalmente eran nativos de tierra caliente, murieron. Este factor climático era el que mayor confianza le proporcionaba a la guerrilla porque, supuestamente, tanto el Secretariado como su cinturón de seguridad ya habían logrado aclimatarse, en otras palabras, volverse "paramunos", mientras que los soldados que entraran al sector a atacarlos serían presa fácil de aniquilar con la ayuda incondicional de la naturaleza. 3. El deber que se le había impuesto a todo el Estado Mayor Central de permanecer reunido, según lo había estipulado la Séptima Conferencia, les acarreó a los guerrilleros, durante el desarrollo de la ofensiva militar por parte del ejército, inmensos problemas operacionales. En consecuencia, se plantearon la necesidad de realizar una nueva conferencia que le autorizara a sus miembros a disgregarse por todo el territorio nacional con el fin de montar su dispositivo estratégico. Otro factor de análisis fue el relacionado con el área "perdida", ya que ésta les era vital para ubicar el cuartel
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general que les permitiría lanzar la ofensiva generalizada y el ataque contra la capital de la Republica. Otra preocupación era la de rescatar la gran cantidad de dinero, material de guerra y documentos que tenían escondidos en la región de La Uribe, los que estaban en serio peligro de perder debido a la presencia de las tropas en el área. La situación descrita permite concluir que, a partir de la fecha, toda propuesta de negociación de paz que hicieran tendría que contemplar la inclusión de esta área en una eventual zona de distensión para poder recuperar lo dejado allí. 4. Este fortín, donde el gobierno nacional los había reconocido como organización político-armada, debía defenderse y recuperarse por un elemental sentido del honor revolucionario, razón que estaba clara para todos sus integrantes en vista de que allí se habían librado las cruentas batallas políticas, lideradas por el desaparecido Jacobo Arenas y el Secretariado, que les habían permitido ganar ante la opinión pública, nacional e internacional, el reconocimiento como movimiento guerrillero. La conclusión última de este análisis, después de sopesar la derrota sufrida y la evacuación que en forma apresurada debieron emprender "Tirofijo" y sus secuaces, redundó en un llamamiento a todos los terceros cabecillas de los frentes –quienes se desempeñan como jefes de finanzas–, y a impartir la orden de realizar una escalada terrorista nacional que sirviera como respuesta al ataque sufrido en Casa Verde; dicha escalada comenzó efectivamente el día 5 de febrero de 1991, en términos exactos, un mes y veinticinco días después del ataque militar. También se acordó ampliar el fortín financiero, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, incrementando
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los secuestros, las extorsiones, las vacunas y el tráfico de drogas con el fin de adquirir 10.000 fusiles, 1.000 ametralladoras, 5.000 granadas de fusil, 5.000 de fragmentación, 100.000 cartuchos de diferentes calibres, entre otros pertrechos que, para la fecha de la Octava Conferencia ya habían sido conseguidos y debidamente escondidos en el sur del país, según los informes del Secretariado, y que debían servir para lanzar una ofensiva final y tomarse el poder. Asimismo, se planteó la construcción de nuevos cuarteles generales en el sur del país, más exactamente en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare, es decir, en los antiguos asentamientos que los habían protegido en 1982 de una operación militar contraofensiva, cuando realizaron el "copamiento" de la primera patrulla del Ejército Nacional, denominada operación "Cisne 3". Según lo previsto, las FARC-EP llevaron a cabo su Octava Conferencia, la que se desarrolló en las cercanías del municipio de Calamar (Guaviare), entre los ríos Itilla y Unilla, lugar considerado por Manuel Marulanda y el "Mono Jojoy" como área de retaguardia estratégica, razón que explica la permanencia de las FARC-EP en ese sector –en este punto es importante anotar que la retaguardia estratégica del área de distensión se extiende hasta la serranía de Chiribiquete, que reúne las condiciones morfológicas, climáticas y de vegetación ideales como refugio estratégico–.
DECIMOSEXTO CONGRESO DEL PCC (1991) El Decimosexto Congreso del Partido Comunista de Colombia, realizado en el mes de agosto de 1991 en las
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instalaciones de un establecimiento oficial alquilado por esta agrupación en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, contó con la participación directa, al igual que en el Décimo Congreso, de líderes de las FARC-EP; determinación que, como ya se mencionó, fue acordada en el transcurso del Plenum Ampliado de 1989 así como en varias reuniones con los dirigentes del PCC. Este evento, que contó con la presencia de 150 líderes guerrilleros, entre los que se destacaron ayudantes del Estado Mayor Central como Iván Ríos y Pablo Catatumbo, entre otros, se desarrolló en medio de una profunda crisis ideológica y estructural a nivel de la dirección del PCC. Esta crisis, consecuencia del derrumbe de los Estados comunistas con el que culminó la Perestroika, produjo al interior del PCC propuestas encontradas, como la de descartar la combinación de todas las formas de lucha en el país. Otro fenómeno concomitante a este mismo hecho internacional fue el fortalecimiento de ideas de avanzada, o más democráticas, si se quiere, al interior del PCC130, lo que generó serias contradicciones internas producidas por la nueva visión de algunos de sus líderes, hastiados a la 130 Durante años, el Partido Comunista de Colombia sirvió de laboratorio para impulsar la lucha ideológica revolucionaria en el país, educando gran parte de sus cuadros de dirección en diferentes países del mundo, incluyendo a los de las FARC. En estos escenarios fueron preparados cientos de cuadros, los que siguieron la doctrina comunista soviética al pie de la letra sin detenerse siquiera un poco a realizar la crítica y autocrítica constructiva de los errores cometidos por los comunistas soviéticos y de otras nacionalidades. Aquejados estructuralmente de esta miopía ideológica, se dieron a la tarea de implantar un modelo político totalmente ajeno a la realidad nacional. Sin embargo, las repercusiones de la caída del comunismo y la consiguiente disolución de la URSS, obligaron tanto al PCC como a su brazo militar a un reacomodamiento político que redundó en un mutuo distanciamiento. La idea de las FARC-EP de crear un nuevo partido, depurado en todo sentido de desviaciones socialdemócratas, dio inicio a la constitución de las así llamadas "Uniones Solidarias", es decir, la base del denominado "Partido Comunista Clandestino".
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fecha del desangre del país y que, por lo mismo, eran opuestos a seguir prestándole apoyo ideológico a las FARC-EP en su carrera de destrucción nacional; tal fue el caso particular de Nicolás Buenaventura, Argelino Garzón, Carlos Romero, Gonzalo Álvarez Henao y Nelson Campos, ex-alcalde de Apartadó, quien posteriormente fue comprometido en el caso de la masacre del barrio "La Chinita" (Apartadó, Antioquia), realizada por guerrilleros de esta organización. Sin embargo, el congreso culminó con el resultado que las FARC-EP, finalmente, lograron imponer sus ideas las que, por haber sido aceptadas y aprobadas por la mayoría de los asistentes, afianzaron de momento la continuidad de la unidad del PCC con la organización armada. Pero esto no fue todo; en vez de salir debilitados, como tal vez se supuso al principio, las FARC-EP lograron fortalecerse aún más puesto que ampliaron el Comité Central de dirección del PCC, el que hasta ese momento contaba apenas con la presencia de Manuel Marulanda y los cuatro miembros principales de la organización armada.
OCTAVA CONFERENCIA DE LAS FARC-EP (1993) Esta conferencia fue catalogada por los estrategas y politólogos de las FARC-EP como la más completa y bien condicionada de toda la historia de de esta organización131. 131
En esta Conferencia, las FARC-EP definieron su estrategia de consolidación y crecimiento del territorio bajo su tutela, a la vez que redactaron los diez puntos del que llamaron "proyecto de gobierno de reconciliación nacional", el cual se hizo público con ocasión de la entrega de los soldados por ellas retenidas en Las Delicias y que sucintamente planteaba una reforma agraria, la reforma de las FF.AA., la disolución de los grupos paramilitares y la democratización de los beneficios económicos.
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En ella se complementaron y aprobaron todas las conclusiones emanadas del Plenum Ampliado de 1989 y se puso en práctica el Segundo Plan Estratégico, del cual destacaremos, en apartados sucesivos, los principales puntos de su plataforma político-militar. A. COMBINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE LUCHA En este sentido, después de analizarse los logros y avances conseguidos en los últimos diez años en el campo organizativo y en la relación entre el PCC y las FARC, se llegó a la conclusión que era necesario darle vida a las "Uniones Solidarias" para así mediante fortalecer el trabajo suburbano y urbano clandestinos en el proceso de urbanización del conflicto. Esto implicaba suspender las escuelas que el PCC tenía en las zonas urbanas, las que serían trasladadas, de nuevo, al sector rural; es decir, que, a partir de la fecha, los profesores nacionales e internacionales tendrían que viajar a las montañas a dictar cátedra marxista con el fin de evitar los riesgos que tendrían que correr los cuadros guerrilleros en sus salidas a las principales ciudades132. Asimismo, se acordó suspender, en casi su totalidad, las ayudas económicas al Comité Central del PCC, excepción hecha del dinero destinado al sostenimiento del periódico Voz Proletaria y así impedir su desaparición. Por otro lado, se le hicieron severas críticas a los líderes del partido, porque se habían acostumbrado a que la parte armada los sostuviera económicamente, situación que había contribuido 132
Para continuar a toda marcha con el proceso de urbanización del conflicto, se acordó el traslado - que efectivamente tuvo lugar - de cientos de cuadros de la ciudad a las áreas rurales, donde podrían recibir en condiciones de plena seguridad su adoctrinamiento político-militar y evadir la acción de las autoridades.
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al rezago del trabajo urbano como consecuencia de la actitud acomodaticia de sus dirigentes y su notable falta de conciencia política. Se acordó también iniciar la adecuación y equipamiento de hospitales móviles y fijos, tanto en las zonas de retaguardia como en las zonas de guerra, para atender a los heridos y enfermos graves. Así se evitarían los guerrilleros tener que seguir utilizando en esta tarea al partido legal, debido que varios de sus líderes, junto con comandantes guerrilleros, fueron capturados durante el desarrollo de estas actividades por utilizar centros hospitalarios en los cuales eran fácilmente detectados por la inteligencia militar. Esta medida se reforzó prohibiendo la salida de comandantes a la ciudad sin el respectivo permiso de Manuel Marulanda. En cuanto a los radios zonales del PCC que hubieran demostrado ser firmes y consecuentes con la lucha revolucionaria, se acordó que éstos serían clandestinizados y que sus dirigentes pasarían al frente de la organización del nuevo partido y de sus células, llamadas "Uniones Solidarias". Todos ellos obedecerían y asumirían linea-mientos, políticas y tareas trazadas por las conferencias de la organización. No obstante, se aceptó dejar tan sólo un minúsculo sector del PCC en la vida política legal para conservar una pequeña representación a la vez que sostener la propaganda emanada del periódico Voz Proletaria. Este evento retomó como material histórico y de trabajo el Plan Agrario elaborado en 1964, aunque ampliándolo con la plataforma de un "Proyecto de gobierno de reconstrucción y reconciliación nacional" –de fecha abril
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3 de 1993–, que sostenía, con leves diferencias de una a otra fuente documental133 lo siguiente: Primero: Solución política al grave conflicto que vive el país. Segundo: La doctrina militar y de defensa nacional del Estado será bolivariana. Dijo el libertador: 'El destino del Ejército es guarnecer la frontera. Dios nos preserve que vuelva sus armas contra los ciudadanos'. Las FF. AA serán garantes de nuestra Soberanía Nacional, respetuosas de sus Derechos Humanos y tendrán un tamaño y un presupuesto acordes a un país que no está en guerra con sus países vecinos. La Policía Nacional volverá a ser dependencia del Ministerio del Interior, reestructurada para que cumpla su función preventiva moralizadora y educadora en el respeto de los Derechos Humanos. Tercero: Participación democrática nacional, regional y municipal en las decisiones que comprometen el futuro de la sociedad. Fortalecimiento de los instrumentos de fiscalización popular. La Procuraduría será rama independiente del poder público y el Procurador General de la Nación será elegido popularmente. El Parlamento será unicameral. La oposición y las minorías tendrán plenos derechos políticos y sociales, garantizando el Estado su acceso a los grandes medios de comunicación. Habrá libertad de prensa y la rama electoral será independiente. La Corte Suprema de Justicia, la Corte Constitucional y el Consejo Nacional de la Judicatura serán elegidos por voto directo de todos los jueces y 133
Se refiere a las versiones presentadas en las obras "La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XX en Colombia" y "Las verdaderas intenciones de las FARC". De esta última se tomó el texto que aquí aparece.
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magistrados del país. Moralización de la administración pública y de las instituciones militares del Estado. Cuarto: Desarrollo y modernización económica con justicia social. El Estado debe ser el principal propietario y administrador de los sectores estratégicos: el energético, el de las comunicaciones, de servicios públicos, vías, puertos y recursos naturales en beneficio del desarrollo económico-social, equilibrando al país y las regiones. El énfasis de la política económica será la ampliación del mercado interno, la autosuficiencia alimenticia y el estímulo permanente a la producción, a la pequeña, mediana y gran industria privada, a la autogestión, la microempresa y a la economía solidaria. El Estado invertirá en áreas estratégicas de la industria nacional y desarrollará una política proteccionista sobre las mismas. La gestión económica oficial se debe caracterizar por su eficiencia, su ética, su productividad y su alta calidad. Habrá participación de los gremios, las organizaciones sindicales, populares, entes académicos y científicos en la elaboración de las decisiones sobre la política económica, social, energética y de inversiones estratégicas. Quinto: El 50% del presupuesto nacional será invertido en el bienestar social, teniendo en cuenta al colombiano, su empleo, su salario, salud, vivienda, educación y recreación como centro de las políticas del Estado, apoyadas en nuestras tradiciones culturales democráticas y buscando el equilibrio de la sociedad con su medio ambiente y la naturaleza. El 10% del presupuesto nacional será invertido en la investigación científica. Sexto: Quienes mayores riquezas posean, más altos impuestos aportarán, para hacer efectiva la redistribución
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del ingreso. El impuesto del IVA sólo afectara bienes y servicios suntuarios. Séptimo: Política agraria que democratice el crédito, la asistencia técnica y el mercadeo. Estímulo total a la industria y a la producción agropecuaria. Proteccionismo estatal frente a la desigual competencia internacional. Cada región tendrá su propio plan de desarrollo elaborado con las organizaciones de la comunidad, liquidando el latifundio allí donde subsista, redistribuyendo la tierra, definiendo una frontera agrícola que racionalice la colonización y proteja del arrasamiento nuestras reservas. Ayuda permanente para el mercadeo nacional e internacional. Octavo: Explotación de los recursos naturales como el petróleo, el gas, el carbón, el oro, el níquel, las esmeraldas, etc., en beneficio del país y de sus regiones. Renegociación de los contratos con compañías multinacionales que sean lesivos para Colombia. La Comisión Nacional de Energía, con participación del Estado, los trabajadores del sector y las regiones, planificará la política energética. Se construirán mas refinerías y se desarrollará la industria petroquímica. El gobierno le informará a la comunidad con transparencia, los términos del contrato existente para la explotación de Cusiana. Tan sólo los 5.000 millones de barriles de petróleo de reserva que posee, a los precios de hoy y a la tasa de cambio vigente, producirán $ 80 billones (80 millones de millones de pesos), es decir, más de seis veces el presupuesto nacional de 1993. Colombia entera conocerá cómo y a qué ritmo se explotará Cusiana y cómo insertaremos su producido en los planes generales de nuestro desarrollo. Hay que "sembrar el petróleo" para
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las próximas generaciones, porque el crudo es de todos los colombianos y sus beneficios también. Noveno: Relaciones internacionales con todos los países del mundo bajo el principio del respeto a la libre autodeterminación de los pueblos y del mutuo beneficio. Priorizar tareas por la integración regional y latinoamericana. Respeto a los compromisos políticos del Estado con otros Estados. Revisión total de los pactos militares y la injerencia de las potencias en nuestros asuntos internos. Renegociación de la deuda externa, buscando un plazo de diez años muertos, en el pago de sus servicios. Décimo: Solución del fenómeno de producción, comercialización y consumo de narcóticos y alucinógenos, entendido ante todo como un grave problema social que no puede tratarse por la vía militar, que requiere acuerdos con la participación de la comunidad nacional e internacional y el compromiso de las grandes potencias como principales fuentes de la demanda mundial de los estupefacientes. Es importante resaltar que si bien la anterior plataforma es interesante en comparación con el programa agrario elaborado en 1964, en el sentido que muestra la diversificación del pensamiento de las FARC-EP –el énfasis no está de hecho puesto exclusivamente en el problema rural– no hace aportes sustanciales a lo dicho en torno al justo manejo del Estado y la sociedad por parte de quienes en el país se ocupan de estos temas. Aunque aquí cabría la pregunta que muchos analistas se han hecho últimamente –¿Cuál es el eje político de las FARC-EP?–, por lo pronto no hay respuestas unánimes. No obstante, algunos coinciden en que gira en torno a lo que ellos denominan
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"política de paz del Estado" y que apunta básicamente a su propia legitimización, como luego se verá. Por otra parte, su interés en conservar los recursos naturales y promover la búsqueda de soluciones concertadas al problema de narcotráfico desdice la realidad de las cosas, puesto que ya es de conocimiento público, tanto nacional como internacional, los daños que esta organización ha provocado en las zonas selváticas y en las reservas naturales del país donde ampara, cuando no instiga, los cultivos ilícitos y el tráfico de especies animales, en su mayoría en peligro de extinción134. No obstante, su jefe máximo, se obstina en afirmar que: "Todo intento de autoridades y del gobierno por vincularnos con el narcotráfico es una gran falsedad. No cultivamos, ni cosechamos, ni comercializamos la coca"135. B. EJECUCIÓN DE LA ESTRATEGIA SUBVERSIVA Actualmente, el país se encuentra inmerso en uno de los conflictos más dramáticos en la historia contemporánea de su vida republicana. La indiscriminada apertura económica promovida a partir de 1990 y sus funestas consecuencias para la población, debido a los efectos colaterales causados en la mediana y pequeña industria, así como la devaluación constante del peso, los paros cívicos de las centrales obreras, absorbidas en su mayoría 134 El establecimiento de una hectárea de coca implica la destrucción de cuatro hectáreas de selva. Se ha calculado que en lo que llevan de vida estos cultivos, Colombia ha perdido de 160.000 a 240.000 hectáreas de selva tropical, tanto en la Amazonía como en la Orinoquía. Por otra parte, el tráfico de fauna, según estimaciones del Ministerio del Medio Ambiente, podría mover en todo el territorio nacional alrededor de 50 millones de dólares, equivalentes a 2.5% del Presupuesto Interno Bruto del país. 135 Entrevista a Manuel Marulanda Vélez en: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 216.
