Misiones-Urbanas-2010

+ MISIONES URBANAS +


Una predicación relevante para las culturas de la ciudad

Siervo Inútil



Licencia Creative Commons…

Este libro se puede descargar, fotocopiar, duplicar, regalar y utilizar de manera libre siempre que no se lucre con él y se cite a los autores y su fuente. Cópialo, descárgalo y difunde… El autor…

Siervo Inútil trabaja en misiones urbanas y es también investigador social. Ha estudiado en Chile, Francia y México. Actualmente impulsa movimientos urbanos y estudia un doctorado en educación y matemáticas.

Portada : K2 Levi Ruiz Diseño Editorial: Emmanuel Barrera Versión Beta desarrollada en octubre de 2009 Versión 1.0 Lanzada en enero de 2010 Versión 2.0 Lanzada en Agosto de 2010 Versión 3.0 (Actual) Lanzada en Mayo de 2011

(Pax)

A los que diariamente accionan por llevar la luz del evangelio a las ciudades.



INTRODUCCIÓN

INTRODUCCI ÓN

portes, performance, música, movimientos de unidad, etc., salimos a lo urbano para comunicar la esperanza que Jesús ofrece al mundo.

INTRODUCCIÓN

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uando Jesús decía ven y sígueme signicaba un cambio radical. Se pasaba de una vida normal a vivir por algo más grande. Hoy nuestro sistema nos ofrece vivir para nosotros mismos. La religiosidad nos ofrece ser “buenas personas”. Pero Jesús ofrece mucho más que esto, mucho más que lo que el sistema y la religiosidad nos ofrecen. El nos ofrece dar nuestra vida por su causa.

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Muchos somos los que hoy entregamos todo. to do. Algunos de nosotros vivimos para llevar el evangelio a donde la gente está. Jesús murió para que el velo del templo se rasgara y la presencia de Dios saliera del templo y llenara el mundo. Hoy nosotros nosotro s salimos de los templos para ir a lo urbano. Los movimientos urbanos somos aquellos que, de diversas maneras, llevamos esta responsabilidad sobre nuestros hombros. A través del evangelismo urbano, iglesias urbanas, acción social, artes, de-

El adjetivo urbano designa a lo que pertenece a la ciudad. Somos movimientos urbanos porque buscamos que las buenas noticias de Jesús no solo llenen la ciudad, sino que también pertenezcan en ellas. Así como Jesús vivió la mayor parte de su ministerio en lo urbano, nosotros salimos a lo urbano para ser y hacer allí la Iglesia. Tengo 9 años vinculado con el evangelismo urbano. En Valparaíso, Chile, pertenecí a una banda punk rock llamada Siervos Inútiles, con la cual tocamos en diversos eventos no cristianos en diferentes ciudades. En esta época tuve diversas experiencias a través del evangelismo. Por mis estudios, viví cuatro meses en Europa. Conocí como se vive y se comparte el evangelio en esas culturas. Ya tengo 4 años viviendo en México, donde me he involucrado en diversos proyectos de evangelismo en diferentes ciudades. En este tiempo también he recorrido zonas indígenas y ciudades de México y Centroamérica conociendo y compartiendo de Jesús a través de las misiones. Hace dos años comencé con unos amigos un movimiento urbano, llamado Urbano MX, en la Ciudad de México.

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En este andar además he conocido a admirables personas de las que he aprendido mucho. Este libro no es resultado de una reexión intelectual, sino es fruto de lo que las vivencias nos han enseñado a muchos. Nuestra técnica: aprender haciendo. El compartir de Jesús no se puede aprender por una enseñanza, se tiene que vivir para comprenderlo. Por tanto, necesitamos aprender de lo que otros han aprendido para tener un impacto en el mundo. Y este mundo necesita urgentemente que lo impactemos. No hay recetas. Tenemos que aprender de lo que otros hacen y adaptar esto a cada contexto sociocultural. Particularmente nosotros hemos aprendido lo siguiente: las ciudades son multiculturales, y por esto necesitamos una mentalidad misionera para la ciudad. Jesús murió para que todos puedan conocer y vivir la abundancia que ofrece. ¿Qué hacer para alcanzar a la gente que hoy no iría a los templos? Tenemos que salir nosotros, sacar la Iglesia a la calle. No ir esperando en traerlos a los templos, sino salir pensando en quedarnos con ellos. Este libro presenta los fundamentos del evangelismo urbano, los cuales hemos aprendido por medio de nuestras vivencias. En un siguiente libro trataremos acerca de la práctica del evangelismo urbano.

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Esperamos que las ideas plasmadas aquí puedan desaarte, motivarte, incomodarte e impulsarte a vivir por cosas mucho más grandes de las que este sistema ofrece. Necesitamos renovar nuestra manera de pensar, para así entender lo que Dios desea hacer en nuestros tiempos (Romanos 12-2). Ven y sígueme, son palabras que hoy crean vida en los corazones de los inconformes a lo que viven. Somos llamados a traer esperanza en medio del dolor y sonrisas en medio de lágrimas. Somos la alternativa para que este mundo sea más solidario, para que ame más y para que encuentre la vida verdadera. Somos el motor de la historia, somos el movimiento social más grande en la historia, somos la Iglesia. Que esta lectura nos permita aprender y entender que, así como Dios entrego su vida por nuestros sueños, nosotros tenemos que entregar nuestra vida, nuestro tiempo, nuestro dinero, toda nuestra fuerza y nuestro corazón para hacer realidad su sueño en nuestro mundo. Con una esperanza revolucionaria Siervo Inútil y Urbano Mx


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Í NDICE NDICE


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Capí tulo tulo 1 Un grito de urgencia.

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Necesitamos una visión misionera para la ciudad. Capí tulo tulo 2:

Capí tulo tulo 3:

culturales

Predicar a Jesús en ciudades multi-

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Concepciones de una subcultura cristiana que fre1nan el evangelismo urbano.

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Capí tulo tulo 5: Los métodos del evangelismo ur-

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Capí tulo tulo 6: Predicar alzando la voz a favor de

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bano.

Capí tulo tulo 7:

Saquemos la iglesia a la calle.

Diferentes movimientos urbanos en diferentes países de Latinoamérica.

Contacto:

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UN GRITO DE URGENCIA

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Capí tulo tulo 4:

la justicia.

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ú y yo necesitamos entender algo. Esto debe traspasar nuestro entendimiento y atravesar nuestro corazón. Cuando Jesús moría desangrado en la cruz, tenía una ilusión. Esta era el motivo por el cual estaba soportando esa tortura. Cuando los puños golpeaban su rostro, cuando los soldados escupían su cuerpo, cuando esos clavos atravesaban sus manos y pies, él veía a todos los que hoy están cerca de nosotros. Veía a aquellos que en este mismo momento están viviendo vidas sin sentido, con vacíos en sus corazones que llenan sus días de amarguras. Veía a aquellos que en este día se están suicidando o gastando sus vidas en cosas que los autodestruyen. Veía a los que hoy recorren las ciudades buscando un motivo real por el cual vivir, pero que no encuentran respuestas. Al ver a todos estos, Jesús se fortaleció

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y siguió adelante, hasta darlo todo. ¿Por qué continuó? Lo hizo porque vio también como las vidas de todos estos eran transformadas radicalmente por lo que hacemos tú y yo en nuestro tiempo. Necesitamos entender esto: Jesús creyó y cree en que el testimonio de lo que él hizo en nosotros podrá cambiar la vida de aquellos. El no tuvo ni tiene ninguna duda de que esto no sucedería, pues él cree en nosotros. ¿Lo alcanzas a entender? El nunca pensó que restringiéramos nuestras vidas en nuestras comodidades o que no llevaríamos sus buenas noticias a todos aquellos, por los que también entregó su vida por completo. Necesitamos entender que Jesús creyó y cree en ti y en mí, en que haremos realidad este sueño de su corazón. Creyó que lo haríamos por agradecimiento a lo que él hizo por nosotros. Entendamos hoy que Jesús está vivo, ve y siente. Al observar cómo la violencia, el abuso, la injusticia, la depravación sexual y otros males destruyen al mundo, él se duele y desea hacer algo. Jesús hoy cree en ti y en mí. Entendamos, que invada nuestro entendimiento y atraviese nuestro corazón, nosotros somos los pies, las manos, la boca, los oídos y los brazos de Jesús. Hoy el desea hacer algo por nuestras ciudades, y lo hará a través de nosotros. Hoy urge ser el cuerpo de

Cristo, ser aquellos que hagan realidad sus sueños en la tierra. Hoy necesitamos entregarlo todo, perderlo todo, arriesgar todo para que las buenas noticias de Jesucristo puedan invadir por completo a la ciudad. Esto no lo podemos hacer solos. Necesitamos hacerlo como cuerpo. Esto urge, entendámoslo, es una urgencia. En las ciudades hoy muchas voces están gritando con todas sus fuerzas logrando modelar las culturas. La gran mayoría encadenan a las personas en el conformismo y falsas libertades. Hoy más que nunca es necesario alzar nuestra voz y gritar con mayor fuerza. Si lo hacemos sin la fuerza necesaria no seremos escuchados, y la historia nos juzgará por esto. Necesitamos entender que si no hacemos algo, entonces no sucederá nada, todo seguirá igual. Y ese no es el deseo de Jesús para nuestros tiempos. Necesitamos ser luz en nuestros tiempos. ¿Acaso la luz brilla donde hay luz? No, lo hace donde hay obscuridad. Por esto urge entender que es necesario salir de los edicios e ir a ser luz donde no hay luz. Necesitamos ser y hacer la iglesia fuera de los edicios también, para que nuestra luz ilumine a las culturas de nuestra ciudad. También es necesario desarrollar un discurso relevante que pueda modelar a las culturas con los principios de Dios. Urge gritar con mayor fuerza que lo hacen los aliados del



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sistema del mundo. Permíteme decirte esto. El evangelismo no consiste en entender racionalmente que debemos anunciar a Jesús. La predicación es una LOCURA LOCU RA (1 Corintios 1:21). Necesitamos arder por dentro, que el deseo de hablar de Jesús sea un fuego en nuestro interior que no podemos controlar. Debemos predicar en todo momento y lugar, aprovechar cada oportunidad para comunicar nuestra esperanza a los que nos rodean. Solo ve lo que haces cada día, verás oportunidades increíbles en tu cotidianidad en la ciudad para hacerlo. Necesitamos entenderlo, no podemos perder ningún segundo más. Es una urgencia, necesitamos comunicar lo que ese Jesús que murió en la cruz desea comunicarle a las culturas de la ciudad. Entendámoslo. Hoy más que nunca necesitamos que la locura de la predicación pueda hacernos arder, de manera que cuando estemos donde no hay luz nuestras vidas sean como una antorcha que arde y alumbra (Juan 5:35). Necesitamos que este fuego nos haga salir de nuestra comodidad y nos haga actuar. Es necesario, es una emergencia, que todas y todos en la ciudad puedan saber y conocer al dador de la vida y la causa verdadera por la cual vivir, Jesús.

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NECESITAMOS UNA VISIÓN MISIONERA PARA LA CIUDAD

l evangelismo ha sido un tema prioritario para la iglesia de Cristo en todos los tiempos. Un propósito en los comienzos fue el llevar el evangelio a los “nes de la tierra”. De aquí nace lo que conocemos hoy como un misionero. Este es aquel que sale de cierto ambiente cultural y entra a otro para llevar el evangelio de Jesucristo. En nuestros tiempos son muchos los que llevan adelante esta gran labor. Estos han levantado innumerables iglesias y organizaciones no gubernamentales en todo el mundo.

