Humberto Maturana comienza su obra “La objetividad. Un argumento para obligar” cuestionando la relación entre el vivir y las explicaciones que el ser humano puede hacer de la vivencia. ¿Es posible ser objetivos en la vida cotidiana real? Las explicaciones cambian la praxis del vivir aún cuando no son necesarias para dicha praxis, praxis, por eso eso todo lo que la persona persona pensam pensamos os o decimo decimoss tiene tiene consecue consecuencia ncia en en la vida vida cotidiana. Para poder explicar nuestra praxis del vivir uno (ser humano) se convierte en observador en el lenguaje, porque se encuentra a sí mismo antes de la reflexión. Hay tantos dominios de explicaciones (reflexiones) como criterios de aceptación de explicaciones use el observador. Para escuchar y realizar explicaciones, el observador puede situarse en dos caminos explicativos: 1- Objetividad transcendental (sin paréntesis): no reconoce el hacer del observador sobre la realidad. 2- Objetividad constitutiva (con paréntesis): uno explica la realidad como algo contractivo por él, él, y sus sus capacida capacidades des cognit cognitivas ivas son son consider consideradas adas fenóme fenómenos nos biológic biológicos os que surgen surgen en la praxis. En su libro, Maturana, propone situaciones en donde el observador se sitúa en diferentes caminos: Con respecto a la realidad, si tomamos el camino de la objetividad sin paréntesis, podemos podemos decir decir que que esta esta es vista por por el obser observador vador como algo que que es, es, independiente de el. En cambio, en la objetividad en paréntesis se entiende que la realidad la hace uno mismo para validar sus explicaciones. En el campo de la racionalidad, el camino de la objetividad trascendental supone a la razón como algo innato del observador. Sin embargo, siguiendo el camino de la objetividad constitutiva, uno adquiere su razón a partir del lenguajear. Refiriéndonos al lenguaje se afirma afirma que las palabras funcionan como código código para comunicarnos (sostenidos por entidades independientes independientes a uno), en el camino camino de la objetividad sin paréntesis. paréntesis. Por lo contrario, el otro camino, el lenguaje es tomado como propiedad del ser viviente, es decir al relacionarse, debe comunicarse, y el lenguaje es la manera que encuentran. Emocionarse no es un argumento válido para usar en el modo de la objetividad sin paréntesis. paréntesis. Pero, Pero, en el el otro, el el emocionar emocionar contituye contituye al ser ser humano, humano, y se reconoce reconoce que la emotividad merece confianza. Las emociones traen consigo diferentes estados de ánimos; surgen en la conversaciones y claramente termina cuando ella termina. Las conversaciones son un entrelazado de emociones y coordinaciones de acciones (o conductas) que el observador distingue al interactuar con otro en el lenguaje. Por consecuencia de esto, surgen cambios corporales a lo largo de la conversación. Según el el flujo de emoción y de coordinación de acciones que se emplee, emplee, varia el tipo de conversación. El sistema nervioso tiene mucho que ver en las maneras de actuar de los seres humanos. El cambio de conducta que se da en la conversación se da como repetición, el cambio del organismo organismo está dado por el el cambio de interacciones de los componentes del sistema nervioso •
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1- El ser antes de la reflexión ya se convierte en observador... 2- Durante la conversación se dan un flujo de emociones y coordinacion de acciones 3- Ese flujo puede causar cambio de conducta
4- Pero el cambio de conducta se da por que el sistema nervioso produce un cambio también, anteriormente, es decir el cambio es mandado por el sistema nervioso. El observador también puede dialogar consigo mismo en autoconciencia o conocimiento de si mismo, de esta manera surge el soliloquio que claramente se relaciona también con las conductas del observador. La autoconciencia, se da solo en el lenguaje y es un conocimiento inconciente o instintivo en los seres humanos, se lo toma como “sabiduría del cuerpo”. El observador a través de relaciones y comunicaciones, aprende, y para determinar el aprendizaje, se puede parar en el camino