Masarykova univerzita Filozofická fakulta Ústav románských jazyků a literatur literatur
BAKALÁŘSKÁ DIPLOMOVÁ PRÁCE
Los piropos españoles
Vypracovala: Natálie Venclovská Vedoucí práce: Mgr. Daniel Vázquez
Brno 2006
Prohlašuji, že jsem tuto tuto práci vypracovala samostatně a že jsem veškeré použité prameny uvedla v seznamu literatury.
Prohlašuji, že jsem tuto tuto práci vypracovala samostatně a že jsem veškeré použité prameny uvedla v seznamu literatury.
Děkuji Mgr. Danielu Vázquezovi za pomoc při vypracování této bakalářské práce.
ÍNDICE INTRODUCCIÓN…..………..…………………………………………………….………….7 I.PIROPO………………………...………….…………………………..……………..…...3 I.1 La característica general del piropo………….…………..…..….……….……………..3 I.1.1 La definición del piropo…………………………………..………………………3 I.1.2 El significado de la palabra «piropo»…….…………………………………..…..4 I.1.3 El piropo-el habla del cuerpo……………………………………………………..4 I.1.4 El piropo y los gestos………………….………………………………………….5 I.1.5 Los trucos del piropeo……………………………………………………………6 II LA HISTORIA DEL PIROPO ESPAÑOL ……...……………………………………….7 II.1 La evolución del piropo………………………………………………………………..7 II.1.1 El origen del piropo…………………………………….………………………..7 II.1.2 El piropo cantado en cuadrilla……………………………………………….…..8 II.1.3 El piropo individual……………………….……………..……………..………..9 II.1.4 El piropo en la España de Franco……………………………………...…….…..9 II.1.5 El piropo hoy………………………………...…………………………………10 II.1.6 Los graffiti…………… . ………………………………………………………12 III TIPOS DE PIROPOS…...……………………………………………………………….12 III.1 La visión del hombre y la mujer en los piropos…………………………..…………12 III.1.1 La visión de la mujer……………………………………………...…………12 III.1.2 La visión del hombre.………………………………………………………..13 III.2 La división de los piropos……………………………………………………….….13 III.2.1 Los piropos tradiconales …….…………………………………………...…14 III.2.1.1 Los piropos que se refieren a la figura……….………...…………..14 III.2.1.2 Los piropos que se refieren a los senos…..….…………………….15 III.2.1.3 Los piropos que se refieren a los ojos……….……………..……...15 III.2.1.4 Ademanes del andar……………………………………………….16 III.2.1.5 Color de la ropa…………….……………….....…...……………...16
III.2.1.6 A las caderas pronunciadas…….........………………………...17 III.2.1.7 Los piropos de paso…………….……………………………..17 III.2.1.8 A una boquita bonita………….……………………..………..17 III.2.1.9 La serie de los piropos «estás».….….………………………...17 III.3 Los piropos andaluces…………………..……………………………………...18 III.4 Los piropos literarios y teatrales..………………………………………………19 III.4.1 El piropo clásico…………....………………………………………..…..19 III.4.2 El piropo romántico………..……..…………………………...…………21 III.4.3 El piropo en la época moderna del teatro….………………………….....23 III.4.3.1 Los hermanos Quintero……………………..…………….…..24 III.4.3.2 Arniches…………………..……………………………….….25 III.4.3.3 Pedro Muñoz Seca…………..…………………………….….26 III.4.4 El piropo en los años veinte……..………….…………………….…......26 III.4.4.1 Ramón Goméz de la Serna…………………………………..27 III.4.5 El piropo en la España de Franco….….………………………………...27 III.4.6. El piropo actual………...……………………………………………….28 CONCLUSIÓN………………………………………………………………………………29 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………….30
INTRODUCCIÓN
En este trabajo voy a tratar uno de los temas del español hablado que pertenece a las expresiones coloquiales propias de los españoles. El piropo. El objetivo de este trabajo es definir qué es el piropo, distinguir varios tipos de ellos y ver su evolución en el contexto de la historia española. El piropo se defiene como una lisonja que el hombre echa al paso de una mujer guapa que despierta su interés. El piropo callejero suele ser más bien corto y espontáneo. Éste puede alabar cualquier parte del cuerpo femenino, desde los ojos hasta los pies. Su origen se remonta probablemente en los romances medievales. Luego pasó a ser cantado por un grupo de cantantes que lo cantaban solamente de noche y más trade los hombres se atrevieron a cantarlo también de día. Los grupos que cantaban los piropos desaparecieron y un mozo solo empezó a recitar coplas. También registramos los piropos de urgencia, propios de los andaluces y los literarios o teatrales. Los piropos literarios también han sufrido una evolución profunda. La literatura forma parte de la cultura de un país y por esta razón el piropo no puede ser exluído de ella. Como ha dicho Cristóbal Castro:«En esta España de nuestros pecados y de nuestros piropos, el piropo no es solamente una costumbre callejera, sino también una escuela literaria».1 Vamos a ver la evolución del piropo literario, que cambiaba según la época y el estilo de ella. Mencionaremos los principales representantes de cada época literaria y mostraremos algunos extractos de sus obras más importantes que contengan piropos. Finalmente veremos cómo está la situación del piropo hoy y también nos detendremos un poco con un nuevo tipo de piropo escrito, el «graffiti». Hoy en día, el piropo es mucho más vulgar y atrevido que antes y su uso está decayendo. Tanto del callejero como del literario. El piropo desgraciadamente ya no se parece nada al piropo castizo que era mucho más romántico que el actual. Se intentará descubrir por qué dando varias hipótesis.
1
C.de Castro, Las mujeres, Madrid, Biblioteca Nueva, s.a. (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p49).
I. EL PIROPO
I.1La característica general del piropo I.1.1 La definición del piropo
El piropo se defiene como una expresión de admiración. Es un requiebro o lisonja. y la má s genuina expresión del sentir del pueblo masculino hacia la bel leza del sexo femenino, aunque con la emancipación de las mujeres en los últimos años también podemos registrar piropos dirigidos a los hombres. Es expresión de algo bello, de un sentimiento. A veces también puede ser humorístico. Por supuesto nos referimos al piropo limpio y bonito y no al piropo que es vulgar y ofende la dignidad femenina. No, el verdadero piropo es grato al oído. A veces la mujer alarga el paso, pero en la mayoría de los casos no lo hace porque la frase haya herido su sensibilidad sino más bien por coquetería y con el fin de que el piropo le sea repetido. No siempre el piropo tiene algo que ver con la alabanza de la belleza, al contrario, trata de satisfacer los sentimientos del hombre que así demuestra su machismo. Alabando los rasgos o atributos de la mujer, el varón intenta traspasar las fronteras de la privacidad de la mujer que pasa por la calle y en él está implícito el deseo de poseerla en ese mismo instante. Aunque al fina l quede todo el esfuerzo en vano. Evaristo Acevedo tenía la siguiente explicación de lo que es el piropo: El piropo no es, ni más ni menos, que la demostración colectiva de un país que padece hambre sexual. ¿Qué podríamos pensar de un ciudadano que, al pasar por un mercado y v er los diversos géneros que se expenden, s e acercase a una merluza y, poniendo los ojos en blanco, excalamara: ¡Preciosa! ¡¡Cómo me gustaría comerte bien rociadita con mayonesa!! Pensaríamos, sencillamente, que el ciudadano en cuestión estaba muerto de hambre y que no había tomado merluza desde que le destetaron. Pues algo por el estilo sucede con el tan ensalzado piropo dedicado a la mujer. Acercarse a una desconocida para dar vivas a la madre que la parió o para comunicarle que tiene los ojos más grandes que los pies, descubre que el piropeante tiene unas ganas enormes de acostarse con una mujer-para no dormir-y que ni lo consigue ni sabe cómo conseguirlo.1
1 E. Acevedo, Cartas a los celtiberos desposados, Madrid, Novelas y Cuentos, 1970, pp. 236-237 (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 47).
