Fuat Sezgin
NAVEGANTES MUSULM NAV MUSULMAN ANES ES DESCUBREN EL CONTINENTE AMER AM ERIC ICANO ANO ANTES QUE QUE CRISTÓBAL COLÓN Traducción y Presentación: Eduardo Saxe Fernández y Juan Olivier Gómez Meza
2011
Fuat Sezgin
NAVEGANTES MUSULM NAV MUSULMAN ANES ES DESCUBREN EL CONTINENTE AMER AM ERIC ICANO ANO ANTES QUE QUE CRISTÓBAL COLÓN Traducción y Presentación: Eduardo Saxe Fernández y Juan Olivier Gómez Meza
2011
Sezgin, Fuat Navegantes musulmanes descubren el continente americano antes que Cristóbal Colón / Fuat Sezguin. – Heredia, C.R.: UNA. Facultad de Filosofía y Letras, IDELA, 2011 ISBN 1. NAVEGACION 2. HISTORIA DE LA AMÉRICA LATINA. 3. COLONIZACIÓN 4. MUSULMANES I. Título original: Este documento apareció publicado en la Geschichte
des Arabischen Schriftums ,
Vol. XIII (en prensa)
Autor: Fuat Sezgin Traducción y Presentación: Eduardo Saxe Fernández y Juan Olivier Gómez Meza Corrección de la versión en español desde la edición alemana por Christopher Burkhard. La traducción contó con el apoyo del autor y la cooperación de la Cooperativa Longo Mai, la Universidad Johann Wolfgang Goethe, la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional de Costa Rica y el IDELA.
Cuadernos de Aportes Teóricos de Nuestra América Responsable Editorial: Marco Méndez Coto Director de Arte: Igor Sonoda © 2011, de la versión al esp añol d e los tradu ctores. © 2011, del t exto d el au tor.
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INTRODUCCIÓN
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n la conocida Feria del Libro Libro de la ciudad de Frank fur furtt del Meno, en Aleman Alemania, ia, un respetable respet able y viejo profesor no tiene en exhibición libros, revistas o periódicos, sino decenas de vitrinas que contienen numerosos instrumentos y aparatos científicos del mundo arábigo musulmán, incluyendo brújulas, relojes, astrolabios. ast rolabios. Casi Casi todos tod os provienen de los siglos VIII-XV. Estam os en el año 2004 y se trata del
Dr.Fuat Sezgin, la principal aut oridad mundial en his toria de la ciencia y la la tecnología tecnolog ía del ámbito arábigo arábigo musulmán, en su período clásico, profesor de la universidad de esa ciudad. El profesor Sezgin es de origen origen tu turco, rco, habiéndos habiéndosee graduado en ese país con una tesis en la que rebatía la la interpretación tradicional sobre al-Bukhari. Después del golpe de estado se trasladó a Alemania en 1962, graduándose de doctor doct or tres tre s años después, des pués, con una tesis so bre la ciencia árabe. árabe. También También en 1965 1965 logró publicar el primer tomo de la Historia de los Documentos Árabes (Geschichte des arabischen Schriftums ) sobre sob re historia his toria y religión. En 1970 1970 apareció un tomo sobre s obre ciencias médicas, médic as, sobre so bre química y alquimia alqui mia en 197 1971, 1, sobre matemáticas matemát icas en 197 1974. En los años sucesivos sucesi vos
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hasta 1979 publicó sendos volúmenes sobre astronomía y astrología y luego sobre poesía, gramática y lexicografía. En 1978 fue la primera persona que recibió el Premio Rey Faisal en Ciencias Islámica s. A partir de entonces contó con apoyo financiero de países árabes, culminándose en 1982 con la fundación del Instituto de Historia de las Ciencias Arábigo Islámicas, en Frankfurt. El profesor Sezgin se ha dest acado en los camp os de la geografía matemática y sus aplicaciones a la cartografía. Most ró que el mapa mundial de al-Biruni (año 1.000 dne), fue posible por procesos de medición, trigonométricos y geométricos, que permiten identificar la coordinación, la relación de tamaño y la posición de los contenidos cartográficos. Luego, en este est udio que aquí se publica, Sezgin ha destac ado que solamente un mapa islámico pudo hab er sido la bas e de la cartografía europea moderna. Para Sezgin, esa base estaba en la cultura científica árabe que utilizaba la cultura griega, y en la similitud en los tip os de razonam ientos empleados ta nto por árabes como p or europeos. Claramente, agregamos nosotros, se trata de la influencia aristotélica y sobre todo helenístico cristiana (heterodoxa), empezando en Bagdad a partir de los reinados de Al-Manzur (754-777 dne) y de Harum Al Raschid (786809).1 1
Cf. Por ejemplo O´Lear y (1949).
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II A continuación, entusiasmados por la aproximación zesgiana, ofrecemos una nota sobre otros antecedentes de imágenes o viajes, premonitorios o evocativos, desde la antigüedad de Europa y África hacia nuestro continente. Pues no es del todo inconcebible que las premoniciones heleno romanas pudieran haber jugado algún papel en el mundo árabe estudiado p or el profesor Sezgin. Como señala el profesor Sezgin al principio de su ensayo que publicamos aquí, encontramos un gran interés actual por las relaciones históricas entre nuestro hemisferio y los tres continentes unidos (África, Asia, Europa), Australasia y Antártica. El tópico sobre lo que vendría a llamarse América, sin embargo, no solamente es notable en los siglos XX y XXI sino ya, por supuesto, intensamente desde los viajes colombinos y la invasión europea. También en tiemp os muy ant eriores a Colón, en la antigüedad heleno romana, encontramos referencias a nuestro continente. Estos viejos texto s han venido siendo empleados contemporáneamente para lanzar hipótesis sobre viajes extraordinarios2, sobre todo des de el Mediterráneo, o desde las islas del Atlántico norte europe o o desde las 2 La noción de “viaje extraordinario” ha venido siendo utiliz ada para largos y maravillosos periplos, marítim os o no, antiguos o moderno s, con eventos o aventuras espe ctaculares. Atk inson (1920) escribe que va a entenderlo como “…una novela del siguiente tipo: una narrativa ficticia que pretende ser un recuento verídico de un viaje realiz ado efectivamente po r uno o más europeos a un país exist ente pero
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costas occidentales af ricanas, hacia los territorios hoy conocidos como A mérica. Así, Henriette Mertz (1964), notable criptógrafa del Pentágono, sost enía que la Odisea de Homero hace referencia a viajes por el océan o Atlántico, que la isla de Circe, Eea 3, es la isla Madeira, que Ogigia 4, la isla donde habita la ninfa Calypso son las islas Azores y que la isla Esqueria 5 sería alguna de las A ntillas mayores6. El punto de partida en estas especulaciones lo encontramos en Estrabón, para quien Homero se refería a lugares ubicados “en el océano Atlántico” (Geografia , I, 2, 18). Posterior mente, el académico platónico Plutarco de Queronea (siglo I dne), en una de sus obras morales (“Sobre el rostro que aparece en la Luna”), también sostiene que Odiseo habría viajado por el Atlántico: ¨… según la fórmula de Homero, una isla Ogigia está ubicada muy mar adentro, distante cinco días de navegación de Bretaña yendo hacia el Oeste, y otros tres días similarmente distante de ella.¨ poco conocido o a varios de eso s países, junto con una descrip ción de la feliz condición social que allí prevalece, y un recuento suplementario del regreso de los viajeros a Europa” (p.ix). El término se emplea en este sentido para caracterizar t ambién la corresp ondiente literatura helenística, por ejemplo la Argonáutica de Ap olonio de Rodas, pero ap arece en obras act uales como Cunlife (2003) en su The Ex traordinary Voyage of Phyteas the Greek . Además, las primeras ediciones de las novelas de Julio Verne a parecían con el subt ítulo “Les voyages extraordinaires”. 3 Odisea , X, 135-139. 4 Odisea , I, 50-52, 85; IV, 556 y 557; V, 13 y 14, 55-75, y otros. 5 Odisea , V, 34; VI, 8; VI I, 79; XIII, 160. 6 Mertz (1972) escribió otro ensayo sobre viajes desde China a América (Pale Ink. Two Ancient Records of Chinese Exploration of America). En el estudio que sigue, Sezgin cuestiona los re cuentos de viajes chinos a América.
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Por su parte, part e, ya Heródoto Heródoto de Halicarna Hali carnaso so (siglo V adne), en dos lugares de su His toria había hecho referencia a tierras ubicadas al otro lado del Atlántico, escribiendo sobre “otro continente” (hetéran héepeiron, II, 333), y sobre “otra tierra”, “otro mundo” (héteras ( héteras gées, II, 355). Platón es un abusado lugar común en estas primeras referencias a la geografía nuestra, vista desde el mundo mediterráneo antiguo, citándose el texto del Timeo , 24e-25a: ¨(…) en aquel entonces el Atlántico era naveg navegable; able; y había una isla ubicada frente a los estrechos estrecho s que ust ustedes edes llaman los l os Pilares d e Heracles; la isla isla era más grande que Libia (i.e. (i.e. África, NE.) y Asia junta s, y era la la ruta ru ta para dirigirs dir igirsee a otras islas, islas, y desde éstas se p odría pasar a todo el continente continente opuesto7.¨ Estass opiniones tuvieron un gran impacto durante Esta durante la época llamada helenística, desde la la muerte del hijo de Filipo (323 adne) hasta al menos la conquista de Egipto por Julio César en el siglo I adne. Las mismas expediciones militares alejandrinas que llevaron el ojo helénico hasta la India y por todo el Imperio Persa, impulsaron los viajes, o su deseo, dese o, por el Índico pero también por el Atlántico. Alejandro, durant e su última y fatal fatal estadía es tadía en Babilonia, según cuenta Quinto Qui nto Curcio Rufo Rufo en el libro X de su Historia de Alejandro Magno , pensaba dirigirse al Occidente y llegar al menos hasta las columnas de Heracles o Hércules, es decir, el estrecho de Gibraltar: 7
Cf. Tam ambién bién Criti Critias, as, 108e y 114 a.
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¨Alejandro, abraz abrazando ando con con la mente el infi infinito, nito, había resuelto, tra trass haber somet sometido ido toda la región marít marítima ima hacia el Oriente, ir desd e Siria hasta África, llevar la guerra a Cart Cartago. ago. Desde allí, a llí, atravesando atravesand o los desierto s de la NuNumidia, dirigirse dirigir se hasta has ta Gades (Cádiz, (Cádiz, NE), donde dond e la fama fama había puesto pues to las columnas de d e Hércules.¨ Plutarco, en cambio, en su conocida biografía sobre el rey macedónico, indica que Alejandro pretendía salir desde el actual Golfo Pérsico, dar la vuelta al África y regresar por el Atlántico oriental hasta Gibraltar y el Mediterráneo. Cuenta Cuenta que, cuando cuando logró reuni rse con su almirante alm irante Nearco, después de habérs ele dado por perdido p erdido con con todo y su flota, Alejandro, ¨… se alegró a legró mucho, y tras tra s escuchar escu char el relato relato de la navegación navegación le se dujo la idea d e emprender una u na navegación, navegación, Eúfrates abajo, con una gran flota, y costea ndo Arabia A rabia y Libia Libia (África, (África, NE), pas ar por las columna s de Hércules hacia el mar interio i nterior. r. (68, (68,1).¨ 1).¨ Esta sería s ería la ruta que p osteriormente emplearían los naveg navegantes antes musulmanes. Durante los tres siglos siglos alejandrinos anteriores a nuestra era era,, caracterizados por la la expansión imperialista hehelénica, según Susem hil (1 (189 891) 1) hubo al meno s cuatro decenas de d e autores que es cribieron sobre viajes v iajes extraordinarios, extrao rdinarios, muchos de ellos oceánicos. Este breve breve recorrido por las las voces voces antiguas que atisbaban hacia hacia nuestro continente, continente, puede terminar con
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Luciano de Samosata (siglo I dne). Su obra Historia verdadera , plagada de mentiras de principio a fin, imitando las historias histo rias de viajes extraordinarios, extrao rdinarios, empieza y term termina ina con referencias referencias al continente que se encontrar ía frente a Europa y África: ¨Alguna vez vez zar pé de las columnas de Heracles, en dire dirección cción al Océa Océano no Hesperia (Atlántico, NE) y me embarqué con viento favorable. La causa de mi viaje y su objetivo eran la curiosidad, mi deseo de novedades, mi afán por conocer qué límite tenía el Océano y qué hombres habitaban la orilla opuesta¨ (HV, 5). Ofrece Of rece imit aciones de texto s canón canónicos icos sob sobre re ta tales les aven aventu turas, ras, ta también mbién al principio de esa “ver “verdadera” dadera” hist histooria: ¨Bueno, durant durantee un día y una noche naveg navegamo amoss con viento de frente sin avanzar mucho, ya que la tierra aún se divisa ba vagamente. Pero al amanecer ama necer del segundo segun do día el viento refrescó, el mar se agitó, se pres entó la la oscuridad y antes que nos diéramos cuenta no podíamos ni recoger las velas. La tormenta nos arrastró durante setenta y nueve días. En el día ochenta, sin embargo, el sol apareció súbitamente y a una distancia no muy grande vimos una alta y boscosa isla rodeada de un fuerte oleaje que sin embargo no era pesado, ya que lo peor de la tormenta estaba pasando.¨ En est estaa isla encuentran una estela dond dondee Heracles y Dionis Dionisos os marcar marcarían ían el punto más occidental al que habr habrían ían
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llegado, y después de algunas peripecias siempre fantásticas, el relato continúa señalando que, Al tercer día de haber salido de allí alcanz alcanzamos amos la isla Ogigia y desembarcamos. Los imaginarios viajeros lucianes lucianescos cos se encontrar encontrarían, ían, entonces, como a medio cam camino ino de nuest ro continente. Navegan luego por varias islas y tienen otras tantas aventuras, hasta que durante la noche, sin percatarse, atracan en un nido de martín pescador gigantesco. La voz helena para esta ave, “alción” se compone de “als” (mar) y “kuéin” (concebir) y vendría a representar, en el complicado juego de lenguaje de Luciano, algo así como el corazón del océano, un punto de partida nuevo. Tras algunos lances con esta ave y sus enormes polluelos, logran apartarse unos doscientos dos cientos estadios est adios (37 (37 Km)(HV, 41). 41). En el el apart ado 42, leemos que se alejan al ejan otro trecho t recho más hacia occidente: occidente: ¨Aún no habíamos recorrido quinientos est estadios adios (9 (92.5 2.5 Km), cuando vimo s una gran selva (húleen megíst megísteen) een) (…) Nos imaginamo s que era un continente (…) No se po día navegar navegar por entre los árb oles -que eran muy tupidos tu pidos y se tocaban entre ellos-, ni nos parecía fácil dar media vuelta (…) Decidimos, pues, subir la nave hasta las copas de los árboles y trasp ort ortarla arla de este modo, si era era posible, hasta el otro mar (…) (…) la colocam colocamos os sobre las ramas rama s y, desplegando las velas como en el el mar, naveg navegamo amoss empujados por po r el viento que que soplaba (…)¨ Estaa des Est descripción cripción pod podría ría evocar la inunda inundación ción anual de la selva amaz amazónica, ónica, pero ta también mbién cabr ía recordar un fragmento de d e Polibio Polibio de Megalópolis, en el que que cuenta como en Lusitania Lusit ania (Portugal) (Por tugal) habían árboles árb oles de roble sembras embra-
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dos en el mar, de cuyas bellotas se a limentaban los atunes ( Ateneo , VII, 302e). En todo caso, una vez logran atravesar aquella selva acuática, para terminar la obra Luciano es cribe que, después de visitar otras islas y tener más aventuras fantásticas, pudieron salir de ese archipiélago: ¨Rápidamente regresamos a la nave y nos marchamos. Y cuando se hizo de día, vimo s ante nosotros un continente que nos pareció ser el que está situado en las antípodas del nuestro ¨ (HV, 47) Indudablemente, la tradición helena y romana antigua, acaso también en estas temáticas sobre viajes hacia nuestro continente, fue muy importante para la emergencia de la civilización arábigo islámica y coadyuvó a su preeminencia mundial durante los siglos VIII-XV dne, época sobre la que nos escribe Fuat Sezgin. REFERENCIAS Obras modernas Atkins on, Ge offrey (1920) The Ext raordinaire Voyage in French Literature Before 700 . New York: Columbia University Press. Cary, M. y E.H.Warmington (1929) The Ancient Explorers . London: Methuen. Carpenter, Rhys (1966) Beyond the Pillars of Hercules: The Classical World Seen Through the Eyes of its Discoverers . New York: Delacorte Press. Cunlife, Barry (2003) The Ext raordinary Voyage of Pythea s the Greek . New York: Walter Publishing Co./Penguin Books. De Bross ard, Maurice (2000) Historia Marítima del Mundo . Madrid: Edimat Libros. Mertz, Henriette (1964) Wine Dark Sea. Homer´s Heroic Epic to the North Atlant ic . Chicago: Swallow Press. _____ (1972) Pale Ink: Two Ancient Records of Chines e Exploration of A merica . Chicago: Swallow Press. O´Leary, De Lacy (1949). How Greek Science Passed to th e Arabs . London: Rout ledge & Kegan Paul. Ramírez, Jenine T. (2006) “Corrientes oceánica s”. 360. Revista d e Investigación en Ciencias y Matemáticas . Vol. 1, Abril.