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En el siglo pasado, la iglesia se ha organizado para denir las logísticas a seguir para alcanzar al



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mundo. Para esto ha identicado los sectores más necesitados del evangelio para focalizar sus esfuerzos e inversión misionera. Un ejemplo de esto es la conocida ventana 10-40. Esta abarca diversos países de África, Europa y Asia, en donde el cristianismo es poco relevante y existen prohibiciones para la predicación en el nombre de Jesús. En muchísimos casos hoy en día misioneros evangelistas han tomado estos retos a riesgo y precio de sus vidas, logrando que el reino de Dios se extienda en esos lugares. Así como la ventana 10-40, existen otras ventanas que clasican hoy los sectores menos alcanzados. La ventana 10-40 es de clasicación territorial. Ex isten otras ventanas, cómo las demográcas, soso cioeconómicas o socioculturales. Por ejemplo, la mayor población existente en Latinoamérica se concentra en los jóvenes. Si consideramos que las iglesias en Latinoamérica están compuestas en promedio por personas adultas, podremos ver aquí un campo misionero. De aquí que es necesario focalizar los esfuerzos de la iglesia en esta ventana. Así mismo, podemos considerar una ventana cultural. En Latinoamérica el evangelio se ha extendido numerosamente en los sectores socioeconómicos y culturales más vulnerables. El crecimiento se ha dado en estos grupos socioeconómicos, pero ha

sido de menor nivel en los sectores socioeconómicos más altos y en los sectores intelectuales, como lo son por ejemplo las universidades. Considerando los aspectos culturales, existen diferentes culturas en las ciudades en las que el evangelio es quizás irrelevante para muchos. En todos estos sectores existen prohibiciones de diversos tipos para anunciar a Jesús. Por tanto, estas ventanas se convierten en un sector prioritario en las cuales la iglesia debe focalizar sus esfuerzos e inversión. De esta manera haremos que el reino de Dios se extienda en nuestras ciudades. Hoy muchos dicen que las ciudades en las que estamos han sido alcanzadas, a diferencia de muchos países musulmanes, por ejemplo. Aquí necesitamos renovar nuestra manera de entender. Seamos realistas y observemos los porcentajes. Prácticamente en ninguna ciudad de Latinoamérica el cristianismo es la creencia mayoritaria. En muchos casos el porcentaje está bajo del 10 por ciento. ¿Qué pensará Dios ante esta situación? El desea ser conocido (Ezequiel, repetidas veces), y desea que su voluntad vo luntad se haga en la tierra tal como se hace en el cielo. Dios desea ser conocido más que lo que muestran estos porcentajes. El desea que su voluntad se haga en nuestras ciudades. Latinoamérica está llena de corrupción, injusticia, abuso y violencia. Necesitamos



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que nuestras ciudades sean alcanzadas por Jesús. Queda mucho que hacer. Las ciudades tienen una característica que se vuelve todo un reto para el evangelismo urbano: la multiculturalidad. En las ciudades coexisten distintas visiones de mundo, diferentes perspectivas de la realidad, distintos lenguajes, símbolos e ideologías, distintas culturas y distintos mundos, y esto en una sola ciudad.

Dios. “Hacia dentro” es ir a las diversas culturas que coexisten en nuestras ciudades para expandir el reino de Dios. Pienso que este “hacia dentro” no es muy claro para nosotros. ¿Cuántas de estas culturas que coexisten en nuestra ciudad no están siendo alcanzadas solo por el hecho de no encontrar la manera de llegar a ellos? Puedo ver que en general desconocemos los símbolos, los lenguajes y las ideologías de estas culturas. El cristianismo de nuestros tiempos tiene sus símbolos, lenguajes e ideologías propias. Símbolos desde la gura del pescadito hasta la denición de la manera correcta de vestir, un lenguaje interno “cristianes” e ideologías históricas que en varios casos se distancian a las enseñanzas bíblicas (Miller, año 2000). En muchos casos el cristianismo se ha convertido en una subcultura, una cultura urbana que coexiste y lucha con otras culturas urbanas.

Siervos Inútiles, banda punk-rock cristiana de Chile.

Dios nos dejo una gran comisión: Ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura ( Marcos 16:15). Hoy necesitamos entender que la gran comisión debe extenderse “hacia fuera” y “hacia dentro”. “Hacia fuera” es el ir a otras culturas en otros sectores geográcos a expandir el reino de

Esto es un riesgo para el evangelismo urbano, pues nos distanciamos de las otras culturas, de aquellos que necesitan escuchar las buenas noticias de Jesús. Nos volvemos pocos inclusivos, incluyentes e inuy entes. Jesús necesita comunicarse a toda cultura



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mediante el lenguaje de cada cultura. Esta es la manera en las que podremos aspirar a ser relevantes en ellas. En la ciudad coexisten diferentes culturas. Para alcanzarla necesitamos tener una visión misionera para la ciudad. Esta es la manera de llegar con el evangelio a todas las culturas de la ciudad. Los misioneros que actualmente sirven alrededor del mundo entienden la necesidad de la transferencia cultural del evangelio. Se necesita conocer el lenguaje, los símbolos, las ideologías y las visiones de mundo para entender a la cultura. Después de esto es necesario llevar el evangelio, mediante la manera que cada cultura tiene para entender. Un misionero necesita ver como la cultura ve y entender como la cultura entiende. Pero lo más relevante, lo más importante, es que el misionero ame a la otra cultura como si fuera la suya propia. Solamente ahí podrá ver como Dios ve a la cultura y saber que hacer para llegar a ellos. La esencia del evangelio es el amor, este es el que mueve, cambia, transforma y revoluciona realidades, historias y culturas completas. Un misionero no puede imponerse a la cultura donde va. Este necesita acoplarse, amar a la cultura, y desde ahí anunciar el evangelio. Al valorar la cultura, valorará a las personas de la cultura con el valor que Jesús le dio a cada

persona. Hoy la iglesia necesita enviar misioneros a las diferentes culturas de la ciudad. Estos necesitarán aprender sus lenguajes, entender sus símbolos, sus ideologías y visiones de mundo. Esto les permitirá ver como ellos ven y entender como ellos entienden.

Urbano MX, Iglesia urbana fuera de una escuela preparatoria en la Ciudad de México



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Estos no podrán imponer su cultura a ellos, sino que deberán comunicar el evangelio a través de la comunicación de la cultural. Estos deberán amar a la cultura como si fuera su propia cultura. Así podrán dar el valor que Jesús le da a cada persona de la cultura. Estos serán enviados a estas culturas para estar allí y en esos lugares extender el reino de Dios en la cuidad. Ser misionero demanda todo. Un misionero urbano, en particular, no puede perderse en lo que este mundo le ofrece. Este necesita entregar el cien por ciento de sus recursos, su tiempo y su vida para la comisión que se le ha conado. Ser un misionero urbano implica adoptar un nuevo estilo de vida. Implica amar y hacer más de lo que esté a su alcance para llevar el evangelio a las culturas. Conlleva tener una mentalidad misionera, una actitud y un estilo de vida que lo demanda todo, por amor a los que ha sido enviado. Hoy necesitamos de misioneros urbanos que sean enviados para extender el reino de Dios en las culturas de la ciudad. Así como sucede con los países lejanos, Dios espera hoy a los que tomarán el reto y harán que su reino atraviese las fronteras culturales de nuestras ciudades. ¿Aceptas el reto?

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PREDICAR A JESÚS EN CIUDADES MULTICULUTRALES

n muchas ocasiones he escuchado hablar sobre la cultura latinoamericana, como si esta fuera una sola cultura. Pero esto no es así. Cada país tiene su cultura especíca, como cada ciudad la suya propia. Pero a su vez una ciudad no tiene una única cultura. En cada ciudad coexisten diferentes culturas, por lo cual las ciudades son multiculturales.

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La ciudad no es una única cultura. En ella podemos encontrar diferentes lenguajes, símbolos e ideologías. Ambientalistas, capitalistas, socialistas, libertarios, anarquistas, liberales, conservadores, gente que vive su vida en torno a su situación familiar, subculturas urbanas y dueñas de casa, viven en un mismo espacio geográco. Al recorrer las calles de la ciudad uno se puede dar cuenta de



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que a cada momento emergen nuevos movimientos sociales a los que muchos se adhieren buscando pertenencia e identicación. Todos tenemos la necesidad de ser aceptados, valorados, amar y ser amados. Por esto buscamos pertenecer. El buscar pertenencia a cierto grupo social obedece a la necesidad de encontrar nuestra identidad. La identidad es construida a cada momento mediante la adhesión a diferentes ideologías y visiones de mundo. Este proceso de construcción de la identidad dura toda la vida, la identidad no es un estado sino un proceso de su construcción. Por tanto, ¿cómo se construye la identidad? El primer paso es la identicación. Al encontrar una idea en cierto grupo que se identica con lo que busca mi ser, encuentro una identicación que trae el deseo de pertenecer. Al pertenecer a este grupo construyo mi identidad.

Stencil en alguna pared de alguna alguna ciudad

Por esto, el primer paso para construir mi identidad es identicarme con algo que cierto grupo comcom parte. De aquí que muchas personas se adhieren a las ideologías del mundo y se hacen parte de las diferentes culturas urbanas existentes. En algunas se reúnen los incomprendidos, en otras los que desean sentir intensamente, en muchas otras los que desean ver un mundo más justo y solidario, etc. Hay algo en el interior de los jóvenes, en particular, que los lleva a anhelar un mundo más tolerante, que ame más, un mundo en el cual haya menos hambre y violencia. Por este motivo podrían perfectamente identicarse con Jesús, y construir su identidad bajo su inuencia. Pero lamentablemente esto no está sucediendo. La iglesia somos la cara de Jesús para el mundo. Este no puede ver a Jesús como nosotros lo vemos, y lo ve a través de lo que nosotros hacemos. Al mirar a la religión en general, las personas no encuentran identicación con ella. Es más, en general encuen tran puntos de desacuerdo. Las personas de nuestro tiempo encuentran atrayente a Jesús, pero les fastidia la religión en general, con la iglesia dentro de este paquete. ¿Te imaginas lo que sucedería si las personas de la ciudad se identicaran con la Ig lesia?, pues podrían construir su identidad en Jesús, y este mundo sería diferente. Sin embargo esto no