El piropo es el que se produce entre un emisor que le dice algo a un receptor desconocido. El piropo es normalmente improvisado, ocasional, una costumbre oral y popular. Es el primer paso que hace un hombre o una mujer para demostrar que nos gusta. Según una encuesta, los que más piropean son las jóvenes entre 15 y 20 años y luego los varones de 15 y 16 años. Los hombres vuelven a lisonjear alrededor de los 45 años. Lo bueno de los piropos es que cada uno puede inventar el suyo. Pero para el piropo ser considerado como tal tiene que cumplir las siguientes características: 1)Tiene que ser público(la gente debe estar presente para que se entere) 2)Bonito(en el fondo y en la forma) 3)Debe ser ingenioso(es decir, en todo momento debe evitarse la grosería) 4)Fragmentario(lo ideal es descomponer a la mujer en partes aunque no se niega, como veremos, la posibilidad de dedicar un piropo a la totalidad de la mujer). 5)Oportuno
I.1.2 El significado de la palabra "piropo"
Etimológicamente la palabra «piropo» proviene de la palabra latina, pyrpus y ésta en la griega piropos, un compuesto de pyr-pyrós(fuego) y ops(vista, ojo). Se podría traducir como «ojo de fuego». El término entra en la lengua española en el siglo XV para designar una piedra preciosa de color rojo brillante. Esta piedra podría ser un rubí o un granate. Más tarde, como metáfora propia de los tópicos de la literatura renacentista, se aplicó a la descripción de la belleza femenina. Tal vez al color del rostro, tal vez al fuego de los ojos. A partir de este último significado, y considerando también los efectos de sonrojo que el buen piropo debía causar, se llega al signif icado actual de «lisonja, requiebro».
I.1.3 El piropo-el habla del cuerpo
El piropo muestra el comportamiento propio ya para el homo erectus. Según la antropóloga Flora Davis, los gestos más habituales de la vida cotidiana muestran que el hombre es un simple
animal que se deja llevar por sus instintos y en situaciones como ceder el paso a la mujer al pasar por la puerta en realidad no hace nada más que seguir atávicamente el olor de la hembra. Siguiendo por este camino, el piropo emparentaría al ser humano con toda la gran familia de los irracionales y, más todavía, con la galantería de sus hermanos los simios, toda hecha de gestos de posesión y de dominio y de coqueteos de trasero.1 El piropo es la parte inicial de la noviería. Los seres humanos tienen mucho en común con el reino animal. El piropo es un lenguaje sensorial en el que todos los sentidos tienen un papel de relevancia, desde el olfato-los perfumes que tienen la capacidad de despertar sugerencias, hasta el oído, tan necesario en las transacciones de mensajes (galanteo/complacencia, galanteo/desplante) del encuentro entre el piropeador y su víctima. Pero ante todo es la vista gracias a la que nos podemos fijar en el sexo opuesto. Una mirada puede romper las barreras y gracias a ella a veces las palabras sobran. Por ejemplo si un hombre mira a la mujer y ésta le devuelve la mirada o le sonríe éste ya sabe que puede seguir conquistándola sin correr el riesgo de ridiculizarse. Según Joaquín Latorre, con el piropo «desnudamos muchas veces una tensión interna muy fuerte o una represión incosciente, con lo cual quedamos un poco reflejados. En este sentido, el piropo es la válvula de escape de la sexualidad reprimida en muchos de nosotros».2
I. 1.4 El piropo y los gestos
El piropo puede ser algo más que una frase ingeniosa. A menudo es también un gesto. En los tiempos pasados los hidalgos españoles arrojaban las capas al paso de la dama deseada. La costumbre luego pasó a otras categorías sociales. En el siglo XIX en España los varones al pasar ante una mujer hermosa se tapaban los ojos para indicar que podían ser hechizados por la bella. Luego apareció la costumbre de arrojar un beso con la palma de la mano hacia el lugar en el que se hallaba la mujer deseada. Ésta con un suspiro profundo y con el cierre de párpados así daba a saber al varón que había conseguido llamar su atención. Hace un tiempo existía la costumbre ibicenca de disparar un trabucazo(sin plomos) a los 1
2
J. Spark, Fauna erótica.Informe sobre la sexualidad animal , Madrid, Altalena, 1978, especialmente pp. 162 y ss (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 25). J. Latorre, Los españoles y el VI mandamiento, Madrid, Ediciones 29, 1971, pp.57 (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península, s.a., 2000, p. 47).
pies de la amada. Hoy los hombres se han limitado a una simple mirada o sonrisa. Los gestos de antes nos resultant muy exagerados y ridículos.