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por los planes de la subversión, y los cinturones urbanos de miseria, originados en buena parte por los miles de desplazados de la violencia, hacen parte del cuadro desolador que presenta el país para las negociaciones de paz con los alzados en armas; hoy, concretamente, las FARC-EP y el ELN. En relación con este último aspecto, es pertinente recordar que existen varios antecedentes generales que señalan la poca voluntad de paz por parte de estas organizaciones guerrilleras; especialmente si se tiene en cuenta el avance estratégico en las últimas dos décadas, como es el caso de la estrategia militar propuesta por las FARC-EP en su Séptima Conferencia (1982), la cual señaló el inicio de su "Primer Plan Estratégico" y el acondicionamiento de la Cordillera Oriental, donde han localizado un sinnúmero de frentes. Es importante destacar en este punto que el crecimiento y despliegue de las acciones terroristas a nivel nacional apunta, y no entre sus objetivos secundarios precisamente, a minar la voluntad de lucha y capacidad de combate de las Fuerzas Militares; en términos tácticos, busca "desgastar" al enemigo. C. ESTRATEGIA POLÍTICA Si en la parte militar se adoptó la táctica del expansionismo, como un mecanismo para acelerar el proceso revolucionario, en lo político, se trazaron como meta adelantar, antes de 1986, un proceso de paz con el gobierno nacional que permitiera crear un vasto movimiento político, es decir, buscar igualmente una expansión también en este ámbito. Este propósito lo consiguieron parcialmente a través de su hoy extinta Unión Patriótica, la cual se fundó como principal iniciativa política y les permitió el fortalecimiento
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de sus bases políticas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. El ELN, por su parte, cerró las posibilidades de dialogar con el gobierno hasta el día que entendió que las FARCEP utilizaban los diálogos como una acertada táctica para crecer en sus planes estratégicos hacia la toma del poder; cosa que están realizando con mucha habilidad, involucrando en su engañosa maniobra a la sociedad civil y al gobierno nacional. A partir de 1984, las FARC-EP comenzaron su expansionismo político, con el fin de acelerar la urbanización del conflicto. Para ello, tomaron la decisión de ir transbordando ideológicamente a diversos sectores y personalidades de la vida política y económica del país, proyecto que calificaron de acercamiento de la organización a algunos políticos e intelectuales de relevancia del país. Para comprometer dichas personalidades, la organización subversiva presentó su "Plan Agrario", que resumía en esencia lo trazado durante la Primera Conferencia, en 1964; este ambicioso plan, de diez puntos, fue reformado durante el Plenum Ampliado de 1989, cuando lo denominaron "Plataforma política para un gobierno de reconstrucción y reconciliación nacional", y posteriormente expuesto como herramienta de trabajo de los subversivos en las negociaciones de paz con el gobierno. Tanto en el Plenum Ampliado de 1989, como en la Octava Conferencia de 1993, se determinó que la Cordillera Oriental sería centro del despliegue estratégico. Para ello se instalaría allí un considerable número de frentes que
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les permitiría consolidar un plan para tomarse la capital de la República y, de paso, lanzar la ofensiva final en todo el territorio nacional. De igual forma se acordó que en el desarrollo de otros diálogos de paz exigirían los municipios de San Vicente del Caguán, Mesetas, Vista Hermosa, La Macarena y La Uribe, dada la importancia de su favorable posición estratégica en el cumplimiento de sus planes. La consolidación de esa vasta región les permitiría unir la retaguardia estratégica con el Centro de Despliegue Estratégico, hecho que les facilitaría lanzar la primera ofensiva general136. En estos dos últimos eventos, recapitulando, las FARCEP se trazaron como meta la urbanización y la internacionalización del conflicto, para lo cual promoverían el fortalecimiento de las Milicias Bolivarianas del partido clandestino y se ratificaría el compromiso adquirido por los denominados "sabios e intelectuales" en relación con los problemas sociales que más aquejan al país. Asimismo, acordaron reestructurar su organización mediante la creación de siete bloques de frente137, y consolidar la región del Sumapaz para la ubicación del Cuartel General que les permitiera dar inicio a la "primera ofensiva general".
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Hoy se sabe que con la obtención del "área de distensión", las FARC-EP lograron alcanzar los objetivos que se habían propuesto. Se sabe, también, que se "ganaron" la población (por temor) carnetisándola toda. Una vez rotos los diálogos, a comienzos del año 2002, y ante la presencia de los efectivos del Ejército Nacional que entraron a recuperar la zona, la guerrilla prácticamente se diluyó mimetizándose entre la población civil. 137 En la Octava Conferencia se trazaron como meta lograr 100 frentes y 30.000 efectivos.
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Los sabios e intelectuales, las Milicias Bolivarianas, los frentes y redes urbanas, así como el Partido Comunista Clandestino, jugarían para las FARC-EP un papel protagonista en la "insurrección general", como consecuencia de su trabajo político y de masas en la capital de la República y principales ciudades del país. Durante años alimentaron el acuerdo que una vez se concediera el despeje de los cinco municipios y se consolidara el Centro del Despliegue Estratégico, con el apoyo de las veinte compañías y la reserva estratégica, intentarían realizar el asalto a la ciudad de Bogotá. A esta reserva y compañías estratégicas, en caso que no se les concediera la zona de distensión, se les dificultaría un poco la ubicación del "cuartel general"; sin embargo, el plan trazado en la conferencia señalaba que dicho cuartel sería ubicado, con o sin despeje, en esta área. Vistas las anteriores consideraciones, se puede observar que el "dispositivo" de la subversión, alrededor y dentro de la ciudad de Bogotá, es el siguiente: - Las principales zonas de gravitación estratégica se encuentran formadas por el sur del departamento del Tolima (regiones de Viotá, del Río Negro y del Sumapaz). - Los principales corredores de movilidad estratégica que comunican la zona de retaguardia estratégica con el Centro de Despliegue Estratégico confluyen en la zona limítrofe de los departamentos del Meta, Cundinamarca, Huila y Tolima. Y desde allí se dispersan nuevamente hacia su objetivo final de la siguiente manera: región del Sumapaz, Farallones de Medina, región del Río Negro y región del Tequendama. Cabe destacar que para confluir en la zona limítrofe de estos departamentos y unir su
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reversa estratégica con el Centro de Despliegue Estratégico (Cordillera Oriental), utilizarán dos corredores. El primero, sobre el Río Guayabero, pasa por los siguientes caseríos –en donde la mayoría de la población les es afecta–: Pororio, Puerto Chispas, Barranco Colorado, Vera Cruz, El Charco del Indio, Yarumales, Angoleta, Nueva Colombia, Cachicamo, Puerto Nuevo, La Tigra, La Carpa, Caño Carbón, El Raudal, Puerto Arturo y Concordia. El otro, ubicado sobre el río Ariari, incluye los poblados de Canaguaro, Lejanías, Aguas Claras, San Juan de Arama y San Carlos de Guaroa. Un tercer corredor, de menor importancia, pero que cabe considerar, es aquel sobre el Río Cunumia, que atraviesa por las localidades de Caño Blanco, La Y, Caño Rayado, Charco Trece, Rincón de los Viejitos, Chuzo Pelado, Villa Paz y Casa de Zinc. - También existen varios frentes que durante años y silenciosamente han ido conformando un anillo de corredores estratégicos alrededor de la ciudad de Bogotá, que a la vez comunican su trabajo delictivo al interior de la misma. Estos se identifican de la siguiente manera: 22, 31, 42, 51, 52, 53, 54, 55 y las compañías Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán, Joaquín Ballén, Abelardo Romero, Milicias Bolivarianas, Frente Urbano Antonio Nariño y Red Urbana Nacional. Todos ellos se encuentran concentrados en la Cordillera Oriental, o Centro de Despliegue Estratégico, y están siendo utilizados por las FARC-EP para la consolidación de las zonas urbanas y suburbanas de Bogotá. Estas actividades se vienen desarrollando con minúsculas unidades que cumplen con los objetivo de pasar desapercibidas en su actuar y así poder dar la sorpresa estratégica militar contra la capital.
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- Igualmente, y como ya se señaló, existen veinte "Compañías Móviles", de carácter estratégico, que entrarían a atacar la capital con un mínimo de 120 hombres cada una y el apoyo del cinturón de seguridad del Secretariado, el cual oscila entre 1.500 a 2.000 hombres. En las proximidades se encuentran los frentes 1, 2, 3, 7, 13, 14, 15, 32 y 48. Cabe señalar al respecto que las acciones realizadas desde 1996 a 1998, entre las que se incluyen la de La Carpa, Puerres, Las Delicias, Patascoy, El Billar, Miraflores y Mitú, hacen parte de lo trazado por la Octava Conferencia, que no es otra cosa que el entrenamiento militar de sus hombres para atacar a Bogotá. Así mismo cuentan con el Bloque Móvil, los frentes 17, 21, 25 y 50, y las compañías Norte Tulio Varón, Joselo Lozada, Jacobo Prías Alape, Daniel Aldana y Héroes de Marquetalia, en el departamento del Tolima. En los departamentos de Vichada, Arauca, Boyacá y Casanare cuentan igualmente con un considerable número de terroristas que serían igualmente utilizados en la toma de la ciudad de Bogotá. Éstos hacen parte de los frentes 10, 16, 28, 38, 39, 45 y 56. Por otra parte, el despeje militar de los cinco municipios para las negociaciones de paz con la subversión conlleva, entre otros, los siguientes efectos: - Las FARC-EP se podrán movilizar con toda la libertad y tranquilidad del caso en los corredores estratégicos que durante años han venido consolidando –recordemos que en el área de distensión lograron construir la carretera que conduce al Sumapaz–. Esto les permitirá
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desplazar "la reserva militar" (arsenal de guerra) hacia el "Centro de Despliegue Estratégico" (Cordillera Oriental) e instalar allí su Cuartel General, como vanguardia estratégica para la ofensiva final. - Mientras la reserva estratégica militar se ubica en el centro del despliegue estratégico, Manuel Marulanda y algunos de sus asesores se dedicarán a controlar parte de la "retaguardia estratégica" en el área general del municipio de San Vicente del Caguán, donde finalmente serán asentadas las cuadrillas procedentes del sur del país. D. DIÁLOGOS DE PAZ En relación con los diálogos de paz, las FARC-EP trazaron en esta Conferencia tres condiciones previas para iniciar un proceso que incluiría al gobierno en la búsqueda de la solución política "negociada" del conflicto interno que ha azotado al país por espacio de más de tres décadas. Dichas condiciones son: legitimidad política, seguridad y participación. En relación con la legitimidad política, existe un trato correcto por parte del gobierno, los mandos militares y las autoridades civiles. Esto implica eliminar los calificativos de criminales, narcoguerrilleros, narcoterroristas y bandidos con los que se les designa. En este sentido, es importante señalar que uno de los que más daño le han causado a la subversión colombiana es el de "narcoterroristas", por ser éste el que los relaciona y ratifica como un cartel más de la droga en Colombia. Dicho calificativo resalta aún más cuando las organizaciones que luchan en contra del flagelo, tanto en Colombia
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como en los Estados Unidos y el mundo entero, ponen sus ojos en las FARC-EP y en el ELN, acusándolos de ser los principales capos y exportadores de los alucinógenos hacia otras latitudes. Estas válidas acusaciones le han dado a otros países razones de peso para apoyar y fortalecer la ayuda económica y militar al gobierno colombiano. Esto es, en síntesis, lo que más preocupa a la subversión, porque se podría repetir en el país una invasión extranjera estilo Vietnam –si se considera que para los Estados Unidos el enemigo número uno del momento es el narcotráfico–, con funestas consecuencias para ellos puesto que la alta tecnología satelital con la que hoy se cuenta los colocaría en una posición de desventaja que podría, inclusive, contribuir a su erradicación total. Volviendo al punto de la legitimidad, la subversión va mucho más lejos cuando pretende que el Estado colombiano y la comunidad internacional la reconozcan como fuerza beligerante, es decir, le concedan el estatus de "ejército revolucionario". Según algunos autores, la idea de las FARC-EP de internacionalizar su presencia, "obedece también a una razón política. Las FARC se consideran la única fuerza con capacidad de canalizar el gran cataclismo que se va a producir por las medidas neoliberales; piensan que tienen las condiciones para de alguna manera potenciar esa movilización y sostenerla"138. En lo referente a la seguridad, piden el despeje militar de los municipios de La Uribe, Mesetas, Vista Hermosa y la 138
FRANCO, Carlos. "Ocho elementos para entender los desarrollos orgánicos de las FARC" (Ponencia). En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 254.
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Macarena, en el departamento del Meta, y de San Vicente del Caguán, en el Caquetá139, pues es en ellos donde se reunirán las comisiones de ambas partes. Una vez logrado el primer objetivo de despeje, exigirán lo mismo en relación con las principales ciudades del país, así como que se les levanten las órdenes de captura, inclusive por los atroces delitos de homicidio y secuestro. En el aspecto de la participación, consideran necesario motivar y movilizar a la sociedad civil, así como crear una legislación especial para despenalizar las conversaciones entre las FARC-EP y los distintos representantes de los poderes del Estado. Dicho factor le sirve a la guerrilla para continuar con su plan estratégico, trazado hace más de diez años, el cual, si se recuerda, hace referencia a los diálogos regionales, la elección popular de alcaldes, la Asamblea Nacional Constituyente, el Mandato Ciudadano por la Paz y la mediación de la sociedad civil, entre otros. Estos objetivos, con el transcurrir de los años se han ido traduciendo y consagrando en significativos éxitos para estas organizaciones, al grado de lograr el voto ciudadano por la paz, la mediación de la sociedad civil en el conflicto, los diálogos nacionales y la posibilidad de que se realice otra Asamblea Nacional Constituyente que reforme la constitución vigente en favor de los grupos alzados en armadas, todo lo cual les allanaría la toma final del poder.
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Un área que abarca en total 43.220 kilómetros cuadrados.
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ESTRATEGIA POLÍTICO MILITAR DE LAS FARC UNIONES SOLIDARIAS
PCCC
ZONAS DE RETAGUARDIA ESTRATÉGICA
ZONAS DE RETAGUARDIA ESTRATÉGICA UNIONES
SOLIDARIAS PCC
CORREDORES
ESTRATÉGICOS
ÁREA DE DESPEJE
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E. CONCEPCIÓN DEL PLAN ESTRATÉGICO EN RELACIÓN CON LOS DIÁLOGOS DE PAZ
La denominada "Campaña Bolivariana por una Nueva Colombia" –plan diseñado por las FARC-EP durante el Plenum Ampliado de 1989 y que fue corregido y complementado por esta Conferencia–, establece conceptos estratégicos fundamentales para alcanzar el objetivo final, representado en la toma del poder, que traducidos en términos de control y ubicación territoriales comprenden: el Centro de Despliegue Estratégico (CDE), en la Cordillera Oriental; el área de retaguardia estratégica, en el sur del país; y el Cuartel General, que se pretende ubicar en el frente de combate y de donde se emitirán todas las órdenes e instrucciones político-militares una vez comience la ofensiva general. La concepción de despliegue estratégico para la ofensiva final, establece que el 70% de los elementos armados se dirija al centro de despliegue estratégico y el otro 30% ejecute acciones de guerra de guerrillas en todas las áreas de los frentes, traducidas en una escalada terrorista de gran magnitud contra la infraestructura económica y vial con el objetivo de paralizar la nación. En caso de fracasar en esta ofensiva, las FARC-EP se replegarán hacia su área de retaguardia, es decir, los cuarteles generales ubicados en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare. En esta Conferencia, las FARC-EP concluyeron además que, en caso de concretar un acuerdo con el gobierno nacional, en lo que respecta al despeje de los cinco municipios arriba indicados, optarían por presionar a éste para que se les cediera como nueva zona de distensión las principales ciudades del país, o dos o tres departamentos.