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http://crem.ponce.inter.edu/2dardicion/articulo2.htm Recknagel, Charles (2004 15 octu bre) “World: Histor ian Reveals Incredible Contributions of Muslim Cartographers”. RFE/ RL Radio. http://www.rferl.org/content/article/1055354.html R. Rispa, C. Alon so de lo s Ríos y M.J. Aguaza (Eds.) (1992) Navegación . Ex posición Universa l. Sevilla 1992. Pab ellón Temático. Sevilla. Romm, Ja mes S. (1992) The Edge´s of the Earth in An cient Thought. Geography, Exploration, and Fiction . New Jersey: Princeton University Press Susem ihl, Fran z (1891) Geschichte des Griechischen Literatur in d er Alexanderinerzeit . Leipzig. Tho mps on, J.O. (1948) History of Ancient Geography . Cambridge, MA: Cambridge University Press. Thubron, Colin (1995) La Aventura del Mar. Los Ant iguos Marinos . Dos volúmenes. Barcelona: Time Life Folio. Wigal, Donald (2007) Historic Maritime Maps . New York: Parkst one Pres s International. Winston, David (1976) “Iambulus´ Island s of the Sun and Hellenistic Literary Utopias”. Science Fiction Studies , Vol.3, N.10, Part 3, November. Obras Antiguas Apolonio de Rodas, Argonáutica . Ctesias de Cnido, Fragmentos . Diodoro Sículo, Biblioteca His tórica . Estrabón, Geografía . Focio, Biblioteca . Herodoto, Historia . Homero, Odisea . Luciano de Samosata. Historia Verdadera . Platón, Timeo . _____, Critias . Plutarco, Moralia . _____, Vida de Alejandro . Polibio de Megalópolis, Historia Mundial . Quinto Curcio Rufo, Historia de Alejandro Magno .
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vin Menzies, 1421. The Year China
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de la cartografía.
Discovered t he World 1 (1421. El año
Según Menzies, un mapa
en que China descubrió al mundo),
en particular llamó su atención, de
en 2002.
la colección de Sir Thoma s Phillips,
El autor de ese libro, un
actualmente en la Biblioteca James
comandante de submarino ya reti-
Ford, Minnesota. Lleva el nombre
a pregunta por la posibilidad
rado, sostiene que su libro se di-
de Zuane Pizzigano, un cartógrafo
de algún des cubrimiento pre-
rigía al gran público antes que a
veneciano, y está fechado 1424. El
colombino de las Américas ha sido
los expertos. Y sin embargo, este
interés de Menzies en este mapa
ponderada por muchos estudiosos
modesto pronunciamiento se con-
fue provocado, sobre todo, por la
durante la segunda mitad del siglo
tradice con la forma en que Men-
aparición de cuatro islas en el At-
veinte. Recientemente, el interés
zies asume, a lo largo del libro, el
lántico occidental, llamadas Sata-
por el tema ha crecido considera-
estatuto de autoridad en la historia
nazes, Antilia, Sala e Ymana2. Con-
blemente una vez más, estimulado
1 Bantam Press, London, New York, Toronto, Sydney, Auckland.
2 1421, Th e Year China Discover ed the World , pp.29-31.
L
por la publicación del libro de Ga-
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cluye que Antilia y Satanazas son
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muy poco probable3.
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graphy (Coimbra, Portugal, 1954),
Puerto Rico y Guadalupe. “… pero
Aparte del hecho que la
Cortesâo mantuvo la opinion de
eso significaba que alguien de h e-
aparición de este archipiélago en
que navegantes portugueses traje-
cho había explorado las islas unos
mapas anteriores a los viajes co-
ron a Europa el conocimiento sobre
setenta a ños antes que Colón llega-
lombinos, se ha estado discut iendo
las islas del Caribe y posiblemente
se al Caribe”. Al indagar sobre este
por cerca de 200 años, me gustaría
incluso la tierra firme americana,
asunto, Menzies se convenció a sí
señalar que fue Armando Cortesâo,
antes de 1424 4.
mismo de haber encontrado sólida
de hecho, quien descubriera el
evidencia, respecto a que alguien
mapa de 1424 de Zuane Pizzigano.
pliamente esa opinión en su His-
había llegado al Caribe setenta
En su libro The Nautical Charts of
toria da Cartografia Portuguesa 5
años antes que Colón e incluso
1424 and the Early Di scovery a nd
había establecido allí una colonia.
Cartographical
Contempló la posibilidad que esos
of America. A Study on History
primeros descubridores hubiesen
of Early Navigation and Carto-
sido portugueses, pero lo halló
3
Ibid., p.31.
Representation
Cortesâo expuso más am-
4 The Nautical Charts of 1424 , p.109). 5 Vol. VI I, Coimbra, 1971, pp.125139. “Entre más estudio el tema, considerando las diferentes críticas que se hicieron a mi libro de 1954, más convencido me encuentro de que el grup o de islas Antilla en la car ta d e Piz zigiano de 1424, por prim era vez representa alguna tierra americana indeterminada, vista durante
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provocando una amplia discusión.
Los exploradores “debieron
cubrimiento. Esa nación era Chi-
Menzies pudo haberlo sabido, por
tener buenos conocimientos en la
na, pero pensar en buscar pruebas
ejemplo leyendo el art ículo de Tony
navegación mediante los astros y
incontrastables de que una flota
Campbell en la History of Carto-
deben haber encontrado un méto-
china hubiese explorado el mundo
do para determinar la longitud de
mucho antes que los europeos, me
manera de dibujar mapas con míni-
llenaba de temor”9. Tales son los
mos errores de longitud”8.
supuestos de Menzies.
graphy 6.
Sin
embargo,
mediante
consideraciones e investigaciones ulteriores, Menzies llegó a la con-
“En aquel momento solo
En el curso de ulteriores in-
clusión de que los portugueses se
existía una nación que dispusiera
vestigaciones no reportadas, Men-
encontraban lejos d e poder descu-
de los recursos materiales, el co-
zies sostiene haber “descubierto”
brir las islas del Caribe7.
nocimiento científico, los buques y
que “…varias flotas chinas cierta-
la experiencia de navegación, para
mente habían realizado viajes de
montar esa épica odisea de des-
exploración durante los primeros
un desconocido viaje portugués al Atlántico occidental” (p.139). 6 Vol. I, 1987, pp.371-458, especialment e pp. 410-411. La contr ibución de Campbell se tit ula, “Portoloan Charts from th e Late Thirt een Centur y to 1500”. 7 1421. The Year China Discovered
años del siglo quince. La última the World ., p.31. 8 Ibid., p.33.
9
Ibid., p.34.
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y mayor de ellas –cuatro escua-
procedido a explorar la Antártica y
drones combinados en una gran
el Ártico, América del Norte y del
flota de guerra- se hizo a la mar
Sur, y habían atravesado el Pacífi-
a principios de 1421. Los últimos
co hasta Australia. Habían resuel-
barcos sobrevivientes regresaron a
to los problemas del cálculo de las
China durante el verano y el oto-
latitudes y longitudes, y mapearon
ño de 1423. No quedó ningún re-
la tierra y los cielos con similar
porte sobre adónde habían viajado
precisión”10.
en esos dos años, pero los mapas
Sin considerar la pregunta
mostraban que no se habían limi-
de si Menzies tiene justificación
tado a atravesar el Cabo de Buena
para atribuir estos logros a los
Esperanza, y habían atravesado el
chinos (más al respecto después),
Atlántico para cartografiar las islas
me gustaría explicar que estamos
que yo había visto en el mapa de
hablando de siete expediciones
Pizzigano de 1424, y luego habían
10
Ibid., pp.36-37.
Cristóbal Colón + lugar discut ido, entre 1436 - 1456 - Vallad olid, 20 de mayo de 1506
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nes diplomáticas y exigir tributos. Estas expediciones navales que se realizaron entre 1405 y 1433 se encuentran bien documentadas en los archivos chinos. Los tres informes más vie jos sobre las expediciones fueron escritos por participantes que sobrevivieron. Uno de ellos era Má Huân, un musulmán que sabía la Fig. 1. Ruta de la flota China, 1405 - 1423. Según Louise Levathes, When China Ruled the Seas –The Treasure Fleet of the Dragon Throne 1405-1433 . New York: 1994, 252pp.
lengua árabe. Su obra, titulada Yíng Yaí Shèng Lân (Investigación
militares enviadas por el empera-
veinticinco años del siglo quince,
comprensiva de las costas oceáni-
dor chino Chén Zî (nombre del rei-
hacia los “bárbaros occidentales”,
cas) tiene un contenido predomi-
no: Yông Lè) durante los primeros
para establecer o renovar relacio-
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nantemente científico11. Los sinó-
de las tres fuentes contemporáneas
se muestra según la estrella Polar.
logos han estado trabajando sobre
que sobrevivieron incluían mapas.
La altura de esta est rella está esta-
estas fuentes desde la segunda mi-
Y sin embargo, el historiador Máo
blecida en pulgadas y octavos, los
tad del siglo diecinueve. Incluyen
Yuán Yí logró reconstruir un mapa
cuales son denominados, en chino,
información directa y casi exhaus-
náutico basado en sus datos, en el
chih y chio…”14.
tiva sobre el itinerario de las flotas
libro Wú Bèi Zhì (Crónica Militar
y los puertos de des tino en treinta
Completa, 1651)13.
Leyendo la Introducción de J-T Reinaud al libro Taquîm al-bul-
y seis países que bordean el océa-
Ya en 1885 el sinólogo
dân, del geógrafo árabe Abu l-Fidá,
no Índico, llegando por el sur hasta
Georg Phillips había llamado la
a Phillips se le ocurrió que estos
Borneo, Timor y Zanzíbar, pero no
atención al hecho que “La latitud
Madagascar y Australia12. Ninguna
de los lugares a lo largo de la cost a
11 Joseph Needham, Science and Civilization in China . Vol. III. Cambridge, London, New York, Melbourne, 1958, p.558. 12 Ibid., Vol. IV, 3, 1971, p.490. Louis Levathes, When China Ruled the Seas. The Treasur e Fleet of the Dragon Throne
occidental de la India, y también a lo largo de la costa Este de África, 1405-1433 , New York, 1994. 13 Cf. J.Needham, loc.cit. Vol. III, p.959; Vol. I V, 3, pp.425, 493.
14 “The Seapor ts of India and Ceylon, des cribed by Chines e Voyagers of the Fifteenth Century, together with an account of Chines e navigation”, Journal of the China Branch of the Royal Asiatic So- ciety , London, N.20, 1885, pp.209-226, especialmente pp.218ss; Idem, “Seap ort s… Navigation f rom Sumatra to China”, Ibid., N.21, 1886, pp.30-42. Véase también, F. Sezgin, Geschichte des Arabis chen Schrif- tums , Vol. XI, p.333.
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Fig. 2.Mapa del mundo elaborado p or Fra Mauro (1459).
