Vítor Garía
MUSEIHUSHUGI: el anarquismo japonés
La Neurosis o Las Barricadas ed
Vítor Garía, Museihushugi. El anarquismo japonés, 1976, Méxio DF, DF, 1ª ediin en Editores Mexianos Unidos S.A. 2013, Madrid, 1ª ediin digital preparada por La Neurosis o Las Barricadas ed.
Queda rigurosamente reomendada la difusin total o parial de esta obra.
ÍNdice I.– iNtroduccióN.................................................................................7 II.– siNopsis histórica: Las luhas por el poder.......................................................................13 poder.......................................................................13 El enlaustramiento............................................ enlaustramiento...........................................................................16 ...............................16 Sol de Oidente................................................................................19 Oid ente................................................................................19 La entralizain del d el poder................................................................21 poder................................................................21 Orto y oaso del militarismo..............................................................22 Myoden y Uji: Uji: exponentes de oletivismo libertario.........................24 Las revueltas del Medioevo................................................................29 Una síntesis del Zen...........................................................................31 iii.– eL aNarquismo eN JapóN (hasta 1945) Ando Shoeld: el preursor ignorado..................................................35 Atsusuke Atsusuke Nakae: el Rousseau oriental...............................................38 Denjiro Kotoku: Kotoku: arquiteto del anarquismo en el Japn...................42 Sakai Osugi “anarquista en traduin”............................................49 Martitologio de los anarquistas..........................................................61 Los sobrevivientes de la seviia del Estado........................................68 Taiji Yamaga: medio siglo de anarquismo...........................................71 Epílogo de la époa heroia.................................................................87 heroia .................................................................87
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iV.– JapóN eNtre 1945-1974 1945: Inventario desolador.................................................................99 desolador.................................................................99 El boom eonmio...........................................................................102 La uestin laboral...........................................................................107 El sindialismo hasta 1945...............................................................110 El sindialismo atual.......................................................................113 Los partidos polítios........................................................................122 La fuerza represiva..........................................................................125 El estudiantado.................................................................................127 La Federain Anarquista Japonesa.................................................157 El movimiento anarquista disuelve la FAJ.......................................172 FAJ.......................................172
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i INTRODUccIóN
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a revoluin industrial lleg muy tardíamente al Japn. Fue el resultado lgio de una polítia de total aislamiento que anquilos al arhipiélago durante tres siglos. Mientras el mundo se desubría geográfiamente, se saudía el medioevo y se lanzaba a la aventura de la máquina inaugurando la produin masiva a expensas de una nueva lase, el proletariado, el Japn, on los puertos errados al mundo, vivía un régimen feudal, de astas, totalmente apoyado en una agriultura de ultivo intensivo, tal omo la onoiera Franiso Javier uando desembarara en el Imperio del Sol Naiente en 1549. cuando en 1853 el omandante Perry abri el omerio a añonazos desde los modernos baros de guerra estadounidenses, el Japn desubri una triste realidad: su atraso palmario en los ampos de la ténia, de la eduain, del omerio, de la industria, de la polítia, de la mediina, del transporte, et. Fue uando, a marhas forzadas, el emperador Meiji dot a su imperio de todos los adelantos logrados por Oidente. Para ello no titube en ontratar masivamente a ténios y ientífios extranjeros y en mandar, paralelamente, a gruesos ontingentes de estudiantes japoneses a los países industrializados de Europa y Norteaméria. Antes de que el siglo XIX llegara a su fin, el Japn ya se había emparejado on el mundo industrial y moderno y hasta había ganado su primera guerra internaional ontra china, la abasteedora más propiia y erana de las materias primas que un Japn industrializado y arente de ellas tenía que asegurarse. a segurarse. De lo genuinamente aborigen nada o poo pudo aprovehar el Japn para ser adaptado al gran ambio que se estaba produ5
iendo. Las máquinas, las medidas, las ténias de produin y de maradeo, el sistema laboral, la instruin primaria y la superior, todo era opia fiel de Manhester, del Ruhr, de Pittsburg y hasta el mismo sistema de represin poliíaa era fiel imagen del alemán. Ninguna disposiin tom el Mikado en uanto a lo que en Europa y Améria formaba parte integrante, indisoluble e inherente del sistema –los uerpos de dotrina soial, fruto de la revorevo luin industrial– pero los aires revoluionarios se presentaron en el Japn on la misma rapidez que los omplejos industriales, sus ténios y sus instrutores. Lo únio que suedi fue que mientras éstos eran introduidos en el Japn por el gran portal de los invitados, los gérmenes revoluionarios entraban en el país pa ís por la puerta de serviio. A lo largo del trabajo que sigue habrá un esfuerzo visible para demostrar que en el Japn ha existido siempre, omo en todos los países que se han afinado en el ultivo de la tierra omo jáena maestra de su sistema eonmio, atisbos genuinamente libertarios. De igual modo, y esto no preisa de ejemplos onretos, el espíritu rebelde ha estado presente en el seno de los oprimidos. Todo esto, sin embargo, tenía poos asideros frente a todo el sistesiste ma, masivamente importado, por lo que se justifia, en el ampo de los opuestos, la importain, igualmente masiva, de las ideas revoluionarias. En lo que al anarquismo respeta, y a pesar de la original figura de Ando Shoeki, el William Godwin japonés, los anarquistas nipones lo han abrevado todo, prátiamente, de los terios del anarquismo europeo. Kotoku y Osugi, las dos olumnas más relevantes del anarquismo en el Japn, a pesar de su inteligenia y su espíritu reador, reador, prefirieron sumergirse en la traduin de 6
los textos de Kropotkin, de Bakunín, Proudhon, et., donde el ideal abrazado estaba ya ordenado, disutido y aprobado, antes que audir a la lenta onepin de una exposiin original de los ideales libertarios. El propio voablo anarquismo fue asimilado tal ual, de igual manera que la mayoría de lo introduido en el país –maquinaria, teniismo, sistema métrio deimal, ienia, instruin, sistema polítio, et.– también era aeptado on las voes del lugar de origen. Al revoluionario oidental le ha bastado audir a la fuente de nuestra ultura, Greia, para onfeionar, omo lo hiiera Proudhon, on una raíz y un prefijo, el nombre del ideal libertario: an-arquismo. an-arquismo. El japonés, para designar un uerpo dotrinal soial que niegue la autoridad, preisa de ino signos ideográfios –Mu –Mu,, signifiando ‘ausenia’, sei, sei, que quiere deir ‘polítio’, bu, bu, para la voz ‘organismo’, shu, shu, para ‘prinipio’ y que es el distintivo de ismo– de ismo– de tal manera que todo y siendo, para el purista del idioma, museihushugi idioma, museihushugi la verdadera aepin para designar el anarquismo en japonés, raramente suele hallarse, en los textos anarquistas del Japn, este extensísimo extensísimo voablo. El anarquismo en el Japn tuvo una époa heroia que, ronolgiamente hablando, podríamos ubiarla entre los años 1903 y 1937. El letor enontrará, a lo largo de las páginas que siguen, la historia de un movimiento de abnegados, de místios y de mártires uyo paralelo nos resultaría difíil hallar en otras oordenadas geográfias. Ser anarquista, en el Japn, hasta el desenlae de la segunda onflagrain mundial, era una ondena a muerte en potenia. A un profesor de la Faultad de Eonomía de la Universidad de Tokio, N. Morito, que se le ourri, en 1920, esribir un Estudio del pensamiento social de Kropotkin, Kropotkin, a pesar de que no era 7
simpatizante del movimiento anarquista japonés, fue ondenado a un año de árel y se le prohibi, en el futuro, que ejeriera su profesin de enseñante. La primera masare «legalizada» ontra el ideal libertario tuvo lugar el 24 de enero de 1911 uando doe anarquistas fueron ahorados por el delito de lesa majestad. La poliía y el ejérito amañaron lo que pas a ser onoido omo la Gran Revuelta (Dai Yaku Jiken), Jiken), on el fin de desembarazarse de las figuras más relevantes del movimiento anarquista, inipiente pero pujante. El evento tuvo resonania internaional porque, entre los ahorados, había un médio, un esritor, esritor, dos periodistas, un saerdote budista, un funionario, dos propietarios, un omeriante, obreros, estudiantes y ampesinos, evideniando todo ello la falsedad de la ausain. Una heterogeneidad de profesiones tan manifiesta era totalmente inompatible on la finalidad que, según la poliía y el ejérito, los ausados se habían fijado. También hubieron muhas ondenas de prisin. De ello nos refresan el reuerdo las agenias internaionales de informain que, en un able del 16 de enero de 1975, anunian la muerte de Seima Sakomoto, uno de los enartados de la Gran Revuelta, ondenado a la árel y muerto, este mismo día, a los 87 años de edad. Al asesinato oletivo del 24 de enero de 1911 1 911 siguieron muhos más. Destaa, por enima del resto, el que tuviera lugar en los primeros días de septiembre de 1923 uando se atribuy a los anarquistas y a los oreanos los inendios y pillajes que siguieron al terrible terremoto del 10 de septiembre. En aquella oportunidad fue imposible dar on la ifra exata de los anarquistas sarifiados. Por último, uando el 7 de julio de 1937 el Japn le
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delara la guerra, ofiialmente, a china, la represin ontra los anarquistas desbord, en seviia, a todas las anteriores. Fue neesario el fin de la Segunda Guerra Mundial para onoer la exata situain del anarquismo japonés. Sorpresivamente, algunos libertarios habían sobrevivido, primero a la represin de la poliía y el ejérito y, después, al azote de la onflagrain mundial. Una era nueva se proyetaba para el anarquismo en el Japn, y el 12 de mayo ma yo de 1946 los libertarios japoneses se organizaban nuevamente. La Federain Anarquista Japonesa iniiaba sus labores. Este trabajo trata de ser un primer aporte de mayor trasendenia que los artíulos que on ierta intermitenia apareen en la prensa anarquista internaional en lo que a la historia del anarquismo en el Japn onierne. Es una ontribuin a esta historia que tan desonoida es para los anarquistas ana rquistas de Oidente. Debido a lo que hemos apuntado en el omienzo de esta introduin, el japonés ha abrevado onstantemente de las fuentes de Oidente. Nuestra historia, nuestra ultura, nuestras ideas las ha ido siguiendo, el japonés, sin altos en el amino. A los anarquistas de Europa y Améria nos ha faltado un deseo de reiproidad que nos aerara más a los anarquistas del Extremo Oriente. Se sabe muy poo de las luhas anarquistas, de las polémias sostenidas por el impato de interpretaiones disrepantes, de las neesidades y de las inquietudes de los que, desde los antípodas, piensan que la humanidad debe saudirse el yugo del Estado y abrazar el ideal que mayor dosis de libertad enierra en su ontexto.
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ii SINOPSIS HISTóRIcA por eL poder Las Luchas por eL
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i nos atenemos al axioma de carlyle, «Los pueblos felies no tienen historia», historia», nos toará reonoer, reonoer, por deduin artesiana, que el Japn debe ser poseedor de una historia extensa y ria en eventos. El pueblo japonés ha sido sojuzgado por sus tiranos a lo largo de toda su existenia omo tal pagando, posiblemente, por un «peado original» ometido por sus antepasados en la prehistoria del Arhipiélago. Este «peado original», toado muy de soslayo en los tratados de historia, sería el de la usurpain, por parte de los japoneses, llegados del ontinente, del suelo insular habitado por los ainus, ainus, los verdaderos aborígenes de aquellas islas, perteneientes, paradjiamente, a la raza blana. Hoy, Hoy, para dar on on algún superviviente de aquellos ainus hay que alanzar la más septentrional de las islas niponas Hokkaido, donde, en grupos aislados y ralos, se hallan los, vestigios de un pueblo del que nada se sabe y que amina, inexorablemente, a su extinin. Sumergirse en esta historia no es posible en este ensayo dediado a otras finalidades, bien que, dado que tendremos que haer itas, al pasado del Japn a lo largo de las páginas por venir, nos paree preauin sensata desdoblar un reduido resumen para que nos sirva de asidero uando el momento así a sí lo exija. La historia del Japn, omo todas las historias ofiiales de todos los países del mundo, omienza on la leyenda. La japonesa señala que el Imperio Nipn fue fundado en el año 660 antes de la era vulgar por el emperador Jimmu Tenno, desendiente 11
de la diosa del Sol, Amateratsu. 1 En el terreno de la leyenda la historia japonesa abalga era de doe siglos, ya que los puntos de referenia dignos de relativo rédito se originan a partir del siglo VI de nuestra era, uando del ontinente han irrumpido los aervos hinos que imentan, definitivamente, la ivilizain insular. sular. Estos bagajes ulturales, artesanales, religiosos y soiales de la china llegaban, a través de corea, en los morrales de annimos olonos japoneses que en la nebulosa de aquellos años ignotos se habían instalado, sus antepasados, en las la s tierras ontinentales de la regin llamada Mimana. Los avatares polítio-militares de china y los países limítrofes on Mimana, Silla y Paehe, forzaron a los japoneses de Mimana a abandonar sus asas y el país regresando al Japn de sus antepasados. Ellos, on sus familias, servidores y allegados, desembararon on todos los onoimientos adquiridos en el continente, inluidos la esritura ideográfia hina, el budismo, el taoísmo, el onfuianismo, el ultivo del arroz y un amasijo de normas morales que le servirán de imientos al prínipe Shotoku Taishi Taishi (593-628) para promulgar la primera onstituin onoida omo la de los Dieisiete Artíulos. Hasta el año 710 la orte no fijaba la apital jamás. El emperador entrante abandonaba el lugar en que había muerto su anteesor, por respeto y temor a la muerte, y se instalaba en otra loalidad. Nara pasa a ser la primera apital que no registra estas ondiiones nmadas y el periodo de Nara –interesante por su 1 Así fue planeado por los ortesanos del siglo vm a fin de dar ondiin de sagrada a la dinastía naiente. cuando tuvo lugar el advenimiento de Meiji, en 1868, se volvi a replantear la neesidad de mantener divino al Emperador y, on absurda preisin, no solamente se señal el año 660 omo el del advenimiento dinástio sino que se indi el día: el 11 de febrero. Esta jornada, onoida omo Kingensetsu era una de las más importantes del alendario fasista de antes de la guerra. 12
fase artístia y arquitetnia porque, al igual que el drio en Greia, representa la pureza del trazado– dura hasta el año 784, uando la orte se instala en Kyoto, donde permanee por más de mil años –hasta 1368– bien que el gobierno, según las familias dominantes de turno, deambule por otras iudades –Kamakura, Osaka, Edo, etétera–. El emperador asume, muy temprano, una ondiin puramente figurativa, mientras que la verdadera hegemonía pasará a ser ejerida por varias familias que se alternarán, a ambio de sangrientas luhas, en el ejeriio del poder. Los Fujiwara fueron los primeros en oupar la regenia (kam( kam palu) palu) que se ejería en la propia iudad de Kyoto. Pasa tal logro tuvieron que librar una luha enonada on el lan Soga y así da iniio a una historia del Japn en la que el tema permanente es la luha por el poder sin que el representante de los dioses en el Arhipiélago, el emperador o Mikado, pueda intervenir. Los emperadores, hasta últimos del siglo pasado, fueron verdaderas figuras deorativas sin influenia de ninguna índole, salvo la que podía trasluirse de su ondiin de representante de la diosa Amateratsu en la Tierra para los reyentes nipones. La hegemonía de los Fujiwara se desplom definitivamente en 1185, inidiendo, en ello, varias familias rivales, logrando haerse dueño de la situain Minamoto Yoritomo, que toma el titulo de shogun (generalísimo) y, urándose en salud, instala sus reales en Kamakura. El lan Hojo le suede y es durante su periodo (1200-1333) que tienen lugar dos intentonas serias, por parte de Kublai Kan, de desembaro en las islas. Una tempestad de proporiones enormes aab on la flota hina. Los japoneses la llamaron kamikaze (viento sagrado), nombre que tomaron los aviadores suiidas que durante la última guerra mundial se arro13
jaban ontra las naves de guerra enemigas on el avin argado de explosivos. Viene luego el periodo de los Ashikaga, que se instala en Muromahi, Kyoto (1338 a 1573), el fin del ual mara, a su vez, el fin del feudalismo nipn al desapareer, de la esena polítia, las viejas familias rivales y todopoderosas. En 1573, Nobunaga, jefe guerrero, derroa a los Ashikaga y toma el shogunato que lo disfruta muy efímeramente, ya que es muerto en 1582. Sube en esena, entones, una de las figuras más onoidas del olegial japonés: Toyotomi Hideyoshi, el mejor general de Nabunaga y denominado, por los historiadores, «El Napolen japonés». Sus ímpetus bélios lo llevaron al otro lado del mar librando guerra sin esar y ganando batallas pírrias ontinuamente. Su mayor trofeo fueron 38.000 pares de orejas de venidos oreanos on las uales se levant un túmulo imponente en Kyoto todavía visible ahora. Al morir Hideyoshi tom el poder Tokugawa Ieyasu que lo onserv hasta su muerte, en 1616, habiendo logrado, previamente, eliminar toda sombra de oposiin, motivo por el ual el shogunato de los Tokugawas dur basta 1868. Los Tokugawas se instalaron en Edo, Tokio de ahora, manteniéndose así, todavía, más alejados del Mikado de Kyoto. eL eNcLaustramieNto
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os asi tres siglos de dominio Tokugawa mararon un aislamiento hermétio del país on el extranjero. Había pena de muerte para el japonés que tratara de abandonar el Japn y lo mismo suedía on el que, hallándose en el extranjero, intentara desembarar en el Imperio. El temor de que las orrientes progre14
sistas del exterior erosionaran un sistema de lases tan estrito, que salpiaran de levadura de luz el osurantismo del país, que la inquietud y la noin de que en otras partes la vida era diferente proporionara pabilo para el desontento sugiri, en el errilismo de los Tokugawas –y Hideyoshi tom la iniiativa en ello–, omo soluin apropiada, el errar bajo siete llaves el Imperio del Sol Naiente. El temor se despert en esos aguerridos gobernantes uando, oinidentes on su onquista del poder, desembaraban en las ostas de la más meridional de sus islas, Kyushu, los portadores del ristianismo, inluido el propio Javier (1549), los uales, iluminados por una fe arrolladora, lograron difundir el evangelio a manos llenas logrando éxitos slo expliables si se tiene en uenta la ondiin de aquellos isleños fustigados de impuestos, drástiamente ubiados en sistemas de lases infranqueables, sujetos a los avatares de los lanes de turno y sometidos a un feudalismo inestable y, por ende, más tiránio. En 1581, a slo 30 años de la llegada de los primeros ristianos en Kagoshina, ya el Japn ontaba on más de dosientas iglesias edifiadas. Las «fuerzas» atlias signifiaban una fuerza tan real que Nobunaga no titube en pedir su apoyo para, oponiéndose al budismo, poder haer frente a las viejas familias. Los jefes guerreros que seundaban a Nobunaga, onoidos omo dai myos y que pasarían a integrar, durante los Tokugawas, la asta más elevada de todas, se onvirtieron al ristianismo logrando méritos elestiales, destrozando y quemando templos así orno masarando bonzos y feligreses budistas. Hideyoshi, fiel general de Nobunaga mientras éste vivi, no enontr otra soluin, una vez logrado el poder para él, que aabar on toda la estirpe de Nobunaga y sus alitos. Estaba en 15
las normas de la sobrevivenia nipona y tales asesinatos, igualmente freuentes en las ortes de los capetos, los Estuardos, los desendientes de los muy catlios de España, los Hohenstaufen et. en Europa, y Hideyoshi orden, fríamente, destrozar todas las iglesias de Osaka, Kyoto y Sakai, expulsar a todos los jesuitas y, en 1597, hizo ruifiar a seis franisanos, a tres jesuitas y otros varios ristianos. Jugando on las barajas de la polítia, los ristianos ristianos que quedaron en el Japn aordaron apoyar la ausa de Hideyori, el hijo de Hideyoshi, pensando en que era la ausa on más posibilidades de vitoria. La derrota de Hideyori y el enumbramiento de Ieyasu mar el fin del ristianismo en el Japn, ya que el primer Tokugawa deret que la religin ristiana era «falsa y podrida», onminando a todos los ristianos a abjurar. abjurar. Los que no lo haían adquirían la ondiin de eslavos. Esta perseuin está en el origen de la famosa revuelta de Shimbasa (1632) en la que 40.000 personas se sublevaron, destrozando templos budistas y shintoístas. Refugiados en la península de Shimbasa los ristianos resistieron hasta 1638 ediendo, finalmente, al aoso de 60.000 soltados del shogun que pasaron a uhillo a todos los sublevados sin distinin de sexo ni edad. Los holandeses, que andaban deseosos de arrebatar a los portugueses y españoles el merado japonés, vieron una buena oasin para ganarse los favores del Tokugawa de turno, y desde sus baros de guerra bombardearon la fortaleza asediada hasta desmenuzarla. Los holandeses lograron su propsito y durante todo el periodo de autoaislamiento de los Tokugawas fueron los únios namban, namban, extranjeros del sur, que pudieron omeriar on los japoneses bien que sufrieron vejámenes innombrables tales omo 16
el de no poder abandonar la islita de Deshima, el no traer nuna mujeres europeas, el no poseer Biblias ni libros sagrados, el tener que derribar un edifiio porque en el frontispiio figuraba un A.D. ( Anno Domine) Domine) y, uando una vez al año se les «permitía» ir a rendir tributo al emperador, emperador, se les obligaba a bailar y a imitar a los marineros borrahos. La presenia de los misioneros jesuitas y franisanos y los estragos que su redo haía entre la poblain nipona lleg a traumatizar a los Tokugawas que no vieron más soluin que la de errar las puertas al extranjero. Fue peor el remedio que la enfermedad, porque el atoliismo, pasados los primeros tiempos y diluida su novedad, habría resultado de un impato intrasendente omo se ha podido verifiar en todos los países asiátios donde los misioneros atlios y ristianos en general han tratado de ganar adeptos. El budismo uenta, al igual que el islamismo, el shintoísmo y otras religiones menores del Asia, on argumentos que en nada se distinguen de los ristianos: lo sobrenatural, el saerdote, el premio... Si la religin no asalta las fortalezas enemigas on la ayuda de las armas, omo suedi en Améria, donde la ruz iba siempre aompañada del arabuz y la espada, no logra vitorias. soL de occideNte
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i el Japn no hubiera errado sus puertas al Oidente éste habría ido aportando, poo a poo, on las meranías y los hombres, aires progresistas que no hubieran permitido que el Japn alanzara los umbrales del siglo XX on seis siglos de retraso. Esta inaugurain de ventanales abiertos orri a argo del emperador Mutsu-Hito (1867-1912) que, seundado del samurái 17
Okubo, obliga, en enonada luha, a que los Tokugawas abdiquen. El Mikado se instala en Tokio y omienza la era de la luz –Meiji–, en la que se trata de reuperar todo el tiempo perdido a fin de onvertir al Japn en un Estado moderno digno de poderse odear on los Estados europeos. Se deretan reformas soiales omo la aboliin de las astas y del feudalismo, se promulga una nueva onstituin, se establee el régimen parlamentario bien que onservando el emperador todas las prerrogativas. Bajo el punto de vista eonmio e industrial el país sufre un ambio radial en forma tan efetiva y aelerada que el Japn irrumpe, en el siglo XX, en ondiiones de gran potenia. En dos oasiones, por lo menos, el Japn llega tarde en la ita on la historia. En el siglo VI, uando los olonos de Mimana y los budistas del ontinente llegan al Japn, en china ya se ha inventado la imprenta, mil años antes que Gutenberg o el holandés costers; ya se usa el papel moneda. Ya haía un milenio que se usaba el arado en las fértiles tierras del Yang Tsé y del Huang Ho; el arte ya se había desparramado en tesoros que todavía ahora son inimitables. confuio y Lao Tsé estaban ya distantes de diez siglos. En aquel entones los japoneses dieron prueba de gran apliain y en poos años asimilaron la esritura hina, los sistemas agríolas avanzados del ontinente, el arte de la pintura, el de la aligrafía, el de la arquitetura, el de la esultura, así omo los raionales sistemas administrativos de las omunas hinas, fruto de las enseñanzas fisiorátias de los grandes pensadores de aquel a quel gran país. De igual modo, en 1868, uando los Tokugawas son derribados, el Japn es vítima de un pronuniado atraso que el almirante norteameriano Perry es el primero en poner de manifiesto en 1853 uando, on sus potentes navíos, obliga a los japoneses 18
a abrir sus puertos. Entones los insulares desubren que en el mundo hay loomotoras, armas de fuego ontra on tra las uales no hay arma nipona que se resista, máquinas que retratan, que vuelan, que van por debajo del agua. Telares, telesopios, mirosopios, rotativas, fongrafos, máquinas de alular, de oser, de haer papel . El poder asimilativo del japonés vuelve a ponerse de manifiesto de nuevo, al igual que en el siglo VI y lo que Europa, Améria y el mundo han desubierto e inventado a lo largo de un milenio lo aprenden los hábiles insulares en una generain tan slo. Explia Arnold Toynbee Toynbee que pregunt a un grupo de japoneses, en ierta oasin, uál era el signo distintivo (ethos ( ethos)) más relevante del japonés. El grupo interambi pareeres entre sí para oinidir, ante Toynbee, de que su ethos era la adaptabilidad. Y debe haber muho de ierto en esto, para bien o para mal de este pueblo siempre urgido de apremiantes neesidades. La mayor prueba de adaptabilidad la hallaremos, quizás, en las ondiiones impuestas por los Estados Unidos omo onseuenia de la pérdida de la guerra por parte del Japn y a las uales, no solamente los venidos han sabido adaptarse sino que han sabido rebasar las previsiones de MaArthur y, siguiendo las reglas del juego impuestas por los venedores, ganar a éstos en los ampos de la ténia, la eonomía y el omerio. La ceNtraLizacióN deL poder
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a reforma de Meiji fue, sin embargo, una reforma reaionaria. El emperador, más ambiioso que sus predeesores, no se onformaba on el papel de representante orillado de la diosa Amateratsu en la Tierra y por esto, graias al apoyo de Okubo y 19
otros samuráis, derro a los Tokugawas. La aboliin de las as astas, intrínseamente hablando, es un progreso pero la finalidad de Meiji era la de aabar on los poderes loales representados por los daimyos, daimyos, los jefes guerreros onvertidos, on el tiempo, en potentes terratenientes, uya presenia ontinuaría siendo un peligro para su estabilidad. En lugar de una salpiadura de pequeños ejéritos dependientes de los daimyos que los mantenían, Meiji se propuso organizar un gran ejérito naional y moderno. En el Japn de 1863 no había ha bía industria. Slo omeriantes, ampesinos y artesanos representaban las fuerzas laboriosas del país. La reforma Meiji se hizo sin ontar on ellos para nada, on el heimin, heimin, el iudadano omún. Este hombre qued abolido, omo qued abolido el samurái, guerrero a sueldo del daimyo, daimyo, omo qued abolido el el fuera-casta,, en uyas filas vegetaba el ser humano más deseta, eta, el fuera-casta preiado después del harigan intoable de la India. Los nombres quedaron abolidos pero la situain, salvo la de los daimyos, daimyos, que vieron sus posesiones pasar al Estado, no registr ningún ambio de importania y tanto fue así que en 1873 se delar la primera risis seria por el desontento de los que algo esperaban de las rere formas. Los diezmos y tasas loales a favor f avor de los daimyos pasaron a ser impuestos a favor del Estado entralista y, paralelamente, el Estado trabajaba afanosamente en la reain del ariete que tenía que proyetarlo a la ondiin de gran potenia: el ejérito. La onsigna era «Fukoku Kyohei» (país rio, ejérito fuerte). orto y ocaso deL miLitarismo
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lo había una manera de haer frente a la risis y al desontento: la olumna de humo a la que suelen audir los Estados totalitarios uando la situain interna se vuelve amenazante o, 20
en otras palabras, la guerra. En 1894 estalla la guerra hino-japo nesa que dura oho meses. El Japn logra, en el Tratado de Shimonoseki, la parte sur de Manhuria, Taiwán, las Islas Pesadores, 200.000.000 de pesos y la independenia de corea que pasará a ser, de inmediato, un protetorado nipn. Diez años más tarde (1944) el Japn se halla de nuevo en guerra, esta vez on Rusia. Al año siguiente, después de varias vitorias por tierra y mar, el Japn lograba, en el Tratado de New Hampshire Hampshire (5 septiembre de 1905), el reonoimiento de su soberanía en Manhuria, la península de Liaotung, Port Port Arthur y la mitad de las Islas Sakhalin. El Imperio japonés era un heho. Faltaban iertos retoques que irían a argo de los militares que, muerto Meiji en 1912, ontinuaban asesorando al nuevo emperador. emperador. Estos retoques estaban en china, de fáil aeso teniendo corea y Manhuria de trampolín. Es así que toma iniio la guerra de los tres sietes (7 de julio de 1937) día de la delarain ofiial de la ruptura. El resultado de esta aventura bélia fue negativo debido, mayormente, a la onflagrain mundial que aab on todas las ambiiones militares del Estado japonés y, paralelamente, on la humillain de un ejérito que se reía invenible. Los resultados de la guerra ruso-japonesa tuvieron muha trasendenia en el Japn y en toda Asia. Era la primera vez que un pueblo de raza amarilla venía a una potenia «blana» omo lo era Rusia. El Tratado de New Hampshire signifiaba la negain de algo axiomátio asi: la superioridad de la raza blana. Hasta los propios hinos, humillados por los japoneses diez años antes, se alegraron de una vitoria que redundaba en benefiio de su raza. Todo el Oriente sufri una ura radial de destraumatizain. No habían razas superiores invenibles. Los rusos habían mordido el polvo. El estratega más reputado del zar, el general 21
Kuropatkin, había sido venido por los pequeños hombres amarillos del arhipiélago del Sol Naiente. En china ya no llamaban a los japoneses wako (piratas enanos) y el Japn adquiría ondiiones de abogado de los países del Oriente. Esto expliaría, en parte, la failidad on que el Japn se apoder, en los años 1941 y 1942, de toda la geografía del sudeste asiátio, desde la Indohina franesa hasta Birmania, on toda la inmensidad insular de las Indias Neerlandesas, las Filipinas y toda la salpiadura de islas del Paífio. El Japn gan muhas batallas pero perdi la última. En 1945, aunque Truman no hubiera ordenado las explosiones nuleares de Hiroshima y Nagasaki de los días 6 y 9 de agosto, el Japn tenía que rendirse. El imperio militar había terminado. Veamos ahora, desandando el amino de la historia de los hitos feudales y dinástios, los atisbos soiales que se pueden desbrozar de aquélla. myodeN y u Ji: expoNeNtes de uN coLectiVismo LiBertario
E
l Japn insular, omo la inmensa mayoría de los pueblos del Extremo Oriente, tiene una alimentain que oloa al arroz en la base de la misma. La introduin del ultivo del arroz se remonta, en el Japn, a la prehistoria, en la Edad de Yayoi (siglo III antes de nuestra era a III después de nuestra era). La poblain, omo onseuenia, tendi a ubiarse en las regiones bajas, donde el ultivo del ereal era posible. El suelo reuniendo ondiiones para los arrozales alanza, a duras penas, al 15% de la superfiie de las islas. Estas onentraiones humanas se ponían de auerdo para el aondiionamiento oletivo del futuro arrozal. Una o varias 22
familias ampesinas desforestaban la tierra, la nivelaban y la rodeaban de una empalizada simblia para signifiar que se había tomado posesin de ella para trabajarla. Esta porin se llamaba myoderi (den signifiando ‘arrozal’ y myo y myo signifiando ‘nombre’ en el sentido de que la tierra estaba relaionada on un grupo, una familia). Paralelamente, la aristoraia y los saerdotes también se posesionaban de tierras y éstas tomaban el nombre de shoen que sería el equivalente a ‘haienda’, ‘oto’, ‘propiedad rural’. Éstas estaban exentas de impuestos. con respeto a los myoden, myoden, que son los que reúnen ierto interés para nuestro estudio, puede deirse que en el siglo XII onservaban todavía la ondiin de «oletivismo familiar» pero desde el iniio del Japn feudal, que tiene lugar en 1185 on la apariin del shogunato reado por Minamoto Yoritoma, la funin demorátia y popular del myoden del myoden derei en favor de los poderosos que orbitaban alrededor del shogun de turno. Estos poderosos, que pasarían a ser los daimyos o señores feudales, fueron presionando mediante todos los medios, los honestos y los deshonestos, para que los myoden soliitaran su «protein» frente a los más o menos hipotétios ambiiosos terratenientes. Fue esta situain la que origin la presenia de los ejéritos privados o bushi. bushi. Surgieron las merenarios que no solamente tenían, omo misin, defender las propiedades del señor sino amedrentar a los ampesinos indefensos del myoden, myoden, destrozarles las osehas, inendiarles los villorrios a fin de oaionarlos a aeptar la «protein» del señor feudal. Igualmente, y una vez anexado el myoden a las propiedades feudales, que la orte imperial reonoía bajo el denominativa de shoen, shoen, los merenarios debían velar para evitar la fuga de los ampesinos que, onvenidos del engaño, trataban de esapar de 23
las tierras que fueron de sus antepasados y habían dejado de ser suyas. El bushi aport, paradjiamente, una ierta étia entre la gente de armas onoida omo bushido (el amino del guerrero). El bushido es un tratado de moral que todavía ahora, después de un siglo de ausenia del régimen de astas, la literatura, la imaginain, la onienia popular, popular, lo evoan on admirain. El bushido era el deálogo del samurái y éste ontinúa reenarnando las mejores ualidades del ser humano, el prototipo del personaje de vida ejemplar y aballerosa. Las pelíulas que gozan de mayor atrativo popular son las de los samuráis, Quijotes Q uijotes del Oriente. Fue debido, preisamente, al irrespeto de la moral samurái por lo que el Japn perdi la guerra, prolaman numerosos japoneses. El ataque traiionero a Pearl Harbour el 7 de diiembre de 1941 estaba ontra los prinipios del bushido y era lgio que al no haber respetado el digo supremo del soldado nipn se produjera la derrota del mismo. Otra instituin popular que relama nuestra atenin es la del uji. uji. Poo se onoe de este primer atisbo omunitario de la soiedad japonesa muy anterior a los primeros datos histrios del Japn. Es muy probable que haya sido introduido por los emigrantes regresados del Mimana, en el ontinente, uando la china dinástia, sedienta de ensanhar sus límites, forz a los olonos japoneses a inmigrar al arhipiélago nuevamente. Aquellos grupos se instalaron en el Japn siendo portadores del rio aervo ultural, eonmio y soial de china y es seguro que en sus alforjas argaban las exatas noiones del libertario sistema hino de ultivar la tierra onoido omo omo «sistema del ampo del pozo», ya totalmente implantado durante la dinastía chou (1.122 a 225 antes de nuestra era). El «ampo del pozo» era así llamada 24
porque onsistía en dividir las tierras oletivas en grupos de nueve parelas uyos límites adquirían la forma del signo ideográfio que designaba la voz pozo voz pozo en la vieja ideología hina, onsistente en dos rayas horizontales y paralelas ruzadas por otras dos vertiales, igualmente paralelas. Estas nueve parelas quedaban al uidado de oho familias u oho grupos los uales debían ultivar, ultivar, en rotain ordenada, la novena parela siendo, el fruto de ésta, para el señor seño r, para los saerdotes sa erdotes y, y, presumiblemente presumib lemente,, para las viudas y los inválidos. Es este régimen oletivista el que introdujeron los japoneses expulsados del ontinente uando se inorporaron a la vida rural de las islas niponas. con ellos entrarán en el Japn los primeros atisbos budistas, las primeras noiones de la esritura ideográfia, las industrias artesanales de las uenas del Yang Tsé y del Huang Ho, y, y, en general, todo el aervo ultural del chung Kuo Kuo o china, que en aquella époa se hallaba en la primera línea de la ultura mundial. Los pueblos, en sus omienzos, neesitan más de la solidaridad y el apoyo mutuo. La soiedad ontemporánea, en la que predomina la llamada lase media, suele manifestarse egoísta y la tendenia es haia el individualismo negativo y el aaparazonamiento en la torre de marfil en que ada familia onvierte su vivienda. La historia de todos los pueblos se manifiesta siempre on exponentes palmarios de la vida omunitaria. En la misma Améria, tan tardíamente inorporada a la historia de la humanidad, también se registra la presenia de la tierra trabajada en oletividad –el aylid en el Inario, el calpulli en Méxio– on parelas dediadas, omo en el «ampo del pozo» hino, a los soberanos, a los dioses, a las viudas, a los huérfanos y los inválidos. Nada de extraño tiene, en onseuenia, que en el Japn protohistrio 25
haya existido un sistema de vida omunitario, nsono on todo el pueblo inipiente y deudor, deudor, por otra parte, a la estrategia ampesina del ontinente. El uji es la unidad soial fundamental del pueblo japonés. De esta unidad surgirán las ramas que irán formando el árbol del sistema soial del país, sistema que no reflejará, en el urso de los años, el espíritu libertario del primer uji. uji. El uji, uji, que omienza siendo genuinamente rural, está integrado por un grupo indeterminado de miembros que aepta, en prinipio, que la representain del mismo sea asumida por el más aniano al que se le designa omo ujinokami –kami, kami, signifiando ‘deidad’, hay que olegir que ese personaje ejería funiones saerdotales igualmente, en representain de los fundadores anestrales del uji– . El uji era una omunidad totalmente autrata en el sentido de que se valía ella sola para la satisfain de sus neesidades. A medida que la omunidad reía surgían, de su seno, los miembros que se iban dediando a diferentes quehaeres artesanales que, dentro del uji, uji, integraban un subgrupo llamado be, be, sufijo que aompañaba la espeialidad de ada artesanía; así los tejedores se denominaban oribe, oribe, los fabriantes de esudos tanuibe y hasta los intérpretes tenían su gremio: osabe. osabe. Los uji adquirieron, muhos de ellos, grandes proporiones a ausa del aumento de su poblain y la onsiguiente neesidad de nuevas tierras. Antes del advenimiento del Japn polítio, tal omo la historia ofiial lo ha amañado después, el Japn estaba integrado por una multipliidad de omunidades o uji de uya importania dan uenta ya los Anales hinos del siglo III uando haen referenia al Japn omo las «Islas de los cien Reinos». En el pasado de todos los pueblos se hallan, firmemente enraizados, rasgos inmaresibles de una ultura libertaria. El Japn 26
los tiene, en muy partiular modo, on el myoden el myoden y el uji. uji. El hermetismo implantado por los regímenes polítios, ampliamente failitado por las ondiiones geográfias de un país insular, desvinul al pueblo japonés del resto de los pueblos. El aislamiento produjo, en las lases populares niponas, un sentimiento de abandono on trazos muy marados de impotenia. Así, mientras en las otras oordenadas geográfias de la tierra los pueblos fueron ediendo muy lentamente sus privilegios soberanos a los tiranos de turno, ofreiendo resistenia enonada a ada intento de usurpain, en el Japn vemos que las omunidades eden on relativa sumisin ante las presiones de los grandes terratenientes, de los daimyos y el Mikado hasta tal punto que uando la historia del país asume su papel omo doumento didátio en el ual deben abrevar obligadamente los alumnos de las esuelas niponas, la presenia de los uji y los myoden los myoden se hae imposible de aptar. Las reVueLtas deL medioeVo
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e onsigue, sin embargo, sufiientes asideros para poner en evidenia que el pueblo nipn no es un pueblo sumiso y en diferentes oasiones se registran revueltas tendentes a saudirse, sobre todo, la pesada arga impositiva ejerida por los daimyos sobre las masas produtoras de pueblos y iudades. En este aspeto se pueden lograr fuertes paralelismos on las luhas que en Europa se registran entre los integrantes de los burgos y los señores feudales que amenazaban on sus mesnadas ada vez que el burgo se resistía a pagarle, al astellano, los impuestos exigidos por éste. El pueblo quería desentenderse, por otra parte, de las guerras que libraban los daimyos entre sí al tiempo que se oponía al inremento de poderío otorgado por el shogun a sus intermediarios de 27
onfianza. Es así que se deiden a rodear sus poblaiones de murallas y fosos para haer frente a los daimyos mientras tratan de lograr, diretamente, en la orte, ondiiones más honrosas para sus pueblos y iudades. Existen doumentos que dan omo heho bastante generalizado lo indiado omprobándose, además, que en estas loalidades las determinaiones de toda índole se tomaban en asambleas ( yoriai ( yoriai). ). Se sabe, inlusive, de una iudad importante, Sakai, on más de 50.000 habitantes, que logr su autonomía polítia graias, además del empeño de sus habitantes para tal logro, a que era un puerto en el que llegaban las meranías de Oidente que, ato seguido, eran introduidas en el país, siempre sediento del produto prohibido del exterior. exterior. Sakai estaba separada de la tierra firme por un foso que defendía un ejérito de merenarios ontra toda posible invasin del arhipiélago. Bueno será añadir que el shogun tenía gran interés en mantener el statu quo de Sakai que le permitía, a través de su puerto, la adquisiin de los produtos foráneos uyo ingreso estaba prohibido en el resto de los puertos japoneses. Durante la époa de Edo, que arrana del año 1603 uando los Tokugawas se adueñan del shogunato y deiden estableer sus uarteles en Edo, el Tokio atual, para mantenerse todavía más alejados de la orte de Kioto que los shogunes anteriores, se estima que hubieron, en el Japn, era de 1.700 revueltas, mayormente ampesinas y, la mayor parte de ellas están abiertamente relaionadas on los preios del arroz. El poder adquisitivo de las masas menesterosas era tan limitado que bastaba el más leve aumento del ereal básio de su alimentain para que el desontento estallara en violenia. También hubieron las revueltas iudadanas y, y, es todavía muy nombrada la que enabezara ena bezara el samurái Oshio Heiahiro en Osaka, en 1837. 28
Paralelamente al desontento popular hay que registrar la presenia de las luhas –guerras loales, prátiamente– de los poderosos daimyos, daimyos, que los Tokugawas permitían uando se mantenían a niveles inferiores del shogunato, shogunato, dado que tales enfrentamientos impliaban el debilitamiento de los enemigos poteniales. No pudo prever, sin embargo, el shogun, shogun, la ingerenia del propio emperador en una de estas onfrontaiones armadas que fue la que aab on el régimen estableido por Nobunaga, Hide yoshi e Ieyasu tres siglos antes. antes. Una de las insurgenias que más trasendenia ha tenido en el extranjero fue la de Shimabara en 1632 que ya hemos tenido oasin de relatar, relatar, bien que someramente, en páginas anteriores. Oidente tuvo espeial empeño en poner de relieve la dureza on la que los japoneses sofoaron la sublevain ristiana de los disípulos de Javier bien que los que más daño ausaron fueron los holandeses los uales, desde sus naves, arrojaron 426 obuses ontra los sublevados uNa sÍNtesis deL Zen
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a intuiin de los gobernantes nipones apt de inmediato que si bien todas las religiones patan on césar, la foránea llegada de último se debía a ésares extranjeros antes que a ellos por lo que había que tomar medidas drástias para erradiarla del arhipiélago. Las religiones ya presentes en el país, la budista y la shintoísta, se prestaban de sobras a los designios anhelados por todo gobernante y la presenia de un redo extranjero slo serviría para debilitar la posiin de poder. poder.