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sucede así, y el mundo está construyendo su identidad lejos de Jesús, pues no halla identicación con la religión que lo representa. Analicemos el siguiente ejemplo para entender me jor esta situación. En medio de las culturas urbanas de nuestros tiempos existen los activistas sociales, grupos en los que la ideología es el deseo de traer justicia, equidad, solidaridad y fraternidad a nuestro mundo. Estos luchan en contra de la pobreza, de las guerras, de la depravación del medio ambiente, del abuso a los pueblos indígenas y otras causas sociales, que son totalmente acorde a lo que la biblia nos dice como cristianos que tenemos que hacer (Profundizaremos esto en el capítulo 5). Si estos leyeran Isaías 58, Santiago 1, 2 y 5, Deutreonomio 27, Mateo 5 y muchas otras referencias bíblicas, encontrarían identicación con el evan gelio. Sin embargo, esto no sucede. ¿Cómo ven estos grupos a la iglesia? En muchos casos la ven como instituciones que mantienen un sistema social injusto y perverso. Consideran que la iglesia incita a sus feligreses a someterse a sus autoridades superiores, a respetarlas, a pesar de que estas legislan a favor de empresas multinacionales que se enriquecen a costa del empobrecimiento de la mayor parte de los ciudadanos, especial-

mente en Latinoamérica. Les abren sus puertas y les dejan hacer y deshacer con sus gentes y sus recursos naturales. De esta manera la injusticia social que oprime a los sectores más numerosos y vulnerables de la sociedad no es tema para estas “autoridades superiores”. También consideran que la iglesia se preocupa únicamente de temáticas morales como lo son las leyes sobre aborto, divorcio, drogas y matrimonios homosexuales, pero que no se pronuncian ante temas de injusticia social como lo son la pobreza, la explotación laboral y el medio ambiente. El resultado es que no se identican con la iglesia, y por tanto construyen su identidad lejos de Jesús. Así como esta cultura urbana, existen diversas culturas que viven junto a nosotros en nuestras ciudades que no se identican con la iglesia. En muchos casos son totalmente contrarios a ella. Por tanto, construyen sus identidades lejos de Jesús. Muchos incluso luchan por principios que son parte de la lucha de Cristo, pero lejos de él. Esto es lamentable. Necesitamos hacer algo para que la iglesia sea una en la cual el mundo encuentre identicación, para que de esta manera las personas y las culturas de la ciudad encuentren su identidad en Jesús. Permíteme puntualizar en lo siguiente. Es muy importante entender cómo ven las otras personas al mundo. Es relevante conocer y comprender sus



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ideologías, sus puntos de vista, ponernos en sus zapatos. Esto no es para compartir lo que ellos ven y piensan, sino es para entenderlos, y para amarlos. No podemos amar a alguien que no conocemos. Amar a otros como a nosotros mismos implica ver como ellos ven y sentir como ellos sienten todas las cosas. La imagen de “Flanders“, trasmitida por la caricatura “Los Simpson”, es una ilustración de cómo el mundo nos ve: somos “buenos y aburridos”. Es obvio que nadie quiere eso, y eso es inteligente. Jesús no está pasado de moda, pero lamentablemente muchos cristianos sí. Jesús le ofreció a sus discípulos un estilo de vida que se revelaba a la religiosidad de su época, una causa por la cual vivir y morir, principios de amor y justicia que gobernaran sus relaciones interpersonales, y no un evangelio conservador y conservador y legalista. Hoy, Jesús tiene mucho más que ofrecer al mundo, mucho más que nuestras aburridas liturgias y estilos de vida. Necesitamos ser una iglesia en la que el mundo encuentre identicación. ¿Qué sucedería si la iglesia de hoy entendiera los lenguajes y los símbolos de los jóvenes de nuestro tiempo? Los jóvenes son el grupo social más numeroso que se adhiere a las orecientes culturas urba nas, justamente porque en esta edad es en la que las personas denen su identidad. Hoy las cadenas

televisivas, el comercio de la música y la industria de la moda entienden los símbolos que atraen a los jóvenes. De esta manera, a través de sus lenguajes logran modelar sus ideologías. Pero lo hacen para hacerse ricos, a costa de principios que trasmiten soledad, desesperanza, individualismo, depresión y vacío en muchos casos. Si hoy logramos entender los lenguajes, los símbolos, los mundos de los jóvenes de nuestras ciudades, entonces seríamos capaces de modelar sus ideologías. Hoy no es así, pero puede suceder. Un gran número de jóvenes hoy ven a la iglesia como una institución legalista, autoritaria y juzgadora, como todo un sistema que inhibe sus deseos de identicarse y encontrar su identidad. Esto debe cambiar para lograr ser relevantes. Por considerar a la iglesia de esta manera, las culturas urbanas juveniles critican a la iglesia, así como a todas las culturas dominantes. Se plantean como una alternativa de vida diferente a la que les ofrece el mundo. La religión es parte de esto que ofrece el mundo para ellos. Sus expresiones culturales muestran rebeldía a los sistemas del mundo. Recordemos que Jesús hizo exactamente lo mismo. Pero estos jóvenes no se identican con la iglesia. Se manman tienen en resistencia con la cultura predominante, incluyendo a la iglesia, denunciando la hipocresía, la acumulación de riquezas y la avaricia que se ve



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en las religiones del mundo. Insisto, Jesús en la tierra hizo exactamente lo mismo. Por estos motivos, no podemos permitir que la iglesia imponga su visión de mundo e ideología a otros. El mayor peligro que enfrenta la extensión del reino de Dios en nuestras ciudades, es que la iglesia quiera imponer su cultura como la cultura que Dios desea para el mundo. ¿Por qué utilizar traje y corbata signica respeto?, pues muchos políticos cor cor ruptos los utilizan diariamente mostrando todo lo contrario. ¿Por qué imponer a las mujeres a utilizar falda para poder servir en el púlpito? Muchas de estas lo hacen solamente los días domingo. ¿Estamos enseñando a ser en la iglesia unos y fuera otros? ¿Por qué no aceptar a las personas tal cual son, así como Jesús las acepta? ¿Por qué el afán de imponer la cultura de la iglesia a todos como si fuera la cultura correcta? Esta situación es digna de criticar. Muchos en la ciudad opinan que esto está mal, pues opinan que la iglesia obliga a las personas a ser lo que la iglesia quiere que sean, y estas personas son unos dentro de la iglesia y otros fuera de ellas. Claro, el joven que toda la semana es “normal” entre sus amigos termina el domingo con una corbata, o la señora que es “normal” en su vecindario o trabajo termina el domingo con una falda. ¿Qué va a pensar

el mundo sobre Dios? ¿Realmente Dios nos acepta tal cual somos o no? Incluso muchos en la ciudad llegan a pensar que la iglesia está llena de fariseos, que en la iglesia son una persona pero fuera de ella son otras. Me pregunto, ¿Esta es la luz que Dios desea que seamos en el mundo? Pues, sea cual sean las motivaciones de nuestras acciones, esto estamos mostrando a muchas de las culturas de la ciudad. ¿Acaso Jesús tuvo en su vida alguna imposición de este tipo a sus seguidores?, pues no. Estamos exigiendo a las personas que sigan ciertos lineamientos para pertenecer a la Iglesia. Esto nos convierte en una subcultura más dentro de la ciudad. Esto no debe ser así. Dios desea que su libertad llegue a todas las culturas de la ciudad. Por esto, no podemos pensar que los signicados de nuestros símbolos, nuestros lenguajes y nuestras ideologías son las que todos deben seguir para buscar a Dios. Cada persona tiene un valor incalculable ante los ojos de Dios, simplemente por lo que es. La vestimenta, música, símbolos y lenguajes externalizan la individualidad. Es una forma de mostrar como las personas se sienten por dentro. Son una expresión de su identidad. Si no los respetamos estaremos despreciando la individualidad, lo que los





caracteriza y dene, estaremos despreciando a la persona misma. Dios nos ama por lo que somos, el desea amarnos tal cual somos. No nos desea perfectos, nos desea tal cual somos. Así funciona su Gracia. Hoy necesitamos amar al mundo como Dios ama al mundo. Tenemos que dejar de pensar que nosotros como cristianos estamos bien y que todos los demás están equivocados. La realidad es que como iglesia en muchas cosas no estamos bien. En estas cosas, podemos aprender de otras personas, del mundo, y crecer al conocerlos a ellos. Existe gente tan solidaria, honesta, sensible a la realidad del otro en nuestro mundo. Hay tantas organizaciones que hacen tanto para ayudar a otros. Necesitamos aprender de ellos para poder ser mejores. Pero necesitamos conocer. Si no los conocemos, y creemos que están mal, terminaremos en una actitud arrogante de crítica hacia ellos. Esto generará una distancia mucho mayor entre nosotros y ellos. Esto no debe ser así. Por esto, dejemos de intentar moldear a las personas a las maneras “correctas” que tiene la iglesia de vestir, de pensar y de actuar como una condición para vivir el evangelio. La iglesia debe ser inclusiva e incluyente, multicultural y no una subcultura más

Esta será la manera en la que la iglesia haga al evangelio relevante en nuestras ciudades multiculturales. Por lo demás, si alguien necesita cambiar algo de sus vidas, que lo haga por su decisión, porque Dios le ha mostrado que eso es necesario,

Urbano MX, jugando americano con jóvenes de una escuela preparatoria.

y no por una imposición imposición para poder poder entrar a nuesnuestra cultura cristiana. Jesús desea cambiar el corazón de las personas, no su exterior. “no lo que entra por la boca contamina al hombre, mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre” ( Mateo Mateo 15:12). Lo que le hace

daño al ser humano no es lo de fuera, sino lo que



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hay en el corazón. Jesús dijo que lo de fuera se va como la caca en un poso séptico, o wc, pero que lo que sale de adentro lo contamina, pues sale del corazón. “Lo exterior no hace a nadie judío… El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón… Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente” (Romanos 2:28-29) Lo relevante para

el evangelio es el cambio en el interior, en el corazón del hombre.

Dios no quiere a personas vestida de la manera “correcta”, que no digan malas palabras y sean buenos para todo. El ama a la gente tal cual es. Desea que vivamos con pasión, reconociendo nuestras caídas, pero levantándonos para vivir por una causa mayor que la que el mundo ofrece. La misericordia, la entrega, la lucha, la compasión, la revolución, el amor, son rasgos que se plasman en el carácter de Cristo. Esto es lo que debe caracterizar a un seguidor de Jesús, no el ser “correctos”. Necesitamos ser culturalmente relevantes para comunicar el evangelio. Todos necesitan saber lo que Jesús les ofrece. Así como Pablo se hizo para todos todo para salvar a algunos por todos los medios posibles, así necesitamos hacernos para todos todo para traer salvación y extender el reino de Dios en nuestra ciudad.

“Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me volví judío, a fn de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella… a fn de ganar a éstos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley… a fn de ganar a los que están sin ley. Entre los dédébiles me hice débil, a fn de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fn de salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos” (1 Corintios 9:19-23)

Para comunicar efectivamente el evangelio a una ciudad multicultural, necesitamos hacernos todo para todos, a n de salvar a algunos por todos los medios posibles. Si conocemos sus lenguajes, sus símbolos podremos lograr entenderlos y tener medios para lograr que se identiquen con nosotros. Si comprendemos sus ideologías y la visión de mundo podremos amarlos realmente y saber cómo hacer que las buenas noticias de Jesús sean relevantes para ellos. Hoy el sueño de Jesús es ser relevante, ser la alternativa para todas las culturas de la cuidad.


+ MISIONES URBANAS + CAPÍ TULO TULO 4

noticias de Jesús.