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términos (zhî, dedo o pulgada, y
atravesado el Atlántico y a la vez
llevaron a que Menzies hiciera esas
jüé, ángulo) p odr ían ser equiva len-
registrado y mapeado los nuevos
atribuciones.
tes a las palabras isba` y zâm, tal
territorios, pese a que las fuentes
Con la esperanza de que el
como eran utilizadas por navegan-
ofrecen información clara respecto
mapa del mundo dibujado por Fra
tes árabes en el océano Índico15. El
a las rutas efectivas y a las acti-
Mauro en 1457 (Figura 2) arrojaría
mapa esquemático del Wû Bèi Zhì
vidades (para un resumen de es-
más claves, Menzies viajó a Vene-
fue editada por Phillips y reimpre-
tas rutas, véase la Figura 1), y no
cia. Allí observó en el mapa la si-
sa por Youssouf Kamal16.
dejan espacio para especulaciones
guiente inscripción:
Mas, ¿cómo pudo Men-
sobre ulteriores viajes hacia el Sur
“Alrededor del A.D. 1420
zies llegar a la conclusión de que
o el Occidente más allá del actual
un buque o bien denominado junco
flotas chinas habían viajado más
Mozambique? Parece que conclu-
indio, proveniente del océano Ín-
allá del Cabo de Buena Esperanza,
siones arbitrarias, obtenidas del
dico y en ruta hacia “las islas de
estudio de otros mapas existen-
los hombres y de las mujeres” fue
tes17, y que se discutirán más abajo,
arrastrado más allá del Cabo de
17
Diab y a través de las Islas Verdes
15 F. Sezgin, GAS XI, 333. 16 Monumenta Cartographica Afri- cae et Aegyptii , Leyden, 1926-52, Vol. IV, p.1415 (reimpresión en Vol. VI, pp.170-171).
G.Menzies, loc. Cit., p.38.
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en el Océano Oscuro hacia el Al-
regresó a Venecia probablemen-
viajes hecho por Conti contradice
garve en el Oest e. Durante cuarenta
te alrededor de 1444, después de
el supuesto viaje con una flota chi-
días no encontraron más que cielo
una estadía en Siria, donde había
na entre 1420-1421. Los historiado-
y agua”18.
aprendido árab e y se había conver-
res de la geografía creen que el via-
Menzies se preguntó a
tido al Islam, y luego de extensos
je de Conti empezó en 1419 y duró
continuación, “¿cómo obtuvo Fra
viajes por Irán, la India y el Sureste
hast a 1444 y que a su regreso viajó
Mauro esta información? ¿Cómo
de Asia. Menzies supone que Con-
en compañía de su esposa árabe
supo de la forma que tiene un jun-
ti debe haber viajado en una flota
y de sus hijos vía Socotora, Adén,
co, y que el Cabo es triangular?” 19
china por algún tiempo, durante
Jiddah, el Mar Rojo y Alejandría, y
Recordó el nombre de un viajero
el cual obtuvo el mapa del mundo
de allí a Venecia 20.
veneciano, Nicoló da Conti, quien
que sirvió de base posterior para el correspondiente mapa de Mauro.
18 Menz ies (lo c cit., p.115f, 122) NO cita la traducción de Need ham (Vol. IV, 3, p.572); sigo la traducción alemana en la Terrae incogn itae de Richard Hennig, Vol. IV, Leiden, 1944-1956, p.44. 19 Menz ies, loc. Cit., pp.115ss, 122.
Permítaseme destacar, nada más, que aparte de muchas otras objeciones, el propio recuento de sus
En el curso de su “investi20 Fr. Kunstma nn, Kenntnis Indiens im 15. Jahrhund ert . München, 1863; O. Peschels, Geschichte der Erdkunde bis AUF (aud) Alexander von Humb oldt und Carl Ritter , München, 2a Ed. 1877, pp.182184; R. Hennig, Terrae Incogn itae , Leuden, 1944-56, Vol.IV, pp.33-34.
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2 3
gación”, Menzies halló más apoyo para sus supuestos en “una copia de un mapa chino-coreano conocido coloquialmente como el Kangnido”21. Hoy día se encuentra en la Universidad Ryu koku en Kyoto, Japón (Figura N.3). En este ca so también estaba interesado sobre todo en la representación de África: “el Kangnido dibuja tan precisamente las costas de África del Este, del Sur y del Oeste que no puede haber ningún trozo de duda sobre Fig. 3 . Mapa del mundo Kagnido (1402).
que fue realizada por alguien que 21
G.Menzies, loc. Cit, p.127.
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2 4
había navegado alred edor del Cabo.
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haber dibujado el Kangnido”22.
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versión sino coreana de 1402 que
Los europe os no llegaron al África
Ante esto, me gustaría se-
se mencionó antes. Ambos mapas
del Sur en otros sesenta años; los
ñalar que el mapa Kangnido que
han sido publicados en varias edi-
navegantes árabes de la costa oc-
Menzies aduce como evidencia a
ciones desde 1938, y han sido es-
cidental nunca viajaron más al Sur
favor de su argumento es, de he-
crutados y evaluados por cantidad
de Agadir en el actual Marruecos,
cho, una de las varias copias o
de académicos. Los estudios de-
a ocho mil kilómetros de dista ncia
adaptaciones que han s obrevivido,
dicados al tema por el reconocido
del Cabo de Buena Esperanza en
de un mapa del mundo compilado
sinólogo Walter Fuchs desd e 1946,
África del Sur, y los mongoles del
por Zhû Sî-Bên, el jefe de los cartó-
parecen haber sido decisivos para
todo nunca llegaron a África. La
grafos del imperio chino mongólico
la formación de una apreciación
precisión del Kangnido me indicó
Yuán. Desafortunadamente, parece
clara 23. Fuchs fue seguido por Jos e-
que la descripción de Mauro/Conti
que el original se ha perdido. Una
ph Needham, en trazar temporal-
tenía sentido completamente. Un
versión revisada que se publica-
navegante chino pudo ciertamente
ra en 1524-1564, complementa la
haber llegado a “Harbin” y luego
22
Ibid., p.128.
23 “Drei neue Versionen der chinesisch-koreanischen Weltkarte von 1402”, en Studia Sino Altaica, Fests chrift für Erich Haenisch zum 80. Geburst ag . Ed. H. Franke, Wiesbaden, 1961, pp.75-77.
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2 5
mente hacia atrás los orígenes de
árabes que ya se han identificado,
en los Anales de la dinastía Yuán
estos mapas, hasta alrededor de
de cerca de cien ciudades y países
(Yuán Shî ), editado por Sóng Lián
130024. En esa fecha tan temprana,
en Europa y de treinta y cinco en
(1310-1381), que trata extensamen-
la forma triangular de África del
África. Solo quedaban por descu-
te de los instrumentos y modelos
Sur y la misma delineación precisa
brir los canales mediante los que
importados desde el occidente (i.e.
del Mediterráneo, deben sorpren-
ocurrió el proceso de transmisión.
Asia central). Fueron entregados
der al historiador de la cartografía.
Fuchs asumió que el conocimien-
por un hombre llamado Jamâl al-
Para Fuchs y Needham re-
to del mapa del mundo arábigo is-
Dîn, quien también escribió una
sultaba evidente que esa s cualida-
lámico llegó a China con el globo
geografía de todos los territorios
des modernas solamente podían
que fue enviado en 1267 (junto con
mongoles, aparentemente al servi-
explicarse por conocimientos to-
otros seis instrumentos astronómi-
cio de Qubilai Khân. La descrip ción
mados del mundo islámico. Esta
cos), desde Maraga (Marâgha), ca-
del globo terráqueo Kurat allard (en
opinión se apoya en los nombres
pital del imperio Mongol occiden-
pérsico kura-i arz) fue transcrita a l
tal (Ilkhanid), a la corte de Qubilai
chino como Kù-laí.yì-à-ér-zî, lo cual
Khân. Hay un interesante capítulo
nos indica que estaba hecho de
24 Science and Civilization in China , Vol. III, loc. Cit, p.555ss; F. Sezgin, GAS, Vol. X, p.323.
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madera, las “siete aguas” pintadas
mi gran sorpresa porque Menzies
señala como uno de los eventos
de azul verdoso y los tres continen-
ignore, o bien oculte, todos los es-
más sobresalientes del año 1428,
tes con sus ríos y zonas lacustres
tudios escritos sobre el tema desde
cuando Don Pedro, el hijo mayor
en claro (blanco brillante). Se di-
1938.
del Rey de Portugal, quien era un
bujó una malla sobre su superfi-
El siguiente asunto que
gran viajero, estuvo en Inglaterra,
cie, de tal manera que se pudieran
tocó Menzies en su “invest igación”
Francia, Alemania y desde ahí viajó
cuantificar con ella las proporcio-
fue “una descripción realizada po r
hasta Tierra Santa, y a otros luga-
nes de las diferentes regiones y las
el historiador portugués Antonio
res; y regresó a casa a través de Ita-
distancias a lo largo de las rutas d e
Galvão (murió en 1557) de un mapa
lia, visitando de paso Roma y Ve-
viaje25. Sin tomarme más libertades
del mundo que el delfín portugués,
necia: desde donde t rajo un mapa
comentando más sobre el tema del
Don Pedro, hermano de Enrique el
del mundo, que registraba todas
mapa sino coreano, debo expresar
Navegante, había traído con él de
25 Cf. Sezgin, GAS, Vol. X, p.312; cf. Kuei-Sheng Chang, “Africa and the Indian Ocean. Chinese maps of the fourteenth and fifteenth centuries”, Imago Mundi , N. 23, 1970, pp.21-30.
Venecia en 1428”26. Este informe27 26 1421. El año en que China descu- brió el mundo , p.137. 27 Tratado dos des cobrimentos , 3ra.
Ed., Porto, 1944, pp.122-123; The Discove- ries of the World, from their fi rst original unto the year o four Lord 1555 by Antonio Galvano, Gouverno r of Ternate, London, 1601, nueva edición con t exto p ortug ués, Ibid, 1862, pp.66-67. Cf. GAS, Vol. XI, p.358.
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2 7
las partes del mundo y la tierra.
mapa que había sido encontrado en
que hacia 1428 tanto el Cabo de
El Estrecho de Magallanes era de-
la colección de mapas (el Estudio)
Buena Esperanza (Boa Esparança)
nominado en él la cola del dragón
de la Alcobaza, el cual había sido
y el Estrecho de Magallanes (que
(cola do dragam); el Cabo de Bue-
hecho 120 años antes, el cual mapa
separa A rgentina de Tierra del Fue-
na Esperanza la frontera de África
establecía toda la navegación de las
go) habían sido consignados en un
(fronteira de Africa) y así en lo su-
Indias Orientales con el Cabo de
mapa. Era una afirmación extraor-
cesivo respe cto a otros lugares: por
Buena Esperanza, tal como la han
dinaria. ¿Cómo pudo haber apa-
el cual mapa de Don Enrique (el
descrito nuestros mapas posterio-
recido en un mapa el Estrecho de
Navegante), el tercer hijo del Rey,
res; por lo cual pare ce que en tiem-
Magallanes –para simplificar lo lla-
recibió mucha ayuda y propició sus
pos pasados (em tempo passado)
maré el Mapamundi de 1428-, casi
descubrimientos”.
hubo tanta o más tierra descubierta
un siglo antes de que Fernando de
que la que hay ahora”.
Magallanes lo descubriera? Para
“Francis de Sousa Tavares me dijo en el año de 1528, que
Menzies comenta sobre la
destacar que no se trataba de un
Don Fernando, el hijo y heredero
primera parte de esta cita: “Aquí
error, Galvão continuaba:” 28 (aquí
del Rey ciertamente le mostró un
hay una afirmación inequívoca de
28
1421. El año en qu e China des cu-
brió el mundo , p.137ss.
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consignaba Menzies la segunda parte de la cita ya mencionada). Esta referencia que Menzies sostiene haber descubierto durante su “investigación” en Venecia, también ha sido conocida durante mucho tiempo. Ya a mediados del siglo XIX, el historiador de la geografía Joachim Lelewel llamaba la atención sobre el recuento de Galvão29 y llegó a la correcta conclusión de que la forma semi insular Fig. 4 . Mapa del Atlántico elaborado por Pîrî Re´îs (927/1521-930/1524).
de África debió haber sido conoci29 Géographie du moyen age , Vol. II, Bruselas, 1852-57, p.83, nota 172.
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2 9
Fig. 5 .Mapa del mundo elaborado p or Alb erto Cantino (1502).
da por los portugueses mediante
al Estrecho de Magallanes en un
y la llamó un supuesto alucinante.
mapas extranjeros adquiridos más
mapa que circulaba en 1428, sin
Como quiero mostrar más adelan-
bien tempranamente. La referencia
embargo, la consideraba increíble
te, la investigación actual no s lleva
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3 0
a una conclusión diferente.
F
Se refiere al bien cono-
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la fuente del mapamundi portu-
Sin siquiera nunca dars e
cido mapa parcial del almirante
cuenta que Galvão en el pasaje ci-
otomano Pîrî Re´îs (Figura N.4).
En su búsqueda de apoyos
tado antes s e refiere a un segundo
Supuestamente, él habría incorpo-
para sus ideas, Menzies se percató
mapa –un mapa que retrot rae la re-
rado materiales cartográficos que
del delineado de África, sorpren-
presentación cartográfica del Cabo
fueron requisados por los otoma-
dentemente moderno, especial-
de Buena Esperanz a al año de 1408
nos durante una batalla naval con
mente de su costa oriental, en el
y que por tanto contradice el su-
los españoles en 1501. Menzies se
mapa probablemente dibujado por
puesto descubrimiento realizado
muestra particularmente interesa-
Cantino31 en 1502 (Figura N.5). Para
por la flota china en 1421-, Menzies
do en la sección Sudoccidental de
Menzies, en este mapa “la costa
establece una conexión con “otra
la carta, en tanto presume que esta
Este de África se muestra con tal
carta que probaría ser una de las
información se derivaría, en último
precisión que parece haber sido di-
claves más valiosas para develar los
término, del mapa chino que su-
bujada con la ayuda de la navega-
secretos de los viajes chinos”30.
puestamente también habría sido
30
G. Menz ies, 1421. El año en que
China descubrió el mundo , p.140.
gués de 1428.
31 Véase F. Sezgin, GAS, BD. XI, P. 364-375, BD. XI I,p. 270.
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3 1
Fig. 6. Método para la determinación de las dist ancias en mar abierto mediant e la triangulación. Después de tomar la latitud en el punto de partida A, se navegaba en un ángulo conocido H, y del ecuador al punto B, toma su latitud y p or tanto la dist ancia BH. A partir de aquí se cambiaba el rum o hacia C (de regreso a la misma latitu d que A). La distancia AC=AH+HC se calculó trigonométric amente. Esta t riangulación era repetida hasta que se llegaba al destino. Las latitudes se determinaban midiendo las altitudes polares.
ción satelital”32. Lo cual testimonia
carta?”33 Después de explicar por
tógrafos originales”34. La respuesta
“el conocimiento chino”, porque
qué se debe excluir a los portugue-
poco reflexiva de Menzies es que
“¿quién más que los chinos pudo
ses en ta nto posibles creadores del
no, porque “no encuentro una car-
haber dibujado esta asombrosa
mapa, se pregunta “si navegantes
ta árabe detallada d e la costa orien-
árabes pudieron haber sido los car-
tal de África en los Monumenta
32 G. Menzies, 1421. El año en que China descubrió el mundo . Loc. Cit, p.375ss.
Cartographica de Youssuf Kamal. 33
Ibid.