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No fue siempre así y el budismo present varias vees problemas de violenia que no se ompadeían on los preeptos de pasividad del prínipe Sidharta. Los templos habían llegado a organizarse polítio-militarmente al extremo que en los siglos XV y XVI había ofradías religiosas defendidas por ejéritos que lograban tener a raya la ambiin de los daimyos. daimyos. A partir del siglo XVII el poder temporal religioso deay bien que en asos esporádios omo el de Nihiren, el Savonarola japonés, el poder del shogun lleg a orrer iertos peligros. con todo, la religin que a los ojos de muhos oidentales adquiere giros anitiesaristas es la rama budista zen. zen. El zen fue adoptado por los samuráis y logr, desde los mismos iniios, en el siglo XIII mereer gran aogida en el imperio insular. insular. A esta religin se debe el toque de distinin y de refinamiento que observamos en el japonés y sus disiplinas son de todo tipo inluidas la meditain (zen (zen signifia ‘meditain’ en sánsrito), el arte de las flores o ikebana, ikebana, el de la eremonia del té o O cha no yu, yu, el de la pintura en negro a base de ollín de resina de India o sumi-e. sumi-e. El propio bushido o digo del samurái, está inspirado de los preeptos del zen. zen. El zen introdujo una serie de aspetos prátios omo las disiplinas del judo del judo,, el aikido, aikido, del tiro al aro, disiplinas que se proyetan en la manera de diseñar un jardín, de haer poesía (al zen se debe el poema más breve del mundo, el haiku, haiku, que no puede pasar de dieisiete sílabas), de la higiene... En Oidente, graias a Teitaro Suzuki, que lo inorpor a los idiomas nuestros, el zen ha sido abrazado por muhos espíritus inquietos y ontinúa otizándose en el seno de la soiedad de onsumo omo antídoto ontra los males de la vida exesivamente supeditada a la omodidad y al materialismo. 30
Tantas serían las bondades del zen que uno se siente inlinado a onsiderarlo más bien omo una filosofía f ilosofía y no omo una religin. El propio Suzuki sienta una premisa pareida. 2 La presenia de templos y seminarios entrañaría que estamos en presenia de una religin y ello ratifiado por las imágenes de Buda santifiadas y veneradas pero se nos ha asegurado que el objetivo prinipal del que abraza el zen en los seminarios es el de enontrarse a sí mismo. El hombre omienza busándose en una fase preindividual. Imita y opia. En la siguiente fase alanza su madurez. Disierne la puerilidad de los eslganes polítios y la futilidad de la mayor parte de los atos en la vida. La ley del espíritu es la libertad y tratará de lograrla omo manifestain absoluta de su nueva autonomía. En la terera fase el hombre rebasa la ondiin del «Yo». Se proyeta más allá para alanzar una ondiin de mistiismo que a nosotros, los oidentales, nos paree inaesible. Para los budistas es el nirvana o satori. satori. En esta búsqueda del «Yo» el seminarista del zen puede, sin pasar por irreverente ni blasfemo, arrasar on los obstáulos que se interponen entre él y la búsqueda de sí mismo y onvertirse en flagrante ionolasta destrozando, inlusive, las imágenes de los budas que se interpongan en su amino. El zen, zen, al pareer, es una mezla de religin y de filosofía. El budismo, al rebasar las elevadas aristas del Himalaya para pro yetarse sobre las inmensidades del chung Kuo, se enontr de frente on la lgia fisiorátia hina, asentada ésta sobre los imientos inamovibles del pensamiento de confuio y, sobre todo, de Lao Tsé. Tsé. El impato impa to que el pensami p ensamiento ento de Lao La o Tsé Tsé produjo produj o en una rama del budismo dio origen al budismo ch’an en la china. Fue un fenmeno de atálisis en el que la filosofía del viejo Lao 2 Teitaro Suzuki, Una interpretación de la experiencia «zen», Méxio, 1965. 31
Tsé no sufri deterioro mientras que la religin de Gautama sufri una transformain. El ch’an permanei en forma f orma vegetativa en china hasta que, en el siglo XIII, se introdue en el Japn donde hall el aldo ideal para su ultivo. Pas a llamarse zen y mar, on su presenia, la ultura y la idiosinrasia de todo un pueblo. El zen se ha introduido, igualmente, en las filas anarquistas niponas. Hay el aso onreto de un saerdote zen, zen, Sukeo Myajima, disípulo de Sakai Osugi, uno de los anarquistas más relevantes del movimiento anarquista japonés del que tendremos que ouparnos más adelante, que es, al tiempo que saerdote, esritor. esritor. He visto en las biblioteas de numerosos libertados algunas de sus obras: Koofu (Minero), Minero), Henreki (Peregrino), Peregrino), Kasso sha no koi ( Amor del hombre ficticio) ficticio) que están esritas on espíritu genuinamente árata. Es indudable que uando el que busa la verdad apoyándose en el allado del zen alanza la fase de la madurez del «Yo», «Yo», omo aabamos de esbozar más arriba, uando el hurgador desubre la falaia del polítio, la hiporesía del saerdote profesional, la estrutura amañada de la historia ofiial, la inutilidad de la etiqueta, la ondiin de asesino asumida por el soldado, se halla, indisutiblemente, pisando terreno anarquista. Nada de extraño, pues, que muhos libertarios japoneses vean on simpatía esta filosofía salpiada de budismo, esta religin invitando a ser ionolasta.
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III EL ANARQUISMO EN EL JAPóN (HASTA 1945) precursor igNorado aNdo soeki: eL precursor igNorado
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uando se produjo la reforma de Meiji, en 1868, la polítia onsisti en mandar al extranjero a una élite esogida e inondiional para que viera y aprendiera todo lo onerniente a la industria, el omerio, el militarismo moderno, el arte de la polítia y todo uanto integra la infraestrutura y la estrutura, propiamente, de un Estado moderno. Paralelamente se ontrataban los serviios ténios extranjeros para que pusieran en marha, en el país, todo el meanismo de la nueva era industrial que formaba parte del ambiioso plan del Mikado. Al Japn fluyeron todos los onoimientos neesarios para poderlo onvertir, onvertir, en menos de una generain, en un país apaz de odearse, de igual a igual, on los Estados europeos y los Estados Unidos. Mientras todos estos onoimientos, máquinas, ténios, entraban por la gran puerta dispuesta por el imperio, por la puerta de serviio se introduían en el país las ideas revoluionarias que en Europa y en Améria ya habían adquirido mayoría de edad manifiesta. Fator muy importante para ello lo fue Tsomin Nakae, onoido omo el Jean Jaques Rousseau japonés, maestro de los primeros revoluionarios nipones inluyendo a Denjiru Kotoku, el primer anarquista destaado del movimiento libertario moderno en el Japn. Debemos destaar, sin embargo, la presenia de un esritor anarquista que vivi en el Japn de los Tokugawas y que meree 33
ser onsiderado omo el William Godwin de Oriente. Se trata de un médio que naiera a últimos del siglo XVII, es deir, asi un siglo antes que Godwin, ya que éste nai en 1756, y que esribiera Shizen Shineido (El camino de la naturaleza y el trabajo) trabajo ) y Seishiron no maki (Sobre la vida y la muerte), muerte), obras que giran en torno a temas heterogéneos pero enfoados, todos ellos, a través de una mira libertaria y rebelde que hasta pareiera imposible que ello hubiera sido esrito en pleno osurantismo feudal. El Shizen Shineido onstaba, originalmente –el terremoto de 1923 que destroz gran gr an parte par te de Tokio Tokio y de Yokohama se ensañ ensañ on la obra de Ando Shoeki– de 100 volúmenes (kan (kan)) y 92 libros (satsu (satsu)) además del prefaio que era otro volumen aparte. Los satsus onstan de 50 hojas y ada página ontiene un promedio de 240 arateres ideográfios hinos. La introduin está a argo de un disípulo de Ando Shoeki que se firma Senkaku y omienza así: Ryoshi (Ando Shoeki) es mi maestro. Es un maestro sin disípulos. cuando se le pregunta aera de la verdad responde. cuando se le pregunta aera de asuntos personales alla. Sus onoimientos abaran temas que los grandes sabios ignoraban. Buda, confuio, Lao Tsé, chuang Tau y Shotoku...
El tema de fondo de Ando Shoeki en su monumental obra es el ampesino «el únio que adopta una posiin orreta ante la vida». Al abogar por una soiedad fisiorátia pasa a onsiderar al que trabaja la tierra omo el elemento más importante de la soiedad. Tiene sus palabras elogiosas para el tejedor, el arpintero, el herrero, pero se manifiesta, en forma abierta y sinera en favor del ampesino que enaltee por enima de todo el eleno laboral. El amino de la naturaleza y el trabajo slo lo abraza, de manera determinante, el obrero del ampo. Los apítulos de 34
su extensa obra tratan sobre el prinipio de autoridad impuesto on flagrante irrespeto de las leyes naturales; el prinipio de la libertad, neesario pero inexistente por la imposiin hegemnia de la primera; la obligain de emplazar al hombre en ondiin onstante de produtor y dándole al trabajo la atribuin de mérito al que todos debemos tener alane; se prolama, igualmente, partidario de la aboliin del astigo orporal; aboga por la desapariin de las lases soiales tan rígidamente impuestas en el país y, naturalmente, para que los parias japoneses –los etas y los musankaitin los musankaitin–– adquieran ondiiones humanas. El pensamiento de Ando Shoeki permanei ignorado durante más de 150 años hasta que en el número de la revista eduaional Naigai aional Naigai Kyoiku Kyooron del 8 de enero de 1907 aparee un trabajo titulado «Dai Shisoka ari» («Era una vez un gran filsofo») que, según el orientalista diplomátio Herbert E. Norman, era obra de Kano Kokihi. Un año más tarde, en el rgano anarquista Nihon quista Nihon Heimin Shimbun del 24 de enero de 1908, en base al trabajo de Kano Kokihi, el libertario Watanabe Daito publiaba una monografía titulada: Ando titulada: Ando Shoeki Sho eki y el Shizen Shize n Shineido. Shineido . Un anarquista de hace 150 años. años. con todo, la verdadera introduin al gran públio japonés del gran pensador del siglo XVIII orri a argo de Herbert E. Norman, un diplomátio, hijo de diplomátios, que nai en el Japn en 1909. Su vida fue breve porque porque fue vítima de la aza de brujas implantada por el tristemente élebre senador Macarthy y al saberse tildado de omunista se suiid en El cairo. Antes de morir había dejado esritas varias obras sobre el Japn: Japan Japn: Japan’s’s emergence as a modem State, State, Soldier and peasant in Japan y, lo que más nos interesa, Ando interesa, Ando Shoeki and the anatomy of japanese feudalism, lism, publiada en Tokio por primera vez en 1949. Es esta obra, de 35
dos voluminosos tomos, la que nos lleva a onoer la imponente personalidad del médio de Akita, iudad onoida por su fina seda. Posteriormente, Posteriormente, en ediin abreviada, aparei un volumen de 150 páginas titulado Wasurareta Shisoka (El filósofo olvidado). olvidado). Norman estaba muy intrigado, die él mismo on motivo de la primera ediin de su Ando Shoeki, por no hallar vestigio alguno de protesta ontra el feudalismo japonés. Vestigio Vestigio esrito, se entiende, puesto que ya hemos dejado onstania de que 1.700 revueltas jalonaron el largo periodo de los Takugawas. Kano Kokihi, erudito del primer periodo Meiji y amigo de Norman lo pone sobre la pista ya que él, en 1899, hurgando en los arhivos naionales, dio on la obra entral de Ando Shoeki, el Shizen Shineido. Shineido. Desgraiadamente para Norman y para todos, uando Kano Kokihi trab amistad on el diplomátio ya el terremoto de 1923 había tenido lugar y una gran parte de los manusritos de nuestro dotor anarquista se había destruido. ousseau orieNtaL atsusuke Nakae: eL r ousseau
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s así que, a pesar de haber raíes auttonas en el Japn, el anarquismo que floree allí a partir de las postrimerías del siglo pasado es una genuina importain llegada de polizn en las naves que aportaban al Japn las máquinas, los ténios y las materias primas neesarias para transformar al país pa ís y elevarlo a su ondiin de nain moderna. El terreno estaba abonado y la semilla frutifi on generosidad. Había una gran sed de onoimientos y de ultura en el Japn. Tsomin Tsomin Nakae Nakae traduía a los enilopedistas y a Rousseau; a prinipios de siglo Horiguho Dadgaku tradue a Gide y a coteau; Hasegawa Futabatei tradue a Turguenev; Yamanuhi Yos36
hio a Martin du Gard; Suzuki Shintaro a Mallarmé y a Verlaine. Ibsen ya aparee en las arteleras teatrales de Tokio Tokio en 1909. Una vez más el Japn que llega tarde a la ita trataba de ponerse al día, la industria y el omerio por un lado, los militares por el suyo, la ultura llenaba, igualmente su ometido. Los aires revoluionarios tampoo se quedaron atrás. En 1897 los soialistas y los anarquistas, unidos, rean la Unin de los Trabajadores del Aero y publian, paralelamente, El mundo del trabajo. trabajo. Todos Todos aquellos idealistas habían abrevado de las enseense ñanzas de Atsusuke Nakae, quien firmaba omo Tsomin, del que ya hemos tenido oasin de hablar. hablar. El nakaenismo El nakaenismo es una sustantivo que, si los progresistas japoneses no han pensado en ello, debería figurar en su diionario soso iolgio. El pensamiento revoluionario en el Japn, el soialista y el anarquista, es deudor a Nakae, empezando por el de Denjiru Kotoku, una de las figuras más desollantes del anarquismo oriental que ompartiera, además del pensamiento de Nakae, su teho, sus magros reursos, sus miserias y una amistad perdurable. Nakae, que ya hemos señalado fuera el introdutor de Rousseau en el Japn y se prolamaba partidario abierto de la demoraia, empujaba su riterio para añadir que uando el meanismo de la soiedad se volvía omplejo, el pueblo debía ejerer por dereho propio la vigilania direta sobre las atividades parlamentarias porque los miembros del parlamento terminan por traiionar al eletorado. «Si dihos miembros no representan la opinin públia; si, por el ontrario, el parlamento se onvierte en un lugar de reunin de los polítios autratas, entones el pueblo vigilante debe eharlos fuera». Enfoa, de heho, la demoraia en aepin plena, tal omo era interpretada en la Hélade, on un iudadano siempre vigilante de la atividad de 37
sus representantes. Sus disípulos darán un paso muy grande que los alejará extremadamente de las enseñanzas del maestro, sobre todo en lo que al pensamiento anarquista onierne. on ierne. Tsomin Nakae tuvo el mérito de desubrir, solo, el pensamiento demorátio de avanzada. Había naido en 1847, en Tosa, isla de Shikoku, uando los Tokugawas tenían todavía el baldn puesto sobre todas las puertas enaradas al mundo exterior. rior. En 1871, 1 871, beado por el gobierno Meiji, fue a París a estudiar leyes. Lleg a onoer, onoer, bien que fugazmente, a los Communards y la propia comuna uyas enseñanzas quedaron grabadas en él para siempre. Tres años más tarde, en 1874, regresa a su país y funda un Instituto de Lengua Franesa al tiempo que es empleado omo intérprete en el senado. Es uando tradue El Contrato Social, Social, de Rousseau, que lleg a ser aiate de luha para los miembros de la Organizain de los Derehos civiles. 3 Dur poo en su ofiio de tradutor-intérprete y pas a ser diretor jefe del peridio Toyo Jiju Shimbun, Shimbun, propiedad de un pariente del emperador. emperador. El peridio se vio forzado a errar debido a la presin gubernamental y Nakae se volvi a quedar sin trabajo y sin reursos salvo los ralos ingresos obtenidos en su instituto de franés. Mientras, se había reado la primera organizain polítia en 1874, Aikotu Doto que fundara Itakati Taisuke al retirarse del gobierno. Era el preursor del Partido Partido Liberal. Nakae y sus disípulos soliitaron el ingreso en el partido, pero fueron rehazadas las soliitudes por rebasar, rebasar, su extremismo, el programa liberal. con todo Nakae era un amasijo de ontradiiones o, omo él prefería llamarse: un realista. Lleg a ser elegido miembro del 3 Jiyu Minken Undo (Movimiento de la Libertad civil) sería la aepin más aproximada. Tuvo diez años de vida (1874-1884) siendo absorbidos sus miembros por la polítia reformista, unos, y por el soialismo, el resto. 38
parlamento, pero dur poas horas en él y abandon los esaños asqueado por las ondutas de los parlamentarios y la falaia del sistema. Promovi la reain de un prostíbulo en la prefetura de Gunma,4 alegando que para una soiedad de moral tan estrita a la juventud no le quedaba más salida, para la satisfain sexual, que la del prostíbulo. En 1900 adhiri a la Kokumin Kokumin Domen Kai (Liga Naional) la más reaionaria de las faiones polítias y uando Kotoku le exterioriz exterioriz su asombro le ontest ontest que la Liga abogaba por la guerra ontra Rusia y que una vitoria del Japn abriría grandes oportunidades a los japoneses y a la difusin de los ideales de avanzada. Anteriormente, en 1898, re su propio partido, el Kokumin To (Partido Naional) on un eslogan promoional digno de los años atuales: «Trátese de un perro, de un gato, de un loo, inlusive de un arpintero, de un rikisha (empujador de palanquín), todos pueden ingresar en el Kokumin To gratis». El eslogan, antiipado a la époa, no dio resultados. 4 Esta regin registr, en el periodo Meiji, eventos abiertamente revoluionarios, sobre todo en la iudad de chihibu, donde la poblain que vivía de la artesanía de la seda, viose ondenada al hambre por la introduin de maquinaria que elimin grandes ontingentes de mano de obra. El paro forzoso oblig a que muhos vendieran y empeñaran sus pertenenias, floreiendo las tiendas de empeño y de prestamistas, al extremo que se re una organizain muy signifiativa: La Liga de los Pobres de chihibu o chihibu Shakkin To. To. El 2 de noviembre de 1884, la iudad de chihibu se lanz a la alle arrojando de la loalidad a la poliía, a los usureros, a los prestamistas, al tiempo que estableía un entro revoluionario prolamando la instaurain del «Primer Año de Libre Autonomía». Igualmente deidieron derribar todas las asas de empeño y de usura. La apital no onebía, después de asi dos déadas de haber impuesto la entralizain Meiji, que un heho tal pudiera tener lugar. lugar. Tres Tres días de asalto –las fuerzas imperiales estrenaron en los uerpos de los hihibuyanos una nueva arma, la Mulata ju– aabaron ju– aabaron on los revoluionarios, muhos de los uales fueron masarados, otros pudieron huir a las montañas y un pequeño número fue ejeutado en 1885. 39
Esribi numerosas obras y su erudiin no tenía límites. conoía a los lásios hinos que podía itar en oraiones extensas y lo mismo haía on Voltaire, Pasal, condoret y la pléyade franesa. Kotoku le guard siempre un gran respeto, onsiderándolo su maestro y reivindiándolo omo tal. Los dos últimos libros esritos por Nakae antes de su muerte (13 de diiembre de 1901) Ichinen Yuhan y Zoku Ichinen Yuhan ( Año y medio y Continuación del Año y medio), medio), fueron editados por Kotoku Kotoku después de la muerte de Nakae. Este testarnent que su uerpo fuera donado a la mediina, lo que sirvi, diho sea de paso, para demostrar que el erebro de Nakae pesaba más que un erebro normal. deNJiro kotoku: arquitecto deL aNarquismo eN eL JapóN
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enjiro Kotoku nai en 22 de septiembre de 1871 en Nakamura. Era hijo de un farmaéutio farma éutio y pudo haer estudios bastante avanzados bien que sin lograr un dotorado por lo que es impropio el título de dotor que algunas vees se le antepone al nombre. Fue disípulo predileto de Nakae al lado del ual milit hasta la muerte del maestro. Del liberalismo rousseauniano Kotoku evoluion haia el soialismo, siendo fundador, on Sam Katayama y Nanoe Kinoshita, del Partido Soialista Nipn –Shakai Shugi Kyokai–, para, desde allí, alanzar el anarquismo. No se sabe, on exatitud, uándo se prolama Kotoku anarquista por primera vez, bien que un punto de referenia lo tenemos en una arta que le esribe a su amigo Albert Johnson, de california, fehada el 10 de agosto de 1905 en Odawara. Aaba de salir de la árel, donde umpli ondena de ino meses por haber esrito y difundido propaganda subversiva y en ella die: «Entré [en la árel] marxista y salgo de ella anarquista onvenido». Hasta ese 40
momento el movimiento soialista era uno solo pero su unidad llevaba tiempo que manifestaba resquebrajamientos. La esisin qued ofiializada en el congreso que la Shakai Shugi Kyokai elebrara el 17 de febrero de 1907. Doe días antes, el 5 de febrero, Kotoku publiaba publi aba en el Heimin Shimbun (Diario del hombre común) común) un artíulo de ombate: «Mi pensamiento ha ambiado» en el que, reivindiando los oneptos de Kropotkin en El Asalariado; Asalariado; y analizando la involuin del soialismo alemán, se manifiesta ontra las eleiones y se prolama partidario de la ain direta. Uno de los párrafos die textualmente: «El sufragio universal y el parlamentarismo no onduen a una revoluin soial verdadera y no hay más soluin, para el logro de esta revoluin, que la ain direta a través de la unin u nin de todos los trabajadores». El congreso de los soialistas termin on tres orrientes bien delimitadas: la de Denjiro Kotoku, Kotoku, abiertamente anarquista; la de Sen Katayama abrazando el parlamentarismo5 y la de Toshihiko Sakai que se manifest neutral. 6 A estas alturas Kotoku destaa ya omo el revoluionario más relevante del Japn. Había ido a los Estados Unidos después 5 Sen Katayama ha sido el marxista más destaado del Japn. En 1904, habiendo ya estallado la guerra ruso-japonesa, Katayama asiste al congreso Soialista Internaional, de Amsterdam, y abraza al ruso Plejanov signifiando que la guerra de sus dos países no afetaba la unidad internaional de la lase obrera. Más tarde se separ, de la II Internaional y pas a integrar el Politbur de la III. Reorri, on el indostánio M. N. Roy, después de la revoluin rusa, la mayoría de los países de Latinoaméria, logrando organizar varios partidos omunistas en la regin. 6 Toshihiko Toshihiko Sakai nai en 1870 y muri en 1933. Sus asendientes perteneían a la asta de los samuráis. Llev a abo diferentes profesiones, tales omo la de periodista, maestro de esuela, olaborador de publiaiones. Fue gran amigo de Kotoku, y se onsideraba, al igual que éste, disípulo de Atsusuke Atsusuke Nakae. Fund junto on Kotoku, Heimin Shimbun en 1903, y juntos dieron la primera versin japonesa del Manifiesto Comunista, Comunista, en 1904. 41
de salir de la árel en 1905 y regres un año más tarde on las alforjas abarrotadas de anarquismo. Inansable en su trabajo divulgativo rea la revista Yaradsu Chohu ( Acción Directa), Directa), sigue Tatsu Kwa (Hierro y Fuego), Fuego), olabora entre prohibiin y prohibiin Hikari (Relámpago), Relámpago), en Chokugen ( Adelante) Adelante) olumbrando su gesta periodístia on la reain del más importante peridio anarquista japonés: Heimin Shimbun que, a su regreso de los Estados Unidos rea y logra que sea diario durante una breve temporada. 7 Toda esta atividad no es bie para que reorra el Japn en permanente ampaña proselitista y se dedique a esribir obras mayores y a traduir a los anarquistas europeos. En arta dirigida a su amigo Johnson, el 3 de mayo de 1907, leemos: Durante estos últimos meses vivo aosado por todas las perseuiones gubernativas. Nuestro peridio (Heimin (Heimin Shimbun) Shimbun) está suspendido. Muhos ompañeros se hallan en la árel. No tengo trabajo. No tengo dinero pero puedo todavía esribir... Estoy traduiendo en este momento el folleto de Arnaldo Roller Huelga general social. social. Mi libro, que reúne diferentes ensayos sobre el antimilitarismo, el omunismo y otros extremismos, ha sido prohibido y onfisado por el gobierno. Suerte que el editor, pillo redomado, ya había vendido era de mil quinientos ejemplares. Ahora pienso dediarme a la traduin de las obras de Kropotkin.8
El 28 del mismo mes de mayo, en otra arta, señala: «El asunto del Heimin Shimbun se ha arreglado. El gerente y el re7 Haemos referenia, naturalmente, a la segunda apariin del peridio, uando ya el soialismo japonés se había esindido. Heirnin Shimbun fue diario graias al aporte eonmio de un simpatizante, amigo de Kotoku. 8 La primera versin japonesa de La conquista del pan, pan, de Kropotkin, la termina Kotoku en 1908, y fue editada, distribuida, vendida y leída landestinamente. 42
dator jefe han sido ondenados a la árel por haber publiado mi disurso. Mientras, yo que lo he pronuniado, ando libre. Es una suerte pero es extraño. [...] Suspendido el peridio ya no tenemos portavoz. Algunos desearían apareer mediante un semanario pero omo son partidarios del parlamentarismo no nos podemos fiar de ellos». Y hasta tiene un atisbo, la arta, familiar: «mi madre ha regresado de mi iudad natal. Vive on nosotros. cuenta on 67 años de edad». La obra revoluionaria de Kotoku es ilpea, No eja, no duerme, se multiplia y, on él, el puñado de libertarios que han dejado los derroteros del parlamentarismo para haer obra anarquista. En el omiio que preseni la divisin entre autoritarios y libertarios las argumentaiones de Kotoku fueron tan ontundentes que el congreso vot por la supresin, en los Estatutos del Partido Soialista, de la láusula que Sen Katayama lograra insertar un año antes en la que la organizain abogaba por un «soialismo dentro de la ley». Katayama había llegado totalmente absorbido por los tpios parlamentaristas aprobados en el congreso reformista de Amsterdan en 1904, donde abrazara a Plejanov del que más tarde renegara uando se onvirti, on el indostánio M. N. Roy, Roy, en el propagador más efiiente del omunismo en toda la Améria hispana. Pese a la aureola internaionalista de Katayama, éste fue derrotado por el verbo y los argumentos de Kotoku. Este auge de popularidad y la toma de posiin tan abiertamente revoluionaria hizo que el gobierno Meiji se volara de lleno en una represin despiadada que aabaría on el asesinato de Kotoku Kotoku y sus más allegados ompañeros. Las áreles se llenaban de anarquistas sin que el ímpetu revoluionario de sus ideales quedara frenado por ello. En la orres43
pondenia on Johnson hay párrafos ilustrativos de la represin desenadenada por la poliía y el ejérito japoneses: «El gerente y el redator en jefe (del Heimin Shimbun) Shimbun) han sido ondenados a prisin...». «El peridio ha sido suspendido» esribe el 28 de mayo de 1907. «Tengo «Tengo una mala notiia que darte. Los ompañeompañ eros Sakai, Osugi y uatro más han sido arrestados...» india el 3 de febrero de 1908. «Te tengo que dar, de nuevo, una mala notiia. En Tokio Tokio han sido detenidos, en masa, numerosos anarquistas...» mahaa en arta del 7 de julio de 1908. «El ompañero Sakai está en la árel on tree ompañeros más, entre ellos varias ompañeras», ontinuará indiando el 19 de agosto de 1908, y así sigue sin desanso. La presa prinipal, para el gobierno, era Kotoku que debe vivir a salto de mata esapando de las trampas que le tiende la poliía, mudándose de lugar sin ese, aosado por una fuerza represiva que aaba de ser amaestrada por instrutores alemanes en base a las ténias de perseuin más modernas de Europa. En la última arta que reibe Albert Johnson, del 11 de abril de 1910 leemos: Debido a las perseuiones y las difiultades eonmias que esto onlleva, he tenido que retirarme a Jugawara. La poliía no me daba desanso en Tokio. Toda mi atividad y mis desplazamientos son objeto de una aza feroz y vil, lo que hae que no pueda ganarme la vida. Me hallo aquí desde hae tres semanas. Estoy esribiendo un libro para demostrar que cristo no ha existido nuna, que el misterio ristiano se basa en la mitología pagana y que la Biblia es, en su mayor parte, un engaño. Suga Kanno9 está onmigo. 9 La ompañera de Kotoku. 44
Los letores oidentales se asombrarán del interés manifestado por Kotoku en desenmasarar al ristianismo, una religin prátiarnente inexistente en el Japn. No resultaba exatamente así. Las avalanhas de las ténias oidentales no llegaban aisladas. Arrastraban, adheridas en sus embalajes, el ristianismo, y el el Japn se iba poblando poblando de tenaes misioneros que amenazaban on tener más éxito que Javier y sus alitos. Kotoku, Kotoku, uando regresa al Japn en 1906, desubre el ambio que se está operando en su país y se lo señala a su orresponsal aliforniano: Los uras ristianos, han reibido del gobierno un notable apo yo finaniero. Ahora, bajo la protein del Estado los uras propagan a marha forzada el evangelio del patriotismo. El ristianismo era, antes de la guerra (la ruso-japonesa) la religin de los pobres. Ahora ha ambiado de haqueta. En el espaio de dos años el ristianismo se ha onvertido en una gran religin burguesa, una máquina del Estado, del militarismo.