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CAPÍ TULO TULO 4

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CONCEPCIONES DE UNA SUBCULTURA CRISTIANA QUE FRENAN EL EVANGELISMO URBANO.

ara poder ser relevantes al comunicar las bueP nas noticias de Jesús en nuestras ciudades multiculturales necesitamos tener una mentalidad

misionera para la ciudad. Esto nos permite entender al evangelismo urbano de una perspectiva más amplia de lo que entendemos hoy. Hacer evangelismo urbano es mucho más que salir por las calles anunciando el plan de salvación. Este método en particular tiene poca productividad y produce ciertos fenómenos sociales que crean cada día una distancia mayor entre la iglesia y las culturas de la ciudad. Así como los métodos de evangelismo, existen muchas creencias en muchos movimientos cristianos que son poco productivos para la extensión del evangelismo urbano y que nos distancian de aquellos que necesitan saber sobre las buenas

Darrow Miller, un experto y eminencia en el tema de las misiones, desarrollo toda una explicación del cómo las creencias de las culturas afectan la vida de los pueblos. Esto lo acuña a la frase “las ideas tienen consecuencias”, que signica que las ideologías de las culturas afectan toda la manera de vivir de las personas que pertenecen a ella. Para este autor una cosmovisión es un sistema de creencias de cierta cultura (consciente o inconsciente) que afecta en la manera de pensar y de vivir. Desde este punto de vista, nuestras ciudades están llenas de diferentes cosmovisiones, diferentes maneras de entender al mundo y de vivir en el mundo. Necesitamos una mentalidad misionera para la ciudad multicultural. Miller comenta que un misionero, para poder ser relevante en su trabajo en otra cultura, necesita conocer su propia cosmovisión, su propia manera de entender al mundo y las implicancias de esta mirada en la vida diaria. También necesita conocer la cosmovisión de la cultura a la cual llegará, y las implicancias de esta mirada en el diario vivir. Estos son elementos fundamentales para poder desarrollar cualquier trabajo misionero. Algo muy interesante que plantea el autor es lo siguiente. Además de conocer la propia cosmovisión



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y la cosmovisión de la cultura a la cual el misionero es enviado, el autor plantea que “los cristianos deben convertirse en conscientemente cristianos, arrepentirse de sus falsas perspectivas de la realidad que conforman su cosmovisión y adoptar como suya la realidad de Dios, es decir, la cosmovisión bíblica” (Miller, 1998, p.34). Aquí el autor está reconociendo que los cristianos tenemos ideas acerca del cristianismo que no son las que plantea la biblia, y que necesitamos arrepentirnos acerca de esta y cambiarlas, ya que esta será la única manera en la cual el evangelio podrá afectar a toda las culturas.

sal para juzgar el bien o el mal en alguna cultura. Creemos que este planteamiento, así como todos los planteamientos extremos, es muy cuestionable. Por tanto, nos preguntamos cómo, de un punto de vista bíblico, podremos evaluar las reglas morales de las culturas urbanas considerando que vivimos en ciudades multiculturales.

(Romanos 12:2)

Jesús dijo que la ley se podía resumir en dos mandamientos, en amar a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas y amar al prójimo como a uno mismo. Sin duda este planteamiento es el que dene la ley del amor, esta reforma que hizo Jesús a la ley de Moisés. Tomando esto como principio superior, podemos encontrar en la biblia distintos niveles de leyes morales. Hay algunas en las que la biblia establece claramente que es bueno y no. Por ejemplo, los temas populares como el aborto y la homosexualidad, en los cuales la biblia es categórica de que esto no es bueno. También lo es en temas menos populares como el abuso, la injusticia, el adulterio, la opulencia y muchos otros temas (véase anexo 1).

Existen posiciones extremas sobre la multiculturalita. Por ejemplo, el relativismo cultural plantea que toda verdad ética es relativa a una cultura especíca. Aquí, lo correcto y lo malo depende de cada cultura, y asume que no existe una regla cultural univer-

No es que estas cosas sean malas porque la biblia dice que es malo, sino, porque son malos, la biblia dice que son malos. Este es un punto importante. La biblia es una revelación de la verdad de Dios para nuestro mundo. Por tanto, no seguimos de manera

Así es. Los cristianos tenemos perspectivas de la realidad que no son las que las biblia nos enseña, y estas ideas tienen grandes consecuencias. En particular, limitan el impacto que puede tener el evangelismo urbano en las culturas de la ciudad. Es aquí donde necesitamos renovar nuestra manera de entender nuestras ideas acerca el cristianismo para entender los deseos de Dios para nuestros tiempos



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ciega a un libro escrito por hombres. Si no, interpretamos los deseos de Dios para nuestro mundo a través de lo que la biblia nos dice. Las cosas no son verdad porque las biblia lo dice, sino que la biblia dice cosas que son verdad. Si respondemos que el aborto es malo porque la biblia lo dice, estamos dando una pésima respuesta. No es porque la biblia lo dice simplemente. Es porque es un principio de Dios revelado en la biblia. Regresando al tema, estos temas planteados son categóricos en la biblia. Esta no deja lugar a interpretación. Sin embargo, hay otras leyes que tienen valor para cierta cultura, y para otras no. En estas, la biblia no se plantea de una manera categórica, ni son temas sustanciales para los principios del cristianismo. Por ejemplo, el pueblo de Israel en el éxodo de Egipto seguía muchos ritos de puricación simplemente por medidas de salubridad que les permitieron vivir en el desierto durante muchos años. Hoy no tenemos que apartar a las mujeres en menstruación ni hacer caca fuera de nuestras ciudades. Son reglas que fueron para un tiempo. De este tipo de leyes son en nuestra actualidad, por ejemplo, el beber vino sin embriagarse, escuchar cierto tipo de música, utilizar cierto tipo de vestimenta, utilizar cabello largo o corto, falta o pantalón, las perforaciones y los tatuajes, etc. Al

respecto de estos temas la biblia no se pronuncia categóricamente y siempre queda espacio para el debate. Miremos un poco hacia fuera de la cultura latinoamericana. En Europa, muchos cristianos acostumbran a beber alcohol. Recuerdo mucho una reunión que tuve en Francia con los líderes regionales de movimientos universitarios cristianos, en donde, después de algunas platicas realizadas en un bar, todos comenzaron a tomar distintos tipos de licores, sin ningún problema. Muchos misioneros europeos en África, de aquellos que arriesgan literalmente su vida por el evangelio, suelen beber alcohol sin embriagarse. Martin Luther King, pastor bautista que dio su vida por causas sociales en Estados Unidos, fumaba tabaco en pipa. A lo largo de nuestro continente, existen muchos jóvenes con piercing y tatuajes que evangelizan y extienden el reino en las subculturas urbanas de la ciudad, etc. Por esto es importante preguntarnos sobre que realmente para la biblia es bueno o malo. El suponer que ciertas cosas lo son o no lo son sin una coherente interpretación histórica de la bíblica pone barreras para que el evangelio llegue a las culturas de la ciudad. ¿Es malo vestir diferente, actuar diferente, o incluso





pensar diferente? Juan el bautista vestía, actuaba y pensaba diferente a lo que era religiosamente correcto en su época. Jesús no es la excepción, actuó diferente a lo que incluso nosotros no sotros pensaríamos que se debe actuar. “tampoco yo te condeno, vete y no vuelvas a pecar” (Juan 8:11) le dijo a una mujer que había sido encontrada recién en pleno acto sexual con alguien que no era su esposo. ¿Qué haríamos nosotros en estos tiempos si encontráramos a la esposa o esposo de alguna amiga o amigo en pleno acto sexual con otra persona?

Urbano Mx predicando en Tianguis de Punk y Metal del DF DF..

Las personas que se visten, actúan y piensan diferente, lo hacen para expresar algo. Necesitamos preguntarnos que signica para ellos esto. Por ejemplo, los punks se visten “feos” por un eslogan que comparten que dice “eres tan feo como me ves”. Con sus exóticas vestimentas no bellas denuncian la hipocresía y la injusticia del sistema del mundo. Muchos emos también tapan la mitad de su cara con sus cabellos para representar el sistema del mundo, que para ellos “muestra una

cara y esconde otra”. Las personas muestran una cara solidaria pero esconden otra egoísta. Como dice el dicho, traen el puñal en la espalda para atacar a los otros y poder crecer. Ellos preeren eses conder la mitad de su cara para mostrarse que son así, para ser transparentes y no hipócritas. Para los Hardcore´s sus expansiones en sus orejas signican pertenencia a sus grupos, en los que buscan la verdadera amistad y la lealtad. Sin embargo, para muchos cristianos los punks son un grupo de vagos que no se cuidan ni trabajan, los emos como un grupo de jóvenes depresivos y las expansiones, piercing y tatuajes como símbolos de rebeldía. ¿Cómo los ve Jesús?, ¿Por qué no mirar con los ojos de Jesús y amarlos en vez de mirarlos desde nuestro particular punto de vista y juzgarlos? Esto no está bien. ¿Acaso la biblia dice categóricamente que vestirse, pensar y actuar diferente es malo? Jesús fue así, y los discípulos fueron así para su tiempo. Muchos son diferentes para mostrar su inconformidad ante su vida, su historia o el mundo que los rodea. Muchos son rebeldes a la religión porque esta les ha hecho daño. Y ahí somos responsables nosotros. Hay muchas perspectivas de la realidad que tenemos los cristianos que están lejos de una visión bíblica. Tenemos muchas creencias que no tienen



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ningún fundamento bíblico, o bien, su fundamento bíblico es poco pertinente. Para explicar más en detalle esto tomaremos un ejemplo: el uso de piercing. Para muchos cristianos el uso de los piercing no es una práctica correcta ante los ojos de Dios. Consideran que es pecado usarlos, o sinónimo de rebeldía, les impiden a sus hijos utilizarlos y restringen los espacios en la iglesia a los que los usan. Hace algunos meses a unos amigos, que venían de otro país, los bajaron de un concierto en una iglesia por utilizarlos. Muchos dicen que utilizarlos es malo porque nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Sin embargo, si estudiamos bien el contexto del pasaje bíblico (1 de corintios 6:19), nos daremos cuenta que Pablo se está reriendo a los pecados sexuales. En esta misma parte dice que comer carne sacricada a los ídolos o no da lo mismo. La carne para el tiempo de Pablo era un asunto más cultural, cómo lo es el uso del piercing hoy. También argumentan que los piercing son malos por el pasaje de Levítico 19:28, en donde la ley ordena que no se deben hacer heridas en el cuerpo ni tatuajes para recordar a un muerto. Es decir, prohíbe el uso del piercing con un uso ritual. Pero no dice que utilizar piercing es malo.

También dice que no debemos ser mutiladores del cuerpo, pero cuando Pablo dice esto en Filipenses 3:2, esta haciendo referencia a la circuncisión, a la ley lejos de la gracia y para nada a los piercing. Por lo demás, ¿Hay alguna diferencia entre un arete en la oreja de una mujer o en la ceja de un hombre?, para nada. Entonces, ¿Por qué los aretes en las orejas de las mujeres no son vistos como malos? El pensar que usar piercing es malo es una regla moral relativa a ciertas culturas, en particular, para la gente más adulta. ¿Por qué enseñar que los piercing y tatuajes son malos si la biblia no dice nada al respecto? Así como este tema de los piercing, existen muchos otros temas en los que los cristianos imponen prácticas que no tienen fundamento en las enseñanzas bíblicas. Obedecen más bien a asuntos de relatividad cultural. Estas ideas levantan barreras que limitan el impacto de la iglesia en las culturas de la ciudad. De esta manera las buenas noticias de Jesús se quedan atrapadas dentro de los cercos de las iglesias. La realidad es que Dios no condena a los piercing, pero si condena a los que piden no usarlos para acercarse a Dios. Así es. Jesús se molestó cuando sucedió una situ-



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ación similar. Recordemos cuando los fariseos y jefes judíos le reclamaron a Jesús que sus discípulos no se lavaban las manos para comer y por tanto no obedecían la tradición antigua (Mateo 15: 1-2, 8-20). Jesús les dice: “la adoración que ustedes me brindan no les sirve de nada, porque enseñan tradiciones humanas como si fueran mandamientos de Dios” (Mateo 15:9, versión NBD)

El lavarse las manos es una ley cultural, una tradición de este pueblo. Por tanto, tenía valor para su cultura. Sin embargo, lo enseñaban como si fuera un mandamiento de Dios. Jesús se enojó con ellos al punto que los trató de hipócritas, entre otras cosas que les dijo en esa situación. ¿Por qué habría molestado tanto al Señor esta situación? Pues porque estas enseñanzas de tradiciones humanas culturales que se enseñaban como mandamientos de Dios tenían por consecuencia que el evangelio no llegara a los que lo necesitaban, a los enfermos, a los pecadores, al toda la gente. De hecho, Jesús transgredió las leyes morales de su cultura para estar entre publicanos y pecadores (Marcos 2:17). Fue más allá de lo que su cultura le decía para hacerse para todos todo, para llegar a los que eran excluidos por la religión de su tiempo.