34
Ibid.
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Aunque los árabes comprendieron
No solamente carecían de métodos
Además de los métodos fa-
cómo calcular la longitud median-
adecuados para la determinación
miliares para determinar las longi-
te el eclipse lunar, nunca supieron
de las longitudes así como de la
tudes sobre la tierra, los navegan-
cómo medir el tiemp o con la preci-
cronometría, sino especialmente
tes del océano Índico desarrollaron
sión necesaria, algo que sí lograron
porque el trazado de un mapa tan
un método altamente sofisticado
los chinos”35. Es imposible tratar
asombrosamente realista de Áfri-
para medir las distancias en el mar
en detalle todos los pronuncia-
ca, debe haber sido un proyecto
abierto, paralelamente u oblicua-
mientos, afirmaciones y supuestos
que requirió mucho más tiempo
mente al meridiano, así como pa-
que abundan en Menzies; pero sin
que el que Menzies parece haber
ralelamente al ecuador. El último
embargo me gustaría concederle
supuesto, un error que, por otra
caso equivale a una determinación
un hallazgo, esto es, que los por-
parte, permea toda su línea argu-
de la longitud. Se trataba de una
tugueses no pudieron haber sido
mental. Durante siglos, el océano
verdadera triangulación, apta para
quienes crearon el mapa Cantino.
Índico ha sido efectivamente una
mediciones confiables y precisas,
especie de lago rodeado por el área
de las distancias trans oceánicas en
cultural arábigo islámica.
el mar abierto (Figura N.6).
35 Ibid. Es interesante señalar que este pa saje ha sido eliminado en la segunda edición en inglés (Loc. cit., p.377).
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3 3
La información que se encuentra en manuales de navegación árabes y turcos de entre los siglos IX/XV y X/XV I36, respectivamente, confirman que se realizaron mediciones amplias y adecuadas del océano Índico, al punto que se hizo posible producir una representación cartográfica comprensiva. Por
Fig. 7 . Mapa Mundi de Martin Waldseemüller (1507).
eso Wilhelm Tomaschek pudo reconstruir mapas parciales muy fi-
i.e. en un momento cuando los
Una de las teorías más ex-
nos, siguiendo la información que
principales libros náuticos árabes
céntricas de Menzies postula que
tenía disponible en el año de 1897,
no habían sido ni siquiera redescu-
una flota china atravesó el cabo d e
biertos37.
Buena Esperanza y siguió su viaje
37
pp.419-426; Vol. X II, pp.318-333.
36 La primera cifra se refiere al calendario árabe y la segunda al c alendario crist iano. N.T.
Cf. F. Sezgin, GAS, Vol. XI,
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hacia el Oeste, descubrió América,
que aparecían en la Geografía de
ríos e islas. Si no fueron lo s chinos,
trazó y cartografió sus costas p ara
Abu l-Fidâ39. Menzies también se
¿quién pudo haber trazado esa
regresar finalmente a casa a través
percató del primer mapa mundo
enorme línea costera? ¿Cómo se
del océano Ártico, a lo largo de
(Figura N.7) de Mart in Waldseemü-
pudo dibujar esta carta, mostrando
las costas de Europa y Asia 38. En
ller (1507) y quedó impressionado,
tierras que no fueron des cubiertas
la segunda mitad del siglo XVI, en
como se hace patente en el siguien-
“oficialmente” por los Europeos
Europa se discutió fervorosamen-
te pasaje: “El mapa Walds eemüller,
hasta tres siglos después, a menos
te la posibilidad de una tal ruta.
publicado en 1507, muestra la cos-
que los chinos también hubiesen
Algunos renombrados cartógrafos
ta norte de Siberia, desde el Mar
viajado por ahí? Los primeros tra-
como Gerhard Mercator y Abra-
Blanco en el Oeste hasta la penín-
zados r usos de Siberia no se reali-
ham Ortelius rechazarían este su-
sula Chukchi y el Estrecho de Be-
zaron sino dos siglos después, y el
puesto, mientras que John Dee lo
ring en el Este. Se puede identificar
primer mapa ruso no apare ció sino
promovía basado en afirmaciones
claramente toda la costa, con sus
hasta el siglo diecinueve”40. Des-
38 1421. El año en que China descu- brió el mundo , pp.238, 356.
39 Cf. F.Sezgin, GAS, Vol. XI, p.80ss.
40 1421. El año que China descubrió el mundo , p.312 de la primera edición.
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3 5
pués de todo, deberíamos agra-
Ártico, que aparecen en antiguos
fico del Norte de Asia, a oficiales
decer que Menzies suscitara este
mapas no ptolemaicos? Las retícu-
navales chinos. Pese al hecho que
tema, pues se trata de un punto dé-
las dibujadas en muchos mapas ini-
la recolección de la información
bil en la historia de la cart ografía. A
ciales de Asia, ¿están conectadas
en cuestión debe haber tomado un
lo que yo conozco, nunca se había
con la realidad y, si lo estuviesen,
tiempo muy prolongado, Menzies
planteado a fondo en toda la his-
en cuál área cultural se recogió la
supone que esta área, increíble-
toria de la cartografía, la pregunta
información empírica subyacente?
mente vasta, pudo haber sido ma-
sobre la procedencia de la repre-
Aunque hasta la historia
peada durante la expedición naval
sentación cartográfica tan realista
moderna de la cartografía apenas
del Norte de Asia que aparece en
conoce alguna cosa sobre el perío-
En el volumen X de la Ges-
el mapa de Waldseemüller -y que
do creativo de la cult ura arábigo is-
chichte des arabischen Schrift-
rompe de man era fundamental con
lámica, que duró cerca de ochocien-
tums (pp.334 - 5 - 45) me he referido
la tradición ptolemaica. ¿Sobre qué
tos años, Menzies se considera a sí
al tema de adónde pudo haberse
fuentes se basa la delineación de
mismo autorizado para adscribir el
originado el tipo de mapa sobre
los ríos que corren hacia el océano
muy detallado trazado cartográ-
Asia que apareció en Europa a
China de 1421 a 1423.
Fig. 8 . Mapa de Asia en tiempos de los mo ngoles, presumiblemente del siglo VII/ XII I, de una edición francesa del libro escrito p or Abu l-Gâzî Bahâdur Hân (Leiden 1726).
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3 7
principios del siglo dieciséis. Lle-
Me llevaría demasiado le-
afirmación a bsolutamente ridícula
gué a la conclusión de que el estu-
jos buscar todas las afirmaciones
de que el Ecuador había variado a
dio cartográfico del Asia del Norte
cuestionables en el libro de Men-
O3º40` N en ese tiempo. Lo cual
y de Asia Central empezó ya entre
zies, y tampoco es ese mi prop ósi-
sostiene haber calculado emplean-
los siglos V al X I. Una copia que se
to. Pero, sin embargo, me gustaría
do las instrucciones de navegación
ha preservado de un mapa 41 de los
discutir brevemente otra de sus du-
y de orientación estelar que apare-
siglos VII al XIII o del VIII al XI V42
dosas teorías. Se refiere al intento
cen en el Wû Bèi Zhì , supuesta-
(Figura N.8), es testigo del asom-
de trazar incluso el conocido mapa
mente producido en 142245 Aparte
broso desarrollo de los estudios
“Vinland” de Groenlandia con la
del hecho que este libro escrito
cartográficos sobre esa área en la
expedición china de 1421-142344. En
por Máo Yuán Yí, como se mencio-
tradición de la geografía arábico is-
tanto esto implicar ía una glaciación
nó antes, fue escrito en 1628 y no
lámica 43.
de Groenlandia sustancialmen-
en 1422, y pasando sobre la cues-
te reducida, Menzies recurre a la
tión de cuál información de estas
41 Ibid., Vol.X, pp.357, 477, 570; Vol. XI, pp.87, 94, 346; Vol. XII, p.155. 42 Cf. F. Sezgin, GAS, Vol. XII, mapa número 107, p.173. 43 Cf. F. Sezgin, GAS, Vol. X, PP.
376-398. 44 1421. El año que China descubrió al mundo , pp.345--356.
fuentes, en particular, pudo haber 45
Ibid., p.350.
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explotado Menzies para su propósito, y cómo exactamente llegó a sus resultados, para no mencionar las consecuencias de tal aumento de la inclinación del eje terráqueo de casi cuatro grados; sin embargo, sobre todo hace falta recordar que los astrónomos y geógrafos del área cultural arábigo islámica han observado el cielo de forma continua durante largos períodos de tiempo y en diversas regiones
Fig. 9 . Mapa del mundo tomad o de la Geografía de Ptolome o, en un manuscrito de finales del siglo XIII.
del mundo. Midieron latitudes y
con instrumentos de precisión y
recogida. Habrían localizado y
longitudes utilizando observato-
obtuvieron o corrigieron mapas
documentado un tal cambio en la
rios impresionantes, equipados
de la Tierra, según la información
eclíptica, con gran asombro. Más
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3 9
aún, el sugerido desplazamiento
sin fundamento. En la página an-
prevalecen hoy en día”47. Como esa
del Ecuador, más tarde habría teni-
terior había indicado que: “Para
evidencia resulta ser espuria, ahí
do que revertirs e, incidente que, de
justificar esa afirmación, yo tenía
debió haber terminado cualquier
nuevo, habría dejado su huella en
que responder a la pregunta de si
especulación sobre el viaje al Norte
los registros astronómicos.
Groenlandia pudo haber sido efec-
de la flota china.
Menzies omitió este pasaje
tivamente circunvalada. Es algo
Con esto concluyo mis ano-
en la segunda edición en inglés, o
completamente imposible hoy día,
taciones respecto de algunas de
más bien se vió obligado a desha-
incluso con un barco rompehielos
las incontables teorías escandalo-
cerse de él y sustit uirlo por la ora-
nuclear, pues los mares que rodean
sas de Menzies. En tanto historia-
ción: “y en ese momento cuando el
el lejano Norte permanecen sólida-
dor científico estoy, casi no hace
clima era mucho más frío que en
mente congelados durante todo el
falta decirlo, no muy contento de
1422”46. Pero esto solamente con-
año. Sin embargo, existe eviden-
que opiniones de esta índole, re-
vierte una línea de pensamiento
cia directa de que las condiciones
torcidas y mal informadas, re ciban
insostenible, en una afirmación
a principios del siglo quince eran
indebidos niveles de publicidad, a
46
notablemente diferentes de las que
47
Ibid., p.352.
Ibid., p.349.
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través de la gran cantidad de copia s
ignorancia sobre los ocho siglos de
to más acabado, sin embargo, que
impresas y una conferencia que
florecim iento de las ciencias y de la
incorpora los avances logrados en
ofreciera Menzies, “of all places”,
cultura en el área arábigo islámica.
medio siglo después del trabajo
en la Royal Geographic Society. De
La cuestión de un eventual
de Wiener, fue ofrecido por Ivan
acuerdo con su propia descripción,
encuentro precolombino de gentes
van Sertima y se tit ula They Came
“fue trasmitida alre dedor del mun-
provenientes del viejo mundo con
Before Columbus 50. No hace falta
do a treinta y seis países con una
el cuarto continente ya ha involu-
señalar que el contenido de este
población de dos mil millones de
crado a científicos durante el últi-
libro, que recibió cerca de veinte
personas”48. Por otro lado podría
mo siglo, de manera frecuente y
reimpresiones, molestó a mucha
resultar útil demostrar con este
seria. Leo Wiener presentó un es-
gente, exponiéndolo a críticas y
claro ejemplo, el lamentable estado
tudio de gran escala sobre el tema,
rechazos de plano. Y sin embargo,
de la historia de la cartografía. So-
desde una perspectiva antropoló-
la proposición básica parece haber
bre todo, ese estado lo provoca la
gica, titulado Africa and the Dis-
sido corroborada en general, res-
covery of America 49. El tratamien-
pecto que los habitantes del Viejo
49
50
48 Prim era edición en inglés, p.407. Se omit ió en la segunda edición en inglés.
Vol. I-II I, Philadephia, 1920-1922.
New York, 1976.
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Mundo alcanzaron la masa conti-
P á g i n a
cuadas habilidades náuticas.