I.1.5 Los trucos del piropeo
Del piropo lo esencial es aguantar la mirada de la piropoeada.Y es que para piropear hace falta tener coraje. La teatralidada es indispensable. El piropo puede estar acompañado por un silbido. Es necesario un público para que el piropeador sea estimado por su coraje. Lo importante es que el piropo sea dicho con soltura e ingenio. Debe ser natural y espontáneo. Pero siempre hay que evitar la grosería que puede causar que la mujer se enfade aunque a veces el enfado es fingido, como ocurre en multitud de casos. Si, por ejemplo, el galán le dice a una joven que pasa por su lado: -¡ Ahí va lo más bonito de la tierra! Y ella, finginedo un enfado, responde: -Yo seré lo más bonito, pero tú eres un atún. Si el piropeador sabe aprovechar la conyuntura y responder con soltura algo gracioso, como: -Pues ojalá fueras tú la que pescase a este atún... A partir de ahí siempre es posible continuar una charla que puede llegar quién sabe hasta dónde. El piropo pide ingeniosidad y sencillez en la expresión. Y cómo tenía que reaccionar la mujer? La mujer tenía que recibir esta lisonja pasivamente y nunca responder a los gritos del piropeador. Pero no siempre la mujer se callaba: El piropo es uno de los medios más eficaces para disminuir a una mujer. Ella ha tenido que aprender que nunca debe responder a los ¡Guapa! o ¡Vaya piernas!, etc., porque su respuesta sería interpretada como una invitación. La norma es aguantar y callar siempre. Si muestra enfado ante lo que considera como un asalto o una intromisión nunca faltará quien le diga que no sea hipócrita, que se sentirá infeliz el día en que los hombres no le echen piropos. Quizá esto
deba considerarse como la concesión que hace la sociedad a una mujer cuando tolera a la otra. Los hombres, al poner de relieve de esta forma la presencia de las mujeres en la calle, hacen notar lo anormal de esta situación. Ante estas agresiones verbales, visulaes o manuales, las mujeres nunca podrán llevar la razón, porque están en la calle y la calle pertenece a los hombres.1
II LA HISTORIA DEL PIROPO ESPAÑOL
II.1 La evolución II.1.1 El origen del piropo
En diferentes religiones y civilizaciones, en la mitología y en la literatura de varias épocas diversas partes del cuerpo, especialmente del cuerpo femenino han sido mitificadas o sacralizadas. Parafraseando a Ortega y Gasset (1966), observamos que para el hombre,la mujer primero fue una presa que se cazaba como un botín después la presa se torna premio porque «el botín de su feminidad no se puede poseer si no se gana» y a partir de aquel momento empezaron los juegos cortesanos. 2 Así, a lo largo de la historia, el hombre ha construido un ideal de mujer y la belleza variando según la época y la literatura ha inventado al mejor piropeador el más famoso: el Don Juan. El piropo existe en todos los países del planeta, de forma más o menos graciosa. Puede decirse que es más popular en España y en los países de habla española. España en general, es la verdadera patria del piropo. No hay nada tan español como el piropeo: Con nuestra espléndida imaginación envolvemos a la mujer, desde la cuna, en una aureola de ideales; nos parece un serafín bajado del cielo para divinizar nuestra existencia, para redimirnos y para volar con ella a las regiones etéreas. Todas las flores del mundo nos parecen pocas para ella; y, como la juzgamos un ser superior, nos fascina, nos subyuga, aprisona nuestro corazón y la hacemos objeto de nuestro culto. De ahí la finura, la delicadeza de nuestro carácter 1
2
M.Weiler, Mujeres activas. Sociología de la mujer trabajadora en España, Madrid, Ediciones de la Torre, 1977, pp. 188-189 (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 29). J. Ortega y Gasset, Estudios sobre el amor, Barcelona, Círculo de Lectores, 1966 (citado de http://www.toposytropos.com.ar/N2/pdf#search='el %piropo%venezolano').
caballeresco e hidalgo.1
Lo que ha ocurrido es que el piropo ha seguido una evolución notable que le ha llevado del canto coral al solo, de la cuadrilla a la individualidad, de la noche al día. El origen del piropo debió derivar, sin duda, del romance medieval. El romancero viejo castellano está repleto de poemillas que hablan de los amores de Lanzarote, los amores imposibles de cristianos y moras(romances fronterizos).
II.1.2 Piropo cantado en cuadrilla
Cuando los grandes y pequeños romances medievales desaparecieron, surgió el piropo cantado en cuadrilla. Hubo un tiempo en el que los mozos de todas las regiones de España, organizados en cuadrillas recorrían por la noche las calles de las ciudades y los pueblos para ir a cantar acompañados de bandurria y de flauta las glorias de las mujeres más hermosas: ¿Quién fuera rayo de luna para entrar en tu ventana?
Entre estas agrupaciones de vez en cuando surgían rivalidades, pero pocas veces se llegaba al puñetazo y se oía algún disparo. El objetivo final de estos grupos que cantaban era que la mujer, objeto del deseo, saliera al balcón. Habitualmente el que salía al balcón era el padre que reñía a los varones y a veces la familia de la mujer adorada desde el balcón tiraba encima de los mozos cubos de agua fría. En aquel tiempo, un cofrade cantaba una copla de apertura y luego otro pronunciaba «yo sigo» y seguía con su cuarteta y luego otro y otro más, hasta que al final la interesada descorría el visillo o la cortina y las más audaces saludaban con la mano. Entonces el cante se enfebrecía. Finalmente venía la despedida: Divina estrella, buenas noches tenga usted y asómate a la ventana y te lo diré. Era el último intento antes de irse con la música
a otra parte. Había regiones en las que la
función la concluía la familiar, nunca la interesada o una criada arrojaba algunas monedas. Después surgieron las cuadrillas que seguían de taberna en taberna cuando se hizo de día. Era necesario que los jóvenes demostraran quién estaba más enamorado y quién era más machito. Apareció así el piropeo en grupo, pero en el que destacaba uno que cantaba solo ante la proximidad de la dama de buen ver y lanzaba sus frases tal como indicaban los cánones.
1
L. Mallada, Los males de la Patria [1890]. Prólogo de F.Flores Arroyuelo. Madrid, Fundación Banco Exterior, 1989, pp. 62-65 (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra infalamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 111).
II.1.3 El piropo individual
Visto el éxito, el mozo aislado, repetía en la calle las frases surgidas de su ingenio.Como no tenía ningún instrumento que le acompañara se limitó a recitar la copla. Estos piropos unipersonales han sobrevivido, mal que bien, especialmente en algunos oficios y especialidades de la construcción. Difícil lo tiene el hombre colgado más allá de un segundo proyecto de piso o un albañil caundo quiere alabar el cuerpo femenino. Porque el piropo es algo que se da a nivel de la calle.
II.1.4 El piropo en la España de Franco
En en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX surgió un nuevo tipo de piropo que reflejaba bastante bien aquella época. Este piropo era bastante violento. El motivo era que el régimen había colocado a la mujer «decente» , esto es a la mujer hogareña. Este régimen intentaba convencerla de que tenía que renunciar a la vida y sus placeres cotidianos. A esa mujer de posguerra no era muy frecuente encontrala yendo por la calle. Muchos libros de urbanidad le recomendaban que evitara transitar por los lugares donde se encontrasen muchos hombres a la puerta. No era costumbre en esta época en España que una mujer pasase sola. De todos modos la mujer estaba vista como un ser inferior. El régimen franquista se reflejaba también en el piropo. España en aquel tiempo sufría de hambre y también de «hambre sexual». El piropo reflejaba famelismo, represión y falta de las cosas básicas como es comida, casa o calor. Veamos algunos ejemplos. ¡Con qué gusto me casaría yo con usted, para sacar enseguida el carnet de familia numerosa!
De este modo se explican piropos que
remiten al valor de los enseres domésticos de primera necesidad. También el piropo reflejaba la falta de comida. Tiene usted unas mejillas más frescas que la merluza del Cantábrico. Otros se referían al frío. Con estos ojos tan negros, me río yo de la falta de carbón . O Me gustas más, reina, que llevar bufanda en una noche de diciembre . Expresaban el deseo de poseer una casa. ¡Salerosa! Tiene usted más gracia que chiquillos el patio de un grupo de viviendas ultra-económicas
. O Me
gusta usted más, requetepreciosa, que una tercera hipoteca a un usurero . O Tormento de mi vida: vale usted más pesetas que un grupo de viviendas protegidas.
Otros piropos mencionaban las libretas de ahorro familiar. ¡Es usted más impotente que el titular más rico de la Caja de ahorros!
Piropos con referencias al café y azúcar. ¡Tesoro! Cómo se
conoce que el azúcar lo han dejado libre y a precio de tasa!
