LUZ Y COLOR EN ARQUITECTURA
Luz y arquitectura Además de valor funcional y ambiental que la luz tiene en la arquitectura, es frecuentemente, por su calidad, condicionante e incluso determinante de los juegos estéticos de las formas. Unas veces es la luz violenta que acusa la fuerza de los volúmenes sencillos, otras veces es la luz difusa que enriquece o da valor a las penumbras, y que obliga a la arquitectura a adoptar formas que no son el simple maclaje de geometrías puras. La luz es la primera de las condiciones variables que influyen en la arquitectura. Le Corbusier, máximo exponente de la arquitectura moderna, decía que “la arquitectura es un juego magistral, perfecto y admirable de masas que que se reúnen bajo la luz. Nuestros ojos están hechos para ver las formas en la luz y la luz y la sombra revelan las formas…”. Como se deduce de las palabras de Corbusier, arquitectura y luz son dos conceptos que siempre van unidos. De hecho, la iluminación es una parte esencial de cualquier proyecto arquitectónico. Por otra parte, Leonardo da Vinci cita “ la sombra
es de la naturaleza de las tiniebles. La luz es de la naturaleza de la claridad. La una oculta, la otra revela. Siempre están es tán unidas a los cuerpos en mutua compañía”. La luz pertenece al dominio de lo visual, lo perceptivo, y por tanto tiene que ver con aquella parte de la arquitectura que interacciona con el ojo, es decir, con la experiencia visual de la arquitectura que interacciona con la experiencia vital. Además de ser
imprescindible para ver, la luz natural permite al arquitecto agregar cualidades a los distintos espacios que conforman el proyecto o incluso al conjunto de este. No cabe duda de que la iluminación adecuada para un lugar de contemplación o de oración debe tener cualidades muy distintas a las de un edificio de oficinas. Por otro lado, el mismo lugar puede cambiar radicalmente de carácter según el modo de iluminarlo. Saber iluminar cada espacio en función del ambiente deseado es una tarea imprescindible para el arquitecto. Si bien la luz natural no ha dejado de ser la forma más habitual de iluminación, cada vez se confía más en sistemas artificiales. Lo cierto es que la luz artificial tiene sus ventajas. Es más constante y más fácil de controlar que la solar. Puede encenderse y apagarse voluntad y permite graduar con precisión su intensidad, color y dirección. Pero a pesar de los avances tecnológicos, la luz natural nos ofrece sensaciones imposibles de conseguir con otros elementos. Nos proporciona una calidez y un encanto especial. Otra ventaja de la luz solar es que es gratuita, infinita y no contaminante. En estos tiempos de de aumento de tarifas, de crisis energética y de lucha contra el avance del cambio climático, la luz natural cobra más importancia que nunca. Toda construcción que quiera considerarse sostenible o ecológica debe tener en cuenta la orientación solar para aprovechar al máximo los rayos de sol. Lo ideal sería lograr satisfacer la demanda lumínica durante el día exclusivamente con la luz natural. Las nuevas tecnologías ha sido uno de los principales factores que ha incidido directamente en el manejo de la luz en la arquitectura moderna es, sin lugar a dudas, las nuevas tecnologías. Desde la bombilla incandescente hasta los LEDS ha habido un gran salto cualitativo, aunque la bombilla de Edison si gue siendo la más usada pasados ya 130 años de su invención. El diseño de un ambiente, debe considerar el ciclo temporal y la cantidad de luz, la luz biodinámica, de acuerdo al entorno y el clima. Pero también debe estudiarse la calidad de esa luz, especialmente su color, y además del contraste y la distribución espacial, de acuerdo a la ergonomía, según el uso de cada espacio. La mayor parte de los arquitectos e interioristas no consideran suficientemente el gran impacto que la luz tiene sobre la atención, los reflejos y la capacidad productiva. Con frecuencia nuestros ambientes de trabajo sufren de contaminación lumí- nica, por exceso
o ausencia de color, por deslumbramiento de luces directas, en ambientes con contraste de luz excesivo. Todas ellas son agresiones que hieren la retina y, a través del nervio óptico, impactan en lo más profundo del cerebro. El proyecto luminotécnico debe contemplar el confort del hábitat con nuevos criterios de calidad ambiental, considerando los aspectos energéticos, visibles e invisibles, que afectan al residente, sea ama de casa, trabajadores o ejecutivos, según las exigencias del trabajo. Por lo tanto el proyectista al diseñar un espacio de trabajo debe valorar, de manera prioritaria, el efecto psicológico y biológico de la luz, como nos muestra las investigaciones en neurociencia y fotobiología. La intensidad lumínica y la calidad cromática de un ambiente afectan a clientes y trabajadores, cualquier escaparatista sabe que la luz intensa y brillante, estimula el consumo y sube las ventas. Un entorno luminoso adecuado, con luz biodiná- mica y luminarias de espectro total, mejora el estado de ánimo, produce alerta mental, aumenta las ganas de trabajar y estimula el buen humor. Las siguientes frases nos dan una idea de la importancia de la luz en la arquitectura: • La arquitectura cobra un valor trascendente cuando el diseño utiliza la luz como tema central. • La luz es el recurso que exalta y da emoción a la forma. • Es la que modela a través de las sombras proyectadas, la que enmarca la belleza del color y las formas. • La luz es sinónimo de vida; sin luz todo es ausencia y negación. • Sin luz la vida no es posible. • Dar a la arquitectura la iluminación adecuada refuerza los volúmenes, imprime fuerza a las texturas y a los diferentes valores cromáticos. • La Arquitectura diseña considerando los dos tipos de luz necesarios para el confort en cualquier ámbito.