4 1
da del califa al-Ma´mûn tempra-
nental ubicada más allá del Atlánti-
Para poder realizar con
namente, entre los siglos III/IX,
co, de forma repetida desde la an-
rapidez estudios cartográficos de
ya presenta a la ecumene en una
tigüedad. Con toda probabilidad,
largo alcance sobre la Tierra en el
configuración insular. Se repre-
estos encuentros entre habitantes
área cultural arábigo islámica, re-
senta a los océanos de una forma
del Viejo y del Nuevo Mundo re-
sultó crucial que se abandonara la
peculiar: toda la masa terrestre de
sultaron –hasta cierto punto en la
idea de diferentes cuencas oceáni-
la ecumene está rodeada por un
historia- de la casualidad antes que
cas circundadas p or tierra, hereda-
océano de navegación restringida
de propósito. Para aventurarse en
da de pred ecesores como Marino y
(al-bahar al-muhît), el cual, a su
una jornada de des cubrimiento de-
Ptolomeo (Figura N.9), a favor del
vez, está rodeado por un segun-
liberada, se necesitaba dispon er de
concepto de una configuración in-
do océano “oscuro”, considerado
una noción bien clara sobre el glo-
sular de la ecumene.
imposible de navegar debido a su
bo terráqueo y su circunferencia,
El primer mapamundi (Fi-
oscuridad. Mientras se ma ntuviese
por no mencionar buques capaces
gura N.10) creado por los geógrafos
esta influencia, ese concepto por
de navegación en alta mar y ade-
arábigo islámicos por encomien-
sí mismo habría desanimado a p o-
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4 2
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fig.10 Mapa del mundo elaborado por los geógrafos de Al-Ma´mûm (primer tercio del siglo III/IX). Arriba: de Masâlik al-absâr por Ibn Fadlallâh al-Ümarî (circa 740/1340). Abajo: reconstrucción.
n
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4 3
tenciales aventureros de cualquier
rasangas (cerca de 2.40 0 millas ára-
El polistoriador al-Mas`ûdî
intento de llegar al Asia a través de
bes o 4.800 kilómetros)51. En este
(murió en 345/956) cuenta que ha-
la ruta occidental, a través del A-
contexto deberíamos recordar un
bía escrito su libro perdido Mir´ât
tlántico. Hizo falta mucho tiempo,
concepto importante pero sin em-
az-zamân , sobre marineros de la
de hecho, para que se desechase
bargo poco conocido, de al-Bîrûnî
España musulmana que arriesga-
para siempre la teoría de un océa-
(murió en 44 0/1048). Establece que
ron sus v idas en diferentes oport u-
no oscuro e imposible de navegar.
la ecumene estaba rodeada por un
nidades, tratando de navegar hacia
Abû ´Abdallâh al-Zuhr î, quien revi-
océano abarcador que separa sus
el Occidente a través del Atlánti-
sara la Geografía de Ma´mûn entre
más distantes playas occidentales y
co. “Entre ellos se encontraba un
los siglos 6/12, planteó objeciones
orientales y que posiblemente aísla
hombre llamado Haias (Haikhas),
contra esa “zona oscura”. De cual-
a otro continente o isla habitada,
proveniente de Córdoba, quien
quier manera, según su recuento,
en medio52.
contrató a un par de jóvenes en bu-
la distancia desde t ierra hasta mar adentro que se sa bía navegable, en esta época se expandió a 800 pa-
51 Cf. F. Sezg in, GAS, Vol. X, p.127. 52 Ibid, p.128; al-Bîr ûnî, Tahqîq mâ li-l-Hind , Ed. E. Sachau, London, 1887; reimpreso: Islamic Geography , Vol. 105; traducción al ingles de E. Sachau, Londo n,
ques que él había equipado, y con 1910; reimpreso: Islamic Geography , Vol. 106-107.
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4 4
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quienes se adentró en el océano.
intento fallido –en aquel momento
de la Lisboa árabe se llamab a Darb
Después de un tiempo bastante
aparentemente muy destacado-
(dar) al-maghrûrîn (la Calle del
prolongado, regresaron con un rico
por ocho miembro s de una familia,
Extraviado/Perdido). Los informes
botín.” Sin embargo, otros no lo-
que intentaron atravesar el océano
sobre esas expediciones parecen
grarían regres ar; esto era algo bien
con rumbo hacia el occidente, en
haber disfrutado de cierta divul-
conocido en la región. Este recuento
un barco construido esp ecialmente
gación en las regiones occidentales
relativamente oscuro de al-Mas´ûdî
para tal propósito53. Esos emp eños
del Mundo Islámico. Se lanzaron
se aclara a la luz del reporte más
parecen haber sido tan frecuentes,
ulteriores intentos desde Mali, en
detallado de al-Idrîsî (548/1154).
que una calle junto a los muelles
el África Occidental. Poco antes d el
Según este último, tales viajes fueron emprendidos en búsqueda de costas remotas más allá del océano, o incluso masas terrest res desconocidas que se encontrasen en él. Al-Idrîsî relata extensamente un
53 Al-Idrîsî, Nuzhat al mustâq fi htirâq al-aflâg , Vol. I, pp.220-548; Julios Klaproth, “Ueber die Schiffahrten der Araber in das Atlantische Meer”, en Asiatisches Magazin (Weimar), N.1, 1802, pp.138-148; reimpresión en Islamic Geography , Frankfurt, 1994, Vol. 237, pp.47-51; R. Hennig, Terrae incogn itae , Vol. II, pp.424- 432; F. Sezgin, Wiissenschaft und Technik im Islam , Vol. I. Einfüh rung, Frankfurst, 2003, p.173.
712/1312, se informa que el Sultân Muhammad Abû Bakr despachó una flota con el ánimo de alcanzar “el otro lado del océano”. Según la narración de Ibn Fadlallâh al-Ùmari, después de completar los prepa-
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4 5
rativos necesarios, la flota navegó
Parece que esas expedicio-
el Occidente, después de aproxi-
dirigiéndose al mar abierto. Allí
nes incluso llegaron a repercutir en
madamente cien días de viaje a tra-
fue alcanzada por una peligrosa
las fuentes chinas: los dos geógra-
vés del Atlántico. Así interpreta el
corriente y se hundió, con excep-
fos de la dinastía Sung, Zhôu Qù-
académico chino Li Hui-Lin el tex-
ción de un barco. Posteriorm ente el
Fêi (1178) y Zhào Rû-Gùa (1225),
to en cuestión55. Sin embargo, no
sultán equipó una segunda flota y
citan informes de mercaderes mu-
estoy convencido del todo, porque
se embarcó personalmente en ella,
sulmanes, según los cuales buques
con el mismo propósito, pero nun-
árabes provenientes del África
ca regresó54.
oriental llegaron a un fértil país en
54 Ibn fadlallâh al-Úmari, Masa- lik al-absâr , edición facsímil, Vol. IV, Frankfu rt, 1988, p.43; trad ucción francesa en: M.Gaudef roy-Demomby nes, Masâlik el absâr , Vol. I, L´Afrique, Mois l´Egypte…, Paris, 1927, p.74ss. Reimpr eso en Islamic Geography , Vol. 142. Cf. al-Qalqasandî, Subh al-a´sâ , Vol. V, Cairo, 1915, p.29 4ss; A. Zéki Pacha “Une seconde t entative des Musulmans pour découvrir l´Amèrique”, en Bulletin de l´Institut d`Égypte (Cairo),
Vol. 2, 1919-1920, pp.57-59; reimpreso en Islamic Geography , Tomo 239, pp.4446; Egmont Zechlin, Das Problem der vorkolumbischen Entdeckung Americas…, en Historis che Zeits chrift (Munich), Vol. 152, 1935, pp.1-47, esp. p, 46.; R. Hennig, Térrae Incognitae , Vol. III, pp.161-165; Basil Davidson, The Los t Cities of Africa , Boston, Toronto, 1970, pp.74-76, v.a. Ivan van Sertima, They Came Before Columbus , l.c., pp. 67, 70.
55 “Mu-lan-p´i. A cas e for preColumbian tran satlantic t ravel by arab ships”, Harvard Journal of Asiatic Studies , Vol. 23, 1960-1961, pp.114-126. Los dos libros chinos fueron t raducidos al inglés por Friedrich Hirth y W.W. Rockhill, Chau Ju-Kua: His Work on the Chines e and Arab Trade in the 12th and 13th centu- ries , entitle d ´Chu-Fan-Chi´, traducidos del chino y anotado s, San Petersburgo, 1911 (reimpresos en The Islam ic World in Foreign Travel Accounts , Vol. 73), v.a. F. Hirt h, “Chao Ju-Kua, a new source of mediaeval geography”, Journal of the Royal Asiatic Society (Londres), 1896, pp.57-82 (reimpreso: The Islam ic World in Foreign Travel Accounts , Vol. 74, pp.299-324).
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4 6
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no parece afirmar sin ambigüeda-
portantes pistas.
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después fue examinado por Kahle
des que la referida expedición se
Primeramente, me gusta-
y por varios otros historiadores de
dirigió ciertamente hacia el Oeste
ría realizar un examen cuidadoso
la cartografía que lo siguieron. El
a través del Atlántico.
de dos mapas: el mapa perdido de
interés sobre este mapa ha aumen-
me
América realizado por Colón y fe-
tado nuevamente durante las últi-
gustaría ilustrar la cuestión de un
chado en 1498, en una versión del
mas dos décadas, e incluso se ha
posible descubrimiento precolom-
almirante otomano Pîrî Re´îs y la
extendido más allá de los círculos
bino del cuarto continente, a partir
copia portuguesa de un mapa ja-
de expertos. Yo había estudiado
del estudio de mapas históricos.
vanés que muestra la costa orien-
previamente este mapa, pero mi
Desafortunadamente no sobrevi-
tal de América del Sur. El mapa de
énfasis entonces se reducía a as-
ven mapas árabes originales que
Pîrî Rê´îs (Figura N.4) fue des cu-
pectos ya tratados por Kahle, cuyo
podrían resultar útiles para tales
bierto en la biblioteca del Topkapi
tratado57, creo, aún sigue siendo el
efectos, pero existen algunos po r-
arayi en 1929 y fue publicado por
tugueses y españoles, y la copia de
Paul Kahle en 193156. Algunos años
un mapa javanés, que ofrecen im-
56
Consecuentemente,
P. Kahle, “Un mapa de América
hecho por el t urco Piri Re´^is, en el año 1513, bas ándos e en un mapa d e Colón y en mapas portugueses”, Investigación y Progreso , Año V, 1931, N.12, pp.169-172. 57 P. Kahle, Die verschollene Co-
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4 7
más completo de los dedicados al
había obtenido esta fuente de un
perdido durante mucho tiempo. En
tema. Consecuentemente, asumí
marinero español que Kemâl Re´îs
lo que se refiere a la parte del Sur,
que este mapa dibujado por Pîrî
había capturado en un buque es-
hacía falta suponer que se basaba
Re´îs en Galípoli y presentado al
pañol asaltado en 1501. Según su
en un mapa portugués. Durante la
sultán Selîm, consistía de dos par-
propio recuento, este caut ivo había
preparación para una conferencia
tes; una parte comprendía las re-
acompañado a Colón en sus tres
sobre el tema del descubrimiento
giones orientales de Mesoamérica
primeros viajes a través del Atlán-
precolombino de América me referí
y el Caribe, la segunda parte las
tico. La importancia de este mapa
una vez más, con cierta extensión,
costas orientales de América del
–que fundamentalmente muestra
al mapa d e Pîrî Re´îs, y concluí con
Sur. La parte Norte supuestamente
varios archipiélagos en el Caribe,
una revisión de mi opinión.
correspondería al mapa perdido de
confundidos como parte de la línea
Cuando leí por primera vez
Colón. Kahle sugirió que Pîrî Re´îs
costera del Asia del Este- tendría
la detallada y excelente descrip-
que ser imputada primariamente al
ción de la parte de América del Sur
hecho de ser una copia del mapa
del mapa de Pîrî Re´îs en el nota-
lumbus-Karte von 1498 in einer türkis chen Weltkarte von 1513 . Berlín y Leipzig, 1933 (reimpreso en Islamic Geography , Vol. 22, pp.165-225).
de Colón que se había considerado
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ble artículo de Kahle58, me dio la impresión de que Pîrî Re´îs fue el primer cartógrafo en llevar a cabo la compilación de un mapa d el nuevo continente, utilizando todos los resultados de encuentros de navegantes portugueses con las costas de América del Sur (entre la parte Sur del Caribe hasta cerca de los 50º Sur del Ecuador), las que hoy conocemos e incluso algunas que
fig. 11 Proyección del mapa de Pîrî Re´îs sobre un atlas moderno.
cayeron en el olvido con el pasar del tiempo, con una exactitud
te increíble en comparación con
ca. Esto, sin embargo, conducir ía a
asombrosa – de hecho, realmen-
los estándares de los navegantes
nuevas preguntas: ¿Esos marineros
58
y cartógrafos europeos de la épo-
que llegaron a la América del Sur,
Ibid., p.180s s.
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4 9
principalmente por coincidencia,
de una parte de América del Sur,
particularmente asombroso el re-
y que permanecieron allí durante
traduce una cierta afinidad con la
sultado de súper imponer con una
solo un poco tiempo, estarían en
de Pîrî Re´îs, aún está sustancial-
computadora, el mapa de Pîrî Re´îs
cualquier caso en capacidad de es-
mente menos desarrollada, tanto
sobre el atlas moderno (Figura N.
tablecer longitudes? ¿Utilizó Pîrî
en términos del contenido como
11).
Re´îs un mapa de América del Sur
del área cubierta. Un ejemplo que
Las coordenadas del es-
con grados, del que extrajo sus da-
ya Kahle había notado es el estua-
tuario de La Plata (Paraná, circa
tos? Según Kahle, Pîrî Re´îs supues-
rio del río de La Plata en la vecin-
longitud 58º, latitud 35º Sur), por
tamente habría basa do su mapa en
dad del Buenos Aires moderno, el
ejemplo, resultan casi congruen-
un modelo de origen portugués.
cual aparece claramente delineado
tes. Como se puede ver en la (Fi-
Consecuentemente,
comparemos
por Pîrî Re´îs, aunque supuesta-
gura N.11), la correspondencia es
el mapa de Pîrî Re´îs con los pri-
mente ese lugar no fue des cubierto
muy precisa en la parte Norte de
meros mapas port ugueses que han
sino hasta 151559. También resulta
sobrevivido, hasta 1502. Aunque la representación que aquí aparece,
59 Die vers chollene Columbus-Karte von Amerika vom Jahr 1498 in einer tür- kischen Weltkarte von 1513 , en Forschung
und Fort schr itte (Berlín), Vol. 8, 1932, pp. 248 (2248)-249, especialmente p.248 (reimpreso en Islamic Geography , Vol. 22, pp.162-163, esp. P.162).
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5 0
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la costa entre cerca de la longitud
mapa60. La historiadora turca Afet
por quién fueron medidas tan pre-
75º en el Noroeste hasta cerca del
(Ïnan) también discutió este fenó-
cisamente esas coordenadas, des-
45º de longitud. En otras palabras,
meno en una conferencia ofrecida
afortunadamente fue respondida
la costa del mapa de Pîrî Re´îs, en
ante la Société de Géographie de
por la autora citada utilizando el
algunos puntos casi no se desvía
Ginebra, en 193761. Demostró que
supuesto, extraño y más bien na-
en longitudes y latitudes, en algu-
la fidelidad en latitud y longitud de
cionalista, que el cartógrafo turco
nos puntos apenas entre 0.5º y 2º,
la representación de la costa Este
había compilado su mapa –utili-
del atlas moderno. Se trata de un
de América del Sur, mediante un
zando los materiales colombinos
grado de exactitu d que no se cono-
mapa muy parecido a nuestra pro-
pero basándose en la Geografía
ció en la historia de la cartografía
yección diseñada por computado-
de Tolomeo que aún era de uso do-
europea, antes del siglo XVIII.
ra. La pregunta d e cómo, cuándo, y
minante entre los siglos X al XVI-,
Kahle ya había hecho un comentario de pasada sobre la asombrosa precisión de la delineación de América del Sur en ese
60 Ibid., p.10s. 61 “Un admiral, géographe turc du XVIe siècle. Piri Reis, auteur de la plus ancienne cart e de lÁmérique”, en Belleten (Ankara), N.1, 1937, pp.333--349 (reimpreso en Islamic Geography , Vol. 22, pp.288308).
en lo que tendría que describirse como un golpe de genio 62. Otra representación de Bra62
Ibid., 347 (reimpresión, p.302).