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En caso de que los dirigentes del Estado no aceptaran las pretensiones de los subversivos, ya tendrían suficientemente preparado el terreno en los siguientes campos: logística general; arsenal de guerra; concentración del máximo de frentes sobre el eje de despliegue estratégico; corredores de movilidad estratégica y como principal epicentro la Cordillera Oriental; y las condiciones "subjetivas y objetivas" en relación con la población civil y atendiendo a lo que ellos denominan la "correlación de fuerzas", todo lo cual les permitirá lanzar la ofensiva general contra la ciudad de Bogotá. Las FARC-EP han logrado posesionar, hasta el momento, 24 frentes sobre la Cordillera Oriental, 14 en el departamento de Cundinamarca, alrededor de Bogotá, junto con los efectivos de las Milicias Bolivarianas y de la Red Urbana Nacional. Igualmente posee la llamada "reserva estratégica" ubicada en los cuarteles generales, compuesta por el cinturón de seguridad del Secretariado y 20 Compañías Móviles que corresponden al Centro de Despliegue Estratégico (CDE). El Bloque Sur, por su parte, ha ido consolidado su poder político, bélico y económico en los departamentos del Caquetá y Putumayo gracias a acciones armadas contundentes contra unidades del Ejército Nacional (Puerres, Las Delicias, La Carpa, Patascoy, El Billar) y a la expansión de los cultivos ilícitos. De otra parte, el Bloque Oriental –específicamente los frentes 1, 7, 16 y 39– continúa desarrollando actividades de narcotráfico y conexos, mediante lo cual surte de armas, explosivos, municiones y material de intendencia, provenientes de las vecinas Repúblicas de Venezuela (mayor actividad) y Brasil, al Bloque mismo, y en general a la organización al proporcionarle elevadas sumas de dinero al Secretariado.
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Después de la "Operación Colombia" de 1991 contra el campamento de Casa Verde o Cuartel General del Secretariado de las FARC-EP, éstas han tenido que fortalecer las áreas de los Llanos del Yarí, río Caguán y Chiribiquete para neutralizar o minimizar la guerra de desgaste que sostiene con el ejército. No obstante, están conscientes de que esta operación las aleja en sus esfuerzos del principal centro de acción, es decir, de Cundinamarca. Visto lo anterior se puede concluir que el Secretariado está buscando afanosamente establecer su "cuartel general" en un área que le ofrezca seguridad a la organización a la vez le permita avanzar en su estrategia políticomilitar. En otras palabras, debe unir su retaguardia con el Centro de Despliegue Estratégico, lo que le permitirá controlar los corredores de movilidad que faciliten los desplazamientos al interior de las tres áreas mencionadas y obtener una ventaja estratégica por el hecho de su relativa cercanía al epicentro del poder nacional. Indudablemente, el despeje de los cinco municipios propuestos por las FARC-EP facilitarían el logro de lo que denominan "despliegue estratégico para la ofensiva final". F. DIVIDENDOS DEL DESPEJE Los cinco municipios propuestos para el despeje son limítrofes entre sí. Mesetas limita con La Uribe y Vista Hermosa; este último, a su vez, limita con la Macarena y éste con La Uribe, el que por su parte colinda con San Vicente del Caguán. Es decir, todos ellos conforman una sola área, con una superficie de 43.220 kilómetros cuadrados. Esto quiere decir que las FARC-EP se posesionarían de un área que es vital, desde el punto de
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vista estratégico, político, económico, social y militar en virtud de lo que se expondrá a continuación. El municipio de La Uribe limita con el Distrito Capital por la región del Sumapaz, a través de la cual existen corredores de movilidad que comunican a Bogotá con los municipios del pie de monte llanero. El hecho de ubicarse en este municipio les da unas ventajas tácticas significativas porque, de hecho, retomarían sus antiguas posiciones sobre ese sector de la Cordillera Oriental, lo que les permitirá instalar el cuartel general, imprescindible para la conducción de la prevista escalada terrorista en todo el ámbito nacional. De igual forma, les serviría para controlar los diferentes corredores de movilidad que durante muchos años lograron trazar a lo largo del páramo de Sumapaz. Adicionalmente, consolidarían su presencia y dominio en la región comprendida entre los ríos Duda y Guayabero, donde antaño promovieron y desarrollaron una colonización que les permitió ejercer una influencia decisiva en la población civil. En la misma área, restablecieron sus antiguos campamentos y caletas, en donde se especula mantienen escondido un gran número de armas, municiones y dólares. El dejar libre de presencia militar el municipio de Mesetas les brinda una ventaja táctica importante porque es la entrada natural hacia La Uribe y el Parque Tinigua; sobre la parte alta de la Cordillera Oriental se encuentra el Estado Mayor del Bloque Oriental (Embo), otro de los grandes campamentos que les facilitaron el control de los corredores de movilidad sobre el páramo de Sumapaz. De esta forma, cualquier intento de acción militar sobre La Uribe sería bloqueado.
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La ubicación de Vista Hermosa, al oriente de la serranía de la Macarena y al occidente del río Ariari, les permitiría lograr tres cosas fundamentales: desplegar su dispositivo sobre dicha serranía, controlar una importante región agrícola y conectar el departamento del Guaviare con la Cordillera Oriental por esa zona, situación que igualmente les permitiría bloquear cualquier operación militar dirigida hacia La Uribe. El municipio de la Macarena se encuentra al sur de la serranía del mismo nombre. Su ubicación cierra de por sí el paso entre este cordón montañoso y La Uribe, dado que son municipios limítrofes. También facilita el dominio de los ríos Guayabero y Duda y el control del río Guaviare. Por su ubicación se convierte en un tapón hacia la región de los llanos del Yarí desde el departamento del Meta, zona de extensos cultivos de coca donde se han ubicado los campamentos del Secretariado, es decir, que a través de este municipio se desplazan habitualmente algunos cabecillas de las FARC-EP y sus cuadrillas de seguridad. San Vicente del Caguán, por su parte, es considerado el "Banco Mundial de las FARC", pues es el epicentro del tráfico de coca en el Caquetá. El hecho de ser municipio limítrofe del departamento del Meta (La Uribe y La Macarena), lo convierte en otro de los corredores de movilidad por donde ingresan miembros del Secretariado hacia Bogotá. Por su ubicación, se convierte en sector de bloqueo entre el departamento del Huila y la zona del río Caguán, principal y vital vía de comunicación de las cuadrillas dedicadas al control de los cultivos ilícitos en el sur del país pues conecta al Caquetá con el Putumayo140. 140
En este último se descubrió una carretera, hecha con madera de árboles de la región, por la cual se sacaba la droga hacia el Ecuador.
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Las anteriores consideraciones permiten entrever que las FARC-EP obtendrían con la zona de despeje una ventaja estratégica altamente significativa que dejaría en una situación compleja y complicada al Estado colombiano, especialmente a sus Fuerzas Armadas, pues una vez concluido el plazo otorgado para el despeje, sería muy comprometedor y costoso, en términos militares, sociales y políticos, recuperar el control de esta vasta región. El hecho de dejar esta zona en manos del Secretariado, le permitiría a la organización, repetimos, consolidar el dispositivo concebido para el desarrollo del Centro de Despliegue Estratégico y, por ende, realizar la ofensiva general sobre Bogotá. En el nivel político y militar, el hecho de haber logrado el despeje puede considerarse un éxito, por cuanto las FARCEP retomaron así mediante su zona de dominio histórico en el municipio de La Uribe, después de 10 años de haber sido desplazado el Secretariado como consecuencia de la "Operación Colombia". Asimismo, les brindó un espacio importante para evolucionar de la guerra de movimientos a la guerra de posiciones, al ubicarse nuevamente en áreas que no sólo les ofrecen ventajas tácticas, sino que de hecho conocen bien y en donde la población civil les coopera. Es seguro por tanto que, de vencerse el plazo o romperse antes los diálogos, intentarán retener estos municipios, más aún si se tiene en cuenta que su pretensión es convertirlas en el principal cuartel de entrenamiento y reentrenamiento a nivel nacional. En apoyo de lo dicho en relación con la oportunidad que le brindan a las FARC-EP tanto los diálogos de paz como el despeje mismo, es ilustrativo traer a colación lo dicho por Alfonso Cano durante el desarrollo de la Octava
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Conferencia: "Para poder ganar necesitamos el factor sorpresa, debemos poner a dormir a la burguesía; por esta razón, comenzaremos el movimiento de paz más espectacular que la historia haya visto. Haremos propuestas y concesiones como nunca se han visto. Las naciones capitalistas son estúpidas, decadentes y colaborarán con su propia destrucción. Harán todo lo posible por ganar nuestra amistad y tan pronto bajen la guardia, los golpearemos con el puño cerrado". G. URBANIZACIÓN DEL CONFLICTO Para lograr esta importante tarea, vital para captar las grandes masas urbanas y alcanzar otros espacios de protagonismo nacional e internacional, las FARC-EP se han propuesto las siguientes metas: 1. Fortalecer los cuadros políticos propios y de las masas mediante la realización de cursos, escuelas y seminarios para que éstos, a su vez, se pongan al frente de la organización política alterna o clandestina, en las ciudades y corredores estratégicos, dándole forma y vida al plan de trabajo realizado por Jacobo Arenas antes de morir, representado en un complejo organigrama que compete a las Uniones Solidarias y al Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia –ambas con obligaciones de autodefensa y concientización o captación de masas–. 2. Desarrollar actividades alternas o clandestinas –que pasen desapercibidas por parte de los organismos de seguridad del Estado–, especialmente al interior de los sectores menos favorecidos de las grandes ciudades, e iniciar de manera sutil e inadvertida el transbordo ideológico de lideres políticos de todas las adscripciones
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políticas así como de los gremios económicos y de la dirección del Estado –representado en juntas administradoras locales y comunales, sindicatos, etc.–. Esta nueva maniobra les brinda la posibilidad de avanzar en la organización de carácter clandestino estratégico de redes de apoyo que, a su vez, apoyen el trabajo de abastecimiento de alimentos, de logística militar, finanzas, salud y propaganda, entre otros. Mediante este modelo organizacional se aspira asimismo a darle continuidad a la infiltración y/o transbordo ideológico de los "sabios" o intelectuales del país con el fin de colocarlos al servicio de la organización semiclandestina y vincularlos al Movimiento Bolivariano Por La Nueva Colombia, el cual encarna la dirección política para el desarrollo de la ofensiva final bajo la consigna y orientación de insurreccionar a la población en contra del gobierno, mientras que los contingentes de su parte armada avanzan hacia la toma del poder político. 3. Generar, como estrategia de perturbación política, opiniones ambiguas o encontradas al interior de la dirección del Estado con el fin de adelantar en su favor la controversia en temas candentes del momento –específicamente los de la paz, justicia social y malas administraciones–, y así ahondar aún más en la crisis de poderes que ensombrece el panorama nacional. En otras palabras, se busca poner en evidencia todos los vicios del sistema tradicional de gobierno para justificar, con argumentos de peso, no sólo la existencia de la lucha armada sino su validez como alternativa de cambio. 4. Impulsar el movimiento guerrillero utilizando para ello nuevos ángulos y horizontes de proyección política, con
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otros protagonistas. De esta manera se evitaría repetir la amarga experiencia de lo sucedido con la Unión Patriótica, la que no sólo acicateó las diferencias entre el PCC y las FARC-EP en relación con las atribuciones de poderes, sino que demostró en la práctica que sus representantes desarrollaban prontamente los mismos vicios de los representantes y parlamentarios tradicionales. Es pertinente recalcar asimismo que el principal error político cometido por las FARC-EP en el lanzamiento de la Unión Patriótica, como movimiento aglutinante de las izquierdas y de otros sectores sin adscripción política definida, consistió en creer que obtendrían el poder por la vía del voto pero respaldando la gestión política con la presión de las armas, determinación que suscitó severas críticas durante la Octava Conferencia. En ella, llegaron a la conclusión que se habían equivocado en la aplicación de la combinación de todas las formas de lucha y contemplaron la posibilidad de que el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia estuviera acompañado de una ofensiva militar definitiva que evitara una repetición del anterior fenómeno. 5. Utilizar a los líderes políticos comprometidos en dicho movimiento en la elevación de denuncias, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, en contra del gobierno y las Fuerzas Militares por supuestas violaciones a los Derechos Humanos. La participación directa de éstos en Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), de Derechos Humanos y en los principales puestos de representación de la vida nacional, entre otras instancias, hace parte de las órdenes y orientaciones impartidas por el secretariado de las FARC-EP para que, una vez puestas en práctica, se reviertan en su favor del modo siguiente:
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creando espacios de participación coyuntural en la dirección de Estado; provocando la división política de la opinión pública; profundizando y acelerando en forma peligrosa la guerra popular prolongada; elevando la lucha a la fase del equilibrio dinámico de fuerzas; trasladando la confrontación a otros escenarios sociales, políticos y militares, donde se aplicaría el nuevo modus operandi que les ayudaría a avanzar en su objetivo estratégico, es decir, la insurrección general. 6. Ordenar a todos los frentes para que, mediante una acertada guerra de organización de masas y acorde a la capacidad de cada uno de ellos, puedan acercar sus estructuras a los caseríos, municipios, ciudades y capitales141 y abandonar de esta forma su vieja manera de operar en las montañas. De este modo conseguirían que los guerrilleros antiguos, una vez le perdieran el miedo a la Fuerza Pública, concentraran su trabajo en la captura o canalización del potencial político y económico del país. Esta labor, a la vez, les permitiría lograr un avance significativo en su propio desarrollo a través de los siguientes mecanismos: utilizando el trabajo suburbano; ejerciendo el control de la economía regional y departamental; masificando la presencia guerrillera y los hostigamientos –instalación de retenes con fines criminales y programación de emboscadas a efectivos de la Fuerza Pública en las principales carreteras y ríos del país–. Traducido a términos más puntuales, lo dicho no significa otra cosa que ir ejerciendo el "cogobierno" y en últimas la "cosoberanía" en municipios y ciudades mediante las 141
A partir de la década de 1990, la guerra subversiva, antes ruralizada, apuntó a afectar sectores urbanos (...)lo cual la ha hecho aparecer más violenta y cercana (...)".RESTREPO DOMINGUEZ, Manuel Humberto. Op cit, p. 68.
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estrategias descritas y la intimidación de líderes y funcionarios del Estado –principalmente alcaldes–, modalidad que genera excelentes dividendos en el avance político y financiero de la organización. Esto es, en síntesis, el llamado "control local", fundamental en el ajuste y preparación del plan militar que les permitirá, con mayor facilidad, la planeación de ataques masivos a pueblos y ciudades en la ofensiva final. En otras palabras, la guerra está cobrando su verdadero carácter de integral o total, en términos de territorio, de estrategias y de actores, y por cuanto es también una cobarde guerra de legitimación 142 , "toca a todos los sectores sociales, económicos y políticos y permea todos los espacios públicos y privados de la nación"143. H. INTERNACIONALIZACIÓN DEL
CONFLICTO
En este sentido, las FARC-EP ya venían preparando sus cuadros y redes desde hacía algún tiempo. Para el efecto, contaron inicialmente con el visto bueno del gobierno nacional y de algunos países del mundo144, que permitieron la estadía de agentes de la subversión en sus territorios en calidad de "voceros", cónsules, agregados culturales o cualquier otro cargo, con el resultado que se propició una "diplomacia paralela". 142
"Pese a la tenacidad (...) y a lo prolongado de la lucha y de las debilidades extraordinarias de este país, la guerrilla no ha podido con las instituciones". OCAMPO RAMIREZ, Augusto. "El conflicto armado en Colombia". En: Autores Varios. La guerra y la paz en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia. Academia Colombiana de Ciencias Económicas-ECOE Ediciones, Bogotá, 1999, p.134. 143 RESTREPO DOMINGUEZ, Manuel Humberto. Op cit, p. 57. 144 Según un informe del diario El Espectador, es poco lo que se conoce de la actividad política y diplomática de las FARC-EP en Europa. Apenas que los principales representantes están en Bruselas y que cuentan con delegaciones en Francia, Suiza y España, "desde donde despliegan actividad al resto del continente". El Espectador, octubre 14 de 2001, p. 3A.
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Los líderes de la UP y del PCC que salieron del país a denunciar la supuesta violación de Derechos Humanos y la persecución de que eran objeto por parte de las autodefensas y de los organismos de seguridad del Estado, adelantaron un trabajo de complejas repercusiones políticas, no sólo porque lograron abrir un espacio supremamente valioso como parte de la estrategia subversiva de conseguir representatividad y legitimación en el exterior, sino porque lograron empañar la labor gubernamental en materia de paz. Sobre todo a través de los voceros, contribuyeron a distorsionar el verdadero contenido del proceso insurgente –para ellos "revolucionario"– que se viene adelantando en el país, con las siguientes ventajas: 1. Reconocimiento de la comunidad internacional como parte beligerante en el escenario de guerra que hoy vive Colombia, pero sin verse obligados a acatar las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) porque, según ellos, las guerrillas no son un ejército regular, lo cual es una falacia puesto que todos los casos de "violencia armada masiva y sistemática (...) son situaciones donde el Derecho Internacional Humanitario es aplicable"145. En la práctica, los voceros de la organización se han distinguido por su capacidad de demostrar ante diversos organismos internacionales que las guerrillas subvierten el orden en su patria porque son el producto natural de la descomposición social que vive el país y porque no poseen otros espacios de participación política distintos a la confrontación armada o que, cuando los han tenido, han 145
REY MARCOS, Francisco. "No nos faltan reglas sino la voluntad de observarlas". En: Paz y guerra en conflictos de baja intensidad: el caso colombiano. Tiempos de Paz, Bogotá, 1996, p. 219.