El color en la arquitectura El color en la arquitectura es el medio más valioso para que una obra transmita la s mismas sensaciones que el diseñador experimento frente a la escena o motivo original. Usando el color adecuadamente con buen conocimiento de su naturaleza y efectos será posible expresar lo alegre o triste, lo luminoso o sombrío, lo tranquilo o lo exaltado, etc. Nada puede decir tanto ni tan bien de la personalidad de un diseñador, del carácter y cualidades de su mente creadora como el uso y distribución de sus colores, las tendencias de estos y sus contrastes y la música que en ellos se contiene. El color en la arquitectura y decoración se desenvuelve de la misma manera que en el arte de la pintura, aunque en su actuación va mucho más allá porque su fin es especialmente especifico, puede servir para favorecer, destacar, disimular y aun ocultar, para crear una sensación excitante o tranquila, para significar temperatura, tamaño, profundidad o peso y como la música, puede ser utilizada deliberadamente para despertar un sentimiento.
El color es un mago que transforma, altera y lo embellece todo o que, cuando es mal utilizado, puede trastornar, desacordar y hasta anular la bella cualidad de los materiales más ricos. El color, como cualquier otra técnica, tiene también la suya, y está sometido a ciertas leyes, que conociéndolas será posible dominar el arte de la armonización, conocer los medios útiles que sirven para evitar la monotonía en una combinación cromática, estimular la facultad del gusto selectivo y afirmar la sensibilidad.
El hogar de nuestros días no solo requiere color para embellecer y animar, sino color que resuelva las necesidades psicológicas de quienes vivan con él. La elección del color está basada en factores estáticos y también en los psíquicos, culturales, sociales y económicos. El nivel intelectual, el gusto de la comunidad, la localización y el clima también influyen en la elección del esquema y asimismo la finalidad o propósito de cada pieza. Pero entre todos estos factores del color, quizás sea el más importante el psicológico, ¿por qué nos alegra, inquieta, tranquiliza o deprime un determinado conjunto o combinación cromática? Un ejemplo: El color de un edificio es como el envase o presenta ción de un producto que actúa en estimulo de la atención y para crear una primera impresión, favorable o negativa. Los colores del interior deben ser específicamente psicológicos, reposados o estimulantes porque el color influye sobre el espíritu y el cuerpo, sobre el carácter y el ánimo e incluso sobre los actos de nuestra vida; el cambio de un esquema de color afecta simultáneamente a nuestro temperamento y en consecuencia a nuestro comportamiento. El color es luz, belleza, armonía y delicia de la vista, pero es sobre todo, equilibrio psíquico, confort y educación. Este color en la arquitectura y decoración, puede servir para favorecer, destacar, disimular y aun ocultar , para crear una sensación excitante o tranquila, para significar temperatura, tamaño, profundidad o peso y como la música, puede ser utilizada deliberadamente para despertar un sentimiento. El color, crea efectos positivos y eso debe verse reflejado en la arquitectura. El color transforma, altera y lo embellece todo o que, cuando es mal utilizado, puede trastornar, desacordar y hasta anular la bella cualidad de los materiales más ricos. Los colores del interior deben ser específicamente psicológicos, reposados o estimulantes porque el color influye sobre el espíritu y el cuerpo, sobre el carácter y el ánimo e incluso sobre los actos de nuestra vida; el cambio de un esquema de color afecta simultáneamente al temperamento y en consecuencia al comportamiento. Existen dos formas compositivas del color: 1. La Armonía 2. El Contraste
La armonía es esencial ya que, si han de relacionarse entre si todos los colores de una composición, deben ajustarse a un todo unificado. En todas las armonías cromáticas se pueden observar tres colores: • Uno dominante: que es el más neutro y de mayor extensión, sirve para destacar los otros colores que conforman nuestra composición gráfica, especialmente al opuesto. • El tónico: es el complementario del color de dominio, es el más potente e n color y valor, y el que se utiliza como nota de animación o audacia en cualquier elemento (alfombra, cortina, etc.) • El de mediación: que actúa como conciliador y modo de transición entre cada uno de los dos anteriores, suele tener una situación en el círculo cromático cercano a la de color tónico. De manera general el color de valor más oscuro ira al suelo, el valor intermedio a las paredes y el más claro al techo.