O S i usted no es la mujer más guapa
del mundo, lo que se dan en el bar de ahí enfrente es café puro
.O Tiene usted una mirada más
dulce que el café que sirven ahora que se ha terminado el ponerlo con sacarina!
Piropos como
¡Guapa! ¡Tiene usted más arrobas de gracia que unidades un frasco de peniclina!
reflejaban la
misma recurrente fijación en el hambre. También se admiraba el cuerpo robusto y vigoroso como la señal de que uno está sano.¡Salero!esto no es una mujer: es una farmacia.¡Está llena de vi taminas! El tabaco también escaseaba. La realidad está reflejada en los piropos como ¿Me quiere usted seguir mirando un poco... para que se me vuelva a encender la colilla?
Eran frecuentes los
piropos que se referían a una comida. ¡Preciosa! Está usted más preciosa que un bocadillo en ayunas!
O Las mejillas de usted, rica, son tan hermosas y sanas que no se habrían de llamar
mejillas, sino mejillones .
O Me gusta usted más que un banquete de quinientas pesetas, propinas
aparte.O ¡Vale usted más dinero que el que cuesta medio pollo asado en un restaurante de lujo!
Muchos eran también piropos que se resignaba al simple « Contigo pan y cebolla» . Tampoco no faltaban los piropos que comenzaban con las frases del tipo Me gustas tanto como ..., Me gustas más que ...y seguían los alimentos como la fabada asturiana, jamón serrano, la empanada gallega, el
queso manchego o el pan con aceite etc. Todo esto explica la violencia del piropo en los años de posguerra. Los deseos de los hombres quedaron insatisfechos y, para satisfacer sus «instintos animales» de cazar, el piropo callejero pasó a ser más agresivo que antes. La imaginación del español era tal que al pasar una muchacha guapa le echaba los piropos sin piedad. Todo en ella podía ser comestible. Desde los ojos hasta los pies. ¡ Olé los piñones con zapatos !
II.1.5 El piropo hoy
Hoy en día el piropo se halla en cierta decadencia debido en gran parte a la forma de vivir y a la prisa de la vida moderna. El verdadero piropo callejero se ha reducido en gran parte: Para conquistar a una señorita, hoy, ya no sirve eso de llevarla a misa de doce, los domingos, comprarle gambas a la gabardina y hablarle con autoridad. Parece que tampoco sirve lo del piropo fino, el piquito de oro y la mucha parla. Los gustos femeninos han cambiado y la estrategia del amor también. Por eso, lo que más nos conmueve del macho ibérico es el verle tan anacrónico, entablando batallas con una artillería de hace cincuenta años, diciendo requiebros
andaluces a la europea o invitando a fina La Ina a la progre universitaria...Los machos ibéricos, como ya no se comen una rosca ni ningún otro manjar sentimental, se van quedando mohínos, reunidos en grupos aburridos, en peñas vocingleras, en tertulias de jugar al mus, comer cordero o cantar asturianadas. No se lo confiesan, pero empiezan a intuir que están pasados. 1
Hoy está desnaturalizado y perdiendo espacios porque piropear con elegancia o con poesía resulta extemporáneo. Si un muchacho le dice uno de estos piropos castizos y románticos a una muchacha acompañado por un suspiro profundo ésta puede pensar que el chico se ha vuelto loco y puede pensar:¿Y a éste se le paró el reloj? Desde mi punto de vista esto se debe a la diferencia entre el piropo castizo y el moderno. El piropo castizo era mucho más bonito, inocente y romántico. Exactamente lo contrario de nuestra época. Antes era corriente comparar la mujer con una flor, paloma,diosa, estrella etc. Hoy estas denominaciones resultan casi ridículas. La mujer es comparada con un tren, camión etc. ¿Qué tiene de bonito un camión o tren? Nada, pero refleja bien la ideología de hoy. La comparación corresponde a nuestra época en la que los inventos técnicos ocupan un lugar importante. Comparemos dos piropos. El primero es castizo, Quisiera ser florecita y estar en tu jardín para verte todos los días cerquita de mí. verificar tu sistema.
Y el moderno, Quisiera ser computatadora para
Como vemos, son totalemente distintos porque en el primero el hombre se
compara con una flor y en el moderno con un ordenador. El piropo también se ha vuelto más vulgar porque las leyes y reglas que dirigen la sociedad no son tan severas como antes. Antes era imposible alabar las piernas o el trasero de una mujer. Según las encuestas realizadas, el 80% de los hombres opina que el piropo se mantendrá en este milenio, el resto dice que no debe seguir esta forma expresiva porque invade la intim idad de la mujer y su autonomía. Las mujeres opinaron en su gran mayoría, que es una forma de acoso sexual. No es de extrañar que las mujeres lo vean así debido a que la mayoría de los piropos contemporáneos han perdido su gracia y ofienden la dignidad feminina. De este modo se destruye el placer que un buen piropo debería causar. Pero si el piropo es bonito no tiene porque humillar a la mujer. Aunque los tiempos han cambiado estoy segura de que a todas las mujeres les gusta escuchar piropos pero éstos tiene que ser graciosos y bonitos en su forma de ser. Ciertamente no hay ninguna mujer que se irrite cuando le echan uno de estos piropos. Niña, no pongas jardín en tu casa, que las flores te matarán de envidia.
Éste es un piropo romántico que no puede causar ningún enfado
porque ve a la mujer como una flor. Por el contrario, si lo comparamos con un piropo feo en su forma de ser como que éste hace que la mujer se sienta ofendida y humillada porque sirve sólo para demostar el machismo del hombre y coloca a la mujer al puesto del objeto sexual: Bonitos 1
León-Ignacio [Francisco Umbral]: «El macho ibérico». En Cómo ríen los españoles. Ensayo y selección de LeónIgancio. Barcelona, Plaza & Janés, 1979, pp. 112-113 (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 23).
pantalones, quedarían muy bien en el suelo de mi dormitorio.
Otra causa que tiene mucho que ver con la desaparición del piropo callejero es e l hecho de que también tenemos otros medios gracias a los que podemos comunicarnos. Antes uno si quería declarar sus sentimientos lo tenía que hacer personalmente o mandando una carta. Hoy podemos aprovechar muchos intermediarios electrónicos como el teléfono, el móvil o el correo electrónico. Seguro que otra razón por que el piropo se ha reducido es el hecho de que el piropo es una respuesta a cierta represión sexual, hoy en España inexistente.
II.1.6 Los graffiti
Ante este deterioro del flirteo oral ¿Qué formas sociales elaborarán los jóvenes? Una nueva forma de expresar los sentimientos y piropear son los graffiti. La breve historia de los grafitti está vinculada a la vida urabana y pasa por reivindicaciones del mayo del 68, por las pintadas políticas o por los clandestinos grafómanos de WC públicos. Un detenido estudio sobre los graffiti demostró el predomino de la sexualidad. Tanto el piropo como el mensaje escrito tienen la misma fuerza de poder comunicar. En el caso del graffiti amoroso, se reduce a unas abstracciones sorprendentemente reiterativas: a la escritura de unas pocas palabras tabú y a algunas representaciones de los órganos sexuales. Desde el punto de vista formal, el piropo es una fórmula tan breve como la del graffiti, aunque literariamente más compleja y elaborada que la de los mensajes murales. La diferencia consiste en que el graffiti presenta problemas de descodificación.