En agosto de 1910 Kotoku intenta embarar para Europa a fin de asistir al congreso de la Internaional Soialista que debe tener lugar en copenhague. La poliía logra, finalmente, detenerdetenerlo. En la redada aen 24 anarquistas más y, y, entre ellos, Suga Kanno, su ompañera, de 31 años de edad. La poliía monta todo un esenario para imputar a los anarquistas la autoría de la Dai Yaku Yaku Jiken (La Gran Revuelta) y después de un juiio sumarísimo doe de los anarquistas detenidos son ondenados a la hora –otra ténia oidental introduida por Meiji en el país–. El resto de los enartados es ondenado a adena perpetua. El nombre de los mártires meree onoere: Denjiro Kotoku, Kotoku, su ompañera Suga Kanno, Unpei Morihika, diretor del peridio Heimin Shimbun, Shimbun, Tadao Niimura, Takihi Miyashita, Rikisaku Hurukawa, Keushi 45
Okumiya, Seinosuke Ooishi, Heishiro Naruishi, Uihita Matsuo, Uihiro Niimi, Gudo Uhiyama. El deano de los mártires era Kenshi Okumiya, que tenía 54 años de edad, seguido de Seinosuke Ooishi, de 45 y Kotoku de 41. El resto era juventud espléndida, omo Tadao Tadao Niimura, de 25 años, o Rikisaku Hurukawa, de 28 años. Fue un rimen de una seviia inusitada, y en Europa y en Améria la gente se resistía a reer la veraidad de la notiia transmitida por las agenias internaionales de informain. La ejeuin tuvo lugar el 24 de enero de 1911 y horroriz a todo el mundo. La fahada de modernismo que tan uidadosamente había estado montando el gobierno Meiji se desmoron por ompleto. A pesar de ser una tragedia suedida en los antípodas su notiia onmoion al mundo oidental on igual intensidad que el fusilamiento de Franiso Ferrer Ferrer o la eletrouin de Sao y Vanzetti. El asesinato de un médio, un esritor, dos periodistas, un saerdote budista (Godo Uhiyama), un ampesino, un estudiante, un obrero tipgrafo, un omeriante, dos propietarios y un funionario ponía de manifiesto, por la gama tan abaniada de profesiones, que la Dai Yaku Yaku Jiken no podía ser verdadera. El Estado había llegado a la onlusin de que el desprestigio internaional era preferible a la revoluin. Estim la masare omo un mal menor. El anarquismo japonés tardaría años en reuperarse de tan duro golpe sobre todo porque el terror ontinu on tinu presente por varios meses todavía. 10 10 Ganketsu Ababa, miembro de la Heimin Sha (Soiedad Proletaria), omo Kotoku, desde 1903; esritor y periodista –fund Royo Shakai Shimbun (Diario del Oriente Socialista) Socialista) en 1908–, se hallaba en los Estados Unidos uando tuvo lugar la burda trama de la Dai Yaku Jiken, pero regres a primeros de 1912. Fue detenido y enarelado de inmediato, delarándose en huelga de hambre 46
Denjiro Kotoku Kotoku fue muy prolijo esritor. esritor. Su pluma estaba presente en toda la prensa revoluionaria, no neesariamente, anarquista de la époa. Sus artíulos, de reopilarse en volúmenes, signifiarían la presenia de varios tomos. De sus obras mayores podemos itar: Shakai Shugi Shinzui (Quintaesencia del socialismo, socialismo, 1903), Shorai Keisai Soshiki (Sistema futuro de la economía), economía), Jiyo Shiso (Idea libre), libre), Teikoku Shugi (Imperialismo), Imperialismo), Rekishi to Kokumin no hakken (Encuentro de Historia y Nación), Nación), Kindai Nippon no Keisai (Formación del Japón moderno), moderno), Kirisuto Massatsuron (Ruptura con Cristo), Cristo), terminada en la árel en 1911. En 1908, Kotoku tradujo La Conquista del Pan, Pan, de Kropotkin, que en japonés lleva el nombre de Pan no n o Ryakushu. Ryakushu. Existe, además, una ediin esmerada de Obras de Denjiru Kotoku Kotoku que ontiene, además de varios títulos ya itados, gran antidad de artíulos del gran mártir anarquista japonés. sakai osugi: «aNarquista eN traduccióN»
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odavía estaba presente la represin que ya en 1913 asoma de nuevo una de las publiaiones últimas de Kotoku, Kotoku, Kindai Shisoo (Idea moderna). moderna). La nueva versin iba a argo de Sakai Osugi y de Arahata y, dos años después, en 1915 Osugi vuelve a saar el impereedero Heimin Shimbun. Shimbun. Osugi reogi el legado de Kotoku Kotoku y supo estar a la altura de su maestro. Regresando a la preiosa orrespondenia que Kotoku dirigi a su amigo Johnson, de los Estados Unidos, leemos, en una arta del 18 de diiembre de 1906:
que oasionara su muerte el 10 de marzo de 1912. Muri a la edad de 37 años y debe onsiderarse justamente omo una vítima más de la masare de la Dai Yaku Jiken. 47
Mi ompañera se enontraba entre el públio, aquella mañana, durante el proeso del ompañero Osugi. Es un joven estudiante que es de los nuestros y al ual me siento muy apegado. Lo juzgan por infrain de la ley de prensa. Ha traduido, de un peridio anarquista franés, un llamado «A los onsriptos» y lo insert en el peridio soialista Hikari. Hikari. Espero el veredito on inquietud. Serán, sin duda, largos meses de árel.
Después de estos «largos meses de árel» Osugi sali en libertad para inorporarse on más bríos a la luha. Blano de la poliía no tardaría en ser enarelado de nuevo. Es el mismo Kotoku quien lo reseña al anarquista Johnson en arta del 3 de febrero de 1908: «Tengo una mala notiia que darte: los ompañeros Sakai y Osugi y uatro amigos más de los nuestros han sido detenidos el viernes, 17 de enero». La poliía había irrumpido en medio de una onferenia que tenía lugar en un loal alquilado por La Soiedad del Viernes, reada por Sakai, Osugi y el propio Kotoku y proedi a la detenin de los seis referidos anarquistas, los más resistentes a la orden de arresto de la autoridad. Fueron ausados de violain de la Ley de Orden Públio. Este enarelamiento fue el que salv la vida a Osugi ya que no pudo ser inluido en la maquinain tramada por el Estado del Dai Yaku Yaku Jiken por su ondiin de prisionero. Pudo, así, sobrevivir doe años a su amigo am igo y maestro Kotoku Kotoku y lograr lo que pareía imposible después de la ruenta represin que llevara a abo la poliía omo olofn al rimen oletivo de los doe mártires del 24 de enero de 1911. Sakai Osugi había naido en 1885, en Aihiken donde hizo su esuela primaria y parte de la seundaria hasta que, uando tete nía 17 años, años, se fue a Tokio Tokio donde dond e onoi a Kotoku y se vol por 48
entero en el ideal árata. Ya hemos visto que en plena represin y reién salido de la árel publia sali, en públio desafío a sus enemigos poderosos, Kindai Shisoo (Idea moderna) moderna) y en otubre de 1914 logra que apareza nuevamente Heimin Shimbun, Shimbun, el máximo portavoz de los anarquistas japoneses el ual, si a otejos fuéramos, en nada ede, en importania y trasendenia, frente a Freedom de Londres, La Protesta bonaerense, Solidaridad Obrera de España, Le Libertaire parisino, Umanitá Nova de Roma y el grueso haz de prensa anarquista oidental que ha sabido representar el pensamiento de los anarquistas de ada uno de estos países en forma más prominente que otra prensa libertaria. Osugi, onsiente de la situain soial que vivía el Japn en aquellos momentos, deidi jugárselo todo una vez más. Había que haerse vivo y demostrar que el anarquismo y Hei min Shimbun eran omo el ave Fénix. El malestar en el país era general, las risis polítias, eonmias y prebélias, las ontradiiones en un régimen inipiente emergido por dereto de la Edad Media para sumergirse, sin transiin, en la Edad Moderna, produían rasquebrajarnientos a todos los niveles, inluido el laboral. En 1914 estallaron en el Japn 50 huelgas afetando a 8.000 obreros. Era slo el omienzo: uatro años más tarde las huelgas fueron 497 y los obreros partiipantes 60.000. Ese año de 1918 alanz, para el desontento soial, el punto ulminante. Lo failit el onsejo de ministros, uando manifest que: «Ha llegado el momento de que el pueblo limite el onsumo de arroz por medio de su propia disiplina». Fue la gota de agua que hizo desbordar el vaso. El pueblo se lanz a la alle arrollando todo lo que enontraba por delante. Las negoios de víveres, los merados, las jefaturas de poliía, los estableimientos de ropas, de muebles, de utensilios doméstios, las alaldías, todo fue objeto 49
de la ira popular. cuando la autoridad pudo haerse dueña de la situain la saña que demostr no tuvo límites. Se ditaminaron 7.000 ondenas a adena perpetua. Las lases menesterosas del Japn dejaron de ser, ser, en el papel, los heimin y las eta pero de todos es harto sabido que la promulgain de una onstituin no entraña la desapariin de lo que ordena abolir. La onstituin Meiji de 1889 deide la desapariin de las astas pero la situain miserable de los de abajo permaneía, por lo que se establei otro denominativo para las que hasta 1889 habían sido los heimin y las eta: eta: Musankaitin, Musankaitin, voablo ompuesto de dos raíes: Musan, Musan, igual a ‘desposeída’ y Kaitin igual a ‘lase’. El musankaitin El musankaitin pasaba a oupar o upar,, en el Japn, la ondiin del proletariado en Oidente. Frente a ellos, todopoderoso, se erguía el zaibatsu zaibatsu,, el trust más poderoso del mundo, abolido por MaArthur y la onstituin de 1947 pero de nuevo entronizado a resultas del «milagro eonmio» japonés de la déada de los sesenta. El zaibatsu o, en otras palabras, la Iusankaitin, Iusankaitin, la lase explotadora. La tarea de Osugi y sus ompañeros se manifestaba tan dura omo la de Kotoku y los suyos pero se puede afirmar que supieron salir airosos y que el anarquismo supo, no solamente restañar las heridas de la represin del año 1911 y siguientes sino que logr auditorios numerosos para sus enuniados al tiempo que difundía literatura profusa y exitosamente. Es inobjetable que el anarquismo, en el Japn, se reflej a imagen y semejanza del anarquismo en Oidente.11 Desde que el 11 Es por esto que Philippe Pons, orresponsal de Le Monde Diplomatique esribe en el número orrespondiente a agosto de 1972: «Pero la guerra [la de los años 1914-1918] ha tenido, omo mayor onseuenia, haer pasar a un país [el Japn], todavía ampliamente agríola, al estado de potenia industrial. Lo que equivale a una ampliain de la lase obrera. Organizado primitivamente 50
meijismo introdujo masivamente la «ivilizain» oidental en el arhipiélago, el ethos predominante del japonés, la adaptabilidad, si es que tenemos que dar rédito a Tonynbee Tonynbee y al grupo de japojapo neses entrevistados por él, se vol en la adaptain de lo llegado lo que fue logrado en tiempo brevísimo para asombro de Europa y Améria. A la espera del surgimiento de pensadores naionales los progresistas se lanzaron al desubrimiento del pensamiento oidental y ya hemos tenido oasin de ver las bondades que lograra Nakae traduiendo a Rousseau. El deseo de haer aesible el pensamiento anarquista a las masas niponas fue lo que impuls a Kotoku Kotoku el traduir a los filsofos libertarios y, y, muy espeialmente, a Kropotkin. El mismo deseo anid en Osugi que tradujo El origen de las especies, especies, de charles Darwin, numerosas obras de Wallae, de Gustave Le Bon, de Howard Moore y otros, graias, espeialmente, a una asombrosa failidad que le permitía a Osugi hablar media doena de lenguas oidentales. También tradujo El apoyo mutuo, mutuo, de Kropotkin, deisin que tomara uando vio los estragos que haía en el Japn la apliain de The Struggle for Life en el ámbito soial nipn. Dos abanderados del régimen: los dotores Kato Eliroyuki y Oka Asagiro, desdoblaron una gran atividad literaria para deformar el pensamiento darwiniano y otorgar ondiin de axioma a la vitoria del fuerte sobre el débil y a la neesidad, para el bien del país, de que tal heho se onsumara. Esto ofree una asombrosa similitud on lo suedido en Inglaterra a últimos del siglo pasado uando Kropotkin, para reivinen base al modelo tradeunionista, tradeunionista, el movimiento sindial se refuerza en la risis: espeulaiones de inteletuales, el anarosindialismo pasa a ser un método de ombate...». 51
diar la solidaridad humana y rebatir los oneptos darwinianos de Thomas Henry Huxley, juzgados equivoados por Kropotkin, éste publi, en el Nineteenth Century, Century, la serie de artíulos que integrarían, en 1902, El apoyo mutuo. mutuo. Toaba a los anarquistas, en el Japn, el reivindiar el darwinismo omo un fator de moral raional, omo suediera en Europa, y Osugi estim que el mejor punto de apoyo para tal defensa era el propio Kropotkin. Osugi dej, a pesar de que slo vivi 38 años, una obra esrita abundante. Gran parte de ella ha sido reopilada y hay una ediin de 24 volúmenes que ontienen lo más importante de sus esritos inluido, neesariamente, muho tema autobiográfio – Autobiografía se titula una de sus obras–. Su universidad fue la árel y así lo india él mismo en otra de sus obras, Mi vida en la cárcel: cárcel: «Soy un hombre heho por la árel. Mi ultura, mis onoimientos, mis ideas y mi aráter han sido formados, moldeados, en la árel». Fue en la árel, en la de chiba prinipalmente, donde aprendi el esperanto, el italiano, el alemán y el ruso. Anteriormente había aprendido el franés y el inglés. Kotoku inula en Osugi la inlinain kropotkiniana. El espíritu ientífio del gran anarquista ruso impresion, más que ningún otro, a los metdios orientales, inluidos los libertarios hinos en ello. De ahí que Osugi reanude la tarea de traduin y divulgain iniiada por Kotoku a quien se debe la versin al japonés de La Conquista del pan, El Estado, su papel histórico, La moral anarquista anarquista y algunas obras menores de Kropotkin. Pronto, sin embargo, se da uenta que su temperamento se inlina más haía Bakunin, al que desubre posteriormente. Y así lo onfiesa: Por Kropotkin se siente el respeto pero no el apego, la inlinain. Para mí me resulta más querido el anarquista nato y, al 52
mismo tiempo, rebelde, onstituionalmente hablando. Rebeldía que no dejará ni aun viviendo en una soiedad anarquista. El hombre que no es ni regular ni ordenado en sus ostumbres, que vive una vida bohemia y desordenada. No puedo haer más que sonreírme a mí mismo uando pienso en la vida de Bakunin, nuestro padre.
Todavía hubo un terer ruso que le fasin: Nestor Mahkno. La guerrilla ukraniana lleg a deslumbrarlo on su estrategia dinámia y su tátia desonertante del movimiento permanente. A su únio hijo varn lo llam Nestor. Tuve oasin de ver el nombre de los dos tallado en la tumba omún a ambos en el ementerio de Itoshima, en la Isla de Kiushu. A sus uatro hijas también les puso nombre de anarquistas internaionales onoidos: Emma y Luisa en homenaje a Emma Goldmann y a Luisa Mihel.12 Es posible que esa tendenia haia los hombres de ain y tribuna, en detrimento del estudioso de bibliotea y laboratorio, tenga una expliain plausible en su tartamudeo. Osugi solía tartamudear –«Soy apaz de tartamudear en siete lenguas» solía deir– y debería envidiar, en su fuero interno, la apaidad persuasiva de nuestros famosos tribunos. «Si se me ausara da ser, ser, yo mismo, una traduin del anarquismo –esribe Osugi– onfieso que no podría rehazar diha ausain». Se había sumergido tanto, seguido e intensamente, en los textos libertarios extranjeros y andaba, por otra parte tan esaso de tiempo por lo muho que deseaba abarar, que terminaba por onsiderar más benefiiosa la traduin, para la luha entablada ontra las autoridades del país, que le gestain pro12 La hija mayor de Osugi, Mako, la que logré ver v er,, en 1957, en Fukuoka, perseveraba en las ideas del padre y, y, junto on su ompañero, Aoki, editaba Teikosha (Resistencia), Resistencia), una publiain paifista libertaria. 53
pia. «Soy, «Soy, de heho, un soialista en traduin –añadía, on una onstruin de sintaxis que no podrá onvener al gramátio riguroso–; la mayor parte de mis onoimientos libertarios provienen de una traduin de libros europeos tratando del anarquismo y del movimiento soial en los que he abrevado on ahíno y fruiin». Estamos frente al aso prototipo del japonés, siempre tratando de disminuirse ante los demás restando méritos: a la obra que, sin lugar a dudas, los tiene. Es ierto que las traduiones de Osugi fueron tan importantes omo neesarias para un movimiento sin raíes. Surgido de improvisain, se puede asi deir, arente de fundamentos auttonos ya que los genuinamente japoneses, omo el aso de Ando Shoeki, el William Godwin del Japn, slo fueron desubiertos después, uando los estudiosos tuvieron aeso a los doumentos de la historia del país muho tiempo más tarde. Pero Osugi no es, solamente, un «anarquista en traduin». Fue un exelente asimilador de las enseñanzas de Oidente pero las supo tamizar a través de su inteligenia sorprendente y su inansable esfuerzo de divulgain. Un revoluionario que se limitara a traduir no tendría fuerza persuasiva para la obra poselitista. El saerdote de zen Sukeo Myajima, del que ya hemos heho menin antes, que se prolama disípulo de Osugi, dista muho de onsiderar a su maestro omo un intermediario que, bombeando la enseñanza oidental, se limita a derramarla, tal ual llega, en las ávidas minorías niponas y sus obras de novela y de fiin, tan naturales del pensamiento libertario, reflejan la influenia de un maestro y no de un satélite que se limita a reflejar lo que reibe. Por lo demás, bastaría sumergirse en tanta y variada prensa anarquista fundada, mantenida, protegida, difundida y mayor54
mente llenada por Sakai Osugi para que uno se diera uenta que Osugi, uando lanz la expresin «anarquista en traduin», haía honor a esta eduain que reibe el japonés, y que ya la lleva inrustada en los genes por lo remoto de sus orígenes, que onsiste en desmereerse a sí mismo ante los ojos de los demás. Empezando por Kindai Shisoo (Idea moderna), moderna), que omienza a editar al instante mismo de salir de la árel en 1913, en olaborain on Asahata Kanson, un soialista que se inlin posteriormente, al marxismo, radiándose en la URSS y terminando on el omnipresente Heimin Shimbun que lleg a sobrevivir a todos los mártires del anarquismo japonés, Osugi ha desparramado por las páginas de toda la prensa anarquista nipona la más prolija y original olaborain de todos uantos han intervenido en el mantenimiento y divulgain de los peridios áratas. En Kindai Shisoo, Shisoo, en 1913, traumatizado todavía por los l os años de árel y el reuerdo del reiente asesinato legal de su maestro Kotoku y sus one ompañeros, Osugi vierte lo mejor de sus esfuerzos en estériles polémias ontra «los hijos jvenes de los burgueses» omo él mismo señala. Ataa el individualismo de la torre de marfil y reivindia la luha oletiva omo el objetivo fundamental del revoluionario. La vida no puede ampliarse ni perfeionarse sin que, previamente, no sean abolidas las diferenias de lase, los privilegios y la opresin eonmia, polítia, soial, ultural y religiosa. Pronto, sin embargo, se onvene de lo anodino de estas polémias on los diletanti a los que no les falta nada y pretenden ignorar la miseria y deide no dar ontinuidad a la revista: «En lugar de disutir sobre las abstraiones ininteligibles on los jvenes burgueses tenemos que aminar haia adelante, al lado de los trabajadores, nuestros verdaderos amigos». con este epita55
fio daba a la Kindai Shisoo piadosa sepultura al tiempo que ponía fin a su fase aristrata, empleando la expresin inventada por Gerard de Laaze-Duthiers. A partir de 1915 Osugi abraza, en forma definitiva, el anarosindialismo y resuita al impereedero Heimin Shimbun que sufre fuertes y adversos avatares que si bien no lo liquidan las autoridades sí logran que el perseguido portavoz de los anarquistas apareza on el sello de la intermitenia y de los grandes olapsos. Debido a la perseuin sufrida por Heimin Shirnbun Osugi audi a la estrategia que todos los anarquistas abrazan en asos semejantes: rear otros rganos de expresin. Es así que vemos apareer Rodo Shimbun (Diario del trabajo) trabajo) y Rodo Undo (Movimiento obrer ob reroo), on lo que el movimiento libertario japonés siempre disponía de un rgano de orientain que, bien on título diferente, siempre era portador de un ontenido anarquista. conoido internaionalmente, Sakai Osugi fue, invitado por los promotores de la AIT que debería fundarse nuevamente en Berlín en 1923. Logra embarar landestinamente hasta Shanghai donde los anarquistas hinos le failitaron un pasaporte del país on el ual onsigue llegar a Europa. Las agitaiones europeas, la solidez de las organizaiones obreras, la presenia de elementos de valía dentro del ampo anarquista europeo no podían por menos que impresionar a Osugi, llegado de un país donde la represin tenía su morada y donde diez años antes se podía ahorar impunemente a doe anarquistas por el mero heho de serlo. conoedor del franés on el ual se expresaba on failidad, Osugi fue invitado por los anarquistas de París a que interviniese en un ato libertario en la barriada de Saint Denis, al norte de la gran iudad, on motivo de la elebrain del Primero de Mayo de 1923. 56
La presenia de Osugi ya había sido señalada por la embajada japonesa en París a la poliía franesa y ésta, a petiin de aquélla, arrest a Osugi. Frania, el país del Dereho de Asilo, se ensui las manos on el barro de la ignominia onsiente de que, mandando a Osugi al Japn, maniatado e impotente, la muerte de aquel luhador iba a ser obra del gobierno galo. Y así fue. La poliía japonesa agradei la extradiin de tan odiiado iudadano y dos meses más tarde lo asesinaba en onfabulain on el ejérito nipn. El baro que llevaba a Osugi lleg a puerto japonés en julio y en septiembre, el 16 exatamente, Sakai Osugi, su ompañera Noe Itoo, de 29 años, y un sobrino de 7 años, Soohi, eran vilmente asesinados. El general Fukuda, elevado a la ategoría de omandante en jefe de la regin de Tokio, aproveh la triste oyuntura del terremoto del l0 de septiembre que asol la regin de Tokio y Yokohama13 para valerse del aos reinante y orden matarlos y arrojar sus uerpos en el fondo de un pozo abandonado. Pretendía, así, haer pasar el heho omo una desgraia ausada por el terremoto. Veinte días más tarde los uerpos putrefatos de Osugi, Itoo y Soohi fueron hallados y la denunia valiente de los abnegados amigos de Osugi origin una protesta que trasendi del otro lado de las fronteras ya que Osugi era onoido por los revoluionarios del mundo entero. El gobierno japonés tuvo que aparentar el deseo de apliar la justiia al rimen de Fukuda por lo que se elebr un juiio que onden al apitán que ejeut las rdenes de Fukuda a 10 años de árel. El astigo, on ser irrisorio, no se 13 El terremoto del 10 de septiembre de 1923, a pesar de que slo dur 30 segundos, seg la vida de 100.000 personas. 40.000 de ellas fueron quemadas en los depsitos de ropa del ejérito. Otras 43.000 fueron dadas omo desapareidas. El 54% de las viviendas v iviendas se vino al suelo, 700.000 asas ardieron. 57
umpli y unos meses más tarde el apitán del ejérito, Amakasu, era puesto en libertad. Osugi muri a los 38 años, uando aababa de alanzar su madurez físia e ideolgia. El movimiento anarquista japonés e internaional perdía a uno de sus más valiosos puntales. Todavía Todavía ahora asombra el dominio de Osugi sobre tantas y diversas ramas del saber humano así omo su prolija atividad en toda índole de disiplinas del estudio y la agitain, no neesariamente anarquistas. En 1906, ontando slo 21 años, Osugi funda la Asoiain Esperantista del Japn pudiéndose onsiderar, a nuestro biografiado, omo el primer propagandista de la lengua del Dr. Zamenhof en el Imperio del Sol Naiente. La muerte de Osugi, su ompañera y el pequeño Soohi, no fue un heho aislado. El terremoto fue onsiderado omo una oportunidad únia por las autoridades niponas y la explotaron exhaustivamente. A partir del 10 de septiembre los siarios de la poliía se volaron en la tarea de difundir rumores que atribuían a los revoluionarios y a los oreanos –los sempiternos lumpen proletariat del Japn– el estallido de bombas, envenenamiento de pozos, inendios de asas, asesinatos y robos, todo lo ual, dada la psiosis reada por la tragedia sísmia que había matado a más de 100.000 personas, enontr terreno fértil entre la poblain permitiendo que organizaiones paramilitares omo la Soiedad Nueva y la Asoiain de Exombatientes se adueñaran de las iudades y ometieran toda lase de desmanes ontra los militantes de la izquierda revoluionaria. Muhos Mu hos domiilios de anarquistas fueron allanados y sus moradores detenidos y salvajemente torturados. Es así que en la Yun Rodo Kumai, organizain obrera de la barrriada de Kumaido, Kumaido, fueron detenidos el seretario, Harisana y diez libertarios más los uales, llevados a la omisaría 58
de poliía del barrio, fueron asesinados a sablazos, junto on un buen número de oreanos oreanos y, y, todos ellos, quemados. Esto ourri en todas las omisarías y reintos habilitados por las organizaiones reaionarias desonoiéndose el número de sarifiados por las hordas del osurantismo. martiroLogio de Los aNarquistas
L
as autoridades japonesas estimaron onveniente el estableimiento de ilos al final de los uales y mediante los pretextos más adeuados, se debían sarifiar a los enemigos del régimen en forma masiva y despiadada a fin de sembrar el terror en el seno de las filas revoluionarias que deberían, según el riterio gubernamental, desintegrarse y renuniar para siempre a sus ideales de manumisin. Es así que se amaña la Dai Yaku Jiken o Gran Revuelta de 1910 que ulmina on el holoausto de Kotoku y sus ompañeros el 24 de enero de 1911. Es así, igualmente, que sobreviene el «providenial» terremoto del 10 de septiembre de 1923 que permitiera a la poliía y a los militares asesinar impunemente a entenares de revoluionarios que deberían figurar omo vítimas desapareidas a ausa del terrible sismo. El ilo se umplía y el Estado masaraba a la revoluin pero la teoría según la ual el árbol deapitado no volvería a dar brotes fraasaba una vez más estruendosamente. Es así que tres meses después del asesinato de Osugi, Kyotaro Wada esribía en Rodo Undo que se pretende imputar a la iniiativa individual de Amakasu la muerte de Osugi uando se sabe que los militaristas inubaban desde haía años la idea de asesinar a todos los lo s revoluionarios y hasta solían manifestarlo en las arengas de rutina a los solda59
dos: el Estado espera haer la guerra a los revoluionarios en un futuro prximo... por lo que se dedue laro que los asesinatos en masa no fueron de iniiativa individual sino de un gobierno fuertemente presionado por los militares.
Es así, igualmente, que el 10 de septiembre de 1924, on motivo de la elebrain del primer aniversario del terremoto, Wada trataba de ajustiiar al general Fukuda, invitado de honor al evento, autor inteletual de los asesinatos de las anarquistas e igualmente famoso por las masares de Tsi Nan Fu, en china, donde entenares de hinos fueron sarifiados a su ditado. Fukuda slo result herido mientras que Wada era ondenado a 20 años de árel. No resisti el régimen arelario de la peniteniaría de Akita y, y, el 20 de febrero de 1928, audiendo al proedimiento de esape preferido de los japoneses en última instania, se suiid. Wada tenía 35 años uando edi frente a las Paras. Había onoido a Osugi uando ontaba 21 años y olabor on éste y Arahata en Rodo Undo que logr mantener después del asesinato de Osugi haiendo ausa omún on el núleo libertario integrado por K. Kondo, H. Hisaita y K. Nakamura. Fuera de su grupo gozaba de reputada fama fam a bajo el seudnimo de Kyu-san. Kyu-san. Su obra más onoida Gokuso Kara (Desde la ventana de la cárcel), cárcel), ha sido traduida al franés. Otros anarquistas relevantes que lograron esapar de la seviia militar en septiembre de 1923 fueron Kentaro Goto, Daijiro Huruta, Tetsu Nakahama, Humi Kaneko y Gengiro Muraki, muertos, sin embargo, por el ideal sin que ninguno de ellos alanzara los 40 años de edad. El primero en morir fue Kentaro Goto. contaba 30 años de edad esasos uando deidi poner fin a sus días en la árel de Kanazawa el 20 de enero de 1925. Era un poeta revoluionario, 60
y había tenido oasin de olaborar en la prensa libertaria donde sus artíulos y sus poesías tenían gran aogida. Su detenin tuvo lugar en Okayama uando se hallaba halla ba pegando pasquines antimilitaristas en los muros de la iudad. Dej varias obras esritas siendo de retener los títulos de Trabajo, Trabajo, Emigración y En la cárcel. cárcel. En Daijiro Huruta, una de las presas más odiiadas de la poliía nipona, se reúnen las ondiiones ideales del revoluionario. Valeroso hasta la temeridad, abrazando la ain on ma yor fuerza que la pluma, supo, sin embargo esribir inflamantes artíulos en Kosakunin (Campesino), Campesino), otra publiain libertaria que apareía en Hasuta. Tenía preparain para ello puesto que había estudiado en la Universidad de Waseda, en Tokio y volvi a probarlo uando preso, juzgado y ondenado, esribi Shikeishu no Omoide (Memorias de un condenado a muerte). muerte). Huruta había naido en el filo f ilo de los dos siglos, en 1900 y pas a ser, ser, en el orto lapso de su vida –muri en la hora el 15 de otubre de 1925– el prototipo oriental de los que abrazaron «la propaganda por el hehe ho». Había organizado e intervenido en atraos a banos ingresando las sumas logradas en los fondos del grupo anarquista que Huruta integraba en la gran iudad industrial de Osaka. Diho grupo fue nombrado Guillotina. En uno de los atos de expropiain realizados en un importante bano de Osaka, el propietario muri y Huruta fue detenido junto on otros ompañeros suyos del Grupo Guillotina, Guillo tina, entre entr e ellos Tetsu Tetsu Nakahama. Nakahama. Ambos fueron ondenados a muerte. Poos momentos antes de morir Huruta esribi: «compañeros: voy a morir. Salud y Ain. 15 de otubre de 1925 a las 8.25 de la mañana». Los familiares que fueron a la morgue a relamar su adáver señalaron que había una sonrisa en el rostro de Huruta. 61
El nombre de Tetsu Nakahama es un seudnimo. Su verdadero nombre era chikai Tomioka pero entre los afines no se le onoía ni por el primero ni por el segundo. Hamatetsu qued. Era tres años más viejo que Huruta ya que había naido en 1897 en Hishakuda, Moji, en el extremo norte de la más meridional de las grandes islas niponas: Kyushu. Hizo esuela seundaria y fue enrolado, omo soldado telegrafista en Tokio. como otros muhos fue destinado a Tiem Tsin, en china hasta que, terminado el serviio militar, regres al Japn. En 1920 ya se le enuentra inorporado al movimiento libertario japonés. conoi a Osugi y a muhos otros ompañeros anarquistas y su militania altern entre Osaka y Tokio prinipalmente. La fogosidad de Daijiro Huruta lleg a ontagiar a Nakahama y fue así que ambos partiiparon en varias expropiaiones hasta que tuvo lugar la detenin de la mayoría de los integrantes del Grupo Guillotina y los juees ondenaron a muerte a Huruta y Nakahama. A pesar del papel jugado por Nakahama en el seno de la orriente «la propaganda por eI heho», su extensa y erudita olaborain en el ampo de las letras anarquistas llegaría a pesar más para las generaiones venideras que se han sumergido en la letura de las obras de Nakahama on fruiin y entusiasmo. De éstas podemos itar: Kuro pan (Pan Negro Ne gro), ), Kokudan (Bala Negra Bala Negra), ), Doksaisha kara Doksaisha (De dictadura a dictadura), dictadura), Kokka ( Accidente Negro) Negro) y otros. A señalar, igualmente, que hay una antología suya, Hamatetsu no Shisun; una autobiografía, Jijoden; autobiografía, Jijoden; gran antidad de poemas, y una novela de gran éxito: El último día de Heihachira Oshio, Oshio, girando en torno al élebre samurái que enabezara la revuelta de Osaka de 1837, En la cárcel y cárcel y otros. Había fundado, además, la revista Aka revista Aka to Kura Kura (Rojo y Negro) Negro) en 1923.