Llegó a ellos, los sano y los salvó. En nuestros tiempos, ¿Quiénes son los excluidos por la religión de nuestro tiempo?, ¿Quiénes son los enfermos?, ¿Quiénes necesitan salvación? Muchas culturas de la ciudad están excluidas de la palabra de Dios porque enseñamos tradiciones humanas como si fueran mandamientos de Dios. Es ahí donde necesitamos inuir y estar. No po demos permitirnos enseñar como de Dios leyes que son morales, pues están nos distancian de los que necesitan ser alcanzados hoy por el poder salvador y sanador de Jesús. Hoy necesitamos renovar nuestra mentalidad, arrepentirnos de nuestras falsas concepciones sobre el cristianismo y dejar libre la palabra de Dios para que pueda llegar a todos de todas las maneras posibles. Dejemos de esperar que las personas encuentren a Dios como nosotros lo encontramos. Luchemos para quitar estos límites de entre nosotros y tengamos una mentalidad misionera para la ciudad. La ciudad es multicultural. Si la iglesia se cierra a una única visión de mundo y no amplia su mirada para ser más incluyente, no podrá llegar a “toda criatura”. Necesitamos llegar a todos. Necesitamos llegar a todos.



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LOS MÉTODOS DEL EVANGELISMO URBANO

saje, sin tomar mayor atención de que las personas lo entiendan o no. El acento esta puesto en el qué, en el mensaje que se va a anunciar. Sin embargo, cuando comunico mi interés es de que la gente pueda entender el mensaje que deseo trasmitirles. Aquí es importante tanto el qué comunicar como también el cómo comunicarlo. El trabajo no termina cuando se ha anunciado, sino cuando se ha comunicado a las personas, cuando éstas lo han entendido.

na pregunta muy relevante del evangelismo urbano es sobre el cómo hacerlo, cómo anunciar el evangelio en ciudades multiculturales, en donde coexisten diferente lenguajes, ideologías y visiones de mundo.

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A muchos de nosotros se nos ha enseñado que somos enviados a anunciar el evangelio al mundo. Mi opinión es que esto no debe ser así. Hemos sido enviados para comunicar el evangelio, y no solo anunciarlo. Hay una diferencia relevante entre anunciar y comunicar el evangelio. Anunciar se reere a trasmitir cierto mensaje. En cambio, comunicomuni car, se reere a trasmitir cierto mensaje a cierta(s) persona(s) Al anunciar me preocupo de trasmitir cierto men-

Una característica del evangelismo tradicional es el anunciar el evangelio a la gente. Si leemos folletos evangelísticos, o analizamos algunos estilos de predicaciones como el esquematizado por las cuatro leyes espirituales, nos daremos cuenta que no están pensados para ser comunicados a



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las culturas de la ciudad. Tanto su lenguaje como sus ideologías son propios de la cultura de la iglesia. Una persona de la iglesia entiende que sus pecados lo separan de una relación con Dios y que la sangre de Jesús lo limpia de todo pecado. Sin embargo muchos en la ciudad no entienden estas palabras y signicados, simplemente porque no son parte de su lenguaje. Es como si estos estuvieran diseñados para la iglesia en vez de estar pensados para las ciudades a las cuales deseamos impactar con el evangelio. Hoy más que nunca necesitamos aprender a ser relevantes. Si nuestro n es cocomunicar el evangelio, tomaremos cuidado en comunicar con el lenguaje de las culturas Urbano MX, haciendo Iglesia fuera de una de la ciudad, escuela preparatoria en México. tomando en cuenta los asuntos de la vida que son relevantes para ellos, y comunicándolo de la manera que estos tienen de entender. Esto es tener una mentalidad misionera para la ciudad.

Pensemos en lo que hizo Jesús en este mundo. El no anunció la verdad, se preocupó de comunicarla. Habló en el lenguaje de la gente, utilizando temas relevantes para las personas, y les reveló la verdad en la medida que ellos eran capaces de entender. A algunos les enseño con parábolas, a otros se las explicó. A algunos les habló de las ores de los campos, a otros de las viñas de uvas, del agua, de lámparas sobre una mesa, de la levadura del pan, de los impuestos, etc. Utilizó los recursos que tenía a mano, que eran muy cotidianos, como la higuera estéril y la destrucción del templo. Consideró la visión de mundo de las personas para trasmitir su verdad. Su mensaje fue diferente en base a la gente a los que se lo comunicaba (compárese Juan 4, Juan 17, Mateo 5, etc.)

La iglesia primitiva hizo lo mismo. Su mensaje fue diferente para cada cultura a la que predicaron (compárese Hechos 17, Tesalonicenses 1 y Hechos 2, como ejemplo). Si, así es, el mensaje fue diferente.

Fueron diferentes aspectos de la verdad del evangelio que fueron expuestos, y comunicados con un lenguaje diferente y considerando la ideologías de cada cultura. Daremos ejemplo de esto más adelante. Hoy este es un reto que tenemos que enfrentar. No es suciente anunciar la verdad del evangelio.



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Debemos comunicarlo para que cada persona, en su cultura y desde su capacidad de entender, lenguaje y visión de mundo, pueda entender las buenas noticias de Jesús.

hemos hecho no ha sido relevante para ellos. Nos hemos olvidado de su mundo, no hemos sido relevantes para ellos.

Hoy es necesario preguntarnos qué de las verdades del evangelio son relevantes para cada persona o cultura. ¿Es relevante la vida eterna para un joven de 18 años? Quizás no, pues estos jóvenes tienen su atención en la vida misma. Están descubriendo diferentes emociones que los hacen sentir vivos, tiene sueños que desean lograr. El evangelio nos habla que Jesucristo es una causa, un propósito por el cual entregar la vida. Esta es una verdad relevante para un joven de esta edad.

Por esto hoy en necesario preguntarnos sobre el qué estamos comunicando de las buenas noticias que tiene Jesús para el mundo y del cómo lo estamos haciendo. Necesitamos modelar la cultura con los principios de Cristo. Esto lo lograremos entendiendo las culturas de la ciudad, sus lenguajes, símbolos, ideologías y visiones de mundo. Comprendiendo esto, y teniendo una mentalidad misionera para la ciudad, lograremos ser relevantes a las culturas, lograremos que muchos puedan conocer esta hermosa realidad, la salvación.

También es necesario preguntarnos sobre el cómo comunicar estas verdades. Es aquí donde necesitamos ser más relevantes. Como ya dijimos, el sistema actual entiende bien los lenguajes de las culturas urbanas. Por esto su moda e ideologías tienen tanto impacto en ellos. Hoy el cine entiende bien las aspiraciones individuales y sociales de las diferentes culturas. Por esto tienen tanto impacto y ganancias. ¿Pero qué pasa con las buenas noticias no ticias acerca de Jesús? El impacto en las culturas no es el mismo. Es más, a veces es contrario, pues algunas culturas se han vuelto en contra de Jesús. ¿Jesús tiene algo relevante que decirles?, claro que sí, pero el cómo lo

Si analizamos los materiales de evangelismo, folletería, discursos, y lo que piensan los cristianos sobre lo que es hacer evangelismo, nos daremos cuenta sobre la concepción que tenemos acerca de predicar a Jesús al mundo. En base a nuestras experiencias e investigaciones al respecto, consideramos que muchos cristianos creen que tienen la verdad y la respuesta de la vida, la cual tienen que comunicar al mundo que está perdido. También creen que es una necesidad anunciar al mundo que es lo que sucederá si ellos no aceptan a Jesús en sus corazones, la perdición eterna en el inerno. Nosotros pensamos que la manera en la que co-



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municamos esta idea hace que la distancia entre la iglesia y el mundo cada vez sea más grande. Jesús desea acercarse al mundo, y cómo somos sus manos y sus pies, desea que nos acerquemos a nuestros mundos. Necesitamos renovar nuestra mentalidad. Los cristianos no tenemos la verdad, ni la respuesta para el mundo. No necesitamos hablar de lo que vendrá. Desarrollaremos estos temas a continuación.

La “verdad” es un tema bien amplio. Los matemáticos lógicos ya demostraron el siglo pasado la imposibilidad de una estructura lógica de razón que lo incluya todo (Gödel, en su teorema sobre la incompletitud en 1931). Es decir, mediante razones lógicas no podemos construir un sistema de verdad universal. De esta manera, es imposible para la razón humana concebir una verdad absoluta. Las verdades siempre serán relativas a ciertas circunstancias.

Los cristianos no tenemos la verdad

La losofía de nuestros tiempos alude a la relativi dad de las ideas. Hoy la verdad, la realidad, los mundos, ya no se asumen como universal, sino que se entiende que dependen de las diferentes circunstancias en las que viven las personas. Esta idea no es tan nueva, como piensan algunos postmodernistas. Kierkegaard, un cristiano danés del siglo XIX, conocido como el padre del existencialismo losó co, planteo que la verdad es objetivamente subje tiva. Para muchas culturas de la ciudad en nuestros días estos planteamientos están completamente vivos. La verdad depende de las experiencias, de la circunstancia, de lo que cada persona vive en cada momento.

El punto en común de la mayoría de las religiones es la creencia de que cada una de ellas tiene la verdad. Los cristianos hemos conocido la verdad, pero esta le pertenece a Jesús, no a nosotros. Él dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Los cristianos no tenemos la verdad, sino al poseedor de la verdad.

Stencil en alguna pared de alguna ciudad

Si lo examinamos, nos daremos cuenta que esto está muy acorde a lo que es la biblia en general. ¿Qué?, me preguntaras, ¿acaso la biblia es relativa? Pues sí, eso digo, en muchos aspectos la ver-



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dad y lo correcto dependió de las circunstancias. Consideremos como ejemplo a Abraham, él iba a matar a su hijo. Si hoy alguien hace lo mismo se va directo a la cárcel. Pero para el fue un acto de fe que le fue contado por Justicia. ¿Qué sucedería si hoy por defender al evangelio matamos a nuestros enemigos?, nos vamos a la cárcel. Pero David mató a miles de enemigos de Dios en su tiempo. ¿Acaso David desconocía que no matar era uno de los 10 mandamientos más importantes?, pues no. David fue recordado por Dios como alguien conforme a su corazón, así como Elías que degolló a 450 hombres y muchos otros héroes de la fe. Cuando Jesús vino a nuestro mundo revolucionó todas las ideas de los religiosos de su tiempo. El dijo en diversas situaciones “vete y no peques más”, “dar al cesar lo que es del Cesar”, “ama a tus enemigos”, etc. El actuó con violencia en el templo cuando lo vio transformado en un mercado más. El se juntaba con publicanos, pecadores y ex-prostitutas. Jesús revolucionó las ideas de los religiosos de su tiempo, y también hoy revoluciona las nuestras. Jesús no vino a condenar al mundo, sino a entregarse a sí mismo para salvarlo. Es más, su deseo es que todos puedan hacerlo, y no mandar al inerno a todos los que no cumplen esto. Jesús es nuestra verdad porque lo hemos conocido, porque hemos

tenido una relación personal con él. El es nuestra verdad por nuestra experiencia. Si alguien no ha tenido esta experiencia personal, claramente Jesús no será su verdad. Estos tendrán otras verdades en su vida, por sus también experiencias personales. Pero el punto no es que están condenados por esto, sino el verdadero asunto es que ellos puedan tener una experiencia personal con Jesús, y de esta manera que Jesús se haga la verdad para ellos. La salvación es para todos, la condenación no es nuestra tarea, necesitamos entender esto. Jesús tiene su verdad para cada persona, para cada mundo, para cada realidad. Él es el poseedor de la verdad. Los que se acerquen a el encontraran una verdad para sus vidas. Ahora bien, la verdad que nos mostró a nosotros no tiene por qué ser igual a la verdad que Jesús les mostrará a otras personas.



