Los movimientos fascistas en Europa surgieron en Estados-naciones concretos, cuyo cuy o aná anális lisis is his histór tórico ico,, soc social ial y pol políti ítico co enc encuent uentra, ra, en cada cas caso, o, ele elemen mentos tos singulares. Sin embargo - y particularmente a través de los eemplos !clásicos!- se transformó en un fenómeno de impactos mundiales. El fascismo clásico surgió en Europa occidental como respuesta a dos !fin de ciclo! "ue, como crisis terminales, marcaron la evolución del sistema internacional# el orden de $iena - nacido con la caída de %apoleón y cerrado con la &rimera 'uerra (undial - y la conunción de cambios profundos, s)bitos y violentos "ue caracteri*aron los veinte a+os siguientes a los cuerdos de $ersailles de / a saber# la crisis del orden liberal, las consecuencias económicas de la pa* y la crisis del 01. 2anto 2a nto el fascismo italiano como el nacionalsocialismo alemán surgen como fuer*as opositoras a las luchas sociales identificadas como !de i*"uierda!. En ese sentido, ambos movimientos comparten una posición com)n en defensa de los intereses oligár"uicos terrratenientes y del gran capital industrial. El fascismo italiano, fue una opción política "ue resultaba atractivo a las clases medias urbanas y rurales. En el caso del nacionalsocialismo, sus componentes sociales estaban entre los latifundistas prusianos, los grandes industriales de la side si der)r r)rgi gia a y el car carbó bón, n, un una a pa part rte e de lo los s al alto tos s ma mand ndos os mi mili lita tare res s y de dell mu mund ndo o empresario. empresa rio. En ambos casos, el compone componente nte obrero no fue importante. importante. 2anto 2anto en 3talia como en lemania, la oferta ideológica de una misma familia política resultó especialmente atractivo para sectores de las clases medias urbanas y rurales/ los grupo gr upos s pr prof ofes esio ional nales es muy vi vinc ncula ulados dos al Est Estad ado o y el si sist stem ema a ed educa ucati tivo vo,, lo los s veteranos de guerra y los varones óvenes. En lo "ue hace a la vinculación de ambos fascismos con los sectores políticos conservadores de 3talia y lemania es interesante lo propuestos por el historiador 4uchruc5er# !Las similitudes de la entrega del poder a fascistas y na*is fueron evidentes# siempre surgió de una negociación con los conservadores y después de "ue (ussolini y 6itler diesen numerosas pruebas de "ue los componentes
aparentemente socialistas de su ideología no implicaban un ata"ue a la propiedad privada! 7p. 89:. mbos se presentaban como contrarios al liberalismo, la democracia y el socialismo, pero defensores del gran capital. La opción por la alian*a de los fascismos y el revisionismo respecto del orden internacional también vincularon a los casos italiano y alemán. mbos se presentaron como las !ideas superadoras! respecto del pasado y como una revolución internacional salvadora contra el peligro de las democracias liberales. El componente internacional com)n a ambos fascismos fue la percepción generali*ada de "ue los nacionalismo autoritarios constituían la !ola del futuro!, con lo cual proyectaban una idea de pan-fascismo o una !transnacional! fascista "ue nunca llegó a concretarse. El antisemitismo no consiguió tampoco transformarse en una idea movili*adora com)n y, si bien ambos fascismos clásicos se presentaban como la embestida contra el !Estado mundial internacional de los udíos!, entre los aspectos importantes "ue los diferenciaban, estuvo el hecho "ue el antisemitismo no fue relevante en el &%; italiano.
Es cierto "ue el fascismo surge como respuesta al internacionalismo proletario y revolucionario propuesto por Lenín, entonces impulsado desde el Estado bolchevi"ue y para enfrentar la liga de naciones del idealismo 5antiano, impulsado por el pensamiento de >ilson.
de
los
aspectos
más
importantes
de
esta
obra
es
su
abordae
multidimensional, desde la perspectiva interna o doméstica, de ambos fascismos clásicos y su imbricación con las relaciones internacionales. Sin "ue el autor lo se+ale e=plícitamente, estas e=periencias no hubieran sido posibles en un conte=to sistémico en el cual las !otras! grandes potencias no lo hubieran permitido. El componente !internacional! es tanto cuanto más importante en la medida "ue los regímenes fascista italiano y nacionalsocialista alemán ustificaban parte de su propia e=istencia en la proyección 7e=pansión: territorial internacional de sus respectivos países. ?omo resultado de la e=periencia histórica y a pesar de los esfuer*os contemporáneos
de
grupos
políticos
y
pensadores
por
crear
vínculos
transnacionales y promover un revival de la ideología fascista 7"ue el autor trata
en el apartado !Las redes transnacionales!:, el fascismo no pudo reencarnar como régimen en ning)n Estado. El libro concluye con una interesante caracteri*ación de lo "ue, finalmente, vinieron a ser las democracias estables del siglo BB, a la vuelta del impacto sistémico mundial "ue implicó el fenómeno fascista/ cuya presencia, aun"ue contenida, no puede soslayarse. ?omo dice 4uchruc5er, !el mensae fascista mantiene hoy su lugar en la marginal subcultura de e=trema derecha "ue e=iste prácticamente en todos los continentes! 7p. C01:. ?omo otros historiadores del fenómeno fascista - &ayne, %olte,
opusieron al status quo sistémico y buscaron operar sobre éste enfrentando los componentes básicos de la legitimidad de una estructura de poder mundial liderado por un grupo de grandes potencias, dentro de las cuales no figuraban ni lemania ni 3talia. l evaluar el legado del fascismo, en la perspectiva de su continuidad en el tiempo, se advierte "ue los fascismos y protofascismos no lograron proyectarse, de manera significativa, más allá de la desaparición de su respectivo líder.