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En 1926 la reain obr otras muertes libertarias. Mientras en Osaka se enjuiiaba al Grupo Guillotina, en Tokio las autoridades habían reado otra ortina de humo a expensas, nuevamente, de los anarquistas, los revoluionarios y los oreanos. La ausain era: intento de rimen de lesa majestad ontra el emperador, pero esta ausain fue tan burdamente gestada que la justiia no se deidía a iniiar el juiio. Tres Tres años trasurrieron entre la detenin de las vítimas, y la elebrain del juiio. La ondena (tuvo lugar el 25 de marzo de 1926 y la misma impliaba a dos oreanos: Boku Retsu y Kiu Shau Kan –por lo que el aso también era onoido omo «La intriga de los oreanos»– y una japonesa: Humi Kaneko, ompañera de Boku Hetsu. Aquélla había naido en 1905 en Aihiken, omo Osugi, pero desde temprana edad fue on sus padres on los que regres de nuevo a las islas uniéndose, en 1922, al ontinente y vivi en corea hasta la edad de 16 años on Boku Retsu. Ambos editaran Corea refractaria y el grupo que respondía al mismo nombre en el ual Kiu Shau Kan estaba también integrado. corea era sede, igualmente, de los ideales libertarios y gran antidad de obras anarquistas habían sido vertidas al oreano. La Conquista del Pan, Pan, de Kropotkin lleg a registrar tres ediiones seguidas. cuando Humi Kaneko regres al Japn ontando tan slo 16 años de edad, ella ya había abrevado los ideales áratas en aquella península tan transitada por rusos, hinos, japoneses y hombres de todas las naionalidades. En uanto a su ompañero, Boku Retsu, también había vivido lo propio. Ambos, uando llegaron al Japn, todavía sin onoerse, ya eran portadores en sus bagajes, de la levadura anarquista. La ondiin de oreanos, sumada a la de libertarios, hizo que la poliía se ensañara on ellos on mayor ahíno, si abe, 63
que on los demás anarquistas japoneses. Su ondena a muerte, en 1926, era en funin por su ondiin de oreanos ya que las ausaiones presentadas ontra ellos por el delito imputado se desmoronaron desde la primera sesin tribunaliia. Y tan palmaria era su inoenia que la pena de muerte también fue permutada por la de adena perpetua. Para un temperamento sensitivo omo el de la japonesa, los efetos eran idéntios y Humi Kaneko termin por suiidarse en la elda en la mañana del 23 de julio de 1926. Tenía Tenía slo 21 años. Kiu Shau Kan fue ondenado a tres años. En uanto a Boku Retsu, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, al borde de los inuenta años, fue liberado y regres a corea donde, según los anarquistas oreanos, ontinu presente en las luhas manumisoras y revoluionarias. Gengiro Muraki es otro de los que sobrevivieron a Osugi y los entenares de revoluionarios muertos en 1923. Sin embargo, y al igual que Kentaro Goto, Daijiro Huruta, Tetsu Nakahama, Humi Kaneko y Kyutaro Wada, slo sobrevivi a la gran tragedia que epilog el terremoto de 1923 por poos años. En 1929, el 24 de noviembre, tendido sobre la bandera negra del anarquismo, exhalaba su último suspiro. Muraki nai en Yokohama en 1890. Su padre era un omeriante y, aso bastante inslito, ristiano. En ierta oasin que aompañaba a su padre a la iglesia onoi a Kanson Arahata y, también, a Hattori, ambos pasaron, posteriormente, a las toldas soialistas habiendo, Arahata, sido olaborador de Osugi en la publiain Rodo Shimbun para terminar, años después, en Rusia onvertido al leninismo. Es posible que el ontato de Arahata y Hattori, de más edad que Muraki, y la deserin de éstos de las toldas ristianas, haya influeniado en la evoluin de las 64
ideas soiales de Muraki que, de ristiano se onvirti, a través de los puntos de transiin presumibles –ateísmo y soialismo– en anarquista. En 1907 Muraki estaba ya firmemente afianzado en los ideales anarquistas y estuvo presente en la manifestain organizada por los libertarios en Kanda, 14 onoida on el nombre de Ata de Ata Hata (Bandera Roja), Roja), que fue la onseuenia neesaria de la separain que en ese año tuviera lugar entre anarquistas y soialistas al abogar los primeros por la ain direta y los segundos por el parlamentarismo. Tal omo se lo esribía Kotoku a su amigo Albert Johnson (arta del 6 de diiembre de 1907): «El movimiento japonés se halla, a partir de ahora, dividido en dos. De una parte los parlamentaristas y de la otra los partidarios de la ain direta, de las huelgas generales, los antimilitaristas y, también, los terroristas» La Ata La Ata Hata, Hata, que más tarde fue la bandera omunista, ampar, en 1907, varios atos revoluionarios patroinados por los anarquistas, partiularmente los llevados a abo por la Hokuko Kai (Agrupain del Viento del Norte). Debido a ello Muraki reibi el bautismo de la árel donde, on entradas y salidas intermitentes, pas muhos años de su breve vida habiendo ontraído la tuberulosis en las mazmorras del Mikado. Su último arresto tuvo lugar en 1924 y estaba relaionado on el proeso del Grupo Guillotina de Osaka. El médio de la árel, viendo que le quedaban poas horas de vida aonsej a las autoridades que fuera liberado para que no muriera en presidio y evitaran así un esándalo seguro. Muri, efetivamente, a los poos días de ser puesto en libertad, en la habitain donde funionaba la Rodo Undo y ello a pesar de todos los empeños aportados por sus ompañeros de ideal. 14 Kanda es uno de los entros de Tokio más onurridos. Allí se enuentran las más grandes librerías y entros ulturales. Junto on Shinjuku forma el núleo más inteletual e inquieto de la mayor m ayor iudad del mundo. 65
El movimiento anarquista japonés ha sido muy generoso en hombres y en vidas. En esta relain se ometerá la injustiia de dejar orillados a muhos mártires y abnegados libertarios, uyos nombres y uyos atos no hemos podido retener. Es la omisin involuntaria en que se inurre uando se desbroza amino por primera vez y que se trata de orregir en las la s subsiguientes. Lo indiado hasta aquí refleja, sin embargo, el martirologio sufrido por el movimiento revoluionario japonés que reuerda, a pesar de la distania y de los aspetos dispares que araterizan al Japn de España, las tristemente famosas represiones desenadenadas en este país, prinipalmente en Barelona, desde 1919 a 1923, a argo del Sindiato Libre reado por la burguesía y las autoridades para aabar aaba r on la cNT española. Tanto a Sakai Osugi, omo a todos los anarquistas muertos aprovehando la onfusin onf usin del terremoto del 10 de septiembre de 1923, se les apli, lisa y llanamente, la riminal Ley de Fugas onoida en España por toda su poblain. Los soBreViVieNtes de La seVicia deL estado
N
o todos los anarquistas murieron en la hora, fueron asesinados por la espalda, o, desesperados, abrazaron el suiidio. Algunos sobrevivieron aquella époa heroia uyo fin lo sella la derrota militarista japonesa en 1945. Medio siglo de abnegain y de sarifiio que sitúa al idealista japonés en las filas de la vanguardia revoluionaria. No todos los anarquistas murieron en la luha. Hubieron muhos que ontinuaron luhando y teorizando. Tal el aso del profesor Sanshiro Ishikawa, que lleg a militar junto a Kotoku y junto a Osugi. Que fue amigo de Kropotkin, de Elisee Relus y 66
de Edouard carpenter y legara al estudioso enjundiosos ensayos omo El anarquismo desde el punto de vista estético, El anarquis mo: sus principios y su realización realización,, Movimientos socialistas en Europa y en América, América, Historia de la Civilización Oriental, Oriental , Estudio sobre la mitología japonesa, japonesa, Biografía de Elisee Reclus, Reclus, así omo numerosos trabajos en publiaiones japonesas y extranjeras versando, indistintamente, sobre historia, religin o sobre anarquismo. Ishikawa muri en edad muy avanzada –en 1956– querido de las generaiones de anarquistas más jvenes y respetado por los enemigos. citemos, igualmente, a Toshihiko Sakai, 15 que muriera en 1933, a la edad de 63 años. Fue fundador, on Kotoku, de Hei min Shimbun que apareiera por primera vez en 1903 pero dese mantenerse neutral en la polémia que sostuvieron Kotoku Kotoku y Sen Katayama la ual termin on la esisin del movimiento obrero japonés en 1907, omo ya vimos más arriba. Sakai, que no se dej atraer por los antos de sirena de la Revoluin rusa en 1917, uyo espejismo hizo estragos en las filas anarquistas de todos los movimientos organizados del mundo, inluido al japonés, permanei adherido al soialismo preleninista y mantuvo siempre ontatos fraternos on los anarquistas. Una de sus hijas se as on un laborioso y preparado libertario, Kenji Kondo, que tuve oportunidad de onoer la primera vez que estuve en el Japn. En 1904 tradujo, on Kotoku, El Manifiesto Comunista. Comunista. Fue siempre un onnotado revoluionario. Esribi, entre otras muhas obras, sus memorias: Sakai Toshihiko Den y Nihon Shakal Shugi Undosai (Historia del movimiento socialista japonés), japonés), en donde señala que «El anarquismo jug un importante papel en la tarea de prevenir de la orrupin al soialismo ortodoxo debido al reformismo así omo de evitar que ayera en el derrotero del omunismo». 15 Ver semblanza biográfia de Toshihiko Sakai en nota 6. 67
De menos resonania pero igualmente determinantes en la sobrevivenia del movimiento anarquista japonés en lo que onierne a la époa heroia uyo fin oinide oinide on el fin de la última onflagrain, también se podría presentar una nmina uantiosa de militantes bien que me onfieso inapaz de haerlo sin ometer una grave injustiia on las numerosas omisiones que tendrían lugar. La primera vez que estuve en el Japn, en 1957, logré onoer, noer, graias grai as a Taiji Taiji Yamaga Yamaga,, a numerosos numerosos anarquist an arquistas as de edad ya avanzada los uales habían militado on Sakai Osugi y hasta on Kotoku algunos, los más viejos: Jo Kubo, de Osaka, un mdio homepata y aupunturista que no pudo evitar el ser vítima del bailo de Koh él mismo; Ogawa, de Nagoya, amigo de Morihita Umpei, fundador del Nihon del Nihon Heimin Shimbun en Osaka, ahorado junto on Kotoku; Kotoku; Miura, uya asa fuera la primera que onoie onoie-ra en el Japn, en Yokohama, siguiendo, en la atualidad, editando Giyu Gin (El Libertario), Libertario), publiain que alanza a todos los ámbitos del mundo, autor de varios va rios libros y numerosos trabajos y del ual nos ouparemos más adelante uando nos sumergiremos en el movimiento anarquista atual; Kenji Kondo, ya menionado, autor de varios trabajos, igualmente, resaltando Historia del Movimiento Anarquista en el Japón; Japón; Shakimoto, el deano de los libertarios de Osaka; Soejima, de Fukuoka, Fukuoka, onsumado artista de las muñeas Hakata; Hakata; J. Sugito, militante minero del Nipon Tanko Bodo Kumiai, Kumiai, organizain atalogada entre las más intransigentes dentro del sindialismo revoluionario japonés; K. Konda, E. Oshima, Y. Hashimoto, Yamaguhi, Tasaka y tantos otros uyos nombres me fue imposible retener.
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taiJi yamaga: medio sigLo de aNarquismo
La époa heroia del anarquismo japonés la ierra, on brohe de oro, Taiji Yamaga. con él se ompleta la trilogía embastada on Kotoku y Osugi a pesar de que no muriera asesinado a sesinado por las leyes o el militarismo japoneses omo los dos primeros. Yamaga nai el 26 de junio de 1892 en Kioto y muri el 6 de diiembre de 1970. Estos 78 años ofreen la biografía más dinámia y aventurera de todos los anarquistas japoneses sin que su viajar onstante y su ain revoluionaria hayan restado apaidad a sus numerosas aportaiones inteletuales. Desde muy pequeño ya lo vemos familiarizado on la tipografía. Su padre, Zembrei Yamaga, en 1874, a slo seis años del advenimiento Meiji, monta una imprenta en Kioto, la iudad que fue apital del imperio por más de mil años y que, omo tal, fue la guardiana más elosa de la tradiin así omo la opositora más realitrante al progreso que llegaba de Oidente. La imprenta de los Yamaga era la primera que se instalaba en Kioto. El ato reunía ondiiones de blasfemia, prátiarnente, para los habitantes de la iudad ortesana. cuando más tarde, terminada la Segunda Guerra Mundial, veremos a Taiji Yamaga onfeionando prensa y manifiestos anarquistas on su imprenta diminuta en su asita del pueblito de Ihikawa, omprenderemos que su gran habilidad en el manejo m anejo de los tipos, el omponedor, omponedor, el rodillo y el entintado tenía muho que ver on sus años de infania en Kioto uando, para ayudar a su padre, se enfrentaba on el sublime arte da la impresin.16 16 CNT de Toulouse (17-8-1952) publi una arta de Taiji Yamaga dirigida a las Juventudes Libertarias en la que haía referenia a ello: «Yo he envejeido bastante; pero jvenes ompañeros me ayudan a omponer y editar de manera simple y primitiva ¡sin máquina! en mi reduida habitain. con el dinero que 69
En el Japn, omo en la china y en muhos países de Oidente, el hijo mayor hereda el patrimonio familiar y a los demás hijos les toa someterse a la autoridad del hermano mayor o, de ser rebeldes e inquietos, abandonar el hogar. El hermano mayor de Taiji, Seika, era el designado para reemplazar al viejo Zembrei uando éste abandonara este mundo y Yamaga, omprendiéndolo así, deidi dejar el hogar y la iudad de Kioto para dirigirse a Tokio, la gran urbe industrial japonesa. El legado del viejo Yamaga, sin embargo, result más pobre de lo previsto. La imprenta quebr y en lugar de pasar pa sar los últimos años de su vida retirado en el hogar, el padre de Taiji y Seika tuvo que regresar a la esuela onfuianista donde ejeriera de maestro antes para impartir enseñanza a los niños kiotenses hasta los últimos días de su vida. No hubo herenia material para los suesores pero sí un legado de poemas haiku17 que la rítia ponderara omo exelentes. Seika trat de seguir abrazado a la profesin paterna, pero imprimiéndole una valiente variante onvirtiéndose en el mejor artista del bordado y la tapiería del país. Existen obras impresas on las más perfeionada poliromía tipográfia ontentivas de los trabajos de arte de Seika Yamaga. nos mandaron ompañeros rusos que están en los Estados Unidos omprarnos 2.500 aráteres de imprenta y un simple rodillo a mano para litgrafo, on el ual imprimimos el papel aplástandolo sobre los tipos. No podemos omprar otra máquina más ara y, por eso, reurrimos a remediarlo on ésta. Las arateres que neesitan aentos –se refiere a los tipos en esperanto– yo mismo los hie on planha de zin». 17 El haiku es un poema brevísimo de 5-5-7 sílabas y es onsiderado, en el Japn, omo la ima de la poesía. El zen lo ha difundido muho. Felipe Aláiz se extendi, on humor, en torno a las ualidades del haiku, haiku, que lo definía así: «Para ualquier urioso de alidades (el haiku) haiku) es un tereto relusiano». (Solidaridad (Solidaridad Obrera 17-5-52, París). 70
cuando Yamaga lleg a Tokio la efervesenia revoluionaria lo atrajo de inmediato. También También se sinti atraído por una sed, nuna saiada a lo largo de su vida, de enriqueer su aervo ultural. Para ambas osas, la revoluin y la ultura, Osugi le sirvi de ayado. Es así que a los quine años, y a los poos meses de haber llegado a la apital, Yamaga Yamaga abraza el anarquismo y se eleva a la ategoría de seretario de la Japana Japa na Esperantista Asoio. Esto ourría en 1907. Al igual que en Europa, a exepin de Inglaterra porque los ingleses siempre han reivindiado su lengua omo el idioma internaional por exelenia, las soiedades esperantistas japonesas eran reeptáulos de los espíritus más inquietos del país. La avanzada revoluionaria se volaba al esperanto por el deseo irrefrenable de poder dirigirse a los revoluionarios de otros países así omo el de poder reibir los mensajes del exterior. Muhos anarquistas japoneses, además de Sakai Osugi y Toshihito Sakai, integraban la Federain Esperantista por lo que la presenia de Yamaga en la seretaría de la misma permite suponer que a los quine años, nuestro kiotense era ya un esperantista onnotado. Este idioma, omo el inglés, el hino, el tagalo, lo irá perfeionando siempre a medida que los años pasen. Todas las direiones libertarias de Oidente han sido destinatarias de los resúmenes, en esperanto, de la prensa anarquista nipona a partir de 1945-1946 uando termin la Guerra Mundial; todas las asoiaiones paifistas y antimilitaristas han reibido durante largas temporadas, el Mondcivitano (Ciudadano del Mundo) Mundo) que Yamaga imprimía en esperanto y distribuía a todas las oordenadas geográfias de la Tierra. Yamaga lleg a ser el nexo más importante y más regular existente entre el Japn y el resto del mundo y ello graias a sus onoimientos magistrales del idioma internaional 71
de Zamenhof. Ha sido, igualmente, graias al esperanto que los hispanoparlantes hemos onoido el pensamiento del gran filsofo hino Lao Tsé tamizado por Yamaga.18 cuando en 1910 tuvo lugar la Dai Yaku Jiken (La Gran Revuelta), tramada por el Estado para eliminar a Kotoku y a los anarquistas más relevantes así omo para destrozar hasta los imientos el movimiento anarquista japonés, Yamaga Yamaga tenía tan slo 18 años, siete años más joven que el benjamín de los ahorados: Tadao Niimura. Esto hizo que no figurara entre las primeras presas busadas por la poliía y los militares. cuando su nombre fue tenido en uenta ya Yamaga había podido poner el mar entre el Japn y él. Había ido a parar a Taiwán, posesin japonesa en aquel entones omo resultado de la guerra hino-japonesa de 1894-95. Desde Taiwán le fue fáil alanzar el continente y lo vemos transitando por cantn, Pekín, Nankín y, finalmente, Shanghai. Fue en Shanghai donde Yamaga permanei más tiempo onvirtiéndose en un olaborador preioso de Shi Pho, el anarquista más relevante de aquel gran país en aquella époa (1913). Shi Pho había perdido una mano poo tiempo antes al tratar de fabriar una bomba doméstia. Durante los días de hospitalizain Shi Pho deidi renuniar a la violenia pero alineándose on más tesn en el anarquismo. Su renunia a la violenia la llev tan lejos que se onvirti al naturismo para no tener que alimentarse on arne de animales sarifiados y no us nuna más orreas, zapatos o artíulos de piel que impliaran, neesariamente, el sarifiio de un ser vivo. Posiblemente Shi Pho, que era 18 Tau I Yaiviaga: Lao Tsé y su Libro del Camino y de la Virtud. Virtud. Tierra y Libertad, Méxio, 1963-128 pág. Yamaga verti su interpretain libertaria del pensamiento de Lao Tsé al esperanto y Eduardo Vivanos, onoido esperantista libertario español, lo tradujo al astellano. 72
un gran estudioso, sabía de la existenia del jainismo en la India, la religin que prohibe matar a ningún ser, ser, sea éste una hormiga, una serpiente, un tigre o un riminal, y se abraz a sus preeptos omo parte del artiulado libertario paifista. Shi Pho editaba Ming Sing ( Sing (La voz del Pueblo) Pueblo) y este rgano anarquista apareía bilingüe, la mitad en hino y la mitad en esperanto –La – La Voco de la Popolo– siendo Popolo– siendo a argo a rgo de Yamaga Yamaga esta segunda parte. Fueron años de gran atividad revoluionaria en los que YaYamaga se dio por entero a la divulgain de los ideales áratas. Durante este periodo fueron publiados en Shanghai obras tan trasendentales omo La conquista del pan, pan, A los jóvenes, jóvenes, ambas de Kropotkin, El evangelio de la hora, hora, de Paul Berthelot, Polémica entre Chiang Kang Ha y Shi Pho, Pho, siendo el primero un reputado soialdemrata que rompi lanzas en la defensa del Estado y la autoridad frente a Shi Pho, que reivindiaba, omo anarquista, los prinipios antiestatales y antiautoritarios. cuando la Primera Guerra Mundial estall y se enardeieron los instintos chauvinistas por doquier en el mundo, el anarquismo oriental, tanto el hino omo el japonés, sufrieron el olapso que también se observara en el resto del mundo. El élebre Mani fiesto de los 16 que saudiera, internamente, las filas libertarias en Europa y en Améria por la toma de posiin beligerante de Kropotkin y sus amigos en favor de una de las partes ontendientes, no tuvo reperusiones en china ni en Japn. Se habían suspendido las relaiones epistolares y hasta 1919 no volvieron a reanudarse. Yamaga, en el intervalo, había regresado a su país y se había unido on Mika, su ompañera para el resto de sus días on la que integraría un hogar nmada. De esta unin naieron un hijo y una hija.
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Yamaga había dejado, en Shangai, el reuerdo de su abnegain y desvelo para el trabajo, y en 1927, al fundarse en aquella iudad hina la Universidad del Trabajo, el consejo Universitario deidi invitar a Taiji Yamaga y a Sanshiro Ishikawa para que formaran parte del personal doente de aquella instituin. Yamaga se onvirti, así, en un profesor universitario un iversitario del esperanto, mientras que Ishikawa, uya erudiin y onoimientos histrios eran proverbiales, imparti la historia de los movimientos revoluionarios en Europa. china vivía, en aquellos años, una efervesenia revoluionaria inontenible. Efervesenia que chiang Kai Shek trataba de ontener on medios de riminalidad masiva e impartiendo a sus tropas la onsigna de que «Es preferible matar a ien inoentes que permitir al revoluionario esapar». El anarquismo ontaba on valores uantitativos y ualitativos, y sus gestas, a pesar del empeño maoísta en borrarlas de la historia, perduran, al igual que el reuerdo de los nombres de muhos anarquistas. Más adelante, a medida que las generaiones suedan a las generaiones y el aluvin de textos ofiiales termine por asfixiar la verdad histria, puede que al estudioso le sea difíil y hasta imposible dar on los atisbos anarquistas del Chung Kuo. Por el momento momen to tal Kuo. Por osa no le resulta totalmente fatible al Partido comunista chino debido al testimonio de los que no fueron masarados m asarados por chiang Kai Shek ni por los fanátios del «Librito Rojo». Un testimonio de valía, que ha transferido a extensos auditorios la importania del anarquismo en china hasta que el advenimiento del maoísmo lo extirpara, fue Taiji Yamaga. Yamaga vivi años de intensa atividad libertaria en china y fueron amigos suyos, además de Shi Pho, los hermanos Lu chien Bo y Lu Kien Ten, tradutores de Kropotkin, el onoido Li Pei Kan y otros muhos libertarios de 74
Pekín, de Shanghai, de cantn, de Nankín, Hong Kong y otras iudades hinas inquietas a los aires revoluionarios propagados por los anarquistas. Poo antes de estallar la guerra de los tres sietes (siete de julio de 1937), delarain protoolaria que llegaba on años de retraso a la agresin sistemátia que el militarismo japonés ejería sobre china, Yamaga abandona el continente. Paradjiamente sus mayores enemigos eran sus ompatriotas uando los mismos estaban uniformados. La presenia del ejérito del Mikado en china era inompatible on la presenia de los anarquistas japoneses en aquel suelo. La agilidad de desplazamiento de Yamaga se pone otra vez de manifiesto. Saltando sobre treinta paralelos Yamaga alanza las Filipinas. Allí le sorprende la Segunda Guerra Mundial, que le arrebata a su hijo. Su gran failidad para aprender lenguas le permite aprender rápidamente el tagalo, el idioma más extendido del arhipiélago. Esto le permite onseguir trabajo, que resulta, además, nsono on sus inlinaiones de esritor y de tipfrago. Su empleo es el de redator en el peridio manilense Manila Nichi Nichi Shimbun el ual, si bien va enfoado a la olonia japonesa de la apital filipina y a las tropas de oupain, también tiene seiones dediadas a los filipinos en su propio idioma. Su afiin al estudio lo impulsa a un trabajo de largo hálito y, en olaborain on un filipino de origen español, profesor Verzosa, Verzosa, onfeiona el primer diionario japonés-tagalo. Terminada la guerra Yamaga regresa al Japn. El militarismo japonés ha sido venido. El Emperador ha dejado de ser un personaje divino. Los Estados Unidos imponen la onstituin de 1947 1 947 en la que, en su Artíulo 90, el Japn «renunia para siempre a 75
la guerra» y añade que «no se mantendrán las fuerzas de tierra, mar y aire, al igual que ualquier otro potenial bélio. El dereho de beligerania del Estado no será reonoido». Un futuro de atividad revoluionaria en el propio suelo que le viera naer se abre ante Yamaga. A partir del mismo momento en que llega a su país, Yamaga Yamaga omienza a desarrollar una atividad ilpea de difusin, proselitismo y asoiain entre los anarquistas. Esta atividad mantendrá un ritmo onstante durante veinte años y abarará, sin desuidar la trabazn onstante y farragosa en el seno del movimiento anarquista japonés, resurgido al terminar la guerra, una orresponsalía dirigida a todas las la s oordenadas geográfias del mundo que ha asombrado a uantos han onoido la extensa nmina de sus orresponsales en el mundo. La primera deisin que tomaron los anarquistas japoneses, una vez terminada la guerra, fue de onstituirse en federain. El 12 de mayo de 1946 elebraban su ongreso onstitutivo, y en el mismo asumi Yamaga, por sus ondiiones de políglota, la Seretaría de Relaiones on el Exterior. Hasta que la apopeglía lo derrib sobre el tatami,19 Yamaga permanei al frente de su operosa tarea de mantener al anarquismo japonés onoedor de las atividades del anarquismo internaional y a éste, sabedor de las luhas realizadas por los libertarios nipones. En forma intermitente, además, Yamaga asumi la Seretaría General en diferentes oportunidades. 19 El suelo de las viviendas japonesas está ubierto por los tatami, tatami, espesas y rígidas esteras onfeionadas on paja de arroz. Miden, aproximadamente, un metro por dos, y sobre ellas, el que mora y el visitante van desalzos, ya que los zapatos se dejan en la entrada. La vivienda japonesa no tiene muebles, por lo que, ausentes las sillas y las amas, la vida se hae a nivel del suelo, sobre el totoral. toral. Una mesita de 20 entímetros de alto, algunos ojines y edredones forman el verdadero y genuino mobiliario del japonés. 76
Su olaborain en Heimin Shimbun, Shimbun, que los anarquistas japoneses deiden haer apareer nuevamente (el primer número de esta nueva époa lleva feha del 15 de julio de 1946), también es puntual y seguirá orriendo a su argo la sein esperantista que, en separata, separata, aompaña siempre al ejemplar que va al exterior para que los anarquistas de Europa y Améria tengan una noin del ontenido y el temario. A Yamaga no se le onoe ningún ato de violenia. La influenia del paifista Shi Pho fue, posiblemente, muy fuerte en él. Había adherido, públiamente, a la Internaional de los Resistentes a la Guerra, lo que susitara algunas rítias por parte de los partidarios de la violenia indisriminada. Yamaga había sabido organizar sus atividades en una trilogía en la que ada rama guardaba su propia independenia. Situaba al anarquismo en el entro de sus esfuerzos, pero sabía enrolarse en las filas esperantistas, no neesariamente anarquistas, y en el seno de las mismas desarrollar su atividad relaionada on el esperanto en una plena independenia de gestin. Lo mismo suedía uando audía a las atividades de la World World Resisters International donde tampoo los afiliados tenían que ser neesariamente libertarios, sobre todo en el Japn, donde las explosiones atmias de Hiroshima y Nagasaki onvirtieron a grandes ontingentes de japoneses en objetores de onienia paifistas onvenidos. A los anarquistas que argumentaban, en las reuniones, que había que haer obra proselitista pertrehados en el interior de la Federain Anarquista, Yamaga respondía que, por el ontrario, había que salir a la búsqueda del futuro libertario y dar on él donde estuviera. En todo esperantista, deía, hay un internaionalista en potenia y lo que hae falta es desubrirle la presenia del mejor vehíulo del internaionalismo: el anarquismo. Lo 77
mismo afirmaba respeto a los objetores de onienia: en todo resistente a la guerra se manifiesta el mejor exponente de solidaridad humana y el ideal que mejor refleja este sentimiento es el anarquismo por lo que es impresindible darnos a onoer, onoer, omo organizain, en ada uno de los objetores que integran la WRI. En CNT de Tolousse, rgano de la confederain Naional del Trabajo de España en el Exilio, en el número orrespondiente al 17 de agosto de 1952, se reprodue una arta de Yamaga en la que, representando a la FAJ, FAJ, se dirige a las l as Juventudes Libertarías (FIJL), en el exilio. Allí die: La historia de nuestro movimiento en el Japn nos die que hemos batallado a menudo por medios violentos (muhos amaradas usaron el arma de fuego, la bomba y astigaron on el atentado a sus enemigos). Desde la guerra, on la apariin de la bomba atmia, la luha violenta nos paree sin utilidad. Por esto estamos preparando propaganda denominada de «resistenia pasiva» y de «desobedienia ontra las injustiias», según la línea de Gandhi, y delaramos nuestro ontenido ultural de base, omo iudadanos del mundo y esogemos el esperanto omo lengua mundial.