III TIPOS DE PIROPOS
III.1. La visión del hombre y la mujer en los piropos III.1.1La visión de la mujer Los
piropos que se echan a una mujer están casi siempre relacionados con el cuerpo. La
explicación seguro tiene mucho que ver con la época en la que los hombres empezaron a lisonje ar a las mujeres. Ver alguna parte del cuerpo femenino era una tentación y por eso estaba siempre
asociado con el infierno. Muchos de los piropos destinados a las mujeres hablan de ellas como de diablesas. El hombre siempre quiere tener una mujer como diablesa y su deseo es quemarse por la pasión infernal. Los piropos más frecuentes que hablan de la mujer como de una diablesa son los siguientes: "Si así es el infierno que el diablo me lleve". "Si amarte fuera pecado, el infierno sería mío". "Si así es el infierno pienso pecar toda mi vida". "Si la belleza fuera pecado tú ya estarías en el infierno". "Diablo de ojos claros, eres un gran ladrón, porque sin darme cuenta, me robaste el corazón". "Ese fuego de tu piel y el calor de tu mirada me hacen sentir como el diablo en su morada". "Si tú eres el pecado dispuesto estoy a cumplir la penitencia".
III.1.2 La visión del hombre
Tal vez la visión del hombre tiene mucho que ver con los deseos femeninos. Cada mujer quiere tener a un hombre bueno, fiel, dulce y sobre todo tierno. Será por eso que en la mayoría de los piropos destinados a los hombres éstos están vistos como ángeles. El 92% de los piropos dirigidos a los hombres los caracteriza como ángeles y sólo el 8% los caracteriza como un diablo atrevido, sexy y musculoso. Los piropos más utilizados para dirigirse a un hombre visto como ángel son los siguientes: "¿Qué pasa en el cielo que los ángeles están cayendo?" "Y todavía dicen que no hay ángeles en la tierra". "¿Qué pasará en el cielo que las estrellas se están cayendo?" "Dios debe estar estraído porque los ángeles se le están escapando".
III.2 La división de los piropos Podemos distinguir 3 tipos : 1)Los tradicionales o llamados callejeros 2)Los llamados de urgencia, que son más creativos, y que principalmente se suelen pronunciar en Andalucía, más concertamente en Sevilla.
3)Los piropos literarios y teatrales
III.2.1Los piropos tradicionales
A continuación voy a presentar una serie de piropos que se refieren a diferentes partes del cuerpo femenino. No serán todos los piropos porque son muchos y sería una lista muy larga. No menciono por ejemplo los que se refieren a la nariz o al pelo. Los más abundantes son los piropos dedicados a los ojos. En los piropos se puede denominar a la mujer «niña, chiquilla, preciosa, ricura, cielo, tesoro, vida». También registramos denominaciones que se refieren al sabor, como «ricura, salerosa»; a la arquitectura, como «escultura, maciza, monumento»; o al mundo animal: «leona, pichón» o a la pérdida de la conciencia «encanto, locura». La modalización predominante es la de «querer», representada por los deícticos de la enunciación. «Si tú fueras…yo sería(haría)», «Si yo fuera…tú serías(harías)» o «Quién fuera». Este «querer» también se encuentra combinado con el «no poder» como por ejemplo en el siguiente piropo: Tantas curvas y yo sin frenos. También es frecuente la oración que empieza por «vaya» como muestra el siguinete piropo: ¡Vaya, por fin he visto hoy el sol!
Como la fuente de los piropos me ha servido el internet y el libro que se llama Usos coloquiales del español de José Alberto Miranda. 1 La división la he hecho también según este libro.
III.2.1.1 Los piropos que se refieren a la figura
Estás admirablemnte encuadernda. Tienes un cuerpo que ni el de bomberos. ¡Vaya rectas! ¡Vaya curvas! Tu cuerpo es tan perfecto que solo le hace falta un error para ser humano. ¡Morena! ¡Que necesitas señalización! ¡Que con tantas curvas uno se mata! ¡Ay qué curvas! ¡Y yo sin frenos!
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José Alberto Miranda Poza, Usos colouqiales del español , 2.ª ed., Ediciones Colegio de España, Salamanca, s.f.
¡Quién fuera agua para rozar tu cuerpo cuando te duchas! ¡Quién fuera agua para evaporarse, convertirse en nube, en invierno caer desde el cielo sobre tu cuerpo y recorrerlo por completo! ¡Si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos cadenas qué bonito sitio para cumplir mi condena! ¡Viva la geometría! ¡Y dice mi madre que los monumentos no se mueven! ¿Es geómetro tu padre? Porque le salieron unas curvas a su hija…
III.2.1.2 Los piropos que se refieren a los senos
¡Vaya dos limoncitos para un refresco! ¡Vaya una delantera, nena, ni las fachadas de Gaudí! ¡Tienes una delantera que ni la del Barça! (con referencia al mundo del deporte). ¡Vaya un par para la media vuelta!(con referencia al mundo del toreo). ¿Llevas puesto un sujetador espacial?... ¡Porque tienes unas tetas de otro mundo!
III.2.1.3 Los piropos que se refieren a los ojos
¡Vaya luminarias: aunque quieras, no puedes acostarte a oscuras! ¿Me dejas encender un cigarro con el fuego de tus ojos? Debes tener fuego en el corazón porque me enciendes con tu mirada. Cuando de noche me ven tus ojos hasta parece de día. No es la Luna, eres tú quien ilumina la noche. ¿Por qué el cielo está nublado? Porque todo el azul está en tus ojos. Tus ojos son como dos luceros que iluminan mi rumbo. ¿Has robado del cielo los ojos que tienes en la cara, niña? Tienes dos ojos como puñales:¡miran y traspasan! ¿Puedes encenderme el cigarillo con la lumbre que despiden tus ojazos, corazón? ¡Niña, no me mires que me abrasas! Mírame un poco, que me estoy muriendo de frío.
Dile a tus ojos que no dejen crecer a las niñas, que están muy bien así. ¡Qué asesina eres cuando me miras con esos ojos! ¡Mi señora madre, qué par de ojos!¡Ahora me entero de que hay estrellas negras! ¡Con estos dos ojos me apuñalas el corazón! ¡Vayan con Dios esos ojos bonitos! ¡Qué par de ojos! ¿Te los ha prestado la Diosa de la Hermosura?
III.2.1.4 Ademanes del andar
Pisa fuerte, que paga el Ayuntamineto. Eso no es andar, es hacer cosquillas al pavimento. Por la marcha que llevas, tendrás mucha gasolina. Eso es andar y lo demás es estropear el suelo. Ahora resulta que las estatuas caminan. ¡Quién fuera piso para sentir tu caminar! Bendito este ayuntamiento que construyó este pavimento para que pasara tremendo monumento! Un, dos, un, dos...¡Eres todo un batallón, por la gloria de mi madre! Tú no andas...¡Planeas! ¡Vaya andares bonitos, caminante de mi corazón!