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5 1
sil, aunque inferior, aparece ya en
leyenda”64. Debió habérseles esca-
el mapa sin gradación de Alberto
pado a estos dos es tudiosos que la
Cantino (Figura N.5), de 150263.
línea de la costa que aparece en el
Armando
Avelino
mapa de Cantino poco después del
Teixiera da Mota, dos dedicados
primer contacto, supuestamente
estudiosos de la cartografía portu-
accidental, de Pedro Álvares Cabral
guesa, concluyeron que debe haber
con Brasil, en su viaje a la India (9
habido algún conocimiento sobre
de Marzo de 1501), ya se aproxi-
Brasil, anterior a la primera expe-
ma a una forma bastante realista,
dición portuguesa conocida (1501),
y que las islas caribeñas de Cuba,
y que consecuentemente “la atribu-
la Española, Jamaica, Puerto Rico
ción de tal descubrimiento a cual-
y otras Antillas, aún ausentes del
Colombo (1503), también están cla-
quier persona no es más que pura
mapa dibujado por Bartholomèo
ramente delineadas en este mapa
Cortesâo
y
63 Portugalie Monumenta Cartogra- phica , Vol. I, 1960, p.13ss; F. Sezgin, GAS, Vol. XII, p.270.
Juan De la Cosa + Santoña, entre 1450 1460 - Turbaco, 28 de febrero de 1510.
de 1502. Christophoros Colombo, 64 Portugaliae Monumenta Carto- graphica , Vol. I, P. 10 FF (p.10 not a.
(Colón), había visitado estos ar-
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fig. 12
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5 3
chipiélagos en sus cuatro viajes a América y los mencionaba en sus informes, pero para su estudio cartográfico con algún nivel de precisión habría llevado mucho más tiempo y un mejor conocimiento con la medición de latitudes y especialmente de longitudes. Otro
mapa
importante
debería ser consultado en la discusión sobre un posible descubrimiento precolombino de América. Fue realizado por el navegante español Juan De la Cosa (Figura 12), fig. 13
quien había servido a Colón como
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5 4
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navegante en sus prim eros tres via jes. El mapa que lleva su nombre fue dibujado en el año de 1500 y se encuentra en el Museo Naval de Madrid 65. Si súper imponemos el mapa de De la Cosa con el atlas moderno (Figura N.13), se nos revela que las distancias entre el África Occidental y la costa Noreste de Brasil son relativamente muy
fig.14 Parte de la costa de Brasil, copiada del “Atlas Javanés”.
realistas. La única explicación via65 Véase F. Sezgin, GAS, Vol. XI I, Karte 190, p.269. En su colofón, el mapa está fe chado “Juan De la Cosa la fizo en el Puerto de Sta. María en el año de 1500”; Cf. George E. Nunn, The Mappemonde of Juan De la Cosa. A critical i nvestigation of its date . Jenk intown, 1934, p.1.
ble es que este mapa se basaba en
las longitudes. Las islas de Cuba,
un original que presentaba una red
la Española, Jamaica, Puerto Rico
de paralelos y meridianos, funda-
y las Bahamas también están bien
da en determinaciones precisas de
dibujadas; su máximo error longi-
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5 5
tudinal y latitudinal es de s olamen-
a rechazar la fecha colocada en el
30` y 27º Sur. El atlas original que
te cerca de 5º. Incluso el Golfo de
colofón del mapa de De la Cosa,
incluía 26 mapas parciales había
México y las costas Surorientales
y a suponer que se trataba de una
sido tomado por los portugueses
de América del Norte, están pre-
copia tardía en la que se había in-
durante la conquista de Malaca en
sentadas de una forma que ofrece
corporado información más recien-
1511. Alfonso Albuquerque (1445-
alguna idea de la configuración
te 66. Se trata, de hecho, de la única
1515), conquistador y nuevo virrey,
real; las coordenadas se desv ían de
conclusión posible, aparte de un
se refiere a él en una carta dirigi-
las modernas ent re 5º y 10º.
descubrimiento precolombino de
da al Rey Emmanuel I (murió en
América.
1521), cuya traducción al alemán ya
La inclusión de la línea costera sudamericana y los archipiéla-
El cuarto mapa (Figura N.14)
he publicado en el volumen XI de
gos caribeños, de los cuales has-
que me gustaría discuti r es la sec-
GAS67. Debido a su gran significa-
ta ahora se había presumido que
ción del atlas Javanés mencionado
do para la historia de la cartogra-
fueron descubiertos (por no decir
arriba, que delinea las costas orien-
fía, me gustaría citar una vez más
mapeados)- apenas entre 1503 y
tales de Brasil entre las latitudes 6º
el pasaje relevante:
1508, llevaron a George N. Nunn
66
67
Ibid., p.51f.
Loc. Cit., p.327f.
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5 6
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“También os he enviado una
los lugares fueron escritos en letras
y de las flores de moscatel, el rei-
parte de la copia de un gran mapa
javanesas, pero recibí la ayuda de
no de Siam, el Cabo de los Chinos
que fuera dibujado por un piloto
un javanés capaz de leer y escribir.
que ellos rodean antes de regresar
javanés, que representa el Cabo de
Envío a Vuestra Majestad la parte
a casa y el cual nunca sobrepasan.
Buena Esperanza, Portugal, la tie-
que fuera copiada del original por
El original se perdió (hundido) con
rra de Brasil, el Mar Rojo, el Mar
Francisco Rodrigues. Allí, Vuestra
el Frol de la Mar. Discutí el conte-
Pérsico, las Islas de las Especias
Majestad encontrará representados
nido de este mapa con el piloto y
(Molucas), las rutas de navegación
los lugares de los que provienen los
con Pedro Dalpoem, para hacerlo
que indican el camino directo a
chinos y los habitantes de Formo-
lo más lúcido posible para Vuestra
China y Formosa que siguieron los
sa, cuál ruta tendrán de seguir los
Majestad. Este mapa es muy preci-
buques, junto con el interior de los
buques de Vuestra Majestad para
so y muy conocido porque se uti-
países que son fronterizos entre sí.
poder llegar a las Islas de los Cla-
liza para la navegación. En el mapa
Me parece la cosa más bella que he
vos de Olor, en las que se encuen-
falta el archipiélago de las islas co-
visto nunca. Su Majestad quedará
tran minas de oro, hasta las islas
nocidas bajo el nombre de “Selat”
encantado al verlo. Los nombres de
de Java y Banda, la isla de Muscat
(entre Malaca y Java)”.
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5 7
La copia portuguesa de
nes. Se lograron realizar algunas
ber sabido algo sobre la terra de
este atlas que ha sobrevivido 68 es
correcciones apenas a finales del
Brasil, y no logró hallar ninguna
testimonio del avanzado estado
siglo XIX69. La línea costera sud-
respuesta70. Durante mi propia in-
que había alcanzado la cartografía
americana que se encuentra en
vestigación de la cartografía árabe
en el mundo islámico antes del fin
el atlas Javanés, ya en 1918 había
del océano Índico y su influencia en
del siglo X/XVI. Un buen ejemplo
llamado la atención de Gabriel Fe-
los mapas portugueses, había lle-
es la delineación de Madagascar,
rrand, el destacado estudioso de la
gado a la conclusión de que en este
la cual es sorprendentemente si-
ciencia náutica arábigo islámica del
caso se trataba de que navegantes
milar a la configuración moderna.
océano Índico. En esa etapa inicial
javaneses habían incorp orado una
Sobrepasa toda s las representacio-
del estudio de la geografía arábigo
contribución portuguesa, media-
nes posteriores que se basaron en
islámica, ese autor no supo como
da probablemente por marineros
él; las diferencias que se notan en
explicar ese atlas. Se preguntó a sí
esas representaciones posteriores
mismo como un cartógrafo javanés
no son mejoras sino deformacio-
en 1511, o incluso antes, pudo ha-
68
69
Cf. GAS, Vol. XI I, mapa 198 a-z.
Ibid., Vol. XI, pp.410-413.
70 “A propo s d´une carte javanaise du XVe siècle”, en Journal Asiatique , 11ème (iième) sér. Vol 12, 1918, pp.158-169, especialmente p.166. (reimpreso en Isla- mic Geography , Vol. 21, pp.1-12, esp. p. 9); Cf. F. Sezgin, GAS, Vol XI, p.441.
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del imperio Otomano71. Ahora me gustaría revisar mi propia opinión. Después de llevar a cabo repetidos exámenes del asunto y de las fu entes, se tornó evidente que la representación de la costa sudamerica na en el mapa “javanés” es totalmente independiente de los otros tres mapas discutidos a ntes y que debe tratarse de una copia de un mapa en el que se muestra la región tal como la elaboraron los navegantes arábigo islámicos durante el sifig 15 La línea de la cost a del “Atlas Javanés” (en rojo), proyectada en el mapa moderno.
glo IX/XV. Desafortunadamente, 71
GAS, Vol. XI, p.4 41.
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carecemos de cualquier punto de
cuatro mapas considerados, los de
islas, de lo cual se puede concluir
referencia para juzgar la precisión
Pîrî Re`îs, Juan De la Cosa, y Al-
que las fuentes f ueron originalmen-
longitudinal de la delineación java-
berto Cantino, parecen estar rela-
te graduadas y basadas en un nú-
nesa de Brasil, tales como alguna
cionados sin indicaciones de que
mero significativo de coordenadas
isla en el Atlántico o la costa afri-
uno hubiera sido copiado del otro.
bien determinad as. En esa época el
cana. Y sin embargo aparece muy
Es posible que estén basados en
área cultural arábigo islámica era
congruente con el mapa moderno
una fuente común. Ciertamente, el
la única en la que la determ inación
de la correspondiente sección de la
aspe cto crucial es que la represen-
de las longitudes s e practicaba con
costa brasileña (Figura N.15) entre
tación de la costa brasileña en esos
el necesario nivel de exactitud. El
la latitud 6º 30`y 27º Sur, que se
tres mapas y en particular en los
método de establecer diferencias
inclina unos 15º hacia el Oeste en
dos primeros, es asombrosamente
en la longitud a partir del tiempo
esta sección.
correcta en términos ta nto de lati-
transcurrido entre la ocurrencia de
Permítaseme resumir bre-
tudes como de longitudes. Esta s e-
algún evento astronómico particu-
vemente el problema tal como lo
mejanza con la realidad también se
lar, especialmente eclipses lunares,
he discutido hast a aquí: tres de los
muestra por la posición de varias
tal como se les pudo obs ervar des-
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de longitudes distantes, fue cono-
Colón determinó que la diferencia
maica) en la India y la Isla de Cális
cido en Europa pero no ofreció una
longitudinal entre la pequeña isla
(Cádiz) en España es de siete horas
precisión aceptable, sobre todo
de Saona (al Sureste de Haití) y el
y quince minutos, es decir, el sol
porque no se disp onía de cronóme-
Cabo San Vicente en Portugal, era
se pone siete horas y quince minu-
tros precisos y portátiles. Lo cual
de 5 horas y media, i.e. 82º 30`,
tos antes en este último sitio que
se puede ilustrar por los escanda-
observando el eclipse lunar del
en Janahica”73. Consecuentemente,
losos errores que plagan las coore-
14 de setiembre de 1494. El valor
estimaba la diferencia en longitud
nadas medidas por el propio Co-
correcto es 59º 40`. Colón reporta
en 108º 45`, cuando en realidad es
lón72. Según su propia descripción,
con detalle otra medición realiza-
de cerca de 71º. Las habilidades de
da sobre la costa Nort e de Jamaica
Colón para la determinación de las
respecto de Cádiz, España, el 29
latitudes tampoco eran notables,
de febrero; esta vez el error llega
“por ejemplo, establece una lati-
a la extraordinaria cantidad de 38º
tud de 42º (comparado s con los 21º
72 Cf. O. Peschel, Geschichte der Erdkunde , p.401; Hermann Wagner, “Die Entwicklung der wissens chaftliche Nautik des Zeita lters der Entdeckungen nach neuern Anschauungen”, en Annalen der Hydrographie und Maritimen Meteoro- logie (Berlin), vol 4 6., 1918, pp.105-118, 153-173, 215-233, 276-283, esp ecia lmente 277; véase también F. Sezgin, GAS, Vol. XI, p.296.
45`. Escribió Colón: “La distancia del centro de la isla Janahica (Ja-
73 H Wagner, Die Entwicklung der wissenschaftlichen Nautik , loc. Cit., p.277.
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reales) para la costa de Cuba…” 74.
1519, estableció esa diferencia en 17
to ni siquiera se mencionaban las
Tampoco otros “descubridores”
horas y 55 minutos, es decir, 268º
longitudes.
europeos califican como genera-
45`. En realidad, la diferencia es d e
El hecho que navegantes e
dores de mapas confiables. Se re-
solo 37º 13`75. La tabla de latitudes
incluso astrónomos portugueses
porta una medición exorbitante de
que compilara Duarte Pacheco al-
fallaran en la determinación de lon-
la diferencia longitudinal entre la
rededor de 1507-1508 con el título
gitudes o diferencias de longitudes
bahía de Río do Janeiro y Sevilla,
Esmeraldo de sit u orbis ofrece las
no era un secreto para los dos his-
por el piloto de Magallanes, An-
latitudes de dieciocho lugares so-
toriadores pioneros de la cartogra-
drés de San Martín. Después de
bre la costa Este de Brasil76. Aque-
fía, Armando Cortesão y Avelino
observar la conjunción de la Luna
llas latitudes que t ambién aparecen
Texeira da Mota77.
con Júpiter el 17 de diciembre de
en el atlas moderno tienen un error
Me gustar ía agregar un tes-
de entre 3º y 5º. En aquel momen-
timonio adicional que me parece
74 Art hur Breusing, “Zur Geschichte der Kartographie. La Toleta de Marteloio und die loxodrom ischen Karten”, en Zeitschrift für wiss enschaftliche Geographie (Weimar), n.2, 1881, 129-195, especialmente p.193; F.Sezgin, GAS, Vol. XI, p.98.
bastante importante; de Bartolo75 Cf. H.Wagner, Entwicklung der wissens chaftlichen Nautik , loc. Cit., p.282 76 Cf. F. Sezgin, GAS, Vol. XI, p.286.