Se puede afirmar, sin temor a la exagerain, que el movimiento anarquista japonés, si no hubiere ontado on la laboriosidad de Yamaga y su apaidad, no hubiera podido mantener la trabazn que lograra, a partir del Terer congreso de la Federain Anarquista Japonesa, que tuvo lugar el 16 de mayo en Tokio y en el que asistieron 200 delegados llegados de todas las regiones del Japn y, también, de corea. En ese congreso se puso un importante énfasis en la relain on el extranjero, nombrándose una omisin para tal atividad. El más esforzado miembro de esta omisin fue Taiji Yamaga. Si se pudieran reunir todas 78
las artas esritas por Yamaga en esperanto, en inglés, en hino y, y, naturalmente, en japonés, se lograría un inmenso libro on la desripin más detallada y apasionada de la historia del anarquismo japonés. El esfuerzo seguido y onstante de Taiji Yamaga, on sus antenas permanentemente tendidas a todos los meridianos del mundo, termin por onvertirlo en el anarquista más onoido del arhipiélago japonés. Los orresponsales de Yamaga abaraban todo el globo terráqueo. Más de inuenta iudades franesas, estadounidenses, inglesas, anadienses, holandesas, italianas, latinoamerianas, australianas, filipinas, oreanas, hinas, indostánias, indonesianas, indohinas, alemanas, sueas integraban su bien organizado fihero de direiones. Su orreo era impresioimpresio nante, por lo que no esaba en su tarea abrumadora de la esritura. con todo, y a pesar del tiempo que la orresponsalía le exigía, Yamaga era un olaborador fijo y seguido de la prensa libertaria japonesa, letor obsesionado y asistente onstante en todas las reuniones y onferenias elebradas por la Federain Anarquista Japonesa, la Japana Esperantista Asoio y la War Resisters International del Japn. Entre sus orresponsales abe itar a idealistas de renombre omo el anarquista más desollante de la India M. P. T. Aharya, el esperantista Eugene Lanti, el animador de la WRI, Anthony Smythe, al hino Lu hien Bo, al inolvidable Hem Day, al oreano Ryu Rim, al primer iudadano del mundo, Garry Davis y una gama extensísima de revoluionarios, progresistas e inteletuales uyos nombres harían la lista interminable. Yamaga lograba mantener tanta atividad porque, omo japonés, no le daba al sueño la ategoría de neesidad impostergable que le damos los oidentales. Un japonés no tiene la 79
ostumbre de dormir a horas fijas y si tiene que realizar un estudio, un trabajo o una atividad, de no importa qué índole, en la nohe, la llevará a abo sin mayor preoupain. Por la mañana siguiente pueda que aprovehe el trayeto del tren, del metro, del autobús, el tiempo del reeso para la omida, un alto en la jornada ualquiera para errar los ojos y dormir unos minutos, en el asiento, en el tatami, en el bordillo de la aera. En la pequeña vivienda oupada por Yamaga y su ompañera Mika, en Ishikawa, una hora distante de Tokio por el tren, ompuesta de una exigua habitain y una oina, mientras yo, aferrado a las ostumbres de Oidente, dormía sobre el aogedor tatami durante la nohe, Yamaga ehaba mano de su omponedor, sus ajas de tipos roma ji20, su rodillo, sus botes de tinta y uando llegaba el alba del día siguiente había ompuesto e impreso un manifiesto. En el tren, en esa hora de trayeto que separaba Tokio de la estain de Ishikawa, si tenía la suerte de enontrar asiento, Yamaga saaba sus papeles, ora para leerlos, ora para esribir en ellos. Lo mismo haía en el restaurante esperando que le sirvieran una porin de morí de morí soba,21 o en una tertulia uando los presentes llevaban la onsersain haía lo anodino y dejaba de interesarse en ella. En 1960 Yamaga Yamaga hizo su última salida de Don Quijote. como integrante de la War War Resistermen International asisti al ongre ongreso que elebraba esta soiedad en la loalidad l oalidad de Gandhigram, en 20 Roma de ‘romano’ y ji y ji que signifia ‘idioma’. Se da el nombre de romaji al japonés esrito on aráteres europeos, es deir, deir, on nuestro abeedario. La esritura japonesa, porpiamente se ompone de los oráteres ideográfios hinos y un silabario —kata-kana —kata-kana o hira-gana— hira-gana— por lo que el romaji sería un intento de aeramiento a los idiomas oidentales. 21 Una sopa a base de vermisela onsiderada omo el plato más barato de los restaurantes eonmios. 80
la India. Los libertarios, los objetores de onienia y los amigos esperantistas japoneses sufragaron, mediante susripin voluntaria, el viaje de Yamaga Yamaga hasta el triángulo indostánio. Yamaga tuvo la satisfain de abrazar y onoer, personalmente, a muhos orresponsales suyos desparramados por el mundo. Logr, igualmente, onoer al disípulo más renombrado de Mahatma Gandhi: Vinoba Bhave, innovador de los antiguos sistemas omunitarios de la India que, graias al esfuerzo de Bhave y sus disípulos, lograban renaer a través del Bhoodan (Donativo de tierra) y, onseuentemente, el Gramdan (soialismo agropeuario). Los eos de la labor de Vinoba Bhave han trasendido sobradamente en Oidente para tener que extendemos ahora sobre este fenmeno humano-telúrio que la India, inagotable almáigo de ellos, ofreiera. Nos limitamos a rozarlo porque fue una personalidad más de las muhas que ya integraban la lista de las relaiones de Yamaga. Yamaga, omo invitado de los objetores de onienia de la India, organizadores del X congreso de la WRI, tuvo oasin de visitar algunas de las oletividades agrarias regidas bajo el sistema de la donain de la tierra y el trabajo en omún de la misma quedando, de estas visitas, grata y profundamente impresionado. Reordemos que Yamaga slo transigía, frente a la violenia, ante un aso de desespero estremado. Shi Pho le había inulado los ideales paifistas en Shanghai y, más tarde, al sumergirse en el pensamiento de Gandhi, se prolam abiertamente partidario de la no-violenia. No podemos dejar de lado, por otra parte, el mensaje paifista que enierra la aepin filosfia del budismo. Tampoo debemos olvidar que Yamaga era un gran admirador de Lao Tsé, omo ya ha quedado probado al itar su obra Lao Tsé y su Libro del camino y de la virtud y que es de Lao Tsé el pensa81
miento que die: «Si tú no peleas, nadie en la tierra será apaz de pelear ontigo». Las oletividades preonizadas por Vinoba Bhave ondujeron a Yamaga a pensar en los kibbutzim de Israel y, sobre todo, en las oletividades ampesinas sobre las uales pesaba una gran parte de la eonomía de la España revoluionaria de 1936-1939. El otejo era impresionante, lo que le permitía esperanzar en la transformain de la India haia derroteros revoluionarios. cuando Yamaga regres al Japn lo hizo argando en sus alforjas un onvenimiento supremo en la posibilidad de que los primeros atisbos revoluionarios pueden surgir del hombre del agro más que del iudadano. En 1961 Yamaga sufri un ataque apoplégio. Algunos años antes había sufrido una seria operain que le redujo el estmago en una terera parte de sus dimensiones primitivas. Una úlera gástria fue el origen de la intervenin quirúrgia. Negligente on su salud desuid los avisos que desde haía años reibía del organismo uando se le perfor el estmago y fuera operado de emergenia que supuso la extirpain de dos tereras partes de este rgano vital. cuando Yamaga Yamaga muri, el 6 de diiembre de 1970, ya llevaba nueve años postrado en el tatami, tatami, del que slo podía levantarse ayudado de su fiel ompañera Mika. La mitad de su uerpo había quedado paralizado pero los orresponsales de Yamaga, bien que más espaiadamente y reibiendo textos muy breves, ontinuaban onoiendo la vida del movimiento anarquista japonés. Yamaga había aprendido a esribir on la mano izquierda y ada uno de sus rasgos temblorosos entrañaba un esfuerzo supremo de este esforzado libertario, esfuerzo que llevaba a abo onsiente de que sus ompromisos tenía que ontinuar umpliéndolos. 82
Ya hemos tenido oasin de ver on qué failidad los japoneses auden al suiidio para esapar de la vida. Los anarquistas Kentaro Goto, Rumí Kaneko, Kyutaro Wada y otros muhos burlaron la «justiia» estatal suiidándose en la elda de la árel. El élebre esritor Akutagawa Ryunossuke, autor de la exitosa obra Rashomon, Rashomon, adquiri mayor fama después de suiidarse, y lo mismo ourri on el aso más reiente de Yukio Yukio Mishima del que poo o nada se sabía hasta que se hizo sepukku (hara-kiri) hara-kiri) y adquiri fama internaiona interna ional.l. Tenemos Tenemos el aso aso de otro esritor es ritor,, élebre éste és te puesto que gan el Premio Nobel, Yasunari Kawabata, que prefiri el gas para quitarse la vida. En lo que va del siglo se han suiidado en el Japn tree esritores, y si bien hay países que registran un porentaje mayor de suiidios –Sueia, paradjiamente– ninguno registra una familiaridad tan prxima on la muerte omo el Japn. Todos los años, millares de japoneses van al templo de Sendakuji, en Tokio, a rendir tributo a los 47 ronin (samuráis sin patrones) y ello debido a que en 1703, después de haber vengado la muerte de su señor, señor, se dieron muerte ellos mismos. contrarrestar la ontrariedad on el suiidio adquiere ondiiones de prinipio asi. La deshonra, el fraaso, la impotenia, todo puede hallarse en el origen del suiidio de un japonés que ha sufrido, a lo largo de su vida, una tremenda influenia de filosofía pesimista. Ir a rendir tributo a 47 suiidas, y ello todos todos los años, refleja un estado de ánimo oletivo del del que no se puede sustraer el japonés. Este vive en una promisuidad permanente debido a la saturain demográfia de las islas niponas y, y, sin embargo, es el poseedor de un aráter introvertido muy pronuniado. Este aráter lo aísla en medio de la multitud y es presa fáil de la depresin. El suiidio, omo soluin honrosa, es abrazado. Los 47 ronin ejeren una influenia maléfia 83
que, inomprensiblemente, la eduain ofiial no trata de ontrarrestar. Taiji Yamaga hubiera podido audir al suiidio. Se sabía ondenado uando, en 1961, la apoplegía lo derrib inexorablemente. Rehaz la «soluin japonesa», onsiente de que un rere voluionario debe ser voluntarista y que la voluntad del suiida es negativa porque la voluntad es luha mientras que el suiida renunia a luhar. Yamaga no renuni jamás a la luha y era asombroso ontinuar viendo su asita onurrida por los anarquistas japoneses que audían hasta Ishikawa para alentar al entar al viejo militante, pero, igualmente, para onoer sus opiniones frente a los problemas que se presentaban. Es así omo, uando los anarquistas japoneses deiden, en 1968, disolver la Federain AnarAnarquista Japonesa –en base a una estrategia no asimilable para los oidentales–, los militantes deiden onsultar a Yamaga y saber su pareer al respeto. cuando el omuniado de la disoluin alanz a los movimientos anarquistas de Europa y Améria, en el mismo se espeifiaba bien laro que Taiji Yamaga había sido onsultado. En Oidente, al saberse que la deisin ontaba on el apoyo del onnotado anarquista, se aept el auerdo y, si bien se onsider al mismo omo un error de tátia, bast saber que el pareer de Yamaga fue favorable a la aboliin de la FAJ para estimar que se desonoían las ondiiones de luha en el Japn y que, en onseuenia, onseuenia, se tenía que otorgar otorgar un voto de onfianza a los anarquistas del Extremo Oriente. Esta aeptain, por parte de los movimientos de Europa y Améria, no se hubiera logrado sin la presenia, en el omuniado, del nombre de Yamaga. La asendenia suya era tan slida, lograda a pulso a través de tantos años de inansable militania, que a nadie se le ourri rehazar
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la deisin nipona. Más adelante veremos los motivos que ondujeron a la disoluin de la FAJ. FAJ. Los anarquistas japoneses han rendido el mereido tributo a Taiji Yamaga. Hay dos esbozos biográfios, debidos a las plumas de Kou Mukai y Selihi A. Miura, que pueden tomarse omo las primeras ontribuiones para la extensa biografía que amerita Yamaga. Es neesario, sin embargo, la presenia de un equipo abnegado para que hurgue en las páginas de tres uartos de siglo de prensa árata para haer una reopilain de los trabajos de Yamaga aunque el pensamiento de nuestro biografiado, que debe hallarse dispersado por todos los ámbitos de la tierra en las innumerables artas mandadas por él a los uatro puntos ardinales del orbe, no podrá ser reunido en su totalidad por desonoerse a una buena parte de sus orresponsales. En un bonito puerto de pesadores, Numazu, donde ejere omo profesora la hija de Yamaga, Aino, y en donde se retir, a la muerte de Yamaga, su ompañera Mika, hay un exiguo «museo» on todo lo que ha podido reunirse de este gran libertario del Extremo Oriente. Entre lo que más sorprende están algunos tipos de imprenta japoneses y romaji, romaji, un rudimentario rodillo, una planha fija, un omponedor y unas pinzas. Algo verdaderamente intrasendente y que, sin embargo, fue el instrumento on el que Yamaga logr enlazar el anarquismo japonés on todos los movimientos anarquistas del mundo. epÍLogo de La época heroica
L
as traduiones al japonés del pensamiento progresista oidental llevadas a abo por Nakae, Kotoku, Osugi, Ishikawa y otros ayudaron a que la marea del soialismo y el anarquismo 85
internaionales sumergiera al Japn y lo sumaran a las inquietudes revoluionarias mundiales. El mensaje que Yamaga Yamaga ha estado mandando, en forma ininterrumpida, a todos sus orresponsales desparramados por el mundo entero, ha ayudado, en el sentido inverso, para que los anarquistas de Europa y Améria pudieran seguir el urso del movimiento anarquista japonés. Yamaga Yamaga ponía en evidenia así, que en el Japn existía un movimiento, minoritario, es ierto, que se negaba a ser absorbido por las nueva religin del marxismo, posible ésta graias a las grandes antidades de literatura y dinero vertidos en el arhipiélago por la URSS y china deseosas ambas de interponer, entre Améria y Asia, una avanzadilla de hoque que abstaulizara las manipulaiones m anipulaiones estadounidenses en el Gran continente. El habernos onentrado en la vida de Taiji Yamaga ha heho que pasáramos on exesiva eleridad a través de las dos déadas que preedieron a la Segunda Guerra Mundial. Asesinado Osugi, Huruta, Nakahama; suiidados Goto, Kaneko; muerto por los malos tratos reibidos en la árel Muraki; enarelado Boku Retsu; en el extranjero Yamaga; Yamaga; enterrados en la fosa omún, junto on las vítimas del terremoto del 10 de sepsep tiembre de 1923, los entenares de libertarios asesinados por el ejérito y la poliía; enarelados otros puñados más, vítimas de la seviia estatal y un programa de «depurain» llevado a abo por el ejérito on miras a exterminar el anarquismo en el arhipiélago, toaría rendirse a la lgia y estimar que, efetivamente, las ideas libertarias se tenían que haber quedado sin propagadores en el país. Inexpliablemente quedaron anarquistas todavía, y en 1926, uando eran asesinados en la árel los integrantes del Grupo Guillotina, se suiidaban los que deseaban burlar la «justiia» 86
del Estado o desapareían de sus hogares los militantes más onnotados, el inremento de la Jiyu Rengo Dantai Zenkoku Kaigi (Libre Federain de los Sindiatos Anarquistas) adquiere visos sorprendentes en el área laboral mientras que una juventud reién llegada en la palestra soial se manifiesta abiertamente en la luha y lanza a la alle su rgano de expresin Kuro Seinen ( Juventud Negra), Negra), portavoz de la organizain del mismo nombre. Este estado de osas, la represin de una parte y la voluntad de la luha de la otra, ontinu manifestándose hasta 1937. Este año señal la invasin de china por parte del ejérito japonés y, y, amparándose en el tpio de la seguridad naional, el Estado desenaden una ofensiva de masare y exterminio ontra todos los revoluionarios. Slo pudo salvarse el que había huido, el que logr esonderse o ambi de residenia oultando sus ideales a la vista de los ompañeros de trabajo y de los veinos. A partir de 1937 y hasta 1945, uando termina la Segunda Guerra Mundial, el Japn fue un país onentraionario, de prensa amordazada y iudadanos traumatizados por la perenne amenaza de la perseuin, el enarelamiento y hasta la muerte. Si a la époa heroia del anarquismo japonés hubiera que busarle una feha onreta que marara su fin reemos que la más indiada sería el 7 de julio de 1937, día en que el Japn invade a la china e iniia la guerra onoida omo la de los tres sietes. Desde el primer rgano de expresin libertaria Heimin Shimbun de omienzos de siglo hasta estos números esporádios de la déada de los años treinta, el movimiento libertario japonés no es de publiar peridios, folletos y literatura anarquista a través de la ual se podría trazar el alvario de este movimiento de mártires. Desgraiadamente, la presenia de dos guerras mundiales así omo la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, la otra guerra 87
hino-japonesa iniiada en 1937 on engare en la Segunda Guerra Mundial, sumado a todo lo ual va la presenia de un régimen represivo no onebible en los países de Oidente a exepin de los países sometidos a las ditaduras negras y rojas, hae muy difíil el poder reunir toda esta doumentain que, de reuperarse, justifiaría la presenia de una hemerotea espeializada en el movimiento anarquista japonés. A lo largo de este trabajo hemos tenido oasin de señalar algunos títulos de prensa libertaria nipona asomando, asoman do, intermitentemente, Heimin Shimbun, Shimbun, el peridio que reara Kotoku, junto on Toshihito Toshihito Sakai en 1903, uando la Asoiain Soialista no se había desintegrado todavía omo onseuenia de la toma de posiin libertaria y autoritaria asumidas, respetivamente, por Kotoku y por Sam Katayarna, Después del ongreso que sellara la esisin de la Shakai Shugi Hyokai los días 17 de febrero y siguientes, Heimin Shimbun ontinu siendo orientado por Kotoku; pero fue vítima de la primera de una larga adena de prohibiiones, Kotoku, privado de su portavoz, mand su olaborain al Hakari (Relámpago) Relámpago) que publiaban Kojiro Nishikawa y Kohen Yamaguhi en 1905, siendo una publiain quinenal. Paralelamente Kotoku olaboraba también en Shinkigen ( Nueva Época), ca), que estaba a argo de Sanshiro lshikawa, Naoe Kinoshita y Isoo Abe. cuando regres de los Estados Unidos logr, graias al apoyo eonmio de un amigo, que Heimin Shimbun reapareiera omo diario y, suspendido de nuevo, re Chozugen ( Adelante). Adelante). Muerto Kotoku, Osugi tom la responsabilidad de dar ontinuidad a la expresin esrita anarquista empezando on Kindai Shisoo (Idea moderna) moderna) en 1913, ontinuando on Heimin Shimbun de nuevo, esta vez on o n la ayuda ayud a de Taiji Taiji Yamaga Yamaga,, en 1914. 1914 . cuando cuand o surge la nueva prohibiin del peridio Osugi rea Rodo Shim88
bun (Diario del trabajo) trabajo) y, prohibido éste, Rodo Undo (Movimiento Obrero). Obrero). Esto último suede en 1921 y dos años más tarde sería asesinado por el apitán Amakasu obedeiendo, éste, las rdenes del general Fukuda. Fukuda. No es posible dar una nmina ompleta de la prensa libertaria japonesa de la époa heroia. Había prensa ampesina Kosakunin Shimbun (Diario del Campesino), Campesino), portavoes de violenia Kuro Te (La Mano Negra), Negra), Kokushoku Shimbin (Frente Negro), Negro), rganos asoiativos Jiyu iativos Jiyu Rengo Rengo (Federación Libre), Libre), Toyo Shakai Shimbun (Diario del Oriente Social), Social), revistas ulturales Kaiho Bunka (Emancipación y Cultura), Cultura), portavoes de la juventud Kuro Seinen ( Juventud Ne gra), gra), títulos agresivos omo Kuro Hata (Bandera Negra) Negra) o simplemente desriptivos omo Jiyo omo Jiyo Jin (El Libertario). Libertario). con lo señalado distamos muho, todavía, de haber ofreido la lista exhaustiva de los rganos de expresin anarquista japoneses, pero queda bien en evidenia de que el movimiento libertario en el Japn ontaba on una gama muy surtida de peridios los uales no hubieran sido posibles si no existiera un públio que les diera aogida. El movimiento anarquista estaba, pues, slidamente afinado en el suelo japonés. Un rgano titulado Anarqui titulado Anarquismo smo no figura dentro de la lista de la prensa libertaria de la primera époa. La razn se halla, según los anarquistas onsultados, en lo poo prátia que la traduin de la voz anarquismo resulta si se vierte al japonés. Los griegos dieron on raíes y prefijos exatos para denominar un régimen sin autoridad y sin gobierno. con el prefijo a y on los sustantivos cracia o arquia le fue sufiiente a Proudhon para darle nombre a un uerpo de dotrina soial onoido, en todo Oidente, omo anarquismo. Estas raíes y estos prefijos están ausentes del idioma japonés, estrehamente ligado a la rigidez ideográfia hina. 89
La expresin más aproximada a lo que signifia anarquismo la ofree, el japonés, on el voablo ompuesto Museihushugi. Museihushugi. Esta voz relama siete signos ideográfios hinos, uatro de los uales se omprimen en dos, signifiando, ada uno de los ino signos resultantes: mu resultantes: mu equivale a ‘ausenia’, sei a ‘régimen polítio’, hu a ‘organismo’, shu a ‘prinipio’ y gi y gi sufijo signifiando ‘ismo ‘ismo’.’. De ahí que no figure tan ompliado voablo omo titular de un peridio y que los anarquistas japoneses se hayan inlinado en favor de las voes Siyu o Jin (libre). Las gestas anarquistas de la époa heroia tienen que olegirse de la represin de las autoridades ontra el movimiento libertario. Los rímenes masivos perpetrados ontra Kotoku y sus one ompañeros, ontra Osugi, su ompañera Noe Itoo y el inoente sobrino de 7 años Sooihi, ontra uantos anarquistas no pudieron esapar de las redadas de 1923, ontra el Grupo Guillotina, ontra todos los libertarios que en 1937 fueron asesinados. a sesinados. Si los anarquistas no hubieran signifiado una amenaza, por su número y sus prédias, a la seguridad del Estado, la represin no se hubiera manifestado de una manera tan brutal. El anarquismo, y los libros tratando de él, era estimado tan orrosivo que uando en 1920 un profesor de la Faultad de EoEo nomía de la Universidad de Tokio publia, en el rgano de la Universidad, un Estudio del pensamiento social de Kropotkin, Kropotkin, la poliía enarela al enseñante, N. Morito, y, una vez terminada su ondena, las autoridades universitarias le retiran el profesorado debiendo, finalmente, exilarse, dado que por figurar en la lista negra no onsigue trabajo en ninguna parte del Japn. En 1926, on motivo del inuentenario de la muerte de Bakunin, el movimiento anarquista organiz un mitin en Tokio. Seis militantes libertarios debían suederse en el uso de la pa90
labra, pero los seis fueron enarelados. Fue el año del aso del oreano libertario Boku Retsu y su ompañera Hurni Kaneko, ausados de atentar ontra el emperador empujando a Kaneko al suiidio, fue el año en que ahoraron a Tetsu Nakahama, pero año, igualmente, del resurgir juvenil on la reain de la Kuro Seinen Rengo (Federain de la Juventud Negra) y su rgano Kuro Seinen y, por último, fue el año que viera apareer, junto a Heimin Shimbun, Shimbun, Jiyu Rengo (Federación Libre), Libre), rgano de la Jiyu Rengo Dantai Zenkoku Kaigi, la Federain de Sindiatos Anarosindialistas. De la importania de los sindiatos anarosindialistas en el Japn, en la époa heroia del sindialismo del país, da una débil idea la huelga de la Nibou Senju Kaisha, fábria donde 180 hombres y 60 mujeres estaban enrolados en el sindiato apolítio. En 1927 dos trabajadores fueron despedidos injustamente. Ante la protesta de los demás trabajadores el patrn se neg a reponer en sus puestos a los despedidos, y los trabajadores fueron a la huelga. Tomaron la fábria y se negaron a abandonar las naves. El patrn, on la ayuda de la poliía, mont un ero a fin de impedir el ingreso de omida y refuerzos para los sitiados. La huelga se hizo extensiva, por solidaridad, en otras muhas fábrias y estableimientos prximos a la Nibou Senju Kaisha y en varias oasiones la asa del patrono fue asaltada por los trabajadores de la loalidad así omo por los familiares fa miliares de los asediados obligando al burgués a refugiarse en la jefatura de poliía. Después de ino días algunos trabajadores, ya de por sí subalimentados, empezaron a desfalleer pero uando fueron llevados al hospital el dotor se neg a atenderlos. Fue preisa la presenia amenazante de los grupos de ain sindialista para que el juramento de Hiprates se umpliera y los enfermos fueran aeptados. 91
En la nohe del 1 de mayo un militante anarosindialista se enaram arriba de la alta himenea de la fábria, de 30 metros de altura, plantando en la ima la bandera negra y negándose a desender mientras el onflito no fuera resuelto satisfatoriamente para los trabajadores. En ese mismo Primero de Mayo el Sindiato elebr un mitin delante de la fábria y, rompiendo el ordn de la poliía, penetr en las naves soorriendo a los que se habían delarado en huelga del hambre. El onflito se haía ada vez más embarazoso para las autoridades a utoridades y éstas onminaron al patrn a que llegase a un auerdo on los huelguistas, lográndose, al final, la atenin média para todos los enfermos, el pago retroativo de todos los salarios y una ompensain de 1.500 yens, la estipulain de los tres días siguientes al fin de la huelga omo días festivos retribuidos y la aeptain, de nuevo, de los dos obreros despedidos, La huelga dur 22 días, del 21 de abril al 11 de mayo. El día doe de mayo tuvieron que subir al tope de la himenea para desender, exhausto, al valiente huelguista que resistiera doe días en una posiin asi suiida. Tuvo que ser internado en un hospital. No siempre andaron manomunados anarquistas y sindialistas revoluionarios. Estos últimos habían estableido sus primeros ontatos en 1923, al año de haberse organizado la Jiyu Rengo, Rengo, on la sede de la Asoiain Internaional de los Trabajadores de Europa y, al igual que en algunos países de Oidente, serias y diversas disrepanias dividían a los anarquistas intrínseos y a los anarosindialistas, sobre todo en lo que a los enfoques terios onierne. El papel a jugar por los ampesinos, por ejemplo, frente a los trabajadores de la industria, era uno de los problemas planteados reordando, de heho, la situain de la IWW (Industrial World Workers) de los Estados Unidos, 92
que margina, omo el mismo nombre lo india, al trabajador del ampo. El peligro onstante que sobre los anarquistas y los anarosindialistas se ernía debido a la presenia de un régimen represivo que no daba paz ni uartel, hizo que se orillaran muhas disrepanias que, vistas en la distania, asemejan a las disusiones de los monjes bizantinos sobre el sexo de los ángeles. En 1930 se logra la unifiain de las tendenias y, después de ratifiar la adhesin en el seno de la AIT se aprueba y se publia, por primera vez en el Japn, una Delarain de Prinipios anarosindialista. La situain de enfrentamiento ontra el patronato japonés se hizo ada vez más violenta. La entronizain de Meiji, en 1868, foment la onentrain de las fortunas de las familias más rias del imperio reando verdaderos monopolios y trusts que onvertían al trabajador en un luhador indefenso frente a la inonmensurable fuerza de los grandes patronos. A esta unin patronal se la onoe on el nombre de zaibatsu. zaibatsu. Los Estados Unidos la disolvieron en 1945 pero ha vuelto a reorganizarse de nuevo on mayor fuerza que la que poseía antaño. compañías omo la Mitsui, la Sumitomo, la Daiihi Bussan, la Mitsubishi llegaron a representar el 80% del poder industrial japonés de antes de la guerra y frente a este zaibatsu desomunal la Jiyu Rengo tenía que doblarse o romperse. Las otras uniones sindiales, influeniadas por líderes omo Bunji Suzuki, se prestaron a las exigenias del zaibatsu que dominaba, igualmente, la Dieta japonesa, el parlamento del país, omprado a fuerza de yens. En el Japn de la preguerra habían uatro grandes batsus: batsus: el de los militares o gumbatsu o gumbatsu,, el de la orte y la nobleza oo mombatsu mombatsu,, el de la buroraia, que se manifestaba ya pujante, puja nte, o kambatsu y el ya menionado zaibatsu. zaibatsu. Éste, que era el de la plutoraia, domi93
naba abiertamente a los tres restantes, pero dado que los intereses de unos eran los intereses de todos, la unidad de todos ellos frente a las lases trabajadoras no ofreía difiultad. Para el logro de sus fines el zaibatsu zaibatsu someti, a fuerza de millones, a los partidos mayoritarios de la Dieta, el Seiyukai y el Minseito. En 1927 las dos tereras partes del parlamento japonés eran inondiionales del zaibatsu zaibatsu.. En 1923-4924 Sanji Muto y el marqués Ro, los grandes magnates de la industria textil y de la eletriidad ofreieron 250.000 yens a la poliía para que ésta exterminara al movimiento obrero. También impuso, el zaibatsu, zaibatsu, que se votara, en 1925 la Ley ontra Pensamientos Peligrosos Peligrosos que permitía el allanamiento domiiliario, y tres años más tarde el atual emperador firmaba un dereto en el que se onsideraban los «pensamientos peligrosos» omo fatibles de ser astigados on la última pena. Desde la firma del dereto hasta 1931 fueron detenidos más de 10.000 trabajadores y progresistas al amparo de esta iniua ley. Más tarde se promulg otra ley, la del Mantenimiento de la Paz Públia, que permiti en noviembre de 1935, el allanamiento y disoluin de todas las seionales de la Jiyu Rengo en Kanda, Kioto, Osaka, Tokio, Robe, Nagoya, Fukuoka y todas las grandes urbes del arhipiélago donde las federaiones anarosindialistas eran una amenaza para el gobierno. cera de 300 deteniones y el asesinato de los militantes más destaados fue el resultado de estas dos jornadas trágias. Esta exaerbain ontra los anarquistas obedeía a un plan preonebido tendiente a aelerar las desmesuradas ambiiones de los batsus y muy espeialmente el zaibatsu y el gumbatsu: gumbatsu: la guerra ontra china que abriría al Japn una fuente inagotable de materias primas, de las que siempre ha estado urgido, y un motivo 94
para luirse a todo militar sediento de poder. cuando en 1937 el Japn delara la guerra a china el movimiento revoluionario japonés ha dejado de ser una amenaza para los que anhelaban onquistar la china y más tarde el mundo. cuando termin la guerra mundial, en 1945, todas las grandes familias habían visto sextupliar sus grandes fortunas. El pueblo japonés había perdido la guerra, había sido el únio en sufrir las onseuenias indesriptibles de las bombas atmias de Hiroshima y Nagasaki, tuvo que sufrir quine años de privaiones y miserias, sufri la vergüenza de ver su suelo, jamás hollado por un ejérito extranjero, oupado por las botas pretorianas del Tío Sam. Frente a él, paradoja de esta injusta soiedad, el ausante de todos sus males, el que empuj al Japn a la ontienda, veíase on una gran fortuna amasada sobre millones de muertos y, y, omo olofn al esarnio, era soliitado fervientemente por las «fuerzas vivas» del país y por los ruegos del oupante, para que prestara su apoyo en benefiio de la reonstruin del país arruinado. El zaibatsu había ganado la guerra.
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IV JAPóN ENTRE 1945 - 1974 1945: iNVeNtario desoLador
Al terminar la Segunda Guerra Mundial el Japn hizo un reuento de lo que había perdido y de lo que todavía le quedaba. El inventario no podía ser más sombrío: la industria pesada totalmente paralizada, todas las iudades, a exepin de Kyoto y Nara,22 destruidas en gran parte, la marina merante hundida en su totalidad –el 95% según datos fidedignos–, los arrozales reventados y los alimentos raionados a la mínima expresin. En base al auerdo tomado por los aliados en El cairo, en 1943, el Japn perdía Taiwán, corea, Manhuria, Los Pesadores, y los Estados Unidos, por su lado, se posesionaban de Okinawa y las islas del Paífio. Por la parte norte Rusia se adueñaba de las Kuriles y la mitad meridional de Sakhalin. MaArthur orden el lieniamiento de las tropas niponas y la repatriain de todos los soldados y marinos de ultramar. ultramar. Paralelamente se erraron las fábrias que todavía estaban en pie, si es que, direta o indiretamente, habían trabajado para la guerra. Se suprimieron los ministerios de Marina y Ejérito. El país se pobl de gente sin trabajo, ofreiendo, para el futuro inmediato, las peores perspetivas posibles. El tribunal militar internaional juzg a millares de riminales de guerra. Tojo y seis de sus alitos fueron ondenados a la hora, dieiséis más fueron ondenados a adena perpetua. 4.200 22 Al igual que la iudad universitaria de Heidelberg, que los bombardeos aliados respetaron por su simbolismo ultural, las iudades de Nara y Kioto, en el Japn, tampoo fueron bombardeadas por las riquezas ulturales e histrias ontenidas en ellas. 97
japoneses fueron delarados ulpables a través de otros tribunales. Alrededor de 700 fueron ejeutados. Las fuerzas de oupain ordenaron la libertad de los presos polítios del Mikado, exigieron la libertad de palabra y de prensa, así omo la supresin de todos las organizaiones militares y paramilitares. Se depuraron, on prohibiin explíita de tener ingerenia en las uestiones públias, a 200.000 japoneses. Empujando la «demoratizain» a marhas forzadas los norteamerianos ordenaron enmiendas en la ley eletoral a fin de que las mujeres también pudieran votar y quedara reduida, la edad del voto, a los 20 años. El 3 de mayo de 1947, de auerdo on el anteproyeto presentado por MArthur, se promulga la atual constituin, que, por primera vez en el Japn, india que «el poder soberano reside en el pueblo». Lo más relevante de esta constituin está onentrado, sin embargo, en su Artíulo 9: Aspirando sineramente a una paz internaional basada en la justiia y el orden, el pueblo japonés renunia para siempre a la guerra omo dereho soberano de la nain, y a la amenaza o el empleo de la fuerza omo medio para soluionar las disputas internaionales. con el fin de realizar el propsito expresado en el párrafo anterior, no se mantendrán las fuerzas de tierra, mar y aire, al igual que ualquier otro potenial bélio. El dereho de beligerania del Estado no será reonoido.
Poo tiempo transurriría antes de que el supremo artíulo de la constituin de 1947 fuera burlado íniamente por los gogo bernantes japoneses. La pérdida de todas sus posesiones insulares y ontinentales redujo la superfiie del Japn a 369.881 kilmetros uadrados. 98
Su poblain, uando termin la guerra en 1945, rayaba en los 75.000.000 de habitantes. Si tenemos en uenta que el Japn es un país muy montañoso donde slo el 15% del suelo es ultivable nos daremos perfeta uenta de la situain trágia que el pueblo japonés estaba enfrentando uando, al rendirse a los aliados el 15 de agosto de 1945, emprendía la asensin desde el fondo abisal al que sus gobernantes ambiiosos lo habían sumergido. Por otra parte, las autoridades de oupain, o upain, temerosas de un resurgir eonmio japonés que dañara la expansin eonmia ameriana, eran renuentes a failitar la reorganizain industrial del país. Además de la disoluin de toda la estrutura militar y la onseuente desapariin del gumbatsu, gumbatsu, MArthur orden la total desartiulain del zaibatsu impidiendo de esta manera el que la industria japonesa se reorganizara de auerdo on los antiguos ánones. Se volaron, los oupantes, en primer término, a la planifiain de una reforma agraria que permitiría, de onfluir teoría y prátia, una explotain más intensa y raional del suelo japonés. Los terratenientes que no vivieran en sus tierras tenían, por la referida reforma, que venderlas a un organismo designado al efeto. Diha disposiin no rezaba para el que poseyera menos de una hetárea (4 en la isla septentrional de Bokkaido). Las tierras así adquiridas eran otorgadas a los ampesinos on plazos de 30 años para pagar. El valor de las tierras se fijaba en base a las sumas estableidas antes de la guerra por lo que, la inflain mediante, los terratenientes resultaban, prátiamente, expropiados, ya que peribían una déima parte del valor real de la propiedad. En 1952 la reforma agraria afetaba ya al 92% de las tierras ultivables. Enarrilar un país tan superpoblado y on tan poo suelo ultivable por los derroteros agríolas resultaba un ontrasenti99
do. Lo negativo de la situain slo podía paliarse on las ayudas masivas que los Estados Unidos aportaban. Desde 1945 hasta 1952 esta ayuda eonmia registraba la abultada suma de 2.000 millones de dlares. El país vivía una situain de indigenia on una exigua masa ampesina oupada y una poblain mayoritaria ondenada el paro forzoso. e1 «Boom» ecoNómico
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ue la guerra de corea la que permiti un vuelo total de la situain. El Japn dej de ser el enemigo de los EE.UU., y se le permiti la organizain aelerada de su industria que, en dos años, le vendi a los Estados Unidos produtos por un valor de 4.000 millones de dlares. Se establei el iruito importainexportain, subi substanialmente el poder adquisitivo del japonés y después de las inevitables saudidas de reajustes, el Japn lograba, a partir de 1955, un saldo favorable en su balane bala ne omerial on el exterior.23 El zaibatsu, zaibatsu, prohibido y exerado, demostr sus ualidades proteias y pas a dominar la industria pesada, la bana, ba na, la exportain. Perdi el batsu, batsu, guard el zai y pas a ser zaikai.24 23 En la déada 1950-1960 la produin industrial del Japn se triplia. El produto naional bruto se duplia. La produin agríola alanza una ifra réord. La renta naional logra un 50% de aumento y lo mismo ourre on el onsumo. La renta per ápita es un 20% más elevada que la de antes de la guerra. 24 Fueron los oupantes los primeros en restaurar lo que ellos mismos habían abolido. Las poderosas familias del imperio –los ingresos del barn Mitsui, jefe de la familia-trust familia-trust del mismo nombre, rebasaban el presupuesto del Estado, en 1937–, disueltas y ondenadas se vieron llamadas a «olaborar» enargándose, el Parlamento, de suavisar la Ley Antimonopolio. A partir de 1952 la Fundain Fundain Fuji aapara el 25% de la fabriain fabriain del aero y la mitad de la fundiin japonejapone sa. En 1960 el 50% de los tejidos están en manos de 10 familias. La Mitsubishi 100
Dado que nada había quedado en pie omo resultado de la guerra perdida, los industriales aproveharon los años de bonanza ofreidos por la guerra de corea para modernizar toda la industria, los altos hornos, los astilleros, los ferroarriles, la bana y todo uanto relamaba una atualizain para poder haer frente al omerio exterior. El reimiento anual de la produin del Japn se mantuvo por enima del 8%. El Japn pas a ser el primer produtor de navíos del mundo, el uarto uarto en aero, el quinto en automviles, el segundo en industria inematográfia, el sexto en energía elétria. Los produtos japoneses invaden el mundo y éste reaiona de mil y una maneras diferentes para ontrarrestar la marejada nipona. En Inglaterra las trade unions auerdan apoyar eonmiamente a los obreros fabriles del Japn en huelga a fin de que éstos logren aumentos substaniales de sus salarios que obliguen a los fabriantes a subir el preio de los textiles y permitan la ompetenia on los géneros fabriados en los países donde la mano de obra es mejor retribuida. Los Estados Unidos prohiben el aeso, a lo largo la rgo de todos los puertos del Paífio, de los produtos textiles japoneses, debido a que éstos uestan la mitad que los l os produidos en los Estados Unidos. Los japoneses no se amedrentan y ontinúan adquiriendo el algodn, que no produen, por doquier, inluido en Louisiana. Esta materia prima es embarada en San Franiso, atraviesa el Paífio, es manufaturada en los modernos telares de Kyushu y Honshu, embarados los tejidos en Osaka y Yokohama Yokohama y éstos, on esalas en caluta, Suez, Marsella y Rotterdam, llegan a Nueva York, donde no hay prohibiiones produe el 34% de las armas japonesas y esto slo entraña un modesto 6% de la totalidad de sus múltiples atividades. La Mitsubishi, junto on la Mitsui y la Sumitomo representan el 30% de toda la produin japonesa. La mayor empresa de omerio japonesa es la Mitsui Bussan. 101
para el tejido japonés para terminar, inlusive, omo prenda de vestir del osehero de los opos de los algodonales amerianos. El artíulo, en sus diferentes fases de transformain, habrá dado la vuelta al mundo ompleta y el ameriano que la ompr lo habrá onseguido más barato que otro de igual alidad fabriado en el país. El Japn, que omienza exportando produtos de alidad inferior a los europeos y amerianos, logra, más adelante, imponerse por la alidad. La mano de obra japonesa resulta manifiestamente más rentable que muhas otras. El Japn se abre paso igualmente, en el terreno polítio y en el soial. El 8 de septiembre de 1951 uarenta y oho naiones firman el Tratado de Paz on el Japn. Este mismo día, Japn y Estados Unidos firman un tratado de seguridad que autoriza a los Estados Unidos a mantener tropas en el suelo japonés y obliga a éstos a defender aI Japn en aso de ataque. La guerra fría se ha manifestado y los Estados Unidos han dejado de ver a un enemigo en el Japn y desean aproveharse de su situain estratégia: sus innumerables islas on una avanzadilla ideal para parar toda ofensiva ontinental, provenga ésta de Rusia o bien de china. El Tratado de Seguridad, que será el blano de todos los ataques de la izquierda revoluionaria japonesa durante todo el tiempo de su vigenia, que es indefinido porque se prorroga todos los años, está redatado en una forma por lo demás ingenua. Empieza así: El Japn ha firmado, en el día de hoy, hoy, un tratado de paz on las potenias aliadas. cuando entre en vigor, vigor, el Japn no tendrá un medio efiaz de ejeritar su dereho esenial de autodefensa, porque ha sido desarmado. 102
En esta situain el Japn orre peligro, porque el militarismo irresponsable no ha desapareido aún del mundo. [...] En ejeriio de estos derehos, el Japn desea, omo auerdo provisional para su defensa, que los Estados Unidos de Améria mantengan fuerzas armadas propias en el Japn.
El Japn ira manteniendo su hálito a lo largo de todos estos años. Eonmiamente hablando ha pasado delante de todos los países a exepin de los super-grandes Estados Unidos y la URSS. La risis del petrleo ha frenado esta asensin ininterrumpida que, después de 30 años, no presenta síntomas de menguar. La ha frenado pero slo temporalmente. Los países industrializados han sufrido por igual el impato, y el reajuste se efetúa a nivel internaional, por lo que, una vez superada la risis, la marha asendente ontinuará. En la atualidad on 104 millones de habitantes, el Japn dispone de mayor antidad de mano de obra que el Merado común, exporta por valor de 38.000 millones de dlares e importa por valor de 31.000 millones, arrojando, su omerio on el erterior, un superavit de 7.000 millones de dlares. Domina el omerio de toda el área del Sudeste Asiátio, desde la India hasta la Nueva Guinea, es el primer exportador de aparatos fotográfios, en motos, en buques tanqueros, el segundo en automviles, en relojes, en omputadoras, en films inematográfios. cada omplejo industrial nipn es apaz de dispersar su produin en miles de artíulos omo la empresa Itahi, que habiéndose iniiado omo fabriantes de equipos elétrios, se ha onvertido, en la atualidad, en produtora de 10.000 produtos diferentes que van de los veloes trenes Hikari, que haen el tra yeto TokioTokio-Osaka Osaka a 250 kilmetros por hora, a las máquinas má quinas de afeitar elétrias, pasando por toda lase de turbinas, transistores, plástios, televisores, et. 103
El «milagro japonés» ha superado a todos los milagros eonmios registrados en estas últimas déadas. Los soilogos y los eonomistas tratan de expliarlo, el «milagro», sin que haya gran oinidenia en las onlusiones. La mayoría sitúa al trabajador japonés omo prinipal fator del auge eonmio. El japonés es austero, hábil, pundonoroso. El analfabetismo hae años que ha sido erradiado del país. Hay peridios, omo el Asabi el Asabi y el Yomiuri Shimbun Shimbu n, que editan 9.000.000 de ejemplares al día ada uno. El régimen laboral reonoe poas fiestas y el trabajador suele haer muhas horas extras para balanear un presupuesto terriblemente zarandeado por una inflain que está en el origen, según iertos eonomistas, del boom eonmio. Por otra parte, el japonés se ha unido a la soiedad de onsumo, y para la industria y el omerio nipn 104 millones de onsumidores entraña, por sí solo, una garantía innegable para oloar los produtos. Una vez el trabajador se ajusta a la soiedad de onsumo y omienza a adquirir artefatos para el confort individual y familiar iniia, paralelamente, el obligado proeso de endeudamiento por la ompra del apartamento, del televisor, televisor, del auto, y ello obstauliza el deseo de huelga que, en irunstanias diversas, se manifestaría, posiblemente. Kan Eguhi, un destaado y estudioso anarquista japonés, basándose en las aseveraiones de un eonomista «suseptible de ser esuhado», da, omo razones: A– En el origen hallamos la ruina ompleta de la eonomía, ausada por la guerra. La demanda para la reonstruin ha sido exigente y aquellos japoneses que habían onoido un ierierto estándar de vida, antes de la guerra, han deseado aumentar sus ingresos. B– La oyuntura perutiendo, por un lado, la presenia de la ténia y, y, por el otro, la de los efetivos neesarios para la propro 104
duin. El nivel de eduain de los trabajadores siendo elevado y la apaidad de los ejeutivos exelente. exelente. c– Una serie de reformas «demorátias» tuvieron lugar al terterminar la guerra (ditadas por el oupante), tales omo el estableimiento de los derehos fundamentales de los trabajadores y una reforma agraria que han elevado, ambos, el nivel de vida de los trabajadores y exitado su voluntad de trabajo, provoando, así, un fomento en demanda dentro del país. Después, una serie de medidas ontra los monopolios que ha permitido entrar en esena a jvenes y dinámios administradores que han reemplazado a los viejos. D– El aráter de subdesarrollado del Japn ha desempeñado dos papeles. Los salarios bajos en relain a los de los países desarrollados han favoreido la exportain. Dos ténias extranjeras fueron adoptadas: la ténia ya estableida antes de la guerra en los países avanzados en lo que respeta a los aparatos elétrios, el automvil y las nuevas ténias de la post-guerra: la eletrnia, la petroquímia, la energía atmia. Añádase a ello que la innovain de las ténias permiti un progreso aelerado. E– El gobierno llev a abo un papel pap el importante para el desenvolvimiento eonmio. Sus funionarios dirigieron el mundo industrial a fin de reforzar las apaidades de ada uno frente a la ompetenia internaional.