III.2.1.5 Color de la ropa
Poco azul para tanto cielo. Hasta los angelitos se han puesto de luto. Si estás así de verde, cómo estarás de madura. ¿Quién se habrá muerto en el cielo para que los ángeles vistan de negro?
III.2.1.6 A las caderas pronunciadas
¡Eso son caderas y lo demás tonterías! ¡Con esas caderas llevas el compás mejor que un director de orquesta! ¡Con ese bamboleo de caderas me mareo más que en un tíovivo! ¡Olé ahí unas caderas con hipo! ¡Viva el movimiento pop...ular!
III.2.1.7 Los piropos de paso
¡Ay, si quisieras, las cosas que haríamos juntos! Si tú fueras la Luna, yo sólo viviría de noche. Sonríe, chiquilla, que quiero ver esas perlas que tienes por dientes. Cuando nombraron las siete maravillas del mundo, se olvidaron de ti, preciosa. ¿No te cansas de estar soltera, niña bonita? Eres la perdición de los hombres. ¿No sabes que la unión hace la fuerza? ¡Tu padre debía ser pastelero para hacer un bombón como tú! Es la primera vez que veo un verdugo femenino.
III.2.1.8 A una boquita bonita
Nena, estos labios están pidiendo un beso…. Tienes ojos almendrados y boquita de piñón….¡Vivan los frutos secos! ¡Qué clavel tienes en la cara! Digo no, ¡si son tus labios! ¿Quieres darme la limosnita de un beso, bonita?
III.2.1.9 La serie de los piropos «estás» Se trata de una serie, ciertamente bastante larga, de piropos breves, siempre eficaces, todos los cuales tienen por común denominador el verbo «estar». Dichos piropos suelen ir precedidos de
los substantivos «ricura, nena, encanto, cielo, chiquilla» etc. Veamos algunos ejemplos: -Estás chipén. -Estás de buten. -Estás superior. -Estás que tumbas de guapa. -Estás chachi. -Estás que atontas. -Estás para comerte. -Estás colosal. -Estás de rechupete.
III.3 Los piropos andaluces
Los piropos andaluces descomponen a la mujer en partes, refiriéndose a lunares, pecas, los rizos. También usan mucho la hipérbole. Los presento tal como se pronuncian en Andalucía y por eso hay que tener en cuenta que algunas letras están omitidas. Los piropos andaluces a difrencia d e otros piropos tradicionales casi siempre están acompañados por «olé» y también por la denominación «hija» en vez de, por ejemplo, «princesa». Veamos algunos ejemplos: ¡Olé! ¡Viva el marisco! ¡Hija de los tuétanos de mi cuerpo! ¡Ojos que te vieron di!... Mare de las alas de mi corazón. ¿Me quiere usted de Lazarillo? ¡Olé! La Giralda, bonita toa. Heé, ¡alla va eso! Tié usté los ojos que paesen dos griyos comiendo tomates. Si fuera usté damasco me la comería con güesesito y to. ¡Vaya usté con Dio, terroncito e gloria! ¿Me quiere usté de sereno a su calle?
¡Hija de mi arma! Pobrecito el ciego! ¿Quiere usté pelea conmigo a bocao? Oiga usté, ¡Almacen de gracia! ¡Olé las circunstancias! ¡Tu mare graciosa!
III.4 Los piropos literarios y teatrales
Todos los piropos, incluso los literarios, esconden, en mayor o en menor medida, una práctica fetichista. Los autores se fijan en los pies, los ojos o los labios. El piropo literario conserva algo de esa fetichización del cuerpo deseado: El sustituitivo del obejto sexual es, en general una parte del cuerpo muy poco apropiada para fines sexuales (los pies o el cabello) o un objeto inanimado que está en visible relación con la persona sexual; y especialmente con la sexualidad de la misma (prendas de vestir, ropa blanca). Este sustituitivo se compara, no sin razón, con el fetiche en el que el salvaje encarna su dios
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No son los ojos o los labios los que excitan a los hombres, sino las asociaciones que provocan. Éstas están vinculadas a la memoria y la imaginación.
III.4.1 El piropo clásico
En las obras de los autores dramáticos del siglo de oro aparecían los piropos oscuros y rebuscados. En el siglo XVIII el piropo busca los contrastes. El piropo es más gracioso cuando lo lanza un hombre de las capas más bajas y más fino cuando piropea un señor proveniente de la aristocracia. Veamos algunos ejemplos: Cervantes
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S.Freud, Tres ensayos sobre teoría sexual y otros escritos. Traducción de Luis López Ballesteros, Madrid, Alianza, 1972, pp. 22-23.(citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, ediciones Península s.a., 2000, p. 55).
Quedad en paz, lumbre de estos ojos, los cuales no verán cosas que les den placer, hasta volverlos a ver. La cueva de Salamanca Alarcón Los arroyos que esperan ser espejos en quien de esos dos soles celestiales se miren reflejos, transforman sus corrientes en cristales, y el agua, en cambio de besallos, grata, hace a tus blancos pies puente de planta. Las paredes oyen Tirso de Molina Ni la mañana, cuando entre labios de grisa el sol la provoca a risa, admite comparación con aquellos dos corales que de perlas orientales guardajoyas ricos son. La villana de Vallecas Rojas ….y pues sois rayo, alumbrad entre sombras y refelejos, pues sois cielo y sol, usad de vuestros claros efectos. Don Lucas del Cigarral Calderón de la Barca Ya la tormenta pasó.
Otra vez, señora, vuelva a restituir las flores que agora marchita y seca, de vuestra hermosura el hielo de un desmayo. La dama duende Lope de Vega «Esa divina hermosura vio en un balcón, competencia de los palacios del alba, cuando en rosas y azucenas medio dormidas las aves la madrugan y recuerdan, y del desvelo llorosa racimos vierte de perlas.» La estrella de Sevilla
III.4.2 El piropo romántico
El romanticismo vuelve el piropo más lírico, más dulce y más delicado, aunque todavía sigue siendo un poco exagerado como en la época anterior. Los románticos del siglo XIX intentan hacer del piropo la parte esencial de las escenas de amor. El piropo en éstas presenta la caballerosisad. Veamos algunos ejemplos de piropos románticos: Gil de Zárate Bello es el blanco jazmín que los aires embalsama; bello el pintado clavel, y mucho más que él la rosa en su verde rama.