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sido perseguidos y exterminados con el resultado de ratificarlos en la opción insurreccional. Con base en estos argumentos pretenden justificar los delitos cometidos contra miembros de la Fuerza Pública y la población civil146, así como contra el medio ambiente. Estos delitos, verdaderamente comprobados y denunciados 147, sí constituyen en sí mismos una abierta violación, tanto a los Derechos Humanos como a las normas del DIH de las que pretenden sustraerse. Toda esta falacia no tiene otro objeto que el de "legitimar" sus acciones ante los ojos del mundo, mediante una pobre representación en la que siempre figuran como las víctimas de la política brutal del Estado legítimo y de sus instituciones de defensa y justicia; razón de peso para que se abroguen derechos mas no deberes en el juego de la guerra que orquestan en Colombia y con el que, al parecer, quieren lucirse en el escenario mundial. Resulta contrario al caso de la Fuerza Pública, la que por su carácter de institución legítima y defensora de la vida y honra de los ciudadanos, respeta y cumple en todo momento las normas y leyes tanto locales como internacionales. Sin embargo, esta discusión jurídica en la que se han dejado enfrascar parte del Estado y varios países que desconocen la realidad de la violencia interna que sacude la nación, 146
Los delitos en cuestión ("actos atroces de ferocidad o barbarie; terrorismo, secuestro, genocidios, homicidios fuera de combate o colocando a la víctima en estado de indefensión") aparecen tipificados dentro del nuevo código penal colombiano y también hacen parte de los que podrán ser juzgados por la Corte Penal Internacional (CPI). VELEZ RINCON, Clara Isabel "Uribe busca prorrogar ley que abre puertas al diálogo". En: El Colombiano, martes 24 de septiembre de 2002, p. 9ª. 147 "Por concepto de secuestros, las dos guerrillas reciben aproximadamente la tercera parte de sus ingresos: las FARC $142.000 millones, el 36% y el ELN $108.000 millones, el 34%. (...) Al respecto es bueno anotar lo siguiente: en Colombia se realizan aproximadamente la mitad de los secuestros de todo el mundo y de éstos el 40% es de las guerrillas". ZULUAGA, Jaime. Op cit, p. 217.
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no contribuye en nada a mitigar el duelo permanente del pueblo colombiano. El derecho natural a la vida, como bien precioso concedido por el Ser Supremo, no puede seguir siendo objeto de discusiones leguleyas ni vulneraciones sistemáticas, ni mucho menos amparado en flagrantes tergiversaciones de las normas de convivencia humana. 2. Descalificación y censura, tanto interna como externa, de los organismos de seguridad del Estado, sindicándolos de poseer vínculos estrechos con los grupos de justicia privada, junto con los cuales, supuestamente, masacran comunidades y ajustician personalidades que simpatizan con la subversión o que cooperan con ella cuando, en la realidad, estos actos han sido planeados y ejecutados por las organizaciones subversivas con el fin de que toda violación de los Derechos Humanos se revierta en contra del Estado. Para que dicha actividad proselitista surtiera efectos inmediatos, se acordó que los cabecillas y líderes del PCC, instalados a lo largo y ancho del mundo, tuvieran un radio HF y acceso a comunicación satelital diaria con el Secretariado con el fin de poder recibir, para luego transmitir inmediatamente a los escuchas internacionales en materia de defensa de los Derechos Humanos, denuncias constantes. El contenido real de esta maniobra política busca, en lo fundamental, sesgar la información de manera rápida y oportuna para desinformar cabalmente al mundo entero, estrategia que, como se ha verificado, les ha permitido avanzar con mayor facilidad en sus planes y objetivos a gran escala. 3. Obtención a mediano plazo, por parte de los países u organizaciones que simpatizan con las FARC-EP, de
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auxilios de tipo logístico, ayuda humanitaria, asistencia técnica y capacitación de sus cuadros políticos, fuera del servicio que, como ya se expuso, les proporcionan como canal de denuncia, ante la comunidad internacional, de cualquier tipo de violación cometida por agentes del Estado colombiano o, en su defecto, como mecanismo de presión a terceros gobiernos que le brindan apoyo militar o económico al gobierno legítimo. En corroboración de lo afirmado anteriormente, la legitimación, conseguida por éste y los otros métodos ya descritos, es el complemento final y necesario para desplegar la guerra integral, e incluso frontal148. Con lo anterior conseguirían que el Estado y sus Fuerzas Militares queden a la deriva, sumergidos en un mar de contradicciones políticas de tal calibre que cualquier acto por defender la maltrecha y así golpeada democracia se asemejaría más a una cacería de brujas que a un intento legítimo por restablecer el orden y la autoridad. No es casualidad que publicaciones de renombre internacional se refieran a Colombia como "la Bosnia de Latinoamérica" o "un país que se desmorona lentamente" (Newsweek, Washington Post). 4. Apertura de espacios internacionales con otros gobiernos, mediante el ejercicio de "una diplomacia paralela" que mejore las relaciones exteriores que, de hecho, la subversión necesitará una vez se apropie de las riendas del Estado. Esta táctica se implementó previendo lo sucedido a Estados centroamericanos y caribeños, e 148
"(...) la guerrilla tiende a convertirse en una fuerza estratégica ascendente en lo político, lo económico y militar, a la luz de los desarrollos de la última década, donde ha crecido más que en 32 años anteriores (...) a partir de 1996, la guerrilla podrá transformarse en ejército regular y pasar a desarrollar ofensivas frontales". HERRERA ZGALB, Miguel Ángel. Op cit, p. 194-195.
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inclusive a la Unión Soviética, países que por aislarse de los otros perdieron la posibilidad de proporcionar a los propios los grandes logros del desarrollo económico, social, cultural, técnico y científico de otras naciones ajenas a su régimen, con lo cual sumieron a sus pueblos en un oscurantismo que no les ha permitido subsistir de una manera digna y decorosa, como es el caso de Cuba, donde la prostitución y la economía subterránea, en torno a ésta y al turismo, son las mayores fuentes de ingreso de la población. En consecuencia, el modelo político y económico socialista ha sufrido una estruendosa derrota que ha abatido las esperanzas puestas por millones de pobres del mundo en el programa de los comunistas, cosa que ningún grupo subversivo quiere que se repita bajo ningún precio. Tanto así, que el "Foro de San Pablo" y demás ideólogos comunistas están vendiendo la idea que el marxismo latinoamericano es el predestinado a reivindicar el fracaso soviético, con el argumento de que la herencia de Marx sigue viva en la guerrilla colombiana. I. ESTRATEGIA FINANCIERA En este importante sector de las finanzas se propuso la acumulación de dos mil quinientos millones de dólares, suma necesaria, según cálculos del Secretariado, para darle cumplimiento al plan estratégico en todas sus dimensiones. El informe presentado por este órgano en la plenaria de la conferencia al Estado Mayor y demás asistentes, daba cuenta que poseían más de la mitad del dinero mencionado. Para ayudar a conseguir el monto estipulado, fijaron en común acuerdo una especie de impuesto o cuota obligatoria para todos los frentes, de
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dos a veinte millones de dólares, de acuerdo con el potencial económico de las áreas de influencia de cada uno de ellos. Este impuesto, que se pagaría anualmente, les permitiría lograr, antes de terminar la fase de la ofensiva general, la consecución total del dinero. El informe concluía afirmando que este propósito resultaría relativamente fácil de lograr, habida cuenta que para la fecha contaban con sesenta frentes rurales y veinte urbanos, todos ellos ubicados en ciudades capitales e importantes sectores energéticos y económicos del país. Aún así, se debía incrementar la inteligencia a los grupos financieros con el fin de conocer el movimiento de las cuentas bancarias de las víctimas potenciales, establecer con certeza el tipo de propiedades a su nombre y ubicar sus sitios de residencia así como los colegios y las universidades donde estudian sus hijos. Es decir, conocer los movimientos de rutina que les facilitaran los pasos a seguir en cada caso particular, ya fuere de boleteo, vacuna, extorsión o secuestro, industria que entre ellos se distingue como "ley 002". Por su lado, los capos de la droga y las compañías de explotación petrolera tendrían que contribuir con el 70% al financiamiento y sostenimiento de la guerra; de lo contrario, no los dejarían trabajar en sus áreas. El otro 30%, que le correspondería a los gremios económicos y a los sectores pudientes del país, se obtendría gracias al secuestro y a la extorsión. Para evitar la condena de la sociedad colombiana y de los organismos internacionales de Derechos Humanos por la práctica inhumana y constante del secuestro, acordaron hábilmente cambiar el nombre de secuestro por el de "retención". De esta manera, según ellos, disminuiría la presión ejercida por
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las organizaciones que vigilan y critican en forma constante, especialmente las internacionales, la comisión de estos delitos. Su trabajo de auto-financiación, es pertinente aclarar, hace parte de la estrategia de "control local" que ya se mencionó a propósito de su trabajo rural y urbano. Ejerciendo presión psicológica y moral sobre las personas adineradas de las regiones y los medios de producción –mediante amenazas y atentados constantes en contra de sus empresas, medios de transporte y en muchos casos sus vidas y la de sus seres queridos–, logran reunir gruesas sumas de dinero que contribuyen a su ampliación, en términos de integrantes, y a su sostenimiento bélico, fundamentalmente. En este campo del financiamiento de la guerra, volviendo al tema, acordaron igualmente intensificar los secuestros de personalidades adineradas en todo el país, especialmente de aquellas que estuvieran al frente de compañías extranjeras o que se negaran a aceptar sus presiones e imposiciones, debido a que les era mucho más rentable política, económica y militarmente, realizar uno o dos secuestros al año, que les produjeran ocho o diez millones de dólares, que realizar veinte para cobrar diez mil millones de pesos. Asimismo concluyeron que les era mucho más rentable cobrarle la vacuna en forma dosificada a los empresarios y ganaderos colombianos, puesto que mediante esta táctica lograrían abatir y resignar a sus víctimas en un tiempo muy corto, situación que les reportaría un sinnúmero de beneficios tales como facilitarles las acciones de inteligencia política y militar, asegurarles rápidamente el
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abastecimiento de comida, de material logístico y de droga, proporcionarle refugio a sus líderes, cuando éstos salen a las ciudades, y enlaces para presionar a otras personalidades que, con sus cuotas, les permitirían aumentar sus ingresos en el mediano plazo. En términos puramente económicos este tipo de secuestros resulta más conveniente, porque no es lo mismo sostener una escuadra que debe cuidar un secuestrado durante todo el año, que sostener varias que custodian a muchos, fuera del hecho que, al igual que los guerrilleros, los "retenidos" también demandan gastos de sostenimiento. En relación con el aspecto militar del asunto, concluyeron que al tener una cantidad de hombres para cuidar secuestrados durante todo el año, perdían la oportunidad de realizar acciones militares de gran envergadura por carecer de personal, y también analizaron que los que se dedican a esta actividad pierden en cierto grado su vocación por las lides del combate y por ende, de la guerra. J. PLAN ORGANIZATIVO En este tema se acordó que en el transcurso de los cuatro años, la organización debía contar con la suficiente capacidad organizativa de redes de Uniones Solidarias clandestinas para que, en el desarrollo de la arremetida general, surgiera encarnado en las mismas el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, puesto que así estaría dotado de la suficiente capacidad para desestabilizar el orden a nivel nacional. Este plan sería liderado por los trescientos sabios o intelectuales con los que, de hecho, ya contaban para el evento citado.
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Para llevar a cabo con mayor facilidad este propósito, acordaron la puesta en práctica de un ambicioso plan con el movimiento de milicias que venía funcionando desde el Plenum Ampliado de 1989; de acuerdo al dato presentado en el informe, en Bogotá tenían más de 6.000 milicianos149, de los cuales 1.800 obedecían orientaciones de la organización, y en todo el territorio nacional, de manera dispersa, contaban con un total de 15.000. Puesto que en ellos recaería el papel protagonista en el desarrollo de las tres fases que culminarían con la ofensiva general, debían dar cumplimiento a las siguientes misiones particulares: - Fortalecer las Uniones Solidarias o Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC) en todas sus dimensiones. - Adelantar operaciones de inteligencia en todos los ámbitos de la infraestructura del país (energética, vial –terrestre, fluvial y aérea–, de comunicaciones –civil y militar–, hidroeléctrica, eléctrica, medios de aprovisionamiento y apoyo logístico del Ejército Nacional, bases militares y puestos de policía, redes de acueducto, de alcantarillado y telefónicas) para que, antes de dar inicio al desarrollo de la ofensiva generalizada, el Secretariado 149
En relación con éstas se acordó que sería útil alentarlas en el acometimiento de acciones terroristas con el fin de consolidar su confianza y capacidad armada de cara a la toma de las ciudades donde operan. La existencia de zonas rojas o inexpugnables en virtud de la presencia de las milicias, principalmente en Bogotá y Medellín, dan fe del poder que han tomado. Es más, en fecha reciente, el general Leonardo Gallego Castrillón, comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, denunció la unión de éstas con grupos de delincuencia organizada al fin de "cometer atentados contra miembros de la Policía", presumiblemente en represalia "por las operaciones que se han realizado en los barrios", sobre todo en sectores de la Comuna 13 y del centro y nororiente de la ciudad, donde, además, estas células guerrilleras se disputan el control territorial con las autodefensas. En el pasado, las autoridades de estas conflictivas zonas habían denunciado, asimismo, el plan de la guerrilla de adelantar una "estrategia de guerra", denominada por ellas "el pistolazo", que consiste en realizar atentados contra miembros de la Fuerza Pública en su tiempo de descanso o cuando se encuentran desarmados o indefensos. Tomado de: "Policía dice que milicias pagan por matar". El Colombiano, martes 17 de septiembre de 2002, p. 12ª.
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pudiera, con conocimientos certeros, planificar con mayor efectividad el ataque terrorista generalizado en contra de todos los sectores mencionados. Aunque el movimiento miliciano ya venía funcionando desde 1989, en la primera etapa del Plan Estratégico (1993-1995) tomaría su forma definitiva en el sentido que sus cuadros se orientarían a la infiltración y penetración de las amplias esferas políticas y sociales del país, en las que se destacan sectores de importancia como la clase sindical, representada por los sindicatos públicos, privados, agrarios y las organizaciones indígenas. Al mismo tiempo penetrarían al clero, al gremio de periodistas y los diversos campos de poder del Estado, es decir, a la totalidad de la nación en cabeza de sus principales organizaciones e instituciones legalmente constituidas. De este modo se generaría un caos social de tales proporciones que ya nadie sabría quién es quién y si se está o no con la guerrilla o con el establecimiento. Igualmente se acordó la puesta en marcha de los bloques de frente, como una herradura estratégica a nivel nacional cuyo énfasis recaería en la Cordillera Oriental o Centro de Despliegue Estratégico (CDE), y el fortalecimiento de la organización política y militar, especialmente a partir de la formación de dos o tres anillos de corredores estratégicos alrededor de Bogotá, ciudad que por su importancia económica y social sería el primer objetivo estratégico, político y militar de la ofensiva general prevista para el año de 1998. Esta fuerte organización de masas o bloques de frentes le proporcionaría a la organización seguridad, ayuda logística, estafetas y comunicaciones, inteligencia, capacidad
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organizacional y atención en materia de salud. El plan contemplaba el instalar allí 20 compañías estratégicas que, en el desarrollo de la ofensiva general, le darían apoyo a los 24 frentes existentes, tomando como teatro principal de operaciones a la capital e impidiendo que la inteligencia militar pudiese detectar la maniobra estratégica. De igual forma, sus otros bloques utilizarían estos ejes de avance interactuando militarmente en el desarrollo de la ofensiva final.
DISPOSITIVOS ESTRATÉGICOS BLOQUES DE LAS FARC
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
BLOQUE CARIBE BLOQUE JOSÉ MARÍA CORDOBA BLOQUE MAGDALENA MEDIO BLOQUE ORIENTAL BLOQUE SUR COMANDO CONJUNTO CENTRAL COMANDO CONJUNTO OCCIDENTAL
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EL NUEVO PLAN POLÍTICO MILITAR DE LAS FARCEP (1993 – 1999) Durante la Octava Conferencia se le dio un nuevo giro o diseño al plan político-militar, el cual, según se acordó, sería ejecutado en tres fases que se presentarán a continuación. 1. PRIMERA FASE (1993 – 1996) Esta fase inicial comprendía la instalación de dos cuarteles generales de adiestramiento político-militar en áreas de retaguardia estratégica o áreas base, así: - El primero, cuya ubicación aún por definir contemplaba entre los posibles territorios a los departamentos del Caquetá, Putumayo, Meta, Guaviare o Vichada, serviría de cuartel general de entrenamiento y reentrenamiento de las 20 Compañías Estratégicas que se propusieron ajustar para dar cumplimiento a la tercera fase de este plan, de las cuales, a la fecha de realización de la conferencia, ya existían seis, cuyo número de integrantes, se estima, no debía ser menor a 120 guerrilleros por compañía. - El segundo sería instalado en la serranía de San Lucas150, donde se crearían escuelas nacionales e internacionales de cuadros que serían capacitados en la dirección de los 150
Si se contempla el mapa de La Macarena y se lo compara con el de la serranía de San Lucas, es preciso observar, guardadas las proporciones, que conforman prácticamente dos islas que presentan similares características morfológicas y que albergan grandes riquezas geológicas de un valor estratégico extraordinario, es decir, constituyen áreas de "gravitación geoestratégica" de primer orden en el país. Este hecho explica claramente el porqué la subversión las apetece; el sur de Bolívar, como se suele llamar a la serranía de San Lucas, es un objetivo prioritario de las FARC-EP, las que, en alianza con el ELN, luchan encarnizadamente contra las autodefensas en procura de su control territorial.