La cuestióN LaBoraL
E
l aráter emprendedor de las nuevas generaiones supo analizar, seguramente, el potenial produtivo del trabajador japonés. Es innegable que la poblain ativa del país, alulada en unos 60 millones de produtores, representa una fuerza muy difíil de ser batida por las fuerzas produtoras de los demás países, onsideradas una por una. Mayor rendimiento horario, más 105
horas de trabajo por semana, menos jornadas feriadas al año, insins talain de la maquinaria más moderna al haber quedado destrozada por la guerra la anterior, sueldos más bajos en el omienzo del «milagro», onvenimiento de que se empezaba a ero y hasta más abajo de ero y que la sobrevivenia dependía del esfuerzo y la entrega, todos y ada uno de estas fatores deben tenerse en uenta si se quiere dar on un aeramiento a la expliain del «milagro eonmio japonés». Milagro, diho sea de paso, que no anda ausente de inonveinonve nientes. A un oidental se le haría imposible desenvolverse en una vivienda de un trabajador japonés reduida, en superfiie, a la mínima expresin; la inflain, que omo es axiomátio, astiga al asalariado en la misma proporin que benefiia al industrial y al intermediario, alanza en el Japn niveles elevados que la risis del petrleo todavía ha agravado más; la deshumanizain del ser humano, absorbido en las entrañas de los grandes omplejos industriales y reduido a la triste expresin de un número; el hainamiento en las grandes urbes y, en el seno de éstas, en los grandes bloques multifamiliares on la obligada anulain de la privaidad, y, el más deplorable de todos, el de la ontaminain ambiental que en el Japn, partiularmente en Tokio, alanza porentajes delarados omo peligrosos. La deshumanizain del hombre está estrehamente ligada on la presenia de los gigantesos omplejos industriales. El japonés, hainado omo ningún habitante del globo, suele ser un solitario permanente. El introvertimiento de ese oriental está onsagrado por la historia y la literatura l iteratura y resulta ategriamente ierto. Hay alienain, además, omo onseuenia de la elevada dosis de automatismo al que ha onduido inexorablemente el gigante industrial. 106
A fin de que el milagro no desfalleza y resultando el espaio geográfio japonés insufiiente, los dirigentes de la eonomía japonesa han proyetado al otro lado de las fronteras, no solamente al produto terminado sino la industria que lo elabora. Hoy en día las grandes firmas japonesas tienen fábrias desperdigadas por todos los meridianos del mundo. El aumento de los salarios en el Japn, por un lado, y la arenia total de materias primas del país ha permitido esta variante. Después de los Estados Unidos el Japn es el país que uenta on más ompañías multinaionales apaes, por su dispersin en todo el mundo, de burlar las leyes naionales de todos los países y más poderosas, la mayoría de las vees, que el propio Estado que las autoriza a desenvolverse en ada paíz respetivo. Hay fábrias japonesas en el Brasil, India, en Hong Kong, Kong, en todos los países del Sudeste Asiátio, en Australia, Australia, en numerosos países latinoamerianos, en corea y hasta en el territorio de la mayor superpotenia eonmia del mundo, los Estados Unidos, existen fábrias niponas. Esta situain es desfavorable para el trabajador japonés y la explota muy astutamente el patrono al argumentar que logra el produto a osto más reduido en las fábrias del extranjero, por lo que no se siente dependiente de la produin naional. El Japn tiene un merado de brazos inagotable en todos los países del Sudeste Asiátio y ha salpiado de fábrias las la s Filipinas, Indonesia, Malasia, Vietnam y toda esta regin balanizada logrando, on el uso de este merado de mano de obra barata, mantenerse a la abeza de las exportaiones porque ontinúa ofreiendo el produto más eonmio a los merados mundiales. con respeto a las leyes laborales también el ejérito de oupain impuso sus miras. considerando que la hegemonía 107
del zaibatzu y del gumbatsu del gumbatsu estaba en el origen de la beliosidad nipona, el oupante quiso imponerle un freno a diha fuerza expansionista y oblig a la elaborain de una ley sindial que fuera aprobada en diiembre de 1945. Esta ley otorgaba el dereho a los trabajadores de sindiarse libremente, de disutir y firmar ontratos oletivos on las patronales y otorgaba el dereho de huelga. La interferenia de la poliía frente a las masas m asas laboriosas fue limitada drástiamente permitiendo, todo ello, una elosin del movimiento obrero promisor y potente. eL siNdicaLismo hasta 1945
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l Japn, omo ya hemos tenido oasin de ver, no había gozado de libertad sindial jamás y todos los atisbos de reain gremial fueron erenados siempre por la poliía. Se sitúa, omo iniiador del movimiento sindialista japonés al Doshikwni (Gremio de la comunidad del Afeto), reado por los impresores en 1890. Oho años más tarde son los ferroviarios que se organizan en este tipo de hermandad intrasendente. El fermento obrerista lo levantan Kotoku, Sakai, Katayama logrando que se delaren huelgas efiientes y, muhas de ellas, vitoriosas. Del entusiasmo popular logrado por la propaganda sindialista y la ain direta da prueba el mitin onvoado, en el mes de abril de 1901, en el Mukoshima, donde la asistenia es mediante pago de billete Y, sin embargo, 50.000 trabajadores ompraron su entrada. La poliía, temiendo una fogosidad peligrosa en una multitud tan onsiderable, prohibi que la asistenia fuera mayor de 5.000 y que los primeros en llegar serían los favoreidos. 30.000 trabajadores pasaron toda la nohe en el parque para poderse disputar el aeso al reinto. 108
Muertos Kotoku y sus one aompañantes. Llevada a abo despiadadamente la represin ontra los revoluionaríos, el ambiente se mostr propiio para que Bunji Suzuki reara, en 1912, el Yuaikwai (Soiedad de Amor Fraternal) que no tuvo mayor trasendenia, ya que los objetivos eran pusilánimes, figurando, entre ellos, el de la eduain de los trabajadores, las susripiones de ayuda y la ooperain entre obreros y patronos. Era indudable que on semejante programa el Yuaikwai Yuaikwai no iba a tener problemas on las autoridades. De la poa aogida que tuviera Suzuki en su primera apariin en el ampo del trabajo da un fiel reflejo el número de afiliados que alanzara a tener el Yuaikwai: 50.000. Al terminar la Primera Guerra Mundial el desontento popular alanz imas apreiables, llegando a grados tales de violenia que se inendiaron almaenes, tiendas, viviendas de omeriantes, jefaturas y alaldías motivado por el alza alanzada por los preios del arroz. En el ámbito laboral el desontento se manifest a través de múltiples huelgas, registrándose, slo en 1919, más de 500 paros pa ros en todo el país. Surgieron, paralelamente, numerosos sindiatos de onnotada inmadurez lo que fue aproveaprove hado por Bunji Suzuki para transformar su Yuaikwai Yuaikwai en la Nihon Rodo Sodomei (Federain Japonesa del Trabajo) lo ual tuvo lugar en 1921. Suzuki ha sido alifiado, por los revoluionarios japoneses, omo el Gompers 25 del Japn, ya que su labor de mediatizain era el fiel reflejo del trabajo antirrevoluionario y onformista llevado a abo por Gompers en los Estados Unidos. La 25 Samuel Gompers fue la figura más relevante del sindialismo en los Estados Unidos y prinipal artífie de la hipotea ontraída por los sindiatos frente a la patronal. Se opuso a las Federaiones de Industria; defendi la olaborain on los patronos y el régimen apitalista y soav todo atisbo revoluionario de la entral sindial más numerosa del país norteño: la Amerian Labor Federation. 109
Rodo Sodomei goz siempre de amplia libertad de movimiento y hasta fue de su seno que el gobierno esogi a uno de sus miembros omo delegado gubernamental para representar al país en la Organizain Internaional de Trabajo Trabajo (OIT) de Ginebra. Paralelamente surgieron dos federaiones sindiales más, una entrista, Nihon Ratio Zenkoku Hyogikai Hyogikai (consejo Naional de los Sindiatos Japoneses) y la Nihon Sangio Betsu Rodokumai (congreso Naional de los Sindiatos Japoneses) que estaba en poder de los omunistas. A pesar de que las tres entrales sindiales agrupaban a más de 500 sindiatos el número total de afiliados, en 1927, no alanzaba a 300.000, lo que impliaba un 8% esaso de la mano de obra japonesa. Si tenemos en uenta, por otra parte, que las huelgas en el Japn no esaban jamás, que en 1921 los obreros, no sindiados en las tres grandes entrales, de los astilleros de Kawasaki en Kobe, se delararon en huelga y realizaron una manifestain en la que partiiparon 30.000 trabajadores; que en 1937 se delararon 2.000 huelgas involurando a 200.000 obreros; que en 1931, a resultas del inidente en Manhuria 26 las entrales sindiales todavía perdieron una gran parte de sus afiliados al prolamarse las diretivas, on Bunji Suzuki al frente, partidarios de la intervenin armada en el ontinente; que el malestar soial y laboral la boral ausaba inrementos ada vez mayores, y que, por otra parte, la atividad del anarquismo en aquella époa heroia se manifestaba en todas las manifestaiones populares, todo estudioso de la 26 E1 18 de septiembre de 1931 hubo una explosin en la vía del ferroarril de Mukden, apital de Manhuria, se supone que provoada por los propios japoneses, motivo por el ual el ejérito nipn oup toda la Manhuria instaurando, detrás de un Estado de paja –Manhukuo–, el dominio efetivo de toda la regin. 110
historia soial nipona tiene que llegar a la onlusin, una vez desartada la generain espontánea de los onflitos, de que el inansable batallar de los libertarios era un fator a ser tenido en uenta para la expliain de tantas situaiones onflitivas. cuando lleg el apogeo militar, en 1937, y la invasin de china fuera deidida por el gumbatsu y el zaibatsu, zaibatsu, las entrales obreras fueron abolidas. La traiin de Suzuki se hizo patente uando aept ir a los Estados Unidos, en representain del gobierno nipn, a fin de lograr que los sindiatos norteamerianos no adoptaran una atitud hostil frente al Japn. A partir de 1937 y hasta 1945 el únio organismo «laboral» fue una asoiain Industrial Patritia heha a imagen y semejanza del orporativismo mussoliniano, Frente de Trabajo Nazi alemán y los sindiatos vertiales, del franquismo español. Al igual que las organizaiones europeas señaladas, la Industrial Patritia haía obligatoria la afiliain de toda trabajador así omo de todo ejeutivo inluido el patrn o los soios de las empresas. El gerente de ada fábria, taller o omplejo industrial era, al mismo tiempo, el jefe de la sein sindial orrespondiente. La Ley de Movilizain General, además, prohibía toda reivindiain eonmia, que pasaba a ser de la sola inumbenia del gobierno. eL siNdicaLismo actuaL
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e ahí que la ley laboral de diiembre de 1945, impuesta por MArthur, resultaba, para el trabajador japonés, una panaea inesperada. como era de suponer, suponer, sin embargo, una ley semejante no podía durar muho, y en 1947 se fund un Ministerio del Trabajo Trabajo y en 1948 el gobierno, a instanias del mismo general 111
Douglas MArthur, MArthur, aprob una nueva ley limitando drástiamente las prerrogativas progresistas de dos años antes. La nueva ley prohibe a los empleados del Estado el delararse en huelga, limita onsiderablemente la misma para los trabajadores de los serviios públios y se autonombra el propio gobierno omo únio apaz de lasifiar la ondiin de ada empresa por lo que toda huelga puede deretarse ilegal si el gobierno, aprihosamente, delara que la firma donde ha estallado el onflito es una empresa de utilidad públia. La tendenia patronal japonesa, muy influeniada por la mentalidad del absolutismo del Japn de antaño, la luha frente a los produtos de la ompetenia extranjera a los que hay que vener mediante ostos más bajos, la inflain desbordada que oloa al país entre las diez primeras vítimas del azote mundial hae, sin embargo, que el desontento y las huelgas se suedan bien que la eonomía naional ha ontinuado pujante, omo ya hemos tenido oasin de señalar. En el Japn no existen sindiatos de industria o de ofiios, tal omo estamos aostumbrados a ver en Europa y en Améria. Son los sindiatos de empresa los que integran las grandes entrales obreras bien que puede presentarse una oinidenia entre empresa e industria, omo es el aso de los ferroviarios, integrantes del sindiato más numeroso del Japn. Esta modalidad hae posible que los obreros de una empresa pequeña se onstituyan en sindiato y logren englobar, on duros esfuerzos, dos doenas de afiliados. En 1945, uando se legalizaron los sindiatos de nuevo, después del extenso periodo de prohibiiones sindialistas, se habían onstituido 500 sindiatos amparando un total de 380.677 afiliados. Esta fuerza representaba el 3,2% del total de las fuerzas 112
produtoras del Japn. Al año siguiente ya se habían onstituido 17.266 sindiatos on un total de 4.925.598 4. 925.598 miembros signifiando el 41,5% del total de los trabajadores del país. El tope mayor del sindialismo japonés se logra en 1949, on 34.688 sindiatos y 6.655.483 miembros, lo que impliaba un 55,8% del total de la masa trabajadora nipona. A partir de ese año el sindialismo japonés fue retroediendo en uanto al porentaje de sus afiliados frente al total de la poblain trabajadora, bien que el aumento vegetativo de la poblain, aumento que se refleja igualmente en el seno de la poblain trabajadora, ha ido engrosando las nminas de los sindiatos. Es así que todo y habiendo, en la atualidad, alrededor de 13.000.000 de afiliados en los sindiatos, estos dígitos slo representan el 30% del total de los trabajadores del país. 27 Estos guarismos reflejan el inremento de los puestos de trabajo reados en el seno del gobierno ya que los sindiatos más numerosos son los de los funionarios y trabajadores gubernamentales. Por otra parte, también son un exponente laro de la deepin que undiera entre las lases trabajadoras, las uales, y a partir de 1949, omenzaron a abandonar las organizaiones obreras. La politizain de las entrales sindiales fue haiéndose, paralelamente, ada vez mayor pasando a ser los instrumentos de los partidos soialista, omunista y otros. Las entrales sindiales, por orden de importania numéria, atualmente son: Rodo Kurniai So-Ryogi Kai (consejo General de los Sindiatos Japoneses), onoida omo Sohyo. Se re en 1950 y es la entral sindial mayoritaria on era de ino millones de afiliados. En la Sohyo están adheridos el Sindiato de los Trabajadores 27 La poblain laboral japonesa osila alrededor de los 60 millones de trabajadores. 113
de los Ferroarriles Naionales, la Unin de los Maestros y Profesores Japoneses, la Unin de los Trabajadores Muniipales, el Sindiato de Trabajadores de comuniaiones, los Trabajadores del Ministerio de Agriultura y Bosques, el Sindiato del Transporte Muniipal, el Sindiato del Ministerio de Haienda y Empleados de Aduanas y varios sindiatos gubernamentales más que integran, todos ellos, la subdivisin de la Sohyo onoida omo consejo de Sindiatos de los Trabajadores Trabajadores Públios. La otra rama de la Sohyo orresponde a los Sindiatos Industriales, tales omo la Federain de los Trabajadores de la Industria del Hierro y el Aero, Federain de los Trabajadores del carbn, Federain de los Ferroviarios de los Ferroarriles Privados, Federain de los Trabajadores de la Industria Químia y Produtos Sintétios, Federain de los Trabajadores Metalúrgios, Federain de los Trabajadores de la Industria del Papel, Federain de los Trabajadores de la Prensa, Unin de los Trabajadores Portuarios, Unin de los Trabajadores Tipgrafos, Federain de los Trabajadores de la Sanidad y muhos más, todo lo ual implia que del sindiato iniial de ada empresa a la entral sindial se exigen varios estratos intermediarios, tales omo Sindiato de Sindiatos, Unin de Sindiatos, Federain de Sindiatos, et. La Sohyo está supeditada a las diretries del Partido Soialista Japonés y, omo reflejo de la neutralidad de éste, aquélla no ha adherido todavía a ninguna entral sindial mundial. Su pasado fue el de enfrentamiento ontra el Tratado de Seguridad Estados Unidos-Japn, ontra las bases militares norteamerianas en el país y la oupain de Okinawa, ontra el programa de eduain estimado omo retrgrado por las mentes progresistas y otros planteamientos de dudoso progreso e integridad, por par114
te del gobierno, que fueron demaggiamente explotados por los soialistas y dirigentes de la Sohyo y permitiera el liderato de la misma en el ampo del sindialismo nipn. Su popularidad dea y bastante, bien que, numériamente, se mantiene en el primer puesto laboral. La Domei, uyo nombre ompleto sería Zen Nihon Rodo Sorlomei Kumiai Kumiai Kaigi (Federain de los Sindiatos Japoneses), se fund en 1962 y es el resultado de la fusin de dos entrales sindiales de fundain anterior. 28 Su organizain enfrente a la Sohyo y muhos de sus dirigentes forman parte del Partido Soialdemrata. El número de sus afiliados se aproxima a los 2.500.000 y engloba, en su seno, la mayoría de los trabajadores de los astilleros, de las industrias textiles, de la industria del automvil y muhos grupos disidentes de la Sohyo. Se prolama antiomunista y antisoialista. Su reformismo es de marhamo más derehista que el de la Sohyo, bien que ambas entrales se araterizan por sus objetivos pusilánimes y de rehazo abierto a los métodos y tátias revoluionarias. Mientras que la Sohyo es el instrumento delarado del Partido Soialista, la Domei lo es del Partido Soialdemrata 29. 28 Las tres organizaiones fusionadas fueron Zenro (congreso de los Sindiatos Japoneses), Federain Japonesa de Sindiatos y consejo de los Sindiatos de los Trabajadores Trabajadores del Estado del Japn. La Zenro había adherido a la federain internaional cIOLS. 29 El programa de ain de la Domei, más a la dereha que el de la Sohyo inlusive, señala, entre otras osas: «Estamos ontra la unidad de ain [... ] Nuestra polítia busa alanzar una demoraia parlamentaria [...] Los sindiatos no deben estar, estar, neesaria y ategriamente, ontra el sistema y nos oponeopone mos a la introduin de la luha de lases en las relaiones entre trabajadores y patronos». La adhesin del Sindiato de las Industrias Pesadas de la Mitsubishi, aportando más de 40.000 afiliados de golpe permiti, en 1969, un inremento onsiderable de sus efetivos. 115
Quedan todavía, una vez sumadas las la s antidades millonarias de la Sohyo y la Domei, grandes ontingentes sindialistas que, renuentes a1 ontrol de las entrales politizadas, permaneen marginados de ellas, manteniendo, sin embargo, a través de un «consejo de Enlae» de los Sindiatos Neutrales del Japn una trabazn sin ompromiso y sin trayetoria definida. Esta miselánea híbrida alanza, sin embargo, era de un milln y medio de trabajadores. También abe señalar, por su importania numéria, la Federain Internaional de los Metalúrgios Sein del Japn (IMFJc), opuesta a la Sohyo, omo la Domei. Esta Federain ontrola tantos afiliados omo el consejo de los Sindiatos Neutrales, es deir, deir, un milln y medio de miembros. m iembros. Hubo interés, sin éxito, de resuitar, on el nombre de Shin Sanbetsu, la entral sindial que surgi al terminar la guerra on el nombre de Sanbetsu –Shin – Shin signifiando ‘nuevo’ en japonés–. Fue la impetuosidad de aquella primera sindial la que oblig a MArthur a restringir las huelgas, a enmendar el artiulado de la Ley del Trabajo y a prohibir paros a todos los funionarios y trabajadores públios en 1948.30 La Shin Sanbatsu ontrolaba, al desintegrarse en 1962, unos 40.000 afiliados. Al final de todo este reuento todavía tendremos, sin entral sindial que los ontrole, a 3.000.000 de trabajadores sindiados, asi una uarta parte del movimiento sindialista japonés. Este marginamiento entraña, lgiamente, una disminuin de la 30 La Sanbetsu Kaigi reagrupaba, en 1946, alrededor de 1.400.000 afiliados. Los comités superiores, afiliados al Partido comunista, fraasaron en su intento de politizar la Sanbetsu, lo ual se puso en evidenia en una orden de huelga general para el mes de febrero de 1947 que no fue seundada por los trabajadores. Del fraaso de la Sanbetsu surgi la Mindo (Movimiento Obrero por la Demoraia) que fue el embrin del que nai, en 1959, la mastodntia Sohyo. 116
fuerza obrera, ya minimizada por la presenia de uatro grandes entrales sindiales. Estos sindiatos independientes, la mayoría de ellos agrupando solamente a los trabajadores de una modesta fábria, están onsientes de la neesidad de la unin de todo el asalariado japonés pero prefieren lo que llaman el «mal menor», es deir, una independenia que los sujeta a una fuerza de ain limitada, antes que verse onvertidos en instrumentos de los partidos polítios. Estos sindiatos independientes son innumerables y su ifra exata esapa, inlusive, a las estadístias del Ministerio del Trabajo. Una noin aproximada tendiente a demostrar que las sindiatos en el Japn se uentan por entenas de miles la logramos uando somos onoedores de que el promedio de afiliados, por sindiato, no rebasa exesivamente los 200. Esto obedee, omo ya hemos señalado antes, al heho de que en el Japn priva el sistema del sindialismo de empresa y no el de ofiio, el de industria o, para las loalidades loa lidades pequeñas, el sindiato de ofiios varios. 31 Los 3.000.000 aproximados de afiliados que pululan las entenas de miles de sindiatos independientes, a pesar de la fuerza potenial que tal número implia, no pueden ser determinantes en los destinos del país. Los patronos ejeren una influenia real en el seno de estos grupos reduidos y limitados en el ámbito de una sola fábria o taller. taller. Este 30% de sindialistas japoneses organizados no aporta en definitiva, ninguna ayuda a la manumisin del explotado. 31 El 43% de los trabajadores japoneses, asi 24 millones de ellos, está oupado en empresas on menos de 300 empleados. De un total de 4.500.000 de esta índole de pequeñas y medianas empresas, más de un milln y medio emplea de uno a tres empleados solamente por empresa. 117
Esta peualiaridad japonesa tiene mayor importania, todavía, debido al heho de que el japonés es un trabajador muy estable en el sentido de que uando entra a formar parte de una empresa trata de permaneer en ella hasta el resto de sus días, busando sus mejoras eonmias en el seno de la misma y no fuera de ella.32 No se trata, omo en otras fases del japonés, de una eduain reibida sino, una vez más, del ethos, ethos, de la virtud de la adaptabilidad japonesa. Un país tan superpoblado motiva una ompetenia inexorable en lo que a la oferta de la mano de obra onierne. La dinámia de la produin rea, es ierto, nuevas fuentes de trabajo en forma onstante, pero sin guardar siempre la proporin debida on el aluvin de la nueva mano de obra que ingresa en el merado debido al reimiento demográfio. De ahí que todo empleo sea onsiderado omo una onquista y no se hallen muhos trabajadores dispuestos a orrer el riesgo de perder el real, mal retribuido, a ambio del hipotétio, mejor remunerado. Las fuerzas oupantes, junto on la patronal, usaron de todo su poderío e influenia para que la situain diera un giro. Esta 32 La gran industria japonesa emplea una hábil válvula de seguridad apuntando a dos frentes: el patronal y el obrerista. con la primera, integrante de la pequeña y mediana industria, hae subontrataiones, de las que puede zafarse si una risis se presenta, en uyo aso redue la produin a expensas de los sub-ontratos, lo que le permite dejar intato el ritmo matriz. con la segunda también aude a una estrategia pareida: ontratain temporal de mano de obra, al margen de la que ya se halla estabilizada en la empresa, la ual es posible orillar al bajar la produin o al introduir ténias y maquinarias que puedan presindir de la mano de obra empleada. Esto establee una ondiin de disriminain entre los propios trabajadores ya que los empleados en aráter permanente se oponen al ingreso, en el sindiato de empresa, de los temporarios. De ahí que el objetivo máximo anhelado por todo trabajador japonés sea el de formar parte, en aráter permanente, de la empresa. 118
es la razn por la ual en 1950 nae la Sohyo formada por los disidentes de la Sanbetsu que, a partir de 1947 omienza a desintegrarse. Los omunistas, que habían tenido ierta influenia en el seno de la Sanbetsu, se pasaron, haiendo prueba de sus onoidas dotes de Proteo, a la Sohyo, logrando, al poo tiempo, oupar los puestos laves de la primera entral sindial en número de afiliados. En un determinado momento la Sohyo ont on un Seretario General, Minoru Takano, que era lo que, en términos de jerga soial, se ha dado en llamar un «ompañero de amino». Esta maniobra provo una esisin en la Sohyo, uatro años después de haber sido fundada. De este orte surgi la Zenro que, a partir de 1962, se agrup alrededor de la Domei hasta que, finalmente, la orriente moderada de la Sohyo logr tomar la direin y onsolidarla oloando al frente de la entral sindial a Kaoru Ota y Akira Iwai, miembros ambos del Partido Soialista Japonés. La guerra de corea, que origina, en prinipio, el arranque industrial y eonmio del Japn atual, desenadena, simultáneamente, la deadenia del movimiento obrero, en parte pa rte por las trabas gubernamentales ya referidas, en parte a la supeditain del sindialismo a los objetivos polítios. El oupante situ, al estallar la onflagrain oreana, al Japn dentro de una esfera de «seguridad naional» y ello por dos aminos diferentes, el de la inrementain de pedidos a la industria nipona y el del ompromiso ontraído a través del Tratado de Seguridad. Enmarados y delarados, de heho, menores de edad por sus tutores, los partidos polítios, los sindiatos japoneses dejaron de ser una amenaza efetiva ontra el régimen surgido en 1945. El gigante laborista era inofensivo y sus pies eran de barro. Sus huelgas las determinaban y las determinan fatores externos que 119
los dirigentes sindiales ontrarrestan utilizando las enseñanzas del judo del judo.. cuando un onflito es inevitable los dirigentes asumen la direin del mismo sin oponerse a la fuerza que lo desenadena pero utilizando este mismo impulso para onduir el onflito haia la vía muerta de las omisiones paritarias, las delegaiones parlamentarias y las onesiones irrisorias de la patronal. 33 Los partidos poLÍticos
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sta debilidad del proletariado tenía que obligar a otro setor del pueblo japonés a tomar por su uenta la explotain de las inquietudes de las masas desontentas: el estudiantado, al ual se han sumado los estratos más jvenes del movimiento obrero dimisionario. De este heho se olige que los sindiatos se han automarginado de las luhas sindiales del Japn ya que el verdadero enfrentamiento se establee entre los partidos polítios, defensores del régimen on todas sus estruturas e infraestruturas, y las minorías jvenes –estudiantes en su mayor parte y jvenes obreros– que son la notiia permanente en el teletipo de la informain internaional. Polítiamente hablando el Japn ha sabido mantener una admirable estabilidad desde que se inii por el sendero de la «demoraia» que le ditara la fuerza oupante. Los onservadores del Partido Demrata Liberal asumen el poder desde que la guerra termin. con evidente habilidad este partido supo ganar 33 La Nikkeiren (Federain de Patronos), al revés de los sindiatos obreros, agrupa la totalidad de los explotadores japoneses. Su fuerza, además del apoyo del Estado, que ve en ella el prinipal fator del «milagro eonmio japonés», radia en el uerpo monolítio que forman todos los patronos en torno a un solo organismo. 120
el voto de los ampesinos, uyo número núm ero ontinúa siendo deisivo, y supo sumar, sumar, además, el de la burguesía y uantiosos setores de lase media. Desde el mes de abril de 1946, uando el Japn elebr, por primera vez en su historia, eleiones en la aepin oidental del voablo, el Partido Demrata Liberal es el dutor de la polítia naional e internaional del Japn. Heredero del Seiyukai de antes de la guerra, supo poner en marha su maquinaria partidista on anterioridad a los demás partidos y explotar, al mismo tiempo, las araterístias onservadoras de un ampesinado tradiionalista y una burguesía onservadora. Su mayoría en las ámaras está representada por un porentaje de eletores que osila alrededor de un 45% de la totalidad del eletorado. Le siguen, en orden de importania, el Partido Soialista, que logra porentajes que osilan alrededor del 30%, bien que en las eleiones de 1969, omo onseuenia de su demagogia osilante, que se pusiera de manifiesto en las onvulsionadas jornadas de 1968, slo reuni un 21,4%, perdiendo 50 representantes en las cámaras por tal motivo.34 El terer lugar lo oupa el Komeito (Gobierno Limpio) que es el área polítia de la seta budista Soka Gakkar. 35 El Komeito es un fenmeno polítio-religioso on asensin irrefrenable 34 Dos orrientes anidan en el seno del Partido Soialista, la Kozokaikaku y la Nueva Visin Visin Soialista, la primera maradamente reformista y la segunda –on salpiaduras de oportunismo pronuniadísinas– aboga por el estándar de vida ameriano, la seguridad soial en la URSS, la demoraia parlamentaria inglesa y la onstituin paífia del Japn. 35 El Komeito fue reado en 1964 omo brazo polítio de la Nihiren Shu, que uenta on seis millones de familias reyentes. Su eslogan «Una mano tendida haia los que los polítios olvidan» tuvo gran impato. 121
hasta el momento. Su eletorado proviene de los estratos pobres y fanátios y sus orientaiones son de marado tinte fasista; fa sista; en la atualidad está alanzando porentajes superiores al 15% de la masa eletoral y ello en detrimento, paradjiamente, del Partido comunista, y el Soialdemrata. El Partido comunista no logra alanzar un objetivo deseado desde hae muho tiempo –el 10% de los l os votos– y oupa el uarto lugar en orden de importania.36 Toa a los soialdemratas el quinto lugar y a unos grupúsulos independientes el sexto y el último. El heho de que el país se vuelva ada vez más industrializado originando así un reimiento de las iudades en detrimento del ampo hae que, poo a poo, el Partido Demrata Liberal vea amenazado su liderazgo. La oposiin, bien que dividida y disrepante entre sí, está logrando la posibilidad de formar una oaliin que le arrebate a aquél el primer puesto en las ámaras y en el gobierno. Esto, que en otros países no tiene demasiada importania, en el Japn asume araterístias de revoluin porque la 36 El Partido comunista reivindia 300.000 afiliados, suma más bien rala para un país de más de ien millones. Sus abildeos onstantes –del paifismo a la aventura de la extrema izquierda y al paifismo de nuevo– hae que se desgaje muha militania, sobre todo después del 60 congreso, en 1955. Es onoido omo Yoyogui, nombre del barrio erano a Shinjuhu donde está la sede entral siendo, Yoyogui, sinnimo de entreguismo y traiin para los demás grupos marxistas que se enfrentan a la posiin pusilánime del PcJ. En su XI congreso, elebrado en 1970, la moderain de términos se ha heho más pronuniada todavía: rama en lugar de célula, célula, ley del proletariado en lugar de dictadura del proletariado. letariado. Su rgano, Akahata rgano, Akahata (Bandera Roja) Roja) ya asi no emplea la palabra revolución. ción. El PcJ se prolama partidario, según Koihiro Ueda, miembro del comité central y diretor de Akahata de Akahata del «estableimiento de un régimen demrata, es deir, dirigido por el proletariado y la burguesía» (Philippe Pons, Le Monde Diplomatique, julio 1974) y sus votos los busa a todos los niveles sin desuidar los estratos fasistas monopolizados, hasta hae poo, por el Komeito. 122
jáena maestra de la polítia japonesa j aponesa es la exterior y la oaliin, uyos partidos disrepan entre sí, tiene un punto de oinidenia total que la enfrenta al Partido Demrata Liberal: L iberal: la del Tratado de Seguridad on los Estados Unidos de 1951 renovado ada diez años, a pesar de la protesta popular, popular, por el partido del gobierno. Es deir, deir, que de ganar las eleiones la oposiin, los Estados Unidos perderían esta inmensa plataforma, firmemente instalada frente a las ostas de china y la URSS salvo que, omo suede siempre en la polítia, los puntos de mira de la oposiin sufran un ambio de 180 grados uando se onvierta en dutora de la polítia del país. La fuerza represiVa
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a presenia de los Estados Unidos en la geografía, la polítia y la eonomía del Japn ha permitido a la oposiin disponer de un blano fáil para sus ataques, la guerra del Vietnam, la oupain de Okinawa, las diretries emanadas de la embajada ameriana en el propio suelo anestral de los japoneses han sido elementos preiosos que la oposiin ha sabido explotar para el logro de mayores porentajes eletorales. Sin embargo, lo que para los polítios no era, mayormente, más que una estrategia demaggia, para el estudiantado y los jvenes trabajadores nipones, integrantes de algunos partidos de la oposiin algunos, independientes de toda influenia partidista otros, result ser una explosiva arma de ombate uyas onmoiones han alanzado al mundo entero. Todo letor asiduo de la prensa internaional habrá podido verifiar que una gran parte de los disturbios oasionados por la juventud en el Japn estaba estrehamente ligada on los norteamerianos, ora por la visita anuniada de un presidente de los 123
Estados Unidos –omo la de Eisenhower, Eisenhower, que no pudo realizarse–, ora por las expropiaiones de tierras ampesinas en Okinawa, ora por la onstruin de nuevos ampos de aviain –omo el de Narita, en Tokio–, ora por la presenia de fábrias totalmente voladas a la onstruin de armamento para las tropas amerianas, etétera. El Japn uenta on la poliía mejor preparada del mundo para haer frente a las manifestaiones, y ello debido a que tiene que oponerse a las fuerzas de hoque estudiantiles mejor organizadas del mundo. La presenia de una poliía moderna y potente ha permitido que se formase, paralelamente, un ejérito en flagrante atropello on el Artíulo 9 de la constituin, donde die que «el pueblo japonés renunia para siempre a la guerra» y no mantendrá «las fuerzas de tierra, mar y aire, al igual que ualquier otro potenial bélio». Haiendo uso de la carta de los Naiones Unidas que reonoe el dereho de la autodefensa, el gobierno japonés ha pisoteado uno de los poos artíulos sublimes de su constituin y está edifiando un ejérito entre los más tenifiados del mundo. A tal efeto, empez dediando el 1% de su produto naional bruto para las «fuerzas de la autodefensa», eufemismo de ejérito y, y, a partir de 1972 este este presupuesto presupuesto fue doblado al 2%, signifiando, en ifras absolutas, y para los años 1972-1976, 5,7 billones de yens o sea 200.000 millones de dlares, una antidad igual a la que se dedia en Frania, la más beliosa de las naiones europeas, para su «defensa». como quiera el esfuerzo será llavado haia al armamento propiamente y no haia el aumento de los efetivos que, según los últimos datos es de unos 250.000 hombres, estas sumas astronmias de dinero pondrán a la disposiin 124
de las «fuerzas de autodefensa» los medios de represin más perfeionados y tenifiados del orbe, ontra las fuerzas opositores al régimen. Tanto es así que en la atualidad ya resulta fuera de lgia el enfrentamiento de las izquierdas revoluionarias on la poliía japonesa, y si en el pasado no le fue posible a un presidente de los Estados Unidos alanzar el Japn, ya no resulta lo mismo m ismo en la atualidad, y vemos mo Gerald Ford logra ser el primer presidente norteameriano que visita el Japn en diiembre de 1974. eL estudiaNtado