77 Portugaliae Monumenta Carto- graphica , Vol. I, p.24.
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mé de las Casas (1484-1566), his-
Esta fuente entre otras,
que menciona que los nativos del
toriador e hijo de un mercader que
convenció a P. Kahle de que Colón
Caribe le contaron una historia so-
participara en el segundo viaje de
había poseído un mapa que le ser-
bre que buques pertenecientes al
Colón. Conocía a Diego, el hijo de
vía de base para su primer viaje79.
“gran Khan” les habrían visitado
Colón, y a Bartolomeo, hermano
Al respecto, se encuentran varios
en el pasado. Sin embargo, result a-
del Almirante. En su Historia de
otros pasajes sumamente intere-
ría bastante inútil especular sobre
las Indias cuenta que: “Colón lle-
santes en las cartas de Colón, in-
a cuál personaje histórico se referi-
vaba consigo un mapa en el que
cluidas en la Raccolta Columbia-
rían aquí con el “gran Khan”.
se most raban estas t ierras y las is-
na 80. Por ejemplo, un pasaje en el
las de las I ndias, especialmente la Española que se llamaba Zipangu (Japón)” (i.e. las costas de la tierra recién descubierta que Colón creía ser la India)78. 78
B. Las Casas, Historia de las
Indias . Colección de Documentos i néditos para la Histor ia de Esp aña, Vol. 62-66, Madrid, 1875-1876, esp ecialmente Vol.2, p.278; P.Kahle, “Die verschollene Columbus-Karte”, loc. Cit., p.26 (reimpresión, loc. Cit., p.190). 79 “Die verschollene ColumbusKarte”, loc. Cit., p.21, 40f (reimpresión loc. Cit., p.185, 204f). 80 Raccolta di documeti e studi pubblicati dalla R. Commissione Colom-
Una anotación en la bitácora de la Santa María del 25 de setiembre de 1492 también resulta bastante aclaradora. Cuenta cómo Colón había enviado tres días antes biana… (Joachim Bensaude, Ed.), Roma, 1892-1894, Vol. I/1, p.31; P.Kahle, loc. Cit., p.26 (reim presión, loc. Cit., p.150).
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al capitán de la carabela la Pinta,
la velocidad. El Almirante solicita-
cubrían nuevas islas y cost as 83. Este
Martín Alonso Pinzón, un mapa en
ba que el mapa fuera devuelto en-
y diferentes otros pasajes no dejan
el que Colón había señalado cier-
rollado. A partir de lo cual el Almi-
duda de que Kahle estaba conven-
tas islas. Martín Alonso dijo “…
rante y sus oficiales y navegantes
cido que Colón se embarcó en sus
que tendrían que encontrarse en la
empezaron a revisar la posición” 81.
viajes con un mapa del Atlántico en
posición donde estaban señaladas
Con toda probabilidad, se
el que ya se encontraban dibujadas
esas islas. A lo cual el Almirante
trataba del mismo mapa que Co-
varias islas mes oamericanas. Kahle
Colón respondió que tam bién él las
lón había obtenido del astrónomo
incluso se percató que el tal mapa
creía allí, pero que pudo haber ocu-
florentino Paolo dal Pazzo Tosca-
debe hab er sido graduado (loc. Cit.
rrido que no las encontraron por las
nelli82. Según su propio testimonio,
p.41f; reimpresión p.205), lo cual por
corrientes que habían arrastrado a
Las Casas tenía este mapa y se lo
supuesto implica que por lo m enos
la flotilla hacia el Noroeste, con el
actualizaba a Colón cuando se des-
hubo una expedición precolombina
81 Raccolta Colombiana , I., p.10. Kahle, loc. Cit., p.37 (reimpresión p.201). 82 Cf. F. Sezgin, GAS, Vol. XI, loc. Cit. p.66ff.
83 Las Casas, Historia de las Indias , Vol. I, loc. Cit., p.279; P. Kahle, “Die verschollene Columbu s-Karte”, loc. Cit., p.40 f (reimpresión, loc. Cit., p.204f).
resultado que la dist ancia cubierta era en realidad menor que la calculada por los navegantes mediante
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que tuvo éxito, y que provendría
za fueron delineados en un mapa
tema en el Vol. XI (p.359) de GAS,
de un área cultural versada en la
previo, del siglo IX/XV, “tal como
seguí al geógrafo historiador J. Le-
cartografía. Desafortunadamente,
nuestros mapas p osteriores los han
lewel86. Y sin embargo, hoy día, con
Kahle no planteó la pregunta sobre
descrito”. Este mapa fue t raído de
una comprensión más profunda del
cuál cultura en particular ofrecía el
vuelt a a Portugal de un largo viaje a
asunto, creo que mi interpretación
potencial para lograr eso.
la Tierra Santa via Roma y Venecia
estaba incorrecta. De hecho, he
Antonio Galvão nos ofrece
por D on Pedro (el hijo del Rey), en
una ulterior pista completamente
142885. En mi tratamiento de este
significativa sobre este problema, en su Tratado dos descobr imentos que ya mencioné antes 84. Según su informe, el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Buena Esperan84 Terceira ediçao, Porto, 1944, p.122f; cf. GAS, Vol. XI, loc. Cit., p.358.
85 El primer autor que llamó la atención sobre este texto fue probablemente Placido Zurla, Il mappamondo di Fra Mauro , Venecia, 1806, p.86; cf. von Humboldt, Kritis che Untersuchungen , loc. Cit, p.255, 286 (se refiere a las pp. 7, 86, 87, 143); Humboldt (loc. Cit., p.287) se preguntab a “¿Cómo puede explicars e la inclusión de un estre cho americano en un mapa portugués fechado antes de los viajes de Magallanes? Él mismo se respondió: “Me gustaría referirme a las circunstancias que pudieron haber
indicado la existencia de un estrecho; y es bien sabido que durante la Edad Media religiosamente se incorporaban especulaciones en los mapas como en el cas o con la antilla…” A est o quisiera señalar que Humboldt pare ce suponer que el mapa en cuestión era originalmente de Port ugal. Y sin embargo, según mi lectura se trata ba del mismo mapa que D on Pedro había encontrado en sus viajes por el área cultural arábigo islámica. El hecho que el Cabo de Buena Esperanza también fue aparentemente delineado en este mapa, deber ía mantenerse en consideración. 86 Gèographie du m oyen Âge , Vol. II, Bru xelles, 1850-1857, p.83, not a 177.
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llegado a la conclusión que el infor-
1480-1521), quien informa haber
informe88 -que desde 1682 ha sido
me de Galvâo sin duda implica que
visto estos estrechos en un mapa
considerado por muchos estudio-
el pasaje posteriormente denomi-
que se guardaba en el Tesoro Real
sos89- haya dejado perplejos a los
nado Estrecho de Magallanes por
de Portugal. Según Pigafetta este
historiadores de la cartografía, en
su supuesto descubridor, era cono-
mapa fue dibujado por un hom bre
tanto dice sin ninguna ambigüedad
cido en el área cult ural arábigo islá-
excelente llamado Marti n Behaim87.
que Magallanes utilizó un mapa
mica, desde donde habían llegado
No resulta sorprendente que este
hecho p or Behaim (murió en 1507)
a Europa representaciones cartográficas del mismo a principios del siglo IX/XV. Esto también se confirma por el testimonio de Antonio Pigafetta (circa 1490-1536), cronista y compañero de viaje de Fernâo de Magelhâes (Magallanes, circa
que ya incluía el pasaje por el ex87 Anton Pigafetta´s Beschreibung der von Magellan unterno mmenen ersten Reise um die Welt. Aus einer Hands- chrift der ambrosianis chen Bibliothek zu Mailand von Amoretti zum erstenmale herausgegeben . Traducido del francés, Gotha, 1801, p.45f; Gian Batista Ramu sio, Delle navigationi et Viaggi , Venecia 15631606; reimpresión: Ámsterdam, 1968-1970, Vol. I, p.354f; Magellan´s Voyage. A narra- tive account of the fir st circumnavigation by Antonio P igafetta , Vol. I, traducido y editado por R. A. Skelton… New Haven, London 1969, p.51; Vol. II (facsímil) p.17.
tremo Sur de América. Después de una prolongada discusión del tema, Alexander von 88 Joh. Christoph Wagenseil, Sacra parent alia quae man ibus … Frid. Behaimi, Nuremb erg, 1682, p.16 (que no he p odido consultar). 89 Cf. R. Hennig, Terrae incog nit ae, Vol. IV, p. 394.
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Humboldt llegó a la conclusión que Magallanes había atribuido el mapa erróneamente a Behaim, quien había adquirido una fama enorme 90. R. Hennig presentó el problema en un capítulo titulado Martin Behaim´s angebliche Vorentdeckung Amerikas und der Magellanstrasse en su libro Terrae incognitae 91. Concluyó con irreso90 A. von Humboldt, Kristische Untersuchungen …, Vol. I, Berlin, 1836, pp.255, 277-308. 91 Vol. IV, pp.390- 418, esp ecialmente 414ff; cf. O. Peschel, Geschichte der Erdkunde , p.277f; Siegmund Günther, Mart in Behaim, Bamb erg, 1890, p.43; Johannes Willer s, “Leben und Werk des Martin Behaim”, en Focus Behaim
fig. 16 La extr emidad sur de A mérica por A ntonio Pigafetta (circa 1521). Originalmente orientado hacia el sur (izquierda).
Globos , Vol. I, Nuremberg, 1993, pp.173188, espe cialmente p. 183; Erne st Ge orge
Ravenstein, Martin Behaim, His Life and His Globe , London, 1908, pp.34-38.
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lución: “A manera de un breve re-
cartográfica del est recho de Amé-
su cronista Antonio Pigafetta, rea-
sumen, puede afir marse como ver-
rica del Sur ciertamente tuvo algu-
lizaron un delineamiento tosco de
dad, sin ninguna reserva, que hacia
na circulación mediante el mapa
las regiones sureñas de América,
1517 Magallanes poseía un mapa
introducido a Portugal por Don
incluyendo los estrechos, que feliz-
en el que ya se representaban un
Pedro en el año de 1428, no sola-
mente sobrevivió en una narración
estrecho en el Sur de América. Él
mente entre los portugueses, sino
del viaje escrita por Pigafetta. Re-
adscribía la autoría de este mapa,
también en España. Este supuesto
sulta particularmente destacable
erróneam ente, a Martin Behaim. Es
se corrobora por un mapa realiza-
que este mapa esté orientado hacia
imposible establecer quién fue el
do por el español Juan De la Cosa
el Sur, siguiendo la manera árabe
verdadero autor”. Mi explicación es
(Figura N.12) en 1500, en el que la
(Figura N. 16).
que el mapa pudo haber sido dibu-
extremidad Sur de América apa-
La última fuente que co-
jado, de hecho, por Behaim, pero
rece como navegable e incluso se
nozco en este momento es la ins-
como copia, por comisión Real, de
muestra una isla más al Sur.
cripción en el mapa del mundo de
un viejo original sumamente valo-
Magallanes, o participan-
rado. Parece que la representación
tes en su expedición, en especial
Fra Mauro92(Figura N.2) (1459) que 92
Cf. GAS, Vol. X, pp.554-558; XII,
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menciona una expedición naval árabe del período alrededor de 1420, que confirma mi opinión que navegantes del área cultural arábigo islámica conocieron una cantidad susta ntiva de masas terrestres en el océano, y trajeron a casa po r lo menos algunos esbozos cartográficos: “Alrededor de A.D. 1420 un barco o un llamado junco indio, proveniente del océano Índico y de camino hacia “las islas de los hombres y
fig. 17 Líneas de navegación alrede dor del Atlántico (circa 1420).
de las mujeres”, fue arrastrado más
Islas Verdes en el Océano Oscuro
cuarenta días no encontraron más
allá del Cabo Diab y a través de las
hacia el Algarbe (al-garb= el Oes-
que cielo y agua. En un viaje favo-
mapa 63, p.122.
te en Árabe) en el Oeste. Durante
rable cubrieron unas 2.000 millas
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según su propio cálculo. Después
extremidad Sur de África 95. En el
–supuestamente denominadas así
de setenta días finalmente regresa-
término Océano Oscuro , Hennig96
por sus habitantes (“once mil vír-
ron al mencionado Cabo Diab”93.
reconoció correctamente la deno-
genes”) y que ya figuraba n aparen-
P. Zurla (ha) ya había identificado
minación tilizada por los geógrafos
temente en el mapa de Colón97. Las
diab en Cabo Diab, como la pala-
árabes para referirse al mar abierto
“Islas Verdes” son probablemente
bra árabe diyâb (plural de “lobo”),
en el océano Atlántico.
las Islas Cabo Verde, localizadas
y por tanto se podr ía leer Cabo de
Consciente del extens o de-
24º Oeste, 16º Norte de las costas
los Lobos o P romontorio de los Lo-
bate sobre posibles identificaciones
de África. A lo largo de toda la cos-
bos94. Sobre esto, A. von Humboldt
de “las islas de los hombres y de las
ta meridional o austral del África
señaló que un tipo peculiar de lobo
mujeres”, me atrevo a proponer, no
occidental, esas islas ofrecen una
era ciertamente muy común en la
sin reservas, que aquí podría estar
esca la más conveniente en un viaje
haciéndose referencia a las Islas
a través del Atlántico (Figura N.17).
Vírgenes (en las Antillas Menores)
También debe destacarse que la
Kritis che Untersuchungen , Vol. I,
97 P.Kahle, “Die verschollene Columbus-Karte”, loc. Cit., p.22f (reimpresión, loc. Cit., p.186f).
93 R.Hennig, Terrae incogn itae , Vol. IV, p.44; para el text o origi nal, cf. Il mappamond o di Fra Mauro Comaldolese. Descritto e d illustrato da Placido Zurla , Venecia, 1806 (cf. nota 84 supra). 94 Zurla, Loc. cit. p.86.
95 p.48f. 96
Terrae incognit ae , Vol. IV, p.48f.