de la objetividad sin paréntesis para plantear el aprender como adaptación al medio, o en el camino de la objetividad con paréntesis, diciendo que el aprender surge como un proceso epigénico (la epigénesis es la modelación de uno mismo de acuerdo a cosas ya sabidas). En el tercer capítulo Maturana hace una relación entre el observador y el observar (ambos surgen en cambios estructurales, en el lenguaje), teniendo en cuenta que al observar uno puede encontrar una distinción (respuesta) errada, del otro. Este errar puede ser tomado de diferente manera según el camino que se tome: el de la objetividad con paréntesis, sostiene el error cuando el otro responde en un dominio no esperado, “no compatible”, aunque se reconozca que la distinción no es equivocada. En el camino de la objetividad sin paréntesis el error esta en la distinción misma y no en la apreciación del otro. El error y el aprendizaje, llevan de una manera u otra a que el conocimiento “sea una conducta aceptada” ya que, en el camino de la objetividad sin paréntesis se considera que el otro sabe si contesta “racionalmente”, o como queremos que responda, de otra manera comete un error. Ahora en el camino de la objetividad con paréntesis el otro no busca contestar mediante la obediencia, sino que lo seduce para “convencer al otro”. Respecto a la relación entre mente y cuerpo, Maturana afirma que nuestro vivir se desarrolla en dos dominios fenoménicos independientes, el dominio de la corporalidad y el de conducta. Si bien entre ambos no hay intersección, están en las personas “acoplados en su realizaciones”. Toda conversación donde los observadores, se acepten como legítimo otro (aceptación mutua) esta basada en el amor, en sentido biológico, no en cuanto a sentimiento. El amor es una emoción que conforma el fenómeno social, por eso, las relaciones que se basan en otras emociones, no son interacciones o relaciones sociales. Entonces, varios seres vivientes que se relacionan aceptando al otro, conforman un sistema social, y aquellos que no respeten la aceptación mutua conforman una comunidad no social. Un sistema social humano “son redes de conversaciones cambiantes” entre los mismos seres. Uno es miembro del sistema solo cuando sea visto participando de la aceptación mutua con otros. Sin embargo, puede haber casos de hipocresía donde uno bajo la apariencia de la aceptación niega al otro; si bien puede el sistema puede seguir estando en presencia de la hipocresía hay que tener en cuenta que la falta de sinceridad conlleva a relaciones conflictivas. En un sistema no social, se trata de seguir una conducta de obediencia. Un ejemplo: la comunidad jerárquica Guardando coherencia con los tres capítulos anteriores, Maturana niega la idea de que el ser humano sea ético por ser racional, sino que la ética se construye en el interés de uno hacia otro en las relaciones. Refuerza el justificar la ética mediante las emociones, y la aceptación y no por la razón misma. Cuando el observador se para en el camino de la objetividad sin paréntesis se da cuenta que su argumento racional no es tan convincente como para negar su empatía, sin
embargo, si de aquí toma en cuenta su empatía como ético, entonces esta tomando responsabilidad sobre lo que hace. En el camino de la objetividad en paréntesis entendemos que el dominio social esta basado en el trenzado del lenguajear y emociones. En este camino son éticas las emociones, ante la razón. En el último apartado, se trata la sabiduría. Ésta es posible gracias al surgimiento de un medio como un ambito interaccional, y sobre el cual se basa para explicar el operar del sistema., este medio lo denominamos biosfera. Dentro la biosfera, todo surge como oportunidad gracias a que las emociones que lo toman como si. Para explicar las coherencias del vivir, de este sistema, se hacen presente en dos pensamientos, uno analógico, el más amplio que en circunstancias particulares, operando bajo la relación del parecido, permite entender un pensamiento de la mano de otro; y uno lógico lineal causal que implica mirada local con conceptos que se interconectan desde la inmediatez de la cercanía (por esto no ven configuraciones sistemáticas mayores y consecuentemente no lo tratan como lógica analógica).