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estados mayores de bloques y frentes. Esto les permitiría formar, a partir de lo que denominan educación políticoestratégica, narcoterroristas, es decir estrategas consumados en la conducción y atención de todos los frentes de la guerra. Asimismo, se previó la capacitación de efectivos en materia de terrorismo selectivo –como por ejemplo expertos en explosivos–, y el entrenamiento de 8.600 mandos, 100 pilotos, 100 expertos en terrorismo internacional, todo lo cual contribuiría a sedimentar el proceso de "urbanización del conflicto". Para esta fase, la cual finalizó en 1996, las FARC-EP calcularon que sus efectivos pasarían de 7.500 a 16.000 guerrilleros y que los corredores de movilidad ya existentes a lo largo y ancho de la Cordillera Oriental se consolidarían, especialmente los diez que conducen a Bogotá y que articulan los tres anillos estratégicos de cierre alrededor de ésta; el control de los anillos, por otra parte, les permitiría ir estableciendo bases alternas para la ofensiva final contra la ciudad. También para reforzar el plan, acordaron conseguir 3.000 fusiles nuevos, 1.000 ametralladoras y 500 cohetes antiaéreos; estos últimos son fundamentales para contrarrestar la fortaleza aérea, es decir, el factor que definiría el éxito o fracaso de dicha ofensiva. Para concluir esta fase, su infraestructura logística de guerra debía recibir una inversión de dos mil quinientos millones de dólares, como se explicó anteriormente, y una flotilla de aviones compuesta por 20 aeronaves ligeras y 12 helicópteros; a la fecha de realización de la Conferencia, contaban con 10 y 6, respectivamente. Todo esto serviría para reajustar el material de guerra necesario para el desarrollo del plan político-militar.
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ESTRATEGIA SUBVERSIVA CONTRA SANTA FE DE BOGOTÁ, D.C. ZONAS DE GRAVITACIÓN ESTRATÉGICAS C.MB C.PS
BL
C.JB
M19 P
C.T.V C.AR
ÁREAS ESTRATÉGICAS DE SOSTENIMIENTO
CUADRILLAS ONT "FARC": 19 HOMBRES 2.500 CUADRILLAS ONT "ELN": 04 HOMBRES 160 CUADRILLAS "M’19": 01 HOMBRES 20
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2. SEGUNDA FASE (1996 – 1997) Esta fase se caracterizó por el hostigamiento y la toma de bases militares ubicadas en la Cordillera Oriental o Centro de Despliegue Estratégico (CDE) y en los corredores alternos con el fin de entrenar militarmente a los guerrilleros en un simulacro de la ofensiva general. Asimismo se acordó que el número de éstos debía incrementarse al doble, de ser posible (de 16.000 a 32.000). De los 6.000 miembros de las milicias que para la fecha de la Conferencia existían en la ciudad de Bogotá, como ya se mencionó, 1.800 obedecían las orientaciones emanadas directamente del Secretariado de las FARCEP. A estos milicianos, quienes por el hecho de convivir con la población y gozar de cierta aceptación, o al menos de respeto en amplios sectores marginados, se les trazó como tarea a largo plazo la consolidación de corredores estratégicos al interior de la ciudad mediante la utilización del esquema de Uniones Solidarias las que, como ya se explicó asimismo, no son otra cosa que el Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC). En el desarrollo de la ofensiva generalizada, éstas jugarían un papel decisivo en el sentido de brindarle apoyo en el avance de las compañías estratégicas y cuadrillas rurales destinadas para el ataque a las principales unidades militares; en el caso de fracasar en su intento, se replegarían por las vías de acceso que utilizaran inicialmente por obvias razones de seguridad. A corto plazo, y en consonancia con el plan organizativo contemplado en la Conferencia, las FARC-EP se trazaron como objetivo realizar operaciones de inteligencia a la
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infraestructura económica, militar, de vías y comunicaciones, etcétera, de todo lo cual le rendirían cuentas sumarias al Secretariado a manera de informes periódicos. El proceso de inteligencia así desarrollado sería coronado con un ataque sorpresivo devastador a estos objetivos que, por el hecho de quedar inhabilitados dejarían al país prácticamente paralizado, facilitaría el ataque, por parte de los frentes, a las instituciones de defensa del Estado. Asimismo, se programó la infiltración y penetración de las unidades militares para, así mediante, desarrollar una labor de inteligencia ininterrumpida que les permitiese detectar tanto sus fortalezas como sus debilidades en materia de infraestructura, defensa interna, forma de reacción de las unidades, pertrechos, medios y sistemas de acceso a las edificaciones y otros pormenores. Este conocimiento le permitiría al Secretariado planificar con mayor facilidad y certeza los ataques a gran escala contra los objetivos militares. 3. TERCERA FASE (1997 – 1999) Esta fase, considerada por las FARC-EP como la parte culminante de su plan general, desplegaría en su desarrollo toda la infraestructura política y militar con que cuenta esta organización. En el aspecto militar se propusieron reorganizar y consolidar todos los corredores estratégicos, incluyendo los alternos. Esto permitiría el avance rápido –y sin el peligro de ser detectadas– a la gran mayoría de los frentes de apoyo y a las compañías móviles estratégicas, desde los cuarteles generales y el Bloque Sur, para dar inicio
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al ataque generalizado contra Bogotá; en el caso de imposibilitarse su toma, tendrían una segunda opción en la ciudad de Medellín o un esfuerzo simultáneo sobre las principales ciudades del país. De no lograrse ninguno de los dos objetivos principales, se devolverían por los mismos corredores a la retaguardia. Una vez allí, planearían, con más criterios, la organización de una nueva ofensiva. A nivel nacional, fuera del habitual hostigamiento a las unidades militares –que impediría, como mecanismo de distracción, que éstas se trasladasen a las ciudades que demandasen refuerzos al momento de ser atacadas por las guerrillas–, se propusieron realizar, mediante el uso de los corredores de movilidad, combinados con las operaciones de los nacientes bloques y compañías móviles estratégicas, operaciones conjuntas que les asegurarían el control de una extensa porción del territorio nacional, como preliminar a la toma del poder. Aquí cabe resaltar que, aprovechándose de la inexperiencia del Ejército Nacional en la aplicación de las tácticas relativas a la guerra de movimientos, optarían por valerse de la sorpresa estratégica por cuanto éste desconoce, en concreto, el momento en que se produce la transición de la guerra de guerrillas a la guerra de movimientos y a la de posiciones. También cabe poner de relieve el análisis que han hecho los subversivos respecto de explotar en su favor la temeridad desesperada de las unidades militares, del todo comprensible si se considera que cuando la Fuerza Pública encuentra al enemigo, es compelida a penetrar en profundidad en territorios difíciles o no detecta el mencionado cambio de guerra de guerrillas a guerra de movimientos. Como consecuencia de que no se encuentra lo suficientemente
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preparada para enfrentar las nuevas tácticas combativas en bloque, cae víctima de su tradicional temeridad, situación que ratifica en los guerrilleros la valentía de la cual hacen alarde en la defensa de las regiones por ellos controladas. En el nivel político, se dedicaron a cimentar su movimiento político clandestino, valiéndose de operaciones de infiltración de los sindicatos gubernamentales, de las empresas privadas y de la población en general, concretamente cuando ésta adelanta movimientos cívicos u organiza marchas de protesta, etcétera. Tanto su presencia soterrada en estos sectores, como su participación en los eventos mencionados, ya sea como agentes promotores o asesores, dan fe de su estrategia de crear, artificialmente, o sacando provecho de las conmociones sociales del momento, las condiciones objetivas y el estado anímico favorables a sus bien planificados designios. Asimismo, consideraron como objetivo estratégico la consolidación de un "ejército revolucionario", para lo cual proyectaron un crecimiento de orden cuantitativo y cualitativo en áreas políticas y militares mediante el reclutamiento masivo y forzoso de ciudadanos. Una vez finalizada la Octava Conferencia, las FARCEP se propusieron concentrar esfuerzos en tres aspectos que le atañen de manera directa o tangencial al Ejército Nacional –en este momento principal recurso de contención de la insurgencia– y que, por lo tanto, merecen sendos tratamientos. Nos referimos a: la ejecución del plan armado, la inteligencia a las unidades militares y la reserva estratégica de las FARC-EP o Compañías Móviles.
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VIII CONFERENCIA FARC-EP 1993 CALAMAR (GUAVIARE) PRIMERA FASE 1993 – 1996 - CREAR 20 COMPAÑÍAS MÓVILES AGRUPÁNDOLAS EN EL "BLOQUE MÓVIL" - C APACITAR 8.600 M ANDOS , 100 P ILOTOS , 100 EXPLOSIVISTAS Y 16.000 HOMBRES DE ARMAS - ORGANIZAR EL PCCC COMO BASE DEL "MOVIMIENTO BOLIVARIANO POR UNA NUEVA COLOMBIA" - AMPLIAR CORREDORES ESTRATÉGICOS RURALES Y URBANOS - CONSEGUIR 3.000 FUSILES, 1.000 AMETRALLADORAS, 100 COHETES ANTIAÉREOS. - INFILTRAR Y PENETRAR LOS CUATRO CAMPOS DEL PODER
SEGUNDA FASE 1996 – 1997 - COMPLETAR 32.000 GUERRILLEROS - ORGANIZAR 6.000 MILICIANOS EN BOGOTÁ - ORGANIZAR EL PCCC A NIVEL URBANO - DESARROLLAR OPERACIONES DE INTELIGENCIA CON ÉNFASIS EN LA INFRAESTRUCTURA ECONÓMICA
TERCERA FASE 1997 – 1999 - R EORGANIZAR Y C ONSOLIDAR C ORREDORES ESTRATÉGICOS - LANZAR OFENSIVA ARMADA CONTRA BOGOTÁ - LOGRAR EL MAYOR CONTROL POSIBLE EN EL TERRITORIO NACIONAL - CIMENTAR EL PCCC INFILTRANDO SECTORES CLAVES
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EJECUCIÓN DEL PLAN ARMADO En un lapso de tiempo previsto en cuatro años, las FARCEP se propusieron realizar inteligencia a un sinnúmero de posibles objetivos militares teniendo como punto de referencia el despliegue de la ofensiva final. Como parte de sus objetivos militares incluyeron la ejecución sistemática y selectiva tanto de oficiales del Ejército Nacional, activos y en retiro, como de personalidades políticas y funcionarios gubernamentales (alcaldes, concejales, magistrados, congresistas, jueces) y todas aquellas personas sindicadas de colaborar con las autodefensas o de demostrar abiertamente su repudio a los subversivos151. En virtud de lo expuesto, y con el fin de sembrar el terror y la anarquía y obstaculizar el desempeño normal de la vida nacional, se trazaron por meta atacar las unidades militares, perpetrar daños contra la infraestructura económica, de servicios y vial. Por otra parte, como punto inicial de la insurrección general, se contempló poner en práctica direcciones intermedias al interior de los bloques que llevarían el peso de la ofensiva general en razón de que son los más numerosos, como es el caso particular de los bloques Oriental y Sur y, de alguna manera, del Comando Conjunto Central. En el desarrollo de la ofensiva final, el Bloque Oriental, bajo el mando del Secretariado, agruparía 22 frentes rurales, dos urbanos, 20 Compañías Estratégicas y las Milicias Bolivarianas. Las unidades de combate pasarían de 22.000 151
Entre quienes fueron declarados objetivo militar figuraban las siguientes personalidades: los generales Farouk Yanine Díaz, Harold Bedoya Pizarro, Iván Ramírez Quintero y Jesús Armando Arias Cabrales, el teniente coronel Germán Nicolás Pataquiva García, los doctores Álvaro Uribe Vélez, César Pérez García, Bernardo Guerra Serna, Augusto Durán Dussán, César Gaviria Trujillo y Bernardo Gutiérrez, así como los principales líderes de las autodefensas, Carlos Castaño Gil y Víctor Carranza, entre otros.
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a 32.000 y se las dividiría por sus bloques con mandos escogidos por el Secretariado. Para la realización de este propósito se contaría, además, con el apoyo de columnas que se desplazarían desde varias regiones del país hacia la ciudad de Bogotá. De esta forma ejecutarían con mayor efectividad su objetivo político militar: la toma del poder. El día antes de dar inicio al ataque general a la ciudad de Bogotá así como al resto del país, en algún sitio cercano a la capital, sobre la Cordillera Oriental, se concentraría el Estado Mayor, compuesto por 23 miembros entre los cuales figuran los cabecillas de los bloques a nivel nacional. La mencionada concentración tendría como propósito reunir al Estado Mayor Conjunto para que dirija la ofensiva generalizada e imparta desde allí la orden que de comienzo a la escalada terrorista.
INTELIGENCIA A UNIDADES MILITARES En relación con las labores de inteligencia a las unidades militares se destacaron todas, pero en especial las ubicadas en Bogotá y Medellín, en consideración a que estas ciudades revisten el carácter de puntos neurálgicos dentro de su plan estratégico. Se sabe al respecto que los subversivos hicieron referencia a varios croquis en los que aparecen demarcadas las rutas que les permitirían llegar, sin ser detectados, hasta las edificaciones de la presidencia de la República y las principales unidades militares de la capital. En el caso del Palacio de Nariño, por citar un ejemplo, utilizarían la quebrada que baja del cerro de Monserrate y que conecta las principales redes de alcantarillado del centro de la ciudad. Con el mismo fin se ordenó la elaboración de croquis de sitios vulnerables en las inmediaciones de las mencionadas
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instalaciones, los que serían atacados utilizando las Uniones Tácticas de Combate (UTC), tríadas y comandos que consisten en pequeños grupos, entrenados en técnicas terroristas y diestros en la ejecución de los operativos que exigen un alto grado de precisión, seguridad y sorpresa. Estos corpúsculos serían empleados, además, para asesinar a personalidades de la vida pública mediante golpes de mano. Entre los mecanismos o recursos contemplados para consumar el ataque a las instalaciones de la Fuerza Pública cabe mencionar el empleo de minados subterráneos, para lo cual les serviría como experiencia estimulante lo sucedido en el aeropuerto Crespo de Cartagena, donde dos miembros de la red urbana de milicias cargaron con 50 kilos de dinamita una pequeña balsa, a la que luego arrastraron hasta la mitad del aeropuerto por la corriente de aguas negras. Una vez allí, activaron su mecanismo y huyeron. Cuando se encontraban a aproximadamente tres kilómetros del lugar, el artefacto explosivo estalló causándole serios daños a la pista principal. Otro método para atacar dichas instalaciones se encuentra tipificado en las operaciones adelantadas por el Frente Farabundo Martí durante el desarrollo del conflicto salvadoreño, concretamente, cuando atacaron la Brigada Trece y el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, y cuando asesinaron a Anastasio Somoza; en ambos casos se utilizaron grupos muy pequeños, con un elevado grado de profesionalismo militar. El primer hecho fue el resultado de un arduo trabajo de inteligencia que posibilitó un estudio detallado del terreno para determinar las partes vulnerables de la Brigada Trece y aprovechar en el ataque a varios parques del sector. Tres individuos, valiéndose de un vehículo campero y un mortero de 81mm, atacaron con diestra precisión esta
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unidad, produciendo más de veinte muertos152. El éxito en el asesinato de Anastasio Somosa, por su parte, se debió a que, gracias a un seguimiento constante que permitió conocer sus desplazamientos rutinarios, dos guerrilleros instalados en la azotea de un edificio, le dieron muerte al ex dictador al volar su vehículo blindado con un rocket153. Aparte de las dirigidas a la institución castrense, se orientaron acciones de inteligencia hacia los sectores presuntamente más vulnerables de la economía154 y hacia la red vial –principales puentes, carreteras, puertos, aeropuertos, terminales de transporte– dada su vital importancia en el desarrollo de la tercera fase del plan estratégico, que de consolidarse en atentados agruparía un 30% de la fuerza insurgente mientras que el resto se concentraría en la toma de su objetivo principal, es decir, Bogotá.
R ESERVA ESTRATÉGICA (COMPAÑÍAS MÓVILES)
DE
LAS
FARC-EP
Las compañías de carácter estratégico, según se concluyó en la Conferencia, tienen las siguientes características: 152
Esta modalidad, de hecho, ya ha sido aplicada numerosas veces en Colombia, en los ataques con cilindros de gas a diferentes pueblos, a cuarteles de la policía y a instalaciones militares, como lo atestiguan los recientes atentados contra la Escuela Militar de Cadetes, en Bogotá, y la Escuela Militar de Aviación en Cali, e igualmente lo sucedido el día de la posesión del presidente electo Álvaro Uribe Vélez (7 de agosto de 2002), cuando los insurgentes hicieron estallar petardos y lanzaron granadas de fabricación artesanal y morteros del mismo origen y de largo alcance que ocasionaron mas de 21 muertos en Bogotá. 153 Cabe recordar aquí, por la similitud de los hechos, el atentado que se llevó a cabo contra el actual presidente Álvaro Uribe Vélez en la ciudad de Barranquilla poco antes de su designación, del cual salió ileso pero que le costó la vida a cuatro personas. 154 En relación con la economía nacional, cabe observar que las FARC-EP cuentan con infiltrados en el alto gobierno que tienen la delicada misión nada menos que de producir el paro forzoso del país mediante estrategias que desestabilicen la inversión y generen la desconfianza financiera, por consiguiente, que estimulen la recesión hasta el punto de quiebre del sistema.