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a efervesenia estudiantil y obrera tiene sus orígenes a partir del mismo año 1945, uando dos meses después de terminada la guerra, en otubre, los estudiantes del lieo de Mita se delararon en huelga para el logro de la demoratizain del entro, oupando los loales y exigiendo la destituin del administrador, administrador, reputado omo fasista. Este ato hizo manha de aeite y en numerosos lieos y universidades se llevaron a abo movimientos semejantes, todos ellos de manera espontánea y sin que mediara la influenia de un determinado partido polítio. Los estudiantes iban logrando sus objetivos y onoiendo la importania de su ain direta mientras que, paralelamente, a nivel de la polítia del país, se efetuaba la regresin de 1948, haiendo que los naionalistas y los omunistas añoraran las primeras disposiiones de MArthur, en 1945, y prolamaran las mismas omo deseables. De ahí surgen las primeras disrepanias entre estudiantes y partidos polítios olumbrando, la efervesenia, on la prolamain total de la independenia por parte de la juventud. 125
Los marxistas en general, hábiles en la estrategia del ambio, desgajaron del seno de sus partidos a militantes jvenes avezados que se inorporaron a la luha estudiantil y trataron de ganarla a sus ausas. El trotskismo y el maoísmo, por su parte, desligados del bagaje reformista y burorátio del Partido comunista Japonés, también hiieran irrupin en el onglomerado estudiantil que supo, durante largo tiempo, mantenerse al margen de la hipotea ideolgia. El 6 de julio de 1948 los estudiantes, mayormente independientes, representados por 400 delegados y en nombre del estudiantado de 138 universidades, se reunían en la universidad de Tokio y reaban la Unin Naional de los comités Autnomos del Estudiantado Japonés. Había naido el Zengakuren. La trayetoria iniial del Zengakuren estaba ontenida en los 6 puntos siguientes: 1.– Aboliin del fasismo en la eduain, 2.– Estruturas demorátias, 3.– Unin en el seno de toda la juventud, 4.– Libertad de los estudios y garantía en las ondiiones de vida del estudiante. 5.– Mejora de los salarios de los estudiantes que trabajen, y 6.– Libertad absoluta de ideas en el sena del movimiento estudiantil. En 1950 tiene lugar el XI congreso del Zengakuren produiéndose una esisin provoada por el Partido comunista Japonés. A partir pa rtir de esa feha se hae manifiesta la disrepania entre el Zengakuren y el partido marxista ofiial del Japn, bien que las fraiones maoísta y trotskista ontinuarán aferradas al grueso del Zengakuren logrando influeniarlo en variadas oasiones. 126
La tátia de protesta sistemátia ontra las fuerzas de oupain, siguiendo las onsignas marxistas, y el desuido de los problemas y las uestiones intrínseas al estudiantado universitario enfri el entusiasmo de la base, lo ual ua l qued reflejado en el V congreso uando el ausentismo se manifest larísimamente. De 266 universidades slo 54 estaban representadas. Siguieron, después, los resquebrajamientas del monolito marxista, tales omo el XX congreso del PcUS on la rítia al estalinismo por parte de Krushev, Krushev, la revoluin de Hungría, la remisin de los arnets de numerosos inteletuales de izquierda. Todo Todo ello aarreando fuertes onseuenias en ontra de las ambiiones del Pc Japonés. Esto fue aprovehado por los trotskistas japoneses, que rearon la Liga de los comunistas Revoluionarios Kakkyodo a la ual la frain internaionalista del PcJ opuso otra organizain de nuevo uño: Liga de los Estudiantes Soialistas o Shagakudo a lo que los trotskistas repliaron on otra versin: Liga de los comunistas, Kyosando y también onoida omo Fundo todo lo ual pone en evidenia la tátia onfusionista a la que los marxistas se sienten tan atraídos. 37 De estas pugnaidades marxistas sali benefiiado el Nikkyoso (Sindiato de profesores) en el XII congreso que se elebrara en 1959. La ain direta se inrement y en ese mismo año 20.000 obreros y estudiantes manifestaban delante de la Dieta 37 La Bundo, debido a la tátia a adoptar para oponerse, en noviembre de 1969, al viaje del primer ministro Eisaku Sato, a los EE.UU. se esindi a su vez. La frain más violenta pas a integrar el élebre Sekigun (Ejérito Rojo), que seuestrara un Boing en abril de 1970 y se viera ompartiendo la luha palestina en ontra de Israel, on la hazaña desabellada del 30 de mayo de 1972 en que tres miembros del Sekigun en nombre del Frente de Liberain Palestino, dejan 26 muertos y 30 heridos en el aeropuerto de Tel Aviv. La disiplina de este grupo es tan tiránia que en juiio entre ellos, por «violain de la disiplina revoluionaria», hubo 14 ondenas a muerte fríamente ejeutadas. 127
para oponerse a la renovain del Tratado de Seguridad y el 17 de enero de 1960 se estableen barriadas para impedir la salida haia Washington del primer ministro Kishi, que viajaba a fin de renovar el referido tratado. Fue neesario movilizar a 7.000 poliías para lograr limpiar el aeropuerto, pero el heho tuvo importante resonania en todo el país y en el extranjero. El Partido Soialista re su propio grupo estudiantil, Liga de las Juventudes Soialistas Shaseido, mientras que los trotskistas inventaron un nombre más, el terero, Marugakudo o Liga de los Estudiantes Marxistas. Mientras, las notiias de las agenias internaionales de informain empezaban a dar arta de beligerania a los atos protestatarios del estudiantado nipn y el Time, Time, de Nueva York, haia referenia al «Zengakuren anarquista» sembrando mayor onfusin en la ya tremenda mazamorra estudiantil. En 1962 tiene lugar una esisin más, la uarta, en el seno del trotskismo y se rea la Kakkyodo-Kakumaru, aferrada al antiestalinismo y la Kakkyodo-chukaku que regresa a una polítia de ontemporanizain on los demás marxistas. La independenia de riterios se agudiza tanto en el seno de un estudiantado, que entre universidades y Esuelas Ténias Superiores suman era de 3.000.000 de miembros, se hae tan difíil para los amantes del entralismo el ontrol de las atividades protestatarias de los estudiantes, que los marxistas lanzan la onsigna de «eliminain de los minoritarios que dividen el movimiento estudiantil» existiendo universidades donde los núleos de ain marxista no titubean en eliminar, físiamente, a todo disidente de la onsigna autoritaria. La intensidad de la luha estudiantil seguirá su urso paralelamente a la esalada norteameriana en el Vietnam. El Zengakuren presentaba serias divisiones de los marxistas entre sí – 128
Zengakuren Sampa por un lado y Zengakuren Kakumaru– y otras tendenias no marxistas, inluidos grupos anarquistas, integrarán el gran onglomerado ada vez en mayor ontato on la parte juvenil de los sindiatos. Fue una masa imponente integrada por todos ellos 1a que se opuso a que el primer ministro Eisaku Sato viajara al Vietnam. Todos los alrededor a lrededores es del aeropuerto aer opuerto de Tokio, Tokio, Haneda, H aneda, se vieron tomados por grupos organizados de estudiantes que, armados on lanzas de bambú, hiieron frente a la poliía que, sorprendida por la amplitud de la ain obrero-estudiantil, reaion on mayor brutalidad que nuna en un ato que hae époa en la historia de los movimientos insurreionales del Japn. Más de 600 heridos, 60 deteniones, destrozos inalulables, bien que Sato pudo partir, de todas maneras, rumbo al sur. Este mismo día, el 8 de otubre de 1967, mientras la luha se libraba enarnizadamente entre estudiantes y poliía, la frain estudiantil del Partido comunista Japonés: la ZengakurenMinsei, partiipaba en la fiesta anual del Akahata del Akahata (Bandera Roja), Roja), rgano del PcJ, totalmente desligada de las inquietudes de los demás estudiantes y desolidarizada por ompleto on la ain llevada a abo por los demás. Esta lase de atos tuvo una ontinuidad metdia y la preseniamos de nuevo el 12 de noviembre del mismo año uando Sato se dirige a los Estados Unidos; el 15 de enero de 1968 en Sasebo, on motivo de la llegada del portaviones norteameriano Enterprise; en Oji, durante el mes de marzo, uando el hospital de la loalidad fue habilitado para pa ra los soldados amerianos... Otra gesta obrero-estudiantil-ampesina es la que jalona el largo proeso que debería olumbrar on la habilitain de otro aeropuerto para la gigantesa iudad de Tokio al delararse exi129
guo el de Haneda. La zona esogida es la de Narita, a unos sesenta kilmetros de Tokio, famosa porque en Kozu, a tres kilmetros esasos de Narita, tuvo lugar el sarifiio de Sakura Sogoro, en 1652, quien en nombre de 389 pueblos sujetos a la tiranía de un daimyo fue a relamar al shogun por las injustiias ometidas por el señor feudal del lugar. De auerdo on las rígidas leyes del Japn de antaño, Sakura Sogoro ometi una ofensa riminal, por lo que él, su esposa y uatro hijos fueron ondenados a muerte y ejeutados. Paralelamente el shogun hizo justiia en favor de los ampesinos y la memoria de Sakura Sogoro ontinúa siendo reordada y venerada. Los ampesinos atuales se negaron a evauar sus ampos de ultivo, uno de los graneros de Tokio y, apoyados por los obreros y estudiantes, hiieron frente a las fuerzas del gobierno, sin que éstas los hayan podido desalojar hasta la feha. Los refuerzos llegados de Tokio se instalaron en las granjas y viviendas de los ampesinos, pagando su omida y ayudando en los quehaeres agríolas apoyando, on su presenia, a la resistenia ampesina de los habitantes de Narita. A partir de 1968 las universidades iniian las huelgas a gran esala. Algunas llegan a durar un año. Los motivos eran de diversa índole, tales omo la protesta ante el Ministerio de Eduain por eliminar las beas de los estudiantes neesitados, la luha ontra la presenia de las universidades privadas, el mandarinato de algunos profesores, las ingerenias de las grandes empresas industriales y banarias y la presenia de un pensum un pensum que no daba satisfain al estudiantado progresista. El estudiante se revela a ser formado de auerdo a las neesidades de una soiedad que odia, a ser un produto relamado para integrar el ompliado engranaje de la soiedad atual de 130
onsumo. Se hae suya la denunia que haia The Economist del 13 de noviembre de 1968 uando die que la enseñanza superior, superior, en Améria del Norte, es una industria para «fabriar iudadanos de auerdo on las la s neesidades de la soiedad», inluidos los miembros del serviio de espionaje de la cIA. Esto ourre en los Estados Unidos, en Rusia, en Frania, en Brasil y en todos los países del mundo, inluido, inlu ido, naturalmente, el Japn. Se debe, preisamente, a un estudiante japonés, Norisuke Ando, la obra Teoría de la Revolución Estudiantil, Estudiantil, en uno de uyos párrafos leemos: cuando analizamos el prinipio de existenia de la universidad moderna, partimos del heho de que ésta, en tanto que instrumento de la soiedad apitalista japonesa, está sometida a un severo reglamento en el maro del proeso produtivo de la soiedad, Hay que omprender el aráter y la estrutura de la universidad moderna y su relain on los problemas de la reproduin de la mano de obra, una de las ondiiones fundamentales permitiendo la reproduin del apital. [...] En onseuenia, se puede afirmar que la araterístia de la enseñanza, en el seno del sistema apitalista, es la de formar un potenial de mano de obra y de reproduirlo sin esar en tanto que mano de obra adiional. Histriamente hablando, la enseñanza moderna tiene su origen en la neesidad que tiene el Estado de formar y reproduir, ir, de manera planifiada, una mano de obra de alidad atualizada, neesaria para la reproduin apitalista del momento.
En 1969 las universidades son intervenidas por la poliía. El gobierno presenta la llamada Ley de Dispositivo Espeial para la Gestin de las Universidades que permite al retor supender los ursos, autoriza al Ministro de Eduain a errar 131
las universidades y a la intervenin de la poliía en los ampus y loales de las mismas. como reain a la medida los estudiantes rean otro organismo de luha, el Zenkoku Kyoto Kyoto Kaiffi Rengo (Unin Naional de los consejos de Luha) que oloa al Zengakuren en ondiin de retiro prátiamente. El heho tiene muha importania porque de los 26.000 partiipantes al ato –tuvo lugar en el teatro al aire libre del parque de Hibiya, frente al palaio imperial y en pleno entro de Tokio– representando a 179 universidades diferentes, más de dos terios de los presentes no perteneían a ningún enrolamiento. Eran inquietos estudiantes que habían audido espontáneamente a la onvoatoria on el deseo de unirse y poder ofreer resistenia al atropello de la Ley del Dispositivo Espeial para la Gestin de las Universidades. Juventud sin programa definido, sin arnet de partido en el bolsillo, pero onsiente de su deber de militante en favor de una universidad libre. En el Japn esta muhahada tiene un nombre: «radiales sin seta», muho más trasendente que el de «rebeldes sin ausa» otorgado en Méxio a la misma juventud inquieta y no enrolada. La luha estudiantil entra en una nueva fase. Ya no tiene sentido hablar del Zengakuren y menos en la forma omo aparee en la prensa, que suele atribuir el nombre de Zengakuren a los estudiantes extremistas, uando el término designaba, hasta la asamblea de Hibiya, el onjunto de 557 agrupaiones estudiantiles agrupadas en torno a un onsejo entral. El habernos extendido sobre la problemátia estudiantil japonesa ha sido para tratar de poner en laro las araterístias de este movimiento, las uales, después de franquear la mitad de los 132
meridianos del mundo, nos llegan algo deformadas a los revoluionarios de Europa y Améria. Queríamos signifiar que, si bien no se trata de un movimiento anarquista omo apareía en el Time en alguna oportunidad, tampoo signifia un movimiento huérfano de elementos y grupos libertarios. Mientras existía el Zengakuren, y después de manera idéntia, las araterístias de ada onglomerado estudiantil las formaban los grupos leales adheridos al onsejo. De ello se infiere que mientras ha habido iudades donde los grupos estudiantiles anarquistas han podido ser determinantes o, por lo menos, gozar de ierta asendenia en el trazado de las trayetorias a seguir, seguir, en otras iudades se ha llegado a eliminar al militante libertario que exteriorizaba su ideología. cuando el Partido comunista Japonés rea, esindiéndose, el Zengakuren Minsei en 1963, e imparte la onsigna «Deben eliminarse los minoritarios que dividen al frente estudiantil», posibilita, omo de heho así suedi en Tokio, Tokio, que llevados por un fanatismo iego, los grupos de ain del Zengakuren Minsei llegaran a matar a un estudiante libertario. En 1970, a pesar de todas las manifestaiones obrero-estudiantiles, el Tratado Tratado de Seguridad se renueva una vez más. El momo vimiento obrero-estudiantil obrero- estudiantil hae un reuento de sus fuerzas y sus posiblidades, También También tiene en uenta las fuerzas y las posibilidades ajenas, es deir, las de la represin. La poliía no se ha dormido. El Ministerio del Interior ha volado esfuerzos y dinero para que el Japn tenga una fuerza de represin apaz de haerle frente al estudiantado más impetuoso del orbe. Kan Eguhi, haiendo un estudio del punto muerto en que se halla el movimiento de masas en el Japn uando tiene lugar la firma del Tratado Tratado de Seguridad, india que al mismo tiempo 133
que la poliía ha reibido refuerzos de adiestramiento, armamento y efetivos, igualmente, las leyes y los deretos represivos se han endureido: Las fuerzas de poliía que se habían enfrentado a las manifestaiones violentas en la segunda mitad del año 67 y en la primera de 1968 eran débiles, los ataques on los cocktail Molotovs eran efiaes. Además, si uno era detenido las ondenas eran ligeras, los arrestos relativamente breves y las fianzas para el logro de la libertad provisional no eran reidas; la ausain era, por otra parte, rara. Las universidades, donde la poliía no podía entrar, entrar, eran verdaderos santuarios que servían de base para la ain, La situain ambi a mediados de 1968. La poliía se había modernizado y, y, además, reforzado. La magistratura se hizo más reaionaria, las deteniones eran más prolongadas, las fianzas más honerosas, las ausaiones más freuentes, las ondenas más duras. La poliía omenz a allanar, allanar, sistematiarnente, los santuarios universitarios. El número de obreros y estudiantes detenidos hasta 1969 se elev a 20.000. Los millares de militantes enarelados, el dinero y los esfuerzos aportados para la defensa obstauliz el empeño de luha. Las entrales sindiales, el Partido Soialista, el Partido comunista, busando obeadamente la soluin «paífia», se oposieron a las luhas autnomas de las masas. Las setas polítias de la nueva izquierda –trotskistas, maoístas y soialistas de izquierda– también jugaron su papel paralizante on sus desviaiones y divisiones. Mientras las luhas en las universidades fueron sostenidas por la base aquellas se vieron animadas por los «radiales sin seta» que se esforzaban en vitalizar la espontaneidad de las masas. A medida que la autoridad omiteril se esforzaba la base se debilitaba al tiempo que, paralelamente, los onflitos entre las diferentes setas polítias soavaban la fortaleza de las agrupaiones. 134
Desuidando la verdadera finalidad de la luha, las setas se lanzaron a ataarse entre sí, utilizando, inlusive, abinas de hierro tendientes a ampliar, en detrimento de los demás, la propia lientela y reforzar la organizain propia. Estas luhas intestinas provoaron el repudio de la base estudiantil y obrera y, y, siguiendo el ejemplo de los «radiales « radiales sin seta», abandonaron el frente de luha. Si las luhas en masa, en términos generales, han sufrido una regresin, la atmsfera de la ontestain ontinúa. A pesar del retroeso del movimiento estudiantil, la vivaidad de las luhas llevadas a abo por la iudadanía, por los ampesinos y los pesadores ontra la destruin del medio ambiente natural pasa a ser la araterístia de la situain presente. El pueblo, indiferente a las diretries polítias, utiliza a menudo, para sus luhas, la ain direta, omo en el aso de la defensa de las vítimas de minamata de minamata (enfermedad ausada por la ontaminain ambiental) o el de la luha de los lo s ampesinos de Sanrikuza, entablada desde 1965 ontra la onstruin del nuevo aeropuerto y la expropiain de las tierras de aquéllos. Más reientemente, todavía, se perfilan movimientos autnomos que busan a federarse entre sí, loal, regional y naionalmente.38
federacióN aNarquista JapoNesa
En una de las la s primeras primeras artas en que q ue Taiji Taiji Yamaga Yamaga se daba a ono o no-er a los anarquistas de Oidente leemos: Ourrida la oupain por el ejérito ameriano, uando por primera vez los soldados japoneses se hallaban desarmados, pudimos, los anarquistas, on emoin y entusiasmo indesriptibles, disurrir, disurrir, organizarnos y propagar el anarquismo en forma 38 KAN Eouin. Memoire sur la situation politique japonaise j aponaise (1967-1973), (1967-1973), 1974. 135
abierta, omo nuna lo habíamos logrado antes. Disponíamos de esasos medios mientras que los bolheviques reibían ayuda monetaria de los organismos soviétios. A pesar de todo nos hiimos presentes.
Los sobrevivientes de la époa heroia se onfundieron en un sinero siner o abrazo. abrazo. Sanshiro Ishikawa, Ishikawa, Kenji Kondo, Kondo, yerno ye rno de TosToshihiko Sakai, Yamaga, Ogawa, Jo Kubo, Shakimoto, Miura, Soejima y puñados de anarquistas estusiastas se volaron en una labor proselitista que dio positivos frutos logrando el ingreso, en el seno de la orriente libertaria, de muhos jvenes deseosos de otras ideologías que las ofreidas por los marxistas y los parlamentaristas. La abnegain de este primer núleo de anarquistas, sin medios eonmios pero pletrios de místia revoluionaria, pudo más que el desparrame de la ostosa propaganda de los polítios de todas las tendenias. Es así que el 12 de mayo de 1946 se funda la Federain Anarquista Japonesa en el seno de su Primer congreso en el que se aprueba una delarain de prinipios que termina on estos términos: confirmamos que el únio amino a seguir es el del anarquismo, ombatiendo por una soiedad basada en la libertad, la igualdad y la ayuda mutua. conebimos la neesidad de estableer una federain de pueblos libres, y autnomos basada en la independenia de nuestro pueblo y de todos los pueblos del mundo. Instamos al pueblo japonés y a todos los pueblos del mundo a luhar ontra todos los gobiernos, ontra el apitalismo y ontra la reain.
El 15 de julio, dos meses más tarde, apareía el semanario Heimin Shimbun, Shimbun, rgano y nombre onsagrados durante la époa 136
heroia por estar estrehamente vinulado on las figuras imeras del anarquismo japonés, Denjiro Kotoku, su fundador en 1903, 190 3, y Takai Osugi. El primer tiraje fue de 20.000 ejemplares. Estos primeros esfuerzos dieron sus frutos y la Federain Anarquista logr un inremento promisor. Se rearon grupos anarquistas en la mayor parte de las iudades japonesas y, peridiamente, se elebraron onferenias y mítines en los que se difundía la prensa, literatura y manifiestos libertarios. El l de mayo de 1948 se elebra el Terer congreso de la FAJ, y en el mismo se reúnen más de 200 delegados de todos los rinones del Japn e, inlusive, provenientes de corea. En ese ongreso se ratifian los prinipios de ain direta y se entablan debates sobre las uestiones sindiales, la oupain ameriana de Okinawa y las amenazas reientes de un gobierno que presiona frente a las tropas oupantes de MArthur sobre la neesidad de disponer de mayor fuerza represiva y más autoridad sobre la legislain laboral. Los temores manifestados en el urso del III congreso de la FAJ, se justifiaron ino meses más tarde uando en diiembre del mismo año, on la autorizain y el benepláito del oupante, el gobierno introdujo serias enmiendas a la Ley del Trabajo, on las uales el dereho de huelga quedaba reduido a la mínima expresin. El año 1948 ve la apariin a pariin de un boletín mensual, Conferencia Anarquista es su nombre, que a partir de febrero se dedia a debatir les problemas y enfoques internos del movimiento anarquista japonés. La neesidad de engrosar el movimiento de jvenes revoluionarios es uno de los temas que on más insistenia aparee. La obra proselitista resulta obstaulizada por la ausenia total de literatura, dado que durante la Segunda Guerra Mun137
dial desaparei toda. Se iniia la publiain de folletos y algún libro, onsistiendo, en su mayoría, en traduiones de literatura anarquista oidental, bien que mereen menin espeial los esritos de Sanshiro Ishikawa que, bien que ya de edad avanzada, se esfuerza en ofreer sus onoimientos a las nuevas generaiones. De él se editan El Anarquismo desde el punto de vista estético, co, El Anarquismo, sus principios y sus posibilidades, posibilidades, Elisee Reclus, una biografía, biografía, así omo obras de aráter histrio nsonas on su ondiin de profesor de Historia: Historia de la Civilización Oriental y Estudio de la Mitología japonesa. japonesa. Los jvenes llegados al movimiento, on un aervo ultural slido y amplios onoimientos de los idiomas europeos, aportan su esfuerzo y vierten al japonés obras de interés. Entre ellos desolla Masamihi Osawa, que ha traduido, entre otros, a Herbert Reed, Rudolf Roker, Pedro Kropotkin, María Luisa Berneri y otros. En 1948 se publian, en Tokio dos portavoes del movimiento anarquista oreano, Corea Libre y Prensa Libre debido, prinipalmente, a la presenia permanente de una numerosa olonia oreana en el Japn y al interés existente por parte de los oreanos de la península, en organizar una conferenia Anarquista del Asia, uya realizain qued frustrada por la guerra de 1950. Además del Heimin Shimbun y Conferencia Anarquista Anarquista,, ambos publiados en Tokio, muhos de los grupos anarquistas de las diferentes iudades del Japn publiaban, a su vez, rganos loales de relativa difusin. En Kioto, en Osaka, en Fukuoka, Fukuoka, Hiroshima, Nagoya apareían, en forma intermitente, los portavoes de los anarquistas loales. Entre los portuarios de Yokohama, los mineros de la isla de Kiushu, los pesadores de chizuoka, los ampesinos de Nagano no faltaba nuna el rgano de expresin y de difusin del ideal libertario. 138
con el reimiento de la Federain Anarquista Japonesa irrumpieron en el seno de la misma disrepanias de interpretain y de tátias. Una de las polémias más aervas la motiv la interpretain de la voz organizain. En 1951 dos bloques se enfrentaban debido a ello, el primero relamándola omo neesaria para fortaleer la ain anarquista y el segundo rehazándola porque la estimaba omo sinnimo de disiplina, lo ual resulta autoritario. El grupo oreano defendía la primera posiin y hasta apuntaba, tímidamente, al programa «plataformista» de los anarquistas rusos, en ompleto desauerdo on todos los japoneses, inluidos los partidarios de la organizain, que pensaban, más bien, en la estrutura anarquista de los españoles, uyo movimiento admiraban por su fortaleza y valentía. Esta polémia ondujo a una disoluin de la Federain Anarquista Japonesa, bien que en julio del mismo año (1951) se organizaba nuevamente omo Federain Anarquista a seas, bien que, omo nos indiaba Yamaga al omuniarnos el heho, «para los otros países, y para evitar onfusiones, permaneeremos siendo Federain Anarquista Japonesa». Otro de los resultados de las polémias del año ruial de 1951 fue la desapariin de Heimin Shimbun, Shimbun, lo ual tuvo lugar en mayo del año itado. Heimin es una voz japonesa que signifia ‘gente omún’ y era una de las astas en que estaban divididos los japoneses antes de la revoluin Meiji, debajo de la ual ya no quedaba más que el fuera-casta o eta. eta. Para una parte de los anarquistas, los más viejos, el nombre de Heimin Shimbun era una «herenia esperitual», omo señalaba Yamaga, Yamaga, mientras que para los jvenes signifiaba un anaronismo. Se impuso el riterio juvenil y el Heimin Shimbun dej de apareer, apareer, esta vez para siempre,
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siendo su último número el 153. En su lugar aparei el Jiyukyoel Jiyukyosan Shimbun (Ciudadano Libre). Libre). No podía faltar, entre los temas de disusin, el impato omunista. Los jvenes libertarios, en efeto, más onfiados que los menos jvenes y sin la experienia de éstos en uanto a las onseuenias, siempre graves, de toda unin o pato on los marxistas, presionaban fuertemente para una fusin anaro-marxista, a la que se oponía, on más fuerza todavía, la mayor parte del onglomerado libertario. La nueva Federain Anarquista presentaba las siguientes araterístias, según Masamihi Osawa: La Federain que iniiábamos no era un rgano de ontato anarquista omo antes. Se araterizaba omo un grupo anarquista espeifio que se proponía atuar en base al prinipio y al ontrato. Nosotros organizamos la nueva Federain partiendo de los siguientes expuestos: la antigua Federain se limitaba solamente a la reunin soial en nombre del anarquismo y no podía tener la fuerza de aquellos movimientos que se proponen la emanipain del género humano; es deir, el progreso de nuestro movimiento no podía ser esperado sin las atividades preisas a través de una organizain basada en el prinipio y el ontrato. A pesar de tales expuestos, el prinipio y el ontrato adoptados por la Federain no fueron debidamente disutidos por todos los miembros. No todos ellos se han dado uenta de la real situain y de las reglas del federalismo libre. con más razn, todavía, dado que prinipio y ontrato debía ratifiarse por los propios miembros. El espíritu que animara en un omienzo a la Federain Federain Anarquista fue gradualmente ignorándose y, y, en onseuenia, también se ignor el prinipio y el signifiado del pato. cada uno de los miembros de la FAJ, estim que debía 140
ser ativo en los términos en que lo era en la antigua Federain y debido a ello la onfusin ha permaneido presente.39
El énfasis dado por Osawa al respeto del ontrato o pato pone en evidenia que en el seno de la Federain, y en nombre del anarquismo, había quien pretendía obrar individualmente y ello en pleno dereho, ya que los auerdos no se tomaban por ma yoría y slo los que los aprobaban se omprometían a ejeutarlos. Es evidente, no obstante, que el ingresar en una federain implia, neesariamente, aeptar un mínimo de ompromisos que, a juzgar por las aseveraiones de Osawa, tampoo eran, tenidos en uenta por algunos. Los que se negaron a inorporarse a la nueva Federain de 1951 ontinuaron, de todas maneras, sus atividades, distinguiéndose, entre ellos, un grupo que era onoido omo el Anarkisto Kurabu Kurabu (club Anarquista). Jiyuleywan Shimbun tuvo vida breve y pas a llamarse, el rgano de la nueva federain, Kuro Hata (Bandera Negra). Negra). El heho de que la posiin de la Federain Anarquista la defienda Osawa en las olumnas de otro rgano podría ser síntoma de divisin, pero fue debido, al pareer, al deseo de haer onoer a los anarquistas del extranjero, a través de un portavoz redatado en inglés, las inquietudes y los problemas presentes en el seno del anarquismo japonés. En el XI congreso los libertarios japoneses lanzaron la propuesta de volver a reorganizar la FAJ, lo que, para los ojos del buen observador, entrañaba una dudosa estabilidad, dado que la nueva estrutura era relativamente fresa. Las medidas refor39 Masamihi Osawa, «About the reorganisation of JAF», The Echo, Echo, 25/5/1962. Kobe. 141
mistas del Sexto congreso, en 1951, no habiendo dado absoluta satisfain, impliarían ser improvisadas a la idiosinraia libertaria de los japoneses. Debemos empezar por lo que es reiente –insiste Osawa–. con paso firme. Reformando lo que haya que reformar, heredando lo que haya que heredar. Si nos paramos a examinar el problema de la organizain debemos fijarnos en los siguientes puntos. Primero, pensar si en las ondiiones atuales hay un progreso efetivo en la FAJ y onoer los hehos on toda imparialidad. Un idealismo que ignora dihas ondiiones es parial y dogmátio y no nos proporionará ningún benefiio. Segundo: ¿cmo podemos llevar a abo una federain libre en los atuales tiempos? El federalismo libre ha sido explotado por nosotros durante muho tiempo omo nuestro eslogan pero resulta difíil afirmar que hay un modelo perfeto de federalismo libre en alguna organizain anarquista en el mundo. Sin embargo, resulta una uestin muy importante el poder demostrar lo que es una organizain anarquista. Nuestra organizain debe ser más libre que ninguna otra organizain, pero tenemos que asumir, asumir, sin embargo, una atitud muy severa ontra los que amenazan la libertad. En las irunstanias atuales en que proliferan las nuevas izquierdas y el poder poliíao se fortalee debemos defender nuestra organizain de los derrotistas, de los provoadores, de los espías.40
Los militantes libertarios temen las infiltraiones de los uerpos extraños que desvíen el movimiento anarquista de los derroteros que le son propios. Se pens, en 1951, que la vieja federain era absoleta y que bastaba ambiarla para que el anarquismo se posesionara de la situain del país. Diez años más tarde, 40 Ibidem. 142
uando se vuelve la vista atrás, se dan uenta, los innovadores, que el problema no estribaba en un ambio uya trasendenia esapa a nuestro disernimiento, ya que el libre pato y su prinipio podía estableerse, sin neesidad de ambio, en la federain ya onstituida. onstituida. Detrás de aquellas reformas lo que privaba era el abismo generaional, omo ourrirá más tarde, en 1968, uando se deide no ambiar de nuevo la Federain sino, simplemente, disolverla. El mayor problema que enfrentan los anarquistas en la soiedad de onsumos atual es la ausenia de un mensaje de inmediata apliain que pueda ontrarrestar las soluiones, falsas e inexistentes por lo demás, de los partidos polítios de todas las tendenias. Los pueblos desean una soluin antiautoritaria, ya que la orrupin polítia y administrativa alanza todos los niveles, pero el mensaje anarquista no es lo sufiiente ontundente omo para lograr la aptain de las masas. El pueblo japonés, sumergido on una furia frenétia en la fiebre de la produin y en el anhelo de un puesto en la soiedad de onsumo, reaiona omo el pueblo norteameriano, el franés, el alemán o el inglés, por lo que los ideales anarquistas tienen grandes inonvenientes en sus empeños divulgativos. Para haer frente a estos obstáulos, las dos generaiones, la de ayer y de hoy, hoy, lograrían mejores resultados ontinuando juntas. cuatro meses después de haber apareido el trabajo de Osawa, en The Echo orrespondiente al 15 de septiembre de 1962, un artíulo sin firma que atribuimos a Tadataka Hirayama, diretor de la publiain, 41 trataba de nuevo el tema del estana41 Tadataka Hirayama es un profesor de seundaria radiado en la febril iudad de Kobe. Junto on su ampanera Fusako lleva a abo un gran esfuerzo proselitista y de divulgain, manteniendo, al mismo tiempo, la publiain de The Echo. Echo. En 1973, junto on Fusako y otro onnotado kobense, Yukinaga Maeda, 143
miento de las atividades anarquistas, se analizaban los motivos y se esforzaba, el editorialista, por subsanarlas: El estanamiento del movimiento durante diez años ha provoado, en sus miembros, impaienia y agotamiento. Sus ausas podrían hallarse en su organizain defetuosa, una teoría entral del anarquismo expuesta on vaguedad, pereza individual y otros, todo ello en negativa mezolanza.
Sigue más adelante señalando que lo impreiso del anarquisanarquis mo no radia en éste sino en la pereza y la debilidad de los anarquistas, por lo que resulta inútil repetir el llamado para reintegrarse a aquellos que han perdido su pasin y su místia por el anarquismo. Toa a nosotros, que reemos en el anarquismo omo soluin efetiva, el emprender la marha on un ánimo renovado. [...] A los que indian que el anarquismo es un pensamiento rebasado que ya ha terminado su misin histria. El anarquismo debe reexaminarse en tanto que una variante del soialismo libre, yo les pregunto: ¿cuándo ha delinado el anarquismo su misin histria? ¿Y uál es la misin histria del anarquismo? Admitamos que el pensamiento pensamiento atual anarquista no está adapadap tado a los tiempos presentes, pero esto no signifia la negain del anarquismo en sí. Nuestra tarea onsiste en ombatir las atitudes de riegain y destruin sistemátias y esforzarnos en lograr una imagen onstrutiva del ideal libertario, estudiar la manera de adaptar los prinipios anarquistas a las ondiiones atuales. Puede que se llegue a onlusiones tales omo las de ambiar el nombre del anarquismo inlusive. Debido a que asisti a diversos atos libertarios elebrados en Europa –Italia, Suiza, Frania e Inglaterra– dejando los tres, entre la asistenia oidental, una sensain de madurez orgánia y teria bien imentadas. 144
el anarquismo es, por naturaleza, un soialismo on libertad, la verdad será inmutable. Abrazándonos a la verdad universal, a las reglas de la naturaleza y al verdadero aráter de la riatura humana, nosotros desemboaremos inevitablemente en el anarquismo en tanto que prinipio universal, en tanto que ienia soial, en tanto que teoría revoluionaria. La FAJ no dispone, omo movimiento omplementario, de una organizain sindial. Habiendo trabajado intensamente en la organizain de los sindiatos nos hallamos, paradjiamente, sin, un sindiato propio. Debido a ello, –ontinúa Tadataka Hirayama– debemos esforzarnos en dar on otros aminos de divulgain y prátia revoluionaria. Debemos alanzar la integridad moral del ser humano que se halla sumergida debajo de todos las prejuiios y falsas ostumbres de una soiedad onstruida sobre los imientos del egoísmo, el pratiismo y el materialismo eonmio. Es deir –termina diiendo–, tenemos que reemprender la marha on un sinero sentimiento de renovain y esto desde el mismo prinipio.