Yo al verlas embebecido A gozarlas me quedé, Mas nueva flor encontré y a todas por ella olvido. –¿Tan preciosa es esa flor? –Pintarla es difícil cosa, Que por demás es Hermosa. –Más justo verla será. –Si en aquella fuente os veis, En su cristal la hallaréis. Don Álvaro de Luna Duque de Rivas Mi bien, mi Dios, mi todo ¿Qué te agita y te urba de tal modo? ¿Te turba el corazón ver que tu amante se encuentra en este insatnte más ufano que el sol? ¡Prenda adorada! Don Álvaro o la fuerza del sino José Zorilla Luz de donde el sol la toma, hermosísima paloma privada de libertad. Don Juan Tenorio Vida mía Angel de amor, Paloma mía Estrella mía Hermosa mía Ídem
III.4.3 El piropo en la época moderna del teatro
A principios del siglo XIX surgió la comedia de costumbres. La forma del piropo cambió. Antes era extenso y simbólico pero en esta época se concretizó, se volvió más breve y su forma correspondía más a la persona que echaba el piropo. En aquellos tiempos no existía televisión ni cine por lo que el teatro desempeñaba esta función y el piropo gracias a él llegaba a todas las capas sociales y desde entonces pasó a ser un rasgo de la raza hispana. El piropo literario moderno nació cuando José Zorilla presentó la célebre «escena del sofá» entre el conquistador Don Juan y Doña Inés. Desde esta memorable escena del Tenorio, el piropo se estableció en la literatura como una forma del acoso masculino pasajero o cuando la mujer se negaba a recibir tal atrevimiento se convirtió en una breve pelea verbal. Generalmente necesitaba espectadores que asistieran a la escena en cuya presencia el piropeador se sintiese envidiado y admirado. Muchos de los autores posteriores a esta época en la que fue escrito Don Juan Tenorio criticaron esta obra por la falsedad. Por ejemplo Jardiel Poncela ve en el sofá una simple pieza de madera para sentarse: Porque el sofá, como mueble, no se conocía en aquellos momentos, y nada más existía en esqueleto, esto es, siendo por el momento sólo un duro banco de nogal, tan incómodo, que en esa incomodidad he creído ver yo una de las razones materiales de aquel Imperio, basado en la conquista y en el descubrimiento de nuevos mundos, pues sólo el que se halla incómodo en su casa está en verdaderas e indomables condiciones de irse a conquistar la casa ajena. 1
La revolución del piropo en el teatro fue grande gracias a autores tales como los hermanos Quintero, Pedro Muñoz Seca, Arniches etc. En esta época también surge la definicón del piropo, una definición bien diferente de la de galantería. Una frase bonita para alabar la belleza de una mujer. Frase de admiración y cortesía. El piropo no es eso. La galantería tiene su asiento en los salones aristocráticos. El piropo vive en el arroyo. La galantería está constituída por ese discreteo, un poco artificial, con que las personas de buen tono ponen a contribuición sus refinamientos sociales. El piropo es, no un tiroteo de amabilidades mutuas, sino una frase volandera que lanza un hombre a una mujer, sin
1 Jardiel Poncela, Enrique, Teatro irrepresentable: Cinco entreactos para el Don Juan Tenorio de Zorilla . En Obra inédita, II,Barcelona, AHR, 1977, p. 187(citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra infalamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p.68).
buscar la contestación de ésta, sin esperar siquiera que se la agradezca… 1
III.4.3.1 Los hermanos Quintero
Nadie tan preciso y tan exacto de expresión tiene tanto mérito en divulgar el piropo como los hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero, que los seleccionaron de una forma acertada. Llevaron al escenario los piropos más bonitos que habían registrado y oído por su tierra natal, Sevilla. En sus obras, un débil argumento estaba revestido con diálogos chispeantes, humor y modismos andaluces. Cuando escogían los piropos más graciosos se regían en su selección de p iropos por Manuel Díaz Martín, coleccionador y comentador de los piropos andaluces. Veamos algunos ejemplos: –Delante de usté se le corta el habla a un fonógrafo. –¿ Asusto, quizá? – Como asusta la Giralda a los ingleses....¡por preciosa! El flechazo –¿Le gustan los caramelos de menta, joven? –No, señor ¿y a usté? –¿A mí? ¿Cómo me va a agradar lo que a usted no le gusta? El amor en el teatro –Usté sabrá que en ese huerto las flores son caras... –Al revés. –¿Cómo? –Que las caras son flores. Las flores –Entre otras cosas, soñé también que perdí el espejo, y no podía afeitarme en él, y tú me dijiste: «Pero ven acá, pamplinoso ¿tienes más que mirarte aquí?» Y me afeité mirándome en tus ojos. 1 J. de Urquía, «Prologuillo». En El piropo en el teatro. La Novela Teatral , Año VI, 220, 1921, s. p. (citado por Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, p. 81).
Ídem –Yo siempre he dicho que si España es una mujer hermosa, sus ojos son Andalucía. Usted, para mí, es toda Andalucía. Ahora me parece que España entera me mira en sus ojos. La patria chica –Delante de una cara como la suya nunca he tenido yo priesa. Pa argo soy pintó. ¡Y pintó de milagros! ¡Unos ojos mayores que la cara tiene que sé un milagro! Dios dirá
III.4.3.2 Arniches
Uno de los populares dramaturgos madrileños era Arniches. El teatro de este autor es también un inagotable recurso de piropos. En las obras de Arniches el piropeador es consciente de su superioridad. Por eso no faltan los piropos despectivos e hirientes como ¡Malditos sean tus ojos negros! o ¡Tú eres la mujer, y no la porquería que tiene uno en casa!
Arniches suele utilizar a veces el piropo encadenado en varias ocasiones. La galantería sirve para dar mayor suspensión entre los encuentros de los enamorados. Hay muchas irrupciones y presentaciones de los personajes: Morcillo.– Bueno, ¿y tú que haces, que cada día estás tan mona? Julita.–Rompecabezas. Morcillo.–¡Guasona! Julita.–¡Qué va a hacer una, hijo: puntaditas! Morcillo.–¿La verdad es que estás pa ponerte en el escaparte! Julita.–¡De costao! Morcillo.–No te pongo porque estamos en precios de liquidación, y si te vieran, dirían todos: «¡Qué cara!». Julita.–¡Muy ocurrente!
III.4.3.3 Pedro Muñoz Seca
Pedro Muñoz Seca, otro autor de piropos, redució al absurdo el tratamiento del piropo. Cultivó un piropo de carácter básicamente tradicional. Éste era alocado por lo que podría pertenecer a la misma categoría que el chiste. Utilizó los dos recursos, tanto el piropo como el chiste y por lo tanto en sus comedias hay diálogos humorísticos e ingeniosos. En ellos hay un mar de las invenciones de palabras, expresiones jergales o regionales, neologismos y extranjerismos y deformación lingüística. Otra de las peculiaridades del piropo de Muñoz Seca es su tendencia a una cierta amplificación retórica, siempre buscando la comicidad rápida: Usted no es la portera: usted es una danzarina rusa flexible como el junco, de pies ágiles y cuerpo desconyutado. Usted es un pífano envuelto en una densa espiral de humo que se levanta al cielo. Finalmente otra de las aportaciones de Muñoz Seca es lo que podría llamarse «piropo culturalista» requiebro con alusión artística, histórica o literaria. Veamos algunos de estos ejemplos: ¡Pasa, preciosidad; que más bonita que tú, ni la de Milo! ¡Eres un altorrelieve! ¡Oca ondulante!