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reciben órdenes directas del secretariado; son totalmente móviles a lo largo y ancho de la Cordillera Oriental; su función es de carácter meramente militar; y los bloques y frentes deben tener a su disposición corredores de movilidad, dinero, inteligencia política y militar de las posibles áreas, patrullas o bases militares a atacar. Gracias a la seguridad que le brindan los corredores de movilidad, estas compañías pueden asaltar patrullas y puestos del ejército y la policía, los que ni siquiera sospechan de la existencia de una concentración tan numerosa de guerrilleros en dicha área. Esta combinación de tácticas propia de la guerra de posiciones, junto con el asedio diluido de la guerra de guerrillas móviles, que consiste en atacar para dispersarse luego en forma casi inmediata y regresar a sus áreas bases o de retaguardia mediante el uso de los corredores de movilidad, que por lo regular son de muy difícil acceso para la contraparte, en este caso el Ejército Nacional, permitirá explotar al máximo el factor sorpresa e infringirle un impacto psicológico y moral adverso a la Fuerza Pública155. Durante el desarrollo de estas acciones se ordenará a los frentes que abandonen el sector, por un corto tiempo, mientras pasa la respuesta sectorizada del ejército, es decir, que mediante esta estrategia es posible atacar tropas de una división 155
Lo más grave de este asunto no es, sin embargo, si la inteligencia militar alcanza o no a detectar el desplazamiento de dichos grupos por los corredores; lo más preocupante es que las FARC-EP conocen mejor que nadie el dispositivo del Ejército Nacional y su forma de reacción inmediata ante un eventual ataque de gran envergadura. Tampoco ignoran las debilidades político-militares y las contradicciones al interior de los mandos del ejército, así como su escaso conocimiento de las áreas de retaguardia y del plan estratégico guerrillero. Saben además de los celos y rivalidades existentes al interior de la cúpula militar en el manejo de la defensa del país, debilidad que les permite atacar sistemáticamente y en forma conjunta a patrullas móviles y estáticas y, si se presentan las condiciones, también a bases y batallones. Estas condiciones de vulnerabilidad han sido superadas en buena medida y en este momento se cuenta con un ejército grandemente fortalecido y que es capaz de reaccionar en forma inmediata y contundente ante los ataques de la subversión. No obstante, se
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y refugiarse luego en el área de la división vecina, lo que no podrían hacer si existieran milicias conformadas por miembros de la Fuerza Pública (véase cita 155 al respecto). Por todo anterior y en vista de que estamos en medio de una ofensiva terrorista en contra de la nación entera, cuyo principal objetivo es la capital de la República, se hace necesario incrementar las medidas de seguridad para neutralizar el propósito de las FARC-EP, las que para dar cumplimiento a sus delineamientos dinamitarán o atacarán bases e instalaciones militares, puestos de relevo, instalaciones de la policía 156, tropas en desplazamiento y desvalidas poblaciones. Igualmente se esperan secuestros selectivos, intimidaciones de autoridades157, obstrucción de vías (mediante la instalación de retenes y la voladura de puentes), atentados contra las torres de conducción de la energía eléctrica y las centrarles eléctricas, así como la quema de vehículos y la destrucción de edificios públicos, entre otras acciones con las que las FARC-EP esperan proyectar su "prestigio" militar en los ámbitos nacional e internacional, a la par que dar inicio a la ofensiva terrorista. No cabe duda que con este mismo propósito harán buen uso de todas las aeronaves adquiridas por el narcotráfico o requiere con urgencia el crecimiento de la Fuerza Pública, en especial con la incorporación de elementos arraigados y con conocimiento real de las regiones donde deban actuar. Por esta razón, se hace más que indispensable la creación de una milicia municipal urbana (soldados o policías) para las grandes ciudades, la que deberá ser seleccionada por barrios, así como de una rural campesina, en cuya selección se tomará en cuenta el carácter de los municipios y las veredas que quedarían bajo su custodia. 156 El atentado perpetrado contra la sede de la Policía Metropolitana de Bogotá, el día 22 de octubre, es apenas el inicio de los ataques terroristas que pronto sacudirán a la capital. 157 En relación con las amenazas que pesan sobre los funcionarios públicos, se destaca la situación particular de los alcaldes, quienes han recibido un comunicado por parte de las FARC-EP en el que les exige perentoriamente presentar su renuncia y que en caso de incumplir la exigencia serán declarados objetivo militar y eliminados en consecuencia. Dicha amenaza, además, se ha hecho extensiva a los otros empleados municipales, los que han reaccionado exiliándose o tomando medidas extremas de seguridad.
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robadas a empresas particulares y del Estado, las cuales, en la época de la Octavo Conferencia, ya estaban pertrechando para bombardear y ametrallar las instalaciones del Ejército Nacional y de otras entidades oficiales de todo orden. Gracias a ellas lograrían suscitar un pánico generalizado y favorecerían la rendición de grandes cantidades de tropa. Vale la pena recordar que uno de los propósitos y fines principales de la guerra irregular es el de reducir al máximo la moral y voluntad de lucha del adversario. Por esta razón, las Fuerzas Militares deben efectuar un análisis previo del área donde se piensa realizar la ofensiva militar o, en su defecto, asegurar la defensa tanto de unidades militares como de entidades oficiales. Así se recuperaría la iniciativa ofensiva, máxime si se tiene en cuenta la existencia de áreas base o de retaguardia de la subversión, las cuales, por su composición y apoyo de masas adversas, son prácticamente impenetrables y muy seguras.
PLENO DEL E STADO M AYOR C ENTRAL FARC-EP 2000 (DOCUMENTO)
DE LAS
FARC EJÉRCITO DEL PUEBLO PLENO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL "CON BOLÍVAR POR LA PAZ Y LA SOBERANÍA NACIONAL" MARZO 21-25 DE 2000 TESIS POLÍTICO MILITAR DEL SECRETARIADO PARA LA PLENARIA DEL ESTADO MAYOR SOBRE EL REAJUSTE DEL PLAN ESTRATÉGICO PARA LA TOMA DEL PODER POR LAS FARC-EP. Camaradas se ha convocado este pleno para tratar los siguientes puntos:
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1. Las perspectivas financieras por bloques en la actualidad son diferentes y no son muy promisorias. Prácticamente estamos en crisis para cumplir la mayoría de planes para lo cual es necesario desarrollar una campaña nacional e internacional y poder cumplir con el plan estratégico. La Octava Conferencia señaló cómo conseguir las finanzas por Bloques, ahora es conveniente buscar nuevos mecanismos reforzando las unidades y mejorando la inteligencia para tal fin o de lo contrario vamos a permanecer estancados por un tiempo, mientras que el enemigo sigue fortaleciéndose militarmente con la ayuda de los Estados Unidos. Debemos persistir y aplicar la actividad que nos permite recoger el impuesto para la paz, equivalente al 10% de las ganancias líquidas de las grandes empresas. Es inaplazable la coordinación nacional de los Bloques y comandos para garantizar la eficacia en el cumplimiento de esta tarea y los ingresos adecuados al porcentaje estipulado. El Secretariado debe orientar los momentos precisos en los cuales toda la organización ejercerá presiones y acciones de fuerza contra aquellas empresas que se nieguen a cumplir nuestras exigencias. Reiteramos los criterios de clase en torno a las pretensiones con fines financieros, como un tributo de los ricos a las luchas del pueblo cuando se niegan a contribuirle voluntariamente, mientras por otro lado le cancela al Estado impuestos para el desarrollo de su guerra antipopular. Este tributo debe cancelarlo todos aquellos cuyo patrimonio supere el monto del millones de dólares.
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Bajo los criterios establecidos, unificaremos el cobro del impuesto a la maracachafa sobre esta actividad habrá una coordinación nacional y todas las unidades deben informar permanentemente al Secretariado sobre lo recogido. Debemos realizar una acción nacional sistemática contra el Fondo Ganadero que lo liquide, como apoyo que es del paramilitarismo, pero buscando alternativas para ofrecer a los campesinos que sólo tienen esta posibilidad para desarrollar su economía de subsistencia. Enfatizar permanentemente los principios revolucionarios que deben determinar la ejecución de nuestro gasto en el marco de criterios proletarios así como en la elaboración del presupuesto acorde a la realidad, también los lineamientos del EMC sobre el uso de alhajas, cadenas, relojes, anillos costosos y toda clase de adornos de alto valor cuyo uso chocan con los principios populares que representamos, soportes de nuestra ideología revolucionaria que desvirtúan nuestra imagen y afectan negativamente al guerrillero. 2. El déficit de mandos en todos los bloques en la actualidad es bastante grande a pesar del permanente esfuerzo por lograr la formación político militar en la escuela, a tal punto que hay momentos complicados para cubrir vacíos en los diversos frentes de trabajo, lo que pone al orden del día la necesidad de redoblar esfuerzos en la formación de mandos para el trabajo de masas, en combate político, ideológico y militar, promocionándolos a partir de los cursos y con un control permanente. 3. La consecución de armamento en este periodo nos ha permitido un salto cualitativo en nuestro proceso de conformación como Ejército del Pueblo. Que hemos
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conseguido no solamente en los combates permanentes desarrollados por todo el país, sino que logramos realizar una compra grande y cubrir las necesidades básicas producto de nuestro crecimiento. Por eso el déficit por Bloques y comandos en la actualidad no es demasiado grande, teniendo en cuenta que es posible conseguir armas a pesar de los controles del enemigo y la falta de una infraestructura terrestre aérea y marítima que debemos conseguir. Con todo ello vamos bien esta materia. 4. Las emisoras por Bloques y comandos ya están funcionando, con algunas dificultades por falta de personal especializado. Teniendo en cuenta que vamos bien y cumpliendo el plan debemos trabajar por encadenarlas en una emisión nacional, ganar en potencia, ampliar su cobertura e instalarla más FMs. Trabajaremos por concretar los proyectos que tenemos para iniciar pruebas de emisión de televisión. 5. Sobre los hospitales por Bloques en la actualidad no todos están en las mismas condiciones, sólo el Oriental está en pleno funcionamiento, el Sur está ultimando los detalles para ello; habrá que ver cómo van los demás Bloques de acuerdo a sus condiciones geográficas, militares, etc. 6. Los corredores por Bloques: en la actualidad prácticamente todos están desarrollando el plan, unos en mayor grado que otros pero avanzando en la concreción de esta tarea. 7. Sobre los medios de transporte terrestre y fluvial por Bloques en la actualidad solo hay una parte considerable en el Oriental y Sur. 8. Debemos balancear el crecimiento en hombres por Bloques para poder determinar el grado de fortaleza
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comparado con los resultados de la Octava Conferencia y dar un vistazo a la infiltración que nos está causando daños por la falta de precauciones en los reclutamientos o porque hay un auge de influencias en las masas que utilizan este medio para penetrar. 9. Las normas vigentes aprobadas por la Octava Conferencia están ajustadas a las condiciones actuales. Nos hace falta insistir más en su aplicación puesto que hay mandos que dentro de sus actividades y misiones cometen arbitrariedades con la población civil, contraviniendo normas en lo político y militar, lo que perjudica la política de las FARC en busca de una mejor relación con la población de tendencias diferentes a nosotros, lo que exige de los estados mayores de bloques y de los comandos conjuntos mantenerse muy atentos para aplicar correctivos sin dar lugar a que resultemos perjudicados. 10. El Estado continúa desarrollando su estrategia paramilitar buscando ampliarla en las áreas de todos los bloques y comandos de las FARC, con la participación de las tropas oficiales y bajo la conducción directa de mandos militares, lo que ha afectado a importantes sectores civiles, haciendo mucho más difícil la situación y el proceso de diálogo con el gobierno. 11. Las posibilidades del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia por Bloques son favorables a corto y largo plazo. Debemos aprovechar el momento y las circunstancias para hacer su lanzamiento nacional en el área de despeje lo más pronto posible agilizando la conformación de sus estructuras organizativas y políticas, como parte del plan estratégico y formando un equipo de Camaradas dedicados al trabajo permanente en este
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frente por Bloques, bajo la dirección directa del Secretariado. 12. Las condiciones para desarrollar el Partido Clandestino por Bloques son buenas. Tenemos dos alternativas: una convocar un pleno, conferencia o congreso de acuerdo a las conveniencias del momento, para lo cual se requiere destinar un cuadro por cada Bloque para este frente de trabajo clandestino, o, la otra, examinar si toda la militancia se guía por las normas de las FARC para evitar nuevas estructuras y sólo se crearían si las condiciones político militares cambian de acuerdo al avance del Movimiento en ambos campos político militar. 13. La orientación trazada para adelantar nuestras relaciones políticas y militares con otras organizaciones armadas como el ELN, EPL, el BATEMAN, el ERP, el Ejército Guevarista, etc., es correcta. Se requiere de un análisis muy cuidadoso para determinar qué más podemos orientar porque hasta donde se tiene conocimiento es más el daño que le ha hecho a las masas y a la causa (principalmente el ELN y el EPL) porque quieren ponerse en igualdad de condiciones en el campo político militar con nosotros, sin tener la fuerza suficiente y sin detenerse un solo momento en la campaña anti FARC de todo orden. 14. El trabajo internacional en la actualidad como parte del plan estratégico nos viene dando buenos resultados para hacernos conocer como movimiento revolucionario por los cambios y en busca del reconocimiento como fuerza beligerante. En este momento debemos aprovechar todas las sugerencias para atender personalidades de Europa con la finalidad de afianzar nuestra política en busca del reconocimiento.
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15. Adelantamos los diálogos con el gobierno como parte del Plan Estratégico. Debemos analizar hasta dónde podremos avanzar en el logro del objetivo de acuerdo a las circunstancias políticas y de confrontación existentes, buscando que ante la opinión siempre quede clara nuestra voluntad por encontrar salidas políticas dejando en el Estado terrorista la responsabilidad del agotamiento de esta opción. Insistiremos en que todos los mecanismos que se vayan generando en el transcurso del proceso de diálogo, sean verdaderas herramientas para vincular al pueblo colombiano a la lucha por la Nueva Patria, para cualificar su conciencia y elevar la calidad de sus luchas, al tiempo que ganamos en reconocimiento como vanguardia revolucionaria que puede conducir al país hacia el socialismo. Todos nuestros enemigos se han preocupado por bombardear el proceso de conversaciones de las FARC con el gobierno. Los medios de información masiva se destacan en ello. Muchos de los representantes del establecimiento en la mesa son avanzados politiqueros que utilizan maniobras parlamentarias buscando confusiones y ventajas. Lo que nos obliga a organizar mejor trabajo de nuestros representantes, a procesar mucho más la elaboración de documentos y comunicados conjuntos antes de firmarlos para impedir que nos impongan falsos afanes y a afilar al máximo nuestras respuestas a los periodistas. En función de esto y de equiparar numéricamente nuestros delegados con los del gobierno, se hace necesario reajustar y completar los equipos de compañeros que nos representan en la mesa. 16. Debemos estudiar la propuesta de cese al fuego bilateral Gobierno-FARC, analizando cuál sería su
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contribución para el desarrollo del Plan Estratégico de tal forma que nos permita ganar nuevas posiciones cerca de los centros urbanos y fortalecernos en la conquista de nuestro reconocimiento como Fuerza Beligerante. 17. Se aproximan las elecciones para alcaldes y concejos municipales. Por tal motivo la situación en la zona de despeje se torna especialmente compleja y los resultados servirán para mostrar ante la opinión nacional e internacional el calado de las FARC en esta coyuntura. Teniendo en cuenta también el sentimiento que une a la población a estas elecciones por la cercanía a la solución de muchas de sus necesidades y del terror que han logrado llevar a muchas regiones, consideramos conveniente posibilitar su desarrollo en todo el país. Trabajaremos para lograr que los candidatos populares sean elegidos en asambleas democráticas, con elaboración ciudadana de sus programas y rendición permanente de cuentas sobre la gestión administrativa. Nuestro apoyo, cuando sea necesario, será exclusivamente a candidatos de movimientos cívicos. Continuaremos concretando formas de democracia popular, organizándolas para su funcionamiento cotidiano, buscando elaborar la conciencia y la experiencia del pueblo tanto en las elecciones como en la fiscalización y en la concreción de obras y medidas de beneficio popular. Mantendremos la guerra contra los candidatos del paramilitarismo y el veto para los candidatos y las campañas para los partidos tradicionales en nuestras zonas de influencia.
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La participación en campañas electorales no es un problema de principios, sólo de la táctica política que depende de los frutos que se pretendan conseguir en función del Plan Estratégico, que en este caso concreto de los municipios nos permitirá avanzar en la consolidación de zonas de dominio y en la organización popular. 18. El narcotráfico es una lacra del capitalismo. Las preocupaciones de los gringos en torno a él no son ni la salud pública ni la moral colectiva, tan sólo las enormes sumas de dólares que salen de su control y por otro lado, la utilización del narcotráfico como un pretexto para jugar su papel de policía del mundo. Vamos a desafiar al imperialismo norteamericano públicamente para que se comprometa con la legalización del consumo de la droga y así luche en serio, por la liquidación del narcotráfico. Esta propuesta nos permitirá tomar la iniciativa en el tema, desarmando a quienes lo esgrimen como argumento en contra nuestra. Continuaremos reafirmando la necesidad de desarrollar una política de sustitución de cultivos para darle solución concreta a todos aquellos productores que han acudido a la siembra como medio de supervivencia. Y en concreto reiteramos la propuesta sobre el despeje de Cartagena del Chairá para desmontar la acción de las tropas contra la población en estos momentos, urgiendo la creación de una comisión de civiles encargada de buscar con los poderes, mecanismos que permitan impedir la acción violenta y en cambio comience la inversión social en los dos departamentos como parte de los acuerdos para la inversión de los 1.600 millones de dólares.
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19. Tenemos pendiente un nuevo encuentro de las FARC con los partidos comunistas para efectuar un intercambio de opiniones y experiencias como parte del Plan Estratégico, teniendo en cuenta que algunos de ellos son muy débiles y no pueden financiar su desplazamiento hasta este lugar. 20. Por último se hace necesario reajustar el Estado Mayor Central para cubrir las dos bajas que hemos tenido cubriéndolas con los suplentes y candidatizando dos nuevos camaradas como suplentes.