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Cada persona entiende las cosas de acuerdo a sus experiencias de vida. Por ejemplo, consideremos a Pedro y Juan como dos personas que son de diferentes culturas de una ciudad. En Jesús Pedro encuentra su verdad y Juan encuentra la suya. Estas verdades tendrán puntos en común y otros que son revelaciones para cada uno, en base a sus diferentes experiencias de vida. ¿Es que Juan debe comenzar a discutir con Pedro porque sus verdades no son las mismas? de ninguna manera. Juan puede aprender de la Verdad que Jesús le ha revelado a Pedro así como Pedro también puede aprender de la de Juan. Todos podemos aprender de las verdades que Jesús revela a otros, y de esta manera conoceremos más de la grandiosa verdad que Jesús tiene para el mundo. Muchos cristianos hemos creído que tenemos la verdad, y nos paseamos por nuestras ciudades convenciendo a las personas que acepten nuestra verdad. Esto es un error, pues, las personas de la ciudad están aburridas de aquellos van de aquí por allá con la actitud de poseer la verdad para el mundo. Les incomoda que alguien venga con la intención de convencerlos o de imponerles su verdad. Y más, si no se les acepta esta verdad, les dicen que tendrán una condenación eterna en lagos

de fuego. Vamos, esto no está bien. Jesús nunca hizo esto. Si con nuestra falsa creencia de tener la verdad gente no conoce al creador de la verdad, la sangre de estas personas será demandada de nuestras manos. Creer que tenemos la verdad nos convierte en dictadores, pues intentaremos imponer nuestra verdad a los demás. Esto hicieron los españoles en la primera “evangelización” de América Latina. Nuestro continente hasta nuestros días vive las consecuencias del abuso de la colonia. Estos “misioneros” vinieron a pisotear nuestra cultura y a destruirla, para construir la suya aquí. Hoy sucede lo mismo con la economía y las ideas. Existe una colonización del mercado y del conocimiento. Las culturas de la ciudad entienden esto y existen en resistencia ante estos intentos de conquista. El evangelio no puede combatir con las mismas herramientas del mundo. Nosotros no tenemos la verdad, pero si al poseedor de la verdad, aquel que puede hacer que cada persona de la ciudad conozca la verdad en el. Jesús es la verdad, nos trajo la verdad (Juan 1:17), algo que la ley no pudo hacer. El habitó entre nosotros lleno de verdad (Juan 1:14) y nos enseñó con verdad (Lucas 20:21, Mateo y Marcos). Juan el bautista dio testimonio de la verdad, quién es Jesús (5:33). Si permanecemos en el, la verdad nos hará



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libres (Juan 8:32), y todo aquel que es de la verdad, oye su voz (Juan 18:38). Jesús es la alternativa, la verdad para todas las culturas de la ciudad. En vez de limitarlo a nuestra manera de entenderlo, necesitamos dejarlo actuar para que el mismo se revele como él desea a cada persona. Los cristianos no tenemos la respuesta para el mundo

Al poseer “la” verdad creemos tener “la” respuesta para el mundo. Deseamos dar las respuestas que las personas de la ciudad necesitan. Pero al hacer esto limitamos que las personas desarrollen una relación personal con Jesús. Jesús tiene una respuesta para cada persona, y mis respuestas no serán necesariamente iguales a las que desea darle a otra persona. Los cristianos no tenemos la respuesta, sino al dador de las respuestas. Al leer los evangelios nos damos cuenta que, en labores de evangelismo, Jesús no solía dar respuestas, sino todo lo contrario, generaba preguntas. Esto fue importante para Jesús porque entendía que a nadie le interesaría algo si no se lo preguntaba primero. Por ejemplo, ¿a quién le interesa cuantos pelos tienen las arañas en el estómago? Esto es de interés para los cientícos que estudian las arañas. Éstos, después de muchas investigaciones, han tenido la

necesidad de hacerse esta pregunta, y por esto la respuesta les parece interesante. Así mismo, antes de saber que Jesús es la respuesta, El mundo necesita preguntarse acerca de Jesús primero. En estos tiempos postmodernos el individualismo y consumismo exacerbado hace que muchos vivan de una manera supercial y con poco cuestion amiento por las preguntas de la existencia y del alma.

Performance “Libertad y revolución” en día independencia de México. Urbano MX.

Mucha gente vive el día a día sin preguntarse sobre su destino o motivo de vida. Para que Jesús se haga relevante en nuestros tiempos necesitamos generar preguntas para que cada persona pueda encontrar interés y comenzar a buscar respuestas. Es en esta búsqueda de respuesta donde las personas se



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encuentran con Jesús. Dar una respuesta sin antes plantear la pregunta es absurdo y sin sentido. Jesús, cuando conversó con Pilato, después de toda una escena hace que este le pregunte ¿Qué es la verdad? (Juan 18). Nicodemo de preguntó ¿Y cómo puedo nacer de nuevo? (Juan 3). La mu jer samaritana le preguntó ¿De dónde tienes esa agua viva? (Juan 4). Jesús, cuando evangelizó, se preocupó de generar preguntas en las personas. Al tener la pregunta, vino la búsqueda de la respuesta, y en esta búsqueda la gente encontraba que el era la respuesta, y que él tenía la respuesta para sus inquietudes de la vida. Hoy también Jesús es la respuesta para nuestros mundos. El desea generar preguntas en nuestros tiempos, y desea hacerlo por medio de nosotros. Su palabra es la verdad (Juan 17, 17), y en ella están las respuestas. Cuando la gente pregunta no debemos darle las respuestas. Debemos acercarlos a Jesús y a su palabra, pues ahí se encuentran las respuestas. Todo aquel que es de la verdad, oye su voz (Juan 18:37) Oír su voz es un asunto personal, individual. Si cometemos el error de dar las respuestas estaremos impidiendo que las personas se acerquen a Jesús, comiencen a tener una relación con él y encuentren sus respuestas al oír su voz. No podemos permitirnos ser intermediarios en estas cues-

tiones tan relevantes. Lo interesante no es la respuesta a la pregunta, sino el proceso de búsqueda de la respuesta. Es aquí donde comienza una relación personal con Dios. Cuando buscamos personalmente a Dios, el Espíritu nos guiará a toda verdad (Juan 16:13). Al buscar las respuestas su Espíritu nos guiará, y mientras nos guía estaremos comenzando a tener una relación con el autor y dador de la vida verdadera. Es en el proceso de buscar la respuesta que Jesús se hace real a cada persona. Necesitamos dejar de creernos los dueños de las respuestas para el mundo. Nuestras respuestas no serán necesariamente iguales a las de otros. Necesitamos hacer las preguntas correctas para que las personas, al buscar la respuesta a la pregunta, se encuentren cara a cara con el dador de las respuestas y el poseedor de la vida verdadera, Jesús. No es necesario hablar de la destrucción eterna en el infierno

Hoy existe la creencia de que es necesario hablar al mundo de lo que sucederá si no creen en Jesús. El tema del inerno es muy recurrente en folletos de evangelismo y predicaciones evangelísticas.



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Se cree que si no anunciamos lo que se avecina, entonces la sangre de estos vendrá a nuestras cabezas (Ezequiel 3:17-21). Pero nos preguntamos, ¿es necesario hablar del inerno en las labores de evangelismo?

a los que no conocen a Jesús al inerno, a la con denación eterna.

Al estudiar la palabra de Dios, nos daremos cuenta que en todo el nuevo testamento no se habla del inerno en discursos evangelísticos. Las pocas vec es que Jesús se reere al inerno en sus discursos, el acento está puesto en el reino, en palabras de esperanza, más que en un asunto trágico. (Marcos 9:47, Lucas 12:5, Mateo 23:33). En todas las ocasiones en las que se encontró cara a cara con alguien y le compartió el evangelio, lo que hizo fue utilizar un tema relevante a la persona, un tema que le inquietara, una necesidad que la persona tuviera. Pablo enseño sobre la condenación eterna en el inerno por una circunstancia especíca del momo mento: La persecución que sufrían los cristianos. “Ellos nos matan pero iremos al cielo, y Dios nos vengará con ellos con juicio eterno para ellos” (2 Tesalonicenses 1). En el contexto se entiende estas

palabras como esperanzadoras a los hijos de Dios. Esto está muy lejos de los discursos fatalistas que existen en muchos evangelistas y tratados evangelísticos de nuestros tiempos, en los cuales se condena

Pablo, al Urbano MX. predicando en el Metro de la igual que ciudad de México Jesús, utilizó temas de relevancia para las personas para anunciar el evangelio. El nunca utilizó el tema del inerno para un discurso evangelístico. Al caminar por Atenas, una ciudad llena de dioses e imágenes, no les dijo que eran todos unos idólatras, sino les dijo “en todo ob-



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servo que sois muy religiosos” (Hechos 17-22). Buscó un tema relevante a la cultura para comunicarles el evangelio. El entendió la visión de mundo de los atenienses y reconoció algo bueno en ella, de esta manera les habló de Jesucristo. Sus palabras incomodaron a muchos, pues les hablo en denideni tiva que la divinidad no era representable por imágenes (Hechos 17-29), pero él les amo, reconoció algo bueno de ellos de su cultura para comunicarles el evangelio. Pablo tuvo una mentalidad misionera para las ciudades que visitó. Hoy predicar con el tema del inerno trae proble mas de comunicación. Solo podemos comunicar algo a alguien que sea capaz de entender lo que queremos decir. Muchos en la ciudad, al escuchar de la vida después de la muerte, no entienden bien o simplemente no les interesa. Hay temas mucho más relevante para ellos. “Felipe, comenzando de lo que le interesaba al etíope, le habló acerca de las buenas noticias de Jesús” ( Hechos 8:35). Al encontrarse con la mujer samaritana, Jesús utilizó una necesidad mediática para comunicarle el evangelio (el agua, Juan 4). Debemos comenzar a hablar de lo que le interesa a las personas. Hoy lo relevante para ellos son sus necesidades mediáticas: Qué hago con mi hijo que está en adicciones; Me he separado y no se qué hacer; soy homosexual y

sufro discriminación; etc. Es en estas necesidades mediáticas en las que encontraremos los temas que nos permitirán ser relevantes en la predicación a las culturas de la cuidad. Cuando le predico a ancianos les hablo sobre la vida después de la muerte, pues esto es un tema relevante para ellos. Pero, ¿es relevante este tema para los jóvenes y adolescentes? La respuesta es no. Estos tienen toda una vida por delante. Para ellos es más relevante la vida que la muerte. A estos les hablo de la vida que Dios le ofrece, de Jesús como una causa, un propósito por el cual vivir y luchar. Le hablo de vivir por mucho más que lo que el mundo le ofrece. Esto es una verdad relevante para un joven de esta edad. Para ser relevantes a las culturas de la ciudad necesitamos entender lo que es relevante para ellos. Si predicamos sobre el inerno nos encontraremos con un problema ideológico. Muchos en la ciudad piensan que las personas buscan a Dios para salvarse de algo malo, lo cual en denitiva es un interés individual. Por esto argumentan que el cristianismo es intrínsecamente egoísta. El lósofo ateo Nietzsche criticó esto, y de mi punto de vista tiene mucha razón. El evangelio no se basa en salvarnos de algo malo, sino en encontrar un estilo de vida