Este mismo número de The Echo ofree la reseña del XII congreso de la Federain Anarquista Japonesa que tuvo lugar los días 4 y 5 de agosto de 1962 en Tokio. Las sesiones del congreso sirvieron para realizar un examen retrospetivo y ver la manera de orregir las fases negativas surgidas durante la última déada, dar nuevos impulsos a la FAJ, atualizar el pensamiento anarquista en el sentido de integrarlo a la mentalidad de las masas atuales. Se aord, igualmente, ambiar el nombre del rgano de la Kuro Hata (Bandera Negra) Negra) por el de Jiyu de Jiyu Rengo (Federación Libre). Libre). Por esasez de fondos se aord, paralelamente, suspender la ediin de Anar de Anarquismo quismo,, el suesor de Conferencia Anarquista Anarquista dediado, lo mismo que ésta, a tratar los
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problemas internos y los debates de planteamientos ideolgios en el seno de la militania de la FAJ. Esta visin pesimista que los anarquistas organizados del Japn ofreen en su XII congreso no es más que un reflejo de la situain soial que el país atraviesa. Por un lado y a partir de 1950, uando estalla la guerra en corea, la eonomía del país se ha fortaleido posibilitando la entronizain del Japn en el terer lugar, lugar, en la esala mundial, omo gigante eonmio. Este progreso eonmio no benefiia por igual a todos los estratos soiales del país, y mientras las grandes firmas se enriqueen, rápida y uantiosamente, las lases trabajadoras ven sus mejoras salariales diluidas en una de las inflaiones más elevadas de la esala mundial. Esta bonanza eonmia ha permitido un ontubernio más estreho y monstruoso entre la Kendauren (cámara del Patronato Japonés) y las grandes entrales obreras que, imbuidas de un sentimiento patriotero trasnohado, volaron sus esfuerzos en frenar las justas aspiraiones populares, alegando, omo previa neesidad, la del resurgimiento del país de las ruinas de la guerra. El Tratado de Seguridad se onvirti en la abeza de turo, reeptáulo de todas los desontentos. Fue la ortina de humo explotada por la Kendauren, en onomitania on las entrales sindiales, que permiti el desahogo del desontento popular enfilado ontra los norteamerianos y desuidando, lastimosamente, los verdaderos objetivos de los trabajadores. Esta situain fue, por último, desenmasarada. El prestigio sindial se desmoron totalmente y si el número de los afiliados a filiados se mantuvo, aparentemente, al mismo nivel, ello lo motiv el heho de que en muhas lugares la afiliain sindial se efetúa automátiamente, al ingresar el trabajador en la firma que lo ontrata. 146
La desintegrain sindial, en uanto a orientaiones, también se puso de manifiesto y durante varios años las diretivas obreras registraron el transvase de sus integrantes de una organizain a otra on renunia palmaria de las etiquetas polítias de todos ellos. El espíritu revoluionario de las masas obreras y estudiantiles, que debería elosionar a la luz del día en 1967, empez a gestarse varios años antes uando la deepin frente a las olosales entrales obreras termin por evideniarse y las apas más inquietas y rebeldes deidieron busar otros derroteros que los señalados por los bonzos perpetuizados en los argos de la Soh yo, la Domei y las otras entrales. Es lo que refleja el militante anarquista Ei Yamaguohi en una parte de su trabajo Crecimiento de nuevos efectivos revolucionarios en el Japón, Japón, uando señala que: La ilusin, durante tanto tiempo mantenida en el pueblo, que los partidos polítios de izquierda eran la organizain vanguardista del movimiento revoluionario japonés, se desvanei. Otra falaia, aquella según la ual el núleo de diho movimiento residía en la ilpea organizain sindial, falaia fabriada preipitadamente al terminar la guerra, también se había derrumbado. Los promotores verdaderos de la genuina ausa revoluionaria, surgidos del seno del pueblo japonés, habían logrado independizarse de los tentáulos de la buroraia de las grandes sindiales, así omo del enuadramiento de los partidos polítios reorganizándose en torno a los nexos intrínseamente revoluionarios. En este aspeto están germinando, en el Japn, nuevos núleos revoluionarios que han desartado toda dotrina y toda autoridad estableida dentro de las estruturas de los partidos polítios de la izquierda. Estos nuevos núleos, rotos los ompromisos de sujein que los ataban inondiionalmente al sindiato y al partido parlamentarista, 147
se han adentrado en los medios revoluionarios y en múltiples esferas de la soiedad inulando on su presenia el impulso revoluionario que hasta entones había estado ausente. Estos írulos se están inrementando y sus atividades son ada vez más numerosas. De todo ello puede deduirse que estamos en presenia del reimiento de nuevos efetivos revoluionarios apaes de aportar una energía potenial en benefiio de la rere voluin.42
Estos núleos nuevos, emanipados de la tutela del bonzo sindial y del líder polítio, son los que, omo hemos tenido oasin de ver, permitirían la insurrein estudiantil y obrera a partir de 1967. A ellos se sumarían, igualmente, los jvenes libertarios deseosos de esapar del estanamiento denuniado en tantas oasiones por los mismos anarquistas. La Federain Anarquista Japonesa iba a sufrir, en onseuenia, por la ausenia de los jvenes inquietos que, apartándose de sus filas, engrosaban los núleos nú leos estudiantiles y obreristas en la segunda mitad de la déada 1960-1970. El haber aordado, omo materia de disusin para el XIII congreso de 1963, entre otros temas, el del olor de la bandera de la FAJ refleja una visin de los eventos más bien desafortunada. Los hehos revoluionarios que van tomando inremento reflejarán, por otro lado, el renaer esperado por todos. Valga, Valga, omo botn de muestra, lo que transribimos a ontinuain, apareido en el rgano esperantista de la Internaional de Resistentes a la Guerra (onWRI, por sus siglas en inglés) que, on sede en la loalidad de Himeji, aparee intermitentemente. Los anarquistas japoneses son los militantes más dinámios de la sein nipona 42 Ei Yamaguhi. Yamaguhi. «Grouth of the Revolutionary Elements in Japn», The Echo, Echo, 10/12/62, Kobe. 148
de la WRI y el militante libertario Kou Mukai es el miembro más destaado de la WRI en aquella regin. En Informilo del 6 de diiembre de 1966 esribe Kou Kou Mukai: Queremos referirnos a nuestra labor y a las novedades habidas en estos últimos tiempos. con respeto a los hehos en los uales nuestros miembros han intervenido deseamos informar que: Primero—El 10 de otubre, varias deenas de jvenes ataaron la fábria Nittoku co., en Tokio, donde se fabrian ametralladoras que son usadas en la Guerra de Vietnam. El asalto se llevaba a abo al tiempo que se instaba a los trabajadores a esar sus tareas al grito de «¡cesad la fabriain de armas!». Los jvenes que llevaron a abo la ain destrozaron el sistema de televisin de iruito errado y las instalaiones telefnias obligando al ese del trabajo. cuatro militantes fueron detenidos. Segundo—El 15 de noviembre, seis jvenes de nuestra organizain se introdujeron en la fábria Houa Kogyo co., en Nagoya, difundieron manifiestos paifistas y exigieron la presenia del gerente de la empresa empleando la tátia del seat in en las zonas vitales de la fábria. Los seis fueron detenidos. Terero.—E1 18 de noviembre, alrededor de 50 estudiantes penetraron en el interior de las ofiinas de la Mitsubishu, en Tokio, la ual es la empresa más grande del Japn en la fabriain de armamentos, manifestando durante inuenta minutos y obstaulizando las labores de la empresa al tiempo que gritaban: «Mitsubishu, merader de la muerte.» Varios Varios manifestantes fueron detenidos.
Kou Mukai termina haiendo un llamado en favor de los dede tenidos, miembros de la Sein Japonesa de la WRI y afirmando la voluntad del movimiento paifista japonés en ontinuar su luha en favor de la paz mundial y ontra los fabriantes de armas. 149
cada mes, ada día, en todas las iudades del Japn se registraban eventos pareidos a los reseñados por Informilo. Informilo. A partir de 1967 es el grueso del estudiantado el que deide manifestar, y ello audiendo siempre a la estrategia de la originalidad y la sorpresa. El estudiante japonés se antiipa al parisino de 1968 prolamando, on un año de antelain «La imaginain al poder». Los hehos más onnotados de esa époa ya hemos tenido oasin de esbozarlos en el urso de este trabajo. Debemos tan slo inurrir en redundania para señalar que en el mundo se ha desonoido el papel importante representado por la juventud obrera y estudiantil libertaria en todos estos años de ofrenda juvenil generosa. La prensa oidental ha dediado numerosas olumnas a las hazañas del Zengakuren dejándose engañar por los aluviones de notiias marxistas que pretendieron siempre atribuirse el monopolio de los hehos y las gestas. Los anarquistas, sin medios eonmios para gritar al mundo la verdad de los hehos y poner las osas en su verdadero lugar tuvieron que preseniar, preseniar, una vez más, m ás, mo el marxismo, el de la Segunda, Terera, Terera, cuarta, Quinta, y enésima internaional, se apropiaba de los galardones ajenos y haía reer al mundo que la insurrein juvenil era obra suya exlusivamente. exlusivamente. Los anarquistas japoneses, honestos y sineros, reonoen que las efervesentes jornadas de los años 1967-1969 fueron obra de todas las fuerzas juveniles, pero reivindian su parte en ellas al tiempo que atribuyen a los «radiales sin seta» una mayoría aplastante de efetivos que onvierten a los marxistas en minorías. Para los libertarios, la presenia de una mayoría estudiantil, no enrolada en ningún partido, partidaria de la ain direta, de 150
la demoraia militante, es deir, revoluionaria, abrazada a los prinipios federalistas, arrojada y temeraria ontra el despotismo del Estado japonés, tenía que signifiar una perspetiva promisora, una posibilidad del resurgimiento anarquista, por lo que se hae omprensible lo que, al onoerse en Europa y Améria, pareía una deisin suiida: la disoluin de la Federain Anarquista Japonesa. eL moVimieNto aNarquista disueLVe La
faJ
Esta disoluin tiene lugar por auerdo del XVIII congreso de la Federain Anarquista Japonesa elebrado en Tokio en 1968. El último seretario de la FAJ Selihi A. Miura, onsiente del asombro que tal notiia ausará en Oidente, en el seno de los medios libertarios, preisa on laridad en la irular que nos dirige que: «La disoluin de la FAJ no ha sido onseuenia de esisiones ni disordias sino que se trata de una u na deisin unánime de nuestro congreso de 1968». Añade, después de reseñar los orígenes de la FAJ, que el anarquismo está en frana expansin al lado de la reiente intensifiain de la revuelta estudiantil. Las publiaiones de obras tratando sobre el pensamiento anarquista se multiplian y en numerosas loalidades se forman grupos que se dedian al estudio del anarquismo. Durante años la mayoría de los estudiantes japoneses han sido influeniados por el marxismo. Aquellos que se delaran libertarios se muestran, por otro lado, renuentes a aproximarse, nos enuentran extraños, omo si enontraran iertos obstáulos a adherirse a nuestra federain. Puede que esto sea una ondiin úniamente japonesa. 151
Frente Frente a tales irunstanias hemos deidido disolver nuestra organizain y unirnos a los jvenes de las nuevas generaiones a la espera del momento en que se sentirá la neesidad de dar vida a una nueva federain anarquista. [...] Hemos onsentido a la referida disoluin on la ondiin de que todos y ada uno de nosotros trabaje para que la Federain vuelva a resurgir de nuevo.43
A pesar de todo lo expuesto el seretario Miura se da uenta de que pueden surgir interpretaiones negativas uando se tamien en Oidente los párrafos de su omuniado debido a lo ual se apresura a añadir: Hemos referido la notiia de la disoluin a los ompañeros Taiji Yamaga Yamaga y Kenji Kendo, afetados afe tados ambos a mbos de duras du ras enfermeenf ermedades. Yamaga ha diho: «Seguid haia adelante on mayores esfuerzos», y lo mismo ha diho el ompañero Kondo.
La anarquista Fusako Hirayama, integrante del grupo editor The Echo, Echo, de Kobe, se expres en pareidos términos en el urso de una entrevista que le hiiera Gregorio Quintana en el verano de 1973, on motivo de un viaje por Europa efetuado por la militante anarquista japonesa. Diha entrevista, publiada en el Nº 10 de L’ Internazionale orrespondiente al mes de otubre de 1973, señala que «una risis de reimiento y de orientain provo la resoluin que todos onsideramos oportuna y saludable. Después de la disoluin de la FAJ se puede omprobar, hoy, que el movimiento anarquista japonés vive en el seno de numerosos grupos e individuos desperdigados por todo el país, los uales par43 Esta arta irular fue ampliamente difundida por la prensa anarquista de Oidente. 152
tiipan en reuniones y eventos solidarios en favor de onglomerados autnomos».44 En el urso del mes de julio de 1974 tuve oportunidad de entrevistar a numerosos anarquistas en Kobe, Kioto, Osaka, Tokio y alguna loalidad de Honshu y las respuestas que se referían a la disoluin de la FAJ y a los verdaderos motivos que llevaron a los anarquistas japoneses a tomar tal medida se aproximaron bastante a lo manifestado por Selihi A. Miura y por Fusako Rirayama: El movimiento anarquista no disponía de un brazo ejeutante en el seno de las masas trabajadoras. A lo máximo se lograba, en algún sindiato de empresa, ejerer ierta influenia, pero era un heho que los mastodontes de la Sohyo, la Domei y las otras entrales obreras abrumaban, on su peso y su potenial eonmio y polítio, toda manifestain disrepante. Por Por otro lado, «la reiente intensifiain de la revuelta estudiantil», para emplear, textualmente, lo manifestado por Miura, desbordando todas las limitaiones impuestas por todas las setas polítias inluyendo a la FAJ, onvertía en un organismo anarnio la Federain Libertaria tal omo estaba estruturada. Los «radiales sin seta», renuentes a toda índole de etiqueta polítia e inluyendo al organismo anarquista en esta tabla rasa, no aeptaban más aproximain que la del individuo o el grupo autnomo. Tratar de aptarlos esgrimiendo el estandarte de la FAJ resultaba ontraproduente, y dado, por otra parte, que los atos de este gran onglomerado virgen eran plenamente libertarios –la ain direta, el pato para un heho preiso y determinado y disoluin del mismo terminado el heho, federalismo de base, repudio de líderes, de la poliía, del Estado, de la autoridad universitaria 44 Se da, omo ifra aproximada, la antidad de unos 200 grupos libertarios en todo el Japn en los meses que siguieron a lo disoluin de la FAJ. FAJ. 153
administrativa, de los programas de enseñanza retrgrados, solidaridad on los estudiantes, on los trabajadores, on el pueblo, militania onstante para la salvaguardia de las vitorias logradas, argos permutables–, la medida de disoluin a fin de penetrar, individualmente, en estos grupos de raigrambre anarquista instintiva, no paree tan desabellada omo nos pareiera a la mayoría de los anarquistas en Europa y en Améria uando la notiia nos alanz a últimos de 1968, primeros de 1969. Asom, sin embargo, otro argumento de peso girando en torno a la tan uestionada disoluin. En el Japn existe, omo en el resto de los países del mundo, la élebre breha generaional. Por Por su experienia y por haber sobrevivido la époa heroia, los viejos militantes, anarquistas solían haerse argo del seretariado de la Federain Anarquista y, lo que resultaba peor, planteaban el enfoque de la luha libertaria en forma que la Seinen Anarkisto Remei (Juventudes Anarquistas), grupo integrado dentro de la FAJ, FAJ, llegaba a onsiderar omo obsoleta. Las disrepanias entre viejos y jvenes estarían, pues, en el origen de la disoluin también, pesando on igual o mayor fuerza que la apreiable estrategia de introduirse, en forma individual, en el seno del onglomerado estudiantil y de la juventud obrera. cabe señalar, señalar, de todos modos, que en las reuniones a las que asistiera se registraba la presenia de militantes jvenes y viejos, indistintamente, lo que impliaría reonoer que, una vez disuelta la FAJ y dejados pasar los primeros años de afederaionismo, todos los militantes anarquistas, en general han tendido a reunirse de nuevo en un plano de igualdad y de omprensin, existiendo en los momentos en que se esriben estas uartillas reuniones preliminares tendientes a reorganizar de nuevo la Federain Libertaria on lo que se realizaría lo señalado por Selihi A. Miura 154
en su ya menionado omuniado uando esribe que se aept la disoluin «on la ondiin de que todos y ada uno de nosotros trabaje para que la Federain vuelva a resurgir de nuevo.» La Federain ponía fin, pues, a sus atividades, después de 23 años de existenia. Desde aquel congreso onstitutivo del mes de mayo de 1946 el movimiento anarquista japonés se había araterizado por el gran impulso dado a la propaganda esrita. Se reeditaron las obras ompletas de Kotoku y Osugi, se publiaron las de Sanshiro Ishikawa que ya hemos tenido oasin de menionar. Un eleno de esritores libertarios, jvenes y viejos, se esforz en aportar a la palestra soial ensayos, historia, ontroversias, literatura anarquista múltilple que, a pesar de los esasos medios eonmios disponibles, se lograba difundir entre la juventud inquieta de la fábria y la universidad. Se dieron a onoer, er, por su pluma plum a y su talento, esritores omo Masamihi Osawa, Osawa , Kazuo Otaki, Takeshi Hasegawa, Yuzuro Kubo, Kou Mukai, Yutaka Hardwa, Hiroshi Ozeki, Kiyoshi Akiyania, Mihio Matsuda, Takashi Saito, Kuninosuke Matsuo, Yoshiharo Hashimoto, Tei Uomura, Kenji Kondo, Taiji Yamaga, Teiko Kurihara o Atsusha Shirai. Junto on los temas genuinamente japoneses se traduían los textos de Max Stirner, Kropotkin, Bakunin, Proudhon, William Godwin, Berdaief, Berkman, Emma Goldman, Martín Buber, carpenter, camus, Orwell, Leval, Malatesta, Guerin, Elztbaher, Paul Goodman, María Luisa Berneri y camilo Berneri, Relus, Vernon Vernon Rihards, Nettlau, charles Martín, Maximof, et. cada loalidad, en un momento dado de esta etapa organizada que va de 1945 a 1968, tenía su rgano de expresin y el Heimin Shimbun apareía en Tokio, en Osaka, en Nagoya, en Fukuoka. Fukuoka. El eleno de la prensa anarquista japonesa asombra por la prolijidad de sus portavoes y nombres: Anarquismo Anarquismo,, Libertad, Libertad, 155
Juventud Anarqui Juventud Anarquista sta,, Emancipación, Emancipación, Sociedad Libre, Libre, Igualdad, Igualdad, Movi miento Obrero, Obrero, Ciudadano Libre, Libre, Resistencia, Resistencia, Bandera Negra, Negra, Federación Libre, Libre, Pensamiento Libre, Libre, IOM (esperantista), Frente Negro, Negro, Aurora, Aurora, Trabajo y Libertad, Libertad, Pensamiento anarquista, anarquista, Movimiento Anarquista Anarquista,, El Individuo, Individuo, The Echo, Echo, et. Algunos de estos títulos ontinúan apareiendo y otros se han sumado, después de 1968, a la tarea de la divulgain esrita del anarquismo y la Jiyu Rengo (Federación Libre), Libre), que fuera el rgano ofiial de la FAJ ontinúa publiándose, omo mensual, on un tiraje de 2.500 ejemplares. Títulos inonfundibles omo Koku Shcku (Bandera Negra), Negra), Koro no Techo (Cuaderno Libre), Libre), Ko Ko (Luz negra), negra), Giyu Gin (El Libertario), Libertario), Anarkism, Anarkism, Radical (en inglés), The Echo (en inglés), Ran (Revuelta), Revuelta), Libera Federo (en esperanto), IOM (en esperanto), Libero (en esperanto) o Saluton (en esperanto). Existen grupos totalmente volados a la ediin de obras anarquistas, omo el Kokushoku Sensensha (Frente Negro) que es, posiblemente, el más dinámio y relevante, bien que mereen menionarse el Thanatos, el Mugi, The Eho, Giyu Gin y Kuro no Teho y otros que, en forma intermitente, aportan ediiones de folletos y libros. Por último, y al igual que en Europa y Améria, las asas editoras burguesas, habiendo desubierto que el anarquismo es rentable bajo el punto de vista de la ediin, también se logran en el merado del libro japonés bellos libros impresos por grandes firmas editoras on títulos tan sugestivos omo El apoyo mutuo, mutuo, de Kropotkin, La capacidad política de las clases trabajadoras, trabajadoras , de Proudhon, Breve historia del anarquismo, anarquismo, de Nettlau, El único y Stirner, Anarquismo su propiedad, propiedad, de Max Stirner, Anar quismo,, de George Woodook, Anarquía Anarquía y orden, orden, de Herbert Read, Bakunin, Bakunin, de E. B. carr, La 156
revolución desconocida, desconocida, de Voline, Los anarquistas rusos, rusos, de Paul Avrih, La Revolución bolchevique, bolchevique, de Alexander Berkman, et. Varios de estos títulos han tenido que ser reeditados por hallarse agotados en el merado y persistiendo, sobre ellos, gran demanda todavía. En el seno de las filas anarquistas hay militantes muy preparados45 que traduen on failidad de las lenguas oidentales al japonés. Anarquistas orno Masamihi Osawa, Hiroshi Oseki, Selihi A. Miura, Tadataka y Fusako Hirayama, Sakan Endo, Yoshiharo Hashimoto no tienen problemas de índole ténia para vertir al japonés los textos de Proudhon, Stirner, Woodook, carr, Berkman y la mayoría de los terios del anarquismo europeo partiendo del idioma de éstos, A señalar, señalar, de modo relevante, la traduin heha por Ima Mura, militante femenina, de La CNT en la Revolución española, española, de José Peirats. La disoluin de la Federain Anarquista Japonesa dej en libertad, a sus miembros, de volarse, individual o oletivamente, en múltiples atividades en las que el marhamo anarquista podía tener abida. Algunos grupos, de los integrantes de la FAJ, FAJ, aordaron mantener su estrutura, deseosos, en ierto modo, de no ver sumidos en la nada aquellos esfuerzos ya iniiados on anterioridad a la disoluin de la Federain. En Akita, en el extremo norte de la isla de Honshu, donde naiera Ando Shoeki, los anarquistas del lugar deidieron mantener el círulo Literario que habían reado y, en torno al ual giraba una intensa atividad entre los estudiantes e inteletuales progresistas de la regin. 45 De heho todo japonés está, eduaional y ulturalmente, preparado. El
Japn es un país en el que el analfabeimo analfabeimo está totalmente erradiado y en donde la sed de letura y estudio alanza notas no onoidas en Oidente. 157
Lo mismo suede en Tokio, donde se registra la presenia de algunos grupos que mantienen un exelente ritmo en sus atividades. Podernos Podernos señalar el Grupo Idea (Shisoo) que publia, en forma más o menos peridia, Radical, Radical, en inglés, gozando de interesante olaborain y figurando entre lo más seleto en uanto a los análisis histrios y oneptuales del anarquismo. ana rquismo. La direin de la publiain está a argo de Yoshiharo Yoshiharo Hashimoto, un abnegado trabajador de la ausa libertaria. También destaa la labor llevada a abo por Selihi A. Miura, inansable editor de Giyu Gin (El Libertario), Libertario), publiain mensual muy soliitada en los medios inteletuales nipones y onoida del anarquismo oidental porque llega a todos los ámbitos anarquistas del mundo. Selihi A. Miura es un inteletual destaado de prolijos onoimientos que pone sus dotes políglotas al serviio de la idea, puesto que ha traduido, del franés y del inglés, diversas obras anarquistas de los terios oidentales. Otro grupo, en el que destaa el militante Masamihi Osawa, edita Koro no Techo. El anarquista Osawa tiene una nmina de obras esritas muy numerosa, de las que ya hemos tenido oasin de hablar y es uno de los tradutores más otizados, en el mundo de la ediin japonesa no neesariamente anarquista. Otro núleo interesante es el Koku Koku Shyoku Sensen Sha (Grupo Bandera Negra) sostenido, prinipalmente, por el viejo anarquista y maestro de esuela Eizahuro Ooshima, radiado en la barriada obrera tokiense de Nakama. Ooshima, que después de maestro fuera también ampesino y lograra ser poseedor de algunas tierras, vendi todas sus pertenenias poniendo el fruto de la venta omo fondo f ondo iniial para la tarea de publiaiones libertarias. Koku Shyoku Sensen Sha ha publiado numerosos libros y folletos desde el día de su fundain. 158
Todos estos grupos suelen fijarse reuniones fijas, semanales o mensuales, en algún lugar éntrio de Tokio, Tokio, de preferenia Shinjuku, una de las barriadas más animadas de la apital japonesa y es en el seno de las mismas que se determinan los enfoques de las publiaiones así omo otras atividades que los grupos se asignan. En Himeji y en Nagoya abe registrar la presenia de dos grupos de esparantistas y resistentes a la guerra, animados, entre otros, por el militante libertario Kou Mukai. En Kobe está ubiado otro de los grupos más dinámios del país, que se ha asignado omo una de sus prinipales atividades la ediin de The Echo, Echo, publiain de la ual ya hemos heho referenia. con la sigla de The Echo los anarquistas de Kobe han publiado también diversos opúsulos de divulgain anarquista. En 1968, on motivo de la elebrain del congreso Anarquista Internaional de carrara, asisti al mismo el anarquista Hirosbi Ozeki, quien tuvo oportunidad, igualmente, de visitar los movimientos anarquistas en Europa. Una de sus visitas fue dediada, a la cIRA de Lausanne, y la idea de formar un arhivo anarquista en el Japn fue proyetada allí on notable éxito, ya que desde hae algunos años funiona, al pie del monte Fuji, la cIRA Nipn, que uenta ya on un buen eleno de obras, y publia, por otra parte, Anarqui parte, Anarquismo smo y un boletín informativo Libero, Libero, en inglés. Anarquismo Anarquismo es una publiain prolija –alrededor de 70 páginas–, en japonés, que onlleva un resumen en esperanto, permitiendo, de esta manera, una divulgain de la revista por los países de Oidente. La sede de cIRA-Japn funiona en una original morada que onstruyera, on su propio esfuerzo y el de su ompañera, el libertario Buihiro Ryo. Se halla al pie del Fujiyama, en medio 159
de plantaiones de te y es una residenia para jvenes vaaionistas que se reposan en ella antes de emprender la asensin de la máxima montaña del país. Esta lase de morada, que en inglés es onoida omo Youth Hostel, Hostel , reibe anualmente entenares de jvenes, muhos de ellos libertarios y todos inquietos, estudiosos y rebeldes, que toman onoimiento del ideal libertario mientras se preparan a esalar la ima del Japn. La loalidad donde se halla la morada de Buihiro Ryo, miembro igualmente de la WRI y esperantista desde hae años, está enlavada en las afueras de Fujinomiya, no lejos de Numazu, donde se halla el pequeño museo dediado al famoso anarquista Taiji Yamaga. Hasta 1973 funion un consejo Soialista Libertario que agrupaba, en su seno, a densos ontingentes de los «radiales sin seta» de las universidades, sobre todo en las de Waseda y Hinei, pero se desintegr al disminuir el empuje estudiantil. En uanto a las individualidades, éstas son numerosas. Por abrazar los oneptos individualistas unas, por no perjudiar a un grupo al adherir a otro, por disrepar ante la ausenia de una Federain anarquista en el país, son muhos los anarquistas que prefieren atuar solos o, simplemente, enerrarse en la impotente torre de marfil. A título de ejemplo, en lo que a la atuain de un anarquista no agrupado onierne, trasribimos un fragmento de las «Notiias Menores» del ya menionado Radical: Radical: Deseo ofreer mi habitain, bien que diminuta, y prestar mis libros, folletos y otros a los que lo deseen el segundo y uarto domingos de todos los meses, desde la 1 hasta las 4 de la tarde. Espero que mi esfuerzo derépito46 servirá para rear un mundo sin autoridad, basado en el amor y el apoyo mutuo. 46 Paree inevitable, sobre todo en los viejos japoneses, este detalle de la humildad en el léxio. El japonés, y el oriental en general, llega a exusarse hasta de 160
Algunas de las atividades espeífias en las que los anarquistas dedian sus esfuerzos podrían enumerarse así: Paifismo.– E1 núleo más fuerte de la WRI está muy influeniado por los grupos libertarios de Nagoya, Osaka y Himeji que organizan manifestaiones, exposiiones, publian manifiestos y llevan a abo aiones tales omo el asalto a la fábria Nihon Tokoshyu Kinzu Ku Kabushi Gaiza, dediada a la fabriain de ametralladoras y otras armas bélias. Los Resistentes a la Guerra tienen su propio rgano de expresin Senso Teikosha (Pacifista) Pacifista) que está a argo argo del libertario Kou Mukai.47 En el ampo del paifismo las atividades que pueden desarrollarse, son innumerables. La Guerra del Vietnam Vietnam fue uno de los eventos más explotados por los paifistas; la uestin de Okinawa también fue tema de rigor hasta la reintegrain de las islas Ryu Kyu al Japn, por los Estados Unidos, el 14 de mayo de 1972; el artíulo 9 de la constituin, irrespetado por el militarismo y la potente industria; los aniversarios de las bombas de Hiroshima y Nagasaki; la presenia de un submarino de propulsin nulear y, reientemente, la botadura del primer baro japonés impulsado por energía atmia; las industrias voladas, en peligroso porentaje a la fabriain de armamentos, son temas que el paifismo abraza. Tampoo faltan las oportunidades, para los anarquistas, de engrosar organizaiones tales omo la Flansen (Los comités de la Juventud ontra la Guerra) uyo nombre ompleto es Halasen Seinen iinkai, integrados mayormente por obreros –unos 20.000 una heroiidad, inlusive. 47 Son afines al Senso Teikosha, Teikosha, Saluton, Saluton, TOM, TOM, Informilo y Informa Bulteno de los resistentes a la guerra, siendo, en todos ellos, un olaborador de desollo el libertario Kou Mukai. 161
en 1970– no enrolados en los partidos polítios ni en las entrales sindiales y, posteriormente, el Beheiren, que engrosaba un onglomerado heterogéneo de estudiantes, obreros, ofiinistas, jubilados, y puso su mayor énfasis en ombatir la guerra ontra el Vietnam, logrando movilizar grandes ontingentes de la poblain, alanzando úspides dramátias omo el holoausto del esperantista Yunoshia Yui, que a la edad de 73 años se onvirti en antorha viva frente al domiilio del primer ministro nipn, para protestar ontra la guerra en el sudeste asiátio. Esperanto.– Atividad estrehamente ligada on el paifismo pero desarrollando atividades propias sin trabazn forzada on los resistentes a la guerra. El esperanto goza de mereida simpatía en el Japn. Uno de sus fundadores fue Takai Osugi, que ya era esperantista a omienzos de siglo. También Taiji Yamaga fue un reputado esperantista y muhos militantes anarquistas son, igualmente, esperantistas onvenidos. Un oidental puede estudiar el esperanto en tres meses, mientras que un japonés o un hino preisa, omo término medio, de un año. A pesar de ello han sido muhos los japoneses que han abrazado el idioma internaional para poder romper el ero de la inomprensin produido por un idioma omo el suyo, de esritura ideográfia y signos silabarios a la vez que de gramátia on reglas totalmente opuestas a las gramátias europeas. En el Japn siempre ha habido rganos esperantistas de expresin libertaria, paifista e internaionalista. contaminain ambiental.– E1 Japn es el país que más dramátiamente sufre la ontaminain ambiental. Durante el año y en forma intermitente, se dereta la disminuin de las atividades fabriles en Tokio uando la atmsfera de la iudad más poblada del mundo –12.000.000 de habitantes– se vuelve irrespirable. Adquiere ondiiones de asesina, simple y llanamente. Los L os 162
japoneses se han organizado en omités de barrio, de fábria, de iudad para haer ampaña en favor de la salvaguarda de la eología del país y del saneamiento de su atmsfera. Los libertarios de Tokio, Osaka, Nagoya y las grandes iudades japonesas han demostrado ser sensibles a estos movimientos esporádios y los han engrosado on su presenia al tiempo que se han esforzado para que mantengan, los organismos dutores, una total independenia frente a los partidos y los sindiatos politizados. Etas y oreanos.– La publiain Atlas publiain Atlas de diiembre de 1968, transribía un trabajo de The Magazine de Singapur dediado a los oreanos radiados en el Japn. Estos gaijin Estos gaijin – extranjeros– extranjeros– son onsiderados omo el peldaño más bajo, junto on los etas, etas, de los estratos soiales del país. «El negro del Japn» se titula el artíulo. Unos 600.000 oreanos viven en ondiiones infrahumanas y abasteen la mano de obra para los trabajos que los japoneses estiman omo denigrantes. Esta ondiin de lumpenproletariat la omparten los oreanos on los etas, etas, seres naidos en el Japn y que sufren todavía la onseuenias de una soiedad de astas que, teriamente, fue abolida en 1868. En Time del 2 de marzo de 1970, se lee: ciertamente el ambio ha araterizado los estilos de vida, virtualmente, de todos los grupos y lases (del Japn) a exepin de los que se hallan en el fondo y en la ima. El eta, eta, desendiente de las oupaiones despreiadas de la tanería o el matadero es, en el Japn, lo más aproximado posible al intocable de la India; hay un milln de ellos, viviendo en poilgas, trabajando omo traperos o peor y raramente apaes de poderse asar on otro seres que no sean sean de su lase. En la ima está est á el emperador. emperador.
Los hijos de estos parias sufren, en las esuelas, los vejámenes de sus ompañeros de aulas y ello ha promovido un movimiento 163
igualitario en el seno de los maestros tendiente a exterminar este sentimiento antisoial y raista. En el Nikkyoso (Sindiato de profesores y maestros) han sido los enseñantes libertarios los que han desarrollado mayor atividad en este aspeto, pese al número reduido de los mismos frente a los profesores y maestros afiliados al marxismo y al soialismo estatal. La disoluin de la FAJ fue planteada, entre otras osas, porque la mayoría de los libertarios quería estar presente en toda lase de ato o manifestain sin tener que sospehar, todas las vees, si por su ondiin de militante de un organismo de ondiin naional, no inurría en una ain inompatible on la tra yetoria trazada por la Federain Anarquista. A partir de 1968 todo anarquista deide proyetarse en toda índole de luha que estime progresista y benefiiosa para el anarquismo. En mezolanza on todos los protestatarios del país el anarquista se halla presente en los seat in frente a la Dieta, en las serpientes humanas –manifestaiones masivas en las que los manifestantes, en hileras de diez o doe, unas detrás de las otras, entreogidas de los brazos, largos de dosientos y más metros y zigzagueantes de lado a lado de las amplias avenidas, ofreen un espetáulo de fortaleza y unidad impresionante, sobre todo para el visitante–, en el Movimiento de Liberain Femenina, en el asalto a las fábrias de armamentos, en la ampaña ontra el nuevo aeropuerto de Narita, en las manifestaiones del Primero de Mayo, en las de los aniversarios de Hiroshima todos los 9 de agosto, en los piquetes frente al Ministerio de Eduain para protestar ontra la restaurain del Kigensetsu. 48 48 No hay veto organizativo a ninguna ain del individuo. La onienia revoluionaria de ada uno dita las atitudes a tomar. tomar. 164
Ello no es bie para que el gusanillo de la organizain no osquillee el espíritu de algunos militantes en forma f orma intermitente pero repetida. El Grupo Kokko (Luz Negra) de Kioto, integrado en su gran parte por elementos jvenes y preparados omo Noayuki Haguma, dotor en psiquiatría, esperantista y arrollador en su ativismo, ha heho, en agosto de 1974, la proposiin de organizar de nuevo una Federain Federain Libertaria. Varias reuniones preliminares han tenido lugar para disutir la propuesta del Grupo Kokko. El año 1968 no está tan lejos y para algunos la medida, si se aordara, podría ser prematura. Para otros, sin embargo, la neesidad de organizarse se justifiaría al ser otras las ondiiones atuales de las de 1968, uando la efervesenia estudiantil y trabajadora estaba alanzando su punto ulminante. Todos Todos tienen presente, no obstante, lo que Selihi A. Miura reflejaba uando terminaba la arta dirigida a los anarquistas de Oidente: «Todos «Todos y ada uno de nosotros [trabajará] [trabajará ] para que la federain vuelva a resurgir de nuevo».
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