CAPÍTULO IV
PANORAMA ACTUAL LA NUEVA ESTRATEGIA DE PAZ Una valoración descarnada y real de la guerrilla, con los elementos que ofrecen tanto el contexto nacional actual como la evolución misma de la subversión en el marco de los últimos procesos de paz –administración Samper Pizano (1994-1998) y administración Pastrana Arango (1998-2002)– permite asumirla como un poder paraestatal, con una capacidad militar y económica en aumento y una finalidad política que se vale de métodos terroristas en la persecución de sus objetivos. El hecho de que las FARC-EP no hayan logrado tomarse el poder en el lapso de tiempo que se habían trazado158, no significa en modo alguno que hayan desistido de este 158
Las FARC son "el único actor en Colombia que ha pensado en términos de lustros y de décadas, y no de meses y de semanas. Incluso frente a sus críticos militares, demuestran que quienes buscaron la revolución en cinco o diez años ya no están en el escenario, mientras ellos se mantienen en una correlación de fuerzas que les es favorable. Hay, además, un contraste muy grande entre los tiempos que manejan el Estado, el gobierno, los políticos colombianos y los que manejan las FARC. (...) Desde el fin del gobierno de Turbay hasta el fin del gobierno de Samper, todas las administraciones se parecieron en sus ciclos de gobierno. Los primeros dos años se gastaban en paz y reformas democráticas, y los dos últimos en retroceder hacia el enfrentamiento armado. El único gobierno – y en ese sentido hay una ruptura de 20 años – que renuncia a esa estructura es precisamente el gobierno de Pastrana, porque sólo ofrece paz, no ofrece reformas". GUTIERREZ, Francisco. "El manejo del tiempo: un elemento cultural de las FARC que tiene efectos sobre su historia y sobre la posibilidad de la paz". En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p.p. 184-185.
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propósito. Éste permanece latente en su nueva estrategia, es decir, la captura del poder local, porque, como observaba alguien, de municipio en municipio lograrán llegar hasta el Palacio de Nariño. Simón Trinidad, miembro del Secretariado de las FARC-EP y cabeza del Bloque del Caribe, fue muy claro al afirmar, en medio de los diálogos de paz con el gobierno Pastrana Arango, que la organización no había abandonado su objetivo primordial. Lo anterior, unido a la precaria situación de gobernabilidad y a la crisis económica que ha recaído en el nuevo presidente de la República, brindan argumentos sólidos, ratificados por el contenido del informe del Pleno del Estado Mayor Central de las FARC-EP del año 2000, para creer que la guerrilla espera actualmente obtener mayores ventajas de una hábil combinación de dos herramientas: el enfrentamiento armado –que, como ya se expuso, incluye mecanismos de presión terrorista contra las instituciones de gobierno, como la presión, secuestro o eliminación de funcionarios públicos–, y los diálogos de paz. En este sentido, es imposible seguir creyendo en la posibilidad de librar una confrontación militar que redunde en el triunfo del Estado legítimo, por cuanto ella opera en un marco jurídico que ha sido diseñado como si se viviese en una sociedad estable, donde es viable conseguir la paz en términos de normalidad159. Sin embargo, las nuevas medidas asumidas por el primer mandatario Álvaro Uribe Vélez, como la declaración del Estado de Conmoción Interior (Artículo 213 de la Constitución Política de 1991) en desarrollo del Decreto 159
"Una soberanía interna en suspenso, disputada por numerosos grupos de presión, no puede ser garantía para la vigencia de un verdadero Estado Social de derecho". Editorial, El Colombiano, Medellín, martes 24 de septiembre de 2002, p. 5ª.
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1837 de Agosto 11 de 2002, y las demás estrategias encaminadas a la recuperación del control estatal y de la paz, como la red de cooperantes o de informantes, la designación de Zonas de Rehabilitación y Consolidación (Decreto 2002 de septiembre 9 de 2002) 160, el aumento del pie de fuerza, la propuesta de mediación de organismos internacionales y gobiernos amigos en las negociaciones con los alzados en armas161, la recuperación económica, el impuesto al patrimonio162, la lucha contra el narcotráfico y la inclusión de la sociedad civil en la solución integral del conflicto armado, entre otras, ofrecen una perspectiva de paz más sólida por cuanto parten de la consideración de que, efectivamente, el país está en guerra y que la solución a los problemas sociales que la alimentan son impostergables. Respecto del último punto, es pertinente destacar cuán importante sería lograr la participación decidida de la 160
Las primeras zonas de rehabilitación y consolidación decretadas por el gobierno bajo el estatuto de Conmoción Interior (septiembre de 2002) comprenden áreas estratégicas de los departamentos de Bolívar, Sucre y Arauca, donde la subversión y los paramilitares se disputan la hegemonía militar, así como el control del cultivo y embarque de drogas y de los beneficios de la explotación de petróleo. 161 Con respecto a este punto, las FARC-EP, ya habían manifestado años atrás y volvieron a hacerlo recientemente, que no están dispuestas a aceptar la mediación internacional, particularmente de la ONU, bajo los argumentos que donde ésta interviene el conflicto se recrudece, como en el caso de los Balcanes, y porque la posibilidad de la internacionalización de la solución negociada al conflicto "tiene que ser con la aprobación y la solicitud de las dos partes (...), de las FARC, que representan una parte de la sociedad, y del Estado colombiano, que representa los intereses del Estado. Porque no aceptaríamos que ningún gobierno ni ninguna organización aparezca como facilitadora en representación de las dos organizaciones, es decir, de los Estados o de los gobiernos: el nuestro y el de Bogotá". NOVOA GARCIA, Armando. "Desarrollo e iniciativas de lo político, la propaganda y el concepto de poder" (Ponencia). En: Autores Varios. Las verdaderas intenciones de las FARC. Corporación Observatorio por la Paz-Intermedio Editores, Bogotá, 1999, p. 245. 162 Este dinero se invertirá en "pie de fuerza, en adquisición de equipos, armamento, comunicaciones, equipos de intendencia, armas especiales para zonas urbanas, armas de combate especializadas y la comida de la nueva tropa". Entrevista a los generales Jorge Enrique Mora y Carlos Alberto Ospina en: El Tiempo, domingo 6 de octubre de 2002, p. 1-15.
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sociedad civil163 en la nueva estrategia de paz, no sólo por el hecho de que ésta no puede continuar en posición de víctima o de indiferente de cara al conflicto en el que la subversión ha involucrado a la nación, sino porque la confrontación no es asunto exclusivo de las Fuerzas Armadas y los guerrilleros; mantener una posición "neutral" en este conflicto equivale poco menos que a cooperar con los insurrectos164. El acto heroico de algunas comunidades que se han enfrentado a la guerrilla sin más armas que el uso de la razón, debe servir de ejemplo solidario a quienes aún titubean, ya sea por miedo o acicateados por la expectativa de ver satisfechas sus necesidades por el nuevo orden social que promete la subversión165. En consecuencia, el primer paso a seguir por la sociedad civil debe ser el de ponerle fin a esta posición equívoca y respaldar al Estado y sus fuerzas de defensa legítimas, así se mantengan las distancias ideológicas y políticas en 163
"(...) al no contar con una sociedad civil comprometida y realmente solidaria, con una gran capacidad anticipativa en la solución de tantos y variados problemas estamos cediendo valiosísimos espacios muy difíciles de recuperar a futuro. Hay que abrir más cuentas solidarias o realizar alianzas estratégicas entre autoridades, gremios y comunidad, para fortalecer la infraestructura social en la región, previos análisis, estudios y diagnósticos, con destino a los miles de ‘Bojayás’ que todavía existen en nuestro país (...)". Autor anónimo. Colombia: un Estado reactivo (volante). 164 "Hay una frase que sintetiza nuestra indiferencia y falta de acción: ‘Explotó un carro-bomba en Granada, pero a mí no me pasó nada; explotó un carro-bomba en Villavicencio, pero a mí no me pasó nada; reclutan a la fuerza, secuestran y extorsionan compatriotas, pero a mí no me pasa nada. Cuando me pase algo a mí, ¿a quién le importará?’". Autor anónimo. Colombia: un Estado reactivo (volante). 165 "(...) se requiere la aplicación de un fuerte componente social, con inversión en esas zonas, golpeadas por la violencia, diezmadas en su economía, para que sus habitantes vuelvan a sentir la presencia real y efectiva del estado en la solución de enormes necesidades insatisfechas en educación, salud, trabajo y otros frentes de interés capital. La ausencia estatal ha sido fuente de graves desequilibrios y conflictos. Ha generado la perpetuación inequitativa de dos Colombias, la legal y la informal. De ahí que sea tan importante que la recuperación de la institucionalidad comprenda en su más pleno sentido humano y social el concepto de rehabilitación". Editorial, El Colombiano, martes 24 de septiembre de 2002, p. 5ª.
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todos los demás campos166. En palabras del vicepresidente Francisco Santos, se trata de "lograr una mayor integración, que los civiles sean parte del Estado. Que colaboren con informaciones y comunicaciones y entiendan que las Fuerzas Militares y la Policía son quienes los protegen. Los enemigos son las autodefensas y la guerrilla"167. Para Luis Alfredo Ramos, presidente del Congreso, el éxito en la recuperación de la seguridad nacional "radica principalmente en la ciudadanía, en la confianza que la población tenga en el Gobierno"168 y, no sobra decirlo, en sus Fuerzas Armadas las que, a su vez, "necesitan saberse respaldadas por su máximo comandante, saber que su sacrificio no es por el cruel e inútil juego de una guerra que no se quiere ganar"169.
REFLEXIONES
FINALES
Las graves acusaciones que empañaron la gestión administrativa de Ernesto Samper Pizano, incidieron en un deterioro grave de la imagen de la figura presidencial, tanto en el panorama nacional como en el internacional, no obstante los esfuerzos de su sucesor, Andrés Pastrana Arango, por rescatar al país de su crisis de legitimidad institucional y recuperar la confianza en la autoridad170 166
Combatir la guerrilla no significa solamente empuñar las armas de guerra; además, los civiles no pueden tomar esta responsabilidad porque no les corresponde, pero pueden combatir a la guerrilla oponiéndose a ella, desmontando sus planes, creando condiciones que desestimulen su crecimiento y organizando un marco social contrario a sus objetivos; esto se llama "solidaridad activa". 167 El Colombiano, domingo 22 de septiembre de 2002, p. 1-20. 168 Ibid, p. 1-20. 169 RESTREPO LINCE, Iván. "Dar y quitar". En: El Colombiano, martes 24 de septiembre de 2002, p. 4ª. 170 La autoridad es el reconocimiento que antecede al poder y se constituye en el fundamento de su legitimidad. El poder aporta la eficacia a la acción mientras que la autoridad origina su validez. La autoridad genera credibilidad, el poder produce
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moral del ejecutivo –que redundaron en la recuperación de las deterioradas relaciones con Estados Unidos, el apoyo de la comunidad internacional al proceso de paz y la obtención de recursos para ejecutar el Plan Colombia, especialmente los destinados a su componente militar–. Esta tarea, aún incompleta, hoy ha sido asumida, con total compromiso y claro discernimiento, por el nuevo mandatario de los colombianos y su equipo de trabajo. Ha sido prioridad del nuevo gobierno, por tanto, capitalizar y orientar el repudio nacional e internacional a la guerrilla, antes de que éste se disuelva en otras problemáticas. No hay que perder de vista que la lucha contra la subversión supone el diseño de medidas supremamente complejas171, en virtud de los vínculos de ésta con otros de los grandes flagelos nacionales –el narcotráfico y la delincuencia organizada–, y que mantenerla exige enormes sacrificios económicos, como restar recursos del presupuesto nacional que deberían invertirse en educación, salud, vivienda y desarrollo social. adhesión, sumisión o, incluso, complicidad. Si el poder desarrolla el enunciado moral de la autoridad, queda investido de legitimidad y por ende, y sólo por esto, genera el deber de obediencia. La autoridad se adquiere a través de un proceso continuo de realizaciones y actitudes de carácter ejemplar; de una actuación permanente enmarcada en la ética, la prudencia y la justicia; de una posición de liderazgo y conducción, factores que en su conjunto son valorados por la sociedad la que, en consecuencia, otorga el tratamiento de persona con autoridad a quien ha logrado acumularla como un capital moral. De ahí que el poder sea esencialmente temporal y efímero, mientras que la autoridad, una vez adquirida, permanece y trasciende. 171 "Nuestro concepto de seguridad democrática demanda aplicarnos a buscar la protección eficaz de los ciudadanos con independencia de su credo político o nivel de riqueza. La Nación entera clama por reposo y seguridad. Ningún crimen puede tener directa o ladina justificación. Que ningún secuestro halle doctrina política que lo justifique. (...) Cuando un Estado democrático es eficaz en sus garantías, así los logros sean progresivos, la violencia es contra su terrorismo. No aceptamos la violencia para combatir el Gobierno ni para defenderlo. Ambas son terrorismo. La fuerza legítima del Estado cumple la exclusiva misión de defender a la comunidad y no puede utilizarse para acallar a los críticos (...)". Álvaro Uribe Vélez, discurso de posesión presidencial, agosto 7 de 2002.
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Es asimismo importante que la comunidad internacional, y principalmente Estados Unidos, entienda que la lucha contra el narcotráfico no se puede desvincular de la lucha contra las guerrillas, puesto que narcotráfico y subversión son en la actualidad un mismo fenómeno. Es un hecho que la artificial distinción que se ha dado entre uno y otra ha redundado en que se busque la participación internacional en dos planos: para que colabore como mediadora en los procesos de negociación con los insurgentes y para que ayude a financiar la guerra antinarcóticos. Sin embargo, es pertinente resaltar que como consecuencia de la "Diplomacia por la paz" adelantada por el ex presidente Andrés Pastrana Arango y gracias a la continua violación de los derechos fundamentales, el irrespeto al DIH y la falta de voluntad de paz y de compromiso que demostró la subversión durante las últimas negociaciones de paz, las FARC-EP perdieron su aureola internacional. En Europa, la simpatía de que gozaban entre algunos intelectuales, parlamentarios y partidos políticos comenzó a decrecer aún antes de romperse los diálogos y Estados Unidos, luego de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, no titubearon al declarar "que el grupo terrorista más peligroso del hemisferio son las FARC"172, criterio al que luego se adhirieron diversos países europeos. Otro punto que no debe soslayarse en la lucha contra la subversión es el relativo a la permisividad, por simpatía o por presión, de algunos grupos políticos, sociales y empresariales del ámbito local frente a las acciones de las guerrillas. De ahí la insistencia en formular políticas de recuperación económica y social que le infundan nuevo ánimo a las comunidades locales. Entre otras muchas 172
El Espectador, octubre 14 de 2001, p. 3A.
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podrían mencionarse las siguientes: la promoción comunitaria a través de proyectos concretos que pueden recaer en Organizaciones No Gubernamentales de entera confianza; la reivindicación de los programas cívico militares; la ubicación de unidades de inteligencia en los municipios y sus cabeceras; y, sobre todo, el ejercicio de una acción de reanimación de las clases dirigentes locales que puedan lograr, en corto plazo, una excelente reacción a favor de las instituciones de estas sociedades. Como complemento necesario, habría también que definir y ejecutar un programa realista de reestructuración rural, que permita una mejor distribución y explotación de la propiedad agraria así como políticas más claras y bien planeadas en relación con los procesos de colonización de nuevas tierras. De otro modo, la subversión seguiría canalizando en su favor, engañosamente o a la fuerza, el descontento de campesinos173 y colonos, ya sea a nivel ideológico o vinculándolos al cultivo de ilícitos. A lo anterior habría que sumar una política destinada a hacerle tomar conciencia a los medios de comunicación que la divulgación indiscriminada de las acciones guerrilleras logra un efecto contrario al que seguramente se persigue de buena fe, es decir, que ahonda el efecto de desconcierto e intimidación ciudadana que pretende la subversión174. Tal 173
Además de los problemas tradicionales que han debido enfrentar durante décadas, los campesinos de hoy en día se han visto abocados a un éxodo masivo por causa de los continuos atropellos por parte de la subversión y las autodefensas, ya sea por no tomar partido o en el caso de la guerrilla, por escapar a las implicaciones de la organización de masas y la conducción de la guerra de guerrillas con las que pretenden, supuestamente, incidir positivamente en el "desarrollo regional". 174 Actualmente se presentan a la opinión pública, nacional e internacional, con gran despliegue, además, noticias que dan cuenta de todas las actividades ilícitas que vienen cometiendo estas organizaciones, muchas veces animadas por el afán de protagonismo de ciertos periodistas o por satisfacer intereses particulares de quienes se benefician de la guerra en Colombia.
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vez sea por esta razón que las emisiones relativas a los logros del ejército175 y la policía hayan sido tan bien recibidas, lo mismo que aquellas que demuestran que ambas instituciones se encuentran plenamente compenetradas con la sociedad civil y que sus problemas y agonías no les son ajenos –si algo contribuyó a restarle valor cívico la sociedad colombiana en el pasado, fue precisamente el poco apoyo moral que otros gobiernos le brindaron a las fuerzas del orden y que incidió en que la ciudadanía no se sintiese verdaderamente respaldada–. Es fundamental promover, por tanto, una comunicación esencialmente ética e imparcial, con lo cual se que evitaría, primero, que se haga apología del delito y, segundo, que se recupere el equilibrio político a favor de las Fuerzas Armadas legalmente constituidas. Mucho podrían hacer los medios de comunicación de proponerse como tarea la recuperación de la sensibilidad de la nación, al extremo que lograrían que todo el pueblo colombiano se manifestase, como un solo individuo, en la defensa de sus instituciones y de los programas sociales trazados por el gobierno. Y más aún cuando la distorsión en la 175
El 6 de octubre de 2002, el comandante de las Fuerzas Militares, general Jorge Enrique Mora Rangel, resumió así el balance de la guerra: ‘Las Farc están en una situación de análisis, de expectativas, por la llegada de un nuevo Gobierno, por las medidas que se han tomado (...) Operativamente, muchas de sus áreas bases: Tolima, Cundinamarca y Cauca, entre otras, en donde se prepararon durante 15 o 20 años y desde las cuales generaron poder de combate, están golpeadas. En el nivel táctico, el número de muertos es significativo. En lo estratégico, las Farc perdieron lo que cosecharon durante mucho tiempo: la representación internacional y la imagen de defensores del pueblo colombiano. Hoy son llamados terroristas. El futuro, en fin, no es el mismo... (...). No hay que engañarse (...). Las Farc tienen una estructura que ha sido construida en 40 años. No se va a acabar de un día para otro. No obstante, ya entraron en una curva descendente. Se han evitado 180 asaltos a municipios, secuestros y atentados contra la infraestructura energética, de comunicaciones y de petróleo. (...) Este año las Farc han tenido 1.252 bajas, 1.732 capturas y más de 700 desertores". El Tiempo, domingo 6 de octubre de 2002, p.p. 1-14 – 1-15.