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mucho mayor. No consiste en lo que nos sucederá a nosotros, sino se trata de encontrarnos con nuestro creador, con quién nuestra vida tiene sentido. Un amigo dice una frase que me gusta mucho: el evangelio incomoda, pero no amenaza. Evangelio signica buenas noticias, no catástrofes. No po demos pasar nuestros días hablando de las cosas terribles que van a venir. A nadie le gusta escuchar a un pesimista. Si somos pesimistas no lograremos ser relevantes a la cultura. El inerno es una verdad. Pero el evangelio tiene muchas otras verdades que traen esperanza al corazón de las personas. Por ejemplo, que las tristezas se convertirán en alegrías, que todo puede cambiar, que podemos ser sanos y libres de nuestras cadenas, que este mundo puede ser mucho mejor si los principios de Dios están por delante, que lo mejor es encontrarnos con nuestro creador, etc. ¡Que esperanzador! Los discursos fatalistas sobre el inerno son pequeños al lado de tanta abundancia que nos ofrece nuestro Dios. Jesús, al anunciar el evangelio, hacia que los coracor azones de sus oyentes se inundaban de alegría por algo mejor que podría llegar a ellos, por medio de Él. Necesitamos que las buenas noticias alegren, cautiven y acerquen a las personas de las culturas de las ciudades de hoy al dador de esperanza y vida, Jesús.

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PREDICAR ALZANDO LA VOZ A FAVOR DE LA JUSTICIA

vangelismo urbano es mucho más que hablar E sobre las buenas noticias que el evangelio ofrece al mundo. Jesús habló acerca del evangelio,

pero hizo mucho más que esto. La iglesia primitiva habló acerca de Jesús, pero hizo mucho más que esto. Diversos movimientos cristianos en la historia han hablado acerca de Jesús, pero han hecho mucho más que esto. Hoy necesitamos hablar acerca de Jesús, pero necesitamos hacer mucho más que esto. Hemos hablado que en vez de anunciar necesitamos comunicar el evangelio. Las personas tienen la capacidad de comunicar de diversas maneras. Una de esta es a través de sus palabras. Otra es a través de sus acciones, su estilo de vida. Necesita-



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mos que nuestro estilo de vida comunique el evangelio de Jesús. La gente de hoy se aburrió de oír, ellos desean ver. Muchas religiones en la ciudad hablan demasiado pero sus hechos terminan haciéndolos hipócritas. Es tiempo de que, además de hablar, nuestros estilos de vida comuniquen con mayor fuerza sobre las buenas noticias de Jesús. Necesitamos que nuestra manera de vivir comunique el evangelio de Jesús. Pero eso no es simplemente vivir sin pecar. Ser santo no signica vivir sin pecado, sino vivir apartados para Dios, consagrados para vivir solo para el. Ser santo signica vivir para traer el reino de Dios a nuestro mundo, aquel en el cual los deseos de Dios se hacen en la tierra, tal cual como se hacen en el cielo. Ser santo se reere mucho más a hacer el reino de Dios, que a lo que no debemos hacer (pecar). Debemos ser santos en toda nuestra manera de vivir (1 Pedro 1:15). Necesitamos que nuestras acciones prediquen, por lo que no hacemos, pero mucho más por lo que si hacemos. Jesús oró “venga tu Reino, que tu voluntad se haga en la tierra tal cual como se hace en el cielo”. Su corazón se dolía al ver el estado de la sociedad de su tiempo, y deseaba que los principios de Dios gobernaran al mundo. Hoy Jesús está vivo y se duele al ver lo que los seres humanos hemos hecho

con el mundo: Cada día mueren 50.000 personas por causa del hambre; muchos viven oprimidos por una economía que los esclaviza; niños crecen con sus conciencias contaminadas por la violencia y sexualidad de la publicidad y los medios de comunicación. En Latinoamérica, se construye un mundo en el cual la mayor parte de las riquezas se acumulan en unos pocos, en donde la pobreza es el elemento que sostiene al sistema, una región del mundo en la que la naturaleza es explotada sin piedad trayendo graves consecuencias para la historia de la humanidad. Si miramos el resto del mundo veremos que los conictos bélicos son pan de cada día, intereses mezquinos disfrazados por luchas a favor de la humanidad. Al ver todo esto Jesús, al igual que ayer, se duele profundamente y ora “venga tu reino, que tu voluntad se haga en la tierra” Hoy necesitamos ser la voz de Jesús en nuestro mundo. Recordemos la predicación que Jesús hizo a la multitud (Mateo 5:1-16). El dijo, “Alégrense los que lloran, pues serán consolados, alégrense los que tienen hambre y sed de justicia, pues serán saciados, dichosos los que son perseguidos por causa de la Justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Ustedes son la sal del mundo, no pierdan su sabor. Ustedes son la luz del mundo, pónganse en un lugar visible para que todos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a Dios” Necesitamos que nues-



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tras buenas obras alumbren al mundo. Recordemos también el reclamo que hizo Dios a su pueblo en Isaías 58. Estos buscaban a Dios en medio de la injusticia, mientras hacían negocios y maltrataban a sus trabajadores. Dios les dice “Para que yo les escuche, antes de hacer muchos actos religiosos liberen a los presos encadenados injustamente, liberen a los esclavos, dejar en libertad a los maltratados y acaben con toda injusticia, compartan el pan con los que tienen hambre y den refugio a los pobres, vistan a los que no tienen ropa y ayuden a los demás. Así yo les responderé cuando ustedes me llamen”. El deseo de Dios es que haya justicia en el mundo, esto Dios desea que hagamos.

Performance protestando contra la violencia, Urbano MX.

Necesitamos comunicar a Jesús alzando la voz por la justicia. Muchos movimientos sociales están levantando su voz a favor de la Justicia a favor del medio ambiente, los derechos humanos, y en contra de la pobreza, el tráco humano y la explotación infantil. Si bien muchas institu-

ciones cristianas son parte de esto, en el ambiente general no existe mucha reexión y participación ante estos temas. Tengo muchos amigos que son activistas sociales que reclaman que los cristianos se quedan encerrados en sus liturgias y hacen oídos sordos a los problemas de la sociedad. Muchos, muy buenas personas, son ateos y por este motivo no creen en Dios. Para estos, la religión hace que las personas se sometan a sistemas corruptos, a las “autoridades superiores”, porque Dios las puso ahí. Para estos, como dijo Karl Marx, la religión es el opio del pueblo, es esa droga que deja a las personas sumergidas en sus problemas y sometidas a los políticos tiranos. Para estos la religión engaña a la gente y castiga a los que desean hacer un cambio social. De esta manera muchos incluso ven como sinónimo la opresión, la injusticia, el abuso y Dios. A estos necesitamos mostrar que Dios es algo mucho más grande que lo que ellos piensan. Que Dios esta a favor de la Justicia y no la injusticia. Son los sistemas religiosos, y no Dios, los que se han alineado a favor de la injusticia en nuestro mundo. Santiago dijo que: “algunos te dirán tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame tu fe sin las obras y yo te mostraré la fe por mis obras” (Santiago 2:18). Preguntémonos, ¿cómo creerán estos activistas sociales en Jesús? Nuestras buenas obras deben alumbrarlos. Estos nos pueden decir que nosotros hablamos



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sobre justicia pero que ellos tienen las obras justas. Que esto no sea así, mostremos por nuestras obras nuestra fe. La fe sin obras es muerta, pero con obras seremos luz para el mundo. Necesitamos que nuestras obras a favor de la justicia social prediquen a todas estas personas que están luchando por los principios de Justicia de Dios pero lejos de Jesús. Necesitamos que nuestras obras les haga entender a estos que el Dios verdadero es Justo, que está en contra y se duele más que todos de la injusticia del mundo de hoy. Que Dios está en contra de todas las religiones que hoy están siendo esa droga del pueblo. Santiago nos enseña que la verdadera religión, la pura y sin mancha delante de Dios, es atender a los huérfanos y a las viudas de sus aicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo (Santiago 1:27). Si hacemos esto el mundo verá la verdadera religión Manifestación contra contra la pornografía y al verdadero Dios. Aquel Dios que no en revistas. Urbano MX.

está en el bando de los opresores, corruptos y asesinos, sino aquel que escucha el clamor de los obreros a quienes no ha sido pagado su salario justo, tiene misericordia por ellos y promete justicia para ellos (Santiago 5:4). Necesitamos dejar de ser pacícos, personas “cor rectas”, y comenzar a ser pacicadores, meternos a donde hay problemas y ser la voz, los pies y las manos de Jesús. Debemos decir algo ante las contingencias sociales que diariamente ocurren en nuestras ciudades. Esto nos hará hablar de Jesús en el lenguaje de nuestros tiempos. Es necesario entender que el evangelio es más que hacer que la gente conozca a Jesús. Es que todas las personas puedan vivir con dignidad. Es que la gente pueda ser libre en decidir. Hoy en día los niños y jóvenes son esclavos a la pornografía. Están demasiado inuenciados por la propaganda que despierta el interés sexual desprovisto de su esencia de amor. Jesús desea que esto no sea así. Necesitamos luchar para que esto sea diferente. Este mundo alza la voz con fuerza destruyendo nuestro sistema. Necesitamos alzar la voz con más fuerza. Así como hoy hablamos sobre las legislaciones en torno al aborto, homosexuales y drogas,



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necesitamos levantarla en contra de la pobreza, la subyugación de derechos que sufren las comunidades indígenas a lo largo de nuestro continente, o la depredación del medio ambiente que existe en Latinoamérica, en donde las políticas ambientales y laborales son despreciadas. Necesitamos entender que los argumentos de Jesús nunca estuvieron en la ley, sino en el amor. Hoy argumentamos que el aborto es malo porque a Dios no le gusta, pero ¿Qué sucede con las niñas de 14 o 18 años que viven en los sectores vulnerables de la sociedad, con educación sexual deciente y baja protección familiar? Muchas de estas mueren en abortos clandestinos. No podemos estar en contra al aborto simplemente porque es malo, esto es legalismo. Estamos en contra del aborto porque las personas sufren. Estas niñas deben ser consideradas en nuestras argumentaciones, no podemos olvidarlas. Lamentablemente hoy la hemos olvidado en los foros públicos de debate sobre este tema. El amor debe ir delante de nosotros. Terminaré este capítulo contándote algo que descubrí en un viaje que hice hace tres dos años a las catacumbas en Roma. Durante los primeros tres siglos de nuestra era el cristianismo fue duramente reprimido en Roma. Las catacumbas son túneles subterráneos de tumbas en las que hay más m ás de seis

millones de personas sepultadas, el 94 por ciento de estos fueron cristianos. ¿Sabes por qué los cristianos fueron perseguidos y asesinados con tanta brutalidad en este periodo? La tradición cuenta que era por anunciar a Jesús. Sin embargo, los estudios muestran algo diferente, pues Roma respetaba las creencias de los países conquistados, era una estrategia de expansión del imperio. Muchas religiones no fueron perseguidas por Roma. Entonces, ¿Por qué estos cristianos fueron perseguidos? Un historiador explica que los cristianos fueron perseguidos por levantar la voz ante la inmoralidad e injusticia de su tiempo. Al conocer a Jesús, estos hombres y mujeres cambiaron radicalmente su estilo de vida y su grado de moralidad creció. Estos, a parte de dar testimonio acerca de la salvación de Jesús, hicieron lo que Jesús hizo y por lo cual fue muerto: levantaron su voz en contra la injusticia y la inmoralidad de sus líderes políticos y religiosos. Muchos líderes romanos, al verse atacados por las acusaciones de estos cristianos, encendieron su ira en contra del cristianismo y lo persiguieron. De esta manera, la persecución al cristianismo, de las más sangrientas de la historia, no fue por un tema de creencias en Jesús, sino porqué los cristianos levantaron su voz a favor de la justicia. Juan el Bautista murió degollado por decirle a



