EL CUENTO El cuento es una obra narrativa breve, basada en hechos reales o imaginarios. Puede estar inspirado en un suceso conocido por todos o en un episodio literario anterior; pero, a diferencia de los mitos y las leyendas, no forma parte de las creencias de un pueblo particular. Debido a su breve extensión, tiene una cantidad reducida de personajes y una trama sencilla .
L A FIGURA DEL NARRADOR NARRADOR Como en todo relato, existe una voz que “cuenta” la historia; una figura que asume la voz narradora. La figura del narrador es la que refiere los hechos. Según la persona gramatical en la que relate, lo que sabe de los personajes y sus acciones, el nivel de involucramiento en la historia, el narrador se puede clasificar de diferentes maneras:
Otras voces en la voz del narrador Los relatos ficcionales llegan a los lectores mediante la voz del narrador. El narrador, como ya dijimos, es una figura ficcional que el autor construye para que nos cuente la historia. Puede ser hombre o mujer, niño o anciano, puede formar parte del cuento o ser simplemente un “observador” que narra. La construcción del narrador está justificada según su relación con la historia y lo que quiera transmitir el autor con ella. Pero la voz del narrador no es la única voz en los cuentos y en las novelas. Los personajes también hablan y se introducen en el discurso narrado de diferentes maneras. Lean el siguiente fragmento. Presten especial atención a las diferentes voces que aparecen. Luego, respondan.
¿Quiénes son los personajes del cuento? ¿El narrador es uno de ellos? ¿Cómo lo saben? ¿Quiénes hablan? ¿De qué manera se introduce el discurso del joven pelado? ¿Qué signo de puntuación se utiliza? ¿Cuál creen que es la función de esta forma de incorporar las voces de los otros personajes en un texto?
El discurso citado (o indirecto) El discurso citado o indirecto es la forma de reproducir las voces narrativas en el discurso usando exactamente las mismas palabras que los personajes. No hay interpretación del narrador. Si este quisiera hacer algún comentario acerca de lo dicho, lo hará en el discurso de la narración, que quedará afuera de las marcas textuales que citan lo dicho: los guiones de diálogo o los dos puntos y las comillas. La introducción directa, sin mediaciones de lo dicho por los personajes, ayuda a fortalecer su
construcción ficcional: los lectores conocemos mucho mejor a los personajes si sabemos cómo hablan. Su forma de hablar nos puede dar indicios de su origen, su edad, s u clase social, etc.
El discurso narrado (o indirecto) A diferencia del discurso citado, el narrador puede optar por introducir las voces de los personajes utilizando sus propias palabras, utilizando el espacio de la narración para reportar lo dicho. Para hacerlo, el narrador debe modificar los tiempos verbales y los pronombres personales, así como los adverbios de tiempo y de lugar, ya que la situación comunicativa en la que los personajes emiten sus enunciados es otra a la situación comunicativa en la que el narrador nos cuenta a los lectores lo que se dijo en otro momento.
Lean este pequeño fragmento. Luego reescríbanlo reponiendo lo que dijo el personaje sin la interpretación del narrador. No olviden hacer las modificaciones correspondientes.
Tanto el discurso citado como el discurso narrado pueden combinarse sin problemas en el mismo texto para generar efectos en el ritmo de lectura. Observen este fragmento de un cuento de Julio Cortázar:
Marquen con un color la intervención introducida de manera directa. Reproduzcan en forma de diálogo la conversación que tuvieron los personajes, que en el texto se incluye de manera indirecta.
ESTRUCTURA DE LA NARRACIÓN El relato de hechos reales o imaginarios posee una organización especial, la estructura narrativa. Dicha estructura puede ser externa o interna. La primera se refiere a la manera en que la obra está presentada: capítulos, títulos, subtítulos, episodios… La estructura interna es la man era en que se organizan y distribuyen los hechos narrados, es decir, los hechos pueden estar presentados en forma de secuencia. Por lo general, la secuencia de los cuentos se presenta de manera lineal. Esto quiere decir que siguen un orden cronológico y responden a la lógica causa-efecto. Sin embargo, existen otras alternativas. El relato puede seguir un orden lineal y cronológico, pero puede suceder que la narración haga “saltos” al pasado o al futuro, esto es, evocaciones retrospectivas y anticipaciones, respectivamente. Otra manera, menos frecuente, es in medias res, en la cual la narración comienza en medio del conflicto, momentos antes del desenlace; puede ocurrir, además, que en este caso se hagan saltos al pasado. El siguiente cuadro propone una manera de organizar la secuencia narrativa:
EL CUENTO REALISTA El cuento realista se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX con la idea de proporcionar a los lectores una pieza de ficción que transmitiera una imagen acabada de la vida. Por lo general, no se caracteriza por lo elaborado de sus tramas. Suele describir a un grupo de personajes, tomados en un momento específico de su existencia, puestos en movimiento hasta que llegan a un nuevo equilibrio. La finalidad del autor es mostrar las relaciones de las personas con su
entorno y entre sí , para que el lector reflexione sobre el orden social, el modo como el ambiente afecta a los individuos, el grado en que los sentimientos determinan la conducta, etc.