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percepción de la realidad ha llegado a tal punto que hoy se afronta la increíble y peligrosa paradoja que los subversivos tienen garantizado el derecho a hacer la guerra mientras que la sociedad tiene la obligación de hacer la paz. De esto, lo único cierto es que la sociedad civil sí puede influir para cambiar el rumbo del país; lo que no debe hacer es no hacer nada. La lucha contra la subversión, en lo que a la participación militar se refiere, requiere de una institución moderna y dinámica, no sólo en lo que a dotación se refiere sino en cuanto concepto. El uso de las Fuerzas Armadas como mera arma, desconociendo su aspecto humano y su función social, ha redundado en que sus detractores las hayan convertido en blanco de acusaciones infundadas, cómplices de grupos al margen de la ley y responsables de ir perdiendo una guerra que, como se sabe, las ha obligado a asumir tareas que no les competen por mandato institucional y que deberían recaer exclusivamente en la Policía Nacional, como la lucha antinarcóticos, entre otras. Si se quiere fortalecer verdaderamente a la institución, es necesario abrirle las puertas de la educación política, pues con ello se lograría dotarla con una mayor capacidad para visualizar las maniobras y patrañas del enemigo politizado que hoy se combate, lo que a su vez redundaría en la producción de herramientas para sus cuadros puedan actuar con la eficacia y certeza que permite el conocimiento certero de la problemática del país y de los métodos de lucha del contrincante, es decir, una guerrilla de larga data, estratega por excelencia y tan hábil en las lides políticas como en las guerreras.
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Si tanto la Fuerza Pública como el gobierno apuntan al mismo objetivo de recuperar la "seguridad democrática"176 y contribuir a un Estado presente, eficaz y protector, es pertinente avanzar en el estudio y análisis objetivo del fenómeno que hoy perturba a la nación. Es así que para combatir las diferentes estrategias utilizadas por la subversión177, a nivel político y militar, es necesario conocer de cerca su pensamiento, recabar en sus errores y falta de conocimiento de la realidad nacional178 y profundizar en su forma operativa táctica y estratégica179, 176 El concepto de seguridad democrática, en esencia, sintetiza las condiciones de normalidad, convivencia y compromiso que una sociedad asume, para alcanzar el progreso, el desarrollo y el bienestar colectivo. En palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, "la Seguridad Democrática es para todos los colombianos. Para que no desplacen a los campesinos de sus parcelas; no secuestren a los empresarios; no amedrenten a los periodistas; respeten la misión de los obispos, sacerdotes, monjas, pastores de culto, educadores. Para que los sindicalistas ejerzan libremente su acción; los dirigentes políticos se desplacen sin temores; los defensores de derechos humanos se apliquen a su labor sin amenazas". Discurso de reconocimiento a las Fuerzas Armadas, agosto 15 de 2002. 177 Se debe utilizar la combinación de las formas de lucha en contra del enemigo para aprovechar los errores cometidos en el transcurso de la guerra popular prolongada, y canalizar las burdas acciones en contra de los derechos fundamentales y colectivos de la sociedad. 178 El día que el Secretariado de las FARC-EP se reunió con los voceros del Gobierno Samper en Tlaxcala, México, y pusieron sobre la mesa de discusión los agudos problemas sociales que aquejaban al país, cuando se mostró el repunte alcanzado por la economía en cifras y porcentajes, obras y beneficios populares, entre otros aspectos y pese al atraso que ha generado el conflicto, los delegados del Secretariado se quedaron con la boca abierta y cortos de argumentos, a tal grado que buscaron la forma para que no se dieran cuenta los negociadores del gobierno y llamaron al PCC en Bogotá para que enviara economistas y analistas versados en el tema y poder salir del apuro y presentar un debate con altura. Esta es, en síntesis, la cruda realidad del grado de conocimiento del país que poseen los salvadores que aspiran a conducir y reconstruir un país dejado en ruinas, sin aceptar que a este estado se ha llegado por la terquedad en el desarrollo de la guerra. 179 Es necesario realizar un análisis riguroso y objetivo del adversario que se combate, para conocer sus debilidades y sus errores tácticos. Su conocimiento significa ganarle puntos en la guerra que han desarrollado. Para lograrlo, basta con tener en cuenta los postulados de estrategas consumados, como Sun Tzu, Clausewitz, e incluso Mao Tse-Tung, quienes coincidían en que la guerra de carácter prolongado sólo se gana con la participación de las inmensas mayorías del pueblo, comprometidas en una justa causa o lucha. Sin embargo, la realidad del conflicto ilustra cuán injusta, demencial y amañada es la causa por la cual luchan los guerrilleros colombianos y que se reduce al acopio del propio beneficio.
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no sólo para develar sus intenciones de momento sino para anticiparse a ellas mediante la elaboración de un plan estratégico que contrarreste tanto sus objetivos a corto y mediano plazo como su meta final; en este sentido, las experiencias salvadoreñas y peruanas no deben pasar en modo alguno desapercibidas. De igual forma es bueno dejar en claro, esta vez de cara a la opinión pública, que el enemigo empieza a ser peligroso cuando empieza a "tener la razón". Mientras se pueda liderar una campaña nacional de educación en la demostración de lo contrario, se puede decir que se están dando los primeros pasos en la búsqueda de la soluciones. Tal vez aún no esté suficientemente explícito para muchas personas que las organizaciones subversivas colombianas son fiel copia de la brutalidad egocéntrica de los dictadores comunistas de otras latitudes, como lo demuestra la aplicación de sus planteamientos totalitarios. Así pues, resulta fácil deducir que si llegaran a tomar el control del país no lo lograrían por la convicción y el apoyo de la sociedad por la que supuestamente luchan, sino como resultado de la dictadura del terror, cuya imposición le acarrearía nuevas décadas de guerra al país. Es necesario, también, realizar un detallado balance y consiguiente corrección de las fallas y de los errores presentes en la aplicación de la política social, porque la historia ha demostrado que todos los conflictos del mundo se han originado en las contradicciones políticas, económicas y sociales surgidas de la lucha por el control del poder. Una verdadera paz, por lo tanto, no puede construirse a costa de la desgracia y dolor de un amplio sector de la sociedad. Se deben trazar, asimismo, políticas que le permitan al Ejército Nacional rescatar, mediante
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acciones integrales, la confianza perdida como consecuencia de las secuelas dejadas en la sociedad por efecto del enfrentamiento militar de los últimos años en contra de los grupos guerrilleros, en cuyo transcurso han resultado lesionados, lamentablemente, algunos derechos de la población. Si bien es cierto, como escribió Clausewitz, que "la guerra es la continuación de la política por otros medios", no debe creerse que dichos medios impliquen el uso de la violencia o que no existan alternativas diferentes a ella. Es deber de las Fuerzas Armadas mejorar el esquema y la aplicación del conocimiento de todas las formas legales disponibles (políticas y jurídicas, principalmente) para así enfrentar, con otros recursos distintos al militar, al enemigo violento que acosa a la nación. Este énfasis en la modalidad militar implica un desconocimiento de la realidad de los grupos guerrilleros, concretamente de las FARC-EP, puesto que ellos son, por principio, estructuras político-armadas que sí utilizan en la contienda todas las formas de lucha. Esta situación, que ha generando vacíos de tipo operativo en varios sectores del país, ha lesionado principalmente a las Fuerzas Armadas, bien sea por la falta de interés del Estado en infundirle una nueva forma y otros principios a la lucha contra el enemigo o por la ausencia de una visión de conjunto, tanto en el mando militar como en los asesores, analistas y estrategas, en lo que respecta al reacomodamiento estratégico, político y militar de la subversión colombiana o nuevo modus operandi –del cual ya se habló extensamente en el Capítulo III–. Para subsanar la deficiencia habría que disponer de asesores y académicos altamente calificados y al margen de cualquier
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fanatismo ideológico, político o de grupo. Estos asesores, sobra decirlo, deben estar perfectamente actualizados en materia de política exterior, geopolítica, estrategia general, historia e ideologías, Derecho Internacional Humanitario y economía. La realidad crítica por la que atraviesa la nación demanda de las instituciones políticas y administrativas la tarea de fortalecer una planeación integral que logre articular todos los campos del poder y que promueva, sin intereses de lucro, tanto a los líderes políticos y sindicales que operan a nivel nacional como a todos los dirigentes locales para que participen en una tarea de desarrollo sostenido encaminada a: 1. Rescatar la credibilidad de los líderes políticos ante la sociedad colombiana; de hecho en franco desprestigio y carentes de una capacidad real de convocatoria en lo que a desarrollar un trabajo colectivo de interés social se refiere. 2. Recuperar el control estatal y militar de las áreas perdidas, en virtud de la gran capacidad de engaño y de las maniobras político-militares de la insurgencia, así como el respeto de líderes locales y de la población civil en general, puesto que sólo así se lograría restablecer el principio de autoridad que emana de un verdadero Estado Social de Derecho180. 3. Iniciar la organización de redes de apoyo de inteligencia y de acción psicológica, altamente comprometidas y 180
En este punto es pertinente señalar que el restablecimiento del principio de la autoridad no es viable hoy acudiendo a los esquemas caducos de la Guerra Fría o a las prácticas oportunistas de quienes representan a la extrema derecha, puesto que ambos socavan la naturaleza, esencialmente democrática, del sistema de gobierno que rige a Colombia y a sus Fuerzas Armadas.
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convencidas de la vocación patriótica de las Fuerzas Militares, cuyo fin último sea mejorar las relaciones entre las autoridades, los gremios, las empresas privadas y la comunidad. Este trabajo, estrecho, solidario, mancomunado y desinteresado permitirá ganar la paz porque lo único claro y dolorosamente cierto es que la guerra la perderán todos los colombianos. 4. Tener acceso a la inteligencia política de las regiones en conflicto como premisa para desarrollar en las zonas con gran influencia guerrillera, paramilitar o de otra índole ilegal, acciones u operaciones cívico militares, las que comprenden, entre otras, un acertado y minucioso trabajo de captación de la población que redunde en un conocimiento certero181 de quién es afecto a la subversión, a los narcotraficantes, a los grupos de justicia privada, a los cuatreros y otros delincuentes rurales, y así ir minando el principal medio de control, el flujo de información, la capacidad militar, logística y demás recursos de estos agentes generadores de violencia. 5. Tener acceso, a corto plazo, a la inteligencia de combate del enemigo. Es de conocimiento general que los campesinos y los habitantes de los caseríos, por su larga trayectoria y experiencia de vida, conocen la región, los corredores tácticos y estratégicos y los sitios de concentración guerrillera o de otros violentos. Captar y poner al servicio de la nación a estas personas garantizaría el éxito a corto plazo al cual se aspira, porque contribuiría a disminuir el empleo prolongado de tropas en las operaciones militares. Esto evitaría no sólo su desgaste, sino evidenciar aspectos vulnerables en su formación y 181 Sin importar que haya la necesidad de realizarla casa por casa, persona por persona, organización por organización...
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manera de operar, de tal modo que el bienestar y, en consecuencia, la moral de sus integrantes aumentaría. 6. Realizar un acertado trabajo psicológico con la población la que, de detectar un cambio de actitud por parte del ejército, iría cambiando gradualmente su forma de pensar en el sentido que le brindaría, sin recelos, la información requerida por las redes de apoyo. 7. Detectar y neutralizar las redes financieras de las FARCEP, el ELN y los grupos de justicia privada, los que, en el desarrollo natural de sus actividades, o para poder subsistir, las han ido estableciendo a todo lo largo y ancho del país, ya sea bajo presión, con conciencia182 o por apoyo de carácter condicional o incondicional, según quienes se beneficien con ellas. La mayoría de las "contribuciones", sin embargo, las obtienen mediante la presión y la intimidación constante de los pobladores. La falta de un trabajo social y militar en dichas regiones, por parte del Estado y del Ejército Nacional, ha permitido que éstos paguen calladamente las vacunas, los boleteos y demás formas de extorsión. Para adelantar el trabajo de bloqueo a los delincuentes, es necesario prestar ayuda y seguridad al campesino afectado por dicha imposición. Hay que recobrar igualmente el control de las zonas donde estos grupos mantienen o amparan cultivos de coca, amapola y marihuana, por los cuales reciben sumas millonarias, cuando el cultivo es propio, o cobran el llamado "gramaje", derechos de embarque y utilización 182
Las redes de apoyo conscientes son, por excelencia, las más difíciles de detectar y controlar; sin embargo, la mayoría de los habitantes conoce a quienes colaboran con ellas. Si se realiza un permanente, paciente y metódico trabajo de inteligencia con la población, se podría detectar a dichos sujetos para que la Fiscalía pudiese proceder a su captura.
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de pistas clandestinas; y también la recuperación de las inmensas fincas ganaderas (bajo la vigilancia de terceros), chalupas, vehículos y un sinnúmero de bienes que son de conocimiento de la población, en su gran mayoría. 8. Realizar labores de inteligencia que permitan descubrir las "redes de información", tan de moda en el desarrollo del nuevo modus operandi de las FARC-EP. Estas redes las conforman pobladores de la región, encadenados entre sí, por decirlo de algún modo, que hacen parte de la organización de las "Uniones Solidarias", es decir, del Partido Comunista Clandestino de Colombia. De ganar el Ejército Nacional una mínima parte de este sector, el trabajo de la guerrilla quedaría desvertebrado, con lo cual el desplazamiento de sus frentes conllevaría un serio riesgo que, en consecuencia, obstaculizaría las operaciones de su plan general. 9. Educar y capacitar a los mandos de las Fuerzas Armadas en el campo político, psicológico, sociológico y de conocimiento del nuevo modus operandi del enemigo, de tal manera que les permita poner en práctica una campaña continuada de rescate de la adhesión de amplios sectores de la población a los programas de las propias tropas, hecho que golpearía frontalmente la estructura de apoyo popular con que cuentan los subversivos. De la misma manera se deben implementar políticas encaminadas a quitarle al Ejército Nacional el peso de las responsabilidades morales por los resultados de la confrontación armada. Dejar exclusivamente en sus hombros los resultados de la guerra, supone olvidar que existen una sociedad civil, unos gremios económicos, unos líderes y partidos políticos que, de entenderse la real
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naturaleza del conflicto y su barbarie, deberían estar tan o más comprometidos en la defensa de la nación que la Fuerza Pública. Las Fuerzas Armadas, de ser posible, deberían liderar un plan estratégico en que estén comprometidos todos los poderes públicos y privados de la nación. Es decir, que todas las acciones encaminadas a recuperar el control nacional deberían estar unificadas, y ser el resultado de un claro consenso nacional, motivado por un profundo amor a la patria y rico en recursos, reformas y propuestas que repercutan en el bienestar de las grandes mayorías. Lo dicho sirve para recordar que, al contrario de las balcanizadas o atomizadas fuerzas nacionales, la subversión, por principio, y también como lo exige el desarrollo de su plan estratégico, se encuentra unificada, y además tan fortalecida, que apenas le basta con emplear el 30% de sus integrantes para distraer al ejército, mientras que el resto lo utiliza en su acción política en contra de las altas esferas del gobierno. Con esto queremos señalar que la única salvación posible de las instituciones y de la democracia depende, en su mayor parte, de la respuesta patriótica de los colombianos una vez se hallen convencidos, si es que no lo están ya, de cuán imperativa es la labor del rescate moral, político y social que requiere el país y que se halla englobada en el concepto de seguridad democrática liderado por el nuevo mandatario de los colombianos, es decir, "las condiciones de normalidad, convivencia y compromiso que una sociedad asume, para alcanzar el progreso, el desarrollo y el bienestar colectivo". Y la cual, no sobra recalcar, se construye entre todos para brindarla a todos, es única, integral e indivisible.
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Ya para finalizar, y concretamente en relación con futuros procesos de paz, se deben considerar los resultados de la última negociación, en la que la ausencia de condiciones claramente definidas, especialmente en relación con el manejo de la zona de despeje y la incapacidad de concretar acuerdos mínimos, contribuyeron a robustecer a la subversión. No hay que olvidar tampoco, como consta textualmente en el informe del Pleno del Estado Mayor de 2000 y ya se había asumido en la Octava Conferencia, que las FARC-EP no ven en las negociaciones de paz otra cosa que una herramienta más para avanzar en la toma del poder. Por esta razón, antes de involucrarse en nuevas negociaciones, el gobierno deberá fijar condiciones que no lo pongan en desventaja ni en entredicho y que, además, aseguren resultados expeditos y compromisos plenos de parte y parte. Pero, sobre todo, no debe olvidar, quiénes son los que carecen de verdadera vocación de paz y que ésta no se edifica en una mesa de negociación sino en todo un país y con toda su gente, porque la guerra en la que se haya abocada la nación, "la gana o la pierde la sociedad colombiana en su conjunto".
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