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Herodes que no le era lícito tener a la mujer de su hermano (Mateo 14: 3-4) Esteban fue muerto por denunciar como culpables de la muerte de Jesús a las autoridades religiosas de su época (Hechos 7:51 52). Ambos fueron muertos no por su fe en Jesús, sino por alzar su voz ante la injusticia. Sin embargo, al ver con la pasión que estos cristianos morían muchos más se hacían cristianos, por la convicción con la que entregaban sus vidas. Así se convirtió Pablo, así creció el evangelio y derribó al imperio más grande de la historia. Ahora pregúntate, ¿Por qué los cristianos no tenemos persecución hoy? Hoy somos en gran parte hacemos indiferentes, o incluso partícipes, de las injusticias de nuestras autoridades políticas y religiosas. Te aseguro que cuando comencemos a levantar la voz como nos toca, la persecución vendrá a nosotros. Y en esta persecución, si mantenemos la fe en alto, la luz de nuestras buenas obras llevará el evangelismo urbano a niveles de expansión que no hemos visto en nuestros tiempos en nuestras ciudades. Así que seamos la voz que Dios desea ser en nuestros tiempos, alumbremos como él desea que lo hagamos, que nuestras buenas obras muestren al mundo que Dios es la mejor opción para todos, el es el que puede traer relaciones más justas y solidarias,

Jesús es quién puede impulsar un mundo más honesto y solidario, y quien puede salvar nuestra alma y darnos una vida verdadera.


+ MISIONES URBANAS + CAPÍ TULO TULO 7

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La primera consiste en que la ciudad vaya al templo para escuchar el evangelio. Conciertos, pescas, eventos evangelísticos, predicas para nuevos, actividades para niños, etc., son algunos ejemplos. La ciudad debe ir al templo para conocer a Jesús.

IGLESIA A LA CALLE

l evangelismo es en esencia un acto de amor. Es entregar mucho más de lo que se entiende como suciente para que las buenas noticias de Jesús alcancen a muchos. Hoy son muchos los que por nuestros lenguajes y métodos de comunicar el evangelio están excluidos de conocer la verdad. Jesús murió por ellos y desea llegar a ellos, pero algunas ideologías lo impiden. El trabajo es mucho y los obreros pocos. Necesitamos de misioneros urbanos que vayan a donde estos están para comunicarles las buenas noticias que tiene Jesús. Tenemos que salir a las calles y ahí ser y hacer la Iglesia.

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En una ilustrativa explicación que escuché de un conferencista se planteó que hay al menos 3 diferentes maneras de hacer evangelismo en la actualidad.

La segunda es salir a la ciudad para comunicar el evangelio, y después de esto invitar a la gente a los templos, para que allí puedan ser discipulados. Grupos de teatro y performance, pregonar a voz alta la palabra en calles y hospitales, servicio social, ir casa por casa, predicar en transporte público,



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etc., podrían ser ejemplos de esto. Después de ir a la ciudad, la ciudad debe regresar al templo para crecer en el evangelio. La tercera consiste en salir a la ciudad para compartir de Jesús. Pero aquí no se espera que las personas regresen al templo para conocer de Jesús, sino que los evangelistas se quedan con ellos en la ciudad para allí hacerlos discípulos. Se transforman de evangelistas a misioneros urbanos.

Pensemos, ¿Cuál de estas tres maneras de hacer evangelismo es mejor? Pues la experiencia nos ha enseñado que no hay una mejor que otra, sino que su enfoque es diferente. Muchas personas pueden conocer y crecer en la fe mediante los primeros dos métodos. Muy probablemente muchos de nosotros somos de estos. La pregunta que nos hacemos nosotros es la siguiente: ¿Cómo llegar a la gran cantidad de personas que jamás irían a los templos? El fundamentalismo y las liturgias de la mayoría de las

congregaciones hacen que estos espacios no sean idóneos para que muchos lleguen a ellos. Sin duda esta idea es profunda y trastoca, más que un método de evangelismo, la esencia del mensaje de Jesús. ¿Qué hizo Jesús en su tiempo? Podríamos decir que secularizó el evangelio, en el sentido de que lo sacó de las cuatro paredes de los templos y lo llevó a las ciudades. Lo llevó a los excluidos, a aquellos que no tenían manera de profundizar su conocimiento de Dios. Salió del templo y fue donde ellos vivían, comían, celebraban esta y también sufrían. Allí vivió, se quedó con ellos y construyó la Iglesia. Como comenzamos diciendo en este libro, el velo del templo se rasgó para que la presencia de Dios, que estaba encerrada en el templo, llenara todo el mundo. Para que esta estuviera donde la gente está. Al llenar al mundo llenó todo, hasta los lugares más pecaminosos. Este es el sueño de Dios que cumplió Jesús en la tierra, hacer a Dios accesible a todas y todos. Sin embargo, la evolución del cristianismo en la historia y su mezcla con la cultura romana modicó completamente el mensaje original. La colectividad de la iglesia primitiva fue transformada en una organización totalmente vertical. La misericordia y



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el amor se transformaron en ley, la sencillez en opulencia, el morir a otros en matar para el propio benecio, y entre muchas otras cosas, cosas, volvió a encerrar a Dios en los templos. A la llegada de la reforma, se rompe con todo un sistema religioso inmoral y se abre la puerta para regresar al planteamiento original. Lutero traduce la biblia al lenguaje del pueblo y esta se vuelve accesible a muchos. Mediante la lectura de ella estos reciben revelación de la verdad. Sin embargo, em bargo, con los años esta reforma se transforma nuevamente en religión y se repite el mismo proceso que sufrió el cristianismo en roma. Hoy vivimos con una separación muy fuerte entre el cristianismo y el secularismo. Muchos entienden que se conoce a Dios y se vive dentro de los templos, pues allí se le busca, no en todas partes. Es en la “iglesia” con la gente “capacitada” para enseñarnos donde podemos conocer a Dios. Sin duda heredamos esto del catolicismo. Sin embargo hay esperanza si profundizamos nuestro entendimiento y revelación sobre el mensaje y las acciones de Jesús. Jesús murió para hacer accesible la salvación de Dios para todos. Hoy muchos no irán a las iglesias por motivos culturales e ideológicos. Tenemos que salir de los templos a la

ciudad, y allí comunicar el evangelio y vivirlo. Enseñar primero con nuestras acciones y después con nuestras palabras. palabras. A Jesús le “urge” llegar a los que tienen necesidad de médico. Necesitamos ser como Jesús en nuestros tiempos. El aceptó a las personas tal cual eran. No tengo problemas en pensar a los apóstoles diciendo groserías, codiciando a las mujeres y haciendo otras cosas cuando comenzaron a seguir a Jesús. Eran pescadores, en su época un trabajo considerado bajo en el escalafón social. Jesús los amó tal cual eran, los mantuvo cerca de ellos y les mostro con su ejemplo un estilo de vida diferente. Con el tiempo fueron cambiando y se transformaron en los líderes del movimiento social más grande en la historia. Para hacer Iglesias urbanas, necesitamos aceptar a las personas tal cual son, mantenerlos cerca a nosotros y mostrarles con el ejemplo un estilo de vida diferente (no por nosotros, sino por Jesús en nosotros). Jesús hizo la mayor parte de su ministerio en la ciudad, en lo urbano. Fue a sus estas, se reunió con ellos donde ellos vivían, e hizo lo que ellos hacían. Para hacer Iglesias urbanas, necesitamos vivir donde ellos viven, no esperar a llevar nuestra liturgia, sino hacer lo que ellos hacen y sentir lo que ellos sienten.



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Jesús no esperó que los discípulos regresaran a los templos después de su ministerio. Todo lo contrario, los mando a todo el mundo a anunciar las buenas noticias. Para hacer iglesias urbanas no debemos esperar que la gente que se acerque a Jesús vaya a un templo. Su lugar más cotidiano, sus casas, se transformaron en centro de reunión. Y fueron estos por ser un lugar más seguro, ya que los estaban siguiendo para matarlos. Probablemente sin la persecución se hubieran reunido en las plazas más concurridas de sus ciudades. ciudades. Para hacer hacer iglesias urbanas tenemos que hacer de la ciudad nuestro templo. Necesitamos romper la división existente entre el “cristianismo” y el “mundo secular”. El evangelio no es solo individual sino también social. Vidas necesitan ser rescatadas de su circunstancia, pero también nuestras ciudades gritan por redención. Siendo y haciendo la Iglesia en lo urbano podremos impactar la cultura de nuestro mundo. Así podremos inuinu enciar su mentalidad, denunciar la maldad, y proponer con acciones una manera diferente de vivir la vida. Necesitamos anunciar la verdad desde las azoteas de nuestros tiempos (Mateo 10) y ser la luz que este mundo necesita. La luz debe estar puesta en el lugar donde todos la puedan ver (Mateo 5). Jesús para salvarnos se hizo como nosotros. Vino a

vivir como vivíamos, a comer como comemos, a hacer del baño, reír y llorar como nosotros. Y siendo como nosotros, se entregó por nosotros para salvarnos. Esta es la esencia del evangelio, hacerse como el otro, y en esa condición entregar la vida por el otro para que este pueda conocer lo que Dios tiene para ofrecerle. Ser y hacer la Iglesia en lo urbano es mucho más que un método para alcanzar a los que no irían a los templos. Es cumplir el sueño por el cual Jesús vivió cada día en nuestro mundo y recibió golpes y clavos en sus manos y pies. Aquel sueño por el cual derramo toda su sangre. Este sueño de que el mensaje de salvación llegue a los que hoy están excluidos de conocerlo a causa de nuestra religiosidad. Es sacar la presencia de Dios de los edicios y llevarla a donde siempre debió haber estado, a donde estuvo en la creación en el diseño original de Dios para el mundo y a donde Jesús la llevó a través de su vida y muerte, a todos los lugares de nuestro mundo. ¿Entiendes la idea? ¿Aceptas el reto?...


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me¬diante oraciones, diseño gráco, difusión, ideas y/o otros diversos recursos, e incluso nanciamiento, puedes encontrar una manera de hacerlo en nuestra web. www.movimientourbano.org Movimiento Urbano es

una red de diversos proyectos urbanos de diversos países. Buscamos relacionarnos para aprender unos de otros y para impulsar a otros a tomar este desafío misionero en sus ciudades.

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