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ruta hacia el Oeste tomada hacia
res” europeos deben hab er sido de
en el área cultural europea duran-
las “Islas Verdes”, corre aproxima-
origen arábigo islámico, entes que
te mucho tiempo. Y sin embargo,
damente paralela al Ecuador.
basados en informes como los cita-
los historiadores modernos de la
Todo lo anterior está in-
dos, se reforzó por el mencionado
geografía todavía ignoran, el he-
cluido en la corta inscripción que
hecho, que muchas de las nuevas
cho que el método para determinar
por coincidencia sobrevivió en un
islas y líneas costeras fueron tra-
longitudes me diante eclipses luna-
mapa dibujado en 1457. Este mapa
zadas en esos mapas con un gra-
res fuera notablemente mejorado
fue copiado de un original que
do de precisión longitudinal que
en el área cultural arábigo islámi-
también llegó a Venecia por mera
no alcanzaron los europeos antes
ca desde el siglo III/IX, mediante
casualidad. Sin embargo, adquiere
del siglo XVIII. En la historia de la
refinadas técnicas de observación,
una importancia crucial para nues-
geografía ha sido un hecho bien co-
y que los métodos nuevos y con-
tro tema en relación con otras fuen-
nocido desde hace mucho tiempo,
fiables fueron desarrollados y utili-
tes que han sobreviv ido.
que las dificultades para lograr de-
zados profus amente desde el siglo
Mi idea sobre que los ma-
terminaciones exactas de las longi-
V/XI. Incluso más import ante es el
pas utilizados por los “descubrido-
tudes, no pudieron ser superadas
método diseñado por navegantes
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del océano Índico para la determ i-
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mía y cartografía.
7 1
área cultural arábigo islámica en la
nación de las longitudes en el mar
Al estudiar este asunto nos
historia universal de la geografía y
abierto, con tal precisión que aún
encontramos enfrentados por dos
hoy día nos sorprenden las coor-
grandes problemas: primero, que el
El segundo gran problema
denadas marcadas en los mapas y
período creativo de las ciencias en
consiste en el hecho que los geó-
tablas sobrevivientes. Para explicar
el área cultural arábigo islámica y
grafos y cartógrafos árabes, solo
la exactitud de las configuraciones
que se prolongara por aprox imada-
dejaron información escasa e inci-
geográficas de los mapas no gra-
mente ocho siglos, todavía apenas
dental sobre los muchos logros de
duados discutidos antes, y la in-
si ha sido reconocida por la histo-
su cultura. Muchos descubrimien-
creíble congruencia de sus líneas
riografía moderna en esta discipli-
tos e innovaciones importantes,
costeras con los mapas moder nos,
na, y aun menos se puede hablar
o no llegaron a la historiografía
no encuentro otra alternativa que
de comprensión de su import ancia.
contemporánea, o lo hicieron de-
asumir que fueron creados p or na-
Consecuentemente, aún hoy care-
masiado tarde. Aparentemente, los
vegantes del área cultural arábigo
cemos de los prerrequisitos para
navegantes y cartógrafos arábigo
islámica, bien versados en astrono-
una evaluación de la posición del
islámicos apenas si se percataron
de la cartografía.
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del significado que tenían para la historia mundial los progresos alcanzados por ellos. Historiadores cronistas - lo cual es cierto para todas las áreas cultu rales - pueden haber estado en capacidad de juzgar la importancia y autenticidad de las fuentes históricas, y realizar evaluaciones razonables de su posición en la historia de la ciencia. Y sin embargo, muchas veces no fue fácil para ellos comprender el significado de las invenciones y descubrimientos contemporáneos, y consecuentemente no los
fig. 18 El mapa del mundo de al-Idrîsì (549/1154). Reconstruido de acuerdo con los mapas regionales que subsistieron.
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7 3
apreciaron suficientemente en sus
navegación98. Una copia del famoso
por Albuquerque, el conquistador
obras. Lo que es más, mapas sepa-
Atlas del mundo de los geógrafos
portugués de Malaca, quien lo hizo
rados tenían pocas probabilidades
Ma´mün solo sobrevivió por su in-
traducir al portugués y lo enviara
de sobrevivi r por largo tiempo -lo
tegración en una enciclope dia escri-
a su rey), deben su supervivencia
cual se aplica no solamente a la
ta en 740/1340. El mapa de al-Idrïsï
a la inclusión en un libro 99. Final-
cultura arábigo islámica-, a menos
(549/1154); (Figura N.18) sobrevivió
mente, también debería mencionar
que fueran conservados y transmi-
exclusivamente mediante copias
el mapa del Asia del Norte de los
tidos como parte de algún libro. El
manuscritas de la versión del libro.
siglos VII al XIII u VIII al XIV -un
sinólogo Walther Fuchs ofreció un
También, los veintiséis mapas par-
documento de imp ortancia única-,
resumen muy pertinente, señalan-
ciales del extremadamente impor-
obtenido por el oficial sueco Ph.
do que la herencia cartográfica de
tante atlas javanés, ya menciona-
J. Strahlenberg alrededor de 1715
los árabes era evidentemente frag-
do (sacado de un buque apresado
(mientras estaba en cautiverio en
mentaria; más aún, no siempre reflejaría el estado real del arte de la
Siberia), como parte de un libro ge98 (96) Walther Fuchs, “Was Sout h Africa alread y known in th e 13th century?” en Imago Mundi , N.10, 1953, Sp.50 a,b; F.Sezgin, GAS, Vol. X, p.324.
99 427f.
(97) Cf. Ibid, Vol. XI, p. 327f,
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tografía en el área cultural arábigo islámica había desarrollado una representación más o menos moderna de todo el océano Índico (apart e del progreso alcanzado en el trazado de Asia y Europa). El estándar alcanz ado en ese momento fue resultado de arduos y continuos trabajos desarrollados en el mundo islámico desde el siglo III/IX y fig. 19 Ruta comercial entre Mâssa, al sur de Agadir y China (siglo III/ IX).
hasta el fin del siglo X/XVI. Por supuesto, estaba ba sado en logros
nealógico de los turcos. Llegó a es-
él100.
tar a nuest ra disposición mediante su traducción o participación en
100
alcanzados por los griegos, iranís Para el siglo IX/XV, la car-
e indios. Ya en el siglo I/VII los
(98) Ibid., Vol.X, p.378ff.
musulmanes habían llegado a Ma-
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dagascar, y para el siglo III/IX el Islam se había extendido a través de grandes áreas del Este africano hasta Mozambique. En el siglo I/VI I ya existía una gran comunidad islámica en el puerto chino de Cantón. Como informa inequívocamente el historiador al-Ya´qübï (murió hacia el 290/903)101, para el siglo III/I X ya se había establecido un tráfico comercial regular entre Mässa (al Sur de Agadir) y China, basándose en barcos “cosidos” (en tanto opuesto 101 (100) K. al Buldän, Leiden, 1892, p.360... F.Sezgin, GAS, Vol.X, p.562, XI, p.383f.
fig. 20 El bastón de Jacobo (balistilla) y un instrumento empleado por lo s navegantes en el océano Índico para el mismo propósito, la medición de la altitud de los cuerpos celestes. Abajo a la izquierda aparece un esbozo que ilust ra el empleo de éste último.
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la cartografía. Por lo tanto, es poco conocido que los navegantes del océano Índico fueron capaces de medir las distancias en mar abierto en todas direcciones, incluyendo paralelas al Ecuador (Figura N.6). Los marineros port ugueses que llegaron al océano Índico guiados por mapas existentes, dependieron de la ayuda de pilotos musulmanes. Vasco da Gama se quedó muy sorfig. 21 Brújulas marineras, utilizada s por navegantes en el océano Índico.
prendido por los grandes buques
a “clavados”), construidos en Ubu-
vegación en el área en general, has-
capaces de navegación en alta mar
lla en el Tigris (Figura N. 19).
ta ahora ha sido completam ente ig-
que encontró en la costa Sureste de
norado por la historia moderna de
África, equipados con brújulas y
Esto, y la desarrollada na-
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mapas con reticulado de paralelos
tablas que brindaban información
China (deducida de la circunferen-
y meridianos. Los po rtugueses l le-
sobre todo tipo de dist ancias -pre-
cia terrestre, determinada as tronó-
garon a conocer casi todo el océa-
cisadas en latitudes y direcciones.
micamente). Por otra parte, consi-
no Índico en un corto período de
El mapa de África, casi perfecto,
derando las corrientes del Atlántico
tiemp o, digiriendo parcialmente las
que cayó en manos de los portu-
y el denso tráfico alrededor de
reglas de la navegación islámica de
gueses, era el fruto del trabajo rea-
África, es muy probable que a tra-
entonces, provistos p or esa f uente
lizado en el curso de varios siglos.
vés de los siglos hubo barcos que
de mapas superiores y excelentes
Los navegantes árabes que
fueron arrastrados a cruzar una y
pilotos, de la “mirilla de Jacob”
cruzaron regularmente el océano
otra vez el Atlántico. En cualquier
(mirilla cruzada, balestilla, Figura
Índico sin escalas entre África del
caso, por lo menos la costa brasi-
N.20), que reemplazó el astrolabio
Este y Sumatra, seguros de sus ha-
leña y algunas de las islas del Ca-
(inútil en un barco con su cubierta
bilidades náuticas, se habrían inhi-
ribe parecen haber sido conocidas.
oscilante), y también provistos de
bido de intentar atravesar el Atlán-
También apoyan esta perspectiva
brújulas náuticas avanzadas (Figu-
tico porque conocían la distancia
los informes sobre las expedicio-
ra N.21), no menos que de ext ensas
verdadera entre África occidental y
nes islámicas ya mencionadas.
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Desafortunadamente,
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la
algún malentendido)102, pudo ha-
y posteriormente desde el África
fuentes actualmente disponibles
ber provocado este error. En todo
occidental. El objetivo se plantea-
no permiten ulteriores conclusio-
caso, calculó 70o en vez de 220o y,
ba a menudo como alcanzar “el
nes. No obstante, Colón subestimó
aparentemente, todavía durante su
[otro] lado del océano”. A par-
sustancialmente la distancia a tra-
cuarto viaje creía haber alcanzado
tir de nuestros conocimientos de
vés del Atlántico, aunque sin duda
Asia.
los logros cartográficos y la muy
sabía de fuentes arábigas islámicas
En conclusión, se ha dicho
avanzada capacidad de navegación
que un grado ecuatorial equivale a
que existe evidencia histórica so-
del área cultural arábigo islámica,
56 millas y dos tercios. La confu-
bre que musulmanes y especial-
junto con las copias de materiales
sión entre millas italianas y árabes
mente árabes, intentaron repeti-
cartográficos que han sobrevivido
y la idea que el hem isferio occiden-
damente viajar hacia el Oeste a
(sobre todo en copias europeas)
tal de la tierra no era ciertamen-
través del océano, desd e la primera
llego a la firme opinión (basada en
te esférico, sino dibujado como
mitad del siglo IV/X en adelante,
ese examen), que deben haber sido
una pera hacia el Sur (basado en
primero desde costas portuguesas
navegantes musulmanes quienes
102
no solamente habían alcanzado el
Cf. GAS, Vol. X, p.219.
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nuevo continente oceánico cierta-
nocida en 1420 y que a Venecia ha-
ser el más exhaustivo e import ante.
mente a principios del siglo IX/ XV,
bían llegado informes sobre estas
Contrario a la opinión prevalecien-
sino que además empezaron a tra-
actividades, hacia 1457. También,
te respecto de su derivación, está
zarlo cartográficamente. El pasaje
debe haber implicado mucho tiem-
probablemente basado en la ver-
de Fra Mauro ya citado en el que
po elaborar los documentos que he
sión italiana de un original árabe
dice (en el año 1457) que en 1420
citado como ejemplos de represen-
que el florentino Paolo Toscanelli
un barco procedente del océano
taciones cartográficas precolombi-
había enviado en el año de 1474 al
Índico había atravesado el Cabo
nas de la región, juzgándolos por la
Canonicus Feram Martins en Lis-
de Buena Esperanza y viajado vía
exactitud de las coordenadas geo-
boa. Colón tenía en su poder una
las Islas de Cabo Verde, aparente-
gráficas, el área cubierta y los nu-
copia de este mapa104.
mente en curso hacia las “islas de
merosos detalles incluidos. Entre
La teoría de Paul Kahle su-
los hombres y de las mujeres” en el
los documentos cartográficos que
pone imaginar en exceso, cuando
Caribe, y había regresado al Cabo
nos quedan, el mapa del Atlántico
sostiene que un espa ñol, el cual ha-
de Buena Esperanza, implica que
(Figura N.4) de Pïrï Re-is103 parece
por lo menos esta ruta ya era co-
103
Cf. GAS, Vol. XI I, map a 39, p.78.
104 Cf. P. Kahle, Die verschol lene Columbus-Kar te, pp.40- 42 (reimpre sión, loc. Cit., pp.202-204).
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fig. 22 Esb ozo por Bartoloméo Colombo (1503)
bía participado en los tres prime-
Colón y que most raba partes de las
do fue capturado p or los otomanos
ros viajes de Colón, tenía consigo
islas y la tierra firme americanas
en 1501105 Y que este mapa habría
un mapa dibujado por el Almirante
que ya se habían explorado, cuan-
105
Ibid, pp.15, 35, 48 (reimpresión
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sido entregado posteriormente a
líneas costeras y las islas de la par-
la corte española, por el hermano
Pïrï Re-ïs. Me parece más proba-
te occidental de su mapamundi del
de Colón, Bartolomeo, quien solo
ble que hasta los otomanos llegara
mencionado original107. En lo que a
había participado en el primero y
un mapa que también incluía las
mí concierne, esto no da pie para
en el último viaje. Además de va-
áreas del Sur, posiblemente con
especulaciones sobre que sola-
rios errores y confusiones, y del
agregados y correcciones hechas
mente la parte Norte del Atlántico
hecho que las nuevas masas te-
por Colón y que circulaba en varias
se fundamentaba en el “mapa de
rrestres s on denominadas como la
copias. El mismo Pïrï Re-ïs señala
Colón”, mientras que la parte Sur
costa Este de Asia, lo más desta-
en una de las inscripciones en su
debía derivarse de otros originales,
cado de este esbozo es que Colón
mapa, que había tomado del mapa
supuestamente portugueses.
y sus compañeros concebían muy
de Colón la parte occidental de su
Este mapa que lleva el nom-
mapamundi106 y especifica en otra
bre de Colón es ciertamente muy
inscripción que había adoptado las
distinto del esb ozo preparado, ante
Este contexto suscita otra
repetidas solicitudes por parte de
pregunta más, acerca de la masa
107
terrestre delineada en el mapa de
pp. 179, 199, 212). 106 Ibid., p.14 (reim pre sión p.178).
Ibid.
pequeña la distancia entre Asia y Europa-África (Figura N.22).