La realidad y el cuento realista El cuento realista debe crear la impresión de que lo que se narra es algo que pasa, ha pasado o podría pasar. Y puesto que los teóricos del cuento realista suponen que el entorno es inseparable de la personalidad, el sitio donde las historias se desarrollan requieren tanto detalle y estudio como la psicología de los personajes. Así, las historias tienen lugar en ciudades determinadas, que son descriptas
en detalle. En estas ciudades, en una casa en particular, sita en una calle en particular, viven los personajes, que tienen hábitos de consumo, opiniones e ideas similares a las de otros ciudadanos de su misma condición social. El ambiente en el que se desarrollan las historias informa al lector si los personajes son ricos o pobres, si tienen educación, si son provincianos o cosmopolitas, etc., pero también provee una información más sutil: revela hábitos y creencias ligados a cierta ideología, o sugiere rasgos de la personalidad, tales como la avaricia, codicia, inconsecuencia.
Funciones de la descripción La descripción desempeña un papel fundamental en este tipo de relatos. Su función es la de crear un efecto de verdad , es decir, la sensación de que lo que se cuenta puede ser cierto, que puede ocurrir en la realidad. En términos literarios, esto se llama verosimilitud (de verosímil : que parece verdadero). Por ello, las ciudades, las calles, costumbres, vestimentas, objetos, comidas que puedan describirse tienen su referente en la realidad. Esto ayuda a situar socialmente a los personajes, como se dijo en el punto anterior. Para realizar una buena descripción se utilizan ciertos recursos: adjetivos (alto, flaco, bajo, tímido, impaciente), enumeraciones (tenía el pelo largo, lacio y rubio), comparaciones (era dulce como la miel ) y metáforas (sus ojos eran dos luceros).
El valor documental Los relatos realistas son obras de ficción y no deben ser confundidos con la realidad objetiva. El autor realista interpreta el mundo a partir de su propia mirada: realiza observaciones y reflexiones y plasma en un texto sus conclusiones. En consecuencia, el escritor realista no parte de hechos objetivos, sino de ideas propias; esto es lo que separa al relato realista de la crónica periodística, por ejemplo, que se basa en la observación directa de un hecho real.
EL CUENTO MARAVILLOSO El cuento maravilloso es aquel en los que las leyes naturales que rigen el mundo representado son diferentes a las del mundo real de los lectores: los animales hablan, los objetos aparecen y desaparecen y existen personajes sobrenaturales como hadas, duendes y ogros. Lo característico de esta clase de historia es que lo mágico y lo sobrenatural son considerados normales dentro del universo imaginario del texto.
Estas historias fueron transmitidas oralmente de generación en generación con el objetivo de entretener y también educar a jóvenes y niños. Con el tiempo se extendieron en toda la población y se recopilaron en publicaciones ordenadas. En el caso de los relatos tradicionales de Europa, fue el escritor Charles Perrault, en 1697, quien recuperó por escrito algunas versiones de esas historias y las difundió. Más tarde lo siguieron los hermanos Jacob y Wilhem Grimm y Hans Christian Andersen.
La estructura En general, el cuento maravilloso es breve y de narración simple, con características que se repiten y una estructura relativamente estable. Su secuencia narrativa es, por lo general, sencilla, sobre todo en las proposiciones que constituyen las acciones de la complicación central.
El espacio y el tiempo Las acciones transcurren en un espacio que no se define con precisión. Normalmente, suceden en el campo, en grandes castillos o en pequeños pueblos y aldeas rurales. El bosque es un espacio recurrente en el que todo puede suceder. En ocasiones, se menciona una posible región geográfica, aunque la transmisión oral cambia las versiones de las historias y con el tiempo hay datos que pueden variar o simplemente desaparecer. Algo similar sucede con las referencias de tiempo. La época y el momento en el que transcurren los hechos son indefinidos, imprecisos. Sabemos que la historia se sitúa en un momento muy lejano al tiempo presente del lector, y esto refuerza la idea de lo alejado en el tiempo y el espacio en el que cualquier cosa puede pasar.
Los personajes
Los personajes de los cuentos maravillosos, en general, son simples y absolutos, es decir que si son buenos, serán muy buenos; y si son malos, malísimos. Si son pobres, serán realmente pobres; y si son ricos, tendrán todas las riquezas del mundo. En estas historias, se encuentra el protagonista, el héroe, que representa el Bien y cuyas características son completamente positivas: bondadoso, generoso, valiente, etc. En caso de que no tuviera alguna de esas virtudes, su aventura le permitirá aprender una o varias lecciones luego de superar las diversas pruebas que le imponen el camino o su enemigo o antagonista, es decir, el personaje que lo enfrenta y que representa el Mal. Finalmente, se observan todo tipo de personajes humanos y no humanos: reyes y reinas, princesas y príncipes, hadas, duendes, elfos, ogros, brujas y hechiceros, animales que hablan y se comportan como humanos, y objetos encantados (varitas, alfombras y lámparas mágicas, por ejemplo). Si bien los personajes pueden sorprenderse por los efectos de la magia y los encantamientos, nunca tratarán de explicarlos científicamente. Rápidamente, los naturalizan como parte de la realidad representada en el cuento.
LOS CUENTOS FANTÁSTICOS A diferencia de los cuentos maravillosos, el mundo representado de los cuentos fantásticos es en su estado ordinario, muy similar al mundo real. Los elementos o situaciones insólitas o extraordinarias que pueden ocurrir rompen esa normalidad y armonía del mundo para sorprender a los personajes y a los lectores. Y en esa ruptura, radica la particularidad de este tipo de relatos. La duda y la i ncertidumbre que genera el contraste entre lo “normal” y lo “anormal”, entre lo “ordinario” y lo “extraordinario” son las que mueven la narración. Los personajes no pueden explicar el hecho anormal con las leyes de su mundo y tienen que decidir si aceptan o no que eso pueda estar sucediendo. Pero la explicación no es lo más importante, sino la tensión que genera, esa sensación de incertidumbre y perplejidad frente a lo desconocido.