III.4.4 El piropo en los años veinte
En los años veinte el piropo pasó por una profunda metamorfosis estética. Esta vez el piropeador tenía que enfrentarse a una nueva situación porque apareció otro tipo de mujer. Ésta, fortalecida por el trabajo y por el deporte, perdía sus antiguos rasgos femeninos. Esta mujer vestía una ropa diferente, enseñaba las extremidades sin vergüenza y también su comportamiento era más atrevido. La mujer ya no era un ser pasivo que no tenía derechos. Ahora la mujer desempeña un papel importante en la sociedad. Antes la mujer tenía que recibir los piropos callada y dejarse hacer todo lo que no le gustaba. Esta vez la mujer se ofendía. Veamos como reaccionaba la mujer en uno de los diálogos de Espérame en Siberia, vida mía de Enrique Jardiel Poncela:
Pero, ¿usted piensa seriamente que las muejres necesitamos que se nos digan cosas espirituales? Sí. Por los mismo que suelen ustedes carecer de espíritu. ¡Epíritu! ¡espíritu!... ¿A qué llama usted espíritu? A todo lo que los demás han dado en llamar materia.
III.4.4.1 Ramón Goméz de la Serna
Ramón Gómez de la Serna es conocido sobre todo por sus greguerías, de las que fue creador. Éstas son un género que utiliza mucho el humorismo mezclado con las metáforas. Respecto a su estilo podemos decir que tal vez sus greguerías no son nada más que los piropos. Ramón Gómez de la Serna nunca fue un seductor, aunque alguno de sus personajes de vez en cuando galantea con una rara desenvoltura: ¡Qué bella te pones hablando!... No se acaba de animar un rostro; es decir, no se contrae en nigún rincón. Es como si se oyese hablar un cuadro.... Mira, no tantos piropos...
III.4.5 El piropo en la España de Franco
La nueva posición de la mujer en la sociedad franquista suele ser caracterizada como una «pérdida de las libertades que la mujer se había conseguido antes de la guerra». El piropo teatral en los años de posguerra no era muy atrevido debido a la censura. Cualquier manifestación del donjuanismo estaba prohibida: Arrojado en el espacio público de una sala de espectáculos, puede adivinarse que el piropo de la escena española de posguerra fue un piropo blanco–hoy se le llamaría light–, a tono con el enredo almibarado y la insulsez de la comedia de tresillo, aislada de una realidad humana trágica y encerrada en la campana neumática de la evasión y de la frivolidad, cuando no síntoma de la hipocresía nacional de las buenas formas y de la mantenida. El piropo fue víctima de ese vacío. El fuego congénito a esta manifestación oral languideció, se enfrió el impulso erótico qu e
le servía de estímulo y derivó hacia el guiño más sosamente amable que galante. 1
El piropo en el teatro de posguerra no tenía ninguna exigencia dramática. Era simplemente un juego preliminar que llevaba al establecimiento de la comunicación entre el piropeador y la piropeada. La iniciativa partía siempre del hombre. La mujer, como era debido casi siempre rechazaba el piropo, pero sólo de boquilla para que pudiera seguir el diálogo y mantener la conversación con el varón. A veces, la apelación a la sinceridad del elogio por parte del galán constituía una tercera fase de este proceso. Estos piropos abundan en Juego de niños de Víctor Ruiz Iriarte. Los lanza Tony, obsesionado por tener una cita con la chica: Tony.—...¿Me oyes, rica? Manolín.—Hombre; lo que no sé es por qué siempre que te diriges a Rosita la has de llamar.. Tony.—Porque lo es (Cariñosísimo) Porque es muy rica. Porque es riquísma...¿Verdad, guapa? Rosita.—(Huyendo) Estése usted quieto, señorito Tony.
III.4.6 El piropo actual
Después de haber consultado varias obras teatrales y literarias puedo afirmar que los piropos en éstas son inexistentes. El único piropo, si podemos llamarlo así, es el «guapa» o «estás buenísima». Ya no existen los largos diálogos en los que el varón intenta iniciar la conversación con la mujer amada o declararle el amor para conseguir el corazón de ella. Hay otros modos de «ligar», pero el piropo no pertenece a ellos. Los piropos se reducen a unas frases cortas o a los simples gritos.
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Calvo Carilla, José Luis, La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo XX , Barcelona, Ediciones Península s.a., 2000, pp. 183-184.
CONCLUSIÓN
Después de este repaso a los piropos podemos afirmar que todos tienen el mismo fin. No importa si son callejeros o literarios. Su objetivo es conseguir llamar la atención de la mujer deseada. El piropo puede ser el inicio de la relación entre el hombre y la mujer, pero casi siempre este intento queda en vano.
Cierto es que el piropo, no es nada más que la expresión del sentimiento espontáneo. Unos hombres echan piropos sólo para demostrar su machismo, otros porque de verdad quieren mostrar su interés por la mujer y sus sentimientos.
Este trabajo muestra también una parte de la historia española, porque el piropo forma parte de ella. Veremos cómo ha cambiado la posición de la mujer en la sociedad cambió. Antes la mujer no tenía ningún derecho. La mujer tenía que callar siempre y esto se refiere también a los piropos. La mujer los recibía tímidamente como si no oyese nada. Pero a principios del siglo XX la situación cambia y la mujer consigue su puesto en la sociedad española. Unos años más tarde, debido al régimen de Franco las mujeres españolas ocupan otra vez el puesto de las mujeres hogareñas, buenas hermanas y madres. Hoy en día, las mujeres españolas tienen los mismos derechos que los hombres y hasta lanzan los piropos.
Según la época que describe este trabajo el piropo cambia y las maneras de lanzarlo también varían. Antes, para expresar el afecto eran más románticos. Los muchachos se juntaban bajo el balcón de la muchacha y cantaban. Hoy nadie canta porque los tiempos cambian y resultaría ridículo. Hoy si a un hombre le gusta alguna mujer le grita. Los piropos han perdido la gracia que antes habían tenido. En su forma no son tan bonitos sino m ás groseros y vulgares. Los hombres de hoy comparan la mujer con un cañón «Estás cañón» o con un tren «Estás como un tren». Hoy, debido a la modernidad pasa todo más rápido y las personas tienen menos tiempo para todo. Los hombres no pierden el tiempo en crear piropos nuevos y por eso casi lo único que se puede oír por las calles son las dos sigueintes frases.«Estás de puta madre» y «Tía buena» que aunque mucha gente los considera piropos no lo son, porque en su forma son groseros.
BIBLIOGRAFÍA [1] Alchazidu, Athena, Pérez Sinusía, Yolanda, Gómez González, Paula., Literatura Española,
Vydavatelství a nakladatelství Mgr. Anton Pasinka, Brno, 2004.
[2] Calvo Carilla, José Luis, XX,
Esbozo de la Historia de la
La palabra inflamada. Historia y metafísica del piropo literario en el siglo
Ediciones Península s.a., Barcelona, 2000.
[3] Diosdado, Esteban, Los mejores piropos, Edicomunicación s.a., Barcelona, 1990. [4] Miranda, José Alberto,
Usos coloquiales del español ,
2ª ed., Ediciones Colegio de España,
Salamanca, s.f. [5] Diccionario de la lengua española, Grupo Santillana de Ediciones, S.A., Madrid, 1996. [6]http://infokrisis.blogia.com/2004/111202-antropologia-de-la-vieja-espana-ii-metafisica-delpiropo.php [7] http://www.toposytropos.com.ar/N2/fragmentos/piropo.htm [8] http://www.rincondechistes.com/piropos